T31606
T31606
T31606
Madrid, 2010
ISBN: 978-84-693-3470-6
Manuscritos medievales iluminados
en la Biblioteca Histrica de
la Universidad Complutense (siglos IX-XIV):
estudio iconogrfico y codicolgico
Helena Carvajal Gonzlez
2
3
4
UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID
FACULTAD DE GEOGRAFA E HISTORIA
DEPARTAMENTO DE HISTORIA DEL ARTE I (MEDIEVAL)
TESIS DOCTORAL
DIRECTORAS:
DRA. M DE LOS NGELES SEPLVEDA GONZLEZ
DRA. ELISA RUIZ GARCA
MADRID- 2009
5
6
Un libro es como un jardn que se lleva en el bolsillo
Proverbio rabe
7
8
Agradecimientos
Sin el apoyo de mis padres no habra podido terminar este estudio. Ellos
fueron quienes desde siempre me inculcaron el amor a la cultura y mantuvieron
mis nimos en los momentos difciles; por todo ello les dedico este trabajo.
9
10
ndice
I. INTRODUCCIN 17
II. METODOLOGA 25
1. Estudio codicolgico 69
1.1 Fortuna del manuscrito 81
2. Rabano Mauro y el De Laudibus Sanctae Crucis 84
2.1 Autor y entorno cultural 84
2.2 El contenido de la obra. 86
11
Figura XIII 131
Figura XIV 132
Figura XV 134
Figura XVI 139
Figura XVII 143
Figura XVIII 145
Figura XIX 147
Figura XX 149
Figura XXI 150
Figura XXII 152
Figura XXIII 156
Figura XXIV 157
Figura XXV 159
Figura XXVI 161
Figura XXVII 162
Figura XXVIII 163
5. Conclusiones 165
12
Folio 101r 231
Folio 122v 232
Folio 133r 236
Folio 140v 240
5. Conclusiones 246
5. Conclusiones 323
13
2. Jimnez de Rada y el Breviarium Historie Catholice 342
3. El texto bblico 345
7. Conclusiones 397
14
BH MSS 120: Liber morborum tam universalium quam
particularium de Gilbertus Anglicus 445
BH MSS 156: Libros del Saber de Astronoma de Alfonso
X el Sabio 452
15
16
I. INTRODUCCIN
17
18
Que de tu mano y de tus ojos nunca est lejos algn libro (), copia libros,
para que, mientras la mano se gane la comida, el alma se alimente con la lectura.
19
20
Introduccin
1
Omitimos intencionadamente en la seleccin los Libros del Saber de Astronoma de Alfonso X el Sabio ya
que existe una tesis en curso centrada exclusivamente en este manuscrito.
21
Introduccin
22
Introduccin
23
Introduccin
2
MARTN ABAD, J.: El enredijo de mil y un diablos: (De manuscritos, incunables y raros, y de fondos y
fantasmas bibliogrficos). Madrid: Ollero y Ramos, 2007, p. 300.
24
II. METODOLOGA
25
26
Metodologa
3
Para establecer la metodologa nos parece indispensable la obra de Elisa Ruiz Garca Introduccin a la
codicologa. Madrid: Fundacin Germn Snchez Ruiprez, 2002, puesta al da del Manual de Codicologa
que public la misma autora en 1988.
27
Metodologa
28
Metodologa
4
http://catalogo.bne.es/uhtbin/authoritybrowse.cgi y http://www.bne.es/esp/servicios/manualautoridades.htm
29
30
III. ESTADO DE LA CUESTIN
31
32
Estado de la cuestin
33
Estado de la cuestin
34
Estado de la cuestin
Sin duda, los Libros del saber de astronoma de Alfonso X el Sabio es la obra
de la coleccin Complutense que ms atencin ha recibido. Existe una primera
35
Estado de la cuestin
edicin facsmil de Manuel Rico y Sinobas realizada en la segunda mitad del XIX,
as como otra ms moderna publicada en 1999 con estudios de Ana Domnguez,
Julio Sams y Manuel Snchez Mariana. Desde el punto de vista codicolgico, la
obra ha sido analizada por Anthony John Crdenas y tambin se le ha prestado
atencin en la amplia bibliografa dedicada a la produccin alfons. Existe,
adems, una tesis doctoral en curso centrada en los aspectos codicolgicos y
artsticos del cdice.
El resto de los manuscritos que forman parte del presente estudio no han
sido estudiados de forma individualizada hasta el momento y las referencias que
encontramos en los diferentes catlogos mencionados son extremadamente breves.
36
Estado de la cuestin
37
Estado de la cuestin
En cuanto a las obras que contienen los manuscritos, muchas de ellas han
sido objeto de ediciones crticas en diferentes pocas, aunque de pocas existen
traducciones. Es abundante la bibliografa sobre los grandes doctores de la Iglesia,
como Gregorio Magno o Beda el venerable, pero no sucede lo mismo con el resto
de los autores estudiados, en especial cuando la obra que recoge el manuscrito no
es la ms famosa de su produccin.
38
IV. CONTEXTO HISTRICO
39
40
En eso de los libros, esas obras nuevas, que son venidas, comprense todas.
41
42
Fundacin de la Universidad Complutense
Fue por esta razn que, en su solicitud al papa, el cardenal especificaba que
slo las disciplinas concernientes a la correcta formacin del clero (Artes, Filosofa,
Derecho Cannico y Teologa) seran las que se impartiran en el nuevo centro y
no el Derecho Civil, que poda apartar a los eclesisticos de las materias relevantes
5
Sobre ste y otros intentos anteriores a Cisneros como el del arzobispo Carrillo vid. AJO GONZLEZ DE
RAPARIEGOS Y SINZ DE ZIGA, C. M.: Historia de las universidades hispnicas: orgenes y
desarrollo desde su aparicin hasta nuestros das. Vol. 1, Medievo y Renacimiento Universitario Madrid:
C.S.I.C., 1957, p. 378 y ss. y Gua de fondos de instituciones docentes. Madrid: Ministerio de Educacin y
Cultura. Subdireccin General de Archivos Estatales, 1999, p. 19.
6
GARCA ORO, J.: La Universidad de Alcal de Henares en la etapa fundacional (1458-1578). Santiago de
Compostela: Independencia Editorial, 1992, p. 424.
43
Fundacin de la Universidad Complutense
44
Fundacin de la Universidad Complutense
10
FUENTE, V. de la: Historia eclesistica de Espaa. Madrid: 1873, Tomo II. p. 444
11
El Colegio Mayor se ocupaba de la gestin acadmica y de la administracin de los bienes y de la justicia
de toda la Universidad, ya que hasta la reforma de Pedro Diez de Rojas de 1777 no hay diferenciacin clara
entre los rganos escolstico y docente. Por esta razn resulta prcticamente imposible separar la
documentacin conservada de uno y otro organismo. Vase Gua de fondos de instituciones docentes, p. 26
12
Archivo Histrico Nacional (A.H.N.). Universidades, Libro 1085.
13
BATAILLON, M.: Erasmo y Espaa. Mxico: Fundacin de Cultura Econmica, 1950, p. 12.
45
Fundacin de la Universidad Complutense
46
La Biblioteca Complutense en sus orgenes
La biblioteca estuvo ubicada en la planta noble del colegio con sus ventanas
dando a la fachada principal. Por los datos que aporta la visita de Agustn del
Hierro en 1653, se sabe que tuvo unos 200m divididos en dos salas, segn
establece el primer ndice de hacia 151216.
14
Partidas 2, 31, 11 segn la edicin de Valladolid, 1587. Recogido en PESET, M.: Libros y
Universidades en Ex-libris universitatis: el patrimonio de las bibliotecas universitarias espaolas. Madrid:
Conferencia de Rectores de las Universidades Espaolas, 2001 p. 20
15
GARCA ORO, J.: Op. cit., 1992, p. 357 y ss.
16
FERNNDEZ FERNNDEZ, C.: La labor educadora de Cisneros y la primera biblioteca del
renacimiento en Espaa En Anales de documentacin, n.5, 2002, p. 85.
47
La Biblioteca Complutense en sus orgenes
La sala principal contaba con diez plteos (estantes), divididos en parte alta
y baja, y en los que los libros se agrupaban por materias17. La superior alojaba
unos cuarenta volmenes pero en la inferior las cifras varan mucho. En la
segunda sala se encontraban nueve estantes de un solo cuerpo, numerados los seis
primeros, y adems debieron existir atriles, como se desprende de ciertas
alusiones a la ubicacin de determinadas obras en los inventarios18.
17
Una aproximacin a los contenidos de esta primera biblioteca se encuentra en FUENTE, V. de la:
Formacin y vicisitudes de la Biblioteca Complutense. En Boletn-Revista de la Universidad de Madrid,
12 (25 marzo 1870), pp. 717-724.
18
En los atriles que estn arrimados a la pared comenando desde la puerta () por la mano derecha ay los
libros siguientes Libro del ynbentario de los Zensos Alquitar A.H.N. Universidades. Libro 920, f. 166r.
19
ALVAR EZQUERRA, A.: Op. cit, p. 67.
20
El documento fue localizado por Julin Martn Abad. Vid. Cisneros y el Siglo de Oro de la Universidad de
Alcal. Alcal de Henares: Universidad de Alcal, Centro Internacional de Estudios Histricos "Cisneros",
Fundacin General de la Universidad de Alcal, 1999, p. 196.
Tambin Santiago Aguad Nieto ha estudiado algunos aspectos del mismo en AGUAD NIETO, S.: De la
manuscritura a la imprenta: formacin de la Biblioteca del Colegio de San Ildefonso. En Civitas librorum =
La ciudad de los libros: Alcal de Henares 1502-2002. Alcal de Henares: Servicio de publicaciones de la
Universidad de Alcal, 2002, p. 55-80. En este y otros catlogos en los que hace referencia al documento se
ha introducido una errata en la signatura del manuscrito. La correcta es Mss/20056/47.
48
La Biblioteca Complutense en sus orgenes
Entre los centros de adquisicin de las obras destaca Medina del Campo,
seguida de Valladolid, Toledo y Salamanca, y ya a principios del XVI la propia
Alcal, sin olvidarnos de Bolonia, importante no tanto por la cantidad de obras
tradas sino por ser un claro referente universitario22.
21
AGUAD NIETO, S.: Op. cit., p. 59
22
Ibd., p. 59 y ss.
23
Ibd., p. 70.
49
La Biblioteca Complutense en sus orgenes
24
En eso de los libros, esas obras nuevas, que son venidas, comprense todas. En Cartas de los secretarios
del cardenal D. Fr. Francisco Jimnez de Cisneros durante su regencia en los aos de 1516 y 1517. Madrid:
Imprenta de la Viuda e Hijo de Eusebio Aguado, 1875. Carta 260.
25
PRIETO CANTERO, A.: Documentos inditos de la poca del Cardenal Fray Francisco Jimnez de
Cisneros (1516-1517), existentes en el Archivo General de Simancas en Anales Toledanos VII, 1973, p. 31
26
Ibd., p. 55-56
50
La Biblioteca Complutense en sus orgenes
27
Ibd., p. 358.
28
FERNNDEZ FERNNDEZ, C.: Op. cit., p. 84.
29
GARCA ORO, J. y PORTELA SILVA, M. J.: Visitas a la Universidad de Alcal en vida del cardenal
Cisneros. Madrid: Cisneros, 1996, p. 66.
51
La Biblioteca Complutense en sus orgenes
empresas editoriales de Cisneros pues el visitador hallo todos los libros della estar
complidos, con iertas cedulas de su Seoria Reverendisima por las quales se sacaron
algunos que fueron nescesarios para la obra que su Seoria Reverendisima haze30.
30
Ibd., p. 91.
31
Ibd, p. 154.
32
Ibd., p. 192.
52
Los ndices de la Biblioteca Ildefonsina
Index omnium librorum bibliotece collegii Santi Ca. 1512 AHN. Universidades. Libro 1090.
illefonsy oppidi Complutensis F. 33 -54
Inventario de los bienes del colejio mayor de Sn 1523 AHN. Universidades. Libro 1091.
Yldefonso
Inventario del archivo, sacrista, librera y bienes 1526 AHN. Universidades. Libro 1092.
inmuebles del Colegio de San Ildefonso, San
Pedro y San Pablo
Libro del ynbentario de los Zensos Alquitar deste 1565 AHN. Universidades. Libro 920.
principal Collegio mayor de San Illephonso y
bienes muebles de la Librera
Libro de visitas de la Librera del Colegio de San 1582, 1591, AHN. Universidades. Libro 686
Ildefonso 1592 y 1621
33
Ya que todos los cdices objeto de este estudio forman parte de la coleccin del primitivo Colegio de San
Ildefonso son slo los inventarios de este colegio los que reseamos aqu. Existen adems otros inventarios
dedicados exclusivamente a los impresos que tampoco recogemos en la presente relacin.
53
Los ndices de la Biblioteca Ildefonsina
34
Una transcripcin de este texto se encuentra en FERNNDEZ FERNNDEZ, C.: La biblioteca de la
Universidad Complutense, (1508-1836). Tesis indita de la U.C.M. 2001. Anexos.
35
A.H.N. Universidades, Libro 1090.
36
FUENTE, V. de la: Op. cit. 1870, p. 717-718
37
Villa-Amil habla de 1150; Vicente de la Fuente menciona 1070. Vid. VILLA-AMIL Y CASTRO, Jos: "El
Arca de No: iluminacin del cdice de la Biblioteca del Noviciado que contiene el Breviarium Hystorie
Catholice del arzobispo don Rodrigo Jimenez de Rada" en Museo Espaol de Antigedades, t. IX, 1878, pp.
588-589 y FUENTE, V. de la: Op. cit., 1870, p. 718. Cecilia Fernndez seala que a los 1070 volmenes se
aaden despus tres ms y 65 volmenes en rabe, lo que dara un total de 1138. Vid. FERNNDEZ
FERNNDEZ, C.: Op. cit., 2001.
38
Es frecuente encontrar en los mrgenes de ste y otros ndices frases del tipo Diose al camarero de su
Seora Reverendsima por una nmina.
54
Los ndices de la Biblioteca Ildefonsina
39
Vicente de la Fuente pone el Breviarum en manos de Cisneros como uno de los primeros cdices que lega
a la biblioteca, aunque desconoce cmo llega a su poder. Vase FUENTE, V. de la: Elogio del arzobispo D.
Rodrigo Jimnez de Rada y juicio crtico de sus escritos histricos: Discurso ledo en... la Real Academia de
la Historia el da 29 de junio de 1862. Madrid: Imp. Jos Rodrguez, 1862, p.77.
40
Al respecto vase p. 336-339 del estudio del Breviarium Historia Catholica.
41
A.H.N.. Universidades, Libro 813, f. 92r-v. Recogido en GARCA ORO, J.: Op. cit., p. 360
42
A.H.N.. Universidades, Libro 1091.
55
Los ndices de la Biblioteca Ildefonsina
Por su parte, el Libro del ynbentario de los Zensos Alquitar deste principal
Collegio mayor de San Illephonso y bienes muebles de la Librera... de 156544 aporta ya
alguna informacin sobre los formatos y encuadernaciones de las obras. Es
frecuente encontrar consignado de pergamino y de mano al referirse a los
manuscritos aunque estas anotaciones no se hacen en el cien por ciento de los
casos.
En l encontramos las siguientes referencias a los manuscritos:
[F. 162r] [En el segundo pluteo en la primera facie] En la parte inferior de esta facie estan
los libros
3[en el margen] Beda sup Cantica de pergamino y de mano en tablas blancas enyesadas
con tachones
[F. 162v] En la segunda facie de este otro pluteo [tercero] en la parte superior
Rabanus de Laude Sancte crucis de mano en tablas blancas y tachones.
[F. 165r] En el septimo pluteo en la primera facie superior
43
A.H.N.. Universidades, Libro 1092.
44
A.H.N.. Universidades, Libro 920.
56
Los ndices de la Biblioteca Ildefonsina
Estos tres ltimos ndices, los de 1523, 26 y 65, nos plantean una serie de
interrogantes. En primer lugar destaca el hecho de que en los dos primeros se
consigna slo el De rebus Hispaniae de Jimnez de Rada pero no el Breviarium
historiae catholicae, mientras que en el de 1565 sucede al revs. Este hecho parece
coincidir con la afirmacin que hace Nicols Antonio en su Bibliotheca Hispana
Vetus, publicada por primera vez en 1672, de que en esas fechas el manuscrito del
Breviarium lo tena el jurista Juan Lucas Corts (1624-1701), dueo de una nutrida
biblioteca45. A la vista de los inventarios de los siglos XVI y XVII, que slo
mencionan una obra del arzobispo, parece factible que este dato sea verdico
aunque resulta difcil determinar cmo abandon el manuscrito el Colegio y en
qu circunstancias volvi a formar parte de su biblioteca, ya que el inventario de
1745 menciona de nuevo la obra Roderici Toletani ArchipiscopiHistoria catholica y
como tal aparece tambin en el de 1800.
45
ANTONIO, N.: Biblioteca hispana antigua: o de los escritores espaoles que brillaron desde Augusto
hasta el ao de Cristo de MD. Madrid: Servicio de Publicaciones, Fundacin Universitaria Espaola, 1998,
p. 49 y ss.
57
Los ndices de la Biblioteca Ildefonsina
46
Existe edicin impresa de la mencionada visita: La vltima reformacion que por mandado del Rey... se ha
hecho en la Vniuersidad de Alcala de Henares, siendo reformador y visitador... do[n] Diego Herna[n]do de
Alarco[n], del Consejo del Rey... a quien se cometio la execucio[n] de la dicha reformacio[n] y
cumplimiento de la visita. [Compluti: s.n., ca. 1615?]
47
Recogido en GIL GARCA, A.: La Universidad de Alcal de Henares en el siglo XVII, segn los datos de
sus visitas y reformas. Alcal de Henares : Fundacin Colegio del Rey, 2003, p. 530
58
Los ndices de la Biblioteca Ildefonsina
48
FERNNDEZ GONZLEZ, E.: Universidad de Alcal en GLLEGO RUBIO, C. y MNDEZ
APARICIO, J. A. (Coord.): Historia de la Universidad Complutense de Madrid. Madrid: U.C.M., 2007 p.
32.
49
En el f. 10r del Mss. 308, y debajo de la entrada Ambrosius Catherinus Disp. Contra Luterum, aparece la
anotacin Lo llama en la C por su apellido. Al comprobar el Mss. 335 encontramos que la obra
efectivamente aparece consignada en la letra C y no en la letra A. Existen otros muchos ejemplos similares
que marcan la relacin entre las dos obras.
50
El manuscrito puede fecharse a mediados del siglo XII. En este ndice se mencionan comentarios de
Sasbou (probablemente Adam Sasbout) y Franciscum Titelmani, franciscanos holands y alemn
respectivamente que vivieron en la primera mitad del XVI. Tambin el que aparece como Guille auddus in
epistolas D. Pauli queda fuera de fecha, ya que Claude Guilliaud nace en 1493. El consignado como
Caietanus in epistolas Pauli hace referencia probablemente a la obra de Tomasso de Vio, conocido como
Cardinal Caetano, que vivi en el trnsito del siglo XV al XVI. Adems, todas estas obras aparecen
consignadas en el Index Universae bibliothecae Collegio Complutense de 1742 que hace por primera vez una
relacin de los impresos separada de la de los manuscritos por lo que claramente se trataba de obras de
molde.
59
Los ndices de la Biblioteca Ildefonsina
efectuadas por cuenta del arzobispo Francisco Jimnez de Cisneros..., nos plantea la
duda de si realmente el comentario a San Lucas era una obra en tres volmenes,
como parecen indicar los ndices de 1556 a 1720, o si es en realidad una errata del
bibliotecario que examinase la coleccin o del que redactara el inventario que
asumi las tres obras diferenciadas como parte integrante del comentario a
Lucas51.
51
Aunque en estos casos no existe mencin a si se trata de libros manuscritos, el cotejo del fondo conservado
con el ndice de 1512 y los inventarios posteriores, en especial los de XVIII que ya distinguen entre impresos
y manuscritos, no deja lugar a dudas, ya que no existen en el fondo obras impresas del autor irlands que
pudieran haber sido editadas en fecha suficientemente temprana como para formar parte de la dotacin
fundacional. La consulta de catlogos colectivos tales como CCPB, COPAC, ICCU y los de las principales
Bibliotecas Nacionales europeas y americanas no revelan ninguna edicin conocida del Comentario de Beda
al Evangelio de Lucas anterior a la de Josse Bade y Jean Petit en 1521.
52
SNCHEZ MARIANA, M.: Los cdices del Colegio Mayor de San Ildefonso De libros y Bibliotecas.
Homenaje a Roco Caracuel. Universidad de Sevilla, 1995, p. 361.
60
Los ndices de la Biblioteca Ildefonsina
Jos de Villa-Amil y Castro elabora por primera vez, a finales del siglo XIX,
un catlogo sistemtico de manuscritos de la Universidad Central54 en el que
realiza una breve aproximacin a los primeros inventarios de libros de los que se
tiene constancia y una descripcin pormenorizada de 169 cdices (quince menos
que en 1800) que divide en hebreos, griegos, latinos y castellanos, traduciendo en
muchas ocasiones casi literalmente las anotaciones de los ndices de 1745 y 180055.
Completa la obra un ndice de autores, compiladores, anotadores y traductores. La
numeracin establecida en esta relacin se mantiene actualmente en las signaturas
topogrficas que identifican a los manuscritos.
La Guerra Civil de 1936-39 supuso uno de los mayores desastres del fondo
librario Complutense, aunque la extraordinaria labor de los bibliotecarios y la
colaboracin de algunos combatientes, en su mayora maestros, permiti que
53
Ibd., p. 362.
54
VILLA-AMIL Y CASTRO, J. de: Catlogo de los manuscritos existentes en la Biblioteca del Noviciado
de la Universidad Central (procedentes de la antigua de Alcal). Universidad de Madrid, 1878.
55
El catlogo de 1800 conserva a lpiz una serie de nmeros en el margen de cada una de las obras que
coinciden con la numeracin que establece Villa-Amil. Habida cuenta de las similitudes que existen entre las
dos obras, es factible que las anotaciones fueran realizadas en este ndice durante la elaboracin del Catlogo
de Villa-Amil.
61
Los ndices de la Biblioteca Ildefonsina
muchas obras fueran rescatadas del frente universitario. En la Lista de los libros
trados de la ciudad universitaria en los tres viajes efectuados hasta la fecha56,
documento redactado en 1937 y cuyo original se conserva en el archivo de la
Biblioteca de la Universidad Complutense de Madrid, se consignan los cdices
que fueron trados durante la Guerra Civil desde la Ciudad Universitaria, adonde
previamente haban sido llevados para protegerlos de las revueltas estudiantiles,
ante el riesgo de bombardeos57. La relacin se da siguiendo la numeracin que
establece Villa-Amil en su catlogo y, de los cuatro cdices que analizamos en
detalle en el presente estudio, el nico que no pudo ser rescatado en estos tres
viajes es el Breviarium de Rodrigo Jimnez de Rada, hecho que explica, sin duda, el
dao sufrido por el manuscrito y su estado actual.
56
Archivo de la Universidad Complutense de Madrid. Biblioteca. Archivo de la Direccin (1937-1950).
Gestin de Lasso de la Vega. Caja 1. Documento n 11.
57
Al respecto vase el emocionante estudio de Marta Torres Santo Domingo Libros que salvan vidas, libros
que son salvados: la Biblioteca universitaria en la Batalla de Madrid en Biblioteca en Guerra. Madrid:
Biblioteca Nacional, 2005. p. 261-285.
62
V. ESTUDIO DE LOS MANUSCRITOS
63
64
El De Laudibus Crucis de Rabano Mauro.
Manuscrito 131 de la Biblioteca Histrica de la U.C.M.
65
66
Pero t regulaste todo con medida, nmero y peso
67
68
De laudibus Sanctae Crucis de Rabano Mauro
Ficha Bibliogrfica
Autor: Rabanus Maurus, Arzobispo de Maguncia 784?-856
Ttulo: De Laudibus Crucis
Fecha: Siglo IX
Medidas: 254 x 331 mm.
Extensin: [3] h. + 70 + [1] h.
Olim: 117-Z-29
BH MSS 131/ Villa-Amil 131/ Domnguez Bordona 1179
1. Estudio codicolgico
69
De laudibus Sanctae Crucis de Rabano Mauro
Las medidas actuales son de 254 x 344 mm aunque hay evidencias de que
este tamao se debe a que el manuscrito ha sido refilado en encuadernaciones
posteriores (Fig. 2).
61
Para mantener la homogeneidad visual de las pginas, los cuadernos se construyen de modo que el verso
de la hoja y el recto de la siguiente muestren el mismo lado, carne o pelo, y por tanto un color y aspecto lo
ms similar posible.
62
Manuel Snchez Mariana en su estudio Un cdice carolingio en la Universidad Complutense: De
Laudibus Crucis de Rabano Mauro. Patrimonio artstico de Galicia y otros estudios (Homenaje al Prof. Dr.
Serafn Moralejo lvarez). Santiago de Compostela: Xunta de Galicia, 2004, Tomo III, p. 254, considera que
el primer cuaderno podra ser un quinin o senin dependiendo de si el cdice tena los preliminares
completos e ilustrados.
70
De laudibus Sanctae Crucis de Rabano Mauro
63
Modelo de representacin grfica de los cuadernos expuesto, entre otros, en RUIZ GARCA, E.: Op. cit.,
1992, p. 169 y ss.
71
De laudibus Sanctae Crucis de Rabano Mauro
72
De laudibus Sanctae Crucis de Rabano Mauro
64
LEMAIRE, J.: Introduction a la Codicologie. Louvain-La-Neuve: Universit Catholique de Louvain;
Institut d'tudes Mdivales, 1989, pp. 118-120
73
De laudibus Sanctae Crucis de Rabano Mauro
65
dem.
74
De laudibus Sanctae Crucis de Rabano Mauro
En el verso de ese mismo folio aparece un documento del siglo XII relativo
a la Zecha, una fraternidad espiritual de la ciudad de Salzburgo, copiado
aprovechando que la pgina se encontrara en blanco67.
66
PERRIN, M.: "La Composition De L'In Honorem Sanctae Crucis de Raban Maur: Possibilits Et Limites
De L'explication De La Structure De L'oeuvre" en Revue Des tudes Latines, n 73. Paris: 1995, p. 199.
67
Una transcripcin de este documento se encuentra en SNCHEZ MARIANA, M.: Un cdice
carolingio, 2004, p. 259.
75
De laudibus Sanctae Crucis de Rabano Mauro
68
RABANUS MAURUS, ARZOBISPO DE MAGUNCIA 784?-856: B. Rabani Mauri Fuldensis abbatis et
Moguntini Archiepiscopi opera omnia. Turnholti: Brepols, 1966-1977, vol. 1.
76
De laudibus Sanctae Crucis de Rabano Mauro
77
De laudibus Sanctae Crucis de Rabano Mauro
69
Archivo General de Simancas (A.G.S.), Patronato Real, leg. 30-6, ff. 64-72v.La transcripcin de este
documento se halla en HUESO ROLLAND, F. (Ed. lit.): Exposicin de encuadernaciones espaolas, siglos
XII al XIX: catlogo general ilustrado. Madrid: Sociedad Espaola de Amigos del Arte, 1934, p. 144. Una
transcripcin ms reciente se encuentra en RUIZ, E.: Op. cit, 2004, p. 289 y ss.
70
Al respecto, vase CARPALLO BAUTISTA, A. [et. al.]: Encuadernaciones en la Biblioteca Complutense.
Universidad Complutense de Madrid, 2005. p. 87.
71
Esta misma letra aparece en el lomo de otros muchos manuscritos lo que nos hace pensar que
probablemente sealase que se trataba de un libro de mano.
72
El que muchos de los manuscritos de la Biblioteca Histrica presenten el mismo tipo de encuadernacin
nos hace pensar en una reencuadernacin general de ejemplares deteriorados que se pudiera llevar a cabo
coincidiendo con algn inventario. En este sentido, es necesario tener en cuenta la referencia que da Villa-
Amil en su estudio del Breviarum Historiae Catholicae de Rodrigo Jimnez de Rada sobre que en el ltimo
tercio del siglo XVIII la formacin de los ndices fue acompaada de una encuadernacin uniforme de un
gran nmero de volmenes como se menciona en el prlogo latino del de los manuscritos por lo que la
reencuadernacin bien podra datar de este momento aunque siguiese modelos herldicos ms antiguos. Vid
VILLA-AMIL Y CASTRO, J. de: El Arca, 1878, pp. 587-623.
78
De laudibus Sanctae Crucis de Rabano Mauro
79
De laudibus Sanctae Crucis de Rabano Mauro
80
De laudibus Sanctae Crucis de Rabano Mauro
73
Vase nota 58.
74
Al respecto, vase SNCHEZ MARIANA, M.: Un cdice carolingio, 2004, pp. 255 y 256.
75
bid., p. 258.
76
A.G.S., Patronato Real, legajo 30-6, fol. 67.
81
De laudibus Sanctae Crucis de Rabano Mauro
El Libro del ynbentario de los Zensos Alquitar deste principal Collegio mayor de
San Illephonso y bienes muebles de la Librera81 de 1565 lo describe como de mano
en tablas blancas y tachones.
El Indize alphabetico de los libros contenidos en esta librera del Collegio maior
de sn. Ildephonso de 172082 y su copia en limpio83 mencionan Rabanus in genesim
et de laudibus 2t. Esta entrada alude, sin duda, a la obra de Rbano Mauro que
aqu estudiamos y tambin al Comentario al Pentateuco, manuscrito actualmente
conservado con la signatura BH MSS 36, que comienza efectivamente por el
Gnesis.
77
SNCHEZ MARIANA, M.: Op. cit., 2005.
78
A.H.N. Universidades. Libro 1090, fol. 39v
79
A.H.N. Universidades. Libro 1091, fol. 7v
80
A.H.N. Universidades. Libro 1092, fol. 23r
81
A.H.N. Universidades. Libro 920, fol. 162v.
82
Biblioteca de la Universidad Complutense de Madrid (B.U.C.M.), BH Mss 335, fol. 60v.
83
B.U.C.M. BH Mss. 308, fol. 116r.
82
De laudibus Sanctae Crucis de Rabano Mauro
84
B.U.C.M. BH Mss. 307, fol. 41v
85
B.U.C.M. BH MSS 336, fol. 51r
86
Villa-Amil utiliza normalmente el trmino gtica para referirse a la escritura visigtica o carolina, a la que
a veces denomina tambin redonda. Cuando alude a lo que hoy se conoce como escritura gtica emplea el
trmino escritura cuadrada o francesa.
87
VILLA-AMIL Y CASTRO, J. de: Catlogo, 1878. p. 50 y nota.
88
DOMNGUEZ BORDONA, J.: Manuscritos con pinturas: notas para un inventario de los conservados en
colecciones pblicas y particulares de Espaa. Centro de Estudios Histricos. Madrid, 1933, Tomo I
(VILA - MADRID), p. 495.
83
De laudibus Sanctae Crucis de Rabano Mauro
89
Aunque existen numerosas obras de referencia sobre Carlomagno y su entorno, la biografa del monarca
realizada por Eginardo sigue resultando indispensable. EGINARDO: Vida de Carlomagno. Madrid: Gredos,
1999.
84
De laudibus Sanctae Crucis de Rabano Mauro
90
HINKS, R.: Carolingian Art. University of Michigan Press, 1992, pp. 121-122
85
De laudibus Sanctae Crucis de Rabano Mauro
91
Michel Perrin seala que este segundo libro en prosa es una traduccin ad sensum del contenido de los
poemas para guiar al lector, sin cuya comprensin la obra carecera de propsito. Vase PERRIN, M. "A
propos des 'cruces' du 'De laudibus sancti crucis' de Raban Maur." En De Tertulien aux mozarabes. Tome II:
Antiquite tardive et Christianisme ancien. Paris: Institut des Etudes Agustiniennes: 1992, p. 219.
92
CZAR, R. De: Poesa e imagen: Formas difciles de ingenio literario. El Carro de la Nieve. Sevilla,
1991. Edicin digital consultada el 02-02-2005 [En lnea][Consulta: 02-02-2005]
[http://boek861.com/lib_cozar/portada.htm]
93
Es bien sabido que Rabano Mauro peregrin a Palestina antes de su ordenacin y que tanto l como su
maestro Alcuino fueron excelentes hebrastas. Al respecto, vase CZAR, R. De: Op. cit., cap. 6.2
94
PERRIN, M.: Op. cit, 1995, p. 199.
86
De laudibus Sanctae Crucis de Rabano Mauro
Casi unnimemente se considera que existi una primera versin del texto
corregida por el propio autor antes de mediados del siglo IX, que es la que vemos
en la mayora de los ejemplos, salvo en el cdice Reginense 124 que incorpora
sobre la versin primitiva las correcciones posteriores. El ejemplar complutense
recoge ya las innovaciones de la versin corregida por ser probablemente una
copia de otro de la zona Maguncia-Fulda que ya las incorporaba95.
Por otra parte, en el prlogo de la obra, el autor nos seala que utiliza
ciertas abreviaturas y sinalefas que el lector debe ser capaz de desarrollar si quiere
comprender el significado de los poemas. As, nos encontramos palabras con una
ortografa peculiar o con los casos alterados sin otra finalidad que la de ajustarse a
las necesidades de la composicin grfica97. Si bien el ojo moderno encuentra en
estas alteraciones una dificultad aadida para la comprensin de la obra, es de
suponer que el lector medieval, acostumbrado a la lengua latina y a la temtica
religiosa, realizara una lectura suficientemente fluida de la obra y en caso
contrario contara con ese segundo libro aadido para facilitar la comprensin de
la obra.
Todos los carmina figurata que componen el cdice tienen como elemento
unificador la cruz, objeto de las alabanzas y smbolo que da coherencia temtica y
formal a la obra. Slo una de las ilustraciones, la figura XXII, no utiliza este
smbolo pero consideramos que constituye una excepcin formal intencionada ya
que alude precisamente a los dos smbolos ms utilizados por los cristianos con
95
SNCHEZ MARIANA, M.: Un cdice carolingio, 2004. p. 258.
96
COZAR, R.: Op. cit., cap. 10.7
97
PERRIN, M.: Op. cit., 1995, p. 199.
87
De laudibus Sanctae Crucis de Rabano Mauro
88
De laudibus Sanctae Crucis de Rabano Mauro
98
Smbolos. Rioduero. Madrid 1978, pp. 70-71
99
CHEVALIER, J. (Dir.) y GHEERBRANT, A.: Diccionario de los smbolos. Barcelona: Herder 2003, p.
366.
89
De laudibus Sanctae Crucis de Rabano Mauro
Entre las leyendas que rodean a la cruz, destaca aquella por la cual el
madero procede del rbol que surge de las semillas que Set coloca en la boca de su
padre al enterrarle y que habran salido del paraso con los primeros padres. Otra
versin cuenta que las partculas del rbol plantado por Set sobre la tumba de su
padre, del que sale luego la madera para la cruz, se esparcen a travs de todo el
universo causando milagros tras la crucifixin102. Cualquiera de las dos versiones
refuerza la ambivalencia de la cruz como smbolo de sacrificio de Cristo y rbol
de la Vida as como de las dos naturalezas del Salvador.
100
CIRLOT, J. E.: Diccionario de smbolos. Labor. Barcelona, 1978, p. 154.
101
Rm 6, 5
102
CHEVALIER, J. y GHEERBRANT, A.: Op. cit., p. 363.
103
dem.
90
De laudibus Sanctae Crucis de Rabano Mauro
bronce104. Por ello, hasta el siglo XIII, Cristo que regenera a la humanidad aparece
en ocasiones representado como una serpiente de bronce sobre la cruz, tal y como
se lee en el poema mstico traducido por Rmy de Gourmont105.
104
Jn 3, 13-15: Nadie sube al cielo sino el que baj del cielo, el Hijo del hombre, que est en el cielo. A la
manera que Moiss levant la serpiente en el desierto, as es preciso que sea levantado el Hijo del hombre,
para que todo el que creyere en l tenga la vida eterna.
105
Vase CHEVALIER, J. (Dir.) y GHEERBRANT, A.: Op. cit., p. 935 y ss.
106
Entre otros, san Cipriano, san Ambrosio, Tertuliano o san Ireneo. Vase CABROL, F. y LECLERCQ, H.:
Dictionnaire darchologie chrtienne et de liturgie. Pars, 1924-53. T. VIII, 2. Col. 1553
107
Gn 22, 1-14. En esta comparacin se debe tener en cuenta que en las crucifixiones el condenado slo
llevaba hasta el Calvario el travesao de la cruz ya que el madero vertical permaneca fijo all.
108
CHEVALIER, J. y GHEERBRANT, A.: Op. cit., p. 366
91
De laudibus Sanctae Crucis de Rabano Mauro
Para intentar lograr una mayor coherencia y una mejor comprensin del
mensaje global de la obra, hemos credo conveniente realizar una reconstruccin
ideal del programa iconogrfico, usando como referencia para las imgenes que
faltan en el ejemplar complutense las del manuscrito Vit/20/5 de la Biblioteca
Nacional de Espaa. De este manuscrito hemos tomado los poemas I a VI as como
el nmero XV y el de los preliminares que contiene la imagen de Ludovico Po109.
Es por esta razn que incluimos aqu una breve resea histrica del
mencionado manuscrito Vit/20/5 as como alusiones puntuales a sus diferencias o
similitudes con el ejemplar objeto de nuestro estudio.
109
El manuscrito de la Biblioteca Nacional contiene tambin en el folio 6r de los preliminares otro poema en
el que aparece destacada la frase Magnentius Hrabanus Maurus hoc opus fecit. Est formado por treinta y
seis hexmetros y para formar el texto sealado es necesario seleccionar la primera letra de cada grupo de
seis.
110
DEXEUS M.: Las colecciones incautadas: las bibliotecas del marqus de Mondjar y del duque de
Uceda. En La Real Biblioteca Pblica, 1711-1760: De Felipe V a Fernando VI. Madrid: Biblioteca
Nacional, 2004, p. 217.
92
De laudibus Sanctae Crucis de Rabano Mauro
111
DOMINGUEZ BORDONA, J.: Op. cit., Tomo I (VILA - MADRID). p. 377 n 931
112
Para el conocimiento de esta biblioteca remitimos a la tesis doctoral de Margarita Martn Velasco La
biblioteca del IV Duque de Uceda dirigida por Elisa Ruiz y leda en 2007.
113
ANDRS, G. de: Catlogo de los manuscritos de la biblioteca del Duque de Uceda. Madrid: Cuerpo
Facultativo de Archiveros, Bibliotecarios y Anticuarios, 1975, p. 25
93
De laudibus Sanctae Crucis de Rabano Mauro
muerte. Sus libros pasarn a formar parte de la recin fundada Real Biblioteca en
1712 y sus cdices sern el origen de la coleccin de manuscritos de la Biblioteca
Nacional114.
d) Cruz simple formada con los ejes vertical y horizontal del cuadro de letras.
Es el ms sencillo y menos numeroso de la obra, pues consiste nicamente en
destacar el verso central del poema, tanto en su disposicin vertical como
horizontal, para formar la imagen de la cruz.
114
Ibid., p. 7
115
CZAR, R. de: Op. cit., Cp. 4.3.
94
De laudibus Sanctae Crucis de Rabano Mauro
95
De laudibus Sanctae Crucis de Rabano Mauro
Figura I:
(Falta en el ejemplar complutense)
El primer poema tiene por ttulo De imagine Christi y nos muestra la imagen de
Cristo crucificado.
De laudibus Sanctae Crucis, fin. S. X. Madrid, Biblioteca Nacional de Espaa, Vit/20/5, fol. 7v.
96
De laudibus Sanctae Crucis de Rabano Mauro
recorrido por los diversos nombres del Salvador en el que se advierte una gran
influencia de las Etimologas de San Isidoro116.
El uso del oro y la prpura, tanto para el nimbo crucfero como para el pao
de pureza, son una clara alusin al Cristo Rey que ha vencido a la muerte.
116
Vase PERRIN, M.: Quelques rflexions sur le De laudibus Sanctae Crucis de Raban Maur: de la
codicologie la thologie en passant par la potique. Paris: Societ des tudes Latines, 1989, p. 224
117
JERNIMO, Santo: Cartas de..., I, (ed. y trad. D. Ruiz Bueno), Madrid, 1962, p. 194, recogido en
YARZA LUACES, J.: Fuentes de la Historia del Arte I. Madrid: Historia 16, 1997, p. 142
97
De laudibus Sanctae Crucis de Rabano Mauro
118
Cuando llega el momento, el emperador se reviste con la tnica de seda prpura con hilos de oro
enriquecida con piedras preciosas y perlas. CONSTANTIN POPHYROGNTE, Le Livre des Ceremonies,
Pars, 1967, vol. I, libro I, cap. 10, pp. 72-72 en YARZA LUACES, J.: Op. cit., pp. 179-180.
119
Despus de la comida (en el palacio) fueron tradas las frutas en tres vasijas de oro, que, debido a su
enorme peso, no son llevadas a mano de hombre, sino en carretillas cubiertas de prpura. LIUTPRANDO
DE CREMONA: Italia e Bisanzio alle soglie dellanno mille. Novara, 1987, Antapdosis, lib. ViI 5, pp. 193-
194. En YARZA LUACES, J.: Op. cit.,, p 178
120
2 Cr 3, 1-14: Empez, pues, Salomn a edificar el templo de Yahv en Jerusaln (...). Salomn lo recubri
por dentro de oro puro. Revisti la Sala Grande de madera de ciprs y la recubri de oro fino, haciendo
esculpir en ella palmas y cadenillas. Para adornar el templo lo revisti tambin de piedras preciosas; el oro
era oro de Parvin. Recubri de oro el templo, las vigas, los umbrales, sus paredes y sus puertas, y esculpi
querubines sobre las paredes (...). Hizo tambin el velo de prpura violeta, prpura escarlata, carmes y lino
fino, con querubines bordados.
121
Dt 5, 29: Entonces Baltasar mand vestir de prpura a Daniel, ponerle un collar de oro al cuello y
proclamarlo como tercer mandatario del reino.
122
Ex 25, 1-8: Yahv habl as a Moiss: Di a los israelitas que me reserven ofrendas. Me reservaris la
ofrenda de todo el que la ofrezca de corazn. stas son las ofrendas que reservaris: oro, plata y bronce;
prpura violeta y escarlata, carmes, lino fino y pelo de cabra; pieles de carnero teidas de rojo, cueros
finos y maderas de acacia; aceite para el alumbrado, aromas para el leo de la uncin y para el incienso
aromtico; piedras de nice y piedras de engaste para el efod y el pectoral.
123
Ap 17, 4-5: La mujer estaba vestida de prpura y escarlata, resplandeca de oro, piedras preciosas y
perlas; llevaba en su mano una copa de oro llena de abominaciones, y tambin las impurezas de su
prostitucin, y en su frente un nombre escrito, un misterio: La gran Babilonia, la madre de las prostitutas y
de las abominaciones de la tierra.
124
Ap 18, 16-17: Ay, ay, la gran ciudad, vestida de lino, prpura y escarlata, resplandeciente de oro,
piedras preciosas y perlas, que en una hora ha sido arruinada tanta riqueza!
125
Mt 27, 27-31: Entonces los soldados del procurador llevaron consigo a Jess al pretorio y reunieron
alrededor de l a toda la cohorte. Le desnudaron y le echaron encima un manto de prpura; y, trenzando
una corona de espinas, se la pusieron sobre su cabeza, y en su mano derecha una caa; y doblando la
rodilla delante de l, le hacan burla diciendo: Salve, Rey de los judos!; y despus de escupirle, cogieron
98
De laudibus Sanctae Crucis de Rabano Mauro
Por otra parte el que la figura de Jess aparezca apoyada sobre el travesao
de la cruz, sin clavos y sin ninguna marca de la pasin, as como la presencia de la
la caa y le golpeaban en la cabeza. Cuando se hubieron burlado de l, le quitaron el manto, le pusieron sus
ropas y le llevaron a crucificarle.
Mc 15, 16-20: Los soldados le llevaron dentro del palacio, es decir, al pretorio y llaman a toda la cohorte.
Le visten de prpura y, trenzando una corona de espinas, se la cien. Y se pusieron a saludarle: Salve, rey
de los judos! Y le golpeaban en la cabeza con una caa, le escupan y, doblando las rodillas, se postraban
ante l. Cuando se hubieron burlado de l, le quitaron la prpura, le pusieron sus ropas y le sacan fuera
para crucificarle.
Lc 23, 11: Pero Herodes, con su guardia, despus de despreciarle y burlarse de l, le puso un esplndido
vestido y le remiti a Pilato.
Jn 19, 1-3: Pilato entonces tom a Jess y mand azotarle. Los soldados trenzaron una corona de espinas,
se la pusieron en la cabeza y le vistieron un manto de prpura; y, acercndose a l, le decan: Salve, rey de
los judos. Y le daban bofetadas.
126
CHEVALIER, J. y GHEERBRANT, A.: Op. cit., p. 786
127
Mt 2, 11: Entraron en la casa; vieron al nio con Mara su madre y, postrndose, le adoraron; abrieron
luego sus cofres y le ofrecieron dones de oro, incienso y mirra.
128
Al respecto, vase UBIETA, J. . (Dir): Nueva Biblia de Jerusaln. Bilbao: Descle de Brouwer, 1999
[Edicin en CD-ROM], nota a Mt 2, 11.
129
CHEVALIER, J. y GHEERBRANT, A.: Op. cit, p. 363.
99
De laudibus Sanctae Crucis de Rabano Mauro
prpura y el oro, nos sita ante una escena triunfante en la que las alusiones a la
crucifixin y muerte quedan reducidas a meras referencias supeditadas a la
representacin gloriosa de Cristo. Como seala Perrin, no es un Cristo en la cruz
propiamente dicho sino un Cristo orante, a la vez Dios y hombre, que extiende sus
brazos sobre el mundo para protegerlo y salvarlo130.
Pese a resultar una imagen algo rgida y con cierta influencia bizantina es
innegable el afn de realismo que se pone de manifiesto en la representacin de la
musculatura del torso y abdomen, el sombreado del rostro, la individualizacin y
detalle de pies y manos as como en el cuidado con el que se han trazado el pelo
de la barba y la melena, caractersticas todas ellas que no resultan extraas habida
cuenta de que el manuscrito procede de Italia donde la herencia clsica en las
representaciones figurativas se mantuvo palpable a lo largo de la Edad Media.
130
PERRIN, M.: Op. cit., 1989, p. 224.
100
De laudibus Sanctae Crucis de Rabano Mauro
Figura II:
(Falta en el ejemplar complutense)
El segundo poema lleva por ttulo De crucis figura quae intra tetragonum est
scripta, et omnia se comprehendere manifestat y expone una concepcin del mundo
dividida en cuatro.
De laudibus Sanctae Crucis, fin. s. X. Madrid, Biblioteca Nacional de Espaa, Vit/20/5, fol. 10v.
El autor seala que en esta imagen la cruz de Cristo muestra con sus cuatro
brazos la totalidad de lo que existe, a saber: el cielo, la tierra, el infierno y lo
supraceleste, en relacin a las palabras de Pablo en Flp 2, 10 cuando afirma Para
que al nombre de Jess toda rodilla se doble en los cielos, en la tierra y en los
abismos.
101
De laudibus Sanctae Crucis de Rabano Mauro
plantas que existen y viven pero no sienten o comprenden, los animales que
adems de existir y vivir tambin sienten y, por ltimo, los ngeles y los hombres
que unen a todas las cualidades anteriores la del intelecto.
Existen adems cuatro afecciones del alma que la conducen hacia el bien o
hacia el mal y son el temor, el dolor, el deseo y la alegra.
La cruz de este poema nos ensea que a travs de sus brazos el mensaje de
salvacin afecta a todo lo creado contenido en ese cuadrado externo en una
alusin a la universalidad del mensaje de Cristo que, como veremos, es una
constante a lo largo de la obra.
131
CIRLOT, J. E.: Op. cit., p. 156
102
De laudibus Sanctae Crucis de Rabano Mauro
Figura III:
(Falta en el ejemplar complutense)
De laudibus Sanctae Crucis, fin. s. X. Madrid, Biblioteca Nacional de Espaa, Vit/20/5, fol. 13v.
Cruz formada por las palabras Crux Salus. Crux aparece en vertical y salus en
horizontal; la ele de la segunda palabra constituye el centro grfico de la cruz. El
ttulo del poema es De novem ordinibus angelorum, et de nominibus eorum in crucis
figura dispositis.
Cada una de las nueve maysculas agrupa varias letras del texto formando
las palabras: C: Seeraphin, R: Cheerubin, V: Arcangeli, X: Aangeli, S: Virtutes, A:
Potestate, L: Throni, V: Principat y S: Dominationes, es decir, los nueve coros
anglicos segn la divisin establecida por el Pseudo Dionisio Areopagita.
103
De laudibus Sanctae Crucis de Rabano Mauro
Parece ser que estos dos trminos designaban a funcionarios del poder civil
encargados de aspectos judiciales y en la carta de Pedro son empleadas para
establecer un paralelismo entre la corte celeste y el poder terreno132.
En este sentido, las cartas de Pablo nos presentan a estos cuatro grupos
anglicos como espritus que a veces hacen cumplir la ley de Dios, en referencia
por ejemplo a la presencia anglica en el Sina junto a Moiss134, aunque otras
ocasiones son descritos como seres que tratan de alejar al hombre de Dios135.
En Colosenses 2,14 Pablo afirma que Cristo cancel la nota de cargo que
haba contra nosotros, la de las prescripciones con sus clusulas desfavorables, y la
quit de en medio clavndola en la cruz. Y, una vez despojados los principados y
las postestades, los exhibi pblicamente, en su cortejo triunfal. El poder de los
ngeles, entendidos como espritus malficos asociados a la antigua alianza, queda
roto con el sacrificio de Cristo en la cruz.
132
UBIETA, J. A. (Dir): Op cit, nota a 1 Pe. 3, 22 (b).
133
Ibd., nota a Ef 1, 21.
134
En Gl 3, 16 se menciona la antigua ley promulgada por ngeles y otorgada al mediador que es Moiss. En
los textos ms antiguos es frecuente encontrar alusiones al pasaje del Sina en el que se identifica a Dios con
su ngel aunque en los ms modernos Moiss habla con un ngel del Seor y no con Dios mismo. Vase
UBIETA, J. A. (Dir): Op cit, nota a Hch 7, 38 (b).
135
Ef 6, 10-13: Porque nuestra lucha no es contra la carne y la sangre, sino contra los principados, contra
las potestades, contra los dominadores de este mundo tenebroso, contra los espritus del mal que estn en el
aire
104
De laudibus Sanctae Crucis de Rabano Mauro
136
Al respecto, vase CABROL, F. y LECLERCQ, H.: Op. cit., t. I, 2. col. 2083 y ss.
137
PSEUDO DIONISIO AREOPAGITA: Obras completas del Pseudo Dionisio Areopagita. Madrid:
Biblioteca de autores cristianos, 1995, La jerarqua celeste, p. 145-153.
138
Ibd., p. 153-157
139
Ibd., p. 157-162
140
GREGORIO I, PAPA, SANTO: Obras de san Gregorio Magno. Madrid: La Editorial Catlica, 1958.
Cuarenta homilas sobre los Evangelios, 34, 7-10, pp. 715-17
105
De laudibus Sanctae Crucis de Rabano Mauro
rodean a Dios y arden de amor hacia l, los Querubines que se nos presentan como
los seres sabios y los aurigas del Seor y los Tronos que contemplan y adoran al
seor adems llevar la justicia de Dios a la tierra. La segunda jerarqua agrupa a
las Dominaciones que regulan y vigilan el trabajo de los dems ngeles, las
Virtudes que realizan milagros y transmiten la gracia divina a los hombres y las
Potestades que preservan al mundo del Demonio. El tercer y ltimo coro est
compuesto por los Principados que son los protectores de la religin, los
Arcngeles, responsables de anunciar misterios y milicia del Seor y finalmente
los ngeles que son los que se encuentran ms cerca de los hombres.
Por otra parte el nueve, por ser el cuadrado de tres (que se entiende como
suma del uno y el dos: el cielo y la tierra), representa la universalidad, la
finalizacin de un ciclo y el comienzo de otro: as Cristo es crucificado en la hora
tercia, comienza su agona en la sexta y expira al llegar la hora nona142.
141
LAUAND, J.: Rabano Mauro e o significado mstico dos nmeros VIDETUR, n 23[En lnea]
[Consulta: 20-09-2007]. < http://www.hottopos.com/videtur23/jean.htm>
142
CHEVALIER, J. y GHEERBRANT, A.: Op. cit., p. 762
106
De laudibus Sanctae Crucis de Rabano Mauro
Figura IV:
(Falta en el ejemplar complutense)
La imagen nos muestra una cruz que divide el cuadrado de letras en cuatro
parcelas donde se sitan querubines y serafines. El ttulo del poema es De Cherubin
et Seraphim in crucis scripsit et significationem eorum y en l, el autor plantea cmo la
divina providencia, siempre preocupada por la salvacin del gnero humano,
enva a estos espritus al hombre.
De laudibus Sanctae Crucis, fin. s. X. Madrid, Biblioteca Nacional de Espaa, Vit/20/5, fol. 16v.
Rabano Mauro considera que los serafines, situados en los dos cuadrados
superiores, son una prefiguracin de Cristo pues sus seis pares de alas estn
dispuestos de tal modo que trazan la forma de la cruz.
143
Is 6, 1-7: El ao de la muerte del rey Ozas vi al Seor sentado en un trono excelso y elevado, y sus haldas
llenaban el templo. Unos serafines se mantenan erguidos por encima de l; cada uno tena seis alas: con un
107
De laudibus Sanctae Crucis de Rabano Mauro
De los querubines, Rabano Mauro dice que formaban parte del templo y
que estaban cerca del arca y de los altares propiciatorios, como se les describe en el
Libro de los Reyes. El autor destaca tambin que con sus alas abiertas prefiguran la
imagen de Cristo y recuerdan constantemente al hombre la pasin.
par se cubran la faz, con otro par se cubran los pies, y con el otro par aleteaban. Y se gritaban el uno al
otro: Santo, santo, santo, Yahv Sebaot: llena est toda la tierra de su gloria. Se conmovieron los quicios
y los dinteles a la voz de los que clamaban, y el templo se llen de humo. Y dije: Ay de m, que estoy
perdido, pues soy un hombre de labios impuros, y entre un pueblo de labios impuros habito: que al rey
Yahv Sebaot han visto mis ojos!Entonces vol hacia m uno de los serafines con una brasa en la mano, que
con las tenazas haba tomado de sobre el altar, y toc mi boca y dijo: He aqu que esto ha tocado tus
labios: se ha retirado tu culpa, tu pecado est expiado.
144
UBIETA, J. A. (Dir): Op cit., nota a Is. 6, 2 (a).
145
CHEVALIER, J. y GHEERBRANT, A.: Op. cit., p. 925
146
PSEUDO DIONISIO AREOPAGITA: Op. cit., pp. 145-153
147
Idem.
108
De laudibus Sanctae Crucis de Rabano Mauro
Sin duda uno de los textos que mayor importancia otorga a los querubines
es el Libro de Ezequiel. En una primera visin que tiene lugar junto al ro Quebar el
profeta describe el carro de Yahv153 y menciona unos seres que en la profeca del
castigo de Jerusaln identificar explcitamente con los querubines154.
148
Ex 25, 18-20 Hars, adems, dos querubines de oro macizo; los hars en los dos extremos del
propiciatorio: haz el primer querubn en un extremo y el segundo en el otro. Los querubines formarn un
cuerpo con el propiciatorio, en sus dos extremos. Estarn con las alas extendidas por encima, cubriendo con
ellas el propiciatorio, uno frente al otro, con las caras vueltas hacia el propiciatorio.
149
1 R 6, 23-29: Hizo en el santuario dos querubines de madera de acebuche de diez codos de altura ().
Coloc los querubines en medio del recinto interior. Los querubines tenan las alas desplegadas. Cada uno
tocaba un muro con un ala y en el centro del templo se tocaban uno al otro, ala con ala. Revisti de oro los
querubines
150
2 Cr 3, 8-10: Construy tambin la sala del Santo de los Santos, cuya longitud, correspondiente al ancho
del templo, era de veinte codos, y su anchura igualmente de veinte codos. Lo recubri de oro puro, que
pesaba seiscientos talentos. Los clavos de oro pesaban cincuenta siclos. Recubri tambin de oro las salas
superiores. En el interior de la sala del Santo de los Santos hizo dos querubines, de obra esculpida, que
revisti de oro.
151
Sal 99, 1: Reina Yahv, tiemblan los pueblos; entronizado sobre querubines, vacila la tierra
Is 37, 16: Yahv Sebaot, Dios de Israel, que ests sobre los Querubines, t slo eres Dios en todos los
reinos de la tierra, t el que has hecho los cielos y la tierra.
Dn 3, 55: Bendito t, que sondeas los abismos sentado sobre querubines alabado y ensalzado por los
siglos.
152
Eclo 49, 8: Ezequiel tuvo la visin de la gloria que Dios le revel en el carro de querubines.
153
Ez 1, 5-25: Haba en el centro la figura de cuatro seres cuyo aspecto era el siguiente: tenan figura
humana. Tenan cada uno cuatro caras y cuatro alas cada uno. Sus piernas eran rectas y la planta de sus
pies era como la pezua del buey, y relucan como el fulgor del bronce bruido. Bajo sus alas haba unas
manos humanas por los cuatro costados; los cuatro tenan sus caras y sus alas. Sus alas se tocaban unas a
otras; al andar no se volvan; cada uno marchaba de frente. La forma de sus caras era un rostro humano, y
los cuatro tenan cara de len a la derecha, los cuatro tenan cara de toro a la izquierda, y los cuatro tenan
cara de guila. Sus alas estaban desplegadas hacia lo alto; cada dos alas se tocaban entre s y otras dos les
cubran el cuerpo; y cada uno marchaba de frente; donde el espritu les haca ir, all iban, y no se volvan
en su marcha. Entre los seres haba como brasas incandescentes, con aspecto de antorchas, que se mova
109
De laudibus Sanctae Crucis de Rabano Mauro
El Apocalipsis menciona tambin cuatro seres a los que llama vivientes que
estn inspirados en el texto de Ezequiel. Tanto en la primera visin junto al ro
Quebar como en la del castigo de Jerusaln, en la que menciona ya a los
querubines, Ezequiel habla de cuatro seres con cuatro caras cada uno mientras que
el Apocalipsis menciona cuatro vivientes cada uno de un aspecto155. El Apocalipsis
los describe como llenos de ojos; en el texto de Ezequiel, Ubieta traduce la palabra
original ojos por destellos ya que considera que es ms apropiado en contexto,
pero es muy probable que el texto apocalptico incorporara el trmino en su
sentido estricto156.
Ireneo de Lyon vincula por primera vez en el siglo III de forma evidente a
los vivientes apocalpticos con los querubines de Ezequiel y a su vez con los
evangelistas, en su intento de defender la canonicidad exclusiva de los cuatro
Evangelios157. Tambin Beato en su explicacin a los vivientes los identifica con los
querubines y los evangelistas y esta identificacin se plasmar en la iconografa158.
entre los seres; el fuego despeda un resplandor, y del fuego salan rayos. Y los seres iban y venan como el
aspecto del rayo. Mir entonces a los seres: haba una rueda en el suelo al lado de los seres por los cuatro
costados. El aspecto de las ruedas y su estructura era como el destello del crisolito. Tenan las cuatro la
misma forma y parecan dispuestas como si una rueda estuviese dentro de la otra. En su marcha avanzaban
en las cuatro direcciones; no se volvan en su marcha. Su circunferencia era enorme, imponente, y la
circunferencia de las cuatro estaba llena de destellos todo alrededor. Cuando los seres avanzaban,
avanzaban las ruedas junto a ellos, y cuando los seres se elevaban del suelo, se elevaban las ruedas. Donde
el espritu les haca ir, all iban, y las ruedas se elevaban juntamente con ellos, porque el espritu del ser
estaba en las ruedas (). Y o el ruido de sus alas, como el de muchas aguas, como la voz de Sadday;
cuando marchaban haba un ruido atronador, como el estruendo de una batalla; cuando se paraban,
replegaban sus alas.
154
Ez 10, 20-22: Era el ser que yo haba visto debajo del Dios de Israel en el ro Quebar; y supe que eran
querubines. Cada uno tena cuatro caras y cuatro alas, y como manos humanas bajo sus alas. En cuanto a
sus rostros, tenan la apariencia de los que yo haba visto junto al ro Quebar. Cada uno marchaba de
frente.
155
Ap 4, 8: El primer Viviente, como un len; el segundo Viviente, como un novillo; el tercer Viviente tiene
un rostro como de hombre; el cuarto Viviente es como un guila en vuelo.
156
UBIETA, J. A. (Dir): Op. cit., nota a Ez 1, 8.
157
IRENEO, SANTO, OBISPO DE LYON: Adversus Haereses 3.11.8. en J. QUASTEN: Patrologa, T. I.
Madrid, 1991, p. 308 y ss.
158
Al respecto, vase SEPLVEDA GONZLEZ, M de los .: La iconografa del beato de Fernando I
(Aproximacin al estudio iconogrfico de los beatos). Universidad Complutense de Madrid, 1987. Tomo II,
p. 389-406.
159
UBIETA, J. A. (Dir): Op cit, nota a Is. 6, 2 (a).
110
De laudibus Sanctae Crucis de Rabano Mauro
una parte, ambas escenas estn relacionadas con la purificacin de la boca del
profeta y por otra, en la descripcin de los querubines existen diversas menciones
al fuego, las brasas y el rayo que recuerdan a los saraf o serafines. Esta relacin
tambin se establece en la descripcin que hace Juan en el Apocalipsis de los
vivientes (cuya vinculacin con los querubines ya hemos establecido) a los que
describe con seis pares de alas y alabando constantemente a Dios en una evidente
alusin al texto de Isaas160.
160
Ap 4, 8: Los cuatro Vivientes tienen cada uno seis alas, estn llenos de ojos todo alrededor y por dentro,
y repiten sin descanso da y noche:"Santo, Santo, Santo, Seor, Dios Todopoderoso, Aquel que era, que es y
que va a venir".
111
De laudibus Sanctae Crucis de Rabano Mauro
Figura V:
(Falta en el ejemplar complutense)
De laudibus Sanctae Crucis, fin. s. X. Madrid, Biblioteca Nacional de Espaa, Vit/20/5, fol. 19r.
El poema lleva por ttulo: De quator figuris tetragonicis circa crucem positis, et
spirituali aedificio domus Dei. La imagen nos muestra una cruz con los brazos
rematados en una especie de horquillas que divide el cuadrado de letras y una
forma cuadrangular amarilla destacada en cada uno de los cuatro sectores.
161
Hch 4, 11-12: l es la piedra que vosotros, los constructores, habis despreciado y que se ha convertido
en piedra angular. Porque no hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres por el que nosotros
debamos salvarnos.
1Pe 2, 4-8: Acercndoos a l, piedra viva, desechada por los hombres, pero elegida, preciosa ante Dios,
tambin vosotros, cual piedras vivas, entrad en la construccin de un edificio espiritual, para un sacerdocio
santo, para ofrecer sacrificios espirituales, aceptos a Dios por mediacin de Jesucristo. Pues est en la
Escritura: He aqu que coloco en Sin una piedra elegida, angular, preciosa y el que crea en ella no ser
confundido. Para vosotros, pues, creyentes, el honor; pero para los incrdulos, la piedra que los
112
De laudibus Sanctae Crucis de Rabano Mauro
Esta idea, que tiene su origen en las alusiones mesinicas del Libro de Isaas
y los Salmos166, reaparece tambin en los Evangelios sinpticos167, en los Hechos de
los apstoles168 y en la Primera carta de Pedro169.
113
De laudibus Sanctae Crucis de Rabano Mauro
Figura VI:
(Falta en el ejemplar complutense)
De laudibus Sanctae Crucis, fin. s. X. Madrid, Biblioteca Nacional de Espaa, Vit/20/5, fol. 21v.
167
Mt 21, 42, Mc 12, 10, Lc 20, 17
168
Hch 4, 11-12
169
1 Pe 2, 4-8
170
Czar considera que esta imagen forma la cruz teutnica; esta cruz recibe su nombre de la orden militar
Teutnica creada en Tierra Santa por un grupo de nobles guerreros alemanes en el siglo XII por lo que en
este caso consideramos que no puede tener ninguna relacin con la ilustracin. Vase CZAR, R. de: Op.
cit., Cap. 4.3
114
De laudibus Sanctae Crucis de Rabano Mauro
los frutos de la cruz, las cuatro virtudes cardinales, que superan el esplendor del
sol y oscurecen la blancura de la nieve.
171
FERRATER MORA, J.: Diccionario de filosofa abreviado. Madrid: Edhasa-Sudamericana, 1976. p. 435
y ss.
172
ROYO MARN, A.: Teologa de la perfeccin cristiana. Madrid: BAC, 1988. p. 135
173
Sal 1, 3: Ser como rbol plantado entre acequias, da su fruto en sazn, su fronda no se agosta. Todo
cuanto emprende prospera.
174
Lc 23, 31: Porque si en el leo verde hacen esto, en el seco qu se har?
175
Jn 15, 5: Yo soy la vid; vosotros los sarmientos. El que permanece en m y yo en l, se da mucho fruto;
porque separados de m no podis hacer nada.
176
Gl 5, 22-23: En cambio el fruto del Espritu es amor, alegra, paz, paciencia, afabilidad, bondad,
fidelidad, modestia, dominio de s.
115
De laudibus Sanctae Crucis de Rabano Mauro
177
Rabano Mauro utiliza el trmino gradus que puede traducirse por peldao o escaln.
178
CHEVALIER, J. (Dir.) y GHEERBRANT, A.: Op. cit., p. 460 y ss.
179
Gn 28, 10-15: Jacob sali de Berseba y fue a Jarn. Llegando a cierto lugar, se dispuso a hacer noche
all, porque ya se haba puesto el sol. Tom una de las piedras del lugar, se la puso por cabezal y se acost
en aquel lugar. Y tuvo un sueo. So con una escalera apoyada en tierra, cuya cima tocaba los cielos, y vio
que los ngeles de Dios suban y bajaban por ella. Vio tambin que Yahv estaba sobre ella y que le deca:
Yo soy Yahv, el Dios de tu padre Abrahn y el Dios de Isaac. La tierra en que ests acostado te la doy
para ti y tu descendencia. Tu descendencia ser como el polvo de la tierra y te extenders al poniente y al
oriente, al norte y al medioda; y por ti se bendecirn todos los linajes de la tierra, y por tu descendencia.
Yo estoy contigo; te guardar por donde vayas y te devolver a este solar. No, no te abandonar hasta haber
cumplido lo que te he dicho.
180
Ez 40, 24-37.
116
De laudibus Sanctae Crucis de Rabano Mauro
181
Vid CHEVALIER, J. (Dir.) y GHEERBRANT, A.: Op. cit., p. 455 y ss.
117
De laudibus Sanctae Crucis de Rabano Mauro
Figura VII:
De laudibus Sanctae Crucis, s. IX. Madrid, Biblioteca de la Universidad Complutense, Mss. 131,
fol. 1v
- Arriba en color naranja y con letras en rojo: Ver oriens ignis aurora hac parte
relucent
(La primavera, el Oriente, el fuego, la aurora)
- Abajo en color amarillo y con letras en rojo: Autumnus, zephyrus, tellus et vespera hic
fit
(El otoo, el Cfiro, la tierra y el ocaso)
182
Es importante tener en cuenta que en las transcripciones de los textos Rabano Mauro sita la izquierda y la
derecha no en funcin del espectador sino de la propia imagen. As en la transcripcin del texto de los
crculos se dice que arcton hiems lympha. est a la derecha. y Aer, aestas, austera la izquierda, mientras
que desde el punto de vista del espectador se situaran al revs.
118
De laudibus Sanctae Crucis de Rabano Mauro
- Izquierda en verde y con letras en rojo: Arcton hiems lympha media nox ecce locate
(El viento del Norte, el invierno, el agua y la media noche)
- Derecha en color azul y con letras en amarillo: Aer, aestas, auster, arci hic sit
meridiesque
(El aire, el verano, el Austro y el medioda)
183
Rafael de Czar traduce plagis como plagas aunque plaga-ae tambin significa regin, extensin o pas;
consideramos que este ltimo significado resulta mucho ms apropiado al contenido del poema. Vase
CZAR, R. De: Op. cit., Cp. 4.3.
184
En la mitologa griega Eos, la Aurora, es descrita como una diosa cuyos dedos color de rosa abren las
puertas del cielo para que pase el Carro del Sol. Vase GRIMAL, P.: Diccionario de mitologa griega y
romana. Paids. Barcelona, 1994. p. 161.
185
CIRLOT, J.E.: Op. cit., p. 136
119
De laudibus Sanctae Crucis de Rabano Mauro
186
dem
187
PASTOUREAU, M.: Una historia simblica de la Edad Media occidental. Buenos Aires: Katz, 2006, p.
18. Hay que sealar, sin embargo, que existen numerosos casos en el que al azul aparece asociado a lo que es
negativo y est alejado de Dios; es de suponer entonces que el azul se vincule con lo fro y oscuro ms que
con lo clido y luminoso. Como ejemplos podemos sealar la divisin de los corderos y cabritos de San
Apolinar el Nuevo en la que dichos animales aparecen guardados por un ngel rojo y azul respectivamente o
la imagen de Adn y Eva del Beato de El Escorial donde vemos un rbol con una raz azul y otra blanca. La
azul es del mismo color que la serpiente y adems corresponde a Eva.
188
dem.
189
Manuel Snchez Mariana, en su estudio del ejemplar complutense, seala que la comparacin con el
esquema cromtico de otros manuscritos conservados establecido por Perrin no permite establecer una
relacin entre ellos ni llegar a ninguna conclusin concreta a este respecto. Vase SNCHEZ MARIANA,
M.: Un cdice carolingio 2004, p. 256 y nota 3.
120
De laudibus Sanctae Crucis de Rabano Mauro
Este poema habla de la totalidad del mundo (los cuatro puntos cardinales),
del tiempo (los cuatro momentos del da), del ao (las cuatro estaciones) y de la
materia (los cuatro elementos). La eleccin del crculo como figura que da forma al
texto no es aleatoria sino que refuerza los ya mencionados aspectos de totalidad y
continuidad, al igual que el cuatro vincula el texto con lo terrestre.
190
LAUAND, J.: Op. cit.
191
CIRLOT, J. E.: Op. cit., p. 132.
121
De laudibus Sanctae Crucis de Rabano Mauro
Figura VIII:
De laudibus Sanctae Crucis, s. IX. Madrid, Biblioteca de la Universidad Complutense, Mss. 131,
fol. 2v
122
De laudibus Sanctae Crucis de Rabano Mauro
Como se desprende del ttulo y del texto inserto en la cruz, el poema alude
a los doce meses, los doce vientos, los doce signos, los doce apstoles, las doce
regiones y las obras de la tierra, as como a los misterios diversos de este nmero.
192
CZAR, R. de: Op. cit.
193
CIRLOT, J. E.: Op. cit., p. 174
194
RABANUS MAURUS, ARZOBISPO DE MAGUNCIA 784?-856: Figurae. (Ed. J. Perona). Murcia:
Universidad de Murcia, Secretariado de Publicaciones, 1995, p. 6.
195
Ap 22, 2
196
Ap 12, 1.
197
CHEVALIER, J. y GHEERBRANT, A.: Op. cit., p. 424.
123
De laudibus Sanctae Crucis de Rabano Mauro
del tiempo sagrado por lo que se constituye como el nmero del mundo
acabado198 y, al igual que el crculo, smbolo de la totalidad.
Figura IX:
De laudibus Sanctae Crucis, s. IX. Madrid, Biblioteca de la Universidad Complutense, Mss. 131,
fol. 3v
Cruz formada por cuatro hexgonos en amarillo con letras rojas. El ttulo
del poema es De diebus anni in quator hexagonis et monade comprehensis, et
debissextilli incremento, quomodo in specie sanctae crucis adornentur et consecrentur.
198
dem.
124
De laudibus Sanctae Crucis de Rabano Mauro
divisin, el resultado son cuatro grupos de seis horas, lo que se refleja en la forma
hexagonal de la cruz.
La cruz est formada por cuatro hexgonos amarillos que, sin embargo,
recuerdan por su forma a los ptalos de una flor. La identificacin de la cruz con el
rbol de la vida mediante la tetrafolia o la cruz de aspecto leoso es una forma
frecuente de referirse a la doble naturaleza de Cristo. Como seala M ngeles
Seplveda, el rbol que siempre tiene fruto simboliza asimismo la eternidad y,
por tanto, la divinidad de Cristo199.
199
SEPLVEDA GONZLEZ, M. de los A.: Los anagramas y el programa iconogrfico de Quintanilla de
las Vias: una hiptesis de interpretacin. La Espaa Medieval. Tomo V. Madrid, 1986. p. 1234
200
En esta identificacin de los dos elementos, cruz y rbol de la vida, no hay que olvidar la leyenda segn la
cual la cruz de Cristo estara hecha con la madera del rbol cuyas semillas sac Adn del Paraso y que Set
coloc en la boca de su padre al enterrarlo.
125
De laudibus Sanctae Crucis de Rabano Mauro
Figura X:
De laudibus Sanctae Crucis, s. IX. Madrid, Biblioteca de la Universidad Complutense, Mss. 131,
fol. 4v
126
De laudibus Sanctae Crucis de Rabano Mauro
de Jeremas que retoma el profeta Daniel201 y setenta los ancianos que Yahv
manda elegir a Moiss para que rodeen el tabernculo202.
201
Dn 9, 1 y ss.
202
Nm 11, 16 y ss.
203
Sobre el nmero setenta vase CHEVALIER, J. (Dir.) y GHEERBRANT, A.: Op. cit., p. 938 y ss.
204
Mt 18, 21 y 22: Entonces se le acerc Pedro y le dijo: Seor, cuntas veces perdonar a mi hermano que
peque contra m? Hasta siete? Jess le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete.
205
Una botana es un parche o remiendo circular empleado para tapar agujeros en odres y otros objetos.
127
De laudibus Sanctae Crucis de Rabano Mauro
Figura XI:
De laudibus Sanctae Crucis, s. IX. Madrid, Biblioteca de la Universidad Complutense, Mss. 131,
fol. 5v
Cinco cuadrados rojos con las letras en amarillo dispuestos formando una
cruz. El ttulo del poema es De quinque libris Mosaicis, quomodo per crucem
innoventur, exponitur. El orden de lectura en este caso vara del habitual, si tenemos
en cuenta la disposicin de los libros del Pentateuco. El orden de este poema es,
por tanto, arriba-izquierda-centro-derecha-abajo, de acuerdo con la disposicin
Gnesis-xodo- Levtico-Nmeros-Deuteronomio.
El poema canta cmo los cinco libros Mosaicos son renovados por la cruz,
prefigurada por el rbol del paraso y el leo que carga Isaac camino al sacrificio y
gracias a la cual es saldada la deuda del hombre.
128
De laudibus Sanctae Crucis de Rabano Mauro
206
CIRLOT, J. E.: Op. cit., p. 156
207
ORGENES: Op. cit., 1999, p. 116
129
De laudibus Sanctae Crucis de Rabano Mauro
Figura XII:
De laudibus Sanctae Crucis, s. IX. Madrid, Biblioteca de la Universidad Complutense, Mss. 131,
fol. 6v
130
De laudibus Sanctae Crucis de Rabano Mauro
Figura XIII:
De laudibus Sanctae Crucis, s. IX. Madrid, Biblioteca de la Universidad Complutense, Mss. 131,
fol. 7v
Cuatro cruces naranjas con las letras en rojo dispuestas en forma de cruz. El
ttulo del poema es De diebus conceptionis Christi in utero virginis, quator crucibus
demonstratis: hoc est, CCLXXVI et ejusdem significatione.
208
RABANUS MAURUS, ARZOBISPO DE MAGUNCIA 784?-856: Op. cit., 1966, vol. 1, col. 197
131
De laudibus Sanctae Crucis de Rabano Mauro
Figura XIV:
De laudibus Sanctae Crucis, s. IX. Madrid, Biblioteca de la Universidad Complutense, Mss. 131,
fol. 8v
132
De laudibus Sanctae Crucis de Rabano Mauro
Jos Perona considera que este poema recuerda a las lecciones cabalsticas
que us san Jernimo en sus epstolas sobre los nombres de Dios. En su opinin
adems la T, que simboliza el nmero 300, equivale a 6 veces 50, siendo cincuenta
el nmero de Pentecosts y seis los das de la Creacin. La X es el resultado de
multiplicar 10 por 100 y por tanto nmero de la perfeccin210.
209
RABANUS MAURUS, ARZOBISPO DE MAGUNCIA 784?-856: Op. cit. 1966, vol. 1, col. 205- 206
210
RABANUS MAURUS, ARZOBISPO DE MAGUNCIA 784?-856: Op. cit., 1995, p. 7
211
BEATO DE LIBANA, SANTO: Obras Completas. Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos, 1995.
Comentario al Apocalipsis, libro II., p. 277 y ss.
133
De laudibus Sanctae Crucis de Rabano Mauro
Figura XV:
(Falta en el ejemplar complutense)
De laudibus Sanctae Crucis, fin. s. X. Madrid, Biblioteca Nacional de Espaa, Vit/20/5, fol. 47v
En torno al cordero se aparece la frase Ecce agnus Dei ecce qui tollit peccata
mundi, sobre su cabeza puede leerse Septe Sp[iri]t[us] Dei y en el nimbo cruciforme
YOS, la forma griega de hijo.
134
De laudibus Sanctae Crucis de Rabano Mauro
Liber generationis. Esta forma rectangular denominada por Rabano Mauro charta
(papel, libro), aunque de aspecto bastante ambiguo, parece estar relacionada con
aquellas representaciones en las que los smbolos de los evangelistas portan un
libro o rollo o descansan sobre l (Fig. 15 y 16) y que encontramos a lo largo de
toda la Edad Media.
212
Ap 5, 6 y ss.: Entonces vi, de pie, en medio del trono y de los cuatro Vivientes y de los Ancianos, un
Cordero, como degollado; tena siete cuernos y siete ojos, que son los siete espritus de Dios, enviados a
135
De laudibus Sanctae Crucis de Rabano Mauro
Ireneo de Lyon vincula por primera vez en el siglo III de forma evidente, a
los vivientes apocalpticos con los querubines de Ezequiel y a su vez con los
evangelistas en su intento de defender la canonicidad exclusiva de los cuatro
evangelios215.
toda la tierra. Y se acerc y tom el libro de la mano derecha del que est sentado en el trono. Cuando lo
tom, los cuatro Vivientes y los veinticuatro Ancianos se postraron delante del Cordero.
213
Ez 1, 5-25: Haba en el centro la figura de cuatro seres cuyo aspecto era el siguiente: tenan figura
humana. Tenan cada uno cuatro caras y cuatro alas cada uno. 7Sus piernas eran rectas y la planta de sus
pies era como la pezua del buey, y relucan como el fulgor del bronce bruido. Bajo sus alas haba unas
manos humanas por los cuatro costados; los cuatro tenan sus caras y sus alas. Sus alas se tocaban unas a
otras; al andar no se volvan; cada uno marchaba de frente.1 La forma de sus caras era un rostro humano, y
los cuatro tenan cara de len a la derecha, los cuatro tenan cara de toro a la izquierda, y los cuatro tenan
cara de guila (). Mir entonces a los seres: haba una rueda en el suelo al lado de los seres por los cuatro
costados (). Cuando los seres avanzaban, avanzaban las ruedas junto a ellos, y cuando los seres se
elevaban del suelo, se elevaban las ruedas. Donde el espritu les haca ir, all iban, y las ruedas se elevaban
juntamente con ellos, porque el espritu del ser estaba en las ruedas.
214
Is 6, 2-3: Haba ante l serafines, que cada uno tena seis alas: con dos se cubran el rostro y con dos se
cubran los pies, y con las otras dos volaban, y los unos y los otros se gritaban y se respondan: Santo,
Santo, Santo, Yav de los ejrcitos! Est la tierra llena de su gloria.
215
No es posible que haya ms de cuatro evangelios, ni tampoco menos. Son cuatro las regiones del mundo
en que vivimos y cuatro los vientos de los cuatro puntos cardinales; porque, por otra parte, la Iglesia est
diseminada por toda la tierra, y la columna y el fundamento de la Iglesia es el evangelio y el Espritu de
natural que tenga cuatro columnas desde todos los ngulos soplen incorruptibilidad y reaviven en los seres
humanos el fuego de la vida. Por todo lo cual es evidente que el Hacedor de todas las cosas, el Verbo, que
est sentado sobre los querubines y sostiene el universo, cuando se nos manifest a los hombres nos dio su
136
De laudibus Sanctae Crucis de Rabano Mauro
evangelio bajo cuatro formas, pero sostenido por un slo Espritu. IRENEO: Adversus Haereses 3.11.8. en J.
QUASTEN: Op. cit., T. I. Madrid, 1991, p. 308.
216
RAU, L.: Iconografa del arte cristiano. Ediciones del Serbal, 1996-98. T. 1, Iconografa de la Biblia,
vol. 1, Antiguo Testamento, p. 49. M de los ngeles Seplveda transcribe la versin de este texto que se
encuentra en la Biblia de Cava. Vase SEPLVEDA GONZLEZ, M de los .: La iconografa..., 1987.
Tomo II, p. 499.
217
Ibid., p. 49, CIRLOT, J. E.: Op. cit., p. 435-436 y CHEVALIER, J. (Dir.) y GHEERBRANT, A.: Op. cit.,
p. 988.
218
La cara del hombre simboliza a Mateo, porque este evangelista en su evangelio destac ms que los otros
lo concerniente a la humanidad de Jess; la del buey representaba a Lucas que fue el que con mayor
relevancia expuso el carcter sacerdotal de Cristo; a Marcos, que describi con ms detalles que los otros
lo relativo a la resurreccin del Seor, atribuimos la cara de len (...) porque este evangelista inici su
relato presentndonos a Juan Bautista conmoviendo a los pecadores con los rugidos de su predicacin; el
guila, finalmente, por volar a mayor altura que las dems aves, simboliza apropiadamente al evangelista
Juan, que con especial elevacin escribi sobre la divinidad de Cristo. VORGINE, S. de la: La leyenda
dorada. Madrid: Alianza, 1982, p. 669.
219
CIRLOT, J. E.: Op. cit.,, p. 448.
137
De laudibus Sanctae Crucis de Rabano Mauro
220
UBIETA, J. A. (Dir): Op. cit., nota Ap. 5, 6 (b).
221
Al respecto, vase CHEVALIER, J. (Dir.) y GHEERBRANT, A.: Op. cit., p. 344
222
1 Co 5, 7: Alejad la vieja levadura para ser masa nueva, porque nuestra Pascua, Cristo, ya ha sido
inmolado.
138
De laudibus Sanctae Crucis de Rabano Mauro
Figura XVI:
De laudibus Sanctae Crucis, s. IX. Madrid, Biblioteca de la Universidad Complutense, Mss. 131,
fol. 9v
El ttulo del poema es De septem donis Spiritus sancti, quae propheta Isaias
enumerat y muestra dos lneas de siete estrellas/flores de ocho ptalos o puntas
cada una, realizadas en azul y con las letras en rojo; las lneas se cruzan a la altura
de la estrella/flor central que es comn para las dos.
Los siete dones aparecen enumerados en el mismo orden en las dos lneas:
sapientiae (sabidura), intellectus (inteligencia), consilii (consejo), fortitudinis
(fortaleza), scientiae (entendimiento), pietatis (piedad) y timoris Domini (temor de
Dios). El poema hace referencia al texto de Isaas en el que se anuncia la venida del
Mesas, el vstago de Jes, sobre el que reposar el espritu de Yahv223.
223
Is 11, 1 y ss. Y brotar un retoo del tronco de Jes y retoar de sus races un vstago. Sobre el que
reposar el espritu de Yahv, espritu de sabidura y de inteligencia, espritu de consejo y de fortaleza,
espritu de entendimiento y de temor de Yahv.
139
De laudibus Sanctae Crucis de Rabano Mauro
224
Nm 24, 17: La veo, pero no ahora; la contemplo pero no de cerca. lzase de Jacob una estrella, surge de
Israel un cetro, que aplasta los costados de Moab y el crneo de todos los hijos de Set.
225
SEPLVEDA GONZLEZ, M. de los .: Op. cit., 1986, p. 1230
226
Ibd., p. 1230 y nota 34.
227
REAU, L.: Op. cit., 1996, T. 1, v. 1. Iconografa de la Biblia, Antiguo Testamento, p. 36.
228
CHEVALIER, J. (Dir.) y GHEERBRANT, A.: Op. cit., p. 768.
140
De laudibus Sanctae Crucis de Rabano Mauro
anuncia la era futura eterna y la resurreccin del hombre; si el siete es el nmero del
Antiguo Testamento, el ocho se convierte en el del Nuevo229.
229
Sobre esta interpretacin del nmero 8 vase CHEVALIER, J. (Dir.) y GHEERBRANT, A.: Op. cit., p.
768.
230
BASILIO MAGNO, SANTO: De Spiritu Sancto, cap. 27, recogido en BOTTE, B. y DANIELOU, J.:
Vivir segn el domingo. Barcelona: Centre de Pastoral Litrgica, 1990, p. 49.
231
Recogido en BOTTE, B. y DANIELOU, J.: Op. cit., p. 55.
232
Sobre este aspecto vase OATIBIA, I.: Bautismo y confirmacin. Biblioteca de Autores Cristianos.
Madrid, 2000, p. 34 y ss.
233
AGUSTN, SANTO, OBISPO DE HIPONA: Obras de San Agustn. Madrid: La Editorial Catlica, 1971,
Vol. 6, Tratados sobre la gracia, p. 393.
234
O es que ignoris que cuantos fuimos bautizados en Cristo Jess, fuimos bautizados en su muerte? Por
el bautismo fuimos sepultados con l en la muerte, para que, as como Cristo fue resucitado de entre los
muertos para gloria del padre, as tambin nosotros andemos en una vida nueva
141
De laudibus Sanctae Crucis de Rabano Mauro
El Justo No, con los otros hombres del diluvio, es decir, su mujer, sus tres hijos y
las mujeres de sus hijos, formaban el nmero ocho y ofrecan el smbolo del octavo
da en el que nuestro Cristo se ha aparecido resucitado de entre los muertos235.
235
JUSTINO, SANTO: Dialogus cum Tryphone, CXXXVIII, 1-2, recogido en BOTTE, B. y DANIELOU, J.:
Op. cit., pp. 56-57.
236
CIRLOT, J. E.: Op. cit., p. 404
237
Hay siete notas en la escala habitual, siete colores en el arco iris, siete esferas planetarias y siete planetas
correspondientes. Al respecto, vase CIRLOT, J. E.: Op. cit., p. 404.
238
Vase CHEVALIER, J. (Dir.) y GHEERBRANT, A.:Op. cit., p. 943- 944.
142
De laudibus Sanctae Crucis de Rabano Mauro
En Ap. 1,16-20, 2,1 y 3,1 se mencionan siete estrellas que Cristo sostiene en
su mano derecha y que, como se lee en Ap. 1, 20, son los ngeles que, a modo de
pastores, estn encargados de vigilar las siete iglesias, representacin de la Iglesia
Universal. Si tenemos en cuenta este posible significado, descubrimos que una vez
ms aparece en la obra la idea de totalidad y universalidad mediante la alusin a
los siete planetas ms cercanos al sol y de las siete iglesias, que reuniran a la
totalidad de los fieles.
Figura XVII:
De laudibus Sanctae Crucis, s. IX. Madrid, Biblioteca de la Universidad Complutense, Mss. 131,
fol. 10v
143
De laudibus Sanctae Crucis de Rabano Mauro
239
Mt 5, 1-10: Bienaventurados los pobres de espritu porque de ellos es el reino de los cielos;
Bienaventurados los mansos porque ellos heredarn la tierra, Bienaventurados los que lloran porque ellos
sern consolados; Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos sern hartos;
Bienaventurados los misericordiosos porque ellos alcanzarn misericordia; Bienaventurados los limpios de
corazn, porque ellos vern a Dios; Bienaventurados los pacficos, porque ellos sern llamados hijos de
Dios; Bienaventurados los que padecen persecucin por la justicia, porque suyo es el reino de los cielos.
240
CIRLOT, J.E.: Op. cit., p. 338.
241
Felices flentes quis consolatio in alto est. Vase RABANUS MAURUS, ARZOBISPO DE MAGUNCIA
784?-856: Op. cit. 1966, vol. 1, col. 218.
144
De laudibus Sanctae Crucis de Rabano Mauro
Figura XVIII:
De laudibus Sanctae Crucis, s. IX. Madrid, Biblioteca de la Universidad Complutense, Mss. 131,
fol. 11v.
242
Vase nota 105
243
CIRLOT, J. E.: Op. cit. p. 448.
145
De laudibus Sanctae Crucis de Rabano Mauro
244
CHEVALIER, J. (Dir.) y GHEERBRANT, A.:Op. cit. p. 1021
245
Ex 22, 1 y ss.
246
Mt 4 1-11; Mc 1, 12-12; Lc 4, 1-14
247
Gn 25, 20
248
RABANUS MAURUS, ARZOBISPO DE MAGUNCIA 784?-856: Op. cit., 1966, Col. 222
249
Nm 13, 1 y ss. Yahv habl a Moiss, diciendo: Manda a algunos hombres a explorar la tierra de Canan
que voy a daros: manda a uno por cada tribu y que sean todos de los principales entre ellos (...). Volvieron
de explorar la tierra al cabo de cuarenta das.
250
CHEVALIER, J. (Dir.) y GHEERBRANT, A.: Op. cit., pp. 378-9.
251
Gn 26:34 Y cuando Esa fue de cuarenta aos, tom por mujer Judith hija de Beeri Hetheo, y
Basemat hija de Eln Hetheo.
252
Dt 1, 3 El ao cuarenta, el undcimo mes, el da primero del mes hablo Moiss a los hijos de Israel de
todo aquello que Yahv le mandara hacer respecto de ellos.
146
De laudibus Sanctae Crucis de Rabano Mauro
Figura XIX:
De laudibus Sanctae Crucis, s. IX. Madrid, Biblioteca de la Universidad Complutense, Mss. 131,
fol. 12v.
253
2 S 5, 4; 1 R 11, 42
254
Gn 7, 17 Y fu el diluvio cuarenta das sobre la tierra; y las aguas crecieron, y alzaron el arca, y se elev
sobre la tierra
255
Nm 32,13 Y el furor de Jehov se encendi en Israel, e hzolos andar errantes cuarenta aos por el
desierto, hasta que fue acabada toda aquella generacin, que haba hecho mal delante de Jehov
256
Mt 4,2 Y habiendo ayunado cuarenta das y cuarenta noches, despus tuvo hambre
257
CHEVALIER, J. (Dir.) y GHEERBRANT, A.: Op. cit., p. 379
147
De laudibus Sanctae Crucis de Rabano Mauro
258
El nmero cincuenta desde la mitologa griega ha simbolizado la exacerbacin de lo humano por ser
dcuplo de cinco, nmero que representa al hombre en su aspecto ms fsico (cuatro extremidades ms la
cabeza), al mundo sensorial por su relacin con los cinco sentidos, y al universo (cuatro direcciones ms el
centro) aunque, si tenemos en cuenta el sentido general del texto, es lgico pensar que son otros aspectos los
que han hecho al autor elegir esta cifra. Sobre el significado del nmero cinco, vase CHEVALIER, J. (Dir.)
y GHEERBRANT, A.: Op. cit., pp. 291-295.
259
RABANUS MAURUS, ARZOBISPO DE MAGUNCIA 784?-856: Op. cit., 1995. p. 6.
148
De laudibus Sanctae Crucis de Rabano Mauro
Figura XX:
De laudibus Sanctae Crucis, s. IX. Madrid, Biblioteca de la Universidad Complutense, Mss. 131,
fol. 13v.
Cuatro lambdas en azul, dos con letras en rojo y dos en amarillo, dispuestas
en forma de cruz. El ttulo del poema es De nmero centenario et vicenario, et mystica
ejus significatione.
El poema relaciona el nmero ciento veinte con aspectos como la altura del
templo de Salomn260 o el nmero de los varones sobre los que descendi el
Espritu Santo en Pentecosts261.
260
En I R 6, 1 y ss. se dice que la casa que Salomn edifica a Yahv tena sesenta codos de largo, veinte de
ancho y treinta de alto pero en ningn momento de la descripcin se menciona la cifra de ciento veinte codos
sobre la que versa el poema. El largo por el ancho sumara mil doscientos.
261
Tampoco en los Hechos de los Apstoles se menciona este nmero en concreto sino que se dice que los
apstoles estaban todos juntos; posteriormente se habla de una muchedumbre que se acerca a contemplar el
prodigio, por lo que esta cifra probablemente proceda de la tradicin o de algn texto apcrifo. El dcuplo
normalmente se emplea para simbolizar la totalidad por lo que quiz la muchedumbre se quiera representar
por el ciento veinte que es el dcuplo de doce, nmero de los apstoles.
149
De laudibus Sanctae Crucis de Rabano Mauro
alfabeto griego y tiene tambin un valor de treinta. Por tanto la multiplicacin del
valor de cada letra, treinta, por el nmero de lambas, cuatro, dara como resultado
ciento veinte, que es la cifra a la que se dedica el poema.
Figura XXI:
De laudibus Sanctae Crucis, s. IX. Madrid, Biblioteca de la Universidad Complutense, Mss. 131,
fol. 14v.
262
BAYLEY, H.: The lost language of symbolism. Londres, 1952. Recogido por CIRLOT, J. E..; Op. cit., p.
274.
150
De laudibus Sanctae Crucis de Rabano Mauro
setenta y dos son los libros cannicos de la Biblia, el nmero de las lenguas y de
los discpulos de Cristo, adems de los apstoles263.
Rafael de Czar plantea que puede tratarse de una cruz ovalizada que
representara el movimiento continuo de las fuerzas en todo ser vivo264. El
poema que decora el interior de la figura alude a la ley de Dios que reluce sobre la
cruz, a la que todas las gentes deben adorar. Este texto nos hace pensar que tal vez
esta representacin tenga relacin con la figura IX y se trate de una tetrafolia en
alusin a la cruz como rbol de la Vida, smbolo de la doble naturaleza de Cristo.
263
Czar en su obra Poesa e imagen: formas difciles de ingenio literario plantea que esta figura se refiere a
la importancia del nmero setenta, pero el texto de Rabano Mauro alude en realidad al nmero setenta y dos.
Vid RABANUS MAURUS, ARZOBISPO DE MAGUNCIA 784?-856: Op. cit., 1966, vol. 1, col. 234
264
Vid CZAR, R. de: Op. cit.
265
CHEVALIER, J. (Dir.) y GHEERBRANT, A.: Op. cit., p. 680.
151
De laudibus Sanctae Crucis de Rabano Mauro
Figura XXII:
De laudibus Sanctae Crucis, s. IX. Madrid, Biblioteca de la Universidad Complutense, Mss. 131,
fol. 15v.
152
De laudibus Sanctae Crucis de Rabano Mauro
Segn este orden de lectura las letras que aparecen en la ilustracin son
CHPIHCYCHCCC pero la transcripcin que se da en la explicacin
al poema forma el texto O C CC I C C C266.
266
Vase RABANUS MAURUS, ARZOBISPO DE MAGUNCIA 784?-856: Op. cit., 1966, vol. 1. col. 236
153
De laudibus Sanctae Crucis de Rabano Mauro
las tres primeras letras del nombre de Jess de forma desordenada, por lo que nos
inclinamos a pensar que tal vez se trate de la palabra latina hic aludiendo a que en
el Crismn se encuentra inserto el nombre de Cristo, como indica el ttulo del
poema.
267
O OC I C ITOC IHOC
268
En ocasiones el crculo pasa a ser una corona de laurel como smbolo de triunfo.
154
De laudibus Sanctae Crucis de Rabano Mauro
155
De laudibus Sanctae Crucis de Rabano Mauro
Figura XXIII:
De laudibus Sanctae Crucis, s. IX. Madrid, Biblioteca de la Universidad Complutense, Mss. 131,
fol. 16v.
El texto trata de la importancia del nmero 24 que equivale a las horas del
da, las divisiones de los sacerdotes (levitas) que establece David269, el nmero de
los ancianos del Apocalipsis y la suma de los patriarcas y los apstoles.
269
1Cr 24, 1 y ss.
270
Ap 4, 9. Los veinticuatro ancianos se postraban delante del que estaba sentado en el trono, y adoraban al
que vive para siempre jams, y echaban sus coronas delante del trono
156
De laudibus Sanctae Crucis de Rabano Mauro
simboliza la doble armona del cielo la tierra y la doble plenitud sagrada (temporal
y eterna). Como ya se ha mencionado, el doce era el nmero sagrado del pueblo
elegido, por lo que su duplicacin se debe a su doble papel hacia el Seor y hacia
los hombres y por su doble carcter de sacerdotes y reyes271.
Figura XXIV:
De laudibus Sanctae Crucis, s. IX. Madrid, Biblioteca de la Universidad Complutense, Mss. 131,
fol. 17v.
Cruz griega formada por cuatro elementos pentagonales en rojo con las
letras en amarillo. El ttulo del poema es De numero centenario, quadragenario,
quaternario, ejusque significatione.
271
CHEVALIER, J. (Dir.) y GHEERBRANT, A.: Op. cit., p. 1051
157
De laudibus Sanctae Crucis de Rabano Mauro
272
Ibd., p. 992.
273
Ex 26, 1 y ss: Y hars el tabernculo de diez cortinas de lino torcido, crdeno, y prpura, y carmes: y
hars querubines de obra delicada. La longitud de la una cortina de veintiocho codos, y la anchura de la
misma cortina de cuatro codos: todas las cortinas tendrn una medida. Cinco cortinas estarn juntas la una
con la otra, y cinco cortinas unidas la una con la otra. Y hars lazadas de crdeno en la orilla de la una
cortina, en el borde, en la juntura: y as hars en la orilla de la postrera cortina en la juntura segunda.
Cincuenta lazadas hars en la una cortina, y cincuenta lazadas hars en el borde de la cortina que est en la
segunda juntura: las lazadas estarn contrapuestas la una la otra. Hars tambin cincuenta corchetes de
oro, con los cuales juntars las cortinas la una con la otra, y se formar un tabernculo..
274
Sobre estas consideraciones del tabernculo Vid CHEVALIER, J. (Dir.) y GHEERBRANT, A.: Op. cit.,
p. 969.
158
De laudibus Sanctae Crucis de Rabano Mauro
temporales. En la Biblia es un nmero clave, pues doce son las tribus de Israel,
doce los apstoles, doce los frutos del rbol de la vida o las puertas de la Jerusaln
Celestial 275.
Figura XXV:
De laudibus Sanctae Crucis, s. IX. Madrid, Biblioteca de la Universidad Complutense, Mss. 131,
fol. 18v.
275
Paul Claudel dice que Ciento cuarenta y cuatro es doce veces doce: doce que es tres multiplicado por
cuatro, el cuadrado multiplicado por el tringulo. Es la raz de la esfera la cifra de la perfeccin. Doce
veces doce es la perfeccin multiplicada por ella misma, la perfeccin al cuadrado, la plenitud que excluye
cualquier otra cosa que ella misma. Cita recogida en CHEVALIER, J. (Dir.) y GHEERBRANT, A.: Op. cit.,
p. 424.
276
Ap 7, 4 y ss. O que el nmero de los sellados era de ciento cuarenta y cuatro mil, sellados de todas las
tribus de los hijos de Israel. De la tribu de Jud, doce mil sellados; de la tribu de Rubn, doce mil; de la
tribu de Gad, doce mil; de la tribu de Aser, doce mil; de la tribu de Neftal, doce mil; de la tribu de Manass,
doce mil; de la tribu de Simen, doce mil; de la tribu de Lev, doce mil; de la tribu de Isacar, doce mil; de la
tribu de Zabuln, doce mil; de la tribu de Jos, doce mil; de la tribu de Benjamn, doce mil.
159
De laudibus Sanctae Crucis de Rabano Mauro
Cruz griega realizada con letras naranjas y con el texto interior en rojo; en el
cruce de las dos filas de letras aparece una pequea cruz realizada con cuatro
cudradillos. Las letras forman la palabra Alleluia y el trmino Amen aparece en el
interior de la cruz central. El ttulo del poema es De Alleluia, et Amen in crucis forma
ordinata y el autor relaciona ambos trminos con la alabanza de la Iglesia en la
vida futura.
277
UBIETA, J. A.: Op. cit., nota a Ap. 19, 1
278
Ap 2, 1-4: Despus o en el cielo como un gran ruido de muchedumbre inmensa que deca: Aleluya! La
salvacin y la gloria y el poder son de nuestro Dios, porque sus juicios son verdaderos y justos; porque ha
juzgado a la gran Prostituta que corrompa la tierra con su prostitucin, y ha vengado en ella la sangre de
sus siervos. Y por segunda vez dijeron: Aleluya! Su humareda se eleva por los siglos de los siglos.
Entonces los veinticuatro Ancianos y los cuatro Vivientes se postraron y adoraron a Dios, que est sentado
en el trono, diciendo: Amn! Aleluya!
279
Ap 5, 6-10: Entonces vi, de pie, en medio del trono y de los cuatro Vivientes y de los Ancianos, un
Cordero, como degollado; tena siete cuernos y siete ojos, que son los siete espritus de Dios, enviados a
toda la tierra. Y se acerc y tom el libro de la mano derecha del que est sentado en el trono. Cuando lo
tom, los cuatro Vivientes y los veinticuatro Ancianos se postraron delante del Cordero. Tena cada uno una
ctara y copas de oro llenas de perfumes, que son las oraciones de los santos. Y cantan un cntico nuevo
diciendo: Eres digno de tomar el libro y abrir sus sellos porque fuiste degollado y compraste para Dios con
tu sangre hombres de toda raza, lengua, pueblo y nacin.
160
De laudibus Sanctae Crucis de Rabano Mauro
Figura XXVI:
De laudibus Sanctae Crucis, s. IX. Madrid, Biblioteca de la Universidad Complutense, Mss. 131,
fol. 19v.
Cruz griega en rojo con letras amarillas en su interior. El ttulo del poema es
De prophetarum sententiis, quae ad passionem Christi ad nostram redemptiones pertinent
y describe las profecas que los profetas280 han realizado sobre Cristo y la relacin
de estos textos con la redencin del Mundo.
280
Isaas, Jeremas, Ezequiel, Daniel, Oseas, Joel, Ams, Abdas, Jons, Miqueas, Nahum, Habacuc,
Sofonas, Ageo, Zacaras y Malaquas
161
De laudibus Sanctae Crucis de Rabano Mauro
Figura XXVII:
De laudibus Sanctae Crucis, s. IX. Madrid, Biblioteca de la Universidad Complutense, Mss. 131,
fol. 20v.
Cruz griega en naranja con letras rojas en su interior. Al igual que la figura
anterior, la nmero XXVII tambin pertenece al cuarto modelo en el que se
destacan el verso central del poema, en vertical y en horizontal, para formar la
cruz.
162
De laudibus Sanctae Crucis de Rabano Mauro
Figura XXVIII:
De laudibus Sanctae Crucis, s. IX. Madrid, Biblioteca de la Universidad Complutense, Mss. 131,
fol. 21v.
La figura del beato, tonsurado y con tnica blanca y manto verde, aparece
de rodillas y con las manos alzadas en seal de oracin o de splica, al modo de
los orantes antiguos. El tratamiento de los ropajes, pese a lo tosco del trazo, trata
de mostrar un cierto realismo y reflejar de manera naturalista la corporeidad de la
figura en consonancia con la esttica del renacimiento carolingio. Tambin el
163
De laudibus Sanctae Crucis de Rabano Mauro
164
De laudibus Sanctae Crucis de Rabano Mauro
Conclusiones
281
A este respecto es imprescindible el artculo de M. Perrin La composition de lIn honorem Sanctae
Crucis de Raban Mauren el que se detallan abundantes relaciones numricas relativas a las letras de cada
uno de los poemas.
282
PERRIN, M.: Op. cit., 1995. p. 200.
283
LAUAND, J.: Op. cit.
284
Ex 6, 1-2: Hars la Morada con diez tapices, de lino fino torzal, de prpura violeta y escarlata y de
carmes; bordars en ellos unos querubines. La longitud de cada tapiz ser de veintiocho codos y la anchura
de cuatro. Todos los tapices tendrn las mismas medidas
165
De laudibus Sanctae Crucis de Rabano Mauro
Perrin seala, adems, que existen relaciones simblicas entre los diferentes
poemas. l establece que existe relacin entre el 3 y el 4 (las jerarquas anglicas y
los querubines y serafines), el 16 y el 17 (los siete dones del espritu y las ocho
bienaventuranzas), el 19 y el 20 (el nmero 50 y el 120 que representa el nmero de
varones sobre los que desciende el Espritu en Pentecosts, cuya etimologa
desciende a su vez del nmero 50), y entre el 26 y 27 (El Antiguo y el Nuevo
Testamento).
285
PERRIN, M.: Op. cit., 1995. p. 201
166
De laudibus Sanctae Crucis de Rabano Mauro
167
De laudibus Sanctae Crucis de Rabano Mauro
168
De laudibus Sanctae Crucis de Rabano Mauro
169
De laudibus Sanctae Crucis de Rabano Mauro
Figura XI
170
De laudibus Sanctae Crucis de Rabano Mauro
Figura XXIV
Figura XVI
Figura XXII
Figura XXVIII
La razn que explica este hecho es que De laudibus Sanctae Crucis fue
concebido como un todo en el que texto e imgenes se interrelacionan de forma
esencial y no como una decoracin o explicacin de un texto previamente
redactado y autnomo. Esto tambin sucede en los Beatos aunque all el programa
iconogrfico presenta numerosas variaciones. En la Alabanza a la Santa Cruz, sin
embargo, el hecho de que las imgenes deban coincidir con puntos especficos del
texto dificulta mucho ms la introduccin de variantes.
Por otra parte, la obra nos presenta dos niveles de lectura: uno ms literal
que plasma ms o menos directamente las ideas expresadas en los poemas o bien
que alude a conceptos recurrentes de la obra de Rabano Mauro que reaparecern
en De universo, y otro que recoge conceptos simblicos ms profundos procedentes
de concepciones ancestrales heredadas por el cristianismo por diferentes vas.
172
De laudibus Sanctae Crucis de Rabano Mauro
173
174
La Expositio in Cantici Canticorum de Beda el
Venerable y Gregorio Magno, Manuscrito 38 de la
Biblioteca Histrica de la UCM
175
176
La pintura se usa en las iglesias para que los analfabetos, al menos mirando a las paredes,
puedan leer lo que no son capaces de descifrar en los cdices.
177
178
Expositio in Cantici Canticorum
Ficha Bibliogrfica
1. Estudio codicolgico
286
Como es frecuente, el folio 1 est muy deteriorado. Tambin el 59v y el 60r aparecen daados,
probablemente por agua. El folio 139 aparece cosido con hilo rojo en uno de sus bordes.
287
Para mantener la homogeneidad visual de las pginas, los cuadernos se construyen de modo que el verso
de la hoja y el recto de la siguiente muestren el mismo lado, carne o pelo, y por tanto un color y aspecto lo
ms similar posible.
179
Expositio in Cantici Canticorum
La pgina est organizada a lnea tirada con una unidad de pautado de algo
ms de medio centmetro. Segn el mtodo de J. Lemaire288 el esquema de la
pgina sera 12+6+112+6+24 x 12+9 +96+6+88+6+41 (Fig. 2).
12
96
88 260 mm
41
12 6 112 6 24
160 mm
Fig. 2. Diseo y medidas de la pgina
288
LEMAIRE, J.: Op. cit., 1989, p. 118-120
180
Expositio in Cantici Canticorum
181
Expositio in Cantici Canticorum
289
Modelo de representacin grfica de los cuadernos expuesto, entre otros, en RUIZ GARCA, E.: Op. cit.,
1992, p. 169 y ss.
182
Expositio in Cantici Canticorum
El texto comienza en el folio 1r: Incipit liber Beda persbiteri de Gratia Dei
contra iulianum. Scripturus iuvante superna gratia in cantica canticorum primo
admonendu putavi lectore ut opuscula iuliani eglanesis292 ex episcopis de campania.
290
El Liber de Gratia Dei conforma el libro primero de la Expositio Cantici Canticorum y constituye una
crtica contra Juliani Celanensis, obispo de Campania al que ya menciona en su Historia Eclesistica como
Julianus de Campania, cooperator Pelagii. Al respecto vase BEDA, EL VENERABLE, SANTO: Bedae
Venerabilis opera. Turnholti: Brepols, 1983, Pars II, Opera Exegtica: 2B. In Tobiam, in Proverbia, in
Cantica Canticorum, pp. 165-375 y BEDA, EL VENERABLE, SANTO: Venerabilis Bedae, Anglo-Saxonis
Presbyteri, opera omnia. Lutetiae Parisiorum: J.-P. Migne, 1862. Tomus secundus, col. 1065-1234.
La Patrologa Latina ofrece ligeras variaciones en la organizacin del texto con respecto al manuscrito.
Migne considera el Liber de Gratia Dei contra Julianum, que no aparece numerado en el manuscrito, como
el primero de los que forman la obra, por lo que, en la edicin impresa, los siguientes libros aparecen
numerados del segundo al sptimo, y no del primero al sexto.
291
Si tomamos como referencia las transcripciones modernas de la obra, lo que en el manuscrito de la
Biblioteca Histrica de la Universidad Complutense aparece como Prima homilia (fol. 132-140) recogera los
captulos 1 al 25 del Comentario, mientras que la Secunda homilia (fol. 140-146) coincide con los captulos
26 a 46 del mismo. Vase GREGORIO I, PAPA, SANTO: Sancti Gregorii papae I cognomento Magni,
opera omnia. Lutetiae Parisorum: J. P. Migne, 1862. Tomus quintus. Col. 397-548 y GREGORIO I, PAPA,
SANTO: Commentaire sur le Cantique des cantiques. Paris: Les ditions du Cerf, 1984, pp. 68-140.
292
La Patrologia latina lo transcribe como celanensis. Vase BEDA, EL VENERABLE, SANTO: Op. cit.,
1862. Tomus secundus, col. 1065.
183
Expositio in Cantici Canticorum
Del folio 122v al 132v, y constituyendo el libro sexto, encontramos una serie
de referencias al Cantar de los Cantares en las obras de san Gregorio Magno: Incipit
de Opusculis Presbiteri (?) Gregorii Papae Libri VI In exposicione cantici canticorum
quam libris quinque explicavimus. Nam primum huius operis volume contra iulianum per
defensione gratia Dei quem ille inpugnavit
El explicit de la obra es: Equitatui meo te assimilavi id estt electis meis similem te
feci293.
293
La Patrologa latina transcribe la ltima palabra como attendi. Vase GREGORIO I, SANTO: Op. cit.,
1862. Tomus quintus, col. 548
184
Expositio in Cantici Canticorum
294
VIGU, J. (Dir.): Catalunya romnica. Barcelona: Fundaci Enciclopedia Catalana, 1984-1998, Vol. 10,
p. 322 y ss.
295
257. Volumen in quo iterum continetur in parabolas prefatas, et Hieronymus in librum Ecclesiastes , et
idem Beda de gratia Dei contra Julianum et in Cantica canticorum, et de opusculis beati Gregorii in eadem
Cantica.DESLISLE, L: Inventaire des Manuscrits de la Bibliothque Nationale: Fonds de Cluni. Pars, H.
Champion, 1884, pp. 337-373.
185
Expositio in Cantici Canticorum
unen motivos de entrelazo con temas naturalistas (hojas y motivos animales), todo
ello rellenado con color296. En ellas se percibira un cierto recuerdo carolingio
irlands en el uso del entrelazo, si bien este motivo se emple ya en lo visigtico y
reaparecer en lo mudjar. En las iniciales del presenta manuscrito no
encontramos el uso del entrelazo en sentido estricto pero s se aprecia un empleo
de cintas entrelazadas y tallos vegetales que atrapan animales o figuras humanas.
Su estudio iconogrfico merece un captulo aparte.
A lo largo del manuscrito son frecuentes los marginalia que suelen llamar la
atencin sobre algn punto esencial del texto y encontramos tambin lo que
parecen ser notas de taller junto a las iniciales (Fig. 7).
296
BOHIGAS, P.: La ilustracin y la decoracin del libro manuscrito en Catalua: Contribucin al estudio
de la historia de la miniatura catalana. Barcelona: Asociacin de Biblifilos de Barcelona, 1960, Vol. 1:
Periodo romnico, p. 39-52.
186
Expositio in Cantici Canticorum
297
Al respecto vase CARPALLO BAUTISTA, A. [et. al.]: Op. cit., 2005, p. 87.
298
Esta misma letra aparece en el lomo de otros muchos manuscritos lo que nos hace pensar que
probablemente sealase que se trataba de un libro de mano.
299
El que muchos de los manuscritos de la Biblioteca Histrica presenten el mismo tipo de encuadernacin
nos hace pensar en una reencuadernacin general de ejemplares deteriorados que se pudiera llevar a cabo
coincidiendo con algn inventario. En este sentido es necesario tener en cuenta la referencia que da Villa-
Amil en su estudio del Breviarum Historiae Catholicae de Rodrigo Jimnez de Rada sobre que en el ltimo
tercio del siglo XVIII la formacin de los ndices fue acompaada de una encuadernacin uniforme de un
gran nmero de volmenes como se menciona en el prlogo latino del de los manuscritos por lo que la
reencuadernacin bien podra datar de este momento aunque siguiese modelos herldicos ms antiguos. Vid
VILLA-AMIL Y CASTRO, J. de: El Arca, 1878, pp. 587-623
187
Expositio in Cantici Canticorum
300
Esta anotacin es, probablemente, muestra de la revisin del fondo bibliogrfico que se hizo entre 1611 y
15 coincidiendo con la reforma de Diego Hernando de Alarcn y Pedro de Tapia. Sobre estos aspectos, vase
p. 56 y 477-8.
188
Expositio in Cantici Canticorum
El Libro del ynbentario de los Zensos Alquitar deste principal Collegio mayor de
San Illephonso y bienes muebles de la Librera 304 de 1565 es algo ms explcito y lo
describe como de pergamino y de mano en tablas enyesadas con tachones, al
tiempo que lo sita en el segundo pluteo en la primera facie superior.
Las menciones por separado a las tres obras que encontramos en los
inventarios anteriores y posteriores, as como la referencia a la compra del
Comentario a las epstolas de Pablo en el Rendimiento de cuentas de gastos efectuadas
por cuenta del arzobispo Francisco Jimnez de Cisneros... parece descartar que el
comentario a san Lucas se tratase de una obra en tres volmenes sino que, ms
bien, pudo ser una errata del bibliotecario que examinase la coleccin o del que
301
A.H.N. Libro 1090, fol. 36r.
302
A.H.N. Universidades. Libro 1091, fol. 7r.
303
A.H.N. Universidades. Libro 1092, fol. 22r
304
A.H.N. Universidades. Libro 920, fol. 162r.
305
B.U.C.M. BH Mss 335, fol. 10v.
306
B.U.C.M. BH Mss. 308, fol. 22v.
189
Expositio in Cantici Canticorum
redactara el inventario que asumi las tres obras diferenciadas como parte
integrante del comentario a Lucas.
No es hasta 1745 que la obra de Beda que aqu nos ocupa vuelve a aparecer
de forma independiente. En el Index librorum manuscriptorum307, realizado en Alcal
de Henares como complemento al de los impresos que se haba hecho unos aos
antes, leemos Item comm in cantica canticor. lib, 6. quor. primus est de gratia
Dei contra Iulianum. A partir de ese momento lo encontramos ya consignado en
los dems inventarios y catlogos que se realizan.
307
B.U.C.M. BH Mss. 307, fol. 12v
308
VILLA-AMIL Y CASTRO, J. de: Catlogo , 1878., p. 13
309
DOMNGUEZ BORDONA, J.: Op. cit., 1933, Tomo I (VILA-MADRID), p. 493.
190
Expositio in Cantici Canticorum
2. El texto bblico
El Cantar de los Cantares, obra polmica donde las haya, ha recibido las ms
diversas interpretaciones a lo largo de la historia. Segn Rau se trata de una
coleccin profana de cantos de amor compuesta en el siglo III a.C. y, por tanto, sin
ninguna relacin con Salomn a quien se le atribuye. La Sulamita sera quiz una
nueva favorita a punto de entrar en el harn real o la amada de un pastor, cuyo
nombre podra derivar bien de Abisag, amante del viejo David procedente de
Sulam o Sunam en Galilea, o ser la forma femenina ligeramente modificada de
Salomn. Para justificar su introduccin entre los libros santos deba hallrsele un
sentido alegrico y es por ello que se asimil primero a la relacin entre Yahv y
su pueblo y, ms tarde, a Cristo y la Iglesia310.
310
RAU, L.: Op. cit., 1996-1998, T. 1, v. 1. Iconografa de la Biblia, Antiguo Testamento, p. 347.
311
Os 2, 2-13: Protestad de vuestra madre, porque ni ella es mi mujer ni yo soy su marido. Que aleje de su
rostro sus fornicaciones y de entre sus pechos sus prostituciones, no sea que yo la despoje, y, desnuda, la
ponga como el da en que naci, y la convierta en desierto, en tierra rida, y la haga morir de sed(...). La
castigar por los das en que incesaba a los baales y, adornndose con sus anillos y sus collares, se iba con
sus amantes y se olvidaba de mi, dice Yahv.
312
Is 57, 3-13: Acercos, pues vosotros, hijos de la bruja, generacin de la prostituta (...). Los lisos
chinarros del torrente sern tu parte, he ah tu porcin. A ellos hiciste tus libaciones y elevaste ofrendas (...).
Detrs de la puerta y el umbral pusiste tu distintivo, pues, lejos de mi, te descubriste y subiste a tu lecho, lo
ensanchaste y te prostituiste con aquellos cuyo comercio deseaste, compartiendo su lecho (...). Grita, que te
salven tus dolos. A todos los llevar el viento, un soplo los arrebatar. Pero el que en m confa heredar la
tierra y poseer mi monte santo.
313
Jer 3, 1: Si un hombre despide a su mujer y ella se aparta de l, si viniere a ser de otro hombre, volver
aqul a ella de nuevo? No ser del todo profanada esta mujer? T, pues, que con tantos fornicaste, podrs
volver a m? Orculo de Yahv.
314
Jer 31, 31-34: He aqu que vienen das - orculo de Yahv - en que yo har alianza con la casa de Israel y
la casa de Jud, no como la alianza que hice con sus padres cuando, tomndolos de la mano los saqu de la
tierra de Egipto, pues ellos quebrantaron mi alianza y yo los rechac - orculo de Yahve -. Porque esta ser
191
Expositio in Cantici Canticorum
La Sulamita es, por tanto, imagen del pueblo de Dios y, junto con la mujer
del Apocalipsis317, ha dado origen a la iconografa de la Tota Pulchra y
posteriormente a la de la Inmaculada. Pero no es ste el nico punto en comn de
estas dos figuras ya que la mujer del Apocalipsis, que tambin se identifica con la
la alianza que yo har con la casa de Israel despus de aquellos das, orculo de Yahv (...) les perdonar
sus maldades y no me acordar ms de sus pecados.
315
NCAR FUSTER, E. Y COLUNGA, A. (Eds.): Sagrada Biblia. Madrid: Biblioteca de Autores
Cristianos, 1962., p. 699
316
UBIETA, J. . (Dir):Op. cit. Introduccin al Cantar de los Cantares.
317
Ap 12, 1-2: Un gran signo apareci en el cielo: una Mujer, vestida del sol, con la luna bajo sus pies, y
una corona de doce estrellas sobre su cabeza; est encinta, y grita con los dolores del parto y con el
tormento de dar a luz.
192
Expositio in Cantici Canticorum
Virgen Mara, ha sido en ocasiones entendida como una alegora del pueblo
elegido, ya sea ste el Pueblo de Israel o la Iglesia318. Ejemplos de esta
representacin del pueblo elegido como una mujer son frecuentes tanto en el
Antiguo Testamento319 como en el Nuevo320; adems, el xodo al desierto de la
mujer apocalptica para protegerse del dragn sera equiparable a la huida del
pueblo hebreo esclavizado en Egipto321.
En resumen, podemos afirmar que estas dos figuras femeninas poseen unas
caractersticas comunes, tanto a nivel formal como simblico. Las dos son ejemplo
de belleza y virtud, prefigura de la Virgen Mara y smbolo del pueblo de Dios, ya
sea Israel o la Iglesia; ambas se han unido en las Letanas marianas y juntas han
dado lugar a conceptos iconogrficos tan complejos como la Tota Pulchra o la
Inmaculada.
Sin embargo, los textos que encontramos en nuestro manuscrito ofrecen una
concepcin del texto bblico que, si bien respeta la interpretacin tradicional
expuesta por san Pablo, se adentra una nueva dimensin teolgica. Con Orgenes
y los comentaristas posteriores (Aponio, Beda o Gregorio entre otros), el conjunto
318
Iconografa mariana: la Inmaculada [catlogo de la exposicin]. Crdoba, 1997. Pgs. 25- 28.
319
Jer 3, 6-10, Ez 16, 22 y Os. 2, 19-20
320
Gl 4, 26 ss, Ef 5, 1-2 y 22-23 y Ap 19, 7 y 21, 9.
321
El hecho de que la mujer apocalptica gritase con los dolores de parto y ansias de parir (Jn 12, 2)
contradice el parto virginal y sin dolor que establece la tradicin para Mara (aunque estos dolores se pueden
entender como smbolo de la pasin de la Virgen como corredentora de Cristo, tal y como se expresa en Lc 2,
35); Sin embargo la figura de la mujer encinta a punto de parir tambin aparece en la Sagrada Escritura para
referirse al Pueblo de Israel, como podemos leer en Isaas 26, 17: Como la mujer encinta,cuando llega el
parto, se retuerce y grita en sus dolores, as estbamos nosotros ante ti, Yahv.
322
Vase PONS, G.: Puerta del cielo. Las letanas de la Virgen. Madrid, 2001, p. 8.
193
Expositio in Cantici Canticorum
de cantos pasa a ser la representacin de la unin mstica del alma con Dios
representada en la esposa que, tras haber hallado la perfeccin, puede adentrarse
en las cmaras del rey. Esta innovadora concepcin del texto bblico se mantendr
a lo largo de la Edad Media a travs de la obra de san Bernardo para alcanzar una
nueva cima en la produccin de san Juan de la Cruz y santa Teresa de Jess.
Su obra ms clebre es, sin duda, la Historia eclesistica del pueblo ingls,
crnica de la conversin al cristianismo de las tribus anglosajonas. Adems, Beda
defini un mtodo para datar acontecimientos histrico-religiosos, como la
encarnacin o el nacimiento de Jesucristo, que fue conocido y adoptado en la
194
Expositio in Cantici Canticorum
Juliano nace hacia el 380 en el seno de una noble familia romana y desde
joven acta como lector y dicono en la iglesia de su padre, el obispo Memor. San
Agustn lo llama a Hipona en el 408 y poco despus es nombrado obispo de
Aeclanum por el papa Inocencio. En el ao 418 el papa Zsimo condena el
pelagianismo mediante la epstola Tractoria y exige la adhesin de los obispos;
Juliano contesta con dos cartas en las que pide algunas explicaciones antes de
suscribirla pero el papa no lo acepta y le excomulga junto con 18 obispos italianos
que se haban negado a apoyar la condena.
323
JEDIN, H. (Dir.): Manual de Historia de la Iglesia. Barcelona, 1980, p. 249
324
QUASTEN, J.: Op. cit., 1986, Vol. 3, p. 585.
195
Expositio in Cantici Canticorum
Santiago Aguad seala tambin que es escasa la presencia de las obras del
irlands en las bibliotecas espaolas328. En concreto, el Comentario al Cantar de los
Cantares de Beda no ha sido demasiado difundido o estudiado, quiz por la
importancia otorgada a sus obras histricas aunque, en su propia opinin y en la
325
La primera edicin conservada de las obras completas es la que Josse Bade y Jean Petit comienzan a
publicar en 1521.
326
Venerabilis Bedae Anglo-Saxonis Presbyteri opera omnia. Parisiis: excudebatur et venit apud J.P. Migne
editorem, 1850.
327
CatholicEncyclopedia. London: The Encyclopedia Press, 1913. Utilizamos la edicin digital: Catholic
Encyclopedia [En lnea] [Consulta 23-10-08] [http://www.newadvent.org/cathen/], letra B, Bede, the
Venerable. Las ediciones a las que hacen alusin son: Opera Bedae ...omnia in octo tomos distincta ....
Basileae: per Ioannem Heruagium, 1563 y Venerabilis Bedae ... Operum tomus secundus quo eiusdem
philosophia, mathesis et chronologia sive de natura rerum, ratione temporum, sex mundi aetatibus,
philosophiae elementis. Coloniae Agrippinae : apud Ioannem Wilhelmum Friessem juniorem, 1688.
328
AGUAD NIETO, S.: Op. cit., 2002, p. 72-73
196
Expositio in Cantici Canticorum
329
Catholic Encyclopedia [En lnea] [Consulta 23-10-08][http://www.newadvent.org/cathen/], letra B, Bede,
the Venerable.
330
HOLDER, A. G.: The patristic sources of Bedes commentary on the song of songs En: International
Conference on Patristic Studies (13th. 1999. Oxford): Historica, biblica, theologica et philosophica. Leuven:
Peeters, 2001, p. 370-71.
331
WARD, B.: The Venerable Bede. Harrisburg: Pa., 1990, p. 76. Recogido en HOLDER, A. G.: Op. cit., p.
371
332
HOLDER, A. G.: Op. cit., p. 371
197
Expositio in Cantici Canticorum
Para Holder la gran fuente de inspiracin de Beda es, sin duda, Aponio334,
cuyo nombre menciona en dos ocasiones y al cual cita en varias partes del texto335.
Como seala Ramos-Lisson, Aponio bebe directamente de Orgenes e influye
tambin en la obra de Gregorio, quien probablemente emple tanto la obra
original del alejandrino como la reinterpretacin que de su comentario hizo el
monje336. Por tanto, es Orgenes la fuente ltima de la obra de Beda, aunque sus
planteamientos llegasen a su conocimiento a travs de las lecturas de Gregorio y
Aponio.
333
Ibd., p. 372
334
Los datos sobre Aponio son escasos. Algunos autores le consideran un abad que vivi entre finales del
siglo IV y principios del V en el norte de Italia o cerca de Roma. Al respecto, vase: HOLDER, A. G.: Op.
cit., p. 372.
Segn Johannes Witte las fechas de composicin del escrito de Aponio se sitan entre el 405 y el 416. Vase
WITTE, J.: Der Kommentar des Aponius zum Hohenliede. Erlangen: [s.n.], 1903, p. 28.
335
HOLDER, A. G.: Op. cit., p. 373
336
RAMOS-LISSON, D.: En torno a la exgesis de san Gregorio Magno sobre el Cantar de los Cantares
en Teologa y vida. [En lnea]. 2001, Vol. 42, n 3, I.3. [Consulta: 20-10-2008]
[http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0049-
34492001000300001&lng=es&nrm=iso&tlng=es]
198
Expositio in Cantici Canticorum
337
Se pueden consultar, entre otras, la biografa del santo escrita por el Conde de Montalembert San
Gregorio Magno. Buenos Aires: Compaa de Editoriales y Publicaciones Asociadas, 1941 o la ms reciente
MARKUS, R. A.: Gregory the Great and his world. Cambridge: Cambridge University Press, 1997.
199
Expositio in Cantici Canticorum
En una carta al subdicono Juan de Rvena en enero del 602, san Gregorio
le encarga con premura que recoja los mencionados comentarios transcritos por
Claudio, lo que, en opinin de Domingo Ramos-Lisson, permiti al santo
recuperar los textos pero, probablemente, no impidi que ciertas copias apcrifas
circularan mientras tanto341.
338
Al respecto, vase RAMOS-LISSON, D.: Op. cit., I.1 y notas 8 y 9.
339
GREGORIO I, PAPA, SANTO: Op. cit. 1862. Tomus quintus. Col. 471-492.
GREGORIO I, PAPA, SANTO: Op. cit., 1983, p. 68-140
340
GREGORIO I, PAPA, SANTO: Op. cit., 1958, p. 47.
341
RAMOS-LISSON, D.: Op. cit. I.1
200
Expositio in Cantici Canticorum
342
MEYVAERT, P.: The Date of Gregory the Greats Commentaries on the Canticle of Canticles and on I
kings, en SE 23 (1978-1979), pp. 212-216. Recogido en RAMOS-LISSON, D.: Op. cit. nota 13.
343
CLARK, F.: The Pseudo-Gregorian dialogues. Leiden: E. J. Brill, 1987, Vol. 2, p. 419-20.
344
GREGORIO I, PAPA, SANTO: Expositiones: In Canticum Canticorum, In Librum Primum Regum
(Recensuit Patricius Verbraken). Turnholti: Brepols, 1963, p. VIII.
345
Sobre esta polmica, vase RAMOS-LISSON, D.: Op. cit. I.2.
346
Sancti Gregorii Papae I cognomento magni Opera omnia... / studio [et] labore monacharum Ordinis
Sancti Benedicti . Tomus primus quartus. Parisiis: sumptibus Claudii Rigaud, 1705.
201
Expositio in Cantici Canticorum
Por otra parte, como seala Blanger, la gran coherencia del pensamiento
gregoriano hace que determinados conceptos reaparezcan una y otra vez a lo largo
de la obra del pontfice y as, en la exgesis al Cantar de los Cantares, retoma ideas
planteadas ya en una de sus primeras obras, los Moralia in Job, en donde ya
expone su concepto de la ceguera del ser humano a consecuencia del pecado
original349.
347
La influencia de Orgenes en la obra de san Gregorio ha sido estudiada por P. De Lubac, Blanger y
Meyvaert entre otros. Vase RAMOS-LISSON, D.: Op. cit. III.1, notas 44-47
348
Blanger establece relaciones, entre otros escritos, con De doctrina Christi, Enarrationes in Psalmos y en
el Comentario al Evangelio de Juan. Vase GREGORIO I, PAPA, SANTO: Op. cit., 1984, p. 30-34
349
Ibdem, p. 41-43.
350
ORGENES: Comentario al Cantar de los Cantares. Madrid: Ciudad Nueva, 1994, p. 22.
202
Expositio in Cantici Canticorum
unin de Cristo con su Iglesia, como expone san Pablo en Ef. 5, 31 y ss351, propone
adems la identificacin de la esposa con el alma que tiende a Cristo. Partiendo de
la interpretacin literal del texto, el autor emprende el camino habitual en toda su
produccin: tras la lectura alegrica del texto se llega a la interpretacin moral que
es la ms importante, pues supone la aplicacin de los conceptos expuestos a la
vida del creyente.
Esencial resulta tambin la distincin que establece Orgenes entre los fieles
incipientes y los perfectos, con el fin de resaltar que todo cristiano, sea cual sea su
condicin, ha de tratar de progresar en su unin con Cristo, a imitacin de la
Esposa del Cantar, entendida como expresin del alma perfecta que ya ha llegado
a la unin definitiva con Dios, mientras que las doncellas, almas an imperfectas,
corren tras el aroma del esposo353.
351
Por eso dejar el hombre a su padre y a su madre y se unir a su mujer, y los dos se harn una carne.
Gran misterio es ste, lo digo respecto a Cristo y la Iglesia. Ubieta, sin embargo, considera que este
versculo hace alusin al Gnesis.
352
ORGENES: Op. cit., 1994, pp. 27-28.
353
Ibd., p. 29.
203
Expositio in Cantici Canticorum
teolgico a la historia del mundo, cuyo epicentro sera la encarnacin del Verbo354.
Por su parte, Gregorio, al explicar el Cantar de los Cantares, se adentra en la
experiencia del alma que anhela el conocimiento de Cristo y que invoca la
experiencia de Dios, no a travs del temor sino del amor355.
354
HOLDER, A. G.: Op. cit., p. 370
355
RECCHIA, V.: Lettera e profezia nell'esegesi di Gregorio Magno. Bari: Edipuglia, 2003, p. 74
204
Expositio in Cantici Canticorum
El Cantar de los Cantares no ha sido un tema grato para el arte, como deja
patente la escasa cantidad de representaciones que encontramos. En opinin de
Javier Morales Vallejo, a pesar de su belleza conceptual y visual y de su estructura
dramtica y descriptiva, el libro bblico es el gran ausente del arte cristiano356.
La exgesis fundamentalmente
alegrica que prima en los comentarios
bblicos medievales se reprodujo a veces
de forma grfica en la miniaturas de
manuscritos ricamente decorados, como
el MS 19 del Kings College, en el que
vemos la representacin de los amados
del Cantar entendidos como Cristo y su
Fig. 12. Beda super Cantica canticorum, S. XII Iglesia (Fig. 12).
in. Kings College, MS 19, fol. 21v
356
MORALES VALLEJO, J.: El Cantar de los Cantares. Arte y palabra en MAGAZ, J. M. (Ed.): El
Cantar de los Cantares y el arte: jornada de arte sacro. Madrid: Facultad de Teologa de San Dmaso, 2007,
p. 15.
205
Expositio in Cantici Canticorum
Fig. 14. In cantica canticorum allegorica Fig. 15. Expositio in Cantici Canticorum
expositio. Archivo de la Corona de Biblioteca de la Universidad
Aragn. MS Ripoll 116 (S. XI), fol. 42r Complutense de Madrid. Mss. 38 (S.
XI), fol. 53v
357
VIGU, J. (Dir.): Op. cit, 1984-1998, Vol. 10, p. 322 y ss.
El cdice Ripoll 116 se halla incmpleto por el final por lo que, en el caso de que esxistiera relacin, el
Complutense habra servido de modelo para el 116.
206
Expositio in Cantici Canticorum
En todas las miniaturas se ha utilizado una tinta oscura para delimitar los
contornos y cuatro colores (azul, verde, rojo y pardo) para el relleno. Adems, casi
todas las figuras presentan una gruesa lnea roja en su contorno exterior que, en
ocasiones, se extiende formando un fondo para la letra, como podemos observar
en los nmeros 77v y 122r. Otras veces es el color azul el que se emplea para
rellenar el espacio que se forma dentro de la letra, como en los ejemplos 9v, 11r,
15r, 101r y 133r.
358
Existen numerosos ejemplos desde el arte paleocristiano, como son las crteras de San Vital de Rvena, el
friso intermedio del testero de Quintanilla de las Vias, en los cimacios y las impostas de las bvedas de san
Pedro de la Nave o en los capiteles historiados del panten de san Isidoro de Len
207
Expositio in Cantici Canticorum
en especial cuando se trata de animales, ya que las dos figuras humanas que
aparecen resultan bastante estereotipadas.
Folio 1r:
359
ORGENES: Op. cit., 1994, cap. 3,14.
360
Para homogeneizar las referencias a captulos y versculos, empleamos en todos los casos del presente
estudio: Nova vulgata Bibliorum Sacrorum editio: sacros, oecum, concilii Vaticani II ratione habita issu
Pauli PP. VI recognita auctoritate ioannis Pauli PP. II promulgata. Vaticano: Libraria Editrice Vaticana,
1979. Las citas en castellano estn tomadas de UBIETA, J. A. (Dir): Op. cit., 1999. [Edicin en CD-Rom].
208
Expositio in Cantici Canticorum
Mientras que la raposa de la miniatura 36r parece atrapada entre las cintas,
el hombre que vemos aqu parece trepar por los tallos como si stos fuesen una
tabla de salvacin, concepto que reaparece muchos los ejemplos del manuscrito
(36r, 53v, 140v) donde los elementos vegetales simbolizan el mensaje de Cristo, la
redencin, o la presencia de la divinidad. Segn Chevalier, la cinta comparte el
significado de las ligaduras o nudos pero, mientras que el de estos dos ltimos es
casi siempre negativo, cuando la primera forma lazos o crculos suele simbolizar la
continuidad y la participacin en la perfeccin. La cinta es la manifestacin de la
victoria pero puede atrapar al vencedor en la vanidad y estrangularlo en el sentido
moral o psicolgico363.
361
Representaciones similares se pueden encontrar en obras coetneas como el tapiz de Bayeux (Med. del s.
XI).
362
HOLDER, A. G.: Op. cit., p. 371.
363
CHEVALIER, J. (Dir.) y GHEERBRANT, A.: Op. cit., 2003, pp. 295-296
209
Expositio in Cantici Canticorum
misma expresin que los canteros de San Martn de Frmista o San Isidoro de
Len que en sus representaciones de hombres sobre leones siendo devorados por
otros leones aluden al hombre que se aferra a Cristo para evitar que el pecado lo
consuma (aunque en Frmista y Len podran aludir tambin al hombre aferrado
al pecado que acaba siendo devorado por ste).
Folio 9v:
210
Expositio in Cantici Canticorum
364
CHEVALIER, J. (Dir.) y GHEERBRANT, A.: Op. Cit, p. 63
365
dem.
366
De la Vorgine atribuye a san Jernimo las palabras el guila, finalmente, por volar a mayor altura que
las dems aves, simboliza apropiadamente al evangelista Juan, que con especial elevacin escribi sobre la
divinidad de Cristo. VORGINE, S. de la: Op. cit., 1982, p. 669.
367
Ibd., p. 49, CIRLOT, J. E.: Op. cit., p. 435-436 y CHEVALIER, J. (Dir.) y GHEERBRANT, A.: Op. cit.,
p. 988.
368
dem.
211
Expositio in Cantici Canticorum
nube de sus ojos, tan hbil y prudente es. Cuando ha hecho esto el guila, se dirige a
Oriente, donde ve un manantial cuyas aguas son claras y sanas: y tal es su naturaleza que
una vez que se ha zambullido tres veces en la fuente, recupera su juventud (...). El guila
representa al Hijo de la Virgen Mara, que es rey de todo el mundo sin duda alguna, que
vive en las alturas y ve muy lejos, y sabe lo que debe hacer369.
369
MALAXECHEVERRA, I. (Ed.): Bestiario medieval. Siruela. Madrid, 1996, p. 74-75
370
CHEVALIER, J. (Dir.) y GHEERBRANT, A.: Op. cit, p. 935 y ss.
371
Jn 3, 13-15: Nadie sube al cielo sino el que baj del cielo, el Hijo del hombre, que est en el cielo. A la
manera que Moiss levant la serpiente en el desierto, as es preciso que sea levantado el Hijo del hombre,
para que todo el que creyere en l tenga la vida eterna.
372
Gn 3, 14 y ss: Entonces Yahv Dios dijo a la serpiente: Por haber hecho esto, maldita seas entre todas las
bestias y entre todos los animales del campo. Sobre tu vientre caminars, y polvo comers todos los das de
tu vida. Enemistad pondr entre ti y la mujer, entre tu linaje y su linaje: l te pisar la cabeza mientras
acechas t su calcaar.
373
Ap 12, 9: Y fue arrojado el gran Dragn, la Serpiente antigua, el llamado diablo y Satans, el seductor
del mundo entero; fue arrojado a la tierra y sus ngeles fueron arrojados con l.
212
Expositio in Cantici Canticorum
los reptiles, pues en sus nudos quedan atrapados los pecadores. Para Cirlot, los
anillos estranguladores representan la fuerza374.
Fig. 18. Capitel con hombre-guila. Siglo XII. Iglesia de la Virgen de Mueras (Bolea, Huesca).
374
CIRLOT, J. E.: Op. cit., 1978, p. 409.
375
IGUEZ ALMECH, F.: "La escatologa musulmana en los capiteles romnicos". Prncipe de Viana, Ao
n 28, N 108-109, 1967, pp. 265-276.
213
Expositio in Cantici Canticorum
376
CASTN SARASA, A.: "El romnico de la Virgen de Mueras (Bolea)" en Argensola: Revista de
Ciencias Sociales del Instituto de Estudios Altoaragoneses, n 87, 1979, p. 148.
377
IGUEZ ALMECH, F.: Op. cit., 1967, p. 271
378
CASTN SARASA, A.: Op. cit, p. 148.
379
CIRLOT, J.E.: Op. cit., p. 71.
380
Clasificacin de W. Neuss.
381
As lo considera Churruca en su obra Influjo oriental en los temas iconogrficos de la miniatura espaola.
Siglos X al XII. Madrid, 1939, p. 61. Tambin Carlos Cid e Isabel Vigil interpretan que el ave es en realidad
un guila. Vase CID, C. y VIGIL, I.: La miniatura del guila y la serpiente en los beatos Medievalia, n
10, 1992, pp. 115-132
382
PLINIO EL VIEJO, Historia natural, libro X (IV, 5). Traduccin del pasaje en CID, C. y VIGIL, I.: Op.
cit. 1992, pp. 115-132
214
Expositio in Cantici Canticorum
383
Segn Gonzalo Menndez Pidal, el animal semejante a un grifo que el Beato denomina Coreus, es en
realidad el animal que en la Persia sasnida se llam Simurgh, especie de fnix que en su configuracin de
dragn, ave, len y pez aluda a los cuatro elementos glorificados en el culto mazdesta. Ejemplos de este ser
fantstico se ven en el relieve de Cosroes II en Taq-i-Bostan (finales del siglo VI) pero tambin en la
destruida iglesia de san Hilario de Venecia en el siglo IX y en los cnones del Cdice Vaticano (grec. 354)
del siglo X, de origen bizantino aunque con fuerte influjo islmico. Vase MENNDEZ PIDAL, G.: Sobre
miniatura espaola en la Alta Edad Media. Corrientes culturales que revela. Madrid, 1958, pp. 31-32.
384
Se cuenta que en la regin del Oriente hay un pjaro con un pico grade, muy duro y como un arma; al
luchar con la serpiente () busca intencionadamente el barro revolcndose en l () y degradado con una
vestidura humillante aterroriza al enemigo () Con un imprevisto dardo de su pico hiere el cerebro de la
bestia. Y de este modo, con el ingenio de su maravillosa sagacidad abate al ingente adversario. De igual
manera (se comporta) nuestro Seor y Redentor contra el suplantador de la antigua serpiente del gnero
humano. Beato de Gerona, fol. 19v. Traduccin en CID, C. y VIGIL, I.: Op. cit., 1992, pp. 118.
215
Expositio in Cantici Canticorum
385
Saint-Seurin de Burdeos, el portal central de la fachada occidental de la catedral de Estrasburgo y en la
fachada oeste de Notre Dame de Pars, aunque este ltimo ejemplo podra haber sido alterado en la
restauracin de Violet le Duc. RODRGUEZ BARRAL, P.: Contra caecitatem iudeorum: el tpico de la
ceguera de los judos en la plstica medieval hispnica en Ilu. Revista de ciencias de las religiones, n 12,
2007, pp. 184-185.
386
dem.
387
BEDA, EL VENERABLE, SANTO: Op. cit., 1862. Tomus secundus, col. 1077-1079.
216
Expositio in Cantici Canticorum
Folio 11r:
Letra O formada por una serpiente que se muerde la cola. El cuerpo del
animal forma varios tirabuzones con diferente color y sobre la mitad del lomo se
aprecia una lnea roja zigzagueante. El espacio interior que crea el animal aparece
coloreado en azul.
La imagen no tiene relacin aparente con el texto del Cantar de los Cantares y
tampoco en el comentario de Beda encontramos alusiones a este animal salvo para
referirse al pecado de Adn y Eva en el paraso388 o al versculo de Cant. 1, 17: las
vigas de nuestra casa, de cedro, nuestros artesonados, de ciprs. Segn Beda, las
maderas nobles se relacionan con la solidez y el decoro de la Iglesia y en concreto,
el olor del cedro hace huir a las serpientes389.
388
Ibd., col. 1100-1101.
389
Ibd., col. 1212.
217
Expositio in Cantici Canticorum
Folio 15r:
390
BEIGBEDER, O.: Lxico de los smbolos. Madrid: Encuentro, 1989, pp. 366-371.
391
bid., p. 370.
218
Expositio in Cantici Canticorum
animal, quiz un perro, de largas orejas que se gira sobre s misma con la boca
entreabierta. El espacio vaco se ha rellenado con pigmento azul.
Folio 36r:
219
Expositio in Cantici Canticorum
semicirculares a modo de escamas con rallado interior, muy similares a las que
cubren el cuerpo del Cordero de la mencionada miniatura. La nica oreja que nos
permite apreciar el perfil del animal es lobulada.
Orgenes afirma que, si interpretamos el Cantar como la unin del alma con
Dios, por las raposas debemos entender las potestades enemigas y los demonios
malvados que, por medio de torcidos pensamientos y errnea interpretacin,
exterminan en el alma la flor de las virtudes y aniquilan el fruto de la fe392. Por
esa razn se manda a los santos ngeles que eliminen los malos pensamientos
inoculados por los demonios del alma del fiel, lo que ha de hacerse cuando an
son pequeos. Por el contrario, si asumimos el pasaje como alusivo a Cristo y a su
Iglesia, las palabras se refieren a los doctores de la Iglesia que han de frenar a los
herejes en sus inicios, antes de que seduzcan a muchos inocentes.
392
ORGENES: Op. cit., 1994, pp. 300-302.
220
Expositio in Cantici Canticorum
El Bestiario latino habla de las raposas como seres engaosos y esquivos, casi
demonacos, que fingen estar muertos para poder devorar a las aves de rapia que
se acercan al supuesto cadver. Segn el autor, etimolgicamente la palabra vulpis
procede de volubilis y refleja el comportamiento y naturaleza del animal393.
393
Bestiario Latino. Npoles: Dedalus, 2000, p. 25.
394
Expositio Evangelii secundum Lucam, VII, 34. [Edicin digital] [Consulta 14-6-08]
[http://www.documentacatholicaomnia.eu/02m/0339-
0397,_Ambrosius,_Expositio_Evangelii_Secundum_Lucam_Libris_X_Comprehensa,_MLT.pdf]
395
De rerum naturis, VIII, I, De bestiis. [Edicin digital] [Consulta 12-6-08]
[http://www.documentacatholicaomnia.eu/03d/0788-0856,_Rabanus_Maurus,_De_Rerum_Naturis,_LT.doc]
396
Beato combina los versculos de Mt 7, 20 y 23, 37 para identificar a las zorras con los herejes y a los
gallos con la congregacin, pero tambin hace alusin al evangelio de Juan, a los Salmos y verso del Cantar
de los Cantares sobre las zorras y las vides. Vase BEATO DE LIBANA, SANTO: Op. cit.1995.
Comentario al Apocalipsis, libro VI.
221
Expositio in Cantici Canticorum
397
Segn Klein, este motivo es excepcional dentro de los Beatos pues la mayor parte de las ilustraciones
hacen alusin al texto bblico y no al comentario. En su opinin, esta representacin surgi en origen como
imagen marginal y progresivamente se incorporara al esquema general de los Beatos. Sobre la evolucin del
motivo vase KLEIN, P. K.: La tradicin pictrica de los Beatos en Actas del Simposio para el estudio de
los cdices del Comentario al Apocalipsis del Beato de Libana (Grupo de estudios del Beato de Libana)
Vol. II, 1980, pp. 91-92.
398
CID PRIEGO, C.: A propsito de una miniatura del Beato de Gerona, la serie de la zorra y el gallo en
Annals de l'Institut d'Estudis Gironins, n 33, 1994, pp. 237-260.
399
El programa iconogrfico de esta iglesia se encuentra analizado en VILA DA VILA, M.: Motivos del
Bestiario en la escultura romnica abulenseen Cuadernos de Arte e Iconografa. Tomo II - 3. 1989, p. 166-
176.
400
HERRADA DE LANDSBERG, ABADESA DE HOHENBURG, ca.1130-1195: Hortus deliciarum
(Edited by Rosalie Green). London: Warburg Institute, 1979, p. 371.
222
Expositio in Cantici Canticorum
Folio 53v:
El texto del Cantar de los Cantares que comenta Beda en el libro tercero
comienza con el verso Tus pechos son dos cras mellizas de gacela, paciendo
entre azucenas. En la miniatura vemos aparecer dos cabecillas que, si bien no
pueden identificarse estrictamente con gacelas o cabras, s parecen estar haciendo
alusin al texto.
En esta parte del comentario, Beda afirma que, aunque son mltiples las
formas de referirse a los misterios de Cristo y su Iglesia, el significado de todas las
223
Expositio in Cantici Canticorum
401
Yo, hermanos, no pude hablaros como a hombres espirituales, sino como a carnales, como a nios en
Cristo. Os di a beber leche y no alimento slido, pues todava no lo podais soportar. Ni aun lo soportis al
presente; pues todava sois carnales.
402
Como nios recin nacidos, desead la leche espiritual pura, a fin de que, por ella, crezcis para la
salvacin, si es que habis gustado que el Seor es bueno.
403
CIRLOT, J. E.: Op. cit, p. 279
404
Yo soy el narciso de Sarn, el lrio de los valles. http://www.heraldica.org/topics/fdl.htm [Consultado el
10-5-2002)
405
ORGENES: Homila II sobre el Cantar de los Cantares, recogido en CHEVALIER, J. y
GHEERBRANT, A: Op. cit., p. 652.
224
Expositio in Cantici Canticorum
gacela segn la teora y con un ciervo segn sus obras406. En el arte cristiano se
parte del Salmo 42407 para identificar al ciervo que va presuroso en busca de las
aguas con el alma cristiana que se mueve en pos de Dios. Por ello, es frecuente
encontrar representaciones de estos animales que beben de los cuatro ros del
paraso, como se pude ver en el mosaico de la cruz de la salvacin de la Baslica de
Letrn (Siglo XIII)408.
Folio 77v:
406
Ibd., p. 289.
407
Como anhela la cierva los arroyos, as te anhela mi ser, Dios mo.
408
SEBASTIN LPEZ, S.: Mensaje simblico del arte medieval. Madrid: Encuentro, 1994, p.262
225
Expositio in Cantici Canticorum
En esta parte del comentario, Beda compara cado uno de los atributos del
amado con los de Cristo y explica que las manos son descritas como talladas en
oro y adornadas por jacintos (Cant. 5, 14) en alusin a los clavos de la cruz,
mientras que las columnas de mrmol con base de oro (Cant. 5, 15) representan la
fortaleza del plan divino409.
La creencia de que el elefante slo copulaba una vez en su vida, tras haber
comido el fruto de la mandrgora, hizo que se identificara al animal con Adn y
Eva quienes, por influencia de la serpiente, conocieron la unin carnal tras probar
el fruto prohibido411
409
Beda hace aqu alusin tanto a la flor de color prpura como al mineral, que relaciona adems con la
piedra de Tarsis presente en otras versiones de la Biblia sustituyendo a la flor en la descripcin de las manos.
BEDA, EL VENERABLE, SANTO: Op. cit., 1862. Tomus secundus, col. 1167.
410
Ibid., col. 1167-1169.
411
Como desarrollaremos en la miniatura 133r, el pecado original fue relacionado frecuentemente con la
concupiscencia aunque se tratase en realidad de un pecado de desobediencia hacia el Creador.
226
Expositio in Cantici Canticorum
Fig. 24. Bestiario de Aberdeen, ca. 1200 Fig. 25. Aviarium et bestiairum, ca. 1230-50.
Aberdeen University Library. MS 24, Sidney Sussex College. MS 100, fol. 34r
fol. 65v.
412
PLINIO: Natural History. Henry G. Bohn: London, 1855, lib. 8, 11, p. 259. Recogido en MAURA, J. F.:
Monstruos y bestias en las Crnicas del Nuevo Mundo Especulo, n 19, Noviembre 2001-febrero 2002. [En
lnea] [Consulta 04-11-2008] [http://www.ucm.es/info/especulo/numero19/monstruo.html]
413
ISIDORO, SANTO, ARZOBISPO DE SEVILLA, 560-636: Etimologas, Madrid: Biblioteca de Autores
Cristianos, 1983, Vol. 2, lib. XI, 3, p. 53-55.
414
VILA DA VILA, M.: Op. cit. 1989, p. 166-176
227
Expositio in Cantici Canticorum
415
Sal 74, 12-14: Pero t, Seor, eres mi Rey desde el principio, t lograste victorias en medio de la tierra:
deshiciste el Mar con tu poder y quebraste las cabezas del dragn marino; aplastaste las cabezas de
Leviatn y lo diste como alimento a las fieras del desierto.
416
CHEVALIER, J. (Dir.) y GHEERBRANT, A.: Op. cit., p. 428.
417
Dn 14, 23-27: Haba tambin un gran dragn muy venerado de los babilonios. Dijo el rey a Daniel: No
dirs que este est hecho de bronce! Mira que est vivo y come y bebe; de ste no podrs decir que no es
dios vivo. Adrale, pues. A lo que Daniel contest: Al Seor, mi Dios, adorar, porque l solo es Dios vivo.
418
Jer 14, 6: Los asnos salvajes se paran sobre las colinas peladas, aspirando el aire como dragones, con los
ojos consumidos por falta de hierba.
419
Apareci en el cielo otra seal, y vi un gran dragn de color de fuego que tena siete cabezas y diez
cuernos, y sobre sus cabezas siete coronas. Con su cola arrastr la tercera parte de los astros y los arroj a
la tierra. Se par el dragn delante de la mujer que estaba a punto de parir, para tragarse a su hijo en
cuanto le pariese.
420
MALAXECHEVERRA, I. (Ed.): Op. cit., p. 181
421
Aunque no hemos podido localizar ninguna reproduccin de la obra, M Purificacin Arango menciona
una letra g en forma de dragn rodeado de elementos vegetales en un manuscrito checo del siglo XII
conservado en la antigua Biblioteca Capitular de san Vito de Praga que contiene la obra De civitate Dei de
228
Expositio in Cantici Canticorum
Fig. 26. Dragn de cola enroscada, siglo XII. Fig 27. Dragn de cola enroscada,
Puerta del claustro. Catedral de Solsona. med. Siglo XII. Capitel del bisde.
Lrida. Monasterio de Irache (Navarra)
229
Expositio in Cantici Canticorum
Por otra parte, el lazo azul comparte el remate lobulado con los elementos
vegetales que vemos aparecer a lo largo del manuscrito representando la salvacin
y la palabra de Dios, de tal modo que, en este caso y tomando como referencia la
interpretacin que del texto del Cantar hace Beda, podemos concluir que la
imagen nos muestra al dragn-serpiente, smbolo del pecado, atrapado y asfixiado
por la representacin del bien422.
422
Como sealbamos en el anlisis de la miniatura 1r, Chevalier afirma que al igual que el lazo tiene un
carcter positivo, cuando se vuelve nudo o ligadura suele tornarse negativo y representar el estrangulamiento
psicolgico o moral. Vase nota 362.
423
GALVN FREILE, F.: Fragmentos de manuscritos iluminados en el Archivo Histrico Provincial de
Len (c. 1200). Len: Secretariado de Publicaciones de la Universidad de Len, 2000, pp. 65-67
424
YARZA LUACES, J.: Formas artsticas de lo imaginario. Barcelona: Anthropos, 1987, p. 169.
425
dem.
230
Expositio in Cantici Canticorum
Folio 101r:
231
Expositio in Cantici Canticorum
Folio 122v:
Letra I a modo de pilastra con el fuste decorado por tallos verdes y hojas
lobuladas sobre fondo rojo. Remata en un medalln adornado con hojas lobuladas
y curvadas en verde y blanco.
En el interior aparece una imagen muy esquemtica del Agnus Dei que
levanta la cruz con una de las patas traseras. Las patas del cordero presentan
gruesas digitaciones, muy similares en su forma a las del len recostado de la
parte inferior, que ha sido realizado tambin con gran simplicidad de lneas.
232
Expositio in Cantici Canticorum
426
Gn 49, 8-13: A ti, Jud te alabarn tus hermanos (...) Cachorro de len, Jud; de la presa subes, hijo
mo; Posando, te agachas como len, como leona. Quien le hostigar para que se levante? No faltar de
Jud el cetro ni de entre sus pies el bculo hasta que venga aquel cuyo es, y a l darn obediencia los
pueblos.
Ap 5,4-6: Y yo lloraba mucho porque no se haba encontrado a nadie digno de abrir el libro ni de leerlo.
Pero uno de los Ancianos me dice: No llores; mira, ha triunfado el Len de la tribu de Jud, el Retoo de
David; l podr abrir el libro y sus siete sellos. Entonces vi, de pie, en medio del trono y de los cuatro
Vivientes y de los Ancianos, un Cordero, como degollado; tena siete cuernos y siete ojos, que son los siete
espritus de Dios, enviados a toda la tierra.
427
PINEDO, R.: El simbolismo en la escultura medieval espaola. Madrid, 1930. Recogido por CIRLOT, J.
E.: Op. cit, p. 146. Una aproximacin al significado del tmpano y su insercin en el programa iconogrfico
del templo se encuentra en OCN ALONSO, D. M.: "La representacin de la anstasis en la Baslica de
Armentia" en Cuadernos de arte e iconografa, Tomo 6, N. 11, 1993, pp. 192-202
428
1 Pe 1, 18-19: considerando que habis sido rescatados de vuestro vano vivir (...) con la sangre preciosa
de Cristo, como cordero sin defecto ni mancha.
429
Ap 5, 6-14; 6, 1 y ss., 7, 9 y ss.; 12, 11; 13, 8; 14,1-5 y 10; 15, 3; 17, 14; 19, 7-10 ; 21, 9 y ss.; 22, 1 y ss.
430
CHEVALIER, J. (Dir.) y GHEERBRANT, A.: Op. cit, p. 344.
233
Expositio in Cantici Canticorum
que tuvo la sangre con la que los judos esclavizados en Egipto marcaron sus
puertas para protegerse de la exterminacin431.
Por su parte, el len es, por excelencia, el smbolo solar y luminoso que
representa el poder, la sabidura, la justicia y la soberana. Ya en las culturas
primitivas el len se identific con el sol y esta asociacin se mantuvo en la Edad
Media, aunque enriquecida con simbolismos secundarios. El len emerge como
rey de las criaturas terrenales en oposicin al guila, seor de los cielos, y
constituye el principio masculino por excelencia. Representa la doble naturaleza
de Cristo, divina en su cabeza y cuartos delanteros, y humana, contenida en la
relativa debilidad de sus patas traseras. En el bestiario de Philippe de Than
podemos leer:
"El len, de varias formas domina muchos animales; por eso es rey el len. Tiene
la expresin ardiente, el cuello grueso y con melena; el pecho, por delante, es cuadrado,
valiente y agresivo; los cuartos traseros, delgados; tiene una gran cola, y las patas lisas y
431
Ex 12, 21-23.
432
1 Co 5, 7: Alejad la vieja levadura para ser masa nueva, porque nuestra Pascua, Cristo, ya ha sido
inmolado.
234
Expositio in Cantici Canticorum
giles junto a los pies; los pies gruesos y cortados, con uas largas y curvadas(...) El len
significa el hijo de la Virgen Mara; es, sin duda alguna, el rey de todos los hombres; por
su propia naturaleza, tiene poder sobre todas las criaturas.(...) El pecho cuadrado
representa la forma divina; los cuartos traseros muy delgados muestran que fue humano a
la vez que divino; la cola, la justicia que se cierne sobre nosotros; mediante la pata, que
tiene lisa, muestra que Dios es rpido, y que era conveniente que se entregara por
nosotros; el pie, que tiene cortado, muestra que Dios rodear al mundo, y lo tendr en el
puo; por las uas, se entiende la venganza contra los judos.433
Por otra parte, el elemento vegetal ascensional que recorre el fuste del pilar
para rematar el tondo superior podra aludir al rbol de la Vida, que en ocasiones
aparece representado de forma esquemtica mediante un tallo ascendente o
mediante elementos vegetales ms simples, como frutos o roleos. Ya en el Antiguo
Testamento encontramos la imagen del rbol asociada al Mesas como retoo del
rbol de Jes434 y como el rbol que Yahv planta en el monte Sin y que se
convertir en magnfico cedro, y se acogern a l las aves de toda pluma, que
habitarn a la sombra de sus ramas435. San Pablo en Rom. 6, 5 afirma que Cristo,
que es la virtud de Dios, la sabidura de Dios, es tambin el rbol de la vida, en el
cual debemos ser injertados; y, por nuevo no menos admirable don de Dios, la
muerte del Salvador se convierte en rbol de la vida. Por ello, desde el arte
paleocristiano el rbol de la Vida se utiliza para representar a Cristo, pero
tambin es emblema del Paraso y de la vida nueva tras la Resurreccin.
Esta composicin, por tanto, podra ser una alusin trinitaria ya que funde
tres elementos que hacen alusin a Cristo, a saber: el Len, el Cordero y el rbol
433
MALAXECHEVERRA, I. (Ed.): Op. cit., pp. 23-24.
434
Is 11
435
Ez 17, 23.
235
Expositio in Cantici Canticorum
Folio 133r:
Letra P formada por una serpiente enrollada sobre s misma que sujeta
con su cola el cuello de un hombre, al tiempo que le muerde a la altura del vientre
o los genitales. El hombre agarra la cola de la serpiente y muestra la boca abierta,
pero su actitud es completamente esttica y la expresin tampoco resulta
evocadora de dolor o miedo. Tanto el hombre como el animal presentan unos ojos
muy rasgados que se repiten en otras figuras del manuscrito. El personaje lleva el
pelo cortado en sucesivas capas superpuestas436, y su piel es de color verde.
436
Vase nota 68.
236
Expositio in Cantici Canticorum
437
Postquam a paradisi gaudiis expulsum est gens humanum, in istam peregrinationem vitae presentis
veniens, caercum cor a spirituali intellectu habet. GREGORIO I SANTO: Op. cit., 1862, Col 471.
438
Moralia in Job, VIII, 49. Vase nota 55.
439
As tambin todo lo que hay de vergonzoso en aquella rebelin de los miembros, de que se ruborizaron
los que a continuacin del pecado cubrieron esos mismo miembros con hojas de higuera, no se le puede
atribuir tampoco a las nupcias (...) sino que se le debe imputar al pecado de desobediencia. AGUSTN,
SANTO, OBISPO DE HIPONA: Op. cit., 1971 pp. 395-6.
440
Un ejemplo de la pervivencia de esta consideracin es la frase del historiador de principios del siglo XX,
Serrano Fatigati que, al estudiar la decoracin de temtica obscena de canecillos segovianos, seala que se ve
en casi todos ellos una interpretacin sobrado realista del pecado original SERRANO FATIGATI, E.:
Portadas del periodo romnico y de la transicin al ojival. B.S.E.E. Recogido por RUIZ MONTEJO, I.: La
temtica obscena en la iconografa del romnico rural. Goya, n 147. Madrid, 1978, p. 138
441
Nm 21, 6-9
442
CHEVALIER, J. (Dir.) y GHEERBRANT, A.: Op. cit, p. 935 y ss.
443
Mt 10,16: Os envo como ovejas en medio de lobos; sed, pues, prudentes como serpientes y sencillos
como paloma
444
Veamos cul es la prudencia que exige el Seor. Como serpientes dice-. As como a la serpiente no le
importa perderlo todo, aunque sea seccionando su cuerpo, con tal de conservar la cabeza, as tambin t
debes estar dispuesto a perderlo todo, tu dinero, tu cuerpo y aun la misma vida, con tal que conserves la fe.
237
Expositio in Cantici Canticorum
La fe es la cabeza y la raz; si la conservas, aunque pierdas todo lo dems, lo recuperars luego con creces.
JUAN CRISSTOMO, SANTO, Homila sobre san Mateo, 33.
445
Gn 3, 14 y ss: Entonces Yahv Dios dijo a la serpiente: Por haber hecho esto, maldita seas entre todas las
bestias y entre todos los animales del campo. Sobre tu vientre caminars, y polvo comers todos los das de
tu vida. Enemistad pondr entre ti y la mujer, entre tu linaje y su linaje: l te pisar la cabeza mientras
acechas t su calcaar.
446
Ap 12, 9: Y fue arrojado el gran Dragn, la Serpiente antigua, el llamado diablo y Satans, el seductor
del mundo entero; fue arrojado a la tierra y sus ngeles fueron arrojados con l.
447
En otros casos encontramos figuras femeninas mordidas en los pechos por serpientes como alusin a la
lujuria, en una reinterpretacin cristiana del tema tradicional de la Madre Tierra alimentando serpientes.
Encontramos numerosos ejemplos del tema como el de la colegiata de santa Mara la Real de Sangesa (S.
XII), el de Saint-Croix de Burdeos (S. XI-XIII) o la figura de la lujuria en la portada sur de Saint-Pierre de
Moissac.
238
Expositio in Cantici Canticorum
determinados castigos en los que las serpientes atacan a los pecadores, ya sean
avaros o aquellos que niegan la oracin448.
Fig. 31. Capitel con hombre mordido por serpientes. Siglo XII. Iglesia de la Virgen de Mueras
(Bolea, Huesca).
448
IGUEZ ALMECH, F.: Op. cit., 1967, p. 271
449
CASTN SARASA, A.: Op. cit, p. 148.
450
CHEVALIER, J. y GHEERBRANT, A: Op. cit., p. 1057
451
PORTAL, F.: El simbolismo de los colores: en la antigedad, la edad media y en los tiempos modernos.
Sophia Perennis. Palma de Mallorca, 1996, p. 98.
239
Expositio in Cantici Canticorum
Folio 140v:
Introduxit me rex in cubiculum suum: exsultabimus et laetabimur in te. Ecclesia Dei, quasi quaedam domus
regis est, et ista domus habet portam, habet ascensum, habet triclinium, habet cubiculum [Segunda
homila o libro de san Gregorio]
240
Expositio in Cantici Canticorum
452
Aunque la versin de la Biblia usada por san Gregorio fuera probablemente la Septuaginta, utilizamos
para las referencias de captulos y versculos Nova vulgata Bibliorum Sacrorum editio: sacros, oecum,
concilii Vaticani II ratione habita issu Pauli PP. VI recognita auctoritate ioannis Pauli PP. II
promulgata.[Vaticano]:Libraria Editrice Vaticana, 1979
453
Tomado de The Fleur-de-Lis In Heraldry and History http://www.fleurdelis.com/fleur.htm y de
Herldica http://www.heraldica.org/topics/fdl.htm [Consultados el 10-5-2002)
454
CHEVALIER, J. y GHEERBRANT, A: Op. cit., p. 652.
455
Eclo 39, 14: Como incienso derramad buen olor, floreced como el lirio exhalad perfume, entonad un
cantar, bendecid al Seor por todas sus obras.
Eclo 50, 1-8: Simn, el sumo sacerdote, hijo de Onas, en su vida repar el templo, y en sus das fortific el
santuario (...). Qu glorioso era cuando, rodeado de su pueblo, sala de la casa del velo!(...) como rosal
florecido en primavera, como lirio junto a un manantial, como cedro del Lbano en verano, como fuego e
incienso en el incensario.
241
Expositio in Cantici Canticorum
Os 14, 5: Yo sanar su infidelidad, los amar graciosamente; pues mi clera se ha apartado de l, ser como
roco para Israel: florecer como el lirio y hundir sus races como el Lbano.
456
Por lo dems, quin de vosotros puede, por ms que se preocupe, aadir un solo codo a la medida de su
vida? Y del vestido, por qu preocuparos? Observad los lirios del campo, cmo crecen; no se fatigan, ni
hilan. Pero yo os digo que ni Salomn, en toda su gloria, se visti como uno de ellos.
457
CIRLOT, J. E.: Op. Cit, p. 279
458
Yo soy el narciso de Sarn, el lrio de los valles. http://www.heraldica.org/topics/fdl.htm [Consultado el
10-5-2002)
459
Sobre la evolucin iconogrfica del smbolo puede consultarse el captulo Una flor para el rey: jalones
para una historia medieval de la flor de lis en PASTOUREAU, M.: Op. cit., 2006, pp. 107-121
460
ORGENES: Homlie sur les Cantique des cantiques. Pars, 1954, recogido en CHEVALIER, J. y
GHEERBRANT, A: Op. cit., p. 652.
461
Gn 2, 9: y en el medio del jardn el rbol de la vida y el rbol de la ciencia del bien y del mal.
462
CHEVALIER, J. y GHEERBRANT, A: Op. cit., p. 652.
463
CABROL, F. y LECLERCQ, H.: Op. cit., t. V, col. 1707-1708.
242
Expositio in Cantici Canticorum
464
LVAREZ MARTNEZ, M S.: Consideraciones en torno al templo prerromnico de San Salvador de
Valdedis. Lio: revista de Historia del Arte de la Universidad de Oviedo, n 12, 2006, pp. 14-15
465
Existen ejemplos anteriores de cruces con remate trilobulado en el arte armenio y en otros ejemplos
anteriores del arte asturiano como la Lpida de Tbara. Al respecto vase SEPLVEDA GONZLEZ, M de
los .: La iconografa del beato de Fernando I (Aproximacin al estudio iconogrfico de los beatos).
Universidad Complutense de Madrid, 1987, t. II, pp. 124 y ss.
466
CANELLAS LPEZ, A. (et al.): Rutas romnicas en Catalua. Madrid: Encuentro, 1996, p. 64
467
Is 11
468
Ez 17, 23
469
Rm 6, 5
243
Expositio in Cantici Canticorum
Fig. 33. Pilastra visigoda, siglo VII, Mrida (Badajoz), Museo Nacional de
Arte Romano
470
CIRLOT, J. E.: Op. cit., p. 78. En esta identificacin juega adems un importante papel la leyenda segn
la cual la cruz de Cristo estara hecha con la madera del rbol cuyas semillas sac Adn del Paraso y que su
hijo coloc en su boca al enterrarlo.
471
Ap 2, 2
472
Ap. 5, 9.
De este tipo de representacin ms sinttica existen numerosos ejemplos desde el arte paleocristiano, como
son las crteras de San Vital de Rvena, el friso intermedio del testero de Quintanilla de las Vias, en los
cimacios y las impostas de las bvedas de san Pedro de la Nave o los capiteles historiados del panten de san
Isidoro de Len.
244
Expositio in Cantici Canticorum
473
RAMOS-LISSON, D.: Op. cit. IV.
474
Segn Ricardo Lpez, la flor de lis, adems de rematar cetros regios, fue smbolo del mismo Cristo y, por
su forma cruciforme, puede simbolizar el acercamiento de Dios hasta hacerse hombre y morir por los
hombres. Vase LPEZ, R.: Smbolos. Vigo, 1997, p. 54 y 55.
245
Expositio in Cantici Canticorum
5. Conclusiones
475
257. Volumen in quo iterum continetur in parabolas prefatas, et Hieronymus in librum Ecclesiastes , et
idem Beda de gratia Dei contra Julianum et in Cantica canticorum, et de opusculis beati Gregorii in eadem
Cantica. DESLISLE, L: Op. cit., pp. 337-373.
476
BOHIGAS, P.: Op. cit., Vol. 1: Periodo romnico, p. 39-52.
477
MORALES VALLEJO, J.: Op. cit., 2007, p. 15.
246
Expositio in Cantici Canticorum
las imgenes parecen referirse ms al contexto general del mensaje cristiano que a
aspectos puntuales de lo expresado por Beda o Gregorio.
247
248
Epistolae Beati Pauli cum glosa, Manuscrito 44 de
la Biblioteca Histrica de la UCM
249
250
Mi palabra y mi predicacin no se apoyaban en persuasivos discursos de sabidura,
sino en la demostracin del Espritu y de su poder.
251
252
Epistolae Beati Pauli cum glossa
Ficha bibliogrfica
1. Estudio codicolgico
Se ha perdido la primera hoja del primer cuaderno y otra entre las hojas 123
y 124. La primera hoja de pergamino conservada muestra el lado de la carne por
253
Epistolae Beati Pauli cum glossa
lo que si slo faltase otra al inicio, el cdice comenzara por el lado del pelo al
modo latino. El manuscrito cumple la Regla de Gregory478.
Las medidas actuales son de 295 por 195 mm aunque hay indicios de que
este tamao se debe a que el manuscrito ha sido refilado en encuadernaciones
posteriores ya que, por ejemplo, el ttulo corriente se encuentra cercenado en
algunas pginas.
478
Para mantener la homogeneidad visual de las pginas, los cuadernos se construyen de modo que el verso
de la hoja y el recto de la siguiente muestren el mismo lado, carne o pelo, y por tanto un color y aspecto lo
ms similar posible.
254
Epistolae Beati Pauli cum glossa
479
Modelo de representacin grfica de los cuadernos expuesto, entre otros, en RUIZ GARCA, E.: Op. cit.,
1992, p. 169 y ss.
255
Epistolae Beati Pauli cum glossa
15
190
295 mm
12 24 5 63 6 60
195 mm
480
LEMAIRE, J.: Op. cit., pp. 118-120
256
Epistolae Beati Pauli cum glossa
Folio 1: Ro. 1, 9: eius, quomodo sine intermissione memoriam vestir facial semper in
orationibus meis obsecrans si quo modo tandem aliquando prosperum iter habean in
voluntate Dei veniendi ad vos.
Folio 38v: Primera carta a los Corintios.
Folio 76r: Segunda carta a los Corintios.
Folio 100r: Carta a los Glatas.
Folio 111v: Carta a los Efesios.
481
La glosa marginal escrita al comienzo de cada epstola, a modo de prlogo, muestra muchas similitudes
con otros comentarios a las epstolas muy conocidos como el de Pedro Lombardo. El resto de glosas
marginales e interlineales no parecen corresponder a este comentario pero s muestran una gran coincidencia
textual con la obra Epistolae s. Pauli cum glossis de autor desconocido que se conserva en la Bayerische
Staatsbibliothek de Munich, escrito en letra gtica del siglo XIII y aparentemente de origen francs. Vase
HAUKE, H.: Katalog der Handschriften aus dem Dominikanerkloster und Domstift in Augsburg. Mnchen:
Bayerische Staatsbibliothek, 2005, Clm. 3743. [En lnea] [Consulta 12-12-07] [http://www.manuscripta-
mediaevalia.de/hs/projekt-Muenchen-Augsburg-pdfs/Clm%203743.pdf]
257
Epistolae Beati Pauli cum glossa
Entre folio 123v y 124r [falta]: final de la Carta a los Efesios y primeros
versculos de la Carta a los Filipenses482.
Folio 133v: Carta a los Colosenses.
Folio 144v: Primera carta a los Tesalonicenses.
Folio 155r: Segunda carta a los Tesalonicenses.
Folio 160r: Primera carta a Timoteo.
Folio 172 v: Segunda carta a Timoteo.
Folio 181r: Carta a Tito.
Folio 186r: Carta a Filemn.
Folio 188r: Carta a los hebreos.
En general es una escritura muy clara y regular realizada con gran cuidado
y esmero en todo el manuscrito sin apenas correcciones ni tachaduras.
Encontramos varias manos en la obra que, adems, varan de mdulo para las
glosas y comentario, lo que parece situar el origen del manuscrito en un scriptorium
de cierto nivel. Teniendo en cuenta la escassima produccin de manuscritos en
letra carolina pura que se da en nuestro territorio en este periodo es probable que
esta obra se realizara fuera de las fronteras hispanas.
482
Desde Ef. 6,17 hasta Fil. 1,4.
258
Epistolae Beati Pauli cum glossa
259
Epistolae Beati Pauli cum glossa
Fig. 9. Lomo
483
El que muchos de los manuscritos de la Biblioteca Histrica presenten el mismo tipo de encuadernacin
nos hace pensar en una reencuadernacin general de ejemplares deteriorados que se pudiera llevar a cabo
coincidiendo con algn inventario. En este sentido es necesario tener en cuenta la referencia que da Villa-
Amil en su estudio del Breviarum Historiae Catholicae de Rodrigo Jimnez de Rada sobre que en el ltimo
tercio del siglo XVIII la formacin de los ndices fue acompaada de una encuadernacin uniforme de un
gran nmero de volmenes como se menciona en el prlogo latino del de los manuscritos por lo que la
reencuadernacin bien podra datar de este momento aunque siguiese modelos herldicos ms antiguos. Vid
VILLA-AMIL Y CASTRO, J. de: El Arca, 1878, pp. 587-623
484
Al respecto vid. CARPALLO BAUTISTA, A. [et. al.]: Op. cit., p. 87.
485
Esta misma letra aparece en el lomo de otros muchos manuscritos lo que nos hace pensar que
probablemente sealase que se trataba de un libro de mano.
486
No hemos podido localizar este modelo en ninguno de los repertorios habituales, sin embargo, en el
artculo de Maurizia Migiorni sobre el manuscrito de Carlo Giuseppe Ratti conservado en el Archivo
Histrico del Comune de Gnova se dice que el ejemplar est realizado en papel genovs de diversas
procedencias, como indican los diferentes tipos de filigrana que se encuentran. En las primeras hojas la
filigrana reca un giglio sormontato da una corona, sotto il quale un'ovale con ai lati le iniziali del maestro
cartaio "G.B.C.". Vase MIGIORNI, M.: Carlo Giuseppe Ratti. Storia de' pittori scultori et architetti liguri e
260
Epistolae Beati Pauli cum glossa
antiguas en la hoja de guarda delantera (Fig. 10), as como en el recto del primer
folio (Fig 11); en la parte inferior de ese mismo folio se puede leer Visto ao de
1614487. En el recto de la guarda volante posterior se ha consignado: Tiene este libro
doscientas diez y seis ojas utiles (Fig. 12).
de' forestieri che in Genova operarono secondo il manoscritto del 1762, a cura di Maurizia Migliorini en
FOSCA: Fonti per la Storia della Critica d'Arte. Genova 1997.
[En lnea] [Consulta el 14-07-2008] [http://www.fosca.unige.it/testi.php?LINK=Introduzione&ID=1]
487
Esta anotacin es, probablemente, muestra de la revisin del fondo bibliogrfico que se hizo entre 1611 y
15 coincidiendo con la reforma de Diego Hernando de Alarcn y Pedro de Tapia. Sobre estos aspectos, vase
p. 56 y 477-8.
261
Epistolae Beati Pauli cum glossa
Unos aos ms tarde, el Libro del ynbentario de los Zensos Alquitar deste
principal Collegio mayor de San Illephonso492 de 1565 dice de l que se encontraba en
la parte superior del sptimo plteo y que tena tablas Bayas.
El Indize alphabetico de los libros contenidos en esta librera del Collegio maior
de sn. Ildephonso, Universidad de Alcala y claue para encontrar cualquier libro...493,
redactado por Baltasar F. de Quiones en 1720, no lo menciona, mientras que su
488
A.H.N. Universidades. Libro 1090, f. 34v.
489
En el fondo complutense se conserva la obra In B. Pauli Apostoli Epistolam ad Romanos absolutissima
comentaria de Cornelio Musso pero tanto su fecha de impresin, 1588, como su pertenencia al Colegio
Menor de la Compaa de Jess impiden que fuera sta la obra mencionada en el Rendimiento de cuentas.
490
A.H.N. Universidades. Libro 1091, f. 6v
491
A.H.N. Universidades. Libro 1092, f. 21r
492
A.H.N. Universidades. Libro 920, f. 165r.
493
B.U.C.M., BH Mss 335.
262
Epistolae Beati Pauli cum glossa
Existen, sin embargo, una serie de elementos que nos hacen datar la obra
entre mediados y finales del siglo XII y no en el XIII como ha sido habitual. Por un
lado, el uso de la tinta azul que no se introduce hasta finales del siglo XI, el empleo
del punteado en el borde externo de la hoja y la representacin de Pablo con la
espada, smbolo parlante que no aparece hasta el siglo XII y que decora la capital
de la Segunda Carta a los Corintios, nos indican que nos hallamos ante una obra de
finales de la Alta Edad Media. Sin embargo, el uso de la escritura carolina y el
494
B.U.C.M. BH Mss. 308, fol. 53v.
495
B.U.C.M. BH Mss. 336. El manuscrito puede fecharse a mediados del siglo XII. En este ndice se
mencionan comentarios de Sasbou (probablemente Adam Sasbout) y Franciscum Titelmani, franciscanos
holands y alemn respectivamente que vivieron en la primera mitad del XVI. Tambin el que aparece como
Guille auddus in epistolas D. Pauli queda fuera de fecha, ya que Claude Guilliaud nace en 1493. El
consignado como Caietanus in epistolas Pauli hace referencia probablemente a la obra de Tomasso de Vio,
conocido como Cardinal Caetano, que vivi en el trnsito del siglo XV al XVI. Adems, todas estas obras
aparecen consignadas en el Index Universae bibliothecae Collegio Complutense de 1742 que hace por
primera vez una relacin de los impresos separada de la de los manuscritos por lo que claramente se trataba
de obras de molde.
496
B.U.C.M. BH MSS 336, fol. 52r y v.
497
VILLA-AMIL Y CASTRO, J. de: Catlogo, 1878, p. 15.
498
DOMNGUEZ BORDONA, J.: Op. cit.,1933, Tomo I (VILA - MADRID), p. 493
263
Epistolae Beati Pauli cum glossa
empleo del pautado a punta seca que desaparece a finales del siglo XII nos hacen
establecer un posible lmite cronolgico a mediados de esa centuria.
499
Sobre los aspectos biogrficos e histricos del santo pueden consultarse, entre otros, HOLZNER, J.: San
Pablo: Heraldo de Cristo. Barcelona: Herder, 2002; TOMKINS, S.: Pablo y su mundo. Madrid: San Pablo,
2007; PABLO, SANTO: Las Epstolas de San Pablo. (Traducidas y comentadas por Giusseppe Riciotti).
Madrid: CONMAR, 1962.
500
Vid. RAU, L.: Op. cit., T. 2, Iconografa de los santos, p. 7.
264
Epistolae Beati Pauli cum glossa
501
Sobre esta polmica vase, entre otros BARBAGLIO, G.: La teologa de San Pablo. Salamanca:
Secretariado Trinitario, 2006. p. 9 y ss. y UBIETA, J. A. (Dir.): Op. cit., Introduccin a las Epstolas de
Pablo.
265
Epistolae Beati Pauli cum glossa
502
BARBAGLIO, G.: Op. cit., p. 9.
266
Epistolae Beati Pauli cum glossa
503
TOMKINS, S.: Op. cit., 2007, p. 183-186.
267
Epistolae Beati Pauli cum glossa
Por lo que se extrae de las Epstolas, Pablo fue un hombre pequeo, calvo,
contrahecho, con la frente abombada y la nariz aguilea. La iconografa desde
poca temprana le representa como un hombre calvo y barbado, normalmente de
gesto adusto, aunque revestido de gran dignidad. Ejemplos tempranos de este tipo
de representacin podemos verlos en sarcfagos del siglo IV como el de Berja (Fig.
14) o el de Junio Basso504.
Fig. 14. Detalle de San Pedro y San Pablo ante Nern. Sarcfago de Berja.
Siglo IV. Museo Arqueolgico Nacional
504
Existe sin embargo, otra tradicin iconogrfica surgida de los Hechos de los Apstoles que tiende a
representar al santo como un hombre vigoroso al estilo de San Pedro, del que slo se diferenciara por la
calva y por el color y la longitud de la barba. Este modelo cobrar gran fuerza en la poca moderna.
505
FERRANDO ROIG, J.: Iconografa de los santos. Barcelona, 1950, p. 213.
506
La Catholic Encyclopedia seala que el smbolo aparece en el siglo X pero no da ms datos al respecto.
CatholicEncyclopedia. London: The Encyclopedia Press, 1913. Utilizamos la edicin digital: Catholic
Encyclopedia [En lnea] [Consulta 23-10-08] [http://www.newadvent.org/cathen/], letra P, St.Paul.
268
Epistolae Beati Pauli cum glossa
citar una escultura de San Pablo procedente del frontal de altar de San Salvador de
Bibils (tambin llamado de Castarn de Noals) en Huesca, fechado en el siglo XII
(Fig. 15), y una pintura sobre tabla procedente de un retablo de San Vicente de
vila del siglo XII (Fig. 16).
Fig. 15. San Pablo. San Salvador de Bibils Fig. 16. San Pablo. Frontal de altar procedente
(Huesca). Siglo XII de San Vicente de vila. Siglo XII.
507
CHEVALIER, J. (Dir.) y GHEERBRANT, A.: Op. cit., p. 473 y ss.
269
Epistolae Beati Pauli cum glossa
508
RAU, L.: Op. cit., T. 2, Iconografa de los santos, p. 9.
509
DUCHET- SUCHAUX, G. Y PASTOUREAUX, M.: La Biblia y los Santos. Madrid, 1987, p. 300
510
Un recorrido sobre su presencia en el arte espaol se encuentra en el catlogo de la Exposicin realizada
en 1964 en el Casn del Buen Retiro. VV. AA: San Pablo en el arte. XIX Centenario de su venida a Espaa.
Direccin General de Bellas Artes. Madrid, 1964.
270
Epistolae Beati Pauli cum glossa
4. Las miniaturas
En ocho de las doce capitales observamos, hacia la mitad del trazo vertical
de la letra, una decoracin que rompe visualmente la longitud del mismo y que
resulta curiosa por sus similitudes formales. Este elemento decorativo est
formado por una serie de discos ms o menos achatados con un crculo rehundido
en el centro, flanqueados por otros elementos de forma triangular que parecen
incrustados en el trazo de la letra. Tanto las formas circulares como las
trapezoidales presentan, en ocasiones, una decoracin a modo de punteado en
blanco.
Podemos observarlo en los nmeros 38v, 100r, 111v, 133v, 144v, 155r, 160r y
172v y parece guardar un notable parecido con elementos militares romanos.
271
Epistolae Beati Pauli cum glossa
Fig. 17. Detalle del mosaico de la cacera. Fig. 18. Detalle del mosaico de Justiniano y Teodora.
Villa romana de La Olmeda. Siglo IV d.C. San Vital de Rvena (547)
511
Queremos agradecer a D. Toms Gonzlez Santos la referencia facilitada sobre este tipo de monedas, as
como la reproduccin del denario de su coleccin privada.
272
Epistolae Beati Pauli cum glossa
Fig. 21. Sarcfago de San Justo de la Vega. Museo Arqueolgico Nacional. Siglo IV
273
Epistolae Beati Pauli cum glossa
512
Ex 10, 12: Pero Yahv dijo a Moiss: Tiende tu mano sobre la tierra de Egipto, para que venga sobre
ella la langosta; que suba sobre la tierra de Egipto y devore todo lo que dej el granizo.
513
Ap 9, 7-10
274
Epistolae Beati Pauli cum glossa
Los seres que decoran las miniaturas comparten con los del Apocalipsis el
rostro de hombre y los dientes de len; en los nmeros 111v, 160r y 172v adems,
las alas parecen acorazadas y semejantes a escudos.
Fig. 23. Detalle de las langostas. Fig. 24. Detalle de las langostas.
Apocalipsis (1313). Biblioteca Apocalipsis (1380). Yates
Nacional Francesa Thompson Collection
El hecho de que las cabezas de las langostas miren hacia atrs podra estar
relacionado con Corn IV, 50 en donde se lee:
Los que habis recibido las Escrituras, creed en lo que Dios ha hecho descender
del cielo para confirmar vuestros libros sagrados, antes que Nosotros borremos los
rasgos de los rostros y los volvamos hacia el lado opuesto.
Asn Palacios seala que esta idea aparece recogida en abar, quien afirma
que el pasaje hara referencia a los judos que negaron la verdad del Corn, as
como en ciertas descripciones islmicas del Juicio Final, de tradicin talmdica, en
275
Epistolae Beati Pauli cum glossa
las que se menciona que algunos condenados tendrn las cabezas vueltas hacia
atrs para leer la condena que llevarn sujeta a la espalda514. Tambin, en la
leyenda narrada por el judo converso al Islam Wahb ibn Munabbih, Salomn
habra visto unos diablos con los rostros vueltos hacia las nucas que vomitaban
llamas. La tradicin se perpeta en algunos sermones aljamiados donde los
perjuros resucitarn vueltas sus caras hacia sus touelos515. Es frecuente
encontrar a los condenados representados de esta forma en escenas como la de las
langostas o en la representacin del infierno que encontramos en los Beatos.
En concreto, la imagen del folio 186 que representa un ser con cabeza de
camello y cuerpo de langosta, presenta adems una curiosa relacin con el Zohar o
Libro del esplendor, considerado la cspide de la Cbala hebrea. Los aspectos
concretos se detallarn en el estudio de la mencionada miniatura.
514
Sobre este tipo de castigo y sus relaciones textuales vid. ASN PALACIOS, M.: La escatologa
musulmana en la Divina Comedia. Hiperin. Madrid, 1961, pp. 128-129 y 155-157.
515
GIL, RIBERA Y SNCHEZ: Coleccin de textos aljamiados. Zaragoza: [s.n.], 1888, pp. 69 y 71.
Recogido en ASN PALACIOS, M.: Op. cit., p. 129
516
Recogido en RODRGUEZ BARRAL, P.: La dialctica texto-imagen a propsito de la representacin
del judo en la Cantigas de Santa Mara de Alfonso X en Anuario de estudios medievales 37/1, enero-junio
de 2007, pp. 228.
276
Epistolae Beati Pauli cum glossa
Con cierta frecuencia aparecen, como remate del trazo vertical de la letra,
unas cabecillas de aspecto humanoide pero demonaco517 que salen de una flor y
sacan una larga lengua. Las podemos observar en los nmeros 38v, 76r, 111v y
160r.
517
Salvo en la capital n 160r en la que vemos un ser indeterminado similar a un pez.
277
Epistolae Beati Pauli cum glossa
Para Joaqun Yarza estos seres incluidos en las iniciales que se retuercen de
manera inverosmil, desarrollan una considerable agresividad mordiendo tallos,
animales o seres humanos son ejemplos en los que lo decorativo prima sobre lo
alegrico. Pese a su posible valor decorativo, en nuestra opinin, algunos de estos
ejemplos podran tener tambin un valor simblico en relacin con el texto al que
acompaan.
278
Epistolae Beati Pauli cum glossa
279
Epistolae Beati Pauli cum glossa
518
La imagen de Pablo cayendo del caballo no aparece en los Hechos de los apstoles sino que se crea ms
tardamente por equiparacin con la Superbia (orgullo) del ciclo de los vicios, inspirado por la Psicomaquia
medieval; no consideramos, por tanto, que el caballo tenga relacin con esta forma de representacin. Vid.
RAU, L.: Op. cit., T. 2, Iconografa de los santos, p. 14.
519
Sal 90, 12-13: Los ngeles te llevaran en palmas para que en la piedra tu pie no tropiece; pisars el spid
y el basilisco, hollars el len y el dragn.
280
Epistolae Beati Pauli cum glossa
anterior que no se conserva. Se cree que la epstola fue redactada por Pablo a lo
largo de varias semanas, lo que explicara la ausencia de un hilo lgico riguroso.
La preocupacin del santo por diversos motivos as como lo dilatado de su
redaccin la convierte en un texto farragoso, aunque cargado de informacin
histrica sobre las primeras comunidades cristianas520.
281
Epistolae Beati Pauli cum glossa
524
Hb 4, 16
525
PELEZ MALAGN, J. E.: Modelos iconogrficos de la representacin de la Trinidad en el Arte
Odiseo. N 6, Septiembre 2002. [En lnea] [Consulta 12-3-08] [http://www.odiseo.es.vg]
282
Epistolae Beati Pauli cum glossa
526
La representacin de Cristo como un hombre imberbe y joven corresponde al ideal griego del efebo y del
atleta que predomin originalmente en occidente frente al modelo sirio barbado. Sin embargo, hacia el siglo
IV, el tipo del Cristo siraco desplaza progresivamente al primer modelo hasta su prctica desaparicin,
aunque en las representaciones de milagros la figura de Cristo imberbe se mantiene todava un tiempo.
REAU, L.: Iconografa del arte cristiano. Iconografa de la Biblia. Nuevo Testamento. Ediciones del Serbal.
Cultura artstica. Barcelona, 1996. Vol 2, p. 42.
283
Epistolae Beati Pauli cum glossa
pero s en ejemplos ms antiguos como el del Arco de Constantino (315 d.C.) que
nos muestra al emperador entregando el rollo a uno de sus centuriones (Fig. 31).
Otra escena que podra haber servido de inspiracin en la composicin de la
miniatura es la de Cristo ante Pilatos que vemos aparecer tambin desde poca
temprana en ejemplos como el ya mencionado sarcfago de Junio Basso, aunque
en esos casos ambas figuras aparecen en el mismo plano.
527
I Co 6, 18 y ss.
528
Vid. Notas 310-112
284
Epistolae Beati Pauli cum glossa
529
Jos Mara Azcrate, sin embargo considera que la figura de la mujer con el crneo en el regazo, es decir,
la muerte, (es) evidente alegora de la concupiscencia. AZCRATE RISTORI, J.M.: Las epstolas
apostlicas y la iconografa romnica. Homenaje al Cardenal Tarancn. Academia de arte e historia de San
Dmaso. Madrid, 1980, p. 71.
530
La imagen tradicional de la Madre Tierra alimentando serpientes pas a representar en el arte medieval el
pecado de la lujuria. Encontramos numerosos ejemplos, adems del ya citado, de mujeres con los pechos
mordidos por serpientes como el de la colegiata de Santa Mara la Real de Sangesa (S. XII) o el de Saint-
Croix de Burdeos (S. XI-XIII).
285
Epistolae Beati Pauli cum glossa
Fig. 32. Detalle de la Adltera. Prtico de la Fig. 33. Lujuria. Portada sur de Saint
Gloria. Catedral de Santiago de Pierre de Moissac. Siglo XII
Compostela. Siglo XII
La Primera carta de San Pablo a los Corintios trata tambin el tema de los
diferentes carismas que otorga la presencia del Espritu Santo y como todos ellos
han de servir a un fin comn ya que en un solo Espritu fuimos bautizados para
un solo cuerpo, ya Judos, ya griegos, ya esclavos, ya libres; y todos hemos bebido
del mismo Espritu531.
531
I Co. 12, 13.
532
Hch 19, 5-6
533
PABLO DE TARSO: Op. cit., pp. 76 y ss. Parece ser que la glosolalia y la profeca eran frecuentes no
slo en las celebraciones de esos dos sacramentos sino tambin en las reuniones eucarsticas. En esta carta
Pablo insiste en la importancia de poner esos dones al servicio de la comunidad y en no vanagloriarse de
ellos. Sobre estos aspectos vase BARBAGLIO, G.: Op. cit., p. 39-130.
286
Epistolae Beati Pauli cum glossa
las manos del Obispo con el momento en el que el Espritu Santo desciende a
morar en el bautizado (purificado y bendecido ya por el agua y la santa uncin
respectivamente) y afirma que es el mismo Espritu que vino sobre el Seor en
figura de Paloma para que se revelase la naturaleza del Espritu Santo por medio
del animal que se caracteriza por la simplicidad y la inocencia534.
En relacin con esta idea, quiz el elemento trilobulado similar a una flor de
lis que aparece sobre la cabeza del santo a la altura de la mano con la que Cristo
bendice, podra ser una representacin del Espritu pues en la Edad Media se
consider al lis como emblema de la iluminacin y atributo del Seor535.
534
Idem, p. 133.
535
CIRLOT, J. E.: Op. cit., p. 279.
536
Sobre la evolucin iconogrfica del smbolo puede consultarse el captulo Una flor para el rey: jalones
para una historia medieval de la flor de lis en PASTOUREAU, M.: Op. cit., 2006, pp. 107-121
537
Id, pues, y haced discpulos a todas las gentes bautizndolas en el nombre del Padre y del Hijo y del
Espritu Santo. Ubieta considera que este versculo puede haber sido revisado con posterioridad para dejar
claro el carcter trinitario ya que el los Hechos de los Apstoles se menciona siempre que se bautiza en el
nombre de Jess. Vid. UBIETA, J. A.: Op. cit. Nota a Mt. 28,19.
538
Luego, los conducimos a sitio donde hay agua y () son regenerados ellos, pues toman el agua del bao
en el nombre de Dios () y de nuestro Salvador Jesucristo y del Espritu Santo. Recogido en QUASTEN, J.:
Patrologa (edicin espaola preparada por Ignacio Oatibia). Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos,
2001-2002. Vol. I, p. 213.
539
Ibd., p. 497 y ss.
287
Epistolae Beati Pauli cum glossa
540
Riciotti la retrasa al otoo del 57. Vase PABLO DE TARSO, SANTO: Op. cit., pp. 107-109
288
Epistolae Beati Pauli cum glossa
promete volver para aplicar el merecido castigo pero su compasin hace que lo
dilate cada vez ms. En su lugar enva una severa carta que no conservamos y
poco despus manda a Tito, que finalmente regresar con noticias positivas. Esta
carta conocida como Segunda en realidad sera la cuarta y, aunque es una misiva
de reconciliacin, apuntan an los ecos de los conflictos pasados como se lee en II
Corintios 13, 10: Por ello os escribo estas cosas ausente, para que presente no use
el rigor, conforme a la autoridad que el seor me ha concedido para edificacin y
no para destruccin.
Podemos considerar, en este sentido, que el gesto del santo con la espada
levantada es una alusin al mensaje y al tono de la carta. A diferencia de la
miniatura 133v, en la que vemos al santo mostrando la espada y el libro, aqu toda
la importancia se ha otorgado al smbolo de su martirio que, como ya se ha
mencionado, alude tambin al estilo tajante y directo de su escritura. En un
sentido ms elevado, la imagen podra referirse tambin a la descripcin que
Pablo hace de s mismo, en cuanto que servidor de Jesucristo, sealando que en su
debilidad reside su fortaleza541.
541
II Co 10,1: Soy yo, Pablo en persona, quien os suplica por la mansedumbre y la benignidad de Cristo, yo
tan humilde cara a cara entre vosotros, y tan atrevido con vosotros desde lejos. Os ruego que no tenga que
mostrarme atrevido en presencia vuestra, con esa audacia con que pienso atreverme contra algunos que
consideran procedemos segn la carne. Pues aunque vivimos en la carne no combatimos segn la carne.
No!, las armas de nuestro combate no son carnales, antes bien, para la causa de Dios, son capaces de
arrasar fortalezas
II Co 12, 10: Por eso me complazco en mis flaquezas, en las injurias, en las necesidades, en las
persecuciones y las angustias sufridas por Cristo; pues, cuando soy dbil, entonces es cuando soy fuerte.
542
II Co 12, 20-21: En efecto, temo que a mi llegada no os encuentre como yo querra; ni me encontris
como querrais: que haya discordias, envidias, iras, ambiciones, calumnias, murmuraciones, insolencias,
desrdenes. Temo que en mi prxima visita el Seor me humille por causa vuestra y tenga que llorar por
muchos que anteriormente pecaron y no se convirtieron de sus actos de impureza, fornicacin y libertinaje.
289
Epistolae Beati Pauli cum glossa
543
II Co 12, 2-5: S de un hombre en Cristo, el cual hace catorce aos -si en el cuerpo o fuera del cuerpo no
lo s, Dios lo sabe- fue arrebatado hasta el tercer cielo. Y s que este hombre -en el cuerpo o fuera del
cuerpo no lo s, Dios lo sabe- fue arrebatado al paraso y oy palabras inefables que el hombre no puede
pronunciar. De ese tal me gloriar; pero en cuanto a m, slo me gloriar en mis flaquezas.
544
ASN PALACIOS, M.: Op. cit., p. 236 y ss.
290
Epistolae Beati Pauli cum glossa
545
Vid. PABLO DE TARSO: Op. cit., pp. 164-167
546
Gl 3, 27-29: Los que os habis bautizado en Cristo os habis revestido de Cristo: ya no hay judo ni
griego; ni esclavo ni libre; ni hombre ni mujer, ya que todos vosotros sois uno en Cristo Jess. Y si sois de
Cristo, ya sois descendencia de Abrahn, herederos segn la promesa
291
Epistolae Beati Pauli cum glossa
547
Eclo 44, 19-20: Abrahn fue padre insigne de una multitud de naciones, no se hall quien le igualara en
su gloria. l guard la ley del Altsimo, y con l estableci una alianza. En su carne sell esta alianza, y en
la prueba fue hallado fiel.
548
Gn 17, 9-13: Dijo Dios a Abrahn: Guarda, pues, mi alianza, t y tu posteridad, de generacin en
generacin. sta es mi alianza que habis de guardar entre yo y vosotros -tambin tu posteridad-: Todos
vuestros varones sern circuncidados. Os circuncidaris la carne del prepucio, y eso ser la seal de la
alianza entre yo y vosotros. A los ocho das ser circuncidado entre vosotros todo varn, de generacin en
generacin, tanto el nacido en casa como el comprado con dinero a cualquier extrao que no sea de tu raza.
Deben ser circuncidados el nacido en tu casa y el comprado con tu dinero, de modo que mi alianza est en
vuestra carne como alianza eterna.
549
Jn 6,27.
550
Rm 4, 9-13
551
II Co 1,21-22: Es Dios el que nos conforta juntamente con vosotros en Cristo y el que nos ungi, y el que
nos marc con su sello y nos dio en arras el Espritu en nuestros corazones.
Ef 1, 13: En l tambin vosotros, tras haber odo la Palabra de la verdad, el Evangelio de vuestra salvacin,
y credo tambin en l, fuisteis sellados con el Espritu Santo de la promesa, que es prenda de nuestra
herencia, para la redencin del pueblo de su posesin, para alabanza de su gloria.
552
Lc 4,18: El Espritu del Seor sobre m, porque me ha ungido para anunciar a los pobres la Buena
Nueva, me ha enviado a proclamar la liberacin a los cautivos y la vista a los ciegos, para dar la libertad a
los oprimidos y proclamar un ao de gracia del Seor.
553
Is 61, 1-2: El espritu del Seor Yahv est sobre m, por cuanto que me ha ungido Yahv. A anunciar la
buena nueva a los pobres me ha enviado, a vendar los corazones rotos; a pregonar a los cautivos la
liberacin, y a los reclusos la libertad; a pregonar ao de gracia de Yahv, da de venganza de nuestro Dios;
para consolar a todos los que lloran.
554
Hch 10, 36-38: l ha enviado su palabra a los hijos de Israel, anuncindoles la Buena Nueva de la paz
por medio de Jesucristo que es el Seor de todos. Vosotros sabis lo que sucedi en toda Judea, comenzando
por Galilea, despus que Juan predic el bautismo; cmo Dios a Jess de Nazaret le ungi con el Espritu
Santo y con poder, y cmo l pas haciendo el bien y curando a todos los oprimidos por el diablo, porque
Dios estaba con l;
555
OATIBIA, I.: Op. cit., p. 110.
292
Epistolae Beati Pauli cum glossa
556
UBIETA, J. . (Dir.): Op. cit. Introduccin a las Epstolas
293
Epistolae Beati Pauli cum glossa
557
PABLO DE TARSO: Op. cit., pp. 312-314
558
UBIETA, J. . (Dir.): Op. cit. Introduccin a las Epstolas
559
dem.
560
Ef 5, 5.
294
Epistolae Beati Pauli cum glossa
Letra P de color azul oscuro sobre fondo pardo. El trazo largo aparece dividido
longitudinalmente en dos, asemejndose a la
hoja de una espada tambin por el diferente
tono de azul empleado en cada una de las
mitades. Hacia la parte central del trazo
aparecen los habituales elementos geomtricos
de origen romano.
561
UBIETA, J. . (Dir.): Op. cit. Introduccin a las Epstolas.
295
Epistolae Beati Pauli cum glossa
Parece ser que la epstola fue escrita en Roma en los primeros meses del ao
63 coincidiendo con el primer encarcelamiento de Pablo. La ciudad de Colosas fue
cristianizada durante la estancia de Pablo en feso por Epafra, un griego
previamente convertido por Pablo que ms tarde, al saber de su encierro, acudira
a visitarlo en la crcel en representacin de los colosenses. Esta comunidad nunca
haba sido visitada por el santo pero, debido al gran afecto que senta por ellos y al
ser informado de su situacin espiritual, decide escribir esta epstola en las que les
anima a conservarse firmes en la fe y a desechar ciertas especulaciones
cristolgicas y contaminaciones del judasmo en lo referente a las costumbres que
proliferaban562.
Pablo se nos muestra con su aspecto fsico habitual y con sus dos atributos
ms frecuentes, la espada y el libro, a modo de un retrato plenamente
identificativo que podra enviarse a una comunidad que desconociese fsicamente
al Santo, como era el caso de los colosenses. Tambin la contraposicin de los dos
smbolos, la espada y el libro, pueden entenderse como un reflejo del estilo del
santo que oscila entre un rechazo tajante y firme de todo aquello contrario al
mensaje de Cristo y un caluroso mensaje de nimo para los que cumplen la
doctrina.
En la Carta a los Colosenses, Pablo trata con especial ahnco el tema de las
potencias celestes que, segn algunas especulaciones judas, dirigan la marcha del
Cosmos y a las que los de Colosas otorgaban gran importancia, hasta el punto de
comprometer la supremaca de Cristo. Pablo contesta diciendo:
[Cristo] cancel la nota de cargo que haba contra nosotros, la de las
prescripciones con sus clusulas desfavorables, y la quit de en medio clavndola
en la cruz. Y, una vez despojados los principados y las postestades, los exhibi
pblicamente, en su cortejo triunfal563.
562
PABLO DE TARSO: Op. cit., pp. 393-4
563
Col 2, 14-15
296
Epistolae Beati Pauli cum glossa
564
Col 1, 24-26: Ahora me alegro por los padecimientos que soporto por vosotros, y () conforme a la
misin que Dios me concedi en orden a vosotros para dar cumplimiento a la palabra de Dios, al misterio
escondido desde siglos y generaciones, y manifestado ahora a sus santos.
Col 2, 1-2: 1 Quiero que sepis cun dura lucha estoy sosteniendo por vosotros y por los de Laodicea, y por
todos los que no me han visto personalmente, para que sus corazones reciban nimo y, unidos ntimamente
en el amor, alcancen en toda su riqueza la plena inteligencia y perfecto conocimiento del misterio de Dios.
565
CHEVALIER, J. (Dir.) y GHEERBRANT, A.: Op. cit., p. 645.
566
Ramn Otero seala que Durandus prescribe que los evangelistas y los autores de las epstolas deban ser
representados con el libro abierto. Aunque su obra es posterior al periodo que tratamos, podra recoger
convenciones existentes o a algn tratado anterior. OTERO TEZ, R.: Iconografa del coro del Maestro
Mateo. Cuadernos de Arte e Iconografa, Tomo VI, n 11, 1993. [En lnea] [Consulta el 10-12-08]
[http://www.fuesp.com/revistas/pag/cai11p1.htm]
297
Epistolae Beati Pauli cum glossa
Fig. 34. San Pablo, s. XII. Fig. 35. San Pablo, s. XII. Fig. 36. San Pablo, s. XII.
Portada Oeste de Santa Tmpano de la portada del Tmpano de la portada.
Mara de Piasca (Cantabria) Obispo. Catedral del San Juan de las
Salvador. Zamora Abadesas (Gerona)
Tanto en Colosenses como en Efesios, que como hemos sealado parece una
reelaboracin de la primera, Pablo retoma la problemtica sobre los judos y
gentiles que le angustiaba en el captulo noveno de la Carta a los Romanos y, en esta
ocasin, concluye que gracias al sacrificio de Cristo ambos pueblos se unen en un
solo hombre nuevo567.
567
Col 3, 9-11: No os mintis unos a otros, pues despojados del hombre viejo con sus obras, os habis
revestido del hombre nuevo, que se va renovando hasta alcanzar un conocimiento perfecto, segn la imagen
de su Creador, donde no hay griego y judo; circuncisin e incircuncisin; brbaro, escita, esclavo, libre,
sino que Cristo es todo y en todos.
Ef 2, 11-18: As que, recordad cmo en otro tiempo vosotros, los gentiles segn la carne, llamados
incircuncisos () estabais a la sazn lejos de Cristo, excluidos de la ciudadana de Israel y extraos a las
alianzas de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo. Mas ahora, en Cristo Jess, vosotros, los que
en otro tiempo estabais lejos, habis llegado a estar cerca por la sangre de Cristo. Porque l es nuestra paz:
el que de los dos pueblos hizo uno, derribando el muro divisorio, la enemistad, anulando en su carne la Ley
con sus mandamientos y sus decretos, para crear en s mismo, de los dos, un solo Hombre Nuevo, haciendo
las paces, y reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo, por medio de la cruz, dando en s mismo
muerte a la Enemistad.
568
OTERO TEZ, R.: Op. cit. [En lnea] [Consulta el 10-12-08]
[http://www.fuesp.com/revistas/pag/cai11p1.htm]
298
Epistolae Beati Pauli cum glossa
siendo la piedra angular Cristo mismo, en quien toda edificacin bien trabada se eleva
hasta formar un templo santo en el Seor. Todo el pasaje del que esta frase es
conclusin alude a la unin de judos y gentiles, expresada en trminos muy
similares a los empleados en la epstola a los Colosenses.
569
UBIETA, J. A. (Dir.): Op. cit. Nota a Mt. 20.
570
ARELLANO, I.: Diccionario de los autos sacramentales de Caldern. Pamplona: Universidad de
Navarra; Kassel : Edition Reichenberger, 2000, p. 228
571
En Lv 11, 7 y en Dt 14, 8 se dice que el cerdo, al tener la pezua hendida y no rumiar, es inmundo y no
debe ser ingerido.
299
Epistolae Beati Pauli cum glossa
Por ltimo, el que Pablo aparezca junto a lo que parece ser una maciza
puerta puede aludir a su encierro, situacin que l recuerda a los de Colosas en
varias ocasiones573 y en especial con la frase de despedida Acordaos de mis
cadenas.
572
Col 2, 18.
573
Col 1, 24 y 2,1.
574
En una de las arquivoltas de la portada que da acceso a la baslica de Ripoll aparece un ciclo dedicado a la
vida de San Pablo. En l encontramos una imagen del prendimiento del Santo por unos soldados pero no su
encarcelamiento.
300
Epistolae Beati Pauli cum glossa
que ver con la visita de Timoteo sino con la de Epafrodito, enviado por los
Filipenses para socorrer al santo.
Letra P anaranjada sobre fondo pardo. Hacia la mitad del trazo recto aparece el
elemento geomtrico decorativo formado por
discos que se repite en muchas de las
miniaturas. Observamos tambin un pequeo
dragn alado que muerde el fuste Este trazo
remata en una forma con movimiento que
semeja una cola de animal o tallo vegetal.
301
Epistolae Beati Pauli cum glossa
El nudo de Salomn est formado por dos anillos que se entrelazan cuatro
veces, con puntos de cruce alternos y, segn la leyenda, fue realizado por el rey
Salomn para sujetar tres grandes rocas que amenazaba a su pueblo. Es un
elemento decorativo muy frecuente en el mundo romano y lo vemos aparecer en
numerosos mosaicos hasta fecha tarda, as como en obras posteriores578. Segn
575
PABLO DE TARSO: Op. cit,. pp. 1-3. Riciotti considera que la fecha de redaccin fue el ao 53.
576
CHEVALIER, J. (Dir.) y GHEERBRANT, A.: Op. cit., p. 620-622
577
Vid. CIRLOT, J. E.: Op. cit., p. 266
578
MEZQUIRIZ IRUJO, M. A.: Hallazgo de mosaicos romanos en Villafranca (Navarra), Trabajos de
arqueologa Navarra, n 17, 2004, p. 363.
302
Epistolae Beati Pauli cum glossa
Si bien consideramos que los cuatro lazos blancos pueden por contexto
estar relacionados con el nudo de Salomn y el significado del laberinto, no se puede
descartar tampoco que representen una cruz o tetrafolia, en cuyo caso podran
estar haciendo referencia a la muerte y resurreccin de Cristo, idea que Pablo
utiliza en I Tesalonicenses 4, 14 para consolar a los que temen por la resurreccin de
los muertos581.
303
Epistolae Beati Pauli cum glossa
582
UBIETA, J. . (Dir.): Op. cit. Introduccin a las Epstolas.
583
II Ts 3, 10.
304
Epistolae Beati Pauli cum glossa
584
Vase nota 33.
585
Yo soy el narciso de Sarn, el lrio de los valles. http://www.heraldica.org/topics/fdl.htm [Consultado el
10-5-2002)
586
ORGENES: Homlie sur les Cantique des cantiques. Pars, 1954 recogido en CHEVALIER, J. y
GHEERBRANT, A: Op. cit., p. 652.
305
Epistolae Beati Pauli cum glossa
587
UBIETA, J. . (Dir.): Op. cit. Introduccin a las Epstolas.
588
Vid. PABLO DE TARSO: Op. cit. pp. 347-9
306
Epistolae Beati Pauli cum glossa
serpiente que decora el valo de la letra, como imagen de todos aquellos males
que acechaban a la comunidad y de los que Timoteo deba alejarse a la vez que
proteger a los suyos.
589
I Tm 6, 12: Combate el buen combate de la fe, conquista la vida eterna a la que has sido llamado y de la
que hiciste aquella solemne profesin delante de muchos testigos.
590
UBIETA, J. . (Dir.): Op. cit. Introduccin a las Epstolas.
307
Epistolae Beati Pauli cum glossa
parece indicar que la carta fue escrita por Pablo en la crcel romana poco antes de
su martirio y la convertira en un testamento espiritual del santo para su ms fiel
colaborador591.
En el texto encontramos una interesante alusin a los ltimos das en los que
vendrn tiempos difciles porque los hombres sern amadores de s mismos,
amadores del dinero, vanidosos, soberbios, blasfemos, desobedientes de los
padres, ingratos, criminales, desnaturalizados, implacables (...) y adems de otros
que tienen apariencia de piedad, pero que han renegado del poder de ella. Todas
estas aberraciones que menciona el santo y que sucedern al final de los tiempos
pueden estar encarnadas en la langosta que decora el trazo vertical de la letra y
cuya cola es similar a la de un pavo real.
Por otra parte, podra existir tambin relacin con el suplicio reservado para
los adivinos en el Corn, que llevarn su cabeza vuelta hacia el occipucio594,
siguiendo la advertencia de Pablo:
591
PABLO DE TARSO: Op. cit., pp. 347-9. Jos ngel Ubieta, por el contrario, considera que lo expresado
en ese versculo no hace alusin a una muerte prxima sino al final de su cautiverio como indican los planes
optimistas que se describen en las frases siguientes.
592
II Tm 2, 16-18 Evita las palabreras profanas, pues los que a ellas se dan crecern cada vez ms en
impiedad, y su palabra ir cundiendo como gangrena. Himeneo y Fileto son de stos: se han desviado de la
verdad al afirmar que la resurreccin ya ha sucedido; y pervierten la fe de algunos.
593
HOUTSMA, M. T: E.J. Brill's First Encyclopaedia of Islam, 1913-1936. Leiden [etc.]: Brill, 1987, p-
351-352.
594
ASN PALACIOS, M.: Op. cit., p. 226
308
Epistolae Beati Pauli cum glossa
Porque vendr un tiempo en que los hombres no soportarn la doctrina sana, sino
que, arrastrados por sus propias pasiones, se harn con un montn de maestros
por el prurito de or novedades; apartarn sus odos de la verdad y se volvern a
las fbulas595.
Esa corona de la justicia es, sin duda, la vida del Paraso que espera a los
justos y que en multitud de ocasiones a lo largo del arte cristiano se representa
mediante formas vegetales.
595
II Tm 4, 3-4.
En los Hechos de los Apstoles 13, 6-12 se narra el enfrentamiento entre Pablo y el mago Elimas, al que el
santo ciega temporalmente.
596
II Tm 4, 6: Porque yo estoy a punto de ser derramado en libacin y el momento de mi partida es
inminente.
597
En mi primera defensa nadie me asisti, antes bien todos me desampararon. Que no se les tome en
cuenta. Pero el Seor me asisti y me dio fuerzas para que, por mi medio, se proclamara plenamente el
mensaje y lo oyeran todos los gentiles. Y fui librado de la boca del len. El Seor me librar de toda obra
mala y me salvar guardndome para su Reino celestial.
309
Epistolae Beati Pauli cum glossa
En opinin de Riciotti, Esta carta fue enviada por el santo a Tito, uno de sus
ms fieles colaboradores, bautizado por su propia mano y al que llama hijo en
varias ocasiones, que se encontraba evangelizando en Creta599. En ella le pide que
siga poniendo orden en las cosas pendientes y le advierte de que tenga cuidado
pues en la isla hay muchos indisciplinados, charlatanes y seductores600.
598
UBIETA, J. . (Dir.): Op. cit. Introduccin a las Epstolas.
599
PABLO DE TARSO: Op. cit., pp. 373
600
Es sabida la mala fama que entre los griegos tuvieron los habitantes de Creta, hasta el punto de existir un
verbo cretizar que se entenda como equivalente de mentir o ser impostor. Al respecto, vid. PABLO DE
TARSO: Op. cit., p. 376.
310
Epistolae Beati Pauli cum glossa
Uno de los temas recurrentes en el texto es el de los falsos doctores sobre los
que Pablo previene a Tito. En varias partes del texto, Pablo advierte a su discpulo
de que el Espritu dice claramente que en los ltimos tiempos algunos
apostatarn de la fe entregndose a espritus engaadores y a doctrinas diablicas,
por la hipocresa de embaucadores que tienen marcada a fuego su propia
conciencia (4,1-2) y en concreto, en 4,7, el santo indica a Tito que rechace las
fbulas profanas y los cuentos de viejas y se ejercite en la piedad. Quiz el
pequeo duende de color verde encaramado sobre la letra sea una representacin
del mundo fantstico, del engao o las hechiceras o, en un sentido mucho ms
moderno, de aquello que no existe y slo se usa para embaucar al oyente.
601
Santiago el verde u hombre de musgo en Espaa, Greenman en Irlanda, le Feulliou en la Galia o
Blattqesicht en Germania.
311
Epistolae Beati Pauli cum glossa
Letra P con el trazo recto formado por el cuerpo de un soldado con faldn
azul, escudo azul tachuelado y un casco con proteccin nasal muy similar a los del
ejrcito normando que vemos aparecer en el tapiz de Bayeux, bordado en el siglo
XI.
602
Sobre estas relaciones vase HERAS Y NEZ, M de los A. de las: La mscara que arroja dos haces de
caulculos por su boca, Cuadernos de arte e iconografa, Tomo 2, N. 3, 1989 (Ejemplar dedicado a: Actas
del Primer Coloquio de Iconografa), pp. 87-91.
312
Epistolae Beati Pauli cum glossa
alguno de sus encierros603, mientras que Barbaglio considera que pudo escribirse
entre los aos 53 y 55; para ste ltimo, el lugar de redaccin tuvo que ser feso,
dada la cercana de Colosas, aunque no tengamos testimonios de que el santo
padeciera prisin en esa ciudad604.
La carta fue escrita por Pablo desde la crcel para encomendarle a Filemn,
un rico ciudadano de Colosas y colaborador del santo en la empresa
evangelizadora, el cuidado y el perdn de Onsimo, su esclavo anteriormente
huido que se haba convertido al cristianismo al entrar en contacto con el Santo.
Aunque est dirigida a un personaje concreto, no tiene, en opinin de Barbaglio,
un carcter exclusivamente privado ya que Pablo transforma la suerte del esclavo
en un problema que afecta a toda la Iglesia.
603
PABLO DE TARSO: Op. cit., pp. 307-8
604
BARBAGLIO, G.: Op. cit., p. 228 y ss.
605
Son muchas las ocasiones en las que Pablo insta a los esclavos a obedecer a sus amos y a stos
comportarse adecuadamente con sus siervos sin entrar en consideraciones sobre la institucin. Encontramos
ejemplos en Col. 3, 22 o Ef. 6,5-8.
313
Epistolae Beati Pauli cum glossa
606
Ex 10, 12: Pero Yahv dijo a Moiss: Tiende tu mano sobre la tierra de Egipto, para que venga sobre
ella la langosta; que suba sobre la tierra de Egipto y devore todo lo que dej el granizo.
607
Ap 9, 7-10 : La apariencia de estas langostas era parecida a caballos preparados para la guerra; sobre
sus cabezas tenan como coronas que parecan de oro; sus rostros eran como rostros humanos; tenan
cabellos como cabellos de mujer, y sus dientes eran como de len; tenan corazas como corazas de hierro, y
el ruido de sus alas como el estrpito de carros de muchos caballos que corren al combate; tienen colas
parecidas a las de los escorpiones, con aguijones, y en sus colas, el poder de causar dao a los hombres
durante cinco meses.
608
Lv 11, 1-8 y Dt 14, 3-8
609
El Zohar, (Sefer ha Zohar o Libro del Esplendor) es un libro sagrado de la Cbala hebrea redactado en
arameo a modo de comentarios al Pentateuco y sobre su autora existen varias teoras. Para algunos fue
redactado por Rabi Shimon Bar Iojai a finales del siglo I d.C. mientras que otros consideran que su autor fue
Rab Moiss de Len (Mos ben Sen Tob), filsofo y rabino del siglo XIII, quien afirmaba basarse en textos
ms antiguos del anterior. Existen varias versiones resumidas del libro: El Zohar. Revelaciones del Libro
del esplendor seleccionadas por Ariel Bension. Ediciones de la tradicin Unnime. Palma de Mallorca,
1992. El Proyecto Amos ha publicado hasta el momento la traduccin y comentario de los cuatro primeros
libros: El Zohar: traducido, explicado y comentado. Barcelona: Obelisco, 2007
610
CIRLOT, J. E.: Op. cit., p. 127
611
CHEVALIER, J. (Dir.) y GHEERBRANT, A.: Op. cit., p. 241
314
Epistolae Beati Pauli cum glossa
La desnudez posee en la
tradicin cristiana diferentes
consideraciones. La de Adn y Eva
antes del pecado simboliza su
inocencia y pureza y slo despus de
cometida la falta es cuando los
primeros padres se avergenzan de
su estado y deciden cubrirse con Fig. 40. Pinturas de la Iglesia de la Vera Cruz de
Maderuelo (Segovia), s. XII. Museo del Prado.
hojas, como podemos ver en la Vera
Cruz de Maderuelo (Fig. 40) en donde se contrapone la imagen de Adn desnudo
al ser creado con la de Adn y Eva cubrindose con hojas tras el pecado.
612
Nah 3, 5 y ss: Aqu estoy contra ti-orculo de Yahv Sebaot: levantar tus faldas hasta tu cara, mostrar
a las naciones tu desnudez, a los reinos tu vergenza. Arrojar inmundicia sobre ti, te deshonrar convertida
en espectculo. Y as, todo el que te vea huir de tu presencia diciendo: asolada ha quedado
Nnive!Quin se apiadar de ella?Dnde buscar quien la consuele?
613
Huelgas, Cardea, Arroyo y Gerona.
614
SEPLVEDA GONZLEZ, M de los .: La iconografa, 1987. Tomo III, p. 419 y ss.
615
CHURRUCA, M.: Op. cit., pp. 64-65
315
Epistolae Beati Pauli cum glossa
No se debe olvidar, por otra parte, como ya seal Azcrate, que en las
Epstolas de San Pablo es frecuente encontrar el smil militar para representar la
lucha del fiel contra el pecado y la tentacin616. As en Ef. 6, 11-17 se lee:
Vestos de toda la armadura de Dios para que podis resistir a las insidias del
diablo (...). Estad, pues, alerta, ceidos vuestros lomos con la verdad, revestida la
coraza de la justicia y calzados los pies, prontos para anunciar el evangelio de la
paz. Embrazad en todo momento el escudo de la fe (...).Tomad el yelmo de la
salvacin y la espada del espritu.
Por su parte, la figura del soldado que conforma la parte inferior del trazo
recto de la letra p, podra ser una alusin a este mismo concepto de la lucha del
cristiano que tantas veces aparece en los escritos paulinos o, quiz, estar haciendo
referencia al encierro en que se encontraba el santo cuando redact la carta.
616
Vid. AZCRATE RISTORI, J.M.: Op. cit., p. 73. Teodoro Falcn seala que este mismo concepto
aparece en los guerreros que decoran el primer orden de columnas en la portada del Palacio de san Telmo de
Sevilla. FALCN, T.: Jesucristo como modelo en el programa iconogrfico del Palacio de San Telmo de
Sevilla. Cuadernos de arte e iconografa, Tomo 4, N 7, 1991 (Ejemplar dedicado a: Actas de los II
Coloquios de Iconografa), pp. 256-261
617
Pero nosotros, hijos del da, seamos sobrios, revestidos de la coraza de la fe y de la caridad y del yelmo
de la esperanza en la salvacin.
618
Comparte las fatigas, como buen soldado de Cristo Jess.
619
Salamanca. Biblioteca General de la Universidad. Ms. 558. Fernando Galvn lo sita en el ltimo cuarto
del siglo XII y considera que la factura es francesa y pudo llegar a la Universidad desde la misma Salamanca
316
Epistolae Beati Pauli cum glossa
Fig. 41. Glossa in Epistolas Pauli. Salamanca. Biblioteca General de la Universidad. Ms. 558, fol. 185r
o quiz desde Len. Vase GALVN FREILE, F.: La decoracin de manuscritos en Len en torno al ao
1200. Len: Servicio de Publicaciones de la Universidad de Len, 1999, pp. 123-139.
620
GALVN FREILE, F.: Op. cit.,1999, p 133.
621
I Ts 4, 3-7: Porque esta es la voluntad de Dios: vuestra santificacin; que os alejis de la fornicacin,
que cada uno de vosotros sepa poseer su cuerpo con santidad y honor, y no dominado por la pasin, como
hacen los gentiles que no conocen a Dios. Que nadie falte a su hermano ni se aproveche de l en este punto,
pues el Seor se vengar de todo esto, como os lo dijimos ya y lo atestiguamos, pues no nos llam Dios a la
impureza, sino a la santidad.
317
Epistolae Beati Pauli cum glossa
622
La carencia del habitual saludo de Pablo que da comienzo a las otras epstolas es uno de los motivos
esgrimidos para negar la autenticidad de la carta. Vase UBIETA, J. . (Dir.): Op. cit. Introduccin a los
Hebreos.
623
Vid. PABLO DE TARSO: Op. cit., p. 397 y ss.
624
UBIETA, J. . (Dir.): Op. cit. Introduccin a los Hebreos.
318
Epistolae Beati Pauli cum glossa
propio Pablo reconoce en Romanos 9, 4-5625. La epstola es, por tanto, un mensaje
que trata de reconfortar y guiar a esta comunidad, azotada por los desrdenes de
Palestina que culminarn en la destruccin de Jerusaln en el ao 70 y que
esperaban del Mesas Jess una intervencin que les salvara de lo que se
avecinaba.
625
Sobre los aspectos histrico-sociales de esta carta Vid. PABLO DE TARSO: Op. cit., pp. 397-401
626
UBIETA, J. . (Dir.): Op. cit. Introduccin a los Hebreos.
627
Salamanca. Biblioteca General de la Universidad. Ms. 558, fol. 211r
319
Epistolae Beati Pauli cum glossa
San Isidoro628 (Fig. 43), aunque en ninguno de los dos casos la vinculacin con el
rbol de la vida se hace tan evidente como en el manuscrito complutense.
Fig. 42. Glossa in Epistolas Pauli. Fig. 43. Moralia in Job. Len. Real
Salamanca. Biblioteca General de la Colegiata de San Isidoro. Ms. X, fol. 212r
Universidad. Ms. 558, fol. 185r
628
Len. Real Colegiata de San Isidoro. Ms. X, fol. 212r
629
Hb 9, 13-15: Pues si la sangre de machos cabros y de toros () santifican con su aspersin a los
contaminados () cunto ms la sangre de Cristo, que por el Espritu eterno se ofreci a s mismo sin
tacha a Dios, purificar de las obras muertas nuestra conciencia para rendir culto al Dios vivo! Por eso es
mediador de una nueva alianza; para que, interviniendo una muerte que libera de las transgresiones de la
primera alianza, reciban, los llamados, la herencia eterna prometida.
Hb 10, 19-24: Tenemos, pues, hermanos, plena confianza para entrar en el santuario en virtud de la sangre
de Jess, por este camino nuevo y vivo, inaugurado por l para nosotros, a travs de la cortina, es decir, de
su cuerpo. (). Mantengamos firme la confesin de la esperanza, pues fiel es el autor de la Promesa.
630
Is 11, 1: Saldr un vstago del tronco de Jes, y un retoo de sus races brotar.
Ez 17, 22 y ss: Tambin yo tomar de la copa del alto cedro, de la punta de sus ramas escoger un ramo y lo
plantar yo mismo en una montaa elevada y excelsa: en la alta montaa de Israel lo plantar. Echar
ramaje y producir fruto, y se har un cedro magnfico. Debajo de l habitarn toda clase de pjaros, toda
clase de aves morarn a la sombra de sus ramas.
320
Epistolae Beati Pauli cum glossa
631
Existen numerosos ejemplos desde el arte paleocristiano, como son las crteras de San Vital de Rvena, el
friso intermedio del testero de Quintanilla de las Vias, en los cimacios y las impostas de las bvedas de San
Pedro de la Nave o en los capiteles historiados del panten de San Isidoro de Len. Tambin encontramos
esta misma utilizacin del motivo vegetal en otros de los manuscritos que estudiamos, como son el
Comentario al Cantar de los Cantares de Beda el Venerable o en De laudibus crucis de Rabano Mauro.
632
Hb 12, 18-24: No os habis acercado a una realidad palpable() Vosotros, en cambio, os habis
acercado al monte Sin, ciudad del Dios vivo, la Jerusaln celestial, y a miradas de ngeles, reunin
solemne, y a la asamblea de los primognitos inscritos en los cielos, y a Dios, juez universal, y a los espritus
de los justos llegados ya a su perfeccin, y a Jess, mediador de una nueva alianza, y a la aspersin
purificadora de una sangre que habla ms fuerte que la de Abel.
321
Epistolae Beati Pauli cum glossa
textos ms antiguos como los libros de Isaas, Ezequiel, Zacaras o Daniel as como
de los Apocalipsis hebreos de los siglos II y I a.C.633.
633
Al respecto, vase UBIETA, J. . (Dir.): Op. cit. Introduccin al Apocalipsis.
634
Ap 22,1.
322
Epistolae Beati Pauli cum glossa
5. Conclusiones
635
Vase HAUKE, H.: Op. cit., 2005, Clm. 3743. [En lnea] [Consulta 12-12-07] [http://www.manuscripta-
mediaevalia.de/hs/projekt-Muenchen-Augsburg-pdfs/Clm%203743.pdf]
323
Epistolae Beati Pauli cum glossa
324
El Breviarium Historiae Catholicae de Rodrigo
Jimnez de Rada, Manuscrito 138 de la Biblioteca
Histrica de la UCM
325
326
Qu placer, estar en un buque batido por la tormenta,
cuando estamos seguros de que no naufragar.
Blaise Pascal
327
328
El Breviarium Historiae Catholicae de Rodrigo Jimnez de Rada
Ficha Bibliogrfica
1. Estudio codicolgico
636
Jos de Villa-Amil en su catlogo dice que estaba encuadernado como todos los grandes cdices de la
coleccin, lo que nos hace pensar en una posible encuadernacin en pasta espaola con el super libros dorado
cisneriano en la tapa que vemos en otros muchos manuscritos de la coleccin. Vid. VILLA-AMIL Y
CASTRO, J. De: Catlogo, 1878, I, cdices, p. 54.
329
El Breviarium Historiae Catholicae de Rodrigo Jimnez de Rada
637
Un proceso similar de restauracin, aunque con una mayor intervencin, se sigui con otras obras de la
Biblioteca Histrica. El artculo de Javier Tacn y Pilar Puerto al respecto nos da una excelente idea del
sistema. TACN CLAVAN, J. y PUERTO MANOUVRIEZ, P.: Cdice del siglo XV semidestruido en la
Guerra Civil: montaje a partir de lminas de polister En Restauracin & rehabilitacin n 58 (2001), p. 71-
75.
330
El Breviarium Historiae Catholicae de Rodrigo Jimnez de Rada
El catlogo de Villa-Amil638 dice que el cdice est formado por 398 hojas639
de pergamino de 378 por 300 mm. Aunque se conservan todas ellas, el estado de
conservacin slo permite leer la parte central de la columna derecha de gran
parte de los folios desde la mitad del manuscrito en adelante. La medicin actual
de las hojas mejor conservadas nos da unas dimensiones aproximadas de 358 por
297 mm; la prdida de esos milmetros en las dos direcciones se justifica
perfectamente por la propia contraccin natural del pergamino acentuada por los
efectos del fuego.
638
VILLA-AMIL Y CASTRO, J. de: Catlogo, p. 54
639
Aunque son 398 hojas las que forman el manuscrito, durante la restauracin se numeraron a lpiz,
duplicando por error la pgina 331 que aparece como 331B. Para evitar confusiones, la referencia que damos
al mencionar folios concretos es la que encontramos a lpiz en el manuscrito pese a esta errata.
640
Para mantener la homogeneidad visual de las pginas, los cuadernos se construyen de modo que el verso
de la hoja y el recto de la siguiente muestren el mismo lado, carne o pelo, y por tanto un color y aspecto lo
ms similar posible.
331
El Breviarium Historiae Catholicae de Rodrigo Jimnez de Rada
El final del texto conservado es Non enim, sicut vos aestimatis, hi ebrii sunt, est
enim hora diei por lo que, segn la transcripcin realizada por Fernndez Valverde,
slo se habran perdido los versculos 15 al 18 de los Hechos de los Apstoles con los
que se cierra la obra. El verso de la h. 397 [i.e. 398] se halla en blanco por lo que,
aparentemente, y a excepcin de las lagunas textuales causadas por el fuego, el
manuscrito se hallara completo por el final.
641
JIMNEZ DE RADA, R., ca. 1170-1247: Roderici Ximenii de Rada Breviarium historie catholice. (Ed.
lit. Juan Fernndez Valverde). Turnhout: Brepols, 1992, p. IX.
332
El Breviarium Historiae Catholicae de Rodrigo Jimnez de Rada
333
El Breviarium Historiae Catholicae de Rodrigo Jimnez de Rada
334
El Breviarium Historiae Catholicae de Rodrigo Jimnez de Rada
642
Modelo de representacin grfica de los cuadernos expuesto, entre otros, en RUIZ GARCA, E.: Op. cit.,
1992, p. 169 y ss.
335
El Breviarium Historiae Catholicae de Rodrigo Jimnez de Rada
643
Vid. nota 637.
336
El Breviarium Historiae Catholicae de Rodrigo Jimnez de Rada
644
LEMAIRE, J.: Op. cit., 1989, p. 118-120
645
Adems de la propia escritura existen otros elementos como signos de abreviatura, justificacin del
rengln etc. que tambin difieren de los del resto del manuscrito.
646
Si dos letras tienen arcos confrontados (b-e, o-c, p-o), entonces se aproximan tanto que se yuxtaponen
parcialmente. RIESCO TERRERO, A. (Ed.): Introduccin a la paleografa y a la diplomtica general.
Madrid: Sntesis, 1999, p. 118
647
JIMNEZ DE RADA, R., ca. 1170-1247: Op. cit., p. X. y ANTOLN, G.: Catlogo de los cdices latinos
de la Real Biblioteca del Escorial. Madrid: Imprenta Helnica, 1910. Tomo I, p. XV.
337
El Breviarium Historiae Catholicae de Rodrigo Jimnez de Rada
648
JIMNEZ DE RADA, R., ca. 1170-1247: Op. cit., 1992, p. IX y ss.
649
GONZLVEZ RUIZ, R.: Hombres y libros de Toledo (1086-1300). Madrid: Fundacin Ramn Areces,
1997, p.174
650
FUENTE, V. de la: Op. cit., 1862, p.77
651
JIMNEZ DE RADA, R., ca. 1170-1247: Op. cit., p. XII
652
A.H.N. Universidades. Libro 1090, fol. 33r y 37v respectivamente.
338
El Breviarium Historiae Catholicae de Rodrigo Jimnez de Rada
653
As lo considera tambin Jos de Villa-Amil en su estudio sobre el cdice. Vase VILLA-AMIL y
CASTRO, Jos: El Arca, 1878, pp. 595-596.
654
A.H.N. Universidades. Libro 1091, fol. 6v.
655
A.H.N. Universidades. Libro 1092, fol. 21v.
656
A.H.N. Universidades. Libro 920, fol. 166r y v.
657
ANTONIO, N.: Op. cit., p. 49 y ss.
658
Sobre los ndices y catlogos de la Biblioteca Complutense, vanse pp. 51-60.
339
El Breviarium Historiae Catholicae de Rodrigo Jimnez de Rada
El manuscrito toledano, que parece ser heredero del de San Ildefonso, fue
copiado como parte de los proyectos editoriales del Cardenal Lorenzana (1722-
1804)659 aunque, cuando por fin se publican las obras de Jimnez de Rada, el
Breviarium no se encuentra entre las editadas660.
659
El Cardenal Francisco Antonio de Lorenzana reuni una extensa coleccin de incunables, manuscritos de
los siglos XI al XIX e impresos, que constituyeron el ncleo de la actual gran Biblioteca de Castilla-La
Mancha. Adems emprendi la edicin de las obras de numerosos escritores cristianos primitivos.
660
La obra PP. Toletanorum quotquot extant opera. Tomas tertius, que contiene gran parte de la obras de
Jimnez de Rada, fue impresa en Madrid en 1793 por la viuda de Joaqun Ibarra.
661
VILLA-AMIL Y CASTRO, J. de: Catlogo, p. 54
662
DOMNGUEZ BORDONA, J.: Op. cit., 1933, Tomo I (VILA - MADRID), p. 495.
663
Al respecto vid. TORRES SANTO DOMINGO, M.: Op. cit., pp. 261-285.
664
Archivo BUC (UNIVERSIDAD CENTRAL BIBLIOTECA. Direccin 1937-1950. Gestin de Lasso de la
Vega. Caja 1). Documento n 1.
340
El Breviarium Historiae Catholicae de Rodrigo Jimnez de Rada
665
En psimo estado, los extremos podridos. El principio y particularmente el final del libro casi totalmente
perdido. Relacin de los manuscritos e incunables encontrados en las trincheras de la Ciudad Universitaria
Universidad Complutense de Madrid. Biblioteca. Archivo de la Direccin. Serie Comunicaciones y Oficios,
1940 n 3642.
666
Memoria anual correspondiente al ao 1940. Separata del Boletn de la Biblioteca Universitaria de
Madrid. Madrid, 1941, p. 12
341
El Breviarium Historiae Catholicae de Rodrigo Jimnez de Rada
342
El Breviarium Historiae Catholicae de Rodrigo Jimnez de Rada
668
JIMNEZ DE RADA, R., ca. 1170-1247: Op. cit. 1992, p. XVIII y ss.
343
El Breviarium Historiae Catholicae de Rodrigo Jimnez de Rada
aunque existen, sin duda, aportaciones personales del autor que reflexiona sobre
el texto bblico669.
669
Vid. JIMNEZ DE RADA, R., ca. 1170-1247: Op. cit. 1992, p. XVIII y ss
344
El Breviarium Historiae Catholicae de Rodrigo Jimnez de Rada
3. El texto bblico
670
Sobre este punto y los siguientes vid. UBIETA, J.A. (Dir.): Op. cit.
345
El Breviarium Historiae Catholicae de Rodrigo Jimnez de Rada
671
Sobre la dimensin histrica del Diluvio y la posible conservacin del arca existen numerosas obras de
divulgacin. Dos ejemplos recientes seran las obras de BERLITZ, C.: En busca del Arca perdida de No.
Barcelona: Crculo de Lectores, D. L. 1988 y SOLER, C. y QUIRN M.: El Arca de No y el Diluvio
Universal. Arganda del Rey (Madrid): Eclimat, 2007.
672
Gn 6, 14-16 y 18-21: Hazte un arca de maderas resinosas. Haces el arca de caizo y la calafateas por
dentro y por fuera con betn. As es como la hars: longitud del arca, trescientos codos; su anchura,
cincuenta codos; y su altura, treinta codos. Haces al arca a una cubierta y a un codo la rematars por
encima, pones la puerta del arca en su costado, y haces un primer piso, un segundo y un tercero.
Entrars en el arca t y tus hijos, tu mujer y las mujeres de tus hijos contigo. Y de todo ser viviente meters
en el arca una pareja para que sobrevivan contigo. Sern macho y hembra. De cada especie de aves, de
cada especie de ganados, de cada especie de reptiles entrarn contigo sendas parejas para sobrevivir. T
mismo procrate toda suerte de vveres y hazte acopio para que os sirvan de comida a ti y a ellos.
Gn 7, 1-10: Yahv dijo a No: Entra en el arca t y toda tu familia, porque t eres el nico justo que he
visto en esta generacin. De todos los animales puros tomars para ti siete parejas, el macho con su hembra,
y de todos los animales que no son puros, una pareja, el macho con su hembra. (Asimismo de las aves del
cielo, siete parejas, machos y hembras) para que sobreviva la casta sobre la faz de toda la tierra
673
Existen varias tradiciones babilnicas similares a lo narrado en el Gnesis aunque no dependen unas de
otras sino que se nutren todas del recuerdo de una inundacin catastrfica sucedida en el Valle del Tigris y el
Efrates que la tradicin exager hasta darle dimensiones universales. Slo el narrador bblico le da al relato
un carcter edificante sobre la justicia y la misericordia de Dios. Vid. UBIETA, J.A.: Op. cit, nota a Gn 6,5.
674
Gn 7, 7-24: No entr en el arca, y con l sus hijos, su mujer y las mujeres de sus hijos, para salvarse de
las aguas del diluvio (). A la semana, las aguas del diluvio vinieron sobre la tierra. El ao seiscientos de la
346
El Breviarium Historiae Catholicae de Rodrigo Jimnez de Rada
Aplacada la ira del Seor, la tierra se seca y la familia de No puede por fin
salir del arca. El patriarca ofrece sacrificios a Yahv y ste decide no volver a
maldecir la tierra675. Finalmente el Seor bendice a No y sus hijos y establece con
ellos una alianza676 que, a diferencia de la que establecer ms tarde con Abraham
y su descendencia a travs de la circuncisin o con Moiss y su pueblo por la
observancia de la ley, afecta a toda la creacin677.
vida de No, el mes segundo, el da diecisiete del mes, en ese da saltaron todas las fuentes del gran abismo,
y las compuertas del cielo se abrieron, y estuvo descargando la lluvia sobre la tierra cuarenta das y
cuarenta noches. (). El diluvio dur cuarenta das sobre la tierra. Crecieron las aguas y levantaron el
arca, que se alz de encima de la tierra. (). Subi el nivel de las aguas mucho, muchsimo sobre la tierra, y
quedaron cubiertos los montes ms altos que hay debajo del cielo (). Pereci toda carne: lo que repta por
la tierra, junto con aves, ganados, animales y todo lo que pulula sobre la tierra, y toda la humanidad. Todo
cuanto respira hlito vital, todo cuanto existe en tierra firme, muri. Yahv extermin todo ser que haba
sobre la faz del suelo, desde el hombre hasta los ganados, hasta los reptiles y hasta las aves del cielo: todos
fueron exterminados de la tierra, quedando slo No y los que con l estaban en el arca. Las aguas
inundaron la tierra por espacio de ciento cincuenta das.
675
Gn 8, 21-22: Al aspirar Yahv el calmante aroma, dijo en su corazn: Nunca ms volver a maldecir el
suelo por causa del hombre, porque las trazas del corazn humano son malas desde su niez, ni volver a
herir a todo ser viviente como lo he hecho. Mientras dure la tierra, sementera y siega, fro y calor, verano e
invierno, da y noche no cesarn.
676
Gn 9, 9-17: He pensado establecer mi alianza con vosotros y con vuestra futura descendencia y con todo
ser vivo que os acompaa: las aves, los ganados y todas las alimaas que hay con vosotros, con todo lo que
ha salido del arca, todos los animales de la tierra. Establezco mi alianza con vosotros, y no volver nunca
ms a ser aniquilada la vida por las aguas del diluvio, ni habr ms diluvio para destruir la tierra. Dijo
Dios: sta es la seal de la alianza que para las generaciones perpetuas pongo entre yo y vosotros y todo
ser vivo que os acompaa: Pongo mi arco en las nubes, que servir de seal de la alianza entre yo y la
tierra. Cuando yo anuble de nubes la tierra, entonces se ver el arco en las nubes, y me acordar de la
alianza que media entre yo y vosotros y todo ser vivo, y no habr ms aguas diluviales para exterminar la
vida. Pues en cuanto est el arco en las nubes, yo lo ver para recordar la alianza perpetua entre Dios y
todo ser vivo, toda la vida que existe sobre la tierra.
677
UBIETA, J. A. (Dir.): Op. cit. Nota a Gn 9, 9.
347
El Breviarium Historiae Catholicae de Rodrigo Jimnez de Rada
678
RUIZ GARCA, E.: Catlogo de la seccin de cdices de la Real Academia de la Historia. Madrid: Real
Academia de la Historia, 1997, p. 367.
679
No existen datos sobre qu ejemplar de la Historia Scholastica de Comestor pudo utilizar Jimnez de
Rada aunque es probable que los cdices presentaran una estructura similar. Fernndez Valverde sugiere que
tal vez se tratara de una reportatio o copia realizada durante las clases por el propio arzobispo cuando era
alumno de la Universidad de Pars. JIMNEZ DE RADA, R., ca. 1170-1247: Op. cit. 1992, p. XXIX y XXX.
680
PETRUS COMESTOR: Eruditissimi viri magistri Petri Comestoris Historia Scholastica Matriti: ex
officina Antonij Gonalez de Reyes...: a costa de Francisco Sacdon , 1699, p. 35
348
El Breviarium Historiae Catholicae de Rodrigo Jimnez de Rada
Petrus Comestor cita despus otra descripcin del arca, aunque en esta
ocasin no dice de quin la toma; parece claro, sin embargo, que puede tratarse de
la descripcin que da Strabo en la Glossa ordinaria, a su vez basada en el texto de la
Biblia de los Setenta. En ella se dice que tiene cinco cmaras dispuestas en altura
por encima de la sentina, por lo que la stercoraria sera la inferior y la de los
hombres y aves la superior.
Fig. 13. Representacin del arca de No. Historia Scolastica de Petrus Comestor. Real Academia de la
Historia, Cod. 70, fol 12v.
349
El Breviarium Historiae Catholicae de Rodrigo Jimnez de Rada
Fig. 14. Representacin del arca de No. Christs College, MS 5, fol. IV-2
Una de las pocas aproximaciones, por no decir la nica, que se han hecho a
la iluminacin del manuscrito complutense es la realizada por Jos de Villa-Amil y
Castro en su artculo de 1878 El Arca de No: iluminacin del cdice de la
Biblioteca del Noviciado que contiene el Breviarium Hystorie Catholice del arzobispo
don Rodrigo Jimenez de Rada publicado en el Museo de Antigedades.
681
VILLA-AMIL Y CASTRO, Jos: El Arca , 1878,, p. 614.
350
El Breviarium Historiae Catholicae de Rodrigo Jimnez de Rada
distintos cdices, uno con la Glosa ordinaria y otro con las Questiones de San
Agustn, exornados ambos con sendas representaciones del arca de No, les
hubiese considerado como parte integrante del texto.
682
Este manuscrito se ha datado en el siglo XIII aunque el tipo de escritura, carolina de transicin a la gtica,
parece indicar que puede ser algo ms temprano.
351
El Breviarium Historiae Catholicae de Rodrigo Jimnez de Rada
683
Rau menciona el fresco de Tefanes el griego en la iglesia del Salvador de Novgorod (1378) y una
estatua procedente de Eslutsk del museo de Lyon en la que el patriarca porta un modelo del arca y una
herramienta de carpintero. Vid. RAU, L.: Op. cit., T. 1, Iconografa de la Biblia, vol. 1, Antiguo
Testamento, p. 130 y ss.
352
El Breviarium Historiae Catholicae de Rodrigo Jimnez de Rada
684
CABROL, F. y LECLERCQ, H. : Op. cit., Tomo I, 2. col 2709.
685
Esta iconografa encuentra uno de sus ejemplos ms explcitos en el sarcfago de Juliano en el que un
orante remplaza a No en el arca, as como en un fresco que nos muestra un arca en forma de sarcfago con
cabezas de len donde un fiel difunto vestido con dalmtica ha sustituido tambin al patriarca. Vid.
CABROL, F. y LECLERCQ, H.: Op. cit. Tomo I, 2, col. 2709.
353
El Breviarium Historiae Catholicae de Rodrigo Jimnez de Rada
Fig. 16. Catacumba de los santos Marcelino y Pedro, Fig. 17. Sarcfago del nio, s. IV,
s. III, Roma Trcora de la Va Apia (Roma)
686
CABROL, F. y LECLERCQ, H.: Op. cit. Tomo I, 2, col. 2716
354
El Breviarium Historiae Catholicae de Rodrigo Jimnez de Rada
Por otra parte, en una banda de la llamada Capilla de la Paz (S. VI) y junto a
las figuras de Daniel, Isaac, Adn y Eva, Jacob, la Anunciacin y alegoras de la
paz y la justicia, se ha representado el arca como una barcaza con techumbre
sustentada por un mstil central que crea una pequea almena y dos columnas
laterales (Fig. 18). En su interior aparecen No y su esposa junto a otros seis
personajes. Sobre la influencia de esta representacin y sus relaciones con nuestra
miniatura volveremos ms adelante.
355
El Breviarium Historiae Catholicae de Rodrigo Jimnez de Rada
Segn los mencionados autores, tanto esta ltima obra como el bajorrelieve
encontrado entre las ruinas de la ciudad romana de Cuiculum (actual Djemila,
Argelia) ponen de manifiesto que no es ya exclusivamente el texto bblico el que se
est siguiendo para la representacin sino que las obras de San Agustn y otros
comienzan a marcar la iconografa, como demuestra la introduccin de elementos
vistos ya bajo la ptica de los santos padres quienes encontrarn en el arca de No
un smbolo de la Iglesia y en el Diluvio la prefiguracin del Bautismo.
687
CABROL, F. y LECLERCQ, H.: Op. cit. Tomo I, 2, col. 2719
356
El Breviarium Historiae Catholicae de Rodrigo Jimnez de Rada
Fig. 22. Escenas del arca sobre las aguas y Fig. 23. Detalle de No recibiendo la paloma
salida del arca Catedral de Monreale, s. XII Baslica de San Marcos de Venecia, s. X
357
El Breviarium Historiae Catholicae de Rodrigo Jimnez de Rada
Fig. 24. No fabricando el arca. Fig. 25. Arca de No. Capitel del
Capitel de la Baslica de Santa claustro de la catedral de Gerona, s.
Magdalena de Vzelay, s. XI-XII XII
688
JIMNEZ PRIEGO, M T.: Los oficios de la Edad Media a travs de las vidrieras de la catedral de
Chartres en Cuadernos de arte e iconografa. Tomo II - 3. 1989. [En lnea] [Consulta 18-08-08]
<http://www.fuesp.com/revistas/pag/cai0312.html>
358
El Breviarium Historiae Catholicae de Rodrigo Jimnez de Rada
359
El Breviarium Historiae Catholicae de Rodrigo Jimnez de Rada
Escorial, del que es copia el ejemplar Complutense, nos muestra dos imgenes
prcticamente idnticas en lo esencial, si bien es cierto que mientras que el
manuscrito escurialense presenta una mayor calidad en la representacin
anatmica de los personajes, sobre todo en los cuerpos desnudos sobre las
montaas, el Complutense gana en viveza y colorido (Fig. 26a y b).
360
El Breviarium Historiae Catholicae de Rodrigo Jimnez de Rada
361
El Breviarium Historiae Catholicae de Rodrigo Jimnez de Rada
690
Aunque esta concepcin del arca aparece reflejada en los escritos agustinianos mencionados, en nuestra
opinin es ms probable que la representacin siguiera la recensin que de estos escritos se hace en la
Historia Scholastica de Petrus Comestor.
691
Walafrid Strabo (808 y 849) fue un filsofo y telogo carolingio, discpulo de Rabano Mauro. Aunque su
amplia produccin literaria abarc la teologa y la historia, sin duda fue la Glosa ordinaria el texto que
mayor fama le granje. Este comentario a la Biblia tuvo un extraordinario xito durante toda la Edad Media,
y fue utilizado como manual de texto y de consulta en la mayor parte de las escuelas monsticas y
episcopales hasta bien entrado el siglo XVII. Siguiendo la tradicin patrstica, que tambin usa su maestro
Rabano Mauro, Strabo plantea una interpretacin alegrica de la Biblia en la que todos los hechos tienen,
adems de su valor histrico-temporal, un significado simblico aplicable al Nuevo Testamento o al Tiempo
futuro.
362
El Breviarium Historiae Catholicae de Rodrigo Jimnez de Rada
Strabo recoge la mencionada divisin del arca segn San Agustn y adems
expone otra versin, tambin basada en el texto de la Septuaginta, en la que el arca
estara dividida en cinco mansiones en altura (tambin por encima de la sentina)693.
El Breviarium lo refleja con bastante fidelidad salvo porque el miniaturista ha
introducido un piso ms para los hombres pese a que, segn Strabo, stos
compartan recinto con las aves.
Mientras que en los ejemplos escultricos, quiz por las limitaciones del
soporte, la representacin del arca suele resultar bastante sinttica, la miniatura
por el contrario nos ofrece mayor cantidad de detalles y as encontramos que, con
frecuencia, el arca aparece dividida en cinco mansiones siguiendo los
planteamientos antes mencionados, aunque no con el detalle que muestra el
cdice complutense. Este tipo de representacin con cinco habitculos la
692
Quid ait, cum de arcae fabricatione loqueretur: Inferiora, bicamerata et tricamerata facies eam? Non
enim inferiora futura erant bicamerata et tricamerata. Sed in hac distinctione totam instructuram eius
intellegi voluit, ut haberet inferiora, haberet et superiora inferiorum quae appellantur bicamerata; haberet et
superiora superiorum, quae appellavit tricamerata. In prima quippe habitatione, id est in inferioribus, semel
camerata erat arca; in secunda vero habitatione supra inferiorem iam bicamerata erat, ac per hoc in tertia
supra secundam sine dubio tricamerata erat. AGUSTN, SANTO, OBISPO DE HIPONA: Quaestiones in
Heptateuchum, ad Gn 6,16.
693
Quinque ergo mansionibus distincta sunt: prima, id est inferior, fuit stercoraria, quo stercora defluebant,
ne qui erant in arca fetore laederentur; secunda, apothecaria; tertia, immitium animalium et serpentium;
quarta mansuetorum; quinta, id est suprema, hominum et avium. Ostium, ubi bicamerata et tricamerata
jungebantur, id est, inter apothecariam et bestiarium habitationem. WALAHFRID STRABO: Walafridi
Strabi Fuldensis monachi opera omniaParisiis: apud Garnier editores et J.-P. Migne successores, 1879, col.
105C-105D.
363
El Breviarium Historiae Catholicae de Rodrigo Jimnez de Rada
Fig. 29. Beato de Fernando I y doa Fig. 30. Beato de la Seo de Urgell, s. X.
Sancha, 1047. Biblioteca Nacional de Museo Diocesano de Urgell (Lrida), Ms
Espaa. VITR/14/2, fol. 109r 26, fol. 82v
694
KARLIK, E. E.: El acontecimiento salvfico del bautismo Segn Tertuliano. Vitoria: Seminario
Diocesano, 1967, p. 13, nota 40; p. 41.
364
El Breviarium Historiae Catholicae de Rodrigo Jimnez de Rada
que No excluy del arca. San Cipriano desarrollar luego este mismo concepto
que tambin encontramos en Orgenes, San Ambrosio y San Agustn entre otros.
San Agustn (354430) expone sus ideas al respecto del arca y el Diluvio
principalmente en las Quaestiones in Heptateuchum, La ciudad de Dios y Contra
Fausto, uno de sus escritos antimaniqueos ms relevantes. En el libro XV, captulo
XXVII de La ciudad de Dios, Agustn establece que el arca que No construye por
mandato de Dios es, sin duda, una figura de la ciudad de Dios peregrina en este
siglo, esto es, de la Iglesia que llega a la salvacin por medio del madero en que
estuvo pendiente el mediador entre Dios y los hombres, el hombre Cristo Jess698.
695
ORGENES: Op. cit., 1999, p. 123.
696
Flp 2, 10: En nombre de Jess toda rodilla se doble de los seres celestes, terrestres e infernales.
2 Co 12, 2: hasta el tercer cielo.
697
AMBROSIO DE MILN, SANTO: Obras de San Ambrosio. Madrid, Biblioteca de autores cristianos,
1966, I. Tratado sobre el Evangelio de Lucas. p. 143
698
AGUSTN, SANTO, OBISPO DE HIPONA: La ciudad de Dios. Madrid, Bibliotheca Homo Legens,
2006, p. 620 y ss.
365
El Breviarium Historiae Catholicae de Rodrigo Jimnez de Rada
Sobre la divisin del Arca, San Agustn seala que los dos pisos representan
a la Iglesia reunida de todas las gentes, judos y gentiles, mientras que los tres
pisos aluden a la reparacin de todos los pueblos despus del diluvio a travs de
los tres hijos de No. Las mansiones de la parte superior, en tres pisos, pueden
representar en su opinin las tres virtudes teologales aunque deja la puerta abierta
a otras interpretaciones siempre que se ajusten a la fe catlica699.
699
Ibd., p. 621
700
Seguimos en esta parte BEATO DE LIBANA, SANTO: Op. cit., Comentario al Apocalipsis, libro II.
701
dem, p. 273.
366
El Breviarium Historiae Catholicae de Rodrigo Jimnez de Rada
Las dos imgenes del Breviarium nos muestran un arca triangular que se
estrecha en altura. Para Hugo de San Vctor, el que el arca se estreche hacia lo alto,
representa que muchos son los que forman la Iglesia y menos los que dentro de
ella alcanzan la vida espiritual por lo que sus cinco mansiones representan la
evolucin desde los hombres carnales a los espirituales. Esta forma piramidal
significa tambin que todo lo creado es inferior a Dios en perfeccin y majestad702.
La representacin del Breviarium es muy clara en este aspecto pero encontramos
que no sucede igual en la mayor parte de las representaciones anteriores que,
como es lgico, no pueden estar influidas por la obra de Hugo de San Vctor. En el
caso de los Beatos, el arca de No suele aparecer como una forma rectangular
coronada por un tejado a dos aguas, mientras que slo en obras ms tardas, como
la Biblia de vila (med. del siglo XII) o la de San Luis (med. del siglo XIII) este
estrechamiento se hace ms evidente, aunque nunca con la claridad del Breviario
de Jimnez de Rada.
Por otra parte, las dos representaciones nos muestran que la barcaza est
realizada con maderos cuadrados. Esta idea aparece reiteradas veces en los textos
exegticos, principalmente en Orgenes que interpreta la forma de las tablas como
smbolo de los doctores, maestros y celadores de la fe en la Iglesia ya que
cuadrado es lo que no vacila por ninguna parte, sino que, lo gires por donde lo
gires, se mantiene firme y slidamente estable703, y posteriormente en San
Agustn y en aquellos comentaristas que siguen al obispo de Hipona.
702
HUGO DE SANCTO VICTORE, 1096?-1141: Hugonis de S. Victore canonici regularis S. Victoris
Parisiensis tum pietate, tum doctrina insignis opera omnia. Turnholti: Brepols, 1968-1976. De arca Noe
Mystica, Cap. V, col. 629D y ss.
703
ORGENES: Op. cit., 1999, p. 116.
367
El Breviarium Historiae Catholicae de Rodrigo Jimnez de Rada
Son muchos los textos que otorgan un sentido simblico a las dimensiones
del arca tanto para relacionarlas con la Iglesia como con el mismo Cristo.
Tambin para las medidas del arca entraan para Orgenes un significado
simblico. La anchura tiene el nmero cincuenta que es el consagrado a la
remisin y el perdn porque, segn la ley que establece el Levtico, el ao
quincuagsimo haba remisin706. As, Cristo, el No espiritual, ha colocado este
nmero () en la anchura de su barca, es decir, en su Iglesia, en la que libera de
perdicin al gnero humano707. El nmero de la altura, el treinta, es, entre otras
cosas, la edad a la que Jos es liberado y Cristo bautizado as como el trescientos,
cifra que indica la longitud del arca, es el nmero de hombres con los que
Abraham y Geden obtienen la victoria708.
Para Beato los trescientos codos de longitud del arca representan la cruz del
Seor ya que los griegos designaban a este nmero con la letra tau que forma un
trazo como de rbol plantado, y el otro como una antena alargada en lo alto, que
indicaba ciertamente la forma de cruz709.
704
AGUSTN, SANTO, OBISPO DE HIPONA: Op. cit., 2006, p. 620 y ss.
705
dem.
706
Lv, 25, 10
707
ORGENES: Op. cit., 1999, p. 121
708
Gn 14,14 y Jc 7, 6-8
709
BEATO DE LIBANA, SANTO: Op. cit., p. 277 y ss.
368
El Breviarium Historiae Catholicae de Rodrigo Jimnez de Rada
710
FAKHRY, A.: The Necropolis of El-Bagawt in Kharga Oasis. Cairo: General Organization for
Goverment, 1951
CABROL, F. y LECLERCQ, H.: Op. cit. Tomo I, 2, col. 2715
369
El Breviarium Historiae Catholicae de Rodrigo Jimnez de Rada
711
GALARRAGA ALDANONDO, I.: Apostillas a un tratado sobre el arca bblica en A parte rei, n 45,
mayo de 2006, p. 10. [En lnea]
http://serbal.pntic.mec.es/~cmunoz11/apostillas45.pdf [Consulta el 15-06-2008]
712
SEPLVEDA GONZLEZ, M de los .: El Arca de No origen de la iconografa de la Siete Iglesias en
los Beatos en El barco como metfora visual y vehculo de transmisin de formas: Actas del Simposio
Nacional de Historia del Arte. Mlaga-Melilla: (C.E.H.A.), 1987, pp. 363-384.
713
BEATO DE LIBANA, SANTO: Op. cit., p. 368 y ss.
714
SEPLVEDA GONZLEZ, M de los .: El Arca, 1987, p. 368 y ss
715
Ibd. p. 366 y ss.
370
El Breviarium Historiae Catholicae de Rodrigo Jimnez de Rada
Como seala Seplveda, estas y otras complejas relaciones entre las iglesias
y las variaciones sobre el mismo esquema parecen querer mostrar un deseo de
uniformidad dentro de la variedad ya que, en palabras de Beato, se denominan
en plural siete Iglesias, siendo una por su espritu septenario717 y ponen de
manifiesto, adems, que el prototipo del arca no puede haber servido slo de
modelo para una iglesia y de ah haberse extendido a las otras, sino que debe
haber servido de referencia para todas ellas.
716
dem, p. 376.
717
BEATO DE LIBANA, SANTO: Op. cit., p. 273
371
El Breviarium Historiae Catholicae de Rodrigo Jimnez de Rada
718
SEPLVEDA GONZLEZ, M A.: El Arca, 1987, p. 379
719
dem.
720
Mt 14, 22-23: Inmediatamente oblig a los discpulos a subir a la barca y a ir por delante de l a la otra
orilla, mientras l despeda a la gente. Despus de despedir a la gente, subi al monte a solas para orar; al
atardecer estaba solo all. La barca se hallaba ya distante de la tierra muchos estadios, zarandeada por las
372
El Breviarium Historiae Catholicae de Rodrigo Jimnez de Rada
el nico que menciona a Pedro como figura principal del suceso y el que mejor
describe la fe de los apstoles que reconocen a Jess como Hijo de Dios. De esta
forma, el tema de la barca pasa a ser smbolo de la fe de la Iglesia, encabezada por
Pedro segn el evangelio de Mateo723, en Cristo, el Mesas Hijo de Dios. Existe
adems otro pasaje recogido en los sinpticos, el de la tempestad calmada724, que
se desarrolla en un contexto muy similar y en el que de nuevo destacan los
conceptos de fe y de que Cristo es el Hijo de Dios al que obedecen los elementos.
Hugo de San Vctor (c. 1097- 1141) dedica dos obras al tema del arca: De
archa Noe morali y el Libellus de formatione arche, tambin llamado De archa Noe
mystica. En estos dos tratados se centra en aspectos ya mencionados por otros
comentaristas, entre los que cita a Orgenes, como las dimensiones del arca, la
distribucin de los animales y sus diferentes significados.
olas, pues el viento era contrario. Y a la cuarta vigilia de la noche vino l hacia ellos, caminando sobre el
mar. Los discpulos, vindole caminar sobre el mar, se turbaron y decan: Es un fantasma, y de miedo se
pusieron a gritar. Pero al instante les habl Jess diciendo: nimo!, soy yo; no temis. Pedro le
respondi: Seor, si eres t, mndame ir hacia ti sobre las aguas. Ven!, le dijo. Baj Pedro de la
barca y se puso a caminar sobre las aguas, yendo hacia Jess. Pero, viendo la violencia del viento, le entr
miedo y, como comenzara a hundirse, grit: Seor, slvame! Al punto Jess, tendiendo la mano, le
agarr y le dice: Hombre de poca fe, por qu dudaste? Subieron a la barca y amain el viento. Y los que
estaban en la barca se postraron ante l diciendo: Verdaderamente eres Hijo de Dios.
721
Mc 6, 45-52
722
Jn 6, 16-21
723
Ubieta seala que esta es una de las veces que el nombre de Pedro se intercala intencionadamente en el
relato histrico del que llama el evangelio de la Iglesia. UBIETA, J. A.: Op. cit. Nota a Mt 14, 28
724
Mt 8, 23-27; Mc 4, 37-41; Lc 8, 22-25.
725
HUGO DE SANCTO VICTORE, 1096?-1141: Op. cit., De arca Noe maorali, Cap. VII, col. 640C. Esta
asociacin recuerda tambin a la que establece Orgenes, en su Segunda Homila sobre el Cantar de los
Cantares donde afirma que el valle del poema representa el mundo, mientras que el lirio designa a Jesucristo
como rbol de la vida plantado en medio del Paraso. Vase ORGENES: Homlie sur les Cantique des
cantiques. Pars, 1954 recogido en CHEVALIER, J. y GHEERBRANT, A: Op. cit., p. 652.
726
HUGO DE SANCTO VICTORE, 1096?-1141: Op. cit., Libellus de formatione arche, cap. II, 684A y ss
373
El Breviarium Historiae Catholicae de Rodrigo Jimnez de Rada
Estos textos ponen de manifiesto que Hugo de San Vctor conoca, sin duda,
representaciones del arca de No que seguan modelos tales como los de El-
Bagawat, las de las siete Iglesias de los beatos o los que influyeron al Breviarium727.
727
Especialmente interesante en este sentido resulta el artculo de Antonio de vila Jurez en el que se
afirma que quiz la forma cuadrada y hermtica de San Baudelio de Berlanga, y en concreto su columna
central, pueda estar haciendo alusin tambin al concepto del arca de No como figura de la Iglesia siguiendo
los mencionados textos de Hugo de San Vctor. Vase VILA, A. DE: San Baudelio de Berlanga: fuente
sellada del paraso en el desierto del Duero en Cuadernos de Arte e Iconografa. Tomo XIII - 26. 2004, p.
333-396
728
1Pe 3, 18-22: Pues tambin Cristo, para llevarnos a Dios, muri una sola vez por los pecados, el justo
por los injustos, muerto en la carne, vivificado en el espritu. En el espritu fue tambin a predicar a los
espritus encarcelados, en otro tiempo incrdulos, cuando les esperaba la paciencia de Dios, en los das en
que No construa el arca, en la que unos pocos, es decir ocho personas, fueron salvados a travs del agua;
a sta corresponde ahora el bautismo que os salva y que no consiste en quitar la suciedad del cuerpo, sino
en pedir a Dios una buena conciencia por medio de la Resurreccin de Jesucristo, que, habiendo ido al
cielo, est a la diestra de Dios, y le estn sometidos los ngeles, las dominaciones y las potestades.
Recientemente se ha planteado que esta carta pueda ser un esquema completo de la primitiva liturgia
bautismal o al menos contener importantes fragmentos de la misma aunque autores como Oatibia prefieren
ser cautos al respecto. Vid. OATIBIA, I.: Op. cit., p. 29.
374
El Breviarium Historiae Catholicae de Rodrigo Jimnez de Rada
729
KARLIK, E. E.: Op. cit., 1967, p. 4.
730
TERTULIANO: El bautismo; La oracin. Madrid: Ciudad Nueva, 2006, p. 13.
731
KARLIK, E. E.: Op. cit., p. 4
732
TERTULIANO: Op. cit., p. 18 y ss.
733
dem, p. 133.
375
El Breviarium Historiae Catholicae de Rodrigo Jimnez de Rada
Para reforzar esta explicacin, el autor aade que, al igual que tras las aguas
del diluvio (bautismo del mundo le llama Tertuliano) con las que se limpi la antigua
iniquidad, la paloma volvi con una rama de olivo que anunciaba el cese de la ira
de Dios, tambin la paloma del Espritu Santo trae la paz de Dios y vuela hacia la
tierra de nuestra carne al salir del bao, tras serle perdonados sus antiguos
pecados, en todo lo cual la Iglesia corresponde a la figura del arca734.
La rama de olivo que porta la paloma, segn seala Dulaey, bast a veces
para significar el bautismo, no slo porque aludiese a toda la historia del Diluvio
sino por que evocaba el aceite usado en la uncin crismal. En palabras de San
Efrn:
Vino el ramo de Olivo, tipo de la uncin. Los habitantes del arca lanzaron gritos
de jbilo al verlo, pues traa la buena nueva de la salvacin. Tambin vosotras
gritad de jbilo al ver este oleo santo () pues trae la buena nueva del perdn735.
734
dem, p. 137
735
EFREN, SANTO: Himnos sobre la Epifana. Recogido en DULAEY, M: Bosques de smbolos: La
iniciacin cristiana y la Biblia (siglos I-IV). Madrid: Ediciones Cristiandad, 2003, p. 239
736
Recogido en DULAEY, M: Op. cit., 2003, p. 239.
376
El Breviarium Historiae Catholicae de Rodrigo Jimnez de Rada
Pedro pueden ser los difuntos que castigados por medio del diluvio, son llamados
por la paciencia de Dios a la nueva vida737.
737
UBIETA, J. A.: Op. cit. Nota a Pe 3, 19.
738
OATIBIA, I.: Op. cit, p. 108
739
Oatibia considera que tal vez sea una interpretacin prepaulina que el apstol desarroll. Vid.
OATIBIA, I.: Op. cit., p.45.
740
Ro 6, 3-4 O es que ignoris que cuantos fuimos bautizados en Cristo Jess, fuimos bautizados en su
muerte? Por el bautismo fuimos sepultados con l en la muerte, para que, as como Cristo fue resucitado de
entre los muertos para gloria del padre, as tambin nosotros andemos en una vida nueva.
Col. 2, 12: Sepultados con l en el bautismo, con l tambin habis resucitado por la fe en la fuerza de Dios,
que lo resucit de entre los muertos.
Tit. 3, 4-5: Mas cuando se manifest la bondad de Dios nuestro Salvador y su amor a los hombres, l nos
salv, no por obras de justicia que hubisemos hecho nosotros, sino segn su misericordia, por medio del
bao de regeneracin y de renovacin del Espritu Santo.
377
El Breviarium Historiae Catholicae de Rodrigo Jimnez de Rada
Por otra parte, el octavo da es el que sucede al sabath y a los siete das de la
creacin, por lo que el ocho745 no slo representa la resurreccin de Cristo sino que
simblicamente anuncia la era futura eterna y la resurreccin del hombre746.
I Tes. 4, 13-14: Hermanos, no queremos que estis en la ignorancia respecto de los muertos, para que no os
entristezcis como los dems, que no tienen esperanza. Porque si creemos que Jess muri y que resucit, de
la misma manera Dios llevar consigo a quienes murieron en Jess.
Tit. 3, 4-5: Mas cuando se manifest la bondad de Dios nuestro Salvador y su amor a los hombres, l nos
salv, no por obras de justicia que hubisemos hecho nosotros, sino segn su misericordia, por medio del
bao de regeneracin y de renovacin del Espritu Santo.
741
AGUSTN, SANTO, OBISPO DE HIPONA: Op. cit., 1971, p. 393.
742
TREVIJANO, R.: El lenguaje bautismal del Apocalipsis. Salmanticensis n 27 (1980) p. 165-192
743
OATIBIA, I.: Op. cit, p.4 y nota 3.
744
dem, p. 5
745
En Ap. 22,16 se identifica a Cristo con la estrella de la maana por lo que la estrella de ocho puntas pasa a
ser smbolo de Cristo ya que as se representaba a Venus en el mundo antiguo. Vid. SEPLVEDA
GONZLEZ, M A.: Los inicios de la iconografa cristiana: la sala bautismal de Dura Europos (Siria) en
Lecturas de Historia del Arte, nm. 2. Vitoria, 1990, p. 198 y nota 23.
378
El Breviarium Historiae Catholicae de Rodrigo Jimnez de Rada
746
Sobre esta interpretacin del nmero 8, vase CHEVALIER, J. (Dir.) y GHEERBRANT, A.: Op. cit., p.
768.
747
Recogido en DULAEY, M.: Op. cit., p. 233
748
Ejemplos tempranos bien conocidos son el baptisterio de Tarrasa erigido en la segunda mitad del siglo V,
el de San Juan de Florencia cuya construccin original data del trnsito del siglo V al VI, o los dos ejemplos
de Rvena, el de los ortodoxos y el de los arrianos, tambin del siglo V.
749
Recogido en DULAEY, M.: Op. cit., p. 240.
750
Mt. 24, 37-39: Como en los das de No, as ser la venida del Hijo del hombre. Porque como en los das
que precedieron al diluvio, coman, beban, tomaban mujer o marido, hasta el da en que entr No en el
arca, y no se dieron cuenta hasta que vino el diluvio y los arrastr a todos, as ser tambin la venida del
Hijo del hombre.
Lc. 17, 26-27: Como sucedi en los das de No, as ser tambin en los das del Hijo del hombre. Coman,
beban, tomaban mujer o marido, hasta el da en que entr No en el arca; vino el diluvio y los hizo perecer
a todos.
379
El Breviarium Historiae Catholicae de Rodrigo Jimnez de Rada
Esta interpretacin enlaza sin duda con las identificaciones del arca con la
Iglesia y de No con el propio Cristo que Orgenes desarrolla en los epgrafes
siguientes y que hemos expuesto anteriormente.
6.5 Apothecaria
380
El Breviarium Historiae Catholicae de Rodrigo Jimnez de Rada
San Agustn
Strabo
Efectivamente, en el caso de Strabo parece claro que los tres crculos entre
cortinajes estn representado panes u hostias consagradas, lo que se plasma no
slo en la cruz que tienen dibujada sino tambin en el hecho de aparecer velados.
El uso de cortinas para cerrar los templos y el empleo de paos para no tocar con
las manos los objetos sagrados son prcticas habituales en muchas religiones y
como tal encontramos numerosos ejemplos en los textos sagrados751 y en la
iconografa752.
751
Valga como ejemplo Ex. 26, 31: Hars un velo de prpura violeta y escarlata, de carmes y lino fino
torzal; bordars en l unos querubines. Lo colgars de cuatro postes de acacia, revestidos de oro, provistos
de ganchos de oro y de sus cuatro basas de plata. Colgars el velo debajo de los broches; y all, detrs del
velo, llevars el arca del Testimonio, y el velo os servir para separar el Santo del Santo de los Santos
752
La procesin de vrgenes y mrtires de San Apolinar el Nuevo de Rvena (S. V) nos muestra a los santos
llevando sus coronas con manos veladas.
381
El Breviarium Historiae Catholicae de Rodrigo Jimnez de Rada
Los crculos del arca de San Agustn no tienen el smbolo de la cruz pero s
otro pequeo crculo ms oscuro en su interior cuyo significado no hemos logrado
descifrar. Es probable por el contexto que se trate tambin de ocho panes,
aludiendo quiz a los ocho ocupantes del arca.
En las dos versiones del arca encontramos un copn o una pxide, vaso
sagrado con tapa para llevar las hostias consagradas a los enfermos cuyo uso se
populariz en torno al siglo IX. A veces se poda cubrir con el conopeo, tejido
normalmente de seda blanca, que indicaba la presencia de Cristo sacramentado754.
753
RAU, L.: Op. cit, T. 1, Iconografa de la Biblia. vol. 1, Antiguo Testamento, p. 132 y 159
754
GIORGI, R.: Smbolos, protagonistas e historia de la Iglesia. Barcelona: Electa, 2005, p. 42
382
El Breviarium Historiae Catholicae de Rodrigo Jimnez de Rada
La mezcla del agua con el vino en el cliz eucarstico es explicada por san
Cipriano en su carta 63, Sobre el sacramento del cliz del Seor. En este escrito
Cipriano seala que el pan simboliza la unin de Cristo y los fieles ya que muchos
granos molidos crean un solo pan, como sucede con la Iglesia, y que cuando en el
cliz se mezcla el agua con el vino, el pueblo se junta a Cristo757.
755
Mt. 26, 20-25 ; Mc. 14, 17-21; Lc. 22, 17-18
756
OATIBIA, I.: Op. cit., p. 109 y ss.
757
Recogido en QUASTEN, J.: Op. cit. Vol. I, p. 675 y ss.
383
El Breviarium Historiae Catholicae de Rodrigo Jimnez de Rada
Sin embargo, la verdadera base dogmtica que enlaza las ideas de limpieza,
curacin y vida eterna presentes tanto en el Bautismo como en la Eucarista se
encuentra en los textos bblicos. Por un lado encontramos las curaciones en las que
la eliminacin de la enfermedad se asocia al perdn de los pecados y por otro,
textos del Evangelio de Juan y que pone de manifiesto la vinculacin entre el Agua
viva y el pan, que como elementos del Bautismo y la Eucarista otorgan la vida
758
Ibid., p. 173.
759
Ibid., p. 213.
760
Id, pues, y haced discpulos a todas las gentes bautizndolas en el nombre del Padre y del Hijo y del
Espritu Santo. Ubieta considera que este versculo puede haber sido revisado con posterioridad para dejar
claro el carcter trinitario ya que el los Hechos de los Apstoles se menciona siempre que se bautiza en el
nombre de Jess. Vid. UBIETA, J.A.: Op. cit. Nota a Mt. 28,19.
761
Luego, los conducimos a sitio donde hay agua y () son regenerados ellos, pues toman el agua del bao
en el nombre de Dios () y de nuestro Salvador Jesucristo y del Espritu Santo. Recogido en QUASTEN, J.:
Op. cit. Vol. I, p. 213.
762
Ibid., p. 497 y ss.
384
El Breviarium Historiae Catholicae de Rodrigo Jimnez de Rada
385
El Breviarium Historiae Catholicae de Rodrigo Jimnez de Rada
En la de Strabo se repiten los mismos animales, salvo por los tigres que
aparecen sustituidos por otros animales que en opinin de Villa-Amil
representaban osos767.
San Agustn
767
VILLA-AMIL Y CASTRO, J.: Catlogo,1878, p. 617.
386
El Breviarium Historiae Catholicae de Rodrigo Jimnez de Rada
En la divisin de Strabo
correspondiente a las aves
hallamos una un gallo y gallina,
una pareja de zancudas y otros
dos tipos representados de forma
poco identificable aunque las
Strabo terceras por la izquierda podran
ser palomas.
San Agustn
En la representacin de Strabo
de los micia animalia, los mansos,
se ubican conejos, cabras, ovejas,
bvidos y cerdos.
Strabo
387
El Breviarium Historiae Catholicae de Rodrigo Jimnez de Rada
Sin embargo, cuando aparecen los animales hay uno presente en todas las
representaciones del arca desde el arte carolingio a fines de la Edad Media: el len.
Este animal aparece representado junto a otros cuadrpedos grandes que pueden
variar aunque son frecuentes el oso, el jabal y el ciervo. En un primer momento, el
oso, rey de los animales en las sociedades germnicas, comparte protagonismo con
768
Recogido en DULAEY, M.: Op. cit., p. 247.
769
dem.
770
PASTOUREAU, Michel: Op. cit., 2006, p. 63 y ss.
388
El Breviarium Historiae Catholicae de Rodrigo Jimnez de Rada
771
1 S 17, 34-37: Respondi David a Sal: Cuando tu siervo estaba guardando el rebao de su padre y
vena el len o el oso y se llevaba una oveja del rebao, sala tras l, lo golpeaba y se la arrancaba de sus
fauces, y si se revolva contra m, lo sujetaba por la quijada y lo golpeaba hasta matarlo. Tu siervo ha dado
muerte al len y al oso, y ese filisteo incircunciso ser como uno de ellos, pues ha retado a las huestes del
Dios vivo. Aadi David: Yahv que me ha librado de las garras del len y del oso, me librar de la mano
de ese filisteo. Dijo Sal a David: Vete, y que Yahv sea contigo.
Lm 3, 10-11: Me ha acechado como un oso, como un len escondido. Ha intrincado mi camino para
desgarrarme, me ha dejado destrozado.
389
El Breviarium Historiae Catholicae de Rodrigo Jimnez de Rada
San Agustn
Orgenes en su Segunda homila sobre el Gnesis dice que son pocos los que
se salvan con No y mantienen con l la ms estrecha relacin de parentesco, del
mismo modo que nuestro Seor Jesucristo, el verdadero No, tiene pocos ntimos,
pocos hijos y parientes que sean partcipes de su palabra y capaces de su
sabidura773. Tambin San Hilario en el captulo 13 de su obra De los misterios
afirma que Dios abriga a sus hijos en el arca de su doctrina y de su Iglesia774.
772
BEATO DE LIBANA, SANTO: Op. cit., p. 273
773
ORGENES: Op. cit., 1999, p. 114.
774
DULAEY, M.: Op. cit., p. 243-44.
390
El Breviarium Historiae Catholicae de Rodrigo Jimnez de Rada
San Agustn
En la parte superior de la imagen segn San Agustn, vemos aparecer al
patriarca asomado al mirador y con los brazos extendidos, representado el
momento en el que lanza la paloma para comprobar si las aguas se han asentado
tras el diluvio, mientras que a la derecha de la imagen, y simultaneando dos
momentos de la historia, se nos muestra el momento de la historia en la que la
paloma vuelve al arca con una rama de olivo en el pico mostrando que ha cesado
por fin el castigo de Yahv sobre la tierra.
391
El Breviarium Historiae Catholicae de Rodrigo Jimnez de Rada
En la descripcin de Strabo, No
aparece acompaado por su
mujer, y ambos dirigen su mirada
hacia la paloma que regresa con la
rama de olivo.
Strabo
775
Is 54, 9-10: Ser para m como en tiempos de No como jur que no pasaran las aguas de No ms sobre
la tierra, as he jurado que no me irritar ms contra ti, ni te amenazar. Porque los montes se corrern y
las colinas se movern, mas mi amor de tu lado no se apartar y mi alianza de paz no se mover-dice Yahv,
que tiene compasin de ti.
776
Hb 11, 7: Por la fe, No, advertido sobre lo que an no se vea, con religioso temor construy un arca
para salvar a su familia; por la fe, conden al mundo y lleg a ser heredero de la justicia segn la fe.
777
2 Pe 2, 4-10: Pues si Dios no perdon a los ngeles que pecaron (), si no perdon al antiguo mundo,
aunque preserv a No, heraldo de la justicia, y a otros siete, cuando hizo venir el diluvio sobre un mundo
de impos () es porque el Seor sabe librar de la prueba a los piadosos y guardar a los impos para
castigarles en el da del Juicio.
392
El Breviarium Historiae Catholicae de Rodrigo Jimnez de Rada
Clemente de Roma en su Carta a los Corintios 9,2 dice que No fue hallado
fiel y tuvo como ministerio de predicar al mundo un nuevo nacimiento y el
Maestro salv por l a los seres vivos que, en concordia, haban entrado en el
arca779 y Gregorio de Elvira, en su Tratado sobre el arca de No, afirma que el
patriarca es prefigura de Cristo porque su nombre significa descanso y Jess dijo a
los que le escuchaban Venid a m todos los que estis cansados y agobiados y yo
os aliviar (Mt. 11, 28)780.
778
Vid. ORGENES: Op. cit, 1999.
779
Recogido en DULAEY, M: Op. cit., p. 230
780
dem.
781
HUGO DE SANCTO VICTORE, 1096?-1141: Op. cit., De arca Noe morali , cap. V, col. 629D
393
El Breviarium Historiae Catholicae de Rodrigo Jimnez de Rada
Strabo
782
CHAPA, J. (Ed.): Historia de los hombres y acciones de Dios: La historia de la salvacin en la Biblia.
Madrid: Rialp, 2000, p. 52.
783
Gn. 8, 6-12: Al cabo de cuarenta das, abri No la ventana que haba hecho en el arca y solt al cuervo,
el cual estuvo saliendo y retornando hasta que se secaron las aguas sobre la tierra. Despus solt a la
paloma, para ver si haban menguado ya las aguas de la superficie terrestre. La paloma, no hallando donde
posar el pie, torn donde l, al arca, porque an haba agua sobre la superficie de la tierra (). An esper
otros siete das y volvi a soltar la paloma fuera del arca. La paloma vino al atardecer trayendo en el pico
un ramo verde de olivo, por donde conoci No que haban disminuido las aguas de encima de la tierra. An
esper otros siete das y solt la paloma, que ya no volvi donde l.
394
El Breviarium Historiae Catholicae de Rodrigo Jimnez de Rada
784
CHEVALIER, J. (Dir.) y GHEERBRANT, A.: Op. cit., p. 797
785
Lv. 12, 6-7: Al cumplirse los das de su purificacin, sea por nio sea por nia, presentar al sacerdote, a
la entrada de la Tienda del Encuentro, un cordero de un ao como holocausto, y un pichn o una trtola
como sacrificio por el pecado
786
Ct. 2,14, 5,2 y 6.9
787
RAU, L.: Op. cit., T. 1, Iconografa de la Biblia. vol. 1, Antiguo Testamento, p. 137
788
AMBROSIO DE MILN, SANTO: Op. cit., p. 143.
395
El Breviarium Historiae Catholicae de Rodrigo Jimnez de Rada
Tertuliano afirma que, al igual que la paloma volvi con una rama de olivo
que anunciaba el cese de la ira de Dios, tambin la paloma del Espritu Santo trae
la paz de Dios y vuela hacia la tierra de nuestra carne al salir del bao, tras serle
perdonados sus antiguos pecados, en todo lo cual la Iglesia corresponde a la figura
del arca792.
789
AGUSTN, SANTO, OBISPO DE HIPONA: Tratado sobre el evangelio de Juan. Madrid: Biblioteca de
Autores Cristianos, 2005.
790
AGUSTN, SANTO, OBISPO DE HIPONA: Enarraciones sobre los salmos. Madrid: La editorial
catlica, 1965.
791
BEATO DE LIBANA, SANTO: Op. cit., p. 277.
792
TERTULIANO: Op. cit., p. 137.
396
El Breviarium Historiae Catholicae de Rodrigo Jimnez de Rada
7. Conclusiones
Las visiones del tema que nos muestra el Breviarium Histhorie Catholica
ponen de manifiesto que el arca, al igual que la barca de los apstoles, es imagen
de la Iglesia universal formada por maderos cuadrados, es decir sus santos y
doctores, en la que tienen cabida todos los cristianos independientemente de su
397
El Breviarium Historiae Catholicae de Rodrigo Jimnez de Rada
origen y perfeccin, del mismo modo que todos los animales cohabitaron dentro
de la nave.
Sus medidas, aunque arbitrarias en este caso, y la puerta lateral son imagen
de Cristo y de la herida de su costado, alusin a su Pasin por la que Jess libera a
los hombres, igual que el arca salv a los ocho elegidos. Tambin la columna
central de la representacin segn San Agustn nos recuerda la imagen de Cristo
en medio de su Iglesia siguiendo las palabras de Mateo, mientras que la
apothecaria nos muestra la curacin y remisin de los pecados que por medio del
Bautismo y la Eucarista obtiene el fiel en el seno de la Iglesia.
No, el nico justo de su generacin, es tipo de Cristo por el que surge una
nueva humanidad, la familia cristiana recuerdo de aquellos siete salvados,
purificada a travs de las aguas del Bautismo. Igual que el Diluvio limpia la
antigua iniquidad, el Bautismo borra el pecado del hombre y le hace participar
adems en la muerte y resurreccin de Cristo mediante la presencia del Espritu
Santo que, al igual que la paloma trajo la rama de olivo, otorga al nefito la paz y
la gracia.
398
Otros manuscritos del Fondo Complutense
399
400
No es preciso tener muchos libros, sino tenerlos buenos
401
402
Otros manuscritos iluminados del Fondo Complutense
793
Sobre la Biblia Hebrea BH Mss 1 y BH Mss 2 se pueden consultar entre otros:
MARTN CONTRERAS, E.: Apndices masorticos: cdice M1 de la Universidad Complutense de Madrid.
Madrid: CSIC, Departamento de Filologa Bblica y de Oriente Antiguo, 2004.
VEGAS MONTANER, L.: Aspectos textuales de la Vetus Latina en II Crnicas segn el ms. Complutense I.
Tesis indita de Universidad Complutense de Madrid, 1976.
SNCHEZ MARIANA, M.: "Comentario al Ms. 1 de la Biblioteca Histrica de la Universidad Complutense
de Madrid: Biblia hebraica, s. XIII" en Ex-libris universitatis: El patrimonio de las bibliotecas universitarias
espaolas... Madrid: CRUE, 2000, pp. 205-206.
ORTEGA MONASTERIO, M. T.: Estudio masortico interno de un manuscrito hebreo bblico espaol:
cdice n 2 de la Biblioteca de la Universidad Complutense de Madrid. Madrid: Consejo Superior de
Investigaciones Cientficas, 1977.
794
Dentro de este tipo de decoracin no figurativa se encuentran los siguientes manuscritos medievales: 35,
39, 45, 46, 70, 71, 89. 93, 104, 107, 126, 134, 143, 146 y 147.
403
Otros manuscritos iluminados del Fondo Complutense
Sin embargo, fue la Guerra Civil de 1936-39 el mayor desastre del fondo
Complutense. El informe que Vicente Navarro Reverter, Jefe del Servicio de
Recuperacin y Devolucin Bibliogrfica, present al fiscal instructor de la causa
795
Queremos agradecer a Da. Marta Torres Santo Domingo, directora de la Biblioteca Histrica, toda la
informacin que nos ha proporcionado sobre los procesos de recuperacin del fondo Complutense tras la
Guerra Civil y que ha sido determinante en la elaboracin de este trabajo.
796
SNCHEZ MARIANA, M.: Introduccin al libro manuscrito. Madrid: Arco Libros, 1995, p. 9
797
PREZ BAYER, F.: Por la libertad de la literatura espaola. Alicante, 1991, p. 402, recogido en PESET,
M.: Libros y Universidades en Ex-libris universitatis: el patrimonio de las bibliotecas universitarias
espaolas. Madrid: Conferencia de Rectores de las Universidades Espaolas, 2001 p. 33
798
SNCHEZ MARIANA, M.: Op. cit., 1995. Pgs. 362.
404
Otros manuscritos iluminados del Fondo Complutense
general sobre las prdidas del Tesoro Bibliogrfico Nacional en 1940 resulta
determinante para comprender la dimensin de lo perdido:
Aunque no puedo proporcionar a V.I. una estadstica detallada se puede adelantar
que el Tesoro Bibliogrfico Nacional ha sufrido prdidas considerables. En primer
lugar los cdices de la Universidad de Madrid, llamados Complutenses que han
aparecido calcinados en el desescombro de la Ciudad Universitaria; adems de
estas joyas nicas en su gnero, de la misma Facultad de Filosofa y Letras, se ha
perdido la mayor parte de la Biblioteca, abundante en libros raros y
manuscritos.799.
799
A.H.N. Fondos contemporneos. Causa General. Legajo 1557 (Madrid. Pieza undcima. Tesoro
Artstico). Negativos 3452.
800
Como ya se sealo al comienzo, la signatura topogrfica actual de los manuscritos de la Coleccin
Complutense procedentes del Colegio Mayor de San Ildefonso es la en su da estableci Villa-Amil. Vase
VILLA-AMIL Y CASTRO, J. De: Catlogo..., 1878.
801
Archivo Biblioteca de la Universidad Complutense de Madrid (UNIVERSIDAD CENTRAL
BIBLIOTECA. Direccin 1937-1950. Gestin de Lasso de la Vega. Caja 1). Documento n 1.
802
Relacin de los manuscritos e incunables encontrados en las trincheras de la Ciudad Universitaria
Universidad Complutense de Madrid. Biblioteca. Archivo de la Direccin. Serie Comunicaciones y Oficios,
1940 n 3642.
405
Otros manuscritos iluminados del Fondo Complutense
San Juan Crisstomo (ca. 347-407) es considerado por la Iglesia catlica uno
de los cuatro grandes Padres de la Iglesia del Oriente. Su capacidad oratoria y su
labor como predicador hicieron que recibiera el sobrenombre de "Crisstomo",
que significa Boca de oro. En el ao 398 fue nombrado metropolitano de
406
Otros manuscritos iluminados del Fondo Complutense
Constantinopla pero sus crticas a la vida licenciosa del clero y la denuncia de los
abusos de las autoridades imperiales le crearon numerosas dificultades a lo largo
de su vida, hasta el punto de ser enviado a una regin remota en la frontera de
Armenia donde termin sus das804.
804
Para la biografa del santo se puede consultar, entre otros: ARRARAS, F.: San Juan Crisstomo. Madrid:
Atlas, 1943
805
A.H.N. Libro 920, fol. 170r.
806
B.U.C.M. BH Mss. 307, fol. 12v.
407
Otros manuscritos iluminados del Fondo Complutense
807
VILLA-AMIL Y CASTRO, J. de: Catlogo, 1878, p. 6
808
GRAUX, C.: Notices Sommaires des manuscrits grecs dEspagne et de Portugal. Pars, Ernest Leroux,
1892, pp. 126-129.
809
Probablemente se trate de un error de transcripcin ya que la anotacin Visto 1614 o Visto ao de 1614
aparece en muchos de los manuscritos, coincidiendo probablemente con la revisin del fondo bibliogrfico
que se realiza entre 1611 y 1615 durante la reforma de Diego Hernando de Alarcn y Pedro de Tapia
810
GARCA ORO, J. y PORTELA SILVA, M. J.: La monarqua y los libros en el Siglo de Oro. Alcal de
Henares: Universidad de Alcal; Centro Internacional de Estudios Histricos Cisneros, 1999, p. 50 y notas
4* y 5.
408
Otros manuscritos iluminados del Fondo Complutense
bien es imposible afirmar que este ejemplar sirviera para los trabajos de impresin,
no deja de llamar la atencin su presencia en la Biblioteca Complutense.
811
ANDRS, G. de: Descripcin sumaria de las colecciones de cdices griegos del siglo XVI en Estudios
Clsicos, 66-67, XVI, 1972, pp. 220-221.
812
A.H.N. Universidades. Libro 1090, f. 33r.
409
Otros manuscritos iluminados del Fondo Complutense
Inventario del archivo, sacrista, librera y bienes inmuebles del Colegio de San Ildefonso,
San Pedro y San Pablo:
Secunda pars biblie in pergameno
Biblia gotica en dos cuerpos en pergamino
Biblia latina manu scripta in pegameno
El Libro del ynbentario de los Zensos Alquitar deste principal Collegio mayor de
San Illephonso y bienes muebles de la Librera de 1565815 menciona las siguientes
biblias:
Dos libros muy grandes que es la Biblia scriptos de letra ghotica. De pergamino
viejos en tablas coloradas.
Otro cuerpo grande que es biblia latina scripta en pergamino y letra gotica.
Enuesado
Otros dos libros grandes que es biblia de pergamino y de mano en tablas negras
Teniendo en cuenta que los nmeros 33 y 34 del catlogo son dos partes de
una misma Biblia, nos inclinamos a pensar que las descritas en dos volmenes son
stas (aunque se les llame indistintamente biblia gtica en dos cuerpos o biblie
antique), mientras que las Biblias 31 y 32 escritas en minscula visigtica seran las
restantes, aunque la clasificacin vare tambin entre gtica y latina816.
813
A.H.N. Universidades. Libro 1091, f. 6v
814
A.H.N. Universidades. Libro 1092, f. 21r
815
A.H.N. Universidades. Libro 920, f. 166r.
816
El propio Jos de Villa-Amil, al describir esta Biblia en su Catlogo de los manuscritos dice que est
escrita en letra gtica. Cuando en otras ocasiones se refiere a lo que actualmente se denomina escritura gtica
suele emplear el trmino cuadrada.
410
Otros manuscritos iluminados del Fondo Complutense
817
ARCHIVO CAPITULAR DE TOLEDO, X.12.B.I.I. (1277 abril 1 Toledo). Copia simple inconclusa.
818
GONZLVEZ RUIZ, R.: Op. cit, 1997, pp. 764-773
819
Ibd., p. 771
820
Gonzlvez seala tambin que Juan de Vallejo, bigrafo del Cardenal, da alguna noticia difusa de la visita
de Cisneros a la Biblioteca Capitular de Toledo, donde fij sus ojos en los viejos cdices visigticos.
GONZLVEZ RUIZ, R.: Evolucin histrica de la Biblioteca Capitular de Toledo en LPEZ-
VIDIRERO, M. L. y CTEDRA, P. M. (Ed.): El libro antiguo espaol. IV, Coleccionismo y bibliotecas
(siglos XV-XVIII). Salamanca: Ediciones de la Universidad de Salamanca; [Madrid]: Patrimonio Nacional:
Sociedad Espaola de Historia del Libro, 1998, p. 252
821
Sobre los cdices visigticos toledanos vase tambin MILLARES CARLO, A.: Los cdices visigticos
de la catedral toledana: cuestiones cronolgicas y de procedencia. Madrid: Academia de la Historia, 1935.
822
VILLA-AMIL Y CASTRO, J. de: Catlogo, p. 10.
411
Otros manuscritos iluminados del Fondo Complutense
823
EGUREN, J. M.: Memoria descriptiva de los cdices notables conservados en los archivos eclesisticos
de Espaa. Madrid: M. Rivadeneyra, 1859, p. 18.
824
BERGER, S.: Histoire de la Vulgata, p. 15. Recogido en BERMEJO, M. T.: "La segunda Biblia
visigtica de Alcal". En: Boletn de Bibliotecas y Bibliografa, T. II, (1935), Nm. 1 y 2, p. 65.
825
UPSON, C.: Collectanea Hispanica. Pars, F. Paillart, 1919, p. 18.
826
GARCA VILLADA, Z.: Paleografa espaola: precedida de una introduccin sobre la paleografa
latina e ilustrada Madrid: Centro de Estudios histricos, 1923, p. 115.
827
REVILLA RICO, M.: La Polglota de Alcal: estudio histrico-crtico. Madrid: Imprenta Helnica, 1917,
p. 137-143
412
Otros manuscritos iluminados del Fondo Complutense
Manuel C. Daz considera que, pese a que las opiniones han situado esta
Biblia en los lmites del siglo IX y X, debera datarse en la primera parte del siglo X
ya que la Biblia 31, segn lo aceptado frecuentemente, es posterior al 927. Para este
autor, el origen de la Segunda Biblia de Alcal es, sin duda, Crdoba desde donde
viajara a Toledo y posteriormente a Alcal para ser empleada en la edicin de la
Biblia Polglota Complutense831.
828
DOMNGUEZ BORDONA, J.: Exposicin de cdices miniados espaoles: catlogo. Madrid : Sociedad
Espaola de Amigos del Arte, 1929, p. 13
829
DOMNGUEZ BORDONA, J.: Op. cit., 1933. Tomo I (VILA - MADRID), p. 493
830
GMEZ MORENO, M.: Iglesias mozrabes: arte espaol de los siglos IX al XI. Granada: Patronato de la
Alhambra, 1975, pp. 355-56.
831
DAZ Y DAZ, M. C.: Manuscritos visigticos del sur de la Pennsula: Ensayo de distribucin regional.
Sevilla: Secretariado de publicaciones de la Universidad de Sevilla, 1995, p. 163.
413
Otros manuscritos iluminados del Fondo Complutense
832
BERMEJO, M. T.: "La segunda Biblia visigtica de Alcal". En: Boletn de Bibliotecas yBibliografa, T.
II, (1935), Nm. 1 y 2, pp. 63-84.
833
MILLARES CARLO, A.: Tratado de paleografa espaola. Madrid: Villaiz (Librera y Casa Editorial
Hernando), 1932, p. 161.
834
BERMEJO, M. T.: Op. cit., p. 73
414
Otros manuscritos iluminados del Fondo Complutense
415
Otros manuscritos iluminados del Fondo Complutense
las geomtricas y zoomorfas de peces y pjaros en los que Bermejo advierte cierta
influencia inglesa. La inicial del folio 94 es, en su opinin, idntica a la del 168v de
la Biblia Hispalense, aunque esta ltima slo se ha perfilado a tinta835.
835
BERMEJO, M. T.: Op. cit., pp. 77-83
836
Sobre este documento vanse las pp. 46-48.
837
A.H.N. Universidades. Libro 920, fol. 165v.
838
Vane las pp. 57-58 y 187-8.
416
Otros manuscritos iluminados del Fondo Complutense
839
B.U.C.M. BH Mss. 335, f. 10v
840
B.U.C.M. BH Mss. 308, f. 22v
841
B.U.C.M. BH Mss. 307, f. 12v
842
Con frecuencia Villa-Amil utiliza el trmino gtica para referirse a manuscritos en letra carolina mientras
que lo que actualmente se denomina escritura gtica aparece referida como cuadrada.
843
VILLA-AMIL Y CASTRO, J. de: Catlogo1878., p. 14.
844
DOMNGUEZ BORDONA, J.: Op. cit., 1933, Tomo I (VILA - MADRID), pp. 493-497
417
Otros manuscritos iluminados del Fondo Complutense
845
VILLA-AMIL Y CASTRO, J. de: Catlogo, 1878,p. 13
846
A.H.N. Universidades. Libro 1090, fol. 34r.
847
A.H.N. Universidades. Libro 920, fol. 161r.
848
Ibid. fol 265v.
418
Otros manuscritos iluminados del Fondo Complutense
849
B.U.C.M. BH Mss. 307, fol.
850
VILLA-AMIL Y CASTRO, J. de: Catlogo, 1878,p. 16.
851
DOMNGUEZ BORDONA, J.: Op. cit., 1933, Tomo I (VILA - MADRID), p. 494.
419
Otros manuscritos iluminados del Fondo Complutense
852
http://alfama.sim.ucm.es/dioscorides/consulta_libro.asp?ref=B20833532&idioma=0
420
Otros manuscritos iluminados del Fondo Complutense
El Libro del ynbentario de los Zensos Alquitar deste principal Collegio mayor de
San Illephonso y bienes muebles de la Librera de 1565856 menciona las biblias
siguientes:
Dos libros muy grandes que es la Biblia scriptos de letra ghotica. De pergamino
viejos en tablas coloradas.
Otro cuerpo grande que es biblia latina scripta en pergamino y letra gotica.
Enuesado
853
A.H.N. Universidades. Libro 1090, f. 33r.
854
A.H.N. Universidades. Libro 1091, f. 6v.
855
A.H.N. Universidades. Libro 1092, f. 21r.
856
A.H.N. Universidades. Libro 920, f. 166r.
421
Otros manuscritos iluminados del Fondo Complutense
Otros dos libros grandes que es biblia de pergamino y de mano en tablas negras
Teniendo en cuenta que los nmeros 33 y 34 del catlogo son dos partes de
una misma Biblia, nos inclinamos a pensar que las descritas en dos volmenes son
stas (aunque se les llame indistintamente biblia gtica en dos cuerpos o biblia
antiqua), mientras que las Biblias 31 y 32 escritas en minscula visigtica seran las
restantes, aunque la clasificacin vare tambin entre gtica y latina857.
Los inventarios ms recientes conservados858, sealan el origen de las dos
biblias visigticas en Toledo, desde donde llegaron al Colegio de San Ildefonso, y
afirman que en el prlogo de la Polglota se datan con ms de ocho siglos de
antigedad.
857
El propio Jos de Villa-Amil, al describir esta Biblia en su Catlogo de los manuscritos dice que est
escrita en letra gtica. Cuando en otras ocasiones se refiere a lo que actualmente se denomina escritura gtica
suele emplear el trmino cuadrada.
858
B.U.C.M. BH Mss. 307, f.
B.U.C.M. BH MSS 336, f.
859
Sobre este fondo toledano y sus inventarios, vase p. 410 del presente estudio.
860
MERINO DE JESUCRISTO, A.: Escuela Paleographica o de leer letras antiguas desde la entrada de los
godos en Espaa hasta nuestros tiempos. Madrid: por D. Juan Antonio Lozano 1780, p. 65.
422
Otros manuscritos iluminados del Fondo Complutense
Una fuente esencial para el estudio del presente cdice es el artculo que
publicaron en 1935 Remedios Miqulez y Pilar Martnez, poco antes del desastre
del fondo complutense en la Guerra Civil de 1936-39, al que remitimos adems
para la organizacin interna del texto866. Este artculo ofrece adems una serie de
861
EGUREN, J. M.: Op. cit., p. 17.
862
REVILLA RICO, M.: Op. cit., pp. 137-143
863
MILLARES CARLO, A.: Corpus de cdices visigticos. [Las Palmas de Gran Canaria] : Gobierno de
Canarias [etc.], 1999, n 214
864
DOMNGUEZ BORDONA, J.: Op. cit., 1933. Tomo I (VILA - MADRID), p. 493
865
DAZ Y DAZ, M. C.: Op. cit., pp. 162-3.
866
MIQULEZ DE MENDILUCE, R. y MARTNEZ, P.: El cdice complutense o la primera Biblia
visigtica de Alcal en Anales de la Universidad de Madrid, Tomo IV, Fascculo 3 (Letras), pp. 204-219
423
Otros manuscritos iluminados del Fondo Complutense
fotografas que, aunque de poca calidad, son uno de los pocos testimonios grficos
que conservamos del cdice antes de su deterioro.
867
Archivo Biblioteca de la universidad Complutense de Madrid (UNIVERSIDAD CENTRAL
BIBLIOTECA. Direccin 1937-1950. Gestin de Lasso de la Vega. Caja 1). Documento n 1.
868
La ltima cifra que se puede leer con claridad es CCCXXXIr; Villa-Amil sin embargo dice que contaba
con 339 folios mientras que Miqulez y Martnez afirman que tena 329; segn el artculo de stas ltimas,
una anotacin manuscrita que se conservaba en la guarda mencionaba 330 hojas.
869
Este dato se obtiene del mencionado artculo de Remedios Miqulez y Pilar Martnez ya que el estado
actual del cdice no permite la comprobacin.
870
VILLA-AMIL Y CASTRO, J. de: Catlogo, 1878,p. 8.
424
Otros manuscritos iluminados del Fondo Complutense
871
MILLARES CARLO, A.: Op. cit., 1932, p. 161.
872
MIQULEZ DE MENDILUCE, R. y MARTNEZ, P.: Op. cit, pp. 212-13.
425
Otros manuscritos iluminados del Fondo Complutense
873
MIQULEZ DE MENDILUCE, R. y MARTNEZ, P.: Op. cit., p. 214.
874
VILLA-AMIL Y CASTRO, J. de: Catlogo, 1878, p. 9.
875
MIQULEZ DE MENDILUCE, R. y MARTNEZ, P.: Op. cit, p. 215.
426
Otros manuscritos iluminados del Fondo Complutense
876
Como es bien sabido, el pez fue tambin empleado en el mundo paleocristiano para referirse a Cristo, ya
que sus letras en griego daban inicio a cada palabra de la profesin de fe Jess, Mesas, Hijo de Dios
Salvador.
877
Las arqueras estn realizadas en rojo, amarillo y azul. Adems de ser colores diferentes a los del resto del
cdice, el uso del color azul se introduce en los manuscritos a finales del siglo XI.
878
MIQULEZ DE MENDILUCE, R. y MARTNEZ, P.: Op. cit., p. 217-18.
427
Otros manuscritos iluminados del Fondo Complutense
Est escrita en letra gtica muy regular que cumple las leyes de Meyer; la
separacin de palabras es muy marcada y no se observan demasiadas
abreviaturas. Los ttulos corrientes y de partes se han realizado en rojo.
428
Otros manuscritos iluminados del Fondo Complutense
429
Otros manuscritos iluminados del Fondo Complutense
volumen nico en dos tomos encuadernados por separado, sin duda tuvo que
realizarse con anterioridad a la fecha mencionada.
879
Vese la transcripcin de los ndices en el anlisis de los manuscritos 31 y 32.
880
EGUREN, J. M.: Op. cit., p. 18
881
VILLA-AMIL Y CASTRO, J. de: Catlogo, 1878, pp. 11-12.
882
Memoria anual correspondiente al ao 1940. Separata del Boletn de la Biblioteca Universitaria de
Madrid. Madrid, 1941, p. 12
430
Otros manuscritos iluminados del Fondo Complutense
431
Otros manuscritos iluminados del Fondo Complutense
883
Vanse, adems, las pp. 477-8.
432
Otros manuscritos iluminados del Fondo Complutense
884
A.H.N. Universidades. Libro 920, f. 35v.
885
A.H.N. Universidades. Libro 920, fol. 162r.
886
VILLA-AMIL Y CASTRO, J. de: Catlogo, 1878, p. 12.
433
Otros manuscritos iluminados del Fondo Complutense
Fig. 13. Folio 1r. Fig. 14. Folio 67v. Inicio Fig. 15. Folio 131v. Inicio del
Inicio del comentario del comentario al libro del comentario al libro de los
al libro del Gnesis xodo Nmeros
887
Gn 49. 9-10: Cachorro de len, Jud; de la caza, hijo mo, vuelves; se agacha, se echa cual len o cual
leona, quin le va a desafiar? No se ir cetro de mano de Jud, bastn de mando de entre sus piernas,
hasta que venga el que le pertenece, y al que harn homenaje los pueblos.
434
Otros manuscritos iluminados del Fondo Complutense
888
Ap 5,5-8: Pero uno de los Ancianos me dice: No llores; mira, ha triunfado el Len de la tribu de Jud,
el Retoo de David; l podr abrir el libro y sus siete sellos. Entonces vi, de pie, en medio del trono y de
los cuatro Vivientes y de los Ancianos, un Cordero, como degollado; tena siete cuernos y siete ojos, que son
los siete espritus de Dios, enviados a toda la tierra. Y se acerc y tom el libro de la mano derecha del que
est sentado en el trono. Cuando lo tom, los cuatro Vivientes y los veinticuatro Ancianos se postraron
delante del Cordero.
889
Aunque el manuscrito conserva pautado a punta seca, la compresin de las palabras y el que algunos
trazos, especialmente en las letras g y b, comiencen a quebrarse hacia las formas poligonales del gtico nos
435
Otros manuscritos iluminados del Fondo Complutense
Los folios 1r al 246v contienen los Salmos mientras que las trece ltimas se
han copiado una serie de cantos bblicos:
Folio 246v: Canticum Isae prophete (Confitebur tibi Domine)
Folio 247r: Script[ur]a ezexhie regis iuda (Ego dixi)
Folio 248v: Canticu[m] Ann[a]e (Exultabit cor meum)
Folio 250r: Canticum moysi (Cantemus domino)
Folio 252v: Oratio abacuch (Domini audibi auditionem meam)
Folio 254v: Canticum moysi (Audite celi)
hace situar el manuscrito en la ltima parte del siglo XII. Villa-Amil, con poco acierto, lo sita en el siglo
XV.
890
Vanse, adems, las pp. 477-8.
436
Otros manuscritos iluminados del Fondo Complutense
Por ltimo, los salmos de accin de gracias son los menos numerosos.
Raramente son colectivos pues lo ms frecuente son los agradecimientos
particulares por la oracin atendida; en la ltima parte suelen introducir temas
didcticos y exhortar al fiel a que invoque a Yahv. Su estructura es muy parecida
a la de los himnos891.
Es bien sabido que los Salmos son los cnticos rituales de Israel, ya que
muchos de ellos conservan indicaciones musicales o litrgicas que los relacionan
con el culto, aunque resulta difcil precisar a qu ceremonias y celebraciones
concretas perteneca cada uno. En cuanto a la autora, los ttulos atribuyen los
891
UBIETA, J. A. (Dir.): Op. cit., Introduccin a los Salmos.
437
Otros manuscritos iluminados del Fondo Complutense
salmos a David, a Asaf, a los hijos de Cor y salmos aislados a Hemn, Etn,
Moiss y Salomn, aunque el nmero de composiciones vara de nuevo segn las
versiones del texto bblico.
Dentro del mismo gnero de la poesa lrica hebrea encontramos los otros
cnticos del manuscrito que se hallan incluidos, en ocasiones, dentro de los libros
histricos, como el Cntico de Moiss, o profticos como los de de Isaas o Habacuc.
Tambin se recoge el Cntico de Ana, en el que la esposa del Elcan ruega a Yahv
para que le permita concebir, oracin que ser escuchada y dar por fruto a
Samuel. Este cntico ha sido sealado en ocasiones como precedente del
Magnificat, aunque ste ltimo tiene un tono mucho ms personal que contrasta
con el de Ana, en el que se expresa sobre todo la esperanza de los humildes893.
892
dem.
893
dem.
894
A.H.N. Universidades. Libro 1090, fol. 34v; A.H.N. Universidades. Libro 1091, fol. 6v; A.H.N.
Universidades. Libro 1092, fol. 21r.
895
A.H.N. Universidades. Libro 920, fol. 165r.
896
Codex latinus membranaceus, charactere rotundo, eodem cum eo qui est in glossa ad epistolas pauli ut
idem calamus videatur. BH Mss 336, f. 52r.
438
Otros manuscritos iluminados del Fondo Complutense
897
VILLA-AMIL Y CASTRO, J. de: Catlogo, 1878, p. 13.
898
DOMNGUEZ BORDONA, J.: Op. cit., 1933. Tomo I (VILA - MADRID), p. 493.
899
Relacin de los manuscritos e incunables encontrados en las trincheras de la Ciudad Universitaria
Universidad Complutense de Madrid. Biblioteca. Archivo de la Direccin. Serie Comunicaciones y Oficios,
1940 n 3642.
439
Otros manuscritos iluminados del Fondo Complutense
900
Siete cuaterniones, un quinin, seis cuaterniones, un quinin, 11 cuaterniones y un ternin
901
Snchez Mariana la describe como carolina de transicin a la gtica y seala que la regularidad que
muestra es recuerdo de la escritura carolina, mientras que la angulosidad que presenta indica ya el trnsito a
la gtica. SNCHEZ MARIANA, M.: Un cdice del monasterio de Santa Mara de Sandoval: los Sermones
de San Bernardo, separata de Escritos dedicados a Jos Mara Snchez Catn, II. Len: Centro de Estudios
e Investigacin "San Isidoro", 2004, p. 1365.
440
Otros manuscritos iluminados del Fondo Complutense
Se ha empleado tinta de color marrn oscuro para el texto, roja para los
ttulos y pigmentos rojos, verdes, amarillos y azules para la iluminacin. En
algunos casos encontramos tambin el empleo de oro para algunas letras capitales.
Predominan los motivos vegetales y geomtricos en la decoracin de las iniciales,
aunque en algunos casos se introducen tambin figuras humanas.
902
dem.
903
Vanse, adems las pp. 477-8.
904
SNCHEZ MARIANA, M.: Un cdice del monasterio", 2004, p. 1361-74.
905
GARCA ORO, J.: Op. cit., 1992, p. 361.
441
Otros manuscritos iluminados del Fondo Complutense
En el folio 218v aparece el texto LIBER SCE MARIE/ SALTVS NOVALIS/ QUI
EUM INDE ABS/TULERIT ANATE/MA SIT AMEN, que Snchez Mariana considera un
claro signo de procedencia del monasterio leons de Santa Mara de Sandoval.
Este convento fue fundado por el conde Ponce de Minerva en un lugar donado
por Alfonso VII en 1142 como agradecimiento a los servicios prestados por el
906
Sobre su produccin literaria vase DAZ RAMOS, G. (Ed.): Obras completas de San Bernardo. Vol. 1.
Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos, 1953.
907
SNCHEZ MARIANA, M.: Un cdice del monasterio", 2004, p. 1374.
442
Otros manuscritos iluminados del Fondo Complutense
noble. Dicho lugar aparece referido como Sotnoval o Saltonoval y se ubica entre
los ros Esla y Parma. En 1167 el abad cisterciense Diego Martnez, junto con otros
monjes precedentes del monasterio de la Espina (Valladolid), se trasladara a este
nuevo centro monstico que seguira en funcionamiento hasta la desamortizacin
de 1835908. En nuestra opinin, la escritura del manuscrito parece claramente
extrapeninsular por lo que esta anotacin, que es claramente de letra diferente,
podra ser ms bien un ex libris del mencionado monasterio que una indicacin del
scriptorium a modo de colofn.
En el ndice de ca. 1512 se menciona la obra varii sermones Bernardi, tal vez
aludiendo al presente manuscrito, aunque no se especifica, como es frecuente, si se
trata de un ejemplar manuscrito o impreso909. Los de 1523 y 26 mencionan tambin
unos sermones Beati Bernardi910. El de 1565 no lo consigna aunque s hace referencia
a otras obras del santo y a varios conjuntos de sermones sin autor. Aunque
tampoco aparece recogido en el ndice de 1720, los restantes del siglo XVIII y XIX
lo mencionan y hacen alusin al gran tamao de su escritura.
Las iluminaciones que decoran el texto pueden dividirse en dos grupos. Por
un lado encontramos una serie de capitales trazadas sobre todo en rojo y azul que
muestran elementos vegetales bastante estilizados y cercanos a la esttica gtica,
mientras que por otro aparecen una serie de iniciales encuadradas y decoradas
frecuentemente con oro, que emplean motivos vegetales ms gruesos y carnosos
908
RISCO, M.: Espaa sagrada. En Madrid : En la Oficina de Pedro Marn, 1786, Tomo XXXV, Memorias
de la Santa Iglesia esenta de Len, concernientes a los siglos XI, XII y XIII, fundadas en escrituras y
documentos originales...pp, 224-9
909
A.H.N. Universidades. Libro 1090. fol. 42r.
910
A.H.N. Universidades. Libro 1091, fol. 10v; A.H.N. Universidades. Libro 1092, fol. 27v.
911
VILLA-AMIL Y CASTRO, J. de: Catlogo, 1878, p. 23.
443
Otros manuscritos iluminados del Fondo Complutense
Mientras que las iniciales del segundo tipo resultan poco corrientes, las del
primero son extremadamente frecuentes en cdices coetneos de procedencia muy
diversa. Valga como ejemplo la comparacin con diversos cdices y fragmentos
conservados en el Archivo Histrico Provincial de Len y en la Real Colegiata de
San Isidoro.
444
Otros manuscritos iluminados del Fondo Complutense
445
Otros manuscritos iluminados del Fondo Complutense
912
Vanse, adems, las pp. 477-8.
446
Otros manuscritos iluminados del Fondo Complutense
913
No hemos logrado localizar esta obra en los incipitarios consultados, como la obra de Lynn Thorndike A
catalogue of incipits of mediaeval scientific writings in Latin, que slo consignan un Tractatus de regimine
sanitatis escrito por Petrus de Tussignano hacia finales del XIV.
914
En el ndice de 1720 aparece mencionada por primera vez la presencia de esta obra por lo que es probable
que la anotacin date de ese momento.
915
Un Gilberto de Aquila, mdico del rey de Inglaterra estuvo en Roma en 1214 y aparece citado en
documentos hasta 1246. Vase GARCA BALLESTER, L. y DOMNGUEZ, A.: El mundo mdico de la
Historia naturalis (ca. 1275-1296) de Juan Gil de Zamora en Dynamis: Acta hispanica ad medicinae
scientiarumque historiam illustrandam, N. 14, 1994, pp. 256-58
916
DEZEIMERIS, J. E.: Dictionnaire historique de la mdecine ancienne et moderne... Paris: Bchet Jeune,
1828-1839, T. 2, deuxime partie, pp. 547-8
447
Otros manuscritos iluminados del Fondo Complutense
Por su parte, Gerardo de Cremona (Cremona ca. 1114 - Toledo? 1187) fue
un traductor italiano que form parte de la Escuela de Traductores de Toledo
donde, bajo la direccin de Raimundo de Toledo, realiz la traduccin de ms de
80 rabes al latn entre las que destacan el Almagesto de Tolomeo y el Canon de
Avicena918.
Segn seala Garca Oro, el fondo de medicina tuvo su sede en una parte
destacada del aula bibliotecaria y estuvo compuesto por cuarenta y seis
volmenes, entre los que se encontraban obras de Galeno, Hipcrates, Avicena o
Arnaldo de Villanova, as como obras en romance tales como el Tractado de la
piedra en romance919. Este excelente fondo de libros de medicina deja claro el inters
que el Cardenal mostr por el acopio de obras que permitieran la correcta
formacin de los colegiales920.
917
Esta edicin se encuentra digitalizada a texto completo en la Biblioteca Digital Dioscrides de la UCM.
http://alfama.sim.ucm.es/dioscorides/consulta_libro.asp?ref=X533652404&idioma=0
918
Sobre su labor como traductor vase: MARTNEZ GZQUEZ, J.: Los rabes y el paso de la ciencia
griega al Occidente medieval en Revista Internacional d'Humanitats, Ao VIII, N 8, 2005 [En lnea]
[Consulta el 12-12-08] [http://www.hottopos.com/rih8/martinez.htm] y GIL, J. S.: La escuela de traductores
de Toledo y sus colaboradores judos. Toledo: Instituto de Investigaciones y Estudios Toledanos 1985.
919
GARCA ORO, J.: Op. cit., 1992, p. 363
920
En octubre de 1503 se compran en la feria de Medina del Campo, entre otros muchos, una serie de libros
de medicina: un libro del ojo en xvi, compendio de la salud en lx, un libro que se dize cura de la piedra en
lxxv. BNE, Mss/20056/47, f. XXIIIr
921
A.H.N. Universidades. Libro 1090, f. 46v; A.H.N. Universidades. Libro 1091, f. 13v; A.H.N.
Universidades. Libro 1092, f. 32r.
922
A.H.N. Universidades. Libro 920.
448
Otros manuscritos iluminados del Fondo Complutense
923
B.U.C.M. BH Mss. 308, f. 113v; B.U.C.M. BH Mss. 335, f. 59r.
924
B.U.C.M. BH Mss. 307, fol. 29r
925
VILLA-AMIL Y CASTRO, J. de: Catlogo, 1878, p. 45.
926
DOMNGUEZ BORDONA, J.: Op. cit., 1933. Tomo I (VILA - MADRID), p. 493.
927
BEAUJOUAN, G.: Science mdivale d'Espagne et d'alentour. Aldershot, Hampshire: Variorum, 1992, p.
185.
449
Otros manuscritos iluminados del Fondo Complutense
Fig. 23. Inicial con elementos zoomorfos y Fig. 24. Figura antropomofa con
vegetales patas de animal
928
SNCHEZ MARIANA, M.: La ejecucin de los cdices en Castilla en la segunda mitad del siglo XV
en LPEZ-VIDIRERO, M. L. y CTEDRA, P. M. (Ed.): El libro antiguo espaol: actas del primer
Coloquio Internacional (Madrid, 18 al 20 de diciembre de 1986). Salamanca: Universidad; Madrid: Sociedad
Espaola de Historia del Libro, 1988, pp. 323
929
GARCA BALLESTER, L. y DOMNGUEZ, A.: Op. cit., pp. 259-60
450
Otros manuscritos iluminados del Fondo Complutense
930
Jn 9,1-3: Vio, al pasar, a un hombre ciego de nacimiento. Y le preguntaron sus discpulos: Rabb,
quin pec, l o sus padres, para que haya nacido ciego? Respondi Jess: Ni l pec ni sus padres; es
para que se manifiesten en l las obras de Dios
931
Mt 9-1 Subiendo a la barca, pas a la otra orilla y vino a su ciudad. En esto le trajeron un paraltico
postrado en una camilla. Viendo Jess la fe de ellos, dijo al paraltico: nimo!, hijo, tus pecados te son
perdonados.
451
Otros manuscritos iluminados del Fondo Complutense
932
Por las condiciones de conservacin de la obra, el estudio se ha realizado sobre la edicin facsmil: Libros
del Saber de Astronoma del rey Alfonso X. [Barcelona]: Ebrisa, 1999 y la edicin digital
http://alfama.sim.ucm.es/dioscorides/consulta_libro.asp?ref=B18550071&idioma=0.
933
Las medidas de los folios varan, sobre todo en la parte final del manuscrito, por las contracciones
naturales del pergamino.
452
Otros manuscritos iluminados del Fondo Complutense
934
SNCHEZ MARIANA, M.: "El cdice Alfons" en ALFONSO X, REY DE CASTILLA, 1221-1284:
Libros del Saber de Astronoma del rey Alfonso X. [Barcelona]: Ebrisa, 1999, Vol. 1, p. XII
453
Otros manuscritos iluminados del Fondo Complutense
XI. Cmo se debe hacer la piedra de la sombra y obrar con ella (f. 178-183b.
Incompleto)
XII. Cmo se debe hacer el relogio de agua y obrar con l (f. 183b-180v.
Incompleto)
XIII. Cmo se debe hacer el relogio del argent vivo y obrar con l (f. 191-195a)
XIV. Cmo se debe hacer el relogio de la candela y obrar con l (f. 195b-201a)
XV. Cmo se deben hacer las dos maneras del palacio de las horas (f. 201a-203v.
incompleto)
XVI. Cmo se debe hacer un instrumento llano para hacer el atacir y obrar con l
(f. 205-208. Incompleto)
935
CRDENAS, A. J.: "Hacia una edicin crtica del Libros del Saber de Astrologa de Alfonso X: Estudio
codicolgico actual de la obra regia (Mutilaciones, fechas, y motivos)" en Homenaje a Pedro Sainz
Rodrguez, II, Madrid: Fundacin Universitaria Espaola, 1986, p. 119.
454
Otros manuscritos iluminados del Fondo Complutense
936
Ibid., p. 112.
937
Ibid., pp. 112-3
938
SNCHEZ MARIANA, M.: Op. cit., 1999, Vol. 1, p. XI
939
A.G.S., Patronato Real, leg. 30-6, f. 70v
455
Otros manuscritos iluminados del Fondo Complutense
Al igual que Villa-Amil, Domnguez Bordona dice que est ilustrado con
multitud de grandes figuras explicativas, de oro y colores muchas de ellas
mutiladas y menciona la edicin facsmil de Manuel Rico y Sinobas941.
456
Otros manuscritos iluminados del Fondo Complutense
que se encuentran Piscis, Aries o Virgo (Fig. 27). Todas ellas aparecen rodeadas
por una rbrica que contiene el nombre de la constelacin en diferentes lenguas.
943
DOMNGUEZ RODRGUEZ, A.: La historia del Arte y el Libro del Saber de Astrologa en
ALFONSO X, REY DE CASTILLA, 1221-1284: Libros del Saber de Astronoma del rey Alfonso X.
[Barcelona]: Ebrisa, 1999, Vol. 1, p. XVIII
944
Ibid., p. XXVII.
457
458
VI. CONCLUSIONES GENERALES
459
460
Donde se quiere a los libros tambin se quiere a los hombres
Heinrich Heine
461
462
Conclusiones iconogrficas
945
Is. 11, 1: Saldr un vstago del tronco de Jes, y un retoo de sus races brotar.
Ez, 17, 22 y ss: Tambin yo tomar de la copa del alto cedro, de la punta de sus ramas escoger un ramo y
lo plantar yo mismo en una montaa elevada y excelsa: en la alta montaa de Israel lo plantar. Echar
ramaje y producir fruto, y se har un cedro magnfico. Debajo de l habitarn toda clase de pjaros, toda
clase de aves morarn a la sombra de sus ramas.
946
Rm 6, 5: Cristo, que es la virtud de Dios, la sabidura de Dios, es tambin el rbol de la vida, en el cual
debemos ser injertados; y, por nuevo no menos admirable don de Dios, la muerte del Salvador se convierte
en rbol de la vida
947
Ap 22, 1-2: Luego me mostr el ro de agua de vida, brillante como el cristal, que brotaba del trono de
Dios y del Cordero. En medio de la plaza, a una y otra margen del ro, hay un rbol de vida, que da fruto
doce veces, una vez cada mes; y sus hojas sirven de medicina para los gentiles.
463
Conclusiones iconogrficas
Fig. 1. Epistolae Beati Pauli Apostoli cum glossa Fig. 2. Expositio Cantici Canticorum, s.
seu expositione, med. s. XII. Madrid, XI. Madrid, Biblioteca de la
Biblioteca de la Universidad Complutense, Universidad Complutense, Mss. 38,
Mss. 44, fol. 188r fol. 122v
948
CHEVALIER, J. (Dir.) y GHEERBRANT, A.: Op. cit., p. 363.
464
Conclusiones iconogrficas
949
ORGENES: Homlie sur les Cantique des cantiques. Pars, 1954 recogido en CHEVALIER, J. y
GHEERBRANT, A: Op. cit., p. 652.
465
Conclusiones iconogrficas
Tambin la imagen del Cordero, relacionada muchas veces con la del len, se
emplea habitualmente para referirse a Cristo. Como ya hemos sealado, el cordero
es tradicionalmente emblema de mansedumbre y pureza y vctima habitual de los
sacrificios en el Antiguo Testamento. La importancia del cordero como smbolo
del Mesas se aprecia tambin en la profeca del poema del siervo de Yahv950 y
reaparece con gran fuerza en el cristianismo primitivo, como podemos leer en los
Hechos de los Apstoles951. Especialmente significativa resulta la exclamacin que
pronuncia el Bautista al ver a Jess: he aqu el Cordero de Dios952 y que lo vincula
con el carcter sacrificial del animal en el Antiguo Testamento, aspecto que
tambin menciona Pablo953.
950
Is 53, 7: Fue oprimido, y l se humill y no abri la boca. Como un cordero al degello era llevado, y
como oveja que ante los que la trasquilan est muda, tampoco l abri la boca.
951
Hech. 8, 32.
952
Jn 1, 35
953
1 Co 5, 7: Alejad la vieja levadura para ser masa nueva, porque nuestra Pascua, Cristo, ya ha sido
inmolado.
466
Conclusiones iconogrficas
rodeado por el Tetramorfos y coronado por los siete espritus del Seor (Fig. 8).
954
Gn 49, 8-13: A ti, Jud te alabarn tus hermanos (...) Cachorro de len, Jud; de la presa subes, hijo
mo; Posando, te agachas como len, como leona. Quien le hostigar para que se levante? No faltar de
Jud el cetro ni de entre sus pies el bculo hasta que venga aquel cuyo es, y a l darn obediencia los
pueblos.
Ap 5,4-6: Y o lloraba mucho, porque ninguno era hallado digno de abrirlo y verlo. Pero uno de los
ancianos me dijo: No llores, mira que ha venido el len de la tribu de Jud, la raz de David, para abrir el
libro y sus siete sellos. Y mir; y he aqu en medio del trono y de los cuatro animales, y en medio de los
ancianos, estaba un Cordero como inmolado, que tena siete cuernos, y siete ojos, que son los siete Espritus
de Dios enviados en toda la tierra.
955
MALAXECHEVERRA, I. (Ed.): Op. cit., pp. 23-24.
956
Sal 118, 22: La piedra que desecharon los albailes se ha convertido en la piedra angular. Is 28, 16: Por
eso, as dice el Seor Yahv:"He aqu que yo pongo por fundamento en Sin una piedra elegida, angular,
preciosa y fundamental: quien tuviere fe en ella no vacilar.
957
Mt 21, 42; Mc 12, 10; Lc 20, 17
467
Conclusiones iconogrficas
Primera carta de Pedro959 y, con especial intensidad, en la Carta de San Pablo a los
Efesios960.
958
Hech 4, 11-12
959
1 Pe 2, 4-8
960
Ef 2, 19: As pues, ya no sois extraos ni forasteros, sino conciudadanos de los santos y familiares de
Dios, edificados sobre el cimiento de los apstoles y profetas, siendo la piedra angular Cristo mismo, en
quien toda edificacin bien trabada se eleva hasta formar un templo santo en el Seor, en quien tambin
vosotros con ellos estis siendo edificados, para ser morada de Dios en el Espritu
961
HUGO DE SAN VICTOR: Op. cit., Cap. VII, col. 640C.
962
HUGO DE SAN VICTOR: Op. cit. Cap. II, col. 684A y ss.
468
Conclusiones iconogrficas
Otro tema que encontramos representado en los manuscritos con una relevancia
similar es el de la nica Iglesia verdadera, cuerpo espiritual del que Cristo es
cabeza y unin del pueblo de Dios con vocacin universal, fuera de la cual no
existe la salvacin. Este tema tiene especial importancia en el Breviarium Historiae
Catholicae, por ser entendida desde antiguo el Arca de No como imagen de la
Iglesia, pero aparece con igual intensidad en otros de los manuscritos. As, en la
figura V de la obra de Rabano Mauro, encontramos a la Iglesia representada como
un edificio del que patriarcas, profetas, apstoles y mrtires son los elementos
constructivos, simbolizados por cuadrados ya que cuadrado es lo slido e
inmutable, aquello que lo gires por donde lo gires, se mantiene firme y slidamente
estable964, concepto que vemos aplicado tambin a los maderos del Arca de No.
La importancia de los doctores dentro del cuerpo de la Iglesia es otro tema que
aparecer de forma recurrente en los diversos textos e imgenes de los cdices
aqu tratados. En Beda, son los doctores los que deben luchar contra los herejes
que amenazan las vias del Seor, representados en la raposa de la miniatura 36r,
y los que han de instruir a los fieles menos formados simbolizados por las gacelas
mellizas de la miniatura 53v. En Rabano Mauro y el Breviarium de Jimnez de
Rada son esos elementos estables con los que se construye el edificio o la nave de
la Iglesia, mientras que en Pablo, pese a su importancia, no son sino un
instrumento del Seor, que es el nico digno de recibir veneracin, como leemos
en la Primera Carta a los Corintios965.
963
Mt. 18, 19: Os aseguro tambin que si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra
para pedir algo, sea lo que fuere, lo conseguirn de mi Padre que est en los cielos. Porque
donde estn dos o tres reunidos en mi nombre, all estoy yo en medio de ellos.
964
ORGENES: Op. cit., 1999, p. 116
965
I Cor 3, 5-7: Qu cosa, pues, es Apolo? Y qu cosa es Pablo? Son ministros, por medio de lo cuales
cresteis (...) Yo plant, Apolo reg, pero Dios hizo crecer; as que ni el que planta es algo, ni el que riega,
sino Dios que hace crecer.
469
Conclusiones iconogrficas
Fig. 13. Epistolae Beati Pauli Apostoli cum Fig. 14. Expositio Cantici Canticorum , s.
glossa seu expositione, med. s. XII. Madrid, XI. Madrid, Biblioteca de la
Biblioteca de la Universidad Universidad Complutense, Mss. 38, fol.
Complutense, Mss. 44, fol. 138v 53v
966
DULAEY, M: Op. cit., p. 247.
470
Conclusiones iconogrficas
967
CIRLOT, J. E.: Op. cit., p. 279
968
I Cor. 12, 4: Hay diversidad de carismas, pero un mismo Espritu; diversidad de ministerios, pero un
mismo Seor; diversidad de actuaciones, pero un mismo Dios que obra todo en todos. A cada cual se le
otorga la manifestacin del Espritu para provecho comn. Porque a uno se le da por el Espritu palabra de
sabidura; a otro, palabra de ciencia segn el mismo Espritu; a otro, fe, en el mismo Espritu; a otro,
carisma de curaciones, en el nico Espritu; 10 a otro, poder de milagros; a otro, profeca; a otro,
discernimiento de espritus; a otro, diversidad de lenguas; a otro, don de interpretarlas. Pero todas estas
cosas las obra un mismo y nico Espritu, distribuyndolas a cada uno en particular segn su voluntad.
471
Conclusiones iconogrficas
969
Num. 24, 17: La veo, pero no ahora; la contemplo pero no de cerca. lzase de Jacob una estrella, surge
de Israel un cetro, que aplasta los costados de Moab y el crneo de todos los hijos de Set.
Ap. 22, 16: Yo, Jess, he enviado a mi ngel para daros testimonio de lo referente a las iglesias. Yo soy el
retoo y el descendiente de David, el Lucero radiante del alba.
970
Rm 6, 3-4: O es que ignoris que cuantos fuimos bautizados en Cristo Jess, fuimos bautizados en su
muerte? Por el bautismo fuimos sepultados con l en la muerte, para que, as como Cristo fue resucitado de
entre los muertos para gloria del padre, as tambin nosotros andemos en una vida nueva
971
As pues, en cualquier da despus de su nacimiento en que sea bautizado un nio en Cristo, equivale a
circuncidarlo al octavo da, puesto que se le circuncida en aquel que, si bien resucit al tercer da de ser
crucificado, resucit sin embargo el da octavo de la semana. AGUSTN, SANTO, OBISPO DE HIPONA:
p. cit., 1971, p. 393.
472
Conclusiones iconogrficas
972
Jn 6, 35: Les dijo Jess: Yo soy el pan de vida. El que venga a m, no tendr hambre, y el que crea en m,
no tendr nunca sed.
973
Ap 22,1-2: Luego me mostr el ro de agua de vida, brillante como el cristal, que brotaba del trono de
Dios y del Cordero. En medio de la plaza, a una y otra margen del ro, hay un rbol de vida, que da fruto
doce veces, una vez cada mes; y sus hojas sirven de medicina para los gentiles.
473
Conclusiones iconogrficas
474
Conclusiones iconogrficas
hasta San Juan de la Cruz. Sin embargo, pese a su importancia, no es slo este
texto el que encontrar ecos en el resto de las obras de la coleccin; tambin sus
Homilas sobre el Gnesis sern recogidas y reinterpretadas a travs de los
comentarios de San Agustn, Gregorio de Elvira o Beato, que a su vez influyen en
las concepciones que nos muestra el Breviarium
Dejando de lado las miniaturas de las propias Epstolas, que, como es lgico,
se apoyan en el texto que ilustran, encontramos referencias a las ideas paulinas en
una gran variedad de ejemplos.
475
Conclusiones iconogrficas
Por su parte, el texto de Beda, aunque presenta una gran influencia de las
ideas origenianas, mantiene tambin la interpretacin paulina de que el poema
representa la relacin de Dios y su Iglesia y, basndose en la Primera Carta a los
Corintios974, identifica los pechos de la amada con la nutricin que los doctores
aportan a los fieles menos formados.
974
I Cor. 3, 1-3: Yo, hermanos, no pude hablaros como a hombres espirituales, sino como a carnales, como a
nios en Cristo. Os di a beber leche y no alimento slido, pues todava no lo podais soportar. Ni aun lo
soportis al presente; pues todava sois carnales.
975
Lc. 24, 25-27: l les dijo: Oh insensatos y tardos de corazn para creer todo lo que dijeron los profetas!
No era necesario que el Cristo padeciera eso para entrar as en su gloria? Y, empezando por Moiss y
continuando por todos los profetas, les explic lo que haba sobre l en todas las Escrituras.
976
Act. 8, 26-35: Y he aqu que un etope eunuco, alto funcionario de Candace, reina de los etopes, que
estaba a cargo de todos sus tesoros, y haba venido a adorar en Jerusaln, regresaba sentado en su carro,
leyendo al profeta Isaas. El Espritu dijo a Felipe: Acrcate y ponte junto a ese carro. Felipe corri hasta l
y le oy leer al profeta Isaas; y le pregunt: Entiendes lo que vas leyendo? l respondi: Cmo lo puedo
entender si nadie me hace de gua? Y rog a Felipe que subiese y se sentase con l. ()El eunuco pregunt a
476
Conclusiones iconogrficas
Felipe: Te ruego me digas de quin dice esto el profeta: de s mismo o de otro? Felipe entonces tom la
palabra y, partiendo de este texto de la Escritura, se puso a anunciarle la Buena Nueva de Jess.
977
PERRIN, M.: Op. cit., 1995. p. 200
477
Conclusiones iconogrficas
San Gregorio afirmaba que la pintura se empleaba en las iglesias para que
los analfabetos pudieran descifrar aquello que no eran capaces de leer en los
cdices978. No es el caso de los manuscritos que aqu estudiamos, pues nos
encontramos ante obras especializadas para un lector formado, en las que la
ilustracin no es meramente explicativa sino que remite a conceptos teolgicos
complejos expresados en el texto.
978
Gregorio I, Papa, Santo: Epistulae, IX, 209.
478
Conclusiones codicolgicas
2. Aspectos codicolgicos
De los quince cdices estudiados, trece estn escritos en lengua latina, uno
en griego y otro, los Libros del saber de Astronoma, en castellano.
479
Conclusiones codicolgicas
981
El Breviarium Historiae Catholicae (Mss. 138) en la actualidad se conserva protegido por lminas de
polister en tres estuches de cartn neutro para evitar su degradacin. Al respecto, vase p. Por su parte, la
encuadernacin actual de la Primera Biblia de Alcal (Mss. 31) es fruto de la restauracin y se ha realizado
en becerro gofrado con una decoracin geomtrica muy sencilla y con broches metlicos. Vase p. 328.
982
Al respecto, vase CARPALLO BAUTISTA, A. [et. al.]: Op. cit., p. 87.
983
Vase p. 56.
984
VILLA-AMIL Y CASTRO, J. de: El Arca, 1878, pp. 587-623.
480
Conclusiones codicolgicas
985
PCHT, O.: La miniatura medieval: Una introduccin. Madrid: Alianza, 1987, p. 35.
986
Cudruple es la manera de hacer un libro. En efecto, aquel que escribe lo ajeno, sin aadir ni cambiar
nada, es llamado meramente copista; el que escribe lo ajeno e introduce adiciones que no son suyas, es
dicho compilador; en cambio, quien el que escribe lo ajeno como texto principal y lo propio como
aclaracin es denominado comentarista y no autor; por ltimo, aquel que escribe no slo lo propio sino
tambin lo ajeno, pero lo propio como texto principal y lo ajeno como confirmacin de lo dicho, esa persona
tal es la que debe ser considerada como autor. BUENAVENTURA, SANTO, 1224- 1244: Opera
theologica. Quarecchi: Ad Claras Aquas, 1934, Vol. I, Proemium in librum I Sententiarum, q. 4. [Traduccin
de Elisa Ruiz]
481
Conclusiones codicolgicas
palabras de Ramn Gonzlvez, al ser el cristianismo una religin del libro, ni los
ministros de la Iglesia podan formarse sin una extensa red de centros de enseanza ()
ni la rica variedad de organismos como parroquias () monasterios femeninos y
masculinos, conventos, escuelas y universidades podan prosperar y desenvolverse sin los
libros imprescindibles987.
987
GONZLVEZ RUIZ, R.: Op. cit. 1998, p. 235-236.
482
CDICE LENGUA SOPORTE DATACIN TIPO DE ILUMINACIN MATERIA
LETRA
De laudibus Sanctae Crucis (Mss. Latn Pergamino Siglo IX Carolina Poemas grficos Poesa religiosa
131)
Biblia latina (Mss. 31) Latn Pergamino Siglo X (in.) Visigtica Iniciales Sagrada Escritura
Biblia latina (Mss. 32) Latn Pergamino Siglo X (in.) Visigtica Iniciales Sagrada Escritura
Comentario al Evangelio de Griego Pergamino Siglo X-XI Minscula Iniciales Exgesis bblica
Mateo (Mss. 24) uncial
Expositio in Cantici Canticorum Latn Pergamino Siglo XI Carolina Iniciales Exgesis bblica
(Mss. 38)
Tractatus in Evangelium Latn Pergamino Siglo XI-XII? Carolina? Iniciales Exgesis bblica
secundum Lucam (Mss. 43)
Epistolae Pauli Apostoli cum Latn Pergamino Siglo XII (med.) Carolina Iniciales Exgesis bblica
glosa (Mss. 44)
Comentaria in Pentateuchum et in Latn Pergamino Siglo XII (ex.) Carolina de Iniciales Exgesis bblica
libros Iosue, Iudicum et Rut (Mss. transicin
36)
Psalterium et cantica cum glossa Latn Pergamino Siglo XII (ex.) Carolina de Iniciales Exgesis bblica
(Mss 40) transicin
Biblia latina (Mss. 33-34) Latn Pergamino Siglo XIII Gtica Iniciales Sagrada Escritura
Liber morborum (Mss. 120) Latn Pergamino Siglo XIII Gtica Iniciales Medicina
Sermones (Mss. 69) Latn Pergamino Siglo XIII Gtica Iniciales Teologa dogmtica
Principales caractersticas de los manuscritos
y moral
Libros del Saber de astronoma Castellano Pergamino Ca. 1270 Gtica Iniciales, constelaciones, Astronoma
(Mss. 156) instrumentos astronmicos
Breviarium Historia Catholica Latn Pergamino Siglo XIII-XIV Gtica Iniciales, retrato del autor, Exgesis bblica
(Mss. 138) escena bblica
Breviarium toletanum (Mss. 48) Latn Pergamino ? ? Iniciales Liturgia
483
Manuscritos e impresos
3. Manuscritos e impresos
988
Prlogo de El Catn en latn et en romane. Zaragoza: Pablo Hurus, 1494. Recogido en REYES GMEZ,
F. de los: El libro en Espaa y Amrica. Legislacin y censura. Madrid: Arco Libros, 2000, p. 89.
989
Recogido en PEDRAZA GARCA, M. J.: El libro espaol del Renacimiento: La vida del libro en la
fuentes documentales contemporneas. Madrid: Arco Libros, 2008 segn la transcripcin publicada por
SERRANO Y SANZ, M.: Testamento de Gonzalo Garca de Santa Mara en Boletn de la Real Academia
Espaola, ao I, t. 1, 1914, pp. 470-478, doc. 5.
484
Manuscritos e impresos
Esta concepcin del libro manuscrito como libro de lujo hace que, cuando
en los primeros tiempos de la imprenta se deseaba dar realce a una edicin
impresa, se recurriese con frecuencia a las tcnicas propias del manuscrito, como
la impresin sobre vitela o la iluminacin manual posterior de orlas o capitales,
como sucedi con el Dioscrides del Doctor Laguna, propiedad de Felipe II y
coloreado a mano, o con la edicin en vitela de la Biblia Polglota de Amberes que
el mismo monarca deposit en su biblioteca del monasterio de San Lorenzo el Real
de El Escorial992.
Como seala Vctor Mnguez al referirse al libro impreso ilustrado del siglo
XV, el rpido xito de este producto se debi a que la sociedad estaba
990
Carla Bozzolo y Ezio Ornato sealan que hacia 1480 en las bibliotecas francesas slo se registraba un 6%
de impresos mientras que hacia 1530 el porcentaje de manuscritos apenas sobrepasaba el 10%. Vid.
VERNET, A. (Ed. lit.): Histoire des bibliothques franaises. Vol.1, Les bibliothques mdievales: du VIe.
sicle 1530. Paris: Promodis: Editions du Cercle de la Librairie, 1989, p. 333 y ss.
991
Manuel Jos Pedraza seala que un copista de libro de valor produca unas 250 lneas de texto en dos
meses y medio, el tiempo necesario para poder imprimir un milln de ejemplares. El coste de un nico
ejemplar manuscrito supona un tercio del coste total de edicin. Vid. PEDRAZA GARCA, M. J: Op. cit.,
2008, p. 95.
992
BOUZA LVAREZ, F.: Del escribano a la biblioteca: la civilizacin escrita europea en la alta edad
moderna (siglos XV-XVII). Madrid: Sntesis, 1992, p. 46.
485
Manuscritos e impresos
993
MNGUEZ, V.: Imgenes para leer: Funcin del grabado en el libro del Siglo de Oro en CASTILLO
GMEZ, A. (Comp.): Escribir y leer en el siglo de Cervantes. Barcelona: Gedisa, 1999, p. 257.
994
GARCA ORO, J.: Op. cit., 1992, p. 362
995
El Comentario al Cantar de los cantares de San Gregorio Magno, que recoge el Mss. 38, fue impreso en
Salamanca por Juan Gysser en 1508; de las obras de San Juan Crisstomo existen numerosas ediciones desde
fecha temprana, como la del Comentario al Evangelio de Mateo impresa en Colonia en 1487.
996
A.H.N. Universidades. Libro 813, f. 2v. La cifra escrita en nmeros romanos es IIMCCCCXLVII.
486
Manuscritos e impresos
con vistas a la Polglota, como traducciones de lenguas bblicas, o para las cuentas
de uso interno del Colegio997.
Tambin Perez Byer cuenta en el XVIII que se vendieron har como treinta
aos cantidad de cdigos manuscritos hebreos y griegos que eran los mismos que el
cardenal Cisneros haba hecho buscar por toda Europa y comprado a precio de oro, para
que sirviesen de originales en la edicin de su famosa Biblia complutense, a cierto
polvorista de Alcal, llamado Torija () como pergaminos viejos e intiles, sino para
cohetes en que se emplearon999.
997
GARCA ORO, J.: Op. cit., 1992,p. 368
998
Ibd., p. 379.
999
PREZ BAYER, F.: Por la libertad de la literatura espaola. Alicante, 1991, p. 402, recogido en PESET,
M.: Libros y Universidades en Ex-libris universitatis: el patrimonio de las bibliotecas universitarias
espaolas. Madrid: Conferencia de Rectores de las Universidades Espaolas, 2001 p. 33
487
Manuscritos e impresos
1000
Carta de Joan Loreno Cala al Duque de Ganda, Barcelona, 27 de enero de 1525. Fundacin
Francisco Zablburu y Basabe, Coleccin Mir, Carpeta 23-920 segn la transcricpcin de BOUZA
LVAREZ, F.: Leer en Palacio, del Aula Gigantium al Museo de Reyes en El libro antiguo espaol III: El
libro en palacio y otros estudios bibliogrficos. Salamanca, Ediciones Universidad de Salamanca [etc.],
1996, p. 40.
1001
El Padre Sigenza en la Tercera parte de la historia de la Orden de San Gernimo aclara cul era el
significado de originales en la poca: originales se llaman los libros de mano antiguos, aunque sean de
muchos aos despus de sus mismos autores. Recogido en RUIZ GARCA, E.: La pasin anticuaria al
servicio de Felipe II en El libro antiguo espaol III: El libro en palacio y otros estudios bibliogrficos.
Salamanca, Ediciones Universidad de Salamanca [etc.], 1996, p. 250.
488
Manuscritos e impresos
1002
GIL, J.: Arias Montano [Bienes y herederos]. Badajoz, 1998, p. 58. Recogido en LVAREZ
MRQUEZ, M del C.: El libro manuscrito en Sevilla (Siglo XVI). Sevilla: rea de Cultura y Fiestas
Mayores, Ayuntamiento de Sevilla, 2000, p. 119.
1003
BOUZA LVAREZ, F.: Op. cit., 1992, p. 138.
489
Manuscritos e impresos
principalmente se estima en una librera sin que nadie le ponga en competencia otra cosa
ninguna que sea tanto de preciar1004.
1004
A.G.S. Obras del Escorial. Legajo 2. Recogido en RUIZ GARCA, E.: Op. cit. 1996, p. 250-251.
1005
PANSA, M.: Della Librera Vaticana RaggionamentiRoma, 1590. Recogido en BLASCO
CASTIEYRA, S.: La imagen literaria de la Biblioteca Vaticana y la Biblioteca del Escorial: Mutio Pansa,
Angelo Rocca y Fray Jos de Sigenza en El libro antiguo espaol IV, p. 147.
1006
AGATI, M. L.: Il libro manoscritto: introduzione alla codicologia. Roma: L'Erma di Bretschneider,
2003, p. 395.
1007
Estos libros sealados, adems, no formaban parte de la biiblioteca del Colegio sino que se hallaban en
el llamado Depsito donde se guardaban documentos esenciales como bulas o cartas de privilegio. A.H.N.
Universidades. Libro 1092, fol. 68v.
490
Manuscritos e impresos
El proceso del libro manuscrito se iniciaba con un contrato entre las partes
que especificaba los pagos y el plazo de entrega (muy dilatado habitualmente) as
como las caractersticas fsicas de la obra: materia escriptoria, renglones por hoja,
hojas por cuaderno, etc. y si haba de llevar o no iluminacin. Los rubricadores e
iluminadores eran considerados artesanos independientes y su tarea muchas veces
quedaba fuera del contrato con el escribano que sola ser capaz de hacer letras
quebradas o principios lanceados (probablemente los rasgueos que se extienden
desde las capitales por los mrgenes en los cdices gticos), letras cuadradas
tornasoladas y cardinales pero no iluminaciones ms complejas como vietas o
historias1009.
1008
Es evidente que poco tiene que ver el escribiente renacentista con el copista de los scriptoria
altomedievales aunque es probable que existiese mayor similitud con los de la Baja Edad Media, por la
mayor presencia de laicos que compaginaban esta actividad con otros oficios como el de platero, vidriero o
maestro de hacer cartas de marear. Sobre estos aspectos vid. PEDRAZA GARCA, M. J.: Op. cit. y
LVAREZ MRQUEZ, M del C.: Op. cit.
1009
M del Carmen lvarez Mrquez incluye algunos precios pagados por ciertas iluminaciones en los
primeros aos del XVI. Una letra costaba 170 maravedes en 1512 mientras que por una historia se pagaron
1100 y 250 y por una vieta 102 en 1514. Vid. LVAREZ MRQUEZ, M del C.: Op. cit, p. 96
1010
JOS DE SIGENZA: Historia de la Orden de San Jernimo, II. Madrid: NBAAEE, 1909, p. 590.
Recogido en BLASCO CASTIEYRA, S.: La imagen literaria de la Biblioteca Vaticana y la Biblioteca del
Escorial: Mutio Pansa, Angelo Rocca y Fray Jos de Sigenza en El libro antiguo espaol IV, p. 162.
491
Manuscritos e impresos
Los libros del Colegio de San Ildefonso eran ante todo libros de estudio, de
ah que su calidad artstica no sea aspecto prioritario en su adquisicin aunque
esta fuera, sin duda, un valor aadido al meramente textual. Como hemos visto a
travs de algunos textos conservados, los hombres ilustrados del Renacimiento,
entre los que sin duda se contaba Cisneros, valoraban los originales por su
antigedad y rareza, por la correcta transmisin del texto y por el prestigio que su
posesin otorgaba a cualquier biblioteca que los custodiara.
1011
BOUZA LVAREZ, F.: Op. cit., 1992, p. 48.
1012
GARCA ORO, J.: Op. cit., 1992, p. 427.
492
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Bibliografa
Indice alphabetico de los libros contenidos en esta Libreria del Collegio Mayor de S.
Ildephonso Universidad de Alcala y clave para encontrar qualqier libro.... Alcal de
Henares, post. 1720. Biblioteca de la Universidad Complutense de Madrid. BH
Mss. 308.
Indize alphabetico de los libros contenidos en esta librera del Collegio maior de sn.
Ildephonso, Universidad de Alcala y claue para encontrar cualquier libro.... Alcal de
Henares, 1720. Biblioteca de la Universidad Complutense de Madrid. BH Mss. 335.
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