Teoría Cuántica de Campos - Wikipedia, La Enciclopedia Libre

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Teoría cuántica de

campos
Disciplina de la física que aplica los
principios de la mecánica cuántica a los
sistemas clásicos de campos continuos.

Partículas y campos,
clásicos y cuánticos.
Las nociones clásicas
de partícula y campo
comparadas con su
contrapartida
cuántica. Una
partícula cuántica
está deslocalizada: su
posición se reparte en
una distribución de
probabilidad. Un
campo cuántico es
Dispersión de
equivalente a un
neutrones. La
colectivo de
dispersión inelástica
partículas cuánticas.
de neutrones en un
cristal es el resultado
de la interacción de
un neutrón lanzado
contra los átomos en
vibración de la red
cristalina. En teoría
cuántica de campos,
el proceso se
modeliza de manera
más sencilla al
introducir los cuantos
de las ondas sonoras
del cristal, los
fonones,
entendiéndolo como
la absorción o
emisión de un fonón
por el neutrón.

La teoría cuántica de campos es una


disciplina de la física que aplica los
principios de la mecánica cuántica a los
sistemas clásicos de campos continuos,
por ejemplo, el campo electromagnético.
Una consecuencia inmediata de esta
teoría es que el comportamiento cuántico
de un campo continuo es equivalente al de
un sistema de partículas[n 1] cuyo número
no es constante, es decir, que pueden
crearse o destruirse.[1] También se la
denomina teoría de campos cuánticos,
TCC[n 2] o QFT, sigla en inglés de quantum
field theory.

Su principal aplicación es la física de altas


energías, donde se combina con los
postulados de la relatividad especial. En
este régimen se usa para estudiar las
partículas subatómicas y sus
interacciones, y permite explicar
fenómenos como la relación entre espín y
estadística, la simetría CPT, la existencia
de antimateria, etc.[2]

También es una herramienta habitual en el


campo de la física de la materia
condensada, donde se utiliza para
describir las excitaciones colectivas de
sistemas de muchas partículas y entender
efectos físicos tales como la
superconductividad, la superfluidez o el
efecto Hall cuántico.[3]

En particular, la teoría cuántica del campo


electromagnético, conocida como
electrodinámica cuántica, fue el primer
ejemplo de teoría cuántica de campos que
se estudió y es la teoría física probada
experimentalmente con mayor precisión.[4]
Los fundamentos de la teoría de campos
cuántica fueron desarrollados entre las
décadas de 1920 y 1950 por Dirac, Fock,
Pauli, Tomonaga, Schwinger, Feynman y
Dyson, entre otros.

Historia

Richard Feynman, Shin'ichirō Tomonaga y Julian


Schwinger recibieron el premio Nobel de física en
1965 por el desarrollo de la electrodinámica cuántica.
El desarrollo de la teoría cuántica de
campos ocurrió simultáneamente con el
de la mecánica cuántica «ordinaria», en un
intento de explicar los fenómenos
atómicos tomando también en cuenta las
leyes de la teoría de la relatividad.[5] Entre
1926 y 1928 se desarrollaron los primeros
intentos de encontrar una ecuación de
onda relativista que describiera el
movimiento de una partícula cuántica,
debidos a Erwin Schrödinger y a Paul
Dirac. Sin embargo, dichas ecuaciones
mostraban ciertas inconsistencias.

Por otro lado, en 1926 Werner Heisenberg,


Pascual Jordan y Max Born profundizaron
en el estudio del problema del cuerpo
negro: el comportamiento de la radiación
electromagnética dentro de una cavidad,
en ausencia de partículas cargadas. Esto
constituyó el primer ejemplo de una teoría
cuántica de campos, en este caso
aplicando las reglas de cuantización al
campo electromagnético. En sus
resultados, la radiación se comportaba
como un conjunto de partículas —los
fotones—, en consonancia con la hipótesis
de los cuantos de luz, formulada por
Einstein en 1905. Tras este ejemplo, las
mencionadas ecuaciones de onda
relativistas se estudiaron de nuevo desde
otro punto de vista. En lugar de
interpretarlas como funciones de onda, se
usaron las reglas de cuantización de un
campo clásico para manipularlas. De este
modo se obtuvieron ecuaciones para
partículas cuánticas respetando las leyes
de la relatividad que sí eran consistentes.
Esta reinterpretación, conocida como
segunda cuantización, fue llevada a cabo
por Heisenberg, Wolfgang Pauli, Vladimir
Fock, Wendell Furry, Robert Oppenheimer y
Victor Weisskopf.

A pesar de sus éxitos iniciales, la teoría


cuántica de campos tenía problemas
teóricos muy serios. El cálculo de muchas
cantidades físicas en apariencia ordinarias
resultaba en un valor infinito, un resultado
sin sentido. Un ejemplo de esto eran las
pequeñas diferencias entre algunos
niveles de energía en el átomo de
hidrógeno, la llamada estructura fina. Este
«problema de las divergencias» fue
resuelto durante las décadas de 1930 y
1940 por Julian Schwinger, Freeman
Dyson, Richard Feynman y Shin'ichiro
Tomonaga entre otros, mediante una
técnica conocida como renormalización.
Esta etapa culminó con el desarrollo de la
moderna electrodinámica cuántica —QED,
por Quantum Electrodynamics—. La
técnica de los diagramas de Feynman, un
procedimiento gráfico de cálculo
desarrollado por Richard Feynman, se
convirtió en una de las herramientas
básicas de la teoría cuántica de campos.

En la década de 1950 QED fue


generalizada a una clase más general de
teorías conocidas como teorías gauge,
comenzando con el trabajo de Chen Ning
Yang y Robert Mills.[6]A finales de la
década de 1960, Sheldon Glashow, Abdus
Salam y Steven Weinberg unificaron las
interacciones electromagnética y débil en
la teoría electrodébil —una teoría gauge—
mediante el concepto de ruptura
espontánea de simetría, introducido
originariamente para explicar la
superconductividad.[7]

Sin embargo, no fue hasta la década de


1970 que quedó establecido el modelo
estándar de la física de partículas. El
modelo de unificación electrodébil no
recibió especial atención hasta que, en
1971, Gerardus 't Hooft y Martinus
Veltman demostraron que las teorías con
simetrías rotas espontáneamente podían
ser renormalizadas.[8] Por otro lado, la
intensidad de las interacciones fuertes
entre hadrones fue un desafío para los
teóricos de campos hasta el desarrollo del
concepto de la libertad asintótica por
Frank Wilczek, David Gross y Hugh David
Politzer en 1973.[9]

También durante la década de 1970, la


teoría cuántica de campos «rompió los
grilletes de los diagramas de Feynman», al
descubrirse que las soluciones no
perturbativas de las ecuaciones de los
campos clásicos juegan un papel crucial a
nivel cuántico.[10]Además, la actitud hacia
la técnica de la renormalización y hacia la
teoría cuántica de campos en general fue
cambiando progresivamente, gracias a los
avances de —entre otros— Kenneth Wilson
en física de la materia condensada. La
aparición de los infinitos pasó de ser
considerada una «patología» a
«simplemente un recordatorio de una
limitación práctica: no conocemos qué
ocurre a distancias mucho más pequeñas
que aquellas que podemos observar
directamente».[11]

Principios básicos
Motivaciones y definición

Limitaciones en la mecánica
cuántica

En mecánica cuántica «ordinaria», un


conjunto de partículas se describe
mediante una función de onda Ψ(r1, ..., rn),
que recoge la probabilidad de encontrar a
cada una de estas en un punto dado.[n 3]
Además, la evolución en el tiempo de esta
función de onda está dictada por la
ecuación de Schrödinger:[n 4][12]

  (1)

Sin embargo, este esquema no describe


correctamente algunos aspectos
presentes en ciertos sistemas físicos:

Creación y destrucción
Durante la evolución de este sistema, el
número de partículas se mantiene finito
e invariable —a saber, n—. Sin embargo,
en experimentos de altas energías es
corriente que el número de partículas
varíe —por ejemplo en la desintegración
de un neutrón, o la aniquilación de un
electrón y un positrón en fotones—,
como consecuencia de la famosa
relación masa-energía de la relatividad.
Además, en el contexto de física del
estado sólido, las excitaciones de un
colectivo de átomos se reinterpretan
como cuasipartículas, como el
fonón,[n 5] cuyo número es también
variable.[1][13]
Invariancia relativista
Esta ecuación no refleja las propiedades
de la cinemática relativista. Su límite
clásico describe el movimiento de una
partícula bajo las leyes de la mecánica
galileana, en lugar de la mecánica
relativista: el primer término de la
izquierda en (1 ) se corresponde con la
energía cinética no relativista p2/2m,[14]
en lugar de la expresión relativista (p2 +
m2)1/2, donde p es el momento de la
partícula.[15]
Campo clásico
Las interacciones entre las n partículas
del sistema tienen lugar mediante
fuerzas a distancia, dadas por el
potencial V. Sin embargo, en la física
clásica existen sistemas más generales,
que no pueden entenderse mediante
este esquema. Es por ejemplo el caso
de un conjunto de cargas eléctricas en
movimiento: para describir su evolución
es necesario tener en cuenta de forma
independiente tanto las partículas
cargadas como el campo
electromagnético que generan.[14]

Es posible modificar la ecuación de


Schrödinger para obtener una versión
consistente con los principios de la
relatividad especial, como la ecuación de
Klein-Gordon o la ecuación de Dirac. Sin
embargo, estas tienen muchas
propiedades insatisfactorias: por ejemplo,
predicen la existencia de partículas con
energía negativa, de modo que el sistema
resulta ser inestable.[16] Estos defectos
son debidos a que dichas ecuaciones
tampoco contemplan la posibilidad de que
las partículas puedan crearse o destruirse
y, como se menciona en el primer epígrafe,
es inconsistente suponer una teoría
relativista con un número constante de
partículas en interacción.[1][13]

Definición

Una teoría cuántica de campos es el


resultado de aplicar las reglas de
cuantización al sistema de una teoría
clásica de campos.[17] Esto permite
estudiar los aspectos cuánticos de los
campos continuos, como el campo
electromagnético. Además, la
cuantización de un campo presenta
aspectos singulares: las reglas de
cuantización aplicadas a un campo
continuo revelan que sus posibles estados
se corresponden con los de un colectivo
de partículas idénticas que pueden
crearse y destruirse. Por último, en el caso
particular de que la ecuación del campo
clásico respete la teoría de la relatividad,
el sistema cuántico obtenido hereda esta
propiedad. De este modo, la cuantización
de un campo clásico sirve para cubrir los
diversos aspectos que una teoría cuántica
«ordinaria» no describe correctamente.

Segunda cuantización

     

Modos Modo (0,2).


normales. Los
Límite
modos
continuo. En la
normales de un
aproximación
sistema físico
de límite
son sus
continuo, una
vibraciones
cadena de
colectivas más
átomos en
simples, como
vibración se
las de esta
modeliza membrana
mediante un elástica. Modo
campo (0,1).
continuo φ(x).
   

Modo (0,3).

Segunda
cuantización.
Un sistema de
dos osciladores
cuánticos es
equivalente a
un sistema con

un número
variable de
partículas de
dos clases.
(Más
información)

El proceso de aplicar las reglas de


cuantización a un campo e identificar sus
posibles estados cuánticos con los de un
colectivo de partículas se denomina
segunda cuantización.[n 6][18]

Límite continuo

Véase también: Mecánica de medios continuos

En mecánica clásica, un campo continuo


es equivalente a un conjunto de múltiples
osciladores acoplados entre si. El ejemplo
habitual para entender esta equivalencia
es un sólido elástico. Este sistema puede
describirse macroscópicamente mediante,
por ejemplo, la densidad o la tensión en
cada punto del mismo; cantidades que se
representan mediante campos continuos.
Por otro lado, también es posible describir
el sólido como una red de partículas que
ejercen fuerzas elásticas entre sí —como
si estuvieran unidas por muelles
imaginarios—, lo que conforma un sistema
de osciladores acoplados. La primera
descripción —el campo y sus ecuaciones—
es una aproximación de la segunda —los
osciladores— cuando se considera la
separación media entre partículas muy
pequeña, o dicho de otro modo, en el
límite continuo.[19]
Esta equivalencia también se refleja en la
evolución en el tiempo de estos sistemas.
Visto como un conjunto de osciladores
acoplados, las vibraciones (clásicas) de
los átomos en el sólido son una
superposición de sus modos normales:
sus vibraciones colectivas elementales, o
armónicos. Visto como un continuo de
materia, las ondas de —por ejemplo— la
densidad del sólido son una superposición
de ondas planas, las ondas más simples.
Cada modo normal o armónico del
conjunto de osciladores se corresponde
con una cierta onda plana del campo en el
límite continuo.
Osciladores   Campo
acoplados Límite continuo continuo
Dinámica Dinámica
en  en 
 términos  términos
de: de:
Modos   Ondas
normales Límite continuo planas

Existen campos clásicos que no se


corresponden con el límite clásico de
ningún sistema mecánico, como por
ejemplo el campo electromagnético. Sin
embargo, la analogía matemática de sus
ecuaciones con las de un sistema de
osciladores abstractos sigue siendo
válida.[20]

Osciladores cuánticos

Véase también: Oscilador armónico cuántico

La energía de un oscilador armónico


cuántico está cuantizada, de modo que
sólo puede ser un múltiplo de su
frecuencia ω:[n 7]

donde es la constante reducida de


Planck y N = 0, 1, 2, ... es un número entero
no negativo. En un sistema de osciladores
cuánticos acoplados la energía también es
discreta, y es la suma de la energía de
cada modo normal, visto como un
oscilador independiente:

(2)
 

donde cada ωmodo i es la frecuencia de un


modo normal y cada Nmodo i = 0, 1, 2, ... el
nivel de excitación de dicho modo.

Sin embargo, estos valores son muy


parecidos a los de un sistema de múltiples
partículas repartidas por diversos niveles
de energía E1, E2, etc. En este caso:
 

Estas dos expresiones para la energía son


equivalentes, cuando se identifica cada
nivel de energía con un modo normal y su
frecuencia, ωmodo i = Enivel i; y la cantidad
de partículas en un cierto nivel con el nivel
de excitación del correspondiente modo
normal, Nnivel i = Nmodo i. Por ejemplo, si
Nmodo 5 = 2, el oscilador correspondiente al
modo 5 está en su 2º nivel de excitación, y
tiene la misma energía que un sistema de
dos partículas, cada una de ellas con
energía Enivel 5 = ωmodo 5. Esta igualdad no
se limita a una coincidencia en el valor de
la energía: el comportamiento de ambos
sistemas es muy parecido. Por lo tanto las
propiedades físicas de un conjunto de
osciladores cuánticos acoplados son
iguales a las de un sistema de partículas
cuánticas de número variable.

Campo cuántico

Un campo cuántico puede entenderse


como el límite continuo de un conjunto de
osciladores cuánticos acoplados. La
energía de estos está dada por la ecuación
(2 ), por lo que la energía del campo tiene
una forma análoga, haciendo referencia a
las ondas planas del campo en lugar de a
los modos normales. Por lo tanto, un
campo cuántico constituye un sistema
equivalente al de un conjunto de partículas
de número variable.[21]

Osciladores   Campo
acoplados Límite continuo continuo
se cuantiza se cuantiza
en en
   
Osc.
  Campo
cuánticos
Límite continuo cuántico
acoplados

Dinámica del campo cuántico


Campo cuántico libre

Véase también: Espacio de Fock

La analogía entre osciladores y campo de


la segunda cuantización se aplica
directamente en el proceso de
cuantización de un campo libre, aquel
cuyas ecuaciones de campo son lineales.
La equivalencia con un sistema de
osciladores armónicos acoplados es
exacta, y la energía del campo viene dada
por la ecuación (2 ): es la suma de la
energía de cada partícula individual.
Puesto que no hay contribuciones
adicionales, las partículas son libres y no
interaccionan entre sí, de ahí el nombre de
campo libre.[22] Como consecuencia de la
ausencia de interacción, el número de
dichas partículas permanece
constante.[23][n 8]

El estado de un campo cuántico se


describe de manera habitual utilizando
números de ocupación: el número de
partículas en cada nivel de energía
posible.[24] Por ejemplo: una partícula en el
1.er nivel, cero en el 2.º, dos en el 3.º, etc.
Al estado sin ninguna partícula, en el que
todos los niveles de energía están
desocupados, se le denomina el vacío.[25]
Un aspecto importante de estas partículas
es que son indistinguibles. Por ejemplo, si
el estado del sistema consiste en una
partícula en el 1.er nivel de energía y otra
en el 2.º, intercambiarlas entre sí no da
lugar a un estado distinto: se sigue
teniendo una partícula en el nivel 1 y otra
en el 2. Además, la analogía entre
osciladores y campo conlleva que el
número de ocupación de un cierto nivel de
energía puede ser arbitrariamente alto, en
particular mayor que 1. Esto significa que
las partículas que surgen de la
cuantización del campo son bosones.[26]
La cuantización de un campo libre para
obtener fermiones (u otros tipos de
campos más complicados) requiere
ciertas modificaciones en el método de
segunda cuantización, pero el proceso y
los resultados básicos son los mismos.[n 9]

Fermiones

Existen multitud de partículas llamadas


fermiones —como el electrón y el protón—
que respetan el principio de exclusión de
Pauli, de modo que sus números de
ocupación solo pueden valer 0 o 1. El
formalismo de segunda cuantización
basado en la analogía básica entre
osciladores y campo no impone este
límite y no es capaz de describir un
conjunto de fermiones.[24]

El origen de la estadística bosónica de las


excitaciones del campo puede rastrearse
hasta las reglas de cuantización utilizadas
para este. Existen unas leyes de
conmutación canónicas propias de todo
sistema cuántico, que especifican el
comportamiento del operador campo y su
momento conjugado π(r). Estas implican
que sus estados cuánticos son simétricos
y corresponden a bosones. Puesto que los
estados de múltiples fermiones deberían
ser antisimétricos, para obtener un
sistema de fermiones cuantizando un
campo ψ, se imponen reglas con el signo
incorrecto, es decir, de anti-conmutación.
La elección de este signo —y con él, la
estadística de las partículas resultantes—
no es arbitraria, sino que existe una
relación entre el espín y la estadística.

Espín y estadística

Véase también: Teorema espín-estadística

La teoría de campos concreta que es


cuantizada determina las propiedades de
las partículas que aparecen como sus
modos normales. En particular, el tipo de
campo determina el espín de las mismas.
Algunos ejemplos son:[27]
Un campo escalar que obedece la
ecuación de Klein-Gordon resulta en una
teoría de bosones de espín 0, como
ciertos mesones.
Un campo espinorial que obedece la
ecuación de Dirac resulta en una teoría
de fermiones de espín 1/2, como los
electrones o los protones.
Las ecuaciones del campo
electromagnético —un campo vectorial
— producen una teoría de bosones de
espín 1, los fotones.

Estas teorías de campos son relativistas:


sus ecuaciones correspondientes
respetan la simetría Lorentz. Las
partículas que aparecen en la versión
cuántica de dichas teorías también lo son:
se rigen por la cinemática relativista. De
este modo, una teoría cuántica de campos
es capaz de describir la dinámica de
partículas cuánticas de acuerdo con la
relatividad especial. Una teoría cuántica
de campos también puede ser no
relativista: es el caso por ejemplo de la
ecuación del campo sonoro, que resulta
en la teoría de los fonones.

Estos ejemplos respetan la relación


empírica que existe entre el espín y la
estadística de las partículas: el espín de
un bosón —fermión— toma siempre
valores enteros —semienteros—. Si se
intenta la cuantización de un campo
escogiendo la estadística contraria —por
ejemplo cuantizando el campo escalar con
reglas de anticonmutación, intentando
obtener fermiones; o viceversa para el
campo espinorial— se obtienen resultados
físicamente inconsistentes.[28] Puede
probarse que esto es general: en teoría
cuántica de campos esta relación entre
espín y estadística se demuestra como
consecuencia directa de la unión entre
mecánica cuántica y relatividad especial,
el llamado teorema espín-estadística.[29]
Algunas de estas teorías de campos
fueron investigadas inicialmente como
ecuaciones de Schrödinger relativistas
para un cuerpo, sin éxito. Esto motivó el
nombre de segunda cuantización: los
campos a los que se aplicaban las reglas
de cuantización eran funciones de onda,
obtenidas a su vez de aplicar esas reglas a
una partícula puntual.[30]

Campo cuántico en interacción

Si la teoría de campos que se cuantiza es


no lineal, las partículas que se obtienen
interaccionan entre sí. En estas teorías las
ecuaciones del campo son no lineales,
involucrando productos de campos. De
otro modo, la energía del sistema,
representada por el operador
hamiltoniano,[n 10] presenta un término de
interacción —similar a un potencial V— no
cuadrático: involucra productos de tres o
más campos.[31] La gran mayoría de las
teorías con interés para la física incluyen
términos de interacción. La expresión
siguiente para Hint (el potencial o
hamiltoniano de interacción) proporciona
diversos ejemplos:
 

La interacción de Yukawa describe las


fuerzas entre nucleones —neutrones y
protones, campo Ψ— mediadas por
mesones (piones de hecho, campo
φ).[32] El término de interacción es
proporcional a φΨΨ.
El campo de Higgs media entre todas
las partículas elementales masivas del
modelo estándar. Viene representado
por Φ y un bosón de espín 0 asociado.
Los propios bosones de Higgs
interaccionan entre sí, con un término
dado por Φ4.
La electrodinámica cuántica es la teoría
cuántica que describe la interacción
entre radiación —fotones, campo Aμ— y
fermiones cargados —como electrones
o quarks, descritos por un campo
espinorial ψ—. El término de interacción
es de la forma Aψψ.

Acompañando a cada producto de


campos, hay una constante numérica,
llamada constante de acoplo, que calibra
lo intensa que es la interacción.[33] Por
ejemplo, en el tercer término, e es la carga
eléctrica del electrón.[32] En general no se
conoce como calcular cantidades físicas
—como probabilidades de colisión en un
experimento de altas energías— de
manera exacta en presencia de estos
términos de interacción, lo que requiere
aproximar el resultado de manera
perturbativa.[34]

En una teoría de campos en interacción el


número de partículas puede variar, lo que
permite describir sistemas en los que el
número de partículas presentes no es
constante. Esto es debido a la presencia
de los términos no cuadráticos:
necesariamente contienen productos de
operadores destrucción y creación en un
número descompensado.[35] Otra
consecuencia de la interacción entre
campos cuánticos es la existencia de las
antipartículas: si las partículas de un
cierto sistema interaccionan entre sí y
poseen alguna carga cuyo valor se
conserva —como la carga eléctrica o la
carga de color—, para poder describirlo
mediante una teoría cuántica de campos
relativista es necesario asumir la
presencia de una «copia» para cada
partícula, con idéntica masa pero carga
opuesta.[36]

Enfoques alternativos
Véanse también: Teoría cuántica de campos
axiomática y Teoría cuántica de campos en espacio-
tiempo curvo.

La descripción de la teoría cuántica de


campos como la cuantización canónica de
un campo y la subsecuente asociación a
un sistema de partículas de número
indeterminado es uno de los enfoques
mayoritarios para definirla. Sin embargo
existen otras maneras de presentar y
estudiar la teoría. El formalismo de la
integral de caminos es equivalente a la
cuantización canónica, y puede tomarse
como postulado inicial.[37] Otra posibilidad,
en el contexto de la física de altas
energías, es derivar las leyes más
generales posibles que aúnen mecánica
cuántica y relatividad especial, para
describir el comportamiento de las
partículas subatómicas. Estas leyes
necesariamente toman la forma de una
teoría cuántica de campos.[38] Ambas
posibilidades son complementarias en
cuanto a lo que consideran inicialmente
más fundamental: el campo o las
partículas.

Desde un punto de vista matemático, la


teoría cuántica de campos no posee el
mismo nivel de rigor que la mecánica
cuántica más elemental. Esto ha motivado
el interés de estudiarla con un enfoque
formal o axiomático, intentando encontrar
estructuras matemáticas completamente
rigurosas que capturen sus características
principales.[39] El caso particular del
campo de Yang-Mills constituye el
enunciado de uno de los problemas del
milenio.

Existen también generalizaciones de la


teoría cuántica de campos en distintos
contextos. La teoría de campos a
temperatura finita describe procesos
termodinámicos con creación y
destrucción de partículas, e incorpora
modificaciones similares a las de la física
estadística cuántica. La teoría cuántica de
campos en espacio-tiempo curvo es el
formalismo necesario para describir el
campo cuántico en presencia de
gravedad.

Aspectos clave
Diagramas de Feynman

Los experimentos de física de altas


energías involucran habitualmente
colisiones de partículas a altas
velocidades.[40] La teoría cuántica de
campos permite calcular los detalles de
dichas colisiones, a partir de la
probabilidad[n 11] M de que estas ocurran:

Esta expresión relaciona la probabilidad


de encontrar las partículas β tras la
colisión, partiendo de las partículas α,[n 12]
en términos de S, la llamada matriz de
scattering: un operador que recoge la
evolución del sistema durante el
experimento. Este operador puede
obtenerse mediante un desarrollo
perturbativo, en términos del hamiltoniano
de interacción:[41]
 

donde se ha escrito explícitamente la


constante de acoplo g. Este desarrollo
supone que la interacción es débil o
pequeña, frente a la probabilidad de no
interacción.

Los diagramas —o reglas— de Feynman


son una técnica para calcular dicha
probabilidad de manera gráfica. Estos
diagramas representan todos las posibles
versiones subyacentes a un proceso dado:
las partículas en interacción emiten o
absorben un cierto número de partículas
virtuales, que median las fuerzas entre
ellas. Estos procesos virtuales ocurren
debido a la incertidumbre inherente a una
teoría cuántica. La energía necesaria para
la aparición de estas partículas virtuales
proviene de la relación de incertidumbre
entre energía y tiempo:

  ,

de modo que estas «existen» por muy


poco tiempo. En realidad, las partículas
virtuales son solamente una abstracción y
no pueden detectarse. El proceso físico
real —la colisión— se entiende como una
suma de todos estos procesos
virtuales.[42] Por ejemplo, en el estudio de
la dispersión Compton de un electrón por
un fotón en electrodinámica cuántica —
QED—, la amplitud cuántica viene dada
por:

(3)
 

En estos diagramas, las líneas curvadas


son fotones y las líneas rectas, electrones.
El estado inicial y final son las líneas
externas, iguales en todos los diagramas,
puesto que todos corresponden al mismo
experimento. La propagación de partículas
se representa mediante líneas internas, y
la emisión o absorción de un fotón por un
electrón mediante vértices. Utilizando
estos elementos, pueden escribirse todos
los —infinitos— diagramas que contribuyen
a este experimento.

La exactitud del cálculo aumenta con el


número de vértices, que es igual a la
potencia de la constante de acoplo en el
desarrollo perturbativo. Así, los dos
primeros diagramas del miembro derecho
son proporcionales a e2 y el siguiente, a e4,
donde e, la carga del electrón, es la
constante de acoplo en QED. Las distintas
versiones de la dispersión Compton
pueden leerse cronológicamente en cada
diagrama del miembro derecho de
izquierda a derecha: en el primer
diagrama, el electrón absorbe el fotón
incidente y más tarde emite el fotón
saliente; en el segundo, el electrón emite el
fotón final y más tarde absorbe el fotón
inicial; etc.

Los diagramas de Feynman son más que


una técnica de cálculo, sino que
constituyen la «piedra angular de la física
de partículas».[43] Se consideran tan o más
relevantes incluso que la propia teoría
cuántica de campos de la que surgen,
pues en ellos se reflejan los principios
físicos subyacentes más importantes, y
son la herramienta básica para analizar las
colisiones relativistas.[44] Sin embargo,
existen numerosos fenómenos en teoría
cuántica de campos que no pueden ser
analizados como una perturbación, como
el confinamiento en QCD, o las soluciones
no perturbativas.

Métodos funcionales.
Soluciones no perturbativas

Véase también: Integral de caminos (mecánica


cuántica)

El formalismo de integral de caminos de la


mecánica cuántica es un conjunto de
reglas de cuantización alternativo que
ofrece los mismos resultados que la
cuantización canónica ordinaria. En este
formalismo, todas las posibles
trayectorias clásicas contribuyen a las
amplitudes cuánticas:

  (4)

En esta expresión, 〈x t|x' t'〉 es la


probabilidad[n 11] de que la partícula se
propague de x a x' entre los instantes t y t';
γ es una posible trayectoria entre dichos
puntos del espacio-tiempo; y S[γ] es la
acción de la partícula, un funcional de la
trayectoria que determina las ecuaciones
de movimiento clásicas.[45] En teoría
cuántica de campos en particular, el
formalismo de integral de caminos se usa
habitualmente, permitiendo calcular la
probabilidad de un proceso como una
suma de las contribuciones de cada
posible configuración del campo
clásico.[n 13] La integral de caminos ofrece
una serie de ventajas a la hora de obtener
las reglas de Feynman y analizar las
simetrías del sistema de forma directa, así
como para aprovechar las analogías de la
teoría cuántica de campos con la física
estadística. Además, resulta indispensable
para el análisis de las soluciones no
perturbativas de la misma.[46]

El desarrollo perturbativo utilizado en las


teorías de campos en interacción —por
ejemplo, a la hora de calcular diagramas
de Feynman— se basa en corregir las
soluciones más triviales, las ondas planas
de un campo libre, considerando los
términos de interacción como una
perturbación pequeña comparada con
estas. Sin embargo, en algunas teorías
existen soluciones no perturbativas:
soluciones de las ecuaciones de campo
en las que las correcciones de la
interacción no son pequeñas, y que no
pueden ser aproximadas a través del
citado desarrollo perturbativo. Todas las
configuraciones clásicas del campo
contribuyen a las amplitudes cuánticas,
como se deduce de (7 ), luego dichas
soluciones se han de tener en
consideración.[46] Existen muchas clases
de soluciones no perturbativas con
diferentes efectos físicos:[47]

Los solitones u ondas solitarias son


soluciones de ecuaciones de ondas no
lineales que se propagan sin alterar su
forma. Una teoría de campos con
soluciones solitónicas presenta dos
tipos de partículas al ser cuantizada:
aquellas asociadas con sus modos
normales —las mencionadas soluciones
triviales corregidas—; y aquellas
asociadas a las soluciones solitónicas,
cuyas masas en general dependen de
manera no analítica de las masas y
constantes de acoplo del campo, como
por ejemplo MS = m / g.[48] Esto implica
en particular que en el régimen de
interacción débil —g pequeño— la masa
del solitón es grande comparada con la
de las partículas ordinarias —ya que 1 /
g es grande—.
Los instantones son soluciones de la
versión euclídea de unas ecuaciones de
campo dadas —en las que la variable
tiempo se sustituye por una coordenada
espacial adicional— localizadas
alrededor de un punto. Vistas desde el
punto de vista de la teoría original
dichas soluciones están concentradas
alrededor de un evento —un punto del
espacio-tiempo—, de ahí su nombre. Los
instantones son responsables de
multitud de efectos como ciertas
anomalías axiales, confinamiento en
algunos modelos sencillos o la
(ausente) violación de CP en la
cromodinámica cuántica.
   

Polarización
del vacío. La Modelo de
presencia de Ising. La
una carga renormalización
eléctrica permite
desnuda examinar
(divergente) sistemas
polariza el físicos a
vacío, con lo distintas
que los pares escalas de
virtuales energía. En la
partícula- imagen, los
antipartícula la distintos
apantallan, dipolos en el
resultando en modelo de Ising
pueden
una carga física agruparse de
finita.[49] manera efectiva
en «bloques»,
que
interaccionan
entre sí en una
versión
renormalizada
del sistema
inicial.

Otros ejemplos incluyen monopolos


magnéticos, vortex lines, domain walls,
skyrmiones, etc.

Renormalización
En las aplicaciones tempranas de la teoría
cuántica de campos se constató que al
utilizarla para calcular ciertas cantidades
arroja un valor infinito. Este resultado
aparece a menudo al aumentar la
precisión de un cálculo cualquiera, más
allá del orden más bajo de aproximación
en la serie perturbativa.[50] Por ejemplo, el
tercer diagrama de la dispersión Compton,
mostrado en (3 ), es divergente: su valor
es infinito.[51]

La renormalización es un método que se


desarrolló para extraer de estas
divergencias las cantidades finitas
susceptibles de medirse
experimentalmente. La solución del
problema pasa por reconocer que en los
cálculos perturbativos se extrapola la
teoría a distancias arbitrariamente cortas
—o equivalentemente, a energías
arbitrariamente altas—,[n 14] de ahí el
nombre de divergencias ultravioletas. Por
ejemplo, el tercer diagrama de la
dispersión Compton en (3 ) contiene una
parte denominada la auto-energía del
electrón Σ, dada por:

 
en la que un fotón virtual es emitido y
reabsorbido por un electrón. Sumar sobre
todas las versiones virtuales de la
dispersión Compton implica sumar la
contribución de cada diagrama pero
además, en este en particular, sumar
sobre todos los posibles valores de
energía y momento del fotón virtual,
mediante la expresión:

(5)
 

,
que es divergente.[51] Al identificar dicha
extrapolación como la fuente del resultado
infinito, se puede examinar qué parte del
mismo corresponde verdaderamente a la
cantidad física, cuyo valor es
necesariamente finito. En particular los
infinitos desaparecen al considerar que
deben absorberse en los parámetros de la
teoría.

En el ejemplo de la auto-energía Σ, el
proceso es el siguiente. Primero, se pasa a
utilizar una teoría regularizada, una versión
inexacta de la teoría original pero libre de
divergencias, cuyos resultados solo
pueden ser una aproximación. En esta
teoría regularizada se hace patente que
las constantes m0 y e0 de la ecuación (5 ),
la masa y la carga del campo, no se
corresponden con la masa y la carga del
electrón. Es decir, la presencia de la
interacción establece una diferencia entre
los parámetros físicos de las partículas y
los parámetros del campo —denominados
«desnudos»— utilizados en los cálculos.
Establecida la relación entre ellos, puede
reescribirse la fórmula (5 ) en términos de
los verdaderos parámetros físicos, y se
comprueba entonces que es finita.[52]
Este proceso posee además cierta
ambigüedad. La sustracción de dos
cantidades divergentes para obtener una
diferencia finita no determina por
completo esta última, sino que depende
de la definición de los parámetros físicos
que se adopte. Para ello existe más de un
criterio posible, como por ejemplo
expresar los resultados en función no de
la carga eléctrica e, sino de la carga
efectiva a una energía dada, e(E). Estos
parámetros alternativos son «constantes
móviles»,[n 15] es decir que varían con la
energía y ofrecen ciertas ventajas a la hora
de realizar cálculos en distintas escalas de
energía.
Esta técnica, llamada grupo de
renormalización,[n 16] no sólo es de utilidad
práctica, sino que aporta una visión nueva
del papel de las divergencias y de la teoría
de campos en general. Así, la
renormalización puede ser entendida
como el proceso de aislar los grados de
libertad relevantes para un proceso físico,
ignorando contribuciones demasiado
remotas en energía.[53]

El proceso de absober los infinitos en los


parámetros de una teoría no puede
llevarse a cabo siempre. Las teorías para
las que esto sí es posible son llamadas
renormalizables, como por ejemplo las
interacciones del modelo estándar. La
interacción gravitatoria, sin embargo, es
un ejemplo de teoría no renormalizable:
para reabsorber todos sus infinitos hace
falta considerar un número infinito de
parámetros. Las teorías no
renormalizables tienen menos poder de
predicción, pero aun así se utilizan a
menudo como teorías efectivas.[54]

Teorías gauge

Cromodinámica cuántica como teoría gauge Cada


Cromodinámica cuántica como teoría gauge. Cada
tipo de quark (u o d en la imagen) posee tres «copias»
de distinto «color». Los gluones actúan como bosón
intermediario entre partículas con color (como un
fotón entre partículas con carga eléctrica).

Una teoría gauge es una teoría cuántica de


campos con una cierta estructura que
mimetiza la de la electrodinámica cuántica
(o QED). QED es la versión cuántica de la
electrodinámica clásica, que describe la
interacción entre cargas eléctricas y
radiación. En QED, las cargas eléctricas
interaccionan mediante el intercambio de
fotones, los cuantos del campo
electromagnético.
Las ecuaciones clásicas de la
electrodinámica poseen una propiedad
denominada invariancia gauge,[n 17] de
forma que de cada solución para el
potencial electromagnético Aμ se puede
obtener otra, Aμ + ∂μρ, sin más que añadir
el gradiente de una función arbitraria del
espacio y el tiempo, ρ(t,x). Sin embargo
todos estos potenciales distintos
corresponden a un único campo
electromagnético. A esta propiedad se la
denomina simetría local, ya que la
transformación de las soluciones varía
según el punto del espacio-tiempo, es
decir, según el valor de ρ, y es
indispensable a la hora de aplicar las
reglas de cuantización de forma
consistente y obtener QED.[55]

Una teoría gauge no abeliana es una


versión más general de QED. En ellas, las
partículas poseen múltiples cargas que,
como la carga eléctrica, se mantienen
constantes. Estas partículas cargadas
interaccionan entre sí mediante el
intercambio de varios bosones gauge
intermediarios —parecidos al fotón—. Sin
embargo, en el caso no abeliano, los
bosones intermediarios también poseen
carga e interaccionan entre sí, a diferencia
del caso de QED, donde el fotón no está
cargado eléctricamente y no interacciona
consigo mismo. Los bosones gauge son
no masivos en general, aunque el
fenómeno de ruptura espontánea de
simetría puede dotarlos de masa. Las
teorías gauge no abelianas se obtienen
cuantizando las ecuaciones de un campo
de Yang-Mills Aμa.[n 18] Estas son similares
a las del campo electromagnético, aunque
más complejas —son no lineales—, y
también tienen una propiedad de
invariancia gauge parecida a la de las
ecuaciones de Maxwell. Un ejemplo de
teoría gauge no abeliana es la
cromodinámica cuántica (véase imagen).
Las teorías gauge son una parte esencial
de la formulación del modelo estándar de
las partículas fundamentales, que es
precisamente una teoría gauge basada en
tres grupos de simetría. A nivel cuántico
poseen rasgos únicos que las hacen
interesantes, como el confinamiento y la
libertad asintótica en algunos casos, o la
ausencia de bosones de Goldstone en una
ruptura espontánea de simetría. La
relatividad general puede ser entendida
también como una teoría gauge, asociada
a la conservación de la energía y el
momento.

Simetrías. Ruptura espontánea


y anomalías

   

Anomalías. La
simetría
aproximada
Simetrías mencionada arriba
aproximadas. impide la
Suponiendo que las desintegración de
masas de los tres un pion en fotones.
quarks u, d y s son Como es sólo
iguales, existe una aproximada, se
simetría de sabor esperaba que la
que clasifica (entre desintegración de
otros) los bariones hecho tuviera lugar,
ligeros —el protón, aunque lentamente;
el neutrón y otros, y sin embargo en
como el Σ— de los años 60 se
acuerdo al constató que
diagrama superior. ocurría 1000 veces
Dichos quarks más rápido de lo
tienen masas previsto. Esto
diferentes, luego la condujo al
simetría no es descubrimiento de
perfecta: estos las anomalías, pues
bariones respetan la simetría —
dicha clasificación aproximada— que
pero presentan prohíbe este
también diferencias proceso en realidad
de masa. no existe a nivel
cuántico.[56]

Las simetrías tienen un papel fundamental


en la física. Si las ecuaciones de
movimiento de un sistema son invariantes
bajo un cierto grupo de transformaciones,
una consecuencia general es la existencia
de cantidades conservadas. En teoría
cuántica de campos las simetrías son
también una herramienta crucial. En una
teoría relativista, la invariancia Lorentz
determina las posibles especies de
partículas en función de su masa y espín.
Las simetrías bajo transformaciones
internas tales como un cambio de fase o
una transformación unitaria de los
campos, implican la conservación de
cantidades como la carga eléctrica, el
isoespín, la carga de color, etc. Incluso
cuando una simetría no es exacta —las
ecuaciones sí cambian bajo sus
transformaciones—, puede ser útil
asumirla como cierta dentro de cierto
rango de aproximación adecuado, si con
eso se consigue un entendimiento
cualitativo de algún fenómeno.[57] Es el
caso por ejemplo de la conservación del
sabor en las colisiones a altas energías.
Además de simetrías exactas y
aproximadas, pueden darse otras dos
posibilidades de interés: ruptura
espontánea de simetría y anomalías.

El fenómeno de la ruptura espontánea de


simetría[n 19] es común a todos los
sistemas cuánticos con infinitos grados
de libertad, como la teoría cuántica de
campos.[58] Una simetría
espontáneamente rota es aquella que,
siendo exacta, no muestra efectos
evidentes, puesto que los estados de
mínima energía del sistema no son
invariantes bajo dicha simetría. Su
presencia se manifiesta indirectamente
por la aparición de unas partículas
conocidas como bosones de Goldstone; o
por la presencia de bosones gauge
masivos, si la simetría involucrada es una
simetría local, es decir, asociada con una
teoría gauge.

Un ejemplo común de ruptura


espontánea de simetría se da en un
material ferromagnético: por debajo de
cierta temperatura, el vector de
magnetización del material apunta en
una determinada dirección en el
espacio. Aunque las leyes físicas
involucradas son invariantes bajo
rotaciones, en el estado de mínima
energía la magnetización de cada
dominio magnético apunta en una
misma dirección. En este sistema se
producen excitaciones colectivas
conocidas como magnones u ondas de
espín, que se corresponden con los
bosones de Goldstone de la simetría
espontáneamente rota.[59]
La ruptura espontánea de simetría tiene
un papel crucial en el modelo estándar
de la física de partículas, a través del
mecanismo de Higgs, un elemento de
dicho modelo. La fuerza electrodébil
parece explicarse con facilidad
mediante una teoría gauge, cuya
simetría correspondiente prohíbe que
las partículas con carga débil posean
masa, cuando de hecho la tienen. Estas
masas no nulas son análogas a la
dirección de la magnetización de un
material ferromagnético en cuanto a
que corresponden al valor del campo de
Higgs a baja energía. En particular, los
bosones W± y Z0, intermediarios de la
interacción débil, son también masivos.

Las anomalías son violaciones de una


simetría en un sistema cuántico obtenido
a partir de un sistema clásico que sí
poseía esta simetría. Son muy frecuentes
en las teorías cuánticas de campos pues,
como parte del proceso de
renormalización, estas han de ser
regularizadas para lidiar con sus
resultados infinitos. Este paso intermedio
en general viola las simetrías de la teoría, y
no siempre es posible restablecerlas en la
teoría renormalizada.[60]

La llamada anomalía conforme ocurre


de forma habitual,[61] en teorías que
clásicamente son invariantes bajo
dilataciones; es decir, cuyo
comportamiento es el mismo
independientemente de las distancias
físicas involucradas, o de las
energías.[n 14] En general esta simetría
no permanece en la teoría cuántica,
donde la intensidad de las fuerzas varía
con la energía.
La anomalía denominada axial está
relacionada con los números cuánticos
conservados en el sistema. Por ejemplo,
en la versión clásica del modelo
estándar, tanto el número leptónico
como el número bariónico son cargas
conservadas.[n 20] Sin embargo, se
demuestra que existen fenómenos no
perturbativos que permiten una
variación de ambos números.[62]
Las anomalías pueden representar una
inconsistencia en la teoría si afectan a una
simetría gauge, dado que estas son
fundamentales para eliminar grados de
libertad no físicos del sistema.[60]

Simetrías discretas. CPT

Algunas simetrías discretas tienen un


papel especial en teoría cuántica de
campos, en particular en el contexto de la
física de partículas, debido al
descubrimiento de que algunas
interacciones fundamentales no respetan
la paridad ni la conjugación de carga. Esto
significa que se comportan de manera
diferente si se aplica una transformación
especular, que resulta equivalente a
visualizarlas en un espejo o cambiar cada
partícula por su antipartícula
correspondiente. Estas simetrías está
relacionadas con la simetría de inversión
temporal, determinante del
comportamiento de las interacciones al
cambiar la dirección del tiempo, a través
del denominado teorema CPT, que
asegura que la combinación de las tres
operaciones deja inalterado cualquier
sistema relativista cuántico.[63]

Aplicaciones
Física de altas energías

Evento del quark top en CDF. El quark top es la


penúltima partícula del modelo estándar descubierta
hasta la fecha (en Tevatrón en 1995).

Superconductor Levitación magnética de un imán


Superconductor. Levitación magnética de un imán
sobre un superconductor.

En el ámbito de la física de altas energías


se estudian los componentes elementales
de la materia y sus interacciones. Para ello
es necesario utilizar una gran cantidad de
energía en relación al número de
partículas involucradas y así descomponer
la materia. En este régimen, es inevitable
el uso de una teoría cuántica de campos
para dar cuenta de la cinemática
relativista de las partículas.

En la actualidad, la teoría denominada


modelo estándar recoge los fenómenos
conocidos a escala subatómica. Esta
teoría clasifica todos los constituyentes
fundamentales de la materia en tres
familias de quarks, componentes de los
hadrones como el protón y el neutrón; y de
leptones: el electrón y partículas similares,
junto con los neutrinos. Todas estas
partículas son fermiones de espín 1/2 y, a
excepción de los neutrinos, están
cargadas eléctricamente. Además todas
tienen masa, aunque el descubrimiento de
las masas (extremadamente pequeñas) de
los neutrinos es reciente aún, y no se
incluye en el modelo estándar.[64]

El modelo estándar es una teoría gauge:


las interacciones entre estas partículas
ocurren mediante el intercambio de
bosones gauge de espín 1. Todas salvo
los neutrinos interaccionan
electromagnéticamente a través del fotón.
Los quarks poseen carga de color, y
pueden intercambiarse gluones. Además,
todos estos fermiones poseen una carga
denominada isoespín débil, que hace que
interaccionen entre sí a través de los
bosones débiles Z0 y W± los cuales, a
diferencia de los fotones y gluones, tienen
masa. Estas tres interacciones se conocen
como la interacción electromagnética, la
interacción fuerte y la interacción débil.
El modelo estándar incluye una partícula
de espín 0 y sin carga denomidada bosón
de Higgs cuya existencia está
parcialmente confirmada,[n 21] y que
interaccionaría con todas las que tienen
masa, incluida ella misma.[n 22] Su
presencia explica precisamente las masas
no nulas de las partículas, que en
apariencia contradicen la conservación del
isoespín débil.

El modelo estándar ha alcanzado un alto


grado de precisión en sus predicciones,
aunque existen múltiples fenómenos que
no explica, como el origen de la masa de
los neutrinos, la naturaleza de la materia
oscura, la interacción gravitatoria, etc.[65]
Tampoco existe una explicación teórica
satisfactoria del comportamiento de los
quarks dentro de los hadrones que forman
a baja energía, más allá de cálculos
aproximados utilizando una versión
discretizada de la teoría de campos.[66]

Física de la materia
condensada

El ejemplo básico del formalismo de


segunda cuantización pertenece a la
disciplina de la física del estado sólido: la
descripción de las oscilaciones de los
átomos en un sólido como cuasipartículas
llamadas fonones. En física de la materia
condensada existen muchos sistemas que
se analizan términos similares,
aprovechando la comodidad de las
técnicas de many body («muchos
cuerpos»), aun cuando la creación y
destrucción de partículas no
necesariamente se dé en realidad. La
teoría de campos permite describir de
manera efectiva las excitaciones
colectivas de un sistema de muchas
partículas en una fase dada.[67]

Algunos ejemplos de problemas en los


que se aplica son la teoría BCS de la
superconductividad, el efecto Hall
cuántico o el ferromagnetismo y
antiferromagnetismo. Muchos de los
aspectos característicos de la teoría
cuántica de campos están involucrados en
estos fenómenos: ruptura espontánea de
simetría, invariancia gauge, modelos
sigma no lineales, etc.[68]

Parte de estas propiedades de la teoría


cuántica de campos se descubrieron o
plantearon inicialmente en el contexto de
la física de la materia condensada. El
concepto de ruptura espontánea de
simetría fue desarrollado para explicar la
superconductividad antes de ser adaptado
al mecanismo de Higgs. La técnica del
grupo de renormalización, donde se
examina el cambio en los parámetros de
una teoría dependiendo de la escala a la
que se la examine, aparece de manera
natural en materia condensada al analizar,
por ejemplo, el modelo de Ising.[7]

Véase también
Segunda cuantización
Teoría cuántica de campos en espacio-
tiempo curvo
Teoría de campo de gauge
Topología cuántica

Notas y referencias
Notas

1. La palabra los fotones,


«partícula» se utiliza presentan un
en mecánica comportamiento
cuántica a nivel intermedio,
introductorio para caracterizado por la
enfatizar al dualidad onda-
comportamiento corpúsculo.
clásico de un punto Mientras no se diga
material, frente al lo contrario, en este
comportamiento artículo la palabra
ondulatorio de la «partícula» —y sin
luz. Las partículas excepción,
microscópicas, «partícula
como los átomos o cuántica»— se
refiere a este 4. Esta evolución es
segundo determinista
significado. mientras no el
2. No confundir con sistema no se vea
«teoría clásica de alterado por una
campos». medida —cuyo
resultado es no
3. Esta
determinista—.
interpretación no es
Véase Ynduráin,
la única posible,
2003, §2.2.
pero sí la más
extendida. Véase 5. El nombre viene
Interpretaciones de del griego   ,
la mécanica «voz», por la
cuántica. relación de estos
cuantos con las
ondas sonoras.
6. Para el origen de consecuencia de las
este nombre, véase ecuaciones de
Espín y estadística. movimiento
7. Se ignora en este concretas del
párrafo la constante campo libre (para el
aditiva ω/2. La campo en
fórmula correcta interacción no
puede encontrarse ocurre). Esto
en Ynduráin, 2003, contrasta con la
§7.2 o Sakurai, mecánica cuántica
1994, §2.3. «ordinaria», donde la
conservación es un
8. Esta
requerimiento
conservación del
intrínseco de
número de
cualesquiera
partículas es
ecuaciones de
movimiento se lagrangiano.
planteen. 11. En realidad, se
9. La cuantización trata de una
de los campos amplitud de
libres, escalar, probabilidad: un
espinorial o número complejo z
vectorial, puede cuyo módulo al
encontrarse en cuadrado es la
multitud de probabilidad
referencias, como propiamente dicha,
Nair, 2005, Peskin y P = |z|2.
Schroeder, 1995 o 12. α y β describen
Sterman, 1993. una colección de
10. O, de forma diversas partículas,
equivalente, el no necesariamente
las mismas al anticonmutativos»
principio y al final, —que cumplen ξθ =
en distintos estados −θξ dados ξ y θ
de movimiento. Se números
obvian en el texto cualesquiera—,
los detalles de la denominados
fórmula correcta. números de
Véase Weinberg, Grassmann.
1995, §3.2. 14. Téngase en
13. Para utilizar esta cuenta que la
técnica en el caso energía de una
de campos partícula
fermionicos, es proporciona una
necesario escala de longitud:
considerar unos su longitud de onda
«números de De Broglie   .
15. «Running Mills resulta en una
coupling teoría de bosones
constants». gauge en
16. A pesar del interacción. Pueden
nombre, no guarda añadirse otras
ninguna relación partículas cargadas,
con la teoría de como fermiones,
grupos. Véase cuantizando otros
Weinberg, 1996, campos acoplados
p. 111. a este.

17. Pronunciado 19. El nombre es


[ɡeɪdʒ], «calibre» en engañoso, ya que a
inglés. fin de cuentas la
simetría es exacta.
18. La cuantización
Véase Coleman,
del campo de Yang-
1985, 116.
20. Es decir, dichas particle is a Higgs
simetrías son boson» . CERN.
respetadas en el Consultado el 4 de
lagrangiano del diciembre de 2013.
modelo estándar. 22. Para la masa de
21. El 13 de marzo los neutrinos se
de 2013 el CERN consideran otras
confirmó posibilidades, como
provisionalmente la una mezcla de masa
existencia de una «ordinaria» —masa
partícula muy de Dirac,
similar al Higgs. proveniente de su
Véase O'Luanaigh, interacción con el
C. (14 de marzo de Higgs— con masa
2013). «New results de Majorana,
indicate that new responsable de una
hipotética violación Langacker, 2010,
del número §7.7.
leptónico. Véase

Referencias

1. Nair, 2005, p. 7. Weinberg, 1995, §1.


2. Itzykson y Zuber, 6. Cao, 1997, §9.2.
1980, p. 107. 7. Véase Zee, 2003,
3. Nair, 2005, p. VII. §VI.8 y Steven
4. Ver Peskin y Weinberg. «From
Schroeder, 1995, BCS to the LHC»
p. 198. (en inglés).
Archivado desde el
5. Esta primera
original el 12 de
parte —hasta 1950—
marzo de 2012.
está basada en
Consultado el 12 de Ynduráin, 1989.
marzo de 2012. 14. Sakurai, 1967,
8. Cao, 1997, p. 323. §1-1.
9. Weinberg, 1996, 15. Itzykson y Zuber,
§18.7. 1987, p. 47.
10. Zee, 2003, §V.6. 16. Ver Weinberg,
11. La cita aparece 1995, p. 11.
en Kuhlmann, 2009, 17. Peskin y
§3.4. Véase también Schroeder, 1995,
Zee, 2003, §VIII.3 §2.1.
12. Ynduráin, 2003, 18. Peskin y
§4.7 Schroeder, 1995,
13. Véase Zee, §2.3.
2003, p. 3 y la 19. Esta parte está
Introducción de referida a sistemas
sencillos con límite continuo, los
ecuaciones de modos normales
movimiento lineales. pueden ser
Véase Goldstein, continuos a su vez.
1998, §12.1. Véase Ynduráin,
20. Bogoliubov, 2003, §7.5.3 y §19
Nikolay; Shirkov, para esta parte.
Dmitry (1982). 22. Weinberg, 1995,
Quantum fields (en §3.1
inglés). Benjamin- 23. Weinberg, 1995,
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27. Nair, 2005, p. 8.
722, consultado el
28. Como estados
19 de junio de 2011.
de energía negativa
o probabilidades
30. Véase Peskin y 34. Ynduráin, 1989,
Schroeder, 1995, §8.1.
p. 19. Esta 35. Véase Srednicki,
denominación, de Mark Allen (2007).
uso estándar en Quantum field
física, puede theory (en inglés).
resultar confusa Cambridge
(véase Weinberg, University Press.
1995, pp. 19,28). p. 12.
31. Zee, 2003, §I.7. ISBN 978052186449
32. Peskin y 7. Esto implica que
Schroeder, 1995, el hamiltoniano y el
§4.1 operador número de
partículas no
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conmuten en el
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De ahí que el quantum
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postulates of
38. Véase el Preface Schroeder, 1995,
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y el comienzo de Robert; Shaw,
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la fórmula de la ISBN 978047003293
serie de Dyson. 0.
Véase Peskin y
44. Véase la ISBN 978007005494
Introduction de 3.
Veltman, Martinus 45. Sakurai, 1994,
(1994). p. 258.
Diagrammatica. The
46. Véase la
path to Feynman
introducción de
rules (en inglés).
Weinberg, 1995, §9
Cambridge
y de Peskin y
University Press.
Schroeder, 1995, §9.
ISBN 0521456924, y
47. Para esta parte,
el Preface de
véase Rajaraman,
Bjorken, James D.;
1989, §1 y
Drell, Sidney D.
Weinberg, 1996,
(1965). Relativistic
§23.
quantum fields (en
inglés). McGraw-Hill.
48. Nair, 2005, renormalización, la
p. 468. introducción de
49. Peskin, 1995, Weiberg, 1996, §18.
p. 255. 54. Véase por
50. Cao, 1997, ejemplo Weinberg,
p. 186. 1995, §12.3.

51. Véase Peskin y 55. Esto es debido a


Schroeder, 1995, que en la
p. 216 y en adelante. cuantización
aparecen
52. Para una
polarizaciones no
exposición más
físicas para el fotón.
detallada, véase
Véase Itzykson y
Nair, 2005, §9.5.
Zuber, 1980, §3-2-1.
53. Véase para el
grupo de
56. En particular, axial. Véase
una parte de esta Weinberg, 1996,
simetría asegura la §22.1 para los
conservación del detalles de este
número fermiónico proceso.
axial U(1)A, que se 57. Donoghue, John;
violaría en dicho Golowich, Eugene;
proceso. La Holstein, Barry
anomalía no afecta (1992). Dynamics of
a toda la simetría — the Standard Model
no empeora las (en inglés).
diferencias de masa Cambridge
de los bariones University Press.
ligeros comentadas p. 13.
previamente—, sólo ISBN 0521476526.
a esta corriente
58. Itzykson y Zuber, University Press.
1980, p. 525. ISBN 0-521-24261-4.
59. Véase para este 62. Dicha variación
ejemplo Zee, 2003, no perturbativa es
p. 199 y Coleman, tal que ambos
1985, §2.1. incrementos
60. Nair, 2005, siempre se
§13.1. compensan entre sí:
ni el número de
61. Véase la
bariones B ni el de
introducción en
leptones L son
Collins, John C.
conservados —
(1984). «13.
aunque por muy
Anomalies».
poco—, pero sí lo es
Renormalization (en
su diferencia B − L.
inglés). Cambridge
Véase Weinberg,
1996, p. 454. Alexander; Simons,
63. Weinberg, 1995, Benjamin D. (2010).
§5.8. Condensed matter
field theory (en
64. Véase la
inglés). Cambridge
introducción de
University Press.
Langacker, 2010,
ISBN 978052176975
§7.7.
4.
65. Véase el Preface
68. Puede
de Langacker, 2010.
encontrarse una
66. Peskin y
exposición
Schroeder, 1995,
completa en Zee,
§22.1
2003, §V y §VI.
67. Véase el Preface
de Altland,
Bibliografía
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Ynduráin, Francisco José (2003).
Mecánica cuántica (2ª edición). Ariel.
ISBN 84-344-8060-3.
Ynduráin, Francisco José (1989).
Mecánica cuántica relativista (con una
introducción a la teoría cuántica de
campos). Alianza Editorial. ISBN 978-84-
206-8129-0.

Bibliografía adicional en
español

Dirac, Paul A.M. (1968). Principios de


mecánica cuántica. Ariel. Depósito legal:
B 18229-1968.
Berestetskii, V.B.; Lifshitz, E.M.;
Pitaevskii, L.P. (1971). Teoría cuántica
relativista, 1. Curso de física teórica.
Volumen 4. Editorial Reverté. ISBN 978-
84-291-4084-2.
Berestetskii, V.B.; Lifshitz, E.M.;
Pitaevskii, L.P. (1981). Teoría cuántica
relativista, 2. Curso de física teórica.
Volumen 5. Editorial Reverté. ISBN 978-
84-291-4085-9.
Kittel, Charles (1997). Introducción a la
física del estado sólido (3ª edición).
Reverté. ISBN 84-291-4317-3.

Enlaces externos
  Wikilibros alberga un libro o manual
sobre Teoría cuántica de campos.
Fields por Warren Siegel (gratis; 800
páginas)

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