Altamirano y Bueno. Cancer en Zapallal
Altamirano y Bueno. Cancer en Zapallal
Altamirano y Bueno. Cancer en Zapallal
Resumen
El hallazgo de un entierro humano masculino de 35-40 aos de edad del sitio de Zapallal, Puente Piedra, Lima, con el diagnstico
de cncer metastsico ha permitido retomar el tema de la paleopatologa del cncer en el rea andina. El artculo describe el contexto
funerario, los huesos afectados, el diagnstico diferencial y las discusiones en torno a sus posibles causas a la luz del enfoque biocul-
tural. Concluyendo que esta severa lesin que afect a los principales huesos sistmicos de la regin toraco-abdominal habra sido el
de cncer de prstata.
Palabras clave: Cncer metasttico, cncer de prstata, Zapallal, paleopatologa, indios del Per.
1 Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Universidad Nacional Federico Villarreal y Coordinador del Laboratorio de Antropologa Fsica y
Forense. zooarqueologo@hotmail.com;
2 Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Director del Instituto de Investigaciones Histrico-Sociales de la Facultad de Ciencias Sociales.
abmendoza@hotmail.com;
91
Alfredo Jos Altamirano Enciso y Alberto Bueno Mendoza
Introduccin
L
a paleopatologa del caso es un campo poco to-
cado en la arqueologa peruana, la cual surge
a partir de la Nueva Arqueologa en la dcada
de los 70 (Allison, 1973; Allison et al., 1974,
1979; 1981, 1984; Buikstra, 1980; Lombardi, 1994;
Altamirano, 1995). Consiste en el estudio de los hue-
sos y dientes humanos y animales con infecciones,
osteomas, traumas e indicadores de estrs hallados en
contextos arqueolgicos. Al detectar un caso, por lo
general severo, lo describe detalladamente, determina
su diagnstico diferencial en torno a las posibles enfer-
medades correlacionadas y luego lo compara y discute
con casos actuales de evidencia mdica etnogrfica para
alcanzar aproximacin objetiva. Con el desarrollo de la
Nueva Arqueologa, las universidades nacionales crean
laboratorios y nuevas disciplinas biolgicas (paleozoo-
loga, paleobotnica y antropologa fsica), compren-
dido este avance cultural en la crisis del dominio de la
escuela mdica de Tello-Weiss-Lastres-Cabieses (1910- Fig. 1.- Localizacin del sitio arqueolgico de Zapallal, Puente Piedra.
1980); a la vez este movimiento no ha sido uniforme
sino desigual, se ha concentrado bsicamente en Lima a resolver el problema de la invasin de tierras de los
(UNMSM, PUCP y UNFV). Hoy los arquelogos comuneros frente a los Ministerios de Cultura y de
tambin estn especializndose en el campo de la pa- Vivienda. Fui invitado por el Dr. Bueno Mendoza a
leopatologa y agremindose en el PAMINSA (Paleo- participar de este estudio despus de mi retorno del
pathology Meeting of South America). Brasil en enero de 2011.
Los estudios de neoplasia o cncer son relativamen- La costa central del Per abarca 6 valles: Huaura,
te escasos en el registro arqueolgico del orbe (Stein- Chancay, Chilln, Rmac, Lurn y Asia/Mala. Entre
bock 1976; Ortner & Putschar 1981; Roberts & Man- los valles de Chilln y Chancay, especficamente en
chester 1995; Aufderheide & Rodrguez-Martn 1998; el rea de Zapallal se han encontrado recientemente
Verano & Lombardi 1999). Esta situacin ha generado diversos entierros humanos asociados a las fases fina-
un debate en torno a que si los cnceres fueron raros en les del Horizonte Medio, como la edificacin de los
los perodos arqueolgicos debido a la corta esperanza canales de irrigacin, caminos, campos de cultivo y po-
de vida o si hubo errores en el diagnstico correcto de blaciones agroalfareras asentadas prximo a estos cana-
estas patologas, siendo ambas hiptesis discutidas en les. Estudios pioneros han demostrado la importancia
el presente artculo, en relacin a las contribuciones de arqueolgica del sitio y su interaccin sociocultural en
la paleopatologa, etnohistoria y ciencias biomdicas. la costa central (Reiss & Stubel 1880-87; Strong 1925;
El presente trabajo concierne al hallazgo arqueol- Kroeber 1926; Lothrop & Mahler 1957; Willey 1943;
gico de un entierro humano con severa lesin de cn- Stumer 1954).
investigaciones sociales 302013
cer metastsico que sera el primer caso descubierto Zapallal o Zapallan es un antiguo asentamiento
en el rea de Lima, regin donde la proliferacin de localizado a 27.4 km al norte de Lima en la carretera
los cnceres repunta en los tiempos modernos con alta Panamericana Norte y hacia el ltimo entrecruce del
prevalencia de mortalidad. As, entre febrero y abril camino y lnea frrea antes de llegar a Ancn, el cual
de 2011, uno de los autores de este artculo (A.B.M.) se encuentra a 12 km al noroeste. El nombre, segn el
dirigi el Proyecto de Rescate Arqueolgico de Zapa- Dr. Julio C. Tello, proviene de la contraccin de Zapa-
llal, en el distrito de Puente Piedra, a 32 km al norte lla Inca para formar Zapallan, y tambin denominado
de Lima, siendo su objetivo el de evaluar el potencial Zapallar (Villar Crdova, 1935: 170; Lothrop et al.,
de monumentos antiguos en la regin para contribuir 1957: 3). Localzase en la margen norte del valle del
92
Un caso de cncer metastsico en Zapallal a fines del Horizonte Medio (1100-1200 d.C.), valle del Chilln, Per
Chilln, a unos 3-4 km del Ocano Pacfico y un an- ah, cuando los terrenos de la Asociacin destinados a
tiguo canal llamado Carabaillo cruzaba por la regin la agricultura, se transforma en el centro poblado Za-
e irrigaba grandes extensiones de terreno. Es posible pallal Alto, el cual es el pueblo matriz de los dems
sugerir que durante el Horizonte Medio y el Perodo centros poblados que conforman Zapallal. Es as como
Intermedio Tardo haba un camino, remodelado du- los terrenos adyacentes a los que pertenecan a la aso-
rante el Tawantinsuyu, que una Lima, Ancn y Chan- ciacin de pequeos agricultores son poblados poco
cay. Hernando Pizarro debe haber pasado el 29 de ene- a poco constituyndose lo que ahora se conoce como
ro de 1532 a caballo por este capac an en su ruta a Zapallal.
Pachacamac3 (Fig. 1). El centro poblado Zapallal Alto hered los pro-
blemas de la Asociacin de Pequeos Agricultores en
Historia cuanto al titulo de propiedad y no cuenta todava con
el servicio de asfaltado de calles y veredas. Este proyec-
Zapallal es un extenso terreno al norte de la ciudad de to sucede justamente para resolver ambos problemas.
Lima, entre Puente Piedra y Ancn, donde actualmen- En Zapallal, en general se cuenta con los servicios de
te viven alrededor de 120 pueblos jvenes o centros po- agua, desage y luz, pero no se tiene titulo de propie-
blados. La situacin sociopoltica actual es complicada dad, siendo la zona mas afectada por problema el cen-
porque supuestamente estaba dentro de la jurisdiccin tro poblado Zapallal Alto.
del distrito de Ancn, pero por usos y costumbres En los 90, para atender estos problemas que aque-
se ha considerado como parte del distrito de Puente jan a los pobladores de Zapallal en su conjunto, se cre
Piedra. Esta situacin indefinida, con respecto a que el FRIDE (Frente de Integracin y Desarrollo de los
jurisdiccin pertenece, ha generado problemas a los Pueblos de Zapallal), el cual agrupa a los 120 pueblos
pobladores de la zona a la hora de gestionar trmites que actualmente forman parte de Zapallal. Hasta el
para adquirir agua, cable, luz, desage, telfono, etc. momento ya han podido tramitar algunos servicios
La historia moderna de Zapallal se remonta a la bsicos y en la actualidad sus dirigentes apuntan a re-
creacin de la Asociacin de Pequeos Agricultores solver el problema del titulo de propiedad, lo cual les
en el ao de 1944. Los terrenos que esta asociacin permitira contar con ms servicios.
inscribi en los registros pblicos eran los adyacentes Para ello, han planteando, por un lado, un pro-
al exfundo de la hacienda Copacabana. Los 17 socios yecto de carcter arqueolgico con el fin de atenerse a
que, en principio, conformaban esta asociacin regis- una ley planteada por COFOPRI en los 90. Por otro
traron sus terrenos y sacaron titulo de propiedad. Pos- lado, no solo es el tema del ttulo de propiedad lo que
teriormente, los 5 socios que se unieron al grupo, solo les impide contar con otro tipo de servicios, tambin
sacaron el registro predial. Sin embargo, ese titulo tenia es, como dijimos al principio, la indefinicin en tor-
un problema ya que los terrenos sobre los cuales esta- no a qu distrito pertenecen. Esto los ha llevado a
ban asentados los pobladores de la Asociacin de Pe- plantear, como proyecto, la conformacin de Zapallal
queos Agricultores eran propiedad de Agrcola Lima como distrito.
y al momento de tramitar el ttulo de propiedad no se
haba borrado la ficha registral que daba constancia de Descripcin del entierro
que Agrcola Lima era el propietario. Este problema,
la asociacin lo tiene hasta la actualidad e impide la Se practicaron 33 pozos de 2 x 2 m, y una trinchera de
correcta titulacin de los terrenos sobre los cuales la 2 x 10m, en reas descampadas como calles y plazas,
investigaciones sociales 302013
Descripcin de la patologa
El sacro, en la cara ventral, exhibe dos severas lesio- El hmero derecho muestra en la epfisis proximal,
nes lticas perforantes con reaccin sea de 25 x 22mm detrs de la cabeza y del cuello anatmico otra lesin
(lado derecho); otro de 22 x 20mm en la cara ventral ltica de 12mm de dimetro. El esternn posee en el
(lado izquierdo), alcanzando hasta la cara dorsal; el mango otra lesin ltica de 11 x 10mm de dimetro
cuerpo anterior del sacro tiene otra lesin ltica de 16 con reaccin sea que traspas al hueso. En las facetas
x 15mm. Las porosidades son de formas ovales y cir- articulares costales de 3 costillas verdaderas de lado iz-
culares de aspecto criboso y espculas seas finas en los quierdo presenta porosidades, lo que habra afectado
bordes. Hay sangre coagulada en ambas lesiones lticas, el pulmn izquierdo. La primera vrtebra lumbar L1
siendo mayor la del lado derecho, la que tiene mayores exhibe una severa destruccin del cuerpo vertebral an-
dimensiones. Las porosidades de diversos tamaos son terior en la porcin izquierda con espondilosis.
destructivas y avanzan de dentro para afuera. En la cara La tibia derecha, en la epfisis proximal y la cara
dorsal, se observa la extensa lesin ltica que atraves el anterior izquierda, unin con el peron, muestra infec-
hueso. Esta regin abarca el recto, la prstata, la vejiga cin concntrica en una rea pequea de 12 x 15mm.
urinaria y el peritoneo (Fig. 7 y 8). El omplato izquierdo muestra, a la altura del acro-
min, otra infeccin porosa y concntrica que afect a
Fig. 7.- Cara la regin supraespinosa y la cara anterior en rea de 20
interna del sacro x 6mm, tambin afect en el borde articular inferior de
con dos severas
lesiones lticas de
la cavidad glenoidea.
metstasis en la cara La cavidad ocular izquierda exhibe un conjunto
ventral, afectando alternado de micro y macroporosidades concentradas
a reas contiguas en el fondo de la pared del frontal (techo) y la rbita,
lo que confirma
el diagnstico de
cuyas medidas de 12 x 20mm con reabsorcin sea.
cncer de prstata de Tambin afect la vista, infiriendo haber sido un indi-
Zapallal. viduo tuerto y ausencia del hablar por la afeccin de la
apfisis estiloides derecha.
En la columna vertebral tambin se observan las
lesiones porosas concentradas en el cuerpo vertebral y
bordes laterales de vertebras lumbares, torcicas y cer-
vicales, en orden mayor a menor destruccin. La vrte-
bra L5 presenta espondillisis severa, formando grue-
sos callos seos en el borde del cuerpo vertebral. Hay
severa lesin ltica en proceso destructivo con reborde
irregular de 1cm de reaccin sea y porosidades de for-
mas ovales; en el cuerpo vertebral lateral derecho hay
una lesin ltica superior y otra severa con notable des-
truccin del cuerpo vertebral. L4 exhibe severa lesin
ltica, muy destruida el cuerpo vertebral, lado izquier-
do, bordes irregulares y reaccin sea que alcanz a la
mdula espinal y leve espondillisis. L3 presenta un
fuerte achatamiento del cuerpo vertebral, inclinacin
investigaciones sociales 302013
severa lesin ltica del cuerpo vertebral en su porcin La evidencia de Mieloma mltiple es muy carac-
izquierda, afectando el agujero intervertebral del mismo terstica con presencia de numerosas lesiones lticas
lado. Las vrtebras C5 y C4, con espina bfida, presenta o perforaciones seas circulares, pequeas y difusas
lesiones lticas de diferentes tamaos entre medianos y que varan entre 5 a 50mm de dimetro con fuerte
pequeos de formas circulares, ovales y trapezoidales, esclerosis de los huesos adyacentes a la lesin y a veces
distribuidos en el vestbulo o porciones laterales de uno est conspicuamente ausente. Zimmerman & Kelley
de los arcos. La destruccin ocurre de adentro hacia (1982) y Rotshchild et al. (1998) observaron el caso
afuera por va hematopoytica y neural. Asimismo, C1 de un esqueleto completo de hombre blanco de 50
(Atlas) y C2 (Axis) exhiben tejido seo esponjoso ne- aos de edad.4 El crneo de este individuo presenta
crosado, de estructura amplia y proceso destructivo del lesiones lticas de mieloma mltiple y cuyas caracte-
arco vertebral derecho alrededor del agujero interverte- rsticas macroscpicas son perforaciones esferoidales,
bral lateral, debajo de la faceta articular. de bordes suaves y orificios de entrada y salida. Las
Esta descripcin paleopatolgica nos permite in- pequeas cavidades extensivas se encuentran en las
ferir que el individuo exhibe una severa patologa de costillas, omplato, espina o columna vertebral, pelvis
destruccin sea generalizada y cuya extensa difusin y sacro. En cambio, en casos de mieloma solitario es
del mal nos conduce a la inferencia de la metstasis. imposible el diagnstico definitivo en restos de esque-
leto seco. Adems, si las lesiones son grandes, variadas
Diagnstico diferencial y con espculas, un diagnstico alternativo de carci-
noma metastsico puede ser considerado. En nuestro
Para establecer el diagnstico diferencial del presente caso de Zapallal, estas destrucciones lticas grandes de
caso vamos a discutir los casos de Mieloma mltiple, campo de golf no aparecen sino que las afecciones son
mielomatosis o melanoma (noma), osteoma, tuber- lesiones lticas de tamaos circulares y ovoides de pe-
culosis y carcinoma metasttico. Concerniente a los queos dimetros en la pelvis y el sacro con mayor
tumores malignos que afectan severamente al hueso intensidad.
existen 3 grupos: Mieloma mltiple, mielomatosis o El cncer metastsico constituye el segundo de
melanoma y Carcinoma metastsico. los tumores malignos que compromete seriamente los
El primero es el ms comn tumor maligno que huesos. Carcinomas de mama, prstata, recto, tireoi-
afecta al hueso. Este tumor es derivado principalmen- de, rin y pulmn son particularmente propensos a
te de clulas hematopoyticas de la mdula del hue- la metstasis de hueso (Coley 1960; Aufderheide &
so. Afecta cerca del doble de veces en hombres que en Rodrguez-Martn 1998). Ms especficamente, el cn-
mujeres con un pico de incidencia que afecta a indi- cer de prstata produce una respuesta osteoblstica,
viduos entre 40 y 60 aos de edad. Algn tejido seo destruyendo al sacro y pelvis con mayor intensidad; el
de hueso trabecular que contiene mdula hematopo- cncer mamario resulta tanto en lesiones lticas como
ytica puede comprometerse particularmente como osteoblsticas, y los casos del rin, pulmn y tiroide
en las costillas, vrtebras, crneo y pelvis. En casos se- producen generalmente lesiones osteolticas. En mu-
veros puede afectar la epfisis proximal del hmero y chos casos, en el centro esqueltico de las metstasis se
del fmur (Ortner & Putschar 1985; Aufderheide & encuentra alrededor del rgano canceroso en cuestin
Rodrguez-Martn 1998). En los casos de mieloma, los (por ejemplo, pelvis, sacro y vrtebras lumbares com-
huesos afectados carecen totalmente de remodelacin prometiendo por carcinoma de prstata o del recto).
sea y un contraste para la forma irregular de orificios y Asimismo, las regiones esquelticas ms susceptibles
investigaciones sociales 302013
apoyando frentes del hueso cortical aislado y reabsor- son la columna vertebral, pelvis, costillas, proximal de
cin, aglutinndose en la confluencia y superficie de hmero, fmur y el calvario (Zimmerman & Kelley op.
campo de golf . Las lesiones lticas presentan formas cit.). En nuestro caso de Zapallal, tenemos las afeccio-
redondas grandes, irregulares y altamente destructivas, nes con lesiones lticas de la pelvis y el sacro con mayor
y no existe regeneracin de tejido seo adyacente a las intensidad.
lesiones. Es decir, no presenta reaccin sea periosteal.
Esta enfermedad es ms frecuente en individuos viejos 4 Este individuo proviene de la coleccin Terry, esqueleto N 787,
(especialmente despus de 50 aos de edad), afectando procedente de St. Louis, Missouri, y cuenta con 1,600 individuos.
Se encuentra depositado en el National Museum of Natural History,
en porcentajes iguales tanto a hombres como mujeres. Smithsonian Institution, USNM, Washington, D.C.
97
Alfredo Jos Altamirano Enciso y Alberto Bueno Mendoza
Los llamados cnceres benignos u osteomas expo- Altamirano (2000) ha reportado en el cementerio
nen generalmente el crecimiento de un callo seo de de Ancn, perodo Chancay, el caso C-38 y en Hua-
forma ovoide, pequea y tuberosa. Estas formaciones rochir el caso C-36 con tuberculosis. Estos crneos
han sido observadas en la serie de Makat-tampu, como presentan 2 reas de lesiones lticas. Una en el arco
en los casos C-25 y C-29 y ambos son varones adultos. superciliar derecho del frontal, que se extiende desde
El primero tiene 40-50 aos de edad y el otro de 35- la sutura naso-frontal derecho, alrededor de la rbita
40 aos de edad (Altamirano, 2000). Sin embargo, en derecha hasta la eminencia lateral frontal derecha (45 x
este sitio arqueolgico del Rmac hasta la fecha no se 33 mm) y otra en el occipital lado izquierdo (30 x 26
han detectado casos de mieloma mltiple ni carcinoma mm) prximo a la sutura lambdtica. El reborde de la
metasttico. lesin es irregular de aspecto gomoso, poroso, irregu-
Asimismo, en los casos de leucemia la relatividad de lar y neoformacin sea. Esta superficie craneal expone
pequeos formenes circulares y frentes de reabsorcin escarificacin, sin perforacin total y con reabsorcin
son diferentes de aquellas lesiones de espacio-ocupado sea. Siendo diferente de cncer metasttico por el tipo
por mieloma mltiple. El tamao uniforme de las per- de reborde irregular y presenta una reabsorcin sea
foraciones lticas es una caracterstica tradicionalmente uniforme.
atribuido a mieloma mltiple. Ejemplos de lesiones de Actualmente, las historias clnicas reportan que
tamao uniforme son indicadores de cncer metastti- la TBC esqueletal se manifiesta en aproximadamente
co, en cambio, lesiones de tamao variable estn relacio- 1% de todos los casos, en cambio, en el pasado, se-
nadas a individuos con mieloma mltiple. Estos datos gn Zimmerman & Kelley (1982) durante la era pre-
indican una certeza en el uso del tamao de las poro- antibitica, la prevalencia era alta entre 5-7%. En el
sidades y su distribucin para el diagnstico diferencial antiguo Per ocasionaba mltiples problemas en la
(Zimmerman & Kelley, 1982; Rothschild et al., 1998). salud pblica y arrasaba con aldeas enteras junto con
Concerniente a la artritis tuberculosa, las prime- la neumona (Allison, Mendoza y Pezzia, 1973). No
ras evidencias seas humanas ocurren en los Estados vamos a profundizar la tuberculosis sea por ser tema
Unidos, Mxico y Per indican su presencia temprana de otro trabajo.
en las Amricas.5 En el vocabulario quechua se designa Se define como neoplasma (nuevo crecimiento) o
con la voz Chaque-oncoy, Chullu-oncoy o sucyay-oncoy condiciones neoplsicas a una masa de tejido localizado.
(Lastres y Cabieses, 1959). Esta infeccin afecta princi- Su crecimiento es una respuesta de la proliferacin celu-
palmente a la espina dorsal, denominada el mal de Pott, lar, aparentemente normal y desajustada de los mecanis-
destruyendo los cuerpos interiores de las vrtebras to- mos de regulacin. El grado de crecimiento autnomo
rcicas y lumbares, formando lesiones lticas profundas empleado por algn neoplasma puede variar amplia-
o kyposis con reabsorcin sea y diseminndose luego mente. En algunos casos, tales como el comn botn
a las costillas, esternn y la cadera psoas y es cau- seo (osteoma), los restos de neoplasma subyacen en la
sada por el bacilo Mycobacterium tuberculosis (Moodie, mayora por el crecimiento, regulando conjuntos en el
1923; Buikstra, 1980; Lombardi, 1994). cuerpo, y formas solamente de una pequea masa de
Ortner (1992) describe un crneo masculino de 15 tejido que es incapaz de destruir otras clulas prximas o
aos de edad que tuvo TBC desde los 5 aos. Observ migrando a otras partes del cuerpo. Tal comportamiento
que estaba comprometido la estructura naso-maxilar, es considerado de carcter benigno.
destruyendo los huesos nasal, cornetes, septum nasal, Otros neoplasmas que escapan a las restricciones
maxilar y paladar. Adems, afect la denticin total fisiolgicas son capaces de destruir tejidos normales
investigaciones sociales 302013
superior y cuyos alveolos haban obliterado. Tanto la prximos y clulas de ellos pueden afectar otras reas
cavidad nasal como la oral exhiben lesiones profundas del cuerpo va vasos sanguneos o linfticos, estable-
con ausencia reaccin sea periosteal. Este caso se en- ciendo nuevos crecimientos (metstasis) en nuevos lo-
cuentra en el Museo de Patologa del Royal College of cales, tal comportamiento es descrito como maligno y
Surgeons of Edinburgh, Escocia. el gnero de tales neoplasmas es llamado cncer. Mien-
tras que los trminos benigno y maligno son produc-
5 Tres esqueletos de mujeres adultas de ms de 50 aos de edad, tos de nuestras limitaciones teraputicas modernas, y
hallados en la cmara funeraria central de La Galgada, Ancash, fueron mientras que muchos neoplasmas humanos son subje-
encontrados con fuerte kiposis vertebral producto de TBC y tienen
datacin de 2,260 + 187 A.C. (Grieder et al. 1986). tivos a incluir numerosos ejemplos de diferentes grados
98
Un caso de cncer metastsico en Zapallal a fines del Horizonte Medio (1100-1200 d.C.), valle del Chilln, Per
de crecimiento autnomo intermediario que incluyen Lombard, 1999; Pechenkina et al., 2006; Chan, 2011).
estos dos trminos. Sin embargo, la mayora de los Esta controversia ha generado una polmica poco tra-
neoplasmas reflejan comportamiento estrechamente tada en los ltimos dos lustros.
con reacciones seas y remodelaciones en reas de los La segunda polmica concierne a los estudios de
extremos. paleopatologa antigua de Tello (1909), Hrdlicka
En el diagnstico paleopatolgico de tuberculo- (1914), Tello y Williams (1930), Lastres y Cabieses
sis, la columna vertebral es el rea ms propenso de (1959) y Weiss (1984) para definir los casos de cncer
infeccin, principalmente la regin traco-lumbar y en huesos secos y arqueolgicos, los comparaban con el
causando lesiones lticas del cuerpo vertebral anterior. material cermico patolgico. Estos destacados inves-
Adems, esta se parece ms a la osteomielitis piognica tigadores no utilizaron la radiografa (o raras veces) ni
y blastomicosis que al cncer metasttico. En nuestro el diagnstico diferencial, a pesar de su existencia des-
caso, existe fuerte diferencia patolgica entre TBC y de inicios del siglo xx. Pues haba confusin con casos
cncer metastsico. Entonces, para el DD del caso de de lesiones gomatosas de Tello, osteoporosis simtrica
Zapallal est relacionado a los tumores malignos y le- de Hrdlicka, hiperostosis portica de Weiss y caren-
siones son sugestivas de cncer metastsico que de mie- cia de un consenso debido a la ausencia del mtodo
loma mltiple debido a la fuerte destruccin sea con de la patologa comparada, la paleoepidemiologa y su
reabsorcin sea periosteal (Fig. 9). discusin biomdica. Es decir, faltaba el puente meto-
dolgico y comparativo entre
Enfermedad reas de afeccin Descripcin lo moderno y lo arqueolgico
Mieloma mltiple Pelvis, sacro y columna Formacin de porosidades homogneas
tal como lo propone el enfo-
vertebral grandes y medianas con leve reaccin
sea periosteal que Paleoepidemiolgico. Por
Mielomatosis o Humero, radio, fmur, tibia y Formacin de porosidades homogneas lo que los estudios de la epi-
melanoma espina medianas y pequeas con leve reaccin demiologa del cncer recin
sea periosteal comienzan a proliferar a partir
Tuberculosis (TBC) Crneo, costilla, vertebras Destruccin del tejido seo con bordes de 1990.
torcicas, pelvis, tibia irregulares
Otro problema es discer-
Paracoccidioidomicosis Crneo, radio, cubito, Porosidades pequeas en el reas
(PCM) metacarpos, carpos, articulares y periostio con reaccin sea nir sobre el origen del cncer
metatarsos, tarsos y falanges sin lesin ltica en nuestro caso. Sabemos que
Carcinoma metastsico Crneo, mandbula, columna Reacciones seas destructivas sobre su etiologa existe una
vertebral, pelvis, sacro, perforantes, lesin ltica, porosidades amplia gama de factores, tales
hmero, fmur ovales y circulares medianas y pequeas como los genticos, nutricio-
con espculas laterales
nales, ecolgicos y culturales.
Fig. 9.- Tabla del diagnstico diferencial de los casos de cncer seo con TBC y PCM (Rothschild et al. 1998;
Aufderheide et al. 1998). El cual escapa a nuestra inves-
tigacin debido a la carencia
Discusin de frecuencia de casos antiguos y su comparacin con
poblaciones actuales.
En el antiguo Per se haba considerado que la nutri-
cin era buena y, por tanto, el ciclo de vida era largo. La hiptesis etnohistrica
As, un grupo de investigadores defenda que haba
una buena salud entre las antiguas poblaciones huma- Diversos cronistas de los siglos xvi y xvii que vie-
investigaciones sociales 302013
nas de la costa central en los perodos tardos, generan- ron la cada del imperio Tawantinsuyu han descrito
do longevidad y que ultrapasaba los 50 aos de edad pasajes del cncer de los Andes. Ellos observaron
(Horkheimer, 1973; Antnez de Mayolo, 1981; Espi- con frecuencia en los antiguos peruanos, como agri-
noza, 1990). Sin embargo, otro grupo de estudiosos, cultores, pastores, mineros y pescadores, el severo
partiendo de la paleopatologa y antropologa fsica, adelgazamiento, la postracin, sus dramticos sn-
afirmaron que la salud era precaria en tiempos tardos, tomas e intensos dolores, que los conducira irreme-
por lo que el ciclo de vida era corto, entre 30 a 40 aos diablemente a la muerte (Lastres y Cabieses, 1959:
de edad, por tanto, no haba tiempo para que el cncer 278). En forma tangencial, se han ocupado de este
pudiera desarrollarse con mayor intensidad (Verano y tema Hrdlicka (1914), Mac Curdy (1921), Moodie
99
Alfredo Jos Altamirano Enciso y Alberto Bueno Mendoza
(1923), Tello y Williams (1930), Lastres y Cabieses Para agobiar estos males y estreses, durante el Ta-
(Op. cit.) y Weiss (1984). As, el cncer estuvo pre- wantinsuyu haba una fiesta ceremonial llamada Capac
sente desde tiempos remotos y las evidencias arqueo- Situa que ocurra en el mes de octubre y simbolizaba la
lgicas de tumores malignos primarios o metastticos poca del culto a los ancestros, la purificacin del esp-
pueden comprobarse, sin lugar a dudas, en diversos ritu y la limpieza de las enfermedades (Lastres, 1951).
cementerios autctonos. Sobre este profundo sentimiento de religiosidad andi-
En quechua existe el trmino Yzco unccoy o Yzco un- na, Tello (1931) deca que los alfareros intercambiaban
cuyniyoc que significa muy canceroso y, por extenso, sus piezas peridicamente segn el ritmo del calenda-
Yzco unccoy hapihuan que denota a la persona portadora rio oficial agrcola, aludiendo diseos, temas, escenas y
de cncer. Desde el punto de vista filolgico se admite smbolos segn el recuerdo del mito ceremonial. Y gra-
que si se cre el trmino por tanto existi el mal en for- cias a las representaciones de la cermica y los tejidos
ma genrica. Esto quiere decir que los conocimientos estos mitos se mantuvieron latentes por siglos.
empricos de los mdicos hampicamayoq no les permi- En suma, para los cronistas hispanos, y muchos de
tieron diferenciarlos clnica ni especficamente el tipo de ellos que no eran mdicos, el trmino cncer se usaba
cncer, por otro lado se conoca a las enfermedades con ampliamente para referirse a todas las enfermedades
nombres onomatopyicos y desgarradores como uta, incurables que producan lesiones destructivas, defor-
huanthi y chaqueonccoy (leishmaniasis, treponematosis y mantes y la muerte, incluyendo la leishmaniasis, han-
tuberculosis, respectivamente). Asimismo, tambin ha- senasis, gangrenas, nomas, blastomicosis, sfilis, di-
ba remedios paliativos y curativos. Por lo que Antonio versas dermatitis y tuberculosis, entre otras. Por tanto,
de La Calancha (1639) seala que los indios usaban un haba una gran confusin en la Colonia por la correcta
gnero de conchuelas y una yerba mezclada lo uno y definicin del cncer, adems del fuerte dominio de la
hecho emplasto lo otro para atajar el cncer. teora miasmtica.7
De esto se desprende la hiptesis etnohistrica que
indica que el cncer andino era visto como un mal fatal La hiptesis biomdica
que afectaba a individuos ancianos de la costa, sierra
y selva, conocido como Yzco onccoy, en forma gene- En el Per actual, la epidemiologa y patologa del
ral y no especfica. En la cosmovisin andina, este mal cncer en bitos se puede organizar segn los rga-
era considerado como el espritu de las huacas o de las nos afectados, siendo los casos ms frecuentes los de
montaas sagradas que haban ingresado en el cuerpo estmago y esfago (80%), prstata (60%), pulmn
del individuo, ahora enfermo, debido a transgresiones (55%), mama (40%), vagina (35%) y bazo e hgado
y faltas hechas a los seres sobrenaturales, carencia gra- (33%). Sus causas pueden ser variadas como las espa-
ve de ritual o pago a la tierra y a las normas de la ciales que indican el asentamiento donde viven (como
naturaleza (Espinoza, 1997: 170). Actualmente, los recibir intensa radiacin, presencia de antenas de radio
campesinos de Ayacucho, Apurmac, Huancavelica y y TV y contaminacin de minerales), los excesos de
Junn le denominan el mal de Wari6. O sea, el cn- frituras, los malos hbitos, la sedentarizacin y hasta
cer habra surgido por el desequilibrio biocultural del el tipo de agua que beben. Para los casos de estmago,
hombre con la naturaleza (o sea con sus dioses natura- esfago e intestinos se ha detectado a la bacteria Heli-
les como la pachamama, mamacocha, huancas, jirkas, cobacter pilori como el principal agente del inicio de
cerros, etc.). la destruccin del tracto digestivo. La mayora de las
lesiones cancergenas que afectan al esqueleto humano
investigaciones sociales 302013
6 Espinoza (1997: 171) seal, sobre el mal de Wari, que otra evolucionan a metstasis. Lpez-Durn (1995) anot
dolencia cultural consista y consiste en la creencia de que, en el
cuerpo humano de un ser vivo, se introducan espritus perversos
pertenecientes a hombres que han vivido en pocas muy antiguas que 7 Miasmas o miasmtica era conocido en la Colonia como la principal
vivan deambulando entre el Kay Pacha y el Uku Pacha. Para que se etiologa de las enfermedades transmitidas por el contagio, por el aire,
produzca este malestar basta con transitar por las sepulturas antiguas, el agua y la comida putrefacta. Por ejemplo, la emanacin de los gases
como kullpis, chukllas o chullpas, siendo mucho ms grave posarse txicos de las minas se consideraba que produca la verruga peruana
o recostarse en sus cercanas. Dicha indisposicin se tipifica por un y la fiebre de La Oroya, y era concebida como dos males diferentes;
estado de depresin que se hace ms intenso con la aparicin en todo beber el agua contaminado con animales muertos como sapos y
el cuerpo de unas manchas rojas (pstulas supurantes) que producen culebras produca la uta y la verruga; sentir el aire de las huacas y
escozor y el paciente tiene sueos en que se le aparecen las almas de cementerios produca las parlisis faciales, cncer, epilepsia, etc.
sus antepasados. (Altamirano et al. 2003).
100
Un caso de cncer metastsico en Zapallal a fines del Horizonte Medio (1100-1200 d.C.), valle del Chilln, Per
En el antiguo Per se han reportado los siguientes nuevos casos, lo que permitir comprobar o refutar la
casos de cncer: Urteaga y Pack (1966) que nos rela- presente hiptesis.
tan un posible caso de melanoma en el Tawantinsuyu;
Steinbock (1976) presenta dos casos de lesiones lticas Agradecimientos
en crneos peruanos y dos ms de Alaska; Allison et al.
(1980) muestra el caso de una mujer adulta peruana Al seor Tefilo Huamn, presidente de la Asociacin
con lesiones lticas y osteoblsticas en el crneo, pelvis de Moradores del asentamiento humano de Zapallal,
y columna vertebral de la costa sur (cncer de mama?); Puente Piedra, y a la comunidad en general que cola-
Baraybar y Shimada (1993) exponen otro caso de prs- boraron en el trabajo de las excavaciones de la zona.
101
Alfredo Jos Altamirano Enciso y Alberto Bueno Mendoza
Asimismo, a los bachilleres de arqueologa de la UNM- logical and SEM studies. American Journal of Physical
SM como Albino Loli, Marcela Rivera, Jorge Alonso Anthropology, 89: 309-23.
Rodrguez Morales e Irvin Lucio Navarro Amaro por Antnez de Mayolo, S. (1981). La nutricin en el antiguo
su participacin en el proyecto de campo y gabinete. Per. Oficina Numismtica. Banco Central de Reserva
del Per, Lima.
Referencias bibliogrficas Aufderheide, A. & C. Rodriguez-Martin (1998). Hu-
man Paleopathology. The Cambridge Encyclopedia,
Allison, M.J. (1974). Infectious diseases in Pre-columbian Cambridge University Press, UK.
inhabitants of Peru. Am. Journ. Phys. Anthrop. 41: 468. Baraybar, J.p. & Shimada, I. (1993). A possible case of carcino-
Allison, M.J. (1979). Paleopathology in Peru. Natural His- ma metastatic in a middle Sican burial from Batan Grande,
tory 88 (2): 74-82. Peru. International Journal of Osteoarchaeology 3: 129-35.
Allison, M.J. (1984). Paleopathology in Peruvian and Chi- Bass, W.M. (1971). Human Osteology: A Laboratory and
lean populations. In: Paleopathology at the Origins of Field Manual of the Human Skeleton. Special Publica-
Agriculture (eds.), Cohen, M.N. & Armelagos, G.J. pp. tions, Missouri Archaeology Society, Special Publication
515-530. Academic Press, Inc. London LTD. 2, Columbia, Missouri.
Allison, M.J., Gerszten, J.E., Munizaga, J., Santoro, C. Bass, W.M. (1986). Human Osteology: A Laboratory and
& Mendoza, D. (1981). Tuberculosis in Pre-Columbian Field Manual of the Human Skeletal. Second edition.
Andean population. En: Prehistoric Tuberculosis in the Columbia, Missouri.
Americas edited by J. Buikstra, pp. 49-61. Northwestern Brooks, S.T. (1955). Skeletal Age at Death: The Reability
University Archaeological Program, Evanston, Illinois. of Cranial and Pubic Age Indicator. Am. Journ. Phys.
Allison, M.J. & Gerszten, E. (1981). Case No. 9: Uta, Anthrop. 13: 567-97.
granuloma or carcinoma (Department of Pathology, Me- Brothwell, D.R. (1980). Desenterrando Huesos. La exca-
dical college of Virginia, Richmond, VA). Paleopathology vacin, tratamiento y estudio de restos del esqueleto hu-
Club Newsletter 12: 1. mano. Mxico. Fondo de Cultura Econmica.
Allison, M.J., Gerszten, J.E., Shadomy, J., Munizaga, Brothwell, D.R. (1967). The evidence for neoplasms. In:
J. & Gonzales, G. (1979). Paracoccidiodomycosis in a Disease in Antiquity, ed. D.R. Brothwell and A.T. Sandi-
mummy. Bulletin New York, Academy of Science 55: 670- son, pp. 320-45. Springfield, IL, C.C. Thomas.
683. Buikstra, J. (1980). Precolumbian tuberculosis in the Americas
Allison, M.J., Mendoza, D. & Pezzia, A. (1973). Docu- (Eds.). Northwestern University Archaeology Program
mentation of a case of Tuberculosis in Pre-Columbian Science Pap. N 1-6.
America. American Review of Respiratory Diseases 107: Buikstra, J. & Cook, D.C. (1992). Paleopatologia. En:
985-991. Paleopatologia, Paleoepidemiologia. Estudos Multidiscipli-
Altamirano Enciso, A.J. (2000). Comprometiendo la estruc- nares. Coordinadores A.J.G. de Arajo y L.F. Ferreira.
tura osteo-facial de las poblaciones humanas del Anti- ENSP/Fiocruz, RJ. pp. 41-85.
guo Per por la Leishmaniasis Tegumentaria de forma Buikstra, J.E. & Ubelaker, D. (1994). Standards for data
mucosa. Tesis de doctorado en ciencias. Fiocruz, Rio de collection from human skeletal remains. Arkansas: Arkan-
Janeiro. Internet. sas Archaeological Survey Press.
Altamirano Enciso, A.J. (1995). La tuberculosis entre los in- Buikstra, V. (1992). Sex, Gender and Difference. Dimen-
dios Tenetehara, Maranhao, Brasil. Monografa presenta- sions of Aggresion in an Australian Aboriginal Commu-
da al IV Curso de Paleopatologa Y Paleoepidemiologa de la nity. Human Nature, 31: 251-278.
investigaciones sociales 302013
Fiocruz, Rio de Janeiro. 26 paginas. Calancha, A. de la (1639). Crnica moralizadora del orden
Altamirano Enciso, A.J., Marzochi, M. C. A., Moreira, de San Agustn en el Per con sucesos ejemplares en esta
J. S., Schubach, A. O. e Marzochi, K. B. F. (2003). monarqua. Pedro Lacavallera, Barcelona.
Sobre a origem e disperso das leishmanioses cutnea e Cockburn, A. (1988). Diseases of Mummies of Peru. In:
mucosa com base em fontes histricas pr e pscolom- Mummies, Disease, and Ancient Cultures, editado por A. &
bianas. Em. Histria, Cincias, Sade. Manguinhos, vol. E. Cockburn, pp. 135-174. Cambridge University Press.
10(3): 853-82, set.-dez. Cohen, M.n. & Armelagos, G.J. (1984). Paleopathology
Anderson, T., Wakely, J. & Carter, A.R. (1992). Medie- at the Origins of Agriculture. (ed.) Academic Press, Inc.
val example of Metastatic carcinoma: a dry bone, radio- London LTD.
102
Un caso de cncer metastsico en Zapallal a fines del Horizonte Medio (1100-1200 d.C.), valle del Chilln, Per
Comas, J. (1976). Manual de Antropologa Fsica. Universi- Lastres, J.b. & Cabieses, F. (1959). La Trepanacin del cr-
dad Autnoma de Mxico, Mxico. 710 pgs. neo en el Antiguo Per. Anales de la Facultad de Medicina
Chan, K. (2011). Life in the Late Intermediate Period at Ar- 42 (3): 258-320. UNMSM, Lima.
matambo, Per. Ph.D. University of Missouri, Colum- Lombardi, G.P. (1994). Deteccin de Micobacterium tuber-
bia. 413p. culosis en una momia de la cultura Nasca con mal de
Espinoza Soriano, V. (1990). Los Incas. Economa, Socie- Pott. Premio anual de Medicina 1993. Francisco Tejada
dad y Estado en la era del Tahuantinsuyo. Amaru Edito- y Semiramis Reategui. Lima.
res, Lima. Lpez-Durn, L. (1995). Traumatologa y ortopedia (Trau-
Gomide, M.S.M. (1999). Sistematizao de critrios para matology and orthopedics). Madrid: Luzn 5.
diagnstico diferencial entre Paleopatologias e sinais de Lothrop, S. & Mahler, J. (1957). A Chancay style grave
alteraes anlogas: Fundamentos Terico-Metodolgi- at Zapallan, Peru. An analysis of its textiles, pottery and
cos. Tese de doutorado em sade pblica, ENSP, Fiocruz, others furnishings. Papers of the Peabody Museum of ar-
RJ. chaeology and ethnology, Harvard University, vol. 1, No.
Gray, W. (1979). Anatomia Humana. Warwick Roger & 1: 1-38. Cambridge, Massachusetts.
Peter Williams (editors), 35 Edition. Editorial Koogan Manchester, K. (1983). Secondary cancer in an anglo-sa-
Guanabara. RJ. xon female. Journal of Archaeological Science 10: 475-82.
Gremck, M.D. (1983). Les maladies laube de la civilisa- Mac Curdy, G. (1923). Human skeletal remains from the
tion occidentale. Paris: Payot. highlands of Peru. American Journal of Physical Anthro-
Hershkovitz, I., Rothschild, B.m, Dutour, O. & Gre- pology 6: 217-329.
enwald, C. (1998). Clues to Recognition of Fungal Ori- Mckern, T.w. & Stewart, T.D. (1957). Skeletal Age Chan-
gin of Lytic Skeletal Lesions. Am. Journ. Phys. Anthrop. ges in Young American Males. Headquarters, Quarter-
106: 47-60. master Research and Development Command, Techni-
Hoffman, J.M. (1987). Review of Forensic Osteology: Ad- cal Report EP-45. Natick, Mass.
vances in the Identification of Human Remains by K.J. Meindl, R.s. & Lovejoy, C.O. (1985). Ectocraneal Sutu-
Reichs, editor, and The Human Skeleton in Forensic re Closure: A Revised Method for the Determination
Medicine by W.M. Krogman and M.Y. Iscan. American of Skeletal Age at Death Based on the Lateral-anterior
Anthropologist 89: 729-731. Sutures. American Journal of Physical Anthropology 68:
Hooton, E.A. (1930). The Indians of Pecos Pueblo: a stu- 57-66.
dy of their skeletal remains. New Haven, Yale University Moodie, R.L. (1923). Paleopathology. An introduction to
Press. the study of ancient evidences of Disease. Urbana, IL:
Horkheimer, H. (1973). La alimentacin y la obtencin de University of Illinois Press.
alimentos en el antiguo Per. Comentarios del Per 13, Moodie, R.L. (1926). Tumors of the head among the pre-co-
UNMSM, Lima. lumbian Peruvians. Annals of medical History 8: 394-412.
Hrdlicka, A. (1914). Anthropological work in Peru in 1913, Netter, F.H. (2009). Atlas de anatoma humana. 4 edicin.
with notes on pathology of the ancient peruvians. Smith- Elsevier Masson. En: http://publimed.wordpress.com;
sonian Miscellaneous Collections, Washington DC. 61: Ortner, D.J. (1992). Skeletal Paleopathology: Probabilities,
57-59. Possibilities and Impossibilities. En: Disease and Demo-
Hrdlicka, A. (1952). Practical Anthropometry, 4th. ed. por graphy in the Americas por J.W. Verano y D.H. Ubelaker
T.D. Stewart. The Wistar Institute of Anatomy and Bio- (eds.), pp. 5-14. Washington D.C.
logy, Philadelphia. Ortner, D.j. & Aufderheide, A.C. (1991) Paleopatholo-
investigaciones sociales 302013
Kroeber, A. (1926). The Uhle pottery collection from gy: Current Syntesis and Future Options. Washington,
Chancay. Univ. of California, pubs. in American Arch. and D.C.: Smitshsonian Institution, (Orgs.).
Ethn. Vol. 21, n. 7. Berkeley. Ortner, D.J. & Putschar, W.G.J. (1985). Identification of
Krogman, W.M. (1962). The Human Skeleton in Forensic Pathological Condition in Human Skeleton Remains.
Medicine. Charles C. Thomas, Springfield. Washington D.C.: Smithsonian Institution Press.
Lastres, J.B. (1943). Representaciones patolgicas en la cer- Pechenkina, E.a. & Delgado, M. (2006). Dimensions
mica peruana. Revista del Museo Nacional tomo 2. Lima. of health and social structure in the Early Intermediate
Lastres, J.B. (1951). La Medicina en la poca Inca. Historia Period cemetery at Villa El Salvador, Peru. Am. J. Phys.
de la Medicina Peruana, tomo V (1), UNMSM. Lima. Anthropol. 131: 218-235.
103
Alfredo Jos Altamirano Enciso y Alberto Bueno Mendoza
Peters, A., Cagigao, E.t. & Lund, M. (2011). Diagnstico lesions. American Journal of Physical Anthropology 65:
preliminar de cncer en un contexto funerario Paracas. 373-80.
IV Reunin de la Asociacin de Paleopatologa en Sudam- Todd, T.w. & Lyon Jr., D.W. (1925). Endocraneal Suture
rica, p. 107. Lima. Closure: Its Progress and Age Relationships. Part II, Ec-
Pesce, H. (1951). Lepra en el Per Precolombino. Conferen- tocraneal Closure in Adult Males of White Stock. Am.
cia de Ciencias Antropolgicas I. Actas y trabajos pp. 171- Journ. Phys. Anthrop. vol. 8 (1): 23-45.
187. Homenaje al IV Centenario de la Fundacin de la Tosi, J. (1960). Zonas de vida natural en el Per. Instituto
UNMSM. Lima. Interamericano de Ciencias Agricolas de la OEA. Lima.
Reiss, W. & Stbel, A. (1880-87). The necropolis of Ancon. Ubelaker, D.H. (1982). The development of American pa-
3 vols. Berlin. leopathology. In: A History of American Physical Anthro-
Rothschild, B.m., Hershkovitz, I. & Dutuor, O. pology 61: 125-130.
(1998). Clues potentially distinguishing lytic lesions of Ubelaker, D.H. (1989). Human Skeletal Remains. Excava-
multiple myeloma from those of metastatic carcinoma. tion, Analysis and Interpretation. Manual on Archaeo-
Am. Journ. Phys. Anthrop. 105: 241-250. logy 2. Smithsonian Institution. Taraxacum, 2 edition.
Rothschild, H., Friedenward, J.s. & Bernstein, C. Washington D.C.
(1934). The relation of allergy to immunity in tubercu- Ubelaker, D.H. (1991). Human Skeletal Remains. Excava-
losis. Bull. Johns Hospital Hopkins 54: 232. tion, Analysis and Interpretation. Manual on Archaeo-
Ruffer, A. (1913). Studies in paleopathology in Egypt. logy 2. Smithsonian Institution. Taraxacum, 2 printed.
Journ. Path. Bact. 18: 149-161. Washington D.C.
Steinbock, R.T. (1976). Paleopathological diagnosis and in- Urteaga, O. & Pack, G.T. (1966). On the antiquity of me-
terpretation. Springfield, Illinois, Thomas. lanoma. Cancer 19: 607-10.
Steward, J.h. & Faron, L.C. (1959). Native Peoples of Valdizn, H. & Maldonado, A. (1922). La medicina po-
South America. McGraw-Hill, New York. pular peruana. UNMSM, Lima.
Stewart, T.D. (1948). Medics legal aspects of the skeleton Verano, J.w. & Ubelaker, D.H. (1992). Disease and De-
I. Age, sex, race and stature. Am. Journ. Phys. Anthrop. mography in the Americas. Smithsonian Institution,
6: 315-28. Washington D.C. (Orgs.).
Stewart, T.D. (1979). Essentials of Forensic Anthropology, Vreeland, J.e. & Cockburn, A. (1980). Mummies in Peru.
Especially as Developed in the United States. Charles C. In: Mummies, diseases and Ancient cultures. Edited by
Thomas, Springfield. A. Cockburn and E. Cockburn, pp. 135-176. Cambrid-
Strong, W.D. (1925). The Uhle pottery collection from ge University Press, Cambridge.
Ancon. Univ. of California, pubs. in American Arch. and Waldron, T. (1987). Lytic lesions in a skull: a problem in
Ethn. Vol. 21, n. 4. Berkeley. diagnosis. Journal of Paleopathology 1 (1): 5-14.
Strouhal, E. (1991). Myeloma multiple versus osteolytic Warren, K.s. & Mahmoud, A.F. (1992). Tropical and Geo-
metastatic carcinoma: Differential diagnosis in dry bo- graphical Medicine. Academic Press. London/ Toronto.
nes. International Journal of Osteoarchaeology 1: 219-24. Warwick, R. & Williams, P.L. (1979). Gray Anatomia. RJ.
Stumer, L.M. (1954). The Chillon valley of Peru. Archaeolo- 35 ed. Guanabara Koogan.
gy, vol. 7, nos. 3-4, Brattleborg, Vermont. Weiss, P.H. (1970). Introduccin a la Paleopatologa Ameri-
Tello, J.C. (1908). La antigedad de la sfilis en el Per. cana. En Texto de Patologa, La Prensa Mdica Mexicana,
Lima. Tesis doctoral en la Facultad de Medicina Huma- Editorial Fournier, Mxico D.F.
na, UNMSM. Imprenta San Mart. Weiss, P.H. (1984). Paleopatologa Americana. Lima. Boletn
investigaciones sociales 302013
Tello, J.C. & Williams, H.U. (1930). An ancient syphilis de Lima 33: 17-52.
skull from Paracas in Peru. Annals of medical history 1 (2), Willey, G.R. (1943). A supplement to the pottery sequence
N 5: 515-529. New York. at Ancon. Columbia studies in archaeology and ethnology,
Thillaud, P.L. (1996). Palopathologie humaine (Human vol. 1, n. 4. New York.
Paleopathology). Sceaux Cedex: Kronos. Zimmerman, M.r. & Kelley, M.A. (1982). Atlas of Human
Tkocz, I. & Bierring, F. (1984). A medieval case of me- Paleopathology. Praeger Publishers CBS Educational and
tastasizing carcinoma with multiple osteosclerotic bone Professional Publishing a Division of CBS Inc. New York.
104