Cuadernillo de Tareas de Vacaciones de Invierno
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Cuadernillo de Tareas de Vacaciones de Invierno
Nombre:
Curso:
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Gua de comprensin Lectora
De una leyenda
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A dos amigos se les aparece un oso: el uno, muy miedoso, en las ramas de un rbol se asegura; el
otro abandonado y sin ayuda, se finge muerto repentinamente. El oso se le acerca lentamente,
pero como este animal, segn se cuenta, de cadveres nunca se alimenta, sin ofenderlo lo revisa
y toca, le huele la nariz y la boca, no le siente aliento ni el menor movimiento. Y as, se va
diciendo sin comerlo: Est tan muerto como mi abuelo. Entonces, el cobarde, de su gran
amistad haciendo alarde, del rbol desciende muy ligero, corre, llega y abraza a su compaero.
Agradece la fortuna de hallarlo sin lesin alguna. Y al fin le dice: Sabes que he notado que el
oso te deca algn recado?. Te dir lo que ha sido: Aparta la amistad de la persona, que si te ve
en riesgo, te abandona.
2.
Gua de comprensin Lectora
El poema
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El universo canta
Canta el ro que entre rocas se desliza
bullicioso, canta hasta llegar al valle donde
duerme silencioso.
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2. Une la ilustracin con los versos que corresponden.
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4. Escoge una estrofa y dibuja lo que dice:
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La princesa y el guisante
rase una vez un prncipe que quera casarse con una princesa, pero que fuese una princesa de verdad.
En su bsqueda recorri todo el mundo; no obstante, siempre haba algn pero. Princesas haba
muchas, mas nunca lograba asegurarse de que lo fueran de veras. As regres a su casa muy triste,
pues estaba empeado en encontrar a una princesa autntica. Una tarde estall una calamitosa
tempestad; se sucedan sin interrupcin los rayos y los truenos, y llova a cntaros; era un tiempo
espantoso. De repente, llamaron a la puerta del palacio, y el anciano Rey acudi a abrir.
Una princesa estaba en la puerta; pero santo dios, cmo la haban puesto la lluvia y el mal tiempo! El
agua escurra por sus cabellos y vestidos, se le meta por las caas de los zapatos y le sala por los
tacones; pero ella afirmaba que era una princesa verdadera. Pronto lo sabremos, pens la vieja
Reina, y, sin decir palabra, se fue al dormitorio y puso un guisante bajo el colchn de la cama; luego
amonton encima veinte colchones, y encima de estos, otros tantos edredones.
En esta cama deba dormir la princesa. Por la maana le preguntaron qu tal haba descansado. Oh,
muy mal! exclam. No he pegado un ojo en toda la noche. Sabe Dios lo que habra en la cama!
Era algo tan duro, que tengo el cuerpo lleno de oscuros y dolorosos cardenales! Horrible! Entonces
vieron que era una princesa de verdad, puesto que, a pesar de los veinte colchones y los veinte
edredones, haba sentido el guisante. Nadie, sino una verdadera princesa, poda ser tan sensible. El
prncipe la tom por esposa, pues se haba convencido de que se casaba con una princesa hecha y
derecha; y el guisante pas al museo, donde puede verse todava, si nadie se lo ha llevado.
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