Querida Tierra

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 1

Querida Tierra, hoy es la primera vez que le escribo una carta a alguien tan singular.

Eres la mujer ms maravillosa que


he conocido en mi vida, y sin embargo, todos los que disfrutamos de tu belleza parece que no la valoramos en lo ms
mnimo.

El respeto por las mujeres debe partir por el respeto que nos mereces t que siempre nos has brindado lo mejor de ti, tus
increbles paisajes, tus lecciones de vida, tu soberbia perfeccin e inteligencia y hasta tus temibles fenmenos ssmicos,
meteorolgicos o de algn otro tipo.

Somos nosotros los seres humanos, a quienes arropas da tras da con amaneceres esplndidos dndonos todo para
que vivamos felices y en plenitud, los que te estamos matando con nuestros actos poco ticos, irresponsables y voraces.

Somos incongruentes e ingratos contigo que nos das de comer y beber, pero, qu otra cosa podras esperar del hombre
cuando se odia a s mismo y odia a los dems?, si no es capaz de respetar a los de su misma especie, menos lo har
contigo.
No s si es nuestro instinto destructivo natural lo que nos est llevando al caos. No te valoramos, no te respetamos a ti
que eres la ms socialmente responsable al regalarnos todo para que vivamos felices. Te explotamos, te contaminamos,
te hemos destruido por aos y t, t sigues tan firme, ecunime, aunque ya no con la misma energa que solas tener.

Por dcadas, las empresas te han ignorado y nunca habas estado en sus planes ni representaste un dilema tico serio
para que estas actuaran con responsabilidad a fin de obtener de ti beneficios sin perjudicarte. Todo sea por el dinero y el
desarrollo del ser humano

Nuestra naturaleza egosta, destructiva, pesimista, amarga y siempre con un afn de dominio est arrasando con tu
existencia y lo ms irnico es que tambin con la nuestra. T eres todo generosidad, alegra, vitalidad, fuerza es
acaso tu amor maternal tan grande que as nos amas y nos quieres como parte de ti?. Estoy seguro que s.

Somos seres amorales, qu le vamos a hacer?, sin embargo, hoy despus de tantos y tantos aos estamos por lo
menos intentando ser mejores contigo, ms cuidadosos, ms responsables, de tratarte con dignidad, ms concientes de
los daos que te hemos ocasionado.

Hoy llevamos a cabo actos buenos para contrarrestar aquellos que han mermado tu salud. Hoy queremos ser lo
suficientemente creativos para si no reconstruirte, s afectarte lo menos posible. Hoy queremos ser modelos de accin
que sirvan a las futuras generaciones para que te valoren y aprecien en tu justa dimensin.

Creo que parte de nuestra misin como tus inquilinos es la de cuidarte, respetarte y admirarte. Estamos intentando dejar
de ser tan ambiciosos y ser congruentes con nuestra naturaleza humana que nos dice que debemos hacer el bien y
evitar el mal, preservar la transmisin y conservacin de la vida y contemplar la belleza, entre otras premisas.

Estamos en el camino para dejar de atentar contra tu vida y la nuestra, para tomar decisiones ms inteligentes que te
hagan volver a confiar en los seres humanos. Queremos ser virtuosos y dignos habitantes de ti y dejar de crear leyes que
no se cumplen o que se cumplen a medias porque siempre tiene ms peso el mercantilismo antes que tu naturaleza.

Somos muchos los que estamos haciendo intentos y luchando contra nosotros mismos para conservarte como eres, as
de hermosa. Dios nos puso en tu camino y debemos hacer lo que est en nuestras manos, todos desde nuestro pequeo
o gran crculo de accin, y agradecer tus bondades.

La tarea est siendo dura, difcil, sinuosa, titnica, porque los seres humanos tenemos que trabajar antes con nosotros
mismos, en nuestro interior, en nuestros actos, en reflexionar y analizar qu somos y para qu somos, conocernos a
fondo, auto entendernos. Si lo logramos, estoy seguro que todas las acciones y esfuerzos locales o globales que
emprendamos en tu defensa tendrn xito y como seres humanos habremos descifrado las verdaderas intenciones del
Todopoderoso al habernos escogido como especie superior para habitarte.

También podría gustarte