Este documento discute cómo Jesús fundó su Iglesia basándose en la debilidad humana. Chesterton señaló que Jesús eligió a Pedro, un "pillastre, un fanfarrón, un cobarde", como la piedra fundamental en lugar del místico Juan. Los partidos políticos tratan de emular la organización eclesiástica pero siempre fallan porque sus líderes se creen impecables y no reconocen su propia debilidad. Solo reconociendo nuestra debilidad podemos aspirar a superarla con la ayuda de otros y de
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Este documento discute cómo Jesús fundó su Iglesia basándose en la debilidad humana. Chesterton señaló que Jesús eligió a Pedro, un "pillastre, un fanfarrón, un cobarde", como la piedra fundamental en lugar del místico Juan. Los partidos políticos tratan de emular la organización eclesiástica pero siempre fallan porque sus líderes se creen impecables y no reconocen su propia debilidad. Solo reconociendo nuestra debilidad podemos aspirar a superarla con la ayuda de otros y de
Este documento discute cómo Jesús fundó su Iglesia basándose en la debilidad humana. Chesterton señaló que Jesús eligió a Pedro, un "pillastre, un fanfarrón, un cobarde", como la piedra fundamental en lugar del místico Juan. Los partidos políticos tratan de emular la organización eclesiástica pero siempre fallan porque sus líderes se creen impecables y no reconocen su propia debilidad. Solo reconociendo nuestra debilidad podemos aspirar a superarla con la ayuda de otros y de
Este documento discute cómo Jesús fundó su Iglesia basándose en la debilidad humana. Chesterton señaló que Jesús eligió a Pedro, un "pillastre, un fanfarrón, un cobarde", como la piedra fundamental en lugar del místico Juan. Los partidos políticos tratan de emular la organización eclesiástica pero siempre fallan porque sus líderes se creen impecables y no reconocen su propia debilidad. Solo reconociendo nuestra debilidad podemos aspirar a superarla con la ayuda de otros y de
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En defensa de la debilidad
Juan Manuel De Prada
ANIMALES DE COMPAA Escriba Chesterton, tan aficionado a las paradojas, que Jess no eligi como piedra fundamental al mstico Juan, sino a un pillastre, un fanfarrn, un cobarde. Todos los imperios y los reinos han perecido a causa de su debilidad inherente y continua, a pesar de haber sido fundados sobre hombres fuertes y sobre hombros vigorosos. Slo la Iglesia fue fundada sobre un hombre dbil, y por esa razn es indestructible. Los eptetos que emplea Chesterton para referirse a Pedro pueden parecernos excesivos, sobre todo si los comparamos con el epteto laudatorio que dedica a Juan. Pero, en realidad, tampoco el mstico Juan era un dechado de virtudes: sabemos que era de carcter iracundo (como demuestra su apodo de hijo del trueno) y tambin un punto vanidoso, como demuestra el hecho de que solicitara sin rubor (y utilizando a su madre como correveidile!) un lugar de privilegio en el cielo. Pero Chesterton carga las tintas al describirnos a Pedro para que reparemos en una realidad escandalosa: Jess fund su Iglesia sobre hombres dbiles; o, dicho ms exactamente, fund su Iglesia contando con la debilidad de los hombres. En esto se distingue de casi todas las instituciones humanas, que han sido fundadas sin contar con esta debilidad; y que, al no contar con ella, estn condenadas inexorablemente a la extincin. Observemos, por ejemplo, el funcionamiento de los partidos polticos, que tratan de ser sucedneos religiosos, sectas organizadas siguiendo el modelo de organizacin eclesistica. Resulta, en verdad, irrisorio que cada vez que aparece un nuevo partido poltico, sus lderes pretendan -en un rasgo de puritanismo irrisorio- posar ante los ojos de las masas cretinizadas como hombres sin tacha, impolutos y dispuestos -cual Hrcules redivivos- a limpiar los establos de Augias de la corrupcin que los viejos partidos ampararon y promovieron. Naturalmente, cuando estos presuntos hombres impecables alcanzan el poder, no tardan en mostrarse tan vulnerables a las lacras que antes denunciaban como sus predecesores, o incluso ms. Slo el hombre que se reconoce dbil, que se sabe herido por las flaquezas propias de la naturaleza humana, puede aspirar a vencerlas; pues slo quien humildemente se reconoce hecho de barro puede aspirar a alzarse de su abyeccin, con ayuda de sus semejantes y con el auxilio de la gracia divina. El hombre que se cree impecable no confa en la ayuda de sus semejantes (pues, por lo comn, es un individualista que trata a los dems como a subalternos); y mucho menos reclama el auxilio divino, pues considera que Dios es una creacin de dbiles mentales. Y, cuanto ms encumbrado est, ms hundido termina en el barro: as hemos visto desmoronarse muchos falsos prestigios, muchas ambiciones desnortadas, muchos imperios triunfantes. Hay un pasaje muy hermoso en el Evangelio de Juan, en el que Jess resucitado se aparece a Pedro, a orillas del lago Tiberades. Es un encuentro sumamente embarazoso para Pedro, que ha traicionado a su amigo apenas unos das antes, por cobarda o afn de supervivencia, negndolo hasta tres veces despus de prometerle lealtad incondicional. Y Jess, por su parte, sabe que esa traicin ha sido consecuencia de la debilidad de su amigo; y sabe tambin que su amigo est ms corrido que una mona y mohno por su falta de coraje. Entonces Jess, dispuesto a olvidar pasados deslices, pregunta a bocajarro a su amigo: Me amas?. Se lo pregunta empleando el verbo agapo, que significa amar sin reservas, con una donacin completa, exclusiva, tal vez sobrehumana. Y Pedro le responde afirmativamente, pero con el ms modesto verbo filo, que expresa el amor tierno y entregado, pero a la postre frgil y defectuoso, propio de los hombres dbiles. Jess interpela tres veces a Pedro, como tres haban sido las veces que su amigo le haba negado anteriormente, pero en la tercera se pone a su altura y emplea el verbo filo, porque se da cuenta de que no puede exigir a su amigo ms de lo que su frgil naturaleza puede brindarle, porque entiende que en su amor humano, que tropieza y cae y sin embargo se vuelve a levantar dispuesto a proseguir sin titubeos, hay mayor abnegacin que en el amor que se cree vacunado contra todos los tropiezos. Contando con la debilidad de los hombres -la debilidad de los pillastres, los fanfarrones, los cobardes- se pueden fundar las empresas ms duraderas e indestructibles. En cambio, todos los imperios fundados sobre la fortaleza y la soberbia de los puritanos se revelaron -como dira Jorge Manrique- verduras de las eras.