Los Trastornos Mentales y La Responsabilidad Penal
Los Trastornos Mentales y La Responsabilidad Penal
Los Trastornos Mentales y La Responsabilidad Penal
Concepto de imputabilidad
Retraso mental
No cabe duda de que los sujetos con retraso mental profundo son
inimputables. Existen, sin embargo, una gran cohorte de casos límites o
fronterizos en los que la pericia psicológica es delicada. Sólo del estudio global del
sujeto y de los hechos presumiblemente delictivos, se podrá deducir si cumplen o
no los requisitos que marca la ley para ser inimputables.
Delirium
Para algunos autores constituye una de las pocas veces en que está
justificada la eximente de trastorno mental transitorio. En estos casos se exige que
se trate de una perturbación mental de causa inmediata evidenciable, pasajera,
que termine con la curación sin secuelas, desarrollada sobre una base patológica
probada y que sea de tal intensidad que produzca la anulación de la voluntad y
entendimiento.
Este trastorno plantea al perito la problemática de que, en ocasiones, la
exploración tiene lugar cuando ha desaparecido el cuadro de delirium, teniendo
que hacer un diagnóstico retrospectivo.
Demencias
Drogodependencias
Esquizofrenia
Epilepsia
Es una enfermedad crónica caracterizada por uno o varios trastornos
neurológicos que deja una predisposición en el cerebro para generar convulsiones
recurrentes, que suele dar lugar a consecuencias neurobiológicas, cognitivas y
psicológicas.
Síndromes epilépticos
Tratamiento
La epilepsia así como las crisis epilépticas pueden en la actualidad recibir
un tratamiento con resultados aceptables. En la mayoría de los casos, las
epilepsias de la infancia se curan en la pubertad. Cuando la epilepsia se debe a
una lesión claramente visible y esa lesión es eliminada quirúrgicamente, se reduce
la intensidad y frecuencia o bien, en muchos casos, se cura la epilepsia. Por lo
tanto, al comienzo del tratamiento se examina al individuo, en busca de causas de
la epilepsia que se puedan eliminar, por ejemplo, la operación de un tumor
cerebral o la supresión o mitigación de un trastorno metabólico.
En otros casos esto no es posible, ya sea porque no se ha encontrado ninguna
causa o porque ésta no pueda ser eliminada, como es el caso de cicatrices,
malformaciónes en el cerebro o una predisposición inherente a las convulsiones.
El objetivo en estos casos es la eliminación de los ataques por medio de
medicamentos u operaciones quirúrgicas.
Neurosis
El término neurosis fue propuesto por el médico escocés William Cullen en
1769 en referencia a los trastornos sensoriales y motores causados por
enfermedades del sistema nervioso. En psicología clínica, el término se usa para
referirse a trastornos mentales que distorsionan el pensamiento racional y el
funcionamiento a nivel social, familiar y laboral adecuado de las personas.
Existe una confusión generalizada sobre el término neurosis. Por un lado se
aplica, como síntoma, a un conjunto heterogéneo de trastornos mentales que
participan de mecanismos inadaptativos ligados a la ansiedad. Por otra parte, su
uso popular (como sinónimo de obsesión, excentricidad o nerviosismo) ha
provocado su extensión a terrenos no estrictamente ligados a la enfermedad
mental.
Generalidades
El término clásico hace referencia a un trastorno mental sin evidencia de
lesión orgánica que se caracteriza por la presencia de un nivel elevado de
angustia y una hipertrofia disruptiva de los mecanismos compensadores de la
misma. El sujeto mantiene un adecuado nivel de introspección y conexión con la
realidad, pero presenta la necesidad de desarrollar conductas repetitivas y en
muchos casos inadaptativas con objeto de disminuir el nivel de estrés. Se trata, en
realidad, de un rasgo caracterial que acompaña al sujeto durante toda su vida, de
gravedad muy variable, desde grados leves y controlables hasta situaciones
gravemente incapacitantes que pueden llegar a precisar hospitalización.
Los psicoanalistas afirman que, para protegerse de la angustia, las personas
recurren a mecanismos de defensa como la represión, la proyección, la negación,
la intelectualización y el desplazamiento, entre otros. Cuando se observan
patrones crónicos de mala adaptación que simulen una neurosis, es posible que
se trate de un trastorno de personalidad. Para identificar la neurosis, existen
distintas pruebas psicológicas.
Historia de la neurosis
"El arte procede de una necesidad interna del alma". Kandinsky opinaba que el
desequilibrio conducía a la creación.
El origen del término neurosis se encuentra a finales del siglo XVIII aunque su
máximo uso se circunscribe al XIX, en plena eclosión de la especialidad
psiquiátrica, siendo empleado originalmente para describir cualquier trastorno del
sistema nervioso.
El médico escocés William Cullen publica en 1769 su obra Synopsis nosologiae
methodicae, refiriéndose con el término neurosis a un trastorno general del
sistema nervioso, sin fiebre ni otras lesiones orgánicas demostrables, y capaz de
alterar las capacidades sensitivas y motoras del individuo, mezclándose en este
concepto patologías tan dispares como mareos y desmayos, el tétanos, la rabia,
las crisis histéricas, la melancolía (posteriormente denominada depresión) o la
manía.Sigmund Freud desarrolló diversos trabajos en relación con la histeria y los
trastornos obsesivos, publicados entre 1892 y 1899, sentando las bases
psicogénicas de lo que él denominó psiconeurosis. A partir de sus trabajos se
elaboró una clasificación, ya en desuso, que distinguía varios tipos de neurosis (en
función de la expresión final de los síntomas provocados por el síntoma nuclear de
la angustia): Neurosis de angustia, neurosis fóbicas, neurosis obsesivo-
compulsivas, neurosis depresivas, neurosis neurasténicas, neurosis de
despersonalización, neurosis hipocondríacas y neurosis histéricas.
El principal interés de Freud se centró en lo que denominó neurosis de angustia,
descrita en torno a un estado de elevada excitabilidad del paciente expresada
como "espera angustiosa" sobre la que el sujeto elabora expectativas funestas de
futuro basadas en simbolismos (determinado sonido significa que un familiar
acaba de morir, un gesto inapropiado acarreará mala suerte, etc.). Para Freud el
paciente posee un caudal de angustia que permanentemente se va depositando
en forma de miedos, fobias, ataques de angustia (taquicardia, taquipnea,
sudoración), etc.
En 1909 Pierre Janet publica Las neurosis, obra en la que establece el concepto
de "enfermedad funcional" frente al modelo anatómico-fisiológico. Desarrolla así el
paradigma médico que basa el daño no en la alteración física del órgano, sino en
su función. Las funciones superiores, adaptativas, provocan cuando se ven
alteradas o disminuidas, un estado "neurasténico" (o de "nerviosismo") en el que
se sobreexpresan otros estados inferiores como la agitación o la histeria.
Aspectos clínicos
El término neurosis fue abandonado por la psicología científica y la psiquiatría.
Concretamente, la O.M.S. (CIE-10) y la A.P.A. (DSM-IV-TR) han cambiado la
nomenclatura internacional para referirse a estos cuadros clínicos como
trastornos, entre los que se incluyen:
1. Trastornos depresivos (distimia, ciclotimia, episodios depresivos leves,
moderados o graves [con o sin síntomas somáticos])
2. Trastornos de ansiedad (fobias, trastorno obsesivo-compulsivo,
agorafobia, crisis de angustia, trastorno por estrés postraumático, trastorno
de ansiedad generalizada)
3. Trastornos somatoformes (dismorfofobia, trastorno de conversión,
hipocondría, dolor somatoforme, trastorno de somatización)
4. Trastornos disociativos (Trastorno de identidad disociativo, fuga y
amnesia psicógenas, trastorno de despersonalización, trance y posesión)
5. Trastornos sexuales:
1. Parafilias (exhibicionismo, fetichismo, froteurismo, pederastia,
masoquismo, sadismo, travestismo, voyeurismo)
2. Disfunciones sexuales (deseo inhibido, aversión al sexo,
anorgasmia, impotencia, eyaculación precoz, dispareunia,
vaginismo)
6. Trastornos del sueño (insomnio, hipersomnia, parasomnias, terrores
nocturnos, sonambulismo, disomnia)
7. Trastornos facticios
8. Trastornos del control de impulsos (cleptomanía, trastorno explosivo
intermitente, ludopatía, piromanía, tricotilomanía)
9. Trastornos adaptativos
10. Factores psicológicos que afectan al estado físico
11. Trastornos de la personalidad
1. Códigos V (simulación, problemas interpersonales, duelo patológico,
problemas funcionales, rol de enfermo, etc.)
TRASTORNOS MENTALES ORGÁNICOS
La Décima Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-10), de 1992, de la
OMS, considera como Trastornos Mentales Orgánicos (TMO) a un amplio, variado
y complejo conjunto de desórdenes psicológicos y conductuales que se originan
en una pérdida o anormalidad de la estructura y/o función del tejido cerebral.
Fueron llamados anteriormente síndromes orgánicos cerebrales.
Esta disfunción puede ser calificada como primaria, en el caso de enfermedades,
lesiones o daños que afectan el cerebro de un modo directo y selectivo, o
secundaria, cuando otras enfermedades sistémicas o alteraciones orgánicas
determinan el mal funcionamiento cerebral. Los trastornos cerebrales secundarios
al consumo de sustancias (incluyendo alcohol), lógicamente, pertenecen a este
grupo, pero por conveniencia taxonómica se les considera en una sección aparte.
La Asociación Psiquiátrica Americana (USA) en 1994, en su cuarta revisión de los
trastornos mentales (DSM IV), propone que el término mental orgánico no sea
usado, pues parecería implicar el concepto erróneo de que algunos desórdenes
mentales no incluidos en este grupo, como la esquizofrenia, la psicosis maníaca, y
otros, no estarían relacionados con procesos o factores biológicos.
SINTOMATOLOGÍA
Se distinguen dos categorías de síntomas:
a) Síntomas básicos o propios del trastorno. Tales son:
- Alteraciones del estado de la conciencia: incapacidad para fijar la atención y
desorientación en todas las esferas.
- Alteraciones cognoscitivas: compromiso de la memoria reciente, deterioro
intelectual, mengua del juicio y comprensión.
- Alteraciones de la afectividad: pérdida del control afectivo, labilidad emocional.
b) Síntomas accesorios o facultativos (que pueden o no presentarse), se
vinculan al funcionamiento de la personalidad premórbida y a conflictos
psicosociales actuales. Pueden ser:
- Compensatorios, como respuesta de adaptación a los síntomas primarios, tales
como el aislamiento, la perseveración, el orden exagerado, la fabulación. De fallar
este intento de adaptación pueden presentarse actitudes inadecuadas de
dependencia, regresión, negación de la enfermedad, rechazo al tratamiento, u
otros que suelen llevar a un estado de invalidez.
Síntomas de tipo neurótico; como ansiedad, depresión, fobias, obsesiones; o de
tipo psicótico, como ideas delusivas, generalmente de contenido paranoide,
pseudopercepciones, u otros. Esta sintomatología se presenta mayormente con
síntomas primarios leves o moderados.
CLASIFICACIÓN
Atendiendo al tipo de síntomas los T.M.O. pueden diferenciarse en dos grupos
principales:
a) Con predominio de síntomas básicos, en los cuales destacan los disturbios de
las funciones cognoscitivas (memoria, inteligencia, capacidad de aprendizaje) o
los del sensorio (alteraciones de la conciencia y atención).
b) Con predominio de sintomatología accesoria o facultativa, en los cuales las
manifestaciones cognoscitivas o sensoriales son mínimas o difíciles de comprobar,
siendo lo más destacable las alteraciones de la percepción (alucinaciones), del
contenido del pensamiento (ideas delusivas), del humor y de las emociones
(depresión, euforia ansiedad), o de los rasgos generales de la personalidad y
formas del comportamiento.
De un modo más específico, la CIE-10 establece las siguientes entidades clínicas:
1. Demencia
2. Delirium
3. Síndrome amnésico
4. Alucinosis orgánica
5. Trastorno catatónico orgánico
6. Trastorno delusivo orgánico
7. Trastorno afectivo orgánico
8. Trastorno de ansiedad orgánico
9. Trastorno disociativo orgánico
10. Trastorno de labilidad emocional orgánico
11. Trastorno cognoscitivo leve
12. Trastorno orgánico de la personalidad y del comportamiento
13. Trastorno mental orgánico o sintomático sin especificación
Según Lipowski, la Demencia y el Delirium, son síndromes con alteración
simultánea y global de todas las funciones cognoscitivas, aunque no en el mismo
grado, debido a patología cerebral difusa.
Los síndromes amnésicos, alucinosis y trastorno de la personalidad y del
comportamiento de origen orgánico, pueden ser selectivos o parciales de acuerdo
a la anormalidad o menoscabo psicológico dominante. La etiología es más focal
que difusa y tiene un cierto valor diagnóstico de localización e implicancia
terapéutica, para compensar este defecto circunscrito.
Los síndromes delusivos, afectivos y otros, pueden no tener rasgos evidentes de
organicidad (síntomas primarios), pero se les vincula a un trastorno orgánico por
que la presencia de una enfermedad sistémica, daño o disfunción cerebral se
relaciona con su inicio, desarrollo y recuperación. Si desaparece el factor orgánico
desaparece la sintomatología.
El DSM-IV señala dos grandes grupos de trastorno de causa orgánica:
1. Delirio, demencia, trastornos y otros desórdenes cognitivos, señalando sus
variedades.
2. Trastornos mentales debidos a un Estado Médico General
C.- síntomas cognitivos: como dificultad para pensar con claridad, creencias
anormales y alteraciones de memoria.
E.- alteraciones perceptivas: como percepción visual o auditiva de cosas que otras
personas no ven u oyen. Los signos precoces específicos varían de un trastorno
mental a otro. Las personas que presentan uno o varios de los síntomas
enumerados deben consultar a un profesional si esos síntomas persisten,
provocan un sufrimiento importante o interfieren con las tareas cotidianas.
Filicidio
Infanticidio
Con respecto al filicidio podemos hablar de las madres de niños pequeños que
se suicidan, aproximadamente el 5% termina con la vida de por lo menos 1 de sus
hijos. Un número importante de filicidios se asocia con el suicidio efectivo de la
madre, y muchos otros, con intentos fallidos de suicidio. Los filicidios-suicidios
tienen mucho en común con los crímenes cometidos por madres con
enfermedades mentales graves. Es muy frecuente que estas madres tengan
motivaciones altruistas. Un estudio norteamericano reciente probó, al igual que
otros trabajos, que los filicidios-suicidios involucran a niños mayores (promedio de
6 años) con mayor frecuencia que a los más pequeños. Estas madres
presentaban depresión o psicosis y fue característico que acabaran con la vida de
todos sus hijos.
Con respecto al infanticidio podemos decir que la información actual acerca del
infanticidio materno en la población general muestra que la mayoría de las
mujeres involucradas son desempleadas, con trastornos psiquiátricos, con edades
entre los 20 y 25 años, y que muchos casos se producen en el contexto de
maltrato infantil; sólo algunas madres tuvieron intentos de suicidio asociados. Si
bien Inglaterra y Gales cuentan con un acta de infanticidio y Escocia no la tiene, el
índice de casos fue similar. Un estudio norteamericano sobre infanticidio efectuado
a gran escala encontró mayores tasas de filicidio asociadas con estrés económico.
Por otra parte, en Japón las víctimas con frecuencia presentaron anomalías
físicas.
Leyes de infanticidio
Con respecto a la legislación, la British InfanticideAct de 1922 (enmendada en
1938), permite a las madres con problemas psiquiátricos ser juzgadas por
homicidio culposo en vez de asesinato; esto se basa en un concepto obsoleto de
psicosis puerperal, nunca modificado debido al deseo público de justificar a las
madres a pesar de los datos actuales que desacreditan esta dolencia. Como regla
general, las leyes de infanticidio reducen las penas de las madres que asesinan a
sus hijos de hasta 1 año de edad, y en términos generales les suelen dar libertad
condicional y reclusión psiquiátrica, en vez de prisión. La definición de infanticidio
varía de un país a otro, pero la mayoría de las leyes de este tipo siguen las
especificaciones de la British InfanticideAct en lo que respecta al asesinato de
niños menores de 1 año por parte de sus madres. Los detractores de esta ley
argumentan que es mucho menos clemente con los padres infanticidas. Por otra
parte, hay grupos feministas que critican la excepción que se hace con las madres
infanticidas dado que se las consideraría "incapaces", lo que refutaría el plano de
igualdad con los hombres.
Sugerencias para la prevención
La prevención es dificultosa, dado que son muchos los factores de riesgo
materno, como depresión y bajo nivel socioeconómico, que también están
presentes en madres no filicidas. Se ha sugerido que se debe evaluar
sistemáticamente el riesgo de filicidio, así como se hace con el de suicidio. En la
entrevista médica, se debe indagar sobre pensamientos y temores de dañar a los
hijos y no subestimar las amenazas de las madres. Además, se propone
considerar menos requerimientos para la hospitalización de madres con
enfermedades mentales debido a la posibilidad de múltiples muertes por filicidio-
suicidio. Los delirios de mujeres psicóticas en los que manifiestan que a sus hijos
les espera un destino peor que la muerte deben ser motivo de hospitalización o
bien de separación de los niños. Es muy importante la detección temprana de
enfermedad mental, tanto en el período prenatal como en el posterior al
nacimiento. La Edinburgh Postnatal DepressionScale es útil a estos fines.
La educación de la comunidad tiene importancia en los tiempos actuales en que
las estadías posparto son cada vez más breves, lo que se asocia con menor
detección de la psicosis puerperal. Se debe brindar apoyo a las madres y
garantizar ayuda psiquiátrica accesible para las poblaciones en riesgo. Se
producen más filicidios como consecuencia del maltrato infantil que por patologías
psiquiátricas maternas. El maltrato infantil habitualmente tiene antecedentes; por
lo tanto, adquiere relevancia la intervención temprana en estos hogares. Los
organismos de protección de menores desempeñan un papel primordial. Para la
prevención de maltratos fatales, se ha propuesto instituir clases sobre maternidad,
apoyo emocional y atención telefónica de emergencia para cuando la madre se
siente abrumada, además de abordar la toxicomanía materna y separar a los
niños de las madres que se encuentran en peligro de abuso infantil.
El filicidio por venganza marital puede producirse en el contexto de infidelidad
del esposo, o cuando la madre piensa que el niño será víctima de abuso sexual si
queda en custodia de éste; en este caso, hay pocas posibilidades de intervención,
dado que este tipo de asesinatos se produce sin pródromos. La mayoría de los
homicidios de niños menores de 2 años sucede durante el invierno, en tanto que la
mayoría de los homicidios de niños entre los 5 y 14 años se produce durante el
verano. Los factores que afectan al niño, como cólicos y autismo, aumentan
estadísticamente las posibilidades de filicidio. Esto podría brindar al pediatra un
papel importante en la prevención.
Trastorno en el drogadicto
Una investigación realizada en la Universidad de Granada (UGR) demuestra que
siete de cada diez consumidores de drogas que ingresan en comunidades
terapéuticas de Andalucía presentan algún tipo de trastorno mental, como
depresión, psicosis y ansiedad, aunque por norma general estos centros basan su
tratamiento en tratar la conducta adictiva y dejan en un segundo plano el resto de
psicopatologías.
Esta investigación revela que todos los pacientes que ingresan en estos centros
presentan un deterioro psicosocial generalizado y necesitan un mínimo de tres
meses de estancia para empezar a apreciar una mejoría relevante, informa en un
comunicado la UGR.
Para llevar a cabo este trabajo, sus autores trabajaron con 227 pacientes
procedentes de las seis comunidades terapéuticas públicas del Plan Andaluz
sobre Drogas y Adicciones, situadas en Tarifa y La Línea (Cádiz), Cartaya
(Huelva) y Los Palacios (Sevilla) -con plazas exclusivas para hombres-; y Mijas
(Málaga) y Almonte (Huelva) con plazas también para mujeres. Todos estos
centros comparten un protocolo clínico homogéneo y aprobado por la Dirección
General para las Drogodependencias y Adicciones. El trabajo de campo se ha
llevado a cabo durante dos años y medio.
Perspectiva de género