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LECCIN 07 LIDER SIERVO

A EL ORIGEN DEL ANCIANATO.
En un principio, la Iglesia era dirigida directamente por los 12
apstoles. Conforme la Iglesia creca, se vio necesaria la ayuda
de otras personas. Se eligieron diconos para esta funcin
(Hechos 6:1-6).
Al establecerse iglesias fuera de Jerusaln, era necesario
nombrar lderes que las dirigieran: los ancianos.
En el libro de Hechos y en los escritos de Pablo, vemos como
ste tena la costumbre de ordenar ancianos en cada Iglesia
(Tito 1:5).
B REQUISITOS DEL ANCIANO.
En 1 de Timoteo 3:1-7 y Tito 1:6-9 encontramos los requisitos
que deben cumplir aquellos que son nombrados ancianos.
C DEBERES DEL ANCIANO. 1 de Pedro 5:1-3.
El anciano es, ante todo, un testigo de los padecimientos de
Cristo, y participante de la gloria que ser revelada (1 de
Pedro 5:1).
Es comparado a un pastor que cuida de sus ovejas. Debe
guiarlas al gran Pastor y compartir con ellos su conocimiento
personal del Salvador.
Ha de ser un ejemplo humilde para la grey, ensearles y
ayudarles a trabajar en armona (1 de Pedro 5:3).
Todo ello ha de ser hecho de forma voluntaria , con nimo
pronto, motivados por el amor a Cristo y a su Iglesia.
D VOCACIN DE SERVICIO. 1 de Pedro 5:3; Mateo 20:27-28.
Aquel que tiene un puesto de liderazgo en la Iglesia debe
servir a los dems y ser su ejemplo.
Como imitadores de Cristo, cada lder ha sido llamado a buscar
el bien de sus hermanos, y no el suyo propio.
E HUMILDAD. 1 de Pedro 5:5-7.
En el tiempo en que vivi Pedro, la humildad era la actitud que
deban tener los siervos y esclavos respecto de sus amos.
La humildad es un requisito indispensable para la convivencia,
especialmente en aquellos que estn dotados de autoridad.
Debemos reflejar para con nuestros hermanos la misma
humildad con la que nos presentamos ante Dios.
F ENFRENTANDO PELIGROS. 1 de Pedro 5:8-9.
Los cristianos siempre tendrn que enfrentar padecimientos a
causa del conflicto existente entre el bien y el mal. Conforme
la Iglesia avanza, se redoblan los esfuerzos del enemigo de las
almas.
Somos conminados a resistir al diablo, firmes en la fe. En esta
lucha, Jess nos promete que nos restaurar y nos har
fuertes, firmes y estables (1 Ped 5:10 NVI).
Lderes siervos
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En la leccin de esta semana estudiamos cmo podemos ejercer un
liderazgo semejante al de Jess. Y podemos trabajar partiendo de
dos planteos principales:
La necesidad que la iglesia tiene de un liderazgo servidor
En su mismo inicio, la iglesia cristiana necesit lderes preparados y
consagrados para ejercer un ministerio eficaz en favor de la
edificacin del cuerpo de Cristo. En Hechos 6, la Iglesia enfrent un
problema de organizacin. Con el crecimiento del nmero de
miembros, hubo reclamos de que las viudas estaban siendo
discrimina-das en la distribucin de alimentos.

En respuesta a este problema, un grupo de personas, los diconos,

fueron especial-mente designados para ayudar a los Doce apstoles
en la administracin de los recursos de la iglesia.

Surgi tambin la necesidad de formar a un grupo esencial de

lderes, los ancianos, que fueron establecidos en cada
congregacin. Como lderes de sus comunidades, ellos predicaban y
se aseguraban de que se hicieran todas las cosas necesarias para
el bienestar de cada congregacin (Hechos 15:6; 1 Timoteo 5:17; 1
Pedro 5:2).

Paralelamente, todo este aparato de formacin de liderazgo

clamaba por orientaciones claras y precisas. Pedro, en su primera
epstola, present algunas sugerencias que resumimos a
continuacin.
Orientaciones para los lderes servidores
1. S un lder que busca servir y no ser servido (1 Pedro
5:2). Cuiden como pasto-res el rebao de Dios que est a su
cargo, no por obligacin ni por ambicin de dinero, sino con afn
de servir, como Dios quiere (NVI). Lo que estaba afirmando es
que un lder cristiano, a diferencia de uno mundano, trabaja no
por un cargo, posiciones o poder, ni por el placer de dominar
sobre otros; por el contrario, tal como lo afirm Pablo en
Filipenses 2:5-8, est posedo por el espritu de Cristo, quien se
humill y asumi forma de siervo para salvarnos.
Una frase atribuida al gran mdico y telogo Albert Schweitzer
puede reflejar este significado de lo que es un lder cristiano
servidor: Tenemos que cambiar el ideal del xito por el ideal del
servicio.
2. Lidera ms por el ejemplo, involucrando a todos en la
obra: No sean tiranos con los que estn a su cuidado, sino sean
ejemplos para el rebao (1 Pedro 5:3, NVI).

El lder no exige de los dems un comportamiento cuya prctica

no forme parte de su propia vida. Pero el lder va ms all del
ejemplo: sabe involucrar a todos, y trabaja con el potencial de
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todos, respetando sus diferencias y talentos. Cuando
examinamos el ministerio de Jess, es notoria su capacidad de
delegar y lograr el apoyo y el aporte de todos. Jess deleg
tareas grandes y pequeas: a) buscar al pollino de asna (Mateo
21:1-7; b) preparar la Pascua (Marcos 14:12-16; c) la comisin
evanglica (Mateo 28:18-20). Liderar tambin es involucrar. Y
cuanto ms, mejor. El lder no puede hacer todo solo!
Si eres un lder, la verdadera medida de tu xito no ser lograr
que las personas trabajen; no es conseguir que las personas
trabajen duro. Es lograr que las personas trabajen juntas
arduamente (John C. Maxwell).

3.Lidera con humildad: Humllense, pues, bajo la poderosa

mano de Dios, para que l los exalte a su debido tiempo (1 Pedro
5:6; NVI).
Los cristianos, incluso los lderes cristianos, son conscientes de
que son pecadores salvados por la gracia de Dios. En este sentido
sumamente importante, entonces, somos todos iguales, y todos
deberamos humillarnos ante la Cruz. Y esta humildad debe
revelarse en nuestra relacin con los dems, especialmente con
aquellos sobre quienes tenemos autoridad. Seguro, cualquier
podra humillarse ante Dios, el Creador de los cielos y de la Tierra.
Tambin, es relativamente fcil humillarse ante aquellos que
estn sobre nosotros, que tienen poder sobre nosotros y que
tienen un estatus ms elevado que nosotros. La verdadera
prueba viene cuando revelamos humildad hacia aquellos que
estn por debajo de nosotros, que no tienen ningn poder ni
autoridad sobre nosotros. Esa es la clase de humildad de la que
Pedro habla aqu. 3
4.Lidera sin ansiedades: Depositen en l toda ansiedad, porque
l cuida de ustedes (1 Pedro 5:7; NVI).
La ansiedad puede estar presente en la vida de cualquier
persona. Pero en la vi-da de un lder puede causar estragos
mayores. Generalmente, la ansiedad se relaciona con el futuro. Y
eso genera miedo por lo que pueda ocurrir ms adelante. Un lder
puede tener temor de que sus tareas no sean cumplidas
acabadamente por l o por sus liderados.
La persona puede tener miedo de perder el poder y que su
capacidad fuera cuestionada. Sin embargo, el liderazgo no
combina con la ansiedad, el temor, o cosa semejante. En el texto
citado la invitacin es clara: en todas las cosas y situaciones
(incluso en los lderes) se deben depositar las ansiedades en
Jess. l es un especialista en esto!
5. Lidera teniendo en cuenta de que estamos en una
guerra entre el bien y el mal:
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Practiquen el dominio propio y mantnganse alerta. Su enemigo
el diablo ronda como len rugiente, buscando a quin devorar (1
Pedro 5:8; NVI),
Al trabajar para Dios, no podemos ignorar el hecho de que es
terrible la lucha que se produce entre las fuerzas del bien y las
del mal en los centros importantes donde los mensajeros de la
verdad estn llamados a trabaja. 4
Conclusin
El consejo de Pedro es doble, para los que comprenden que
participan en una guerra: deben vivir sobriamente y velando.La
expresin griega traducida como sobriedad, (nepho), era usada
en el griego clsico para referirse a la abstencin de bebidas
embriagantes. En el Nuevo Testamento, el vocablo es bastante
usado en el sentido metafrico de la sobriedad y el equilibrio
intelectual y espiritual. Por otro lado, velar es tener autodisciplina
espiritual para no ser presa fcil del enemigo.
Lderes siervos
Versculo para Memorizar: Echando toda vuestra ansiedad
sobre l, porque l tiene cuidado de vosotros (1 Pedro 5:7).
A su vez, esto de echar sobre Jess nuestras ansiedades, porque l
nos ama y cuida de nosotros, requiere fe. Si hasta la oracin, para
ser escuchada, requiere de fe, confiar en Jess an ms. En el Reino
de Dios, especialmente en nuestro mundo, donde todo funciona al
revs, la fe es vital. No es que Jess no quiera escucharnos. l
siempre lo anhela, pero nosotros tambin debemos creer que l
puede y quiere hacer algo por nosotros. He visto personas que
piden a Dios que los cuide, pero despus de pedirlo, no creen
mucho que l lo har. En este caso, ninguna divinidad har algo por
nosotros. Al pedirlo, tenemos que desde ese momento en
adelante estar seguros de que algo se har y, en muchos casos,
mejor de lo que hemos pedido, en caso de que sea conveniente
para nosotros, o de manera distinta a lo que se pidi.
Los ancianos en la iglesia temprana
Toda organizacin es lo que sus lderes son. Un pas entra en crisis
si su presidente y su gabinete no son competentes. Una empresa
entre en crisis si su director general es incompetente, si se
equivoca mucho, o si no desarrolla estrategias correctas. Una
iglesia entra en crisis si su pastor no es competente.

Todo lder necesita ayudantes. Una de las competencias de un buen

lder es escoger buenos auxiliares. En una iglesia, estos ayudantes,
especialmente los ancianos, no son escogidos por el pastor, sino
por la iglesia en perfecta armona con Dios. Al fin y al cabo, es Dios
quien debe escoger a los ayudantes del pastor, o sea, los ancianos,
los diconos y otros directores de departamentos. Pero, en la
prctica, eso casi no sucede realmente.
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Cuando un lder es, o se convierte en, autocrtico, destruye la
organizacin. Se unen a l otras personas de la misma ndole, y se
conforma un grupo sediento de poder. Esto de la sed de poder es
mucho ms comn entre nosotros de lo que podemos imaginar. Tal
problema comenz con Lucifer y se esparci por la tierra. Abarc
todo el planeta, y se manifest entre el pueblo de Dios en tiempo
de los reyes, y ahora ha entrado incluso en nuestra iglesia, as
como en las dems. Es un grave problema esto de querer dominar
sobre la grey del Seor.

Jess vino para servir, no para dominar. El que quiera reformar a

otros debe primero reformarse a s mismo. Debe obtener el espritu
de su Maestro y estar dispuesto como l a sufrir oprobio y a
practicar la abnegacin. En comparacin con el valor de una sola
alma, el mundo entero se hunde en la insignificancia. El deseo de
ejercer autoridad, de seorear sobre la heredad de Dios, resultar,
si se lo complace, en la prdida de almas (JT II, p. 257).
Cules son los consejos de Pedro y de Pablo a los lderes,
especialmente a los pastores y ancianos? Siguiendo el orden
de los versculos bblicos propuestos en la Leccin, tenemos
recomendaciones cruciales:
No pretender figurar, o ser elogiado al dar limosnas, al hacer
oraciones, al tener que juzgar a alguien, etc.
Jess, por ejemplo, al tener que enfrentar probables problemas que
deba resol-ver, oraba solo en lo alto de una montaa.
Honrar a los padres, no como ocurra en aquellos tiempos en que se
utilizaba el artilugio del Corbn, cuando se pretenda entregar los
recursos de los padres ancianos a la iglesia, cuando en realidad se
lo apropiaban para s.
En referencia a este caso, los fariseos criticaron a Jess porque sus
discpulos no se lavaban las manos antes de las comidas. Ello era
una tradicin de los judos. Y Jess respondi: Pero vosotros decs:
Basta que un hombre diga a su padre o su madre: Todo aquello con
que pudiera ayudarte es corbn (ofrenda para Dios) Y no le dejis
hacer nada ms por su padre o su madre.
As invalidis la Palabra de Dios con vuestra tradicin, que
transmits de unos a otros. Y hacis cosas semejantes a estas
(NRV 2000). Entonces, ellos dedicaban a Dios las posesiones de sus
padres para que ellos no las gastaran en su vejez, cuando ya no
podran trabajar ms, pero despus de morir, se apropiaban de esas
posesiones. Hoy sera como apropiarse de la jubilacin de los
ancianos. Es esto honrar al padre y a la madre? Qu lderes eran
aquellos, que haban inventado una tradicin en contra de sus
mayores!

Los actuales lderes deben ser ejemplos en el cuidado de los padres,

de la esposa, los hijos, y de personas que requieran de atencin.
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Los pastores de hoy, como los obispos, o presbteros de aquellos
tiempos, merecen recibir un salario digno para que puedan hacer su
trabajo. Esto es bblico. Deben vivir de los diezmos. De hecho, no
hay modo que se haga un buen trabajo en la iglesia si a la vez se
tiene que obtener el sustento de otro modo. Ya es difcil para un
anciano hacer un trabajo ad honorem.

Los pastores, los ancianos y otros lderes deben pastorear a las

ovejas, eso significa, conducir al rebao de modo que llegue a la
salvacin en amor. Esto incluye visitar a los miembros y tratar de
ayudarles a resolver sus problemas particulares. Predicar sermones
orientando a algunas cosas personales no conduce a ningn
resultado prctico. Hay temas que slo ayudan si se hace en una
conversacin privada. Pocos pastores hacen esto, muy pocos.
En aquellos das, los posteriores a los das de Jess, la iglesia
comenz siendo muy pequea, unas ciento veinte personas. En el
primer sermn predicado por Pedro, en el da de Pentecosts, el
nmero se acrecent a ms o menos 5.120. Y despus se fueron
aadiendo ms y ms.

Tenemos que prestar atencin a un detalle que actualmente

muchos utilizan para justificar bautismos rpidos, ya que con un
solo sermn se bautizaron cinco mil. Pero todos ellos eran judos de
la dispora, que conocan muy bien el Antiguo Testamento, y que
haban venido a Jerusaln para la fiesta, hacer sacrificios y orar en
el Tempo o en alguna sinagoga. Slo les faltaba conocer a Jess, lo
dems ya lo conocan y practicaban.

Volviendo al tema, la iglesia creci fenomenalmente, y el liderazgo

centralizado inicial, en el que los apstoles se encargaban de todo,
ya no alcanzaba. Pronto tuvieron que crear una estructura
administrativa, que al principio fue colegiada, esto es, formando
comisiones, y la asamblea de fieles. Esto es una estructura
democrtica, y an hoy se utiliza en las empresas, en la gestin
poltica y donde se desee participacin y compromiso de todos.
En una estructura colegiada, todos tienen los mismos derechos y el
mismo poder, y eso incluye al que dirige al cuerpo colegiado. Ya sea
un dirigente, un anciano o un pastor, su voto vale uno y nada ms,
al contrario de lo que sucede en muchos casos. Si el voto de un
directivo valiera ms, y eso sucede con frecuencia, se configura una
dicta-dura, ya sea por el uso excesivo de poder, o por manipulacin
del mismo. As, ellos crea-ron el cargo de los diconos, que fueron
los primeros siervos que trabajaron voluntaria-mente, pero con un
cargo formal, en la naciente y creciente iglesia.

En la actualidad, la Iglesia Adventista del Sptimo Da posee una

estructura organizacional antigua, originada en el tiempo de los
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apstoles, pero moderna, pues es tambin utilizada en los pases
democrticos y en las empresas de alto perfil. Es una estructura
donde todos tienen voz y expresin, y donde hay oportunidades
para participar y hacer su aporte. Es una estructura (u
organigrama), donde especialmente los jvenes pueden
desarrollarse.

El principio de la estructura organizacional de la iglesia se basa en

Jess, quien cre un grupo de apstoles, que hacan las cosas en
conjunto, decidan en conjunto, y se desarrollaban en conjunto. Hoy,
quien estudia una concepcin muy moderna de las organizaciones,
la ms actual, que se denomina Arquitectura Organizacional, puede
notar que no es otra cosa que el mtodo de Jess, el que utiliz en
su tiempo, en el sentido de promover el desarrollo de las personas,
y as obtener excelentes resultados.

Pero puede surgir un problema. Si el lder principal es autoritario,

arruina todo el excelente sistema que Jesucristo desarroll. Y eso
sucede con frecuencia. Elena G. de White nos alert sobre ello: En
la visin del profeta Ezequiel se vea como una mano debajo de las
alas de los querubines. Era para ensear a sus siervos que el poder
divino es lo que les da xito.
Aquellos a quienes Dios emplea como mensajeros suyos no deben
pensar que su obra depende de ellos. No se deja a los seres finitos
la tarea de asumir esta carga de responsabilidad. El que no duerme,
sino que obra incesantemente por el cumplimiento de sus
propsitos, har progresar su causa. Estorbar los planes de los
impos y confundir los proyectos de quienes intenten perjudicar a
su pueblo.
El que es el Rey, Jehov de los ejrcitos, est sentado entre los
querubines, y en medio de la guerra y el tumulto de las naciones
guarda an a sus hijos. El que gobierna en los cielos es nuestro
Salvador. Mide cada afliccin, vigila el fuego del horno que debe
probar a cada alma. Cuando las fortificaciones de los reyes caigan
derribadas, cuando las flechas de la ira atraviesen los corazones de
sus enemigos, su pueblo permanecer seguro en sus manos (DMJ.
102).
Los ancianos
Ruego a los ancianos que estn entre vosotros, yo tambin
anciano con ellos, testigo de las aflicciones de Cristo, y tambin
participante de la gloria que ha de ser revelada: Apacentad la grey
de Dios que est entre vosotros, cuidadla, no por obligacin, sino
voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con nimo
pronto; no dominando las heredades del Seor, sino siendo
dechados de la grey. Y cuando aparezca el Prncipe de los pastores,
recibiris la corona inmarcesible de gloria (1 Pedro 5:1-4).
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Estos versculos de Pedro fueron dirigidos a los ancianos de la
iglesia. Destaquemos (entre muchas otras) algunas caractersticas
que los ancianos deben tener: ejercer voluntariamente la funcin
(aunque esto tambin se aplique para todos los dems cargos de la
iglesia); apacentar a la iglesia, o sea, hacer todo lo necesario para
que los miembros crezcan y se fortalezcan en la fe; no deben
buscar ganancias, sino estar listos a servir con humildad; no
dominar dictatorialmente sobre el rebao, sino ser ejemplos por el
estilo de vida; y un da, cuando Jess vuelva, recibirn la
recompensa eterna.

Podemos aumentar la lista de requisitos para el ancianato. Deben

ser los mismos que se requieren de un pastor. El anciano debe tener
una familia ejemplar, debe visitar a los miembros y organizar la
visitacin en la iglesia (quin hace hoy la tarea de visitar? Tengo
mis dos padres ancianos que ya no pueden asistir a la iglesia
regularmente, y ni un anciano o pastor de la iglesia los ha visitado,
slo algunos miembros); deben formar lderes en la iglesia; deben
dinamizar la programacin para que sea atractiva; y finalmente,
para no alargar demasiado la lista, deberan prestar atencin a los
enfermos, a los ancianos, a los que enfrentan problemas; no slo
predicar de vez en cuando y en muchos casos sermones tan
montonos y tan vulgares que el escucharlos puede llegar a ser una
prdida de tiempo.

Pareciera que se est repitiendo la historia del antiguo Israel,

cuando el pueblo era guiado por malos lderes, quienes perseguan
a los profetas, y desorientaban a la nacin: Porque los dirigentes
de este pueblo son engaadores, y por eso sus dirigidos se pierden
(Isaas 9:16; cf. Jeremas 2:2, 17). Pido disculpas por ser en estos
temas ms duro que lo normal, pero es la realidad que conozco.
Hay iglesia que felizmente no encuadran en esta descripcin.
Lderes siervos
Hay varias clasificaciones de estilos de liderazgo. No presentaremos
aqu estas categoras. Slo nos interesa, por ahora, la que clasifica
el estilo de liderazgo en slo dos tipos: el liderazgo envolvente (en
el que no existen desigualdades y/o privilegios de clases, ni jefes
que imponen su voluntad sobre los dems), y el liderazgo
autocrtico (o rgimen en el que una persona o grupo de ellas
ostenta el poder completo sobre el resto).

Los gobiernos terrenales son, en la mejor de las hiptesis,

democracias. En este caso el gobierno es elegido por el pueblo, y
hay una constitucin que determina cmo debe conducirse el
gobierno y cmo debe comportarse el pueblo. Todos tienen
derechos y deberes claramente establecidos. Pero, en gran parte, la
buena voluntad determinada por la ley no pasa de ser una
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intencin, pues la corrupcin humana trata de obtener provecho
ilegal, por encima del trabajo del pueblo. Vase como ejemplo cmo
funciona la democracia en Brasil, que est gobernada por una
banda de ladrones.
En el Reino de Dios es diferente. A veces paso mucho tiempo
reflexionando acerca de los principios del gobierno celestial.
En sntesis, este reino funciona del siguiente modo:
Todos son completamente libres para hacer su voluntad.
La voluntad de los seres inteligentes es orientada por el amor.
As, todos tienen voluntad de ser buenos los unos a los otros,
pues se aman mutuamente. Eso integra las fibras ms ntimas
de las personas, que son buenas por naturaleza, tal como
Dios.
Todos los seres inteligentes estn dispuestos a servirse unos a
otros, nunca de dominar o explotar al prjimo.
En esta disposicin, jams surge algn motivo para
desacuerdos.
Entonces, no hacen falta complejos sistemas de leyes que
ordenen el funcionamiento del gobierno; alcanza con un nico
principio general: el amor.
El propio Dios es amor; es decir, l es aquello que su gobierno
es, entonces es absolutamente confiable en lo que respecta a
su voluntad.

En un entorno en el cual todos se aman, partiendo de cunto ama

su gobierno (la Trinidad), no hay posibilidades de insurreccin (a no
ser que en alguna mente se genere el deseo de dominar o de
imponerse, lo que sucedi con Lucifer, algo que nunca suceder
nuevamente, como est previsto en Nahm 1:9), sino que se
posibilitan las condiciones para la ms pura felicidad en vida eterna.

Esta es una sntesis. Ahora compara la mejor democracia terrenal

con el gobierno del amor celestial. La distancia entre las dos
modalidades es infinita. Y as es como debiera ser dirigida la iglesia.
Las ms seguras democracias, que estn en Europa, ya han
legalizado por ejemplo el matrimonio entre personas del mismo
gnero, y han despenaliza-do la marihuana. Entonces, lo que aqu
en la tierra puede parecer bueno, en realidad no lo es.
Revestidos de humildad
Recordando lo que ya hemos analizado, el reino celestial es el del
amor, y all todos son por naturaleza y por principio humildes,
empezando por el Creador. All todos se sirven unos a otros, y el
Creador y Dios es el principal Servidor, pues l es quien mantiene el
universo. All, el mayor sirve al menor; el ms capacitado sirve al
menos capacitado. All, por ejemplo, los seres inteligentes sirven a
los animales, y no al revs. El principal principio del reino celestial
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es el amor, y el principal valor derivado de este principio es la
humildad, al lado de la libertad, y el principal modo de relacin es
servir, no ser servido.
En la tierra, la humildad es considerada algo negativo, aun cuando
en los diccionarios se la menciona como algo positivo, como la
modestia y la sencillez. En la vida prctica, se practica poco la
humildad. Mucho ms frecuente es el deseo de imponerse, de
dominar, manipular, imponerse, explotar, competir, deseo de ser el
primero, etc. Un buen retrato de la falta de humildad son los
polticos que no pierden oportunidad de elogiarse a s mismos y a
sus lemas, como si lo que ms le preocupara es el bienestar del
pueblo. Y lo peor es que tienen quien les crea.

Los lderes del pueblo de Dios deben ser humildes por naturaleza,
as como lo fue Jess, como lo manifest en estado de hombre, y
como lo es en su Naturaleza. Este dbil escritor habla de humildad,
cuando l mismo carece de crecimiento en este y en otros aspectos
de la naturaleza divina que Jess desea reproducir en nosotros.
Debemos recurrir a lo que escribi el Espritu de Profeca al hablar
de este tema:

Hay que entrenar la mente para que se espacie en las cosas

espirituales. La humildad ser el resultado de comprender el
carcter amoroso de Jesucristo. Al meditar en las excelencias del
carcter de Cristo nos daremos cuenta de cun ofensivo es el
pecado, y nos aferraremos de la justicia de Jesucristo. Cultivaremos
las virtudes que residen en Jess para que podamos reflejar su
carcter ante los dems.
Si contemplramos la cruz del Calvario no exaltaramos el yo, sino
que mantendramos constantemente delante de nosotros nuestra
propia indignidad, y cunto le cost al cielo nuestra salvacin;
percibiramos el amor inmaculado de Cristo (Manuscrito 21, del 9
de septiembre de 1899; cita-do en Cada da con Dios, p. 259).

Jess dijo a sus discpulos: Aprended de m, que soy manso y

humilde de corazn (Mateo 11:29). Quisiera suplicarles a los que
han aceptado la posicin de maestros, que primero aprendan a ser
alumnos humildes, y a permanecer siempre como estudiantes en la
escuela de Cristo para recibir del Maestro lecciones de
mansedumbre y humildad de corazn. La humildad de espritu,
combinada con una actividad intensa, resultar en la salvacin de
las almas compradas a tan alto precio por la sangre de Cristo... La
fe sin obras es muerta. Santiago 2:20. El Seor necesita esa clase
de fe que obra por el amor y purifica el alma. Una fe viviente en
Cristo colocar cada accin de la vida y cada emocin del alma en
armona con la verdad y la justicia divinas (TPI 4, pp. 526-528;
citado en Exaltad a Jess, p. 182).
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Eliseo haba recibido su educacin lejos de la ciudad y de la

disipacin de la corte. Haba sido preparado para que adquiriera
hbitos de sencillez y obediencia a sus padres y a Dios... Pero
aunque tena un espritu humilde y tranquilo, Eliseo no tena un
carcter voluble. Posea integridad, fidelidad, amor y temor a Dios.
Tena las caractersticas de un gobernante, pero junto con ellas
posea la mansedumbre del que est dispuesto a servir. Su mente
se haba ejercitado en las cosas pequeas, para ser fiel en lo que
hubiera que hacer; de tal manera que si Dios lo llamaba a actuar
ms directamente en su favor, estuviera preparado para or su voz
(HHD 95).
Como len rugiente
Parece una historia fantstica, la de una rebelin originada en el
cielo. Pero felizmente es verdadera, porque de no ser as, no
existira el plan de salvacin, y el mal sera un problema insoluble y
permanente. Siempre que miro noticias relacionadas con la
corrupcin en mi pas, Brasil, recuerdo que esto ya estaba
profetizado, y que eso ya no tiene solucin porque el mal est
impregnado en la mayora de las personas.
Hay una solucin que proviene del cielo, y es una solucin
permanente. El amor es la solucin. Nosotros, en estos das,
estamos en vsperas de que esa solucin se vuelva una realidad, lo
que suceder en ocasin de la Segunda Venida de Cristo. l ya ha
vencido al mal, y llegar trayendo la victoria, la vida eterna a todos
aquellos que hayan aceptado su intercesin.

La mayor batalla que se dar entre el enemigo de Dios y sus hijos

aqu en la tierra toda-va est en el futuro, aunque ya sabemos los
resultados. Esta batalla se denomina Armagedn en la Biblia, o para
nosotros, angustia de Jacob, en tiempos de la sexta plaga. Ser tan
penosa para los impos que derivar en la fase previa a la
destruccin. Jess ya enfrent esa batalla, por la que l no
participar de ella aqu en la tierra, pero nosotros estaremos a tal
punto protegidos por el sellamiento, que ninguno de los santos
morir en esos das. Algo as ya ocurri en batallas del pueblo de
Israel. Al final de esta batalla vendr la sptima plaga, y luego, la
Segunda Venida, por la que seremos salvos.

Es por esta razn que Satans anda tan nervioso en estos das.
Sabe que sus das de reinado estn contados y no falta mucho para
que su derrota sea confirmada, algo que ya ha ocurrido. Es un
perdedor desde los mismos comienzos, y cuanto ms se acerca al
final, ms furioso est por su destino, que l mismo escogi por su
sed de poder. Es bueno recordar el hecho de que todos los que
ostenten sed de poder, fracasarn al igual que l.
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Podemos comparar a Satans, algo que tambin la Biblia hace, con
un len fuerte y hambriento, encerrado para que no cause mal.
Surge entonces la desesperacin, y satans est aterrorizado a
causa del reavivamiento que se est dando entre el pueblo de Dios.
Eso lo lleva a generar toda clase de problemas para obstaculizar la
predicacin del evangelio eterno a todas las personas del mundo.

Por medio de frvida oracin y de entera confianza en Dios,

Salomn alcanz un grado de sabidura que despert la admiracin
del mundo. Pero cuando se alej de la Fuente de su fuerza y se
apoy en s mismo, cay presa de la tentacin. Entonces las
facultades maravillosas que hablan sido concedidas al ms sabio de
los reyes, solo le convirtieron en agente tanto ms eficaz del
adversario de las almas. Mientras que Satans trata continuamente
de cegar sus mentes para que no lo conozcan, los cristianos no
deben olvidar nunca que no tienen que luchar, contra sangre y
carne; sino contra principados, contra potestades, contra seores
del mundo, gobernadores de estas tinieblas, contra malicias
espirituales en los aires (Efe 6:12).
Est inspirada advertencia resuena a travs de los siglos hasta
nuestros tiempos: Sed templados, y velad; porque vuestro
adversario el diablo, cual len rugiente, anda alrededor buscando a
quien devore. Vestos de toda la armadura de Dios, para que
podis estar firmes contra las asechanzas del diablo (1 Ped 5:8; Efe
6:11) (CS, p. 499).

La Palabra de Dios nos advierte que tenemos muchos enemigos,

no confesados y abiertos sino enemigos que vienen con palabras
suaves y hermosos discursos, y que engaarn si es posible a los
mismos escogidos. As viene Satans. Y sin embargo, cuando
conviene a sus propsitos, aparece como len rugiente, buscando a
quien devorar.
La voluntad del hombre, a menos que se mantenga en sujecin a la
voluntad de Dios, estar tan pronto del lado del enemigo como del
lado del Seor. Por lo tanto, velemos en oracin; velemos y oremos
siempre (NEV. 134).
IV. Conclusin
En el servicio de Cristo se necesita un comando tan sabio como el
que se requiere para los batallones de un ejrcito que protege la
vida y la libertad del pueblo. No todos pueden trabajar
juiciosamente para la salvacin de las almas. Es necesario pen-sar
detenidamente. No debemos entrar al azar en la obra del Seor y
esperar xito. El Seor necesita hombres de intelecto, hombres de
reflexin. Jess pide colaborado-res, no personas que siempre
cometan errores. Dios necesita hombres inteligentes, que piensen
correctamente, a fin de hacer la gran obra necesaria para la
salvacin de las almas (JT 1, p. 454).
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Lderes siervos
1 Pedro 5:1-10.
LOS PRINCIPIOS DE LA HUMILDAD Y LA MANSEDUMBRE
CRISTIANAS
(1 Pedro 5:1-6).
Este pasaje principia con una exhortacin para los dirigentes de la
iglesia, especficamente para los ancianos, pero luego se extiende a
las relaciones de todos los miembros de iglesia entre s: a los
jvenes, y unos con otros. Y destaca dos de los grandes principios
cristianos que sealan la semejanza con Cristo: la humildad y la
mansedumbre.

En ciertos liderazgos seculares, podramos pensar, hasta cierto

punto, que es legtimo el uso de la fuerza o la autoridad, como por
ejemplo en los liderazgos de las fuerzas de seguridad (policas,
militares), o el liderazgo poltico. Pero, aun as, aquellos lderes que
realmente han marcado la historia y dejado huella en sus
seguidores y en la humanidad se han destacado ms bien por un
liderazgo de inspiracin que de imposicin. No podemos dejar de
pensar, en este sentido, en grandes lderes de la historia reciente
como Mahatma Gandhi, Martin Luther King, Nelson Mandela, y
tantos otros, que han suscitado la lealtad de tanta gente no
imponiendo su autoridad sino por la fuerza irresistible de su ejemplo
inspirador, por el respaldo moral que sus hechos les daban a sus
palabras. Por supuesto, el ejemplo mximo en este sentido es el del
manso y humilde Jess.

Por el contrario, solo los individuos neurticos, cuyo complejo de

inferioridad les hace sentir que deben imponerse por la fuerza a
otros, dominndolos, necesitan hacer valer su autoridad.

Estos consejos y exhortaciones de Pedro se dirigen inicialmente a

los lderes eclesisticos: los ancianos. Y, en relacin con esto, no
encontramos en el Nuevo Testamento una distincin como la que
hacemos hoy entre pastores y ancianos de iglesia. Pedro mismo lo
dice: Ruego a los ancianos que estn entre vosotros, yo anciano
tambin con ellos (el nfasis es mo).

En el esquema del Nuevo Testamento, los ancianos de iglesia son

los pastores de la iglesia, con las mismas responsabilidades y
prerrogativas de lo que hoy llamamos pastores. Quizs algn da
debamos rever, como iglesia, estas funciones y prerrogativas de los
ancianos de iglesia, no meramente para darles el honor que les
corresponde, sino tambin para que puedan brindar un servicio ms
amplio (bautizar, por ejemplo) y a su vez tener ellos una mayor
conciencia de la responsabilidad sagrada que pesa sobre sus
 14
hombros al aceptar el llamado divino a pastorear la grey de Dios. Su
funcin no es simplemente ser un buen maestro de ceremonias, al
dirigir los cultos, y ser consejeros de algn departamento de la
iglesia. Su funcin real es cuidar del rebao de Dios, alimentarlo,
visitarlo, consolarlo, estimularlo, guiarlo por sendas seguras.

Pero, como suele suceder con toda actividad humana en la que hay
algn pequeo o gran poder, nuestra naturaleza cada tiende a
que se nos suban a la cabeza los cargos, la autoridad conferida
por la iglesia. Por tal motivo, Pedro exhorta a los ancianos a que
sirvan a la iglesia a la manera de Cristo, cuidando de ella, no por
fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con
nimo pronto; no como teniendo seoro sobre los que estn a
vuestro cuidado, sino siendo ejemplos de la grey.
Su funcin no es aduearse de la iglesia sino servirla buscando su
mayor inters: la salvacin de su alma, su desarrollo espiritual y
sostenerla en medio de las luchas propias de vivir en este mundo
de pecado. Y hoy esta exhortacin no se aplica solamente a los
ancianos de iglesia sino tambin a los pastores ordenados. Solo
Cristo es el Seor de la iglesia; los dems somos solamente siervos
cuya autoridad y prerrogativas estn nicamente al servicio del
bienestar de la iglesia.

Esto significa que tenemos que orientar ms bien que imponer

nuestras opiniones; sugerir en vez de presionar; animar en vez de
manipular; exhortar en vez de usar la coercin. Y, sobre todo,
contagiar a otros, mediante nuestro ejemplo, el entusiasmo por
vivir como cristianos.
Estos principios se aplican a toda relacin en la que de alguna
manera tengamos una posicin de liderazgo: a los padres, en
relacin con sus hijos; a los docentes, en relacin con sus alumnos;
a los jefes laborales, en relacin con sus subordinados.

Porque, sobre todo, tenemos que tener un respeto supremo

especialmente en la vida de iglesia por la libertad y la
personalidad de aquellos que nos rodean, pues solo en un clima de
libertad y voluntario se puede ser genuinamente persona y
desarrollarse plenamente. De lo contrario, siempre estaremos
generando gente con mentalidad y actitudes de esclavo, serviles,
no genuinas.

Y hay una recompensa para este verdadero liderazgo amoroso que

nos propone el ejemplo de Cristo: Y cuando aparezca el Prncipe de
los pastores, vosotros recibiris la corona incorruptible de gloria.
Recompensa inmerecida, pero que el gran corazn de amor de
Jess se digna a concedernos, porque en su generosidad de espritu
 15
sabe valorar nuestros pequeos o grandes esfuerzos por ser de
bendicin para los dems.

HUMILLARSE Y RENDIRSE ANTE DIOS MEDIANTE LA ORACIN

Pero, para lograr esta mansedumbre y esta humildad, debemos
primero anonadar-nos frente a la grandeza de Dios: Humillaos,
pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que l os exalte cuando
fuere tiempo. Debemos reconocer que solo Dios es Dios; es decir,
el nico Ser supremo, digno de adoracin y reverencia, infinito en
poder, sabidura y amor, atributos que lo califican para ser el nico
Seor de nuestra vida, y para rendir nuestra ignorante y dbil
voluntad ante la suya, que es santa, justa y buena, agradable y
perfecta (Romanos 7:12; 12:2).
Echando toda vuestra ansiedad sobre l, porque l tiene cuidado
de vosotros (1 Pedro 5:7).
Una de las ms hermosas promesas de la Biblia, as como una de
las grandes recetas para la vida espiritual y para la paz mental:
teniendo la confianza de que Dios realmente nos ama y que tiene
cuidado de nosotros, que vela por nuestro bienestar, podemos
descargarnos totalmente con l. Ante cualquier situacin de la vida
o condicin interna (angustia, tristeza, depresin, conflictos
internos, etc.), debemos volcarle a Dios todo lo que hay en nuestro
corazn, echar nuestra ansiedad, nuestras preocupaciones sobre
l.

Pero, para poder hacer esto, es necesario que dediquemos tiempo a

la oracin, una oracin real, que no consista meramente en pedir
cosas de Dios sino en realmente conversar con l, contndole lo
que nos pasa, relatndole nuestras situaciones difciles, los
pensamientos y sentimientos ms ntimos de nuestro corazn; la
oracin conversacional. No porque l no conozca cada una de estas
cosas (Salmo 139), sino porque somos nosotros los que
necesitamos psicolgica y espiritualmente poner en palabras lo
que nos abruma y agobia, ante el mejor psiclogo del universo,
nuestro Padre celestial (lo que no implica que no podamos recurrir a
algn consejero profesional, en caso de necesidad, confiando en
que Dios obrar a travs de l).

En este sentido, cun bellas y fortalecedoras son las palabras de la

famosa cita de El camino a Cristo:
Presenta ante Dios tus necesidades, gozos, tristezas, cuidados y
temores. No puedes agobiarlo, no puedes cansarlo. El que tiene
contados los cabellos de tu cabeza no es indiferente a las
necesidades de sus hijos. El Seor es muy misericordioso y
compasivo. Su amoroso corazn se conmueve por nuestras
tristezas y aun por nuestra presentacin de ellas. Llvale todo lo
que deje perpleja tu mente. Ninguna cosa es demasiado grande
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como para que l no la pueda soportar, porque l sostiene los
mundos y gobierna todos los asuntos del universo.
Nada que de alguna manera afecte nuestra paz es demasiado
pequeo como para que l no lo note. No hay en nuestra
experiencia captulo demasiado oscuro que l no pueda leer; ni
perplejidad demasiado difcil que l no pueda desenredar.
Ninguna calamidad puede acaecer al ms pequeo de sus hijos,
ninguna ansiedad puede asaltar al alma, ningn gozo alegrar,
ninguna oracin sincera escapar de los labios, sin que nuestro
Padre celestial est al tanto de ello, sin que tome en ello un
inters inmediato.
l sana a los quebrantados de corazn, y venda sus heridas. Las
relaciones entre Dios y cada alma son tan claras y plenas como si
no hubiera otra persona sobre la Tierra a quien brindar su
cuidado, ninguna otra alma por quien haber dado a su Hijo
amado. 2
LA DIMENSIN CSMICA DE NUESTRAS LUCHAS
Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo,
como len rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar;
al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos
padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en
todo el mundo (versculos 8, 9).
Aqu Pedro, al igual que Pablo (Efesios 6), nos invita a adoptar la
perspectiva csmica de nuestros padecimientos; es decir, a verlos a
la luz del Gran Conflicto. Aun cuando en la actualidad la figura del
diablo sea considerada como un resabio de una era arcaica de
pensamiento mitolgico y mgico, la realidad que nos presenta la
Palabra de Dios es que estamos en medio de una guerra espiritual,
objeto de la saa de un ser sobrehumano, diablico; y que, as
como Dios tiene un plan para nuestra vida, el enemigo tambin lo
tiene. Est al asecho, buscando cmo hurtar, y matar y destruir
(Juan 10:10).

Si creemos en la revelacin de la Palabra de Dios acerca de la

presencia del mal en el mundo no solo como condiciones morales
de la humanidad y situaciones dolorosas por las que nos toca
atravesar en este mundo, sino tambin como encarnada en una
persona sobrehumana altamente inteligente, sagaz, poderosa y
maligna, sabremos dimensionar los problemas humanos. Sabremos
que nuestros problemas reales no son meramente polticos,
econmicos, sociales, familiares o psicolgicos.

Hay fuerzas mayores detrs de ellos. Y la cuestin no es volvernos

paranoicos y armar toda una teora conspirativa csmica detrs de
cada dificultad que nos sobreviene, sino tener los ojos abiertos.
Pedro habla de, frente a esta realidad, ser sobrios (es decir, estar
despiertos espiritualmente, y no dormidos ni distrados), y resistir a
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los avances del enemigo, hacindoles frente y no claudicando de
nuestra confianza en Dios, firmes en la fe, ya que no hay otra
forma de enfrentarlo, pues no hay ni sabidura ni poder suficientes
en nosotros mismos como para ganar la batalla contra l.

Y el hecho de que los mismos padecimientos se van cumpliendo en

vuestros hermanos en todo el mundo nos fortalece y anima, al
saber que no somos los nicos que padecemos esta lucha
espiritual; somos compaeros de miles y millones de hijos de Dios
que luchan al igual que nosotros, y que estamos unidos al mismo
Dios y Salvador, tratando de vivir la vida cristiana lo mejor posible,
animndonos y fortalecindonos unos a otros. Este sentido de
solidaridad y pertenencia a la gran familia espiritual de Dios (la
inmediata, de la iglesia local, y la ms extensa, de todo el mundo y
todas las pocas) nos aporta tambin un sentido glorioso de destino
final, que compartiremos en el Hogar celestial cuando Jess regrese
a buscarnos.
EL CARCTER TEMPORAL DEL DOLOR
Ms el Dios de toda gracia, que nos llam a su gloria eterna en
Jesucristo, despus que hayis padecido un poco de tiempo, l
mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca. A l sea
la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amn
(versculos 10, 11).
Como lo sealamos anteriormente, una y otra vez Pedro hace
alusin, en su epstola, a los padecimientos de los cristianos. Es que
el contexto en el que vivan los destinatarios de su carta era
ciertamente muy problemtico. No tenan que vivir su vida cristiana
en la asepsia y seguridad de un castillo, un palacio o un
monasterio, y ni siquiera en el ambiente de relativa libertad,
tolerancia y paz en la que la mayora de nosotros hoy vive su
cristianismo, sino en medio del fragor de la persecucin (ideolgica,
psicolgica y fsica) de la que eran objeto por parte de los romanos.
Pedro, inspirado por el Espritu Santo, al igual que lo hace Pablo (ver
Romanos 8:18; 2 Corintios 4:17), nos invita a tener en cuenta el
carcter temporal, provisorio, limita-do, del dolor: despus que
hayis padecido un poco de tiempo (nfasis agregado). Contra el
trasfondo de la eternidad, de una vida sin lmites temporales,
exenta de todo tipo de dolor, donde solo reinar la eterna dicha sin
fin, qu son unos pocos noventa o cien aos de vida en los que
tengamos que padecer algunas cosas, por dolorosas que hoy las
sintamos as?

Es esta la perspectiva con la cual debemos ver nuestra vida

terrenal, especialmente nuestros dolores. Hay un lmite para ellos,
pues-to por el Dios todopoderoso y Soberano de la historia. Y l nos
llama a no sentir que nuestra existencia tiene como nico y ltimo
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horizonte una tumba fra, sino la gloria eterna en Jesucristo. Ese
es nuestro horizonte y nuestro destino definitivo.
Y Dios mismo ha tomado en sus manos la responsabilidad de
prepararnos para esa Eternidad, usando incluso el dolor (no
provocndolo) como herramienta en sus manos para realizar sus
maravillosas obras de transformacin y preparacin para el cielo. l
mismo, si se lo permitimos, se encarga de perfeccionarnos,
afirmarnos, fortalecernos y establecernos. La obra de la salvacin
es suya de principio al fin, y nuestra parte es rendirnos para que l
pueda hacer sus maravillas en nosotros. Por eso es que la gloria y
el imperio, por los siglos de los siglos son para Dios, el Redentor,
porque jams podramos salvarnos a nosotros mismos.