Ensayo Final, El Mono Obeso

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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA METROPOLITANA

UNIDAD XOCHIMILCO

Ensayo del libro: El mono obeso


Autor: José Enrique Campillo Álvarez

Jiménez Díaz Francisco David-2162028188

Profesor: Rutilio Ortiz Salinas

Ciudad de México 27 de marzo del 2017


Tradicionalmente cuando se quiere enfatizar la importancia de nuestra alimentación para nuestra salud, se dice que “somos
lo que comemos” pero desde una perspectiva evolutiva, quizá deberíamos decir que “somos lo que comieron nuestros
ancestros”

José Enrique Campillo Álvarez/ El mono obeso

La naturaleza nos ha configurado de una forma excepcional, no echemos a perder lo que ha costado millones de años de
adaptación pues de lo contrario estamos condenados a la desaparición.

David Jiménez

Introducción

En la actualidad se han agravado problemas de salud que si nos situáramos en otra


etapa de la evolución jamás nos imaginaríamos que sucederían. Tanto el ser
humano como el resto de los animales han sido testigos de cientos de cambios tanto
astronómicos como geológicos, lo que ha afectado en la flora y fauna de nuestro
planeta por lo que también ha afectado directamente en la forma de alimentación
de todos los seres vivos.

El libro trata de explicar como esos cambios fueron formando en nuestro cambios
fisiológicos importantes al paso de la evolución, pero no sin motivo o causa alguna
sino porque nuestro cuerpo se iba adaptando conforme las necesidades del entorno,
sin embargo el proceso de la “revolución alimentaria” produjo un cambio extremo a
la forma de asimilar los alimentos porque si en algún tiempo el hombre recorría
distancias extraordinarias para conseguir su comida hoy en día la comida la
tenemos a la mano lo que implica que en ocasiones no movamos ni un dedo para
poder alimentarnos. Lo que origina un centenar de complicaciones en la salud entre
ellas El Síndrome Metabólico. El problema es que nuestro cuerpo no estaba
evolucionando para llegar a estas circunstancias.

CAPÍTULO 1

Síndrome Metabólico: el enemigo público número uno

El capítulo uno comienza haciendo referencia a la diabetes mellitus y explica que


esta abarca a un grupo de enfermedades metabólicas caracterizadas por
hiperglucemia secundaria a defectos en la secreción de insulina, que se acompaña,
en mayor o menor medida, de alteraciones en el metabolismo de los lípidos y de las
proteínas. Esta hiperglucemia crónica se asocia a largo plazo con alteraciones en
diversos órganos como ojos, riñones, sistema nervioso y sistema circulatorio. La
diabetes mellitus tipo 1 corresponde a la entidad anteriormente denominada
diabetes mellitus insulinodependiente o juvenil, en la que la destrucción de las
células β del páncreas conduce a una deficiencia absoluta de insulina.

El Síndrome Metabólico (conocido también como Síndrome Plurimetabólico,


Síndrome de resistencia a la insulina o Síndrome X) es una entidad clínica
controvertida que aparece, con amplias variaciones fenotípicas, en personas con
una predisposición endógena, determinada genéticamente y condicionada por
factores ambientales. (1) Fue reconocido hace más de 80 años en la literatura médica
y ha recibido diversas denominaciones a través del tiempo. Por otra parte, no se
trata de una única enfermedad sino de una asociación de problemas de salud que
pueden aparecer de forma simultánea o secuencial en un mismo individuo,
causados por la combinación de factores genéticos y ambientales asociados al
estilo de vida en los que la resistencia a la insulina se considera el componente
patogénico fundamental. La presencia de síndrome metabólico se relaciona con un
incremento significativo de riesgo de diabetes, enfermedad coronaria y enfermedad
cerebrovascular, con disminución en la supervivencia, en particular, por el
incremento unas 5 veces en la mortalidad cardiovascular. (2)

Capítulo 2

Mirar al pasado para comprender mejor el presente

Este capítulo habla básicamente que se puede dividir la evolución de la especie en


cuatro etapas nutricionales, bien diferenciadas por la existencia de fósiles, incluso
de esqueletos completos. Estas etapas se corresponden con periodos en los que
circunstancias astronómicas y geológicas impusieron cambios en la flora y fauna de
los lugares donde vivía nuestros antepasados y fue por lo mismo que tuvo que haber
un cambio significativo en la forma en la que se alimentaban.
Las cuatro etapas con sus características principales son las siguientes:

Primera etapa: El paraíso terrenal

Transcurrió a final del Mioceno y comienzos del Plioceno (hace aproximadamente


15 y 6 millones de años) es ahí donde comenzó a haber modificaciones en nuestra
información genética. Nosotros compartimos con el chimpancé más del 99% de
nuestro material genético, principalmente en nuestros cromosomas pues el
chimpancé tiene 24 pares de cromosomas y nosotros 23. Esto se debe a que dos
de los cromosomas están fusionados en nuestras células formando un gran
cromosoma número 2.

Segunda etapa: la expulsión de paraíso

Principalmente se caracterizó por la pérdida de selvas húmedas en las que


evolucionaron nuestros principales ancestros. Ya no se disfrutaba de los bosques
paradisiacos llenos de árboles frutales por causa del cambio de clima. Las
principales respuestas evolutivas fueron la modificación de la dentadura y la
bipedestación. “Lucy” y sus contemporáneos que vivieron en esa época fueron los
primeros en enfrentarse a la escasez de alimentos.

Tercera etapa: Carnívoros a la fuerza

Por la falta de alimentos de origen vegetal la adaptación orillo a nuestros


antepasados a conseguir los nutrientes necesarios a base de alimento animal y fue
allí donde tuvieron que ir adaptándose a mejorar las estrategias de caza para
conseguir más alimento. Por lo que la invención de utensilios de caza comenzó a
incrementar considerablemente.

Cuarta etapa: El retorno al Edén alimentario

Fue después de padecer las glaciaciones que comenzaron a dar un gran salto en la
forma de alimentarse y el Homo sapiens sapiens comenzó a trabajar con los frutos
y semillas recolectados creando así la agricultura, pero con ello cambio de vida de
nómada a sedentario.
Capítulo 3

El paraíso Terrenal

Durante la primera etapa el autor lo clasifica como un paraíso terrenal por la gran
diversidad de alimentos que proporcionaban todos los nutrientes necesarios. Y
precisamente hablando de nutrientes da una breve explicación de cada uno de ellos
de forma muy reducida es lo siguiente:

Hidratos de carbono, proteínas y grasas o lípidos se denominan macronutrientes y


son los mayoritarios en los alimentos. A partir de ellos se obtiene la energía que el
organismo necesita. De manera que la composición cuantitativa de estos 3
componentes en el alimento determina su aporte de energía, bastará multiplicar la
cantidad de cada uno de ellos por estos factores para conocer las calorías que
aporta. Aquellos que estén formados mayoritariamente por lípidos serán los que
aporten mayor cantidad de energía.

Minerales y vitaminas, también denominados micronutrientes, se necesitan y se


encuentran en los alimentos en cantidades mucho más pequeñas. Dentro de las
vitaminas se observan grandes diferencias cuantitativas en los alimentos:
concentraciones de pocos microgramos para la vitamina B12 o el ácido fólico y de
varias decenas de miligramos para la vitamina C.

Capitulo 4

La expulsión del paraíso

Lucy y los suyos al tener la capacidad de cambiar sobre sus dos pies les permitió
poder sujetar alimentos con sus manos mientras caminaban o se escondían de sus
depredadores, además que los cambios ecológicos y climáticos progresivos, como
los que ocurrieron en el este de África, junto con la aparición casual de una serie de
mutaciones, permitieron que unos simios como los Ardipithecus ramidus se
transformaran a lo largo de miles de años en Austrolopitecus afarensis. Fue en este
punto que, por la dificultad de conseguir a alimento, este simio en lugar de comer lo
primero que tenía en la mano, necesitaba bajar a la base de los árboles y escarbar
para conseguir raíces ya que había descubierto que aportaba gran energía de la
que necesitaban. Pero no era así de fácil cambiar de tipo de alimentación ya que el
intestino estaba diseñado para otro tipo de comida y fue ahí donde la evolución lo
hizo otra vez y poco a poco el intestino que en algún tiempo era demasiado
voluminosa para la desintegración de tanta fibra, a causa de una alimentación
vegetariana, se fue reduciendo poco a poco y fue generando un sistema de
resistencia para poder sobrevivir en largas temporadas de escasez de alimentos, y
se creó así un sistema ahorrador de energía, mediante la reserva de grasas. Lo que
constituyó un gran avance para la supervivencia, pero también dio origen al principio
del mono obeso.

Capítulo 5

Vagabundos y carroñeros

Al iniciarse la época denominada Pleistoceno, hace un millón ochocientos mil años,


el planeta comenzó a tener una etapa de frio mayor que las anteriores y comenzaron
los periodos glaciares, cerca de los polos de la tierra comenzaron a acumularse
espesas capas de hielo que por periodos se iban alternando en épocas cálidas lo
que permitió después un tipo de vegetación que era desconocido hasta entonces,
tales como las sabanas de pastos, casi provistas de árboles, semejantes a las
praderas.

Más o menos al millón y medio de años transcurridos desde que Lucy paseaba por
áfrica también se encontraba ahí el primer representante del género Homo: el Homo
habilis el cual ya era capaz de fabricar utensilios de piedra, aunque aún no tan
sofisticados como los que después se crearon.

Es importante recordar que la aparición de una especie no significa la completa


extinción de los antecesores, pues estos llegaron a relacionarse, aun a caminar
juntos en algunas épocas. La mayoría de ellas terminaron extinguiéndose porque
las mutaciones acumuladas no fueron adaptándose al medio, habiendo así la
selección natural.
Al descendiente de Lucy se le llamo Homo ergaster el cual poseía unos pies muy
similares a los nuestros, con un empeine bien formado de hecho era muy parecido
a nosotros del cuello hacia abajo.

En el capítulo anterior ya se había relatado como el Ardipithecus ramidus habitaba


en la selva tropical y se alimentaba de frutas y brotes siempre disponibles. A
diferencia del Ardipithecus afarensis el cual vivió en un ambiente más despoblado y
recurrió a alimentarse de vegetales fibrosos completados con insectos y pequeños
roedores y tuvo que adaptarse para sobrevivir a prolongados periodos de hambre.
El resultado fue que a partir del Homo ergaster los alimentos de origen animal
constituyeron por primera vez una parte importante en la dieta de los homínidos y
este tipo de alimentación persistió hasta hace apenas diez mil años cuando se
originó la agricultura.

El alimento de origen animal fue muy valorado y existen pruebas de que se


aprovechaba al máximo el aporte de nutrientes de estos alimentos, pues hay marcas
de trituración de los huesos de los animales cazados con el fin de sacar el tuétano
o rascados para quitarles la carne pegada. Pero este cambio de alimentación, se
debió principalmente a la falta de alimentos de origen vegetal por las condiciones
climáticas del periodo. Pues los alimentos de origen animal les proporcionaban los
aminoácidos y vitaminas necesarios y aportaban una gran cantidad energética en
un volumen pequeño de alimentos. El resultado fue el origen de un diseño de
carnívoro con un aparato digestivo de herbívoro.

El capítulo también muestra cómo se tiene siempre el concepto del macho cazador
que llega a casa después de una larga jornada de caza con un venado sobre el
lomo y toda la manada lo espera con ansias para comenzar a comer el alimento
obtenido, pero no siempre sucedía así, de hecho la mujer ocupaba un papel más
importante pues podían pasar días o semanas sin que hubiera un alimento de origen
animal cazado pues recordemos que aún no se especializaban los utensilio de caza,
por lo que la mujer tenía que recolectar frutos o semillas que eran la base de
alimentación en caso de no haber animales cazados. O también estaba la opción
de tomar un papel carroñero pues este constituía menor gasto de energía e
implicaba menos riesgos

Al cambiar el tipo de alimentación tuvo que haber una adaptación en el metabolismo


de nuestros antecesores. Un ejemplo de ellos es la asimilación de la vitamina B 12
por el Factor Intrínseco que se produce en la mucosa del estómago, se dejó de
fabricar la taurina en proporciones abundantes ya que es más barato conseguir
taurina necesaria a partir de la carne de las presas, la capacidad limitada de
sintetizar Vitamina A, la asimilación de una dieta rica en proteínas, etc.

Algo muy importante que cabe destacar fue la adaptación para sobrevivir a largos
periodos de hambre pues cuando nuestros antecesores llevaban varios días sin
encontrar carroña el cuerpo fue adaptándose para conservar la mayor cantidad de
energía cuando había nutrientes preparando el cuerpo así para un periodo de
hostilidad y así se desarrollaron mecanismos que permitían acumular grandes
cantidades de grasas (ya que esta aporta una gran cantidad de energía) en
condiciones de abundancia de alimentos, formándose así estrategias para acumular
la grasa donde menos estorbe, los cuales son los patrones de adiposidad.

Capítulo 6

La carroña y el pescado nos hicieron inteligentes

En el libro se muestra también la gran cantidad de energía que requiere el cerebro


para su correcto desarrollo y funcionamiento. En tan solo dos millones de años se
dobló el volumen total de este, lo que sirvió no solamente para un salto en la
inteligencia de dichas especies sino también como un método de supervivencia,
pero esto ocasiono también un pequeño inconveniente ¿Cómo se iba a dar la
cantidad necesaria de energía al cerebro? Pues el cerebro es un órgano que
consume mucha energía y posee una elevada actividad metabólica, pues consume
en la actualidad entre un 20% a 25% del consumo energético.

Por otra parte, el intestino es un árgano que también necesita mucho aporte
energético por lo cual la adaptación y la evolución tuvo que elegir entre cuál de los
dos debía alimentar con más energía. Existen teorías que la expansión cerebral se
dio paralelamente a una reducción del tamaño del aparato digestivo y eso fue
consecuencia del cambio de dieta.

El crecimiento del cerebro necesito de otro elemento fundamental y esto fue un


aporte de ácidos grasos poliinsaturados los cuales son componentes fundamentales
de las membranas de las neuronas. Las evidencias fósiles muestran que el área
geográfica formada por el mar rojo, el golfo del Edén y los grandes lagos del Rift,
son una zona de lagos muy alcalinos por lo que hay abundancia de peces, moluscos
y crustáceos, por lo que se piensa que ellos fueron parte fundamental de este aporte
de ácidos grasos para el óptimo desarrollo del cerebro de nuestros antecesores.

Un punto muy importante en este capítulo es el que un niño por debajo de los cinco
años utiliza entre el 40% y 80% de su metabolismo basal para desarrollar y
mantener su cerebro es por eso la gran importancia de una correcta nutrición
durante los primeros años de vida.

Cuando nuestros ancestros abandonaron la selva húmeda y se colonizaron en la


llanura abrazada por el sol, tuvieron que defenderse del sol y nuevamente la
evolución origino que el pelo dejara de estar en todo el cuerpo y así poder sudar
gracias a millones de glándulas lo que es de gran utilidad para la regulación térmica
del cuerpo.

Capítulo 7

Y APARECIMOS NOSOTROS

En 1968 se descubrió en Dordoña e cráneo y el esqueleto de uno de nuestros


antepasados, el cual se denominó Hombre de cromañón y que hoy sabemos qué
hace unos cuarenta mil años aparecieron en Europa unos inmigrantes de origen
africano los cuales llegaron con unas armas terribles e innovadoras, también
conocían como dominar el fuego y ya poseían una completa organización social.
Habían desarrollado la capacidad de matar a distancia con eficacia y sin tanto
esfuerzo de hecho si alguno de ellos se vistiese como vestimos actualmente y se
rasurara y paseara por la calle la diferencia sería muy poca de hecho tal vez pasaría
desapercibido.

Pero a pesar de su inteligencia más desarrollada que las generaciones anteriores


se tuvieron que enfrentar a múltiples adversidades e inclemencias del frio pues
después de haber predominado un periodo benigno el clima volvió a enfriarse de tal
forma que en el verano se alcanzaba apenas los 0° C por lo cual la alimentación en
ese tiempo era muy similar a la actual alimentación de algunas tribus de esquimales.
Durante el tiempo de las glaciaciones extremas los únicos alimentos posibles eran
la carne de los animales y la grasa de ellos. Es por eso que se empezó a desarrollar
el mecanismo de supervivencia a una dieta hiperproteica, con algo de grasa y
carente de hidratos de carbono, la cual fue la insulinorresistencia. Esta situación
permite ahorrar poca glucosa disponible y reservarla para su consumo en el cerebro
y por otra parte el exceso de insulina circulante favorece a la acumulación rápida de
grasa en el tejido adiposo.

El papel de la maternidad fue y es un factor muy importante para la supervivencia


pues el primero nutriente necesario para el desarrollo del cerebro siempre lo
proporciona la madre, ya sea a través de la placenta o mediante la lactancia.

Existe una estrecha relación entre el bajo peso al nacer y el desarrollo de


insulinoresistencia en la edad adulta y de su mortal acompañamiento con
hipertensión, diabetes, obesidad e infarto al miocardio.

La selección natural potencio la insulinorresistencia durante la preñez. Todas las


mujeres embarazadas incrementan fisiológica y transitoriamente su resistencia a la
acción de la insulina a lo largo del embarazo. E incluso algunas mujeres llegan a
padecer un tipo diabetes transitoria también llamada diabetes gestacional

Si al nacer un niño tuvo bajo peso, este debe extremar al máximo los cuidados para
tener una alimentación sana y así poder llevar una vida saludable pues de lo
contrarios esta persona está destinada a padecer el Síndrome Metabólico.

Otro factor de supervivencia fue el ahorro de gasto energético al momento de el


apareamiento, pues como sabemos en estos tiempos cuando una mujer disminuye
el porcentaje de masa corporal por debajo del límite se presenta la inhibición de la
ovulación y una amenorrea (ausencia de la menstruación).

Capítulo 8

El retorno al Edén

Después del periodo de intenso frio comenzó nuevamente a haber bonanza por
parte de clima lo que proporciono un ambiente de tranquilidad lo que permitió que
comenzara a desarrollarse la imaginación y el arte. Pero al mismo tiempo hubo un
aumento de la densidad de población lo que ocasiono que una mayor dificultad para
la caza, así que comenzaron a encerrar a los animales aún se sabe que hacían
huecos en los troncos de los árboles para encerrar ahí a los animales que cazaban.

Así comenzó a iniciarse la ganadería, cazando animales salvajes para después


domesticarlos y mantenerlos por un tiempo prolongado y sacar el máximo provecho
de ellos, y así se tenían listos para cuando más los necesitaran.

Más tarde mediante hallazgos casuales y observaciones meticulosas comenzaron


a sembrar semillas al lado de su refugio y así poco a poco fue comenzando la
agricultura.

Sin embargo, esto a su vez ocasiono un problema que predomina hasta nuestra era
y es la falta de variedad en el consumo de alimentos pues mientras en el Paleolítico
se recolectaba una variedad de platas para su consumo y había diversidad de
alimento de origen animal, fue hasta este periodo cuando se redujo
significativamente esta variedad. De hecho, cuando se hace una encuesta en la
actualidad pidiendo escribir la máxima cantidad de alimentos consumidos en una
semana muy pocas veces o ninguna se llega a una variedad de 50 alimentos
distintos. Se comenzó a cocinar a los alimentos en fuego lo que significa una mejor
asimilación de los nutrientes, también comenzó a consumirse cereal, miel, se
fabricaron dulces, las bebidas alcohólicas.
Capítulo 9 y conclusión

Como reajustar nuestro diseño

¿Pero entonces… todos estos cambios fuero perjudiciales para la salud de modo
que hoy tengamos tan grandes problemas en el metabolismo? De ninguna
manera, sino que hemos tomado el camino incorrecto a la evolución y eso no
significa que vayamos por el campo, la selva o las llanuras buscando nuestro
alimento con un taparrabos cubriéndonos solamente, o que comamos la carne
cruda de algún animal para poder tener una alimentación más sana, sino que las
medidas para tener una vida sana y equilibrada la podemos obtener de una forma
muy simple y sencilla. Y esto es llevando una forma de vida equilibrada,
comenzando a dejar el sedentarismo mediante el ejercicio, consumiendo más
diversidad de alimentos y no solo reduciendo nuestra dieta con embutidos o
alimentos procesados, apostando más por lo natural.

El autor propone una dieta darwiniana a lo cual aconseja un 50% de nuestra


alimentación deber ser como el Artidipithecus ramidus: es decir, una alimentación
básicamente en frutas, brotes tiernos, flores semillas, tallos tiernos, algunas hojas,
y más vegetales frescos que puedan ser digeridos por nuestro pequeño intestino
grueso. Además, que estos alimentos proporcionan fibra, vitaminas, minerales y
antioxidantes. Además, algunos de estos vegetales contienen sustancias que son
poderosos protectores contra el desarrollo de algunos tumores.

Un 30% de nuestra alimentación debe de ser como la del Australopitecus


afarensis es decir a lo que consumió Lucy y su dentadura, los tubérculos, semillas
verdes y frutos secos. Un 18% como la alimentación del Homo ergaster, que se
refiere a carne fresca, huevos pescado que como ya vimos contribuyo bastante al
desarrollo del cerebro. Y un 2% a la alimentación del Homo sapiens sapiens.

Por ultimo cabe enfatizar nuevamente la importancia de la nutrición de la mujer


durante el embarazo, ya que una alimentación adecuada contribuye no solo al
bienestar y buen desarrollo del producto, sino que si cuidamos detalles como este
contribuimos a la mejora y preservación de la especie.
1- Alonso AA. Síndrome Metabólico. Fisterra [on line] 2005 [15 de diciembre de 2006]; URL
disponible en: www.fisterra.com/guias2/Smetabolico.asp
2- Masana Marín L, Rubiés Prat J. Alteraciones del metabolismo de las lipoproteínas. En:
Farreras Valentí P, Rozman C. Medicina Interna. 13ª Edición. Madrid, España: Harcourt
Brace; 1998 vol (3): 1899-1932.

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