Pilato Mateo 2722
Pilato Mateo 2722
Pilato Mateo 2722
PILATO LES DIJO: QUE, PUES, HAR DE JESS, LLAMADO EL CRISTO TODOS DIJERON SEA
CRUCIFICADO
Introduccin
El Sanedrn haba decidido que Jess era culpable de blasfemia Mateo 26:63-65 y por lo tanto deba morir, y con
mucho gusto ellos mismos habran ejecutado la sentencia en el acto, pero al estar bajo la ocupacin romana, no tenan
facultad de infligir la pena capital, as que no tuvieron otra opcin que llevar el caso ante Pilato, el gobernador romano.
En primer lugar, podemos ver que la muerte del Seor Jesucristo fue llevada a cabo con la participacin de
judos y gentiles, lo que demuestra que ningn sector de la humanidad fue capaz de percibir la "gloria de Dios en la
faz de Jesucristo" ni de someterse a la revelacin que Dios les dio por medio de su Hijo. Y al mismo tiempo, prueba
que ambos fueron responsables por igual del mayor crimen que la historia de la humanidad ha conocido.
Todo lo que estaba ocurriendo haba sido anunciado previamente en el(Sal 2:1-2). All David haba hablado de la
hostilidad humana contra el gobierno de Dios.
Qu lgica hay en el empeo de independizarse de un Dios cuya voluntad es siempre el bien supremo de sus
criaturas? Pero todo esto se cumpli cuando judos y gentiles se unieron para crucificar a Jess.
(Hch 4:25-28) "Por boca de David tu siervo dijiste: Por qu se amotinan las gentes, y los pueblos piensan
cosas vanas? Se reunieron los reyes de la tierra, y los prncipes se juntaron en uno contra el Seor, y contra su
Cristo. Porque verdaderamente se unieron en esta ciudad contra tu santo Hijo Jess, a quien ungiste, Herodes y
Poncio Pilato, con los gentiles y el pueblo de Israel, para hacer cuanto tu mano y tu consejo haban antes
determinado que sucediera."
Por otra parte, si el Sanedrn hubiera ejecutado la sentencia de muerte, lo habra hecho por lapidacin, y no por
crucifixin. En ese caso, no se habran cumplido muchas de las profecas que describan detalladamente algunos
aspectos de su muerte, y que slo podan ser realizados por la crucifixin. Tendremos ocasin de ver estos detalles ms
adelante.
Tambin al acercarnos a este pasaje podremos ver tambin el testimonio que Cristo dio de la verdad bajo persecucin y
presin. Como el proclam la verdad sobre s mismo ante Pilato.
(1 Ti 6:13) "Te mando delante de Dios, que da vida a todas las cosas, y de Jesucristo, que dio testimonio de la
buena profesin delante de Poncio Pilato
Fue entonces cuando formularon su acusacin, teniendo mucho cuidado en poner todo el nfasis en el aspecto
puramente poltico, no en el religioso, de las pretensiones de Jess. Lucas recoge estas acusaciones en detalle:
(Lc 23:2) "Y comenzaron a acusarle, diciendo: A ste hemos hallado que pervierte a la nacin, y que prohbe dar
tributo a Csar, diciendo que l mismo es el Cristo, un rey."
Suponemos que en esas primeras horas el crculo de los acusadores se fue ampliando rpidamente, unindose a los
principales sacerdotes un buen grupo de gente que, persuadidos por sus lderes, rpidamente comenzaron a gritar y a
acusar a Jess tambin (Mr 15:11-13).
Pilato
Pero antes de que consideremos ms detalles sobre el juicio contra Jess, es importante que conozcamos algunos
detalles sobre Pilato, el gobernador romano que haba de actuar de juez en este caso. Qu sabemos de l?
Pilato fue nombrado procurador (gobernador romano) de la provincia de Judea por el emperador Tiberio, cargo que
ocup durante diez aos, desde alrededor del 26 hasta el 36 d.C.
Filn, escritor judo del siglo primero se refiere a Poncio Pilato como un hombre "de carcter inflexible y duro, sin
ninguna consideracin". Ms an, segn este escritor, el gobierno de Poncio se caracterizaba por su "corruptibilidad,
robos, violencias, ofensas, brutalidades, condenas continuas sin proceso previo, y una crueldad sin lmites".
Como gobernador romano, la principal preocupacin de Pilato era la de mantener la ley y el orden, y para conseguirlo
estaba dispuesto a ser implacable y aplastar cualquier rebelin o amenaza de rebelin.
Tambin era conocido su odio por los judos, a los que acusaba de crearle innumerables problemas. Y por su parte, los
judos tambin le odiaban a l al ver el desprecio con el que los trataba y por el hecho de ser el mximo representante
del Imperio Romano que los haba conquistado.
Resumiendo podemos decir que el juez encargado de dictar sentencia contra Jess era un hombre cruel, que en
muchas otras ocasiones haba condenado a inocentes sin que por ello tuviera ningn cargo de conciencia. Careca de
tacto y adems odiaba a los judos.
Pilato tuvo que saber acerca de Jess anticipadamente. Seguramente tuvo noticias de su vida, sus milagros y su
popularidad. Pues como Gobernador deba saber todo lo que ocurra en la regin.
Sin embargo cuando le presentaron por primera vez le menospreci, en otras palabras le dijo que no le interesaba, que son
cosas de religiosos.
Curiosamente Herodes, otro hombre tan clebre por sus maldades como Pilato, s quera verle y orle. Le haban hablado
tanto de l que se mora por las ganas de conocerle; claro est que no para amarlo y rendirle su vida, sino para ver si
poda hacer alguna seal (Luc. 23:8-9). Herodes, viendo a Jess, se alegr mucho, porque haca tiempo que
deseaba verle; porque haba odo muchas cosas acerca de l, y esperaba verle hacer alguna seal. Y le haca
muchas preguntas.
Un hecho digno de destacar es que Pilato y Herodes se se hicieron amigos porque antes estaban enemistados entre
s (Luc. 23:12). Irnicamente Jess puso en amistad a dos arch enemigos, pero ninguno de los dos se reconcili con l.
Qu, pues, haremos con Jess, llamado el Cristo? Oigamos su causa! Hoy da tenemos mucha informacin acerca
de Jess. Miles de libros, obras, pelculas, conferencias, sermones, estudios y un sin fin de cosas se han dicho de Jess.
Pero la gente no lo oye. Todos los domingos su palabra es expuesta pero la gente no oye a Jess.
La sociedad existe la indiferencia, la resistencia y hasta el menosprecio cuando entramos en conversacin seria acerca de
la persona de Jess.
El ejemplo de Mara, la hermana de Marta y Lzaro, nos ofrece la respuesta correcta a la pregunta de hoy; ella
permaneca a sus pies oyendo su palabra (Lc. (10:39).
Nunca haba sido tan necesario or a Jess que en la presente generacin, ltimos tiempos.
Pilato, hizo preguntas con el fin de saber si este hombre realmente era rey v. 33, 36,37.
Lo primero que el gobernador hizo despus de escuchar las acusaciones y tener delante de l a Jess, fue preguntarle
directamente si era el rey de los judos.
Dado el odio que Pilato senta hacia todo lo que era judo, podemos pensar que tal vez en esta pregunta haba cierta
mezcla de desprecio y cinismo. Las humillaciones que Jess haba estado sufriendo y la forma en la que sus
acusadores le presentaron, no evidenciaban de ninguna manera que Jess pudiera ser un rey, y menos de los judos,
que en ese mismo momento lo estaban entregando.
Dices que soy Rey porque t mismo lo crees o por que otros te lo han dicho?
Has comprobado por ti mismo esa verdad o lo vives por otros, la relacin con Jesus es personal.
En Pilato la segunda, otros le haban dicho quien deca Jesus que era, sus acusadores. Versculo 35 y 35b pilato dice
Qu has Hecho? (Jess).
Versculo 36: Mi reino no es de este mundo, es un reino espiritual, no como al que tu estas sirviendo Pilato, no en la
forma que t conoces, con arreglos polticos, traiciones, donde triunfa el ms fuerte por sobre el dbil, sino uno espiritual
donde el mayor es el menor, donde es mejor servir que ser servido, donde para ganar debes perder, donde debes morir
para vivir, un reino espiritual en donde se nace espiritualmente.
Aunque la actitud inicial de Pilato hacia Jess fue negativa, no tard en cambiar de opinin, llegando a tener un inters
por el reo que le haban presentado. Incluso tuvo admiracin de hacia Jess Mateo 27:14
Jess contest inmediatamente a Pilato, Jess declar abiertamente que l era rey, y aadi una explicacin en cuanto
a qu clase de rey era.
Esta confesin puso a Pilato ante una situacin comprometida: por un lado, el acusado reivindicaba su realeza, algo que
el gobernador romano debera castigar con la pena de muerte, pero por otro lado, perciba que ese reino del que Jess
hablaba no se corresponda con el concepto clsico de los reinos de esta tierra.
Nadie combata por ese reino con poder militar, algo que es caracterstico de todos los dems reinos, y en
consecuencia, tampoco representaba una amenaza para la dominacin romana.
Y la verdad es que el reino de Pilato y del emperador romano se acab, pero el reino de Jess sigue creciendo y
extendindose hasta el fin del mundo.
La pregunta de Pilato, qu, pues, har de Jess, llamado el Cristo? debera ser respondida aceptando que l es Rey
eterno, inmortal, invisible, el nico Dios (1 Tim. 1:17).
Todos necesitamos una cita con ese Rey. A lo mejor usted dir, yo no necesito de Jess porque yo gobierno y controlo mi
vida. Pero llegar el da cuando usted tendr una cita con l: Porque es necesario que todos comparezcamos ante el
tribunal de Cristo, para que cada uno reciba lo que le corresponda, segn lo bueno o malo que haya hecho mientras vivi
en el cuerpo (2 Cor. 5:10).
Es mejor que lo aceptemos ahora como Rey y Seor, porque en su segunda venida aparecer como tal para gobernar
sobre toda la creacin. Ante l tendr que doblarse toda rodilla, inclyase aqu todos los reyes, monarcas, ministros,
presidentes, gobernadores, etc. Un da estaremos delante de l, y sea que le hayamos acepto o no, tendremos que
reconocerle como Rey y Seor. Por eso debemos reconocerle ahora.
La verdad
Adems, Jess explic que su reino se estableca en los corazones de todos los que escuchan la verdad. l mismo
proclamaba la verdad que estaba destinada a liberar a los hombres de la tirana del pecado
Pilato se dio cuenta de que Jess no era un revolucionario tal como pretendan los lderes judos, ni tampoco
representaba una amenaza para Roma.
Qu hara Pilato con Jess? Por un lado acabara teniendo problemas con Roma si dejaba en libertad a alguien que
pretenda ser rey. Pero por otro lado, el testimonio de Jess haba llegado directamente a su corazn y senta que deba
tomar una decisin a favor de lo que l saba que era la verdad, declarando inocente a Jess, a pesar de que es to
tuviera un alto costo personal para l.
Pilato hizo la pregunta que mucha gente sigue hacindose, qu es la verdad v.38. Haba odo directamente de los labios
del Seor decir: Yo para esto he nacido, y para esto he venido al mundo, para dar testimonio de la verdad, y aadi:
Todo aquel que es de la verdad, oye mi voz v. 37. Jess le present a Pilato no una serie de reflexiones filosficas para
que el conociera la verdad. Le dijo que l mismo era la encarnacin de la verdad.
En la pregunta de Pilato se esconde una soberbia e indiferencia y la misma representa aquella presuntuosa ligereza del
hombre de todos los tiempos, quienes ven en Jess a alguien ms de los tantos iluminados que han venido en diferentes
pocas, pero no como la verdad absoluta.
Jess dijo categricamente: Yo soy la verdad, y tambin agreg: Y conoceris la verdad, y la verdad os har libres. Pero
los modernos Pilatos han puesto en entre dicho, lo que hasta ahora hemos aceptado como verdad absoluta dejada por
Jess, convirtindola en la interpretacin subjetiva de los hechos.
Estamos en presencia de un relativismo tal que sostiene la imposibilidad de una verdad universalmente vlida. La Nueva
Era con su posicin anticristiana ha dicho: No hay una verdad absoluta, todo es asunto de una mera opinin personal.
Ellos sostienen que dos afirmaciones contrapuestas pueden ser ambas verdaderas. Siendo esto as, no es extrao que
todas las religiones estn en lo cierto y que todos los caminos son vlidos para llegar a Dios.
La respuesta que demos a la pregunta de Pilato: Qu, pues, har con Jess, llamado el Cristo?, detendr nuestra
bsqueda acerca de dnde o quin tiene la verdad. La verdad no est en una cosa, en una filosofa, en una religin, etc.
La verdad est en una persona. Esa persona es Dios y l se ha revelado a travs de su Hijo por medio de quien ha dado a
conocer la verdad. No hay verdad fuera de l. Conocer a Jess es conocer la verdad.
Marcos 15:15 Y Pilato, queriendo satisfacer al pueblo, les solt a Barrabs, y entreg a Jess,
despus de azotarle para que fuese crucificado.
Lucas 23:24-25 Entonces Pilato sentenci que se hiciese lo que ellos pedan; y les solt a aquel
que haba sido echado en la crcel por sedicin y homicidio, a quien haban pedido; y entreg a
Jess a la voluntad de ellos.
l tena el poder de la decisin, no era l el gobernador? No haba dicho que tengo la autoridad para crucificarte, y que
tengo la autoridad para soltarte? Por qu tanta indefinicin?. La pregunta sigue estando presente para el da de hoy:
No hizo caso a su propia conviccin, que tena de la inocencia de Jess, sin embargo, la forma en la que los
principales sacerdotes presentaron su acusacin contra Jess, diciendo que afirmaba ser el "Rey de los judos", tena
connotaciones polticas muy graves que el gobernador no tena ms remedio que juzgar si quera mantenerse en su
puesto.
Roma reconoca reyes regionales, como Herodes, sin embargo estos deban ser legitimados por el Emperador. Un rey
sin esa legitimacin era un rebelde que amenazaba la paz romana y, por consiguiente, deba ser reo de muerte.
No hizo caso tampoco a su mujer, Y si todo esto no fuera suficiente, Mateo agrega que tambin su esposa le advirti que
no tuviera nada que ver con ese Justo, porque haba padecido mucho en sueos a causa de l (Mt 27:19).
Cada ao, por esa misma poca, acostumbraba a hacer una especie de indulto presidencial. Algn preso reciba los
beneficios de las bondades del gobernador, independientemente de lo habra hecho. Ahora est en presencia de dos
hombres que son como una especie de anttesis entre lo bueno y lo malo. Entre lo santo y lo profano. Entre un pecador
convicto y culpable y un inocente acusado sin pruebas.
Qu hizo ante esa inusual situacin como legislador? Complaci a la multitud, al hombre.
Galatas 1:10 Busco el favor de los hombres o el de Dios? o trato de agradar a los hombres? Pues si todava
agradara a los hombres, no sera siervo de Cristo
ELECCION DE BARRABS JUAN 18:39-40
l haba puesto preso a Barrabs. De l la Biblia dice que era un ladrn v.40b, un criminal y un vulgar malhechor.
Muchas personas reconocen la inocencia, la pureza, la santidad y la vida nica y extraordinaria de Jess pero se sigue
escogiendo a Barrabs.
Barrabas l es smbolo de la codicia, de la avaricia, de la traicin, de la falta de amor y sensibilidad y del odio que reina
entre los hombres. En aquella escena se conden la inocencia y se liber el mal.
Hoy cuando hablamos del amor de Jess, con todo el bien que quiere traer a los hombres, nos parece escuchar voces que
siguen diciendo: Crucifcale! Crucifcale!.
Cun dulce suenan las palabras del apstol Pablo cuando dijo: Mas Dios muestra su amor para con nosotros en que
siendo an pecadores, Cristo muri por nosotros (Rom. 5:8).
Somos llamados para escoger el amor y no el odio. El mundo, el pecado y la carne pueden traer gozos temporales pero
Jesucristo nos da una vida abundante. Con quin nos quedamos? Con Cristo o con Barrabs? Condenemos el odio y
liberemos el amor!
Conclusin
Pilato qued muy impresionado por la Persona de Cristo, y lleg a estar convencido de su inocencia, pero aun as
sabemos que finalmente cedi a la voluntad de los lderes judos, escogiendo unos aos ms de poder en lugar del
camino de la verdad y la justicia que perciba con toda claridad.
Estaba dispuesto a librar a Jess, pero slo mientras que su posicin no se viera amenazada, y cuando escuch a los
judos decir que "si a ste sueltas, no eres amigo de Csar; todo el que se hace rey, a Csar se opone" (Jn 19:12),
Pilato vio su propia seguridad en peligro y decidi entregar a Jess, a pesar de que saba que estaba cometiendo una
injusticia.
De este modo, Pilato se ha convertido en un smbolo tradicional de la vileza y de la sumisin a los bajos intereses de la
poltica.
Pero la pregunta que Pilato se hizo: "Qu har entonces con Jess, llamado el Cristo?" (Mt 27:22), tambin debe ser
contestada por cada uno de nosotros.
Ya hemos considerado que l no tuvo el valor suficiente para creer y defender lo que saba que era cierto. Pero, qu
decisin vamos a tomar nosotros en cuanto al "rey de los judos"?
Por su parte, los judos rechazaron a Jess y dijeron que no queran otro rey sino a Csar, alguien que los tena
esclavizados. Aceptaremos a Jess como nuestro Rey o lo rechazaremos a fin de mantener algunos de los pecados
que nos agradan pero que nos quitan la libertad? Pilato prefiri la amistad de Csar a la de Jess. Rechazaremos
nosotros al Seor por amor a las cosas de este mundo?