Resumen La Sociedad Del Espectaculo

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El libro est dividido en nueve captulos que abordan desde un punto de vista terico

la naturaleza de la sociedad espectacular, junto los con los procesos histricos que
llevaron a la conformacin de su estructura, desplegando tambin un anlisis crtico
de las experiencias revolucionarias del pasado.

Asimismo cada captulo est conformado por fragmentos breves llamados tesis. Esa
estructura fragmentaria facilita a la vez que dificulta la compresin del texto. La
facilita porque permite obtener un contacto rpido con los conceptos, como si las
ideas estuvieran agazapadas en esos prrafos breves, listas para saltarnos encima en
el instante en que le pasamos la mirada por el lomo. Y la dificulta porque nos quita
la oportunidad de una aclaracin posterior, cuando el estilo, al fin y al cabo Debord
es un pensador francs, se vuelve demasiado crptico no hay glosas posteriores que
nos salven. Por suerte los momentos de hermetismo conviven con algunos ncleos
de una claridad y una precisin perturbadoras. En su conjunto el libro se despliega,
al menos para un lector no especializado, como un claroscuro en el cual las zonas de
penumbra incitan a la relectura.

Dada la complejidad del libro resulta difcil realizar un resumen de sus planteos.
Cada tesis puede servir como un disparador para encarar un anlisis del tema que
aborda, todas son en cierta forma extrables, poseen una autonoma que les permite
funcionar asiladas sin por ello dejar de ocupar un lugar coherente en la totalidad de
la obra. Copio a continuacin la tesis 43 para ver ms detenidamente este
funcionamiento.

43. Mientras que en la etapa primitiva de la acumulacin capitalista la economa


poltica no ve en el proletario sino al obrero que debe recibir el mnimo
indispensable para conservar su fuerza de trabajo, sin tenerlo en cuenta jams en
su ocio, en su humanidad, esta orientacin de las ideas de la clase dominante se
invierte tan pronto como el grado de abundancia alcanzado en la produccin de
mercancas exige una colaboracin adicional del obrero. Este obrero, sbitamente
redimido del desprecio total que le notifican con claridad todas las modalidades de
organizacin y vigilancia de la produccin, fuera de sta se ve todos los das tratado
aparentemente como una persona importante, con solcita cortesa, bajo el disfraz
de consumidor. Entonces el humanismo de la mercanca toma a su cargo el ocio y
la humanidad del trabajador, simplemente porque ahora la economa poltica
puede y debe dominar estas esferas como economa poltica. La negacin completa
del hombre ha tomado as a su cargo la totalidad de la existencia humana.

La eleccin del fragmento no es azarosa ya que entiendo que el mismo puede servir
para situar y empezar a entender los problemas que Debord est encarando. Aqu se
seala con toda claridad el momento histrico que est siendo pensado. Ese
momento est caracterizado por el pasaje o la transformacin del obrero en
consumidor. El proletario que era el sujeto revolucionario debido a las condiciones
miserables a las que lo condenaba el sistema pasa a ser tenido en cuenta cuando el
sistema necesita reubicar la abundancia de mercancas que produce. Esta
transformacin posiblemente sea el proceso histrico ms importante ocurrido en el
mundo despus de la Segunda Guerra Mundial. Aqu no se est hablando de otra cosa
que de la consolidacin de la clase media, el Estado de Bienestar y el sueo americano
como horizonte de los deseos individuales. Es el punto de partida de lo que llamamos
sociedad de consumo. El mundo se reorganiza ya no como un mundo de proletariado
y burguesa sino como un mundo de clase media, en la cual todos, o por lo menos la
mayora, tiene una dosis razonable de acceso a los bienes materiales mediante el
ejercicio del consumo. Sin embargo este proceso de integracin se produce slo en
apariencia. Si el nuevo consumidor es el viejo obrero susceptible de rebelarse
entonces es necesario desarrollar dispositivos que contengan ese potencial. De ah la
importancia capital de hacerse cargo del ocio del trabajador. Mientras que los
obreros del primer capitalismo luchaban por conquistar el tiempo de ocio que la
explotacin les negaba, los consumidores de la segunda fase nacern ya con la
porcin de ocio garantizada de antemano. Y el espectculo ser la forma de controlar
ese ocio.

En la Tesis 6 Debord afirma que: Forma y contenido del espectculo son,


idnticamente, la justificacin total de las condiciones y fines del sistema vigente.
El espectculo es tambin la presencia permanente de la justificacin, en tanto
colonizacin de la parte principal del tiempo vivido fuera de la produccin
moderna.
Lo que resulta sorprendente en Debord es la lucidez de entender la naturaleza de un
proceso en el mismo momento en el que est ocurriendo. Aunque su mundo no sea
el nuestro, aunque en la dcada del sesenta todava exista un proletariado industrial
palpable y una presencia poltica insoslayable del marxismo tradicional, Debord
parece estar hablando de nosotros. Muchas de las afirmaciones que realiza en 1967
no solamente se ven confirmadas sino tambin intensificadas en el mundo de las
dcadas posteriores. El despliegue desmesurado de las industrias del
entretenimiento, la omnipresencia de las pantallas en la vida cotidiana, el poder en
apariencia absoluto de los medios de comunicacin y la mera existencia del mundo
virtual son realidades innegables que se interponen permanentemente en nuestra
experiencia y que parecen desprendimientos de las ideas de Debord. Que La
sociedad del espectculo parezca estar interpelndonos permanentemente no es
una prueba del poder proftico de su autor sino una demostracin irrefutable de que
las estructuras de poder que operaban en su mundo siguen operando en el nuestro.
Y de que l entendi perfectamente bien cmo se mueven.

Si lo que ocurre en nuestro mundo es que Todo lo que antes se viva directamente,
se aleja ahora en una representacin (tesis 1), entonces es imposible seguir
pensando ciertas categoras crticas del mismo modo en que se lo haca en la poca
anterior al espectculo. Ms all de las coincidencias o desacuerdos que se puedan
tener con l, todo pensamiento que intente realizar un anlisis crtico de la sociedad
espectacular inevitablemente tendra que pasar por Debord. Ya no se puede pensar,
por ejemplo, la alienacin en los trminos en que se lo haca en las primeras dcadas
del siglo XX. La experiencia de la vida es otra y la dominacin de esa experiencia se
da bajo otros signos. Cmo hacer para luchar contra esta nueva dominacin? Es la
pregunta que Debord intent responder con su vida y su obra, las cuales no se
limitaron a la especulacin terica sino que se desplegaron entre la creacin
cinematogrfica, la agitacin vanguardista y principalmente la participacin en el
grupo conocido como Internacional Situacionista. El momento de mayor repercusin
tanto de los situacionistas como de sus ideas ocurri en 1968, con el Mayo Francs.
Sin embargo, como hemos visto, la obra de Debord no se agota en aquel momento
histrico, no se cristaliza en una postal de poca sino que se desliza, a escondidas y
latente, hasta nuestros das.

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