El Zapatero y Los Duendes
El Zapatero y Los Duendes
El Zapatero y Los Duendes
1
A la mañana siguiente, cuando iba a sentarse a trabajar, se encontró con los zapatos terminados sobre la mesa. El
zapatero se asombró mucho porque estaban tan bien cosidos que parecían una obra maestra. Al poco rato entró a la
tienda un comprador y como le gustaron tanto los zapatos, le pagó al zapatero mucho dinero por ellos.
2
Así el zapatero pudo comprar cuero para dos pares de zapatos más. Los cortó en la noche, penando en ponerse a
trabajar a la mañana siguiente; pero no fue necesario, porque al levantarse al otro día, los encontró terminados. No
faltaron dos compradores que se sintieron maravillados con lo bien hechos que estaban los zapatos, y que le pagaron
tanto dinero al zapatero, que pudo comprar cuero para cuatro pares de zapatos más.
3
Nuevamente, al levantarse, encontró los zapatos terminados. Y así sucedió durante varios días, y como le pagaban
muy bien por los hermosos zapatos, después de un tiempo, el zapatero se convirtió en un hombre rico.
4
Una noche, poco antes de la Navidad, el zapatero sugirió a su mujer que se quedaran despiertos para descubrir quién
los ayudaba tan generosamente. Se escondieron detrás de una cortina y esperaron.
5
Cuando el reloj dio las doce de la noche, el zapatero y su mujer vieron llegar a dos hombrecillos que se subieron a la
mesa y empezaron a terminar los zapatos, sin descansar en ningún momento. Cuando estuvieron listos, se levantaron
de un salto y se fueron.
6
Al día siguiente, la mujer le dijo al zapatero: -Estos duendecillos nos han ayudado mucho y debemos darles las
gracias. Como andan desnudos deben tener mucho frío: Voy a coserles unas camisas, chaquetitas, pantalones y
también les tejeré unas medias de lana. Al zapatero le pareció muy buena la idea de su mujer y decidió hacerles
unos bonitos zapatos.
7
Cuando llegó la Navidad, pusieron todos los regalos sobre la mesa y se escondieron detrás de la cortina para
observar.
8
A medianoche, llegaron los duendecillos, y en lugar de encontrar el cuero cortado, encontraron zapatos nuevos y una
linda ropita para ellos.
9
Muy contentos, se vistieron y se pusieron a cantar y a bailar. Danzaron y cantaron por todo el taller y luego se
marcharon y no volvieron nunca más. El zapatero y su mujer vivieron muy felices y ¡colorín, colorado, este cuento
se ha acabado!
10