Alberto Masferrer
Alberto Masferrer
Alberto Masferrer
y su quehacer intelectual:
una bsqueda sincera de la justicia social
1984-2014
El Salvador, Centroamrica
C Editorial Universidad Don Bosco, 2014
ISBN 978-99923-50-53-9
1984-2014
Conclusin 65
Bibliografa 67
Introduccin
1
Por otra parte ha habido una errnea opinin, muy generalizada adems, de
que Latinoamrica no ha producido una filosofa propia1. Si esta opinin se
acepta como hecho, es claro que no se acepte la existencia de una filosofa
propia salvadorea. Desde mi perspectiva, esta opinin est basada en una
apreciacin radicalizada de que en Latinoamrica y por aadidura, en El
Salvador, no puede pensarse crticamente y por tanto no puede haber una
filosofa propia.
2
Roberto Lara Velado,6 Juan Mario Castellanos,7 Rafael Menjvar,8 Francisco
Gavidia9 y Alberto Masferrer.10 Todos ellos han desarrollado un modo de
pensar crtico sobre la realidad vivida en El Salvador y en el continente.
6. Filsofo y abogado salvadoreo, sus libros ms representativos son Los Ciclos Histricos en la evolucin
humana, Ediciones Studium, Madrid, 1963 y Estudio histrico de la evolucin poltica de la humanidad,
Direccin de Publicaciones, San Salvador, 1973.
7. Filsofo salvadoreo (1936), sus obras ms importantes son: Introduccin a la filosofa crtica de la Praxis,
1995; Filosofa, Ciencia y Revolucin, 1972; El Salvador 1930-1960: antecedentes histricos de la guerra
civil, 2001; Sobre la Metodologa de las ciencias contemporneas en sus orgenes, 1965; Consideraciones
acerca de la praxis, 1967; Carlos Marx: su filosofa y las ciencias naturales, las matemticas y la lgica,
2003.
8. Filsofo, economista y politlogo salvadoreo, naci en Santa Ana en 1935 y muri en Costa Rica en
el 2000. Sus obras fundamentales son: Reforma Agraria en Guatemala, Bolivia y Cuba, 1969-1970, 1971;
Reforma Agraria Chilena, 1970; Acumulacin Originaria y desarrollo del Capitalismo en El Salvador, 1981;
por problemas polticos tuvo que migrar a Costa Rica donde desarroll su trabajo intelectual. Fue fundador y
director de FLACSO en ese pas.
9. Escritor, educador, historiador, periodista y filsofo salvadoreo, naci en San Miguel en 1863 y muri en
San Salvador en 1955. Su influencia en la literatura latinoamericana fue impresionante. Descubri el Verso
Alejandrino Francs y lo ense a Rubn Daro, sus escritos son de alto nivel y tiene alrededor de doscientos
cincuenta ttulos. En cuanto a los temas de filosofa que Gavidia escribi estn: Ensayo de una filosofa
latinoamericana. Ascenso a lo desconocido, 1903; El Bien y el Mal, 1903; Ensayos de una filosofa, 1904;
Idealismo y Realismo 1912; Curso de Filosofa de la Historia, 1917, La formacin de una filosofa propia o
sea latinoamericana, 1931.
10 Alberto Masferrer 1868-1932. Naci en el municipio de Alegra, departamento de Usulutn. Sus ms
preciados e importantes escritos giran en torno a la realidad salvadorea. Escribi Novela, Ensayos y
Reflexin sociopoltica. Sus obras ms importantes son: Leer y Escribir; La Doctrina del Mnimum Vital; El
Dinero Maldito; Una vida en el Cine; Qu debemos Saber?; El Libro de la Vida; Las Siete Cuerdas de la
Lira; La Religin Universal; Ensayo Sobre el Destino; Estudios y Figuraciones sobre la Vida de Jess; Patria.
Este ltimo escrito constituye una coleccin de artculos periodsticos de contenido poltico, econmico y
filosfico. Masferrer es uno de los autores que ms han influido en la realidad salvadorea de principios del
siglo XX. Fue el idelogo de la campaa poltica del presidente Arturo Araujo, quien un ao despus de ganar
las elecciones, fue depuesto por un golpe de Estado dirigido por el militar y dictador salvadoreo Maximiliano
Hernndez Martnez.
11. Ver los derroteros de la discusin en el monumental libro de Carlos Beorlegui, Historia del pensamiento
filosfico latinoamericano, Una bsqueda incesante de la identidad; Universidad de Deusto, Bilbao, 2004,
pp. 33-36.
12. Son varios los ejemplos que pueden darse de estos autores salvadoreos, para el caso slo citaremos
algunos: Luis Armando Gonzlez, filsofo, socilogo y politlogo salvadoreo cuyo nivel crtico de sus
aportes intelectuales los podemos apreciar en varias revistas de peso intelectual en El Salvador. Ejemplo:
Balance poltico 2008 y perspectivas para 2009, en Revista Teora y Praxis, Editorial Universitaria Don
Bosco, Soyapango, N 14, 2009. Los desafos tico morales de la economa, Teora y Praxis, N15, 2009.
Asimismo Luis Armando Gonzlez es autor de un gran nmero de artculos cientficos publicados en Revista
Estudios Centroamericanos, ECA; slo por citar dos ejemplos: El Salvador en 2007, Poltica, Economa
y Sociedad, ECA N 711-712, San Salvador 2008. Razones para un pensamiento crtico, ECA, 707, San
Salvador, 2007. Otro autor es Carlos Gregorio Lpez Bernal, historiador salvadoreo; en el desarrollo de
esta investigacin se citarn sus obras. Otro autor es Hctor Samour, Voluntad de liberacin, el pensamiento
filosfico de Ignacio Ellacura, UCA Editores, San Salvador, 2002. Otro pensador sobresaliente en El Salvador
es Dagoberto Gutirrez (1944), poltico y pensador salvadoreo, su pensamiento se publica constantemente en
peridicos y revistas de El Salvador.
3
y mayor creatividad y no por ello menos crticas para, como dice Ellacura,
cargar con la realidad de una forma responsable y actualizada.
Ahora bien, no ha sido una tarea cmoda intentar organizar las ideas filosficas
de Masferrer, en primer lugar porque esas ideas nunca fueron rigurosamente
sistematizadas en un sistema filosfico, sino que la mayor parte de las veces
se encuentran diseminadas en obras que no son dedicadas a temas filosficos
o antropolgicos propiamente dichos. En segundo lugar, porque a pesar de
las indudables inclinaciones ticas que presenta Masferrer, este no fue un
filsofo sino un pensador que desarroll varias aristas en el campo intelectual.
Se puede decir por tanto, que lo que en Masferrer existe es una concepcin
tico-filosfica del ser humano ms sugerida que explicada y sistematizada.
4
con principio, fin y contornos definidos como un sistema filosfico, sino
que es una sucesin de pensamientos profundamente reflexivos sobre los
temas lgidos de la realidad social y poltica que se vivi en El Salvador y
en Centroamrica durante la primera mitad del siglo XX. Dicha reflexin
tiene un compromiso tico y poltico claramente definidos y por tanto, en esta
radica la implicacin propiamente filosfica del pensamiento masferreriano.
Por todo ello, el primer problema que se present a la hora de escribir este
trabajo sobre el pensamiento filosfico de Masferrer es el de disear un
esquema apropiado en el cual encuadrar sin violencia las ideas filosficas,
ticas y polticas de este autor. No obstante, habiendo diseado y estructurado
esa propuesta de esquema se vierte en l las ideas que constituyen lo que se
ha clasificado como pensamiento filosfico de Masferrer que constituye a la
vez lo que se ha dado a llamar Minimumvitalismo masferreriano.
5
1. Antecedentes filosficos del Vitalismo
masferreriano: El Vitalismo en la filosofa
europea
Los mayores representantes del vitalismo han puesto sus mejores esfuerzos
intelectuales para dar relieve al mbito de la vida como elemento caracterizador
15. Johann Fischl, Manual de historia de la filosofa, Editorial Herder, Barcelona, 1967, p. 30.
16. Ibdem.
7
de esta corriente de pensamiento. Estos filsofos son Nietzsche,17 Bergson18 y
Ortega y Gasset.19 Pero el vitalismo ha tenido a otros filsofos e intelectuales
de gran peso que han dado impulso a esta corriente de la filosofa, entre ellos
se cuenta a Miguel de Unamuno,20 que de acuerdo con Fischl, difcilmente
habr escritor que as haya puesto en el centro de toda su produccin literaria
El sentimiento trgico de la vida (1914), que surge del conflicto entre la
sensibilidad y el espritu, la vitalidad y la cultura, el tiempo y la eternidad.21
17. Friedrich Nietzsche (1844-1900), filsofo alemn que ejerci gran influencia en Europa y el mundo con
su filosofa. Sus obras ms representativas son: El origen de la tragedia (1872), Consideraciones inactuales
(1873), Humano, demasiado humano (1878), El Viajero y su sombra (1880), Aurora (1881), La Gaya ciencia
(1882), As habl Zaratustra (1883-1884; publicada en 1891), Ms all del bien y del mal (1885), Genealoga
de la moral (1887), El Caso Wagner, El ocaso de los dolos, El Anticristo, Ecce Homo, (opsculos y libelos
que Nietzsche escribi en 1888). Uno de los filsofos que ms influencia tuvo en Nietzsche fue Schopenhauer,
sobre todo en el valor que este filsofo da a la vida. Con su filosofa Nietzsche se constituye en uno de los
intelectuales ms influyentes del siglo XX en Europa.
18. Henri Bergson (1859-1941), filsofo francs que se enfrenta con las corrientes mecanicistas, materialistas
y deterministas de su tiempo y pone su concepcin del mundo bajo el signo de la vida. Sus obras ms
representativas son: Ensayo sobre los datos inmediatos de la conciencia (1889), Materia y memoria (1896),
La evolucin creadora (1907), La energa espiritual (1919), Duracin y simultaneidad (1922), El pensamiento
y el moviente (1934), Las dos fuentes de la moral y de la religin (1932).
19. Jos Ortega y Gasset (1883-1955), filsofo y escritor espaol de gran calado. Sus obras ms importantes
en filosofa son: El tema de nuestro tiempo (1923), La rebelin de las masas (1930), Esquema de las crisis
(1933), Historia como sistema (1935), Ideas y creencias (1935). Como filsofo propuso su filosofa vitalista
como Raciovitalismo.
20. Miguel de Unamuno (1864-1936) escritor, ensayista y filsofo espaol cuya concepcin de la vida, se dice
que fue influenciado por Kierkegaard, en su expresin sobre el sentimiento trgico de la vida. Para Unamuno,
la existencia humana tambin se expresa en el sentimiento trgico de la vida en los hombres y en los pueblos.
De hecho as titul la obra que mejor sistematiza su pensamiento. Estas reflexiones filosficas las fundamenta
Unamuno en el pensamiento que va de San Pablo a Kierkegaard. Unamuno entiende que la tragedia intrnseca
del hombre es su misma condicin humana, vacilante entre el ngel y la bestia, que ana en s la mayor
grandeza y la mayor miseria. Luego, el tema fundamental de su reflexin es el hombre, fin y no medio:
Ni lo humano ni la humanidad: el hombre. El hombre de carne y hueso, el que nace, sufre y muere -sobre
todo muere. Este hombre que no es entonces un paradigma, un hombre ideal, sino el hombre esencialmente
sentimental. As, afirmar que de los filsofos no le interesan sus sistemas, sino el espritu. Unamuno parte
del problema de la existencia concreta y esto es el centro desde el cual se enfocan las dems cuestiones
filosficas. Para mayor profundizacin en este pensador, cfr. Nicols Abbagnano, Historia de la filosofa,
Romanticismo y Positivismo-Filosofa contempornea, Tomo III, Montaner y Simn, S.A., Barcelona, 1956,
Julin Maras, Miguel de Unamuno, Espasa-calpe, S.A., Madrid, 1971, J. Hirschberger, Historia de la filosofa,
Edad Moderna-Edad Contempornea, Tomo II, Herder, Barcelona, 2000.
21. J. Fischl, Op. Cit., p. 474.
22. Cfr. Tefilo Urdanoz, Historia de la Filosofa, Siglo XX, De Bergson al final de existencialismto, Tomo VI,
Biblioteca de Autores Cristianos, Madrid, 1998, p. 144.
23. Cfr. J. Hirschberger, Historia de la Filosofa, Tomo II, Editorial Herder, Barcelona, 1992, pp. 328-346.
8
1.1. El vitalismo para Friedrich Nietzsche
9
De acuerdo con la opinin de Abbagnano, Dionisos es la afirmacin religiosa
de la vida total, no renegada ni fragmentada. Es la exaltacin entusiasta del
mundo tal como es, sin disminucin, sin excepcin y sin eleccin: exaltacin
de la vida infinita. El espritu dionisaco es lo diametralmente opuesto a la
aceptacin resignada de la vida, a la actitud del que ve en ella la condicin
negativa de los valores de bondad, perfeccin y humildad, que son su
negacin. Es la voluntad orgistica de la vida en la totalidad de su potencia
infinita, Dionisos es el dios de la embriaguez y de la alegra, el dios que
canta, re y danza: abandona toda renuncia, todo intento de fuga frente a la
vida. Esto quiere decir, segn Nietzsche, que la aceptacin integral de la vida
transforma el dolor en alegra, la lucha en armona, la crueldad en justicia,
la destruccin en creacin; renueva profundamente la tabla de los valores
morales. Nietzsche cree que todos los valores fundados en la renuncia y en la
disminucin de la vida, todas las llamadas virtudes que tienden a mortificar
la energa vital y a destrozar y empobrecer la vida, sitan al hombre por
debajo de s mismo y son, por lo tanto, indignas de l. Nietzsche da a toda
pasin el carcter de virtud que dice s a la vida y al mundo: El orgullo, la
alegra, la salud, el amor sexual, la enemistad y la guerra, la veneracin, las
actitudes bellas, las buenas maneras, la voluntad inquebrantable, la disciplina
de la intelectualidad superior, la voluntad de poder, la gratitud a la tierra y
a la vida, todo lo que es rico y quiere dar gratificacin a la vida, adorarla,
eternizarla y divinizarla, todo el poder de estas virtudes que transfiguran todo
lo que aprueba, afirma y obra por afirmacin. Estas pasiones que no tienen ya
nada de primitivo, porque son el retorno consciente del hombre a las fuentes
originarias de la vida, constituyen la nueva tabla de los valores fundada en la
aceptacin infinita de la vida. Nietzsche plantea crudamente el dilema entre
la moral tradicional y la que l defiende; pero en realidad, este dilema est
ya incluido en otro, que es fundamental, entre la aceptacin de la vida y la
renuncia a la vida, entre el s y el no frente al mundo.27
10
cristianismo, con su horror fundamental a la vida, ha hecho de lo sexual una
cosa impura, arrojando el oprobio sobre el principio, la razn misma, de
nuestra vida.28
11
El mundo se representa a Nietzsche desprovisto de todo carcter de
racionalidad. La condicin general del mundo es, por toda la eternidad, el
caos, no como ausencia de necesidad, sino como falta de orden, de estructura,
de forma, de belleza, de sabidura y de todo esteticismo humano. El mundo
no es perfecto, ni bello ni noble y no admite ninguna calificacin que pueda
referirse de alguna manera al hombre. Los juicios estticos y morales no le
conciernen ni tienen finalidad alguna. Si el devenir del mundo hubiese estado
dirigido a un trmino definitivo, a una condicin final de estabilidad, al ser o a
la nada, ese trmino definitivo tendra ya que haber sido alcanzado. Nietzsche
excluye del mundo todo carcter racional: el azar lo domina todo. Un poco de
razn, dice Zaratustra, un grano de sabidura dispersado de estrella en estrella,
esta levadura est mezclada con todas las cosas; slo por causa de la locura, la
sabidura est mezclada con todas las cosas. Un poco de sabidura es posible:
pero yo he encontrado en todas las cosas esta certeza feliz: prefieren bailar
sobre los pies del azar: Qu oculta sabidura es esa de tener orejas largas y
decir siempre s y jams no? No ha creado el mundo a su imagen, es decir,
todo lo bestia posible? [...] Tu sigues caminos derechos y caminos torcidos:
poco te importa lo que los hombres llaman derecho o torcido. Tu reino est
ms all del bien y del mal. Tu inocencia es no saber lo que es inocencia.35
12
Si la doctrina del eterno retorno es la frmula central y csmica del filosofar
de Nietzsche, la del superhombre es su trmino final, su ltima palabra. La
aceptacin infinita de la vida no es, para Nietzsche, la aceptacin del hombre.
El hombre debe ser superado, dice Zaratustra. El superhombe es el sentido de
la tierra. El hombre es una cuerda tendida entre la bestia y el superhombre,
una cuerda sobre el abismo. Lo que hay de grande en el hombre es que l es
un puente y no un trmino. Lo que se puede amar en el hombre es que l es
un trnsito y un ocaso.38 El superhombre es la expresin y la encarnacin de
la voluntad de poder. La voluntad de poder determina las nuevas valoraciones
que son el fundamento de la existencia sobrehumana. El hombre debe ser
superado: lo cual quiere decir que todos los valores de la moral corriente,
que es una moral gregaria y tiende a la nivelacin y a la igualdad, deben ser
transmutados.39
Ahora bien, por esto es que cabe entender la filosofa de Nietzsche como
el intento ms radical de hacer de la vida algo Absoluto. La vida no tiene
un fundamento exterior a ella, tiene valor en s misma y la vida entendida
fundamentalmente en su dimensin biolgica, instintiva, irracional. La vida
como creacin y destruccin, como mbito de la alegra y el dolor. Por esta
razn, Nietzsche crey posible medir el valor de la metafsica, la teora del
conocimiento y la tica a partir de su afirmacin de la vida como voluntad
de poder.
13
El punto de partida de la filosofa vitalista de Bergson es la doctrina de
la duracin real.41 La duracin real es, en efecto, el dato de la conciencia,
despojado de toda supra estructura intelectual o simblica, y aceptado en
su simplicidad originaria. La existencia espiritual es un cambio incesante,
una corriente continua e ininterrumpida que vara sin tregua, no sustituyendo
cada estado de conciencia por otro, sino disolviendo dichos estados en una
continuidad fluida. No hay un sustrato inmvil del yo sobre el cual se proyecte
la sucesin de los estados conscientes. La duracin es el progreso continuo
del pasado, que roe el futuro y se acrecienta avanzando. La memoria no es una
facultad especial, sino que es el mismo devenir espiritual que espontneamente
lo conserva todo en s mismo. Esta conservacin total es al mismo tiempo una
creacin total, ya que en ella cada momento, aun siendo el resultado de todos
los momentos precedentes, es absolutamente nuevo respecto de ellos. Para
un ser consciente, dice Bergson, existir significa cambiar, cambiar significa
madurarse, madurarse significa crearse indefinidamente a s mismo.42
14
La libertad no tiene el carcter absoluto que el espiritualismo pretende a veces
atribuirle; por el contrario, admite grados. Somos enteramente libres cuando
nuestros actos emanan de nuestra entera personalidad, cuando tienen con ella
aquella semejanza indefinible que hay a veces entre el artista y su obra.45
Este mismo autor afirma que para Bergson los seres humanos no podemos
vivir ms que una sola vida, por esto debemos escoger. La vida de la naturaleza,
en cambio, no est sujeta a tales sacrificios: conserva las tendencias que se
han bifurcado en un cierto punto y crea series divergentes de especies que se
desarrollan separadamente. En otras palabras, la vida no sigue una lnea de
evolucin nica y simple. Se desarrolla como un haz de tallos, creando, por
el slo hecho de su crecimiento, direcciones divergentes, entre las cuales se
divide su impulso originario.47
15
vital, simplemente una flecha en el haz de la vida, y en un sentido el hombre
es absorbido en la gran corriente de la evolucin.49
49. Henri Bergson, Las dos fuentes de la moral y de la religin, Editorial Porra, S.A. Mxico, 1997, p. XX.
50. J. Hirschberger, Op. Cit., p. 508.
51. Ibdem, pp. 508-512.
52. J. Fischl, Op. Cit., p. 474.
16
fundamentales. Con este ttulo quiso separarse de los movimientos vitalistas
ms conocidos, particularmente del irracionalismo que conlleva la propuesta
de Nietzsche. Ortega y Gasset considera que carece de sentido rechazar la
racionalidad humana pues es una dimensin bsica e irrenunciable del ser
humano, al estar incardinada en la vida humana y ser uno de sus instrumentos.53
53. Cfr. Antonio Pintor-Ramos, Historia de la filosofa contempornea, Biblioteca de Autores Cristianos,
Madrid, 2002, p. 368.
54. Ibdem, p. 369.
55. En esta perspectiva, cobra mucha importancia la obra de Tzvi Medin, Ortega y Gasset en la cultura
hispanoamericana, FCE, Mxico, 1994, pp. 27-123.
56. Ibdem, p. 370.
17
Se puede afirmar sin riesgo de equvoco que Ortega y Gasset describe dos
formas de dar cuenta de la realidad; la primera es que los seres humanos
explicamos una cosa cuando descubrimos las leyes cuantitativas a las que se
somete; esta forma de comprensin es legtima cuando se aplica a los hechos
y a las cosas, pero no cuando se intenta dar cuenta de los asuntos humanos.
Se entiende algo cuando se capta el sentido presente en dicha realidad y es
esta la forma de comprensin adecuada para dar cuenta del mundo humano:
el mundo humano no consta de hechos sino de sentidos, afirma este autor.57
18
Finalmente, Ortega y Gasset es de la opinin que:
El acto de la voluntad se dispara del centro mismo del sujeto. Es una
emanacin enrgica, un mpetu que asciende de las profundidades
orgnicas. El querer, en sentido estricto, es siempre un querer hacer
algo. El amor a una cosa, el mero deseo de que algo sea, intervienen
sin duda en la preparacin del acto voluntario, pero no son este
mismo. Queremos propiamente cuando, adems de desear que las
cosas sean de una cierta manera, decidimos realizar nuestro deseo,
ejecutar actos eficaces que modifiquen la realidad. En las voliciones
se manifiesta preclaramente el pulso vital del individuo. Por medio
de ellas satisface, corrige, ampla sus necesidades orgnicas.61
Para concluir este apartado del vitalismo como corriente filosfica hay que
ratificar que esta es una doctrina contraria al racionalismo y sus conceptos ms
importantes son: temporalidad, historia, vivencia, instintos, irracionalidad,
corporeidad, subjetividad, perspectiva, valor de lo individual, cambio,
enfermedad, muerte, finitud. Y como nos recuerda Longman, para Ortega y
Gasset, la razn vital es constitutivamente razn histrica, y en este sentido,
el vivir siempre est referido a la vida humana y el horizonte de la vida
humana es histrico; el hombre est definido por el nivel histrico en que le
ha tocado vivir. La vida que funciona como ratio es en su misma sustancia
histrica, y la historia funciona como razn.62
19
Ahora bien, haciendo un balance general del vitalismo europeo se puede
afirmar que tanto Nietzsche, como Bergson u Ortega y Gasset, van en la
lnea de fundamentar una filosofa vitalista de raigambre antropolgica
supraindividual o suprasocial; es decir, que puede aplicarse a cualquier ser
humano en su mbito individual y social independiente del contexto histrico
en que se instalen. Por tanto, puede ser un sujeto europeo o latinoamericano
aplicando esta filosofa mutatis mutandis cada caso. Esto implica que el
vitalismo europeo puede ser aplicable en la cultura universal, pero esto
conlleva el problema que este vitalismo es de todos y de nadie a la vez, de
todas las culturas y de ninguna en particular; de ah que el verdadero problema
es la aplicabilidad de sus contenidos en mbitos ms concretos.
Por esto es que puede ubicarse el vitalismo europeo como antecedente del
vitalismo masferreriano, pero slo en la va de anticipo intelectual de una
reflexin filosfica de tradicin inveterada tanto en su carcter temporal como
en su carcter de radicalidad; pero no as en sus concreciones particulares y
sus efectos prcticos.
66. Vase el prlogo al Minimum vital de Rosa Serrano de Lpez, San Salvador, 1994 y el de Francisco
Morn, Alberto Masferrer o la conciencia social de un pueblo, San Salvador, 1951, que pretenden encajarle
en el vitalismo de principios de siglo. Tampoco coincidimos con la biografa de M.E. Lpez, que lo cataloga
como un pensador socialista cercano al materialismo con algunas veleidades espiritualistas que supo
corregir posteriormente Matilde Elena Lpez, Masferrer, alto pensador de Centroamrica, Ed. Ministerio
de Educacin Pblica, Guatemala, 1954, p.141. Nada ms errneo, porque Masferrer fue coherente desde el
principio hasta el final con su doctrina vitalista, que toma elementos fundamentales ms bien del espiritualismo
francs, hind y del pensamiento teosfico, que del vitalismo occidental orteguiano inspirado en el vitalismo
biolgico de fines de siglo.
67. Cfr. Marta Casas, Las redes intelectuales centroamericanas Op. Cit., pp. 70-120.
20
2. Una aproximacin al
Vitalismo masferreriano
68. Masferrer en todos sus escritos, cuando habla de Minimum Vital, el vocablo Mnimum lo escribe con tilde
en la primera i, con n y no m al final, como es lo correcto. Esto no ha presentado controversia para el
entendimiento del mensaje que Masferrer ha querido transmitir. Por ello, en nuestro trabajo utilizaremos el
vocablo latino Minimum como es la forma correcta en su escritura; a excepcin de cuando se cite textualmente.
69. Ver por ejemplo Patria del 8 de febrero de 1929, pp. 1-2. Este mismo editorial es presentado por Matilde
Elena Lpez en el tomo II, de las Obras Escogidas de Alberto Masferrer, Editorial Universitaria, San Salvador
1971, pp. 244-246 y 548-551.
70. Concretamente desde el 27 de Abril de 1928 al 16 de febrero de 1930. El Peridico Patria fue fundado
por Jos Bernal como editor propietario y Alberto Masferrer como director en 1928 y circul hasta 1938. Para
mediados de 1932, la propiedad y direccin del peridico cambi, pasando a manos de A. Trigueros de Len
quien compr el peridico y ejerci como director. A ste le sucede en ambos cargos la seora Margot T. de
Guerra. Quien en 1938 es sucedida en ambos cargos por Alberto Trigueros Guerra.
De 1932 en adelante, el carcter social y la orientacin ideolgica y poltica del peridico deja de ser lo mismo
que en tiempos de Masferrer para convertirse en una especie de instrumento de transmisin de acontecimientos
de urbanidad social y datos ms o menos histricos respecto del acontecer diario de El Salvador y el mundo.
Y, ser adems, una revista de publicidad comercial. Esto responde a que el rgimen militarista de Maximiliano
Hernndez Martnez estaba ya en proceso creciente hacia su apogeo. Es interesante una nota que aparece
justo despus de las credenciales del rotativo que reza de la siguiente manera: Se informa que no se dar
explicacin de por qu no se publican los artculos y cartas de nuestros lectores. La Direccin.
71. Cfr. Patria, 8 de febrero de 1929, pp. 1-2.
21
esboc en mi ensayo, titulado El Mnimun Vital, cuya sntesis dice: que el
Rgimen Social puede y debe organizarse de tal manera, que para todos los
asociados haya la posibilidad segura de disfrutar de un Mnimun de Vida
Integra.72
72. A. Masferrer, El Libro de la Vida, en Obras Escogidas, Tomo II, Editorial Universitaria, San Salvador,
1971, p.190.
73. La primera versin de estos artculos los escribi Masferrer en 1923, con el objetivo de
presentarlos como Discurso en la apertura de las clases en la Universidad de El Salvador del
ao lectivo de 1924. Vase: Revista La Universidad, Serie XIII,-N1; Julio-Septiembre de 1924,
pp. 2-8. Posteriormente este discurso fue reelaborado por el autor y presentado en el peridico
Patria en las fechas ya referidas.
74. Para Masferrer la Nacin la constituye la regin centroamericana y aun ms extensa la latinoamericana.
De ah que como Centro Amrica o Amrica Latina no se encuentran ni unidas ni articuladas como un todo,
esta tarea sea una deuda pendiente. Y, a la fecha, de acuerdo a su perspectiva, los esfuerzos de unidad en el
caso de la sociedad centroamericana, han sido equivocados ya que han errado el mtodo. Para Masferrer, la
construccin de la Nacin se debe ejecutar desde la espontnea aproximacin de las ideas y de los intereses
de los pueblos centroamericanos. Vase: Ensayo sobre el desenvolvimiento poltico de El Salvador, Clsicos
Roxsil, Santa Tecla, 1996, p. 41. Por tanto, es la cercana y el dilogo lo que lograr la creacin de la nacin
centroamericana y no desde la fuerza ni los convenios entre mandatarios. Vase el comentario elaborado
por Rafael Lara Martnez en la Revista Contra Punto, en http://www.paraprincipiantes.com/html/distri.shtml
75. Lzaro Chacn naci en Teculutn, Zacapa el 27 de junio de 1873. Designado a ocupar el cargo de
presidente debido a la muerte del General Jos Mara Orellana. Fue un gobernante de grata recordacin, por
el corte suave moderado y progresista que imprimi a su administracin. Su campaa eleccionaria fue difcil
debido a la circunstancia de haberse definido entre dos sectores opuestos del liberalismo, su gobierno tuvo que
hacer frente a la tensin internacional con Honduras, misma que lleg a su clmax en 1929 y que estuvo a
punto de enfrentar militarmente a ambos pases por cuestiones limtrofes promovidas por compaas bananeras
22
Vitalismo masferreriano. En el contexto de saber cules son los principios de
esta doctrina, Masferrer fue invitado reiteradamente a Guatemala a explicar
su teora:
En Quezaltenango, en el Casino de la ciudad, los millonarios de
la regin se congregaron para or una detenida exposicin de la
Doctrina del Mnimun Vital. Fueron ellos, los ricos, los terratenientes
los banqueros los grandes comerciantes, los grandes cafetaleros de
la Costa, quienes nos invitaron reiteradamente a ir a su Centro, a
exponer la Doctrina Vitalista, y durante tres horas nos escucharon
con atencin profunda, con exquisita cortesa, con la elegante
actitud del hombre culto.76
23
Por su parte, la escritora Matilde Elena Lpez,82 haciendo un itinerario por la
vida de Masferrer, afirma que en los ltimos cinco aos de vida de este autor
las ideas del Vitalismo se esclarecieron, se enlazaron y se ordenaron en su
pensamiento alcanzando una cristalizacin que denomin doctrina sinttica
de la vida, que es a la vez filosofa, religin, arte, ciencia, moral, economa
y derecho. Una aplicacin de esta doctrina a la sociedad humana desde el
punto de vista meramente econmico, es la que esboc en mi ensayo titulado
El Mnimum Vital, cuya sntesis dice; que el Rgimen Social puede y debe
organizarse de tal manera, que para todos los asociados haya la posibilidad
segura de disfrutar de un mnimum de vida integra.83
24
Esto supuesto, el nfasis en este trabajo se pone en la concrecin del Vitalismo
como corriente de pensamiento pero tambin como concrecin fctica de la
vida intelectual de Masferrer concretada en una praxis poltica que se va
ejecutando en la reflexin y accin de manera articulada y que se diferencia
notablemente de otros tipos de vitalismo como pueden ser el de Friedrich
Nietzsche (1844-1900), Henry Bergson (1859-1941) o el de Jos Ortega y
Gasset (1883-1955).
Guatemala 2005, pp. 91-103. Ver tambin, El Vitalismo de Alberto Masferrer y su impacto en el pensamiento
de Amrica Central, en Revista Cultura N 102, Julio 2010; pp. 57-105.
25
3. Valoracin de la obra
Intelectual de Masferrer
87. Cfr. Ricardo Molina, Alberto Masferrer (1868-1932), Valoracin histrica de los aportes humanistas de
la Doctrina del mnimum vital. Artculo presentado en el Congreso de Historia, celebrado en julio de 2006
en Guatemala, y publicado en Memorias del Congreso por Editorial Santillana, 2006. Asimismo, Matilde
Elena Lpez, ratifica esta aseveracin; ver: Las ideas econmico-sociales de Masferrer dentro del marco de
su poca, en el prlogo a las Obras Escogidas de Alberto Masferrer, Editorial Universitaria, San Salvador,
1971, pp. 52-53.
88. En general los representantes de este grupo son intelectuales que se esconden en pseudnimos y a algunos
de ellos el mismo Masferrer respondi con palabras muy enfticas; vase por ejemplo la respuesta que
Masferrer publica en Patria el 24 de agosto de 1928, que contesta Al seor Mentiroso ante las calumnias que
ha escrito contra Masferrer el da 22 del mismo mes. Asimismo vase el artculo que Masferrer escribe a sus
detractores con el ttulo Pega, pero escucha del 4 de octubre de 1829, en donde afirma que est circulando
una hoja annima en contra suya. Otro autor que se debe ubicar en este grupo es Napolen Viera Altamirano
que cuando escriba en el Diario Latino lo haca con el pseudnimo E. de S., Vase: A. Masferrer, Obras
Escogidas, Tomo II, pp. 416-417.
27
El Salvador. Masferrer es visto como el poeta de Hazte un Cristal, Nieras
y Hazme suave el instante, cuyos esfuerzos por moralizar la realidad social y
corregir los vicios y mal crianzas de los campesinos y obreros salvadoreos le
llev a escribir El Dinero Maldito, Qu debemos saber? Cartas a un Obrero,
Leer y Escribir y La Cultura por medio del Libro; ensayos de orientacin y
compromiso social que increpan y cuestionan el papel del individuo y del
Estado salvadoreo pero tienen la tendencia a afirmar que estos ensayos no
responden a un pensamiento estructurado en la perspectiva del cambio social,
sino en funcin de moralizar la sociedad de principios del siglo XX.
89. El trmino ideologizante se usa aqu en la lnea, acepcin y orientacin que Ignacio Ellacura propende en
su artculo Funcin liberadora de la filosofa, Revista Estudios Centroamericanos (ECA), N 435-436, 1985;
pp. 45-64. En este artculo Ellacura afirma que La ideologizacin nos enfrenta con la nada, con la apariencia
de realidad, con la falsedad con apariencia de verdad con el no ser con apariencia de ser. ECA, p. 50; que es
justo lo que intenta ejecutar esta tendencia del Enfoque Oficialista.
28
privilegios. Y como la ira es ciega, y como los injustos, y ya cegados,
no reparan en medios result que la doctrina del Mnimum Vital
fue denigrada, escarnecida, atribuida a mviles ruines, confundida
de propsitos con doctrinas diferentes y hasta opuestas, y por fin,
calificada de bolsheviquismo (sic), que es la hazaa mental ms
osada a que se han atrevido los maliciosos y los ignorantes de estas
tierras.90
29
se incorpora a este enfoque, por el carcter y orientacin del contenido de sus
respectivas propuestas, otros autores que han publicado sus investigaciones
sobre Masferrer y que sus trabajos acadmicos de mayor representacin
fueron reeditadas aos ms tarde por el departamento editorial del Ministerio
de Cultura en una recopilacin de trabajos en una sola obra con el ttulo En
Torno a Masferrer.94 Tambin se incorporan otros autores y estudiosos de
Masferrer que han ido dando su aporte en el devenir de la historia en esta
parte del mundo. En esta lnea, es importante destacar a un grupo de jvenes
estudiantes que en distintos momentos de la historia salvadorea han querido
profundizar los estudios sobre la figura y la obra intelectual de Masferrer
desde los umbrales de la intelectualidad crtica y han investigado y presentado
sus aportes en distintas tesis universitarias para obtener su grado acadmico.
Este grupo de jvenes, unos en 1976, otros en 1991 y otros en 1997, han
intentando con toda honestidad presentar lo que Masferrer ha significado
para la historia salvadorea y centroamericana, pero sus aportes en realidad
son muy modestos, aunque valga el hecho de querer mantener vivo el espritu
reflexivo sobre Masferrer que es lo que se estima en esta investigacin.
30
desde la especificidad literaria, donde lo importante es el aporte a las letras
salvadoreas, a la poesa, al arte y al periodismo salvadoreo, y en esa labor,
iluminar los procesos de cambio social en El Salvador. En este enfoque
sobresale Matilde Elena Lpez y su anlisis histrico crtico de la obra de
Masferrer y su impacto en la sociedad salvadorea. El resto de estudiosos
no profundizan sistemticamente ni elaboran anlisis profundos en aspectos
literarios,95 filosficos o histrico-crticos.
En el estudio elaborado por Pedro Geoffroy Rivas, este autor afirma que lo
que salv a Masferrer en su libro Ensayo sobre el Destino, de perderse en el
orientalismo, en tonteras ridculas y en el absurdo filosfico, fue el enorme
poeta que hay en l.96 Opinin con la que estoy de acuerdo ya que como se
ver ms adelante, este libro de Masferrer no representa en manera alguna
aspectos filosficos ni por accidente.
Opinin similar nos ofrece Claudio Arenas, quien dice Expresndome con
franqueza, opino que Masferrer como pensador social, como creador de
doctrina, carece en lo absoluto de valor. Su Mnimum Vital, que a mi juicio
se ha superestimado hasta el exceso, carece de originalidad y no merece el
calificativo siquiera de doctrina social, de teora de reforma social.97 Opinin
con la que tambin estoy de acuerdo ya que leyendo el mencionado trabajo
de Masferrer, puede concluirse que le hacen falta muchos aspectos para ser
95. Ejemplo de estos estudios los tenemos en los artculos presentados en la Revista Cultura nmero 47. En
esta revista, ningn estudio presenta un anlisis crtico de las formas literarias de las obras de Masferrer. En
general, estos estudios ofrecen una imagen de Masferrer como el escritor y poeta bonachn que no se meta
con nadie si no era para pedirles que se portaran bien, que practicaran valores y que estudiaran seriamente
ayudndole al Estado con su labor educativa. Este nmero se edita en homenaje a Don Alberto Masferrer,
en 1968 al cumplirse el centenario de su nacimiento. En este nmero escriben al menos diecisiete autores
conocedores todos del pensamiento y obra de Masferrer. Los trabajos que aparecen son los siguientes:
Masferrer, Reformador social de talo Lpez Vallecillos. Vocacin y plenitud de Alberto Masferrer de
Alejandro Dagoberto Marroqun. Retorno a Masferrer de Ricardo Bogrand. El Mtodo Sociolgico como
instrumento Crtico de Matilde Elena Lpez. Masferrer periodista de Jos Salvador Guandique. Humano,
demasiado humano de Claudia Lars. Alberto Masferrer o la Conciencia de un pueblo (Fragmentos)
de Francisco Morn. Mi Alberto Masferrer de Pedro Geoffroy Rivas. Personalidad potica de Alberto
Masferrer, maestro y apstol de Serafn Quiteo. Alberto Masferrer de Trigueros de Len. Masferrer y su
iluminada fuerza interior de Claudia Lars. Ideas de Masferrer para una filosofa de la Educacin de Luis
Aparicio. Anti-elega para Alberto Masferrer poema de Ricardo Castro Rivas. Odas a Masferrer, poema
de Jos Mara Cullar. Don Alberto Masferrer, Apstol y visionario de Roberto Armijo. El individualismo
de Alberto Masferrer de Jos Roberto Cea. Entrevista imaginaria con Don Alberto Masferrer de Mercedes
Durand. Anti-homenaje de Alfonso Quijada Uras. Conversacin con Alberto Masferrer de Manlio
Argueta. Nota sobre Masferrer de Tirso Canales y Decretos legislativos a homenajes dedicados a don
Alberto Masferrer.
96. Cfr. P. Geoffroy Rivas, Mi Alberto Masferrer, Revista Cultura, N 47, enero-marzo, Ministerio de
Educacin, San Salvador, 1968, p. 56.
97. C. Arenas, Humano, Demasiado humano, Revista Cultura, N 47, enero-marzo, Ministerio de Educacin,
San Salvador, 1968, pp. 43-44.
31
una expresin de filosofa, religin y derecho. Y el mismo Masferrer ha dicho
que el Mnimum Vital es slo la expresin econmica de su teora Vitalista.
Cosa que por mi parte afirmo que hay que buscarla en toda la obra filosfica
y poltica de Masferrer que es muy distinta a la obra potica, novelstica y
mstica que tambin produjo.
98. J.S. Guandique, Masferrer Periodista, Revista Cultura, N 47, enero-marzo, Ministerio de Educacin,
San Salvador, 1968, pp. 40-41.
99. Sal Flores naci en Zacatecoluca en 1889 y muri en San Salvador en 1980. Algunas de sus obras son
Lecturas nacionales de El Salvador, 1943, Esta es mi tierra, Escuelas y maestros de El Salvador,
Temas vivos sobre educacin, 1964, Madre Tierra Madre Amrica 1965 El Sembrador 1973 y
Simiente.
32
Masferrer. En este marco publica en 1965, un libro titulado Madre Amrica
en el que presenta una serie de textos de pensadores hispanoamericanos en
torno a la creacin de la cultura latinoamericana. En este texto aparecen
dos artculos cortos de Masferrer, uno denominado La Misin de Amrica:
El Grito de Batalla y otro con el nombre de Ahora y en ti mismo. Estos
textos100 no aparecen en ninguna otra fuente publicada por Masferrer o por
sus editores. Se puede inferir que estos fueron escritos en la poca en que
Masferrer dirigi el Colegio Ixelles que l fund en 1918, cuya existencia fue
efmera; pero que en el poco tiempo que dicho colegio funcion, el profesor
Sal Flores le colabor como docente. Ahora bien, con el slo hecho que Sal
Flores haya editado estos artculos en su libro Madre Amrica, su labor tiene
ya gran importancia. No obstante, verter opinin en su contra por el hecho
de no reflexionar crticamente en torno a Masferrer, creo que no es justo, por
tanto me reservo palabra al respecto.
No obstante, el serio esfuerzo que hace Matilde Elena Lpez presenta todava
algunos juicios que en el fondo son expresin clara de haber cado en el
error de repetir el discurso oficialista que ella critic tenaz y valientemente.
Segn la autora, el error de Masferrer estuvo en que envolvi su doctrina
del Minimum Vital de emocin sentimental y puro altruismo. Afirma que el
humanismo masferreriano no asegur las condiciones de sus objetivos y de
su realizacin y se qued convertido en una hermosa parbola. No lleg a la
100. S. Flores, Madre Amrica, Lecturas Americanas, Volumen III, Tipografa Offset, Editorial Central, San
Salvador, 1965. En el texto denominado La Misin de Amrica: El Grito de Batalla; Masferrer afirma que
Amrica ya no es una expresin geogrfica, sino una expresin moral. Amrica es una Fe y un Propsito.
Amrica es el credo poltico, social y espiritual de los Hombres Nuevos: de los que ya no quieren asfixiarse en
los pantanos de las patrias minsculas, misrrimas, inermes, sobre las cuales todo insolente poderoso escupe
y defeca, haciendo que los esclavos adoren su defecacin.
Amrica es una Idea que batalla para convertirse en una Fuerza. No es un sueo, sino que es un yunque.
Amrica dbil, desnuda, parcelada y mezquina, devorndose a s misma, es la Amrica Vieja, carcomida y
podrida, obra de enanos y miopes.
Enterremos y olvidemos esa Amrica infecta, y hagamos surgir de sus cenizas la Amrica Nueva, fuerte,
unida, concorde, consciente de su misin, dispuesta al dolor y a la muerte para realizar su misin. (Madre
Amrica, p. 11).
33
lucha, al compromiso con el pueblo, a la lucha que puede arrastrar violencia,
y entonces Masferrer retrocede, levanta la mano y seala los caminos de la
paz.101
Lo que se lee entre lneas en esta afirmacin es que Matilde Elena Lpez,
no estructur en modo sistemtico su lectura de Masferrer y no busc la
autenticidad de pensamiento que le caracterizaba al autor, sino que analiz el
pensamiento masferreriano desde una postura eminentemente ideologizante,
con el objeto de contrarrestar el uso abusivo del que era vctima Masferrer
por parte del oficialismo. Este esfuerzo tiene notable valor, sobre todo en el
contexto militarista en que le toc escribir a Matilde Elena, ya que claramente
se ubica en el lado contrario del oficialismo.
Se puede afirmar, por tanto, que Matilde Elena Lpez se qued nicamente
con el Masferrer de El Dinero Maldito, Leer y Escribir y El Mnimum Vital,
no obstante haber presentado al Masferrer del Vitalismo y de Patria, en la
compilacin y edicin de las Obras Escogidas de Alberto Masferrer que
ella prologa con un interesante estudio. Como bien dice esta estudiosa de
Masferrer, que en El dinero Maldito despus que ha descubierto la verdad
que hay en el fondo del alcoholismo del pueblo. La horrenda corrupcin
patrocinada por el Estado que vive a costa de la embriaguez. Pero cuando
esperamos que seale a los responsables y d la solucin adecuada, que nos
d la seal que espera el pueblo, despus de diagnosticar correctamente,
concluye: Paz a los hombres de buena voluntad, y les desea paz y
prosperidad a los explotadores, a los que se enriquecen con el dinero maldito,
despus de haber sealado al Estado Corruptor tan valientemente.102
101. A. Masferrer, Obras Escogidas I, Op. Cit, Prlogo a las Obras Escogidas, elaborado por Matilde Elena
Lpez, pp. 83-84.
102. A. Masferrer, Obras Escogidas I, Op. Cit., p. 83.
34
una compilacin de opiniones de escritores nacionales y extranjeros que
han sido publicados en torno a Masferrer.103 Dos de los cuales son de mucho
valor respecto al significado de Masferrer para la historia de El Salvador y la
regin centroamericana. Se trata de los trabajos de Francisco Morn titulado
Alberto Masferrer o la conciencia social de un pueblo y el ensayo de Pedro
de Alba titulado La Educacin Vitalista de Alberto Masferrer.
103. Ministerio de Cultura, En Torno a Masferrer, Departamento Editorial del Ministerio de Cultura, San
Salvador, 1956, p. 7.
104. F. Morn, Alberto Masferrer o la conciencia social de un pueblo, Ministerio de Cultura, En Torno a
Masferrer, Op. Cit., p.14.
105. Ibdem, p.16.
106. Ibdem, pp.17-18.
107. Estas son afirmaciones acertadas respecto de la intelectualidad de Masferrer; pero tambin lo contrario
ha sucedido con otros autores que se han quedado a medio camino en el estudio de la obra intelectual de
Masferrer y no han terminado de recorrer la senda o derrotero intelectual que Masferrer camin; y se lanzan
a dar observaciones y conclusiones que Masferrer no hizo ni dijo. Ms adelante abordaremos a estos autores
al menos de manera general.
35
mundo se cure de tantos males se necesitan remedios heroicos () Reformas
aisladas y medidas circunstanciales no tendran efecto alguno si no se ponen
en movimiento los recursos materiales y los esfuerzos creadores de la nacin
entera.108
108. Pedro de Alba, La Educacin Vitalista de Alberto Masferrer, Op. Cit., pp. 53-54
109. Se trata de la Tesis denominada Alberto Masferrer Humanista, de Mara Dolores Andino de Melndez,
Ena Victoria Hernndez Delgado de Linares, Mara de Los ngeles Herrera de Tejada, Daniel Portillo
Chvez, Marta Hortensia Regalado Araujo y Marta Elzabeth Andino de Melndez. Esta tesis fue elaborada
para obtener el grado de Licenciatura en Letras de la Facultad de Ciencias del Hombre y la Naturaleza de la
Universidad Centroamericana, Jos Simen Caas. La Libertad, 1976.
110. Estas pueden determinarse de acuerdo a los autores, en base a los escritos y publicaciones de Masferrer.
Por ejemplo: Etapa Romntica: 1883-1900; en esta etapa Masferrer escribe las obras siguientes: Pginas,
Nieras, El Rosal Deshojado; Pensamientos y Formas; Notas de Viaje; Recuerdos. Etapa Social-Poltica:
1900-1925, en esta etapa Masferrer escribe las obras siguientes: Ensayo sobre el desenvolvimiento Poltico
en El Salvador; Las Nuevas Ideas; Leer y Escribir; Qu debemos Saber?; El Dinero Maldito; Una Vida en el
Cine; La Cultura por medio del Libro; El Mnimun Vital; El Libro de la Vida; Patria. Etapa Filosfica: 1925-
1932; en esta etapa Masferrer escribe las obras siguientes: El Buitre que se torn Calandria Ensayo sobre el
Destino; Las Siete Cuerdas de la Lira; Estudios y Figuraciones sobre la Vida de Jess; Helios; Caminos de
Paz; La Religin Universal.
111. Concretamente en el punto 5.1. Las etapas del pensamiento de Alberto Masferrer; cfr., p. 68.
36
Nuestro trabajo constituye, por una parte, un intento por describir grosso
modo la obra literaria de Masferrer y por otra parte, es una propuesta de
caracterizacin general de la poca del autor, as como presentar los rasgos
de influencia de dicha realidad en la obra literaria de Masferrer.
Por otra parte, en 1991 y 1997, otras dos generaciones de estudiantes elaboran
sendos trabajos sobre Masferrer. El primero denominado El pensamiento
filosfico de Don Alberto Masferrer112 y el segundo denominado Estudio
sobre el pensamiento poltico de Don Alberto Masferrer,113 ambas son tesis
elaboradas para obtener el grado de licenciatura.
Uno de los mritos de esta tesis es que cuando analiza los principios del
Minimum Vital, hace una valoracin sobre la situacin que vive la sociedad
salvadorea de principios de los aos noventa y valora que en ninguna de las
necesidades primordiales que menciona el Minimum Vital se ha logrado a esa
fecha, ni la solvencia material y espiritual de dichos principios, al menos en
forma medianamente aceptable. Para ello, las autoras revisan brevemente la
situacin de la vivienda en El Salvador, la tenencia de la tierra, el trabajo, la
alimentacin, la asistencia mdica, la justicia, la educacin, el tema del agua,
112. Elaborado por Rosa Amrica Menjvar de Zelaya y Mara Laura Martnez de Menjvar. Tesis para optar al
ttulo de licenciadas en Educacin. Universidad Pedaggica de El Salvador, San Salvador, 1991.
113. Elaborado por Clara Luz Artiga Carballo y Vctor Simn Castro Hernndez, para optar al grado de
licenciatura en Educacin, en la especialidad de filosofa y letras, Universidad Pedaggica de El Salvador,
San Salvador, 1997.
114. Menjvar de Zelaya, Op. Cit., p.ii.
115. Ibdem, p. 7.
37
el ejrcito, el aguardiente, la prostitucin, etc., y llegan a la conclusin que la
doctrina masferreriana se anticip a su tiempo y que con su filosofa y dems
ciencias sociales, hace una lucha por la justicia, la libertad y la dignidad
humana y que la filosofa de Masferrer mueve a pensar que para analizar y
resolver los problemas sociales de un pueblo hay que partir de la realidad
socioeconmica e histrica en que est inmerso ese pueblo. De esa manera
las soluciones sern tambin reales y factibles.116
38
Adems, Dalton se equivoca con Masferrer al intentar ponerlo en la misma
va con Sarmiento,118 a quien Masferrer no cita en ninguna de sus obras ni
siquiera para evitarlo; cosa contraria s hace con el filsofo ecuatoriano
Montalvo, quien ocup un lugar especial en la obra de Masferrer y que
influy mucho en su forma de pensar.
Las causas que Dalton afirma en su poema y que pueden explicar al lector el
inters que tiene por denigrar la figura de Masferrer son evidentes. Pero la
razn ms importante es que considera a Masferrer cmplice objetivo de los
asesinos del pueblo.121
Por otra parte y para culminar este apartado de aportes negativos para la figura
de Masferrer, es necesario recordar que la obra literaria de orientacin social
y poltica de este autor, por su carcter crtico fue considerada un peligro para
el status quo en El Salvador de mediados del siglo XX. Un importante artculo
118 don Alberto anduvo para siempre en la onda de Domingo Faustino Sarmiento en eso de
confundir a cada rato los pobres con los brbaros, Ibdem, p. 103.
119. Luis Melgar Brizuela, De cmo y porqu Roque Dalton llam viejuemierda a don Alberto Masferrer,
Revista Humanidades, Universidad Nacional, N 2; Enero-Marzo 2003, pp. 9-23.
120. Ibdem,, p. 10.
121. R. Dalton, Op. Cit., 110.
122. Resulta interesante que mucho tiempo atrs Dalton polemiza con Antonio Gamero argumentando que
este es servilista gubernamental (argumento personalista o ad homine). Ver polmica en torno a la Esttica y la
Poltica en Luis Alvarenga, Roque Dalton: La radicalizacin de las vanguardias, Editorial Universidad Don
Bosco, San Salvador, pp. 58-82.
39
cuya autora corresponde a Ricardo Molina fundamenta este dato;123 y hace
recordar que tan acentuada fue esta situacin que los poetas salvadoreos no
aceptaban a Masferrer dentro de sus filas, sino que afirmaban que Masferrer
ms que otra cosa fue periodista. Los periodistas por su parte, afirmaban que
el otrora periodista capaz de dar ctedra al periodismo social e investigativo
centroamericano, no era tal sino que era un espiritualista salvadoreo que
nada tena que ver con ellos.124
123. Dicho artculo se denominado Alberto Masferrer (1868-1932), Valoracin histrica de los aportes humanistas
de la Doctrina del mnimum vital en el Congreso de Historia de Guatemala, realizado en julio de 2006 publicado en
Memorias del congreso por la Editorial Santillana, en el 2006. Asimismo se encuentra publicado en internet en http://www.
monografias.com/trabajos63/alberto-masferrer-aportes-humanisticos/alberto-masferrer-aportes-humanisticos.shtml.
124. Cfr. Ricardo Molina, Op. Cit., Es ms, Molina afirma que en 1948, Hugo Lindo presenta 43 fichas de
acadmicos que ha logrado recoger, de estos 26 pertenecen a abogados y no aparece Alberto Masferrer, en
unos casos se argumenta que no es escritor sino periodista, y los periodistas dicen que no es periodista sino
poeta.
125. talo Lpez Vallecillos, El Periodismo en El Salvador, UCA Editores, San Salvador, 1987, pp. 370.
126 Me parece muy acertada esta denominacin de la cuestin masferreriana con que el editorial de la
Revista Humanidades de la Universidad de El Salvador, llama al hecho que simboliza Alberto Masferrer
a principios del siglo XX. Por tanto, la bsqueda de caracterizar ahora, a inicios del siglo XXI, el aporte
filosfico, sociolgico y literario del pontfice del vitalismo en El Salvador es una de los esfuerzos intelectuales
que lograrn ubicar a Masferrer y al Vitalismo, en su lugar propio. Revista Humanidades, N 2, 2003, p. 7.
40
En esta lnea presentan su postura respecto de la actualidad del pensamiento
de Masferrer y las implicaciones sociales y polticas para un El Salvador que
aun no ha superado la situacin social, econmica, poltica y cultural que
hizo surgir la personalidad de Masferrer y su Vitalismo como pensamiento
filosfico poltico bien definido.
Lpez Bernal afirma que aun despus de ocho dcadas de historia, muchas de
las denuncias que Masferrer hizo, aun siguen teniendo tremenda vigencia en
127. Carlos Gregorio Lpez Bernal, Alberto Masferrer y Augusto Csar Sandino: Espiritualismo y utopa
en los aos veinte, Revista Humanidades, IV poca Ao 2003; Editorial e Imprenta de la Universidad de El
Salvador, ao 2003, pp. 25-49.
128. Ibdem, p. 25.
129. C.G. Lpez Bernal, Alberto Masferrer: actualidad de su pensamiento social. Diario Co-latino, Jueves,
4 de febrero de 2010.
41
nuestros das. De acuerdo con este investigador Alberto Masferrer articul su
crtica social en diferentes niveles. Hacia los individuos, hacia determinados
sectores sociales y hacia el Estado, como mximo responsable del rumbo del
pas. A los individuos les cuestion los vicios, el egosmo, la irresponsabilidad,
las debilidades personales. Aunque no desconoca que tales males pueden
tener implicaciones sociales, reconoca que la mayor parte de esas falencias,
afectan principalmente el desarrollo individual. Y, contina Lpez Bernal
afirmando que Masferrer critic fuertemente al Estado salvadoreo por
Como se ve, de acuerdo con la perspectiva que nos presenta Lpez Bernal,
Masferrer desarrolla una crtica social y formula un proyecto de transformacin
social. En la primera fue contundente y slido no as en la segunda. Pero
en ambos casos, su punto de partida fue el anlisis profundo y sistemtico
de los problemas y las desigualdades sociales y econmicas del pas. Sin
embargo, podemos decir que por influencia del oficialismo se ha tendido a
destacar ms las debilidades y vacos de sus propuestas prcticas, olvidando
el enorme aporte que hizo Masferrer en la denuncia, el cuestionamiento y la
sensibilizacin social.
42
investigacin que se vuelve de obligatoria referencia para cualquier estudioso
del vitalismo masferreriano.
Para esta autora, una de las principales tareas de Masferrer, como pedagogo
y periodista fue generar nuevos debates en torno a temas socialmente
candentes: la formacin de la patria y la nacin, la ampliacin de los derechos
inalienables del ser humano, la concesin del voto a las mujeres y los
analfabetos, el reparto de tierras, el respeto al medio ambiente y sobre todo,
la denuncia y acusacin de las elites de poder y los gobiernos de turno por
acaparar la riqueza, ostentar un lujo desmedido y carecer de conciencia social
para con los desfavorecidos. En sus escritos denunci el abuso del consumo y
comercializacin del alcohol, la ausencia de escuelas y falta de educacin del
pueblo; en una palabra, rescat la necesidad imperiosa de regeneracin moral
y espiritual de la sociedad, basndose en la doctrina vitalista.133
Un punto de vista que se vuelve radical en los aportes que Casas ofrece es
que para ella, el Vitalismo masferreriano no tiene que ver, y por tanto, no hay
colaboracin de Regina Fuentes Oliva, denominada El libro de la vida de Alberto Masferrer y otros escritos
vitalistas, que constituye una Edicin crtica de la obra Teosfico-vitalista (1927-1932) F&G Editores,
Guatemala, 2012. Obra que solventa en gran parte este vaco ya que en ella se aborda seriamente la obra
mstico-teosfica de Masferrer.
131. M. Casas, Op. Cit., p. 73.
132. Ibdem, p. 73. En el artculo, las cursivas aparecen en maysculas.
133 Cfr. Ibdem, pp. 73-74. Y contina afirmando que Masferrer Utiliz la palabra como arma poltica de
agitacin social, la opinin pblica como tribuna de denuncia y debate y el panfleto poltico como instrumento
de toma de conciencia, de difusin y convencimiento de la necesidad de cambiar el estado, las instituciones
y la sociedad.
43
que relacionarlo con el vitalismo nietzscheano o el raciovitalismo orteguiano,
sino ms bien que el Vitalismo masferreriano es de corte oriental ya que est
inspirado en las corrientes hinduistas y vitalistas en donde sin duda est
anclada buena parte de su pensamiento.134
En sntesis, para esta autora, Masferrer parte del concepto de la vida pero
no en trminos biolgicos o filosficos como otros autores europeos, sino
como adaptacin a las condiciones existenciales de un pas dominado por
una oligarqua, con grandes contrastes, conflictos sociales y enormes lacras
sociales heredadas de las dictaduras liberales centroamericanas; la entiende
como una nueva forma de comprender la nacin cuya finalidad bsica es
procurar la satisfaccin de las necesidades vitales de todos sus hijos; como
una filosofa de vida como dira Gransci como una filosofa de la praxis,
para transformar al hombre y la sociedad, pero no desde una perspectiva
abstracta u homogenizadora para el conjunto de los ciudadanos, ni luchando
exclusivamente en el marco constitucional o normativo, sino decantndose
por una clara eleccin en pro de los ms desfavorecidos, los excluidos,
especialmente los obreros, las mujeres y los campesinos y partiendo de la
necesidad de regenerar al individuo, la familia y la sociedad.136
134. Cfr. nota al pi N 72. Asimismo vase los prlogos del Mnimum Vital de Rosa Serrano de Lpez, San
Salvador, 1994 y F. Morn. Alberto Masferrer o la conciencia social de un pueblo, San Salvador, 1951;
que pretenden encajarle en el vitalismo de principios de siglo. Tampoco coincidimos con la biografa de
Matilde Elena Lpez, que lo cataloga como un pensador socialista cercano al materialismo con algunas
veleidades espiritualistas que supo corregir posteriormente; Matilde Elena Lpez, Masferrer, alto pensador
de Centroamrica, Guatemala: Ministerio de Educacin Pblica, 1954, p. 141. Nada ms errneo, porque
Masferrer fue coherente desde el principio hasta el final con su doctrina vitalista, fundada ms bien en el
espiritualismo francs que en el vitalismo occidental nietzscheano, orteguiano y bergsoniano.
135. Cfr. Marta Casas, La formacin de la nacin cultural Op. Cit., p. 18.
136. Ibdem.
44
de bsqueda de la identidad nacional, regional y continental de la Amrica
Hispana; de ah que lo hbrido de su pensamiento y la influencia de su obra
hayan sido tan profundas en toda la regin, porque en esa bsqueda de
identidad de lo propio, en ese intento de singularizacin de la nacin con
elementos culturales y sociales particulares, no se qued exclusivamente
arraigado en las diferencias regionales o nacionales, sino que supo conjugar
lo particular con lo universal en la bsqueda de un proyecto comn y por ello
su obra cal tan hondo en el imaginario nacional centroamericano.137
El derecho al pan que todo ser humano tiene, es otro de los temas que para
Casas es importante y que Masferrer lo articula con el derecho de saber
y el tema de la propiedad de la tierra. En una de las obras de juventud de
Masferrer, Qu debemos saber?, su reivindicacin por el derecho a la tierra
es mucho ms radical que en el Minimum Vital o en Leer y Escribir, donde ya
no juega un papel central siendo el trabajo y la vida digna los que ocupan el
lugar preferente. En esta perspectiva de acuerdo a Casas, Masferrer:
Considera necesario la liberacin de la tierra, que ha sido
monopolizada y esclavizada por unos pocos y, siguiendo la
argumentacin de Henry George, de Tolstoi y de Proudhon,
considera la tierra como el bien ms preciado de la persona y uno
de los derechos humanos bsicos del que los hombres se han visto
desposedos. Comparta con estos tres autores la opinin de que una
de las principales lacras de la humanidad era la apropiacin de la
tierra y la posesin del suelo, punto de partida de la explotacin
45
y de la esclavitud, el hombre es un animal terrestrePara el
hombre la tierra es manantial de toda vida: su alimento, su vestido,
su habitacin, vienen directamente de ella. Este final libertario,
propio del anarquismo y del colectivismo agrario, la tierra para el
que la trabaja, fue una de las demandas que perdi fuerza en sus
obras posteriores, posiblemente presionado y mediatizado por una
oligarqua cafetalera acaparadora, que se negaba a pensar en una
reforma agraria en la dcada de 1920 y aun menos en la expropiacin
o colectivizacin de la tierra, o en la propuesta de George de crear
un impuesto sobre el suelo.139
46
de blancos o casi blancos, al que se designaba con el adjetivo de
<<latino>>. Por ello propona cambiar la palabra raza por la de
cultura porque sta reflejaba mejor un proceso de creacin, de
arraigo, un proceso de <<creacin nacional>>, mientras que raza se
refiere ms bien a lo fsico, a lo puramente biolgico.141
47
supuesto intenta ampliar los horizontes de investigacin en relacin
a este periodo de crisis poltica y econmica, que Masferrer a sus 63
aos vio e interpret con una decidida participacin militante en el
terreno poltico-electoral.144
144. Ibdem, p. 1.
145. Ibdem, p. 4.
146. A. Masferrer, La tierra que tenemos, Obras Escogidas, Tomo II, Op. Cit., pp. 419-422.
147 R. Molina, Op. Cit., p. 6.
48
salvadorea148 en la perspectiva esttica. Se trata de un ensayo denominado
Reinventando la Nacin149 en donde presenta los aportes de Miguel ngel
Espino, Alberto Masferrer y Salvador Salazar Arru, en esta va. Por supuesto
que la parte que nos interesa ahora es la correspondiente a Masferrer. En
este marco interesa el hecho que Roque Baldovinos retome para su estudio
los artculos de Masferrer denominados La Misin de Amrica,150 trabajos
que, a nuestro juicio, constituyen uno de los mayores aportes al pensamiento
filosfico salvadoreo hechos por Masferrer en la poca de su madurez
intelectual.
148. Ricardo Roque Baldovinos, Arte y Parte, ensayos de literatura, Istmo Editores, San Salvador, 2001.
149. Ibdem, pp. 65-93.
150. Roque Baldovinos retoma la edicin de Pginas Escogidas, Departamento Editorial del
Ministerio de Educacin, San Salvador, 1961, pp. 247-270.
151. Ibdem, p. 87.
152 Ibdem.
153 Ibdem, p. 88.
154. Luis Aparicio (1918), es tambin autor de un artculo sobre Masferrer que public en 1968, en la Revista
Cultura N 47, denominado Ideas de Masferrer para una filosofa de la Educacin, pp. 138-144.
155. L.A. Aparicio, Alberto Masferrer, PedagogoPoltico, Universidad Pedaggica de El Salvador, Imprenta
Offset Ricaldone, San Salvador, 2007.
49
actividad poltica sin discusin. No obstante este punto de vista; esta obra
constituye una manifestacin del aprecio que su autor tiene por Masferrer.
Quiz los mejores aportes de la obra vayan en la lnea de hacer un modesto
estudio entre los nueve principios del Minimum Vital y los principios de las
Naciones Unidas respecto de los derechos sociales, polticos y culturales. Y,
presenta a Masferrer como un precursor de esos derechos.
Por otra parte, para Aparicio lo que condicion y consolid el modo de pensar
poltico social de Masferrer fue la revolucin mexicana, segn l lo que
lleg a consolidar su pensamiento socio-poltico, fue la revolucin mexicana
de 1910, que culmin en 1911, con el derrocamiento del dictador Porfirio
Daz.156 En esta lnea cabe destacar que para este autor, quienes influyeron
en Masferrer fueron: Montalvo, Mart, Henry George, Tolstoi y Jess de
Nazareth. En palabras de Aparicio:
Juan Montalvo, sin duda, imprime en los mensajes masferrerianos,
ese tino de protesta de censura y condena contra toda tirana. Pero
tambin el delicado Jos Mart se hace presente en su estilo y
sincera actitud hacia la urgencia de libertad de nuestros pueblos.
No hay duda que sobre los enfoques de los problemas sociales y
econmicos especialmente el de la tierra, lo toma de las lecturas del
norteamericano Henry George, igual que del anlisis de la obra de
contenido social del ruso Leon Tolstoy. En este ltimo, se origina
su actitud contraria a la guerra. Y su espritu de no violencia en las
relaciones de los seres humanos, seguramente los adquiri de sus
estudios de las filosofas orientales. Es evidente que toda su obra
est impregnada de un fuerte contenido tico, por lo cual predica
en su doctrina vitalista que debe haber un lmite en el deseo de
bienestar y que ms all de los bienes indispensables para vivir, no
debe ambicionarse el predominio sobre los semejantes, desde luego
que con ello se obstaculiza el derecho de vivir de los dems. A veces
se acoge a la Biblia para lanzar su palabra encendida de censura para
quienes [se] lucran con la vida y el trabajo del hombre.157
50
los grupos de poder de su tiempo; conservadores y timoratos, Masferrer fue
un revolucionario peligroso; por eso lo dejaron solo con su discurso. Sin
embargo, mucho de lo que l propuso en su prdica, la historia reciente se
ha encargado de inscribirlo en el contexto de lo que hoy se conoce como
desarrollo humano. Ah tienen cabida sus Nuevas Ideas su Dinero
Maldito, su Leer y Escribir y su Mnimum Vital.158
prctico y objetivo como eran los temas de carcter social que siempre le
desvelaron.159
158. Ibdem, p. 8.
159. Ibdem, pp. 51-52.
160. Ibdem, p. 63.
51
4. La filosofa vitalista, un nuevo
modo de leer a Masferrer
No pueden tomarse, por tanto, sus escritos como visin filosfica aunque
as lo exprese Matas Romero, pues ms que ofrecer una visin de la obra
intelectual de Masferrer, lo que hace es ocultarla.
53
afirmando que lo cierto es que, en cuanto filsofo Masferrer no es propiamente
un creador: se inspira en doctrinas y sigue lneas que ya eran conocidas desde
hace muchos siglos. En cambio, frente a los problemas planteados por la
realidad social de El Salvador, ante las dificultades y posibilidades de la
enseanza en el pas, s que tom actitudes propias, hondamente meditadas,
encendidas del ms genuino patriotismo, y tan oportunas, tan cruelmente
oportunas, que, al herir intereses y sacudir modorras, lo llevaron a conquistar
la aureola de los mrtires.163
Una dificultad con Hugo Lindo es que ubica equivocadamente las obras de
carcter mstico-religioso de Masferrer en el mbito propiamente filosfico.
Cosa que se da con frecuencia como fruto del desconocimiento especfico
de lo que es propiamente filosofa; por lo que se confunde lo que es filosofa
con cualquier tipo de especulacin. A este respecto dice lo siguiente: La
lnea filosfica de Masferrer es clara. Su expresin a travs de diversos libros,
orgnica. Las siete cuerdas de la lira, Estudios y figuraciones sobre la vida
de Jess, Helios, Ensayo sobre el Destino, son obras que siguen una corriente
ntidamente especificable. No hay entre ellas, como suele ocurrir en algunos
autores, contradicciones de fondo, cambios de postura, rectificaciones
fundamentales. Todas ellas parten de los mismos principios y conducen a
idnticos fines. El enfoque de los diversos problemas, est hecho desde un
solo ngulo.164 Nos consideramos de acuerdo con esta valoracin, no as
con la ubicacin, carcter y contenido de los ttulos de Masferrer citados por
este autor, ya que todos ellos no los consideramos de contenido y carcter
filosfico, sino ms bien mstico y religioso, como ya lo hemos apuntado
antes.
54
expresin de la existencia. Este abrirse constituye una disposicin interna
de la voluntad humana que impulsa al ser humano a que permita que la vida
surja libremente desde su propio dinamismo. Este surgimiento de la vida es
una imposicin de la realidad misma y del dinamismo propio de la existencia.
Por tanto, el ser humano no tiene ms que dejar que la vida se desarrolle y
despliegue su dinamismo; es decir, que la vida surja. Eso exige un abrirse a
la concrecin de la dignidad, de la posibilidad del goce de los productos de
la tierra y del trabajo del ser humano, en tanto hombre y mujer, concretados
sobre todo en los ms pobres y entre ellos, especialmente al campesino y al
indgena salvadoreo y centroamericano. En este sentido, la mayor expresin
de la praxis poltica de Masferrer es la dignificacin humana desde la vida
misma, el disfrute, el goce concreto como algo real. Pero antes habiendo
participado de la ejecucin de dichos productos.
166. X. Zubiri, Inteligencia Sentiente: Inteligencia y Realidad, Alianza Editorial, Madrid, 1998, pp. 217-228.
55
Despus de estudiar la obra de Masferrer se ha encontrado que el autor sigue
una estructura argumentativa bsica en el modo de presentar sus escritos y
que es a nuestro juicio, la estructura argumentativa correspondiente al mtodo
de su pensamiento filosfico. Esta estructura argumentativa puede verse en
todas las obras que se consideran dentro del corpus textual masferreriano y
esta se desarrolla de la siguiente manera:
56
5.Panorama general de
la obra de Masferrer
167. Para andino y compaeros, estas etapas son: Etapa Romntica: 1883-900, Etapa Social-Poltica: 1900-
1925, Etapa Filosfica: 1925-1932. Vase cita 96 de esta Tesis para mayor explicacin.
57
su primer libro, Pginas de 1893 elementos de lo que hemos llamado las
tres dimensiones intelectuales. Lo mismo puede decirse, con conocimiento
de causa de las dems obras de Masferrer. Pero como en este trabajo solo se
trata de hacer mencin de este dato, se anuncia que esto se profundizar en
prximas publicaciones.
168. Estos artculos se encuentran en sendos tomos de la Coleccin Especial de Peridicos Antiguos en
propiedad del Museo Nacional de Antropologa, David J. Guzmn (MUNA); coleccin que cuenta adems,
con los tomos correspondientes a las publicaciones de Patria durante los aos de 1935 a 1938, cuyo editor
corresponde al seor Alberto Trigueros Guerra. Por otra parte, se encuentran nmeros individuales de
ediciones de este peridico correspondiente al ao 1929 en el Depsito del Archivo General de la Nacin en
el Palacio Nacional de El Salvador, pero corresponden a nmeros ya organizados en las colecciones especiales
en propiedad del MUNA.
58
Ensayo sobre el desenvolvimiento poltico de El Salvador (1901),
aqu se utilizar la edicin publicada por Clsicos Roxsil, Santa
Tecla, 1996.
59
6. Recepcin y valoracin
de la obra de Masferrer
Como afirma este autor, Masferrer produjo tres libros fundamentales para la
vida de nuestro pas que por s solos lo acreditan como un gran constructor
social y como el ms iluminado pensador salvadoreo en cuanto atae al
estudio hondo de nuestros problemas nacionales. Estos libros son Leer y
Escribir, El Dinero Maldito y El Mnimum Vital. Para l, estos tres libros
constituyen joyas literarias, cuyo valor [dice el autor] no pretendo glosar en
esta breve pltica, el Maestro Masferrer plantea los tres problemas esenciales
de la nacionalidad salvadorea, problemas que al fin y al cabo constituyen
uno solo, el de llegar a constituirnos en un pueblo autnticamente civilizado.
Desanalfabetizacin, Desalcoholizacin, Mejoramiento Social y Cultura. He
aqu sintetizado en dos palabras los problemas que Masferrer aborda en los
libros mencionados.173 Y contina Barba Salinas:
171. Manuel Barba Salinas, Memorias de un espectador, Ministerio de Cultura, Departamento Editorial, San
Salvador, 1957; pp. 227-234.
172. Ibdem, p. 227.
173. Ibdem, p. 228.
61
Aparte de su extraordinario valor como obras literarias, escritas en
un estilo magistral, pongmonos a pensar lo que la solucin de estos
problemas significara para nuestra vida de nacin independiente, para
nuestro porvenir en el rol de los pases americanos, para nuestra salud
fsica y espiritual. Estoy seguro que no hay un solo salvadoreo de
mentalidad normal que crea que es bueno y justo que se mantenga la
ignorancia en el pueblo y no se hagan esfuerzos para alejarlo de la barbarie
por medio de la cultura. Estoy seguro que no hay un solo salvadoreo,
ni aun de los que estn recluidos en el manicomio, que afirme que no es
problema pavoroso el del embrutecimiento de la raza por el alcohol. Y
aun cuando haya muchos ciegos y sordos, que no quieren que se procure
al pueblo un mejoramiento mnimo en lo econmico, en lo sanitario, en
lo cultural como pretende el Mnimum Vital, no creo que haya un solo
que se atreva pblicamente a decir que no conviene incorporar al pueblo
a la civilizacin, que es lo nico a que tiende en resumidas cuentas la
calumniada doctrina del Mnimum Vital, tan comentada y vilipendiada
por aquellos que jams la han ledo y que por otra parte no la leern
nunca porque son analfabetos en espritu aun cuando conozcan ms o
menos el abecedario.174
62
Para concluir este apartado se presentan datos sobre la forma de recepcin
que el oficialista ha hecho de la figura y obra de Masferrer.
176. Remito a Anexo 3: Decretos relativos a homenajes dedicados a don Alberto Masferrer, pp. 298-301 de
esta tesis.
63
Centroamericano de la Asociacin de Estudiantes de Derecho (Universidad de
El Salvador) que se celebra anualmente; una medalla al mrito magisterial de
la Federacin Nacional de Asociaciones de Padres de Familia de El Salvador
(1959), la biblioteca del Instituto "Nuestra Seora de Guadalupe" (Avenida
Espaa, San Salvador) y el primer premio de ensayo del primer Certamen
Cultural Universitario, promovido por la Asociacin de Estudiantes de
Humanidades de la Universidad de El Salvador (octubre de 1961).
64
Conclusin
El Vitalismo impulsado por Masferrer que como bien lo dice este, aunque
no es un pensamiento original, s es un proyecto innovador y aglutinador
de ideas en torno a la justicia social, la tierra, los Derechos Humanos y la
superacin de la pobreza en un espacio y tiempo determinados como fue la
Centroamrica de principios del siglo XX.
65
y centroamericano. Con ello se ha reducido y caricaturizado la figura y obra
filosfica de Masferrer.
66
Bibliografa
Fuentes primarias
67
Masferrer, Alberto, Peridico Patria, 1929.
Estudios
Artiga Carballo, Clara Luz, Vctor Simn Castro Hernndez, Estudio sobre el
pensamiento poltico de Don Alberto Masferrer, Universidad Pedaggica de
El Salvador, San Salvador, 1997.
68
Casas Arz, Marta E., La disputa por los espacios pblicos en Centroamrica
de las redes unionistas y teosficas en la dcada de 1920: La figura de Alberto
Masferrer, Revista Humanidades, N2, IV poca, Enero-Marzo, Imprenta
Universitaria, San Salvador, 2003.
69
Guandique, Jos Salvador, Masferrer Periodista, Revista Cultura, N 47,
enero-marzo, Ministerio de Educacin, San Salvador, 1968.
70
Molina, Ricardo, Alberto Masferrer (1868-1932). Valoracin Histrica de
los Aportes humanistas de la Doctrina del Mnimum Vital. Congreso de
Historia, Guatemala, 2006.
http://www.monografias.com/trabajos63/alberto-masferrer-aportes-humanisticos/
alberto-masferrer-aportes-humanisticos.shtml.
Bibliografa complementaria
Arvalo, Juan J., Fbula del Tiburn y las Sardinas, Amrica Latina
Estrangulada; Editorial Amrica Nueva, Mxico, 1966.
71
Baldovinos, Ricardo R., Arte y Parte, ensayos de literatura, Istmo Editores,
San Salvador, 2001.
Dalton, Roque, Las Historias Prohibidas del Pulgarcito, Editorial Siglo XXI,
5 Edcicin, Mxico 1980.
72
Universidad San Carlos de Guatemala, Tesis de Licenciatura en Historia,
Guatemala, 2007.
Guerra, Vctor M., Ensayo sobre los Principios de una Filosofa salvadorea:
Elementos para una reflexin filosfica de la sobrevivencia, Revista
Humanidades N 11, IV poca, ao 2007, Imprenta Universitaria, San
Salvador, Abril 2008.
73
Lara Martnez, Rafael, Poltica de la cultura del Martinato, Editorial
Universidad Don Bosco, San Salvador, 2011.
Nietzsche, F., Ms All del Bien y el Mal. Editorial Porrua, Mxico, 1986.
Nietzsche, F., Nietzsche, F., Ecce Homo, Editorial Porrua, Mxico, 1988.
74
Ortega y Gasset, Jos, El Tema de nuestro Tiempo. Editorial Porra, Mxico
2002.
75
Vctor Manuel Guerra Reyes es licenciado en Filosofa por la Universidad
Jos Simen Caas, Mster en Teologa por la Jos Simen Caas y Doctor
en Filosofa Iberoamericana por la Universidad Jos Simen Caas.
Catedrtico de la Escuela de Teologa de la Universidad Don Bosco