Lorenz SeHablaDeMalvinasEstiloBilliken
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LA GUERRA
Federico Lorenz es historiador y concentr su trabajo en entender, analizar y sobre todo contextualizar
la guerra de 1982. Autor de Fantasmas de Malvinas y Las guerras por Malvinas, entre otras obras,
tiene una lectura histrica muy matizada del conflicto: el autoritarismo, el terrorismo de Estado, la
misma idea que tena nuestra sociedad de pensarse a s misma. Por eso es que define que la derrota
marca tambin la de una forma de pensar el pas y seala que todava no cambi el discurso sobre esa
guerra.
Cul es el relato oficial sobre Malvinas y qu problemas tiene?
Todava hay un relato que tiene mucha fuerza, que es el relato escolar, que habla de la guerra en
trminos patriticos, al estilo Billiken. El principal problema de ese relato es que ignora que la
Argentina pas por la experiencia del terrorismo de Estado y que las fuerzas que combatieron en
Malvinas estuvieron adoctrinadas, conducidas y preparadas por, en muchos casos, oficiales que
haban participado en la represin ilegal. El principal dilema que plantea la cuestin del aniversario
de Malvinas tiene que ver con cmo se piensa un relato patritico sobre una guerra, un relato
nacional, cuando esas mismas Fuerzas Armadas antes de ir a Malvinas haban participado en la
represin a su propio pueblo. Por eso es importante pensar en el 14 de junio. La derrota en Malvinas
marca tambin la derrota de una forma de pensar el pas.
La derrota de la dictadura...
Adems de pensar la derrota de Malvinas como un proceso que aceler la entrega del poder por parte
de los militares que venan cuestionados de distintos lados, pero que con Malvinas se
desprestigiaron en su funcin especfica. En Malvinas fueron derrotadas muchas ms cosas que la
guarnicin: una percepcin que la sociedad tena de s misma, un modo triunfalista de imaginarse,
un modo de encarar las relaciones entre Buenos Aires y las provincias. La derrota abre un montn
de cuestiones que tienen que ver con qu pas emerge...un pas que no puede funcionar igual.
Malvinas pone en el escenario pblico la ineficacia sobre la guerra y tambin abre la puerta para el
conocimiento masivo de lo que haba sido el terrorismo de Estado. Esto nunca es un
cuestionamiento a los significados que las personas que perdieron a alguien o los que estuvieron
all le asignan a esa prdida, sino que tiene que ver con el proceso de memoria, pero en trminos
sociales, no se puede decir lo mismo de una guerra conducida por una dictadura que de la guerra de
la Independencia como se aprende en la escuela. Hay un desafo en trminos de lo que son las
luchas por la Memoria. Si se avanz del 83 en adelante en un montn de cuestiones vinculadas a la
identidad poltica de los desaparecidos, a la identificacin de los responsables, los compromisos
sociales con la dictadura... Por qu en el caso de Malvinas no? Por qu los discursos de Malvinas
se parecen tanto a los del 82?
Por qu?
Por un lado, por el compromiso que muchos sectores tuvieron con la recuperacin transitoria de las
islas, y por extensin a la dictadura, que reivindicaba todo lo que haba hecho. Muchos sectores de
izquierda apoyaron esa reivindicacin. Hay que revisar cuestiones muy fuertes, que tienen que ver
con el imperialismo y con la mirada sobre Amrica latina. Y tambin hay una cosa culposa por
parte de muchos de nosotros, que es el lugar al que haba sido enviados esos jvenes. La sociedad
haba aprendido que el servicio militar era obligatorio, que era algo por lo que los varones deban
pasar, defender a la patria. Aqu es donde entra la contradiccin tambin. Esa tragedia la haba
producido la dictadura pero con el apoyo de muchos sectores sociales y muchas crticas a la guerra
avanzaron sobre eso. A veces se le cuestiona a los padres del 82 no haberse opuesto a que sus hijos
fueran a la guerra pero qu espacio tenan para hacerlo? Haba una legitimacin social acerca del
servicio militar y Malvinas. Hoy es fcil planterselo pero es anacrnico hacer ese juicio y es
perverso porque se parece bastante al discurso de usted sabe qu estaba haciendo su hijo?. Por
eso resulta el discurso patritico, porque es el ms autocomplaciente, es satisfactorio.
En esa reivindicacin patritica se habla de los hroes de Malvinas. Habra que pensarlos
ms bien como vctimas, como otras vctimas de la dictadura?
Pienso que cualquier poltica de honrar a estas personas por parte del Estado tiene que reconocer las
circunstancias en las que combatieron. Es decir, lo primero que hay que hacer es separar a aquellos
que estn involucrados en violaciones a los derechos humanos de aquellos que no. La mayora de
los que fueron a Malvinas eran conscriptos. Este discurso genrico pone en el mismo lugar a un
represor que tambin fue a Malvinas que a un conscripto. Pienso que s merecen ser honrados y que
podran ser hroes. Pero falta una voz oficial sobre lo que sucedi en Malvinas. Porque la palabra
hroe, como la palabra gesta o la palabra guerra, el nombre que se elija, tiene una connotacin
especfica.
Los conscriptos la pasaron mal, algunos incluso fueron torturados y no eligieron ir a combatir,
a diferencia de los soldados o los voluntarios. Y aun sin vejaciones, fueron a un lugar donde
los podan matar sin elegirlo, por qu no fueron vctimas?
Si uno deja de lado las impericias, los malos tratos y las caractersticas de quienes comandaron sera
una visin muy pasiva decir que no tuvieron un grado de involucramiento en lo que hicieron, por
ms que fuera obligatorio que vayan. No los puedo imaginar pasivos frente a los hechos porque en
un punto es injusto histricamente. En todo caso hay que entender que no existe un soldado de
Malvinas genrico, como no existe una experiencia en Malvinas genrica.
Qu debera contar o qu debera problematizar hoy el discurso sobre Malvinas?
Lo primero que debera hacer para m es pedir perdn por el modo irreflexivo y por la malversacin
del sacrificio y esfuerzo de muchos. Hay intentos de verdad desde el Estado, incluso desde el
Estado represor. El informe Rattenbach es el resultado de una comisin creada por la dictadura.
Por qu nunca fue publicado oficialmente? Por qu, si hubo condenas, porque hubo, fueron
despus indultados? Por eso se podran hacer juicios por la verdad, porque una de las formas en que
estas discusiones o ambigedades dejen de funcionar es tener elementos para decidir, para decidir si
los honro como hroes o los reconozco como vctimas.
Usted habla de una reivindicacin distinta a la de Billiken pero parte de una reivindicacin,
no se vuelve difcil reivindicar la guerra sin reivindicar la dictadura? Reivindicar la
voluntad de ganarle a los ingleses es en definitiva reivindicar la perpetuacin de la dictadura
Bueno, no podemos saberlo.
Seguro que no hubisemos tenido la transicin que tuvimos...
Eso es un adelanto. No s si es lo que ellos querran recordar, pero hay una gran cuestin de pensar
cunto le debe esta democracia a los que murieron en Malvinas. Por supuesto que no fueron a
luchar por la democracia, pero hoy estamos en gran medida ac discutiendo eso por esas muertes.
Pero volvemos a lo mismo, cmo reivindicar la guerra de Malvinas, la pretensin de ganar
esa guerra, sin reivindicar la dictadura?
Yo no reivindico la guerra, pero producida la guerra, reconozco el sacrificio de los que fueron en
determinadas condiciones, eso es lo que orienta mi trabajo. Adems tengo claro que como
consecuencia de esa guerra las Malvinas nunca quedaron ms lejos de la soberana nacional.
Pero veo difcil que desde el discurso escolar u oficial alguien diga esta guerra estaba bien que
la perdamos.
Eso es algo que el Estado como tal no puede decir, pero puede instalar las bases para cambiar esa
mirada. El historiador Fernand Braudel deca que los cambios culturales son los que se producen sin
hacer ruido, es una construccin, suponiendo que se quisiera llegar a la condena de la guerra, hay
un montn de situaciones intermedias que en trminos de discusin social no se han dado todava.
Para condenar la guerra, hay que conocer lo que sucedi, a lo mejor para llevarse una sorpresa.
Todava como sociedad estamos muy lejos de eso. Lo que hay es un repliegue identitario desde lo
individual hasta lo regional. Las discusiones que pods plantear en algunos lugares sobre Malvinas
no pods plantearlas en otros. Nosotros vivamos lejos, pero alguien que viva en Tierra del Fuego
lo vive distinto. Todava hoy es difcil hablar de personas que se opusieron a la guerra, que las
hubo. Pero ah funcionan varias condenas sociales, porque oponerse a la guerra es ser antipatriota.
Y hay quienes apoyaron la guerra aun habiendo sufrido la dictadura.
Uno tiene que poder hacer algo con esa paradoja en trminos pedaggicos, que es el sentido de
cualquier conmemoracin. Hay una cuestin que tiene que haber con el homenaje a los muertos
pero que tiene que ver ms con qu tipo de sociedad imagino. En la guerra del 82 combatieron
tipos que no tenan nada que ver con crmenes aberrantes con tipos que los haban planificado. A lo
mejor es algo que como sociedad vos pods proponerte que no vuelva a suceder, el paso siguiente
es que una guerra no suceda. A veces funciona que cualquier cuestionamiento a la guerra parece
una crtica al reclamo soberano. Hay una ley del Congreso que declara que son hroes todos los que
murieron en Malvinas, pero hay casos que haba que revisar y conocer. El primer muerto en
Malvinas, Pedro Edgardo Giacchino est involucrado por denuncias de sobrevivientes en los grupos
de tareas. Es ms, en los medios de la poca sala como antecedente vlido de su carrera que haba
combatido en el Operativo Independencia y en la guerra contra la subversin. Por eso digo que el
14 de junio es tanto un momento de cierre como de apertura. El punto es aprovechar esa
oportunidad. Hay una operacin conceptual que es separar la guerra de la dictadura que la produjo.
Ah est el calendario que ayuda. Tens el 24 de marzo muy cerca del 2 de abril, se podra plantear
una semana de la Memoria y pensar esos dos hechos juntos, porque tienen que ver con la misma
poca. La fecha de los 30 aos a lo mejor sera una oportunidad para aprovechar en este terreno lo
que se ha construido en otros.