Locura Del Poeta MAURICE Blanchot
Locura Del Poeta MAURICE Blanchot
Locura Del Poeta MAURICE Blanchot
Re\'. Asol'. Esp. Neuropsiq., vol. XV. n.o 54. 1995. pp. 463-476.
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y de sus relaciones con la actividad creado Tal vez sean importantes estas afirma
ra. Este problema atrae a la imaginación, ciones, pero en cuanto nos volvemos hacia
pero el «saber» no ha podido nunca superar un caso particular, nos sorprende su escaso
el estadio de las afirmaciones más genera interés. No pensamos en discutirlas, ni
les. Suele decirse, desde que el romanticis siquiera en considerarlas someras: se trata
mo de Lombroso quedó superado, que los solamente de un lenguaje que carece de
grandes artistas son grandes a pesar de su interés. De la misma manera cabe pregun
extravío. Van Gogh está loco, pero no basta tarse si todas las conclusiones generales
con estar loco para llamarse Van Gogh. Se que atribuyen a la enfermedad una int1uen
dice también -es la perspectiva que se cia sobre la obra, cuyo desarrollo favorece
encuentra a menudo en Francia2- que la o entorpece, no expresan una concepción
enfermedad no crea nada, que sólo libera pueril del saber, el deseo de pasar de una
instancias inferiores que ya contenía, pero vez para siempre tras el enigma y dominar
superaba, «integraba» el ejercicio normal la manteniéndose lo más lejos posible. ¿No
de la vida consciente. Según que la disolu sería más acertado acercarse a ella, buscar
ción se establezca en un nivel más o menos el punto desde el cual poder observarla sin
elevado, los trastornos afectan más o hacerla desaparecer, en el que se la capta en
menos a la personalidad en su conjunto; su pureza de enigma, tal como es, no
pero, sea cual fuere su importancia, sólo envuelta en un secreto vago y, carente tam
expresan el paso de lo superior a lo inferior, bién él, de interés, sino en toda la claridad
de una vida completa a una vida menos que opone y que aporta a quien la mira de
completa, de la libertad a la anarquía, es frente, con el deseo de interrogarla sin per
decir a la servidumbre. Es ya la idea que turbarla y dejarse interrogar por ella?
proponía Bergson bajo esta forma: «En el Este es el punto de vista adoptado por
campo del espíritu, la enfermedad y la Karl Jaspers en el estudio dedicado a
degeneración no crean nada y los caracte Strindberg, a Van Gogh y a HOlderlin. Este
res positivos, aparentemente, que otorgan trabajo es ya antiguo, puesto que apareció
al fenómeno anormal un carácter de nove primero en 1922 en una recopilación de
dad no son más que un déficit del fenóme escritos dedicados a la psiquiatría aplicada.
no normal». Lo normal es lo anormal supe Reeditado recientemente, se le ha añadido
rado. Lo anormal, riqueza aparente -en los un prefacio que precisa su intención, que
casos más favorables-, que significa un confirma también al lector en el sentimien
empobrecimiento real (incluso desde este to de que Jaspers, con razón, le atribuye
punto de vista, parecería más justo decir importancia. Para quien desee oír hablar, en
solamente: riqueza que depende de un términos que no le engañen, de Van Gogh,
empobrecimiento, de una carencia). HOlderlin y del horizonte de enfermedad
que envuelve su obra, este libro es muy va
lioso. El hecho de que un psiquiatra cuyos
, Este punto de vista es el que representan, por trabajos son hoy autoridad se haya conver
ejemplo. J. Delay, H. Ey (bajo la influencia de tido en un filósofo de los más importantes,
Jacksonl. El de P. Janet es muy próximo. Sin emhar
go. el p"icoanálisis tiene otras miras. Jacques Lacan
no bastaría para justificar este interés. Pero,
en sulihro sobre la Paranoia. no ve en modo alguno en en el caso actual, lo que es decisivo, es que
la psicosis un fenómeno de déficit. el que sabe, el hombre del saber especiali
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zado, que ha estudiado, interrogado a los Sacudida que no podemos soportar durante
enfermos y se ha instruido con ellos en un mucho tiempo, al cual debemos sustraer
contacto directo que es insustituible, no se nos, que encontramos en parte expresado,
ha inclinado jamás ante lo incomprensible, apaciguado en las grandes obras de Van
pero tampoco ha intentado reducirlo al Gogh, sin poder, tampoco aquí, soportarlo
comprenderlo, ha intentado incluso com durante mucho tiempo. Es conmovedor
prenderlo como irreductible. La explica más allá de cualquier medida, pero no es
ción causal es una exigencia que no admite nuestro mundo: de ahí procede una puesta
límites; pero lo que la ciencia explica por en duda, de ahí se eleva una llamada a la
causas, no por ello es comprendido. La existencia que actúa de una manera fecun
comprensión busca lo que se le escapa, da obligándonos a transformarnos a noso
avanza fuerte y conscientemente hacia el tros mismos transformando lo que sigue
momento en que comprender ya no es posi siendo 10 inaccesible.
ble, en que el hecho, en su realidad abso Esta experiencia viva y profunda explica
lutamente concreta y particular, se convier por qué un estudio semejante, el primero
te en lo oscuro y lo impenetrable. Pero este que haya intentado aclarar la enfermedad
límite extremo no es solamente el término de Van Gogh -y con documentos poco
de la comprensión, el momento en que es numerosos, un conocimiento de la obra
también el momento en que se abre, a par más intenso que extenso-, produce en
tir del cual se ilumina ella misma sobre un nosotros un sentimiento tan vivo de la ver
fondo de oscuridad que ella ha traído a la dad del creador y de su destino. A partir de
luz. La mirada que ha podido captar algo ahí, debemos comprender por nosotros
originario -y ello no ocurre al azar, se re mismos y enfrentarnos a lo excepcional.
quiere una gran paciencia y una gran fuer Para quien no vea primero en los cuadros
za, la renuncia de sí mismo y sin embargo, de Van Goh lo que hay de incomparable, las
la decisión más personal-, no pretende fórmulas se prestarán siempre a equívoco y
haber visto claro en el origen, sólo ha cap todos los acercamientos, por precavidos y
tado bajo qué perspectiva debe ser afronta prudentes que sean, seguirán siendo vanos.
do el acontecimiento para que sea preserva Jaspers no dedica a HOlderlin más que
do lo que de auténtico y extremado tiene. unas páginas, ciertamente importantes y
Parece que el encuentro con Van Gogh que expresan la misma búsqueda, pero
ha sido para Jaspers una prueba sorpren quizá Holderlin le resulte menos cercano,
dente. Tal vez tuvo lugar este encuentro en tal vez la experiencia haya sido menos per
1912, en el momento de la exposición de sonal. Nos gustaría, con su ayuda, tratar de
Colonia a la cual alude en su libro. Van averiguar por qué la locura de Holderlin es
Gogh, dice, le fascinó. Frente a éL sintió, tan absolutamente misteriosa, al menos
de una manera más clara aunque sin duda intentar ver en qué dirección debe presen
menos física, lo que había sentido frente a társenos este misterio.
ciertos enfermos esquizofrénicos. Es como
si una fuente última de la existencia se *
hiciera, de modo pasajero, visible, como si
razones ocultas de nuestro ser se hallaran Decir de Holderlin que su caso es único,
aquí inmediata y enteramente en acción. es atraer la atención únicamente sobre las
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más alejado de la locura? Así lo cree Las observaciones que hace Jaspers a
Jaspers. A este cambio, que tiende a una propósito de esta experiencia nos parecen
liberación siempre mayor del ritmo, fuera de gran importancia. Durante este periodo,
de las formas tradicionales y establecidas, las obras de HOlderlin aluden a menudo a la
responde, respondería un cambio en el sen vehemencia de la acción divina, al peligro
timiento de la vocación poética. Holderlin de la tarea poética, al ardor borrascoso,
ha tenido siempre, es cierto, conciencia de excesivo, que el poeta debe afrontar, cabe
la seriedad de su vocación, pero durante za descubierta y erguido, para que apaci
mucho tiempo tiene también conciencia de guado por el canto, el día sea comunicado a
los obstáculos que halla en él mismo, fuera todos y se convierta en la luz tranquila de la
de sí mismo; ve su propia insuficiencia, comunidad. Lo que Holderlin dice así no es
siente el peso de una época poco favorable, una manera alegórica de hablar, sino que
y lucha en la incertidumbre con una socie debe ser entendido como la verdad, como
dad que le impone tareas irrisorias. Se el sentido, captado de nuevo y restituido a
extravía incluso por el lado de la filosofía, la creación poética, de una experiencia
que llama tristemente el hospital en el que inmediata.
el poeta desdichado puede encontrar un Según parece, hay que distinguir aquí
refugio honroso. Más tarde, durante el dos aspectos. Se puede hablar de una expe
periodo que delimita la esquizofrenia, sus riencia excesiva, de una plenitud de luz, de
incertidumbres desaparecen, la conciencia una afirmación demasiado inmediata de lo
que duda y que sufre se convierte en una sagrado, a lo cual, con su reserva, esa dis
potencia firme y soberana. Su obra se preo creción ejemplar que jamás le abandonó,
cupa menos del tiempo histórico; el solita HOlderlin hace una alusión velada, en dos
rio, en él, no se preocupa ya de la soledad, ocasiones: en diciembre de 180 1, en
pues habita ahora en el mundo que crea, un Bühlendorf (aún no está aparentemente
mundo más cerca del mito en el que se veri enfermo): «Antaño, exultaba al descubrir
fica y se expresa una experiencia inmediata una verdad nueva, una concepción más
de lo sagrado. La visión mítica que se des grande de lo que nos supera y nos rodea:
prende entonces de los poemas no es, sin ahora, sólo temo parecerme al antiguo
embargo, el descubrimiento de un periodo Tántalo que recibió de los dioses más favo
tardío. HOlderlin ha tenido pronto el pre res de los que pudo soportar»; también en
sentimiento de que la naturaleza, la verdad Bühlendorf, en diciembre de 1802, tras su
griega y lo divino, esos tres mundos, eran regreso de Francia: «Como se dice de los
un solo mundo en el que el hombre debía héroes, puedo decir que Apolo me ha heri
encontrarse a sí mismo, reconocerse. Pero, do».
piensa Jaspers, durante el periodo de la Apolo le ha herido, yeso significa el
esquizofrenia, esta visión del mundo se poder del elemento, el contacto con lo
vuelve más presente, más inmediata, más inmediato, el momento único en las rela
acabada, a la vez que pasa a una esfera más ciones de lo divino y el poeta, lo que
general, impersonal, más objetiva. Parece Goethe no conoció. Pero he aquí otro
que HOlderlin habla entonces de lo divino, aspecto: HOlderlin ha sido herido pero per
según la experiencia que de ello le ha sido manece en pie: conoce una experiencia
impuesta y desde la conmoción recibida. desmedida que no puede dejarle intacto, y
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sin embargo, durante cinco años, lucha, con vez no lo veamos más que bajo su aspecto
una voluntad soberana, no para preservarse fascinante. Este aspecto, podemos expre
y salvar únicamente su razón, sino para ele sarlo así, en relación, nos parece, con el
var a la forma poética, al sentido más alto y pensamiento de Jaspers: a la vez que em
más domeñado de la expresión, lo que ha pieza la enfermedad aparece en la obra un
captado y que está más acá de toda forma cambio que no es ajeno al objetivo inicial,
antes de toda expresión, lo que Heidegger que aporta sin embargo algo único y excep
llama «la conmoción del caos que no ofre cional, que revela una profundidad, un sig
ce ningún punto de apoyo ni interrupción, nificado nunca vislumbrados hasta ahora.
el poder de lo inmediato que impide toda Eso ocurrió porque Holderlin ha sido capaz
captación directa». de elevar hasta el sentido supremo -que es
Jaspers evoca la extraordinaria tensión el de la poesía-las experiencias de la enfer
que es la de muchos esquizofrénicos al ini medad, de vincularlas plenamente al con
cio del proceso: esos enfermos están domi junto de su existencia espiritual y de domi
nados por experiencias conmovedoras que narlas por y para la verdad poética. Pero
amenazan con desgarrar la personalidad, o esto ocurrió también porque tales experien
por fenómenos de ruptura absolutamente cias, bajo la sacudida de la enfermedad,
angustiosos porque les hacen vivir de han sido auténticas y profundas. Ahora
manera incesante en la inminencia del de bien, sólo la esquizofrenia hace posibles
rrumbamiento. Estos enfermos no se aban semejantes experiencias. Sobre la esquizo
donan, luchan enérgicamente, y esa tensión frenia, al menos algunas de sus formas,
para mantener la continuidad, el sentido y Jaspers resume de esta manera sus observa
el rigor es a menudo muy grande. Tales ciones: en algunos enfermos, parece que se
enfermos dicen: «Siento que voy a volver revela una profundidad metafísica. Todo
me loco, si me relajo un solo instante». ocurre como si en la vida de esos seres se
Pero ¿puede compararse el destino de manifestara, de paso, algo que les entrega
Holderlin con una suerte semejante, aun al estremecimiento, al espanto y al arroba
que se esté enfrentando a una experiencia miento. El comportamiento se vuelve más
que tiene forma análoga? La razón que apasionado, menos condicionado, sin fre
salva no es la suya, sino en cierto modo la no, más natural, pero a la vez más irracio
nuestra, la propia verdad poética, y este nal, demoníaco. Es como si apareciera en el
esfuerzo realizado a costa de una lucha que mundo del limitado horizonte humano un
las dificultades propias de los enfermos no meteoro, y, a menudo antes de que los que
nos permite estimar -pues en sí mismas, no le rodean hayan tomado conciencia de lo
las conocemos-, que sólo podemos consi extraño de esta aparición, la existencia
derar infinitamente grande, lo más grande demoníaca acaba en la psicosis o se entre
posible, un esfuerzo semejante no aspira a ga a la muerte.
perpetuar la tranquilidad razonable, sino a La existencia demoníaca, esta tendencia
dar forma a lo extremo, forma que tiene el a superarse eternamente, a afirmarse sin
vigor, el orden, la soberanía del poder poé descanso con respecto a lo absoluto en el
tico en su punto más elevado. espanto y el arrobamiento, debe ser consi
¿Nos hallamos aquí ante el misterio de derada al margen de la psicosis. Pero todo
HOlderlin? Sin duda está presente, pero tal ocurre como si lo demoníaco que, en el
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hombre sano, está atenuado, reprimido por y que eleva a la verdad de una forma obje
la preocupación de una finalidad, al princi tiva, son a la vez el proceso que lleva al
pio de esas enfermedades consiguiera derrumbamiento. Así pues, hay que repetir
abrirse camino, practicar una abertura. No lo: la esquizofrenia no es creadora como
porque lo demoníaco, el espíritu, estuviera tal. Sólo en las personalidades creadoras, la
enfermo: se mantiene al margen de la opo esquizofrenia es la condición (si se adopta,
sición enfermedad-salud. Pero el proceso por un instante, el punto de vista causal)
de la enfermedad da ocasión a la abertura, para que se abran las profundidades. Un
aunque sea por poco tiempo. Se diría que el poeta que, sin la enfermedad, era soberano,
alma, completamente agitada, muestra su se volvió esquizofrénico. Esta combinación
profundidad en esa conmoción, y luego, no se ha repetido. Para verla reaparecer,
cuando se acaba la sacudida, cae en ruinas, hay que volverse hacia las otras artes, y la
se convierte en caos, se vuelve de piedra. única se llama entonces Van Gogh.
Pero no hay que olvidar que lo que
importa, no es sólo que el suelo sea remo *
vido, es que sea rico, digno de la conmo
ción. Para comprender semejante movi Sin embargo, ¿podemos quedarnos
miento, es pues necesario volverse hacia aquí? Es posible que no podamos ir más
aquellos que pueden hacerlo manifiesto: lejos, puede incluso que hallamos superado
profundos genios artísticos. Hay en ellos el punto justo. Ahora, al misterio de
una existencia espiritual de la que se apo Holderlin se añade el misterio de la esqui
dera la esquizofrenia, y lo que se crea zofrenia, y el fondo misterioso de esta
entonces, las experiencias y las figuras, las enfermedad viene a situarse tras la figura
formas y el lenguaje tienen su raíz en el misteriosa del poeta, hace que ésta aparez
espíritu, parecen ligados a la verdad de ese ca como el resplandor y la figura de lo
espíritu y no se conciben rigurosamente extremadamente profundo y de lo invisible.
más que con relación a él, y sin embargo, Tal vez sea así. Nada hay, en esta manera
sin la esquizofrenia, no habrían sido posi de ver, que nos parezca disminuir el senti
bles, no habrían podido manifestarse de do propio de la fuerza creadora -y por otra
esta manera. parte, es la verdad lo que buscamos, no lo
Se presiente ahora por qué los poemas que respeta y transfigura. Pero precisamen
de HOlderlin son únicos en la literatura: te, ¿no ha sido forzado el misterio de una
nada puede serIes comparado, mientras que manera que también ha forzado, alterado la
Goethe, como tipo supremo de lo humano, figura exacta del acontecimiento? Cual
puede entrar en una comparación con otros. quier afirmación es difícil aquí; sin embar
Jaspers lo dice con fuerza: Goethe lo puede go:
todo, salvo los poemas tardíos de HOl Jaspers piensa que a partir de 1801,
derlin, los cuadros de Van Gogh. En estas momento en el que sitúa el principio del
obras, el creador perece; no perece por proceso, la obra de Holderlin indica un
culpa del trabajo, del exceso creador, pero cambio profundo; este cambio aparecería
las experiencias y las emociones subjetivas, en el estilo interior y exterior, aparecería
en relación con la conmoción del alma, también en la nueva manera, más firme,
experiencias cuya expresión crea el artista más inmediata, con la que el poeta se afir
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Esos pocos signos sólo están ahí para Por eso, el poeta debe aceptarlo: es pre
indicar hacia qué región se sitúa en un pri ciso que en cierto momento se vuelva
mer momento, bajo uno de sus aspectos, el ciego. Desciende en la noche, la que provo
extravío. El error, el yerro, la desgracia de ca el estupor espantoso, pero su corazón
errar están ligados a un tiempo de la histo permanece despierto, y esta vigilancia del
ria, ese tiempo del desamparo en el que corazón, que precede, que hace posible la
doblemente ausentes están los dioses; por aparición de la luz es el presentimiento
que ya no están aquí, porque todavía no atrevido del despuntar del día (Quirón).
están aquí. Este tiempo vacío es el del El poeta es la intimidad del desamparo,
error, en el que no hacemos más que errar, vive profundamente ese tiempo vacío de la
porque la certeza de la presencia, de un
«aquí» verdadero nos falta.
Dies erführ ieh, yo mismo lo he probado.
. .. Pues hay tantos acontecimientos (Lebenslal({, «El curso de la vida», segunda versión).
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poeta es, él solo, la riqueza excesiva, la vertirse en un signo mudo, el silencio que
riqueza del Todo que tiene que soportar la verdad de la palabra exige para atestiguar
solo, puesto que pertenece al presente vacío que lo que habla sin embargo no habla,
del desamparo. Su soledad es la compren sigue siendo la verdad del silencio. En el
sión del porvenir, el aislamiento profético seno de la locura, esta es la «última pala
que anuncia el tiempo, que hace el tiempo. bra» que aún nos deja oír:
y por esa razón, esos días que son «ple Ultima palabra a la cual solamente está per
nitud de dicha» son también «plenitud de mitido confrontar esta otra palabra expresa
sufrimiento». da en un himno un poco anterior:
En los últimos himnos, al menos aque
llos que podemos considerar como los más y de repente, llega, se abate sobre
tardíos, Holderlin alude cada vez más a esta nosotros,
carga que ha tenido que soportar, este peso la Extranjera,
de leños que es la luz, la carga del sol que la que despierta,
sale, y es siempre sobre un fondo de dolor la voz que forma los hombres.
extraordinario como se expresa la certeza
del impulso, la preocupación poética que le *
hace creerse en la obligación de perderse
en el día para hacerlo presente. Durante su locura, algunos escritores
¿Por qué este destino? ¿Por qué tiene recordaron que seguía existiendo y acudie
que perderse? Es preciso repetirlo: no es la ron a visitarle~. Bettina habla de esta locura
desmesura 10 que los dioses castigan en el «tan grande, tan dulce»; dijo a Sinclair el
hombre que se convierte en mediador, no es amigo más fiel de Holderlin: «Es una apa
el castigo de una falta que sanciona su rición y mi pensamiento está inundado de
ruina) pero el poeta debe ser arruinado para luz. Se diría que la palabra, arrastrándolo
que en él y por él la desmesura de lo divino todo en una rápida caída, ha inundado los
se convierta en medida, medida común, y sentidos, y cuando las aguas hubieron flui
esta destrucción, esta desaparición en el do, los sentidos se hallaban debilitados y
seno de la palabra es lo que hace que ésta las facultades abatidas». «Eso es, dijo
hable, que sea el signo por excelencia. «Lo Sinclair. Escucharle hace pensar en la vehe
que es sin palabras, en él se convierte en mencia del viento, parece poseído por una
palabra; lo que es general y permanece en ciencia profunda, y luego todo desaparece
la forma de lo inconsciente, en él toma la para él en la oscuridad, se derrumba».
forma de lo consciente y de lo concreto, Estos testimonios son hermosos e impor
pero lo que se traduce en palabras es para él tantes, pero tal vez haya que preferir la
lo que no podría decirse ... » (Empédocles). palabra más sencilla, la del carpintero
Holderlin lo sabe: él mismo debe con Zimmer, en cuya casa vivió Holderlin en lo
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sucesivo: «A decir verdad, ya no está nada nas cuerdas), sin cesar, como si qUIsIera
loco, lo que se dice loco (conversación de hacer salir hasta la última brizna de su
Zimmer con G. Kühne, 1836). Duerme saber, siempre la misma melodía monóto
bien, salvo cuando hace mucho calor: na. En esos momentos tengo que cepillar la
entonces, durante toda la noche, sube y madera con todas mis fuerzas para no
baja las escaleras. No hace daño a nadie. Se marearme. Por lo demás, otras veces toca
vale por sí mismo, se viste y se acuesta sin muy bien. Sólo que lo que nos molesta es el
ayuda. También sabe pensar, hablar, tocar golpeteo de sus uñas demasiado largas.
música y todo lo que hacía antes. Si se ha ¿Los títulos honoríficos (HOlderlin se apli
vuelto loco, es a fuerza de ser sabio. Todos caba a sí mismo y aplicaba a los demás títu
sus pensamientos están detenidos en un los ceremoniosos)? Es su manera de man
punto en torno al cual gira y gira sin parar. tener a la gente a distancia, pues no hay que
Parece un vuelo de palomas dando vueltas confundirse, es de todas formas, un hombre
alrededor de una veleta, en el tejado. Si no libre, a quien no hay que pisar.)
puede aguantarse dentro de la casa, va al HOlderlin murió el 7 de junio de ]843.
jardín. Golpea el muro, recoge flores y Lotte Zimmer cuenta así su muerte: había
hierbas, hace ramos, luego los tira. Durante cogido un catarro. Por la noche tocó otra
todo el día, habla en voz alta, haciéndose vez el piano y fue a cenar con sus huéspe
preguntas a las que contesta, y sus respues des. Se acostó, pero volvió a levantarse casi
tas son rara vez afirmativas. Hay en él un al momento y vino a decir a la joven que no
espíritu de negación muy fuerte. Cuando podía quedarse en la cama, de tanto miedo
está cansado de haber andado, se retira a su como tenía. Tomó otra vez un remedio que
habitación y declama en la ventana abierta, le había dado el médico, pero el miedo no
al vacío. No sabe cómo deshacerse de su dejaba de aumentar. «y he aquí que murió
gran saber. O bien, durante horas toca en su sosegadamente, por decirlo así, sin agonía».
piano (la princesa de Homburgo le había
regalado un piano del que había roto algu (Traducción de Julián Mateo Bal1orca)
** «La folie par excellence» apareció en Critique, 45, 1951, con motivo de la reedición en
Alemania del libro de K. Jaspers, Strindberg und Van Gogh. Versuch einer pathographischen
Analyse, unter vergleichender Heranziehung von Swedenborg und Holderlin, Bremen, J.
Storm, 1949 (Genio y locura. Ensayo de análisis patográfico comparativo sobre Strinberg, Van
Gogh, Swedenborg y Holderlin, Madrid, Aguilar. 1968\ tr. A. Caballero). El texto no ha sido
recogido por Maurice Blanchot en ninguna de las recopilaciones de artículos que constituyen.
de hecho, su imprescindible obra ensayística desde 1943 hasta hoy.