T33357 PDF
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FACULTAD DE PSICOLOGA
Departamento de Personalidad, Evaluacin y
Tratamientos Psicolgicos I
Madrid, 2011
FACULTAD DE PSICOLOGA
TESIS DOCTORAL
PRESENTADO POR
Madrid, 2011
UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID
FACULTAD DE PSICOLOGA
TESIS DOCTORAL
PRESENTADO POR
Director:
Madrid, 2011
A todas las mujeres, que merecen vivir sin violencia
Agradecimientos
En especial a Francisco J. Labrador, por ser un modelo a seguir como profesional y como persona.
Siempre me ha apoyado y desde un principio crey en m, pensando que podamos hacer un buen
trabajo. A pesar de que el proceso ha sido largo, supo llevarme con paciencia reconociendo nuestras
similitudes y diferencias, siendo en todo momento prudente y correcto al dirigirme mediante sus
valiosas aportaciones y sugerencias para mejorar el resultado de esta investigacin, de quien he
aprendido mucho y quien me transmite gran confianza y admiracin.
A Jess Sanz, por su valiosa colaboracin en la parte estadstica y metodolgica, y por depositar su
confianza en mi y en el proyecto de cooperacin internacional del cual se hizo cargo y con el que
tuvimos la fortuna de ser seleccionados por su relevancia y consistencia. Tambin le estoy
agradecido por su trato amable, su respeto y cario, al igual que el trato amable y admirable de
Mara Paz Garca-Vera.
Mi segundo agradecimiento institucional es para la empresa Todd Feldman Traduccin, S.L., cuyos
integrantes me han apoyado en todos los sentidos:
Gracias, Todd, porque, aparte de ser mi compaero en esta etapa de mi vida, has sido fundamental
para que haya llegado hasta aqu y para dotar de proyeccin al presente trabajo. Gracias por creer
en m, dejndome encargado del rea de responsabilidad social corporativa de la empresa (RSC), y
por tu apoyo incondicional hacia m, la Fundacin Fomentar, mi familia y amigos-as. A Pablo, Sara
y Borja por su colaboracin con las traducciones y por su compaa. A Borja por su correccin de
estilo.
A nivel profesional quisiera agradecer a dos Asociaciones a las que pertenezco por sus aportes y
apoyo en las reuniones anuales que han permitido que participe, aprendiendo y aportando mis
conocimientos en estas redes de apoyo que son la APA, especialmente la divisin 56 (Psychological
Trauma) y la International Society for Traumatic Stress Studies (ISTSS).
En la esfera personal, gracias a mis padres, mi pareja, hermanos, y amigos por su compaa y apoyo
en momentos difciles, por motivarme para continuar.
Por ltimo, pero no por ello menos importante, mi agradecimiento especial a las mujeres que
participaron en el estudio por creer en ellas mismas y en que todo el equipo de trabajo pudiera
aportar un granito de arena para que sus vidas fueran mejores y vivieran sin violencia.
Todas estas personas, amigos, profesionales, instituciones, asociaciones y dems han contribuido de
una u otra forma a cumplir mi sueo de poder llevar los conocimientos de la Psicologa a las
personas que los necesitan y que no tienen recursos para hacerlos.
Por todo ello, les manifiesto mis sinceros agradecimientos por sus aportes reflejados en el trabajo
que presento a continuacin.
VIII
Agradecimientos VII
Presentacin XXIII
1. PARTE TERICA 25
1.1 Contexto de la violencia de pareja 25
1.1.1 Definiciones sobre violencia de pareja 26
1.1.1.1 Violencia de pareja (VP) 27
1.1.1.2 Violencia contra la mujer (VCM) 28
1.1.1.3 La violencia familiar (violencia intrafamiliar) 29
1.1.1.4 Miembros de una relacin de pareja 30
1.1.2 Tipologa y gravedad de la VP 31
1.1.2.1 Tipologa segn la forma 31
1.1.2.2 Tipologa segn el objeto 36
1.2 Prevalencia 39
1.2.1 Prevalencia de VP en diferentes culturas 44
1.2.2 Feminicidios 49
1.3. Anlisis funcional de la VP 50
1.3.1 Antecedentes: factores de riesgo e inicio de la VP 52
1.3.1.1 Factores de riesgo 52
1.3.1.1.1 Modelo multifactorial de riesgos para VP 53
I. Factores de riesgo proximales: personales y de la relacin de pareja 54
1. Factores de riesgo personales 54
Factores de riesgo para la victimizacin 54
56
Factores de riesgo para la perpetracin
60
Factores de riesgo comunes a la victimizacin y perpetracin 60
2. Factores de riesgo de la relacin de pareja 60
Factores de riesgo propios de la relacin de pareja 62
II. Factores de riesgo propios de la VP 62
Factores de riesgo distales: familiares y sociales 62
1. Factores familiares 64
2. Factores sociales
1.3.1.1.2 Factores de riesgo para la VP grave 65
1.3.1.2 Inicio y curso de VP 67
1.3.1.2.1 Ciclo de la VP: Patrn de comportamiento violento en la pareja 68
1.3.2 Conducta violenta en las relaciones de pareja 71
1.3.2.1 Caractersticas de la VP (acontecimiento traumtico) 71
1.3.3 Mantenedores y consecuentes 74
1.3.3.1 Mantenedores de la VP 74
1.3.3.2 Consecuentes de la VP 77
1.3.3.2.1 Impacto de la VP 77
1.3.3.2.2 Reacciones de las vctimas 79
IX
a. Vctimas directas 83
b. Vctimas indirectas 83
1.4 Trauma Psicolgico 86
1.4.1 Definiciones y contexto 86
1.4.2 Tipologa del trauma 88
1.4.3 Trauma complejo 88
1.4.4 TEPT 92
1.4.4.1 Definicin 92
1.4.4.2 TEPT y comorbilidad 95
1.4.4.2.1 TEPT y comorbilidad con otros trastornos psicopatolgicos 95
I. Comorbilidad con el eje I 95
Ansiedad 95
96
Depresin
98
II. Comorbilidad con el eje II
1.4.4.2.2 TEPT y otras variables concomitantes 98
1.4.4.2.2.1 Autoestima 98
1.4.4.2.2.2 Inadaptacin 100
1.4.4.2.2.3 Cogniciones postraumticas 101
1.4.4.2.3 TEPT y otros sntomas concomitantes 102
1.4.4.2.3.1 Abuso o dependencia a sustancias txicas 102
1.4.4.2.3.2 Suicidio o ideacin suicida 103
1.4.4.2.3.3 Ira 103
1.4.4.2.3.4 Patrn de sueo 104
1.4.4.2.3.5 Patrn de comportamiento sexual 104
1.4.4.2.3.6 Culpa y vergenza 105
1.4.5 Evaluacin del trauma 107
1.4.6 Tratamiento 113
1.4.6.1 Preparacin para la terapia 113
1.4.6.2 Contexto de los tratamientos psicolgicos para TEPT 113
1.4.6.3 Objetivos teraputico 116
1.4.6 4 Eficacia y efectividad teraputica 120
1.4.6.5 Programas de Tratamiento 133
1.4.6.6 Caractersticas de la gua de tratamiento (formato) 143
1.4.6.7 Modalidad de intervencin: grupal frente a individual 145
1.4.6.8 Funcin del terapeuta 148
1.5 Consideraciones finales 150
X
2. PARTE EMPRICA 152
2.1 Introduccin y planteamiento del problema. 152
2.2 Objetivos 153
2.2.1 Objetivos especficos 153
2.3 Hiptesis 154
2.4 Mtodo 156
2.4.1 Diseo 156
2.4.1.1 Variables 156
2.4.1.1.1 Variable independiente 156
2.4.1.1.2 Variables dependientes 156
2.4.1.1.3 Variables extraas o contaminadoras 158
2.4.2 Participantes 158
2.4.2.1 Criterios de seleccin 158
2.4.2.2 Fuente de derivacin 160
2.4.2.3 Abandono del proceso teraputico 160
2.4.3 Materiales e instrumentos 161
2.4.3.1 Entrevistas 161
2.4.3.1.1 Entrevista semi-estructurada para vctimas de VP (EVP) 161
2.4.3.1.2 Escala para gravedad de sntomas del trastorno de estrs postraumtico 161
2.4.3.1.3 Escala de prediccin del riesgo de violencia grave contra la pareja (EPV) 162
2.4.3.1.4 Entrevista de seguimiento y evaluacin de recadas de VP 163
2.4.3.2 Instrumentos de autoinforme 164
2.4.3.2.1 Inventario de Depresin de Beck 164
2.4.3.2.2 Inventario de Ansiedad de Beck 164
2.4.3.2.3 Escala de Autoestima 165
2.4.3.2.4 Escala de Inadaptacin 166
2.4.3.2.5 Inventario de Cogniciones Postraumticas 166
2.4.3.2.6 Escala de Cambio Percibido 167
2.4.3.2.7 Cuestionario de Satisfaccin con el Tratamiento 167
2.4.3.3 Material utilizado durante el tratamiento 168
2.4.3.3.1 Manual para el terapeuta 168
2.4.3.3.2 Registros 168
2.4.3.3.3 Auto-registros 168
2.4.3.3.4 Material psicoeducativo 168
2.4.3.3.5 Hoja resumen de prevencin de recadas 169
2.4.3.3.6 Otros materiales 169
XI
2.4.4 Procedimiento 169
2.4.4.1. Captacin de las participantes 169
2.4.4.2 Fases del programa de atencin con las mujeres VP 170
2.4.4.2.1 Fase de atencin inmediata 170
2.4.4.2.1.1 Intervencin en crisis 171
2.4.4.2.1.2 Evaluacin del riesgo de peligrosidad 171
2.4.4.2.1.3 Implementacin de estrategias urgentes de afrontamiento 171
2.4.4.2.2 Fase de Evaluacin pre tratamiento 171
I. Evaluacin de la VP, reacciones y el TEPT 172
II. Consecuencias psicolgicas de la VP 172
2.4.4.2.3 Tratamiento 172
2.4.4.2.4 Evaluacin postratamiento 175
2.4.4.2.5 Seguimientos 175
2.4.4.3 Anlisis de datos 175
2.4.4.4 Consideraciones tica 175
3. RESULTADOS 178
3.1 Caracterizacin de la muestra 178
3.1.1 Caractersticas de las mujeres 178
3.1.1.1 Caractersticas sociodemogrficas 178
3.1.1.1.1 Edad 179
3.1.1.1.2 Estado civil 179
3.1.1.1.3. Formacin 179
3.1.1.1.4 Nivel social 179
3.1.1.2 Caractersticas socio econmicas de las mujeres 180
3.1.1.2.1 Actividad econmica 180
3.1.1.2.2 Ingresos mensuales 180
3.1.1.2.3 Vinculacin laboral 181
3.1.1.2.4 Porcentaje aportado al hogar 181
3.1.1.2.5 Independencia econmica 181
3.1.1.3 Estado de salud 182
3.1.1.3.1 Consumo de sustancias psicoactivas (SPA) 182
3.1.1.3.2 Tipo de tratamiento recibido 182
3.1.1.3.3 Problemas de salud 182
3.1.1.3.4 Ideacin suicida e intento de suicidio 183
3.1.1.3.5 Asistencia al servicio mdico debido a la VP 183
XII
3.1.1.4 Caracterstica de la familia 184
3.1.1.4.1 Personas con quienes vive 184
3.1.1.4.2 Composicin familiar 184
3.1.1.4.3 Tipo de relacin 184
3.1.1.5 Caractersticas de las redes de apoyo 186
3.1.1.5.1 Familia, amigos y vecinos 186
3.1.1.5.2 Apoyo institucional y redes profesionales 186
3.1.2 Caractersticas de Maltratador 187
3.1.2.1 Edad 187
3.1.2.2. Formacin 187
3.1.2.3. Nivel social 188
3.1.2.4. Situacin econmica de los maltratadores 188
3.1.3 Caractersticas de la relacin de pareja 190
3.1.3.1 Tiempo de convivencia con la pareja 190
3.1.3.2 Razones por las cuales contina en la relacin 190
3.1.3.3 Relaciones de pareja anteriores 190
3.1.3.4 Atribucin sobre los problemas de pareja 190
3.1.3.5 Otros caractersticas de la relacin de pareja 191
3.1.4 Caractersticas de la VP 192
3.1.4.1 Caractersticas del acontecimiento violento 192
3.1.4.1.1 Amenazar la vida de la mujer 192
3.1.4.1.2 Uso violencia grave e inesperada 192
3.1.4.1.3 Duracin del episodio violento y frecuencia de la VP 192
3.1.4.1.4 Control sobre la VP 193
3.1.4.1.5 Vulnerabilidad e intencionalidad 193
3.1.5 Formas de VP 193
3.1.5.1 Violencia Psicolgica 194
3.1.5.2 Violencia fsica 194
3.1.5.3 Violencia sexual. 194
3.1.5.4 Concurrencia de formas de violencia. 194
3.1.6 Inicio y curso de la VP 195
3.1.6.1 Inicio de la VP 195
3.1.6.2 Curso de la VP 196
3.1.6.2.1 Frecuencia de la VP 196
3.1.6.2.2 ltimo episodio de violencia 196
3.1.6.2.3 Escalada de la violencia 196
XIII
3.1.6.2.4 Huida del hogar como consecuencia de la VP 196
3.1.6.2.5 Ubicacin de la lesin fsicas 196
3.1.6.3 Ciclo de la VP 198
3.1.6.3.1 Acumulacin de tensiones 198
3.1.6.3.2 Estallido de la VP 198
3.1.6.3.3 Reacciones despus de la violencia 198
3.1.6.3.4 Reconciliacin 198
3.1.7 Violencia Compleja 199
3.1.7 .1 Violencia dentro de la familia 199
3.1.7.1.1 Maltrato infantil y VP entre padres 199
3.1.7.1.2 VP en relaciones anteriores 200
3.1.7.1.3 Violencia por parte de hijos 200
3.1.7.1.4 Abuso sexual infantil 200
3.1.7.2 Violencia fuera de la familia 200
3.1.7.2.1 Desplazamiento 200
3.1.7.2.2 Desastre natural (inundacin) 201
3.1.8 Aspectos Jurdicos de la VP 202
3.2 Caractersticas de riesgo para VP grave y feminicidio 203
3.3 Variables Dependientes 206
3.3.1 Resultado del TEPT en toda la muestra 206
3.3.1.1 Comparacin grupos por sntomas y subescalas del TEPT 206
3.3.2 Sintomatologa concomitante 208
3.4 Estudio de Homogeneidad de la Muestra 213
3.4.1 Homogenizacin entre GT y GNT 213
3.4.1.1 Variables descriptivas 213
3.4.1.2 Variables dependientes 215
3.4.1.3 Homogenizacin entre GT y GNV 219
3.4.1.3.1 Variables descriptivas 219
3.4.1.3.2 Variables dependientes 220
3.5 Expectativas del Tratamiento 224
3.6 Efectividad del tratamiento. 225
3.6.1 Participacin en el tratamiento 225
3.6.1.1 Adherencia al tratamiento 225
3.6.1.2 Asistencia a sesiones. 226
3.6.1.3 Cumplimiento de tareas 226
XIV
3.6.2 Satisfaccin con el tratamiento 228
3.6.3 Valoracin de los componentes del programa 229
3.6.4 Evaluacin del cambio percibido por las participantes del tratamiento 231
3.7 Resultados de la efectividad del tratamiento 232
3.7.1 Comparacin pre y postratamiento en el grupo de tratamiento 232
3.7.1.1 Efectividad del tratamiento en la sintomatologa del TEPT 232
3.7.1.2 Efectividad del tratamiento en la sintomatologa concomitante al TEPT 233
3.7.1.3 Tamao del efecto y potencia estadstica 234
3.7.1.4 Significacin clnica 234
3.7.2 Comparacin GT y GNT 237
3.7.2.1 Efectividad del tratamiento en la sintomatologa del TEPT 237
3.7.2.1.1 Reexperimentacin 238
3.7.2.1.2 Evitacin 239
3.7.2.1.3 Hiperactivacin 240
3.7.2.1.4.1 Tamao de efecto y potencia estadstica 241
3.7.2.1.4.2 Significacin clnica 241
3.7.2.2 Efectividad del tratamiento en la sintomatologa concomitante al TEPT 242
3.7.2.2.1 Ansiedad 243
3.7.2.2.2 Depresin 244
3.7.2.2.3 Autoestima 245
3.7.2.2.4 Inadaptacin 246
3.7.2.2.5 Cogniciones postraumticas 246
3.7.2.2.6 Tamao del efecto y potencia estadstica 248
3.7.2.2.7 Significacin clnica 249
3.7.3 Efectividad del tratamiento: comparacin GT y GNV 251
3.7.3.1 Efectividad del tratamiento en la sintomatologa del TEPT 251
3.7.3.1.1 Reexperimentacin 251
3.7.3.1.2 Evitacin 252
3.7.3.1.3 Hiperactivacin 252
3.7.3.1.4 Tamao del efecto y potencia estadstica 253
3.7.3.2 Efectividad del tratamiento en las sintomatologa concomitante al TEPT 255
3.7.3.2.1 Ansiedad 255
3.7.3.2.2 Depresin 255
XV
3.7.3.2.3 Autoestima 256
3.7.3.2.4 Cogniciones postraumticas 256
3.7.3.2.4.1 Cogniciones postraumticas acerca de s misma 257
3.7.5.4.2 Cogniciones postraumticas acerca del mundo 257
3.7.3.2.4.3 Cogniciones postraumticas: autopunicin 258
3.7.3.2.5 Efectividad del tratamiento en sintomatologa concomitante al TEPT en GT Y 259
GNV
3.7.4 Mantenimiento de los resultados del tratamiento. Medidas postratamiento 261
y seguimientos
3.7.4.1 Mantenimiento de los resultados del tratamiento en la sintomatologa 261
TEPT
3.7.4.2 Mantenimiento de los resultados del tratamiento en sintomatologa 264
concomitante
3. 8 Evaluacin de recadas despus de un ao de tratamiento 268
3.9 Confirmacin de hiptesis 272
4. DISCUSIN 275
4.1. Desarrollo del trauma 275
4.1.1 Anlisis funcional de la VP 275
4.1.1.1 Antecedentes 275
4.1.1.2 Conducta objetivo 285
4.1.1.3 Consecuentes de la VP 289
4.1.3.3.1 Ansiedad y depresin 293
4.1.3.3.2 Cogniciones postraumticas e inadaptacin 294
4.2 Efectividad del tratamiento 294
4.2.1 Participacin en el tratamiento 295
4.2.2 Efectividad de la intervencin 296
4.2.2.1 Efectividad en la sintomatologa del TEPT 297
4.2.2.2 Efectividad en sintomatologa concomitante al TEPT 298
4.2.3 Comparacin de la efectividad del tratamiento en Colombia y 302
otras culturas
4.2.4 Valoracin cualitativa de las participantes: satisfaccin con el 303
tratamiento, componentes del programa y cambio percibido
4.3 Metodologa 304
4.4 Impresiones clnicas y personales 307
4.5 Limitaciones del estudio 309
4.6 Lneas futuras y conclusiones 309
4.6.1 En cuanto a la efectividad del programa 309
XVI
4.6.2 En cuanto a las participantes 309
4.6.3 En cuanto a los profesionales 310
4.6.4 En cuanto a la psicologa 310
ndice de Tablas XVIII
ndice de Figuras XXI
Referencias 311
Apndices 332
XVII
ndice de Tablas
PARTE TERICA
Tabla 1. VP segn la forma. .. 31
Tabla 2. Concurrencia de las formas de VP 35
Tabla 3. VP segn el objeto. 38
Tabla 4. Estudios sobre prevalencia de VP a nivel internacional.. 41
Tabla 5. Prevalencia de VP en algunos pases. 47
Tabla 6. Ciclo de la VP: Patrn de comportamiento violento en la pareja 70
Tabla 7. Distinciones entre vergenza y culpa...... 105
Tabla 10. Revisin de estudios aleatorizados (experimentales) sobre VP. ......................... . 128
Tabla 11. Revisin de estudios no aleatorizados (no experimentales) sobre VP. ................ . 129
Tabla 12. Programa de tratamiento para mujeres vctimas de VP ...................................... 134
Tabla 13. Componentes y tcnicas del programa de tratamiento ...................................... 173
Tabla 14. Resumen del programa de tratamiento .............................................................. 174
Tabla 15. Anlisis de fiabilidad de los instrumentos utilizados ....................................................... 175
Tabla 16. Caractersticas sociodemogrficas de las mujeres. ............................................. 180
Tabla 17. Caractersticas socioeconmicas de las mujeres. ............................................... 182
Tabla 18. Algunas Caractersticas de la salud mujeres ...................................................... 183
Tabla 19. Caractersticas de la familia . .............................................................................. 185
Tabla 20. Tipo de relacin de la mujer con los miembros de la familia .............................. 185
Tabla 21. Redes de apoyo entre los tres grupos ................................................................ 187
Tabla 22. Caractersticas de los maltratadores .................................................................. 189
Tabla 23. Caractersticas de la relacin de pareja ............................................................. 191
Tabla 24. Otras caractersticas de las relaciones de pareja................................................ 192
Tabla 25. Caractersticas de la VP .................................................................................... 193
Tabla 26. Formas de VP ..................................................................................................... 195
Tabla 27. Caracterstica de la violencia (inicio y curso) .................................................... 197
Tabla 28. Ciclo de la violencia (reacciones ante la VP) ..................................................... 199
Tabla 29. Violencia Compleja .............................................................................................. 201
Tabla 30. Aspecto Jurdico ................................................................................................. 203
Tabla 31. Puntuaciones escala de gravedad de VP ............................................................ 205
Tabla 32. TEPT de los tres grupos pretest. .......................................................................... 206
Tabla 33. TEPT criterio y sntomas en los tres grupos en el pre tratamiento . ................... 207
XVIII
Tabla 34. Principales sntomas por criterio y grupo ........................................................... 208
Tabla 35. Sintomatologa concomitante pretest: Ansiedad, depresin y autoestima ........... 209
Tabla 36. Sintomatologa concomitante pretest: Cogniciones postraumtica
e inadaptacin ..................................................................................................................... 210
Tabla 37. Otras variables relacionadas con la VP ................................................................ 213
Tabla 38. Prueba chi-cuadrado (X2): intergrupo: GT y GNT. sociodemogrficas y VP ... 214
Tabla 39. Chi-cuadrado para variables violencia compleja................................................ 215
Tabla 40. Ancova de sintomatologa del TEPT y sintomatologa concomitante en los
pretest con covariables cualitativas que presentan diferencias significativas ................... 216
Tabla 41. Ancova de TEPT y variables concomitantes teniendo en cuenta las variables
que mostraron diferencias entre el GT y GNT .................................................................... 217
Tabla 42. Contraste de Levene en covariables. ................................................................... 218
Tabla 43. Chi-cuadrado (X2): Variables sociodemogrficas y VP. ..................................... 219
Tabla 44. Chi-cuadrado (X2): variables violencia compleja. .............................................. 220
Tabla 45. Ancova de la sintomatologa concomitante al TEPT en los pretest
con covariables cualitativas que presentan diferencias significativas. ................................ 221
Tabla 46. Ancova de TEPT y variables concomitantes teniendo en cuenta las variables
que mostraron diferencias entre el GT y GNV. ................................................................... 222
Tabla 47. Prueba de Levene para = de varianzas en los criterios del TEPT y en la
sintomatologa concomitante. .............................................................................................. 223
Tabla 48. Contraste de Levene sobre igualdad de varianzas de error de variables del
TEPT y concomitantes GT y GNV......................................................................................... 224
Tabla 49. Participantes y grupos. ........................................................................................ 225
Tabla 50. Motivos y momentos de los abandonos del proceso . ........................................ 226
Tabla 51. Abandono teraputico por sesin y motivo ........................................................ 226
Tabla 52. Participacin en las sesiones de terapia.............................................................. 227
Tabla 53. Frecuencia de mujeres por sesin de terapia y cumplimiento de tareas ............ 227
Tabla 54. Satisfaccin con el tratamiento. ......................................................................... 229
Tabla 55. Valoracin de los componentes del programa.................................................... 229
Tabla 56. Valoracin de las tcnicas aprendidas. .............................................................. 231
Tabla 57. Evaluacin del cambio percibido ........................................................................ 232
Tabla 58. TEPT global y subescalas comparacin medidas pre y postratamiento. ............ 233
Tabla 59. Sintomatologa concomitantes al TEPT en el GT. .............................................. 233
Tabla 60. TEPT, subescalas y sntomas GT pre y postratamiento. ...................................... 235
Tabla 61. Sintomatologa concomitante al TEPT pre y postest. .................... 236
Tabla 62. Sintomatologa concomitante al TEPT cambios pre y post por niveles de
XIX
gravedad. .............................................................................................................................. 237
Tabla 63. TEPT pre y postratamiento en los dos grupos. ................................................... 238
Tabla 64. Ancova TEPT y subescalas en GT y GNT .......................................................... 241
Tabla 65. TEPT y subescalas resultados por diagnstico pre y postratamiento en
los dos grupos. .................................................................................................................... 242
Tabla 66. Sintomatologa concomitante pre y postratamiento en los dos grupos. ............. 243
Tabla 67. Inadaptacin y cogniciones postraumticas en los dos grupos. ......................... 245
Tabla 68. Sintomatologa concomitante GT y GNT. .......................................................... 248
Tabla 69. Sintomatologa concomitante antes y despus del tratamiento. ......................... 250
Tabla 70. TEPT y subescalas postratamiento y seguimientos en los dos grupos. ............. 253
Tabla 71. Ancova para la comparacin entre post GT y GNT. ......................................... 254
Tabla 72. Sintomatologa concomitante al TEPT en los dos grupos. ................................ 259
Tabla 73. Ancova Concomitantes comparacin GT y GNV. ............................................... 260
Tabla 74. TEPT del grupo de tratamiento pretest, postratamiento y seguimientos. ............ 261
Tabla 75. Mantenimiento de los resultados del tratamiento en el TEPT ............................ 263
Tabla 76. Sintomatologa concomitante pre, postratamiento y seguimientos...................... 265
Tabla 77. Mantenimiento de los resultados del tratamiento en variables concomitantes
(Ansiedad, depresin, Autoestima) al TEPT ........................................................................ 266
Tabla 78. Mantenimiento de los resultados del tratamiento en variables concomitantes
(Inadaptacin, cogniciones postraumticas) al TEPT. ....................................................... 268
Tabla 79. Anlisis de tcnicas utilizadas en la gua de tratamientos y su comparacin
con las directrices de la ISTSS (2009) .................................................................................. 301
Tabla 80. Anlisis de las caractersticas de la metodologa del estudio en comparacin
con los lineamientos de la ISTSS (2009) ............................................................................... 305
XX
ndice de Figuras
Figura 1. Anlisis funcional del trauma en VP ................................................................... 51
Figura 2. Factores de riesgo para VP. ................................................................................ 54
Figura 3. Mantenedores de la VP ....................................................................................... 76
Figura 4. Modelo de Trauma Psicolgico............................................................................ 86
Figura 5. Evaluacin del trauma ......................................................................................... 111
Figura 6. Modelo de tratamiento centrado en el trauma .................................................... 139
Figura 7 . Proceso de seleccin de las participantes ......................................................... 160
Figura 8 . Variables del TEPT y sintomatologa concomitante en los dos grupos. ............. 219
Figura 9. TEPT y variables concomitantes en los dos grupos. ........................................... 222
Figura 10. Componentes del programa que ms utilizan las mujeres. ................................ 230
Figura 11. Tcnica ms utilizada por las mujeres .............................................................. 230
Figura 12. Utilizacin de las tcnicas en otras situaciones de VP. .................................... 231
Figura 13. Puntuaciones de la escala de cambio percibido en el GT .................................. 232
Figura 14. TEPT global pre y post en los dos grupos. ........................................................ 238
Figura 15. Reexperimentacin pre y postratamiento en los dos grupos. ........................... 239
Figura 16. Evitacin pre y postratamiento en los dos grupos ........................................... 239
Figura 17. Hiperactivacin pre y postratamiento en los dos grupos. .................................. 240
Figura 18. Ansiedad en los dos grupos pre y postratamiento. ............................................. 244
Figura 19. Depresin en los dos grupos pre y postratamiento. .......................................... 244
Figura 20. Autoestima en los dos grupos pre y post. ........................................................... 245
Figura 21. Inadaptacin en los dos grupos pre y postratamiento ...................................... 246
Figura 22. Cogniciones postraumticas global en los dos grupos. .................................... 246
Figura 23. Subescalas de cogniciones postraumticas en los dos grupos ......................... 247
Figura 24. TEPT escala global en los dos GT y GNV. ....................................................... 251
Figura 25. Reexperimentacin en los dos grupos: GT y GNV. ............................................ 252
Figura 26. Evitacin en los dos grupos: GT y GNV............................................................. 252
Figura 27. Hiperactivacin en los dos grupos: GT y GNV. ................................................ 253
Figura 28. Ansiedad en los dos grupos: GT y GNV. ........................................................... 255
Figura 29. Depresin en los dos grupos: GT y GNV ........................................................... 256
Figura 30. Autoestima en los dos grupos: GT y GNV. ........................................................ 256
Figura 31. Cogniciones postraumticas en los dos grupo. .................................................. 257
Figura 32. Cogniciones postraumticas acerca de s misma . ............................................. 257
Figura 33. Cogniciones postraumticas acerca del mundo . .............................................. 258
Figura 34. Cogniciones postraumticas: autopunicin . ..................................................... 259
Figura 35. TEPT pre tratamiento, post tratamiento y seguimientos. ................................... 262
XXI
Figura 36. Subescalas del TEPT pre, postratamiento y seguimientos. ............................... 262
Figura 37. Seguimiento en la sintomatologa concomitante al TEPT.................................. 264
Figura 38. Seguimientos de la escala de inadaptacin y cogniciones postraumticas........ 267
Figura 39. Cogniciones Postraumticas: subescalas de s misma, del mundo
autopunicin. ........................................................................................................................ 267
Figura 40. Situacin actual de la mujer en relacin con el maltratador. ............................ 269
Figura 41. Formas de VP despus del tratamiento. ............................................................. 269
Figura 42. El maltratador es de una relacin nueva o antigua. .......................................... 270
Figura 43. Frecuencia de reincidencia en VP .................................................................... 270
Figura 44. Atribucin de las razones por las que se repite la VP........................................ 271
Figura 45. VP en presencia de los hijos. .............................................................................. 271
Figura 46 Falta de expresiones afectivas por parte de la pareja. ....................................... 271
Figura 47. Medios econmicos y dependencia econmica .................................................. 272
XXII
PRESENTACIN
La violencia de pareja (VP) es un problema frecuente en las relaciones familiares y de pareja que
tiene importancia en la esfera social y en la salud pblica. El reconocimiento del problema no ha sido
fcil, cambiar de ser un problema que slo afectaba a la mujer quien sufra en silencio, a ser un
problema familiar y social, reconocido en la mayora de pases, en gran parte se debe al inters y
movilizacin que han realizado diferentes organizaciones gubernamentales y no gubernamentales,
pblicas y privadas que defienden los derechos de las mujeres y vctimas en general.
A la par del reconocimiento de la problemtica tambin ha avanzado el conocimiento y
comprensin sobre la VP. Hoy por hoy se sabe que la violencia en pareja no siempre es igual, que no
se basa exclusivamente en el poder y el control masculino, y que no es un problema slo de relaciones
heterosexuales ni de parejas que conviven (Johnson y Ferraro, 2000; Rigg, Caulfield y Fair, 2009).
Una revisin extensa de estos avances permitir conocer definiciones ms exactas y reconocidas
internacionalmente, as mismo evaluar la utilizacin de la metodologa, protocolos y guas
de evaluacin y tratamientos recomendados, con amplio soporte cientfico, y que suponen
procedimientos bien establecidos en cuanto a eficacia teraputica, respaldada por fundamentos
empricos. En los avances sobre el estudio y comprensin de la VP quedan algunos aspectos por
resolver que llaman la atencin, en cuanto a la intervencin clnica y efectividad teraputica. Por un
lado, reducir el impacto psicolgico que tiene la VP en mujeres colombianas, a la vez que se evala la
efectividad de un protocolo y gua de tratamiento que ha mostrado ser eficaz en Espaa y Mxico.
Por lo tanto, este estudio se divide en dos grandes apartados. El primero es terico, y trata de
recoger planteamientos formulados recientemente por expertos e investigadores que han validado el
conocimiento con su experiencia clnica y cientfica. El segundo es emprico y que contiene la parte
aplicada del estudio, incluye a su vez tres apartados importantes, el metodolgico, los resultados y la
discusin y conclusiones. Se finaliza con las referencias bibliogrficas y apndices.
La parte inicial, el marco terico, trata de revisar los principales conceptos, teoras, y soporte
emprico a este estudio. Se divide en cuatro apartados, el primero, contiene las definiciones y
tipologas. El segundo versa sobre la prevalencia de VP en tres pases para tener de referencia los
estudios en Estados Unidos, y considerar los desarrollos de investigacin quiz ms punteros, en
Espaa donde ha surgido el protocolo que se pretende evaluar y donde ha desarrollado especialmente
su trabajo el grupo de investigacin de la Universidad Complutense y, en Colombia por ser el
contexto donde se va a intervenir. El tercer apartado se propondr un modelo explicativo del
desarrollo del trauma en las vctimas de VP basado en el anlisis funcional de la VP (antecedentes,
conducta, y consecuentes).
La ltima parte contiene aspectos relacionados con el trauma psicolgico, centrado en la
descripcin, definicin, evaluacin, diagnstico, y tratamiento del TEPT y sintomatologa
concomitante. En este ltimo apartado terico se enfatiza sobre los protocolos y guas que ha
XXIII
mostrado efectividad teraputica y hace una exposicin de las mejores prcticas clnicas para
intervenir en VP. Adems, se resalta la importancia de centrarse en determinados componentes del
programa de tratamiento, sealando con evidencias, el respaldo que ha tenido la terapia cognitivo-
conductual centrada en el trauma.
Respecto a la parte emprica, tras recoger el problema, los objetivos e hiptesis, se aborda la parte
del mtodo, en la que se detalla la forma en que se realiz la investigacin. Se describe la muestra, en
el diseo, procedimiento e instrumentos seleccionados para este estudio. El procedimiento utilizado se
adapta a las sugerencias internacionales para investigaciones de tratamiento bien establecido.
En el apartado de los resultados, los datos se esquematizan y agrupan para facilidad y
comprensin, luego se analizan en el apartado correspondiente a la discusin, que adems de
contrastar los datos a la luz de otras investigaciones y propuestas tericas basadas en evidencia
cientfica, seala algunas conclusiones y apunta recomendaciones de importancia por sus
implicaciones clnicas y sus aplicaciones en el contexto colombiano. Se finaliza con posibles logros y
limitaciones como proceso de reflexin y autoevaluacin.
Por ltimo, a pesar de que el problema de la VP no es fcil de entender y abordar, este estudio
pretende facilitar una actualizacin de conocimientos y datos que respalden de manera cientfica los
protocolos y guas de tratamiento clnico, y presentar aspectos que trascienden una realidad cultural
concreta, donde se resalta la importancia de acercar la investigacin clnica al mbito social, porque
es all donde que se presentan los problemas y donde se necesitan los conocimientos y aportaciones
que pueda dar la psicologa.
Por tal razn, este estudio hace parte de un trabajo integral en el que se ha tratado de articular los
conocimientos de la academia, en este caso la Universidad Complutense de Madrid, la cooperacin
del vicerrectorado del cooperacin al desarrollo de la (UCM), de mi trabajo al frente del rea de
responsabilidad social empresarial (RSE) de la empresa espaola Todd Feldman Traduccin S.L. y el
trabajo en red con las instituciones locales, Gobernacin de Santander y Fundacin Fomentar en
Colombia, ONG que presido desde hace diez aos y en los que hemos podido trabajar llevando la
psicologa a las personas en situacin de vulnerabilidad y de pocos recursos econmicos, al tiempo
que se transmite los conocimientos de la poblacin general a la academia a travs de participacin en
eventos internacionales en la APA y en la ISTSS y en un futuro prximo en artculos de investigacin.
Los frutos de estos esfuerzos son los que se presentan a continuacin.
XXIV
1. PARTE TERICA
La violencia contra las mujeres es, cada vez ms, un tema reconocido de gran importancia presente
en las agendas de las organizaciones internacionales en lo referente a derechos humanos, sanidad
pblica, paz y seguridad, y desarrollo en general (Lary y Garca-Moreno, 2009). Tambin es inters
de los cientficos sociales, los profesionales de la sanidad pblica, los encargados de disear polticas
pblicas, los clnicos y los defensores de las mujeres maltratadas (Ellberg y Heise, 2005; Hamberger y
Holtzworth-Munroe, 2009).
Jose y OLeary (2009), revisando la evolucin que ha tenido la VP en Estados Unidos, sealan que
la transicin del silencio y lo privado de la VP, a lo pblico se produjo en este pas hace poco ms de
tres dcadas, concretamente en 1977, con el caso de violencia de pareja de Bruno vs. Codd, del que se
concluy que la polica deba considerar la VP como un delito, padecido por toda la sociedad y no
nicamente por las clases marginadas. Tres aos ms tarde, la violencia sexual entre cnyuges se
tipific como delito (Small y Tetreault, 1990 citados por Jose y OLeary). Es ms, la denuncia pblica
de este delito pas a ser un asunto poltico con grandes repercusiones sociales.
A pesar de que desde los aos ochenta vienen sentndose las bases para el estudio de la VP, por un
lado por los estudios y modelos explicativos sobre el ciclo de la violencia de Walker 1979, y por otro
lado mediante la inclusin del TEPT como trastorno psicopatolgico en el DSM III (1980), los
conocimientos han evolucionado y cambiado gracias a la investigacin y la evidencia cientfica.
Se debe recordar que por esa poca se crea que el rol de vctima y maltratador siempre recaa en la
misma persona: los hombres siempre eran los maltratadores y usaban la violencia para adquirir poder
y control sobre sus mujeres. Tambin se pensaba que las mujeres slo agredan en defensa propia y
que permanecan en la situacin de violencia a causa de su impotencia aprendida, llegando a
escuchar argumentos como si te ha pegado una vez, volver a hacerlo. Tambin se crea que las
intervenciones con maltratadores resultaban efectivas y que el tratamiento para las parejas que
experimentaban violencia no resultaba efectivo (Stith y McCollum, 2009).
Teniendo en cuenta el desarrollo de conceptualizaciones multifacticas de la VP se pueden
encontrar: perspectivas biolgicas, psicolgicas y socioculturales (Rigg y otros, 2009; Woodin y
OLeary, 2009). Por esto, abordar la VP desde una perspectiva biopsicosocial permitir entender ms
ampliamente la problemtica con el fin de determinar las mejores acciones para su intervencin.
A pesar de que en la VP son ms frecuentes los casos de violencia psicolgica y fsica, no se debe
ignorar la violencia sexual, que muchas veces suele concurrir con los otros tipos de violencia y suele
darse de forma ms comn de lo que se piensa.
25
En la actualidad, en los pases que ha reconocido la VP como un problema tambin reconocen la
importancia de la violencia psicolgica, por acompaar las otras formas de violencia y por el impacto
que tiene en la salud mental de la vctima y su entorno.
Al revisar las investigaciones sobre VP, resaltan las dificultades relacionadas con la
conceptualizacin y su delimitacin con otras disciplinas cientficas. Se encuentran con facilidad
problemas en las definiciones, falta de claridad conceptual y problemas metodolgicos (seleccin de
muestras, procedimiento e instrumentos utilizados).
Desde una perspectiva jurdica, se derivan trminos como agresin, violencia, maltrato,
malos tratos, coercin, violacin, asalto, y abuso, entre otros; desde la perspectiva
relacional, aparecen las expresiones conyugal, domstica, de gnero, de pareja y familiar
que, en combinacin con los sustantivos anteriormente enumerados, dan como resultado un sinfn de
trminos propios del da a da. El trmino en ingls ms utilizado y sugerido es intimate partner
violence (IPV).
En espaol, para referirse a la relacin, se utiliza el trmino pareja, por lo que la especificacin
ntima no es necesaria, ya que su sentido se sobreentiende. En ingls, sin embargo, esta
especificacin resulta necesaria, ya que la palabra partner resulta demasiado amplia (puede referirse a
compaeros de ndole no necesariamente sentimental, socios, etc.) El trmino utilizado en este estudio
ser violencia de pareja (VP).
Las definiciones amplias son las ms recomendadas, ya que se ajustan mejor a los sentimientos
subjetivos de las mujeres respecto a qu es abusivo o ultrajante. Las definiciones amplias han sido
admitidas y adoptadas por diferentes entidades internacionales, como por ejemplo, los centros de
investigacin y control, y los llamados observatorios de la violencia. Entre ellos, destacan los Centros
para el control y prevencin de enfermedades (Centers for Disease Control and Prevention) de
Estados Unidos, donde, entre otras cosas, se encargan de la supervisin y la monitorizacin de la
violencia contra la mujer.
26
Estos centros desarrollan su actividad de igual forma que otros organismos internacionales
encargados de la salud mental en el mundo y que intervienen para combatir la violencia contra la
mujer (VCM) en sus diferentes dimensiones, lo cual implica que sus definiciones sean tenidas en
cuenta a escala mundial dadas sus cualidades de globalidad, amplitud y cobertura.
Estas definiciones tambin han tratado de reconciliar los diferentes enfoques tericos y cientficos
entre las principales corrientes empricas psicosociales con la investigacin de la VCM y los enfoques
feministas.
Unas definiciones muy ajustadas reducen el nmero de casos que se identifican, esto puede llevar a
desproteger a parte de la poblacin vctima e ignorar las experiencias subjetivas de los afectados.
Incluso pueden llegar a no reconocer y excluir parte de la problemtica como, por ejemplo, la
violencia sexual y psicolgica, y slo centrarse en la fsica. Tambin ha de reconocerse que las
autoridades responsables de formular estas polticas tienden a escuchar tan slo a grupos numerosos o
amplios de poblacin afectada.
Por otro lado, resulta importante unificar los criterios y crear un slo cuerpo de conocimientos
coherente que permita entender la complejidad de la VP para poder intervenir y prevenirla.
Este inters unificador de criterios fue adoptado por los miembros de la APA que, desde 1988, ha
trabajado en ello. Tanto es as que, en 1999, crearon el comit de la Comisin de las Divisiones de
Relaciones APA (CODAPAR), un grupo de trabajo que rene a representantes de diferentes
divisiones interesadas en las relaciones interpersonales: Psicologa y familia (43), Sociedad para la
psicologa de la mujer (35), Sociedad para el estudio psicolgico de asuntos de homosexuales y
bisexuales (44), Sociedad para el estudio psicolgico de asuntos de minoras tnicas (45) y Sociedad
para el estudio psicolgico de hombres y masculinidad (51). El resultado de su trabajo fue presentado
en el encuentro anual de la APA de 2001 en San Francisco (APA, 2002).
1. Ha sido reconocida por la ONU como el crimen encubierto ms frecuente del mundo.
2. Representa un problema social y no un fenmeno aislado, ya que la familia es uno de los focos
ms destacado de la sociedad.
4. Suele producirse de manera crnica y cclica, y con intensidad creciente, pudiendo variar desde
los insultos hasta el feminicidio (muerte de la mujer a manos de su pareja).
6. Puede adoptar formas muy diversas en las diferentes culturas, y es extremadamente cruel, por
ejemplo, en algunos pases islmicos, donde llegan a infligirse quemaduras con cido, lapidaciones,
flagelaciones pblicas y asesinatos por honor o dote.
Por lo tanto, el desarrollo de un modelo de trabajo de VP est constituido por definiciones de
violencia contra la mujer y violencia familiar, si bien deben hacerse ciertas distinciones. En la misma
direccin de propuestas integradoras como las de Ellberg y Heise (2005) y Pueyo (2009) quienes
coinciden que la VP converge de un problema de violencia de gnero y de violencia familiar, al igual
que el abuso sexual infantil intrafamiliar.
La Organizacin de Naciones Unidas (ONU, 1994) propone que la violencia contra la mujer es
todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como
28
resultado un dao o sufrimiento fsico, sexual o psicolgico para la mujer, as como las amenazas de
tales actos, la coaccin o la privacin arbitraria de libertad, tanto si se producen en la vida pblica
como en la vida privada, a manos de su cnyuge o pareja. En la misma direccin, la ley colombiana
1257 de 2008, define la VCM como cualquier accin u omisin, que le cause muerte dao o
sufrimiento fsico, sexual, psicolgico, econmico o patrimonial por su condicin de ser mujer, as
como las amenazas de tales actos, la coaccin, o la privacin arbitraria de la libertad, bien sea que se
presente en el mbito pblico o privado. En consecuencia y en una adecuada interpretacin de la
norma el alcance incluye las relaciones de pareja o expareja (Forero, 2010).
Sanmartn (2007) plantea que lo mejor sera hablar de violencia contra la mujer en diferentes
contextos, como por ejemplo, la violencia contra la mujer en el mbito familiar, de violencia contra la
mujer a manos de la pareja, etc. De este modo, segn este autor el concepto quedara ms claro y se
evitara caer en disquisiciones bizantinas muy comunes en la actualidad.
Dentro de la violencia familiar se puede encontrar la violencia domstica, trmino que se refiere a
aquella violencia que se da en relacin con las personas que conviven en el mismo hogar,
generalmente con vnculos familiares, si bien este aspecto no es exclusivo ni necesario para este tipo
de violencia.
Por domstico se alude, literalmente, al maltrato o violencia que se da entre personas que
comparten domicilio o morada, tengan o no relacin de parentesco. Se debe recordar que proviene del
latn domus, que significa casa u hogar.
Por ejemplo, destaca la definicin asumida por las Naciones Unidas respecto a violencia
domstica: aquella violencia que se produce en la pareja siempre y cuando exista o haya existido un
vnculo afectivo entre sus miembros, sin importar el tipo de unin y la orientacin sexual de sus
miembros (ONU, 1994).
29
Un aspecto importante de esta definicin es que incluye dentro de la VP tanto a parejas que
convivan como a parejas que no lo hagan, por lo que abarca a ex parejas y parejas de novios.
Asimismo, es ms amplia porque incluye no slo a las parejas heterosexuales sino tambin a otro tipo
de relaciones, sin contemplar su sexo ni orientacin sexual.
Adems, el maltrato se define como el ...patrn de abuso fsico, sexual o psicolgico que se da en
relaciones ntimas (APA, 2002, p. 2). Es ms, el concepto de violencia en su sentido estricto puede
entenderse como cualquier accin u omisin intencional que dae o pueda daar a una persona
(Sanmartn, 2007).
Tambin se opta por usar el trmino pareja en lugar del adjetivo conyugal para describir las
diversas formas de violencia y, as, incluir a las parejas heterosexuales y homosexuales,
independientemente de que convivan o no.
En relacin con la utilizacin de los trminos violencia, maltrato y abuso, parecen no existir
grandes diferencias en cuanto a su uso. Sin embargo, para esta investigacin se prefiere hablar de VP
30
por dos razones: a) se habla de violencia para dar una imagen ms clara de la gravedad del problema
en cuestin (Labrador y Rincn, 2002) y, b) al utilizar los vocablos violencia y pareja, se respeta
la coherencia con los trminos actualmente empleados en el mbito jurdico e internacional.
Finalmente, se debe precisar que el trmino VP se utilizar para describir la violencia que sufren
las mujeres en las relaciones afectivas, tanto a manos de sus parejas como de sus ex parejas. Se suele
entender por violencia de pareja el cmulo de diversas conductas violentas de tipo psicolgico, fsico
y sexual, siendo la primera la ms estudiada y antecesora a la violencia fsica (OLeary y Woodin,
2009).
Las diferentes formas de violencia se pueden reducir a tres categoras: fsica, psicolgica y sexual.
A pesar de que en la realidad suelen presentarse conjuntamente, se ha procedido a su separacin para
su estudio y abordaje.
Se ha encontrado que en relaciones altamente violentas tanto mujeres como hombres presentan
niveles altos de violencia psicolgica en relacin con dos aspectos: el dominio y el control (Ehrensaft,
Moffitt y Caspi, 2004; Medeiros y Straus, 2007).
En general, las investigaciones sealan que la violencia psicolgica, sobre todo la conducta
controladora, es el sello de las relaciones ms violentas fsicamente. Sin embargo, las consecuencias
fsicas y psicolgicas del abuso psicolgico son clnicamente ms significativas en las mujeres que en
los hombres.
Aunque ciertos estudios apuntan que las mujeres empleaban la violencia como un medio de
expresin emocional (comunicar la frustracin y la angustia resultantes del comportamiento abusivo
de la pareja), algunas investigaciones ms recientes reflejan que tanto hombres como mujeres
inmersos en relaciones fsicamente agresivas emplean la violencia para el control instrumental de su
pareja (Babcock, Miller y Siard, 2003).
Asimismo, los dos miembros de la pareja perciben al otro miembro como controlador (Ehrensaft y
otros 2004).
La tabla 1, presenta un resumen de las caractersticas principales de cada una de las formas de VP.
31
Tabla 1. VP segn la forma
33
El acoso es una forma de VP que se ha extendido no slo en el mbito domstico sino en las
relaciones en donde la convivencia ha cesado, especficamente en las ex parejas, aspecto que ha
comenzado a ser del inters de los investigadores y a tratarse en la literatura cientfica (Logan,
Walker, Jordan y Leukefeld, 2006). Ms an, a pesar de que termine la relacin de pareja, esto no
garantiza que la VP se detenga, ya que puede que el rol de pareja termine, si bien contina el rol de
padres en caso de que haya hijos. Esta situacin hace que la violencia contine y aparezca el acoso
por parte de la ex pareja en forma de llamadas por telfono, pararse frente al antiguo hogar, presencia
en el trabajo, etc., o mediante la utilizacin de los hijos.
Considerar que la VP puede darse de diferentes formas (fsica, psicolgica y sexual) ha sido un
acierto, al igual que reconocer que en la realidad estas formas de violencia contra la pareja suelen
interactuar frecuentemente y concurren entre s.
Si una persona llega a consulta o afirma ser vctima de VP, probablemente se piense que tiene
consigo un historial de violencia y haya sufrido las diferentes formas de VP.
Labrador, Rincn, De Luis y Fernndez-Velasco (2004) proponen que se debe reconocer que las
tres formas de violencia no son excluyentes, sino todo lo contrario: son concurrentes. En ocasiones se
pueden dar de forma simultnea sin necesidad de que concurran en la misma intensidad (por ejemplo,
mientras se pega, se grita; o mientras se abusa sexualmente, se humilla), situacin que depender del
curso de la relacin y el tiempo de tolerancia de la VP.
34
Tabla 2. Concurrencia de las formas de VP
Monson, Langhinrichsen-Rohling y Taft (2009) El maltratador no suele amenazar en En parejas la violencia sexual es difcil de medir debido a
sealan algunos aspectos de la concurrencia vano y cumple sus amenazas de usar la sus consecuencias leves a escala fsica pero graves a
psicolgica con otras formas de VP: violencia fsica; esto se debe tener en escala psicolgica.
cuenta debido a que puede aumentar el
- La coercin sexual psicolgica es importante En parejas o ex parejas, evaluar la violencia sexual no es
riesgo de violencia si la mujer tiene
porque es bastante habitual e implica efectos fcil porque no hay testigos, y slo la mujer puede decir si
problemas en percibir la amenaza y sus
perjudiciales. fue en contra de su consentimiento (Cling, 2004).
consecuencias.
- La coercin sexual se solapa con otras Segn Bennice, Resick, Mechanic y Astin (2003), se
Monson y otros (2009) proponen:
definiciones como violencia psicolgica y control explica mejor la diferencia de los sntomas de TEPT al
interpersonal. Utilizar mtodos coercitivos para - Determinar el riesgo de las amenazas evaluar la gravedad de la violencia sexual cuando suele ser
conseguir que la vctima mantenga relaciones fsicas frente al uso de violencia fsica concurrente con la violencia fsica y no slo evaluar la
sexuales con el maltratador es similar a la violencia antes, durante y despus de la violencia violencia fsica.
psicolgica (amenazas). sexual.
A partir de los datos de comorbilidad entre violencia
- Cuando existe historial de relaciones sexuales - Evaluar el riesgo de que aumente la sexual y fsica obtenidos a partir de muestras por
consentidas en una pareja estable se debe tener en gravedad de la violencia, si tanto la conveniencia recogidas en hogares de acogida para
cuenta la diferencia entre persuasin y coercin. vctima como el agresor se sienten mujeres (el 33% haban sido vctimas de violencia sexual
satisfechos sexualmente en relacin con y el 59% de violencia fsica), se encontr concurrencia
Algunas relaciones de pareja se caracterizan por la
la violencia fsica y sexual. respecto a la gravedad y frecuencia de violencia fsica y
violencia psicolgica y otras por niveles
sexual (Walker, 2009).
relativamente bajos de violencia fsica; sin Usar violencia fsica o amenazar son
embargo, aqullas que se consideran como las ms factores importantes para alcanzar algn Akar, Aksakal, Demirel, Durukan, zhan (2010) sealan
perjudiciales necesariamente renen niveles objetivo del maltratador, ya sea de una prevalencia de violencia sexual de 31,3% y de este
elevados de violencia psicolgica y fsica carcter sexual o de otra ndole. porcentaje ms de la mitad (57,6%) tambin
(Ehrensaft y otros, 2004; Johnson y Ferraro, 2000). experimentaron violencia fsica.
Cuando se usa violencia fsica y psicolgica para
conseguir relaciones sexuales, ests se consideran parte de
la topografa de la violencia sexual (Monson y otros
2009).
35
Para algunos maltratadores, estas tres formas de violencia constituyen mtodos intercambiables
para ejercer dominio y control en la relacin. Adems, cierta violencia sexual puede tener una
funcionalidad, esto es, mantener relaciones sexuales para detener la VP o evitar que se siga
produciendo como compensacin o medio para evitar otras formas de violencia (Monson y otros,
2009).
Algunos estudios demuestran que lo ms frecuente en la VP es que concurran las tres formas de
violencia. Esta concurrencia es fcil que se produzca debido a otras caractersticas de la VP como por
ejemplo, la cronicidad reflejada en la tolerancia de la VP por ms de 10 aos (Alonso, 2007;
Echebura y Corral, 1998; Labrador y otros, 2004; Ruiz-Prez, I.,.y grupo de estudio para la
violencia de gnero, 2006).
Por otro lado, se destaca que la violencia psicolgica no necesariamente conlleva a violencia fsica.
Sin embargo, se considera como la forma ms frecuente de VP en todo el mundo (Alhabib, Nur y
Jones, 2010; Ruiz-Prez y otros, 2006).
Lo cierto es, que la violencia fsica se puede considerar de alguna forma violencia psicolgica
porque las personas se sienten ultrajadas y avergonzadas cuando se les golpea (Dutton y Golant,
1997). Por ejemplo, las marcas o cicatrices dejadas por las lesiones fsicas dejan consecuencias
psicolgicas en las mujeres insatisfaccin con su cuerpo e imagen corporal que a su vez conducen a
sintomatologa psicopatolgica (Weaver, Resnick, Kokoska y Etzel, 2007).
Al revisar el estudio de DeGue y DiLillo (2005) sobre violencia sexual, es posible establecer la
concurrencia de las tres formas de violencia. Por un lado, si la violencia sexual presenta un
componente psicolgico (coercin verbal) la denomina coercin sexual, y por otro, si la violencia
presenta un componente fsico (uso de fuerza fsica) la denomina agresin sexual.
38
Adems, destacar que los estudios sobre parejas del mismo sexo continan avanzando como, por
ejemplo, un reciente estudios sobre alcoholismo y VP en parejas de homosexuales y lesbianas
(Klostermann, Kelley, Milletich y Mignone, 2011).
Estos datos reafirman la propuesta de disponer de definiciones amplias que den la posibilidad de
incluir vctimas que sufren VP a pesar de sus caractersticas personales, tipo de relacin, orientacin
sexual, etc. Una perspectiva amplia conducira a mayor igualdad, inclusin y conocimiento de la
realidad de la VP.
En general, los investigadores han empezado a interesarse y estudiar la violencia situacional y la
VP de la mujer hacia el hombre a pesar de que este problema carezca de tanto reconocimiento social y
jurdico como lo ha tenido la violencia contra la mujer.
1.2 Prevalencia
El aumento de las tasas de prevalencia de VP ha hecho que tanto la salud pblica como los
cientficos clnicos y sociales hayan comenzado a considerar la VP como un problema de suma
importancia que debe ser tenido en cuenta.
Esta preocupacin no slo se extiende a las millones de mujeres que denuncian en las comisaras y
hogares de acogida, sino tambin a aquellas mujeres y hombres que corren riesgo de sufrir VP y que
nunca llegan a ser identificados por las instituciones porque no denuncian ni hacen pblica la
existencia de violencia.
Se reconoce que existe un gran nmero de personas que no denuncian, ya sea por miedo a las
consecuencias, a la intimidacin que sufren por parte de sus parejas o ex parejas, o porque los hogares
de acogida no admiten a vctimas con problemas colaterales a la VP como son el consumo de
sustancias psicoactivas (SPA) y psicopatologas graves (Ehrensaft, 2009).
Asimismo, algunos factores culturales y creencias sobre el rol de gnero y creencias tradicionales
como, por ejemplo, los tabes, creencias religiosas, la familia y el matrimonio ha influido en que no
se reconozca el problema sobre todo la violencia sexual en las relaciones de pareja (Ahrens, Isas,
Rios-Mandel y Lpez, 2010, Akar y otros, 2010).
No denunciar la VP se encuentra asociado a creencias sociales y a la cultura, por ejemplo, creer
que la VP es un asunto privado, tal y como apuntan Sanmartn, Iborra, Garca y Martnez (2010),
quienes en su estudio sobre la percepcin de las ONGs que trabajan con VP sealan que a pesar de
que las personas tienen conocimiento sobre la VP (98,5%) el 33% no se involucran en los problemas
de VP por considerar que es un asunto privado.
En esta misma direccin, Catalano (2007) en la Encuesta Nacional del crimen y victimizacin en
los Estados Unidos (2005) seala que el 22% de las mujeres y el 39% de los hombres tienen la misma
percepcin sobre la VP.
39
A estos problemas se suman otros problemas referidos al mtodo y al tipo de muestreo, dentro de
los que sobresale problemas en la definicin de VP, tipos de preguntas y criterios de evaluacin,
perodo de tiempo abarcado y registros, as como las medidas para garantizar la confidencialidad e
intimidad de las participantes.
A pesar de estos factores metodolgicos, sociales y culturales que afectan la estimacin real de la
situacin sobre la VP, se han realizado esfuerzos con el fin de obtener datos de incidencia y
prevalencia de VP a travs del uso de encuestas nacionales, registros de hogares de acogida, agencias
legales, hospitales, servicios pblicos y organismos internacionales (Alhabib y otros, 2010; APA,
2002; Krug, Dahlberg, Mercy, Zwi y Lozano, 2002; Riggs, Caulfield y Fair, 2009).
Algunos estudios internacionales sobre prevalencia se pueden revisar en la tabla 4.
40
Tabla 4. Estudios sobre prevalencia de VP a nivel internacional
Tipo de Estudio Autores-as Mtodo Tipo de violencia Edad Pases Resultados ndices de prevalencia
estudio
Encuesta Johnson, Ollus Entrevistas Violencia fsica y <16 - Australia, Violencia fsica
interna- y Nevala, 2007 telefnicas sexual sufrida en algn aos Repblica 6% (Hong Kong) y 36% (Mozambique)
cional momento de la vida Checa, Violencia sexual
Especficos sobre Dinamarca, 3% (Filipinas, Suiza) y 15% (Costa Rica)
VCM Hong Kong,
Lituania y
Polonia.
- Costa Rica,
Mozambique y
Filipinas
Estudio Sadowski, Entrevistas Violencia fsica: 15 y Chile, Egipto, Violencia fsica
World Hunter, en directo bofetada (mano 49 India y Filipinas 25% en Chile, 11% en Egipto, entre el 31% y el 43% en las
SAFE Bangdiwala y abierta), puetazo aos ubicaciones de la India, y 21% en Filipinas
sobre Muoz, 2004. (puo cerrado), patada
violencia o paliza (golpes
en el repetidos).
entorno
- Durante toda la vida
familiar
y durante el ltimo
De VCM
ao.
Estudio Garca- Estudios Violencia fsica, sexual 15 y Banglads, Violencia fsica
multipas Moreno, transver- y psicolgico- 49 Brasil, Etiopa, 13% (Japn) y 62% (Per). Bofetadas y puetazos.
de la OMS Jansen, sales en emocional. aos Japn, Namibia, Violencia grave entre 4% (Japn) y 49% (Per).
sobre Ellsberg, medio - Durante toda la vida Per, Samoa, El resto de pases oscilaba entre 13% y el 26%.
salud de la Heise y Watts, urbano y y durante el ltimo Serbia, El 19% y el 34% en todos los pases, a excepcin de Japn,
mujer y 2006. rural ao. Montenegro, Serbia y Montenegro, y el entorno urbano brasileo, donde se
violencia Repblica situaba entre el 4% y el 9% *.
contra la Unida de Violencia psicolgica
mujer Tanzania y Del 20% al 75% han sufrido al menos una forma de maltrato
Tailandia psicolgico, siendo el ms habitual los insultos, el menosprecio
y la intimidacin.
El 25% de las mujeres de Brasil y Per han sufrido amenazas.
El 66% han sufrido en ms de una ocasin.
41
Internacion Violencia fsica
ales 16% (Camboya) y 40% (Colombia). Repblica Dominicana y
Demogra- U.S. Agency Entrevista Violencia fsica, 15-49 Camboya, Hait muestran tasas similares (18% y 17%, respectivamente) y
phic and for sanitaria y sexual, emocional y aos Colombia, Nicaragua (28%).
Sanitarios Health International mdulo verbal Repblica Violencia sexual
Surveys, Development. especfico Dominicana, La tasa ms alta la presenta Hait (17%).
DHS Kishor y sobre VP Hait y Colombia y Nicaragua presentan tasas similares (11% y 10%).
Johnson, 2004 Nicaragua Las tasas ms bajas son las de Repblica Dominicana (6%) y
Camboya (4%).
Violencia fsica
Encuesta Centros para la Entrevista Violencia fsica a lo 15-44 Azerbaiyn, 5% (Georgia) y 29% (Rumana), durante la vida y
interna- prevencin y sobre salud largo de la vida y en el aos Georgia, especficamente el ltimo ao (2% y 10%, respectivamente).
cional control de reproduc- ltimo ao Moldavia, Violencia sexual
sobre salud enfermedades tiva Rumana, Rusia 6% (entorno urbano japons y entorno urbano de Serbia y
reproduc- de los Estados y Ucrania Montenegro) y 59% (Etiopa). La mayora de las ubicaciones
Sobre VCM tiva Unidos. CDC registr tasas situadas entre el 10% y el 50%. Las tasas de
(Interna- y ORC Macro, violencia sexual son ms bajas en comparacin con las de
tional 2003 violencia fsica, excepto en Etiopa, Banglads y entorno
Reprodu- urbano de Tailandia.
ctive
Health
Surveys,
RHS)
Nota: * Una posible explicacin de las tasas bajas para las mujeres de estas ubicaciones es el acceso limitado a recursos y oportunidades para abandonar a los compaeros
sentimentales violentos, o separarse o divorciarse de ellos.
Fuentes: traducido de Jose y OLeary (2009) APA , y estudios de la OMS http://www.who.int/en/ 2003, 2005,2006 Y 2007
42
Los resultados de estos estudios indican que la posibilidad de que una mujer sea maltratada,
herida, violada o asesinada por su pareja o ex pareja es ms alta que la de sufrir esta violencia a
manos de otra persona (Garca-Moreno, Jansen, Ellsberg, Heise y Watts, 2006).
En la mayora de los estudios, fue posible encontrar que entre, aproximadamente, el 50% y el 70%
de las mujeres que haban padecido violencia fsica de pareja en algn momento de sus vidas tambin
haban sufrido episodios de violencia grave.
La prevalencia a escala internacional se centran en la violencia fsica y psicolgica, dejando de
lado la prevalencia de la violencia sexual. Este problema en la definicin de VP, al igual que otros
problemas relativos a las muestras, ya sean por conveniencia o clnicas, radica en las limitaciones de
los estudios y debe tenerse en cuenta a la hora de generalizar los hallazgos (Monson y otros, 2009).
El resumen de algunos estudios sobre violencia sexual que reafirman la existencia e importancia
del problema, consltese el Apndice A.
A pesar de esto, es interesante sealar que en las muestras de vctimas de violencia fsica de pareja
o parejas insatisfechas en la relacin se registran tasas ms altas de violencia sexual por dos motivos:
1. La comorbilidad de experiencias violentas es alta, y
2. los problemas de pareja estn estrechamente relacionados con la violencia fsica (Stith, Smith,
Penn, Ward y Tritt, 2004b).
Al estudiar muestras epidemiolgicas y clnicas, se ha encontrado prevalencia de concurrencia
entre violencia fsica y psicolgica. Siendo mayor en la muestras clnica que alcanzan a llegar a la
mitad de las muestras mientras en los estudios epidemiolgicos llegan a un tercio de la poblacin
general. Adems, es de mencionar que las muestras tomadas en la clnica provienen de clnicas
universitarias y al igual que las muestras de la poblacin general, se caracterizan por ser parejas
jvenes (Akar y otros, 2010; Jose y OLeary, 2009).
Las muestras clnicas ponen de manifiesto la alarma en relacin con los casos de VP. Se ha podido
observar que un porcentaje alto de parejas que acuden a terapia se caracterizan por haber
protagonizado graves episodios de violencia fsica y, en ocasiones, regirse por un patrn de
intimidacin (Simpson y Christensen, 2005).
Los estudios de prevalencia pueden revestir dos formas: encuestas telefnicas, la ms comn en las
muestras comunitarias; y entrevistas estructuradas, propias de los tratamientos especializados
comunes a las muestras clnicas.
Jose y OLeary (2009) proponen que es posible que en parejas procedentes de muestras clnicas, la
intensidad y la frecuencia de la violencia psicolgica sea mayor que en muestras comunitarias, y que
tambin es posible que los datos de las muestras clnicas pueden infravalorarse debido a que el factor
de deseabilidad social influye sobre el testimonio de uno de los integrantes de la pareja.
Por la distancia entre los estudios clnicos y epidemiolgicos, y por los datos internacionales se
refuerza la idea de unificar criterios que faciliten las comparaciones entre diferentes pases y culturas.
43
Por tal razn, la OMS recomienda el uso de procedimientos estndar y guas que se puedan adaptar a
diferentes culturas, como por ejemplo, la gua prctica elaborada por Ellsberg y Heise (2005).
Consltese Researching Violence Against Women: A Practical Guide for Researchers and Activists.
47
Pas Normatividad Prevalencia e incidencia
Ley Orgnica de El Observatorio Estatal de Violencia sobre la Mujer (Ministerio de Sanidad y Poltica social e Igualdad, 2010)
Medidas de Proteccin seala que en 2007 y 2009 se han denunciado 403.958 casos de violencia de gnero. En 2009 las denuncias
Espaa
Integral contra la fueron de 135.540 un 4.6% menos que 2008. Las denuncias entre 2007 y 2009 fue de 369 diariamente.
Violencia de Gnero, Las cifras indicadas suponen ms de 367 denuncias diarias durante el perodo de dos aos (2007-2008).
aprobada en 2004, que Segn el Instituto de la Mujer, la denuncia de VP por parte de la mujer increment de 43.313 (2004) a 63.347
entr en vigor en 2005. (2007), mientras que en el caso de los hombres, se pas de 8.216 (2004) a 10.902 (2007). Existen estadsticas
desde 1983 sobre denuncias de hombres a sus esposas (de 11.516 a 16.378 en 1996). Esto evidencia que
tambin ha existido y se ha registrado esta problemtica de VP en casos en los que la vctima es el hombre.
Un estudio sobre prevalencia de VP en atencin primaria, seala que el 32% de las mujeres seala haber
sufrido VP al menos una vez en la vida. En la actualidad, siguen sufriendo VP el 17,8%. La mayora de las
mujeres sealan que la VP reviste carcter concurrente (fsica, psicolgica y sexual) y crnica (ms de 5 aos)
(Ruiz-Prez y otros, 2006). Del registro de casos entre 2007 a 2009 la mayora de casos (77,7%) provienen de
atestados policiales, el 11,4% de partes de lesiones, slo el 9,6% de las propias mujeres, un 0.8% de los centros
asistenciales y un 0,4% la denuncia la realizaron familiares de las vctimas.
Colombia
Desde 1996, el nico El Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses (INMLCF, 2010) seala que la violencia
recurso legal que intrafamiliar ha incrementado desde 2004 (59.770 casos) hasta 2009 (93.859). En el ltimo ao, el mayor
amparaba a las mujeres porcentaje de violencia intrafamiliar se da en las parejas (65%), seguido de violencia a otros familiares (18%),
vctimas de VP era la violencia infantil (15%) y, por ltimo, violencia contra el adulto mayor (2%).
Ley sobre violencia Se registraron 61.139 casos de VP entre 1999 y 2009. La distribucin de los datos por sexo sealan que las
intrafamiliar. A partir de mujeres son las ms vulnerables (54.192 casos, 88,6%) que los hombres (6.947 casos, 11,4%). Los datos
2006, se inicia el trabajo tambin sealan que la violencia no se dirige nicamente a las mujeres, sino que los hombres tambin son
en la Ley contra la vctimas.
violencia hacia las La informacin recogida por el INMLCF en 2009 pone de manifiesto que los casos de VP aumentaron en 2.606
mujeres, que se aprueba casos, lo cual supone un incremento con respecto a 2005.
a finales de 2008 y esta De los dictmenes sexolgicos de 2008 del INMLCF, se desprende que el porcentaje de mujeres dedicadas al
pendiente su aplicacin. hogar que fueron agredidas sexualmente por su pareja o ex pareja fue del 7%.
La violencia sexual se Traverso (2000) seala que de las mujeres que afirman sufrir VP, el 21% recibe violencia fsica y el 12%
reconoci a partir de violencia sexual. En los casos de violencia sexual, el 79% de las mujeres son maltratadas fsicamente. Se puede
1996. observar la concurrencia de las diferentes formas de VP.
48
Al comparar la prevalencia en los tres pases se encuentran cifras alarmantes en cuanto a VP.
A pesar del sub-registro, la VP se perfila como problema transcultural con matices que dependen del
contexto y su grado de desarrollo.
Los matices que tiene el contexto colombiano, se caracteriza por la resistencia y el retraso en el
reconocimiento social, poltico y cultural de la VP plasmado en su reciente normatividad, falta de
polticas pblicas y sobre salud mental, as como la falta y disponibilidad de recursos que favorezcan
la atencin a vctimas. Asimismo, la investigacin es todava incipiente en cuanto a atencin
psicolgica y carece de protocolos o guas de atencin y programas clnicos que beneficien a la
poblacin afectada directa e indirectamente por la VP.
A pesar del atraso legislativo y polticas pblicas, los estudios realizados por el INMLCF han
permitido una aproximacin a escala epidemiolgica de la situacin en Colombia.
No obstante, el camino que se ha recorrido en cada pas depende de su desarrollo, recursos,
reconocimiento e importancia que se le ha prestado a la VP como tema primordial en la salud mental
y pblica, y que necesita un esfuerzo mayor y trabajo de cooperacin interinstitucional e
internacional.
Finalmente, el estudio epidemiolgico de la VP en cuanto a incidencia y prevalencia es de suma
importancia para el entendimiento de la magnitud y existencia del problema. Por otro lado, sus
factores comunes pueden constituirse como factores de riesgo con el fin de arrojar luz sobre los planes
de atencin y prevencin. Para obtener datos de prevalencia e incidencia, consltese el Apndice C.
Por otra parte, dentro de los estudios epidemiolgicos, conocer los datos sobre violencia grave y
extrema, y datos trgicos de muerte de la mujer a manos de su pareja o ex pareja es de suma
importancia para reconocer la magnitud del problema y consecuencias fatales si no se le presta la
atencin que exige.
1.2.2 Feminicidios
La muerte de las mujeres por parte de la pareja ntima o ex pareja ha sido objeto de mayor atencin
en los ltimos aos a pesar que no se llega a una definicin definitiva. Sin embargo, constituye la
muestra ms visible de violencia prolongada y sus formas previas de hostigamiento, acoso, repudio,
dao y abandono (Legarde, 2005; Toledo Vsquez, 2009).
El feminicidio se puede definir como la muerte violenta de una mujer de forma intencional donde
el agresor es conocido (pareja o ex pareja) y que suele cometerse en el mbito privado (hogar de la
vctima) (Acero, 2010).
Para el estudio de las muertes de mujeres a manos de sus parejas y ex parejas, es necesario tener en
cuenta las recomendaciones que propuso la Plataforma de Pekn+5 acerca de que las estadsticas de
homicidios discriminaran entre hombres y mujeres. Sanmartn y otros (2010) toman en cuenta esas
49
recomendaciones para llevar a cabo el III Informe Internacional sobre Violencia contra la mujer en las
relaciones de pareja.
Los investigadores del Centro Reina Sofa (CRS, 2010) sealan que la prevalencia media de
feminicidios a escala internacional es de 19,14 por cada milln de mujeres. La prevalencia es ms alta
en los pases americanos que en los europeos. Dichos expertos establecieron, asimismo, una
clasificacin de pases por nmero de vctimas asesinadas por cada milln de mujeres en 2006.
A continuacin, se resumen los datos relativos a dicha clasificacin para los tres pases que este
estudio ha tomado como referencia: Estados Unidos ocupa el puesto nmero 13, con una prevalencia
de 21,79; Colombia se sita en el puesto nmero 4 con una prevalencia de 49,64 (ambos pases se
encuentran por encima de la media mundial); y Espaa, que se ubica en el puesto nmero 36, con una
prevalencia de 5,15 por debajo de la media. Cabe mencionar que la prevalencia tiene en cuenta por
cada milln de mujeres.
A pesar de lo alarmante de estas cifras, la percepcin social sobre el impacto que supone este
problema para cada pas en general reviste gran importancia (Sanmartn y otros, 2010).
En relacin con la incidencia de feminicidios en Espaa entre 2000 y 2009, cabe destacar que han
sido asesinadas por sus parejas o ex parejas 629 mujeres, esto supone una media de casi 63 mujeres al
ao. En trminos absolutos, los feminicidios han aumentado un 17,65% entre 2000 y 2009. Dos aos
despus de la entrada en vigor de la Ley Orgnica de Medidas de Proteccin Integral contra la
Violencia de Gnero se da en promedio de una vctima cada cinco das. Para el 2010 la estadsticas
segn el observatorio de Violencia de gnero fue de 73 mujeres, 45 espaolas y 28 inmigrantes
(Ministerio de Sanidad y Poltica social e Igualdad, 2010).
En el caso de Colombia, la realidad es bastante similar: de los 43 casos clasificados como
feminicidio ntimo de pareja, 28 casos tienen como escenario el propio hogar de la vctima, y 3 casos
corresponden a rias. Parece observarse que la muerte violenta se produjo tras diversos conflictos de
pareja. La muerte de mujeres ms frecuente corresponde a la acontecida en el marco de una relacin
de pareja permanente (Acero, 2010).
Para ampliar informacin sobre feminicidios, vase el Apndice D.
Desde esta perspectiva, se pueden recoger propuestas de varios autores como Briere (2004) y
Briere y Scott (2006), que resaltan la importancia de estos tres factores dentro del estudio de los
factores de riesgo para la VP en concordancia con las dos caractersticas de la definicin del TEPT, y
50
los criterios A1 (caractersticas del evento traumtico) y A2 (reacciones de la vctima) (DSM IV-TR,
2002).
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51
tipo de eventos generadores de trauma. As mismo, se describir los procesos de victimizacin y
perpetracin de la VP.
En relacin con los consecuentes, es importante revisar los procesos de mantenimiento y tolerancia
de la VP, por ejemplo, la fase de arrepentimiento del maltratador desempea un papel relevante en el
mantenimiento de la VP. Tambin se describirn las reacciones de las vctimas y se reconocer que la
VP afecta tanto a las mujeres como a los hijos.
Posteriormente, en un apartado independiente, se expondrn, como parte de las consecuencias, el
trauma psicolgico, la sintomatologa generada por la VP y las formas de evaluacin y tratamiento del
mismo.
Nota: *Factor de alta prediccin **Factor de media prediccin ***Factor de baja prediccin
Tamaos del efecto de Stith y otros (2004b) y Schumacher y otros (2001). - Otros factores propuestos sin
evidencia emprica sobre nivel de prediccin de VP.
55
En cualquier caso, los metaanlisis sobre factores de riesgo han llegado a la conclusin que slo el
miedo de la mujer correlaciona positivamente con la VP con un tamao del efecto medio. El resto de
caractersticas ni siquiera obtienen tamaos del efecto pequeos (Schumacher y otros, 2001; Stith y
otros, 2004b).
Stith y otros (2004b) concluyen que la depresin y el miedo no son causa de VP, sino una
consecuencia. Tambin proponen que el consumo de alcohol por parte de la mujer es un dbil factor
de riesgo para la victimizacin, en contra de otras posturas como las de Cohn, McCrady, Epstein y
Cook (2010) y Holder, Robinson y Rose (2009)
Finalmente, es importante tener en cuenta la gravedad y los tipos de violencia porque suponen para
la vctima un gran impacto y el deterioro de la relacin de pareja. En el estudio de la VP, se sugiere
prestar especial atencin a los tipos de violencia y a las tcticas de intimidacin que producen miedo
en las vctimas, esto como factor de riesgo para la futura VP.
Para profundizar sobre algunos estudios que abordan las principales caractersticas de las mujeres
vctimas de VP, consltese el Apndice E.
56
Se debe tener en cuenta el estudio de la heterogeneidad de los maltratadores y la comparacin de
los diferentes subtipos (Amor, Echebura y Loinaz, 2009; Hamberger y Holtzworth-Munroe, 2009).
En el Apndice F se pueden revisar algunas de estas propuestas.
Es importante tener presente algunos acuerdos a los que se ha podido llegar, y que se resumen a
continuacin:
a) Considerar que existe una heterogeneidad de las caractersticas de los maltratadores, a escalas
psicolgica y psicopatolgica.
b) A pesar de lo prometedor de la utilidad clnica de las tipologas propuestas por diferentes
autores, stas hasta el momento han tenido una aplicacin clnica limitada (Hamberger y Holtzworth-
Munroe, 2009).
c) Existe una tendencia cada vez mayor de adoptar taxonomas dimensionales en lugar de
taxonomas categricas a la hora de comprender la psicopatologa del maltratador (Krueger, Watson y
Barlow, 2005).
d) Se recomienda estudiar ms a fondo las caractersticas de los maltratadores con modelos que
articulen descripciones generales de psicopatologa con situaciones especficas de violencia con el fin
de avanzar y ser ms productivos en la aplicacin de los mismos en el contexto clnico.
Independientemente del modelo a seguir, es importante considerar dentro de la evaluacin el tipo
de comportamiento violento dentro de la relacin de pareja, los antecedentes de los patrones de
comportamiento violentos con otras parejas o en otros contextos sociales, el impacto que ha tenido
tanto en las relaciones previas como en las actuales, el grado e intento por cambiar dichos
comportamientos, as como evaluar la psicopatologa asociada y el consumo de drogas o alcohol con
el fin de entender mejor la situacin y poder proponer la intervencin ms adecuada.
Por otro lado, se ha estudiado la reincidencia de la VP y la desercin de los maltratadores en los
tratamientos. En relacin con la reincidencia, la edad del agresor (a menor edad, mayor reincidencia),
incumplimiento de normas sociales, inestabilidad de vivienda (Holder y otros, 2009); y en relacin
con factores que pueden interferir en los abandonos de la terapia, el nivel social, la situacin laboral y
estabilidad en la relacin de pareja (Walker, 2009, Holder y otros, 2009).
Desde una perspectiva estadstica, las caractersticas socio-econmicas de los maltratadores y las
vctimas no guardan una relacin estrecha con la VP. A pesar de que existen caractersticas comunes,
no se han hallado pruebas definitivas al respecto.
No obstante, s existen factores que predicen de una forma clara y contundente la VP con unos
tamaos del efecto grande y con relevancia estadstica. Por ejemplo, el abuso de drogas con un
tamao del efecto grande, el abuso de alcohol e ira y hostilidad tienen un tamao medios, y los celos
tamao pequeo (Schumacher y otros, 2001; Stith y otros, 2004b).
57
La revisin de diferentes investigaciones, muestras y mediciones ha encontrado una fuerte relacin
entre VP y consumo de SPA, en especial, el consumo de alcohol (Fals-Stewart, Klostermann y
Clinton-Sherrod, 2009; Murphy y Ting, 2010).
Murphy y Ting (2010) en la revisin de los diferentes estudios empricos sobre los efectos del
tratamiento de consumo de SPA y su impacto sobre la VP, destacan que parejas despus que el
maltratador recibe tratamiento para el consumo de SPA, la VP se reduce de a la mitad o a una tercera
parte. Tambin se han hecho tratamientos combinados para reducir la VP y el consumo de SPA con
buenos resultados. No obstante se necesita ms desarrollo e investigaciones en esta rea.
Echebura y otros (1996) sealan que un 57% de los maltratadores fsicos y un 46% de los
maltratadores psicolgicos abusan del alcohol. Los celos estn presentes en el 50% de los
maltratadores fsicos y en el 40% de los maltratadores psicolgicos. Los celos cumplen una funcin
desencadenante de la VP (Carreo, 2010; Dutton y Golant, 1997; Echebura y Corral, 1998).
Amor y otros (2009) proponen que en casos de maltratadores con un nivel bajo de violencia,
limitado al hogar y sin factores de riesgo asociados (alteraciones psicopatolgicas, consumo de
sustancias, impulsividad, distorsiones cognitivas, etc.), probablemente no aumentar la violencia en
frecuencia e intensidad, mientras que en aquellos casos en los que el maltratador presenta factores de
riesgo, la probabilidad de que se produzca una escalada de violencia y, por tanto, aumente la gravedad
y el trauma para la mujer.
Algunos estudios sealan el papel que desempea el consumo de alcohol a la hora de predecir la
VP y su incidencia en la relacin de pareja cuando ste vara. Por ejemplo, el estudio de Akar y otros
(2010) seala que el 79,3% de los maltratadores consumen alcohol y tambin tienen historia de
violencia en el hogar de origen.
Ms an, Stewart (2003) seala que en los das en que los maltratadores beben, la probabilidad de
cometer VP se multiplica por ocho, y de VP, por once con respecto a los das en los que no se
consume alcohol.
En la misma direccin, se ha estudiado a los maltratadores que eran bebedores problemticos y se
encontr que empleaban ms estrategias de evitacin y afrontamiento y menos estrategias de
resolucin de problemas en comparacin con los maltratadores bebedores no problemticos. Las
estrategias de evitacin y afrontamiento estaban directamente relacionadas con una mayor violencia
fsica y psicolgica, al igual que con mayores lesiones en las mujeres vctimas (Snow, Sullivan, Swan,
Tate y Klein, 2006).
En relacin con la ira/hostilidad entre maltratadores y no maltratadores, se ha encontrado que los
maltratadores presentan hostilidad hacia s mismos y los dems, menor control de la ira y baja
suspicacia. Asimismo, se ha podido constatar que existe una asociacin entre la ira y el sometimiento
de la pareja a violencia fsica (Holtzworth-Munroe y Clements, 2007; Stith y otros, 2004b).
58
Tambin se ha estudiado la relacin de la VP con el efecto que tiene el alcohol sobre los sesgos
perceptuales, como por ejemplo, la falta de reconocimiento de las emociones a travs de
reconocimientos de emociones faciales y empata. Adems, la influencia que tiene el alcohol sobre los
sesgos en el procesamiento cognitivo y social para el control de s mismo, manejo de la hostilidad e
ira (Clements, Schumacher, 2010).
Segn Garrido (2001), existe un elemento comn esencial que relaciona estos tres
comportamientos de agresin: el deseo de poder, control y posesin. El acosador no se fa de la mujer,
quiere mandar sobre toda su vida, y ha de seguirla para asegurarse o bien de que no se ir con otra
persona, o de que va a aceptar regresar con l.
En la misma direccin, Cross, Copping y Campbell (2011) en su metaanlisis analizan 277
estudios y 741 tamaos del efectos, en relacin con las diferencias entre hombres y mujeres en
impulsividad, sealan algunos factores a tener en cuenta que pueden facilitar la VP como, por
ejemplo, falta de control e inhibicin, deseo de nuevas experiencias que hace tomar riesgos motivados
por el deseo de recompensa (estatus, dinero o control, en este caso de la mujer o su estatus en la
familia), la falta de sensibilidad al castigo y a establecer relaciones interpersonales y sociales, mayor
impulsividad para resolver problemas sociales y menor expresin emocional de los hombres en
comparacin con las mujeres.
Estas caractersticas de los hombres pueden facilitar conflictos en la pareja como falta de expresin
del afecto, insatisfaccin marital, problemas con la familia, vecinos, amigos, inters por otras
relaciones (la infidelidad), sumado al consumo de alcohol facilita que se diluya el control social y
esfuerzos de control.
Adems, Echebura y Corral (1998) proponen que dentro del comportamiento agresivo del
maltratador, hay dos elementos importantes: que l piense que el hogar es un sitio privado y cerrado a
influencias externas (por ejemplo, la polica) y la percepcin del maltratador sobre la vulnerabilidad
de la mujer a la VP.
Una forma de evaluar los maltratadores es en las crceles, por ejemplo, en el estudio de Dutton y
Golant (1997) sealan las dificultades de expresin de las emociones y los sentimientos, el control de
la ira y el deseo de control familiar. Tambin constatan que en la fase de arrepentimiento, despus del
estallido de la VP, los maltratadores reconstruyen mentalmente la situacin culpando a la vctima y
atribuyndoles su responsabilidad, convencindose a s mismo, y tratando de convencer a los dems,
de que la VP se detendr. Promete dejar la bebida, las aventuras extramatrimoniales o cualquier otro
aspecto que moleste a su mujer. Incluso, pueden considerar la posibilidad de iniciar una terapia. A
menudo, el golpeador cclico procura que otras personas (incluidos sus hijos) intercedan por l.
Resulta significativo que el nmero de conductas de control de los compaeros guarde relacin
con el riesgo de infligir violencia fsica o sexual, o ambas (Garca-Moreno y otros, 2006).
59
Es necesario seguir investigando para desarrollar un sistema explicativo del comportamiento
violento del hombre en las relaciones de pareja con el fin de determinar las formas de intervencin
ms adecuadas que conlleven al xito teraputico (Dutton, 2006; Echebura y Corral, 1998), sobre
todo en casos donde la vctima desea continuar con su relacin de pareja.
61
Factores de riesgo propios de la VP
Los factores propios de la VP que predicen nuevos episodios de VP son la violencia psicolgica y
la violencia sexual (dos factores con gran poder de prediccin de VP), y la historia previa de VP [se
hall que tiene un nivel moderado de prediccin (Schumacher y otros, 2001; Stith y otros, 2004b).
Zubizarreta y otros (1994) sealan en su estudio con maltratadores que el 72% ejercen maltrato
fsico y psicolgico a sus esposas. Se observa una tendencia a que las mujeres que son golpeadas por
sus parejas tienden a denunciar ms o a pedir ayuda con mayor frecuencia que las vctimas de
violencia psicolgica. Esta circunstancia encuentra su razn de ser en que las lesiones fsicas se
pueden demostrar ms fcilmente que las amenazas o el impacto psicolgico.
Es as cmo los investigadores se han centrado en el estudio de los factores de riesgo relacionados
con la comisin de violencia sexual con el fin de comprender la violencia fsica y psicolgica, y
comparar grupos de maltratadores sexuales y no sexuales.
La violencia psicolgica puede volver a presentarse dependiendo de algunos factores como: el
abuso fsico, la sintomatologa del TEPT y la historia de violencia psicolgica y acoso, son variables
que se han comprobado estn ms relacionadas con el riesgo futuro de violencia psicolgica (Bell,
Cattaneo, Goddman, & Dutton, (2006).
La historia de VP se considera un factor de mediano poder de prediccin de nuevos episodios de
VP. Por citar un ejemplo, en el estudio de Alonso (2007) las vctimas sealan en un 6% tener historia
de VP y otro 6,5% afirma haber sufrido historia de VP concurrente con ser testigo de VP entre los
padres.
2. Factores sociales
Los factores sociales, al igual que los familiares, constituyen los factores distales de la VP, estos a
su vez, contextualizan los aprendizajes de los riesgos personales y de la relacin, e interactan entre s
para explicar las diversas formas de tolerancia y creencias sobre la VP.
Schumacher y otros (2001) y Stith y otros (2004b) sealan que slo la vida laboral y el estrs son
factores de riesgo de VP por parte del hombre, por lo tanto, el resto de caractersticas socio-
demogrficas de hombres y mujeres no obtienen ni siquiera un nivel bajo de prediccin de VP.
64
No obstante, las reglas sociales, los roles de gnero y la tolerancia a la violencia se aprenden en los
primeros contextos de socializacin (en la familia y la escuela). Estos factores dependern de
determinadas variables del contexto social.
De la misma forma, se corre el riesgo de que la VP se transmita a los hijos, conllevando al menos
desde la perspectiva cultural a la transmisin de patrones de conducta aprendidos, esto es, los nios
pueden aprender a ser violentos y las nias a soportar la violencia como forma de evitar problemas
(aprendizaje de los roles de gnero) (Frisel y otros, 2011; Echebura y Corral, 1998).
En la misma direccin, los antecedentes culturales, el ciclo multigeneracional de vulnerabilidad y
victimizacin de la mujer pueden influir como factores sociales y culturales que perpetan el rol de
gnero de la mujer, la autopercepcin y mecanismos de desesperanza aprendida (Bargai y otros,
2007). Ms an, las circunstancias de la vida desfavorables como la pobreza, conflicto armado, falta
de oportunidades, etc. estn ms relacionadas con la desesperanza aprendida ms all de la severidad
y duracin de la VP (Bargai y otros, 2007).
Cabe destacar que una serie de factores sociales y psicolgicos, incluyendo factores tpicamente
asociados a la cultura, indiscutiblemente moldean las reacciones frente a acontecimientos traumticos.
Por otra parte, las redes sociales as como mantienen y toleran la VP tambin pueden aliviar en
parte la situacin, una de las formas es sensibilizar a la comunidad en la importancia de intervenir y
hacer algo para ayudar en la problemtica y hacer valer los derechos a la asistencia a travs de los
servicios sociales, ayuda profesional tanto jurdica como psicosocial, practicantes, lderes y
voluntarios que ayuden como redes informales para la recuperacin y atencin adecuada a las
vctimas, que permita crear espacios de atencin y prevencin de la VP (Goodman y Smyth, 2011;
Harvey y otros, 2007).
65
estudios, asevera que los celos, la separacin, la existencia de una historia de agresin fsica y el
acoso como factores que, de forma combinada, resultan letales para la vctima.
En un estudio reciente, Amor y otros (2009), Echebura, Amor, Corral y Lpez-Goni (2010) y
Echebura y otros (2009), y sealan los factores de riesgo para la VP grave, que se resumen a
continuacin:
a) De las vctimas: percepcin de peligro de muerte, intentos de retirar denuncias previas o echarse
atrs en la decisin de abandonar al maltratador, y vulnerabilidad de la vctima (enfermedad, soledad
o dependencia).
b) Del maltratador: celos intensos y conductas controladoras, historial de conducta violenta en
otras relaciones de pareja, con otras personas (amigos, compaeros de trabajo, etc.), consumo
excesivo de alcohol o drogas, antecedentes de enfermedad mental con abandono de tratamiento
(psicolgico o psiquitrico), conductas de crueldad, desprecio a la vctima y falta de arrepentimiento,
justificacin de las conductas violentas (estado de embriaguez, estrs, etc.) o por la provocacin de la
vctima (Acero, 2010)
c) De la relacin: separacin reciente o en trmites de separacin, y acoso reciente a la vctima. La
mujer corre mayor riesgo de violencia grave o extrema (donde se incluye el feminicidio) debido a que
el maltratador constata que es inminente la ruptura y que es algo inevitable (Echebura y otros 2009;
Garrido, 2001).
d) De la VP: existencia de violencia fsica susceptible de causar lesiones, violencia fsica en
presencia de hijos u otros familiares, aumento de la frecuencia y gravedad de la VP, amenazas graves
o de muerte, amenazas con objetos peligrosos o con armas de cualquier tipo, intencin clara de causar
dao o lesiones graves, y violencia sexual en la relacin de pareja.
De los riesgos apuntados, los ms discriminativos son los factores que: tienen intencionalidad clara
de producir dao, amenazas con objetos peligrosos, los que reflejan existencia de celos intensos y
conductas controladoras, o que suponen justificacin de la conducta violenta y la percepcin de la
vctima de encontrarse en peligro de muerte las ltimas semanas (Echebura y otros, 2009).
Adems, se afirma que cuando la vctima utiliza cualquier forma de violencia y, en especial, la
fsica, la probabilidad de que la violencia grave del hombre hacia la mujer aumente es mayor.
Si se presentan estos riesgos de forma combinada, es preciso ayudar a tomar decisiones de mutuo
acuerdo con la mujer con el fin de proporcionar seguridad inmediata. La mujer es la experta en
conocer el nivel de peligro de su pareja, por lo que debe participar activamente en la elaboracin de su
propio plan de seguridad, tanto para s misma como para sus hijos, en funcin de su situacin y la
disponibilidad de recursos personales, familiares y sociales.
Al final, el mejor elemento predictor de nuevos episodios de violencia radica en determinar el
estado actual de la violencia y los factores de riesgo asociados de que sta vaya en aumento
(Holtworth-Munroe y otros 2009).
66
Los factores de riesgo sealado sirven tanto para la intervencin como para la prevencin de la
VP. De igual forma, se proponen otras acciones para la prevencin primaria como, por ejemplo, tratar
a los progenitores para reducir la probabilidad de que los hijos asistan a episodios de violencia,
prevenir y reducir los casos de acoso e intimidacin, tratar a los menores expuestos a episodios de
violencia familiar, implantar programas de prevencin de relaciones abusivas en adolescentes, y la
prestacin de cursos e implantacin de programas de asesoramiento de carcter prematrimonial
(Foshee, McNaughton Reyes y Wyckoff, 2009).
Para revisar algunos factores de VP grave, consltese el Apndice G.
67
En un metaanlisis sobre factores de riesgo de VP durante el embarazo, Tillieu y Brownridge
(2010) sealan que segn la revisin de los estudios, en la mayora de los casos el patrn de VP puede
cambiar, llegando a aumentar su gravedad y severidad en un 71%. Otros estudios muestran que,
durante el embarazo, existe cierta tendencia a que la violencia disminuya. A pesar de estos datos,
enfrentados, la incidencia de VP en el embarazo es preocupante por los riesgos que implica para la
salud de la madre y el beb.
En el perodo de inicio de la VP es importante la prevencin para que el patrn de comportamiento
violento no se establezca en la relacin de pareja. Para que ante los primeros brotes de VP (noviazgo
o convivencia) se pueda intervenir a tiempo, es necesario implantar protocolos y guas de prevencin
basados en evidencias cientficas como, por ejemplo, la gua psicoeducativa para el manejo de las
emociones de Blzquez y Moreno (2008).
No obstante, una vez ha surgido el primer episodio de violencia, y a pesar de las muestras de
arrepentimiento del maltratador, la probabilidad de nuevos episodios, y por motivos ms
insignificantes, es mucho mayor. Una vez rota la inhibicin relacionada con el respeto a la otra
persona, la utilizacin de la violencia como estrategia de control de la conducta se hace cada vez ms
frecuente (Echebura, 2004).
69
Tabla 6. Ciclo de la VP: Patrn de comportamiento violento en la pareja
Acumulacin de tensin Explosin, incidente de violencia aguda Arrepentimiento, reconciliacin o luna de
miel
Se caracteriza por agresiones psicolgicas, cambios Cuando la tensin de la fase anterior llega al lmite, No se presenta tensin ni VP, la mayora de
repentinos e imprevistos en el estado de nimo, se produce la descarga de VP (psicolgica, fsica o maltratadores se arrepienten y piden perdn a la
incidentes menores de VP (golpes leves, gritos, sexual grave). Se distingue de la fase anterior por la vctima, prometiendo que no volver a suceder. Se
empujones). La vctima trata de calmar a su pareja, ausencia total de control de los actos del maltratador comportan de manera encantadora y amorosa. El
tiende a comportarse de forma sumisa o ignora los y la gravedad del incidente. La tensin entre la pareja maltratador cree que no volver a hacerle dao a su
insultos y descalificaciones, minimiza lo sucedido debido es inaguantable. pareja y que ser capaz de controlarse, al mismo
a que sabe que las acciones de l pueden ser peores, El maltratador reconoce que su furia ha sido tiempo, cree que ella ya ha aprendido su leccin, por lo
incluso intenta negar la violencia. Puede justificar la desmedida y si bien empieza intentando justificar sus que no volver a comportarse de manera inadecuada
violencia a factores externos: estrs, alcohol, etc. con la actos, acaba sin comprender qu es lo que ha y l no se ver obligado a usar la VP. Otros, por el
expectativa de que la situacin cambie y no se vuelva a sucedido. A pesar de esto, la VP se emplea como contrario, hacen como si nada hubiera ocurrido y
repetir la VP. La situacin no cambia, sino que la forma de aprendizaje y no termina hasta que el prefieren no hablar.
violencia aumenta en frecuencia e intensidad (escalada maltratador decide que fue suficiente el maltrato La vctima cree en las promesas y seales de cambio,
de violencia). mientras la mujer queda severamente maltratada. justifica la violencia e incluso puede sentirse culpable
Al inicio de la fase, la vctima tiene cierto control sobre Suelen producirse lesiones, violencia extrema y gran de la situacin, lo cual las empuja a volver a sus
lo que sucede y puede manejarlo, pero en la medida en impacto en la salud de las vctimas, pudiendo llegar a hogares (si haban escapado como consecuencia de la
que la tensin aumenta, va perdiendo rpidamente el causar la muerte. Una consecuencia es la asistencia violencia) o a retirar la denuncia (si la haban cursado).
control. El maltratador aprende que la mujer tolera la mdica, lo cual ocurre en alrededor del 50% de los La mayora de las mujeres pueden entrar en contacto
violencia, se cree con derecho a maltratar y constata que casos. con sus redes de apoyo e involucrarlas en la situacin
es una forma efectiva de conseguir que la mujer se Es la ms breve de las tres fases, suele durar entre 2 y de pareja y familiar con el fin de recibir alguna ayuda.
comporte como l desea. 24 horas, si bien puede prolongarse durante todo un Posteriormente, al continuar la relacin, estas redes se
La tensin se va acumulando y la vctima sabe que fin de semana (incluso ms). Se acaba cuando el convierten en enemigos para el maltratador, siendo esto
llegar el momento en que la situacin estalle, trata de maltratador descarga su tensin fisiolgica y la contraproducente para la vctima, que se ve ms aislada
reducir la tensin pero no lo consigue, en consecuencia, vctima suele estar impactada o conmocionada, y con menor apoyo, pero convencida de que su relacin
aumenta el estrs, el miedo, y la desconfianza en s tambin en negacin e incredulidad sobre lo sucedido de pareja va a mejorar y que ella, o por ella, podr
misma para solucionar los conflictos. Tambin aumenta (Walker, 2009). cambiar a su pareja.
la sensacin de peligro. No hablar de su situacin, el Factores presentes en esta fase: rumiacin de El maltratador se vale de los hijos para que la mujer
aislamiento social y la falta de redes de apoyo sitan a la pensamientos del maltratador, descargar ira contine en la relacin, trata de dar refuerzos (como en
vctima en una situacin de vulnerabilidad a la violencia desproporcionada, liberacin de la tensin y temor a la fase de cortejo), si bien los cambios duran poco y
grave (Dutton y Golant, 1997; Walker, 2009) hacer abandonados (Dutton y Golant, 1997) cada vez son ms cortos (Dutton y Golant, 1997;
Walker, 2009)
Elaboracin basada en Walker (2009).
70
Afrontar la situacin utilizando VP puede conllevar a aumentar la gravedad de la violencia, no slo
hacia la vctima sino tambin hacia los hijos. Es ms, la falta de arrepentimiento y crueldad del
maltratador, y el hecho de que los episodios de VP son ya graves, conllevan a que la vctima decida
buscar ayuda.
Estas situaciones son crticas y lmite para la mujer, que se siente desesperada, ya no da crdito a
las promesas y los propios hijos son los que apoyan y sugieren que abandone al maltratador. Estos
motivos son los que ayudan a las mujeres a tomar decisiones radicales para su proteccin y la de sus
hijos (Labrador y otros, 2004).
En relacin con la denuncia y bsqueda de apoyo, estos elementos se caracterizan por ser tardos,
ya que las mujeres piensan que pueden solucionar el problema por s mismas, si bien esta creencia
desaparece en el momento en que se produce un acontecimiento crtico que exige la necesidad de
bsqueda de ayuda. Sin embargo, la bsqueda de apoyo depender de las redes correspondientes y la
severidad de la violencia.
Las denuncias son escasas, no superan el 30% y suelen ser retiradas (Echebura, 2004). Adems
existen factores que hacen que no se instaure la denuncia por falta de desconocimiento de las leyes y
sobre la VP, por amenazas y acoso del maltratador o por influencia de la familia del maltratador e
hijos. En general, por falta de recursos para la proteccin de las mujeres y el acceso a la justicia.
Las caractersticas de la VP son un aspecto que ha sido ampliamente estudiado. Por ejemplo,
Briere y Scott (2006) resaltan el trabajo de March (1993) quien revis 19 estudios en donde la
magnitud e intensidad del acontecimiento guarda relacin con la sintomatologa del TEPT y hall que
la magnitud del estresor est directamente relacionada con el riesgo de desarrollar TEPT con
posterioridad.
Segn Briere (2004), Briere y Scott (2006), las variables que parecen que pueden incrementar la
magnitud del estresor y la severidad del TEPT son:
- Violencia fsica
- Victimizacin sexual
Una contribucin importante del estudio de la OMS (Garca-Moreno y otros, 2006) fue sealar los
patrones de VP en los diferentes pases. Los datos sealan que la mayora de las mujeres vctimas de
violencia fsica a manos de sus parejas padecan actos de violencia en ms de una ocasin y, en
algunos casos, de forma frecuente, esto refleja que la VP es habitual y recurrente. Es ms, en la
mayora de los estudios se encontr que ms del 50% de las mujeres vctimas de violencia no grave
haba sufrido en repetidas ocasiones violencia en los ltimos 12 meses.
En la misma direccin, los datos de estudios internacionales, en especial los de la Naciones
Unidas, apuntan a que en numerosas relaciones de pareja la violencia fsica y sexual suelen concurrir.
En relacin con la violencia sexual, se ha documentado su existencia en varios contextos. Los
datos de la OMS as lo confirman: las mujeres de Tailandia (29%), Bangkok (44%), Banglads (32%)
y Etiopa (31%) reafirmaron sufrir violencia sexual nicamente (Garca-Moreno y otros, 2006).
Segn el estudio de la Encuesta Internacional sobre VCM, las mujeres en Costa Rica sufren ms
violencia sexual a manos de sus parejas (15%) que en otros pases (Australia, 8%; Dinamarca, 6%).
El patrn de intensidad en el comportamiento violento en la relacin de pareja va cambiando con
el tiempo, de menor a mayor. Esta evolucin se conoce como escalada o espiral de VP
(Echebura y Corral, 1998; Labrador y otros, 2004; y Walker, 2009).
Ms an, una mujer que ha sido objeto de violencia probablemente pueda seguir siendo maltratada
por su pareja o ex pareja, y cada vez de forma ms frecuente y severa (Carreo, 2010).
Otras caractersticas sealadas por el INMLCF (Carreo, 2010; Forero, 2010) y Holder y otros
(2009) son:
a) La VP es cclica, no es un episodio aislado. Por lo general, se registran varios acontecimientos
de VP en contra de la misma persona por parte del mismo maltratador, ya sea de forma fsica,
psicolgica o sexual.
b) La violencia se manifiesta en diferentes traumatismos fsicos (tanto politraumatismos y como
traumatismos a escala facial).
c) El domingo es el da ms habitual en el que se da la VP y, en general, el fin de semana, ya que
se asocia con el consumo de alcohol y otros factores de riesgo.
72
logran llegar a conclusiones significativas sobre el papel de la psicopatologa en las mujeres, s han
podido visualizar esta realidad (Hamberger y Holtzworth-Munroe, 2009).
Sin embargo, la violencia de la mujer suele ser menos frecuente y tener menor impacto sobre la
vctima en comparacin con las ocasiones en que es el hombre quien la ejerce. Independientemente de
quin ejerza la violencia, sta guarda relacin con el desajuste marital, el divorcio y los problemas de
adaptacin de los hijos (Woodin y OLeary, 2009).
En este sentido, autores como Follingstand y Edmundson (2010) han estudiado este tipo de VP y la
ha denominado violencia pareja recproca, que constituye una forma de resolver conflictos en la
pareja y una forma recproca por parte de los dos miembros de la pareja de emplear la VP y no en una
sola direccin.
Es as, que es importante que dentro del patrn de comportamiento violento en las relaciones de
pareja se tengan en cuenta tres aspectos:
a) La violencia fsica y psicolgica entre los jvenes y adultos jvenes se ha vuelto comn. Esto
constituye un interesante camino para la prevencin y el reconocimiento de la importancia de detectar
de manera temprana la violencia, poder intervenir a tiempo, no esperar a que la situacin se convierta
en crnica y no exponer a las vctimas a mltiples traumas. Recientemente se ha encontrado que
tambin las mujeres en el noviazgo recurren a la violencia y no controlan la ira e irritabilidad,
llevndolas a mostrar actitudes agresivas no solamente con su pareja, sino tambin con sus relaciones
interpersonales con amigos, familiares, etc.
b) Las reacciones y la violencia a manos de la mujer, ya sea para defenderse de sus parejas o
tambin por falta de control o manejo inadecuado de la ira y agresividad, elementos habituales en la
actualidad.
c) Los modelos relativos a la ideologa del rol de gnero masculino y las creencias patriarcales han
fracasado, en consecuencia a su rigidez y falta de una perspectiva multifactica que considere que la
VP cambia en funcin de las influencias biolgicas, psicolgicas y socioculturales.
Si se ampla la visin, resultar ms fcil proponer acciones en la intervencin que resulten
flexibles y holsticas en lugar de modelos rgidos que tienen como resultado protocolos de
intervencin rgidos, que no permiten contemplar estas variaciones de forma similar a las guas de
atencin, que son ms flexibles, cambiantes y tiles a la realidad (Echebura y Corral, 2001).
Finalmente, otra caracterstica de la VP es la capacidad que sta tiene de afectar a la mujer, que
reacciona de diferentes formas en funcin del tipo de violencia, de sus recursos personales, familiares
y sociales.
73
1.3.3 Mantenedores y consecuentes
1.3.3.1 Mantenedores de la VP
Es frecuente, que el hecho de continuar o finalizar la relacin de pareja dependa de ciertos factores
relativos a la VP y sus caractersticas como, por ejemplo, su severidad y frecuencia, las redes de
apoyo (hijos mayores, familiares, amigos y vecinos), dependencia econmica y las creencias sociales
y religiosas de la mujer (Gonzlez y Santana, 2001). Tambin se ha visto que la violencia psicolgica
influye directamente en la intencin de dejar o continuar con la relacin, ms all que la violencia
fsica (Arias y Pape, 1999).
Harding y otros (2009) sealan algunas razones que dan las mujeres para volver con el maltratador
como por ejemplo, comportamientos del maltratador, que son las ms comunes (promesas de cambio
(64,9%) y pedir perdn (62,2%) otras menos frecuentes el acoso y hostigamiento), afectivas (por
amor y porque lo extraa), econmicas (por no tener dinero, un hogar o no tener un lugar donde ir),
emocionales (miedo a quedarse sola y al futuro).
Dentro de los mantenedores de la VP, destaca el procesamiento cognitivo que hace la vctima, las
74
falsas expectativas, la rumiacin de pensamientos en relacin a la actitud y posibilidad de cambio del
maltratador, el periodo de arrepentimiento, etc. La esperanza que el maltratador cambie y las cosas
vayan mejor, quizs estas vez l se detendr. Con el paso del tiempo los recuerdos malos se
debilitan y slo quedan los buenos, reforzados por el deseo de cambio y esperanza de cambio del
maltratador hace mantener a la mujer en la relacin violenta (Dutton y Golant, 1997).
Las creencias sociales y religiosas tambin pueden mantener una situacin de VP por miedo o
dificultades para identificar situaciones de violencia fsica y sexual dentro de las relaciones, en
ocasiones motivadas por las creencias y el sentimiento de culpa (Ahrens y otros, 2010).
Asimismo, creencias acerca de la relacin de pareja (el amor), la familia (mantener la familia
unida), religin (sacrifico como camino a la salvacin) y actitud del maltratador de mostrarse
vulnerable desprotegido y slo, sirven de incentivos adicionales para el mantenimiento de la relacin
de pareja y VP (Dutton y Golant, 1997).
Las mujeres muchas veces se mantienen en relaciones violentas motivadas por problemas
econmicos, falta de recursos institucionales y la falta de tener dnde vivir y escasos recursos sociales
(Baker y otros, 2010).
Otros mantenedores de la VP estn relacionados con la sensibilidad que tienen las mujeres al
castigo, a evitar problemas, en especial, problemas sociales y de interaccin en donde juega papel
importante la modulacin de las emociones y el control que ha aprendido en forma de tolerancia de
situaciones difciles. Asimismo, el poco inters por involucrarse en situaciones de cambio y riesgo
que es ms propio de los hombres (Cross y otros, 2011).
La figura 3, presenta los principales mantenedores de la VP en una relacin, se puede dar tanto:
por evitacin o reforzamiento.
75
Figura 3. Mantenedores de la VP
MANTENEDORES DE LA VP
REFORZAMIENTO EVITACIN
La figura recoge los principales mantenedores de la VP propuestos por varios autores como, por
ejemplo, Echebura (2004), Ferrer y otros (2006), y que enfatizan las caractersticas fsicas
(agotamiento, miedo a las represalias), psicolgicas (baja autoestima, vergenza, miedo, resistencia a
reconocer el fracaso de la relacin, dependencia emocional, sentimientos de culpa por una percepcin
inadecuada del peligro al que est expuesta y por falta de conciencia del mismo, etc.) y
psicopatolgicas (depresin, ansiedad, etc., que limitan la capacidad de tomar iniciativas) de las
vctimas.
Algunos factores distales, como por el ejemplo, la familia y la sociedad pueden facilitar el
mantenimiento de la VP, en particular, las creencias tradicionales sobre gnero y las actitudes de
tolerancia a la VP. En esta misma direccin los antecedentes familiares y del contexto pueden servir
de mantenedores del rol de gnero en mujeres maltratadas que favorecen la desesperanza aprendida
(Bargai y otros, 2007).
76
Por otro lado, la dificultad para establecer relaciones interpersonales adecuadas pueden encontrar
su razn de ser en haber presenciado violencia familiar y por pautas de educacin inadecuadas
(Ehrensaft, 2009; Goldman y Smyth, 2011).
Algunas estrategias inadecuadas de evitacin modeladas en la familia o en relaciones de pareja
anteriores pueden explicar parcialmente la angustia y revictimizacin de las mujeres (Walsh y otros,
2010).
Un nmero de investigadores han enfatizado la importancia de las variables cognitivas como factor
que contribuye al mantenimiento y cronicidad del TEPT (Feeny, Loary y Foa, 2010; Kubany y
Ralston, 2008; Kubany, Hill y Owens, 2003; Kubany, Hill, Owens., y Tremayne, 2004; Mueser,
Rosenberg y Rosenberg, 2009).
1.3.3.2 Consecuentes de la VP
1.3.3.2.1 Impacto de la VP
El impacto que tiene una experiencia traumtica se manifiesta mediante sntomas comunes a todos
los casos, sin pretender generalizar. Algunas mujeres reaccionan de manera diferente en funcin de
sus diferencias individuales, el tipo de evento traumtico y la forma en que afronten la situacin o
expresen el dao psicolgico (manifestacin del trauma).
Tras el impacto de la VP, se pueden ver afectadas la salud fsica y mental, y las relaciones de la
vctima con su pareja o ex pareja, hijos y otros miembros de la familia.
Segn Kendall-Tackett (2009) y Walker (2009), es importante tener presente los asuntos sanitarios
en casos de VP. Los estresores permanentes suelen pasar factura a la salud de las vctimas. Por tanto,
no sorprende que tantas mujeres vctimas de VP a manos de hombres desarrollen enfermedades fsicas
como, por ejemplo, dolores crnicos.
Los estudios sobre mujeres que buscan asistencia en clnicas del dolor indican que altos
porcentajes de mujeres que han experimentado malos tratos fsicos o sexuales en su infancia o ya en
la edad adulta pueden desarrollar ciertos problemas fsicos como, por ejemplo, dolor de espalda,
migraas, problemas gastrointestinales y ginecolgicos.
Resulta interesante que, en algunas culturas, los sntomas de TEPT se traducen en sntomas fsicos.
Por ejemplo, el estudio de Walker, y otros (2009a) sealan que en la comunidad rabe-americana, en
77
la que tanto hombres como mujeres desarrollaron tales sntomas al ver en televisin la guerra de
Estados Unidos contra Iraq. Los estudios llevados a cabo con mujeres camboyanas que emigraron a
los Estados Unidos tras la guerra arrojan un gran nmero de casos de ceguera idioptica, como si su
pensamiento les dijera que ya han visto demasiada destruccin.
Adems, ellos encontraron en otros estudios realizados con vctimas de tortura, que tambin
haban sido objeto de maltrato en la infancia o a manos de su pareja, arrojan resultados similares
(sntomas fisiolgicos y psicolgicos) relacionados con el TEPT. Al final recomiendan, que los
profesionales sanitarios en general y los especialistas en salud mental deben trabajar conjuntamente y
motivar a los pacientes a acudir a otro tipo de servicios de salud complementario al suyo, para que les
traten las consecuencias fsicas y psicolgicas del trauma.
En la misma direccin, la violencia guarda una estrecha relacin con la salud fsica de las vctimas,
especialmente en el caso de las mujeres, por la aparicin de enfermedades crnicas y el detrimento de
su estado de salud, si bien los hombres tambin padecen estos efectos (Jose y OLeary, 2009;
Kendall-Trackett, 2009).
Al estudiar las consecuencias que la VP imprime en la salud de las vctimas, se desprenden las
siguientes conclusiones (Krug y otros, 2002):
Por otra parte, es frecuente que las vctimas de violencia sexual tengan mayor riesgos de sufrir
secuelas especficas como, por ejemplo, enfermedades de transmisin sexual, lesiones en los genitales
y TEPT (Monson y otros, 2009).
Por otro lado, Stuart y otros (2006) estudiaron muestras de hombres detenidos por VP y
encontraron que la salud mental de mujeres y hombres se ve afectada por el consumo de alcohol.
A nivel internacional los estudios de la OMS (2006) sobre salud mental de la poblacin general,
sealan algunas diferencias entre hombres y mujeres como, por ejemplo, los hombres tienen mayores
problemas de consumo de alcohol y drogas y problemas de conducta mientras las mujeres internalizan
ms los problemas y generan trastornos relacionados con la ansiedad y la emocin.
78
Estas diferencias se ven marcadas sobre todo en los pases con roles de gnero tradicionales
bastante arraigados y en los pases ms desarrollado y donde estn cambiando los roles de gnero, se
nota que esas diferencias tienden a desaparecer, en especial a la depresin mayor y al consumo de
alcohol (Seedat y otros, 2011).
Para el caso de Colombia, algunos datos sobre la salud mental de la poblacin general fueron
recogidos en una muestra representativa del estudio de la OMS y la Universidad de Harvard (2003),
donde se resalta que los trastornos ms frecuentes entre la poblacin colombiana (datos prevalencia
vida) son:
a) Ansiedad (19,3%), problemas relacionados con el estado de nimo (15%) y el consumo de
sustancias txicas (10,6%).
b) El TEPT es ms frecuente en mujeres (2,5%) que en hombres (0,8%) (total, 1,8%).
c) Respecto al consumo de alcohol y drogas, en general es ms alto en hombres que en mujeres. En
consumo de alcohol los hombres registran un 13,2% mientras las mujeres slo el 1,6%; en
dependencia al alcohol, los hombres un 4,7% y mujeres 0,3% y en abuso de drogas los hombres
sealan un 1,2% mientras las mujeres un 0,1%.
d) En esta misma direccin, hay una proporcin de 1 de cada 80 mujeres, frente a 1 de cada 10
hombres, que abusan del alcohol.
e) Las personas separadas muestran una mayor prevalencia de depresin (45,3%) y ansiedad (36%)
que en personas casadas o que conviven (depresin, 15,1%; ansiedad, 18,5%).
f) Slo 1 de cada 10 personas con trastorno mental recibi atencin psiquitrica. El grupo de
personas que padecan trastornos clasificados como otros trastornos fue el que ms recurri a los
servicios psiquitricos (4,2%).
En general, los datos de prevalencia vida, ltimo ao y ltimo mes sealan que los trastornos ms
prevalentes en mujeres son la depresin y la ansiedad, mientras que en el caso de los hombres, el
trastorno ms prevalente es el consumo de sustancias (Ministerio colombiano de Proteccin Social,
2005).
Las reacciones de las vctimas pueden ser variables, como por ejemplo, algunas resuelven y
afrontan el trauma con recursos personales y sociales, mientras que otras reaccionan con dolor,
amargura, resentimiento, desnimo o desilusin por su misma situacin de vulnerabilidad (Echebura,
2004).
79
Para entender las reacciones y respuestas a la VP es importante tener en cuenta que las mujeres
pueden interpretar y procesar el acontecimiento de forma diferente (Foa, Hembree y Rothbaum,
2007).
De igual manera, la percepcin del riesgo de VP influye en sus forma de enfrentar la misma,
algunas pueden: llamar a la polica, otras huir o abandonar el hogar o incluso decidir romper la
relacin de pareja.
Se ha comprobado que la bsqueda de apoyo familiar o social depender de la percepcin del
riesgo que tenga la mujer, por ejemplo, se ha visto que aquella mujeres que han reaccionado
abandonando el hogar, llamando a la polica y con historia de coercin sexual perciben mejor el riego
que las mujeres que no reaccionan de esa forma (Harding y otros, 2009).
Tambin las mujeres pueden reaccionar abandonando la relacin, amenazar con hacerlo o con la
separacin definitiva, estas reacciones pueden aumentar la VP de parte del maltratador por el miedo a
quedarse slo, el hecho de perder el control y poder dentro de la relacin (Campbell, Webster, Koziol-
McLain, Block y Wilt, 2003; Dutton y Golant, 1997; Harding y otros, 2009)
Las reacciones de la vctimas guardan relacin con el tipo de violencia y el tipo de maltratador: no
es lo mismo reaccionar al maltrato fsico permanente que al espordico. Una paliza puede curarse en
una semana, un ataque emocional sistemtico puede afectar y hacer sufrir durante aos (Garrido,
2001).
De igual forma, las reacciones de las mujeres estn relacionadas con aspectos de la impulsividad,
motivacin y bsqueda de sensaciones. Por un lado, se ha comprobado que las mujeres evitan, se
controlan ms y aprenden a inhibirse ms que los hombres, en especial en las relaciones
interpersonales y en exigencias del entorno social, por otro tienen mayor sensibilidad al castigo al
miedo y a experimentar los acontecimientos con mayor emocin que los hombres (Cross y otros,
2011).
Asimismo, las reacciones de la vctima ante la situacin de violencia lleva a respuestas particulares
relacionadas con un aumento de la activacin, reduccin de recursos de atencin, disminucin de la
respuesta para enfrentarse al trauma, huir, evitar o defenderse en la situacin violenta.
Las propuestas de Ellberg y Heise (2005) quienes recomiendan a los investigadores y activistas
interesados en el estudio y defensa de las mujeres vctimas de VP, que consideren que las reacciones
de las mujeres son variadas, pueden ir desde no hacer nada, escapar hasta reaccionar con violencia
para defenderse o defender a sus hijos.
Incluso, algunas reaccionan con tanta violencia que pueden llegar a quitar la vida del maltratador,
como lo han mostrado estudios con mujeres en crceles condenadas por homicidio como
consecuencia de VP como, por ejemplo, el estudio de Dutton, Hohnecker, Halle y Burghardt (1994) y
los estudios de Blanchette y Brown (2006).
80
Las mujeres que sufren VP de manera recurrente aprenden a desarrollar estrategias de adaptacin,
que suelen sustituir por habilidades de escape. Por tanto, el miedo tpico y la respuesta traumtica de
las mujeres desencadenan su hiperactivacin y escape psicolgico por medio de mtodos de
minimizacin, negacin del peligro de un incidente en concreto, depresin, disociacin, represin u
olvido.
De igual forma, Walker (2009) plantea que el escape psicolgico puede incluir minimizacin o
negacin del peligro como estrategia para reducir el miedo, la represin, la depresin o la disociacin,
protegiendo a la mujer de la respuesta traumtica a gran escala. La desesperanza aprendida en parte
se debe a la desconfianza de la mujer en poder escapar.
Ms an, la mayora de las mujeres maltratadas, especialmente las que llegan a pensar que el
maltratador puede llegar a matarlas, cumplen con los tres criterios del TEPT (reexperimentacin,
evitacin e hiperactivacin). Es ms, aquellas mujeres que no son agredidas fsicamente suelen temer
que el maltratador pueda herirlas si no hacen lo que l quiere.
En otras ocasiones, las mujeres no sienten miedo hasta ms adelante, incluso despus de que la
relacin haya terminado. Esta circunstancia es similar al TEPT demorado que a veces aparece en
soldados, que no desarrollan sntomas hasta aos ms tarde, o cuando se da otro incidente traumtico
que desencadena en la memoria de la vctima el mismo miedo que haba reprimido cuando se dio el
primer trauma. Por ejemplo, los nios vctimas de abusos sexuales a manos de sacerdotes que slo
presentaron los sntomas durante la edad adulta (Walker, 2009).
A lo sealado se le conoce con el nombre de amnesia. Los olvidos de cierta informacin, que no se
procesa en la memoria, en muchas ocasiones pueden deberse a procesos de disociacin, al hecho de
que la persona en cuestin afronte la situacin pensando en otras cosas o que escape de la situacin de
forma psicolgica mediante el uso de la imaginacin.
81
Si bien las tasas de TEPT en mujeres maltratadas oscilan entre el 30% y el 80%, los sntomas de
TEPT aparecen en ms del 70% de las mujeres maltratadas (Riggs y otros, 2009).
Sin embargo, no todas las mujeres desarrollan TEPT, a pesar que en la poblacin general muchas
personas estn expuestas a situaciones o eventos potencialmente traumticas, slo algunas desarrollan
trauma. Por esto, las vctimas afectadas por trauma pueden suponer el 1% el 2% de la poblacin
adulta. El desarrollo del trauma depender del tipo de suceso y de las caractersticas psicolgicas de la
vctima (Echebura, 2004).
Echebura y Corral (1998) y Labrador y otros (2004) proponen que los sntomas psicolgicos ms
significativos detectados en vctimas son:
a) Sensacin de amenaza incontrolable a la vida y a la seguridad personal.
c) Sentimientos de culpa por las reacciones de la mujer para evitar la violencia (mentir, cubrir al
maltratador, tener contactos sexuales a su pesar, maltrato o no proteccin adecuada de los hijos, etc.)
Estos sentimientos pueden deberse a su modo de reaccionar ante la violencia o por su propia forma de
ser (verse poco atractiva, provocadora de la violencia, etc.)
Adems, las vctimas de VP pueden desarrollar otros problemas psicopatolgicos como trastornos
de ansiedad, trastornos disociativos, culpa, vergenza, intentos de suicidio, trastornos de la
alimentacin y alcoholismo (Bargai y otros, 2007; Harl, Allen y Sanfey, 2010; Huang, Yang y
Omaye, 2011; Kubany y Ralston, 2008).
Otras posibles reacciones en las vctimas pueden ser sntomas depresivos, frialdad afectiva,
aislamiento y vergenza, consumo de alcohol o alteraciones somticas como dolores de cabeza,
alteraciones en el sistema digestivo en consecuencia de la inexpresin y desregulacin emocional que
se puede presentar como forma de enmascarar la sintomatologa del TEPT. Tambin la prdida de
confianza en s misma y en los dems, en muchas ocasiones despierta un sentimiento de indefensin y
prdida de control, temor por la vida y humillaciones por sentirse agredida (Echebura, 2004;
Echebura y Redondo, 2010; Whiting, y otros, 2009).
Algunas reacciones pueden llegar a precipitar sintomatologa que a su vez conduzca a empeorar la
situacin de las mujeres, por ejemplo, Bargai y otros (2007) estudiaron la relacin entre la
desesperanza aprendida y como facilita la aparicin de sntomas depresivos y TEPT.
Reacciones como vergenza tambin es comn encontrar por la sensibilidad que muestran las
mujeres a reacciones de la familia, amigos y vecinos ante la VP y la actitud de la mujer a evitar, que
pueden empeorar la situacin por actitud de apata y aislamiento (Cross y otros, 2011).
82
Por otro lado, el acontecimiento traumtico suele darse en el hogar y, a pesar de que el objeto del
mismo es la mujer, en muchos casos los hijos pueden sufrir parte de esa violencia o, incluso,
presenciarla. Se considera que una persona es vctima directa de VP cuando sta se centra en ella; si la
presencia, se la considera vctima indirecta.
a) Vctimas directas
En general, es el miembro de la pareja que recibe la VP. Las formas en las que las vctimas
reaccionan durante la violencia y despus de ella es un aspecto importante que va a determinar el
desarrollo de reacciones peritraumticas y postraumticas, siendo las ms comunes el TEPT y su
sintomatologa concomitante, donde se incluyen caractersticas psicopatolgicas como la ansiedad y
depresin, y dems sntomas subyacentes (baja autoestima e inadaptacin), as como formas
inadecuadas de afrontamiento (intentos de suicidio, consumo de sustancias, irritabilidad, etc.)
El proceso de victimizacin coincide con el inicio de la VP y depende de las caractersticas del
maltratador y de la escalada de la violencia. Se involucran en la VP otras vctimas directas, por lo
general, los hijos que al principio estn al margen de la situacin, pero cuando se convierte en crnica
y al maltratador no le importa ejercer la VP en su presencia, es cuando son ms vulnerables.
Se ha visto que los hijos ms pequeos, por querer seguir aferrados a sus madres, reciben parte de
la violencia fsica, mientras los ms mayores, sobre todo adolescentes, se interponen entre la vctima y
el maltratador, por lo que tambin reciben violencia de forma directa (Cohen, Mannarino y Deblinger,
2006).
Segn la Coalicin nacional contra la violencia domstica en Estados Unidos [National Coalition
Against Domestic Violence](2007), algunos de estos factores de victimizacin y violencia forman
parte de los estndares establecidos en relacin con las intervenciones con vctimas y maltratadores a
escala nacional en un 79% en todo el pas, se tiene en cuenta los efectos de la VP en las mujeres y en
los hijos.
b) Vctimas indirectas
Los testigos de la VP que, por lo general, son los hijos o familiares cercanos que conviven con
la pareja slo son testigos de la VP, si bien, tambin desarrollan determinadas consecuencias.
Por lo tanto, en los estudios de VP es importante tener en cuenta no slo el impacto y las
consecuencias psicopatolgicas de las mujeres, sino tambin los efectos que la violencia imprime en
sus hijos (Cannon, y otros, 2010; Echebura y Redondo, 2010; Ehrensaft, 2009, Graham-Bermann y
Perkins, 2010; Turcotte-Seabury, 2010; Holt, y otros, 2008; Van der Kork, Roth, Pelcovitz, Sunday y
Spinazzola, 2005).
Otros estudios, al revisar los antecedentes familiares, llegan a la conclusin de que las mujeres
vctimas de VP suelen haber presenciado violencia en sus hogares cuando eran pequeas en mayor
83
medida que en el caso de mujeres no maltratadas (Cohen y otros, 2006; Thompson, y otros, 2006;
Whiting, y otros, 2009).
Para el estudio del impacto de la VP en los nios se han propuesto modelos tericos como, por
ejemplo, la teora de la seguridad emocional, teoras sobre el aprendizaje social y teoras sobre
victimizacin (Ehrensaft, 2009).
El maltrato infantil y las pautas inadecuadas de educacin influyen en el desarrollo del menor
hacindolo ms vulnerable, y provocndole mayores problemas sobre regulacin emocional y
funcionamiento social y conductual conducentes a comportamientos disruptivos que, a su vez,
desencadenan problemas en su desarrollo y, por consiguiente, desajustes del medio social, en el
desarrollo de expectativas sobre lo que sern o deberan ser sus relaciones ntimas y dems trastornos
como, por ejemplo, ansiedad ante el rechazo, prejuicios sobre atribucin hostiles y deficiencias a la
hora de solucionar problemas sociales (Ehrensaft, 2009; Graham-Bermann y Perkins, 2010).
En el mismo sentido, se puede adoptar formas agresivas a responder a determinadas situaciones, en
la escuela, vecindario, en las relaciones afectivas, que en concurrencia con problemas de regulacin
emocional conllevan a rechazo por parte de los compaeros y la poca posibilidad de ensayar y
observar conductas adecuadas con los compaeros. Es as como, gradualmente se va estableciendo los
patrones de comportamiento violento (Cohen y otros, 2006; Ehrensaft, 2009; Turcotte-Seabury,
2010).
Los hijos de la pareja se ven afectados en diferentes reas del desarrollo biopsicosocial. En el
aspecto biolgico, se han visto alteraciones en los sistemas de alerta, concentracin y atencin que, a
su vez, repercuten en los procesos de asimilacin de la informacin y aprendizaje. Tambin se puede
presentar somatizacin y desarrollo sensorial y motor tardo (Cohen y otros, 2006; Ehrensaft, 2009;
Turcotte-Seabury, 2010).
En lo relativo al componente emocional y afectivo, es posible observar desregulacin de las
emociones y el afecto, y que se presenten dificultades para medir la ira y conductas autodestructivas,
inadecuada percepcin del concepto de s mismo (culpa y vergenza), dificultades en el desarrollo
cognitivo (problemas en las habilidades de solucin de problemas), alteraciones en las creencias sobre
las reglas sociales (generando posteriormente problemas de comportamiento en las relaciones
sociales), comportamiento agresivo y exposicin a situaciones de riesgo como consumo de sustancias
psicoactivas (Cohen y otros, 2006, Echebura y Redondo, 2010; Ehlers, Mayou, Bryant, 2003; Holt, y
otros, 2008).
Los hijos de las mujeres vctimas de VP tambin pueden desarrollar problemas de conducta y
consumo de alcohol, que a su vez facilitan a futuro problemas en las relaciones con los dems y
constituyen en riesgo para la VP (Cannon y otros, 2010; Whiting y otros, 2009; Fang y Corso, 2008;
Ehrensaft y otros, 2003).
84
A pesar que los estudios sobre maltrato infantil y sus consecuencias se han centrado en el abuso
sexual tambin se ha demostrado que existen otras formas de maltratado o violencia en la infancia que
puede afectar el desarrollo de los adolescentes y afectan la vida adulta, como por ejemplo, el maltrato
infantil y la negligencia afectan el establecimiento de relaciones de pareja tanto en hombres como en
mujeres, y la percepcin de las mujeres maltratadas en la infancia sobre su pareja son ms negativas
que las mujeres no maltratadas en cuanto a la visin romntica y la fidelidad, tambin presentaron
mayor problemas de convivencia, abandono y divorcio (Colman y Widom, 2004).
Adems, se ha demostrado los efectos del maltrato infantil y presenciar VP de los padres influye
sobre el desarrollo del adolescente para presentar problemas en conductas de internalizacin y
externalizacin independientemente del sexo. Sin embargo, las mujeres tienden a desarrollar
sintomatologa depresiva-ansiosa y los hombres a problemas de conducta como, por ejemplo,
delincuencia y consumo de alcohol y drogas (Echebura y Redondo, 2010; Moylan y otros, 2010).
En definitiva, los adolescentes que desarrollan problemas de conducta, que han sido maltratados y
presencian VP entre los padres estn ms propensos a desarrollar VP y consumo de drogas y alcohol,
en este sentido es un buen camino para iniciar trabajos de prevencin en la infancia para detener la
transmisin generacional de la VP (Whiting y otros, 2009; Ehrensaft y otros, 2003).
Por otro lado, al tratar a tiempo a los nios y adolescentes que han presenciado y vivido VP se
puede hacer prevencin de futura violencia social, familiar y la propia VP en las nuevas relaciones de
estos menores. Incluso, algunos autores proponen que los hijos de parejas que viven VP tienden a
convertirse en maltratadores en la edad adulta (Ehrensaft, y otros, 2003; Jose y OLeary, 2009;
Whiting y otros, 2009).
Estas consecuencias muchas veces se ven moduladas por las expresiones de ira, tristeza, miedo y
amenaza que se presentan en el contexto de los problemas entre los padres. En consecuencia, los
nios van asimilando e interpretando esa realidad y, en muchos de los casos, generan sentimientos
confusos que pueden llegar a influir en el desarrollo y adquisicin de destrezas y habilidades, todo
ello en funcin de su edad.
En este sentido, Echebura (2004) seala que en los hogares de mujeres maltratadas es posible que
entre el 30% y 40% de los hijos sean maltratados simultneamente.
En definitiva, por el impacto que genera la VP tanto en las vctimas directas como indirectas, se
hace necesario resaltar la importante de evaluacin, tratamiento y prevencin de mayores
consecuencias y niveles de victimizacin.
A nivel de intervencin infantil se ha hecho esfuerzos por llenar vacos como por ejemplo, Rizo,
Macy, Ermentrout, y Johns (2011) quienes estudian y analizan 31 investigaciones sobre tratamientos
y los clasifican en cuatro categoras dependiendo de las necesidades y la evaluacin que se haya
realizado del caso. De la misma forma se ha realizado para los adultos vctimas de VP que se
presentar ms adelante en el apartado de tratamiento.
85
Dado el impacto que tiene la VP en los hijos, es importante evaluar y tratar la violencia extendida
y evitar la continuidad de la violencia como, por ejemplo, ocurre en los casos de custodia compartida:
en Estados Unidos, en caso de condena por VP, el agresor no tiene derecho a la custodia compartida;
en Espaa, su prohibicin en estos casos est en estudio dadas las consecuencias anteriormente
expuestas que padecen los menores y la mujer.
A1 Proceso A2
Evento violento Modulacin Reacciones
S
S Daos psicolgicos E
E
V Transitorios y de menor impacto V
E
E
R
R
I
I Secuelas psicolgicas D
D
Permanentes y de mayor impacto A
A D
D
86
Weathers y Keane (2007) resaltan la importancia del criterio A, no slo por las caractersticas del
evento, sino tambin por las reacciones de las vctimas. Definir los estresores de forma objetiva e
independiente a las interpretaciones personales resulta difcil.
Un proceso importante que media entre las dos caractersticas del criterio A del TEPT es la forma
en la que se procesa cognitivamente el evento y la modulacin emocional y afectiva en las reacciones
(Ford y Courtois, 2009; Foa y otros, 2007).
En la misma direccin, Feeny, Lory, y Foa (2010) y Foa y otros (2007) proponen que se debe
prestar atencin a este proceso porque es ah donde se presentan la rumiacin de pensamientos,
confusin de la vctima y evaluacin de la situacin, que conllevan malestar e incompetencia por la
forma de reaccionar. En ese lapso de tiempo es donde se puede procesar inadecuadamente la situacin
generndose, as, el trauma.
La teora del procesamiento emocional (Feeny y otros, 2010; Foa y otros, 2007) propone que los
sntomas postraumticos surgen cuando un evento traumtico se percibe de forma imperiosa y tiene la
capacidad de interferir en las creencias sobre seguridad. Esto supone una reorganizacin sobre los
componentes cognitivo y conductual de la persona afectada.
Los acontecimientos traumticos pueden cambiar fundamentalmente la forma en que el individuo
percibe a los dems y al mundo, por ejemplo, yo nunca imagin que la gente podra ser tan cruel, la
evaluacin de las personas sobre cmo ellos mismos responden a esos eventos, por ejemplo, yo
pens que era una persona fuerte y que no iba a congelarme frente a la amenaza y tambin puede ser
un factor desencadenante de malestar (Echebura, 2004; Foa y otros, 2007; Kubany y Ralston, 2008).
A las reacciones psicolgicas que se derivan de los eventos potencialmente traumticos son los que
se les conocen como trauma, el cual tiene la capacidad de romper el sentimiento de confianza que
tiene la persona en cuestin sobre s misma, los dems y el mundo en general, conllevando a que la
persona se desadapte del entorno con facilidad (Echebura, 2004).
En relacin con la sintomatologa postraumtica, las vctimas tienden a revivir los acontecimientos
con intensidad, frecuencia y de forma involuntaria, tanto de da como de noche. Durante el da, en
forma de recuerdos y flashbacks o pensamientos intrusivos, y por la noche en forma de pesadillas.
Todo ello conlleva a una fatiga continua por el miedo que representa la reexperimentacin.
Es ms, por el miedo que produce el evento en cuestin por la amenaza que representa para la vida
e integridad de la persona o sus seres queridos, se presentan sntomas de activacin fisiolgica,
hipervigilancia y estados de alerta, que se intensifican cuando los eventos son frecuentes y repetidos,
como en el caso de la VP (Walker, 2009).
Otra reaccin es evitar ciertas situaciones que recuerden la violencia y tratar de controlar los
conflictos de pareja que al no ser posible, se genera un sentimiento de culpa. Ms an, las mujeres
evitan hablar de lo ocurrido por vergenza y prdida de la confianza.
87
Ante la confusin que genera la situacin, la relacin con el maltratador, las expectativas de
cambio y la falta de educacin sobre la VP y sus consecuencias son algunos de los factores que
facilitan que se presente el trauma en la vctima.
Northrup (2006) seala que las vctimas de trauma y TEPT presentan problemas a nivel fsico,
cognitivo, emocional y a nivel conductual.
88
El trauma psicolgico complejo implica formas extremas de estresores crnicos que comprometen
el desarrollo psicosocial y las relaciones con las personas cercanas, trasciende la clsica definicin del
TEPT e incluye comorbilidad con otras sintomatologas y ejes del DSM IV-TR (Ford y Courtois,
2009; Resick y Miller, 2009).
Durante toda la vida, una persona puede estar expuesta a diferentes eventos traumticos o sufrir la
misma victimizacin como, por ejemplo, la VP o los abusos sexuales intrafamiliares, que suelen
producirse de manera recurrente. La combinacin de diferentes formas de violencia en la infancia
puede facilitar o poner en situacin de vulnerabilidad a la vctima (Cannon y otros, 2010).
Adems, los sntomas de la VP se incrementan cuando existe historial de otros eventos traumticos
en la vida de la vctima, esto es, un nmero mayor de eventos traumticos incrementan la varianza en
los sntomas traumticos. Las mujeres vctimas de VP incrementa dos veces la sintomatologa de
evitacin e hiperactivacin cuando han estado expuestas a otros eventos traumticos (Graham-
Bermann y Perkins, 2010).
Fortier, DiLillo, Messman-Moore, Peugh, DeNardi y Gaffey (2009) sealan que la severidad del
abuso incrementa el uso de la evitacin como estrategia de enfrentamiento, las cuales pueden a su vez
aumentar el riesgo de revictimizacin en la edad adulta. Ms an, las mujeres que experimentaron
abuso sexual severo usan mayores estrategias de evitacin y afrontamiento autodestructivo en
comparacin de las mujeres que sufren abuso leve (Walsh y otros, 2010). Asimismo, Pineles, y otros
(2011) comprobaron que las estrategias de evitacin aumenta la reactividad y actividad cardaca de las
mujeres presentando mayor sintomatologa del TEPT como miedo y aumento de la activacin.
En 2008, Fang y Corso en su estudio llegaron a la conclusin que el abuso sexual infantil no esta
directamente relacionado con perpetracin de la VP por parte de la mujer pero si por parte del
hombre, esto es, que el hombre abusado en la infancia tiene mayor probabilidad de ser maltratador en
sus relaciones de pareja, sealan diferencia en los efectos directos e indirectos del maltrato infantil y
negligencia entre hombres y mujeres.
En los hombres hay ms efectos indirectos de la violencia infantil en la VP que efectos directos
mientras las mujeres sealan mayores efectos directos que indirectos. Ms an, proponen que la
relacin entre maltrato y abuso sexual infantil esta mejor explicada por la teora del rol de la familia
para las mujeres y para los hombres la teora de los rasgos antisociales. Cabe recordar que la primera
es legitimada por la tolerancia de la VP por la familia como forma de aprendizaje para resolver
problemas y la segunda en el establecimiento de un patrn de comportamiento violento.
En todo caso, se destaca que es diferente afrontar un evento traumtico que ha sido nico y fuera
de la familia a cuando es repetido e intrafamiliar, donde en la mayora de los casos el vnculo afectivo
con el maltratador sigue adelante.
Por esto, el trauma complejo guarda relacin con la naturaleza interpersonal vctima- agresor, que
por lo general, es una relacin estrecha porque el agresor es conocido o un familiar, a esta
89
caracterstica algunos autores le han denominado trauma por traicin en donde la confianza en el
ser querido se rompe y surge sentimientos de confusin, desregulacin, por ejemplo en los casos de
abusos sexuales y maltrato infantil (Finkelhor y otros, 2007).
A nivel social tambin es importante tener en cuenta la relacin interpersonal que tiene la vctima
con el agresor, cuanto ms cercana sea la relacin de los integrantes con los grupos sociales a los que
pertenezcan, por ejemplo, familia, religin, partido poltico, agrupaciones sociales, etc., mayor ser la
posibilidad de que se produzcan condiciones de lealtad dividida.
Puede que el grupo, como estrategia de autoproteccin, tolere la situacin, guarde silencio, niegue
el hecho o guarde el secreto o, por el contrario, una vez revelada la existencia de la victimizacin, el
grupo verbalice la existencia de la situacin violenta en todo momento y se produzca una nueva
victimizacin, presentndose un dao secundario (Ford y Courtois, 2009).
Otras reacciones que suelen producirse son la vergenza por la situacin, por el miedo o la
ansiedad experimentada; asimismo, se despiertan en la vctima sentimientos de ira hacia el
maltratador (Ford, Stockton, Kaltman y Green, 2006).
Se ha relacionado las diferentes reacciones al evento traumtico con la sintomatologa del TEPT.
De esa forma, los sentimientos de derrota y resignacin se asocian con la desesperanza y sentimientos
de ira, y la traicin con el de horror. A pesar de esto, la explicacin de factores como la
autorregulacin o auto-organizacin despus de haber vivido el shock o el impacto de la violencia son
incipientes (Ford y Courtois, 2009).
Por otro lado, en funcin del momento en que ocurra la victimizacin, el afrontamiento puede ser
diferente, al igual que las consecuencias. Por ejemplo, las mujeres que han sido agredidas
sexualmente durante la adolescencia o en la edad adulta pueden generar mayor estrs psicolgico y
sentimientos de culpa por la responsabilidad que asumen por sus reacciones de evitacin ante el abuso
(Northrup, 2006; Walsh y otros, 2010).
Por otro lado, se deben considerar algunas propuestas de definicin del trauma y su diagnstico.
Existe dos propuestas de una nueva clasificacin del TEPT y modificaciones al actual diagnstico y,
otros quienes han tratado de explicar las consecuencia y sintomatologa de la violencia agrupando los
sntomas y trastornos en sndromes.
Muestra de lo primero es la propuesta sobre la inclusin del trastorno por estrs extremo no
especificado [DESNOS, por sus siglas en ingls] para adultos y el trastorno traumtico del desarrollo
[DDT, por sus siglas en ingls] para nios y adolescentes (Ford y Courtois, 2009, Van der Kolk, Roth,
Pelcovitz, Sunday, y Spinazzola, 2005).
Resick y Miller (2009) proponen que el TEPT debera clasificarse en una categora aparte de los
trastornos de ansiedad, a pesar de presentar patrones de comorbilidad tambin se ha comprobado
cuatro reas que justifica esta propuestas: la existencia de emociones peritraumticas asociadas con
90
sintomatologa posterior de TEPT, el rol de las emociones en el curso del TEPT, reactividad
fisiolgica y respuestas emocionales.
Para ms informacin sobre el trauma complejo en adultos y nios, consltese el Apndice I.
Briere (2004) seala que algunos autores han realizado esfuerzos por definir, diagnosticar y
clasificar las reacciones y consecuencias de los traumas en forma de sndromes como, por ejemplo, el
sndrome traumtico por violacin (RTS, por sus siglas en ingls) propuesto a mediados de los aos
setenta propuesto por Burgess y Holmstrom y el sndrome de la mujer maltratada (BWS, en sus siglas
en ingls) de mediados de los aos ochenta propuesto por Walker.
Los sntomas del RTS son ansiedad, depresin, enfado, aislamiento social y emocional, trastornos
del sueo y la alimentacin, TEPT, culpabilidad y autocastigo, vergenza, somatizacin, y disfuncin
sexual. Similares sntomas se han descrito en el BWS, incluidos la pasividad e inmovilidad producto
de la VP.
Walker (2009) presenta los resultados de la validacin de su teora y tratamiento del TEPT en
mujeres maltratadas en cuatro pases diferentes: Estados Unidos, Rusia, Grecia y Espaa. Al final,
concluye que el BWS2 puede considerarse un subtipo de TEPT para VP. Propone que, adems de la
sintomatologa habitual (reexperimentacin, evitacin e hiperactivacin), existen tres criterios
cualitativos: problemas en las relaciones interpersonales, dificultades con la imagen corporal y
sntomas somticos y asuntos sobre la intimidad sexual.
En cualquier caso, lo apuntado anteriormente, no tiene como fin disminuir la importancia de la
clasificacin del TEPT, sino abrir caminos hacia la complejidad del trauma y sus consecuencias.
Se debe considerar y prestar atencin a los criterios diagnsticos del TEPT y su comorbilidad con
otros trastornos para no sobrediagnosticarlo. Sin embargo, en ausencia de un diagnstico formal para
trastornos por estrs traumtico complejo, existe cierto riesgo potencial de diagnosticar errneamente
o sobrediagnosticar trastornos graves, por lo que es importante retomar los hallazgos de otras
investigaciones sobre VP que permitan afinar el diagnstico y, as, aplicar un plan de tratamiento
basado en evidencias cientficas (APA, 2006; Association for Behavioral and Cognitive Therapies
[ABCT], 2010; Echebura y Corral, 2001; Foa, Keane y Friedman, 2000; Foa y otros, 2009; Ford y
Courtois, 2009).
La violencia sufrida durante la vida es un factor que puede incrementar la vulnerabilidad de
desarrollar TEPT y de afrontar situaciones violentas mediante estrategias de modelado inadecuadas
que favorezcan la evitacin, las conductas autodestructivas y las creencias inadecuadas (Walsh y
otros, 2010).
Finalmente, es importante evaluar el trauma complejo, el historial de exposicin a diferentes
formas de violencia durante la vida de las pacientes con el fin de determinar el impacto que ha tenido
en el desarrollo de sintomatologa postraumtica que conduzcan a buenas decisiones para el
91
establecimiento de un plan de tratamiento ms ajustado a la realidad y necesidades de intervencin
psicolgica.
1.4.4 TEPT
1.4.4.1 Definicin
El conocimiento sobre el trauma y el diagnstico del TEPT acaba de cumplir 30 aos desde que
se reconoci como trastorno psicopatolgico. El avance en estas tres dcadas de investigacin ha
permitido mejorar el diagnstico y su investigacin. Los avances y el inters mostrado por los
problemas generados por las situaciones de violencia se reflejan en la creacin de la divisin 56 de la
APA y la creacin hace 25 aos de la ISTSS (International Society for Traumatic Stress Studies) , que
cuentan con importantes publicaciones exclusivas sobre el estudio del trauma psicolgico como, por
ejemplo, Journal of Traumatic Stress.
En la definicin y diagnstico del TEPT, las directrices y el soporte emprico que han aportado
estas sociedades y grupo de expertos cobra especial relevancia. A pesar de que se debe reconocer que
el tema es bastante extenso y complicado dada la cantidad de acontecimientos que generan trauma y
por sus tipologas, se han adelantado debates y acuerdos que se vern reflejados en la nueva versin
del DSM V, cuya publicacin est prevista para 2013 (Rosen, Frueh, Lilienfeld, Machugh y Spitzer,
2010).
La controversia ha girado en torno a varios aspectos, el principal ha sido el criterio A introducido
en el DSM-IV-TR (American Psychiatric Association, 2000).
Existen dos aspectos dentro del criterio A que han sido objeto de estudio y discusin.
En relacin con el criterio Al, se especifica que el suceso debe haber conllevado una amenaza real
o potencial de muerte o lesiones graves, o una amenaza a la integridad fsica de la vctima o de otras
personas.
En relacin con el criterio A2, se especfica que las respuestas y reacciones al evento pueden ser
de intensos miedo, indefensin u horror. La importancia de las reacciones emocionales, cognitivas y
conductuales de la persona antes, durante y despus del evento potencialmente traumtico trasciende
las caractersticas del acontecimiento en s mismo (Tolin y Foa, 2008).
En esta direccin, existen propuestas contrarias: por un lado, existen ciertos expertos que
defienden la actual clasificacin de los criterios A1 (objetivo, el evento) y A2 (subjetivo, las
reacciones) como, por ejemplo, Weathers y Keane (2007).
Otros autores estn ms a favor de seguir con el criterio objetivo A1 y eliminar el criterio
subjetivo A2, esto en consecuencia a que el criterio no abarca la mayora de reacciones o sntomas
que han sealado los diferentes estudios sobre trauma psicolgico. Por ejemplo, Resnick y Miller
(2009) y otros investigadores proponen que las emociones, como el miedo y la impotencia,
confunden el concepto de respuesta con el del estmulo (McNally, 2009).
92
Otras propuestas ms radicales sugieren prescindir de los dos criterios porque el hecho de que no
se pueda llegar a consenso con facilidad es prueba de que debe haber mayor investigacin. Incluso
proponen que en los Apndices del DSM deberan relacionarse como conjunto de criterios
experimentales que continan bajo controversia y requieren mayor investigacin (Rosen y
Lilienfeld, 2008).
Segn Rosen y otros (2010), a pesar de las controversias, el camino que parece que van a seguir
los miembros del comit del DSM-V es el de mantener los criterios del TEPT y slo introducir
algunas modificaciones si se aceptan las propuestas actuales sobre el criterio A2.
Una de las propuestas es, que las personas expuestas a acontecimientos de muerte o amenaza,
lesiones graves reales o amenaza de las mismas, violencia sexual real o amenaza de una de las
siguientes maneras:
a) Experimentando los acontecimientos por s misma,
b) siendo testigo los acontecimientos segn le ocurrieron a otras personas,
c) al enterarse de que los acontecimientos le ocurrieron a un familiar o amigo cercano,
d) experimentado una exposicin repetida o extrema a detalles aversivos de los acontecimientos
(escuchar reiteradamente historias de abuso sexual, recoger partes de cuerpos en atentados, etc.)
Se excluye que ver pelculas o ciertas escenas en televisin cause TEPT, a no ser que esto sea el
trabajo de las personas y que impliquen contacto permanente a escenas violentas.
En relacin con los criterios B, C y D tambin se han encontrado aspectos a favor de unos
sntomas y en contra de otros. Por ejemplo, que el criterio C3 (amnesia traumtica) se puede suprimir
y resalta los sntomas del grupo B, por ejemplo, pensamientos intrusivos y pesadillas que eran
centrales en el TEPT (McNally, 2009).
As mismo, en el estudio de Echebura, Corral y Amor (1998) se evaluaron diferentes tipos de
trauma y se concluy que la amnesia disociativa es un sntoma poco frecuente en las diferentes
tipologas de vctimas.
Algunos autores dan importancia a los sntomas de evitacin (evasin y entumecimiento
emocional), que sirven de verdaderos marcadores psicopatolgicos (Noth y otros, 2009).
Tambin se piensa que los sntomas de intrusin e hiperalerta (grupo B y D) slo indican afliccin
emocional (Rosen y otros, 2010).
Otra propuesta que se est considerando es cambiar las tres subcategoras del TEPT por cuatro
(sntomas de intrusin, evitacin, alteraciones negativas en cognicin y nimo, y alteraciones en el
estado de alerta y reactividad), as como pasar de 17 sntomas actuales a 21 (Rosen y otros, 2010).
En la misma direccin, Rasmussen, Smith y Keller (2007) proponen un modelo clnico del TEPT
en cuatro factores: re-experimentacin (B1-B5+D1, D3), evitacin (C1-C2), embotamiento emocional
(C3-C7) e hiperactivacin (D2, D4-D5). En la misma direccin Yufik y Simms, (2010) a partir de su
estudio de revisin de 40 investigaciones de TEPT y 14.827 participantes, propone que la
93
sintomatologa del TEPT se puede recoger en cuatro criterios. Intrusin (reexperimentacin),
evitacin, hiperactivacin y un criterio sobre sntomas disfricos.
Por otra parte, y dejando de lado la controversia del diagnstico del TEPT en un meta-anlisis
sobre los 25 aos de investigacin sobre TEPT y diferencias de gnero y una revisin crtica de los
estudios sobre diferencias de gnero y recuperacin del trauma (Blain, Galovski y Robinson, 2010;
Tolin y Foa, 2008) concluyen que:
1. Las mujeres y nias presentan mayor predisposicin a cumplir con los criterios diagnsticos
para el TEPT en comparacin con hombres y nios.
2. Los hombres tienen mayor predisposicin a presenciar un mayor nmero de estmulos
potencialmente traumticos (EPT) y, por tanto son ms vulnerables a desarrollar TEPT como
consecuencia del propio estmulo, claro esta se excluyen ciertos EPT como los abusos sexuales y VP
que son ms frecuentes en las mujeres.
3. Tambin se debe considerar que las mujeres y los nios son ms vulnerables a desarrollar TEPT
independiente del tipo de EPT, incluso en aquellas actividades que tradicionalmente han sido propias
de los hombres, por ejemplo, los combates y la guerra, en la actualidad se ha encontrado un mismo
nivel de vulnerabilidad en mujer y hombres.
4. El desarrollo de TEPT depender ms de las reacciones y experiencias vividas antes, durante y
despus del EPT ms que del acontecimiento en s.
5. En algunos casos, la cultura y la situacin social hacen ms vulnerables a un grupo que a otro.
6. En cuanto a la acumulacin de EPT o trauma complejo a lo largo de la vida, es mayor la
vulnerabilidad para las mujeres que para los hombres, lo que probablemente podra incrementar el
riesgo en desarrollar TEPT.
En relacin con la diferencia de sexo y TEPT, Echebura (2004) seala que se vive con ms
frecuencia y gravedad en las mujeres, sobre todo cuando sufren una agresin sexual o la muerte
violenta de un hijo. En los hombres, es ms frecuente en el caso de terrorismo y, en menor grado, de
accidentes de coche o laborales.
En general, y a pesar de las discrepancias en relacin con el TEPT, se ha encontrado que las
emociones desempean un papel importante en el mantenimiento del TEPT como, por ejemplo,
miedo, ansiedad, culpa, deshonra e ira (Resnick y Miller, 2009).
Kessler, Sonnega, Bromet, Hughes, y Nelson (1995) estiman que un tercio de las personas a las
que se les ha diagnosticado TEPT continan con la sintomatologa transcurridos 5 aos. De manera
similar al estudio de Echebura y otros (1998), en su estudio con diferentes tipos de trauma, el
promedio de tiempo transcurrido era de 6 aos. El desarrollo del TEPT por sexos puede consultarse
en el Apndice J.
94
1.4.4.2 TEPT y comorbilidad
El TEPT fue clasificado como trastorno psicopatolgico bien diferenciado de otros trastornos
psicopatolgicos para su estudio, sin embargo se debe reconocer la posibilidad que en la vida
cotidiana concurra o sea comrbido con otros trastornos (Najavits, Ryngala, Back, Bolton.,
EBrandy (2009).
1. Ansiedad
Algunos estudios epidemiolgicos sobre ansiedad concluyen que las mujeres son ms propensas a
desarrollar estos trastornos que los hombres (Kessler y otros, 2005).
95
Sith y otros (2004) sealan que las mujeres agredidas suelen sentir miedo hacia sus compaeros.
Comparando mujeres maltratadas y no maltratadas, los niveles de miedo hacia su pareja eran elevados
entre las mujeres maltratadas.
La ansiedad extrema por VP, que suele ser frecuente e impredecible, conlleva a una respuesta de
sobresalto y alerta permanente (Walker, 2009). Se comparten sntomas referidos a la hiperactivacin
fisiolgica y cognitiva en relacin con la rumiacin de pensamientos (Fenny y otros, 2010; Foa y
otros, 2007).
La forma de afrontar y reaccionar ante la VP y otros eventos traumticos es importante en el
desarrollo del TEPT. Se han encontrado diferencia entre mujeres y hombres, por ejemplo: las mujeres
tienden a reaccionar ante los acontecimientos traumticos internalizando y afrontando la situacin con
sntomas depresivos y ansiosos, mientras que los hombres lo hacen externalizndolos y afrontando el
trauma mediante consumo de sustancias, comportamientos violentos, irritabilidad y, en general,
presentando problemas de comportamiento social (Kessler y otros, 2005).
En cualquier caso, las atribuciones de las diferencias de sexo as como las expectativas sociales
frente a los mismos necesitan ser soportados con mayor evidencia emprica para poder ser ms
contundentes en comprobar o rechazar las propuestas en relacin con la sintomatologa concomitante
al TEPT, esto es, que en las mujeres son ms frecuente la depresin y la ansiedad concurrentes al
TEPT y para los hombres los problemas de conducta y el consumo de SPA. Esto en concordancia con
la percepcin que las mujeres son ms emocionales y pasivas y los hombres son ms agresivos y
activos (Tolin y Foa, 2008).
2. Depresin
Numerosos estudios han encontrado comorbilidad entre TEPT y depresin (Bargai y otros, 2007;
Echebura y otros, 1998; Harl y otros, 2010; Huang y otros, 2011; Najavits y otros, 2009). A pesar
de que ningn estudio ha corroborado la presencia de depresin postraumtica, s se llega a la
conclusin de que los acontecimientos que generan TEPT tienen la capacidad de producir sntomas
depresivos asociados al trauma (Briere, 2004).
Asimismo, algunas vctimas de VP sealan prdidas, abandonos, aislamiento y cambios
irrevocables en sus vidas. Estos elementos pueden generar sntomas depresivos. Cuando el trauma
implica prdidas, probablemente presenten distorsiones cognitivas y rumiacin de pensamiento, as
como pensamientos e imgenes intrusivas (Briere, 2004; Michael, Ehlers, Halligan y Clark, 2005;
Foa y otros, 2007).
Los estudios comparten la comorbilidad entre depresin y VP (violencia fsica). Por ejemplo,
Golding (1999) en su revisin de 18 estudios seala una prevalencia de depresin del 47,6%. En su
estudio tambin constat una variabilidad que oscilaba entre el 15% y el 83%, en funcin de la
96
metodologa, las participantes e instrumentos utilizados. Adems, relaciona la gravedad y duracin de
la VP con la gravedad de la depresin.
Otras emociones asociadas con la depresin y el TEPT son la culpa y la vergenza. La primera es
ms concreta, mientras que la segunda es ms global, por ejemplo, la autocrtica, y ms devastadora
relacionada con la sintomatologa de evitacin. La culpa y la rabia se asocian ms con la
reexperimentacin de la violencia (Echebura, Corral y Amor, 2001; Echebura, 2004).
La culpa puede referirse a conductas concretas como, por ejemplo, no quedarse callada, no acceder
a las peticiones no razonables del marido, etc., o a la personalidad, es decir, a la forma de ser (por
ejemplo, verse estpidas, sentirse poco atractivas o tener una imagen corporal inadecuada,
considerarse provocadoras de las situaciones). Este segundo caso es menos frecuente, pero produce un
impacto psicolgico devastador (Echebura y otros, 2001; Echebura, 2004; Kubany y Ralston, 2008;
Walker, 2009).
En la misma direccin, Kim, Thibodeau y Jorgensen (2011) en su estudio meta analtico, tras
revisar 108 estudios y analizar 243 tamaos del efecto de la relacin entre vergenza y culpa con
sntomas depresivos, llegan a la conclusin que la vergenza tiene una mayor prominencia para el
entendimiento de los fundamentos emocionales de la depresin en comparacin que la culpa, sin
embargo algunas variantes de la culpa tambin pueden explicar reacciones desadaptativas asociadas a
las bases emocionales de la depresin.
Asimismo, partiendo de las teoras cognitivas de la depresin, en las que relacionan la depresin
con la desesperanza aprendida, es decir, la persona al no tener control sobre los acontecimiento
adversos, saber que se repetirn y que no puede evitarlos, genera: depresin, baja autoestima, apata y
dficit en la solucin de problemas. La desesperanza aprendida se ha sealado como mediadora entre
la VP y los sntomas depresivos y TEPT en mujeres maltratadas (Bargai y otros, 2007).
Por otro lado, se ha comprobado que la depresin influye de forma negativa en la toma de
decisiones y resolucin de conflictos, en especial, interpersonales y econmicos (Harl y otros, 2010).
97
Echebura y otros (1998) sealan que en las vctimas de VP hay mayor concurrencia con
sintomatologa depresiva que ansiosa, mientras que en los casos de abuso sexual la correlacin es
mayor con ansiedad que con depresin.
II. Comorbilidad con el eje II
Una recomendacin en cuanto a la comorbilidad del TEPT con el eje II (trastornos de
personalidad) es que, a pesar de que se ha encontrado comorbilidad simultnea entre los trastornos de
personalidad y TEPT, esto conlleva a mltiples combinaciones confusas que no pueden tipificarse
como sndrome en s mismo.
Por tanto, siempre y cuando estos elementos comrbidos reflejen una base de la desregulacin
postraumtica y desorganizacin afectiva, sera ms conveniente centrarse en el TEPT y en la
sintomatologa comrbida para que el especialista cuente con un sistema de organizacin eficiente y
eficaz en trminos de planificacin de la evaluacin y el tratamiento (Ford y Courtois, 2009).
Al querer diferenciar los trastornos y la sintomatologa, o contar con modelos ms amplios no se
pretende desde ningn punto de vista desconocer los valiosos avances y la complejidad que ha llevado
a definir el TEPT. El trastorno en s mismo es complejo y dinmico, que corresponde al componente
biopsicosocial con numerosas ramificaciones y manifestaciones personales e interpersonales en los
pacientes a los que se les diagnostica (Ford y Courtois, 2009).
A pesar de que no estn clasificados como trastornos psicopatolgicos, existen otros sntomas o
variables que concurren con el TEPT en situaciones traumticas y es necesario tenerlas en cuenta.
1.4.4.2.2.1 Autoestima
Echebura y Corral (1998) sealan que los niveles de autoestima de las mujeres que sufren VP son
inferiores a los de la poblacin normal, si bien la forma de violencia (fsica o psicolgica) no imprime
efectos significativos al respecto.
Por su parte, Walker, Duros, Nathan, Gill y Needle (2009) reconocen la dificultad para cuantificar
la autoestima en las mujeres maltratadas, pero sealan la importancia de hacerlo ya que la violencia
psicolgica o emocional tiene un gran impacto en la confianza en uno mismo y en la percepcin de
autoeficacia de las vctimas.
En la misma direccin, se ha visto que la forma de violencia psicolgica es la que al parecer est
ms relacionada con la autoestima y la confianza en uno mismo de las victimas. Las humillaciones,
desvaloraciones, insultos relacionados con el cuerpo, capacidades, etc. hacen que la mujer se sienta
devaluada y empiece a disminuir su control interno y estabilidad emocional. Es ms, la violencia
98
emocional de tipo restrictivo y controlador, y el aislamiento tienen un impacto negativo en la
autoestima de las mujeres maltratadas (Walker y otros, 2009b; Stark, 2007).
Las situaciones especialmente traumticas, sobre todo aqullas en las que la vctima de VP se ha
sentido humillada y degrada, al igual que la vergenza, tienen efectos devastadores sobre la
autoestima de las mujeres, que puede verse daada de forma irreversible. Las mujeres pueden llegar a
perder la capacidad de disfrutar de la vida cotidiana y de involucrarse en nuevos proyectos, incluso
pueden llegar a negar y aceptar sus necesidades emocionales, y sentir vergenza de pensar en lo que
sienten y desean (Kim y otros, 2011; Echebura, 2004; Naparstek, 2006).
El maltrato psicolgico y las consecuencias fsicas que dejan cicatrices y marcas como resultado
de las lesiones sobre el cuerpo especialmente en la cara, tienen consecuencias importantes en la
autovaloracin y autoestima de las mujeres, se ha encontrado relacin importante entre angustia por la
imagen corporal y sntomas de TEPT en mujeres vctimas de VP (Weaver y otros, 2007).
En este mismo sentido, Walker y otros (2009b) reafirman la relacin entre satisfaccin con la
imagen corporal y la autoestima: cuanto ms insatisfecha se encuentre con su cuerpo una mujer,
menor ser su autoestima. Tambin sealan que el 61,3% de las mujeres maltratadas estn
insatisfechas con su cuerpo, el 63,3% con su peso y el 67,8% se sienten gordas. Incluso algunas
(43%) llegan a tener problemas con la restriccin en la ingesta de alimentos.
La satisfaccin con la imagen corporal para el grupo de investigacin de Walker reviste especial
importancia porque constituye uno de los seis componentes principales del sndrome de la mujer
maltratada.
Por otra parte, en la VP es importante resaltar la relacin entre baja autoestima y dificultad de
establecer nuevas relaciones interpersonales, circunstancia motivada en parte por el aislamiento al que
se ven sometidas las vctimas. Una vez se restablecen las redes sociales, la mujer se siente respaldada,
segura y con mayor bienestar. Esta afirmacin ve su respaldo en las observaciones llevadas a cabo en
mujeres que viven en casas de acogida (Villavicencio y Sebastian, 1999).
Walker y otros (2009b) proponen que la dependencia emocional guarda estrecha relacin con la
autoestima y el sentido de confianza en uno mismo. Existe la posibilidad de que las mujeres
maltratadas tengan baja autoestima y se desvaloren a s mismas, piensen que no son merecedoras de
tener a alguien que las respete y quiera sin necesidad de ser violento, y que si la pareja o ex pareja se
comportan de forma violenta es porque ellas se lo tienen merecido.
En todo caso, las mujeres que introducen cambios positivos en sus vidas ven cmo mejora su
autoestima y su habilidad para tomar medidas de autocuidado (Walsh y otros, 2010).
99
1.4.4.2.2.2 Inadaptacin
En el mismo sentido, los sntomas experimentados por la vctima, en muchos casos suponen
intentos fallidos de adaptarse a la nueva situacin. La evitacin y el embotamiento emocional pueden
afectar a la adaptacin, dados el aislamiento y la ruptura con los compromisos sociales de la vctima,
y conducir a una mayor inadaptacin en otras reas de la vida de la mujer como, por ejemplo, la
relacin de pareja, la familia y el trabajo. As se producen problemas mayores que agudizan la
situacin y aumentan la dificultad para que la vctima supere el trauma. Ms an, la mujer puede
resistirse a disfrutar de las experiencias de la vida cotidiana y a sentir placer u orgullo por los logros
conseguidos (Echebura, 2004).
Los esfuerzos por adaptarse a la situacin implican elevados costes para la vctima, por ejemplo,
reduccin del desarrollo de sus habilidades emocionales y sociales de carcter normativo que de no
ser por la VP se hubieran desarrollado ms adaptativamente respondiendo con mayores recursos
frente a los nuevos EPT y a las demandas adicionales medioambientales no traumticas (Courtois y
otros, 2009).
En los casos de VP, las demandas del entorno continan, al igual que la repeticin de la violencia,
por lo que las vctimas de VP sealan mayor inadaptacin que las vctimas de abusos sexuales
(Echebura y otros, 1998).
Walsh y otros (2010) sealan que el pobre ajuste social en la vida adulta puede estar precedido por
estrategias de afrontamiento inadecuadas y de evitacin modeladas en la familia.
100
Algunos elementos que se deben tener en cuenta para mejorar la adaptacin de las mujeres y
disminuir los riesgo de victimizacin es adquirir y modelar estrategias adecuadas de afrontamiento
cognitivo y conductual (Walsh y otros, 2010).
La respuesta cognitiva y conductual ante el EPT suele predecir la aparicin de TEPT. Feeny y
otros (2010) sealan que ciertas cogniciones postraumticas estn relacionadas con sentimientos de
culpa por su situacin o por exponerse a la violencia, la percepcin de incompetencia e inutilidad, y
pensamientos de que el mundo es peligroso.
Se debe tener en cuenta que las reacciones peritraumticas cognitivas, emocionales y conductuales
son determinantes para el posterior desarrollo de reacciones al temor (Clark y Ehler, 2004; Mineka y
Zimbarg, 2006).
A escala cognitiva, las vctimas guardan en su memoria los recuerdos del acontecimiento
traumtico, que pueden ser evocados de manera involuntaria en forma de pensamientos intrusivos o
flashbacks. Los primeros constituyen recuerdos muy reales y recurrentes de lo que sucedi antes y
durante el suceso traumtico, mientras que los segundos suponen revivir el acontecimiento (personas,
luces, sonidos, olores, etc.) como si estuvieran ocurriendo en ese mismo momento. La intensidad con
la que se recuerdan o se viven, y su carcter impredecible, generan en las mujeres una sensacin de
terror (Echebura, 2004).
Asimismo, las memorias intrusivas son indeseadas y automticas estn asociadas con la
reexperimentacin del evento traumtico y como riesgo al desarrollo de TEPT crnico (Ehlers y
Clark, 2000; Michael y otros, 2005).
Dutton (1997) propone que las cogniciones postraumticas son uno de los tres grandes efectos que
tiene la VP, adems de los sntomas postraumticos o desarrollo de TEPT, y de los problemas para
establecer relaciones. La VP cambia la forma en que la vctima se ve a s misma, a los dems y al
mundo. Las principales creencias y percepciones que se ven modificadas son: a) percepcin de
seguridad o vulnerabilidad, b) expectativas de repeticin del trauma en el futuro o aumento de su
gravedad, c) autopunicin por lo sucedido, d) percepcin de incontrolabilidad en relacin con el
suceso traumtico, e) percepcin de falta de alternativas disponibles para salir de la situacin aversiva,
f) incremento de la tolerancia a la violencia, g) cambio en las creencias acerca de los dems
(desconfianza, miedo), y h) percepcin de falta de significado.
Por su parte, Echebura y Coral (1998) sealan otras cogniciones que facilitan sentimientos de
culpa en relacin con su personalidad (sentirse sin vala, poco atractivas, y considerarse estpidas), su
101
conducta (creerse causante de la violencia hacia s misma y a los hijos, tener sentimientos
ambivalentes hacia su pareja amor y odio, haber cedido a las falsas promesas y chantajes del
maltratador, haber tenido relaciones sexuales con el maltratador, ocultar su problema, haber
denunciado, haberse casado voluntariamente en contra de los dems) y transgresiones de normas
autoimpuestas.
Las cogniciones o creencias de unos mismo, el mundo y la autoinculpacin juegan un papel
importante en la naturaleza crnica del TEPT (Foa y otros, 2007). Sin embargo, Startup,
Makgekgenene y Webster (2007) sealan que la autoinculpacin esta ms relacionada con niveles
bajo de sintomatologa del TEPT.
Existen propuestas a favor y en contra acerca del aporte que hace las cogniciones postraumticas
sobre el trauma en especial, la subescala de inculpacin y en cierto tipos de trauma como, por
ejemplo, los accidentes de trfico (Startup y otros, 2007)
Las cogniciones afectivas sobre la culpa pueden generar sntomas depresivos (Kubany y Ralston,
2008). La tendencia a suprimir o evocar recuerdos traumticos que evoquen culpa pueden interferir en
los procesos de recuperacin espontnea o natural extincin debido a la corta duracin de la
exposicin (Rohrbaugh y otros, citado en Kubany y otros, 2004).
Es tambin relevante tener presente el estilo atribucional y el modelado de la vctima puede
conducir a sentimientos de culpa y vergenza (Leskela, Dieperink y Thuras, 2002).
En este sentido, es posible que la mujer se atribuya la culpa de tolerar la VP, atribuya la culpa a los
dems o al mundo por su situacin, esto a su vez puede conllevar a problemas en las cogniciones
postraumticas asociadas a la depresin (Startup y otros, 2007)
Los ndices de prevalencia de dependencia o abuso del alcohol durante el curso de la vida de
hombres y mujeres que sufren TEPT son aproximada y respectivamente del 52% y del 28%, mientras
que los ndices de prevalencia en cuanto a abuso de drogas es del 35% y 27%, respectivamente. El
tratamiento con pacientes con TEPT tambin puede verse afectado por el consumo de otras sustancias
(Foa y otros, 2009).
Otros datos de prevalencia, pero bastante menores, son los aportados por el meta-anlisis de
Golding (1999): dados 10 estudios que relacionan VP con consumo de alcohol, la prevalencia oscila
entre el 6,6% y el 44%, con un porcentaje medio del 18,5%. En relacin con el abuso o dependencia a
otras drogas, 4 estudios arrojan tasas de prevalencia que oscilan entre el 7% y el 25%, con una media
ponderada del 8,9%.
102
Existen diferentes posturas en relacin con el tratamiento. En muchos casos, si existe abuso o
dependencia qumica significativa, algunos autores proponen que estos problemas se aborden y se
controlen antes de pasar a tratar el TEPT (Foa y otros, 2009), si bien otros proponen que cuando hay
comorbilidad entre TEPT y consumo de sustancias txicas es importante administrar los tratamientos
de forma concurrente. Por ejemplo, Najavits y otros (2009) encontraron resultados satisfactorios sobre
el tratamiento simultneo de ambos trastornos mediante terapia de exposicin, logrando una
reduccin del TEPT y del consumo.
La ideacin suicida y el suicidio en las mujeres maltratadas son vistos como una alternativa para
terminar con la situacin de inmenso sufrimiento que viven las vctimas. La mujer puede sentirse
frustrada, perder la ilusin por el futuro y cuestionarse el significado y el valor de la vida al darse
cuenta de que la VP ha cambiado su vida y de que nada podr ser como antes (Echebura, 2004).
Los factores de riesgo relacionados con el suicidio, tales como la depresin en esos momentos y el
consumo de SPA, deben ser evaluados cuidadosamente y, si existe un nivel de ideacin e intento
significativo, habr que abordar el problema antes de poder iniciar cualquier otro tratamiento. Si no
se puede atender como paciente externo de forma segura, se sugiere la hospitalizacin. No obstante, si
el grado de ideacin e intento de suicidio reviste carcter secundario a la depresin o abuso de
sustancias, la atencin clnica debera centrarse en una de las condiciones, o en las dos, antes de
iniciar el tratamiento para el TEPT (Foa y otros, 2009).
1.4.4.2.3.3 Ira
Existen mujeres con un nivel alto de reacciones de ira debido a ciertas emociones ms
fundamentales como el miedo y la frustracin (Kubany y Ralston, 2008).
Las vctimas pueden sentir ira, resentimiento, molestia e irritacin por la VP. Puede que en alguna
situacin no aguanten ms y respondan con niveles de furia que el maltratador no pueda llegar a
imaginar (Dutton y Golant, 1997; Naparstek, 2006).
En cualquier caso, estos sentimientos no siempre pueden expresarse por la proliferacin de ms
violencia. Por tanto, la mujer ahoga los sentimientos de ira con pensamientos negativos o rumiacin
de pensamientos, y puede descargar la ira con los ms indefensos, es decir, los hijos (Walker y otros,
2009b).
Algunas mujeres aprenden a responder de forma agresiva y a utilizar violencia verbal, alterando
103
formas adecuadas de comunicarse no solamente con el maltratador sino tambin con los dems.
Se ha encontrado que mujeres testigos de VP entre padres tienen mayor probabilidad de utilizar
violencia en sus relaciones de pareja y tener menores habilidades de control de la ira, esto tambin fue
similar en hombres que han sido vctimas de este tipo de maltrato en la infancia (Turcotte-Seabury,
2010).
Algunos investigadores como, por ejemplo, Walker y otros (2009b), Kubany y Ralston (2008) y
Arinero (2006) han estudiado la ira en el marco de VP y han incluido en los tratamientos algunos
mdulos para su control y manejo.
Asimismo, las mujeres vctimas de VP experimentan altos niveles de ira. (Arinero, 2006; y Crespo
y Arinero, 2010) constataron en su estudio un nivel alto en el ndice de expresin y control interno de
la ira, y niveles medios-bajos para expresin y control externo de la ira.
104
1.4.4.2.3.6 Culpa y vergenza
Las emociones propias del individuo como la culpa y vergenza han sido estudiadas
histricamente en la Psicologa y en muchas ocasiones se ha hecho de forma indistinta. Sin embargo
en la actualidad se ha estudiado a fondo y se ha llegado a algunos distinciones tomando como
referencias variables psicosociales (Kim y otros, 2011).
La formulacin/diagnstico
Comprender el impacto de un acontecimiento traumtico dentro del contexto del significado que se
le ha concedido en la cultura del individuo. No asuma que los acontecimientos tienen el mismo
impacto en todos los individuos/culturas.
Aceptar y reconocer que la gente tiene formas diferentes de sobrellevar el estrs traumtico puede
variar conforme a una serie de factores, incluyendo los factores culturales.
Estar al tanto de motivaciones inconscientes y conscientes que se presenten con los sntomas post-
traumticos, sobre todo en el TEPT.
El tratamiento
Emplear un enfoque de intervencin dividido en diferentes fases, de forma que el tratamiento est
en funcin de la fase post-traumtica aguda, sub-aguda o crnica.
No sugiera ni directamente ni indirectamente que un individuo presentar sntomas crnicos o
desarrollara el TEPT. Evite la psicoeducacin, o adminstrela nicamente con extrema precaucin.
Utilice fuentes de recuperacin que sean coherentes culturalmente (por ejemplo: construccin de
la comunidad y la extensin del apoyo social).
Emplee los tratamientos para la TCC en todas las culturas, siendo receptivos a las diferencias
culturales e incorporando prcticas culturales relevantes.
Trabaje para reducir el desequilibrio de poder entre "experto clnico-cliente" que podra agravarse
con diferencias culturales.
107
b) se ha formado una nueva generacin de expertos clnicos e investigadores en escenarios en los
que se emplean dichas medidas y que, en consecuencia, han incorporado medidas basada en pruebas
de sus evaluaciones rutinarias y actividades de tratamiento; y
c) el campo de la salud mental cada vez ms acenta la importancia de la evaluacin basada en
evidencia (EBE).
La investigacin y prctica clnica en relacin a la evaluacin del TEPT se ha apoyado firmemente
en los mtodos empricos que han desarrollado instrumentos individuales psicomtricamente slidos,
evaluacin multimetdica (varias fuentes de medicin que constituyen un protocolo de evaluacin) y
generalizacin de los instrumentos en varias culturas y escenarios objeto de trauma. Adems, en el
desarrollo de los protocolos de evaluacin se han incluido consideraciones sobre gnero, etnicidad y
cultura (Weathers y otros, 2009).
Thompson, Basile, Hertz, y Sitterle (2006) realizan un gran aporte recogiendo en un documento
los principales instrumentos y herramientas para medir el trauma, victimizacin y perpetracin de la
VP.
Dada la complejidad de la violencia, su cronicidad y por tratarse de traumas interpersonales, el
TEPT requiere de un proceso de evaluacin complejo y exhaustivo, preferiblemente que combine
varias tcnicas de evaluacin que se reflejen en un protocolo de evaluacin de entrevista y medidas de
autoinforme que se complemente y enriquezcan mutuamente (Briere, 2004; Echebura y Corral,
1998; Labrador y otros, 2004; y Weathers y otros, 2009).
Ehlers y Clark (2000) desarrollaron el trabajo de Foa sobre procesamiento de la informacin y
concibieron un modelo que ampla el papel de la evaluacin para cuantificar la naturaleza e intensidad
de las reacciones a eventos externos. Ellos han enumerado un amplio rango de cogniciones
predictivas para el desarrollo de sntomas postraumticos tomando como base la evaluacin del
trauma.
Esta evaluacin no se limita a lo concerniente a la seguridad, sino que tambin se ocupa de las
amenazas que la persona pueda padecer en el futuro, por ejemplo, nunca ser capaz de vivir
normalmente como antes, su valor, por ejemplo, no soy bueno si dejo que esto me pase, su
capacidad de juicio (cordura), por ejemplo, debera estar loco si guardo estos recuerdos, su
resistencia por ejemplo, estoy derrotado, su capacidad para cerrar relaciones sentimentales, por
ejemplo, nunca podr fiarme de nadie otra vez, su vulnerabilidad, por ejemplo, soy un objetivo
fcil, su autonoma, por ejemplo, no tengo control sobre mi vida, y su humanidad, por ejemplo,
soy un robot, no siento nada.
Un elemento importante en la evaluacin es la forma en la cual el investigador o clnico y los
participantes definen quin ha sufrido trauma. La percepcin y las reacciones deben quedar claras
entre las partes, de lo contrario, es posible presentar inconsistencia en los datos como, por ejemplo, en
108
el caso de algunos estudios que se realizaron despus de los atentados del 11 de septiembre, en donde
se han encontrado diferencias entre intereses de los investigadores y las vctimas (Tolin y Foa, 2008).
Se recomienda conocer el contexto en donde se desarrolla la evaluacin, y se deben preferir
conductas especficas y no conceptos generales, tal y como se expone en los estudios de la OMS.
En relacin con el proceso de evaluacin, Labrador y otros (2004) proponen dividirlo en tres
partes, por realizar en dos sesiones. La primera parte consiste en evaluar las caractersticas de la VP
(topografa y gravedad), los factores de riesgo, antecedentes, reacciones, consecuentes de la VP y
evaluacin del TEPT. En la segunda sesin, se evalan los trastornos comrbidos (ansiedad y otros
trastornos relacionados, y depresin) y las variables concomitantes (autoestima, cogniciones
postraumticas e inadaptacin).
En la primera sesin es importante evaluar el riesgo de VP grave, evaluar si la vctima est
preparada en caso de este tipo de violencia y si tiene un plan de seguridad. Si no lo tiene, que suele ser
lo ms comn, se le ensea a prepararlo para su propio cuidado y el de sus hijos (Labrador y otros,
2004; Walker, 2009).
Se debe tener en cuenta que en la evaluacin y toma de contacto con la mujer que acude a los
servicios de psicologa, ya sea por iniciativa propia o por remisin de los servicios sociales o
judiciales, es posible que haya pasado por varias personas e instituciones, por lo que resulta
importante que el especialista inicie el proceso de evaluacin teniendo en cuenta la necesidad de crear
un vnculo de confianza con la vctima y de evitar una segunda victimizacin (Labrador y otros, 2004;
y Walker, 2009).
En la primera toma de contacto, el terapeuta conocer las necesidades psicosociales de la mujer
con el fin de hacerse una idea de qu tipo de servicio puede ofrecer. Tambin deber escoger un estilo
de trabajo que facilite el espacio que necesita la mujer para la expresin emocional y narracin del
problema.
Dependiendo de las circunstancias de la VP y del desarrollo de la entrevista se puede dar alguna
situacin que, segn algunos clnicos e investigadores, han llegado a darse: crisis, ideacin e intentos
de suicidio, riesgo evidente y peligro de violencia grave, problemas sanitarios, etc. (Echebura y
Corral, 2007; Labrador y otros, 2004; Walker, 2009).
Independientemente de la situacin que se presente es importante evaluar los riesgos de repeticin
de VP y de violencia grave. Para tal fin existen varias listas de comprobacin que pueden resultar de
utilidad para recopilar informacin de forma sistemtica. Una de ellas es la escala de prediccin de
riesgo de violencia grave de pareja (Echebura y otros, 2009).
A pesar de que se pueda predecir de alguna forma la VP grave, es importante la percepcin de la
mujer que, al final, es la mejor juez y quien ha convivido con el maltratador y quien conoce sus
posibles reacciones (Walker, 2009).
109
Ante situaciones como crisis, ideacin suicida o peligro de violencia grave, el objetivo al fin y al
cabo es llevar a cabo una respuesta automtica y familiar. Se orienta a la mujer a escapar y evitar el
peligro, a manejar el miedo y a disear un plan de escape que la proteja. En estas situaciones de grave
peligro, el especialista tiene la responsabilidad de compartir las percepciones de peligro con la mujer
y con otras personas, en su caso. Es importante ser sinceros y afirmar que una buena terapia la
ayudar a encontrarse ms segura, pero que no siempre la apartar del peligro que supone el
maltratador (Echebura y Corral, 2007; Walker, 2009).
Walker (2009) propone que la primera sesin sea fluida y que se desarrolle en un clima de
confianza y empata para favorecer el entendimiento de la situacin. Se inicia por preguntas que den
el conocimiento de la persona y que permiten establecer las caractersticas de la mujer y del
maltratador, evaluar la violencia, el tipo de relacin y algunos aspectos jurdicos, ya que el
especialista se encuentra frente a una vctima de un delito.
Es importante evaluar la tipologa y gravedad de los comportamientos violentos perpetrados por
los dos miembros de la pareja, evaluar las formas y concurrencia de la VP y su generalizacin en la
convivencia de pareja y familiar (Monson y otros, 2009).
Adems, se sugiere evaluar el contexto que rodea cada episodio, las intenciones del maltratador y
la percepcin del riesgo y miedo de sufrir posibles daos fsicos, al igual que las reacciones y
respuestas de la vctima (Echebura y otros, 2009).
En la misma direccin, Stith y otros (2004b) proponen que en la evaluacin clnica se tengan en
cuenta los factores de riesgo que han demostrado alta prediccin de la VP con el fin de ser tenidos en
cuenta en la planificacin del tratamiento. Adems, es importante evaluar la sintomatologa del TEPT
y sus trastornos comrbido, determinar cul es el problema que causa mayor perturbacin, evaluar los
recursos del paciente y sus deficiencias, evaluar la motivacin y capacidades del paciente para
comprometerse con el desarrollo de la terapia (Friedman, Cohen, Foa y Keane, 2009).
Scott, King, McGinn, Hosseini (2011) sealan la importancia y los buenos resultados que se
consigue cuando las mujeres estn motivadas en participar del proceso de intervencin psicolgica.
En la Figura 5 se resume la propuesta de evaluacin del trauma por objetivos, la combinacin de
instrumentos de medicin y el nmero de sesiones que se recomiendan. El protocolo incluye la
evaluacin de la sintomatologa del TEPT y la sintomatologa postraumtica que suele acompaarla.
110
Figura 5. Evaluacin del trauma
PROCESO DE EVALUCIN VP
Obje vos y procesos
VP
Protocolo de evaluacin
Obje vo - Caracters cas, topogra a
I I Sesin
antecedentes y mantenedores
A1 - Vnculo de confianza
- Factores de riego
Entrevista - Expresin emocional y
- Gravedad narracin del trauma (VP)
Obje vo - Reconocer la situacin y las
II REACCIONES Y TEPT
- Reacciones y afrontamiento caractersticas de la VP
A2
Auto-informe TEPT
- Normalizar el comportamineto
- Ideacin suicida
- Orientar acerca de la terapia.
B, C, D, E - Sntomas del TEPT
Asimismo, se recomienda en las evaluaciones tener en cuenta las reacciones antes, durante y
despus del evento traumtico para evitar variabilidad y varianza de error (por ejemplo, se podra
preguntar directamente por el peor evento de los que ha vivido) (Weathers y otros, 2009).
Para el caso de las parejas que consultan y requieren intervencin psicolgica es importante,
evaluar cuidadosamente y en profundidad experiencias de maltrato previas y planificar su abordaje de
manera exhaustiva. Por ejemplo, Stith y McCollum (2009) encontraron que de 262 parejas, en un
primer momento, slo de violencia un 12% afirma la existencia de violencia; sin embargo,
determinaron que una evaluacin ms rigurosa puede poner de manifiesto un porcentaje mucho mayor
(40%). Si no se realiza una evaluacin de manera correcta, la intervencin no podr planificarse
adecuadamente.
Despus de evaluar los dos criterios del TEPT (A1 el evento de VP; A2 las reacciones de la
vctima), se procede a evaluar el trauma: debe determinarse, si slo se da la VP o si existen otros
acontecimientos violentos, y si hay consumo de alcohol y drogas, as como evaluar la desregulacin
emocional, afectividad negativa y el grado de antisocialidad o si existe psicopata (Monson y otros,
2009; Walker y otros, 2009).
No obstante, sera razonable evaluar la VP en general o evaluar el acontecimiento o la situacin
ms difcil de la VP, debiendo la mujer identificar la situacin ms amenazante o ms traumtica.
Posteriormente, se proceder a evaluar las reacciones ante el acontecimiento traumtico que implica
evaluar los 17 sntomas del TEPT (Weathers y otros, 2009).
111
En la evaluacin especfica de la sintomatologa del TEPT se han utilizado varios instrumentos con
buen nivel de consistencia interna y fiabilidad para medir diferentes tipos de trauma.
Concretamente para la VP se ha comparado la escala diagnstica de estrs postraumtico
(Postraumatic Stress Disorder Scale, PDS) con la Escala para el trastorno de estrs postraumtico
administrada por el clnico (Clinician-Administered Posttraumatic Stress Disorder, CAPS),
llegndose a la conclusin de que la PDS es un buen instrumento para evaluar el TEPT en mujeres
vctimas de VP, si bien el CAPS tiende a sobrediagnosticar el TEPT. Tambin se encontr que la VP
es un tipo de violencia crnica de naturaleza traumtica, as como, que el 75% de mujeres presentan
diagnstico de TEPT (Griffin, Uhlmansiek, Resick y Mechanic, 2004).
Por otra parte, Walker (2009) seala que las mujeres maltratadas buscan asistencia psicolgica
habitualmente, por muchas razones, si bien resulta importante evaluar las expectativas y la motivacin
de la mujer para ser asistida por el personal de psicologa.
Respecto al cierre de esta sesin, se establece el tipo de servicio que puede recibir la vctima segn
el criterio del evaluador. Por otro lado, si la persona desea una vez realizada la valoracin, participar
en las sesiones teraputicas, se le explica la disponibilidad para ser atendida y las condiciones
necesarias para poder adaptar la terapia a sus necesidades.
Walker (2009) recomienda que esta primera sesin de entrevista dure al menos dos horas. En caso
de que la mujer se encuentre en crisis, se requerir de ms tiempo. Para que la mujer entienda sus
sntomas, las reacciones y las consecuencias de la VP, es importante que se identifique como una
mujer maltratada, todo ello, con el fin de normalizar su estado, para que se sienta entendida, para
que pueda entender que lo que ha vivido ha sido producto de la VP y para que interiorice la necesidad
de superar el trauma para poder seguir adelante.
En la evaluacin, se debe tener en cuenta que el trauma no slo es un listado de sntomas y
desrdenes sino que tambin puede haber cambiado el significado de la vida de la vctima, imprimir
en ella sentimientos de culpa, y causarle problemas en diferentes mbito de su vida.
Tener presente que a pesar que la VP sea severa a nivel fsico, es importante tener en cuenta la
violencia psicolgica que se ha visto que es mejor predictora para la intencin de dejar al maltratador
y evaluar las habilidades para abordar las consecuencias de la separacin, los riesgo, costes y
beneficios que esto conlleva (Arias y Pape, 1999).
Por esto una evaluacin en profundidad y un tratamiento preciso de la amplia gama de conductas
violentas que las personas pueden padecer o cometer en las relaciones de pareja son elementos
esenciales para disminuir la prevalencia de la VP y ayudar a recuperar a las vctimas de las
consecuencias dejada de la violencia (Monson y otros, 2009).
112
1.4.6 Tratamiento
1.4.6.1 Preparacin para la terapia
Segn Walker (2009) al iniciar la terapia es importante preparar a la mujer a los posibles cambios
que rpidamente notar ella misma, su entorno y en especial, su pareja o ex pareja. Si contina con la
relacin se debe clarificar que ir al psiclogo no tiene como fin terminar la relacin, sino favorecer
que la mujer viva en un entorno seguro sin violencia.
Puede que esto cambie cuando la mujer comience a sentirse ms fuerte y ms asertiva en la
relacin, por lo que debe estar preparada para la posibilidad de que el maltratador reaccione
negativamente o trate de interrumpir la terapia para asegurarse de que el tratamiento no contraviene su
inters de que la relacin siga basndose en la VP.
Estas reacciones suelen culminar en una mayor cantidad de exhibicin de poder y control, al
principio a travs de actitudes coercitivas y maltrato psicolgicos, que derivan en violencia fsica en
caso de que el maltratador perciba que pierde el control de la mujer. Por esto, a pesar de que el
objetivo de la terapia no es terminar con la relacin de pareja, puede que en algn momento la
decisin de abandonar la relacin de pareja sea la nica forma de seguir adelante.
114
1. presentan sentimientos de vergenza y culpa que son tpicos o propios de la VP, del tipo he
fallado en la relacin y relativos a la violencia que sufren los hijos o a la decisin de continuar o
romper la relacin.
2. han sido vctimas de VP prolongada y otras formas de violencia interpersonal, como por
ejemplo, maltrato infantil, amenazas, acoso, abuso sexual, etc. Estas formas de violencia hacen
empeorar no slo la sintomatologa del TEPT sino tambin otras consecuencias concomitantes (por
ejemplo, la tolerancia a la falta de respeto) y la asertividad.
3. permanecen atrapadas con sus ex parejas porque son los padres de sus hijos, por lo que este
continuo contacto expone a las mujeres a situaciones estresantes. Muchas mujeres pueden
beneficiarse de programas que ayuden a manejar el estrs con la ex pareja.
4. maltratadas estn en riesgo de revictimizacin por futuras parejas. Por ejemplo, Kubany y otros
(2004) apuntan que el 51% de las mujeres han sido heridas fsicamente por ms de una pareja.
La recomendacin de terapia de pareja depender de la gravedad de la violencia. Si la VP es leve,
poco frecuente y hay motivacin para continuar con la relacin de pareja se recomienda la utilizacin
de los protocolos y guas de terapia de pareja. Por ejemplo, los de Stith y McCollum (2009) quienes
han aplicado durante 10 aos un programa de VP enfocado en la pareja (Tratamiento para la violencia
domstica centrada en la pareja) con alentadores resultados.
Incluso se ha podido utilizar en ciertos casos de violencia grave segn el criterio del terapeuta, las
caractersticas de la relacin de pareja y la actitud de sus miembros. Existen otros modelos de terapia
conjunta con parejas con problemas maritales que desean solucionar la VP como, por ejemplo, el
programa de contencin de conflictos domsticos (Domestic Conflict Containment Program, DCCP),
de Niedig y Friedman (1984) que aplican terapia de pareja en grupo. Este modelo psicoeducativo se
centra en detener la VP, en el control de la ira y en las habilidades de comunicacin. (Schlee, Hyman
y OLeary, 1998).
Sin embargo, en la mayora de los casos de violencia grave no se recomienda el uso de la terapia
de pareja, sino llevar a cabo tratamientos por separado con cada uno de los miembros. Por ejemplo en
los Estados Unidos el 74% de los programas estandarizados prohben las terapias de pareja en casos
de VP por seguridad de la vctima. Slo en pocos estados est permitido el tratamiento de pareja, pero
siempre y cuando se produzca despus de que el maltratador y la vctima hayan sido intervenidos por
separado, y que se haya evaluado el inters de la mujer por continuar en la relacin de pareja
[Coalicin nacional contra la violencia de pareja (National Coalition Against Domestic Violence),
2007].
En el caso de que se decida por la terapia de pareja, se debe tener cuidado con la desconfianza e
hipervigilancia de la mujer, ya que puede pensar que existe una alianza entre terapeuta y maltratador,
esta actitud defensiva siendo contraproducente para el tratamiento. Ms an, como consecuencia de la
115
desigualdad y la asimetra en la relacin de pareja no se recomienda el empleo de las tcnicas de
mediacin familiar ni procesos de negociacin (Walker, 2009).
Por otra parte, en referencia al uso y avance de la tecnologa en terapia de Foa y otros (2009), se ha
podido avanzar en el mbito del asesoramiento virtual, la utilizacin de Internet y simuladores, que
permiten realizar algunos ejercicios de exposicin y psicoeducacin.
Tambin ha sido posible formar virtualmente a profesionales en el manejo de protocolos efectivos
en la atencin clnica como, por ejemplo, en el marco del trabajo que realiza la Red nacional de estrs
postraumtico infantil en los Estados Unidos (National Traumatic Stress Network). Los interesados al
respecto pueden dirigirse a http://www.nctsnet.org.
A pesar de los avances en las herramientas informticas, se aplicacin no es tarea sencilla debido a
la falta de mayor soporte emprico para ciertos problemas psicolgicos, y a su falta de acceso y los
costes conexos.
Se debe reconocer que un gran nmero de personas que han experimentados situaciones violentas
no desarrollan trauma o el impacto sobre ellos ha sido mnimo gracias a la utilizacin de recursos
personales y sociales que les permiten seguir adelante.
Ms an, algunos autores como Foa y otros (2007) plantean que la mayora de casos de personas
expuestas a eventos traumticos presentan recuperacin natural y la sintomatologa del TEPT se
reduce en intensidad y frecuencia con el tiempo. Sin embargo en los casos de violencia crnica es
posible que tambin el TEPT sea crnico y los sntomas persistan con el paso del tiempo, afectando la
vida cotidiana de las personas que lo padecen.
En esta direccin, Gupta y Bonanno (2010) proponen que la automejora es un elemento
importante en vctimas con experiencias potencialmente traumticas. Las habilidades sociales y los
recursos personales pueden servir para amortiguar los efectos del evento traumtico y diminuir sus
efectos. Es ms, la automejora puede ayudar a mejorar el sentido que tienen de s mismas las
vctimas para protegerse o restaurar los efectos que ha impreso sobre ellas la VP, en especial la
violencia psicolgica. Este afrontamiento adecuado a las situaciones violentas o extremas hace que las
vctimas optimicen sus recursos personales y sociales para hacer frente, a esto se le conoce como
resiliencia, crecimiento postraumtico, etc., a esa capacidad de hacer frente a la adversidad.
117
Tabla 8. Tratamientos centrados en objetivos teraputicos
OBJETIVO DESCRIPCIN ESTUDIOS/AUTORES
EL TRAUMA Considera un requisito primordial la aceptacin y exploracin de los Foa y otros (2007) terapia de exposicin prolongada.
sentimientos aterradores, lo cual favorecer un mayor control y la Tratamiento de TEPT crnico: se han revisado 23 estudios que han utilizado
confianza en uno mismo. Varias TCC extienden las estrategias de TE nicamente y 26 estudios que han utilizado TE+RC.
regulacin interpersonal y emocional para tratar la disociacin y El estudio de Instituto de Medicina de Estados Unidos (IOM, 2008) hall
reforzar el sentimiento de autoidentidad positiva. Es importante el que haba suficiente evidencia emprica para ratificar que la eficacia de la
manejo de los sentimientos abrumadores e inaceptables como la TE en el tratamiento del TEPT (Feeny, Lory y Foa, 2010).
tristeza, ira, vergenza, envidia y miedo para poder evitarlos o al Los estudios de Labrador y otros (2002, 2004, 2007) y Arinero (2006)
menos manejarlos mediante el procesamiento de los recuerdos Echebura y otros (1998) han utilizado la terapia centrada en el trauma
traumticos, la exploracin directa de los sentimientos y creencias utilizando la TE como tratamiento de primera lnea, si bien y algunos lo
sobre uno mismo, y la exploracin de emociones difciles como la combinan con la TC y utiliza otras tcnicas secundarias para sintomatologa
deshonra y la vergenza. concomitante al TEPT.
LAS La terapia centrada en las emociones o modulacin emocional (TCME) La TCME se ha utilizado para terapia de parejas y para la depresin. Una
EMOCIONES es una psicoterapia de corta duracin que se centra en el trabajo con amplia revisin de las dinmicas de emocin que se desarrollo desde los
parejas y se ha extendido a familia. Proviene de las teoras de la aos ochenta con Greenberg y Johnson, posteriormente Johnson y Sims
emocin y el apego. La terapia ayuda a las vctimas a identificar, (2000) proponen ciertos estilos de apego y emociones en parejas que sufren
manejar y transformar las emociones derivadas de las experiencias VP. Johnson (2002) explica paso a paso el protocolo de terapia para parejas
traumtica. Considera las emociones como parte central de la centrada en la emocin y lo actualiza con datos y estudios derivados de la
experiencia del individuo en s mismo, en relacin con su prctica clnica (Greenberg y Goldman, 2008). Otros proponen el rol que
funcionamiento adaptativo y su mejora se deba al cambio teraputico juego al emocin en la VP y el desarrollo del TEPT (Lilly y Graham-
de la modulacin y la transformacin de sus emociones (culpa, Bermann, 2010).
vergenza, miedo, etc.) Otros modelos de TCC que centran su intervencin en la regulacin y
Las estrategias de regulacin de las emociones en la TCC incluye la disociacin emocional: STAIR-MPE (Cloitre y otros, 2002), TDC (Linehan,
exposicin a situaciones que provocan emociones (consciente tanto de Armstrong, Suarez, Allmon y Heard, 1991) y TPC (Resick y otros, 2003),
los sentimientos como de la situacin), respiracin centrada, la prctica SS (Seeking Safety) (Najavits y otros, 1998). Estos programas se centran en
de ponerle nombre a los sentimientos y verbalizarlos, construir la auto- identificar, diferenciar y describir los sentimientos, y controlar y tolerar los
eficacia del paciente en su capacidad para experimentar, controlar, y estados negativos, buscando y reforzando los estados positivos (Jackson y
disfrutar sus emociones y sentimientos (Jackson, Nissenson y Cloitre, otros, 2009).
2009).
LA COGNICIN La terapia centrada en la cognicin se basa en que el trauma y otros Dos programas disponibles manualizados recientes uno para el trauma en
sentimientos negativos son mediados por pensamientos individuales y general y otro especficamente para la VP; el primero es el de Mueser y
creencias acerca de los eventos, las propias vctimas y el mundo. Esos otros (2009); el segundo es el de Kubany y Ralston (2008).
pensamientos y creencias pueden o no puede ser objetivamente Los dos centran su tratamiento en la reestructuracin cognitiva y en TC, sin
exactas. En la medida en que los pensamientos negativos y embargo hay diferencias en cada uno de ellos. Por ejemplo, el primer
118
autodestructivos o las creencias errneas cambien se podr reducir o programa se centra exclusivamente en la cognicin y no utiliza TE, s utiliza
eliminar los sentimientos y alteraciones comrbidas. La terapia ensea como tcnicas secundarias como el reentrenamiento en respiracin y
a la vctima a identificar, examinar, refutarlas y cambiar pensamientos psicoeducacin. El segundo programa a pesar de que centra el tratamiento
asociados con los sentimientos negativos. El tratamiento busca ayudar en TC tambin utiliza TE como terapia.
a las personas a examinar y modificar las creencias inadecuadas
relacionadas al trauma acerca de los dems, del mundo y s mismo.
EN EL El primer objetivo teraputico es lograr que la mujer reconozca y Segn Walker (2009) la investigacin ha demostrado empricamente
SNDROME DE acepte que es vctima de VP y que esto no es una situacin normal. En algunos criterios de su modelo del SMM:
LA MUJER segundo lugar, se debe aumentar la seguridad de la vctima y de sus 1. Recuerdos intrusivos de los acontecimientos traumticos.
MALTRATADA familiares, en el caso de que ellos sean tambin vctimas de violencia o 2. Hiperactivacin y altos niveles de ansiedad.
estn en peligro de serlo, paso imprescindible para poder llevar a cabo 3. Comportamientos de evitacin y parlisis emocional expresados,
(SMM)
una terapia realmente efectiva. habitualmente, en forma de depresin, disociacin, minimizacin, represin
En tercer lugar, deben modificarse las creencias de las vctimas como: y negacin.
las de exculpar al agresor por lo sucedido y cargar con la 4. Disrupcin de las relaciones interpersonales dada la conducta de poder y
responsabilidad de la violencia. La vctima debe llegar a comprender control del maltratador.
que la violencia es un delito y que nada justifica los malos tratos. 5. Distorsin de la imagen corporal y dolores fsicos con origen
En cuarto, es necesario que la vctima comprenda que la violencia tiene psicosomtico.
consecuencias, que en la mayora de los casos son normales, pero que 6. Problemas sexuales.
deben tratarse para que no se cronifiquen y poder mejorar su calidad de Los tres primeros son comunes a los sntomas del TEPT y otros tres son ms
vida en los diferentes mbitos. especficos en mujeres maltratadas.
EL TRAUMA Superacin de dficits de desarrollo, adquisicin de habilidades para Funcionamiento corporal y mental, incluida integracin sensomotora, e
COMPLEJO experimentacin emocional, expresin y regulacin propia, integridad psicofisiolgica y neuroqumica. Capacidad para tolerar, y
restablecimiento y desarrollo de la capacidad de crear vnculos modular activamente la angustia emocional, Recuperacin o adquisicin de
relacionales organizados y seguros, mejora de la integracin de la modelos de trabajo interno en cuanto a seguridad de vinculacin y la
personalidad y recuperacin de conocimientos y emociones disociadas, capacidad de intimar y confiar en otras personas, Habilidades para inhibir
restauracin o adquisicin de la autoridad personal durante el proceso conductas arriesgadas o ineficaces, utilizar tcticas de gestin vital y de
de recuerdo, y restablecimiento o mejora de la salud fsica. resolucin de problemas de forma efectiva, Identificacin de procesos
Vase el Apndice K. disociativos y aislamiento disociativo de emociones, pensamientos,
percepciones y recuerdos a la vez que se fomenta la integracin, Sentido de
s mismo y entendimiento del sesgo de ser fracasado, incompetentes,
dependiente o daado de forma irreversible, Prevencin de
reconstrucciones del trauma y revictimizacin de s mismo y otras personas,
Superacin de las dinmicas de traicin-trauma y vinculacin ambivalente
con cuidadores agresores y no protectores, y Restauracin o adquisicin
del sentido existencial de vivir, y de significado y conexin espiritual.
119
1.4.6 4 Eficacia y efectividad teraputica
Los estudios de eficacia, efectividad y eficiencia buscan demostrar la superioridad de un
tratamiento sobre otro (en situaciones controladas, de prctica real o mediante comparacin de costes-
eficacia) para un segmento de consultantes o para un tipo de problemas (o ambas cosas a la vez). Se
hace necesario definir: un protocolo o gua de intervencin (manuales de tratamiento especficos,
adems del tipo y nmero de sesiones) y un prototipo de consultante y trastorno definido basado en el
DSM o CIE. (Prez, Fernndez, Fernndez y Amigo, 2005).
Los estudios de eficacia y efectividad aunque difieren en algunos aspectos, son compatibles y
complementarios. Se debe considerar que para los estudios de eficacia es importante poder aplicar sus
procedimientos en poblaciones ms de campo, ms reales y ms heterogneas para aumentar su
validez externa. Por otra parte, los estudios de efectividad tienen validez externa pero necesitan del
control y la validez interna que proporcionan los estudios de eficacia.
Segn Prez y otros (2005) proponen algunas reglas para tener presente en las investigaciones
sobre efectividad teraputica: a) los tratamientos psicolgicos deben estar diseados para dar
respuesta a problemas psicolgicos, b) la utilizacin de manuales de intervencin teraputica de los
tratamientos es una solucin parcial al control experimental en terapia, y c) reconocer que los
problemas psicolgicos tienen una naturaleza multidimensional que debe tenerse presente en el
momento de la evaluacin y la intervencin (no slo la reduccin de sntomas psicopatolgicos
garantiza el xito teraputico).
Para que las guas de tratamientos psicolgicos mejoren sus indicaciones deben tenerse en cuenta
tanto la utilizacin de las tcnicas especficas como la naturaleza de los problemas, esto indica no
conformarse con la reduccin de la sintomatologa de ciertos trastornos, sino que debe producirse la
mejora de reas y en componentes importantes para la vida de los consultantes (Prez y otros, 2005).
Gavino (2004) reafirma la importancia de la manualizacin de los tratamientos, ya que se ha
convertido en un tema indispensable, para reducir la variabilidad en los procedimientos y permitir al
clnico tener una gua de actuacin que direcciones su quehacer profesional. Tambin los manuales
facilitan la formacin de futuros terapeutas y organizan de mejor forma la prctica clnica.
Asimismo, el tratamiento debe basarse en un plan compartido sistemtico que incluya prcticas en
cuanto a tratamientos efectivos, y se organice en torno a una evaluacin cuidadosa y una secuencia de
intervenciones planificadas y organizadas jerrquicamente (Courtois y otros, 2009).
Segn Foa y otros (2009) tras 25 aos de investigacin sobre TEPT y utilizando estudios
empricamente validados con el uso de mtodos cientficos rigurosos y ensayos clnicos han llegado a
varios acuerdos que han permitido sentar las bases para lo que se considera como estudios bien
controlados. Las principales caractersticas para considerar un estudio bien controlado son:
1. Definicin clara de los sntomas objetivos
2. Utilizacin de medidas fiables y vlidas
120
3. Utilizacin de evaluadores ciegos
4. Formacin del asesor
5. Programas de tratamiento especficos, manualizados y reproducibles
6. Estabilidad en relacin con las condiciones del tratamiento
7. Asignacin imparcial a un tratamiento (aleatorizacin de las muestras)
8. Adherencia al tratamiento
9. Anlisis de datos realizados segn los procedimientos aceptados
Lo que as se indica resume las aproximaciones de otros autores como Seligman (1995) y los
criterios formulados por la divisin 12 de la APA sobre tratamiento empricamente validados. Otro
aspecto que no recoge esta propuesta es realizar seguimientos a largo plazo, que es un aspecto que
Seligman propone para los estudios bien controlados.
Adems, se debe reconocer que se ha estudiado numerosas formas de terapia cognitivo conductual
(TCC) como tratamiento del TEPT crnico en adultos, como consecuencia de una gama de
acontecimientos traumticos. No todos ellos tienen el mismo soporte ni evidencia cientfica. Sin
embargo, la tcnica de exposicin en general ha sido reconocida como el tratamiento por excelencia
para el tratamiento de TEPT por su soporte emprico y porque reconoce la relacin que existe entre
los pensamientos, sentimientos y la conducta, lo cual permite que los pacientes modulen sus
sentimientos mediante la modificacin de sus pensamientos y conductas (Jackson y otros, 2009).
Foa y otros (2009) resaltan tener en cuenta el sistema de clasificacin de la Agencia para las
polticas e investigacin de la salud (APIS), se proponen 6 niveles de evidencia cientfica:
1. Nivel A: la evidencia se basa en ensayos clnicos aleatorios y bien controlados en individuos con
TEPT.
2. Nivel B: la evidencia se basa en estudios clnicos bien controlados, sin aleatoriedad ni
comparacin de placebo en individuos con TEPT.
3. Nivel C: la evidencia se basa en estudios clnicos de servicio y naturalistas en combinacin con
observaciones clnicas que son los suficientemente convincentes para indicar el uso de la tcnica de
tratamiento o seguir la recomendacin especfica.
4. Nivel D: la evidencia se basa en la prctica asentada desde hace tiempo y de amplia aplicacin,
que an no ha sido sometida a pruebas empricas en relacin con el TEPT.
5. Nivel E: la evidencia se basa en la prctica asentada por un grupo circunscrito de expertos
clnicos que an no ha sido sometida a pruebas empricas en el TEPT.
6. Nivel F: la evidencia se basa en un tratamiento desarrollado recientemente que an no ha sido
sometido a pruebas empricas en el TEPT.
Otro aspecto importante, para tener en cuenta en los estudios sobre efectividad y eficacia clnica es
demostrar y calcular la eficacia del tratamiento. Existen varias formas de hacerlo. Una forma es
examinar cuntas personas que han sido diagnosticadas pierden su diagnstico despus del
121
tratamiento. Otra forma es calcular la reduccin de la gravedad de los sntomas desde el momento
anterior al tratamiento y despus del mismo o durante los seguimientos.
El tamao del efecto, es un mtodo estadstico desarrollado para evaluar de forma estndar cunto
(en promedio) consigue reducir un programa de tratamiento la severidad de los sntomas del trastorno
objetivo. Por el tipo de estudio, esta investigacin tendr en cuenta el proceso estandarizado para
calcular el tamao del efecto: un miembro de la familia d de los estimadores del tamao del efecto de
Cohen, conocido como la g imparcial de Hedges. Al igual que la d de Cohen, la g es fcil de
conceptualizar y es ms precisa que el d por el ajuste matemtico que realiza para la parcialidad de
muestras pequeas (Foa y otros, 2009).
A continuacin, en la Tabla 9, se presenta un resumen de la Gua de tratamientos efectivos para el
TEPT en adultos de Cahill, Olasov, Resick y Follette (2009) ordenada en funcin de la solidez
respecto a las pruebas de eficacia que los respaldan.
122
Tabla 9. Gua de tratamientos efectivos para TEPT en adultos
Tratamientos Descripcin Eficacia
Terapia de Procedimientos diseados para ayudar a las Segn la APIS, 22 estudios aleatorizados en nivel A. 8 estudios no aleatorizados de nivel B. Las
exposicin personas a enfrentarse a pensamientos y pruebas son slidas para la combinacin en vivo e imaginacin (11 estudios de nivel A, 4 estudios de
(TE) estmulos seguros o de bajo riesgo que se nivel B). En estudios aleatorizados la tcnica de exposicin es mayor que en condiciones de control
temen o evitan. (lista de espera, relajacin, asesora u apoyo).
Es una tcnica que trata de inhibir el miedo Exposicin en imaginacin: 9 estudios nivel A, 2 estudios nivel B.
afrontndolo y no inhibindolo con la Exposicin en vivo: 2 estudios nivel A, 1 estudio nivel B.
relajacin. La exposicin combinada produjo resultados similares, aunque la exposicin en vivo era ms til para
Tipos reducir la evitacin conductual.
Exposicin en imaginacin (memoria del Exposicin en imaginacin 3 de los estudios de nivel A utilizaron un programa llamado exposicin
trauma) TEI narrativa (reconstruccin de experiencias traumticas).
Exposicin en vivo (recuerdos del trauma o La TE tiene mayor soporte emprico en la TCC, siendo mayor la combinacin de los dos tipos de
desencadenantes del miedo y evitacin) TEV exposicin (TEI+TEV). Aplicada individualmente y en diferentes tipos de trauma recibe puntuacin
A, hay pocas pruebas que avalen la eficacia de la terapia de exposicin en grupo.
Terapia de Tcnicas dirigidas a disminuir el estrs, puede Existe apoyo de 5 estudios (3 de nivel A, 1 de nivel B y 1 de nivel C). Dos estudios para mujeres
procesamiento implementar la exposicin en la memoria del abusadas sexualmente, se vio ms efectivo que lista de espera uno de ellos en nivel A. Los otros dos
cognitivo trauma mediante la redaccin de una narrativa estudios de nivel A se refieren a vctimas de abusos sexuales en la infancia y excombatientes y
(TPC) del trauma y lectura repetida de la misma. vctimas de abusos sexuales.
Tambin se puede combinar con la TC A pesar de contar con menos estudios en comparacin a las tcnicas de exposicin, la TCP recibe
centrndose en temas como la seguridad, puntuacin de nivel A por la APIS.
confianza, poder/control, estima e intimidad. Ha sido probada en casos de abuso sexuales y traumas relacionados con la actividad militar
Tcnica de Es un programa de control de la ansiedad 4 estudios de la TIE administrada de forma individual y dirigida a combatir el TEPT (2 de nivel A y 2
inoculacin del formado por varios componentes: de nivel B). Dos de ellos encontraron diferencias antes y despus del tratamiento, y los dos estudios
estrs (TIE) psicoeducacin y entrenamiento en relajacin aleatorizados encontraron mayor efectividad en comparacin con la lista de espera y el asesoramiento
muscular progresiva. Algunos incluyen de apoyo. La fuerza de los dos estudios controlados del TEPT entre mujeres vctimas de abusos
entrenamiento en asertividad. sexuales le vali a la TIE para obtener una puntuacin de nivel A para este grupo de poblacin pero
no para excombatientes, en cuyo caso las pruebas demuestran una eficacia limitada y mixta.
Terapia La interpretacin que uno mismo hace sobre La TC result ser eficaz a la hora de reducir los sntomas postraumticos y recibi el respaldo de dos
cognitiva (TC) un acontecimiento ms que el acontecimiento estudios controlados del trauma civil, ambos con puntuacin de nivel A.
en s mismo es lo que determina las reacciones
emocionales. Implica la identificacin de
cogniciones errneas o intiles evaluando la
evidencia a favor o en contra de esas
cogniciones para que stas sean ms realistas
123
o tiles. Se centra en las cogniciones de
seguridad/peligro, la confianza y cmo el
individuo se ve a s mismo.
Desensibilizaci Utiliza la relajacin como respuesta La eficacia de la DS ha sido comprobada con seis estudios (dos de nivel A, tres de nivel B y uno de
n sistemtica incompatible a la activacin y la exposicin nivel C). Todos estos estudios, excepto uno presentaban problemas metodolgicos. El estudio de
(DS) gradual (imaginacin) a la situacin o nivel A, fue superior a la lista de espera pero no a otros tratamientos (psicodinmico o hipnoterapia),
estmulo que provoca el miedo. estos tratamientos no han recibido fuerte respaldo de otros ensayos controlados aleatorizados. Por
La DS puede ser en vivo o en imaginacin. ello, la DS no ha recibido apoyo de estudios bien controlados y recibe puntuacin de nivel B- o C+.
Entrenamiento El EA implica reestructuracin cognitiva para No ha recibido fuerte apoyo para el tratamiento del TEPT: el nico estudio de nivel B que evalu la
en asertividad verbalizar los sentimientos, aspiraciones y eficacia de EA lleg a la conclusin de que no difera de las condiciones comparativas.
(EA) forma de expresarse. Se utiliza el modelado de
conductas apropiadas.
Relajacin y Utiliza varios mtodos, procedimientos Y Ni el entrenamiento en relajacin ni la biorretroalimentacin han recibido apoyo como tratamiento
Biorretroalime actividades para reducir la tensin. del TEPT. Slo la relajacin ha servido para comparar la efectividad de otras tcnicas como la TE y
ntacin Existen diferentes mtodos: la respiracin, la la TC.
relajacin diferencial, entrenamiento
autgeno, tcnicas de biofeedback, yoga,
relajacin en imaginacin e inducida.
La biorretroalimentacin pretende modificar
la actividad fisiolgica: la respiracin y
activacin.
Terapia La TDC es un tratamiento psicosocial basado Tres estudios (dos de nivel A y uno de nivel B) evaluaron la aplicacin secuencial de la formacin en
dialctica en la plenitud de la conciencia que combina habilidades tras un tratamiento centrado en el trauma (dos estudios con exposicin en imaginacin y
comportamenta componentes conductuales y cognitivos. A uno de redaccin centrada en el trauma). Se observ una mejora antes y despus del tratamiento en
l (TDC) y escala individual se discuten los temas por los tres estudios. Sin embargo el diseo no permiti determinar si la formacin en habilidades
Terapia de tratar semanalmente entre terapeuta y paciente facilitaba la TEI, ya que el estudio no comparaba el tratamiento combinado con la TEI por s sola.
Aceptacin y y a escala grupal se centra en aprender Estos estudios apoyan el modelo subyacente respecto a que la formacin en habilidades preliminares
compromiso (prctica de la plenitud de conciencia, puede reforzar el tratamiento posterior centrado en el trauma. Otro estudio seala que la alianza
(TAC) capacidades de regulacin emocional, eficacia teraputica y las habilidades de regulacin del mal humor durante la parte dedicada a la formacin en
interpersonal y tolerancia de la angustia). habilidades predecan la mejora del TEPT durante la parte del tratamiento dedicada a la exposicin
en imaginacin. Se concluye que la TDC y la TAC no han recibido buen soporte emprico como
tratamientos efectivos para el TEPT.
Nota: Traduccin de Cahill y otros (2009). Copyright ISTSS (2009).
124
Los estudios indican que los programas de TCC que incluyen uno o ms componentes de la TE,
TIE y TC son, en general efectivos. No obstante, a excepcin de la TE intensa (imaginacin + en
vivo), pocos programas de tratamiento especficos han sido evaluados en tres estudios de nivel A, y la
mayora han sido estudiados con una gama limitada de poblacin con trauma (por ejemplo, la TC no
ha sido estudiada con veteranos de guerra).
Las pruebas que respaldan la eficacia de la TCC administrada de forma individual para tratar el
TEPT en adultos es ahora bastante convincente: existen numerosos estudios bien controlados que
renen altos estndares metodolgicos. En estos estudios, se ha implementado la TE en diferentes
formas en TEI TIE, TEV usando diferentes estrategias, narrando, escribiendo, escuchando una cinta
grabada, etc.
Asimismo, se ha encontrado que la combinacin de terapias incluyendo en todos los casos TE, ha
resultado bastante eficaz para el tratamiento del TEPT. Se ha encontrado una evidencia similar en
cuanto a la efectividad de programas nicos y combinados. Algunos profesionales prefieren llamarlos
programas unicomponentes y multicomponentes: los primeros se han utilizado para medir el
efectos de una sola terapia (TE o la terapia farmacolgica); en los segundos, se combinan diferentes
terapias como, por ejemplo, TE+TC.
Foa y otros (2009) sugieren que si existe resistencia a la TE, es importante administrar
previamente habilidades para el manejo de la regulacin emocional, la experiencia disociativa, y la
disfuncin interpersonal basada en TDC, y que deben implementarse antes de las intervenciones
centradas en el trauma. Por ejemplo, la TEI puede ser til en individuos que tengan dificultades como
consecuencia del trauma crnico, en especial las vctimas de abusos sexuales durante la infancia, VP,
prisioneros de guerra y refugiados.
De igual manera, se ha podido constatar en cuatro estudios de categora A que la TCC (TE+TIE) y
la terapia farmacolgica con paroxetina (una de las medicaciones recomendadas por la Asociacin
norteamericana de alimentos y frmacos, FDA) para el tratamiento del TEPT fueron efectivas, no
encontrndose diferencias estadsticamente significativas entre los dos tratamiento. Por otro lado,
diversos estudios incorporan TCC a la medicacin y obtienen mejores resultados que los que se
obtienen nicamente con la medicacin, estas conclusiones son apoyadas empricamente por cuatro
estudios de nivel A. En consecuencia, se recomienda aplicar la TCC y evitar las consecuencias
farmacolgicas (dependencia, efectos secundarios, etc.). La TCC adems de reducir la sintomatologa
devuelve el control y la eficacia a los pacientes dotndolos de habilidades de afrontamiento, cosa que
no logra la medicacin (Foa y otros, 2009).
En la misma direccin, Friedman, Davidson, y Stein (2009), tras la revisin de estudios sobre la
eficacia de la terapia farmacolgica en el tratamiento del TEPT, concluyen que se debe preferir como
tratamiento de primera lnea la TCC y no la medicacin.
125
Por otra parte, la efectividad de la TCC se extiende no slo al TEPT simple sino tambin al trauma
complejo, supuestos que son reafirmados por Jackson y otros (2009) quienes revisando las
investigaciones llevadas a cabo entre 1997 y 2005, constataron que seis estudios muestran ser
efectivos para el tratamiento de TEPT complejo, ya que todos ellos demostraron producir una
disminucin en los sntomas de trauma complejo, por ejemplo: disociacin, regulacin del estado de
nimo negativo, problemas y creencias interpersonales negativas y auto-referencia desvirtuada (la
difusin de la identidad).
En estos casos de trauma complejo, a pesar de que la terapia se centre en un objetivo, por ejemplo,
reducir el TEPT, por lo general, hay sintomatologa concomitante al TEPT por lo que resulta
necesario utilizar programas multicomponente que incluyan TE.
Por esto, Jackson y otros (2009) resaltan que en su revisin de 20 estudios sobre los resultados de
la TCC, la mayora de los participantes relataban historial de trauma infantil y sntomas de trauma
complejo, los cuales se evaluaron y trataron.
Tras la revisin de mltiples investigaciones sobre TEPT el grupo de expertos (Task Force PTSD)
de la ISTSS (2009) proponen algunas recomendaciones para la seleccin de tratamiento basados en la
evidencia cientfica, a saber:
1. El tratamiento de primera lnea para el TEPT es la TCC que tenga en cuenta las TE (vivo o en
imaginacin), TC y TIE y sus combinaciones.
2. La relajacin, biorretroalimentacin y el entrenamiento en asertividad son tratamientos
secundarios o auxiliares para casos especficos de ciertos pacientes con TEPT no se recomienda
utilizarlos como tratamientos de primera lnea.
3. Se recomienda que el tratamiento sea realice centrndose en el trauma. Slo cuando el paciente
presente resistencia a la TE, se sugiere utilizar habilidades como regulacin afectiva (propuestas por
la TDC) de forma cautelosa dado que el apoyo emprico es insuficiente.
4. En la actualidad no se recomienda la TAC como tratamiento de primera lnea por su poco
soporte emprico, es posible utilizar algunas estrategias basadas en la aceptacin que suelen
incorporarse a la TDC como terapia auxiliar en algunos pacientes.
5. A excepcin del entrenamiento en imaginacin para tratar pesadillas, la TPC para el TEPT
debera administrarse en sesiones de terapia individual con el terapeuta y en funcin de cada caso. No
se recomienda como tratamiento de primera lnea sino como terapia auxiliar sobre todo en el caso de
pesadillas o problemas residuales de sueo tras un ciclo de TCC.
6. Se pretende que la TCC sea un tratamiento a corto plazo (8 a 12 sesiones de 60 y 90 minutos de
duracin) que se administre de una a dos veces por semana, que puede ser usado como pauta general
para planificar el tratamiento, sin que esto, quiera decir que sea un obstculo para que algunos
pacientes requieran menos sesiones como algunos que requieran sesiones adicionales. Si el TEPT no
126
termina de remitir, se recomienda incorporar un par de sesiones para reducir al mximo posible el
TEPT y que el paciente pueda controlarlo.
7. Los avances tecnolgicos recientes sugieren que la implementacin del tratamiento se haga de
forma ms sencilla y se le dote de mayor accesibilidad, por ejemplo, los simuladores que permiten
experimentar estar en la situacin con un coste menor. Sin embargo la tecnologa de realidad virtual
resulta tambin costosa pocos terapeutas y pacientes tienen acceso a ella. Por otro lado, no todos los
traumas cuentan con respaldo emprico mediante programas de tratamiento diseados para Internet.
Para que se recomiende se necesita solventar determinadas cuestiones ticas y legales para su
aplicacin en algunos pases.
A continuacin, en la tabla 10, se presentan los estudios aleatorizados sobre VP. La Tabla 11,
presenta los estudios no aleatorizados. Es importante, centrar la atencin en aqullos que presentan
tamaos del efecto dentro de sus investigaciones.
127
Tabla 10. Revisin de estudios aleatorizados (experimentales) sobre VP
Autor N Tipo de Variables Resultados Tamaos del efecto
Intervencin Dependientes
Kubany, 37 TCC combinacin de tcnicas. - TEPT El GT fue superior al grupo LE, se Inter grupo (pre y post)
Hill y Modalidad individual (dos grupos: inicio - Depresin redujo en un 83% el TEPT y los Tratamiento incompleto comb: 2.66
Owens inmediato y demorado). Administrado 3 - Autoestima sntomas de depresin (83%), culpa LE:0.28
(2003) veces por semana, un total de 8-11 - Vergenza (83%) y vergenza Tratamiento completo comb: 3.46
sesiones con duracin de 90 minutos. - Culpa (72%) relativa al trauma, LE:0.12
Iniciaron tratamiento 19 y terminaron 18, autoestima (92%). El efecto del Entre grupos:
la LE de 18 pas a 14 despus de la tratamiento se mantienen a los 3 Tratamiento incompleto comb vs. LE: 2.13
medida post. 32 mujeres (86%) meses. Slo 2 no superaron el Tratamiento completo comb vs. LE: 2.92
terminaron. TEPT.
Kubany y 125 TCC combinacin de tcnicas. - TEPT La intervencin fue superior al Inter grupo (pre y post)
otros Modalidad individual (dos grupos: inicio - Depresin grupo en LE, se redujo el TEPT, Iniciaron tratamiento 1.51
(2004) inmediato e inicio demorado). - Autoestima depresin, culpa relativa al trauma, Lista de espera 0.18
Administrado 3 veces por semana, un - Vergenza vergenza y autoestima. Los Completaron tratamiento 3.43
total de 8-11 sesiones con duracin de 90 - Culpa efectos del tratamiento se Lista de espera 0.24
minutos. Iniciaron tratamiento 63 y mantienen a los 3 y 6 meses. El Entre grupos:
terminaron 46, LE 62 despus del 87% superaron el TEPT Intento de tratamiento comb vs. LE: 1.45
tratamiento 40. Tratamiento completo comb vs. LE: 2.87
Arinero 23 Estudio cuasi experimental (grupo - TEPT Se redujo la sintomatologa Tratamiento estudio piloto (pre y post)
(2006) experimental y grupo control en lista de - Depresin postraumtica y concomitante B 0,20, C 0,95 y D 0,63. Depresin 0,95,
espera) Iniciaron tratamiento 18 - Ansiedad asociada. Autoestima 0,54, Cog postra 0.95: si misma
terminaron 12 en el estudio piloto. - Autoestima Se redujeron el TEPT y la 0.53, mundo 0,18, culpa 0.27
- Ira sintomatologa concomitante. Los Estudio experimental:
78
Estudio experimental (3 grupos en tres -Cogniciones efectos del tratamiento se A y B B y C
condiciones) empezaron 78 terminaron postraumticas mantienen durante los 12 meses de TEPT 2,12 1,47 1,47 2,55
59. Tratamientos de 8 sesiones seguimiento. Ansiedad 0,60 0,48 0,48 1,51
administrados en una sesin semanal, Depresin 1,98 0,89 0,87 1,55
duracin de 90-60 minutos. Dos grupos Autoestima 0,25 0,33 0,33 1,10
de tratamiento grupal y uno individual. Cog postraum 0,26 0,41 0,41 1,30
Ira 0,23 0,67 0,67 055
* Comb= combinacin de TCC, GT= Grupo de tratamiento, LE= Lista de espera
128
Tabla 11. Revisin de estudios no aleatorizados (no experimentales) sobre VP
Autor N Tipo de Variables Resultados Tamaos del efecto
Intervencin Dependientes
Echebur 62 TCC un slo grupo a nivel - TEPT. Las participantes mejoran en todas las medidas
a y otros. individual de 12 sesiones (3 - Depresin. evaluadas. Se obtiene una tasa de xito
(1996) meses) compuesto por: - Ansiedad. teraputico del 97% despus de una ao de No se presentan tamaos del
expresin emocional, - Autoestima. seguimiento. La motivacin y apoyo social son efecto.
reevaluacin cognitiva y - Inadaptacin. buenos predictores de xito teraputico. El 69%
entrenamiento en habilidades de las mujeres se separan tras el tratamiento. 31%
especficas de afrontamiento. Se continan con la relacin de pareja.
realizaron seguimientos a 1, 3, 6
y 12 meses.
Schlee y 84 Grupo teraputico para parejas - TEPT Aumenta la satisfaccin marital y disminuye el
otros con conflicto marital (2 grupos evitacin miedo al maltratador, la sintomatologa del TEPT
(1998). experimentales, uno mixto y entumecimiento evaluada y la VP (fsica y psicolgica). No se No se registraron tamaos del
otro en que se separan a los - Miedo al encontraron diferencias significativas entre efecto.
miembros de la pareja). maltratador. grupos ni entre las dos modalidades de
Comparacin de los dos - Satisfaccin tratamiento.
tratamientos de mujeres con marital*. Se encontraron diferencias significativas en la
(27) y sin diagnstico de TEPT. - Depresin. sintomatologa de evitacin entre el grupo que
14 semanas de tratamiento. 14 - Violencia completo el tratamiento y el que lo abandon. En
parejas abandonan el psicolgica. la sintomatologa de entumecimiento no se
tratamientos antes de empezar. - Violencia encontraron diferencias entre los dos grupos. Se
70 parejas participan en el fsica. redujo los sntomas de depresin. Se demuestra la
tratamiento, 38 completan el - Evaluacin de efectividad del HOPE para reducir TEPT.
programa y 32 no terminan. Las la satisfaccin
parejas fueron aleatorizadas a con el
las dos condiciones del tratamiento.
tratamiento. * Escala de
ajuste marital.
Labrador y TCC con 4 componentes: TEPT Los resultados postratamiento y seguimientos El tamao del efecto entre las
Rincn - Psicoeducacin, - Depresin sealan mejoras en las variables dependientes medidas pre y postratamiento
(2002) - Relajacin, - Ansiedad y que el programa de tratamiento fue efectivo son grandes tanto para el TEPT
129
- TC - Autoestima para la reduccin del TEPT y la como para la sintomatologa
- TE - Inadaptacin sintomatologa concomitante. En las medidas concomitante. Despus de los 3
Se realizan seguimientos a uno -Cogniciones post y seguimientos se redujo el TEPT en un meses de seguimientos (1.33)
y tres meses. El programa de postraumticas 88.9% slo una mujer contino con el que es un tamao grande. Las
tratamiento constaba de 8
diagnstico, precisamente la que contina en diferencias son estadsticamente
sesiones.
la relacin de pareja. y clnicamente significativas.
Rincn 50 TCC con 4 componentes: - TEPT Se redujeron el TEPT y la sintomatologa
(2003) - Psicoeducacin, - Depresin concomitante. Los efectos del tratamiento se
- Entrenamiento en control de - Ansiedad mantienen durante un ao de seguimiento (1, 3, 6 No se registraron tamaos del
activacin, - Autoestima y 12 meses). efecto.
- TC y TE. 17 sesiones y dos - Inadaptacin
programas de tratamiento: -Cogniciones
TC+TE, TE+TC. postraumticas
Labrador, 20 Terapia individual para reducir TEPT Se redujeron el TEPT y la sintomatologa No se presentan tamaos del
Fernnde el TEPT y la sintomatologa - Depresin concomitante. No se encuentran diferencias efecto.
z-Velasco concomitante. Dos grupos para - Ansiedad estadstica, entre la combinacin (TC+TE) y
y Rincn medir diferencias G1 (TC+TE) - Autoestima (TE+TC) el orden de las tcnicas no altero los
y G2 (TE+TC) - Inadaptacin resultados.
(2006)
-Cogniciones No se realizan seguimientos. Destaca la
postraumticas importancia de la psicoeducacin. No encontraron
cambios significativos en inadaptacin excepto a
escala social ni en las cogniciones postraumticas
concluyendo que los cambios cognitivos son ms
difciles de apreciarse y tardan ms en
manifestarse que los conductuales. Al mejorar la
autoestima mejora las cogniciones postraumticas
de las vctimas hacia s mismas pero no el resto.
Proponen una relacin causal entre TEPT y
sintomatologa concomitante, si no se reduce el
TEPT no se reduce la sintomatologa
concomitante.
Johnson y 18 Combinacin de tratamientos. - Severidad de Reduccin significativa en TEPT, depresin, Pre test postest en el mismo grupo
Zlotnick Utilizacin del HOPE (Helping TEPT efectividad en el aumento de recursos, apoyo y tamao del efecto grande de 1,05
(2006) to Overcome PTSD with - Depresin ajuste social durante 3 y 6 meses de seguimiento.
Empowerment) fue - Uso efectivo 10 mujeres completaron ms de 4 sesiones y
130
administrado de 9 a 12 sesiones de recursos. seguimientos a 6 meses. Despus del tratamiento
dos veces por semana. - Prdida de algunas mujeres sufrieron VP, 6 una semana
La duracin media del TEPT recursos. despus, 5 a los tres meses y 3 a los seis meses.
fue de 25.6 meses. Utilizacin - Ajuste social Algunas mujeres siguen con TEPT (60%) por lo
de un slo GT. general. que necesitan tratamiento adicional.
Alonso 103 Programa cognitivo conductual - TEPT. Se redujeron el TEPT y la sintomatologa pre-post 1 mes 3m 6m 12m
(2007) en modalidad grupal - Depresin. concomitante a escala clnica y estadstica. Los TEPT ,94 ,95 ,20 ,93 ,97
- Ansiedad. efectos del tratamiento se mantienen durante los Reexperim ,89 ,92 ,26 ,92 ,93
- Autoestima. 12 meses de seguimiento. Evitacin ,88 ,91 ,19 ,91 ,94
- Ira. 72 mujeres de 87 terminaron el tratamiento, el Hiperactiv ,87 ,88 ,17 ,84 ,91
-Cogniciones 68.1% superan la sintomatologa del TEPT y el Ansiedad ,19
postraumticas 31.9% continan con el diagnstico. El 51.4%, el Depresin ,4
54.2% y el 42.9% no presentan sntomas de Cog postraum ,15
reexperimentacin, evitacin e hiperactivacin Inadaptacin ,37
respectivamente, despus del tratamiento. Se Entre grupos
encontraron buenos ndices de adherencia y *A B C
satisfaccin con el tratamiento. TEPT ,01 ,94 ,52
Ansiedad ,13 ,83 ,66
Depresin ,17 ,90 ,66
Autoestima ,32 ,70 ,60
Cog postrau ,40 ,83 ,53
Inadaptacin ,08 ,86 ,59
* A= Grupo control, B= Grupo experimental, C= Grupos por tiempo (pre-post)
131
Tambin proponen una relacin causal entre sntomas del TEPT y sintomatologa concomitante,
por un lado, enfatizando que en el grupo de lista de espera si no se interviene el TEPT la
sintomatologa concomitante seguir igual y que si al disminuir el TEPT disminuir la sintomatologa
concomitante.
Relacionan la autoestima con las cogniciones postraumticas de s misma por los cambios
encontrados y por no encontrar diferencias en las cogniciones postraumticas del mundo y de
autopunicin, sealan que el componente cognitivo los cambios son ms lentos que en el componente
conductual. Tambin proponen que las tcnicas de exposicin son ms aversivas y por eso esperaban
que los resultados en el grupo TC+TE fueran mayores que el grupo de TE+TC, llegando a la
conclusin que el orden de las terapia no influa y que las dos fueron efectivas contradiciendo algunos
planteamientos tericos. Resaltan la importancia de la psicoeducacin para explicar y normalizar el
problema esto ayuda a la mujer a comprometerse y entender mejor el tratamiento.
Respecto a los estudios revisados se puede resaltar que coinciden en tener dentro de sus objetivos
teraputicos el TEPT pero difieren en la sintomatologa concomitante, unos de centran ms en unos
trastornos (ansiedad, depresin, disociacin, consumo de sustancias, etc.) y otros en sntomas como
culpa, ira, vergenza, etc.
Otra caracterstica comn a los estudios es la utilizacin de tratamientos breves la mayora
individuales y en general con buenos resultados en cuanto a la reduccin del TEPT y la
sintomatologa concomitante, a pesar de que algn porcentaje no remite con el tratamiento siendo
necesario algunas sesiones adicionales. Es ms, algunas mujeres vuelven a sufrir VP esto significa
que el tratamiento no es garanta que la VP se detenga.
Una ventaja de los estudios aleatorizados es que tienen cuidado con presentar datos de efectividad
teraputica en cuanto al tamao del efecto, mientras no todos los estudios no aleatorizados cuidan este
aspecto que es importante a la hora de determinar la efectividad y eficacia teraputica. Slo los
estudios de Labrador y su equipo de trabajo Rincn (2003), Alonso (2007) y Arinero (2006), Crespo
y Arinero (2010) si sealan exhaustivamente esta condicin y tienen mayor potencia por tener grupos
de comparacin con el grupo de tratamiento con excepcin del estudio de Labrador y otros (2006) que
no seala tamaos del efecto.
Kubany y otros (2004) sealan que, a pesar de los avances en el tratamiento del TEPT en mujeres,
la mayora se han centrado en casos de violacin y abuso sexual, existen pocos estudios sobre el
tratamiento del TEPT en mujeres vctimas de VP. A pesar de esto en la actualidad ya existen algunos
estudios como los revisados que pueden servir de guas para la atencin psicolgica de mujeres
vctimas de VP.
132
1.4.6.5 Programas de tratamiento
Los programas de tratamiento para mujeres vctimas de VP han evolucionado con el desarrollo
terico y emprico, al igual que las mejoras que se implementan cada vez que se aplica a ms
poblacin e inclusive algunos programas se utilizan para diferente tipos de traumas. Algunos de los
protocolos se han utilizado para mujeres vctimas de abusos sexuales que es el tipo de violencia que
ms ha llamado la atencin.
Echebura y otros (1996) en su revisin sealaba que los programas o investigaciones adelantadas
se centran en la autoestima, autoeficacia y en dar algunas habilidades de control y asertividad, otros
incluyen ejercicios para combatir la culpa, ira y reestructuracin cognitiva pero ninguno incluye las
TE ni TC de forma estructurada. Con este estudio especfico sobre VP, inicia para finales de los aos
90 un recorrido que ha venido en mejora y sirvi de impulso a los programas en cuanto al formato, la
manualizacin, la estructuracin de los componentes teraputicos.
Algunos programas han servido tanto para la construccin de modelos tericos como para dar
soporte emprico a los modelos ya existente y la tendencia a centrar sus estudios a los objetivos
teraputicos.
Otra perspectiva de los programas desde el punto de vista de las teora feminista lo aporta el grupo
de investigacin de Walker (2009) que le ha permitido reformular su modelo del ciclo de la VP y el
sndrome de la mujer maltratada, enfatiza en algunos componentes que segn esa teora son
importante y muestran datos de sus aplicaciones.
133
Tabla 12. Programas de tratamiento para mujeres vctimas de VP
Programa Componentes Descripcin Comentarios
Autor
EFTT Cuatro fases de la EFTT: Los principios bsicos de la intervencin se Existen manuales y libros sobre el manejo del
(Terapia 1. Cultivando la alianza, promocin de las centra en: 1. Las relaciones son vnculos programa, explicacin del trauma y del modelo de
enfocada experiencias y procedimientos de confrontacin afectivos, 2. Los cambios implican una atencin centrada en las emociones pero falta
en las en imaginacin. nueva experiencia de s mismos, 3. Los soporte emprico y mayor evidencia sobre
2. Reduciendo el miedo, ansiedad y evitacin. estados rgidos de interaccin pueden efectividad teraputica. Algunos ejercicios de
emociones
Transformando la culpa, vergenza y auto-culpa. absorber el estado emocional siendo confrontacin en imaginacin son iguales a la
para el 3. Resolviendo a travs de la ira y resolviendo a sistmico, 4. La emocin es el objetivo y el TEI, al igual que algunos ejercicios de TC.
trauma) travs de la tristeza y el dolor. agente de cambio, 5. El terapeuta es un La TE se hace de manera temprana en la primera
Greenberg 4. Terminacin. facilitador de procesos, y 6. Las parejas fase de forma diferente como se propone en otros
y Johnson Una premisa importante es que la emocin rompe pueden ver el afrontamiento adecuado sin programas que sea al final. Tiene en cuenta
(1988) con el pasado y puede aliviar el presente. necesidad de patologizar los procesos. emociones como: culpa de los otros y la propia, la
Greenberg y Goldman (2008) y Lilly y Graham- vergenza, ira, etc.
Bermann (2010)
Helping to Tratamiento cognitivo conductual centrado en tres 9-12 sesiones de tratamiento, manualizado, La investigacin de Johnson y Zlotnick (2006)
Overcome aspectos de la recuperacin: aplicacin individual. utiliza este programa con un slo grupo no utiliza
PTSD 1. Estableciendo la seguridad, El tratamiento se centra en trabajar las grupo control.
through 2. Recuerdo y duelo y disfunciones cognitivas, conductuales e Da bases para el tratamiento de mujeres
3. Reconexin. interpersonales relacionadas con el TEPT maltratadas centrado en habilidades cognitivas,
Empower
Componentes: que pueden interferir en las habilidades y conductuales para afrontar los efectos de la VP y
ment - Psicoeducacin recursos personales de las mujeres la dependencia.
(HOPE) - Habilidades de empoderamiento para la maltratadas. Prioriza necesidades de Realza la importancia de contemplar aspectos
Herman independencia y estabilizacin. seguridad y empoderamiento y eleccin concurrentes al TEPT y en facilitar unos mdulos
(1992) - Habilidades de toma de decisiones. durante el tratamiento. Tiene un componente adicionales aunque en el estudio no esta descrito
- Tcnica cognitivas y habilidades de manejo. psicoeducativo (violencia interpersonal, cada uno de ellos.
- Un mdulo opcional para co-ocurrencia de TEPT y planes de seguridad). No contempla la TE ni TPC para manejar los
problemas, ejemplo, consumo de SPA, duelo. recuerdos traumticos.
Echebura Expresin emocional La expresin emocional brinda apoyo y No se utiliza grupo control atribuyendo a
y otros. Reevaluacin cognitiva comprensin a la vctima, facilita el diferentes cuestiones.
(1996) Entrenamiento de habilidades especficas de desahogo emocional de la irritabilidad. La Inicia el trabajo en psicoeducacin y un primer
afrontamiento: reevaluacin cognitiva se enfoca explicar paso para manejar la TE para las conductas de
1. Medidas de seguridad, sobre la VP entrega de un folleto explicativo evitacin aunque no se utiliza como eje central de
2.Entrenamiento en relajacin muscular (manual de autoayuda), discusin racional la terapia sino como una terapia auxiliar.
progresiva y control de la respiracin, de creencias irracionales sobre culpa y Maneja algunas habilidades y tiene algunos
3.Entrenamiento en habilidades de solucin de procesamiento de la informacin y del componentes que no se explican en la gua en el
134
problemas y tcnicas de control del trauma, planeacin hacia el futuro. caso de continuar en la relacin de pareja,
comportamiento agresivo del maltratador, aspectos como la mejora de la relacin sexual.
4. Actividades gratificante, fomento de redes de No se describen las tcnicas de primera lnea ni
apoyo. las tcnicas auxiliares. Se aplican varias tcnicas y
5. Afrontamiento a conductas evitadas por medio desarrollo de habilidades de afrontamiento y
de la TE. seguridad.
Si es el caso se prepara para la toma de decisiones Sobresale la evaluacin del TEPT, un manual de
para la separacin, si se decide continuar se terapia, evaluacin del tratamiento a largo plazo.
realizan habilidades de comunicacin, solucin de
problemas, mejora de la relacin sexual.
Schlee y El tratamiento tiene dos condiciones: El PACT la pareja trabaja en grupo y en el El programa de tratamiento es una posibilidad
otros, 1. PACT (Physical Aggression Couples GST grupos separados (mujeres y hombres). para parejas teniendo en cuenta las
(1998) Treatment) tratamiento de pareja con violencia En total fueron 7 PACT y 5 GST entre 6 y 8 recomendaciones sobre violencia crnica y grave.
fsica. parejas fueron asignadas a cada grupo. 38 Grabar las sesiones permitir trabajo en equipo,
- Control de la ira. parejas completaron el tratamiento y 32 no realimentacin y mejorar las tcnicas utilizadas en
- Habilidades de comunicacin. lo completaron. Un total de 6 terapeutas (4 la terapia.
2. GST (Gender Specific Treatment) tratamiento psiclogos y 2 trabajadores sociales). El No evala el TEPT ni utiliza TE.
especfico de gnero. PACT fue suministrado por 2 terapeuta y 2 No se realizan seguimientos.
Componentes : coterapeuta mixto. El GST fue aplicado por Se reconoce el trabajo con grupos mixtos
- Poder y control del hombre. 2 terapeuta hombre sin coterapeuta. Las (terapeutas y coterapeutas) y de los dos sexos.
- Autoestima de la mujer. sesiones fueron grabadas para la Una posibilidad de hacer terapia con parejas
- Habilidades de Asertividad. retroalimentacin para ajustar los interesadas en seguir con la relacin de pareja
Ambos formatos psicoeducativos implica 14 programas. pero necesita mayor soporte emprico.
sesiones semanales de 2 horas.
STEP 1. Definiciones de VD. Trabaja 6 focos o problemticas: 1. Tericamente se basa en la teora feminista (los
(Survivor 2. Superando la disfuncin (pensando y diseando Recuerdos intrusivos de los acontecimientos efectos de la discriminacin y dominacin, el
Therapy un plan de seguridad). traumticos. 2. Hiperactivacin y altos deseo por empoderar a la mujer) y la teora del
Empower 3. Pensando, sintiendo y haciendo. niveles de ansiedad. 3. Comportamiento de trauma (TEPT y otras variables concomitantes).
4. Cambiar al pensamiento positivo y manejo de evitacin y parlisis emocional expresados, El programa ha mostrado su utilidad y se ha
ment
la ira. habitualmente, en forma de depresin, aplicado en varios pases. Los autores del
Program) 5. Manejo del estrs y entrenamiento de disociacin, minimizacin, represin y programa sealan que es un programa
Walker y relajacin. negacin. 4. Disrupcin de relaciones psicoteraputico basado en evidencia de varios
otros 6. Ciclo de la VP y efectos de la violencia interpersonales dada la conducta de poder y estudios utilizando la descripcin del SMM
(2009b). psicolgica. control del maltratador. 5. Distorsin de la propuesto por Walker.
7. TEPT y sndrome de la mujer maltratada. imagen corporal y dolores fsicos o con Ha mostrado beneficios para la estabilidad mental,
8. Duelo por el final de la relacin origen psicosomtico y 6. Problemas regulacin y aprendizajes de habilidades mediante
9. Efecto de la VP en los nios-as. sexuales. el uso de la psicoeducacin. Manual de
135
10. Aprender a pedir lo que quieres. Cada sesin tiene tres componentes: dar tratamiento en preparacin. Se ha utilizado en la
11. Construyendo relaciones saludables con informacin, discusin y hablar de los crcel. Centra la terapia en la terminacin de la
buenos lmites. procesos y construccin de habilidades que relacin de pareja. A pesar de que propone el
12. Terminacin de las relaciones protejan y ayuden a la mujer. programa basado en el manejo del TEPT no se ve
Terapia grupal de 12 sesiones de tratamiento, claramente el uso de TE.
duracin de 2 horas cada una.
Terapia de 1. Psicoeducacin (educacin acerca de las El programa de tratamiento emerge de la Una fuerte evidencia emprica de la eficacia de
Exposici reacciones del trauma) combinacin de la TE para la ansiedad y la este tratamiento en diferentes tipos de traumas ha
n 2. Reentrenamiento en respiracin (respirar de Teora del procesamiento emocional de los sido llevada a cabo por el Center for the
Prolongad una forma calmada) recuerdos traumticos para la disminucin Treatment and Study of Anxiety (CTSA) de la
3.Exposicin prolongada (vivo y en imaginacin) de los sntomas del TEPT. Universidad de Pensilvania, a travs de diferentes
a (Foa y
La TE prolongada a situaciones evitadas y a estudios controlados para diferentes trauma y en
otros, recuerdos del trauma. cientos de pacientes y en diferentes pases.
2007)
CTT 20 Mdulos, 15 necesarios y 5 opcionales. Organizan la TCC ms por mdulos que por Este protocolo de basa en la evolucin del trabajo
(Cognitive 1. Iniciando el tratamiento. 2. Revisin de las sesiones, la mayora duran 15 minutos y se de Kubany (2003, 2004) en su denominada
Trauma autoverbalizaciones negativas. 3. Manejo del requieren uno o dos para completar cada Cognitive Trauma Therapy for Battered Women
Therapy) estrs I: Educacin acerca del estrs. 4. Manejo mdulo que puede o no coincidir con la (CTT-BW) Terapia cognitiva para el trauma de
del estrs II: Relajacin muscular progresiva. 5. terminacin de la sesin. mujeres maltratadas (2002). Inicialmente inclua:
Kubany y
Historia de trauma diferentes a la VP. 6. La CTT combina tcnicas de la TCC para psicoeducacin acerca de TEPT, manejo del estrs
Ralston Educacin acerca del TEPT. 7. Tareas de TEPT y el TMM (Tratamiento para la mujer (incluyendo entrenamiento en relajacin),
(2008) exposicin. 8. La indefensin aprendida y cmo maltratada). De la TCC retoma automonitoreo de pensamientos y verbalizaciones
superarla. 9. Educacin acerca de las psicoeducacin sobre TEPT, manejo del des adaptativos y ejercicios de exposicin y narrar
autoverbalizaciones negativas. 10. Abordar la estrs (entrenamiento en relajacin), hablar el trauma.
culpa relacionada con el trauma. 11. Confrontar sobre el trauma, incluye procedimientos para Tambin se incluye dos mdulos para manejo de
las falsas guas de las creencias supongo que. reducir las autoverbalizaciones negativas y la culpa y vergenza: 1. Evaluacin y correccin
12. Entrenamiento asertivo. 13. Manejo de la re evaluacin de las creencias irracionales. de creencias disfuncionales y 2. Reduccin de
desconfianza. 14. Identificando potenciales De la TMM retoma la intervencin para autoverbalizaciones negativas sobre culpa y
abusos. 15. Manejo de estrs o situaciones empoderamiento y auto-defensa incluye vergenza.
conflictivas con el ex maltratador. estrategias de auto-defensa, construccin de Tambin cuatro mdulos para el empoderamiento
Los 5 opcionales: 16. Manejo de la ira. 17. habilidades en comunicacin asertiva, y desigualdad de la mujer: 1. Estrategias de auto-
Caractersticas de personalidad o patrones de manejo de situaciones de estrs con el ex defensa, 2. Construccin de habilidades de
violencia. 18. Ideas contra la negacin y maltratador, y aprendizaje de identificacin comunicacin y asertividad, 3. Manejo de
codependencia. 19. Tomando decisiones de posible VP lo que permite prevenir contactos indeseados con ex parejas, y 4. Cmo
importantes. 20. Implicaciones y consecuencias revictimizacin. El mdulo sobre la culpa identificar posibles maltratadores y evitar la
de permanecer en relaciones violentas. toma entre 4 y 5 sesiones. El nmero de revictimizacin.
Formato individual y posibilidad de entrenar a sesiones y mdulos cambia dependiendo de Es un programa bien estructurado con soporte
personal de salud mental para su aplicacin. las caractersticas del trauma. emprico (dos estudios bien controlados)
136
Cognitive El programa incluye: Programa de terapia individual en formato Un programa bastante estructurado, con manual
Restructur 1. Inicio del tratamiento, participacin, flexible que va desde 12 a 16 sesiones explicativo sesin por sesin, recomendaciones y
ing (CR) orientacin, planeacin de crisis y semanales para especial poblacin con aplicaciones, bastante flexible.
for PTSD reentrenamiento en respiracin Explicacin y problemas comrbidos al TEPT hasta un En el momento hay dos estudios aleatorizados que
orientacin hacia el programa. formato de 6 sesiones semanales para darn soporte al programa pero en la actualidad
(Restructu
2. Psicoeducacin: acerca de las reacciones centros de atencin primaria. La terapia se adolece de evidencia emprica que evale su
racin postraumticas. centra en las reacciones al trauma y como la efectividad sobre otros programas.
cognitiva 3. Reestructuracin cognitiva I: estilos comunes persona evala los eventos traumticos. Tiene el manejo de la respiracin y
para el de pensamiento. Evala e interviene sobre el significado de la psicoeducacin como tcnicas secundarias.
TEPT) 4. Reestructuracin cognitiva II: los 5 pasos de la experiencia para si mismo y el mundo que le La TC es la terapia de primera lnea no utiliza la
Mueser y Reestructuracin cognitiva (RC) rodea. El primer foco es ensear al cliente a TE.
otros 5. Reestructuracin cognitiva III: solucin de manejar sus emociones negativas. El componente psicoeducativo es relevante desde
(2009) problemas comunes. Posteriormente, se entrena para la el principio y como forma de control emocional y
6. Generalizacin del entrenamiento y identificacin, cambio y relato adecuado del realimentacin del proceso de cambio.
Terminacin trauma y el manejo de esquemas y creencias Una ventaja que del protocolo se ha adaptado a
Hay tareas para casa y materiales para revisar y adecuadas sobre si mismo, los dems y el varios traumas y poblaciones especficas. Tiene
practicar habilidades. mundo. bastantes ejercicios de TC.
La narracin del trauma para eliminar las Los 5 pasos de la RC: El programa espera que los participantes
creencias errneas que conduzcan a sntomas del 1. Situacin, 2. Sentimientos, encuentren su bienestar y calidad de vida.
TEPT. 3. Pensamientos, 4. Evaluar los
pensamientos y 5. Tomar medidas.
Labrador y TCC con cuatro componentes: La aplicacin de los mdulos son El protocolo se ha implantado en muestras
Rincn 1. Psicoeducacion: caractersticas y consecuencias secuenciales en esos componentes, primero espaolas, inmigrantes, mexicanas.
(2002) de la VP y explicacin del tratamiento. el componente cognitivo para un mejor La importancia de centrar el tratamiento en la TE
2. Entrenamiento en control de activacin: manejo de las emociones negativas con el para el reprocesamiento cognitivo de los
manejo de la respiracin para mejorar la fin de preparar la habituacin al miedo recuerdos traumticos (procesamiento automtico)
activacin fisiolgica, mejora del sueo e durante la exposicin y el reprocesamiento que las mujeres no han podido procesar
irritabilidad y respuestas de alarma. verbal de los recuerdos traumticos. conscientemente de forma controlada
Rincn 3. Terapia cognitiva: manejo de emociones El programa de tratamiento es manualizado, (procesamiento controlado).
(2003) secundarias e ideas sobre culpa, baja autoestima e se ha utilizado en formato individual Ventajas que ha probado el tratamiento en formato
indefensin. Uso de tcnicas cognitivas como (Rincn, 2003). grupal e individual disminuyendo el tiempo de 90
Labrador, detencin de pensamientos, reevaluacin La aplicacin de Arinero (2006) fue el a 60 minutos, que ayuda en la expresin
Fernndez cognitiva y entrenamiento en solucin de mismo programa y una variante para emocional y en las redes de apoyo.
-Velasco y problemas. comparar la efectividad de las tcnicas Intervencin breve que no supera los 3 meses de
Rincn 4. Terapia de exposicin: en imaginacin, por utilizadas (TE+TC)Vs (EHS). tratamiento, incluso si se realizan dos sesiones
(2006) escrito y en grabacin (audio) El programa es de ocho sesiones, con una semanales puede durar mes y medio.
Adicionalmente se entrenan algunas habilidades periodicidad semanal y una Otra ventaja de esta gua de tratamiento es la
137
Arinero para mejorar el estado de nimo y autoestima, duracin de 100 minutos cada una, excepto flexibilidad, brevedad, la centralidad en el trauma
(2006) comunicacin y afrontamiento. las dos ltimas sesiones que tienen una (TEPT y sintomatologa concomitante) y
Alonso duracin de 120 minutos. evaluacin postratamiento a largo plazo (un ao).
(2007) Tiene estudios de eficacia y efectividad
teraputica.
138
En los programas revisados se puede observar que los componentes se articulan de forma que sean
de corta duracin. La mayora son manualizados y han servido, de una u otra manera para dar
opciones en cuanto al tratamiento de mujeres vctimas de VP.
Algunos investigadores han propuesto guas de tratamiento en funcin de su propia evidencia
emprica y han tomado algunos elementos de otras guas y modelos tericos. Por ejemplo, Kubany y
Ralston (2008) han realizados dos estudios bien controlados (Kubany y otros, 2003, Kubany y otros,
2004) y toman elementos de la gua de Foa y otros (2007) sobre la terapia de exposicin prolongada y
el programa STEP (Walker y otros, 2009b) para proponer su gua de tratamiento llamado terapia
cognitiva del trauma (TCT).
A continuacin se presenta un modelo diseado para este estudio a partir en la revisin de los
programas existentes y como resultado del trabajo del grupo de investigacin de la Facultad de
Psicologa de la UCM, para el cual utiliz la gua de tratamiento de Labrador y Rincn (2002) cuya
eficacia y efectividad fueron evaluadas en diferentes muestras espaolas, mexicanas y de inmigrantes
en Espaa.
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' U! %)! *2( ! "#$$$$$$ Q! :(&2(( Q(! :(((((0 $:(((((&*( ' 2$(((((R*(
Nota: TIE= Terapia de inoculacin del estrs, TC= Terapia Cognitiva, TE= Terapia de Exposicin, RC=Reestructuracin cognitiva, ES= Expresin
de sentimientos, DP= Deteccin de Pensamientos, EA= Entrenamiento en Autoinstrucciones, EAF=Entrenamiento Asertivo y de afrontamiento.
139
Cabe destacar, que parte de la sintomatologa central que requiere ser intervenida, ayudar a
focalizar la terapia en cada componente. A pesar de que esquemticamente se separan para su estudio
y abordaje, es importante destacar que en la realidad estn ntimamente relacionados unos con otros.
En la TCC tanto para trauma simple como complejo se recomienda en un primer momento trabajar
sobre la seguridad y estabilizacin del paciente con el fin de pasar a una segunda fase de regulacin
de las emociones.
Por tal razn, la mayora de los programas coinciden en proporcionar psicoeducacin desde la
primera sesin para normalizar la conducta de la mujer e iniciar el proceso de correccin de la
informacin con datos ciertos sobre la VP, la causa, las consecuencias, las creencias, etc. Se explica
que es posible superar las consecuencias de la VP gracias a que existen algunos programas de
tratamiento que han demostrado efectividad, y se procede a describir de forma sencilla y clara en qu
consistir el proceso de teraputico. Al conocer estos elementos bsicos es bastante probable que la
mujer disminuya su preocupacin y se establezca el vnculo teraputico bajo la premisa de confianza.
En la misma direccin, Crosby (2008), Jackson y otros (2009) y Taylor (2006) sealan que los
terapeutas de TCC incorporan psicoeducacin relativa a la etiologa de los sntomas del paciente, as
como los mecanismos de cambio. Identifican y sealan los sntomas que se derivan de la vivencia de
los acontecimientos adversos o traumticos ms que las caractersticas de la personalidad de la
vctima, lo cual facilita que la paciente se libere de la vergenza y culpa. Al igual, que explicar los
mecanismos bsicos para el cambio y el control de los sntomas y de la vida de cada cual, son
elementos importantes para la motivacin y compromiso de la paciente con el tratamiento.
Por esto, en las primeras fases del tratamiento es importante el componente psicoeducativo como
mecanismo de control, de conocimientos de la situacin, motivacin y manejo de expectativas reales
por parte de los pacientes. En el primer componente del programa, se debe formular un plan de
seguridad y de prevencin de futuros ataques con el fin de reducir la vulnerabilidad de las vctimas,
especialmente, ante casos de VP grave. Asimismo, se recomienda determinar los recursos con los que
cuenta la vctima para orientarlos a favor de la supervivencia y proteccin (Echebura y Corral, 1998;
Labrador y otros, 2004; Shapiro, 2010; Walker, 2009)
En la primera parte, dentro de la explicacin de las consecuencias, es importante explicar el papel
que desempea el manejo de la activacin y de los impulsos. Es en estos momentos donde se
introduce a la primera tcnica de control o reentrenamiento de la respiracin. Esta tcnica permite
proporcionar control y motiva a las mujeres al cambio, ya que es una tcnica sencilla, fcil de
practicar y con resultados son inmediatos. Caractersticas que facilitan la auto evaluacin positiva del
cambio, y que aumente el control y la adherencia al tratamiento.
Cabe destacar, que la adherencia al tratamiento esta relacionado con los resultados de la terapia, el
avance que se evala tanto por el paciente en seguir con la terapia y el terapeuta en seguir aplicando
tcnicas que comprueban que funcionan (Barber, Triffleman y Marmar, 2007).
140
Otro elemento importante es la expresin de emociones, que parece que facilita un clima de
confianza y seguridad adecuado para el trabajo posterior.
De la misma forma, el manejo de la respiracin para controlar la activacin y algunos sntomas de
hiperactivacin desempean un papel importante en la regulacin emocional.
Segn Jackson y otros (2009) y Taylor (2006) en el proceso de regulacin emocional el terapeuta
debe trabajar con el paciente para ayudarle a identificar los sentimientos que tiene, lo que piensa de
estos y cmo los maneja, asimismo, las estrategias que el paciente utiliza para regular las emociones
debern contemplarse dentro del contexto de su historia familiar, lo cual facilitar una mejor
comprensin de los patrones de sus reacciones emocionales y de sus comportamientos, guiados por
dichas reacciones. Este componente ayudar a reducir el sentimiento de vergenza y facilitar la
adquisicin de habilidades para el manejo de las emociones.
Adems, dentro de la activacin es habitual que se presente la rumiacin de pensamientos, aspecto
destacado por varios investigadores entre ellos el equipo de Foa. La reexperimentacin cognitiva es
un elemento que a la par que se trabaja en el manejo de la activacin fisiolgica por medio de la
relajacin, asimismo se debe empezar a trabajar la activacin cognitiva (reexperimentacin) mediante
el uso de la tcnica de detencin de pensamientos.
Esta tcnica de forma similar con la relajacin, se caracteriza por se una tcnica auxiliar pero de
gran ayuda para iniciar el cambio y mejorar la motivacin de la paciente. Debe recordarse que es una
tcnica sencilla y fcil, se explica, modela y practica en terapia, posteriormente se deber aplicar en
casa para su aprendizaje.
Posteriormente, al manejo de la activacin fisiolgica y cognitiva se procede a fomentar el
desarrollo de actividades agradables con el fin de combatir la inercia, el aislamiento y otros sntomas
depresivos. Al mismo tiempo, se realizan ejercicios de reestructuracin cognitiva para combatir las
ideas y los pensamientos de culpa, desesperanza y creencias de uno mismo, para as, mejorar la
autoestima. En este apartado, se combinan dos tcnicas: la primera ms de corte conductual y la
segunda ms cognitiva para el manejo y modulacin del afecto.
Posteriormente, ya establecido un vnculo teraputico satisfactorio, y lograda una adherencia al
tratamiento, una buena percepcin del cambio y una cierta estabilidad de la paciente se pasa a
elementos ms complejos y centrales del trauma.
En el mismo sentido, Jackson y otros (2009) proponen que la reconstruccin de los recuerdos
traumticos y otras tareas propias de la exposicin en vivo slo deberan ponerse en prctica una vez
el paciente haya logrado pasar un perodo suficientemente largo de estabilizacin y cuando haya
adquirido las habilidades necesarias para regular sus emociones.
A la par que se contina con terapia cognitiva (TC), realizando ejercicios de restructuracin
cognitiva acerca de la percepcin que la paciente tiene sobre s misma, el mundo y los dems, se
inician las tareas de exposicin y recuperacin de recuerdos traumticos. El uso de la terapia de
141
exposicin (TE) permitir acceder a los recuerdos traumticos no procesados conscientemente, tal y
como lo propone Labrador y Rincn (2002).
La combinacin de la TC y TE constituye terapia de primer lnea y lo que algunos clnicos e
investigadores llaman terapia multicomponente con fuerte evidencia emprica y tratamiento bien
establecidos, y que ha demostrado efectividad y eficacia teraputica.
Reprocesar los recuerdos que refuerzan las creencias, las respuestas de evitacin y emociones
provocadas por estos recuerdos traumticos son de suma importancia tratar (Feeny y otros, 2010).
De manera similar, a los ejercicios de la TE, para el manejo de las reacciones secundarias, se debe
acceder a los recuerdos traumticos y procesar tanto los errores cognitivos como las emociones de
culpa, ira, vergenza, etc. (Alonso, 2007; Arinero, 2006; Crespo y Arinero, 2010; Ehlers y Clark,
2000; Foa y otros, 2007, Kubany y Ralston, 2008; Labrador y Rincn, 2002; Michael y otros, 2005)
Jackson y otros (2009) proponen en relacin con los mdulos de exposicin y narrativa del trauma,
centrarse en las percepciones sensoriales, los sentimientos, las sensaciones corporales, las creencias y
las conductas. En consecuencia, el recuerdo que surge en este proceso se integra en la experiencia. La
narracin de la historia del paciente es un acto creativo y, como tal, refuerza el sentido de autonoma,
independencia y autodeterminacin.
El proceso repetido de contar y luego escuchar la historia de uno mismo, poco a poco va
desarrollando en los pacientes la habilidad para reconocer sus propias secuelas psicolgicas y fsicas,
sin que esto los llegue a desbordar. Este procedimiento se deriva en parte, por el hecho de sentir la
seguridad del momento presente, y la creencia emergente de que la persona que escucha en el
presente no es la misma que la persona que sobre la que versa la historia.
Al realizar los ejercicios de escuchar la narrativa los pacientes sienten la distancia frente a esos
acontecimientos y que en el presente ya no es las mismas personas que las del relato. De igual forma,
los pacientes manifiestan alivio, sorpresa, satisfaccin y orgullo cuando consiguen el objetivo de
exponerse a los acontecimientos traumticos.
En estas sesiones de exposicin es importante que al principio el terapeuta acompae el trabajo de
narracin para aumentar la seguridad del paciente y motivarle a realizar los ejercicios de la misma
manera en casa o en el ambiente ms propicio. El terapeuta sirve de gua y de facilitador para que la
narracin del trauma se realice, por lo que deber estar atento para saber el momento adecuado para
comprender la situacin, de confrontar y seguir, o parar, y dejar un silencio o momento de pausa o dar
consuelo y nimo en los momentos de afliccin. El terapeuta tambin acompaar a la paciente en los
momentos de xito, y mantendr el inters y compromiso durante estos ejercicios, que requieren
varias sesiones, ofreciendo repetidamente orientacin, apoyo y ayuda prctica para seguir adelante
(Alonso, 2007; Foa y otros, 2007; Jackson y otros, 2009).
Asimismo, que dejar tareas y ejercicios entre sesiones (incluida la exposicin en vivo) promueve la
generalizacin del tratamiento a la vida cotidiana y anima al paciente a adoptar una posicin activa.
142
Segn Jackson y otros (2009), otros aspectos que el terapeuta debe considerar en la administracin
de los componentes del programa de tratamiento es ayudar al paciente a formular cambios especficos
en su comportamiento y su forma de pensar, trasladarlos paulatinamente de la terapia a la vida
cotidiana, demostrar que el cambio es posible y ofrecer al paciente un marco temporal previsto para la
duracin de la terapia de una manera efectiva. Cuanto mayor sea la capacidad del paciente para
regular sus estados anmicos negativos durante la reconstruccin de recuerdos traumticos en la
terapia, mayor ser la solidez de la alianza teraputica al inicio de la TCC.
Finalmente, parece haber acuerdo en la necesidad de entrenar habilidades de afrontamiento como,
por ejemplo, resolucin de problemas, que permitan a las pacientes hacer frente a los problemas de la
vida cotidiana, manejo de habilidades de afrontamiento y entrenamiento asertivo en casos de que
contine en pareja o que hubiera decidido terminar con la relacin, o si esto, ya se produjo, para
futuros encuentros con el padre de sus hijos (Echebura y otros, 1996; Kubany y Ralston, 2008;
Walker, 2009).
Adems, el uso de estas tcnicas y los avances en los procesos de modulacin emocional-afectiva
y el procesamiento emocional facilita la adaptacin a la vida de la mujer y la superacin del trauma.
144
1.4.6.7 Modalidad de intervencin: grupal frente a individual
La intervencin terapetica puede tener diferente formato: grupal, individual o mixto, esta
preferencia ser dada por los objetivos y las caractersticas de los miembros y el tipo de trauma que se
vaya a tratar.
Segn Foa y otros (2009) propone que la TCC para el TEPT se administre como terapia individual
por un slo especialista, y no se ha podido probar que la TE de grupo resulte especialmente efectiva.
Una excepcin notable a esta afirmacin ha sido la TEI para tratar pesadillas, que se ha implementado
con xito un contexto de terapia grupal.
En la revisin de la efectividad terapetica de la terapia grupal para el TEPT se seala que la TCC
se a enfocado ms cierto tipos de trauma: veteranos de guerra y adultos con historias de abuso sexual.
Se destaca que los tamaos del efecto para estos estudios van de 0,31 hasta tamaos del efecto grande.
Especialmente, se ha comprobado para el tratamiento de veteranos de guerra tamaos 0,81 y para
adultos de con historias de abuso sexual 0, 89 (Shea, McDevitt-Murphy, Ready y Schurr, 2009).
En relacin con preferir la terapia individual o la grupal, existen posiciones encontradas y
argumentos a favor en uno y otro sentido.
Courtois y otros (2009) defienden ms el uso de la terapia individual y sealan que el tratamiento
no es algo universal vlido para todos los casos, sino que es importante reconocer el carcter nico de
la persona evaluando a cada paciente y, en consecuencia, programando los tratamientos de forma
diferente segn las particularidades, necesidades, valores y contextos de cada caso.
Otros especialistas, defienden el formato grupal, ya que consideran que tiene mayores ventajas
tanto para los pacientes como para los terapeutas. Las mujeres se sienten ms comprendidas, aportan
al crecimiento de las compaeras y, a la vez, se benefician de ver situaciones similares afrontadas de
forma diferentes mejor o peor pero que les sirven para contrastar sus creencias, procesos personales,
para normalizar su comportamiento y para establecer una red social de apoyo para combatir el
aislamiento y la desesperanza (Alonso, 2007, Arinero, 2006; Echebura y Guerricaechevarra, 2006;
Labrador y otros, 2004).
Las ventajas secundarias que tienen para el desarrollo de la terapia y adquisicin de habilidades
depender en s mismo del tipo de tratamiento. Asimismo, el nfasis que se quiera destacar sobre la
integracin de la experiencia traumtica como clave para el proceso de cambio. Los grupos centrados
en el trauma asumen la integracin de la memoria traumtica sobre los niveles: afectivo, cognitivo y/o
fisiolgico como mecanismo para reducir la sintomatologa y modificar el significado del trauma de la
persona. Por el contrario, los tratamientos enfocados en el presente utilizan la estructura de grupo para
combatir el aislamiento e incrementar el sentido de competencia y mejorar su funcionalidad y
adaptacin (Shea y otros, 2009).
Se recomienda que los grupos no sean grandes que entre 3 a 5 miembros es adecuado para el
manejo de la terapia (Alonso, 2007; Arinero, 2006)
145
Es ms, la terapia grupal puede favorecer estrategias de afrontamiento activo que reduzcan la
evitacin y las estrategias autodestructivas. Por otro lado, pede resultar efectivo que la paciente
modele con sus compaeras de terapia otras formas de afrontamiento, los cambios positivos y los
avances que han experimentado los miembros del grupo, para as, facilitar los procesos de
recuperacin control personal. Tambin se ha visto que las mujeres que han experimentado violencia
y abusos son ms empticas con otras mujeres que han pasado por situaciones similares (Walsh, K y
otros, 2010).
El soporte social que da un grupo, se puede definir partiendo del apoyo que emocional y la empata
para entender a los otros, sentirse conectado, no censurar sino por el contrario apoyar y facilitar la
expresin de las emociones, reforzar aspectos positivos. La consecuencia es mejorar la autoestima,
reforzar la expresin emocional, disminuir la evitacin y miedo y reestructurar creencias sobre s
mismas, los dems y el mundo (Shea y otros, 2009).
Asimismo, el hecho de que los grupos teraputicos estn conformados por mujeres en diferentes
fases de la resolucin del problema favorece con el fin de retroalimentar sus logros y a otras sus
posibilidades de salir adelante como el resto, adicionalmente aumenta la confianza en s misma y
establece red social, aspectos importantes para el su mejora (Walker, 1994).
Las mujeres en terapia de grupo pueden aprender por modelado estrategias de afrontamiento
adecuadas y a establecer vnculos que sirvan de apoyo social y faciliten la adaptacin para generar
cambios positivos en sus vidas, as como estrategias para protegerse a s mismas y a sus hijos.
De la misma forma, Arinero (2006) destaca que los aspectos positivos que ms valoran las mujeres
son el carcter grupal de las sesiones, el contar con un espacio para ellas donde conocer a otras
mujeres en condiciones similares y el poder hablar abiertamente sobre sus problemas para apoyarse
mutuamente.
La estructura de los grupos para el tratamiento del TEPT pueden ser abiertos o cerrados.
Una posibilidad de intervencin grupal ms de corte comunitario son los denominados grupos de
apoyo, que ofrecen asistencia a la vctima para conseguir el bienestar personal y sirven de ayuda para
el afrontamiento de los problemas actuales. Estos grupos, que responden frecuentemente al formato
de autoayuda, son abiertos, lo que quiere decir que se pueden incorporar nuevos, miembros en
cualquier momento del proceso.
En otros grupos denominados grupos enfocados al trauma, en cambio, se afronta
especficamente el trauma a base de exponer prolongada y sistemticamente a la vctima a las
imgenes del suceso sufrido y de modificar los pensamientos distorsionados relacionados con el
trauma. En este ltimo caso los grupos, guiados por uno o dos terapeutas, deben ser cerrados: los
miembros deben ser los mismos, excepto que haya algn abandono, desde el principio hasta el fin de
la terapia (Foy y otros, 2000).
146
Otra alternativa que ha surgido es conjugar los dos formatos, es decir, grupal e individual, por
ejemplo, Echebura y Corral (1998).
Para determinar el formato que ms convenga si hay posibilidad de hacerlo, debe contemplarse
que hay personas que pueden resultar inapropiadas para el tratamiento grupal, bien porque no se van a
beneficiar, bien por que van a retrasar o impedir el progreso de los dems miembros del grupo. Es el
caso de las vctimas gravemente deprimidas o con tendencias paranoides, carentes de motivacin o
que requieren una extraordinaria atencin, as como el de las que muestran conductas inadecuadas
(agresivas, de dependencia al alcohol o a los frmacos, etc.) (Echebura, 2004).
Shea y otros (2009) en su revisin de los tratamiento efectivos para el TEPT destacan que existe
una amplia gama de tcnicas usadas en los tratamiento grupales interesadas por conseguir sentido de
estabilidad y seguridad, aumentar la confianza y desarrollar la cohesin de grupos son aspectos
comunes a la mayora de intervenciones. Describen las tcnicas utilizadas por diferentes enfoques
tericos: psicodinmico, interpersonal y procesos de grupos, grupos de apoyo y la terapia CC en
grupo.
Esta ltima es de inters del presente estudio por eso se describir a continuacin algunos
elementos a tener en cuenta:
- Las terapias incluyen entrenamiento de habilidades y tcnicas de exposicin.
- Estrategia psicoeducativas donde pueden participar los miembros, expresar lo que piensan
conocen y creen en relacin a los sntomas, sobre el evento traumtico, las definiciones, conceptos
que son evaluados y sobre-corregidos por la psicoeducacin.
- El entrenamiento de habilidades como: relajacin, reestructuracin de creencias, parada de
pensamiento facilitan la correccin de las tcnicas en grupo, permiten recibir reforzamiento o
retroalimentacin para mejorar el uso de las tcnicas, modelar del resto del grupo ayuda al aprendizaje
de las tcnicas.
- Los ejercicios de autoestima permiten centrarse en otros elementos importantes de la
autoevaluacin y recibir refuerzo por parte de los miembros del grupo.
- Los ejercicios de las tcnicas de exposicin facilita la expresin emocional del trauma, la
reestructuracin de creencias y modulacin adecuada de la emociones para el reprocesamiento tanto
de la informacin, memorias traumticas y las reacciones que se ven reflejadas en mayor control y
modulacin emocional.
- Se finaliza con revisin de las tcnicas y la identificacin de riesgos que permita planear y
prevenir posibles recadas. Asimismo, facilitar la generalizacin del tratamiento y uso de las tcnicas
aprendidas.
El tratamiento individual est dirigido por un psiclogo clnico, mientras que el grupal, por dos
psiclogos clnicos de diferentes gneros (Echebura, 2004). En relacin con el tema del gnero del
147
terapeuta, si el formato es grupal la mayora prefieren utilizar equipos mixtos de hombres y mujeres
ya sean los dos en rol de terapeutas o uno terapeuta y otro coterapeuta.
Otra ventaja de los grupos mixtos es facilitar la adherencia de los terapeutas en la aplicacin del
programa, el monitoreo y evaluacin del programa. Estos aspecto son importante y son destacados por
Barber y otros (2007) en relacin a la adherencia al tratamiento por parte de los terapeutas y a la
necesidad de evaluar la aplicacin del programa acorde con lo sealado por la gua de tratamiento.
Cuando se utiliza un grupo mixto de terapeuta y coterapeuta facilita las funciones de monitoreo de la
aplicacin del programa aspecto importante para garantizar que el tratamiento se realice en las
mismas condiciones.
Tambin existen posturas que sugieren que las mujeres sean tratadas por hombres, ya que pueden
darse problemas de generalizacin del maltrato y entrar en juego otras variables que puedan influir
(Alonso, 2007). Sin embargo, este planteamiento es rebatido por los estudios controlados de Kubany
y Ralston (2008), donde los terapeutas son hombres y el formato de terapia es individual y en los que
no sealan problemas por cuestiones relativas al gnero del terapeuta.
Finalmente, es posible que el apoyo mutuo, la resolucin colectiva de problemas, perspectivas
compartidas proporcionadas en un formato grupal tiene mayor ventaja que el formato individual. Sin
embargo, la posibilidad de centrarse en problemas especficos y no interrumpir el proceso teraputico
por la ausencia de los dems integrantes son aspectos a resaltar en el formato individual.
A pesar de los aspectos a favor y en contra de cada formato, se hace necesario comprobar con
estudios bien establecidos y preferiblemente aleatorizados la eficacia de cada uno de ellos, incluso
comparar diferentes arreglos al interior de cada grupo para avanzar en el estudio de las modalidades
de terapia que puedan beneficiar a cierto tipo de paciente y bajo determinadas situaciones (Friedman y
otros, 2009a)
149
Por esto es importante que el clnico tenga criterio y juicio para establecer el tipo de formato,
elegir los mdulos del tratamiento e introducir los cambios que consideren oportunos en las guas de
actuacin clnica en aras de la efectividad de su intervencin y, por ende del bienestar del paciente.
Sin embargo, tambin se debe destacar la importancia de entrenar al terapeuta en el uso de la gua
de tratamiento, fomentar la evaluacin de la adherencia durante el tratamiento, monitorear y evaluar la
adherencia del terapeuta y la seleccin adecuada de los terapeutas (Barber y otros, 2007).
151
2. PARTE EMPRICA
152
2.2 Objetivos
Evaluar la efectividad del programa de intervencin cognitivo-conductual desarrollada por
Labrador y Rincn (2002) para reducir los niveles de TEPT y sintomatologa concomitante en
mujeres colombianas vctimas de VP.
2. Evaluar el trauma en las vctimas teniendo en cuenta el modelo propuesto y las fases de
evaluacin para determinar los criterios diagnsticos del TEPT y la sintomatologa
concomitante que constituyen el trauma psicolgico en las vctimas.
3- Evaluar la efectividad del tratamiento a nivel cuantitativo a travs del clculo del
tamao del efecto en el grupo de tratamiento. Adems, la comparacin entre los dos grupos
afectados por la VP para medir la reduccin de la sintomatologa post traumtica despus del
tratamiento, teniendo en cuenta en la medicin de la efectividad los ndices de adherencia y
satisfaccin con el tratamiento.
4- Medir si la efectividad del tratamiento se mantienen a travs del tiempo por medio de
los seguimientos a uno, tres, seis y doce meses. Para comprobar si la sintomatologa se ha
reducido incluso hasta niveles sealados por la muestra del grupo sin VP.
153
2.3 Hiptesis
Para analizar los objetivos especificados previamente se propuso el contraste de las
siguientes hiptesis de trabajo:
H1: Habr una reduccin significativa de los sntomas de TEPT en el grupo de tratamiento
desde el pretratamiento al postratamiento, en las siguientes escalas:
. Reexperimentacin
. Evitacin
. Hiperactivacin
. Escala global del TEPT
H2: Habr una reduccin significativamente mayor de los sntomas del TEPT en las
mujeres del grupo de tratamiento con respecto al grupo de no tratamiento, en el
postratamiento del grupo de tratamiento y la segunda medida del grupo de no tratamiento, en
las siguientes escalas:
. Reexperimentacin
. Evitacin
. Hiperactivacin
. Escala global del TEPT
154
H6: Habr un aumento significativamente mayor en la autoestima, en el postratamiento,
del grupo de tratamiento en comparacin al grupo de no tratamiento.
155
HIPTESIS II: Si el tratamiento es efectivo, entonces:
H13: Los niveles de TEPT del grupo de tratamiento en sus mediciones post test no
presentarn diferencias significativas con las puntuaciones del grupo de no VP.
H15: Los niveles de TEPT del grupo de tratamiento en sus seguimientos a uno, tres, seis
meses y un ao no presentarn diferencias significativas con las puntuaciones en el grupo de
no VP.
2.4 Mtodo
2.4.1 Diseo
El diseo utilizado para este estudio fue un diseo cuasi experimental de tres grupos
(grupo de tratamiento [GT], grupo no tratamiento [GNT] y grupo de no VP [GNV]). El GT
con medidas repetidas (pretratamiento, postratamiento y seguimientos a un mes, tres, seis y
doce meses), el GNT con medidas repetidas (pre y post sin tratamiento) y para el GNV se
tom una sola medida que hiciera las veces de muestra normativa.
2.4.1.1 Variables
2.4.1.1.1 Variable independiente
La variable independiente es la intervencin psicolgica, esto es, el programa de
tratamiento para el trauma psicolgico (sintomatologa del TEPT, sintomatologa
concomitante - depresin, ansiedad, autoestima, inadaptacin y cogniciones postraumticas)
asociadas a la VP. Esta variable cuenta con dos niveles:
a) Aplicacin del tratamiento psicolgico y
b) No aplicacin del tratamiento psicolgico.
156
- Una puntuacin global del TEPT.
- Tres puntuaciones especficas, correspondientes a los tres criterios del TEPT:
a) Reexperimentacin (criterio B): recuerdos recurrentes e intrusivos (incluye
imgenes), sueos de carcter recurrente, actuar o sentir que el acontecimiento traumtico
est ocurriendo (flashback), malestar psicolgico y respuestas fisiolgicas que recuerdan el
acontecimiento traumtico. El diagnstico de este criterio se realiza al menos con un slo
sntoma.
b) Evitacin (criterio C): evitacin persistente a estmulos asociados al trauma y
embotamiento de la reactividad general a travs de sntomas como: evitar pensamiento,
sentimientos o conversaciones sobre el suceso traumtico, evitar actividades, lugares o
personas que motivan recuerdos del trauma, incapacidad para recordar un aspecto importante
del trauma, reduccin del inters o participacin en actividades significativas, sensacin de
desapego o enajenacin frente a los dems, restriccin de la vida afectiva y sensacin de
futuro limitado. El diagnstico se realiza con tres o ms de los siete sntomas descritos.
c) Hiperactivacin (criterio D): sntomas persistentes de aumento de la activacin
(arousal) ausentes antes del trauma. Caracterizado por la dificultad para conciliar o mantener
el sueo, irritabilidad o ataques de ira, dificultad para concentrarse, hipervigilancia,
respuestas exageradas de sobresalta. El diagnstico se realiza por lo menos con dos sntomas.
2. Sintomatologa concomitante
Trastornos psicopatolgicos:
a) Ansiedad: en cuatro niveles (ausente, leve, moderado y grave)
b) Depresin: en cuatro niveles (ausente, leve, moderado y grave)
No psicopatolgicos:
c) Autoestima: en dos niveles (bajo y alto)
157
e) Cogniciones postraumticas: una puntuacin global y tres puntuaciones especficas
sobre el mundo, s mismo y autoinculpacin.
3. Adherencia al tratamiento. Se consideraron tres ndices:
- Abandono del tratamiento: variable cualitativa nominal con dos niveles: abandono y no
abandono.
- Asistencia a sesiones: variable cuantitativa del nmero de sesiones al que han asistido las
participantes en el estudio.
- Cumplimiento de tareas: variable cuantitativa del nmero (o porcentaje) de tareas
asignadas para casa, llevadas a cabo por las participantes en el estudio.
2.4.2 Participantes
Analfabetismo: para su control se utiliz el mtodo de unificacin. Slo se tuvo en cuenta
para el tratamiento mujeres que supieran leer y escribir.
Discapacidad: para su control se pens utilizar el mtodo de eliminacin, no fue necesaria
porque no se present ningn caso.
Orientacin sexual: Unificacin slo se tendr en cuenta mujeres heterosexuales.
Las participantes son mujeres vctimas de VP en todas sus formas: fsica, psicolgica o
sexual, que cuentan con diagnstico de sintomatologa postraumtica y sintomatologa
concomitante; que conviven o no con sus parejas y que estn dispuestas a participar en todo el
tratamiento.
158
b) Haber experimentado VP.
c) Cumplir criterios DSM-IV-TR para el TEPT y presentar sintomatologa concomitante.
Criterios de exclusin
a) Tener diagnstico actual o previo de trastorno mental orgnico o psictico, segn DSM-
IV-TR.
b) Inmediata y clara posibilidad de suicidio.
c) Abuso y dependencia de alcohol y/o drogas.
d) Analfabetismo funcional en espaol.
159
mujeres de comunidad o desplazadas. Todo esto, para homogenizar las muestras al mximo
posible. Este grupo slo se evalo una vez con el fin que sirviera de referencia como muestra
normativa de la poblacin general.
Par cipantes
Abandonaron el
GT tratamiento 7
40
Vc mas de VP Abandonaron o no
102 cumplan criterios 4
GNT
Mujeres evaluadas 40
142
No vc mas de VP GNV
40 40
En relacin con los abandonos de la terapia, se puede sealar que en total abandonaron la
terapia 7 mujeres. Algunas por razones laborales (4), otras por temor a las reacciones de sus
parejas (2) y en un caso se desconoce los motivos del abandono.
Cabe destacar, que 11 mujeres a pesar de mostrar inters por la terapia no pudieron
participar por diferentes motivos (4, laborales; 3, deberes domsticos; 2, temor por la reaccin
de la pareja; y 2, razones desconocidas) y slo pudieron participar en la fase de evaluacin.
160
Aprovechando en el buen sentido de la palabra, la ptima disposicin de colaborar se les
solicit la participacin en una segunda evaluacin con la finalidad que por lo menos
participaran en el estudio como grupo control (para nuestro caso GNT) y para el grupo de
investigacin aumentar el tamao del GNT.
2.4.3.1 Entrevistas
2.4.3.1.1 Entrevista semi-estructurada para vctimas de VP (EVP) (Cceres, Labrador y
Ardila, 2009).
Esta entrevista se basa en dos fuentes: en la entrevista semi-estructurada para vctimas de
maltrato domstico de Echebura, Corral, Sarasua, Zubizarreta y Sauca (1994) citada en
Echebura y Corral, 1998) y en la entrevista de Labrador y Rincn (2002). Recoge
informacin sobre los datos sociodemogrficos de las mujeres, evala 5 dimensiones:
caractersticas sociodemogrficas y econmicas, caractersticas de las vctimas,
caractersticas del maltratador, caractersticas la relacin de pareja, caractersticas de la
violencia e informacin jurdica. Adems, la entrevista tuvo una primera versin utilizada en
el estudio de Cceres (2008) con 20 mujeres colombianas. Esta entrevista fue revisada y
algunas categora e tems fueron ajustados y comparados con la entrevista estructurada sobre
la valoracin del riesgo de violencia grave en la relacin de pareja de Echebura y otros
(2009) para facilitar sus futuras comparaciones.
La entrevista incluye preguntas sobre consumo y abuso de alcohol y drogas por esta razn
no se utiliza el cuestionario de Alcoholismo CAGE (Mayfield, McLeod y Hall, 1974 citados y
utilizados por Alonso, 2007).
2.4.3.1.3 Escala de prediccin del riesgo de violencia grave contra la pareja (EPV-R)
(Echebura, Fernndez-Montalvo y Corral, 2005; Echebura, Amor, Corral y Lpez-Goni,
2010).
162
La escala es heteroaplicada consta de 20 tems que estn distribuidos en cinco partes: I.
Datos personales, II. Situacin de la relacin de pareja, III. Tipo de violencia, IV. Perfil del
agresor y V. Vulnerabilidad de la vctima. Tiene una escala global que evala el riesgo de
violencia grave con tres niveles: bajo de 0-4, moderado de 5-9 y alto de 10-20. Cada tem
tiene una valoracin de 0 o 1. Su forma de calificacin es sencilla es sumar los puntajes
obtenidos y se contrasta a que nivel de riesgo corresponde la sumatoria general.
La fiabilidad del instrumento se puede considerar que el ndice de consistencia interna, se
obtuvo mediante el coeficiente de alfa de Cronbach de 0,71, en una muestra total de 1.081
entre agresores graves (269) y menos graves (812). Los coeficientes parciales son de 0,69 en
la submuestra de agresores graves y de 0,66 en los menos graves. En cuanto a la validez del
instrumento, la escala discrimina globalmente los agresores graves (X=9,2; DT=3,6) de los
menos graves (X=6,3; DT=3,2) en donde los agresores puntan significativamente ms alto
que los menos graves y estas diferencias son estadsticamente significativas (t=12,4;
p<0,001).
Adicionalmente, se determino la capacidad discrimitativa de cada items para diferenciar
los agresores graves de los menos graves. A pesar que todos los items tienen bueno niveles de
discriminacin los items que ms discriminan en los dos grupos son: el 8, 9, 11, 17 y 18,
quienes tiene una diferencia superior a 19,5 puntos (Echebura y otros, 2009).
Otro elemento relevante es la importancia diagnstica que posee la escala, han probado
diferentes puntos de cohorte y el sugerido es el ms recomendado para el manejo de los falsos
positivos y negativos. Las puntuaciones suponen un equilibrio entre la necesidad de detectar
adecuadamente a los maltratadores graves de los menos graves y la conveniencia de no
extender esa etiqueta a un nmero innecesario alto de hombres violentos contra la mujer, que
habiendo cometido el delito de la VP, presentan un riesgo medio o bajo de mostrar conductas
graves que puedan poner en riesgo la vida de su pareja. Adems, la escala parece eficaz (con
buenas propiedades psicomtricas) y eficiente (corta y fcil de aplicar) para valorar el riesgo
de violencia grave y poner en marcha el plan de seguridad y proteccin (Echebura y otros,
2009).
163
Adems, evala qu componentes son los ms utilizados, si las tcnicas aprendidas y
habilidades desarrolladas se aplican para situaciones conflictivas y prevenir episodios de VP y
si se utilizan en otras situaciones de la vida cotidiana como, por ejemplo, el cuidado de los
hijos, etc.
2.4.3.2 Instrumentos de autoinforme
2.4.3.2.1 Beck Depression Inventory, BDI. Inventario de Depresin de Beck (Beck,
Rusch, Shaw y Emery, 1979; versin espaola de Vzquez y Sanz, 1997).
Es un instrumento de medida muy sensible al cambio teraputico, que tiene como objetivo
identificar los sntomas depresivos y evaluar la intensidad de los mismos. No es, sin embargo,
un cuestionario diagnstico, ni sirve tampoco para llevar a cabo un diagnstico diferencial de
tipos de depresin. Para este estudio, se ha utilizado la versin autoaplicada de 21 tems
traducida al castellano y validada en Espaa por Vzquez y Sanz (1997, 1999). El contenido
de los tems est referido al estado de nimo, pesimismo, deseo suicida, abandono social,
indecisin y prdida de peso, entre otros, predominando el componente cognitivo de la
depresin sobre los fisiolgicos o conductuales.
Los tems estn estructurados en una escala tipo Likert con cuatro alternativas de respuesta
(de 0 a 3), que el sujeto debe elegir en funcin de cmo se ha sentido durante la ltima
semana. El rango del instrumento es de 0 a 63 y el punto de corte ms utilizado para
discriminar entre la poblacin sana y la poblacin aquejada de sintomatologa depresiva es de
18.
El inventario ha sido validado en poblacin espaola, mostrando buenas propiedades
psicomtricas. Presenta una fiabilidad test-retest que oscila entre 0,60 y 0,62. En el estudio de
Vzquez y Sanz (1997) con poblacin general encontraron una elevada consistencia interna
(coeficiente alfa = 0,83) y en el estudio de estos mismos autores (Vzquez y Sanz, 1999),
llevado a cabo con pacientes no hospitalizados con diversos trastornos psicopatolgicos, el
coeficiente alfa de fiabilidad fue de 0,90.
En definitiva, la versin espaola del BDI parece tener propiedades psicomtricas
aceptables, que recomiendan inicialmente su uso como instrumento de cuantificacin de la
sintomatologa depresiva (Vzquez y Sanz, 1997, 1999).
2.4.3.2.2 Beck Anxiety Inventory, BAI. Inventario de Ansiedad de Beck (Beck, Epstein,
Brown y Steer, 1988; versin espaola de Sanz y Navarro, 2003).
Este inventario tiene por objetivo ofrecer una medida fiable y vlida de ansiedad en
poblaciones psiquitricas, que discrimine de forma fiable este constructo de la depresin. Es
muy til para identificar sntomas ansiosos y cuantificar su intensidad, pero no se justifica su
uso exclusivo como instrumento diagnstico.
164
Es un instrumento de evaluacin autoaplicado, que consta de 21 tems diseados para
evaluar la sintomatologa ansiosa clnica. De los 21 tems que componen el inventario, 14 (el
66,7%) se refieren a sntomas fisiolgicos, mientras que slo 4 evalan aspectos cognitivos y
3 aspectos afectivos de la ansiedad. Por otro lado, 19 de los 21 tems (90,5%) se refieren a
sntomas caractersticos de las crisis de angustia (Alonso, 2007).
Cada uno de los tems recoge un sntoma de ansiedad, que debe ser valorado por el sujeto
en funcin del grado en que se ha visto afectado por el mismo a lo largo de la ltima semana.
Los tems estn estructurados en una escala tipo Likert que oscila de 0 (nada en absoluto) a 3
(gravemente, casi no poda soportarlo), por lo que la puntuacin total oscila de 0 a 63.
En Espaa se han publicado varias traducciones al castellano de este instrumento y ha sido
analizado en cuanto a sus propiedades psicomtricas por Sanz y Navarro (2003) en una
muestra de estudiantes universitarios espaoles. Respecto a los criterios de calidad, la
consistencia interna del BAI oscila entre 0,90 y 0,94, la correlacin tem-total entre 0,30 y
0,71 y la fiabilidad test-retest entre 0,7 y 0,93. Respecto a su validez, la correlacin del BAI
con la escala para la valoracin de la ansiedad de Hamilton (HARS) se sita en 0,51, con el
Inventario de ansiedad rasgo-estado (STAI) entre 0,47 y 0,58, con la subescala de ansiedad y
con la subescala de depresin del cuestionario de 90 sntomas revisados (SCL-90-R) es de
0,81 y 0,62, respectivamente y con el Inventario de depresin de Beck (BDI) de 0,61 (Sanz y
Navarro, 2003)
Estos resultados evidencian la utilidad de este inventario como instrumento de cribado en
la deteccin de casos de ansiedad patolgica, para evaluar el estado general del paciente o la
efectividad de un proceso teraputico, evala sintomatologa ms que el trastorno
psicopatolgico como tal (Sanz y Navarro, 2003)
165
Respecto a las propiedades psicomtricas de la escala, la fiabilidad test-retest es de 0,85
con estudiantes universitarios y la validez convergente y discriminante es asimismo
satisfactoria: 0,67 con el Nelly Repertory Test, 0,83 con el Health Self-Image Questionnaire y
0,56 con evaluaciones de autoestima del entrevistador (Zubizarreta y otros, 1994).
Este instrumento es breve y de fcil aplicacin, resulta bastante til para evaluar el nivel
de interferencia del maltrato en la autoestima de la vctima.
166
Es un instrumento de evaluacin autoaplicado, compuesto de 36 tems que representan tres
factores principales: cogniciones negativas a cerca de uno mismo, cogniciones negativas
sobre el mundo y autoculpabilizacin por lo sucedido. Los tems, estructurados en una escala
de tipo Likert, presentan siete categoras de respuesta, que oscilan de 1 (totalmente en
desacuerdo) a 7 (totalmente de acuerdo). La puntuacin global recoge la suma de estas tres
subescalas, siendo a mayor puntuacin mayor el nivel de pensamientos distorsionados.
En relacin con las caractersticas psicomtricas, tanto sus tres escalas especficas como la
escala global muestran una buena consistencia interna, con puntuaciones obtenidas mediante
el alfa de Cronbach superiores a 0,86 en todas ellas y una fiabilidad test-retest superior a 0,70
en un intervalo de una semana y superior a 0,80 en un intervalo de tres semanas (Rincn,
2003).
167
brevedad, indican que este cuestionario puede resultar de gran utilidad como medida global
de satisfaccin del cliente con el tratamiento (Alonso, 2007).
2.4.3.3.2 Registros
Para medir el comportamiento de las participantes en terapia se realizaron dos registros: un
registro de asistencia a cada una de las sesiones y un registro de cumplimiento de tareas.
2.4.3.3.3 Auto-registros
El programa de intervencin requiere una participacin activa; por lo tanto, las
participantes deben llevar a cabo tareas durante la semana para poner en prctica las tcnicas
entrenadas en cada sesin. Para facilitar y supervisar la ejecucin de dichas tareas, se han
diseado diversos auto-registros.
Auto-registro de prctica de la respiracin.
Auto-registro de actividades gratificantes.
Auto-registro de parada de pensamiento.
Auto-registro de sntomas de reexperimentacin.
Auto-registro de reevaluacin cognitiva.
Auto-registro de estilo de comunicacin asertivo.
Auto-registro de identificacin de situaciones problemticas.
Auto-registro de solucin de problemas.
Auto-registro de exposicin al relato de la situacin vivida.
Auto-registro de relato de una situacin vivida.
Auto-registro de situaciones evitadas.
168
comprende informacin, conocimientos, creencias y explicacin de ejercicios para desarrollar
habilidades para afrontar la violencia (ver apndice ) compuesto por:
Informacin sobre la VP.
Creencias sobre la VP.
Consecuencias de la violencia, sintomatologa del TEPT,
Sintomatologa concomitante (depresin, ansiedad y autoestima).
Habilidades para hacer frente a las consecuencias, se hace un resumen de las tcnicas
vistas en sesiones teraputicas, por ejemplo, pasos para el control de la respiracin, deteccin
de pensamientos, autoestima, exposicin, comunicacin asertiva, habilidades de
afrontamiento y solucin de problemas, etc.).
2.4.4 Procedimiento
2.4.4.1 Captacin de las participantes
Las participantes en esta investigacin fueron derivadas de varias fuentes: a) Fundacin
Fomentar, b) Fiscala general de la Nacin sede Girn (Santander) y c) Asociacin de
personas en situacin de desplazamiento y damnificados de Girn.
En primer lugar, se estableci el contacto con la comisara de familia, la fiscala de la
localidad y el presidente de la asociacin de personas desplazadas y damnificadas, a quienes
se les present los objetivos de esta investigacin y los compromisos con la misma, as mismo
el respaldo de la UCM y el apoyo de la Fundacin Fomentar, en dnde se iban a derivar a las
mujeres para ser atendidas en sus instalaciones.
Se organiz el equipo de trabajo compuesto por dos psiclogas de la Fundacin y por el
autor de ste estudio, se capacit al equipo en cuanto al protocolo de evaluacin y se dio una
capacitacin sobre VP, posteriormente se procedi a ofreci una conferencia de motivacin
para sensibilizar a la poblacin e iniciar la captacin de mujeres de la comunidad de
desplazados y damnificados en Girn.
169
Del contacto con la Fiscala permitieron una lista de mujeres que haban denunciado casos
de VP a quienes se les llam telefnicamente para ofrecer el servicio de atencin psicolgica,
de este procedimiento algunas mujeres interesadas iniciaron proceso de evaluacin, otras no
se interesaron y otras no fue posible ubicar en los nmeros registrados, o no contestaban o
telfono estaba de baja.
De la asociacin de personas en situacin de desplazamiento, se pudo conformar los
primeros grupos para tratamiento y algunos para el grupo de no tratamiento.
Otras fuentes de captacin fueron los grupos de madres comunitarias pertenecientes al
programa del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) y los lderes comunales
pertenecientes a la Asociacin de juntas de accin comunal de Girn (ASOJUNTAS) quienes
tambin derivaron a la Fundacin varias de las mujeres pertenecientes a sus grupos.
Con todo esto, la mejor forma de captar mujeres para el estudio fue a travs de las propias
mujeres que haban participado en el tratamiento, ellas fueron la mejor publicidad para el
tratamiento, quienes comentaban con sus familiares, amigas y vecinas, los beneficios
recibidos por el tratamiento y las motivaban para que asistieran a la Fundacin,
especficamente a beneficiarse del servicio de atencin psicolgica.
Cabe mencionar que el tratamiento duraba dos meses y la aplicacin fue escalonada en
diferentes grupos de mujeres, esto llevo un periodo aproximado de un ao para completar el
grupo de mujeres con tratamiento, esto quiere decir que no estaba todo el grupo conformado
sino se iba realizando en la medida que se iban evaluando y conformando los grupos.
170
2.4.4.2.1.1 Intervencin en crisis
Cuando la vctima de VP acude al servicio de psicologa necesita darse cuenta que puede
contar con apoyo para afrontar eficazmente su situacin, unos de las actividades importantes
en este primer contacto es ayudar a que la mujer exprese sus emociones, se sienta escuchada
y asesorada en algunas cuestiones importantes que le ofrezca estabilidad a su situacin
(Echebura y Corral, 2007; Labrador y otros, 2004; Walker y otros, 2009b).
171
I. Evaluacin de la VP, reacciones y el TEPT
Se persiguen dos objetivos, por un lado evaluar el criterio A1 del TEPT relacionado con el
evento violento, para este estudio la VP, sus caractersticas, factores de riesgo y
mantenimiento, la gravedad de la VP para lograr este objetivo se utiliza la entrevista diseada
para este estudio que consta de 76 tems divididos en cinco apartados: 1) Caractersticas de la
Mujer, 2) Caractersticas del maltratador, 3) caractersticas de la relacin de pareja, 4)
Caractersticas de la VP, e 5) Informacin jurdica (Ver apndice L). Por otro lado, evaluar el
criterio A2 en relacin a las reacciones y el TEPT para este propsito se utiliza tanto la
entrevista como la escala de evaluacin del TEPT de Echebura y otros (1997) de esta forma
se evala la sintomatologa central del trauma.
La evaluacin del primer grupo de 4 mujeres fue realizada por el autor del estudio en
compaa las dos psiclogas de la Fundacin, cada psicloga acompa dos sesiones
completas de evaluacin con 2 mujeres cada una. Posteriormente, se calificaron los
instrumentos para capacitar tanto en la aplicacin el protocolo de evaluacin y la forma de
calificacin de los instrumentos actividad que continuaran las dos psiclogas como parte de
la metodologa a llevar del ciego en la evaluacin con los grupos que iban a ser atendidos por
el terapeuta principal que fue un total de cuatro grupos (2 de seis mujeres y 2 de cuatro) las
otras 20 mujeres fueron evaluadas por las coterapeutas y la terapeuta no evaluaba el grupo a
dirigir sino el grupo acompaar, esto es, cuando una psicloga evaluaba era porque iba a ser
coterapeuta en ese grupo y cuando ejerca el rol de terapeuta no se implicaba en la evaluacin
del grupo.
2.4.4.2.3 Tratamiento
El programa de tratamiento, aplicado en modalidad grupal, consta de los siguientes
componentes: psicoeducacin, entrenamiento en relajacin, terapia cognitiva (TC) y terapia
172
de exposicin (TE), aplicados en este orden. En la siguiente tabla 13 aparecen los
componentes y las tcnicas del programa de intervencin y en la tabla 14, resumen del
tratamiento.
En la mitad de las participantes tratadas (20) el terapeuta fue el autor de este estudio y en
las otras (20) las terapeutas fueron las dos psiclogas auxiliares quienes fueron entrenadas en
el manejo de la gua de tratamiento asistiendo en calidad de coterapeutas en los dos primero
grupos dirigidos por el terapeuta principal. Cabe mencionar que estos dos primero grupos
fueron filmados con autorizacin escrita de las participantes con el fin de realizar el
entrenamiento, esto significa que el entrenamiento adems de asistir cada auxiliar de
investigacin como coterapeuta en un grupo, posteriormente en reunin de equipo se revisaba
las 8 sesiones de terapia y se retroalimentaba el proceso, se hacan recomendaciones para ser
tenidas en cuenta para los siguientes grupos. En el Apndice M, se puede consultar la gua del
tratamiento.
La duracin total del programa es de ocho sesiones, con una periodicidad semanal y una
duracin de 100 minutos cada una, excepto las dos ltimas sesiones que tienen una duracin
173
de 120 minutos. Las aplicaciones del tratamiento se realizaron entre Marzo de 2008 y Marzo
2009 y los seguimientos se hicieron de igual forma a partir de Junio de 2008 que cumpli un
mes los primeros grupos y el ltimo seguimiento correspondiente al ao despus de
terminado el tratamiento del ltimo grupo que conform toda la muestra de 40 se realiz en
Marzo de 2010.
2.4.4.2.5 Seguimientos
Los seguimientos se realizaron a un mes, tres, seis y doce meses de haber concluido el
tratamiento, fueron aplicados los mismos instrumentos que en la evaluacin postratamiento.
Se adicion la entrevista de seguimiento y recadas como informacin complementaria.
175
Lo antes apuntado seala la consistencia interna de los instrumentos en esta muestra. Los
datos sealan estabilidad y calidad psicomtrica para su uso. En general, se obtuvieron
puntuaciones bastante altos, por ejemplo, las escala del BAI (0,91) y TEPT (0,83).
Posteriormente, se describe la sintomatologa de TEPT, sintomatologa concomitante
(depresin, ansiedad, autoestima) y otras variables como calidad de vida, cogniciones
postraumticas. La evaluacin de la sintomatologa en los tres grupos permiti tener la lnea
de base para comparar los grupos y a su vez servir de medida previa antes del tratamiento.
Antes de los anlisis de efectividad de la intervencin se realiz el estudio de
homogenizaron las muestran se utiliz la prueba Chi-cuadrado de Pearson para las variables
cualitativas entre grupos incluyendo las variables de violencia compleja. Se utilizar la prueba
de contraste de Levene para las varianzas de error entre el TEPT y la sintomatologa
concomitante.
Tambin se realiz homogenizacin de las variables dependientes entre grupos con el fin
de ser tenidas en cuenta en los anlisis inferenciales. Para los anlisis inferenciales se
utilizaron ANCOVAS para la sintomatologa del TEPT y sintomatologa concomitante para la
comparacin entre grupos (tratamiento y no tratamiento) y (tratamiento y grupo de no VP).
Para el anlisis de la eficacia de la intervencin se realiz el clculo de los tamaos del
efecto en dos momentos: variables dependientes comparadas en el mismo grupo de
tratamiento antes y despus del tratamiento, y variables dependientes comparadas entre los
dos grupos tratamiento y no tratamiento en las medidas postest. Para el primer momento se
utiliza la t de student intragrupo y para el segundo momento se utiliza segunda se utiliza una
ANCOVA que asume un factor de inter-grupo (tratamiento y no tratamiento) y un factor
intra-sujeto (tiempo) con dos niveles (pretratamiento y postratamiento)
Para la evaluacin de los seguimientos se realiz evaluacin de los post y los seguimientos
(1,3,6, 12 meses) con referencia al pretest para encontrar diferencias estadsticamente
significativas se utiliza una t de student, tambin se hacen a nivel descriptivo utilizando
medias, y desviaciones estndar.
Para la efectividad del tratamiento tambin se compara el grupo de tratamiento con el
grupo de no VP, se utilizan t de student para muestran independientes, y un ANCOVA que
asume un factor de inter-grupo (tratamiento y no VP) y un factor intra-sujeto (tiempo) con
dos niveles (postratamiento y seguimientos).
Por ltimo, para analizar las expectativas de las participantes con el tratamiento, el grado
de satisfaccin con el mismo, la evaluacin de su propio cambio a lo largo de la intervencin
y las recadas y generalizacin del tratamiento se calcularon estadsticos descriptivos.
Asimismo se calcularon estadsticos descriptivos para el anlisis de la participacin en el
programa (adherencia, asistencia a sesiones y cumplimiento de tareas).
176
Finalment, se debe aclarar que para los tamaos del efecto el SPSS (18,0 versin ingls)
hace un clculo general del estadstico d de Cohen, pero para este estudio se calibraron las
medidas segn el estadstico g de Hedges en concordancia a las recomendaciones de Foa y
ticas para las investigaciones con humanos, en especial, la confidencialidad de los casos y
proteccin de datos.
Sabiendo que el tratamiento ha sido efectivo en otros pases, la prioridad fue ofrecerles a
las mujeres las ventajas de participar en la terapia. Sin embargo, no todas quisieron participar
proceso de evaluacin. En estos casos se les pidi la colaboracin que al menos contestaran
las pruebas para tener un grupo comparativo y as se conform el grupo de no tratamiento, sin
hacer ni listas de espera ni poner en una situacin de desventaja a un grupo sin tratamiento
primer grupo de mujeres, quienes autorizaron grabar las sesiones de terapia con fines
acadmicos.
mujeres lo maneja la Fundacin Fomentar en Colombia. Las bases de datos y vdeos los
custodia el investigador principal con fines de tener la informacin para futuros anlisis de
datos y publicacin.
177
3. RESULTADOS
Los resultados estn distribuidos de forma que describindose sealen las caractersticas
principales de la muestra en diferentes reas sociodemogrficas, socioeconmicas, de salud,
familia, redes de apoyo e informacin sobre la VP. As mismo se describen las caractersticas
de la relacin de pareja y del maltratador con el fin de llegar a la descripcin de la VP. El
primer apartado concluye con las caractersticas relacionadas con el trauma complejo, la
peligrosidad y los factores de riesgo para violencia grave. Adems, se describen algunos
aspectos relacionados con la situacin jurdica de la violencia.
Un segundo apartado describe la lnea de base de las consecuencias psicopatolgicas y
concomitantes al TEPT de los tres grupos. Primero se describen la similitud de las muestras
del grupo que ha sufrido violencia, esto es, el grupo de tratamiento (GT) y el grupo no
tratamiento (GNT). Seguidamente se comparan las caractersticas psicopatolgicas y
concomitantes del grupo de tratamiento con el grupo de no violencia (GNV). En este
apartado, se seala los chi-cuadrados (X2) para observar la homogenizacin de las muestras,
es decir, la similitud con el fin de controlar que no se presentarn diferencias que fueran
alterar los resultados esperados.
Posteriormente, se presentan los resultados relacionados con la efectividad del tratamiento
en cuanto a adherencia al mismo, cumplimiento de tareas y satisfaccin, y se pasa al anlisis
inferencial: en primer lugar intrasujetos para comprobar la evolucin del GT desde la
situacin anterior al tratamiento a la posterior: en segundo lugar, se comparan los dos grupos
de VP con el fin de distinguir las posibles diferencia antes y despus del tratamiento.
A continuacin, se muestra la comparacin entre el GT y el GNV para comprobar si las
puntuaciones posteriores al tratamiento se asemejan a las puntuaciones de la muestra sin
violencia tanto en el postratamiento como en los seguimientos al ao una vez finalizada la
terapia.
De igual forma, se muestra el mantenimiento de los resultados en el GT durante los
seguimientos, la reincidencia de la VP y la generalizacin del tratamiento.
Finalmente, las hiptesis se comparan con los resultados con el fin de contrastarlas.
178
3.1.1.1.1 Edad
La edad de la muestra de participantes del GT oscila entre los 31 a 40 aos. En los GNT y
GNV, la edad se encuentra en el rango menor (entre los 18 a 30 aos). El 70 % de la muestra
general se ubica entre los 18 y los 40 aos. La mayora de las mujeres se encuentran por
debajo de los 40 aos, considerndose como mujeres adultas y adultas jvenes en plena etapa
productiva.
3.1.1.1.3. Formacin
Los dos grupos de mujeres vctimas de VP son similares en cuanto a nivel formativo. El
60% de sus integrantes cuentan con educacin primaria y bachillerato, el 35% de los dos
grupos carece de estudios primarios alrededor del 35% y slo un 5%, aproximadamente, tiene
estudios tcnicos o universitarios.
Por otro lado, el GNV cuenta con un nivel de formacin ligeramente ms alto, destaca un
porcentaje menor de mujeres sin estudios primarios o primarios incompletos (10%) y niveles
ms altos de estudios universitarios o tcnicos (25%).
179
Tabla 16. Caractersticas sociodemogrficas de las mujeres
GT GNT GNV
Variable Categora n % n % n %
18-30 9 22,5 18 47,5 19 47,5
Edad 31-40 19 47,5 12 30 11 27,5
41-50 7 17,5 8 20 9 22,5
51-60 4 10 1 2,5 1 2,5
>61 1 2,5 0 0 0 0
Casada 15 37,5 8 20 14 35
Estado civil Unin de hecho 14 35 25 62,5 20 50
Separada 6 15 3 7,5 4 10
Soltera 5 12,5 4 10 0 0
Viuda 0 0 0 0 2 5
180
su labor en el hogar con otras actividades que s le reportan ingresos como, por ejemplo, la
venta de productos por catlogo, el servicio domstico por das o el cuidado de nios.
El 17% de las mujeres del GT genera ciertos ingresos, si bien no llegan al salario mnimo
en Colombia (500.000 pesos colombianos, cifra equivalente 180 euros mensuales).
El 27,5% de las mujeres del GNT y del GNV reciben ingresos por sus actividades
laborales por debajo del salario mnimo. Tan slo el 11,6% de las mujeres de los tres grupos
reciben el salario mnimo, y nicamente el 3,7% de las mujeres vctimas de VP afirma
percibir entre 2 y 3 veces dicho umbral. El 17,5% de las mujeres no afectadas por la VP
afirma percibir este nivel de remuneracin.
181
Tabla 17. Caractersticas socioeconmicas de las mujeres
GT GNT GNV
Variable Categora n % n % N %
Hogar 18 45 23 57,5 15 37,5
Actividad Vendedora 12 30 2 5 8 20
econmica Servicio domstico 6 15 7 17,5 1 2,5
Operaria de mquinas 2 5 1 2,5 6 15
Esttica y belleza 1 2,5 4 10 3 7,5
Otra 1 2,5 3 7,5 7 17,5
Independencia No 16 40 22 55 18 45
econmica Si 24 60 18 45 22 55
182
3.1.1.3.4 Ideacin suicida e intento de suicidio
En relacin con la ideacin suicida o intentos de suicidio, se encontraron diferencias
significativas en los tres grupos. El GT presenta un mayor porcentaje (52,5%) de
pensamientos e intentos de suicidio. De ese porcentaje el 25% ha intentado quitarse la vida
con veneno, el 15% mediante autolesin y un 12% de otra forma como, por ejemplo,
lanzndose a un coche. El GNT presenta un porcentaje mucho menor: 30%. De este
porcentaje, la mayora lo ha intentado con veneno (22,5%) y slo el 7,5% mediante
autolesin. El grupo que menos presenta ideacin e intento es el GNV slo dos mujeres (5%)
han intentado, una de ellas con veneno y la otra mediante autolesin.
Cabe recordar que la evaluacin se refiere a toda la vida, no a los ltimos meses.
Problemas de Ninguno 20 50 26 65 30 75
salud Digestivos 6 15 7 17,5 5 12,5
Respiratorios 2 5 3 7,5 2 5
Otros 12 30 4 10 3 7,5
Asistencia mdica No 24 60 26 65
debido a VP S 16 40 14 35
recibida
183
3.1.1.4 Caracterstica de la familia
3.1.1.4.1 Personas con quienes vive
Los ms comn en los tres grupos es la convivencia con la pareja y con los hijos propios
(41,8%). Para las mujeres que estn ya separadas, lo comn es que convivan con sus hijos.
184
Tabla 19. Caractersticas de la familia
GT GNT GNV
Variable Categora n % n % n %
Persona(s) Sola 1 2,5 0 0 0 0
con quien Pareja 3 7,5 1 2,5 1 2.5
(es) vive Pareja e hijos propios 18 45 14 35 17 42,5
Pareja e hijos no propios 4 10 6 15 7 17,5
Hijos y familia 4 10 4 10 8 20
Hijos 2 5 5 12,5 1 2,5
Familia 7 17,5 2 5 5 12,5
Pareja con hijos propios y no 1 2,5 8 20 1 2,5
GT GNT GNV
N % N % n %
Variable Categora
Relacin 1 2 3 4 5 1 2 3 4 5 1 2 3 4 5 1 2 3 4 5 1 2 3 4 5 1 2 3 4 5
Hijos (1) Ninguna 2 0 7 7 3 5 0 17,5 17,5 7,5 1 6 13 5 15 2,5 15 32,5 12,5 37,5 1 8 17 1 9 2,5 20 42,5 2,5 22,5
Madre (2) Cercana 34 21 9 19 14 85 52,5 22,5 47,5 35 36 17 12 16 11 90 42,5 30 40 27,5 38 24 11 23 19 95 60 27,5 57,5 47,5
Padre (3) Distante 3 13 20 10 16 7,5 32,5 50 25 40 1 10 7 15 6 2,5 25 17,5 37,5 15 0 7 12 15 8 0 17,5 30 37,5 20
Resto de la Conflictiv 1 6 4 4 7 2,5 15 10 10 17,5 2 7 8 4 8 5 17,5 20 10 20 1 1 0 1 4 2,5 2,5 0 2,5 10
familia(4) a
Entre padres(5)
185
3.1.1.5 Caractersticas de las redes de apoyo
3.1.1.5.1 Familia, amigos y vecinos
En relacin con las redes de apoyo de las mujeres se encontraron diferencia entre los
grupos que han sufrido VP y el GNV.
Las mujeres vctimas de VP sealan tener como redes de apoyo a sus familiares en un 46%
aproximadamente, mientras que en GNV, este porcentaje cae hasta el 27,5%. Las redes
mixtas de apoyo entre familiares, amigos y vecinos se encuentran presentes en un buen
porcentaje de mujeres de los tres grupos (grupos de VP, 30% y GNV, 37,5%).
Algunas mujeres (20%) del grupo que ha sufrido VP afirman no contar con redes de
apoyo. Si embargo el GNV sealan un porcentaje ms alto del 32,5%. Otros recursos de
apoyo recibido por las mujeres son motivar para buscar ayuda especializada y el sustento
econmico.
En el caso de volverse a presentar la VP, la mayora (68,7%) de mujeres vctimas de VP
afirma contar con personas de apoyo. Mientras el GNV tiene una percepcin de apoyo social
mucho mayor (87,5%) en caso de presentarse VP en sus relaciones. Tambin destaca que el
grupo con menor percepcin de apoyo es el GNT.
186
Tabla 21. Redes de apoyo entre los tres grupos
GT GNT GNV*
Variable Categora n % n % n %
Ninguno 13 32,5 10 25
Econmico 6 15 5 12,5
Apoyo recibido Emocional 2 5 8 20
Orientacin/asesora 11 27,5 7 17,5
Apoya a buscar ayuda 5 12,5 1 2,5
Apoya para denunciar 3 7,5 1 2,5
Econmico+emocional 0 0 8 20
3.1.2.2. Formacin
En relacin con el nivel de formacin, cabe destacar que la tendencia es hacia niveles
bajos, esto es, los maltratadores slo cuentan con estudios primario o carecen de ellos. En los
dos grupos aproximadamente la mitad de los maltratadores se encuentran en la categora de
estudios de primaria completos, incompletos o sin estudios. Un alto porcentaje de mujeres del
GT desconocen el nivel de formacin de sus parejas, en especial las que ya se han separado
de ellos.
En el GNV contra sus parejas o ex parejas, los datos de formacin se distribuyen de forma
similar entre los rangos de primaria (completa) y secundaria (completa). Sin embargo en
187
comparacin con los grupos que usan VP, su nivel de formacin es ligeramente superior: el
15% de los hombres cuentan con estudios tcnicos, mientras que en cada uno de los dos
grupos, este dato slo llega al 2,5%. En el GNV, no hay hombres carentes de estudios,
mientras que en el GT, la tasa de maltratadores sin estudios alcanza el 20%.
Asimismo, destaca que ninguna mujer afirma que sus parejas o ex parejas tengan estudios
universitarios.
188
La aportacin que el maltratador realiza al hogar, independientemente de que conviva con
su vctima o no, es heterogneo, es decir, no existe una tendencia clara. Sin embargo, cabe
destacar que en el caso del GT, casi la mitad de los maltratadores (42,5%) no aportan nada al
hogar, cifra que alcanza el 25% en el GNT y el 15% de los hombres del GNV.
En los tres grupos, el 30% de los hombres aporta la mitad o ms de la mitad de sus
ingresos econmicos. En cuanto al aporte de la totalidad de los ingresos, la proporcin es la
siguiente; GT, 25% de los casos; GNT, 45%; y GNV, 57,5%.
189
3.1.3 Caractersticas de la relacin de pareja
190
Tabla 23. Caractersticas de la relacin de pareja
GT GNT GNV
Variable Categora n % n % n %
1 ao 2 5 3 7,5 4 10
Tiempo de 1-3 aos 2 5 5 12,5 8 20
convivencia con 4-6 aos 8 20 7 17,5 5 12,5
la pareja 7-9 aos 2 5 5 12,5 6 15
10-12 5 12,5 1 2,5 4 10
>12 aos 21 52,5 19 47,5 1 27,5
1
Razones por las N/A (no tiene relacin) 11 27,5 11 27,5 1 2,5
cuales continua Hijos (as) 1 2,5 8 20 2 5
con la relacin Vivienda 1 2,5 1 2,5 2 5
Familia 0 0 1 2,5 2 5
Afecto 4 10 6 15 2 62,5
Economa 3 7,5 2 5 5 0
Hijos (as) y afecto 17 42,5 8 20 0 15
Hijos (as) y economa 3 7,5 3 7,5 6 5
2
Anteriores Ninguna 29 72,5 23 57,5
convivencias en Una 5 12,5 16 40
pareja por parte Dos 2 5 1 2,5
de la mujer >2 4 10 0 0
Ha reestablecido No 32 80 34 85
su vida en pareja S 8 20 6 15
Apoyo de la Mala 18 45 20 50 2 5
pareja Regular 15 37,5 10 25 7 17,5
Buena 6 15 9 22,5 18 47,5
Excelente 1 2,5 1 2,5 12 30
3.1.4 Caractersticas de la VP
3.1.4.1 Caractersticas del acontecimiento violento
Las caractersticas de la violencia hacen que se constituya en un evento violento que
cumpla con los parmetros determinados para generar secuelas psicopatolgicas y trauma.
192
3.1.4.1.4 Control sobre la VP
La mayora de las mujeres (70%) del GT manifiestan no tener control sobre la situacin.
Por el contrario, la mayora de las mujeres (67,5%) del GNT sealan que s tienen control
sobre la situacin.
Se ha vuelto a No 24 60 20 50
repetir S 16 40 20 50
Se sinti No 1 2,5 4 10
vulnerable S 29 97,5 36 90
Fue No 4 10 7 17,5
intencionado S 36 90 33 82,5
3.1.5 Formas de VP
Las mujeres vctimas de VP en su mayora (52,5%) sealan concurrencia de las tres
formas de VP (fsica, psicolgica y sexual). Se destaca que la forma de violencia psicolgica
es la nica forma de VP que puede darse sola, esto ocurre para el 10% de las mujeres. Sin
embargo, la violencia psicolgica suele acompaar las otras dos formas de violencia.
De una u otra forma, esto apunta a que la forma ms habitual de VP es la violencia
psicolgica, tanto sola como en combinacin con la otras dos.
193
3.1.5.1 Violencia psicolgica
La mayora de mujeres vctimas de VP (91.25%) sealan sufrir violencia psicolgica
acompaada de las otras dos forma de violencia, y el 10% de las mujeres sealan haber
sufrido slo violencia psicolgica sola. No se observa diferencias entre los dos grupos en esta
forma de VP.
Es ms, la violencia psicolgica en los dos grupos suele manifestarse en forma de
humillaciones y denigrar (36,25%) y usando intimidacin y amenazas (23,75%). Las otras
dos formas de violencia psicolgica (mostrar indiferencia y distancia, y ejerciendo control
sobre la vida de la vctima) se da en menor porcentaje.
194
Tabla 26. Formas de VP
GT GNT
Variable Categora n % n %
Formas de VP Psicolgica 4 10 3 7,5
Fsica y psicolgica 15 37,5 24 60
Psicolgica y sexual 0 0 1 2,5
Fsica, psicolgica y sexual 21 52,5 12 30
3.1.6.1 Inicio de la VP
En relacin con el inicio de la VP, existen diferencias entre los dos grupos de vctimas.
Las mujeres con tratamiento psicolgico sealan que el inicio suele estar ms relacionado con
la llegada de los hijos (35%) y con su educacin y cuidado (47,5%). Un porcentaje ms bajo
seala que la violencia comienza al inicio de la convivencia (17,5%).
Se destaca que ninguna mujer afirma que la VP se iniciara durante el noviazgo.
Por otra parte, para el GNT el inicio de la VP se da al llegar los hijos (42,5%) coincidiendo
a este respecto con el GT, pero se diferencia en que para este grupo, el porcentaje de mujeres
que sealan que la VP se inicia con la convivencia (27,5%) y en que, segn afirman, la
violencia se inicia en el noviazgo (17,5%).
Se presenta una diferencia en relacin al cuidado de los hijos, para el GNT no genera VP
mientra para el GT es la principal razn que las mujeres atribuyen como inicio de la VP.
195
3.1.6.2 Curso de la VP
3.1.6.2.1 Frecuencia de la VP
La VP es bastante frecuente en los dos grupos. Para la mayora de las mujeres (72,5%) del
GT, la VP se da o se daba entre una y varias veces por semana, incluso un 20% de las mujeres
de este grupo seala la existencia de VP a diario. La VP en el GNT es menos frecuente, un
55% de las mujeres afirman padecer VP entre una y varias veces por semana y un 7,5%
reciben VP a diario. As mismo, slo una mujer del GNT seala que la VP se present una
sola vez, algo que poco comn.
196
Tabla 27. Caracterstica de la violencia (inicio y curso)
GT GNT
Variable Categora n % n %
Inicio de la VP Desde el noviazgo 0 0 7 17,5
Al inicio de la convivencia 7 17,5 11 27,5
Al llegar los hijos (as) 14 35 17 42,5
El cuidado de hijos (as) 19 47,5 2 5
Ubicacin de la Ninguna 6 15 4 10
lesin Rostro/cabeza 17 42,5 17 42,5
Cuello/trax 7 17,5 1 2,5
Regin dorsal 1 2,5 0 0
Extremidades 6 15 9 22,5
Extremidades superiores 2 5 3 7,5
Extremidades inferiores 1 2,5 6 0
197
3.1.6.3 Ciclo de la VP
3.1.6.3.2 Estallido de la VP
En esta fase, inmediatamente despus de presentarse el episodio violento, algo ms de la
mitad de las mujeres (51%) responden a la VP refutando y con malas palabras, esto es,
usando violencia verbal. Otro aspecto similar para los dos grupos de mujeres que evitaban la
situacin (35%).
Es importante destacar que las mujeres de los dos grupos (GT, 12,5% y GNT, 15%)
tambin usan violencia fsica (golpes) y violencia psicolgica (malas palabras y refutar) de
manera concurrente.
3.1.6.3.4 Reconciliacin
En la fase de reconciliacin, lo que indicaron las mujeres con mayor frecuencia fue la
existencia de promesas de cambio (32,5%). Otra caracterstica son los periodos de cambio
(17,5%) en cada grupo.
Algunas mujeres (13,75%) despus del episodio violento siguen como si nada hubiera
pasado. Es ms, otras el 11,25% afirman que despus de la violencia mantienen relaciones
sexuales con la pareja.
En la tabla 28, se puede ver que el porcentaje de mujeres que huye del hogar es menor al
antes sealado, cabe recordar que esto se debe a la forma de preguntar, cuando es una opcin
entre otras se ve reducida que cuando se pregunta explcitamente por esta reaccin.
198
Tabla 28. Ciclo de la violencia (reacciones ante la VP)
GT GNT
Variable Categora n % n %
3.1.7.2.1 Desplazamiento
Para el grupo afectado por la VP, la mitad (52,5%) eran mujeres en situacin de
desplazamiento. En el caso de las mujeres del GNV, un 37,5% tambin haban sufrido de
desplazamiento forzoso.
Las vctimas de VP que han sufrido desplazamiento la mayora de las mujeres (85,7%)
afirman que los causantes del desplazamiento son los grupos al margen de la ley y en un
menor porcentaje (14,3%) por los propios militares.
200
El GNV en un porcentaje un menor (66,67%) sealan a los grupos al margen de la ley los
causantes del desplazamiento. Cabe resaltar que para este grupo los militares hostigan y
precipitan ms esta situacin (33,33%).
201
3.1.8 Aspectos jurdicos de la VP
Las mujeres vctimas de VP acuden a la justicia o a instituciones de proteccin cerca del
41,3%. Esta forma de buscar ayuda es ms notoria en el GT (47,5%) que en el GNT (35%).
Los motivos de las mujeres que buscan ayuda institucional o jurdica suelen ser sus deseos
de proceder a la separacin y de que sus maltratadores detengan la VP. Otros motivos son la
bsqueda de una medida que las proteja, que el maltratador pague una multa o que deje de
consumir alcohol y drogas.
El tiempo que tardan las mujeres en cursar la denuncia puede oscilar entre el mismo da
(7,5%) hasta ms de un mes (11,25%). No existe una tendencia clara en relacin al tiempo
que tardan las mujeres vctimas de VP en denunciar.
Por lo general, las mujeres que buscan ayuda afirman acudir a la comisara de familia
(24%) y un porcentaje ms bajo a los centro de bienestar familiar (5%).
El GNT lo ms usual que recibi fue la conciliacin mientras el GT fue asesoramiento
psicolgico.
No obstante, la mayora de las mujeres(81,25%) desconocen las consecuencias de
denunciar.
En la tabla 30 se puede observar ampliamente los detalles de los aspectos jurdicos, el
acceso a la justicia por parte de las mujeres y la percepcin de las ayudas que sealan las
mujeres frente a las instituciones jurdicas y al hecho de denunciar la VP.
202
Tabla 30. Aspectos jurdicos
GT GNT
Variable Categora n % n %
Acudi a la justicia No 21 52,5 26 65
S 19 47,5 14 35
204
Tabla 31. Puntuaciones escala gravedad de VP
GT GNT Media
rea tems n % n % Total
I. Personal 1. Situacin de desplazamiento. No 19 47,5 19 47,5 38 47,5
S 21 52,5 21 52,5 42 52,5
II. Situacin de 2. Separacin reciente o trmite de No 31 77,5 36 90 67 83,8
la relacin de separacin. S 9 22,5 4 10 13 16,3
pareja No 32 80 27 67,5 59 73,8
3. Acoso reciente a la vctima.
S 8 20 13 32,5 21 26,2
III: Tipo de 4. Existencia de violencia fsica No 28 70 20 50 48 60
violencia susceptible a causar lesiones. S 12 30 20 50 32 40
Reexperimentacin (0-15)
No 2 5 14 35 21 80,85
Si 38 95 26 65 5 19,15
P.Corte: 5
Evitacin (0-21)
No 4 10 20 50 24 92,40
Si 36 90 20 50 2 7,6
P. Corte:6
Hiperactivacin (0-15)
No 7 17,5 12 30 23 88,55
Si 33 82,5 28 70 3 11,45
P.Corte:4
TEPT (0-51)
No 0 0 0 0 24 92,40
Si 40 100 40 100 2 7,6
P.Corte:15
En general, los grupos afectados por la VP puntan alto en la escala del TEPT y en cada
subescala. Sin embargo, el GT tiene porcentajes ms altos que el GNT.
Por otro lado, el GNV, no es una muestra clnica sino de mujeres de la poblacin general
(normativa) y sus porcentajes son representativos en cada subescala que sirvan para conocer
que a pesar de no sufrir de VP confirman presencia de sntomas de TEPT.
Tabla 33. TEPT criterios y sntomas en los tres grupos en el pre tratamiento
Subescala/Criterios Sntomas GT(n=40) GNT(n=40) GNV(n=26)**
n* % n* % n* %
Recuerdos intrusivos 25 62,5 28 70 7 26,9
Reexperimentacin Sueos intrusivo 15 37,5 16 40 2 7,6
Flashbacks 13 32,5 21 52,5 3 11,5
Rango (0-15) Malestar psicolgico 37 92,5 25 62,5 6 23
Malestar fisiolgico 27 67,5 16 40 1 3,8
P.Corte: 5 M 8,10 7,73 2,96
D.T 2,85 3,20 3,47
Cabe destacar que la amnesia es un sntoma poco frecuente en los tres grupos tanto en el
criterio de evitacin como en toda la sintomatologa del TEPT.
La tabla 34, presenta en resumen los sntomas ms sobresalientes en cada grupo.
207
Tabla 34. Principales sntomas por criterio y grupo
Criterio GT GNT GNV
Reexperimentacin Malestar psicolgico Recuerdos intrusivos Recuerdos
(92,5%) (70%) intrusivos (26,9%)
Evitacin Evitacin conductual Futuro desolador Desapego y
(65%) (52,5%) enajenacin (15,3%)
Hiperactivacin Respuesta de Dificultad para Problemas de sueo
sobresalto (50%) concentrarse (57,5%) y respuesta de
sobresalto (7,5%)
208
El GNV el porcentaje de mujeres es mayor (82,5%), que se ubican por debajo del punto de
corte, su promedio tambin se ubica en un rango leve a moderado (13,3). A pesar de esto, el
15% de las mujeres confirman sntomas moderados y slo una mujer (2,5%) seala sntomas
graves de depresin.
Por otro lado, en relacin con la autoestima y reconociendo su importancia a pesar de no
ser un trastorno psicopatolgico, se confirma que la mayora (57,5%) de mujeres del GT
revisten problemas en la autoestima. En el caso del GNT el porcentaje es ms bajo (30%). En
general, el promedio del GT esta por debajo del punto de corte (29) mientras el GNT est por
encima, al igual que el GNV que la mayora de sus integrantes (92,5%) puntan con
autoestima alta y slo 3 mujeres (7,5%) sealan autoestima baja.
AUTOINFORME n % n % n %
BAI (0-63)
Normal (0-9) 3 7,5 4 10 16 40
Leve-moderado (10-18) 11 27,5 12 30 13 32,5
Moderado-grave (19-29) 11 27,5 10 25 7 17,5
Grave (30-63) 15 37,5 14 35 4 10
M 25,10 24,33 13,30
D.T (12,09) (13,33) (9,62)
BDI (0-63)
Ausencia (0-9) 10 25 10 25 27 67,5
Leve (10-18) 17 42,5 15 37.5 6 15
Moderado (19-29) 7 17,5 8 20 6 15
Grave (30-63) 6 15 7 17.5 1 2,5
M 16,38 18,10 8,55
(D.T) (9,22) (12,25) (9,33)
Autoestima (10-40)
Baja (0-28) 23 57,5 12
23 3057.5 3 7,5
Alta (29-40) 17 42,5 28 70 37 92,5
M 27,75 31,78 35,48
(D.T) (5,83) (5,17) (4,13)
b) Otra sintomatologa concomitante al TEPT que reviste importancia y deben ser tenidas
en cuenta son: las cogniciones postraumticas e inadaptacin.
En relacin con las cogniciones postraumticas se puede destacar que son importantes para
evaluar las creencias y cogniciones de s misma, del mundo y auto punicin como lnea de
base para ser comparadas despus del tratamiento.
En relacin con la inadaptacin, cabe recordar que esta variable slo fue considerada en
los dos grupos afectados por la VP. La inadaptacin en general de los dos grupos se ubica por
encima del punto de corte (12). Se comprueba mayor inadaptacin en el GT (19,15) para la
209
mayora de las mujeres (92,5%). Sin embargo, la mayora (70%) de las mujeres del GNT, la
inadaptacin es menor (15,7).
El GT sus integrantes se encuentran afectadas en las cinco reas de su vida. Se destaca
mayor afectacin en las rea: relacin de pareja (92,5%) y vida familiar (90%); y menor
afectacin en el rea de trabajo/estudio (70%). Sin embargo, cabe recordar que muchas de
ellas no trabaja ni tampoco estudian. Es ms, perciben que realizar labores en el hogar no es
trabajar porque no reciben paga.
De igual forma, para el GNT presentan puntuaciones altas de inadaptacin similares al GT,
sin embargo, son ligeramente menor. Las subescalas ms altas son: relacin de pareja (90%),
rea familiar (80%) y la ms baja trabajo/estudio en un 55% por las mismas razones antes
sealadas.
* La ideacin suicida e intento de suicidio: la ideacin suicida fue una variable que se
describi en el apartado de salud de las mujeres y fue el resultado de la entrevista (criterio
vida). Si se compara con el tems 9 del BDI (criterio la ltima semana) los resultados son
diferentes. En este ltimo caso, cuando el criterio es la ltima semana el porcentaje de
mujeres que sealan la ideacin suicida en bastante menor que cuando se evala con criterio
vida, por ejemplo, la mayora de mujeres (71,25%) vctimas de VP no han pensado ni
intentado suicidarse, algunas (25%) han pensado pero no intentado y piensan que no ser
capaces de hacerlo y slo una mujer (2,5%) si lo piensa y desea, adems que si pudiera lo
llegara a hacer.
El GNV presenta un porcentaje ms alto (82,5%) que no piensan en el suicidio como
alternativa para solucionar sus problemas. Sin embargo, el 15% de las mujeres lo piensan
pero no lo intentaran y destacar que de manera similar a los otros dos grupos, una sola mujer
lo llegara a hacer.
Cabe mencionar que las tres mujeres que sealaron ideacin clara de suicidio se les ofreci
asesoramiento psicolgico individual previo al tratamiento.
* Irritabilidad: teniendo en cuenta el tems 11 del BDI se comprueba que el 65% de mujeres
del GT sealan estar muy irritadas, el 55% en el GNT y el 27,5% del GNV.
Es de resaltar que para los dos grupos de mujeres vctimas de VP coinciden la
sintomatologa de irritabilidad recogidos en la escala de depresin (tems 11) y del TEPT
(subescala hiperactivacin) que por lo general, es un porcentaje alto prximo a la mitad.
Por el contrario, en el GNV los datos son diferentes entre las dos escalas: en la el BDI son
altos (27,5%) y en el TEPT (3,8%) son bajos para las 26 mujeres que respondieron esta
escala, es posible que un factor que influyera en esto es el hecho que el total de mujeres (40)
211
contestaron el autoinforme de depresin mientras en la escala del TEPT slo una parte de
ellas (26).
La irritabilidad de la mujer, es un sntoma importante porque puede facilitar que la VP se
presente de la mujer hacia el hombre (verbal o fsica) y es posible que desencadene mayor
VP, en especial del hombre hacia la mujer.
* Deseo sexual: segn lo indica las respuestas en el tems 21 del BDI, se comprob que las
mujeres afectadas por VP sealan disminuido su inters por el sexo (67,5%) y en el mismo
porcentaje pero con significado diferente, esto es, seguir interesados en las relaciones
sexuales el GNV.
Asimismo, se destaca que aproximadamente la mitad de las mujeres vctimas de VP
puntan entre tener menos y mucho menos inters por el sexo (45%). Es ms, el 22,5%
sealan haber perdido completamente el inters por el sexo. Tambin destaca que slo el 5%
de mujeres en el GNV sealan haber perdido completamente el deseo por el sexo.
* Toma de decisiones: del tems 13 del BDI, se comprueba que la mitad de las mujeres (50%)
tienen problemas para tomar decisiones.
La tabla 37, recoge algunas variables asociadas a la sintomatologa del TEPT que fueron
obtenida durante el proceso de evaluacin ya sea por la entrevista o por los instrumentos
utilizados.
212
Tabla 37. Otras variables relacionadas con la VP
GT GNT GNV
Entrevista n % n % n %
Consumo de SPA.
No 39 97,5 38 95 38 95
S 1 2,5 2 5 2 5
Ideacin suicida
No 19 47,5 28 70 38 95
S 21 52,5 12 30 2 5
BDI
* Ideacin e intentos de suicidio
- No tienen ningn pensamiento. 28 70 29 72,5 33 82,5
- A veces lo piensa pero no lo hara. 11 27,5 9 22,5 6 15
- Desearan suicidarse. 1 2,5 0 0 1 2.5
- Se suicidaran si tuviera la oportunidad. 0 0 2 5 0 0
* Irritabilidad
- No estn irritadas. 13 32,5 16 40 29 72,5
- Se molestan continuamente e irritan ms que antes. 19 52,5 22 55 11 27,5
- Nadas las irrita ni molesta. 6 15 2 5 0 0
* Patrn de sueo
- Duerme tambin como siempre. 10 25 16 40 21 52,5
- No duermen como antes. 13 32,5 14 35 14 35
- Se despierta una o varias horas antes y no pueden 17 42,5 10 25 5 12,5
volver a dormir.
* Inters por las relaciones sexuales
- El mismo inters por el sexo. 12 30 14 35 27 67,5
- Menos inters por el sexo que antes. 11 27,5 13 32,5 8 20
- Mucho menos inters por el sexo. 6 15 6 15 3 7,5
- Prdida total del inters por el sexo. 11 27,5 7 17,5 2 5
* Toma de decisiones
- Toma decisiones ms o menos igual. 20 50 16 40 26 65
- Se le hace difcil tomar decisiones. 16 40 21 52,5 12 30
- Ahora es imposible tomar decisiones. 4 10 3 7,5 2 5
214
La violencia sexual, se presenta de forma diferente en cada grupo. El GT la puntuacin es
significativamente mayor que el GNT.
De igual forma, se utiliz la prueba Chi-cuadrado para evaluar si hay diferencias en las
variables violencia compleja, en la tabla 39, se observan que la mayora de variables no
muestras diferencias estadsticamente significativas. Sin embargo, hay tres variables que
presentaron diferencias significativas entre los dos grupos con un p<0,05 las variables:
maltrato infantil (0,022), VP entre padres (0,044) y desastre natural (0,045).
Nota: *Ninguna variable present diferencias significativa teniendo en cuenta las variables
cualitativas con significacin como covariables.
216
Tabla 41. Ancova de TEPT y variables concomitantes teniendo en cuenta las variables que mostraron diferencias entre GT y GNT
Intento Apoyo Amenaza Violencia Violencia Maltrato VP padres Desastre
Suicidio Recibido Su vida Psicolgica sexual Infantil natural
Escala o subescala F sig F sig F sig F sig F sig F sig F sig F sig
217
De igual manera, se utiliz la prueba de contraste de Levene para la igualdad de las
varianzas de error. Se destaca que para las variables dependientes (los pretest del TEPT y la
sintomatologa concomitante) no presentaron diferencias estadsticamente significativas, es
decir, la varianza de error es igual a lo largo de las covariables (intento de suicidio, apoyo
recibido, violencia psicolgica y sexual, maltrato infantil, VP entre padres y desastre natural).
Violencia
- Psicolgica 1,799 0,184
- Sexual 2,696 1,5
Otra violencia
- Maltrato infantil 0,733 0,395
- VP entre padres 0,040 0,841
- Desastre natural 0,141 0,709
En relacin con la variable ideacin e intento de suicidio, cabe recordar que si se considera
los datos recogidos por la entrevista (criterio vida) hay diferencias significativas. Sin
embargo, si se tiene en cuenta los datos del BDI (criterio la ltima semana) no se encuentran
diferencias estadsticamente significativas.
En la figura 8, se seala que las puntuaciones pre tratamiento de los dos grupos (GT y
GNT) son similares, despus de hacer el anlisis de covarianzas con las variables cualitativas
que mostraron diferencias significativas. Estos datos tambin se pueden revisar de la tabla 40.
218
Figura 8 . Variables del TEPT y sintomatologa concomitante en los dos grupos
Nota: Se muestran las similitudes de la muestra en variables del TEPT y sintomatologa en:
1) reexperimentacin, 2) evitacin, 3) hiperactivacin, 4) TEPT, 5) ansiedad, 6) depresin, 7)
autoestima, 8) inadaptacin y 9) cogniciones postraumticas.
219
En esta comparacin, la mayora de variables son similares con algunas excepciones.
Destaca de forma reiterada la variable intento e ideacin suicida (0,041<0,05) al igual que la
comparacin entre los grupos anteriores (GT y GNT). El GT mayor ideacin que el GNV.
Tambin se presentan diferencias significativas en el nivel social de los dos grupos
(p=0,013). El GNV presenta un nivel social ms alto que el GT (niveles ms bajos).
Por otro lado, en otras formas de violencia se encontr diferencias estadsticamente
significativas en tres variables: presenciar violencia en la familia de origen (0,036), maltrato
infantil y la combinacin de haber sido vctima de maltrato infantil y haber presenciado VP
entre padres. El resto de variables son similares y no presentan diferencias significativas.
Las variables que tienen diferencias estadsticamente significativas en los dos grupos de
comparacin sern tenidas en cuenta para los anlisis inferenciales.
220
Tabla 45. Ancova de la sintomatologa concomitante al TEPT en los pretest con
covariables cualitativas que presentan diferencias significativas
Pretest Grupos M
(covariable) Ajustada
Variables M D.T F sig F sig
Ansiedad
GT 11,98 10,36 5,199 0,26 10,017 0,002 10,8
GNV 17,75 9,6 18,92
Depresin
GT 8,67 8,19 14,497 0,001 6,227 0,015 8,79
GNV 14,28 8,94 14,16
Autoestima
GT 35,53 3,15 13,501 0,001 11,014 0,001 36,10
GNV 32,80 5,64 32,23
Inadaptacin
GT 12,78 7,17 0,300 0,586 0,052 0,819* 12,62
GNV 11,93 8,82 12,08
Cogniciones postrauma
GT 8,15 2,49 1,664 0,201 4,678 0,034 8,06
GNV 9,75 3,34 9,84
Nota: * p<0,05 diferencias estadsticamente significativas.
221
Tabla 46. Ancova de TEPT y variables concomitantes teniendo en cuenta las variables
que mostraron diferencias entre el GT y GNV
Nivel social Intento Violencia en Maltrato VP padres y
suicidio la familia infantil maltrato
infantil
Escala o F Sig F sig F Sig F sig F Sig
subescala
Reexperimentaci 9,04 .004* .55 .46 4.97 0,03* 8,37 0,01 2,76 0,102
n *
Evitacin 0,73 0,40 0,11 0,74 0,37 0,55 0,51 0,48 1,24 0,27
Hiperactivacin 4,14 0,046 0,68 0,41 1,48 0,23 0,92 0,34 1,19 0,18
TEPT global 5,20 0,02* 0,04 0,85 2,46 0,122 2,86 0,10 2,56 0,115
Ansiedad 1,51 0,224 0,95 0,33 0,005 0,94 0,04 0,84 1,42 0,237
Depresin 3,23 0,078 1,57 22 0,063 0,803 0,76 0,39 0,60 0,442
Autoestima 6,76 0,01* 0,20 0,66 0,67 0,416 2,02 0,16 2,71 0,105
Cogniciones de s 0,49 0,49 0,01 0,93 4,57 0,04* 2,85 0,10 1,34 0,25
misma
Cogniciones del 1,48 0,23 1,23 27 2,26 0,138 0,89 0,35 2,05 0,16
mundo
Cogniciones 0,005 0,94 0,25 0,62 8,30 0,01* 6,80 0,01 0,01 0,95
autopunitivas
Cogniciones
postraumticas 0,74 0,39 0,50 0,48 6,64 0,01* 4,19 0,05 0,10 0,76
global
Nota: * p<0,05 Nivel de significacin para la diferencia entre medias.
222
En la figura 9 y en la tabla 47, es posible observar que despus del tratamiento en el grupo
de VP las puntuaciones en el TEPT y en la sintomatologa concomitante son similares a las
puntuaciones del GNV.
En la comparacin entre post tratamiento y la nica medida del GNV se resaltan algunas
diferencias unas a favor como, por ejemplo, los sntomas en ansiedad son ms bajos en el GT
que el GNV en el resto de variables estn mejores las puntuaciones en el GNV. Se espera que
con la generalizacin del tratamiento mejore la sintomatologa en los seguimientos.
Tabla 47. Prueba de Levene para = de varianzas en los criterios del TEPT y en la
sintomatologa concomitante
Prueba de Prueba t
Levene igualdad entre medias
de varianzas
n M D.T F Sig t sig de
medias
Reexperiementacin
GT 40 3,33 2,49 0,253 0,617 0,496 0,622 0,36
GNV 26 2,96 3,47
Evitacin
GT 40 3,83 3,06 0,744 0,392 2,250 0,028* 1,71
GNV 26 2,12 2,94
Hiperactivacin
GT 40 2,20 1,90 0,286 0,594 1,382 0,172 0,70
GNV 26 1,50 2,18
TEPT global
GT 40 9,18 6,27 0,069 0,794 1,469 0,147 2,60
GNV 26 6,58 8,05
Ansiedad
GT 40 11,98 10,36 0,041 0,840 0,593 0,555 1,33
GNV 40 13,30 9,62
Depresin
GT 40 8,68 8,19 1,324 0,253 0,064 0,949 0,125
GNV 40 8,55 9,33
Autoestima
GT 40 35,53 3,15 3,262 0,075 0,075 0,952 0,050
GNV 40 35,48 4,13
Cogniciones de s
misma
GT 40 1,84 0,87 1,025 0,314 3,727 0,001* 0,80
GNV 40 1,04 1,04
Cogniciones del
mundo
GT 40 4,08 1,35 7,452 0,008* 6,004** 0,001* 2,19
GNV 40 1,89 1,87
Autopunicin
GT 40 2,26 1,01 0,006 0,936 5,032 0,001* 1,20
GNV 40 1,06 1,19
Cogniciones
postraumticas
GT 40 8,15 2,49 10,140 0,002* 5,797 0,001* 4,15
GNV 40 3,99 3,78
Nota: * p<0,05 nivel de significacin de diferencias significativas.
** diferencias estadsticamente significativas se usa la t para varianzas desiguales.
223
Tabla 48. Contraste de Levene sobre igualdad de varianzas de error
de variables del TEPT y concomitantes GT y GNV
Covariables F sig
Nota: Contrasta la hiptesis nula de que la varianza de error de la variable dependiente es igual
a lo largo de todos los grupos. Teniendo en cuenta las covariables nivel social (0,38)+ intento de
suicidio (0,36)+evidencio violencia en el hogar (0,65)+maltrato infantil+maltrato infantil (0,52) y
VP entre padres (0,21). * p<0,05 Nivel de significacin para la diferencia entre varianzas.
224
3.6 Efectividad del tratamiento
GNT 44
GT 58
- Terminaron completo el tratamiento 40
- No terminaron el proceso 18
*En la fase de evaluacin 11
* En la fase de tratamiento 7
225
Tabla 50. Motivos y momentos de los abandonos del proceso
Momento del abandono n Motivos para abandonar el tratamiento
Total 18
La asistencia a las sesiones del tratamiento fue alta, la mayora de mujeres (95%)
cumplieron con las ocho sesiones de tratamiento, slo dos mujeres (5%) asistieron hasta la
sexta sesin.
Cabe mencionar que se realizaron sesiones complementarias con el fin de nivelar a las
mujeres que por fuerza mayor no podan acudir a la sesin de terapia.
A ocho mujeres se les facilit la sesin de nivelacin y en la tabla 52, se presenta la
nivelacin de cada mujer y el nmero de sesin utilizada para ello.
La nivelacin se realiz tanto individual (cuando era una sola mujer) y grupal (cuando
eran ms de dos mujeres). Asimismo, se revisaron tareas y realizaron ejercicios para poder
poner al da y retomar la sesin con su grupo original.
Se prefiri conformar grupos medianos de 4 a 6 mujeres para poder mantener los grupos y
que no se diluyeran por la posible inasistencia de algunas de sus integrantes.
226
Tabla 52. Participacin en las sesiones de terapia
Nmero de sesiones y asistencia n
Completaron las 8 sesiones de terapia 38
Sin sesin de nivelacin 30
Con sesin de nivelacin 8
Sesiones de nivelacin 1 2
2 1
3 2
5 1
6 1
8 1
Completaron hasta la sexta sesin 2
227
De igual manera, la misma situacin de VP (bsqueda de recursos, empleo, las propias
labores domsticas, etc.) afectaba el cumplimiento de las tareas.
Los principales motivos que las mujeres sealan para el incumplimiento de las tareas son:
- No me alcanza el tiempo.
- No me acorde de cmo se haca.
- No quera recordar situaciones que me causaban dolor.
- Esta semana he estado muy ocupada con los exmenes y/o tareas de los hijo.
En general, se destaca que el 35% de las mujeres cumplieron con las tareas completas en
las siete sesiones (no se incluye la primera sesin por obvia razn, que la tarea es para casa).
Cabe resaltar que la mayora de mujeres (65%) cumplieron con la mayora de tareas (6 y 7
sesiones).
Se destaca que las mujeres quedaron satisfechas con el programa de tratamiento, esto lo
confirma el promedio general (30,27) de un mximo posible de 32 puntos.
La valoracin del tratamiento fue alta en cada subescala, la subescala de calidad del
servicio es la que punta ms alto (3,98). En general, los puntajes se ubican por encima de
3,65 que es una puntuacin bastante alta (entre bueno y excelente).
La tabla 54, se presenta en detalle los resultados de la satisfaccin con el tratamiento.
Destacndose que las mujeres recomendaran el tratamiento y los servicios psicolgicos de la
Fundacin, esto se confirma en otros grupos teraputicos, en donde algunas de sus integrantes
sealan la terapia fue recomendada por alguna amiga, familiar o vecina que haba asistido a
terapia.
Asimismo, la mayora de mujeres (95%) afirman que encontraron la ayuda que estaban
buscando. En general, se confirma que las mujeres quedaron bastante (12,5%) y muy
satisfechas (87,5%).
228
Tabla 54. Satisfaccin con el tratamiento
tem de satisfaccin M D.T Nivel n %
Calidad del servicio 3,98 0,158 Bueno 1 2,5
Excelente 39 97,5
229
Cabe recordar, que estos datos se recogieron a travs de la entrevista de seguimientos un
ao despus de terminado el tratamiento. Las entrevista recoge los datos de 33 mujeres, no
fue posible con las 40 por diferentes motivos (cambio de domicilio, telfonos, datos de
contacto, por tiempo de las mujeres, etc.).
Las tcnicas ms utilizadas por las mujeres (33,3%) fueron el conjunto de tcnicas de
control de la respiracin, deteccin de pensamientos y solucin de problemas. Se destaca que
para cada opcin: la respiracin sola, la respiracin combinada con comunicacin y la
respiracin combinada con las actividades gratificantes son sealadas en el mismo porcentaje
de mujeres (18,18%) como tcnica ms empleada.
De igual manera, la mayora de mujeres (75,8%) sealan haber utilizado las tcnicas en
nuevas situaciones de conflicto o VP.
El aprendizaje de las tcnicas de la terapia no slo se ha utilizado para situaciones de
conflicto o VP sino en la educacin y cuidado de los hijos (42,42%) y en general en la vida
cotidiana (24,24%).
230
Tabla 56. Valoracin de las tcnicas aprendidas
N %
Utilizacin de las tcnicas en otras
situaciones de violencia
No 7 21,1
S 25 75,76
Otras 1 3
Otras situaciones en donde se
utilizan las tcnicas aprendidas
En la educacin de los hijos 14 42,42
En la vida cotidiana 8 24,24
Con los hijos/trabajo/barrio 7 21,1
3.6.4 Evaluacin del cambio percibido por las participantes del tratamiento
La escala del cambio percibido fue aplicada al finalizar cada sesin de terapia (a partir de
la tercera sesin). En general, se obtienen seis evaluaciones del cambio percibido.
La figura 13, destaca el incremento de la percepcin del cambio con el pasar de las
sesiones de terapia. La primera evaluacin punta 6,3 (bastante mejor) y aumenta hasta 6,9
(mucho mejor) en la ltima sesin.
La tabla 57, presenta las puntuaciones en cada una de las seis evaluaciones del cambio
percibido. Se comprueba que las mujeres perciben positivamente el cambio y que los cambios
se empiezan a percibir a partir de la tercera sesin de tratamiento. De hecho se constata que
con el pasar de las sesiones mejora la percepcin del cambio.
Asimismo, se destaca que en la tercera sesin de tratamiento, aproximadamente la
mitad de las mujeres (47,5%) sealan sentirse mucho mejor y en la octava sesin aumenta el
porcentaje de mujeres a 92,5%.
231
Figura 13. Puntuaciones de la escala de cambio percibido en el GT
232
Tabla 58. TEPT global y subescalas comparacin medidas pre y postratamiento
TEPT y subescalas M D.T Desviacin (de la t* g de
estndar (s) diferencia) pre- Cohen***
conjunta** M D.T post
Reexperimentacin
Pre 8,10 2,85 2,671 4,78 3,53 8,546* 1,7858
Postratamiento 3,33 2,49
Evitacin 3,365
Pre 9,05 3,64 5,23 3,47 9,530* 1,5503
Postratamiento 3,83 3,06
Hiperactivacin
Pre 6,00 3,04 2,532 3,80 2,92 8,232* 1,5007
Postratamiento 2,20 1,90
Escala global
Pre 23,03 6,81 6,544 13,85 7,35 11,923* 2,1164
Postratamiento 9,18 6,27
Nota: n=40 *p<0,001 Nivel de significacin para todas las variables de la diferencia entre medias.
** Desviacin estndar utilizando la frmula de g de Cohen. *** Tamao del efecto. La potencia
estadstica es 1,000 para todas las subescalas y la escala global del TEPT.
233
3.7.1.3 Tamao del efecto y potencia estadstica
Los resultados comprueban que existen diferencias estadsticamente significativas, y que
el cambio entre las medidas antes y despus del tratamiento son grandes.
Se utiliz para el tamao del efecto el estadstico g de Hudges de la familia de los
estadstico de Cohen (1988), quien plantea tamaos del efecto para las diferencias de medias
y considera bajo (0,20), medio (0,50) y alto (0,80).
Los tamaos del efecto tanto para el TEPT y sus tres criterios fueron grandes. Destaca el
ms bajo fue para hiperactivacin (1,50) y el ms alto para la escala global (2,11). As mismo,
los tamaos en las variables concomitantes fueron grandes por encima de 0,80 el ms bajo fue
para la depresin (0,90) y el ms alto para la autoestima (1,66).
En general, se constata que existen diferencias estadsticamente significativas entre las
puntuaciones pre y post tratamiento en todos los criterios y en escala global del TEPT,
asimismo que en la sintomatologa concomitante al TEPT. En la misma direccin, se presenta
una potencia bastante alta (1,000) en todas las variables dependientes, esto significa que, las
diferencias tienen una potencia suficiente para rechazar la hiptesis nula que propone que no
hay diferencias significativas entre la medicin pre y post tratamiento.
234
La subescala de evitacin destaca por persistir despus de la terapia, el sntoma de
embotamiento (22,5%). Por otra parte, tambin se destaca la mejora de la apata de las
mujeres.
Respecto a la subescala de hiperactivacin todos los sntomas mejoraron de forma similar,
ligeramente destaca del grupo de sntomas la mejora del sueo de las mujeres tratadas.
235
En el mismo sentido, la autoestima de las mujeres mejora notablemente del 42,5% mujeres
con alta autoestima antes del tratamiento aumenta al 97,5% de mujeres con autoestima alta
despus del tratamiento. No obstante, slo una mujer (2,5%) contino con autoestima baja.
Las mujeres se muestran ms adaptadas, esto se comprueba por la reduccin de los ndices
de inadaptacin. Se destaca que antes del tratamiento el 90% de mujeres sealan inadaptacin
y despus del tratamiento se redujo al 50%. Se destaca, que incluso despus del tratamiento
las subescala de pareja y familiar continan afectadas.
En relacin con las cogniciones postraumticas se presenta una reduccin entre antes y
despus del tratamiento.
Inadaptacin (0-30)
Adaptacin (0-12) 4 10 20 50 23 57.5
Inadaptacin (13-30) 36 90 20 50
M 19,15 12,78
(D.T) (6,08) (7,17)
Cogniciones postraumt
M 10,90 8,147
(D.T) (2,53) (2,49)
BDI (0-63)
Ausencia (0-9) 9 22,5 26 65
Leve (10-18) 14 35 8 20
Moderado (19-29) 11 27,5 5 12,5
Grave (30-63) 6 15 1 2,5
M 16,38 8,68
(D.T) (9,22) (8,19)
Autoestima (10-40)
Baja (0-28) 23 57,5 23 157.5 2,5
Alta (29-40) 17 42,5 39 97,5
M 27,75 35,53
(D.T) (5,83) 17 42.5 (3,15)
237
son significativos de pasar de tener el diagnstico del TEPT por encima del punto de corte
(15) a no presentar diagnstico.
Por otro lado, el GNT las puntaciones se mantienen exactamente igual (22,08), es decir,
este grupo sigue con el diagnstico de TEPT y en el mismo nivel. Destaca que el TEPT no
cambia con el paso del tiempo.
La tabla 63, presenta en resumen las puntuaciones en cada subescala y en la escala global
del TEPT. Destaca en el GT diferencias bastante grandes entre antes y despus del
tratamiento y en el GNT que las puntuaciones se mantienen exactamente iguales, no cambian
a pesar del tiempo.
3.7.2.1.1 Reexperimentacin
En el caso del criterio o subescala de reexperimentacin se destaca cambios significativos
entre antes y despus del tratamiento en el GT. Antes del tratamiento las puntuaciones en
promedio del grupo de 8,1 se ubica por encima del punto de corte (5) implicando diagnstico
de reexperimentacin. Sin embargo, despus del tratamiento el promedio 3,33 baja del punto
de corte establecido para el diagnstico del criterio. Esto seala que el tratamiento fue
efectivo para reducir la sintomatologa de reexperimentacin.
238
Por otra parte, el GNT su promedio (7,73) es igual antes y despus del tratamiento y se
ubica por encima del punto de corte, sealando que este grupo contina presentando el
diagnstico de reexperimentacin despus de la segunda medicin.
3.7.2.1.2 Evitacin
La subescala de evitacin del TEPT, presenta al igual que la reexperimentacin, cambios
significativos entre los puntuaciones antes y despus del tratamiento en el GT. Asimismo
presenta diferencias significativas entre las medidas post tratamiento de los dos grupos.
La medida pre tratamiento est por encima del punto de corte (6) sealando diagnstico en
evitacin y despus del tratamiento baja considerablemente (3,83).
De igual manera, despus de la segunda medida el GT reduce la sintomatologa hasta el
punto de no considerarse diagnstica. No obstante, el GNT sigue presentando el diagnstico
para el criterio de evitacin y destaca que se mantiene en el mismo nivel (7,93) en esta
subescala el paso del tiempo no afecta.
239
3.7.2.1.3 Hiperactivacin
El criterio de hiperactivacin mejora significativamente, al igual que los otros dos criterios
hiperactividad, destaca al igual que las otras dos subescalas del TEPT que se mantienen en las
Seguidamente de presentar las diferencias entre los dos grupos (GT y GNT) antes y
despus del tratamiento en las subescalas y escala global del TEPT. Se demostrar si esas
diferencias son estadsticamente significativas, para ello se ha utiliz una ANCOVA que
asume un factor de inter-grupo (tratamiento y no tratamiento) y un factor intra-sujeto (tiempo)
con dos niveles (pretratamiento y postratamiento).
Para controlar el efecto de aquellas variables que resultaron estadsticamente significativas
en el anlisis de homogeneidad de grupos (intento de suicidio, apoyo recibido, maltrato
infantil, violencia entre padres y desastre natural) se introdujeron como covariables en el
ANCOVA. Adems se realizaron ANOVAs de medidas repetidas en cada grupo de mujeres
para analizar el cambio experimentado entre el pre y postratamiento en cada subescala y en la
escala global del TEPT.
Tanto en los efectos de grupo*tiempo como en los efectos del tiempo (pre-post
tratamiento) todas las subescalas y la escala global presentaron diferencias estadsticamente
significativas. Esto se comprueba de dos formas, por un lado al comparar los cambios entre
pre y post en el grupo de tratamiento y por otro lado, al comparar las medidas post en los dos
grupos. Sealando que el tratamiento fue efectivo.
La tabla 64, presenta los resultados de la comparacin entre grupos, la ANCOVA revela
un efecto significativo del factor tiempo y el tipo de grupo en la puntuacin global del TEPT
240
y en las subescalas. Se comprueban diferencias estadsticamente significativas entre el GT y
el GNT en todas la sintomatologa del TEPT y subescalas.
Adems, existen buenos tamaos del efecto y una potencia estadstica bastante alta para
rechazar la hiptesis nula. Tambin se ajusta las medias de cada grupo por la covariable para
una mayor precisin de los datos.
241
significativos entre antes y despus del tratamiento. Asimismo, comparar las medidas
postratamiento de los dos grupos.
La escala global de TEPT y en las subescalas sealan diferencias estadsticamente
significativas. Destaca, los cambios en la escala global y subescalas del TEPT en el GT
mientras el GNT no se presenta cambios, quedando en el mismo nivel y con el diagnstico
clnico.
Por el contrario, se comprueba que cambios significativos y prdida del diagnstico
clnico en el GT en todas las medidas despus del tratamiento. Slo tres mujeres (7,5%)
continan con el diagnstico de TEPT y el 92,5% mejoraron con el tratamiento.
TEPT (0-51)
Sin diagnstico (0-14) 0 0 37 92.5 0 0 0 0
Con diagnstico (15-42) 40 100 3 7.5 40 100 40 100
M 23,03 9,17 22,08 22,08
(D.T) (6,81) (10,36) (9,53) (9,53)
Reexperimentacin (0-15)
M 8,10 3,33 7,73 7,73
(D.T) (2,85) (2,49) (3,20) (3,20)
Evitacin (0-21) 9,05 3,83 23 57.
7,93 7,93
M (3,64) (3,06) (4,44) (4,44)
(D.T) 17 42.5
Hiperactivacin (0-15)
M 6 2,20 6,80 6,80
(D.T) (3,04) (1,90) (3,18) (3,18)
242
En la tabla 66, se presenta el resumen general de los resultados de la sintomatologa
concomitante (ansiedad, depresin y autoestima) en los dos grupos antes y despus del
tratamiento se puede observar por niveles de gravedad de la sintomatologa en cada variable.
Las figuras 18, 19 y 20 presentan cada una de ellas la sintomatologa concomitantes. Se
comprueba diferencias entre los dos grupos antes y despus del tratamiento y en las medidas
postratamiento.
En general, existen cambios entre el pre y postratamiento de los dos grupos. Sin embargo,
las diferencias son ms significativas en el GT en comparacin al GNT. Existe una reduccin
de la sintomatologa en ansiedad y depresin mientras la autoestima seala un aumento en los
dos grupos.
BDI (0-63)
Ausencia (0-9) 9 22,5 26 65 10 25 12 30
Leve (10-18) 14 35 8 20 11 27,5 15 37,5
Moderado (19-29) 11 27,5 5 12,5 12 30 10 25
Grave (30-63) 6 15 1 2,5 7 17,5 3 7,5
M 16,38 8,68 18,10 14,28
(D.T) (9,22) (8,19) (12,67) (8,94)
Autoestima (10-40)
Baja (0-28) 23 57,5 23 1 57.52,5 12 30 8 20
Alta (29-40) 17 42,5 39 97,5 28 70 32 80
M 27,75 35,53 31,78 32,80
(D.T) (5,83) 17 42.5(3,15) (5,17) (5,64)
3.7.2.2.1 Ansiedad
La escala de ansiedad seala diferencias significativas entre antes y despus del
tratamiento del GT y en las medidas postratamiento entre los grupos.
Las dos puntuaciones antes del tratamiento son similares ubicadas en un nivel de ansiedad
moderada, por encima del punto de corte (18) para la sintomatologa diagnstica.
Despus del tratamiento las dos medidas tienden a reducirse hasta ubicarse por debajo del
punto de corte, cabe destacar que el GT se reduce tanto que se acerca al nivel de ausencia (9)
mientras el GNT reduce slo prcticamente hasta el punto de corte para el diagnstico (18).
243
Destacar que a pesar que existe cambios en los dos grupos, es ms significativo la
reduccin del GT y que la reduccin en el GNT sugiere que el paso del tiempo influye en la
sintomatologa de ansiedad.
3.7.2.2.2 Depresin
La sintomatologa depresiva se presenta de forma similar que la ansiedad. Esto es, se
reducen en los dos grupos pero de forma ms significativa en el GT.
A pesar que la puntacin antes del tratamiento es ligeramente ms elevada en el GNT que
en el GT la diferencia en ms significativa despus del tratamiento. Se comprueba que el GT
reduce su sintomatologa depresiva hasta llegar a un nivel de ausencia de sintomatologa por
debajo de 9 puntos.
El GNT presenta una disminucin que ubica al grupo en una sintomatologa leve-
moderada y demuestra que el paso del tiempo influye en la sintomatologa depresiva.
244
3.7.2.2.3 Autoestima
En relacin con la autoestima se comprueba que existen cambios significativos en el GT.
Se destaca que los cambios en el GT son ms significativos y se asume como
consecuencia del tratamiento. El GNT presenta un ligero cambio atribuido al paso del tiempo.
Adems, el GT en promedio pasa de baja autoestima (27,75) a un nivel alto de autoestima
(35,53).
Por el contrario, el GNT tienen alta autoestima antes y despus del tratamiento aumenta
ligeramente.
Figura 20. Autoestima en los dos grupos pre y post
La tabla 67, presenta otras dos variables concomitantes al TEPT que merecen atencin
y estudio, ellas son: la inadaptacin y cogniciones postraumticas. Se describen las
variables en los dos grupos antes y despus del tratamiento.
Adaptacin (0-12) 4 10 20 50 12 30 20 50
Inadaptacin (13-30) 36 90 20 50 28 70 20 50
Cogniciones postraumticas Media
S misma (1-7) 2,96 2,76 2,38 1,84
Mundo (1-7) 5 4,65 4,08 4,6
Autoinculpacin (1-7) 2,92 2,26 2,86 2,78
Global (3-21) 10,9 8,15 10,28 9,75
245
3.7.2.2.4 Inadaptacin
En relacin con la inadaptacin de las mujeres se constat en los dos grupos que antes del
tratamiento presentaban inadaptacin. El GT presentaba mayor inadaptacin (19,15) que el
GNT (16,13). Despus del tratamiento se comprueba que los dos grupos disminuyen el nivel
de inadaptacin. Esto implica que, por un lado el paso del tiempo influye en esta variable en
los dos grupos. Sin embargo, el GT disminuye ms el nivel en 6,37 puntos mientras el GNT
disminuye 4,2 puntos.
A nivel estadstico los dos grupos despus del tratamiento quedan cerca al punto de corte
(12), el GT queda por encima y el GNT queda por debajo.
246
Figura 23. Subescalas de cogniciones postraumticas en los dos grupos
Seguidamente, de presentar los resultados de los dos grupos antes y despus del
tratamiento, se ha explorado si existen diferencias inter-grupos estadsticamente significativas
en el cambio experimentado entre el pre y el postratamiento en la sintomatologa
concomitante al TEPT.
Para ello, se ha utiliz una ANCOVA que asume: un factor inter-grupo (tratamiento y no
tratamiento) y un factor intra-sujeto (tiempo) con dos niveles (pretratamiento y
postratamiento). Para controlar el efecto de aquellas variables que resultaron estadsticamente
significativas en el anlisis de homogeneidad de grupos (intento de suicidio, apoyo recibido,
maltrato infantil, violencia entre padres y desastre natural) se introdujeron como covariables
en el ANCOVA.
Adems se realizaron ANOVAs de medidas repetidas en cada grupo de mujeres para
analizar el cambio experimentado entre antes y despus del tratamiento en: la ansiedad, la
depresin, la autoestima, la inadaptacin y las cogniciones postraumticas.
En tabla 68, seala el grupo de variables concomitantes: ansiedad, depresin, autoestima y
cogniciones postraumticas que presentaron diferencias estadsticamente significativas
p<0,05 y no para la escala de inadaptacin.
247
Tabla 68. Sintomatologa concomitante GT y GNT
Pretest Grupos Tamao Potencia M
(covariable) del Ajusta
efecto da
Variables M D.T F sig F sig*
Ansiedad
GT 11,98 10,36 5,199 0,26 10,017 0,002 0,56 0,613 10,8
GNT 17,75 9,66 0,877 18,92
Depresin
GT 8,67 8,19 14,497 0,001 6,227 0,015 0,63 0,964 8,79
GNT 14,28 8,94 0,692 14,16
Autoestima
GT 35,53 3,15 13,501 0,001 11,014 0,001 0,58 0,952 36,10
GNT 32,80 5,64 0,905 32,23
Inadaptacin
GT 12,78 7,17 0,300 0,586 0,052 0,819 0,11 0,084 12,62
GNT 11,93 8,82 0,056 12,08
Cogniciones
postraumtica
GT 8,15 2,49 1,664 0,201 4,678 0,034 0,53 0,246 8,06
GNT 9,75 3,34 0,568 9,84
Nota: p<0,05 diferencias estadsticamente significativas.
249
Tambin al comparar las mujeres que perdieron el diagnstico de gravedad en depresin es
casi el mismo en los dos grupos (12,5% GT y 15% GNT).
En relacin con la autoestima destaca que se comprueba mejoras en la autoestima de los
dos grupos. Sin embargo, se seala que el GT las mejoras son mayores, como por ejemplo,
antes del tratamiento el 57,5% de mujeres afirmaban tener baja autoestima y despus del
tratamiento slo el 2,5% (una mujer) y despus del tratamiento mejoran hasta el 97,5% (22
mujeres que representan el 55%) mientras el GNT mejoran su diagnstico slo 4 mujeres
(10%)
Respecto a la inadaptacin se presenta mayor inadaptacin antes del tratamiento en el GT
que en el GNT. Sin embargo, despus del tratamiento los puntajes se igualan lo que supone
mayor mejora en el GT. Adems, en el GT se reduce la inadaptacin en un 40% y en el GNT
el 20%.
Finalmente, cabe recordar que la sintomatologa de cogniciones postraumtica no se tiene
en cuenta en este tipo de anlisis porque no presenta puntos de corte, ni diagnstico sino es
una escala comparativa, slo es tenida como una medida de referencia.
BDI (0-63)
Sin diagnstico (0-18) 23 57,5 34 85 21 52,5 27 67,5
Con diagnstico (19-63) 17 42,5 6 15 19 47,5 13 32,5
M 16,38 8,68 18,10 14,28
(D.T) (9,22) (8,19) (12,67) (8,94)
Autoestima (10-40)
Baja (0-28) 23 57.5 123 2.557.5 12 30 8 20
Alta (29-40) 17 42.5 39 97.5 28 70 32 80
M 27,75 35,53 31,78 32,80
(D.T) (5,83) 17 42.5
(3,15) (5,17) (5,64)
Inadaptacin (0-30)
Adaptacin (0-12) 4 10 20 5023 57.5
12 30 20 50
Inadaptacin (13-30) 36 90 20 50 28 70 20 50
M 19,15 12,78 16,13 11,93
(D.T) (6,08) (7,17) (8,12) (8,82)
250
3.7.3 Efectividad del tratamiento: comparacin GT y GNV
Es importante recordar que el GNV esta conformado por 26 mujeres quienes sealaron
haber sufrido otro tipo de violencias diferentes a la VP. La comparacin entre estos dos
grupos es, para el TEPT y cogniciones postraumticas 40 mujeres en el GT y 26 GNT y para
el resto de medidas la comparacin es igual de 40 en cada grupo.
3.7.3.1.1 Reexperimentacin
La subescala de reexperimentacin seala que las puntuaciones de los dos grupos se
igualan entre el post tratamiento y el primer seguimiento al mes. Seguidamente, la
sintomatologa disminuye y al ao la puntuacin (1,45) alcanza a reducirse a ms de la mitad
de la puntuacin obtenida en el post tratamiento (3,33).
251
Figura 25. Reexperimentacin en los dos grupos: GT y GNV
3.7.3.1.2 Evitacin
La subescala de evitacin en el GT tiende a disminuir hasta apenas alcanzar la puntuacin
del GNV al ao de seguimiento. Se comprueba que las mujeres integrantes del GNV
presentan niveles bastante bajos de evitacin y, por el contrario, las mujeres afectadas por VP
sealan antes del tratamiento una sintomatologa alta en evitacin de 9,5.
Sin embargo, se comprueba que con el tratamiento se mejora significativamente la
sintomatologa en esta subescala del TEPT y a pesar que necesite tiempo para ir mejorando.
En otras palabras, la sintomatologa de evitacin se reduce pero no se reduce tan rpido como
los sntomas de reexperimentacin.
3.7.3.1.3 Hiperactivacin
El criterio de hiperactivacin seala que el GNV presenta una sintomatologa bastante baja
(1,50) y que el GT despus de un ao de seguimiento no logra igualar al GNV. A pesar de
esto, se presenta una tendencia a la reduccin de los sntomas de hiperactivacin muy por
debajo del punto de corte para el diagnstico y que el puntaje despus de un ao es bastante
bajo.
252
Figura 27. Hiperactivacin en los dos grupos: GT y GNV
Evitacin
GNV 2,12 3,38 3,63 3,55 2,88 2,23
Hiperactivacin
GNV 1,50 2,20 2,55 2,10 2,30 1,73
Nota: El GNV tiene una sola medida porque es la criterio de comparacin para ver si los cambios en
el GT mejoran y se igualan con este grupo de muestra normativa.
La tabla 71, seala la comparacin entre el GT y GNV, se utiliz una ANCOVA para la
comparacin. En general, todas las comparaciones no presentan diferencias estadsticamente
significativas a un nivel del 99% de confianza.
253
Tabla 71. Ancova para la comparacin entre post GT y GNV
M D. T F Sig Sig
TEPT y subescalas
Reexperimentacin Postest 3,33 2,49 0,253 0,617 0,496 0,622
GNV 1 mes 2,30 2,31 1,032 0,314 -0,931 0,355
M=2,96 D.T=3,47 3 meses 1,80 2,30 2,868 0,095 -1,638 0,106
6 meses 2,13 2,72 0,883 0,351 -1,094 0,278
12 meses 1,45 1,87 4,757 0,033 -2,297 0,025
254
3.7.3.2 Efectividad del tratamiento en las sintomatologa concomitante al TEPT
3.7.3.2.1 Ansiedad
La figura 28, presenta la tendencia a la reduccin de los sntomas de ansiedad en el GT. Se
destaca que desde la primer medida despus del tratamiento el puntaje del GT ha alcanzado y
superado la puntuacin del GNV.
Cabe recordar, que superar o mejorar para este estudio es reducir la sintomatologa
psicopatolgica y concomitante y mejorar la autoestima.
Las mujeres del GNV presentan un nivel de ansiedad leve a moderada mientras el GT
entre el primero y tercer mes de seguimientos se ubican en un nivel de ausencia de
sintomatologa (por debajo de 9). La mejora es notable incluso en el ao de seguimiento la
puntuacin es bastante ms baja que el GNV.
La diferencia es grande entre los grupos, en este caso a favor del GT demostrando que el
tratamiento fue efectivo para reducir la ansiedad.
3.7.3.2.2 Depresin
La figura 29, seala que la sintomatologa depresiva en los dos grupos es similar en la
primera medida postratamiento. Las puntuaciones se igualan y mejoran entre el
postratamiento y el primer mes de seguimiento y de ah en adelante siguen mejorando los
sntomas depresivos en el GT.
En general, se destaca que los dos grupos se ubican por debajo de 9 puntos, esto significa
ausencia de sintomatologa depresiva.
255
Figura 29. Depresin en los dos grupos: GT y GNV
3.7.3.2.3 Autoestima
Respecto a la autoestima se puede destacar que desde la medida postratamiento las
mujeres del GT igualan y mejoran la puntuacin las mujeres del GNV. Posteriormente, la
autoestima de las mujeres del GT tienden a subir hasta ubicarse en un nivel bastante alto
(36,67). Tambin es importante, sealar que las medidas de los dos grupos se ubican en
autoestima alta.
256
Figura 31. Cogniciones postraumticas en los dos grupos
257
Figura 33. Cogniciones postraumticas acerca del mundo
258
Tabla 72. Sintomatologa concomitante al TEPT en los dos grupos
Grupo de tratamiento postratamiento y seguimientos
259
Tabla 73. Ancova concomitantes comparacin GT y GNV
260
3.7.4 Mantenimiento de los resultados del tratamiento. Medidas postratamiento y
seguimientos
TEPT n % n % n % n % n % n %
B
No 2 5 32 80 34 85 37 92,5 35 87,5 37 92,5
S 38 95 8 20 6 15 3 7,5 5 12,5 3 7,5
M 8,10 3,33 2,30 1,80 2.13 1,45
C
No 4 10 31 77.5 32 80 33 82,5 34 85 35 87,5
S 36 90 9 22.5 8 20 7 17,5 6 15 5 12,5
M 9,50 3,83 3,63 3,55 2,88 2,23
D
No 7 17,5 27 67,5 30 75 34 85 32 80 33 82,5
S 33 82,5 13 32,5 10 25 6 15 8 20 7 17,5
M 6,0 2,20 2,55 2,10 2,30 1,73
La Figura 35, resume las puntuaciones en la escala global del TEPT y se confirma el
mantenimiento de los efectos de tratamiento en los seguimientos a uno, tres, seis y doce
meses. La tendencia de la escala es a seguir reduciendo la sintomatologa despus del
tratamiento. Incluso llega a estar por debajo del GNV (6,58) y muy por debajo del punto de
corte (15) para el diagnstico de TEPT.
261
Figura 35. TEPT pre tratamiento, post tratamiento y seguimientos
En relacin con los tres criterios del TEPT (B, C y D), en general, se comprueba una
reduccin de todas las subescalas. Los cambios en el postratamiento se mantienen incluso
tienden a seguir mejorando con el tiempo al ao de seguimiento, cada sintomatologa se ha
reducido considerablemente por debajo del punto de corte para el diagnstico en cada una de
ellas.
7 6,63
6
6
Medias
5
3,83
4 3,55
3,33
2,88
3 2,55
2,22 2,3 2,11 2,13 2,3 2,23
1,8 1,73
2 1,45
0
pre post 1 3 6 12
Reexperimentacin 8,1 3,33 2,3 1,8 2,13 1,45
Evitacion 9,05 3,83 6,63 3,55 2,88 2,23
Hiperactivacin 6 2,22 2,55 2,11 2,3 1,73
263
3.7.4.2 Mantenimiento de los resultados del tratamiento en sintomatologa
concomitante
264
Tabla 76. Sintomatologa concomitante pre, postratamiento y seguimientos
Pretest Postest 1 mes 3 meses 6 meses 12 meses
Variable n % n % n % n % n % n %
Ansiedad
Normal 3 7,5 20 50 15 37,5 25 62,5 28 70 29 72,5
(0-9)
Leve-moderado 11 27,5 10 25 16 40 12 30 5 12,5 7 17,5
(10-18) 11 27.5
Moderado-grave 11 27,5 8 20 5 12,5 2 5 5 12,5 4 10
(19-29) 11 27.5
Grave 15 37,5 2 5 4 10 1 2,5 2 5 0 0
(30-63)
Depresin
Ausencia 9 22,5 26 65 27 67,5 31 77,5 33 82,5 32 80
(0-9)
Leve-moderado 14 35 8 20 10 25 6 15 5 12,5 3 7,5
(10-16) 11 27.5
Moderado-grave 11 27,5 5 12,5 2 5 2 5 2 5 5 12,5
(17-29) 11 27.5
Grave 6 15 1 2,5 1 2,5 1 2,5 1 2,5 0 0
(30-63)
Autoestima
Baja 23 57,5 1 2.5 1 2,5 3 7.5 1 2.5 0 0
(0-28) 23 57.5
Alta 17 42,5 39 97,5 39 97,5 37 92,5 39 97,5 40 100
(29-40)
Inadaptacin
Adaptacin 4 10 20 50 31 77,5 32 80 29 72.5 30 75
(0-12)
Inadaptacin 36 90 20 50 9 22,5 8 20 11 27.5 10 25
(13-30)
Cogniciones
Postraumticas M M M M M M
Media
Total 10,90 8,15 8,24 7,78 7,84 7,34
(3-21)
265
En la tabla 77, seala que las medias se van reduciendo en la sintomatologa de ansiedad y
autoestima a lo largo del tiempo se ha analizado teniendo en cuenta al GT. Para ello, se ha
llevado a cabo la prueba de t para muestras relacionadas en cada una de las escalas
concomitantes en cada uno de los seguimientos un mes, tres, seis y doce meses.
Se destaca que las diferencias son estadsticamente significativas p<0,01 entre las medidas
pre tratamiento y la medida post tratamiento, y entre la medida pre y los seguimientos.
Tambin se comprueban que las diferencias en las medidas post tratamiento y seguimientos
respecto al pretest son amplias y que con el paso del tiempo las diferencias son mayores.
Por otra parte, en relacin con la inadaptacin de las mujeres destaca que en la medida
postratamiento an no logra alcanzar el punto de corte (12) ubicndose ligeramente arriba.
Sin embargo, en los seguimientos logra disminuir llegando a niveles bajos en la escala de
inadaptacin, esto conlleva a que con el tiempo las mujeres se muestran ms adaptadas.
266
Figura 38. Seguimientos de la escala de inadaptacin y cogniciones postraumticas
25
19,15
20
15 12,78
Medias
10,9
10 8,15 8,57 8,24 7,84
7,35 7,78 6,95 7,25 7,34
0
pre post 1 3 6 12
Inadaptacin 19,15 12,78 8,57 7,35 6,95 7,25
Cogniciones
10,9 8,15 8,24 7,78 7,84 7,34
Postraumticas
La figura 38, presenta que las cogniciones postraumticas tienden a bajar con el paso del
tiempo, desde la medida post tratamiento hasta el ltimo seguimiento. Despus del ao de
seguimiento logra reducirse hasta 7,34.
En relacin con las cogniciones postraumticas, se destaca que en las cogniciones acerca
de s misma se presenta un cambio notorio entre antes y despus del tratamiento y en los
seguimientos, esta subescala se comporta de manera diferente al resto de subescalas de
cogniciones postraumticas y, en general a toda la sintomatologa postraumtica. Los
seguimientos tienen un ligero aumento e incluso al ao de seguimiento no hay reduccin
significativa como ocurre en el resto de escalas.
Por el contrario, las otras dos subescalas acerca del mundo y autopunicin sus
puntuaciones postratamiento se redujeron considerablemente. Adems, se comprueban que
267
los cambios se mantienen y mejoran con el tiempo, esto es, se reducen las cogniciones
postraumticas en estas subescalas.
Tambin se ha analizado el cambio experimentado en la sintomatologa concomitante, en
relacin con la inadaptacin y las cogniciones postraumticas a lo largo del tiempo. Para ello,
se ha llevado a cabo la prueba t para muestras relacionadas en cada una de las escalas y en la
escala concomitantes en cada uno de los seguimientos un mes, tres, seis y doce meses.
As mismo, en la tabla 78, se presenta las medias destacando una tendencia a la reduccin
en cada sub escala.
Se resalta que las diferencias son estadsticamente significativas p<0,01 entre las medidas
pre tratamiento y la medida post tratamiento y entre la medida pre y los seguimientos.
Tambin se observa que las diferencias en las medidas pos tratamiento y seguimientos
respecto al pretest son amplias y que con el paso del tiempo las diferencias se mantienen y en
la mayora de casos aumenta, con excepcin de la subescala de cogniciones postraumticas
acerca de s misma.
268
fueron expuesto en los apartados correspondientes a los seguimientos y a la valoracin de los
componentes del programa.
En primer lugar, se destaca que ms de la mitad de las mujeres (57,6%) continan con la
pareja, el 39,4% se separaron y una sola mujer se encuentra en trmites de divorcio.
En cuanto a las recadas para la VP la mayora de las mujeres (57,6%) sealan que haber
vuelto a sufrir de una u otra forma VP. La violencia psicolgica (48,5%) es la ms frecuente,
le sigue la combinacin entre violencia psicolgica y fsica (6,1%) y una mujer (3%) afirma
haber sufrido violencia fsica.
Tambin destaca que el 42,4% de mujeres despus un ao no ha vuelvo a reincidir
ninguna forma de VP.
Por otro lado, de las 19 mujeres que han vuelto a sufrir VP la mayora (57,6%) han sido
maltratadas por el mismo maltratador (84,21%) y el resto por parte de una pareja nueva
(15,79%).
269
Este ltimo dato se debe destacar porque significa que a pesar de haber terminado una
relacin de pareja violenta y haber pasado por un tratamiento psicolgico cinco mujeres
vuelven a presentarse la VP en una pareja nueva.
La figura 43, seala la frecuencia con la que se ha vuelto a presentar la VP. Destaca que la
mayora (63,16%) de mujeres han sido maltratadas en ms de cinco oportunidades.
Asimismo, el 5,3% una vez, el 21,05% entre dos y tres veces y otro 10,5% de cuatro a cinco
veces (6,1%).
La figura 44, presenta los motivos que las mujeres sealan para que la VP vuelva a repetir.
Se destaca que: l no han cambiado 31,58% y los celos 17,24%.
270
Figura 44. Atribucin de las razones por las que se repite la VP
La figura 45, destaca que la mayora de veces (84,21%) que se volva a presentar la VP era
en presencia de los hijos. Otra caracterstica de la VP cuando es crnica y coincidiendo que e
maltratador es el mismo, cuando el maltratador es la pareja nueva coincide con el hecho que
la VP no se realiza en presencia de los hijos, este sucedi para el 15,7% (3 mujeres).
Otra caracterstica que sealan las mujeres, aproximadamente la mitad (45,5%) es la falta
de expresin afectiva por parte de la pareja.
271
Respecto a la posibilidad de tener los medios econmicos para seguir adelante sin
depender de su pareja o ex pareja, la mayora de mujeres (54,5%) sealan no tener ingresos
econmicos y por tanto dependen de ellos.
Finalmente, la mayora de mujeres (93,9%) sealan que el conflicto de pareja era posible
resolverlo de otra forma sin necesidad de volver a utilizar la VP y por tal razn, la mayora de
ellas utiliz algunas de las tcnicas del programa para evitar o al menos reducir la posibilidad
de nuevos episodios de VP.
272
Figura 48. COMPROBACIN DE HIPTESIS
Se comprueba que
I Si el tratamiento es efec vo entonces
1. Los sntomas del TEPT significativamente se
Los sntomas del TEPT significativamente se reduce en reexperimentacin, evitacin e hiperactivacin
en reexperimentacin, evitacin e hiperactivacin 2. Los sntomas concomitantes al TEPT se
significativamente en ansiedad, depresin,
Los sntomas concomitantes al TEPT significativamente inadaptacin y cogniciones postraumitca.
se reducen en ansiedad y depresin, cogniciones
postraumticas e inadaptacin 3. La autoestima aumenta significativamente
273
COMPROBACIN DE HIPTESIS (con nuacin)
Se comprueba que
IV Si el tratamiento es efec vo entonces
No se encontraron diferencias estadsticamente significativas entre grupos.
Los sntomas del TEPT sern SIMILARES en Las puntuaciones se igualan en los seguimientos as:
reexperimentacin, evitacin e hiperactivacin - Escala global del TEPT: entre el 6 y 12 mes.
- Reexperimentacin: entre post y 1 mes. hiperactivacin : entre 6 y 12
mes.
Los sntomas concomitantes al TEPT SIMILARES
en ansiedad, depresin y autoestima - Depresin: entre el post y el 1 mes. - Autoestima: 1 y 3 mes
Las puntuaciones que no se alcanzan a igualar fueron: evitacin y
cognicones postraumticas (a pesar de su significativa reduccin)
Los sntomas concomitantes al TEPT SIMILARES La ansiedad en el post ya se ha igualado y mejorado la medida, incluso
en cogniciones postraumticas en los seguimiento mejora tanto que ya se diferencian significativamente a
favor que el tratamiento fue tan efectivo para reducir la ansiedad.
Inter-grupo
seguimientos y en los seguimientos a 1, 3, 6 y 12 meses en el GT en comparacin con el GNV
post
274
4. DISCUSIN
275
constituyen factor de riesgo para la VP. Las mujeres se caracterizan por tener entre 31 y 40
aos, de bajo nivel social, econmico, cultural y formativo, que convive con su pareja y si
trabaja lo hace en condiciones precarias. Cabe destacar que la mayora de mujeres (80%) se
encuentran casadas o conviviendo en pareja de hecho, y slo el 20% estn separadas o en
trmites de separacin.
Estos datos concuerdan con los datos de estudios menos recientes en Espaa (Echebura y
otros,1996; Zubizarreta y otros, 1994). Los estudios ms recientes muestran porcentajes ms
altos de mujeres separadas por ejemplo, Alonso (2007), Arinero (2006), Echebura y otros
(2009) este cambio es posible atribuir a los avances en polticas, leyes y entidades de apoyo a
las vctimas de VP conllevando a que la mujer busque ms ayuda y decida separarse del
maltratador.
No se encontr consumo de alcohol y drogas ni edades tempranas de las mujeres en contra
a lo propuesto por Seedat y otros (2011). Sin embargo, si se comprueba en las mujeres
problemas internalizantes como ansiedad y en menor medida depresin. Esto en misma
direccin de Kessler y otros (2005) y Seedat y otros (2011).
El miedo y ansiedad fue el nico factor diferencial de riesgo encontrado en las
caractersticas de las mujeres maltratadas, el resto de caractersticas son similares a los
estudios sobre VP de Alonso (2007), Arinero (2006), Crespo y Arinero (2010), Echebura
(2009), Echebura y otros (1996). Incluso un riesgo que est asociado a la VP pero no se ha
encontrado suficiente soporte emprico es la percepcin de peligro y amenaza que para este
grupo fue bastante bajo un 6% mucho menor que el estudio de Echebura y otros (2009).
Por el contrario, en los maltratadores si se constataron factores de riesgo para la VP. A
continuacin se presentarn en orden de importancia de forma coherente con los estudios
meta analticos sobre factores de riesgo de Schumacher y otros (2001), Stith y otros (2004b).
En primer lugar, el consumo de alcohol y drogas fue sealado en un 46,2% por las mujeres
vctimas de VP, dato recogido por la escala de gravedad de violencia y en un 35% por la
entrevista, estos datos van en la misma direccin con los estudios de Dutton y Golant (1997),
Echebura (2004), Echebura y otros (2009), Riggs y otros (2009), Snow y otros (2006),
Stewart (2003). los estudios mdicos de Kyriacou y otros (1999), estudios policiales y
judiciales sobre alcohol y arrestos de Holder y otros (2009).
En segundo lugar, la ira y hostilidad fueron factores de riesgo que se reflejaron en las
demostraciones de conductas de crueldad y falta de arrepentimiento en un 36,3% y en un
37,5% en el historial de conductas violentas de los maltratadores contra otras personas. Estos
niveles de riesgo son datos reiteradamente encontrado en los estudios sobre maltratadores
como los estudios de Echebura y otros (2009) y Riggs y otros (2009).
276
En tercer lugar, los celos fueron otro factor de riesgo constatado (52,5%) siendo este
porcentaje el ms alto dentro de lo recogido por la escala de gravedad de violencia en pareja
en relacin al perfil del maltratador, dato que se asemeja al perfil del maltratador menos
violento propuesto en el estudio de Echebura y otros (2009).
Por otra parte, hay que sealar que los datos fueron obtenidos indirectamente a travs de
las vctimas conllevando a la limitacin de la evaluacin indirecta de los maltratadores. Esta
situacin conllev a no ser posible evaluar la depresin como factor de riesgo, aspecto que si
han encontrado los estudios sobre factores de riesgo.
As mismo, no se evaluaron factores de personalidad violenta del maltratador, por no ser
inters del estudio y por no tener acceso a la evaluacin directa con ellos, algo que si es
posible en los estudios de Dutton (2006), Echebura y otros (2009) y Hamberger y
Holtzworth-Munroe (2009).
Al igual que en las mujeres y a pesar que son ms concluyentes los estudios con los
hombres no se demostrado empricamente que los factores socio demogrficos sean
predictores de VP, sin embargo, es importante destacar algunas caractersticas que destacan.
Los maltratadores son hombres adultos con edades comprendidas entre los 41 y 50 aos,
mayores son que sus parejas o ex parejas y de menor nivel educativo (primaria y sin estudio)
que stas. Adems, tienen ingresos econmicos bajos (57,5%), incluso algunos no reciben
ingresos por estar en situacin de desempleo (10%). Estas caractersticas concuerdan con la
mayora de estudio como por ejemplo, Echebura y otros (2009) y Holt y otros (2003); si bien
difieren en la edad de los maltratadores del estudio de Friday y otros (2006). Las
caractersticas encontradas concuerdan con la tipologa de maltratadores de alto riesgo de
nivel cuatro propuestas por Amor y otros (2009) y Echebura y otros (2009).
En relacin a los factores de riesgos comunes entre mujeres y hombres hay dos factores
encontrados: las actitudes de tolerancia de la VP y las creencias tradicionales sobre los roles
de gnero. El primero considerado con un alto nivel de prediccin para la VP y el segundo
con un nivel medio de prediccin segn los estudios meta analticos.
La tolerancia de la VP se presenta en el tiempo que llevan las mujeres padeciendo VP, lo
ms usual es llevar ms de 12 aos a pesar que la frecuencia de la VP sea de 1 a 3 veces por
semana (62,8%) incluso a diario (13%). Los datos apuntados son similares a los de los
estudios de muestras espaolas y mexicanas de Alonso (2007), Amor y otros (2001), Arinero
(2006), Echebura y Corral (1998), Echebura y otros (2009), Labrador y otros (2004),
Labrador y otros (2010), Zubizarreta y otros (1994) pero no con los estudios norteamericanos
que sealan una tolerancia ms baja de la VP alrededor de los dos aos.
277
Esta situacin puede estar relacionada a las dinmicas familiares como, por ejemplo, que
los hijos salgan del hogar cuando adolescentes, y a los resultados de haber invertido recursos
econmicos, humanos y fsicos para hacer frente al problema.
Esta primera razn, estara relacionada con uno de los motivos que afirman las mujeres
para seguir en la relacin de pareja violenta que es por el bienestar de los hijos que a pesar de
ser mayores de edad siguen viviendo con los padres cosa que no pasa en la sociedad
norteamericana.
El componente afectivo o dependencia afectiva en este caso sera un factor de tolerancia
de la violencia no slo el afecto hacia sus hijos sino tambin hacia su pareja (31,3%). En la
misma direccin que Harding y otros (2009).
En cuando al segundo factor de riesgo comn, el aprendizaje de un rol dentro de la
relacin de pareja puede influir en su perpetuacin, por una parte la mayora de mujeres
presenciaron violencia en sus familias de origen. Esto coincide con las propuestas de Alonso
(2007) y Echebura y Corral, (1998).
El rol de vctima o de rol de gnero tradicional, se puede relacionar con la presencia de
violencia en la familia de origen que para las mujeres vctimas de VP (70%) fue mayor que
las mujeres no vctimas (52,5%), tambin se puede observar el mantenimiento de un rol de
vctima al encontrar que el 25% de mujeres maltratadas haban sido maltratadas en relaciones
de parejas anteriores. Estos datos son mucho ms elevados que el estudio de Alonso (2007).
El contexto social y procesos de socializacin en donde priman modelos machistas, es
fcil que se mantengan los roles tradicionales de gnero, por ejemplo, en este estudio se
encontr que los hombres son los que trabajan y la mayora de mujeres se ocupan de las
labores domsticas. En la misma direccin que Akar y otros (2010), Bargai y otros (2007) y
Carreo (2010).
Un factor que puede facilitar o predisponer a la VP y a estresores familiares, son las
actividades extra laborales que realizan los hombres, en el contexto colombiano se encontr
que es habitual que el hombre tras la jornada laboral se vaya con los compaeros y amigos a
jugar billar, bolo criollo (similar bolo americano pero la bola de hierro) y tejo que son
actividades muy populares en Colombia, en donde se facilita el consumo de alcohol,
comentarios machistas, refuerzo de la perpetracin de la VP y sumisin de la mujer que es de
suponer que est en el hogar con sus tareas domsticas.
Adems, estas actividades sociales facilita la infidelidad por el tipo de mujeres que
trabajan en esos establecimientos de diversin y tiempo libre para los hombres. Los datos de
este estudio en relacin con la infidelidad seala que el 52,5% de las mujeres afirman que sus
parejas o ex parejas son infieles.
278
Estas actividades adems de socializar y perpetuar los roles de gnero tradicional pueden
facilitar otros factores de riesgo para la VP, por parte de los hombres consumo de alcohol y/o
drogas, infidelidad, llegar tarde a casa y disminuir los ingresos familiares, por parte de las
mujeres miedo esperando que el hombre llegue al hogar en estado de embriaguez a pelear.
Esta bsqueda de nuevas sensaciones y riesgo esta acorde con las propuestas de
Esta situacin esta relacionada con la insatisfaccin marital, que es principal factor de
riesgo encontrado en la relacin con alto grado de prediccin de VP. Es fcil que la mujer se
sienta insatisfecha por ver como su pareja, llega tarde al hogar, no comparte tiempo libre,
gasta el dinero en esas actividades extra laborales con amigos y en ocasiones con otras
mujeres propiciando episodios de infidelidad que es aceptada socialmente para los hombres
no el caso de las mujeres.
Al comparar los grupos con y sin VP se constat diferencias en las relaciones de pareja en
especial en la comunicacin, la toma de decisiones, el apoyo por parte de la pareja, la
expresin del afecto y las actividades que se realizan fuera del hogar.
Elementos deteriorados en los grupos de VP pero no deteriorados en el GNV, por el
contrario estn altamente satisfecho en sus relaciones de pareja. Es ms, esta satisfaccin en
la relacin de pareja sealada por el grupo de mujeres no vctimas de VP resaltan la
importancia que stos factores tienen para prevenir la VP a su vez podran servir como factor
de proteccin para la convivencia adecuada en pareja y en la familia.
Destaca que no expresar afecto ni realizar actividades fuera del hogar son elementos que
pueden favorecer la violencia psicolgica, al reforzar dos de sus caractersticas, ignorar los
sentimientos de las mujeres y favorecer el aislamiento.
La insatisfaccin de pareja es un riesgo para la VP muy importante al igual que lo
sealado por Riggs y otros (2009), Schumacher y otros (2001), Stith y otros (2004).
En relacin con los factores de riesgo que tienen la propia VP los de mayor prediccin son
la violencia psicolgica y sexual. En este estudio se comprueban estos dos riesgos
En este estudio se encontr que la mayora de mujeres (97,5%) sealan haber sido
vctimas de violencia psicolgica, y violencia sexual casi la mitad (46,5%).
Asimismo, se comprueba que la violencia psicolgica acompaa a las otras dos formas de
violencia y es la nica forma que se seala sin concurrir con las otras dos (8,75%). Estos
datos sobre violencia psicolgica y sexual son similares al estudio de Alonso (2006).
Un tercer factor de riesgo con nivel moderado de prediccin de VP es la historia de VP,
como se seal en el apartado de aprendizaje del rol de vctima, de las mujeres vctimas de
VP el 25% han sido maltratadas en relaciones anteriores. Este dato es el doble de lo
encontrado en el estudio de Alonso (2007). Tambin se puede observar en los seguimientos
de las mujeres que algunas que volvieron a ser maltratadas la mayora fue de forma
279
psicolgica y que un 12,1% vuelve a sufrir VP por una pareja nueva, esto significa que a
pesar de haber recibido tratamiento psicolgico esto no garantiza que la VP se detenga ya sea
con la pareja anterior o futuras parejas, lo que hace necesario pensar en la importancia de
trabajar sobre estos factores proximales de riesgo antes sealados.
Por otra parte, en relacin con los factores distales para la VP cabe recordar que a pesar
que no hay evidencia emprica dentro de estos factores como buenos predictores de VP se
pueden hacer algunos comentarios respecto a la familia y a la sociedad. Estos dos factores son
importantes porque pueden influir de forma directa en los factores proximales antes
mencionados.
Presenciar violencia familiar no parecer ser exclusivo de las mujeres vctimas de VP sino
tambin esta presente casi en la mitad (52,5%) de las mujeres que no han vivido VP. Sin
embargo, las mujeres afectadas por la VP un porcentaje mayor (70%) han vivido o
presenciado violencia familiar.
Estos datos van en la misma direccin de las propuestas de Alonso (2007), Fernndez y
Garca (2007) y no concuerdan con los de Zubizarreta y otros (1994).
En la misma direccin, los modelos violentos en la familia no son factores de riesgo para
la VP esto se pudo constatar en el grupo de mujeres que no han sido vctimas de VP que a
pesar que casi la mitad de ellas (52,5%) haban tenido modelos familiares violentos y haban
sufrido violencia familiar no son vctimas de VP. Este hallazgo va en la misma direccin de lo
propuesto por Riggs y otros (2009), Schumacher y otros (2001), Stith y otros (2004b), y
contradice las propuestas sobre violencia intergeneracional, esto es, que la VP se transmite de
generacin en generacin.
No obstante, en lugar que la VP se vea afectada por la violencia en la familia de origen, la
VP si puede afectar la violencia familiar actual. Por ejemplo, en el GNV no presenta violencia
de los hijos hacia la madre mientras en los dos grupos vctimas de VP (GT 22,5% y GNT
15%) si se encontr este tipo de violencia familiar. Este porcentaje de mujeres maltratadas por
sus hijos es menor a lo propuesto en el estudio de Klein y otros (2007).
Quiz, se deba en parte a las creencias y actitudes tradicionales de respeto que an se
guarda en el contexto colombiano y por las buenas relaciones que tienen las madres con sus
hijos. ste dato se constata en la entrevista, las mujeres sealan tener buenas relaciones con
sus hijos en un 87,5% y slo en el extremo de malas relaciones est un 3,8% que sealan que
las relaciones son conflictivas.
Otra forma de violencia sealada en la familia fue el abuso sexual en la infancia, que tal
como se constat, suele perpetrarse por familiares o amigos de la familia. Los efectos del
abuso sexual en la infancia podra desencadenarse cuando las mujeres VP son vctimas de
violencia sexual por parte de su pareja. Un aspecto que debera considerarse como factor de
280
insatisfaccin en la relacin de pareja. Los datos son similares tanto para vctimas (15%)
como no vctimas de VP (17,5%).
Por lo general, la mayora de las mujeres viven con sus parejas e hijos, ya sean propios o
de relaciones anteriores. Las mujeres separadas o divorciadas viven con sus hijos o solas, y
pocas lo hacen con la familia de origen. Las mujeres sealan que la familia es la red de apoyo
que tienen. La relacin con la madre es buena mientras con el padre no. En cualquier caso,
hay algunas mujeres que sealan no disponer de apoyo social (31,25%) porcentaje alto en
comparacin al GNV (12,5%).
Las formas de apoyo que reciben de familiares, amigos o vecinos motivan a las mujeres a
denunciar, y buscar asesoramiento jurdico o psicolgico combinado con apoyo emocional y
econmico. Por un lado, les proporcionan apoyo moral y fuerza para tomar decisiones, y por
otro lado, recursos econmicos que muchas mujeres necesitan dada su situacin de
dependencia econmica, pobreza y desamparo al que estn expuestas. Estos datos son
similares a las propuestas de Beeble, y otros (2009), Bell y otros (2008) y Briere y Scott
(2006).
En relacin con otros factores sociales, se resalta la presencia de diferencias sociales en las
caractersticas de las vctimas en comparacin con estudios de pases desarrollados como
Espaa y Estados Unidos, en donde el nivel social de las participantes es ms alto (medio o
medio-alto), cuentan con mayores estudios (incluso universitarios o de formacin
profesional), y donde existen ayudas sociales y menos pobreza en el pas, conllevando a que
las vctimas afronten su situacin y tomen decisiones con mayores alternativas y dispongan
de mayores recursos.
Desafortunadamente, el contexto colombiano se caracteriza por la escasez de recursos
institucionales, sociales y comunitarios para la atencin de las vctimas. El apoyo institucional
es relativamente escaso reflejado en la falta de polticas claras, ley de difcil implantacin,
pocas comunidades cuentan con casas de acogida, lugares de atencin integral o especializada
tanto para las mujeres como para sus hijos.
En sta misma direccin, este estudio constat que la mayora de mujeres (75%) no
cuentan con conocimientos bsicos sobre la VP, no hay informacin escrita, ni campaas
televisivas o que sensibilicen a la poblacin sobre el problema. Se desconocen los
mecanismos legales de proteccin, las rutas de atencin, etc. Estos aspectos requieren de
inversin social que en la actualidad no entra en las prioridades de las agendas de los
gobernantes y encargados de las polticas sociales y pblicas.
Los datos apuntados podran estar influyendo en la denuncia y bsqueda de apoyo de las
vctimas, al aislamiento, percepcin de vulnerabilidad y la tolerancia de la VP. En contra a lo
reseado en estudios de pases ms desarrollados.
281
Ms an, la poca disponibilidad de recursos del pas influyen en las condiciones de vida de
sus habitantes, en donde factores como pobreza, desempleo, escasas posibilidades de
formacin y educacin forman parte del perfil socio demogrfico de las caractersticas de las
participantes de este estudio y de los maltratadores. Se constata nivel social cultural bajo,
educativo, con una vida laboral inestable con periodos de desempleo y empleos mal
remunerados. Similar a los estudios de Riggs y otros (2009), Schumacher y otros (2001), Stith
y otros (2004b).
Este ltimo factor social la vida laboral y estrs es el nico factor de riesgo potente dentro
de los factores distales que se ha visto relacionado con la VP. Esto se comprueba al comparar
los grupos en relacin a la estabilidad laboral, son ms estables (50%) las parejas del GNV
mientras son menos estables (27,5%) el grupo de maltratadores.
Tambin se destaca que el desempleo se presenta en los dos grupos en un porcentaje bajo,
un poco mayor en el grupo de vctimas (12,5%) que el GNV (7,5%) tanto por presentarse en
los dos grupos como por su bajo nivel se podra afirmar que no es un factor de riesgo para la
VP, similar a lo propuesto por Schumacher y otros (2001), Stith y otros (2004b) y en contra
de lo propuesto por Echebura (2004).
En todo caso, el desempleo y las condiciones socios econmicos adversos pueden
funcionar como factor de estrs familiar pero no necesariamente conlleven a la VP.
Por otra parte, las redes sociales en grupos sociales menos favorecidos se caracteriza por
fomentar las relaciones interpersonales y vnculos entre vecinos incluso a llegar a
emparentarse entre ellos. El tipo de vivienda facilita la proximidad entre vecinos, la
permanencia en el mismo lugar es prologada esto favorece la creacin de vnculos y redes de
apoyo.
Las nuevas parejas tratan de establecerse cerca del hogar de origen de la mujer esto
facilita que en caso de encontrar trabajos espordicos como: ventas de productos por catlogo,
servicio domstico, confecciones y en productos textiles, la mujer pueda hacerlo porque la
madre de ella puede encargarse del cuidado de los hijos. Adems, las mujeres que han sufrido
VP saben que cuentan con personas de apoyo en caso de que sta vuelva a aparecer. Un
apoyo que llega al 75% en los grupos de violencia, frente al 60% del GNV.
Por otra parte, es de reconocer que el contexto colombiano se ha caracterizado por la
violencia socio poltica reflejada en un conflicto armado que lleva varias dcadas dejando a su
paso vctimas directas e indirectas. En este estudio, la mitad de la poblacin vctima de VP
sufre la situacin de desplazamiento y un porcentaje inferior (37,5%) en el GNV.
El principal motivo de desplazamiento que sealan las mujeres son las amenazas y
hostigamientos por grupos irregulares. Un bajo porcentaje llega a afirmar que dichas
amenazas y hostigamientos tambin provienen de los propios grupos militares.
282
Otra forma de violencia dentro del contexto fue un desastre natural que aconteci en la
localidad (inundacin por el desbordamiento del principal ro de la regin) produjo numerosas
muertes y damnificados, as como afectados por la ola invernal. Muchas personas se vieron
obligadas a vivir en la calle, corriendo el riesgo de sufrir nuevas inundaciones, as como a
reubicarse en lugares hacinados en condiciones de absoluta miseria. Este tipo de violencia fue
ms comn para los grupos de vctimas de VP (27,5%) que el GNV (10%).
La victimizacin compleja se constat en este estudio, esta condicin podra aumentar la
vulnerabilidad de las vctimas, en la misma direccin de lo propuesto por Lary y Garca-
Moreno (2009).
En relacin con el ciclo de la VP se destaca que inicia en momentos crticos de la relacin
de pareja. Los datos para el grupo de tratamiento sealan que la VP inicia por la crianza de los
hijos (47%), mientra el GNT por el nacimiento de los hijos (42,5%).
Estos perodos de vulnerabilidad aumenta los estresores en la pareja que al ser manejados
de manera inadecuada pueden conducir a los primeros episodios de VP. Si estos eventos se
producen secuencialmente como, por ejemplo, iniciar la convivencia, llegada de los hijos y
aspectos de la crianza de los hijos, es posible que la VP se de en forma de escalada, iniciando
por violencia sutil y avanzando a violencia ms grave en la medida que se avanza en la
relacin y surgen nuevas situaciones conflictivas.
El inicio de la VP es importante tanto en el tratamiento como para la prevencin. En
muchos casos al iniciar la convivencia suele coincidir con el embarazo de la mujer, ya sea
porque esta situacin haya precipitado la convivencia o porque la convivencia facilita el
embarazo, conllevando a un perodo de vulnerabilidad para la pareja, especialmente para la
mujer y su futuro bebe. Esto en la misma direccin de los estudios de la OMS y de Ellberg y
Heise, (2005), Lawrence y Weisss, (2004), Walker (1994), Zubizarreta y otros (1994). Es
ms, en este estudio algunas mujeres sealan haber perdido el beb o que el parto se
precipitara debido a VP.
Por el contrario, no se constat que la VP inicie en el noviazgo, slo se da en un pequeo
porcentaje y slo en el grupo de no tratamiento (17,5%). Estos datos en contra a los estudios
de Alonso (2007), Echebura y otros (1997) y Gonzlez y Santana, (2001).
En relacin con la escalada de VP, se sealan diferencias significativas en los dos grupos
vctimas de VP. La mayora de mujeres del grupo de tratamiento percibe la escalada de la VP
(62,5%) que va de violencia leve a ms grave mientras el grupo de no tratamiento slo un
37,5% percibe la escala de VP. Estas diferencias probablemente se pueda atribuir a otras
caracterstica de la VP, por ejemplo, que la VP es violenta y amenaza la vida, estas
caractersticas fueron ms frecuentes en las vctimas del grupo de tratamiento que el grupo de
no tratamiento.
283
Durante la fase de acumulacin de la tensin, las mujeres del GT manifiestan ms sus
desacuerdos y se enfrentan ms a los maltratadores (97,5%), en comparacin a las mujeres del
GNT (37,5%). Con estos datos se puede evidenciar que las mujeres del grupo se enfrentan
ms y las mujeres del GNT tienden ms a evitar.
El GT se caracteriza por enfrentarse al maltratador resolviendo ms rpido la situacin y
acortando esta fase de acumulacin de tensin mientras el GNT acumulan ms tensin. Las
mujeres que se enfrentan ms podran acumular menos estrs debido a que resuelven ms
rpido la situacin, si bien tambin pueden favorecer la aparicin de ms violencia.
En cualquier caso, esta actitud de afrontamiento activo puede relacionarse con el hecho de
que busquen apoyo ms rpidamente y que las mujeres perciban fcilmente la escalada de
violencia reduciendo, por tanto, los riesgos y la vulnerabilidad, mientras que las mujeres del
GNT son ms vulnerables al no identificar/afrontar la situacin, no buscan ayuda, por
ejemplo, no participar en el tratamiento psicolgico.
En cuanto a la fase de explosin, las mujeres que responden al estallido de violencia
suelen hacerlo de tres formas: agresiones verbales (insultos, improperios), muestras de
rechazo y golpes.
Las mujeres del GT sealan utilizar ms las agresiones verbales, y en algunos casos
golpes, mientras que las del grupo de no tratamiento, discuten o muestran su rechazo.
Nuevamente se constata que las mujeres del GT tienden a enfrentar ms y las del GNT evitar.
As mismo, se comprob presencia de violencia fsica de la mujer hacia el hombre. En un
porcentaje mayor (12,5%) en el GT y menor (5%) en el GNT. Estos datos comprueban que la
violencia no es nicamente del hombre hacia la mujer, y que la mujer no slo utiliza violencia
psicolgica o verbal, sino tambin la fsica. Estos datos coinciden con algunos estudios
revisados por Jose y OLeary (2009). El porcentaje de violencia fsica de la mujer hacia el
hombre es bastante menor que el sealado por Brown (2006) sobre la prevalencia de este tipo
de violencia en Estados Unidos.
La violencia fsica de la mujer hacia su pareja o ex pareja suele darse en respuesta a
estresores, por ejemplo, sentirse humilladas por las infidelidades, sentirse al lmite y cansadas
despus de tolerar por tanto tiempo la VP, conductas de nimo que les trasmiten las personas
de apoyo para que reaccionen. Estos datos en la misma direccin de las propuestas de
Hirigoyen (2005); Rosen, y otros, (2005) y Schechter, (1987).
Ms an, la violencia de la mujer hacia su pareja o ex pareja puede ser el resultado de
algunos sntomas de hiperactivacin, irritabilidad, ira u hostilidad que facilita que la mujer
reaccione con violencia y pueda a su vez generar mayor VP por parte del maltratador.
Aspectos que van en la misma direccin de Echebura y otros (2009), Kendall-Tackett
(2009).
284
No obstante, se debe reconocer que no todas las mujeres reaccionan violentamente. En este
estudio el 35% de las vctimas evitan el enfrentamiento.
Siguiendo con el modelo del ciclo de la VP, en la fase de reconciliacin suelen darse
promesas de cambio (32,5%), tambin breves periodos de cambio (17,5%) o, que la pareja
siga la vida como si no hubiera pasado nada (17,5%). Una menor proporcin de mujeres
mantienen relaciones sexuales como forma de reconciliacin (6%), si bien puede ser una
forma de riesgo para la violencia sexual.
Los datos apuntados estn en la misma direccin que los estudios de Dutton y Golant
(1997), Echebura y Corral (1998), Labrador y otros (2004), Walker y otros (2009a).
En esta fase aparecen dos aspectos importantes que acompaan al TEPT, la rumiacin de
pensamientos y sentimientos de confusin. Estas dos caractersticas conllevan al
procesamiento cognitivo inadecuado sobre la VP sirviendo como mantenedor y precipitante al
mismo tiempo de nuevos episodios de violencia y en la cronificacin del TEPT. Aspectos que
van en la misma direccin de Ehlers y Clark (2000), Ehlers y otros (2005), Feeny y otros,
2010, y Foa y otros (2007, 2010).
285
Respecto a la topografa de la respuesta violenta, se puede resaltar que es intensa (grave) y
frecuente (la violencia grave tiende a repetirse casi en la mitad de las mujeres), por supuesto
las formas de violencia menos graves se dan diariamente.
La frecuencia de la VP, es elevada. Un alto porcentaje de mujeres (63,75%) sufren
violencia al menos una vez por semana, y de ese porcentaje al menos un 13,75% diariamente.
La VP es pues, un problema cotidiano y una amenaza permanente. Datos similares a los
del estudio de Alonso (2007) y Arinero (2006).
La duracin de la violencia se percibe como breve, el episodio pasa rpidamente. Esto
coincide con lo sealado por Labrador y otros (2004) y Walker (2009).
El episodio violento se considera intencional, la violencia no se justifica, y tampoco se
piensa que el maltratador no tenga la culpa ni la intencin de cometer la violencia, por el
contrario, las mujeres sealan que los maltratadores son conscientes de lo que hacen.
En este estudio el 90% de las mujeres no justifica la violencia. Slo un porcentaje bajo lo
atribuye al alcohol, estrs, etc., y son ms bien escasas las mujeres que llegan a pensar que es
culpa suya. Estos en contra de lo sugerido por Echebura, (2004), Garca y otros, (2006) y
Echebura y Corral (1998).
En relacin con la violencia fsica, se constat que los lugares ms afectados por las
lesiones fsicas son la cara y el cuello. En muchas ocasiones, la violencia verbal de las
mujeres, por ejemplo, gritos, improperios, etc. desencadena, por parte del maltratador,
intentos para silenciar estas reacciones mediante golpe(s) en la cara, tomando por el pelo o
cuello. Estos datos en la misma direccin a los estudios sobre lesiones personales del
INMLCF (Forero, 2009).
Es comn que el maltratador establezca contacto visual con la vctima, ver el sufrimiento y
las reacciones de temor hacen que el maltratador aprenda cmo hacer dao. Esto tambin
hace que la vctima guarde el recuerdo de expresin de la cara del maltratador, favoreciendo
el almacenamiento de memorias traumticas.
La violencia fsica va acompaada de amenazas y otras formas de violencia psicolgica.
Ms an, en ocasiones cuando cesa la violencia fsica y psicolgica, pueden darse episodios
de violencia sexual. Tras, el estallido de la VP el maltratador exige tener relaciones sexuales
sin importar los sentimientos de la vctima ni su rechazo y por el contrario la mujer se siente
obligada a aceptar la situacin por miedo a desencadenar otro episodio de VP.
Adems, en comn que la VP se realice combinando diferentes formas de violencia. La
mayora de las mujeres (82,5%) sealan concurrencia de al menos dos formas de violencia, lo
ms frecuente para el GT es la concurrencia de las tres formas de violencia al mismo tiempo
(fsica, psicolgica y sexual) en un 52,5% y para el grupo que no particip en el tratamiento,
lo ms frecuente es la concurrencia de violencia fsica y psicolgica (60%).
286
La VP por su caracterstica de ser crnica y llevar mucho tiempo es posible que lo ms
habitual es la concurrencia de las tres formas de violencia, esto conlleva a inferir que las
mujeres estn expuestas a las formas ms violentas y perjudiciales para la salud de la mujer.
Esto en la misma direccin de lo propuesto por Ehrensaft y otros (2004).
Un aspecto que sobresale, es que la violencia psicolgica es la nica forma de violencia
que no concurre con otra (10%) y que acompaa las otras dos formas de violencia, fsica y
sexual. Estos datos concuerdan con los planteamientos de Labrador y otros (2004), Macmillan
y Kruttschnitt (2004).
Las conductas ms comunes de violencia psicolgica son: humillaciones, trato denigrante,
intimidacin y las amenazas (60% en los dos grupos). Se destaca que para el grupo de
tratamiento las mujeres sealan ser ms ignoradas y controladas, y que reciben un trato
distante por parte de sus maltratadores.
En relacin con la violencia fsica, las formas ms usadas fueron los golpes (solos)
(21,3%)y la combinacin de golpes con y sin uso de objetos o armas (90% de los casos).
Estos datos son similares a los estudios de Alonso (2007) y Arinero (2006) y son mucho ms
alto que los estudios de la OMS (2004), claro es diferentes las tasas de muestras clnicas a los
estudios comunitarios. Los primeros son especficos con vctimas y los otros es con
poblacin general.
La violencia sexual es mayor en el GT (60%), frente al de GNT (32,5%). Las mujeres
vctimas de VP sufren en un 45% aproximadamente violencia sexual. Caracterstica que va en
la misma direccin de lo propuesto por Browne y otros (1999), Farrington y Painter (1998) y
Walker (2009) y bastante ms alto que los estudios referidos por Walker y otros (2009a) para
la poblacin colombiana. Al igual son datos ms altos comparados con estudios OMS (2004)
con poblacin general.
Las formas ms frecuentes de violencia sexual son: relaciones sexuales sin consentimiento
y humillaciones respecto a su capacidad sexual.
Reconociendo que la VP se presenta en forma de espiral o escalada, es importante
describir algunos factores de riesgo para la gravedad de la violencia acorde con las propuestas
de Echebura y otros (2009) y que complementan a los ya expuestos en el apartado de riesgo
para la VP. Se pueden observar en la figura 49.
287
Figura 49. FACTORES DE RIESGOPARA LA VP GRAVE
La mayora de mujeres perciben que son vulnerables a la VP, por mo vos afec vos (pareja o ex pareja e hijos)
ms que por mo vos econmicos. En relacin con el estudio de Echebura y otros (2009) la percepcin es ms alta
Y los mo vos estn en la misma direccin que Harding y Helweg-Larsen (2009).
La percepcin de riesgo de muerte fue baja (6%) al igual que re rar la denuncia (7.5%). Estos riesgos son inferiores
a los sealados por Echebura y otros (2009).
El 48.8% de las mujeres sealan que los maltratadores tratan de jus ficar la VP. Esto similar a lo propuesto por
RIESGOS Echebura y otros (2009) para los casos de maltratadores ms graves.
PERSONALES Los antecedentes de enfermedad mental con abandonos de tratamientos psiquitricos o psicolgicos de los
maltratadores no aplica al contexto colombiano. La poblacin general de hombres y mujeres no suelen u lizar los
servicios de psicologa y psiquiatra.
El desplazamiento por conflicto armado (52.5%) homologable con la condicin de inmigrante del estudios de
Echeburay otros (2009) Este factor puede aumentar la vulnerabilidad de las personas acorde con lo propuesto por
Lary y Garca-Moreno (2009)
* La violencia sica el 87.5% es suscep ble de causar lesiones (entrevista) y el 40% (escala de gravedad).
Esta diferencia puede obedecer a la forma de preguntar en los dos instrumentos, reafirmando la propuesta de
evaluar conductas especficas en lugar de conceptos genricos, esto en concordancia con el estudio de la OMS (2006).
El 57.5% de violencia sica se da en presencia de hijos u otros familiares.
El aumento la violencia sica en el l mo mes es del 35% (entrevista) y el 17.5% (escala de gravedad).
RIESGO POR
* La violencia psicolgica el 15% sealan amenazas graves de muerte o de VP grave, el 25% sealan amenazas con
EL TIPO DE VP
objetos peligrosos o con armas y un 30% intencin clara de causar lesiones graves o muy graves.
Los datos son similares a los de Echebura y otros (2009) y difieren los estudios de Campbell y otros (2003.
* La violencia sexual el 46.2% (entrevista) y el 17.5% (escala de gravedad). Estos datos en la misma direccin de Jose y
OLeary (2009) y ligeramente superior al estudios de Echebura y otros (2009)
288
ejercicios psicoeducativos sobre las consecuencias y estrategias de evitacin y escape ante los
riesgos de VP grave.
Por otra parte, se comprob que las mujeres que slo haban experimentado VP sin
otros formas de violencia slo fue el 29,2% frente a la mayora de mujeres (70,8%) que
adems de experimentar VP haban sufrido violencia familiar y extrafamiliar. El grupo ms
afectado por violencia compleja fue el GT (82,5%) frente al GNT (65%). Estos datos acorde
con las propuestas de clasificacin del trauma segn Terr (1991).
Las mujeres vctimas de VP presentan ndices de violencia compleja superiores al GNV
Esto supone que ser vctimas en la infancia y sufrir violencia familiar es un factor de
vulnerabilidad para la VP, propuesta que va en el mismo sentido de lo sealado por Herrera
(2006).
En general, se puede concluir que la VP tiende a ser de tipo II, esto es, recurrente, cclica y
en escalada o espiral creciente, siendo frecuente que la mujer experimente mltiples formas
de violencia, en la lnea de lo encontrado por Alonso (2007), Macmillan y Kruttschnitt
(2004), Walker y otros (2009a). La VP presenta niveles altos de revictimizacin a la misma
VP y tambin a otras formas de violencia lo que se ha denominado como victimizacin
potenciadora de otras violencias (Herrera, 2006)
4.1.1.3 Consecuentes de la VP
En cuanto a las reacciones de las mujeres, despus del estallido de la VP reaccionan de
forma similar a las personas cuando se enfrentan a una situacin de peligro. Se pueden quedar
quietas (no hacer nada), enfrentarse (refutar y usar cualquier forma de violencia) o escapar de
la situacin.
Algunas reacciones despus de la VP fueron, por ejemplo, llorar, dejar de hablar e ignorar
a los maltratadores de manera temporal y, en un porcentaje bajo, amenazar con dejar el hogar
o denunciar la VP. Es ms, algunas buscan apoyo en familiares, amigos y vecinos, incluso
algunas huyen del hogar.
La mayora de las mujeres (62,5%) sealan haber huido de sus hogares en su gran
mayora entre uno y tres veces. Datos similares a Alonso (2007).
Con todo, las mujeres han aprendido algunas habilidades para afrontar la VP, por
ejemplo, enviar a los hijos temprano a la cama, tener la comida a tiempo, despertarse a la hora
que llegue la pareja, no contestar, ni mirar de cierto modo, tener comportamientos sumisos o
aqullos que han aprendido que reducen la violencia, diciendo esto lo hablamos maana,
tienes toda la razn, etc.
La eficacia de estas formas de afrontar la situacin depender de lo deteriorada que est la
relacin, la etapa del ciclo de la violencia y el tiempo de convivencia.
289
Obviamente son soluciones que en parte pueden protegerlas, pero que tambin deterioran
de forma importante la vida de las mujeres.
Acudir en busca de ayuda jurdica, proteccin y salud es de suma importancia para las
mujeres vctimas de VP pero, en realidad, no todas lo hacen. Aproximadamente la mitad de
las mujeres del GT acudieron a la Justicia o a entidades de proteccin, mientras que el GNT
lo hace en un porcentaje inferior 35%. Estos datos son bastante inferiores a los sealados por
Alonso (2007).
Se debe tener en cuenta que no todas las mujeres que buscan asistencia lo hacen porque
deseen presentar una denuncia o el deseo de separarse, sino que acuden a la justicia o centros
de proteccin para que la violencia cese y para ser protegidas.
Por esta razn, una vez la VP finaliza (periodo de reconciliacin), las mujeres vuelven al
hogar y las pocas que finalmente han cursado una denuncia, la retiran. Slo algunas realmente
quieren seguir con su idea de separacin e inician los trmites correspondientes.
Nuevamente aparecen diferencias entre los grupos, las mujeres del GT tienden a buscar
ms ayuda, tanto jurdica como psicosocial y denuncian de forma ms rpida que las mujeres
del GNT
En general, parece constatarse dos estilos de afrontamiento: evitativo ms caracterstico de
las mujeres del GNT y un estilo ms confrontativo ms caracterstico de las mujeres del GT.
En relacin con las consecuencias de la VP, se puede mencionar que la salud de las
mujeres se ve afectada por la VP tanto a nivel fsico, psicolgico como social.
En la salud fsica, se constat que la mitad de las mujeres del GT manifiestan tener
problemas de salud, en especial problemas digestivos y respiratorios. Ms an, un 30%
sealan otros problemas fsicos que no fueron identificados durante la entrevista. Esto apunta
a la conveniencia de mejorar el formato de entrevista para detectar estos casos. Por ejemplo,
se sugiere abordar problemas relacionados con el estrs fsico como mediador en los
problemas de TEPT siguiendo lo propuesto por Wood y otros (2010).
Las participantes de los otros dos grupos GT y GNV, presentaron menos problemas de
salud fsica.
En cuanto a la asistencia al mdico como consecuencia e impacto de la VP, cerca del 35%
de las mujeres que sufren violencia acuden a l, caracterstica similar con el estudio de
Alonso (2007), en especial con los referidos a la muestra de mujeres mexicanas. Las mujeres
que acuden al servicio mdico, lo hacen fundamentalmente como consecuencia de las lesiones
fsicas. En este estudio comprob que la mayora de mujeres (87,5%) sufrieron lesiones
fsicas.
290
En cuanto al componente social de la salud, las mujeres se ven afectadas por el aislamiento
y control personal que son formas de la violencia psicolgica. La mujer pierde su espacio
social y familiar para dedicarse a su pareja y, posteriormente, al cuidado de los hijos.
En este estudio, se comprob que la violencia se puede dirigir a las mujeres (vctimas
directas), pero tambin a sus hijos (tanto los tenidos dentro como fuera del matrimonio) y
otras personas presentes en el estallido de la violencia; que pueden ser vctimas directas por
recibir violencia o vctimas indirectas ser testigos de la VP. Esto en la misma direccin que
Alonso (2007), Echebura (2004) y Echebura y otros (2009), Ehrensaft, (2009), Klein y
otros (2005).
En relacin con las consecuencias psicolgicas, se destaca la presencia de ideacin suicida
en los dos grupos de mujeres tanto vctimas de VP (41,5%) frente al grupo de no violencia
(5%). Estos dados han sido obtenidos con la entrevista (el criterio utilizado es referido a toda
su vida), sealan que es una de las opciones consideradas con frecuencia en momentos de
desesperacin. Estos datos concuerdan con el estudio de Arinero (2006), si bien son
superiores a los datos de Alonso (2007).
No obstante, en los datos del BDI en relacin al suicidio (el criterio es durante la ltima
semana), el porcentaje baja considerablemente, y slo dos mujeres (una para el GT y otra para
el de GNT) lo han considerado. A estas dos mujeres se les brind asesoramiento respecto a la
ideacin suicida, y se realizaron con ellas algunos ejercicios recomendados (tcnicas de
razones para vivir, para no morir y reestructuracin de algunas creencias irracionales), as
como otros aspectos que favorecieron su motivacin e incorporacin a la terapia. Esta
ideacin suicida parece que se relaciona ms con el bajo estado de nimo de las mujeres, que
con el consumo de sustancias psicoactivas, de forma similar a lo propuesto por Golding
(1999).
Las participantes presentaron un consumo de alcohol bajo y no abusivo (2,5%), slo una
mujer por grupo present este problema, los datos son similares a los de Alonso (2007) y
Arinero (2006) y estudio sobre salud mental en Colombia, en relacin a que el consumo de
alcohol y drogas (2003) y son contradictorios a los informes anuales de estos ltimos diez
aos elaborados por el Instituto de Justicia de Estados Unidos y los informes de 2000 y 2005
de Profamilia en Colombia.
Al parecer el consumo de alcohol y drogas no es un comportamiento de afrontamiento del
problema de VP para mujeres colombianas y espaolas.
Asimismo, la mayora de mujeres (78,75%) sealan haber perdido el deseo sexual con su
pareja o ex pareja, incluso algunas sealan haberlo perdido totalmente (22,5%). Los datos
sugieren que la VP se constituye a su vez en un factor de riesgo para la violencia sexual e
insatisfaccin marital. Este es una caracterstica que debe ser considerada en futuros estudios.
291
En relacin con el patrn de sueo, alrededor del 70% de las mujeres vctimas de VP
manifiestan que no duermen como antes y tienen alterado su patrn de sueo, frente al 47,5%
de las mujeres sin violencia de pareja. Los resultados son similares a lo propuesto por Wood y
otros (2010) y Germain y otros (2004).
A pesar de las consecuencias psicolgicas, las mujeres no suelen utilizar los servicios de
psicologa o psiquiatra. Solo dos mujeres (una por cada grupo de violencia) han recibido
tratamiento psicolgico. Estos datos como consecuencia de variables del contexto colombiano
referido a la salud mental y la atencin a vctimas.
Los datos en este sentido son contrarios a los estudios norteamericanos y europeos, por
ejemplo, Alonso (2007), Arinero (2006), Walker y otros (2009a).
Es ms, las caractersticas psicopatolgicas de la muestra sealan que el impacto de la VP
genera trauma en las vctimas.
En cualquier caso, se comprobaron niveles altos de TEPT y sintomatologa de ansiedad y
en menor medida sintomatologa depresiva concomitante al TEPT concordando con los
estudios de Alonso (2007), Arinero (2006), Echebura y Corral (1998), Feeny y otros, 2010,
Foa y otros (2007, 2009 y 2010), Labrador y otros (2004) y con los estudios epidemiolgicos
de Kessler y otros (1995) y Kessler y otros (2005).
Como era de esperar, el TEPT es la principal psicopatologa diagnosticada en todas las
mujeres vctimas de VP. Los datos para la sintomatologa general (22,6) son superiores al
punto de corte propuesto para la escala de TEPT (15). Estos datos ligeramente ms bajos que
los del estudio de Alonso (2007) y similares a los estudios de Echebura y otros (1997).
Respecto a las subescalas se seala diferencias entre los dos grupos de vctimas. El grupo
de tratamiento tienen mayor sintomatologa de reexperimentacin y evitacin, y menor
hiperactivacin, que el grupo de no tratamiento. Estos datos van en la misma lnea que lo
expuesto en los estudios de Amor y otros (2001), Echebura y otros (1996) y Rincn (2003),
y similares a los datos de Arinero (2006) solo en cuanto a sntomas de reexperimentacin.
Los sntomas de reexperimentacin que sobresalen en el GT son: malestar psicolgico y
fisiolgico, esto justifica la necesidad del manejo cognitivo de las emociones. Por un lado, los
pensamientos continuos sobre las situaciones de violencia (rumiacin) y por otro la
activacin, por ejemplo, la hiperventilacin. Estos datos son similares a los datos del estudio
de Arinero (2006) y Foa y otros (2007). Adems, se comprob que los sueos intrusivos son
frecuentes.
Para el GNT sobresale los recuerdos intrusivos y los flashbacks. Este grupo seal menor
malestar fisiolgico.
En relacin con la evitacin, el sntoma ms frecuente sealado entre las mujeres es la
evitacin conductual, este dato en contra a lo propuesto en el estudio de Alonso (2007). Se
292
constat que ms de la mitad de las mujeres del grupo de tratamiento sealan sntomas de
embotamiento y percepcin de un futuro desolador, similar a los datos de los estudios de
Alonso (2007), Echebura y otros, (1998) y Rincn y Labrador, Arinero y Crespo (2004).
Respecto al estudio de Arinero (2006) es similar el sntoma de embotamiento pero no el
sntoma sobre el futuro desolador.
Las mujeres VP sealan que la amnesia es un sntoma poco frecuente, esto en la misma
direccin de Alonso (2007), Arinero (2006) Rosen y Frueh (2010). Ms an, se confirma que
la apata es poco frecuente, esto puede suponer que favorece la terapia respecto a realizar
actividades agradables y combatir el aislamiento. Esto en contra a los datos encontrados en el
estudio de Arinero (2006), Rosen y otros (2010).
En relacin con los sntomas de hiperactivacin, se resalta que la dificultad de
concentracin es el sntoma ms frecuente. Dato similar al estudio de Alonso (2007).
Sobre todo, se constat que la irritabilidad es una caracterstica de la VP. Esto fue
sealado por un 60% de mujeres tanto en la escala de TEPT como en el tems 11 del BDI.
Estos datos son similares a lo propuesto por Arinero (2006) quin utiliz un ndice de ira
llegando a la misma conclusin y con lo propuesto por Foa y otros (2007) en relacin a la ira
como aspecto importante en el TEPT.
La ira de las mujeres es de suma importancia puede llegar a constituirse en factor de riesgo
para la respuesta violenta de la mujer hacia el hombre teniendo como consecuencia
incremento de la VP. Esto en similar a lo sugerido por Echebura (2009), Kubany y Ralston
(2008), Turcotte-Seabury (2010).
En este estudio se constat respuestas de sobresalto y la activacin continua del sistema de
alerta de las mujeres. Esto estara explicado, por un lado, porque la mujer sigue conviviendo
con el maltratador y el hogar se constituye en un lugar de amenaza permanente lleno de
estmulos condicionados a la VP y por otro lado, la frecuencia de la VP que es bastante alta.
Estos datos son similares a los estudios de Alonso (2007), Arinero (2006) y Pineles y otros
(2011).
En general, la irritabilidad y los problemas de sueo son sntomas que merecen mayor
investigacin y deberan tenerse en cuenta para mejorar la gua de tratamiento utilizado en
este estudio.
293
ansiedad en promedio del grupo de vctimas de VP (24,2) se ubica en el nivel grave mientras
los sntomas depresivos se ubican en nivel moderado (17,3).
En relacin con la sintomatologa de ansiedad los datos son similares a los estudios de
Alonso (2007) y Arinero (2006) mientras que la sintomatologa depresiva los datos son
inferiores a estos dos estudios.
La sintomatologa de ansiedad es mayor en el grupo que a sufrido VP (62,5%) que el GNV
(27,5%), datos en la misma direccin en relacin a la sintomatologa depresiva, que fue
sealada de forma superior en el grupo de vctimas de VP (35%) que las mujeres del GNV
(17,5%). Estos datos sealan que las mujeres vctimas de VP tienen niveles ms altos tanto en
ansiedad y depresin en comparacin al grupo no vctimas de VP.
Aparece la autoestima deteriorada en las mujeres vctimas de VP mucho ms en las
mujeres del GT (57,5%) que las mujeres del GNT (30%). Los datos del GT son similares a los
de Arinero (2006) y son superiores a los datos del estudio de Alonso (2007).
294
liderados por Alonso (2007), Arinero (2006), Echebura y Corral (2002), Foa y otros (2000,
2009, 2010), Kubany y Ralston (2008), Labrador y otros (2004), Muser y otros (2009).
295
Tambin se constat el compromiso de las mujeres con la terapia a la hora de la
realizacin de las tareas. Durante el proceso teraputico fue posible distinguir entre tareas
fciles, sobre todo los ejercicios conductuales como la respiracin, narracin, etc., y difciles,
sobre todo ejercicios cognitivos y auto registros, por ejemplo, el ABCD.
Con todo eso, el 35% de las mujeres realizaron las tareas completas y otro 30% realizaron
la mayora de tareas (para 6 sesiones de las 7 sesiones en que se dejaron tareas) estos datos
son ms altos que los datos constatados en el estudio de Alonso (2007).
Estas diferencias se justifican por las estrategias utilizadas en la parte psicoeducativa, por
ejemplo, que las mujeres tuvieran una carpeta de uso personal, inclur un folleto
psicoeducativo. La carpeta personal les sirvi de material de apoyo, les facilitaba guardar y
llevar los registros de los ejercicios realizados como tareas. El folleto le serva para recordar
lo aprendido y practicar algunos ejercicios para que no se olvidaran tan fcilmente.
No obstante, las mujeres que no hacan las tareas o parte de stas, argan algunas razones
como por ejemplo, no nos da tiempo, por ocupaciones del hogar, que no se acordaban de
cmo deban hacerlo, que recordar ciertas cosas duele, etc.
Para no dar lugar a estas excusas, se recomienda que los ejercicios explicativos de las
tareas, sean puesto por escrito en sus carpetas personales o en los propios registros, para
ayudarles a recordar y reforzar su ejecucin. Tambin servir como medio para poderse
corregir o para volverse a leer la explicacin correspondiente si as lo necesitan.
296
Tambin se constat que despus de la terapia las diferencias entre los dos grupos (GT y
GNT), son estadsticamente significativas. Para el TEPT global y sus subescalas se
encontraron tamaos del efecto grandes (TEPT global=1,60, reexperimentacin=1,54,
evitacin=1,01 e hiperactivacin=1,76).
Adems los datos de efectividad del tratamiento se constat un nivel de significacin en
todas las escalas del TEPT y sus subescalas de p<.001. Los datos siguen en la misma
direccin en cuanto al TEPT y sus tres subescalas, los tamaos del efecto entre grupos fue
ms parecido al estudio de Arinero (2006) y ms altos que el estudio de Alonso (2007).
Para la sintomatologa concomitante: ansiedad, depresin, autoestima y cogniciones
postraumticas se encontraron tamaos del efecto moderados entre 0,53 a 0,63 y potencia
estadstica entre .568 a .964 con estos valores se puede rechazar la hiptesis nula en relacin a
las diferencias estadsticamente significativas entre los dos grupos.
En relacin con la inadaptacin se encontr un tamao del efecto bajo (0,11) y poca
potencia estadstica y no se puede rechazar la hiptesis nula sobre que no existe diferencias
estadsticamente significativas en los dos grupos. Respecto a la sintomatologa concomitante
se encontraron similitudes en las puntuaciones con los estudios de Arinero (2006) y Alonso
(2007) excepto en la escala de inadaptacin que es mucho menor que la de estos dos estudios.
En general, se comprueba una reduccin significativa del TEPT y sus tres subescalas, al
igual que en sintomatologa de ansiedad y depresin, a su vez que la autoestima mejor.
Tambin se redujeron las cogniciones postraumticas y la inadaptacin en general y en cada
subescala. Estos datos similares a los estudios de Alonso (2007) y Arinero (2006).
297
Ms an, la comparacin entre las puntuaciones de los seguimiento del GT con la
puntuacin del GNV, tienden a igualarse en algn momento, de forma general a partir del
sexto mes de seguimiento, incluso a seguir reduciendo los sntomas psicopatolgicos y mejora
de la autoestima con el tiempo. Esto supone mayor prctica de las habilidades y tcnicas
entrenadas durante la terapia. Estos datos de los seguimientos son similares a los propuestos
por Alonso (2007), Arinero (2006), Rincn y otros (2004).
Es importante destacar que el tratamiento no slo produce mejora clnica sino mejor
adaptacin e integracin social de las mujeres.
No obstante, la subescala de evitacin y la de cogniciones postraumticas, a pesar que se
redujeron considerablemente en los seguimientos, no lograron igualarse con la medida
comparativa del grupo de no violencia. Se debe reconocer que tanto tiempo de convivencia en
pareja y tolerancia de la VP ha de suponer mecanismos de habituacin a nivel conductual y
cognitivo que no son fciles de cambiar y necesita mayor prctica y exposicin a eventos
evitados que permitan reprocesar cognitivamente situaciones ms seguras para la vida de las
mujeres as como la exposicin a violencia en general. Esta propuesta en la misma direccin
de Labrador y otros (2006) en relacin al componente cognitivo.
Los datos apuntados sealan que despus del tratamiento las mejoras continan, que las
mujeres siguen practicando los ejercicios aprendidos en terapia no slo para los casos de VP
sino con carcter general. Es ms, la sintomatologa se reduce mucho ms incluso que la
muestra de poblacin general.
Se espera que con la prctica de las tcnicas aprendidas se puedan consolidar mejor el
aprendizaje y entrenamiento de habilidades y destrezas para mejorar la calidad de vida de las
mujeres que participaron en este estudio. Esta evolucin temporal depender de la prctica de
las nuevas conductas y el avance en el establecimiento de redes de apoyo.
298
debajo de la puntuacin del grupo de no violencia y en un nivel leve de sintomatologa. Luego
en los seguimientos sigue la reduccin de la sintomatologa hasta niveles mnimos.
Respecto a la depresin, se constat que despus del tratamiento las puntuaciones
obtenidas se ubican en el rango de ausencia de sntomas y, en los seguimientos se llega a
niveles considerablemente bajos, incluso inferiores a los del grupo que no ha sufrido
violencia. Esto similar a los estudios de Alonso (2007) y Arinero (2006) y Rincn (2003).
Los datos apuntados prueban la hiptesis de trabajo sobre la efectividad del tratamiento en
la reduccin de la sintomatologa concomitante al TEPT tanto despus del tratamiento como
en los seguimientos. As, una vez recuperado los sntomas de TEPT se facilita la mejora en
otra sintomatologa concomitante y reas deterioradas por el tiempo de habituacin a la
violencia, si bien necesitan tiempo y prctica para una mayor recuperacin.
Al igual vale la pena destacar que para la recuperacin psicopatolgica del TEPT es
importante la terapia centrada en el trauma, y que la sintomatologa psicopatolgica como la
ansiedad y depresin se recupera mucho ms rpido que aspectos de procesamiento cognitivo
y ajuste social.
No obstante, para la recuperacin ms efectiva de estos niveles (cognitivo e interpersonal)
es importante la prctica de las nuevas conductas aprendidas en terapia.
Tambin se ha conseguido un aumento de la autoestima, reafirmando as la hiptesis sobre
la efectividad del tratamiento en cuanto a mejora de la autoestima de las mujeres tratadas.
Respecto a la autoestima, se recomienda complementar con algunos ejercicios para mejorar la
aceptacin e imagen corporal de las mujeres, esto por lo encontrado en el estudio de Walker y
otros (2009b).
En relacin con las cogniciones postraumticas, se pudo constatar que el grupo afectado
por VP redujo sus puntuaciones despus del tratamiento, siendo stas datos ms bajos que los
propuestos por Alonso (2007). Sin embargo, en los seguimientos las puntuaciones de ambos
estudios son similares.
Es posible considerar que el componente cognitivo debido al nivel de trauma y a los aos
de tolerancia de la violencia sea difcil de modificar y sea necesario complementar este
componente con algunos ejercicios cognitivos propuestos en el protocolo centrado en la
cognicin de Mueser y otros (2009).
En este estudio se comprob la reduccin de la inadaptacin del grupo de mujeres tratadas.
Esto a pesar de que en el rea de pareja continan presentando problemas, ya sea por la
separacin, por la no tolerancia de la VP caso de seguir conviviendo, o por las dificultades
para una nueva relacin despus de la experiencia sufrida. A pesar de esto, las mujeres
sealan una mejora tan importante en el resto de reas que se producen mejorar significativas
en la escala global. Parece observarse que justo despus del tratamiento, las mujeres quedan
299
con un nivel lmite entre inadaptacin y adaptacin global, pero con el tiempo, ya en los
seguimientos, mejoran mucho ms llegando a niveles bastante bajo de inadaptacin despus
de un ao. Estos datos son similares a los estudios de Alonso (2007), Arinero (2006),
Labrador y otros (2004) y Rincn y otros (2004), que tambin ponen de relieve esta
evolucin positiva en el ao de seguimiento.
As pues, el tratamiento fue efectivo en la reduccin de la inadaptacin de las mujeres, por
lo que la hiptesis sobre la efectividad del tratamiento para mejorar la adaptacin de las
mujeres a la vida cotidiana queda corroborada.
En esta misma direccin al comparar los resultados del grupo de tratamiento con el grupo
de no tratamiento, se constat que el tratamiento fue efectivo en la disminucin del TEPT y la
sintomatologa concomitante.
En relacin con el TEPT, parece observarse que las participantes de ambos grupos se les
ha diagnosticado el trastorno, siendo ste ligeramente ms pronunciado en el grupo de
tratamiento que el grupo de no tratamiento. Despus del tratamiento, en el GT desaparece el
trastorno, si bien ste permanece en el GNT en el mismo nivel.
Estos datos muestran la necesidad de tratar el TEPT con un programa especfico ya que
los sntomas perduran con el tiempo y no se espera que haya una recuperacin espontnea,
por el contrario, se pueden cronificar. Este aspecto va en el misma direccin que Foa y otros
(2007) respecto a que el TEPT crnico no remite con el paso del tiempo.
Lo apuntado no se cumple para el caso de la sintomatologa concomitante, esto es, la
ansiedad y depresin, as como la autoestima que si cambian con el paso del tiempo a pesar
que sean cambios pequeos en direccin a mejorar con el paso del tiempo. Estos datos
resaltan, la importancia del tratamiento centrado en la sintomatologa del TEPT y en la
mejora de la sintomatologa concomitante.
En todo caso, los datos apoyan sin ninguna duda que las mujeres tratadas con este
programa de intervencin reducen mucho ms la ansiedad y depresin y aumentan la
autoestima en comparacin con las mujeres no tratadas.
En la misma lnea, se constat que las otras dos variables concomitantes, cogniciones
postraumticas e inadaptacin, sealan diferencias clnicas y estadsticas significativas, tanto
en la escala global de cogniciones postraumticas como en las subescalas (hacia uno mismo,
del mundo), si bien no se encontraron diferencias significativas en la subescala de auto culpa
(cogniciones postraumticas) ni en la subescala global de inadaptacin.
Los datos confirman la hiptesis de que el tratamiento fue efectivo para reducir de forma
significativa las cogniciones postraumticas
Tambin se observ que en el GNT las cogniciones postraumticas y la inadaptacin se
reducen con el paso del tiempo, no de forma significativa pero se reducen. Sin embargo,
300
cuando se aplica este programa de tratamiento se reducen mucho ms y de forma ms rpida,
a pesar que estas dos sintomatologas asociadas al TEPT necesitan mayor tiempo para que los
cambios puedan ser importantes.
Para concluir este apartado sobre el tratamiento, se realiza una comparacin con la gua n
4 Terapia cognitivo conductual para adultos de la ISTSS (2009) con el fin de contrastar los
datos de este estudio con la base emprica y postulados de este grupo de expertos sobre
tratamientos basados en la evidencia.
En esta gua se concluye y, en consecuencia se recomienda de cara al tratamiento, lo
siguiente, en orden de importancia:
Tabla 79. Anlisis de las tcnicas utilizadas en la gua de tratamientos y su comparacin
con las directrices de la ISTSS (2009)
Terapia y/o tcnica Descripcin y comentarios
301
otros (2009).
Son tcnicas de carcter auxiliar y complementarias para preparar a
las mujeres a las tcnicas de exposicin. Estas habilidades son
7. Entrenamiento en importantes en el tratamiento de la VP, ya que dotan a las vctimas de
tcnicas de solucin de
ms herramientas para poder afrontar las situaciones problemticas, y
problemas y asertividad
reducen las conductas de evitacin, violencia verbal y, en algunos casos,
la violencia fsica que utilizan algunas mujeres.
Fue difcil su uso debido a las caractersticas socio-culturales y
8. Uso de tecnologa educativas de las participantes, as como a la escasa disponibilidad de
recursos del contexto (acceso a ordenadores, Internet, etc.)
En este estudio el formato del tratamiento es breve de ocho (8)
9. Uso de protocolo sesiones con una duracin de 90 minutos y las dos ltimas sesiones de
manualizado 120 minutos. Esto similar a lo que propone la gua pero el tiempo de las
sesiones es un poco ms largo debido al formato de la terapia.
El formato de terapia es grupal, en contraposicin a la mayora de los
estudios, que defienden la eficacia y la efectividad de los tratamientos
10. Formato de la terapia individuales. La gua reconoce que no ha sido posible comprobar la
efectividad del tratamiento en formato grupal, algo que este estudio s
pudo realizar. Similar a los estudios de Alonso (2007), Arinero (2006).
Labrador y otros (20049 y Rincn y otros (2004) .
El tratamiento fue efectivo en general (92,5%) despus de un ao de
11. Reconciliacin entre seguimientos. Se recomienda a las tres mujeres que continan dos con
la investigacin y la sintomatologa cercana al punto de corte (15) y una si bastante alta,
prctica clnica
tengan la posibilidad de tener unas sesiones de terapia adicional en
congruencia con los postulados de sta gua.
Por ltimo, se sugiere que para potenciar los resultados y uso de la gua de tratamiento se
practiquen algunas tcnicas aprendidas como exposicin a imgenes y elementos del sueo y
pesadillas, ejercicios de respiracin y detencin de pensamiento para mejorar los patrones de
sueo de las mujeres.
302
La VP en Colombia, a pesar de que posee factores de riesgo similares a los estudios
internacionales, sin embargo la forma de afrontamiento y reacciones a sta estn moduladas
por los patrones de aprendizaje, modelo de familia, normas sociales y la percepcin y
tolerancia de la violencia. Por estas razones se destacan unas caractersticas particulares,
como no afrontar los problemas consumiendo alcohol ni sustancias psicoactivas, tener buenas
redes sociales (familia, amigos y vecinos), tolerar por mucho tiempo la violencia y denunciar
poco.
Adems, la falta y disponibilidad de recursos institucionales, el no reconocimiento del
problema, la falta de informacin y atencin a los problemas de salud mental de pobladores
son aspectos que agudizan la situacin y todo llevara a un peor pronstico del problema.
Estos datos pueden generar espacios de reflexin que requieren mayor investigacin y
constituyen un reto para el anlisis de la problemtica a nivel internacional.
303
La valoracin de los componentes del programa se realiz como parte del seguimiento al
ao. Se seala que de la psicoeducacin fue lo ms empleado, la carpeta personal y folleto
psicoeducativo. Estos dos elementos fueron material de apoyo a las tcnicas utilizadas.
Las tcnicas ms empleadas por las mujeres fueron: la respiracin, la parada de
pensamiento y las tcnicas de solucin problemas, as como la combinacin entre respiracin,
comunicacin y actividades gratificantes.
Estas tcnicas fueron empleadas en situaciones de VP (75% de las mujeres) y en otras
situaciones de la vida en general, como por ejemplo, en la crianza de los hijos, con los
vecinos, en la comunidad, etc.
Las tcnicas de exposicin y mejora de la autoestima fueron las menos utilizadas. De lo
apuntado slo es congruente el dato de la tcnica de exposicin con el estudio de Alonso
(2007). La utilizacin de tcnicas especficas para afrontar la evitacin debera ser alentada ya
que es precisamente la subescala de evitacin la que al parecer tarda ms en recuperarse. En
concreto sealar la importancia del uso de tareas de exposicin para su aplicacin a
situaciones y eventos evitados. Esto no slo para situaciones asociadas a VP, sino a otras
formas de violencia que la mayora de las mujeres ha vivido, pudindose de esta forma
ayudar a generalizar el uso de esta tcnica.
En relacin con la evaluacin del cambio percibido durante el tratamiento, sobresale que el
cambio se empieza a percibir rpidamente, esto es, que las mujeres comienzan a sentirse
mejor a partir de la tercera sesin de tratamiento y continan mejorando hasta la octava
sesin. Terminada la tercera sesin, el cambio percibido es mucho ms notable, llegando casi
al nivel mximo posible.
Las puntuaciones halladas son ligeramente ms altas que las propuestas en el estudio de
Alonso (2007). Esto corrobora que el entrenamiento en habilidades sencillas pero importantes
para el control fisiolgico (respiracin) y cognitivo (deteccin de pensamiento) son fciles de
aplicar y tienen gran aporte para los sntomas molestos de hiperactivacin y rumiacin,
conllevando a un mayor control, percepcin de cambio y adherencia al tratamiento.
4.3 Metodologa
Siguiendo las recomendaciones de los expertos sobre trauma psicolgico, en la evaluacin,
fueron tenidas en cuenta las conductas autodestructivas, las tendencias suicidas y la salud
fsica en general. Adems se consideraron algunas variables de exclusin, por ejemplo, no se
abordaron casos de pacientes medicadas, hospitalizadas, ni con minusvala o discapacidad. En
direccin a la gua de evaluacin (Foa y otros, 2009).
A continuacin, se presentan las conclusiones metodolgicas y alcances que tiene el
estudio. En general, el estudio cumpli ocho de los nueve criterios para considerar el estudio
304
como bien controlado segn el equipo de expertos o task force de la International Society for
Traumatic Stress Studies (Foa y otros, 2000a, 2009).
El hecho de utilizar un grupo mixto, un terapeuta y dos terapeuta fue algo positivo en la
misma direccin de lo propuesto por Barber y otros (2007), Corral y Echebura (1998),
Kubany y Ralston (2008) y para terapia grupal, y de forma contraria a lo sealado por Alonso
(2007) y Echebura y Corral (1998) para terapia individual.
Por otra parte, los anlisis y el tratamiento de los datos, se utiliz el programa estadstico
SPSS 18 y se cont con el asesor estadstico quien orient la utilizacin de los procedimientos
estadsticos pertinentes y coherentes con el mtodo. El tutor de la investigacin revis y
306
ajust la metodologa y las hiptesis antes de los anlisis como lo sugiere la gua y no se
ajustaron las hiptesis despus de los anlisis. Los instrumentos no se manejaron a
conveniencia (el protocolo de evaluacin ya se tena previamente estipulado) por el contrario,
se diseo y aplic un instrumento nuevo para los seguimientos que sirviera de informacin
cuantitativa mas all de sola impresin clnica.
Se destaca en este estudio la posibilidad de tener grupo control, aspecto que, en muchos
casos, no resulta posible. Esto dota a la investigacin de mayor potencia, ya que permite
comparar las medidas posteriores al tratamiento de los dos grupos, y no contar nicamente
con los resultados anteriores y posteriores de un slo grupo o varios grupos de tratamiento.
El nico aspecto que no hace que el estudio sea propiamente experimental fue el criterio
de aleatorizacin, problema por otro lado insoluble en este tipo de investigaciones por razones
ticas ya sealadas y por los tamaos pequeos de muestra, algo habitualmente inherente a los
estudios clnicos.
En general, este estudio se puede considerar bien controlado, ya que cumple con la
mayora de requisitos expuestos anteriormente. Adems, por las caractersticas del
tratamiento se facilita observar la eficacia y efectividad por ser corto y estructurado, esto en la
misma direccin de lo propuesto por Hembree y Foa (2010) y Foa y otros (2009).
En relacin a la muestra a pesar que no se destaca por su tamao propio de investigaciones
epidemiolgica y comunitaria si resalta su calidad clnica,. Al ser de pequeas dimensiones,
permite controlar muy bien las variables extraas y la alta adherencia, y conocer mejor su
eficacia en comparacin con tratamientos largos, menos estructurados y con muestras ms
amplias. Se consiguieron buenos ndices de adherencia al tratamiento por parte de las mujeres
para aumentar la motivacin y terminar el tratamiento y por parte de los coterapeutas para
aumentar la validez interna del estudio. En la misma direccin de lo propuesto por Barber y
otros (2007).
307
El programa de intervencin clnica se aplic en el contexto colombiano, siguiendo la
recomendacin del estudio de Alonso (2007) de replicar el programa en otros contextos y con
mujeres de otras nacionalidades, para ampliar la validez externa de la gua de tratamiento.
De hecho la importancia de replicar las investigaciones en otros contextos, como parte de
realizar transferencia y externalizacin del conocimiento en la sociedad y sobre todo en pases
en va de desarrollo.
Los resultados confirmaron la efectividad del programa en la muestra colombiana, los
datos son similares a las muestras espaola, mexicana y de inmigrantes en Espaa.
Respecto a la aplicacin de la gua de tratamiento, cabe comentar que no fue tarea fcil, ya
que hubo que motivar a las mujeres y al personal de las instituciones acerca de la importancia
del tema, superar las barreras del contexto como la falta de recursos y de polticas pblicas
que faciliten intervenir y prevenir la VP.
En relacin con la estrategia metodolgica para la aplicacin del tratamiento permiti ser
ms estrictos en la investigacin para poder alcanzar los propsitos del estudio.
Una estrategia para revisar la significancia clnica y por el hecho de no contar con una
muestra o estudio normativo de la poblacin colombiana, se procedi a seleccionar un grupo
de la mismas caractersticas y tamao muestral, esto permiti comparar el GT despus de la
terapia con un grupo de la poblacin general sin VP (GNV) con el fin de revisar el significado
de la recuperacin de las vctimas en comparacin con mujeres sin VP.
Asimismo, la preparacin previa del equipo de trabajo permiti garantizar el control de
algunas posibles fuentes de error, tanto en la evaluacin como en el tratamiento y conseguir
mayor adherencia del terapeuta.
Otro acierto fue la organizacin secuencial de las tcnicas que tambin facilita el proceso
de adquisicin de habilidades y adherencia al tratamiento, similar al trabajo con los
tratamiento y guas bien establecidos y reconocidos internacionalmente por su ampla base
emprica para el tratamiento del TEPT, por ejemplo, el TEPT infantil de Cohen y otros
(2006).
El tratamiento, a pesar que se centr en el trauma generado por la VP, sirvi para otros
acontecimientos traumticos. Es de reconocer que las mujeres no slo han estado expuestas a
VP, sino a otros tipos de violencia, de ah la importancia de no slo centrarse en el TEPT,
sino tambin en la sintomatologa concomitante.
En este estudio se reafirma la necesidad de intervenir la sintomatologa concomitante por
las caractersticas de la VP y la violencia compleja intrafamiliar constatada, en especial tener
en cuenta que la vctima tiene un vnculo estrecho con el maltratador, esto matiza y diferencia
este tipo de violencia con otros eventos potencialmente traumticos.
308
Tambin es importante reconocer el compromiso y motivacin del equipo colaborador
durante todo el proceso, especialmente, en los seguimientos, que no fue tarea fcil por la
misma situacin de las mujeres, como por ejemplo, las implicaciones de separarse, cambiar
de residencia, cambiar de telfono, etc. que complicaba la forma de ubicarlas y contactar con
muchas de ellas. Una estrategia fue aprovechar los otros programas y vnculos de las mujeres
con la Fundacin lo que hizo posible llegar a ese alto porcentaje de seguimientos.
309
Es importante que se tenga en cuenta en futuros estudios la VP extendida de la VP a los
hijos ya sea como vctimas directas o testigos.
Si las caractersticas de la relacin y los miembros de la pareja lo permiten estudiar la
posibilidad de complementar el tratamiento a las mujeres con tratamiento para los
maltratadores y/o de pareja.
Se sugiere que por compromiso clnico y tico se pueda ofrecer sesiones de refuerzo a las
mujeres que, despus del tratamiento, continan presentando sintomatologa de TEPT.
310
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NDICE DE APNDICES
332
APENDICE A. Prevalencia de violencia sexual de pareja contra mujeres, por tipologa de
muestra
Tipo de muestra Autores Prevalencia
333
APNDICE B. Tasas anuales de violencia psicolgica en varias muestras
Agresor/a Tipo de Denunciado Incidencia Referencia
muestra por (%)
Varn agresor Stets (1990)
Varn Comunitaria 75
O'Farrell y Murphy
Clnica Mujer vctima 76,1 (1995)
Simpson y Christensen
Mujer vctima 94,9 (2005)a
O'Farrell y Murphy
Clnica Varn vctima 6,3 (1995)
Simpson y Christensen
Varn vctima 94,9 (2005)a
Nota: a. Traduccin de la revisin de los estudios sobre prevalencia elaborado por Jose y
OLeary (2009).
334
APENDICE C. Estudios sobre prevalencia de la VP en diferentes culturas
ESTADOS UNIDOS
Comunitaria 11,9
Straus y Gelles (1990)a
9,8
Schafer, Caetano y Clark (1998)
Mujer
Varn 1,3 Centro nacional de control y
vctima
prevencin de agresiones (2003)b
37.4
Simpson y Christensen (2005)a
335
ESPAA
Evolucin del nmero de denuncias por VP desde 2007 hasta 2008. Datos oficiales
(Observatorio estatal de violencia sobre la mujer, 2009)
25
20
15
10
0
1er trim 2 trim 3er trim 4 trim 1er trim 2 trim 3er trim 4 trim
2007 2007 2007 2007 2008 2008 2008 2008
336
COLOMBIA
337
APNDICE D. Estadsticas sobre feminicidio: Estados Unidos, Espaa y
Colombia
ESTADOS UNIDOS
25
20
15
10 2000
5 2003
0 2006
General Familia Pareja
2000 21.79 9.71 9.06
2003 21.98 9.9 8.81
2006 21.79 9.17 8.36
ESPAA
10
9
8
7
6
5
4 2000
3
2 2003
1
0 2006
General Familia Pareja
2000 9.42 3.27 2.44
2003 7.35 3.91 3.61
2006 5.15 3.49 2.81
Nota: Tomado del III Informe internacional sobre la VCM en las relaciones
de pareja (CRS, 2010).
Prevalencia
338
Entre 2000 y 2009 una media de tres mujeres (3,32) por milln de habitantes han sido
asesinadas por sus parejas cada ao.
Incidencia: Entre 2000 y 2009 han sido asesinadas por sus parejas 629 mujeres en Espaa,
lo que supone una media de casi 63 mujeres por ao.
90
80
70
60
50
40 2000
30
20 2003
10
0 2006
General Familia Pareja
2000 83.99 3.69 4.31
2003 70.2 3.05 3.93
2006 49.64 6.32 6.52
Nota: Tomado del III Informe internacional sobre la VCM en las relaciones
de pareja (CRS, 2010)
Feminicidio VP segn circunstancia del hecho (2009).
Mujer % Hombre %
Amante 6 0,39 11 0,07
Compaero(a) permanente 48 3,15 16 0,1
Esposo(a) 14 0,92 3 0,02
Esposo(a) o compaero(a) 6 0,39 0 0
Ex esposo(a) 10 0,66 0 0
Ex amante 2 0,13 0 0
Ex esposo(a)o ex compaero(a) 4 0,26 1 0,01
Ex novio(a) 4 0,26 3 0,02
Novio(a) 9 0,59 1 0,01
Total pareja o ex pareja 103 6,75 35 0,23
339
APNDICE E. Estudios sobre las caractersticas de las vctimas de VP
Autor N Caracterstica socio- Caractersticas de la VP Sintomatologa y seguimientos
econmicas
Kubany, 37 37 mujeres referidas de Todas las participantes haban recibido violencia Grupo terapia inmediata Grupo de terapia demorada
Hill & centro de atencin a la fsica y emocional, el 73% sufrieron lesiones fsicas Pre post t. ef 3 m t. ef Pre post t. ef 3 m t.ef
Owens mujeres maltratadas en ms de 5 veces, el 51% (n=9) fueron VP en
(2003) Hawaii. Edad 36,4 (DT=9.1). relaciones anteriores. La mayora de participantes TEPT* 80,9 10,1 2,6 7,1 2,3 79,1 11,6 3,3 12,4 2,8
BDI 27,7 3,6 3,1 5,2 2,5 29,6 5,9 2,1 4,2 1,8
Nivel de estudio desde 11 sealaron mltiples historias de victimizacin y
Autoestim13,6 26,7 2,9 24,9 2,8 12,7 24,4 1,9 25,7 1,6
grado hasta doctorado. trauma (VP 100% trauma 92%, amenazadas de
M=13,6 aos de estudios. De muerte con arma 92% trauma 78%, acosadas 76% Satisfaccin 29,8 30,6 30,7
diferentes razas y trauma 70% y maltrato infantil 62% trauma 49%. con el tratamiento
nacionalidades. Entre los 8,3 eventos traumticos vividos. Mujeres
maltratadas no menos de 30 das y sin intencin de * Se utiliz la escala del CAPS para TEPT.
reconciliacin, con diagnstico de TEPT, no La autoestima se utiliz la escala de Rosemberg y para
abusaban de alcohol o drogas. Sealaron sentir miedo satisfaccin con el tratamiento se utiliz CSQ-8 (Attkisson &
intenso, impotencia. Zwick, 1982)
Kubany, 125 125 mujeres maltratadas por Todas las participantes sufrieron VP (fsica, Grupo terapia inmediata Grupo de terapia demorada
Hill & sus ex parejas, edad 42,2 psicolgica y sexual) el 68% sealan lesiones fsicas Pre post t. ef 3 m 6m Pre post t. ef 3 m 6m
Owens aos. Escolaridad 5 grado de en ms de 5 veces (n=85) y el 51% (n=64) han
(2004) doctorado, M=13,5 aos. sufrido lesiones fsicas por parejas anteriores. 9 TEPT* 72,9 15,8 2,4 17,7 22,8 71,9 22,1 2,4 19,7 26,1
BDI 25,1 4,6 2,0 5,1 6 27.2 6,2 2 6,1 7,2
Mujeres de diferente raza y mujeres no fueron lesionadas fsicamente pero 3 de
Autoestim14,8 24,5 2,4 24,6 24,9 14,3 24 1,8 22,9 24,6
nacionalidad. Mujeres que ellas fueron abusadas sexualmente por su pareja, 5
haban sufrido VP hace ms acosadas y 7 amenazadas de muerte o lesion Satisfaccin 30,8 30,8 30,7
de un mes, con diagnstico corporal. Tiempo prolongado de relacin con VP con el tratamiento
de TEPT, sin consumo de promedio 6,3 aos, la mayora de mujeres llevaban
alcohol ni drogas, no casi 5 aos de haber experimentado la violencia. Las * Se utiliz la escala del CAPS para TEPT.
presentan diagnstico de mujeres sealan haber sufrido otras violencias tanto Para la autoestima se utiliz la escala de Rosemberg y para la
esquizofrenia o desorden por la pareja, familia como por la sociedad que ha satisfaccin con el tratamiento se utiliz CSQ-8 (Attkisson &
bipolar, no estaban en otros provocado mltiple traumatizacin. Zwick, 1982)
tratamientos (psicolgicos ni
farmacolgico).
Arinero 78 17 mujeres remitidas de El 3,8% refiri maltrato fsico, 35,9% maltrato Programa A (Exposicin)
340
(2006) instituciones especializadas psicolgico, 50% maltrato psicolgico y fsico, un Pre post 1 m 3 m 6m 1ao
en atencin a mujeres 6,4% sufrieron maltrato fsico, psicolgico y sexual. EGS 14,86 5,8 2,44 3,11 2,11 1,78
maltratadas en Espaa. La El 60,3% denunciaron la situacin de violencia antes Reep 4,21 2,65 1,06 1,06 0,05 0,05
edad media de 40 aos, de las autoridades competentes. 55,1% abandonaron el Evit 5,39 1,55 0,61 1,22 0,94 0,72
Hiper 5,25 1,06 0,78 1 0,67 0,56
clase social media con el hogar por el maltrato. El 76,9% cuentan con el apoyo
PTSP 7,39 4,9 3 3,17 1,89 1,11
45%, el 25,6% pertenece a de la familia, el 56,45% cuenta con apoyo social y el (BDI) 24,18 11,95 7,89 7.72 3,83 4
clase social baja., el 35,1% 53,8% cuenta con apoyo legal. (BAI) 24,21 11,95 11 8,83 6,11 4,89
completaron los estudios Consumo
primarios, el 9.1% cuenta Alcohol 0,14 0,6 0 0 0,06 0,06
con estudios universitarios. Auto 28 29,35 33,17 34,5 33,56 34,22
El 51,3% se encontraban GSI 1,42 0,23 0,06 0,21 0,08 0,07
divorciadas, separadas o en IEI 34,44 33,43 33,81 33,18 33,69 33,16
trmites, el 20,5% estn Programa B (habilidades de Comunicacin)
casadas, el 19,21% son Pre post 1 m 3m 6m 1ao
solteras. El 45% labora, El EGS 16,8 7,16 3,28 3,44 1,78 1,78
Reep 5,64 1,58 1,06 1,44 0,56 0,72
32,1 % conviven con el
Evit 4,76 2,47 1,33 1,33 1,11 0,78
agresor, y tan slo el 38,5% Hiper 5,68 3,11 0,89 0,05 0,11 0,22
depende econmicamente del PTSP 10,72 8,79 4,78 4,22 4,28 3,28
agresor. (BDI) 32,04 18,63 12,39 7,78 7,17 6,56
(BAI) 17,02 17,95 13,61 9,89 6,06 6,11
Consumo
alcohol 0,12 0,01 0,11 0,17 0,28 0,28
Auto 27,04 28,26 29,61 31,56 29,28 29,11
GSI 1,69 0,33 0,07 0,12 0,01 0,11
IEI 34,08 34,04 34,44 34,52 35,02 35,06
341
Autor N Caractersticas socio-econmicas Caractersticas de la VP Sintomatologa y seguimientos
Echebura y 62 Edad promedio 37 aos. Casadas 52%, Duracin de la VP 13,3 aos. Ms de 10 aos 59%, pre post 1mes 3m 6m 12m
otros, (1996) separadas o en trmites 44%. n de 1-4 aos 20%. Inicio de la VP primer ao de TEPT 27 10,09 6,98 4,81 4,93 3,55
hijos 2. Nivel econmico medio-bajo y matrimonio 50% noviazgo 22%. VP durante el B 6,34 2,68 2,08 1,84 1,79 1,32
medio 53% y bajo 34%. embarazo 47%. Violencia sexual 33%. Denuncia C 10,10 3,05 2,00 1,11 1,50 1,19
Estudios primarios 50% secundarios 40%, lesiones fsica 46%, salidas del hogar 36%, D 10,50 4,47 2,84 1,95 1,62 1,03
27% sin estudios 17%. Violencia psicolgica antecedente de violencia fsica STAI 45 21,98 18,21 16,27 15,43 12,95
Profesin hogar 39%, otra profesin 72%. Maltrato a los hijos 60% (fsico 43% BDI 24 10,22 8,05 7,05 6,29 5,79
37% psicolgico 57%). Apoyo social 37%, apoyo familiar Autoest 25 29,6 31,69 32,08 33,22 34,21
65%. Inadapt 5 3,14 2,37 1,96 1,93 1,81
Schlee, 84 Edad 35,8 aos. 13 aos en promedio La violencia va desde leve a severa (restrincciones,
Heymany de estudios. Ingreso promedio empujar, agarrar, abofetear). Menos del 30% TEPT no TEPT.
OLeary ($47,900). N de hijos 2. Tiempo de sealaron violencia severa (golpes, amenazas con TEPT 27 57
(1998). casados 9,5 aos. cuchillos/armas). BDI 19,1 13,9
El 60% primer matrimonio, el 24% el Violencia fsica (pasado ao) 30,2 con TEPT y 19,3
segundo y 3% el tercero. El 80% sin TEPT. Desajuste marital 74,3 (DAS)
mujeres blancas y el 20% hispanas y Violencia psicolgica (PM) 19,8 con TEPT y 14,4 sin
negras. TEPT.
Rincn 50 Edad promedio 35 aos. El 88% 24% violencia psicolgica, 64% violencia fsica y pre post 1m 3m 6m
(2003) Separadas o en trmites 12% conviven psicolgica, 8% violencia fsica, psicolgica y sexual. TEPT Tc+Te 29,7 68 68 64 64
con el agresor. 82%, tenan hijos. Duracin de la VP, el 82% vivi violencia en un Te+Tc 52 52 48 48 48
El 68% sealan nivel socioeconmico periodo superior a dos aos, 46% periodo superior a
medio; el 24%, al medio-bajo y el 8% seis aos. Frecuencia: 52% a diario, 38% dos o tres REE Tc+Te 38,9 61,1 55,6 66,7
restante, al extracto socioeconmico veces por semana, 10% una vez por mes. El 72% Te+Tc 60 66,7 73,3 66,7
bajo. El 10% de las participantes tena denuncio y el 28 % no lo hizo. Maltrato a los hijos
estudios primarios incompletos, el 62%. El 78% apoyo familiar, 82% apoyo social, EVI Tc+Te 94,4 72,2 88,9 88,9
44% los haba completado, un 42% Te+Tc 80 80 73,3 66,7
tena estudios secundarios y un 4%,
universitarios A.A Tc+Te 66,7 55,6 50 66,7
Te+Tc 66,7 60 53,3 66,7
BDI Tc+Te 27,38 11,1 27,8 50 66,7
Te+Tc 13,3 66,7 53,4 60
342
auto Tc+Te 24,66 5,6 22,2 50 50
Te+Tc 0 66,7 46,7 60
343
mitad (52,4%) estaban separadas, psicolgico y sexual), un 32% psicolgico y fsico y Autoest 24,74 30,15 30,74 31,25 31,06 30,84
divorciadas o en trmite. El 73% se un 9,7% slo psicolgico. Para las muestras de Cog pos 13,97 9,02 8,18 7,9 7,52 7,41
encuentran en estratos sociales medio mujeres inmigrantes (76,9%) y mexicanas (70%) las Inadapt 24,22 16 13,1 12.31 11,9 10,25
y bajos. La mayora tiene estudios tres formas de VP. El inicio de la VP se da en el
secundarios y primarios. La mitad de noviazgo para casi la mitad de las mujeres, el resto en Entre grupos (tratamiento y no tratamiento)
las mujeres trabajan (50,4%) en el primer ao de convivencia, en la gestacin y con el Grupo tratamiento Grupo no
servicio domstico o profesiones no nacimiento del primer hijo. La duracin de la VP son tratamiento
cualificadas. Las mujeres inmigrantes 13,16 aos (VP crnica). El 42,7% haban sido pre post pre post
sealan menor apoyo social que el vctimas en el ltimo mes a pesar que no convivir con TEPT 33,33 15,7 29,38 29,37
resto de mujeres. el maltratador. El 70% sealaron VP diariamente. El B 8,91 4,05 7,44 8,05
La mayora de mujeres tienen entre 1 y 61,2% haban denunciado la VP. El 65% C 13,42 6,38 12,5 12,45
2 hijos. abandonaron el hogar en consecuencia de la VP (1,5 D 10,75 5,42 9,31 8,94
Un 25,2% de mujeres convivia con el veces). La mitad de las mujeres haban asistido al BAI 37,81 18,07 29,25 27,25
maltratador, el 35,9% dependan mdico por lesiones fsicas. Un 18% de las mujeres BDI 29,27 13,25 28,31 27,56
econmicamente. se sintieron apoyadas por familares y/o amigos Autoestima 24,74 30,15 25,94 26,5
durante la VP. Casi la mitad de las mujeres haban Cog Postra 13,97 9,02 12,14 12,34
sido maltratadas en relaciones de pareja anteriores Inadaptacin 24,22 16 24,81 24,62
(padre=10,7% y pareja:12,8%). La muestra de
mujeres mexicanas han sufrido mayor maltrato en
relaciones anteriores (70%) la mitad de sus padres y
un 10% tanto por otros familiares como de su pareja.
Se observ maltrato infantil tanto por parte del padre
como la madre. Presencia de VP extendida a los hijos
(36,3% testigos y 29,8% vctimas directas). La
muestra mexicana tiene un mayor porcentaje (80%)
de nios vctimas de VP (33,33% testigo, 26.7%
padre y 20% madre). El 40,8% de mujeres fueron
testigo de VP, en la muestra mexicana es mayor la
historia de VP entre padres (63,3%). El 19,5% sufra
lesiones y enfermedades fsicas derivadas de la VP.
344
Apndice F . Estudios sobre patrn de comportamiento de los maltratadores
Autor (es) Maltratador Comentarios
Patrn de comportamiento del
Foran y Variables maltratador y su relacin con el abuso
1. Violentos vs
OLeary, psicopatolgicas, de bebida y de otras drogas se ha
no violentos
2008. ira, hostilidad y comprobado en un estudio meta-
abuso de drogas y analtico la fuerte relacin entre la
alcohol. bebida y la VP, proponen que los
diferentes niveles de violencia (leve,
moderado o severo) estaban ms
relacionados con la intensidad del
consumo (irse de copas o fuertes
borracheras) que con la frecuencia de
consumo.
2. Tipologas - Shields, Perfiles de la
-Variables McCall y violencia: En cuanto a los abandonos de
psicolgicas Hanneke, - Solo a la familia tratamientos para maltratadores se
-Variables 1988) vs violencia en destaca que los BD en un 62% y GVA
personalidad - Chase, general en un 91% eran ms propensos a los
O'Leary y - Violencia abandonos de tratamiento en
Heyman, proactiva vs comparacin con los FU en un 23%. El
(2001) violencia reactiva de peor pronstico es el GVA y son
quienes presentan mayores problemas
- Holtzworth Perfiles de con el control de la ira, consumo de
Munroe, personalidad: alcohol y drogas y quienes utilizan la
Meehan, - BD: Borderline, violencia grave y mayor violencia
Herron, - GVA: Violento sexual en comparacin con el BD y el
Rehman y antisocial en FU el de mejor pronstico y quin es
Stuart, (2000) general. menos violento es el FU.
- FU: Familiar
nicamente
- Solo familiar. Establecen esta clasificacin basados en
Mezcla de Monson & la tipologa propuesta por Holtzworth-
- disfrico/limites
maltratadores de Langhinrichse Munroe y Stuart (1994) y la tipologa
pareja y sexuales n-Rohling - generalmente para maltratadores sexuales propuesta
(1998) violentos/antisocial por Finkelhor e Yllo (1985). Monson et
es. al (2009) encontraron que esta tipologa
es respaldada parcialmente por dos
- Obsesivos
investigaciones en muestras de
sexuales. universitarios y comunitaria.
- Los maltratadores de riesgo bajo
tendran mejor pronstico en la terapia
Maltratadores de.
para maltratadores y de pareja.
Gravedad de la Echebura, - bajo riesgo - Los maltratadores de riesgo medio el
violencia y riesgo Fernndez- pronstico no es tan bueno y no se
- riesgo moderado
para las vctimas Montalvo & recomienda hacer terapia de pareja. Se
Corral (2009) - alto riesgo trabajan aspectos especficos como celos
patolgicos, otras psicopatologas, etc.
- Los maltratadores de alto riesgo
responden peor al tratamiento.
Responden mejor a los TCC centrada en
cambio de contingencias de la violencia.
Nota: Elaborado a partir de Hamberger y Holtzworth-Munroe (2009), Amor, Echebura y Loinaz
(2009).
345
Apndice G. Riesgo de VP grave
TIPO DE RIESGO DESCRIPCIN
346
Apndice H. Consecuencias de la VP sobre la salud
Consecuencias fsicas, Consecuencias sexuales y Consecuencias en la salud
psicolgicas y conductuales reproductivas Consecuencias fsica
fatales
347
APNDICE I. Descripcin del DESNOS en adultos y en nios
Aspectos de la regulacin Descripcin
propia
1. Regulacin afectiva de los Se incluyen dificultad para modular la ira y la autodestruccin.
impulsos. Esta categora ha llegado a abarcar todos los mtodos empleados
para lograr la regulacin emocional y la relajacin de uno mismo,
donde se incluyen adicciones y conductas autodestructivas que,
paradjicamente, en ocasiones, salvan la vida del paciente.
2. Alteracin de la atencin y implican amnesias y episodios disociativos, y despersonalizacin.
consciencia Esta categora incluye un nfasis sobre respuestas disociativas
diferentes a las recogidas en los criterios del DSM en relacin con
el TEPT.
3. Alteracin de la percepcin de Un sentido crnico de culpa y responsabilidad, y sentimientos
s mismo constantes de vergenza intensa. Las personas que han sufrido
abuso de manera crnica incorporan, habitualmente, las "lecciones
del abuso" a sus identidades y valoracin propia: suelen sentirse
mal, malvados, especialmente malignos o indignos de la atencin
de otras personas.
4. Alteracin de la percepcin del Asumir la percepcin del agresor o sentir un vnculo comprensivo
agresor con l con posterioridad a situaciones de abuso recurrente y
premeditado, lo cual podra agravar los problemas dotando a la
vctima de dificultades relativas a vinculacin ambivalente,
evasiva o desorganizada.
5. Alteracin en las relaciones Debido a la existencia de modelos interiores de vinculacin
con los dems insegura o desorganizada (por ejemplo, desconfianza dominante o
no ser capaz de intimar con otras personas).
6. Alteracin en la regulacin Somatizacin y/o problemas mdicos directamente relacionados
biolgica propia con el tipo de abuso sufrido o el dao fsico resultante, o que, de
manera difusa, implica a todos los sistemas del cuerpo.
7. Alteracin en los sistemas de se incluyen desesperanza por encontrar a alguien que resulte de
significado ayuda o comprenda el sufrimiento, y desesperacin por ser capaz
de recuperarse. sistema de dotacin de sentido a las creencias y su
mantenimiento (desesperanza, prdida de la fe).
Nota: Traducido del original en ingls de Courtois y otros (2009).
348
APENDICE J. Vulnerabilidad para desarrollar TEPT comparacin por sexo
Evento potencialmente Mayor Mayor Percepcin de
traumtico (EPT) vulnerabilidad para frecuencia y mayor gravedad
desarrollar TEPT gravedad de del EPT
TEPT
- Agresiones sexuales. Mujeres/nias
- VP. Mujeres/nias
- Agresiones no sexuales. Hombres/nios
- Accidentes. Hombres/nios Mujeres y nias Mujeres y nias.
- Combate, guerra o
Hombres/nios
terrorismo.
Nota: Elaborado a partir de Tolin y Foa (2008 )
349
Apndice k. Meta-modelo para el tratamiento de trauma complejo
Fase Descripcin
1. La seguridad interpersonal y personal es una condicin esencial para el
xito del tratamiento, conseguirla puede llevar su tiempo.
1. Seguridad y 2. El tratamiento debe mejorar la capacidad del paciente para gestionar
estabilizacin. los estados de activacin extrema.
3. El tratamiento debe mejorar la capacidad del paciente de abordar y
controlar estados afectivos/corporales internos, en lugar de evitarlos, as
como acontecimientos externos que desencadenen situaciones de
reexperimentacin intrusiva, parlisis emocional o disociacin, y
activacin excesiva o insuficiente.
4. El conocimiento por parte del paciente tambin es un componente
integral de la Fase 1 y, de manera ptima, comienza de inmediato.
5. La primera fase del tratamiento debe llamar la atencin sobre el
sentido de s mismo del paciente y sus capacidades relacionales, y
mejorarlos.
6. Si bien la Fase 1 no se centra de forma especfica en la resolucin y el
procesamiento de recuerdos traumticos, buena parte del trabajo que se
describe con anterioridad guarda relacin, directa o indirecta, con los
antecedentes traumticos.
2.Procesamiento 1. La revelacin segura de recuerdos traumticos y reacciones conexas en
de recuerdos forma de relato autobiogrfico coherente y elaborado de forma progresiva
traumticos. son las tareas principales de esta fase.
2. A lo largo del tratamiento, pero especialmente durante el trabajo de
procesamiento emocional, debe asistirse al paciente a mantener un nivel
de funcionamiento adecuado, coherente con el pasado, y su estilo de vida
y circunstancias actuales.
1. El tratamiento, al igual que los sntomas de estrs traumtico complejo,
no es algo sencillo ni multimodal.
3. Reintegracin 2. Los terapeutas deben conocer y gestionar de manera efectiva las
reacciones transferenciales de los pacientes, y sus propias
contratransferencia y traumatizacin indirectas.
3. Debe animarse al paciente a desarrollar un sistema de apoyo externo.
Nota: Traduccin del original en ingls de Courotois y otros (2009).
350
Apndice L: Instrumentos de Evaluacin
Nombre: _____________________________________________________________
Fecha: ______________________________________________________________
Estas preguntas estn relacionadas con las maneras de actuar de su pareja o ex pareja, las
hacemos con el propsito de determinar el grado de riesgo en el que se puede encontrar
usted o su familia, por favor sea sincera y conteste pensando que va a ser para su bienestar.
I Datos Personales
1. Es desplazada/ inmigrante? a) Si b) No
351
15. Su pareja o ex pareja ha vivido trastorno psicopatolgico Previo?: a) Si b) No
16. Muestra conductas de crueldad, de desprecio y de falta de arrepentimiento?
a) Si b) No
17. Justifica las conductas violentas por su propio estado (Alcohol, drogas, estrs) o por la
provocacin de la vctima? a) Si b) No
V. Vulnerabilidad de la Victima
18. Ha percibido durante el ltimo mes que la violencia puede agravarse e incluso llevar a la
muerte? a) Si b) No
19. Ha retirado o intentado retirar la denuncia? a) Si b) No
20. Usted ha sentido problemas de salud, soledad o dependencia que la hacen
vulnerables? a) Si b) No
352
ENTREVISTA PARA VICTIMAS DE VIOLENCIA DE PAREJA
(Cceres, Labrador, Ardila & Pea, 2009)
Numero: ______
A continuacin encontrar una serie de preguntas que requieren una respuesta concreta con base en
su experiencia. Usted deber marcar con una (x) para cada respuesta segn su consideracin.
1. CARACTERSTICAS DE LA MUJER
1.1 Datos Socio Demogrficos
1. Nombre: _________________________________ Apellidos:
_______________________________
2. Direccin: ________________________Barrio: ______________Telfono:
_________mvil: _______
3. Fecha y Lugar de Nacimiento:
_______________________________________________________
4. Edad: a) menor de 18 b) 18 a 30 c) 31 a 40 d) 41-50 e) 51-60 f)
mayor de 61
5. Estado Civil: a) Casada b) Unin de hecho c) Separada d) Divorciada e)
Soltera f) Viuda
6. Motivo de su desplazamiento: a) forzado por grupos ilegales b) por motivos laborales
c) por desastre natural d) por mejorar la calidad de vida e)
otros______________________
7. Lugar de procedencia:
______________________________________________________________
8. Escolaridad: a) sin estudios b) primaria incompleta c) primaria completa d) secundaria
incompleta
e) secundaria completa f) tecnolgicos g) universitarios incompleto h)
universitarios completo
22. Composicin Familiar: a) Familia Nuclear b) Familia Extensa c) Familia Mono parental
d) Familia Reconstituida e) Otro tipo de familia:
____________________________________________
23. Tipos de Relacin.
354
1.5 Redes de apoyo
27. A quien le ha contado sobre la violencia vivida con su pareja: a) Redes primarias (hijos)
b) Redes secundarias (amigos, vecinos, familiares) c) Redes terciarias (instituciones)
28. Que Apoyo a Recibido de las Redes: a) Econmico b) Emocional c) Orientacin /
Asesora d) Motiva a Buscara Ayuda e) Motiva a Denunciar f) Ninguna g) Otra cual:
________________________________
29. Cuenta con algunas personas cercanas (familiares o amigos) a las que pueda recurrir,
en caso de decidir terminar la relacin de pareja? a) No b) Si
30. Cuenta con algunas personas cercanas (familiares o amigos), en caso que se presente
otra situacin de violencia? a) No b) Si
31. Ha recibido informacin sobre violencia: a) Ninguna b) Escrita c) Verbal d)
Orientacin profesional
355
44. Trastorno Psicopatolgico previo en la familia: a) No b) Si Cul?
_______________________
4. CARACTERSTICAS DE LA VIOLENCIA
53. Descripcin del evento:
Amenaz su vida Si No
Fue violento Si No
Fue inesperado Si No
Pas rpidamente Si No
Se ha vuelto a repetir Si No
No tuvo control de la situacin Si No
Se sinti vulnerable Si No
Fue intencionado Si No
356
consentimiento c) intimidacin para realizar el acto sexual utilizando formas que van
en contra de su voluntad d) agresin
58. Agresin contra los bienes: a) si b) no
59. Ubicacin de la lesin: a) rostro b) cuello c) cabeza d) trax e) regin dorsal f)
extremidades
Inferiores g) extremidades superiores h) otras
60. Despus de la Violencia, suele pasar: a) nada b) relaciones sexuales c) periodos
breves de cambio d) promesas de cambio e) dejan de hablarse por algn tiempo f)
abandona el hogar
5. INFORMACIN JURDICA:
70. Ha acudido a la administracin de justicia: a) No, razn
(es)________________________
b) Si en dnde:
__________________________
71. Qu esperaba al acudir a la administracin de justicia? a) una medida de proteccin
b) separarse
c) que la dejen de maltratar d) que el denunciado pague una multa e) que el denunciado
deje de consumir SPA f) que le brinde una asesora
72. Lapso de tiempo entre el hecho y la asistencia a la fiscala o a instituciones de apoyo: a)
ms de 30 das b) entre 30 y 15 das c) entre 15 y 10 das d) menor de 5 das e) el
mismo da
73. Fue atendido previamente en una institucin relacionada con violencia intrafamiliar: a)
No b) Si
74. En cul institucin fue atendida?: a) Comisara de Familia b) Estacin de Polica
c) Inspeccin de Polica d) Bienestar Familiar e) Juzgado de Familia f) Consultorio
Jurdico
75. Resultados obtenidos de la atencin previa: a) conciliacin b) caucin c)
separacin
357
d) denuncia e) medida de proteccin f) asesora psicolgica g) multa al
agresor
76. Usted conoce las consecuencias de instaurar una denuncia en la Fiscala? a) No b)
Si
Horario Disponible
maana Hra maana hra maana hra maana Hra maana hra maana hra
358
INVENTARIO DE ANSIEDAD DE BECK-BAI-
Instrucciones:
Lea cuidadosamente e indique. Para cada uno de los siguientes sntomas de ansiedad, el
grado en que se ha visto afectado por cada uno de ellos durante la ltima semana y en el
momento actual. Para ello debe elegir de entre las siguientes repuestas la que mejor
corresponda con la intensidad de cada uno de sus sntomas:
(0) En absoluto
(1) Levemente, no me molesta mucho
(2) Moderadamente, fue muy desagradable pero poda soportarlo
(3) Severamente, casi no poda soportarlo
Lista de tems
359
ESCALA DE AUTOESTIMA
Por favor, conteste a los siguientes tems marcando con una X, la respuesta que considere le
caracterice
MUY DE DE EN MUY EN
FRASE ACUERDO ACUERDO DESACUERDO DESACUERDO
1 2 3 4
1. Siento que soy una persona digna
de aprecio, al menos en igual medida
que los dems.
2. Mi inclino a pensar que en
conjunto soy una fracasada.
3. Creo que tengo varias cualidades
buenas.
4. Puedo hacer las cosas tan bien
como la mayora de la gente.
5. Creo que no tengo muchos
motivos para sentirme orgullosa de
m.
6. Tengo una actitud positiva hacia
m misma.
7. En general, estoy satisfecha
conmigo misma.
8. Deseara valorarme ms a m
misma.
9. A veces me siento
verdaderamente intil.
10. A veces pienso que no sirvo para
nada.
360
INVENTARIO DE DEPRESIN DE BECK (BDI)
En este cuestionario aparecen varios grupos de afirmaciones. Por favor, lea con atencin cada
una. A continuacin, seale cual de las afirmaciones de cada grupo describe mejor como se ha
sentido DURANTE ESTA ULTIMA SEMANA, INCLUIDO EL DIA DE HOY. Rode con un crculo el
nmero que est a la izquierda de las afirmaciones que haya elegido. Si dentro de un mismo
grupo hay ms de una afirmacin que considere aplicable a su caso, mrquela tambin; asegrese
de leer todas las afirmaciones dentro de cada grupo antes de efectuar la eleccin:
1. 0 No me siento triste habitualmente. 2 Continuamente me critico por mis
1 Me siento triste gran parte del tiempo. defectos.
2 Me siento triste continuamente y no 3 Me culpo por todo lo malo que sucede.
puedo dejar de estarlo.
3 Me siento tan triste o tan desgraciada que 9. 0 No tengo ningn pensamiento de
no puedo soportarlo. suicidio.
1 A veces pienso en suicidarme, pero no lo
2. 0 No me siento especialmente cometera.
desanimada respecto al futuro. 2 Deseara suicidarme.
1 Me siento desanimada respecto al futuro. 3 Me suicidara si tuviese la oportunidad.
2 Siento que no tengo nada que esperar.
3 Siento que el futuro es desesperanzador y 10. 0 No lloro ms de lo que sola hacerlo.
que las cosas no mejorarn. 1 Ahora lloro ms que antes.
2 Lloro continuamente.
3. 0 No me siento fracasada. 3 Tengo ganas de llorar continuamente,
1 Creo que he fracasado ms que la mayora pero no puedo.
de las personas.
2 Cuando miro hacia atrs, solo veo fracaso 11. 0 No estoy ms irritada de lo normal en
tras fracaso. m.
3 Me siento una persona totalmente 1 Me molesto o irrito ms fcil que antes.
fracasada. 2 Me siento irritada continuamente.
3 No me irrito absolutamente en nada por
4. 0 Las cosas me satisfacen tanto como las cosas que antes sola irritarme.
antes.
1 No disfruto de las cosas tanto como antes. 12. 0 No he perdido el inters por los dems.
2 Ya no tengo una satisfaccin autntica de 1 Estoy menos interesada en los dems que
las cosas. antes.
3 Estoy insatisfecha y aburrida de todo. 2 He perdido la mayor parte de mi inters
por los dems.
5. 0 No me siento especialmente culpable. 3 He perdido todo inters por los dems.
1 Me siento culpable en bastantes ocasiones.
2 Me siento culpable en la mayora de las 13. 0 Tomo decisiones ms o menos como
ocasiones. siempre lo he hecho.
3 Me siento culpable constantemente. 1 Evito tomar decisiones ms que antes.
2 Tomar decisiones me resulta ms difcil
6. 0 No creo que estoy siendo castigada. que antes.
1 Siento que puedo ser castigada. 3 Ya me resulta imposible tomar decisiones.
2 Espero ser castigada.
3 Siento que estoy siendo castigada. 14.
0 No creo tener peor aspecto que antes
7. 0 No estoy decepcionada conmigo 1 Estoy preocupada porque parezco ms
misma. vieja o poco atractiva.
1 Estoy descontenta conmigo misma. 2 Creo que se han producido cambios
2 Me avergenzo de mi misma. permanentes en mi aspecto que me hacen
3 Me detesto. parecer poco atractiva.
3 Creo que tengo un aspecto totalmente
8. 0 No me considero peor que cualquier horrible.
otro.
1 Me autocrtico por mis errores o mis 15. 0 Trabajo igual que antes
debilidades.
361
1 Me cuesta un esfuerzo extra comenzar a
hacer algo. Estoy a dieta para adelgazar
2 Tengo que obligarme mucho para hacer SI: _______ NO: _______
todo.
3 No puedo hacer nada en absoluto. 20. 0 No estoy ms preocupada por mi salud
ms que lo normal.
16. 0 Duermo tan bien como siempre. 1 Estoy preocupada por problemas
1 No duermo tan bien como antes. fsicos como dolores, molestias, malestar de
2 Me despierto una o dos horas de lo estomago o estreimiento.
habitual y me resulta difcil volver a dormir. 2 Estoy preocupada por mis
3 Me despierto varias horas antes de lo problemas fsicos y me resulta difcil pensar
habitual y no puedo volverme a dormir. en algo ms.
3 Estoy tan preocupada por mis
17. 0 No me siento ms cansada de lo problemas fsicos que soy incapaz de pensar
habitual. en otra cosa.
1 Me canso ms fcilmente que antes.
2 Me canso en cuanto hago cualquier cosa. 21. 0 No he observado ningn cambio
3 Estoy demasiado cansada para hacer algo. resiente en mi inters por el sexo.
1 Estoy menos interesada por el
sexo que antes.
18. 0 Mi apetito no ha disminuido. 2 Ahora estoy mucho menos
1 No tengo tan buen apetito como interesada por el sexo.
antes. 3 He perdido totalmente el inters
2 Ahora tengo mucho menos por el sexo.
apetito.
3 He perdido completamente el
apetito.
362
Inventario de cogniciones postraumticas
Totalmente de
Totalmente en
Levemente de
Levemente en
Desacuerdo
Desacuerdo
Desacuerdo
Indiferente
Acuerdo
Acuerdo
Acuerdo
Muy de
Muy en
Lea atentamente:
364
ESCALA DE GRAVEDAD DE SNTOMAS DEL TRASTORNO DE ESTRS POSTRAUMTICO
(Echebura, Corral Amor, Zubizarreta y Sarasua, 1997)
REEXPERIMENTACIN
1. Tiene recuerdos desagradables y recurrentes del suceso, incluyendo imgenes,
pensamientos o percepciones? ____
2. Tiene sueos desagradables y repetitivos sobre el suceso? ____
3. Realiza conductas o experimenta sentimientos que aparecen como si el suceso
estuviera ocurriendo de nuevo? ____
4. Sufre un malestar psicolgico intenso al exponerse a estmulos internos o externos
que simbolizan o recuerdan algn aspecto del suceso? ____
5. Experimenta una reactividad fisiolgica al exponerse a estmulos internos o externos
que simbolizan o recuerdan algn aspecto del suceso? ____
EVITACIN
1. Se ve obligada a realizar esfuerzos para ahuyentar pensamientos, sentimientos o
conversaciones asociadas al suceso? ____
2. Tiene que esforzarse para evitar actividades, lugares, personas que evocan el
recuerdo del suceso? ____
3. Se siente incapaz de recordar alguno de los aspectos importantes del suceso? ____
4. Observa una disminucin marcada del inters por las cosas o por la participacin en
actividades significativas? ____
5. Experimenta una sensacin de distanciamiento o de extraeza respecto a los dems?
____
6. Se siente limitada en la capacidad afectiva (por ejemplo, incapaz de enamorarse)?
____
7. Nota que los planes o esperanzas de futuro han cambiado negativamente como
consecuencia del suceso (por ejemplo, realizar una carrera, casarse, tener hijos, etc.)?
____
AUMENTO DE LA ACTIVACIN
1. Se siente con dificultad para conciliar o mantener el sueo? ____
2. Est irritable o tiene explosiones de ira? ____
3. Tiene dificultades de concentracin? ____
4. Est usted excesivamente alerta (por ejemplo, se para de forma sbita para ver quin
est a su alrededor, etc.) desde el suceso? ____
5. Se sobresalta o se alarma ms fcilmente desde el suceso? ____
365
ESCALA DE INADAPTACIN
Rodee con un crculo el nmero que mejor describa su situacin actual respecto a los aspectos de su vida
cotidiana que se sealan a continuacin.
A causa de mi experiencia de malos tratos, mi funcionamiento en el trabajo y/o en los estudios se visto
afectado:
0 1 2 3 4 5
A causa de experiencia de malos tratos, mi vida social habitual (relaciones de amistad con otras personas)
se ha visto afectada:
0 1 2 3 4 5
A causa de mi experiencia de malos tratos, mis actividades habituales en los ratos libres (salidas cenas,
excursiones, viajes, prctica deportiva, etc.) Se han visto afectadas:
0 1 2 3 4 5
366
Apndice M: Manual de terapeuta de la gua de intervencin clnica
MANUAL DE TERAPEUTAS
2011
367
MANUAL PARA TERAPEUTAS
PRESENTACIN
El presente manual est dirigido a los/as psiclogos/as profesionales que estn en contacto
directo con la violencia intrafamiliar, pretende proporcionar a los/as terapeutas la informacin
requerida para la aplicacin del protocolo de atencin a mujeres vctimas de violencia de
pareja, en el marco de la red de cooperantes del Proyecto de Cooperacin al Desarrollo
Universidad Complutense de Madrid (UCM); no es exhaustivo ni pretende anular otras
acciones pero si ofrece el programa de tratamiento y la descripcin de las actuaciones durante
el proceso, validadas en Espaa y Mxico; apoya las acciones de mujeres que necesitan
sentirse valoradas, tiles y sobre todo que luchan por salir adelante con su familia amndose a
s mismas y respetndose. De igual manera el programa tiende a dar cumplimiento a la ley
1257/08, la cual busca garantizar para todas las mujeres una vida libre de violencia, tanto en
el mbito pblico como en el privado1
OBJETIVO
Presentar un manual de terapeutas que sirva de herramienta de trabajo para la
implementacin del protocolo de evaluacin y tratamiento a mujeres vctimas de violencia de
pareja de manera que permita determinar las acciones a realizar para lograr la eficacia y
efectividad del tratamiento.
A continuacin se describe cada una de las fases y se determinan las actuaciones a desarrollar
en cada una de ellas.
1
Ley 1257 de 2008 Art. 1
368
1. Fase de Atencin Inmediata
En esta fase se da el primer acercamiento entre el/ la terapeuta y la mujer vctima de
violencia de pareja, donde la acogida a estas mujeres por parte del profesional que atiende
este tipo de casos Juega un papel importante en la solicitud de ayuda.
La victima que acude a un servicio de atencin psicolgica evidencia comportamientos que
denotan temor, vergenza, y sentimientos de culpa, y aportan explicaciones vagas,
contradictorias y confusas; los profesionales por tanto debern mostrar una actitud basada en
la escucha activa y la confidencialidad, evitando emitir juicios, mostrando una actitud de
apoyo y acompaamiento.
Los objetivos de la fase de accin inmediata es brindarle a la victimas una orientacin
psicolgica en donde se interviene en tres aspectos importante: expresin de Emociones o
Intervencin en crisis, evaluacin de riesgo de peligrosidad e identificacin de ideas
suicidas.
1.1 Intervencin en Crisis
Cuando la vctima de violencia de pareja acude a una consultora psicolgica necesita contar
con apoyo para afrontar eficazmente su situacin, unos de las actividades importantes en este
primer contacto es ayudar a que la mujer encuentre alivio al sufrimiento psicolgico, facilitar
la expresin emocional y evitar la perpetuacin de los sntomas.
Qu se debe hacer en la etapa de intervencin en crisis?
Creer lo que la persona relata.
Animar a la victima a hablar sobre la situacin de maltrato, sin embargo no presionar.
Respetar la necesidad de la vctima de confidencialidad.
No juzgar slo escuchar
Transmitir que las reacciones que tiene son normales, que tiene derecho a sentirse como se
siente. Son reacciones normales antes situaciones anormales.
Hacer saber a la vctima que no sta sola y que otras personas estn pasando por situaciones
similares a la suya.
Transmitir el mensaje de que lo ocurrido no es culpa suya, no es responsable del maltrato. La
violencia nunca se justifica. Un inters excesivo y recurrente en aspectos relacionados con lo
que podra haber hecho y no hizo para evitar la agresin podra desencadenar la aparicin
sentimientos de culpa e incomprensin.
Indicar que no debe pretender cambiar el comportamiento del agresor. Las disculpas y
promesas no van a mitigar o hacer desparecer la violencia.
Dejar el tiempo que necesite la vctima para tomar sus propias decisiones.
2. Fase de evaluacin
Una vez realizada el proceso de accin inmediata el/la terapeuta resalta a la victima la
importancia de evaluar aspectos importantes relacionados con la situacin de violencia tales
como la historia de la violencia de pareja y las consecuencias psicolgicas de la mujeres
derivadas de la violencia recibida.
La evaluacin de un caso de violencia de pareja se divide en dos bloques principales:
3. Fase de tratamiento
Culminada las dos fases anteriores, la fase de accin inmediata y de evaluacin se da a
conocer a las mujeres la fase de tratamiento, se explica que es un programa en el que se
trabaja en grupo, con otras mujeres que han vivido la misma situacin de violencia; se
explica adems que es un tratamiento que consta de ocho sesiones de uno o dos encuentros a
la semana y que tiene como objetivo aliviar la sintomatologa que genera la violencia de
pareja mediante el entrenamiento de tcnicas de control de activacin como la tcnica de
respiracin, tcnicas para mejorar el estado de nimo y la autoestima, as como otras tcnicas
que potencien el desarrollo de habilidades para enfrentasen a la vida cotidiana y lograr una
mejor adaptacin.
La fase de tratamiento tienes dos componentes importantes que se trabajan en cada una de las
sesiones planteadas; uno es el componente psicoeducativo en el que se da informacin y
explicacin del tema determinado para cada una de las sesin y el otro componente es el
entrenamiento en la tcnica que est encaminada a minimizar los sntomas presentes en las
mujeres, producto de la violencia vivida.
A continuacin se describe cada uno de los temas que orientan la psicoeducacin en las
ochos sesiones: Qu es violencia?, formas de violencia, escalada de la violencia, qu es
ansiedad?, control de la respiracin, detencin de pensamientos, re- estructuracin
cognoscitiva, entre otros, y de igual manera se describen los pasos a seguir en el
entrenamiento de cada una de la tcnicas.
3.1 Sesin 1
En esta primera sesin se hace la introduccin a la terapia, se describen los objetivos, se
establecen las normas de trabajo, y se desarrolla la informacin correspondiente a lo que es
violencia sus formas y consecuencias. Se hace la introduccin a la prctica de la tcnica de
respiracin.
3.1.1 Psicoeducacin
a) Qu es Violencia?
Violencia: uno o varios comportamientos usados por la pareja o ex pareja para ganar poder o
control.
Violencia Domestica: es la violencia ejercida en el hogar por cualquiera de los miembros de
la familia (pareja, hijos, Hermanos, ancianos).
Violencia de Gnero: es la violencia que va hacia la mujer en cualquier lugar: hogar, trabajo,
comunidad.
372
Violencia contra la mujer: es un patrn de conductas abusivas que tienen como objetivo
ejercer control y dominio sobre la mujer, para conservar o aumentar el poder y la autoridad
del hombre en la relacin sentimental.
b) Tipos de Violencia
Fsica: todo comportamiento que ocasione dao o sufrimiento fsico o cualquier otro maltrato
de afecte su integridad fsica o de sus bienes.
Por ejemplo: Abofetear, empujar, golpear, la privacin de cuidados mdicos, restriccin de
dinero, etc.
Sexual: cualquier contacto sexual a la fuerza, sin autorizacin utilizando amenazas, e
intimidacin. Puede incluir ciertos tipos de actos sexuales, penetracin o juegos sexuales que
vayan en contra de las creencias y hbitos de la mujer.
Psicolgica: todo comportamiento verbal o fsico que ocasione dao emocional, disminuya la
autoestima, intimide, descalifique o ridiculice a la mujer tanto en el hogar como fuera de este.
En la violencia psicolgica se incluye la violencia econmica y social.
c) Consecuencias de la violencia en la salud
Consecuencias Fsicas: dolores en el pecho y estmago, golpes, fracturas y heridas, daos
Estomacales, daos en los ojos o en otras partes del cuerpo reduccin en el funcionamiento
Fsico.
Consecuencias Psicolgicas: depresin, ansiedad, angustia y estrs, que afectan su salud, baja
autoestima, adiccin al alcohol, al tabaco o a las drogas, deseos o intentos de suicidio,
comportamiento autodestructivos, inseguridad sexual, e incomodidad.
Consecuencias Sexuales: Trastorno ginecolgico / infertilidad, inflamacin de la pelvis,
problemas en el embarazo/ aborto, enfermedades de transmisin sexual incluido VIH- SIDA y
embarazo no deseado.
Consecuencias Fatales: mortalidad relacionada con el SIDA, mortalidad materna, femicidio
(muerte de la mujer) y suicidio.
d) Escalada y Ciclo de La Violencia de Pareja.
El curso de la violencia de pareja tiene forma de espiral: al comienzo el maltrato es menos
frecuente y puede implicar un insulto o una amenaza, pero en el futuro aumenta la intensidad,
frecuencia y gravedad de los golpes, pudiendo e incluso llegar a la muerte.
En la espiral del maltrato se van dando tres fases que se repiten una y otra vez, agravando el
problema.
Fase de acumulacin de tensin: aparece un aumento gradual de la tensin en la pareja que
surge de los problemas cotidianos y que se manifiestan por medio de insultos o incidentes
menores de malos tratos del hombre a la mujer. La mujer para intentar calmar al
maltratador, suele mostrarse sumisa.
Fase de explotacin de la tensin: la tensin acumulada en la fase anterior hace explosin en
esta fase en forma de maltrato fsico, psicolgico y sexual. Esta fase tiene una duracin ms
corta, pero la mujer siente que ya no tiene ningn control sobre las agresiones perpetradas por
su pareja, que haga lo que haga recibe malos tratos.
Fase de reconciliacin o de luna de miel: la tensin y la violencia desaparecen y el
maltratador se muestra amable, protector y arrepentido, prometiendo una y otra vez a la
vctima que no volver a ser violento. Puede que la mujer llegue a creer que los incidentes de
malos tratos no volvern a ocurrir y que el amor que sienten el uno por el otro le har
cambiar.
Sin embargo, las etapas de este ciclo son cada vez ms breves en el tiempo, lo que implica
que los ataques, ya sean fsicos, psicolgicos, o sexuales sern cada vez ms frecuentes,
graves y peligrosos.
e) Por qu es importante la respiracin?
Respirar correctamente permite una adecuada oxigenacin del organismo, las condiciones de
vida actual con frecuencia favorecen el desarrollo de hbitos de respiracin poco adecuados.
Las posturas ms habituales, las ropas, los ritmos de vida y especialmente las situaciones de
estrs colaboran a facilitar patrones de respiracin caracterizados por un ritmo acelerado y
una escasa intensidad o, de una respiracin ms superficial.
373
Una respiracin inadecuada provoca una menor oxigenacin en los tejidos, un mayor trabajo
cardaco y una mayor intoxicacin general del organismo, lo que facilitar la aparicin de
ansiedad, depresin, etc., Por el contrario, una respiracin adecuada facilitar una mejor
oxigenacin, lo que conllevar a un mejor funcionamiento de los tejidos, un mejor trabajo
cardiaco, dificultando, entre otros, la aparicin de fatiga muscular y las sensaciones de
ansiedad. La respiracin es esencial para la vida, es un antdoto contra el estrs.
Aunque es posible el control voluntario de la respiracin, lo cierto es que su regulacin
habitualmente es automtica especialmente en aquellos momentos ms importantes, cuando
se emiten respuestas emocionales, pues dificultan centrar la atencin en los patrones
respiratorios que adems suelen alterar. Por eso el objetivo de la tcnica de control de
respiracin debe ser en primer lugar el ensear un adecuado control voluntario de sta, para
posteriormente automatizar este control de forma que su regulacin se mantenga incluso en
las situaciones problemticas.
3.2.1 Psicoeducacin
a) Qu es la Ansiedad?
La ansiedad es una respuesta innata de nuestra especie que tiene como misin la
supervivencia. Cada vez que hay un peligro, reaccionamos de la misma forma, pensamos las
mismas cosas, sentimos las mismas sensaciones, actuamos de forma similar; esta reaccin es
ansiedad. As pues, ante una situacin peligrosa, real que implique un desafo o reto el
circuito de la ansiedad se dispara, haciendo que reaccionemos de la forma ms eficaz para
poder sobrevivir. Podramos decir que estamos aqu y que somos lo que somos, gracias a la
ansiedad.
Ante situaciones que objetivamente entraan un peligro (Ej.: un obstculo en la carretera), o
que suponen un desafo (Ej.: hablar en pblico) en todos los seres humanos se dispara la
ansiedad y el organismo se acelera, hacindonos ms eficaces (Ej.: maniobrar rpidamente,
pensar ms rpido).
Tambin puede ocurrir que esta potencial aliada nos traicione. Esto ocurre en dos
circunstancias:
Cuando la ansiedad se dispara en situaciones que no suponen ningn tipo de riesgo o
amenaza, o al menos la probabilidad de peligro es muy escasa (Ej.: subir en ascensores,
viajar en el metro).
Cuando hay una situacin desafiante y la persona necesita actuar de una manera especial
(Ej.: examen importante), pero la ansiedad es tan desproporcionada que bloquea su
respuesta (Ej.: quedarse en blanco). Un nivel moderado de ansiedad ayudara a la persona
a pensar ms rpido y a recordar mejor la informacin, pero un nivel demasiado elevado
entorpecera su actuacin.
Por lo tanto, se podra hablar de dos problemas de ansiedad: 1. Cuando la persona siente
mucha ansiedad, ante situaciones en las que la mayora de las personas no se ponen ansiosas y
2. Cuando se experimenta un grado extremo de ansiedad en situaciones donde la mayora de
las personas se sentiran solo moderadamente ansiosas.
3.3 Sesin 3
En esta sesin se explica la forma como procesamos la informacin que nos llega a la mente,
explicamos el esquema ABCD, se instruye en la tcnica de reevaluacin cognoscitiva, y se
refuerzan las tcnicas de detencin del pensamiento y control de la respiracin.
3.3.1 Psicoeducacin
Reestructuracin Cognitiva
La Reestructuracin Cognitiva es una tcnica psicolgica para identificar, analizar y
modificar las interpretaciones o pensamientos errneos que las personas experimentan en
determinadas situaciones o tienen acerca de otras personas.
Los pensamientos, son los dilogos que tenemos con nosotros mismos. Ese dilogo tiene
afirmaciones que se refieren a situaciones, temas, personas, circunstancias, etc. Cada una de
estas afirmaciones es un pensamiento. Lo que pensamos influye en lo que sentimos y en lo
que hacemos.
Cuando pensamos, lo podemos hacer de dos formas: Positivamente: son aquellos
pensamientos que nos ayudan a alcanzar nuestros objetivos y nos hacen sentirnos bien.
376
Negativamente: son aquellos que obstaculizan el logro de nuestros objetivos y tienden a
originar emociones negativas. Nos hacen sentir mal. Ambos pueden ser, Racionales (son los
que se apoyan en datos reales y objetivos) o Irracionales (no cuentan con suficientes datos
reales y objetivos en que apoyarse o incluso estn en contraposicin con la realidad).
La reestructuracin Cognitiva consiste en Reflexionar sobre la incidencia que tienen los
pensamientos o interpretaciones sobre las emociones y conductas, Ser conscientes de que
nuestros pensamientos o interpretaciones son simples hiptesis, es decir, algo que se debe
demostrar, identificar esos pensamientos o interpretaciones, analizar los pensamientos o
interpretaciones identificados previamente, para comprobar hasta qu punto se ajustan a la
realidad objetiva. Identificar los errores que cometemos, que a veces los repetimos sin darnos
cuenta, Buscar otros pensamientos o interpretaciones alternativas, ms ajustadas a la realidad.
Existen diferentes formas de mirarse a uno misma, al mundo y a los dems de manera
irracional entre los ms comunes tenemos:
Focalizando en lo Negativo: Prestar atencin a lo negativo y desatender lo positivo.
Personalizando: Asumir el 100 % de la responsabilidad en los acontecimientos negativos.
Hipergeneralizando: Sacar una regla general y universal a partir de un detalle especfico
si fracase una vez siempre fracasar.
Utilizando excesivas expresiones debera/tengo que: Excesivas autoverbalizaciones de
sobreexigencia, tambin referidas al mundo o a los dems.Debera haber actuado antes, No
debera haberme ocurrido
Leyendo la Mente de los Dems: Suponer que los dems no se interesan por ti, que no le
gustas a los dems, etc. Sin pruebas de que esas suposiciones sean correctas.
Pensando de Manera Extrema: significa categorizar la experiencia en trminos extremistas y
dramticos. tengo que ser perfecto de lo contrario no valgo nada.
377
3.4. Sesin 4
En la cuarta sesin se refuerza la tcnica de reestructuracin cognitiva, se discute con las
participantes la relacin causal y directa que existe entre el nmero de actividades
gratificantes que las personas realizan y la calidad de su estado de nimo, se contextualizan
los pasos que orientan una buena solucin a los problemas, y se explica la tcnica de solucin
de problemas.
3.4.1 Psicoeducacin
a). Actividades gratificantes
Cuando la persona se encuentra en un bajo nivel de activacin hace que se consideren a s
mismos como intiles. Cuando las personas dejan de realizar actividades que le resultan
gratificantes, la ausencia de esa recompensa que proporciona el hacer determinadas tareas,
favorece que aparezca un bajo estado de nimo. Este bajo estado de nimo facilita a su vez
que el realizar cualquier tarea suponga un esfuerzo muy alto y, a su vez, que la persona sienta
que es incapaz de llevarlo a cabo. De este modo, progresivamente disminuye la recompensa o
gratificacin que le proporcionara llevarlas a cabo.
Actividades Gratificantes son aquellas actividades que producen efectos placenteros o de
aumento del estado de nimo a las personas. Las actividades gratificantes son de carcter
personal (determinadas actividades funcionan a algunas personas mientras que a otras no) y
los programas que se componen de un aumento de stas persiguen una mejora del estado de
nimo y un aumento de la actividad general llevada a cabo por el paciente.
b) Solucin de Problemas.
Segn D Zurilla y Goldfried (1971) la meta de la solucin de problemas es producir
consecuencias positivas, refuerzos positivos y evitar las consecuencias negativas. Para ello la
solucin de Problemas es una tcnica de modificacin de conducta que facilita una conducta
eficaz. Aquellas personas que resuelven sus problemas adecuadamente suelen tener una
adecuada competencia social.
Solucionar problemas consiste en tener la voluntad de encontrar una solucin satisfactoria
para cada una de las partes afectadas. Es confrontar ideas y sentimientos para evitar que las
personas se enfrenten o continen enfrentadas. Es una necesidad ante el surgimiento de un
conflicto entre dos o varias partes. Cada parte tiene el poder tanto de impedir que la otra
alcance sus objetivos, como de ayudarla a obtenerlos. Y estas situaciones nos las encontramos
en nuestra vida diaria a cada momento, explcita o implcitamente.
Existen una serie de pasos que podemos aplicar para resolver nuestros problemas de manera
adecuada.
Orientacin hacia el problema.
Aceptar que las situaciones problemticas forman parte de la vida diaria y que es posible
enfrentarlas de manera eficaz.
Reconocer las situaciones problemticas cuando ocurran, evitar responder de manera
impulsiva y evitar no hacer nada para enfrentarlas.
Definicin y Formulacin del Problema.
Es necesario buscar toda la informacin posible: Qu sucede?, Quin est implicado?,
Dnde?, Cundo?, Cmo?
Describir el problema y formularlo en trminos especficos, concretos y familiares.
Establecer una Meta Realista de Solucin del Problema Qu quiero lograr?, evitando
metas inalcanzables.
Generacin de Soluciones Alternativas
Proponer todas las Soluciones Alternativas que sean posibles, sin juzgar su validez.
A mayor nmero de alternativas, ms posibilidad de encontrar la Solucin Adecuada entre
ellas.
Todas las opciones son validadas, en este momento lo importante es la cantidad, no la calidad
de las alternativas.
Toma de decisiones
378
Indicar las consecuencias positivas y las consecuencias negativas de cada una de las
alternativas, as como el grado de satisfaccin con el resultado, en caso de que esa solucin
fuera la elegida.
Comparar y juzgar cada una de las alternativas disponibles y elegir la mejor (Mayor nmero
de Ventajas, Menor nmero de Inconvenientes, y Mayor grado de satisfaccin).
Puesta en Prctica y Verificacin de Soluciones
Poner en prctica la Solucin elegida, analizar si el resultado logrado es el esperado, en caso
contrario, repetir el proceso.
3.5 Sesin 5
En la sesin 5 se contina entrenando a las mujeres en la tcnica de solucin de conflictos,
se comparte y se reflexiona los contenidos sobre autoestima y su importancia, se orienta en el
manejo de la tcnica de autoestima.
3.5.1 Psicoeducacin
a) Autoestima
Las creencias que tenemos acerca de nosotros mismos, aquellas cualidades, capacidades,
modos de sentir o de pensar que nos atribuimos, conforman nuestra imagen personal o
autoimagen. La autoestima es la valoracin que hacemos de nosotros mismos sobre la
base de las sensaciones y experiencias que hemos ido incorporando a lo largo de la vida.
Nos sentimos listos o tontos, capaces o incapaces, nos gustamos o no.
Esta autovaloracin es muy importante, dado que de ella dependen en gran parte la
realizacin de nuestro potencial personal y nuestros logros en la vida. De este modo, las
personas que se sienten bien consigo mismas, que tienen una buena autoestima, son capaces
de enfrentarse y resolver los retos y las responsabilidades que la vida plantea. Por el contrario,
los que tienen una autoestima baja suelen auto limitarse y fracasar.
El concepto de uno mismo va desarrollndose poco a poco a lo largo de la vida, cada etapa
aporta en mayor o menor grado, experiencias y sentimientos, que darn como resultado una
sensacin general de vala e incapacidad.
La baja autoestima est relacionada con una distorsin del pensamiento (forma inadecuada de
pensar). Las personas con baja autoestima tienen una visin muy distorsionada de lo que son
realmente; al mismo tiempo, estas personas mantienen unas exigencias extraordinariamente
perfeccionistas sobre lo que deberan ser o lograr.
Se entrega a cada participante el trptico informativo sobre autoestima para que sea ledo y
comentado en grupo.
Se explica a las participantes que cada persona se valora a s misma en funcin de la
evaluacin que hace de s misma en diferentes reas, como son el rea social, laboral,
familiar, de pareja, corporal y global. Por consiguiente, al hablar de autoestima vamos a tener
en cuenta estas mismas reas. Se les explica que el rea social abarca los sentimientos de uno
misma en cuanto a la amistad, sus habilidades sociales, la aceptacin social y el nivel de
satisfaccin en la relacin con el otro. El rea laboral hace referencia a la evaluacin de una
misma a travs de la propia aptitud, xito, funcionamiento y satisfaccin laboral. La
autoestima familiar y de pareja refleja los propios sentimientos como miembro de una familia,
y la valoracin que se lleva a cabo sobre el desempeo y satisfaccin del rol de madre y
esposa. La imagen corporal es la combinacin del aspecto y las capacidades fsicas,
380
incluyendo la valoracin de la propia salud, y la autoestima global es la valoracin general de
una misma, basndose en la evaluacin de todas estas reas y de los logros y xitos
alcanzados en la vida.
Se pide a las participantes que rellenen un inventario en el que aparecen todas las reas
mencionadas, para que especifiquen aspectos positivos y negativos de s mismas.
Una vez finalizada la tarea se anima a las participantes a compartir con el grupo los aspectos
sealados. La terapeuta supervisa el ejercicio, asegurando que la descripcin de los aspectos
negativos no se ha llevado a cabo utilizando un lenguaje generalizador y peyorativo, y
enfatiza en la importancia de focalizar la atencin en los aspectos positivos.
Se anima a las participantes a imaginarse a s mismas en un futuro, y se les pide que
verbalicen en voz alta esta proyeccin, enfatizando en los aspectos positivos (participacin en
actividades nuevas, posibilidades de mejorar en el trabajo, de aumentar su red de apoyo
social).
3.6 Sesin 6
En la sexta sesin se retroalimenta la tcnica de autoestima, se contextualiza la tcnica de
exposicin o reexperimentacin y se explica el aporte que esta tiene para contrarrestar los
sntomas del trastorno de estrs postraumtico, al finalizar la sesin se realizan ejercicios de
control de la respiracin.
3.6.1 Psicoeducacin
a) Tcnica de exposicin
La tcnica de exposicin es una tcnica que se basa en exponer al paciente a aquellas
situaciones o elementos que producen ansiedad o angustia. Acta especficamente sobre las
conductas de evitacin y de rebote, sobre la activacin automtica, el pnico, y las
limitaciones sociales.
Su aplicacin es, en la gran mayora de los casos, gradual. Es decir, se sugerir al paciente en
un primer momento la exposicin a estmulos o situaciones que generan escasa ansiedad, para
ir aumentando la dificultad a medida que se vayan consiguiendo los objetivos de la tcnica.
Normalmente, para la aplicacin de este tipo de tcnicas, el paciente estar entrenado en otras
habilidades para controlar la ansiedad (como por ejemplo las tcnicas de relajacin) y/o
tcnicas para afrontar situaciones problemticas.
Los objetivos que persigue esta tcnica son: a) aprender que la ansiedad y sus sntomas
pueden ser controlados con tcnicas de afrontamiento enseadas, b) aprender que las
consecuencias catastrficas anticipadas a la situacin que produce ansiedad no ocurren y c)
romper la asociacin entre situaciones o estmulo y ansiedad, y a responder de un modo
distinto a la situacin.
Los estmulos utilizados en la exposicin pueden ser en vivo, imaginados, filmados, grabados
en cinta o presentados mediante la tcnica de role-playing.
381
Con ayuda de la terapeuta cada participante disea el contenido de las escenas a las que se
va a exponer en imaginacin. Se entrega a cada una de ellas seis tarjetas en blanco para que
describan, por una cara, un episodio de maltrato que hayan experimentado, y por el otro el
grado de ansiedad que les genera esa situacin, valorndola en una escala de 0 a 100. Por
tanto, cada participante describe y valora en trminos de malestar provocado seis situaciones
de malos tratos distintas, incluyendo el episodio de violencia que mayor malestar les genera.
A continuacin, se ordenan las tarjetas de menor a mayor grado de ansiedad, para llevar a
cabo la exposicin de manera ascendente. Bajo supervisin de la terapeuta, cada una
selecciona aquella situacin a la que se va a exponer en primer lugar.
Se pide a las participantes que escriban la situacin que han escogido. Debe ser lo ms
detallada y cercana a la realidad posible. Se debe llevar a cabo en primera persona, en tiempo
presente y debe incluir caractersticas sensoriales (qu vieron, oyeron, etc.), adems de lo que
pensaron y sintieron en ese momento, los sentimientos de los que se avergenzan, los
sentimientos de venganza, de odio, etc. Cada participante lee su relato en voz alta y se graba
en una cinta para que se pueda exponer a l a lo largo de la semana. Se presta mucha atencin
a la reaccin emocional experimentada por las participantes y en caso de que sea excesiva se
interrumpe el ejercicio. Es importante reforzarlas por el trabajo realizado y promover el apoyo
grupal ante una tarea tan dolorosa.
3.7 Sesin 7
En esta etapa del tratamiento se contina trabajando con las mujeres en el entrenamiento de la
tcnica de reexperimentacin, se debate la importancia del manejo de la comunicacin y se
explica la tcnica de la comunicacin.
3.7.1 Psicoeducacin
a) Estilos de Comunicacin
Una de las conductas bsicas de las que est dotado el ser humano es la comunicacin, gracias
a este mecanismo natural de interaccin, el hombre ha podido desarrollarse en un mundo
hostil a lo largo de la historia. La comunicacin sienta las bases de las relaciones
interpersonales, a travs de ella podremos informar, hablar, expresar, aclarar, etc.
Como sabemos, para que haya comunicacin se necesita un emisor de la informacin y un
receptor que la recoja, la procese y la entienda. Es decir, son necesarias dos personas para
poder comunicar, la interaccin es intrnseca a la propia palabra.
Una vez sabido esto habr que tener en cuenta que el ser humano va a utilizar diferentes
estilos de comunicacin para interactuar con los dems, dependiendo de las diferentes
situaciones y de los objetivos que desee conseguir con esa interaccin.
Estilo pasivo
Una persona tiene una conducta pasiva cuando permite que los dems le manipulen, cuando
no defiende sus intereses y cuando hace todo lo que le dicen sin importar lo que piense o
sienta al respecto. Este tipo de personas nunca dan su opinin y dejan que sean los dems los
que decidan.
La ventaja de ser pasivo es que rara vez se recibe un rechazo directo por parte de los dems.
No molestas aunque tampoco aportas nada. Mientras que la otra persona haga lo que quiere
sin encontrar resistencia, todo ir bien. Son muchas las parejas que se guan por este
razonamiento. Uno dice lo que hay que hacer y toma las decisiones y el otro las acata sin
rechistar, con tal de agradar a su pareja.
La parte negativa de este estilo de comunicacin es que los dems pueden aprovecharse de la
buena fe del pasivo, adems rara vez se le tomar en cuenta, ya que nunca opina. El pasivo
382
acabar por acumular una pesada carga de irritacin y resentimiento debido a la cantidad de
veces que se ha callado su opinin.
Estilo agresivo
La persona con este tipo de estilo de comunicacin es muy amigo de la pelea, la acusacin y
las amenazas. Son personas a las cuales no les importar agredir a los dems directa o
indirectamente con el fin de conseguir lo que ellos quieren y sin tener para nada en cuenta las
necesidades o deseos de los dems. Imponen la ley del ms fuerte.
En una pareja en la cual uno de sus miembros tenga este estilo de comunicacin, las
discusiones estn servidas, a no ser que el otro miembro sea pasivo y no discuta sus
opiniones.
Estilo asertivo
Este tipo de personas seran las ideales para comunicar ya que siempre defendern sus
derechos, opiniones o deseos, sin embargo nunca harn dao a los dems, tendrn en cuenta
sus opiniones y sern considerados con su forma de pensar. El asertivo tendr una forma de
expresarse pausada y tranquila, siempre escuchar lo que tiene que decir el otro, le dar la
razn o le entender a pesar de que no est de acuerdo con lo que dice y, por encima de todo,
defender su postura; eso s, sin utilizar en ningn momento la agresin o la amenaza.
De esta manera conseguir lo que desea de un modo tranquilo y el otro no se sentir engaado
o defraudado, se utilizar mucho la resolucin de problemas y los acuerdos ya que es una
forma de comunicacin activa y resuelta, no sern necesarios la docilidad extrema (como
hace el pasivo ) ni la agresin. Frases tpicas que utilizar el asertivo en una discusin
sern:
Esta forma de comunicar ser la ideal en la mayora de los conflictos, al principio de las
frases se muestra inters por lo que el otro opina, incluso a veces se le da la razn a medias,
pero a lo largo de la conversacin se deja siempre claro el punto de vista que nos interesa
haciendo de esta manera que nuestro contrincante no se ponga a la defensiva puesto que lo
que hacemos en primer lugar es adularle o darle la razn.
383
3.8 Sesin 8
En esta ltima sesin de tratamiento se inicia con el entrenamiento en la tcnica de
reexperimentacin, se resalta la importancia de desarrollar habilidades para mejorar la calidad
de vida y adaptabilidad, se hace un repaso de las tcnicas aprendidas durante todo el proceso
y se planean estrategias para la prevencin de recadas.
3.8.1 Psicoeducacin
a) Repaso de las tcnicas aprendidas
En situaciones de violencia hay problemas para que la familia pueda adaptarse al medio,
todas las reas de la vida pueden versen afectadas. Se Puede perder el contacto con los seres
queridos y amigos, que no quieren involucrasen en sus problemas.
Habilidades para mejorar la adaptacin y tener mejor calidad de vida.
Trate de:
Fortalecer su autoestima. As podr relacionarse mejor con los dems.
Para dar al otro es importante que se d a s misma.
No se asle, trate de buscar actividades que le gusten preferiblemente en compaa y fuera de
casa.
Evite sentirse fracasada y derrotada, piensa que es una batalla pero la guerra sigue y debes
hacerle frente a los problemas y conflictos que la vida te presente.
384
Vive el presente y no el pasado.
Planifica el futuro, ponte metas a un mes, a tres meses y un ao.
Plan de escape
1. Planifica cundo y para donde te vas a ir. Elige un lugar seguro, a ser posible que no
conozca su pareja.
2. Ten planificada la ruta para escapar de casa y ensasela a los nios.
3. No des informacin, ni indicios de los planes para evitar control por parte del agresor.
4. Coge dinero, un Juego de llaves extras, copias de los documentos ms importantes y ropa
adicional piensa que te puedes marchar en cualquier momento.
5. Debes tener en cuenta que en ese momento los nervios te pueden jugar una mala pasada,
pero no debes tomar pastillas, ni tranquilizantes, porque debes pensar con claridad, por ello es
imprescindible que tengas todo previsto y que los nios tambin sepan como tienen que
actuar.
Recuerda
1. Recuerda tener un plan de escape
2. Saber los telfonos de emergencia como: polica, fiscala, otros.
3. Tener a la mano los documentos suyos y los de sus hijos e hijas.
4. Haber explicado los planes de escape y emergencia a sus hijos e hijas.
5. Contar con el apoyo de familiares, vecinos y amigos a quienes pueda acudir en caso de
emergencia.
6. Identifique cada una de las entidades a las que puede recurrir en caso de un nuevo episodio
de maltrato.
DESCRIPCIN DE LA SESIONES
386
Puesto que el/la terapeuta ya ha tenido la oportunidad de conocer personalmente a las
participantes en la sesin de evaluacin, se dirige a cada una de ellas por su nombre para
darles la bienvenida y agradecer su asistencia.
Se hace referencia a lo difcil que debe resultarles asistir a un grupo con personas
desconocidas y se les refuerza por haber vencido sus resistencias y haber acudido. Se les
recuerda que es un grupo para mujeres vctimas de violencia domstica y que, en este sentido,
todas ellas comparten la misma problemtica y presentan, en consecuencia, las mismas
dificultades.
Se anima a las participantes a presentarse al resto del grupo. Muchas de ellas pueden llegar a
sentir que en este momento tienen que contar su historia de violencia con la emocin que ello
despierta, as que es importante sealar que en este primer contacto es suficiente con que
mencionen su nombre, si tienen hijos o no, si trabajan o no fuera de casa y algunas de sus
aficiones, ya que a lo largo del tratamiento habr oportunidad de que se vayan conociendo.
2. Explicacin de las ventajas de trabajar en grupo.
Se insiste en que a pesar de la ansiedad inicial que pueden estar experimentando al
encontrarse en una situacin nueva y desconocida, el trabajo grupal les va a resultar muy
beneficioso para la superacin de sus dificultades, ya que es una oportunidad para sentirse
comprendidas por mujeres que presentan las mismas dificultades y aprender a travs de la
ayuda que pueden recibir de otras participantes y de la ayuda que ellas mismas pueden
proporcionar al resto del grupo.
3. Firma de Compromiso Teraputico y construccin de Normas de Funcionamiento.
Se explica que, puesto que el trabajo es conjunto, son necesarias ciertas normas de grupo, que
les permitan funcionar de manera ptima. La terapeuta facilita por escrito a cada una de las
participantes algunas normas imprescindibles para el trabajo en grupo, que hacen referencia a
la confidencialidad, puntualidad, participacin activa, etc. y les anima a discutirlas, a
seleccionar las que consideren ms relevantes y a aadir otras nuevas en caso de que lo
estimen necesario. Esta hoja queda en la carpeta de cada participante
Se firma el compromiso de trabajo teraputico y confidencialidad. Se realiza la lectura del
consentimiento informado y se procede a firmarlo. Esta informacin se coloca en la carpeta
grupal.
388
Se entrega a cada participante un auto-registro para ser complementado a lo largo de la
semana, en el que adems de los sntomas de reexperimentacin, deben sealar el grado de
malestar que les provoca.
Todo el material se va colocando en una carpeta personal que se entrega a cada participante y
que podrn decorar de acuerdo al gusto de cada una para poner su sello personal y apropiar la
informacin que se ir manejando, all se colocarn tambin las hojas de registro, las hojas
informativas y las tareas asignadas.
DESCRIPCIN DE
ACTIVIDAD MATERIALES TIEMPO
ACTIVIDADES
Revisin de lo acontecido en la
Apertura de la semana
Ninguno. 20 Minutos
sesin Revisin de las tareas asignadas y
refuerzo por su cumplimiento.
DESCRIPCIN DE
ACTIVIDAD MATERIALES TIEMPO
ACTIVIDADES
Revisin de lo acontecido
en la semana
Apertura de la sesin Revisin de las tareas Ninguno. 15 Minutos
asignadas y refuerzo por
su cumplimiento.
391
Una vez dada la bienvenida y saludadas todas las participantes, el/la terapeuta pregunta al
grupo si alguna de ellas ha tenido alguna novedad durante la semana que quisiera compartir
con el resto (alguna entrevista de trabajo, cita judicial).
392
QUINTA ACTIVIDAD: Asignacin de tareas para la casa.
Se entrega a cada participante la Escala de Cambio Percibido, con el fin de evaluar el grado
de satisfaccin adquirido con el tratamiento.
GUA DE LA CUARTA SESIN
Repaso en el entrenamiento de la
Reevaluar los
tcnica de reevaluacin cognitiva. Tablero y Marcadores
pensamientos
Hoja Informativa
Tcnica de
Entrenamiento en las dos primeras Tablero y Marcadores
Solucin de 30 Minutos
fases de la tcnica de Solucin de
Problemas. Carpeta y Lapicero
problemas.
por participante
Hoja de Esquema A-
Entrenamiento en Reevaluacin B-C-D
Asignacin de Cognitiva
Tareas para Auto-registro de
Casa Entrenamiento en las dos primeras definicin de
fases de Solucin de Problemas 15 Minutos
problemas
Prctica de la Respiracin Hoja de Registro de
Registro de Actividades Placentera Actividades
Placenteras
393
PRIMERA ACTIVIDAD: Apertura de la Sesin
1. Reevaluacin cognitiva.
Se pide a las participantes que verbalicen un ejemplo de pensamientos errneos registrados
durante la semana, y a continuacin la terapeuta los escribe en la pizarra con el objeto de
revisar en grupo su proceso de discusin y la validez de los pensamientos alternativos.
En relacin a los sentimientos de culpa se recalca la idea de que la conducta violenta es
nica y exclusivamente responsabilidad del agresor y, ms concretamente, de sus
pensamientos y emociones. Se insiste en que el comportamiento de la vctima no guarda
relacin alguna con el hecho de recibir malos tratos y, por lo tanto, los pensamientos
alternativos tienen que ser congruentes con esta idea. Sin embargo, es importante diferenciar
esta indefensin frente a la ocurrencia de los episodios violentos de la percepcin que muchas
vctimas tienen de que no pueden hacer nada para aumentar su seguridad.
Por otro lado, es frecuente que estas mujeres generalicen la experiencia traumtica a la
totalidad de la vida y vean el mundo como un lugar peligroso y hostil en el que nunca se
puede predecir quin puede provocar dao, por lo que es importante reestructurar este
esquema mental.
Se insiste en la importancia de evitar pensamientos sobregeneralizadores a cerca de s
mismas y del mundo.
394
CUARTA ACTIVIDAD: Tcnica de Solucin de Problemas.
1. Se les pide que describan diariamente una situacin generadora de pensamientos errneos y
alto grado de malestar, para que ensayen la discusin racional y la sustitucin de
pensamientos errneos por pensamientos alternativos.
2. Prctica de las dos primeras fases de solucin de problemas.
3. Se insiste en la prctica diaria de la respiracin y en la importancia de llevar a cabo
diariamente actividades gratificantes.
395
QUINTA SESIN
RESUMEN
DESCRIPCIN DE LA
ACTIVIDAD MATERIALES TIEMPO
ACTIVIDAD
Revisin de lo acontecido
Apertura de la durante la semana y de las
tareas asignadas Ninguno 5 Minutos
Sesin
Refuerzo por su cumplimiento
Entrenamiento en Solucin de
Problemas
Leer material de Autoestima Auto-registro de
Asignacin de
Solucin de 10 Minutos
Tareas para Casa Programacin de Actividades Problemas
Gratificantes
Control de la Respiracin
Administracin de la Escala
Escala de Cambio
Evaluacin del de Cambio Percibido 5 Minutos
Percibido
Cambio Percibido
396
Se explican las tres fases restantes de la tcnica de solucin de problemas: generacin de
alternativas, valoracin de cada alternativa y puesta en prctica y evaluacin de la alternativa.
SEXTA SESIN
DESCRIPCIN DE LA
ACTIVIDAD MATERIALES TIEMPO
ACTIVIDAD
psicoeducacin Exposicin.
397
cambio percibido Cambio Percibido Percibido
PRIMERA ACTIVIDAD: Apertura de la sesin.
1. Exposicin.
Se explica a las participantes la tcnica de exposicin en imaginacin, y se resalta la
importancia de realizar frecuentemente esta actividad para contrarrestar la sintomatologa.
Ejercicio de respiracin.
Se practica la tcnica de control de la respiracin caminando por la sala.
1. Se les pide a las participantes que lleven a cabo el ejercicio de exposicin al relato que han
grabado una vez al da a lo largo de la semana, registrando el momento (hora de inicio y
finalizacin) en el que lo realizaron y el grado de ansiedad al que lograron reducir los niveles
iniciales de malestar. Una vez que hayan logrado reducir la ansiedad a 15 o menos en tres
ocasiones consecutivas, se les pide que relaten, de la misma manera que en sesin, el
contenido de la siguiente tarjeta ordenada segn su nivel de ansiedad.
2. Se les sugiere que sigan llevando a cabo el ejercicio de control de la respiracin y se insiste
en la importancia de llevar a cabo diariamente actividades gratificantes.
3. Se solicita que registren durante la semana aquellas situaciones que evitan, valorando el
grado de ansiedad que les produce esa situacin evitada en una escala de 0 a 100.
398
SPTIMA SESIN
DESCRIPCIN DE
ACTIVIDAD MATERIALES TIEMPO
ACTIVIDADES
Auto-registro de tareas de
Auto exposicin en imaginacin exposicin al relato de la
situacin vivida
Asignacin de Prctica del estilo asertivo de 10
comunicacin Auto-registro de estilo
Tareas para casa Minutos
asertivo de comunicacin
Auto exposicin en vivo
Auto-registro de
exposicin en vivo
Evaluacin del
Administracin de la escala de 5
cambio Escala de Cambio Percibido
cambio Percibido Minutos
percibido
399
a 15 menos continuarn con la siguiente; el resto llevar a cabo el ejercicio con aquella
situacin a la que se exponen todava con un alto nivel de ansiedad.
Se procede de la misma manera que en la sesin anterior.
Con aquellas participantes que la terapeuta estime oportuno, se evala la posibilidad de que
se expongan en compaa de otra participante a alguna de las situaciones evitadas, siempre y
cuando no entraen riesgo alguno para su integridad, ni la posibilidad de un
reacondicionamiento. En este caso, se insiste en la importancia de la prctica de la respiracin
abdominal y de la utilizacin de autoverbalizaciones positivas antes, durante y tras la
exposicin.
1. Habilidades de comunicacin.
Se discute con las participantes la importancia de adquirir habilidades comunicativas para
establecer buenas relaciones afectivas, se entrega la hoja informativa sobre los estilos de
comunicacin y se explica la diferencia entre el estilo agresivo, pasivo y asertivo de
comunicacin, ejemplificndolo con situaciones cercanas a la realidad de estas mujeres.
Se pide a las participantes que practiquen a travs de ejemplos reales con su pareja en
hijas/os habilidades comunicativas buscando establecer conversaciones asertivas.
1. Se pide a las participantes que lleven a cabo el ejercicio de exposicin al relato que han
grabado una vez al da a lo largo de la semana, registrando el momento (hora de inicio y
finalizacin) en el que lo realizaron y el grado de ansiedad al que lograron reducir los niveles
iniciales de malestar. Una vez que hayan logrado reducir la ansiedad a 15 menos en tres
ocasiones consecutivas, se les pide que relaten, de la misma manera que en sesin, el
contenido de la siguiente tarjeta ordenada por grado mayor de ansiedad.
2. Se les pide que registren a lo largo de la semana tres situaciones en las que se hayan
comunicado de manera asertiva.
3. En aquellos casos en que sea factible la exposicin en vivo, se establece el momento del da
en el que se llevar a cabo y se solicita el cumplimiento de un auto-registro con la hora de
inicio y finalizacin y el grado de ansiedad experimentado.
4. Se insiste en la prctica de la respiracin y en la importancia de llevar a cabo diariamente
actividades gratificantes.
400
OCTAVA SESIN
DESCRIPCIN DE LA
ACTIVIDAD MATERIALES TIEMPO
ACTIVIDAD
401
Se solicita a las participantes que relaten por escrito y de la manera ms realista posible
aquella experiencia de maltrato que consideren ms traumtica, describindola en primera
persona y tiempo presente, e incluyendo caractersticas sensoriales (lo que vieron, oyeron),
y aquello que pensaron y sintieron en el momento. Adems, se les pide que incluyan el
significado que han atribuido a esta experiencia.
Se anima a las participantes a compartir el relato en voz alta con el resto del grupo y se les
refuerza por ello.
1. Ejercicio de respiracin.
Se practica la tcnica de control de la respiracin caminando por la sala.
402
Apndice N: Material utilizado en las sesiones teraputicas
1. CONSENTIMIENTO INFORMADO
He sido informada (o) ampliamente sobre esta investigacin y acepto participar en ella para
facilitar un abordaje integral en la problemtica de violencia domstica, lo cual ayudar en el
mejoramiento de la calidad de vida en las mujeres que presentan dicha problemtica.
Paciente
403
2. COMPROMISO DE TRABAJO TERAPUTICO Y SECRETO
Las abajo firmantes, integrantes de este grupo de tratamiento, nos comprometemos a asistir
con regularidad a las sesiones, a llevar a cabo las tareas recomendadas y a guardar secreto con
familiares, vecinos/as, amigos/as sobre las confidencias del resto de las participantes del
grupo, ya que esto puede ser perjudicial para cada una de nosotras, al violar la confianza
depositada en el grupo en general y en cada una de nosotras en particular.
FIRMA DOCUMENTO DE IDENTIDAD
1. ___________________________ ________________________
2. ___________________________ ________________________
3. ___________________________ ________________________
4. ___________________________ ________________________
5. ___________________________ ________________________
6. ___________________________ ________________________
7. ___________________________ ________________________
8. ___________________________ ________________________
6. Todas las opiniones son vlidas, estamos para escucharnos y aprender las unas de las otras,
sin miedo a ser juzgadas.
9. ______________________________________________________________________
10. _______________________________________________________________________
11. _______________________________________________________________________
12. _______________________________________________________________________
404
4. Registros de asistencia.
REGISTRO DE ASISTENCIA A SESIONES TERAPUTICAS
405
5. Registro de cumplimiento de tareas.
SESIONES
NOMBRE 2 3 4 5 6 7 8 TOTAL
1
2
3
4
5
6
7
8
406
CONTROL DE LA RESPIRACIN
POR QUE ES IMPORTANTE LA RESPIRACIN? CMO APRENDER A RESPIRAR ADECUADAMENTE?
407
FUNDACIN FOMENTAR - U C M
AUTO-REGISTRO DE SNTOMAS DE REEXPERIMENTACIN
408
LA ANSIEDAD
La ansiedad es una respuesta innata de nuestra especie que tiene como misin la supervivencia. Cada vez que hay un peligro, reaccionamos de la misma
forma, pensamos las mismas cosas, sentimos las mismas sensaciones, actuamos de forma similar; esta reaccin es ansiedad. As pues, ante una situacin
peligrosa, real que implique un desafo o reto el circuito de la ansiedad se dispara, haciendo que reaccionemos de la forma ms eficaz para poder sobrevivir.
Podramos decir que estamos aqu y que somos lo que somos, gracias a la ansiedad.
409
FUNDACIN FOMENTAR U C M
AUTO-REGISTRO DE DETENCIN DE PENSAMIENTO
Nombre: _____________________________________________________________ Fecha: _____________________________
LUNES
MARTES
MIRCOLES
JUEVES
VIERNES
SBADO
DOMINGO
410
FUNDACIN FOMENTAR U C M
AUTO-REGISTRO DE CONTROL DE LA RESPIRACIN
LUNES
MARTES
MIRCOLES
JUEVES
VIERNES
411
FUNDACIN FOMENTAR U C M
HOJA A B C
Nombre: ____________________________________________ Fecha: _______________
DA A B C
LUNES
MARTES
MIRCOLES
JUEVES
VIERNES
SBADO
DOMINGO
412
DISCUTIR. LOS PENSAMIENTOS
Son nuestros pensamientos los que determinan como nos sentimos y como actuamos; es decir, la forma en que pensamos, lo que nos
decimos a nosotras mismas, nuestros juicios e interpretaciones provocan directamente nuestras emociones.
Existen diferentes formas de mirarse a uno misma, al mundo y a los dems.
Focalizando en lo Negativo: Prestar atencin a lo negativo y desatender lo positivo.
Personalizando: Asumir el 100 % de la responsabilidad en los acontecimientos negativos.
Hipergeneralizando: Sacar una regla general y universal a partir de un detalle especfico. si fracase una vez siempre fracasar.
Utilizando excesivas expresiones debera/tengo que: Excesivas autoverbalizaciones de sobreexigencia, tambin referidas al mundo o a los
dems.Debera haber actuado antes, No debera haberme ocurrido
Leyendo la Mente de los Dems: Suponer que los dems no se interesan por ti, que no le gustas a los dems, etc. Sin pruebas de que esas
suposiciones sean correctas.
Pensando de Manera Extrema: significa categorizar la experiencia en trminos extremistas y dramticos. tengo que ser perfecto de lo
contrario no valgo nada.
413
FUNDACIN FOMENTAR - UCM
HOJA A B C D
Nombre: _______________________________________________Fecha: _________________________
DA A B C D
LUNES
MARTES
MIRCOLES
JUEVES
VIERNES
SBADO
DOMINGO
414
FUNDACIN FOMENTAR U C M
AUTO-REGISTRO DE ACTIVIDADES GRATIFICANTES
DURACIN GRADO DE
FECHA ACTIVIDAD Inicio SATISFACCIN COMENTARIOS
Fin (0-10)
LUNES
MARTES
MIRCOLES
JUEVES
VIERNES
SBADO
DOMINGO
415
FUNDACIN FOMENTAR - UCM
416
ESCALA DE PERCEPCIN GLOBAL DE CAMBIO
NOMBRE:
__________________________________________________________________
1 2 3 4 5 6 7
417
APRENDIENDO A SOLUCIONAR LOS PROBLEMAS
Solucionar Problemas es una actividad que debemos llevar a cabo a lo largo de nuestra vida. Resolverlos adecuadamente facilita una apropiada
Competencia Social, pero la dificultad en solucionarlos puede incrementar el estrs, los sentimientos de tristeza, incluso de desesperacin.
ES POSIBLE APRENDER LA HABILIDAD DE RESOLUCIN DE PROBLEMAS.
PASOS A SEGUIR EN LA RESOLUCIN DE PROBLEMAS:
1. Orientacin hacia el Problema
Aceptar que las situaciones problemticas forman parte de la vida diaria y que es posible enfrentarlas de manera eficaz.
Reconocer las situaciones problemticas cuando ocurran, evitar responder de manera impulsiva y evitar no hacer nada para
enfrentarlas.
2. Definicin y Formulacin del Problema
Es necesario buscar toda la informacin posible: Qu sucede?, Quin est implicado?, Dnde?, Cundo?, Cmo?.
Describir el problema y formularlo en trminos especficos, concretos y familiares.
Establecer una Meta Realista de Solucin del Problema Qu quiero lograr?, evitando metas inalcanzables.
3. Generacin de Soluciones Alternativas
Proponer todas las Soluciones Alternativas que sean posibles, sin juzgar su validez.
A mayor nmero de alternativas, ms posibilidad de encontrar la Solucin Adecuada entre ellas.
TODAS LAS OPCIONES SON VLIDAS, en este momento lo importante es la cantidad, no la calidad de las alternativas.
4. Toma de Decisiones
Indicar las consecuencias positivas y las consecuencias negativas de cada una de las alternativas, as como el grado de satisfaccin
con el resultado, en caso de que esa solucin fuera la elegida.
Comparar y juzgar cada una de las alternativas disponibles y elegir la mejor (Mayor nmero de Ventajas, Menor nmero de
Inconvenientes, y Mayor grado de satisfaccin).
5. Puesta en Prctica y Verificacin de Soluciones
Poner en prctica la Solucin elegida.
Analizar si el resultado logrado es el esperado, en caso contrario, repetir el proceso.
Reforzarse a s misma por un trabajo bien hecho.
INTNTALO!!!
418
AUTO-REGISTRO DE DEFINICIN DE PROBLEMAS
Nombre: _________________________________________________ Fecha: ______________ N Sesin: _________
QU SUCEDE? QUIN ESTA IMPLICADO? DNDE, CUNDO Y CMO? CUL ES MI META?
419
AUTO REGISTRO DE SOLUCIN DE PROBLEMAS
DEFINICIN DEL PROBLEMA:
______________________________________________________________________________________________________________
______________________________________________________________________________________________________________
______________________________________________________________________________________________________________
_________________________________________
QU SOLUCIONES ALTERNATIVAS EXISTEN PARA EL PROBLEMA?
1. Grado satisfaccin (0-10): _____ 2. Grado de satisfaccin (0-10): _____ 3. Grado de satisfaccin (0-10): _____
4. Grado satisfaccin (0-10): _____ 5. Grado de satisfaccin (0-10): _____ 6. Grado de satisfaccin (0-10): ____
420
PARA CUIDAR NUESTRA AUTOESTIMA
1. Al levantarte por las maanas, mrate al espejo y dedcate tres
QUE SIGNIFICA ALTA O BAJA AUTOESTIMA? halagos.
Alta Autoestima:
2. Prmiate cada paso hacia adelante en tu vida por pequeo que
1. Concepto saludable de s misma. sea.
2. Aceptacin de forma realista y sincera de nuestros
defectos. 3. Resrvate un tiempo al da para disfrutar y hacer las cosas que
3. Sentirse satisfecha con las propias actitudes e ms te gusten.
intentar mejorar con confianza y seguridad las
areas que menos nos agradan y nos generen 4. Recuerda cada da cinco xitos que hayas conseguido en el
malestar. pasado.
Baja Autoestima:
5. Mmate a ti misma y desocupa tu mochila de deberes y
1. No encontrar en uno mismo aspectos obligaciones.
que me hagan sentir orgullosa.
2. Valorarse de manera no realista y
excesivamente critica en aquellas reas
que son importantes para m.
421
QU ES LA AUTOESTIMA?
La autoestima es el grado en que una persona se acepta y
se quiere a s misma tal y como es. La forma en que nos
Cuando me despierto vuelvo a nacer, creo el da como yo valoramos a nosotras mismas y a lo que somos capaces de
quiero que sea y acepto que eso es posible. Todos los das hacer.
soy Creadora!.Annimo.
LA AUTOESTIMA TIENE DOS COMPONENTES:
422
INVENTARIO DE AUTOESTIMA
Piense en usted misma y seale los aspectos positivos y negativos respecto
a cada una de las siguientes reas.
A continuacin ordene las reas a las que concede ms importancia o que le
resultan ms preocupantes. Para ello ponga el nmero correspondiente
en la casilla de la primera columna.
+ -
REA SOCIAL (Cmo se
+ -
relaciona con los dems,
+ -
amigos /as, compaeros/as
+ -
de trabajo)
+ -
REA LABORAL + -
(rendimiento en el trabajo + -
y labores domsticas) + -
+ -
REA FAMILIAR Y DE
+ -
PAREJA (Cmo se
+ -
relaciona con los
+ -
familiares, cuidado de los
hijos/as)
FUNCIONAMIENTO + -
MENTAL (Capacidad de + -
aprender y crear, cultura + -
general, intuicin, reas de + -
conocimiento especficas)
+ -
AUTOESTIMA GLOBAL + -
+ -
+ -
423
AUTO REGISTRO DE SITUACIONES EVITADAS
Nombre:______________________________________________________________ Fecha:______________________
GRADO DE
FRECUENCIA
FECHA SITUACIN EVITADA MALESTAR COMENTARIOS
(Diaria, semanal, quincenal)
(0-100)
424
AUTO REGISTRO DE TAREAS DE EXPOSICIN EN IMAGINACIN A LA SITUACIN VIVIDA
Nombre: __________________________________________________ Fecha:______________________ N sesin:________
HORA ANSIEDAD
FECHA COMENTARIOS
Inicio Fin Antes Durante Despus
EXPOSICIN A LA SITUACIN N
425
Tarjeta de Exposicin e Imaginacin Tarjeta de Exposicin e Imaginacin
426
ESTILO ASERTIVO DE COMUNICACIN
La forma de comunicarnos e interaccionar con los dems puede convertirse en una fuente considerable de estrs. El
entrenamiento asertivo permite reducir ese estrs, enseando a defender los derechos de cada uno/a sin agredir ni ser
agredido.
Significa: decir lo que piensas, sientes, Significa: Evitar decir lo que piensas, Significa: Decir lo que piensas, sientes,
quieres u opinas, sin respetar el derecho sientes, quieres u opinas porque: quieres u opinas, al mismo tiempo que
de los dems a ser tratados con respeto. consideras la forma de pensar y de sentir
No sabe como manifestarlo. de los dems.
Se defienden los propios intereses a
costa de ocasionar daos a los dems No crees en tus propios derechos. Se puede obtener lo que deseas sin
daar al otro/a.
Provocan rechazo en los dems, ya Por qu crees que los derechos de los
que se sienten agredidos y violados dems son ms importantes que los Se puede actuar a favor de los propios
sus derechos tuyos. intereses.
428
RELATO DE UNA SITUACIN DE MALTRATO
Nombre:______________________________________
Fecha:_____________________
Por favor, relata con el mayor detalle posible una situacin de violencia domstica
que hayas vivido, tratando de poner por escrito lo que sucedi, lo que oste, qu
pensabas y qu sentas en ese momento. Debes hacer este relato en tiempo
presente y en primera persona. Al final agrega lo que esa situacin ha significado
para ti, Incluyendo lo que ahora piensas de ti y de las dems personas.
_____________________________________________________________________
_____________________________________________________________________
_____________________________________________________________________
_____________________________________________________________________
_____________________________________________________________________
_____________________________________________________________________
_____________________________________________________________________
_____________________________________________________________________
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_____________________________________________________________________
_____________________________________________________________________
_____________________________________________________________________
_____________________________________________________________________
_____________________________________________________________________
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_____________________________________________________________________
429
HE APRENDIDO A DAR UTILIDAD A ESTAS TCNICAS
TODO POR M, POR MI FAMILIA Y POR MI COMUNIDAD
PERO POR SOBRE TODAS LAS COSAS POR BUSCAR UN ESTILO DE
VIDA SALUDABLE
430
CUESTIONARIO DE SATISFACCIN CON EL TRATAMIENTO
(Larsen, Attkinson, Hargreaves y Nguyen, 1979)
Por favor, aydenos a mejorar nuestro programa contestando algunas preguntas acerca
de los servicios que ha recibido. Estamos Interesados en sus opiniones sinceras, ya sean
positivas o por mejorar. Por favor, conteste todas las preguntas sealando con una x la
respuesta elegida.
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Apndice : Folleto o cartilla psicoeducativa.
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Apndice O: Entrevista de seguimiento y recadas en casos de violencia de pareja.
Nombre: _________________________________________________________
Fecha de terminacin del tratamiento: __________________________________
Fecha de la evaluacin de las recadas: ________________________________
1. Respecto a la pareja que la maltrataba, usted:
a) Sigue viviendo con l
b) Se separ
c) Est en trmites de separacin
d) Est en trmites de divorcio
2. Se han presentado ms situaciones de violencia?
a) No
b) Fsica
c) Psicolgica
d) Sexual
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8. Piensa que se habra podido manejar la situacin de otra manera sin llegar a la
violencia?
a) No
b) Si De qu forma? _______________________________________________
_______________________________________________________________
________________________________________________________________
9. Tiene usted un ingreso econmico para vivir por s sola, sin depender de su pareja?
a) Si
b) No
13. Qu otros aspectos considera usted que la pueden poner en riesgo de nuevas
agresiones por parte de su pareja o ex pareja?
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____________________________________________________________________
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____________________________________________________________________
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