Medidas Prejudiciales
Medidas Prejudiciales
Medidas Prejudiciales
Definición: Actos jurídicos procesales anteriores al juicio, que tienen por objeto preparar
la entrada a éste, asegurar la realización de algunas pruebas y /o asegurar el resultado
mismo de la pretensión.
2º) Aunque están tratadas dentro del juicio ordinario civil del Libro II, C.P.C., es
indiscutible que pueden aplicarse en todo juicio, cualquiera sea el procedimiento que lo
estructure; por lo dispuesto en el Artículo 3º C.P.C
3º) Una tercera característica mira al requisito común a todas las medidas prejudiciales.
Este requisito general está contemplado en el Artículo 287 del C.P.C., en los siguientes
términos: “Para decretar las medidas de que se trata este Título, deberá el que las solicita,
expresar la acción (debió decir “pretensión”) que se propone deducir y someramente sus
fundamentos”.
“El juicio ordinario podrá prepararse, exigiendo el que pretende demandar de aquel contra
quien se propone dirigir la demanda...”
Por lo tanto, el sujeto por excelencia de estas medidas es el futuro demandante y el sujeto
pasivo es aquel en contra del cual se propone dirigir la demanda
Sin embargo, el Artículo 288 C.P.C., establece que el demandado también puede impetrar
estas medidas:
“Toda persona que fundadamente tema ser demandada, podrá solicitar las medidas que
menciona el número 5º del artículo 273 y los artículos 281, 284 y 286, para preparar su
defensa”.
Requisitos de la solicitud:
“El juicio ordinario podrá prepararse, exigiendo el que pretende demandar de aquél contra
quien se propone dirigir la demanda:
1º) Declaración jurada acerca de algún hecho relativo a su capacidad para parecer en
juicio, o a su personería o al nombre y domicilio de sus representantes;”
“exhibición de la cosa que haya de ser objeto de la acción que se trata de entablar”
Esta medida tiene como objetivo saber cuál es el lugar preciso donde se encuentra la
especie o cuerpo cierto debida y el estado en que ella se encuentra, lo que aumenta su
importancia en el juicio ejecutivo.
En efecto, uno de los requisitos necesarios para que este procedimiento especial proceda
es que la obligación que se trata de ejecutar o cumplir forzadamente sea líquida, lo que,
respecto de obligaciones de especie o cuerpo cierto, se traduce en la cosa misma debida.
Dos son los procedimientos prejudiciales que contempla el Título IV del Libro II, cuya
aplicación depende del hecho de encontrarse la cosa debida en poder del futuro
demandado o en el de un tercero.
a) Si está en poder del futuro demandado, la exhibición debe materializarse
mostrando el objeto que debe exhibirse o autorizando al interesado para que lo
reconozca, dándole facilidades para ello (Artículo 275, inciso 1º C.P.C.) y
b) Si está en poder de un tercero, “cumplirá la persona a quien se ordene la
exhibición, expresando el nombre y residencia de dichos terceros, o el lugar donde
el objeto se encuentre” (Artículo 275, inciso 2º C.P.C.)
“Si se rehúsa hacer la exhibición en los términos que indica el artículo precedente,
podrá apremiarse al desobediente con multa o arresto en la forma establecida por
el artículo 274 y aún decretarse allanamiento del local donde se halle el objeto
cuya exhibición se pide.
Iguales apremios podrán decretarse contra los terceros que, siendo meros
tenedores del objeto, se nieguen a exhibirlo.”
La tercera medida prejudicial que sólo puede pedir el futuro demandante consiste
en “la exhibición de sentencias, testamentos, inventarios, tasaciones, títulos de
propiedad u otros instrumentos públicos o privados que por su naturaleza puedan
interesar a diversas personas”.
Tratándose de juicios entre comerciantes, el que oculte alguno de sus libros “siéndole
ordenada la exhibición, será juzgado por los asientos de los libros de su colitigante que
estuvieren arreglados, sin admitírsele prueba en contrario” (Art. 33 Código de Comercio)
Puede ocurrir que aún antes de que siquiera se haya demandado a una persona, se pida
rendir algunas pruebas.
a) que la prueba sea de muy urgente rendimiento o presentación y que su dilación sea la
causa de su desaparición, v.gr., la denuncia de obra ruinosa; y
b) que por el retardo en la iniciación del juicio o en la llegada del término probatorio,
existan impedimentos que se traduzcan en que los medios de prueba no se puedan hacer
valer oportunamente. Así, por ejemplo, los testigos presenciales o instrumentales se
encuentran gravemente enfermos o anuncian una pronta salida del país.
De lo anterior se desprende:
b) el informe de peritos, y
Estas medidas pueden ser solicitadas indistintamente tanto por el futuro demandante
como por el futuro demandado
En cuanto a la ejecución de estas medidas, señala el Artículo 281, inciso 2º que para ello
“se dará previamente conocimiento a la persona a quien se trata de demandar, si se
encuentra en el lugar del asiento del tribunal que las decreta, o donde deben ejecutarse.
En los demás casos se procederá con intervención del defensor de ausentes”.
CONFESIÓN JUDICIAL
Empero, prescribe el Artículo 284, inciso 1º que “si hay motivo fundado para temer que
una persona se ausente en breve tiempo del país, podrá exigírsele como medida
prejudicial que absuelva posiciones sobre hechos calificados previamente de conducentes
por el tribunal, el que sin ulterior recurso, señalará día y hora para la práctica de la
diligencia”.
En este caso, el solicitante, que puede ser el futuro demandante o el futuro demandado,
además de consignar los requisitos comunes a toda prejudicial:
En base a lo anterior, el tribunal debe fijar día y hora para recibir la confesional.
Notoria es una excepción que en el precepto transcrito se contiene, la que se explica por
sí misma. En el curso del procedimiento, la absolución de posiciones tiene una
característica bastante precisa: las preguntas sobre las cuales habrá de deponer el
absolvente se mantienen en secreto hasta el momento mismo de efectuarse la diligencia,
conteniéndose en un sobre cerrado y sellado con lacre o con media firma. Este secreto
involucra tanto al absolvente como al mismo tribunal.
En cambio, en las medidas prejudiciales tal secreto se rompe respecto del tribunal, toda
vez que éste debe calificar la conducencia de cada una de las posiciones que en el sobre
se contienen.
Además de cumplir con los requisitos comunes, el solicitante debe fundar su petición en:
b) Que haya fundado temor de que las declaraciones no puedan recibirse oportunamente.
Señala el artículo 286, inciso 2º que “para practicar esta diligencia, se dará previamente
conocimiento a la persona a quien se trata de demandar, sólo cuando se halle en el lugar
donde se expidió la orden o donde deba tomarse la declaración; y en los demás casos se
procederá con intervención del defensor de ausentes”.
La prueba de testigos se ponderará, al igual que las demás, en la sentencia definitiva que
se dicte, si es que se materializa el juicio.
Esta medida prejudicial es común tanto para el demandante como para el demandado.
2º) A exhibir el título de su tenencia; y si expresa no tener título escrito, a declarar bajo
juramento que carece de él.
Artículo 284, inciso 1º “podrá también pedirse que aquel cuya ausencia se teme,
constituya en el lugar donde va a entablarse el juicio apoderado que le represente y que
responda por las costas y multas en que sea condenado, bajo apercibimiento de
nombrársele un curador de bienes.
MEDIDAS PRECAUTORIAS
Son actos jurídicos procesales realizados exclusivamente por el sujeto activo del
procedimiento, que tienen por finalidad asegurar el resultado de la pretensión hecha valer.
¿Cual es su objetivo?
Evitar obtener sentencias “de papel”, sentencias que será inútil o imposible hacer cumplir.
“El periculum in mora” que constituye la base de las medidas cautelares no es, pues, el
peligro genérico de daño jurídico, el cual se puede en ciertos casos, obviar con la tutela
ordinaria; sino que es, específicamente, el peligro del ulterior daño marginal que podría
derivar del retardo de la providencia definitiva, inevitable a causa de la lentitud del
procedimiento ordinario. Es la imposibilidad práctica de acelerar la emanación de la
providencia definitiva, la que hace surgir el interés por la emanación de una providencia
definitiva, la que hace surgir el interés por la emanación de una medida provisoria; es la
mora de esta providencia definitiva, considerada en sí misma como posible causa de
ulterior daño, la que se trata de hacer preventivamente inocua con una medida cautelar,
que anticipe provisoriamente los efectos de la providencia definitiva”.
1. Son infinitas:
3. Son acumulables:
Esta característica se desprende de dos preceptos legales: el artículo 290 y el artículo 300
C.P.C.
“...puede el demandante en cualquier estado del juicio.., pedir una o más de las siguientes
medidas” (290)
“estas providencias no excluyen las demás que autorizan las leyes” (300).
Esta característica se desprende del artículo 301, parte final: “...deberán hacerse cesar
siempre que desaparezca el peligro que se ha procurado evitar o se otorguen cauciones
suficientes”.
Esto quiere decir que pueden solicitarse y decretarse antes de entrar al juicio.
CATEGORIAS DE MEDIDAS PRECAUTORIAS
Primera categoría:
Segunda Categoría:
Estas son las que, en forma implícita, regula el artículo 298 C.P.C.
Están autorizadas expresamente por la ley, rigiéndose por la norma legal que las creó y
desarrolló o, si existiere remisión o en silencio de la regla especial, por los artículos 290 y
ss. del C.P.C. Así, por ejemplo, tienen su propio procedimiento los denominados
“embargos” del Procedimiento Penal, institución a través de la cual el legislador franquea
la posibilidad de asegurar la eventual responsabilidad civil proveniente de un hecho
punible
Tercera Categoría:
Está constituida por todo aquel cúmulo de medidas precautorias que no están
expresamente autorizadas por la ley.
REQUISITOS GENERALES PARA DECRETAR MEDIDAS PRECAUTORIAS
El artículo 290 nos dice que la oportunidad procesal se configura “en cualquier instante
del juicio, aun cuando no esté contestada la demanda...”.
Los bienes sobre que recae la medida, por expresa disposición de la ley, deben estar
limitados a lo estrictamente necesario para garantizar el resultado de la pretensión hecha
valer. Así lo señala el artículo 298, parte inicial: “Las medidas de que trata este Título se
limitarán a los bienes necesarios para responder a los resultados del juicio...”
Artículo 298 que “las medidas de que trata este Título se limitarán a los bienes necesarios
para responder a los resultados del juicio; y para decretarlas deberá el demandante
acompañar comprobantes que constituyan a lo menos presunción grave del derecho que
se reclama...”
Comprobantes:
El texto antedicho señala que “comprobante es el participio activo del verbo comprobar.
Que comprueba”. Por su parte, comprobar es “verificar, confirmar una cosa por medio de
cotejo o de demostración”.
Presunción grave:
Una presunción es el resultado de una operación racional y lógica en que, partiendo de
hechos o antecedentes conocidos se infiere un consecuente o hecho desconocido.
La presunción grave es aquella que lleva a la convicción del tribunal la sensación de que
hay un principio de existencia del hecho de que se trata.
Las medidas de mayor importancia y aplicación práctica son las que se encuentran
indicadas en los números 3º y 4º del artículo 290 C.P.C., sea en su carácter de medidas
precautorias propiamente tales o en el de prejudiciales precautorias.
CONCEPTO: De acuerdo al artículo 2249, inciso 1º del Código Civil, “el secuestro es el
depósito de una cosa que se disputan dos o más individuos, en manos de otro que debe
restituirla al que obtenga una decisión a su favor”.
PROCEDENCIA:
Señala el artículo 291 C.P.C. que habrá lugar al secuestro judicial en el caso del artículo
901 del Código Civil, o cuando se entablen otras acciones con relación a cosa mueble
determinada y haya motivo de temer que se pierda o deteriore en manos de la persona
que, sin ser poseedora de dicha cosa, la tenga en su poder”.
a) El caso del artículo 901 del Código Civil: Señala el citado precepto que “si
reivindicándose una cosa corporal mueble, hubiere motivo de temer que se pierda o
deteriore en manos del poseedor, podrá el actor pedir su secuestro; y el poseedor, será
obligado a consentir en él, o a dar seguridad suficiente de restitución, para el caso de ser
condenado a restituir”.
Aquí el requisito común se encuentra contemplado en el mismo precepto del Código Civil,
pero limitado al poseedor.
Señala el artículo 292 C.P.C. que son aplicables al secuestro las disposiciones que el
Párrafo 2º del Título I del Libro III establece respecto del depositario de los bienes
embargados”.
Esto quiere decir que al secuestro se le aplican las reglas de designación, derechos y
obligaciones del depositario del juicio ejecutivo por obligación de dar.
PROCEDENCIA:
EFECTOS DE LA INTERVENCIÓN:
El numerando 3º del artículo 290 del C.P.C. desplaza, con mucho, al secuestro judicial, ya
que asegura de una manera mucho más eficaz los eventuales derechos del demandante
al configurar el objeto ilícito del artículo 1464 del Código Civil.
Frente a un caso determinado, donde existan bienes muebles en juego, sean o no objeto
del juicio, lo lógico lo razonable es que el demandante pida la medida que entramos a
estudiar y no el secuestro judicial, ya que aquél configura el objeto ilícito, cosa que éste
no hace.
La retención puede ser definida como la medida cautelar que tiene por objeto asegurar el
cumplimiento efectivo de la sentencia mediante el incautamiento de bienes muebles
determinados del demandado, impidiéndose su enajenación.
El tribunal, sin calificación alguna, debe conceder la medida solicitada, ya que por ser la
cosa disputada el objeto de la retención, la causa es suficiente
En este caso el legislador es exigente, puesto que pide, para que el juez pueda decretar
la medida precautoria de retención, que:
2º) Haya motivo racional para creer que procurará ocultar sus bienes, y en los demás
casos determinados por la ley (artículo 295, inciso 1º, segunda parte).
De las cuatro medidas precautorias que contempla el artículo 290 C.P.C. ésta, sin duda
alguna, es la que mayor amplitud presenta. En efecto, la medida se refiere a todo acto
(actos jurídicos unilaterales) o contratos, sean a título gratuito u oneroso. Así, afecta a las
donaciones, compraventas, sociedad, hipoteca, arrendamiento, etc.
EFECTOS DE LA MEDIDA:
En el análisis de esta materia hemos de distinguir, una vez más, entre bienes objeto del
juicio y bienes que no lo son
Vid. Manuel Somarriva Undurraga. “Evolución del Código Civil Chileno”. Ed. Nacimiento.
1955. Págs. 494 a 496
Señala el artículo 297, inciso 1º C.P.C. que “cuando la prohibición recaiga sobre bienes
raíces se inscribirá en el registro del Conservador respectivo, y sin este requisito no
producirá efecto respecto de terceros”.
TRAMITACIÓN DE LAS PRECAUTORIAS PROPIAMENTE TALES
Partiendo del supuesto de que ya existe juicio incoado, los requisitos del escrito de
solicitud de precautoria, serán:
3º) La individualización de los bienes sobre los cuales la medida precautoria va a recaer,
para que no exista duda alguna sobre ellos;
4º) Los requisitos específicos que la ley exige para cada medida precautoria en particular
Debe cumplirse con el requisito común a todas ellas, esto es, acompañarse comprobantes
que constituyan a lo menos presunción grave del derecho que se reclama.
En caso de que el solicitante tenga urgencia en que se decreten las medidas y los
comprobantes no se encuentren en su poder o a su alcance, recibe aplicación el artículo
299 C.P.C., el que permite al tribunal ordenarlas aún sin que esos comprobantes se
presenten: “En casos graves y urgentes podrán los tribunales conceder las medidas
precautorias de que trata este Título, aún cuando falten los comprobantes requeridos, por
un término que no exceda de diez días, mientras se presentan dichos comprobantes
exigiendo caución para responder por los perjuicios que resulten. Las medidas así
decretadas quedarán de hecho canceladas si no se renuevan en conformidad al artículo
280”.
TRAMITACIÓN:
Una vez que el escrito está presentado, el tribunal puede acoger o rechazar la solicitud.
De acuerdo al artículo 302, inciso 1º C.P.C., “el incidente a que den lugar las medidas de
que trata este Título se tramitarán en conformidad a las reglas generales y por cuerda
separada...”
Nuestra jurisprudencia ha señalado que: “las peticiones de las partes deben resolverse,
por regla general, de plano. Las medidas precautorias no escapan a tal regla. La
oposición a la medida concedida puede dar origen a un incidente; pero si no se ejercita
derecho alguno en contra de la resolución que concede medidas precautorias, no hay
lugar a incidente alguno”.
2. Todas las medidas precautorias que hemos estudiado pueden ser solicitadas en el
carácter de prejudiciales.
Artículo 279 del C.P.C.: “Podrán solicitarse como medidas prejudiciales las precautorias
de que trata el Título V de este Libro, existiendo para ello motivos graves y calificados, y
concurriendo las circunstancias siguientes:
1. Que se determine el monto de los bienes sobre que deben recaer las medidas
precautorias
2. Que se rinda fianza u otra garantía suficiente, a juicio del tribunal, para responder
por los perjuicios que se originen y multas que se impongan”.
TRAMITACIÓN:
De acuerdo al artículo 289 C.P.C., último del Título IV, “las diligencias expresadas en este
Título pueden decretarse sin audiencia de la persona contra quien se piden, salvo los
casos en que expresamente se exige su intervención”.
Las prejudiciales precautorias duran breve tiempo, según se establece del artículo 280,
inciso 1º C.P.C., pasado el cual fenecen inexorablemente para transformarse en
precautorias, tomando el carácter de provisionales, o para desaparecer definitivamente en
la vida del procedimiento.
Artículo 280, inciso 1º que “aceptada la solicitud a que se refiere el artículo anterior,
deberá el solicitante presentar su demanda en el término de diez días y pedir que se
mantengan las medidas decretadas. Este plazo podrá ampliarse hasta treinta días por
motivos fundados.”
COMENTARIOS:
1. Establece un plazo fatal de diez días, el que se cuenta desde la fecha de la resolución
que otorgó la medida prejudicial precautoria.
Este término puede ampliarse, por motivo fundado, hasta completar treinta días. Por
tanto, estamos frente a un plazo legal que la propia ley autoriza ampliar.
3. Para dar cumplimiento a lo expresado en el artículo 280, inciso 1º basta con presentar
la demanda y no es necesario notificarla.