El Hada y La Sombra
El Hada y La Sombra
El Hada y La Sombra
Hace mucho, mucho tiempo, antes de que los hombres y sus ciudades llenaran la
tierra, antes incluso de que muchas cosas tuvieran un nombre, exista un lugar
misterioso custodiado por el hada del lago. Justa y generosa, todos sus vasallos
siempre estaban dispuestos a servirle. Y cuando unos malvados seres
amenazaron el lago y sus bosques, muchos se unieron al hada cuando les pidi
que la acompaaran en un peligroso viaje a travs de ros, pantanos y desiertos
en busca de la Piedra de Cristal, la nica salvacin posible para todos.
El hada advirti de los peligros y dificultades, de lo difcil que sera aguantar todo
el viaje, pero ninguno se asust. Todos prometieron acompaarla hasta donde
hiciera falta, y aquel mismo da, el hada y sus 50 ms leales vasallos comenzaron
el viaje. El camino fue an ms terrible y duro que lo haba anunciado el hada. Se
enfrentaron a bestias terribles, caminaron da y noche y vagaron perdidos por el
desierto sufriendo el hambre y la sed. Ante tantas adversidades muchos se
desanimaron y terminaron por abandonar el viaje a medio camino, hasta que slo
qued uno, llamado Sombra. No era el ms valiente, ni el mejor luchador, ni
siquiera el ms listo o divertido, pero continu junto al hada hasta el final. Cuando
sta le preguntaba que por qu no abandonaba como los dems, Sombra
responda siempre lo mismo "Os dije que os acompaara a pesar de las
dificultades, y eso es lo que hago. No voy a dar media vuelta slo porque haya
sido verdad que iba a ser duro".
Gracias a su leal Sombra pudo el hada por fin encontrar la Piedra de Cristal, pero
el monstruoso Guardin de la piedra no estaba dispuesto a entregrsela. Entonces
Sombra, en un ltimo gesto de lealtad, se ofreci a cambio de la piedra
quedndose al servicio del Guardin por el resto de sus das...
Haba una vez un hombre que sali un da de su casa para ir al trabajo, y justo al
pasar por delante de la puerta de la casa de su vecino, sin darse cuenta se le cay
un papel importante. Su vecino, que miraba por la ventana en ese momento, vio
caer el papel, y pens:
- Qu descarado, el to va y tira un papel para ensuciar mi puerta, disimulando
descaradamente!
Pero en vez de decirle nada, plane su venganza, y por la noche vaci su
papelera junto a la puerta del primer vecino. Este estaba mirando por la ventana
en ese momento y cuando recogi los papeles encontr aquel papel tan
importante que haba perdido y que le haba supuesto un problemn aquel da.
Estaba roto en mil pedazos, y pens que su vecino no slo se lo haba robado,
sino que adems lo haba roto y tirado en la puerta de su casa. Pero no quiso
decirle nada, y se puso a preparar su venganza. Esa noche llam a una granja
para hacer un pedido de diez cerdos y cien patos, y pidi que los llevaran a la
direccin de su vecino, que al da siguiente tuvo un buen problema para tratar de
librarse de los animales y sus malos olores. Pero ste, como estaba seguro de
que aquello era idea de su vecino, en cuanto se deshizo de los cerdos comenz a
planear su venganza.
Y as, uno y otro siguieron fastidindose mutuamente, cada vez ms
exageradamente, y de aquel simple papelito en la puerta llegaron a llamar a una
banda de msica, o una sirena de bomberos, a estrellar un camin contra la tapia,
lanzar una lluvia de piedras contra los cristales, disparar un can del ejrcito y
finalmente, una bomba-terremoto que derrumb las casas de los dos vecinos...
Ambos acabaron en el hospital, y se pasaron una buena temporada compartiendo
habitacin. Al principio no se dirigan la palabra, pero un da, cansados del
silencio, comenzaron a hablar; con el tiempo, se fueron haciendo amigos hasta
que finalmente, un da se atrevieron a hablar del incidente del papel. Entonces se
dieron cuenta de que todo haba sido una coincidencia, y de que si la primera vez
hubieran hablado claramente, en lugar de juzgar las malas intenciones de su
vecino, se habran dado cuenta de que todo haba ocurrido por casualidad, y
ahora los dos tendran su casa en pie...
Y as fue, hablando, como aquellos dos vecinos terminaron siendo amigos, lo que
les fue de gran ayuda para recuperarse de sus heridas y reconstruir sus
maltrechas casas.
EL TORO Y LA MOSCA
Estaba un toro pastando en la
dehesa y lleg una mosca
cojonera de estas que
empiezan a posarse dando el coazo. El caso es que se le pos al toro en el
culete y ste la espant con el rabo. La mosca ech a volar y se volvi a posar
en el culete. El toro volvi a sacudirle con el rabo, as que la mosca vol y se
pos esta vez un poco ms hacia delante, en el costado del toro. El toro hizo un
esfuerzo y volvi a alcanzar a la mosca con el rabo.
La mosca, que ya estaba 'mosca' con el rabo se pos entonces en el hocico del
toro, donde ste no podra llegar con el rabo... de repente el toro sac la lengua
y glupp! se pape la mosca...
-No, no vamos a cruzar contigo porque estas sucio y asqueroso y nos vamos a
manchar!
Cuando el conejo se va, divisan un par de pajitas y deciden subirse en ellas, a
modo de barca, para cruzar el charco. Cuando iban por la mitad del charco, un
mal viento hizo que las pajitas se hundieran y las dos hormiguitas cayeron al
agua.
Respuesta:
Cien nias y un
Soldado, todas
Visten de morado.
Respuesta:
Dulce, redonda
Color de oro
Entre las frutas
Soy un tesoro
Respuesta:
Respuesta:
Mi madre es tartamuda
Mi padre es cantor,
Llevo blanco mi vestido
Y amarrillo el corazn
Quin soy?
Repuesta:
POEMA # 1
Yo tengo un Escudo
Un escudo multicolor,
Que indica que sigamos
la senda del honor.
Mi Escudo y mi bandera
con su bello quetzal
simbolizan la patria,
Guatemala inmortal.
Poema a Guatemala
querida tierra hermosa y solemne
que desde otros mundos extrano en mi mente
querida diosa de tierra y mar
concedeme que te pueda amar.
me viste parir entre humo y sazon
me viste crecer con entendimiento y razon
me olvide de ti en un pastizal
me olvide de ti de tu rocio maternal.
tu tierra ya no da mas
infertil y desnuda de paz
sangre cabalga tus montes
muerte clama tus horizontes
dejame pedirte disculpas
dejame pedirte perdon
por ser un hijo insolente
por jugar con la traicin.
patria no te dejes derrotar
por insolentes de mundo y mar
hazlos caer en la belleza de amar
a la madre que los vio desterrar.
te prometo que voy a pelear
colocarte en un trono imperial
luchar por tu libertad
y volver a decirte: MAMA!!
Te amo GUATEMALA!
SOABA UN POEMA
de Julio Fausto Aguilera (1929)
EL SOMBRERN
Celina tena los ojos negros y grandes y el pelo largo y ondulado. Todos la
admiraban.
Un da, como a las seis de la tarde, aparecieron en
la esquina de la casa de Celina cuatro mulas
amarradas. Pasaron por all dos vecinas y una de
ellas dijo: "Qu raro! No sern las mulas del
sombrern?". "Dios nos libre!" dijo la otra, y salieron
corriendo.
A esa hora, Celina comenzaba a dormirse porque ya
se senta muy cansada. Entonces comenz a oir una
msica muy bonita y una voz muy dulce que deca:
"eres palomita blanca como la flor de limn, sino me
das tu palabra me morir de pasin"
Desde ese da, todas las noches, Celina esperaba con alegra esa msica que
slo ella escuchaba. Un da no aguant la curiosidad y se asom a la ventana y
cual siendo la sorpresa, ver a un hombrecillo que calzaba botitas de piel muy
brillante con espuelas de oro, que cantaba y bailaba con su guitarra de plata,
frente a su ventana.
Desde entonces, Celina no dej de pensar en aquel hombrecito. Ya no coma, slo
viva esperando en momento de volverlo a escuchar. Ese hombresito la haba
embrujado.
Al darse cuenta los vecinos, aconsejaron a los padres de Celina que la llevaran a
un convento para poderla salvar, porque ese hombrecito era el "puritito duende".
Entonces Celina, fue llevada al convento donde cada da segua ms triste,
extraando las canciones y esa bonita msica. Mientras tanto el hombrecito se
volva loco, buscndola por todas partes.
Por fn la bella Celina no soport la tristeza y muri el da de Santa Cecilisa. Su
cuerpo fue llevado a la casa para velarlo. De repente se escuch un llanto muy
triste. Era el sombrern, que con gran dolor llagaba a cantarle a su amada:
"ay...ay... maana cuando te vayas voy a salir al camino para llevarte el pauelo
de lgrimas y suspiros"
Los que vieron al sombrern cuentan que gruesas lgrimas rodaban mientras
cantaba: "estoy al mal tan hecho que desde aqu mi amor perd, que el mal me
parece bien y el bien es mal para mi". Toda la gente lloraba al ver sus sufrimiento.
Y cuentan que para el da de Santa Cecilia, siempre se ven las cuatro mulas cerca
de la tumba de Celina y se escucha un dulce canto: "corazn de palo santo ramo
de limn florido por qu dejas en el olvido a quien te quiera tanto?"
Y es que se cuenta que el sombrern nunca olvida a las mujeres que ha querido.