Plan de Iguala y Tratados de Córdova PDF
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Plan de zguala
Proclama en la c i ~ a lua znserto el Plan de Independencza, de
que s r ha hecho mención
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pública y la general de todos los pueblos es la de la indepen-
dencia absoluta de la España y de toda otra nación. Así
piensa el europeo, así los americanos de todo origen.
Esta misma voz que resonó en el pueblo de los Dolores, el
año de 1810,y que tantas desgracias originó al bello país de las
delicias, por el desorden, el abandono y otra multitud de
vicios, fijó también la opinión pública de que la unión general
entre europeos y americanos, indios e indígenas, es la única
base sólida en que puede descansar nuestra común felicidad.
i Y quién pondrá duda en que después de la experiencia horro-
rosa de tantos desastres, n o haya uno siquiera que deje de
prestarse a la unión para conseguir tanto bien? Españoles
europeos: vuestra patria es la América, porque en ella vivís;
en ella teneis a vuestras amadas mujeres, a vuestros tiernos
hijos, vuestras haciendas, comercio y bienes. Americanos:
<quien de vosotros puede decir que no desciende de espa-
ñol? Ved la cadena dulcísima que nos une: añadid los otros
lazos de la amistad, la dependencia de intereses, la educación
e idioma y la conformidad de sentimientos, y veréis son tan
estrechos y tan poderosos, que la felicidad común del reino es
necesario la hagan todos reunidos en una sola opinión y en
una sola voz.
Es llegando el momento en que manifesteis la uniformidad
de sentimientos, y que nuestra unión sea la mano poderosa
que emancipe a la America sin necesidad de auxilios extraños.
Al frente de un ejército valiente y resuelto he proclamado la
independencia de la América Septentrional. Es ya libre, es ya
señora de s í misma, ya n o reconoce ni depende de la España,
ni de otra nación alguna. Saludadla todos como indepen-
diente, y sean nuestros corazones bizarros los que sostengan
esta dulce voz, unidos con las tropas que han resuelto morir
antes que separarse de tan heroica empresa.
No le anima otro deseo al ejército que el conservar pura la
santa religión que profesamos y hacer la felicidad general.
Oíd, escuchad las bases sólidas en que funda sus resolución:
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lo difieran y los paisanos que quieran alistarse se mirarán como
milicia nacional y el arreglo y forma de todas lo dictarán las
Cortes.
19. Los empleos se darán en virtud de informes de los
respectivos jefes, y a nombre de la nación provisionalmente.
20. Ínterin se reúnen las Cortes, se procederá en los delitos
con total arreglo a la Constitución española.
21. En el de conspiración contra la independencia, se proce-
derá a prisión, sin pasar a otra cosa hasta que las Cortes
dicten la pena correspondiente al mayor de los delitos, des-
pués del de Lesa Majestad divina.
22. Se vigilará sobre los que intenten sembrar la división y
se reputarán como conspiradores contra la independencia.
23. Como las Cortes que se han de formar son constituyen-
tes deben ser elegidos los diputados bajo este concepto. La jun-
ta determinará las reglas y el tiemponecesario para el efecto.
Americanos: He aquí el establecimiento y la creación de
un nuevo imperio. He aquí lo que ha jurado el ejército de las
Tres Garantías, cuya voz lleva el que tiene el honor de diri-
gírosla. He aquí el objeto para cuya cooperación os incita. No
os pide otra cosa que la que vosotros mismos debeis pedir y
apetecer: unión, fraternidad, orden, quietud interior, vigilan-
cia y horror a cualquier movimiento trirbulento. Estos guerre-
ros no quieren otra cosa que la felicidad común. Uníos con su
valor, para llevar adelante una empresa que por todos aspec-
tos (si no es por la pequeña parte que en ella he tenido) debo
llamar heroica. No teniendo enemigos que batir, confiemos
en el Dios de los ejércitos, que lo es también de la Paz, que
cuantos componemos este cuerpo de fuerzas combinadas de
europeos y americanos, de disidentes y realistas, seremos
unos meros protectores, unos simples espectadores de la obra
grande que hoy he trazado, y que retocarán y perfeccionarán
los padres de la patria. Asombrad a las naciones de la culta
Europa; vean que la América Septentrional se emancipó sin
derramar una sola gota de sangre. En el transporte de vuestro
jubilo decid: ¡Viva la religión santa que profesamos! ¡Viva
la América Septentrional, independiente de todas las na-
ciones del globo! ¡Viva la unión que hizo nuestra felicidad!
Iguala. 24 dc febrero de 1821.-Aguttín Iturhrdr
Tratados de Córdoba