José María Eguren
José María Eguren
José María Eguren
[editar] Biografía
Nació en Lima en 1873 y murió en 1942. Vivió en Barranco donde practicó la fotografía
y pintura. José María Eguren creció en medio de grandes penurias económicas. Por su
precaria salud, fue débil y enfermizo desde pequeño. De niño y adolescente pasó largas
temporadas en el campo; y esta experiencia inmediata de la naturaleza , que el
inquieto muchacho apuraba con curiosidad y fruición fue decisiva en el refinamiento
de los sentidos que luego su poesía revelará. Trabajó en la Biblioteca del Ministerio de
Educación y Museo Nacional de Arqueología. Más tarde se traslada a Barranco, a una
tranquila villa-balneario junto al mar y próxima a Lima, donde residirá en paz y
sosiego absolutos durante más de treinta años.
Por los mismos motivos de salud no había podido completar regularmente sus estudios
y ahora, en Barranco, compensará esa deficiencia con la lectura voraz de decadentes y
simbolistas europeos (principalmente franceses: Baudelaire, Verlaine, Mallarmé,
Rimbaud, Octave Mirbeau, pero también D'Annunzio); de la literatura infantil de los
nórdicos Grimm, Andersen; y de los grandes maestros del prerrafaelismo y el
esteticismo inglés Ruskin, Rosetti, Wilde, de los cuáles todos dejaron una huella, pero
muy asimilada y personal, en su obra de creación y en su pensamiento poético. Se
dedicó también, intensa y continuamente a la pintura; y fue un artista plástico de gran
interés que concluyó llevando a sus acuarelas y dibujos las figuras y los motivos
enigmáticos de su misma poesía.
[editar] Características de su obra
A Eguren se le atribuye uno de los roles más decisivos para la iniciación de la tradición
de la poesía moderna peruana, la que después se consolidaría mundialmente con la
presencia e influencia que ejerce la profunda e intensa poesía de César Vallejo.
Mariátegui dijo de Eguren que "representa en nuestra historia literaria la poesía
pura".1
] Obras
] Poesía
Primeras ediciones
Poemas extensos
] Antologías
Obra poética
Obra poética completa. Prólogo de Luis Alberto Sánchez. Lima: Editorial Milla
Batres, 1974.
[editar] Prosa
Motivos. Buenos Aires: Editorial Leviatán – Colección Poesía Mayor No. 14,
1998.
Se entretenía tomando apuntes para sus óleos o captando imágenes con una máquina
fotográfica de su invención, hecha con un diminuto tintero, que imprimía placas de un
centímetro. En su casa, se dedicaba a la lectura de los clásicos españoles, a escribir
versos y a confeccionar juguetes, ya de corcho, ya de vidrios de color.
En 1911 publicó Simbólicas y en 1916 La canción de las Figuras. Solo algunos críticos
reconocieron públicamente los grandes méritos del nuevo poeta. Su nuevo lenguaje,
sus imágenes inesperadas, su simplicidad desconcentraban y obligaban al esfuerzo
interpretativo. Hacia el ocaso de su vida, cuando se veía enfermo y pobre, el poeta José
Gálvez, entonces Ministro de Educación Pública, lo llevó a su ministerio con el cargo
de bibliotecario.
Murió en 1942.
- Motivos Estéticos.
- Simbólicas.
- Sombra y Rondinelas.
César Vallejo
César Vallejo
César Vallejo en el Parque de Versalles, verano de
1929.
[editar] Biografía
César Abraham Vallejo Mendoza nació en Santiago de Chuco, pueblo en una zona alta
del departamento de La Libertad, en Perú. Sus padres fueron Francisco de Paula
Vallejo Benítez y María de los Santos Mendoza Gurrionero. Fue el menor de once
hermanos. Su apariencia mestiza se debió a que sus abuelas fueron indígenas y sus
abuelos gallegos. Era un “hombre muy moreno, con nariz de boxeador y gomina en el
pelo”, según recordó César González Ruano, en una entrevista publicada en el Heraldo
de Madrid, el 27 de enero de 1931.
En 1917 conoce a Mirtho (Zoila Rosa Cuadra), una muchacha de quince años con quien
sostiene un apasionado y corto romance. Al parecer, Vallejo intenta suicidarse a causa
del desengaño. Sea como fuese, es convencido por sus amigos para viajar a Lima a fin
de proseguir sus estudios en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y
conseguir su doctorado en Letras y Derecho.
En 1918 entra a trabajar al colegio Barrós de Lima. Cuando en septiembre de ese año
muere el director y fundador de dicho colegio, Vallejo ocupa el cargo. Se enreda en otra
tormentosa relación amorosa, esta vez con Otilia Villanueva, una muchacha de 15
años, cuñada de uno de sus colegas. Debido a ello pierde su puesto de docente. Otilia
será la inspiradora de varios de los poemas de Trilce.
Tras salir en libertad condicional, se dirige nuevamente a Lima, donde su cuento Más
allá de la vida y de la muerte fue premiado en un concurso literario. El monto del
premio lo destina a financiar otras publicaciones literarias. En octubre de 1922 sale a
la luz su segundo poemario: Trilce, prologado por su amigo Antenor Orrego. Es
recibido tibiamente por la crítica, que no alcanzaba aún a comprender la literatura de
vanguardia, salvo por el propio Orrego, quien dijo de Vallejo: "a partir de este
sembrador se inicia una nueva época de la libertad, de la autonomía poética, de la
vernácula articulación verbal".
Trilce anticipó gran parte del vanguardismo que se desarrollaría en los años 1920 y
'30. En este libro Vallejo lleva la lengua española a límites insospechados: inventa
palabras, fuerza la sintaxis, emplea la escritura automática y otras técnicas utilizadas
por los movimientos dadá y surrealista. Se adelantó a la renovación del lenguaje
literario que después ensayaría Vicente Huidobro en su poemario Altazor (1931) y
James Joyce en su relato onírico Finnegans Wake (1939).
Sus dos primeros años en París fueron de mucha estrechez económica, al punto que
muchas veces tuvo que dormir a la intemperie. Inicia su amistad con el escritor
español Juan Larrea y con Vicente Huidobro; traba contacto con importantes
intelectuales como Pablo Neruda y Tristan Tzara.
En 1927 conoce en París a Georgette Marie Philippart Travers, una joven de 18 años
que vivía con su madre en un apartamento situado enfrente del hotel donde se
hospedaba. Profundiza sus estudios sobre el marxismo. Aparece una narración suya en
Amauta, la revista que fundara en Lima su amigo José Carlos Mariátegui y en la que
también reproduce varias de sus crónicas periodísticas.
En 1934 se casa por lo civil con Georgette. Por entonces termina de escribir otra de sus
obras teatrales: Colacho Hermanos o presidentes de América, sátira contra los
gobiernos latinoamericanos sumisos al imperialismo yanqui, pero que ningún editor se
animó a publicar. También le rechazan otro libro de ensayos que quiso dar a la prensa:
Contra el secreto profesional. Entre 1935 y 1936 escribe varios cuentos: El niño del
carrizo, Viaje alrededor del porvenir, Los dos soras y El vencedor, bocetos narrativos
que serían publicados años después de su muerte.
Muerte en París
Obra Vallejo abarcó prácticamente todos los géneros literarios: poesía, narrativa
(novelas y cuentos), teatro y ensayo. Se debe también mencionar su copiosa labor
periodística (crónicas y artículos).
Poesía Los heraldos negros es comúnmente aceptado que es en la lírica donde Vallejo
alcanza su verdadera expresión y sus más altas cotas. Consta de tres etapas:
modernista, vanguardista y revolucionaria.
Etapa modernista
También encontramos temas más elevados como la protesta contra el destino del
hombre, la muerte, el dolor, la conciencia de orfandad, el absurdo, todos ellos tratados
por el poeta con un acento muy personal.
Etapa vanguardista Comprende el poemario Trilce (Lima, 1922), uno de los mayores
libros de poesía de la vanguardia posbélica a nivel mundial. El poemario nace en un
contexto muy especial para el poeta Estas experiencias forjaron en él ese sentimiento
de ser humano preso de la existencia o de la sociedad y fueron el origen del
desgarramiento del poeta, del dolor infinito que encierra cada poema, y de su densidad
y hermetismo.
El nombre del poemario es un neologismo inventado por Vallejo, cuyo significado hasta
ahora es incierto. De acuerdo a la versión más extendida, derivaría de “tres”, pues el
cambio del nombre del libro (originalmente Vallejo le puso el título de Cráneos de
bronce) fue cotizado por el impresor en tres libras (treinta soles oro).
Etapa revolucionaria
Los poemarios de esta etapa son de publicación póstuma, labor que realizó la viuda del
poeta, englobando los textos bajo el título común de Poemas humanos (París, julio de
1939). Aunque hay que señalar que el poemario España, aparta de mí este cáliz, ya
había sido ordenado por el mismo Vallejo en forma de libro individual y fue publicado
meses antes, en enero de 1939, en España.
Se considera que uno de los factores que más influyó en este cambio de rumbo de su
poesía fue su adhesión al marxismo, pensamiento que coincidía con algunas de las
preocupaciones que lo habían acompañado a lo largo de su vida.
España, aparta de mí este cáliz, escrito en 1937 y publicado en 1939, compendia los
versos más intensos y hondos que escritor alguno haya llevado a cabo sobre la guerra
civil en ese país. La visión de la España combatiente había conmovido a Vallejo, por lo
que su poética estuvo al servicio de la causa. Consta de 15 poesías y se considera el
testamento poético de Vallejo.
En los versos que dan nombre al poemario, se manifiesta una prueba premonitoria de
su amor por España y su miedo por la derrota de la que consideraba la causa justa.
Narrativa
Hacia 1930, influenciado por el marxismo, empezó a escribir relatos más imbuidos de
la problemática social y circunscritos en el llamado realismo socialista.
Se debe mencionar también otros relatos escritos entre 1935 y 1936, pero que dejó
inconclusos:
"El vencedor"
Su obra narrativa completa fue publicada en 1967, bajo el título de César Vallejo.
Novelas y cuentos completos (Lima, Francisco Moncloa Editores, edición supervisada
por Georgette Vallejo).
[editar] Teatro
De Vallejo se conservan cuatro piezas teatrales, ninguna de las cuales fue estrenada o
publicada durante su vida, aunque también se conservan los fragmentos de un drama
suyo, Mampar, pero en su versión en francés y bajo el título de Les taupes (escrita
entre 1929 y 1930), del que también se hacen referencias en una carta crítica del
productor Louis Jouvet. Dicho drama trata del conflicto de un esposo con su suegra y
se supone que el autor destruyó el original.
Las cuatro piezas teatrales que se conservan íntegramente y que fueron publicadas
póstumamente (Teatro completo, Lima, Fondo Editorial PUCP, 1979, editado y
prologado por Enrique Ballón Aguirre) son las siguientes:
Lock-out (1930), drama escrito en francés; el propio Vallejo hizo una traducción
al castellano que no se conserva. Trata de un conflicto obrero en una fábrica
metalúrgica.
Entre las dos orillas corre el río (años 1930), drama que fue el producto de un
largo y difícil proceso. Entre los títulos de versiones anteriores se encuentran
Varona Polianova, Moscú contra Moscú, El juego del amor, del odio y de la
muerte y varias permutaciones de este último.
[editar] Ensayo
Vallejo publicó un libro de crónicas titulado Rusia en 1931. Reflexiones al pie del
Kremlin (Madrid, 1931) y preparó para las prensas otro similar titulado Rusia ante el
segundo plan quinquenal (terminado en 1932 pero que fue publicado tiempo después,
en 1965).
Ciro Alegría
Arribó a Santiago el mismo día en que era asesinado su compatriota, el poeta José
Santos Chocano.
En 1935 se casó con Rosalía Amézquita quien había viajado a Chile por él. Transformó
su cuento “El Marañón” en la que sería su primera novela: La serpiente de oro, con la
cual ganó en Chile el concurso literario convocado por la Editorial Nascimento. Al año
siguiente fue elegido miembro del directorio de la Sociedad de Escritores de Chile y
comenzó a trabajar en la Editorial Ercilla, como corrector de originales. Asimismo
tradujo obras de Stefan Zweig e Ilya Ehrenburg, para la Editorial Zig-Zag.
Después del ataque a Pearl Harbor y al impedírsele volver a Chile por motivo de la
guerra, trabajó unos meses en la revista Selecciones del Reader's Digest (1942). Ocupó
además un puesto en la sección de prensa de la oficina encargada de la propaganda de
guerra de los Estados Unidos en América Latina, con sede en Washington. En 1943
fue trasladado a la sede de la oficina en Nueva York, trabajando en la sección de
Radio, y eventualmente, en la de Prensa.
También en 1956 conoció a la poetisa cubana Dora Varona Gil, con quien contrajo
matrimonio el 25 de mayo de 1957. Con ella viajó por Estados Unidos, México, Puerto
Rico, Santo Domingo y Jamaica.
En ese año de 1957 fue invitado al Festival del Libro Peruano, organizado por los
editores Juan Mejía Baca, P. L. Villanueva y Manuel Scorza. Tras una larga ausencia
de 23 años arribó al Perú el 4 de diciembre de 1957. Este retorno se había truncado en
múltiples ocasiones a causa de la concatenación de dictaduras y gobiernos
políticamente enemigos que le negaron su derecho a volver a su patria. Fue objeto de
un recibimiento multitudinario y su obra alcanzó gran difusión con el Festival del
Libro Peruano, al que asistieron escritores amigos como Jorge Icaza y Enrique López
Albújar.
Con su esposa Dora Varona viajó por el Perú dando conferencias en Universidades y
centros culturales. Fue nombrado doctor honoris causa por la Universidad de Trujillo.
Luego volvió a Cuba con la idea de regresar pronto al Perú. Desde febrero de 1958
colaboró asiduamente en el diario El Comercio de Lima. En diciembre de 1958 nació su
hija Cecilia. Pero al agravarse la situación política de la isla con motivo de la
revolución cubana, decidió retornar al Perú con su familia.
El 12 de enero de 1960 arribó una vez más a Lima. En abril de ese año enfermó
gravemente de úlcera duodenal y al mes siguiente fue operado, aprovechando su
convalescencia para escribir varios cuentos y leyendas.
[editar] Fallecimiento
[editar] Descendencia
En su exilio en Santiago de Chile, Ciro Alegría se desposó con su tía segunda, Rosalía
Amézquita Alegría, con la que tuvo dos hijos, Ciro y Alonso. Se divorció de Rosalía por
mutuo acuerdo, desde Nueva York, en 1945. El segundo hijo de este matrimonio,
Alonso Alegría, ha llegado a ser un considerado dramaturgo peruano.
Luego Ciro se casó con una portorriqueña, con la que no tendría hijos, Ligia Marchand.
Por último, desposó en terceras nupcias con la poetisa peruano-cubana Dora Varona
(que llegó a ser la gran recopiladora y estudiosa de su obra) con la que tuvo cuatro
hijos: Cecilia, Ciro, Gonzalo y Diego; éste último nació póstumamente, cinco meses
después de la muerte de padre, y falleció a la edad de 14 años, durante un accidente
ocurrido durante una excursión escolar.
Gonzalo Alegría Varona, economista y sociólogo, residente por varios años en España e
Inglaterra, es fundador y presidente de la Fundación bMundi, dedicada a la
investigación y al desarrollo de la Nueva Economía; en el año 2005 retornó al Perú y
en el 2010 lanzó su candidatura a la alcaldía de Lima por el partido Acción Popular, el
mismo donde militara su padre.
Ciro Alegría es, junto a José María Arguedas, el escritor más importante de la
corriente indigenista en el Perú. Aunque hay que deslindar que Ciro pertenece al
indigenismo primigenio, de los años 1930, mientras que Arguedas representa el
llamado neo-indigenismo. Coincidentemente, en el año 1941, cuando Alegría publicaba
su última gran novela, Arguedas daba a la luz su primera novela, Yawar Fiesta.
Ambos autores sintieron una estimación recíproca y se defendieron de inútiles
competencias que algunos quisieron establecer entre ellos. Alegría narra la vida de los
indígenas del norte del Perú, diferentes a los indios del sur que reflejan las novelas de
Arguedas. El indio del norte es más aculturado y mestizado, y desconoce por lo general
el quechua, pero, obviamente, no por ello es menos representativo del Perú.
El mundo es ancho y ajeno refleja las bases de un Perú moderno, mestizo, y rico en
regiones, culturas y costumbres diversas. Sus personajes abandonan su comunidad
andina (Rumi) obligados por el injusto expolio que de sus tierras realiza un cruel
hacendado (Don Álvaro Amenábar) y se desplazan por todo el Perú, intentando
ganarse la vida. La historia cuenta con dos personajes centrales o héroes: Rosendo
Maqui, que representa al indio sabio, mayor y tradicional, y Benito Castro, el cholo
joven que vuelve a su comunidad cuando muere Rosendo con el fin de defender el
derecho de sus gentes a vivir en sus tierras.
En general, todas las novelas de Alegría defienden la integración de todos los peruanos
en la sociedad, y denuncian las miserias y la injusticia social sufrida por los más
humildes, especialmente, por los indios. Sus obras poseen un tono épico, en donde
destacan especialmente la naturaleza y las tradiciones culturales peruanas,
conjuntamente con la lucha de sus gentes por su subsistencia. En ellas la narración se
desarrolla hilvanando hábilmente las historias de varios personajes de la misma
comunidad en torno a un núcleo central.
Luego de sus tres grandiosas novelas indigenistas, en sus 27 años de vida restante
Alegría solo publicó un libro de cuentos, que la crítica ha considerado muy inferior en
comparación con su obra precedente: Duelo de caballeros. Estuvo también trabajando
en cuatro proyectos de novelas: Siempre hay caminos, Lázaro, El dilema de Krause y
El hombre que era amigo de la noche. De ellas solo concluyó la primera, publicada
póstumamente, la cual es una novela corta considerada por la crítica como una joya
literaria. Las tres restantes quedaron inconclusas y sus fragmentos han sido también
publicados de manera póstuma. De todas ellas, se debe destacar Lázaro, un ambicioso
proyecto que el autor abandonó en 1954, pero que bien pudo convertirse en una gran
novela de temática proletaria, teniendo como protagonistas a los trabajadores de las
grandes haciendas azucareras de la costa norte del Perú. Habría sido una especie de
continuación de El mundo es ancho y ajeno. Se ha dicho que la razón del abandono de
sus proyectos novelísticos fue la falta de un estímulo editorial, sumada a su recargada
labor periodística y docente, así como su precaria salud, todo lo cual influyó
negativamente en su voluntad creadora.
[editar] Obras
Aparte de las novelas y cuentos que Ciro Alegría publicó en vida, cabe señalar que,
producto a la intensa actividad política y periodística que ocupó gran parte de su vida,
el grueso de su producción escrita se encuentra en distintos periódicos de la época, y
aún no hay un estudio sistematizado que la recoja. Por otra parte, una parte también
significativa de la obra de Ciro Alegría (una novela breve, fragmentos de otras novelas,
cuentos, memorias, etc.) ha sido publicada después de su muerte, gracias a la labor de
recogida y selección de quien fuera su última mujer, la poetisa Dora Varona.
Los perros hambrientos (Santiago de Chile, Editorial Zig Zag, 1939), novela,
Segundo premio del concurso de novela convocado por la Editorial Zig-Zag de
Chile.
La leyenda del nopal (Santiago de Chile, Editorial Zig Zag, 1940), cuentos
ilustrados para niños.
Mucha suerte con harto palo (Buenos Aires, Editorial Losada, 1976), memorias
armadas a base de distintos escritos periodísticos, autobiográficos y ficcionales.
Once animales con alma y uno con garras (Madrid, Alfaguara, 1987), libro de
cuentos armado a base de fragmentos de las tres primeras novelas de Ciro.
Nacimiento e infancia
En 1920, tras la ascensión al poder de Augusto B. Leguía, el padre de José María, que
era del partido contrario (pardista), fue removido de su cargo de Juez y tuvo que
retornar a su profesión de abogado litigante y viajero, trajinar que solo le permitía
hacer visitas esporádicas a su familia. Esta etapa de la vida del niño José María
estuvo marcada por la difícil relación que sostuvo con su madrastra y con su
hermanastro Pablo Pacheco. Aquella sentía por su hijastro un evidente desprecio, y
constantemente lo mandaba a convivir con los criados indígenas de la hacienda, de la
cual solo lo recogía a la llegada de su padre, tal como lo ha relatado Arguedas en el
primer encuentro de narradores realizado en Arequipa en 1965. Por su parte el
hermanastro lo maltrataba física y psicológicamente e incluso en una ocasión le obligó
a presenciar la violación de una de sus tías, que era a la vez la mamá de uno de sus
compañeritos de escuela (los escoleros mencionados en varios de sus cuentos). Al
parecer, esa fue solo una de las tantas escenas sexuales que fue obligado a presenciar,
ya que el hermanastro tenía muchas amantes en el pueblo.1 La figura de este
hermanastro habría de perdurar en su obra literaria personificando al gamonal
abusivo, cruel y lujurioso. Sobre aquel personaje diría Arguedas posteriormente:
Algunos, sin embargo, consideran que el supuesto maltrato de la madrastra fue una
ficción; entre ellos el mismo Arístides.3
A mediados de julio de 1921 José María se escapó de la casa de la madrastra junto con
su hermano Arístides, que había retornado de Lima; ambos fueron a la hacienda
Viseca, propiedad de su tío Manuel Perea Arellano, situada a 8 km de San Juan de
Lucanas. Allí vivió durante dos años, en ausencia del padre, conviviendo con los
campesinos indios a quienes ayudaban en las faenas agrícolas. De dos campesinos
guardaría un especial recuerdo: don Felipe Maywa y don Víctor Pusa. Para José María
fueron los años más felices de su vida.
La plaza de Abancay.
En 1923 abandonó su retiro al ser recogido por su padre, a quien acompañó en sus
frecuentes viajes laborales, conociendo más de 200 pueblos. Pasaron por Huamanga,
Cuzco y Abancay. En esta última ciudad ingresó como interno en el Colegio Miguel
Grau de los Padres Mercedarios, cursando el quinto y sexto grado de primaria, entre
1924 y 1925, mientras su padre continuaba su vida itinerante y su hermano Arístides
seguía su educación en Lima. Esta etapa de su vida quedó conmovedoramente
plasmada en su obra maestra, Los ríos profundos:
En 1926, junto con su hermano Arístides empezó sus estudios secundarios en el colegio
San Luis Gonzaga de Ica, en la desértica costa peruana, hecho que marcó su
alejamiento del ambiente serrano que había moldeado hasta entonces su infancia,
pues hasta entonces había visitado la costa solo de manera esporádica. Cursó allí
hasta el segundo año de secundaria y sufrió en carne propia el desprecio de los
costeños hacia los serranos, tanto de parte de sus profesores como de los mismos
alumnos. Se enamoró intensamente de una muchacha iqueña llamada Pompeya, a
quien le dedicó unos acrósticos, pero ella lo rechazó diciéndole que no quería tener
amores con serranos.6 Él se vengó llegando a ser el primero de la clase en todos los
cursos, derrumbando así la creencia de la incapacidad intelectual del hombre andino.
En 1928 reanudó su vida trashumante otra vez en la sierra, siempre junto a su padre.
Vivió entre Pampas y Huancayo; en esta última ciudad cursó el tercero de secundaria,
en el colegio Santa Isabel. Fue allí donde se inició formalmente como escritor al
colaborar en la revista estudiantil Antorcha; se dice también que por entonces escribió
una novela de 600 páginas, que tiempo después le arrebataría la policía, pero de la que
no ha quedado huella alguna.7
Cursó sus dos últimos años de secundaria (1929-1930) en el Colegio Nuestra Señora de
La Merced, de Lima, casi sin asistir a clases pues viajaba con frecuencia a Yauyos para
estar al lado de su padre, que se hallaba agobiado por la estrechez económica. Aprobó
los exámenes finales, terminando así sus estudios escolares prácticamente estudiando
sin maestro.
Vida universitaria
En 1937 fue apresado por participar en las protestas estudiantiles contra la visita del
general italiano Camarotta, jefe de una misión policial de la Italia fascista. Eran los
días de la dictadura de Óscar R. Benavides. Fue trasladado al penal «El Sexto» de
Lima, donde permaneció 8 meses en prisión, episodio que tiempo después evocó en la
novela del mismo nombre. Pero a pesar de simpatizar con el ideario comunista, nunca
participó activamente en la política militante. Estando en prisión, se dio tiempo para
traducir muchas canciones quechuas que aparecieron en su segundo libro publicado:
Canto kechwa (1938).
En 1941 publicó Yawar Fiesta, su tercer libro y primera novela a la vez. Entre octubre
de 1941 y noviembre de 1942 fue agregado al Ministerio de Educación para colaborar
en la reforma de los planes de estudios secundarios. Tras representar al profesorado
peruano en el Congreso Indigenista Interamericano de Pátzcuaro (1942), reasumió su
labor de profesor de castellano en los colegios nacionales «Alfonso Ugarte», «Nuestra
Señora de Guadalupe» y «Mariano Melgar» de Lima. En esos años publicó también en
la prensa muchos artículos de divulgación folclórica y etnográfica sobre el mundo
andino.
Yo sigo mal. Van tres años que mi vida es una alternativa de relativo alivio y de días y
noches en que parece que ya voy a terminar. No leo, apenas escribo; cualquier
preocupación intensa me abate totalmente. Sólo con un descanso prolongado, en
condiciones especiales, podría quizá, según los médicos, curar hasta recuperar mucho
mi salud. Pero eso es imposible.
Según atestigua César Lévano, en esta época Arguedas estuvo muy cerca de los
comunistas, a quienes apoyó en diversas labores, como en la de capacitación a círculos
obreros.11 Los apristas lo acusaron de ser un “conocido militante comunista”, acusación
que sin duda tuvo mucho eco pues a fines de 1948 la recién instalada dictadura de
Manuel A. Odría declaró a Arguedas “excedente”, cesándolo de su puesto de profesor
en el colegio Mariano Melgar. Al año siguiente se inscribió en el Instituto de Etnología
de San Marcos y reanudó su labor intelectual. Ese mismo año publicó Canciones y
cuentos del pueblo quechua. En los años siguientes continuó ejerciendo diversos cargos
en instituciones oficiales encargadas de conservar y promover la cultura.
En 1961 publicó su novela El Sexto, por la cual se le concedió, por segunda vez, el
Premio Nacional de Fomento a la Cultura «Ricardo Palma» (1962). Dicha obra es un
relato novelado de su experiencia carcelaria en el famoso penal situado en el centro de
Lima, que sería clausurado en 1986.
En 1962 editó su cuento La agonía de Rasu Ñiti. Viajó en ese mismo año a Berlín
Occidental (Alemania), donde se llevó a cabo el primer coloquio de escritores
iberoamericanos, organizado por la revista Humboldt.
En 1963 fue nombrado Director de la Casa de la Cultura del Perú, donde llevó a cabo
una importante labor profesional; sin embargo, renunció al año siguiente, como gesto
de solidaridad para con el presidente de la Comisión Nacional de Cultura.
En 1964 publicó su obra más ambiciosa: Todas las sangres, novela de gran
consistencia narrativa, en la que el escritor quiso mostrar toda la variedad de tipos
humanos que conforman el Perú y a la vez los conflictos determinados por los cambios
que origina en las poblaciones andinas el progreso contemporáneo. Sin embargo, esta
novela fue criticada severamente durante una mesa redonda organizada por el
Instituto de Estudios Peruanos el día 23 de junio de 1965, aduciéndose que era una
versión distorsionada de la sociedad peruana. Estas críticas fueron devastadoras para
Arguedas, quien aquella misma noche escribió estas líneas desgarradoras:
… casi demostrado por dos sabios sociólogos y un economista, […], que mi libro Todas
las sangres es negativo para el país, no tengo nada que hacer ya en este mundo. Mis
fuerzas han declinado creo que irremediablemente.12
Uno de los críticos desaforados de la obra arguediana era el escritor Sebastián Salazar
Bondy. Según la interpretación de algunos, esas críticas fueron uno de los tantos
eslabones que se sumaron a alimentar la depresión de Arguedas, que lo llevaría a su
primer intento de suicidio al año siguiente
Ese mismo año de 1965 Arguedas hizo numerosos viajes al extranjero y al interior del
Perú. En enero estuvo en Génova, en un congreso de escritores, y en abril y mayo pasó
dos meses, invitado por el Departamento de Estado, recurriendo universidades
norteamericanas (en Washington D.C., California e Indiana). De regresó a Perú, visitó
Panamá. En junio asistió al primer Encuentro de Narradores Peruanos, realizado en
Arequipa, donde sostuvo una polémica con Sebastián Salazar Bondy quien días
después falleció víctima de una cirrosis hepática congénita. En septiembre y octubre
estuvo en Francia. Pero se dio tiempo para publicar, en edición bilingüe, su cuento El
sueño del pongo.
En 1966 hizo tres viajes a Chile (en enero, por diez días, en julio, por cuatro y en
septiembre por dos) y asistió, en Argentina, a un congreso de interamericanistas, luego
del cual visitó Uruguay por dos semanas. Ese mismo año publicó su traducción al
español de la crónica Dioses y Hombres de Huarochirí del doctrinero hispanoperuano
Francisco de Ávila.
Yo estoy sumamente preocupado con mi pobre salud. (...) He vuelto fatigadísimo, sin
poder dormir y angustiado. Tengo que ir a donde el médico nuevamente; aunque estos
caballeros nunca llegan a entender bien lo que uno sufre ni las causas. Lo malo es que
esto me viene desde mi infancia (carta a John Murra, 28 de abril de 1961).13
Un poco por miedo otro poco porque se me necesitaba o creo que se me necesitaba he
sobrevivido hasta hoy y será hasta el lunes o martes. Temo que el Seconal no me haga
el efecto deseado. Pero creo que ya nada puedo hacer. Hoy me siento más aniquilado y
quienes viven junto a mí no lo creen o acaso sea más psíquico que orgánico. Da lo
mismo. (...) Tengo 55 años. He vivido bastante más de lo que creí (carta a Arístides
Arguedas, 10 de abril de 1966).14
A partir del intento de suicidio, su vida ya no volvió a ser la misma. Se aisló de sus
amigos y renunció a todos los cargos públicos que ejercía en el Ministerio de
Educación, con el propósito de dedicarse solamente a sus cátedras en la Universidad
Agraria y en la de San Marcos. Para tratar su mal se puso en contacto con la
psiquiatra chilena Lola Hoffmann, quien le recomendó, a manera de tratamiento, que
continuara escribiendo. De este modo publicó otro libro de cuentos: Amor mundo (en
ediciones simultáneas en Montevideo y en Lima, en 1967), y trabajó en la que sería su
obra póstuma: El zorro de arriba y el zorro de abajo.
En 1968 le fue otorgado el premio «Inca Garcilaso de la Vega», por haber sido
considerada su obra como una contribución al arte y a las letras del Perú. En esa
ocasión pronunció su famoso discurso: «No soy un aculturado». Del 14 de enero al 22 de
febrero de ese año estuvo en Cuba, con Sybila, como jurado del Premio Casa de las
Américas. Ese mismo año y el siguiente tuvo su amarga polémica con el escritor
argentino Julio Cortázar, y viajó varias veces a Chimbote, a fin de documentar su
última novela.
A principios de 1969 hizo su último viaje a Chimbote. Ese mismo año hizo tres viajes a
Chile, el último de los ellos por cerca de cinco meses, de abril a octubre. Por entonces
se agudizaron nuevamente sus dolencias psíquicas y renació la idea del suicidio, tal
como lo atestiguan sus diarios insertos en su novela póstuma:
Yo no voy a sobrevivir al libro. Como estoy seguro que mis facultades y armas de
creador, profesor, estudioso e incitador, se han debilitado hasta quedar casi nulas y
sólo me quedan las que me relegarían a la condición de espectador pasivo e impotente
de la formidable lucha que la humanidad está librando en el Perú y en todas partes, no
me sería posible tolerar ese destino. O actor, como he sido desde que ingresé a la
escuela secundaria, hace cuarentitrés años, o nada. (Epílogo, 29 de agosto de 1969).15
¡Perdóname! Desde 1943 me han visto muchos médicos peruanos, y desde el 62, Lola,
de Santiago. Y antes también padecí mucho con los insomnios y decaimientos. Pero
ahora, en estos meses últimos, tú lo sabes, ya casi no puedo leer; no me es posible
escribir sino a saltos, con temor. No puedo dictar clases porque me fatigo. No puedo
subir a la Sierra porque me causa trastornos. Y sabes que luchar y contribuir es para
mí la vida. No hacer nada es peor que la muerte, y tú has de comprender y,
finalmente, aprobar lo que hago.16
El día de su entierro, tal como el escritor había pedido en su diario, el músico andino
Máximo Damián tocó el violín ante su féretro, acompañado por el arpista Luciano
Chiara y los danzantes de tijera Gerardo y Zacarías Chiara, y luego pronunció un
breve discurso, en palabras que transmitieron el sentimiento del pueblo indígena, que
lamentó profundamente su partida.
Sus restos fueron enterrados en el Cementerio El Ángel. En junio del 2004 fue
exhumado y trasladado a Andahuaylas, el lugar donde nació.
El mismo año en que suicidó, Arguedas dijo en una entrevista concedida a Ariel
Dorfman para la revista Trilce: "Entiendo y he asimilado la cultura llamada occidental
hasta un grado relativamente alto; admiro a Bach y a Prokofiev, a Shakespeare,
Sófocles y Rimbaud, a Camus y Eliot, pero más plenamente gozo con las canciones
tradicionales de mi pueblo; puedo cantar, con la pureza auténtica de un indio chanka,
un harawi de cosecha. ¿Qué soy? Un hombre civilizado que no ha dejado de ser, en la
médula un Indígena del Perú; indígena, no indio. Y así, he caminado por las calles de
París y de Roma, de Berlín y de Buenos Aires. Y quienes me oyeron cantar, han
escuchado melodías absolutamente desconocidas, de gran belleza y con un mensaje
original. La barbarie es una palabra que inventaron los europeos cuando estaban muy
seguros de que ellos eran superiores a los hombres de otras Razas y de otros
continentes 'recién descubiertos'."17
[editar] Obras
1935 - Agua. Colección de cuentos integrada por: Agua, Los escoleros y Warma
kuyay. Segundo premio en el concurso internacional promovido por la Revista
Americana de Buenos Aires. Traducida al ruso, alemán, francés e inglés por La
Literatura Internacional, de Moscú.
1955 - «La muerte de los Arango». Cuento. Primer premio del Concurso
Latinoamericano de Cuento en México.
1967 - Amor mundo. Colección de cuatro cuentos de tema erótico: «El horno
viejo», «La huerta», «El ayla» y «Don Antonio».18
1971 - El zorro de arriba y el zorro de abajo. Novela que dejó inconclusa y que
fue publicada póstumamente.
Recopilaciones póstumas:
[editar] Poesía
Escritos primero en quechua, y luego traducidos al español por el mismo autor, los
poemas de Arguedas asumen conscientemente la tradición de la poesía quechua,
antigua y moderna, convalidan la visión del mundo que la anima, revitalizando sus
mitos esenciales y condensan en un solo movimiento la protesta social y la
reivindicación cultural.
1947 - Mitos, leyendas y cuentos peruanos. Recogidos por los maestros del país
y editados en colaboración con Francisco Izquierdo Ríos.
En 1983 la editorial Horizonte de Lima editó las obras completas de José María
Arguedas en cinco tomos, compilada por Sybila Arredondo de Arguedas, viuda del
escritor.
Abraham Valdelomar
Abraham Valdelomar
Pedro Abraham Valdelomar Pinto (Ica, 27 de abril1 de 1888 - Ayacucho, 3 de
noviembre de 1919) fue un narrador, poeta, periodista, ensayista y dramaturgo
peruano. Es considerado uno de los principales cuentistas del Perú, junto con Julio
Ramón Ribeyro.
Valdelomar fue un escritor completo pues abarcó prácticamente todos los géneros
literarios conocidos. Sin embargo, lo mejor de su creación ficticia se concentra en el
campo de la narrativa cuentística. Sus cuentos se publicaron en revistas y periódicos
de la época, y él mismo los organizó en dos libros: El caballero Carmelo (Lima, 1918) y
Los hijos del Sol (póstumo, Lima,1921). En ellos se encuentran los primeros
testimonios del cuento neocriollo peruano, de rasgos postmodernistas, que marcaron el
punto de partida de la narrativa moderna del Perú. En el cuento El caballero Carmelo,
que da nombre a su primer libro de cuentos, se utiliza un vocabulario arcaico y una
retórica propia de las novelas de caballerías para narrar la triste historia de un gallo
de pelea, relato nostálgico ambientado en Pisco, durante la infancia del autor. En Los
hijos del Sol, busca su inspiración en el pasado histórico del Perú, remontándose a la
época de los incas.
Biografía
Fue hijo de Anfiloquio Valdelomar Fajardo y de María Carolina de la Asunción Pinto
Bardales. Pasó sus primeros días en una pequeña casa en la cuadra tres de la Calle
Arequipa de su ciudad natal, Ica. Hasta el año 2007 podía apreciarse una placa
recordatoria en dicha casa señalando el hecho, lamentablemente, el terremoto de aquel
año provocó el derrumbe completo de dicha primera casa de Valdelomar.
En 1892 se trasladó con su familia al puerto de Pisco, donde su padre encontró trabajo
como empleado de la aduana. Allí empezó sus estudios primarios. Las experiencias de
su infancia, vinculada al mar y al campo, influyeron decisivamente en su obra. En
1899 se trasladó a Chincha donde concluyó su educación primaria.
En 1900 viajó a Lima donde estudió la secundaria en el Colegio Guadalupe; allí fundó
y dirigió un periódico escolar: La Idea Guadalupana (1903). En 1904 concluyó sus
estudios secundarios y durante unos meses desempeñó el puesto de archivero en la
Inspección Municipal de Educación de Chincha.
Esta obra temprana (poemas, crónicas periodísticas y cuentos) está marcada por la
influencia del modernismo y de don Manuel González Prada; en sus novelas cortas es
más patente su devoción por Gabriele D'Annunzio.
Trabajó luego como secretario personal del polígrafo peruano José de la Riva-Agüero y
Osma, bajo cuya influencia escribió La mariscala, biografía novelada de Francisca
Zubiaga y Bernales (1803-1835), esposa del presidente Agustín Gamarra y figura
destacada de la política del Perú de inicios de la República. De dicha obra hizo luego
una versión teatral, con el mismo nombre, y en colaboración con José Carlos
Mariátegui (1916).
En 1915 empezó a trabajar como secretario del Presidente del Consejo de Ministros del
gobierno de José Pardo y Barreda. Se dedicó de lleno al periodismo y la literatura. Se
erigió como un influyente líder de opinión y un portavoz de la modernidad intelectual.
Colaboró sobre todo con el diario La Prensa, donde tuvo a cargo la sección Palabras,
dedicada a la política, desde julio de 1915 hasta su alejamiento del diario en 1918. Se
hizo popular por sus burlas hacia los políticos (entre parlamentarios y ministros) de
entonces. También publicó en La Prensa sus Crónicas frágiles, donde hizo conocido su
seudónimo de "El Conde de Lemos";3 y los Diálogos máximos, que transmitía
conversaciones líricas entre él y su amigo José Carlos Mariátegui representados bajo
los nombres de Manlio y Aristipo. También publicó en el mismo diario sus crónicas
tituladas Impresiones; la columna Fuegos fatuos, donde desplegó todo su humorismo e
ironía; y finalmente sus comentarios sobre la guerra mundial, aparecidos en 1917 bajo
el rótulo de Al margen del cable. Compuso también sus Cuentos chinos una suerte de
crítica hacia la dictadura de Óscar R. Benavides en forma de apólogos ambientados en
China, que fueron publicados igualmente en La Prensa (1915).
Luego realizó giras y dictó conferencias a lo largo y ancho del país. Viajó a las
provincias del norte del país (Trujillo, Cajamarca, Chiclayo, Piura y otras ciudades) y
se dirige luego al sur, recorriendo los departamentos de Arequipa, Puno, Cuzco y
Moquegua.
De regreso a su tierra natal fue aclamado unánimemente por la población iqueña. Por
ello, el 24 de septiembre de 1919, resultó electo diputado por Ica ante el Congreso
Regional del Centro. En una reunión de dicho Congreso realizada en la ciudad de
Ayacucho, en los altos de una casona, cuando Abraham se disponía de noche a bajar
por una empinada escalera de piedra, resbaló (o perdió el equilibrio), cayendo desde
una altura de seis metros hasta dar de espalda sobre un montículo de piedras. Como
consecuencia de ello sufrió una fractura de la espina dorsal, cerca de las vértebras
lumbares, la cual, luego de dos días de penosa agonía, le causaron la muerte el 3 de
noviembre de 1919, a las dos y media de la tarde. Apenas contaba con 31 años de edad.
De otro lado, se sabe que la razón por la que Valdelomar bajó apresuradamente por la
escalera fatal en medio de la oscuridad, fue su deseo urgente de aplicarse una
inyección de morfina, según los testimonios recogidos por Luis Alberto Sánchez.7
[editar] Obras
[editar] Novelas
[editar] Cuentos
Valdelomar reunió sus cuentos criollos en un libro titulado La aldea encantada (1914)
el cual no llegó a publicarse. Luego dichos cuentos formaron parte de su libro
antológico El caballero Carmelo (Lima, 1918). Un segundo libro suyo de cuentos, Los
hijos del Sol, inspirado en el pasado incaico, fue publicado después de su muerte
(Lima, 1921).
Todos los cuentos reunidos en dichos libros, sumados a otros recopilados de periódicos
y revistas, se pueden organizar, siguiendo las denominaciones dadas por el mismo
autor, de la siguiente manera:
o Whong-Fau-Sang o sea La
torva enfermedad tenebrosa
[editar] Poesía
1919 - Elegía
o Oración a la bandera
o Invocación a la patria
o Oración a San Martín
[editar] Teatro
[editar] Ensayos
1918 - Belmonte, el trágico. Ensayo de una estética futura a través del arte
nuevo (libro de ensayos).
A todas ellas habría que agregar otras obras que Valdelomar anunció publicar pero
que no salieron a la luz o quedaron inconclusas:
El extraño caso del señor Huamán, novela corta o cuento largo, inconclusa.
[editar] Postmodernismo
Abraham Valdelomar.
Premodernismo
Su obra literaria
Otras de sus obras son: "El hechizo de Tomaiquichua" en 1943 y "Nuevos cuentos
andinos", en 1937. Tras haber sentado las bases del indigenismo, en los años 1950,
terminó escribiendo cuentos realistas de temática urbana, que aparecen en su libro
"Las caridades de la señora Tordoya" (1955).
"Allá viene la bandera, la bandera roja y blanca…Cien mujeres la rodean cual collar a
una garganta y cien manos hechas nudo la mantienen levantada" Ya se acerca la
bandera, ya se acorta la distancia; ya sus franjas rojas veo enlazadas a otra franja,
como labios que exhibieran, reventón una flor blanca, y al mirar ese exaltante
simbolismo de la patria, mis pupilas se humedecen, se estremecen mis entrañas. Ya la
tengo frente a frente, ya delante de mi pasa, como una hostia bajo un palio, como una
virgen sobre un anda, y al mirarla me conmuevo y de hinojos cae mi alma. ¡Ah, qué
hermosa es la bandera, la bandera roja y blanca! ¡Con qué amor la ven los ojos, con que
unción las bocas cantan y se rinden las cabezas, descubiertas, en dos alas! Ya se aleja,
ya se pierde la bandera roja y blanca; ya la voz de los clarines; y el chasquido de las
palmas, y el tronar de los petardos y del clamor de las gargantas se ha fundido en una
sola nota débil, fría, vaga. Sólo quedan flores, flores, que parecen que llorarán, ha un
instante frescas, vivas, y ya en tierra deshojadas; y en los rostros, alegría, y emoción
en las palabras, esa que al pasar despierta la bandera roja y blanca. López Albújar –
Tacna, 7 de setiembre de 1941
Su padre fue José Carlos de la Riva Agüero y Riglos, hijo de José de la Riva Agüero y
Looz Corswarem y nieto del primer presidente del Perú, José de la Riva Agüero y
Sánchez-Boquete. Su madre fue María de los Dolores de Osma y Sancho-Dávila, hija
de Ignacio de Osma y Ramírez de Arellano y Carmen Sancho-Dávila y Mendoza.
Pertenecientes ambos a nobles familias limeñas de ascendencia colonial, heredó el
título de Marqués de Montealegre de Aulestia.
En 1918 dictó en la facultad de Letras de San Marcos una serie de lecciones sobre el
Perú prehispánico; sin embargo, su etapa como catedrático sanmarquino fue corta.
Retornó al Perú en agosto de 1930, el mismo día en que renunciaba Leguía, siendo
testigo de la terrible crisis política que sobrevino después. Retomó entonces su carrera
política; no quiso ser diputado constituyente, pero si aceptó ocupar una serie de cargos
públicos: fue alcalde de Lima en 1931-1932, presidente del Consejo de Ministros y
ministro de Justicia, Instrucción y Culto de 1933 a 1934, durante el gobierno de Óscar
R. Benavides, cargo al que renunció por no aceptar la ley que aprobaba el divorcio de
mutuo disenso, que atentaba contra la fe católica.
Fue decano del Colegio de Abogados de Lima (1936), pese a que nunca ejerció la
abogacía, y director de la Academia Peruana de la Lengua (1934-1944). Fue también
presidente del movimiento cívico Acción Patriótica, creado para respaldar la
candidatura presidencial de Manuel Vicente Villarán durante las frustradas elecciones
de 1936.
Sus discípulos más importantes fueron los historiadores peruanos Guillermo Lohmann
Villena, José Agustín de la Puente Candamo y Pedro Benvenutto Murrieta.
[editar] Pensamiento
[editar] Historia
Entre sus más altas cualidades para el desempeño de su función de historiador tuvo
Riva-Agüero la de su inmensa capacidad receptiva, su inagotable curiosidad y
erudición, el humanismo ingénito de su inteligencia, que se interesaba por todos los
aspectos de la historia universal (y no sólo la peruana), sobrepasando las recortadas
visiones de campanario, y que hicieron de él un verdadero maestro de historia
comparada.4
[editar] Filosofía
Discípulo del filósofo conservador Alejandro Deustua, destacó como el filósofo peruano
representante de la reacción nacionalista del siglo XX. Sus principales textos de
interés sobre filosofía del Derecho son: "Concepto del Derecho" (tesis de 1912) y
"Fundamento de los interdictos posesorios" (1911), aunque su pensamiento filosófico
político se encuentra disperso en dos docenas de tomos publicados por el Instituto
Riva-Agüero, a cargo de la Pontificia Universidad Católica del Perú.
[editar] Política
Sus ideas políticas los expuso en muchos escritos que tienen importancia para la
historia de las ideas conservadoras en el Perú.7 Su participación en la vida política del
Perú empezó en 1911 y se hizo cada vez más intensa. En 1915 fundó el Partido
Nacional Democrático, cuyos integrantes fueron apodados por el periodista Luis
Fernán Cisneros como “futuristas”. Su propósito era acoger a los jóvenes del Partido
Demócrata (cuyo caudillo, Nicolás de Piérola, había fallecido en 1913) y a aquellos que,
como Riva Agüero, se habían forjado en el civilismo, que consideraban ya caduco.
Defendía una política de respeto a las normas liberales y democráticas, de oposición al
autoritarismo, pero sin perder de vista los intereses conservadores. Muchos vieron en
los nacionales demócratas una nueva fuerza de renovación de la política peruana, pero
estos no llegaron a consolidarse como auténtico partido. «El partido nacional
democrático quedó como un cenáculo, como un grupo selecto de personalidades
prestigiosas cultural y socialmente pero ajenas a las masas».8
[editar] Obras
Biografía
Mariátegui nació en Moquegua, en el seno de una familia muy humilde. Sus padres
fueron María Amalia La Chira Ballejos y Francisco Javier Mariátegui Requejo. Tuvo
dos hermanos: Guillermina y Julio César Mariátegui.
En 1909, ingresó al diario La Prensa para realizar tareas auxiliares, primero como
alcanzarrejones (portapliegos) y luego como ayudante de linotipista. A pesar de no
haber culminado sus estudios escolares, llegó a formarse en periodismo y empezó a
trabajar como articulista, primero en La Prensa (1914-16) y luego en el diario El
Tiempo (1916-19), al mismo tiempo que colaboraba en las revistas Mundo Limeño,
Lulú, El Turf y Colonida. Usando el seudónimo de Juan Croniqueur ironizó la
frivolidad limeña y exhibió una vasta cultura autodidacta, que lo aproximó a los
núcleos intelectuales y artísticos de vanguardia. Se hizo amigo del escritor Abraham
Valdelomar con quien formó un dúo diletante cuyos duelos de ingenio eran
reproducidos por ellos mismos en sus crónicas. Por esa época (llamada luego
despectivamente por él mismo como su “edad de piedra”) cultivó con entusiasmo la
poesía pero nunca publicó su anunciado poemario titulado Tristeza.
César Falcón, José Carlos Mariátegui y Félix del Valle, en una playa de Lima. 1918.
En 1918 sus intereses viraron hacia los problemas sociales. Fundó con el periodista
César Falcón la revista Nuestra Época, desde donde criticó el militarismo y la política
tradicional pero de la que solo salieron dos números. En 1919 e igualmente en
colaboración con Falcón fundó el diario La Razón, desde donde apoyó la reforma
universitaria y las luchas obreras. Dicho diario tampoco tuvo larga vida y fue
clausurado en el gobierno del presidente Augusto B. Leguía, probablemente por un
presidente preocupado por las crecientes manifestaciones populares que alentaba
desde sus páginas.
Viajó a Europa gracias a una beca que le fue entregada por el gobierno de Leguía como
una forma encubierta de deportación. En Europa, a decir de él mismo, fue donde hizo
su mejor aprendizaje. Se vinculó con escritores representativos, estudió idiomas,
inquirió sobre las nuevas inquietudes intelectuales y artísticas y concurrió a
conferencias y reuniones internacionales.
En Italia se casó con Ana Chiappe y estuvo presente durante la ocupación de las
fábricas en Turín, así como en el Congreso del Partido Socialista Italiano, donde se
produjo la escisión histórica y se conformó el Partido Comunista Italiano. Formó parte
de círculos de estudio del Partido Socialista Italiano y asumió el marxismo como
método de estudio, cuando Mussolini estaba a punto de tomar el poder. Según su
análisis, la victoria del fascismo es el precio que un país debe pagar por las
contradicciones de la izquierda.
En 1924, debido a su antigua lesión, debió amputársele una pierna. Pero no cesó por
ello su actividad creadora, continuándola recluido en una silla de ruedas. En 1925
fundó la Editorial Minerva que publicó obras suyas y de otros autores peruanos,
comenzando por su primer libro recopilatorio de ensayos: La escena contemporánea,
sobre la política mundial. En 1926 fundó la revista Amauta (en quechua sabio o
maestro), que cohesionó a una amplia generación de intelectuales en torno a una
nueva apreciación del quehacer nacional y dio impulso al movimiento indigenista en
arte y literatura. Asimismo, colaboró asiduamente en los semanarios limeños
Variedades y Mundial.
Fue puesto en prisión en 1927 durante un proceso contra los comunistas acusados de
conspirar contra el gobierno de Leguía, pero luego le dieron arresto domiciliario. En
1928 rompió ideológicamente con Víctor Raúl Haya de la Torre y fundó el Partido
Socialista Peruano, convirtiéndose un año más tarde en su Secretario General.
Durante el mismo año, fundó la revista proletaria Labor y publicó sus monumentales 7
ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana. En 1929 fundó la Confederación
General de Trabajadores del Perú.
[editar] La reunión de Montevideo
En febrero de 1930 Eudocio Ravines fue nombrado Secretario General del Partido
Socialista del Perú, en reemplazo de Mariátegui quien estaba preparando un viaje a
Buenos Aires, donde podría tratar su enfermedad y participaría en el Consejo General
de la Liga Antiimperialista. También proyectaba dar envergadura continental a su
revista Amauta trasladando su sede de Lima a la capital argentina.
A fines de marzo, Mariategui fue internado de emergencia siendo acompañado por sus
amigos entre los cuales destacaron Diego San Roman Zeballos (creador de la revista El
Poeta Hereje). Murió el 16 de abril, casi en vísperas de su esperado viaje a Buenos
Aires. El 20 de mayo la dirección del Partido Socialista, con Eudocio Ravines como
Secretario General y Jean Braham Fuentes Cruz como Presidente General, cambió el
nombre del Partido Socialista del Perú por el de Partido Comunista Peruano.
[editar] Su pensamiento
La Conquista no sólo escindió la historia del Perú, sino también escindió la economía.
Antes de la llegada de los españoles existía una economía comunista indígena, que era
bastante sólida. Existía un bienestar material gracias a la organización colectivista de
la sociedad incaica. Esta organización había enervado el impulso individual y a la vez
había desarrollado el hábito de la obediencia al deber social.
Las nuevas naciones buscaron desarrollar el comercio. América Latina vendía sus
recursos naturales y compraba productos manufacturados de Europa, generando un
sistema que beneficiaba principalmente a las naciones europeas. Este sistema,
permitió el desarrollo sólo a los países Atlánticos, ya que las distancias eran enormes
para los países que se encontraban en la costa del pacífico como el caso del Perú. El
Perú en cambio, comenzó a comerciar con el Asia, pero no logró el mismo desarrollo
que los países del Atlántico.
Además, con la Guerra del Pacífico el Perú perdió el guano y el salitre. Pero esta
guerra también significó la paralización de toda la producción nacional y el comercio,
así como la pérdida del crédito exterior. El poder cayó temporalmente en manos de los
militares, pero la burguesía limeña pronto recuperó su función. Se planteó el Contrato
Grace como una medida para salir de la crisis. Este contrato consolidó el predominio
británico en el Perú, al entregar en concesión los ferrocarriles por un periodo de 66
años.
[editar] El marxismo
[editar] El fascismo
Por su parte, mostró cómo el fascismo no era una "excepción" italiana o un
"cataclismo", sino un fenómeno internacional "posible dentro de la lógica de la
historia", del desarrollo de los monopolios en el imperialismo y de su necesidad de
derrotar la lucha del proletariado. Mariátegui vio el fascismo como una respuesta del
gran capital a una crisis social profunda, como la expresión de que la clase dominante
no se siente ya suficientemente defendida por sus instituciones democráticas por lo
que culpa ante las masas de todos los males de la patria, al régimen parlamentario y a
la lucha revolucionaria, y desata el culto a la violencia y al nuevo orden del estado
fascista, concebido como estructura autoritaria vertical de corporaciones. Mariátegui
vislumbró cómo el triunfo del fascismo estaba inevitablemente destinado a exasperar
la crisis europea y mundial.
[editar] Obras
En vida Mariátegui publicó solo dos libros (La escena contemporánea y los 7 ensayos
de interpretación de la realidad peruana), dejando inacabados e inéditos dos más (El
alma matinal y Defensa del marxismo publicadas en 1950 y 1955, respectivamente,
aunque gran parte de ellos ya había sido publicada en la prensa). Todas estas obras,
sumadas a su abundante producción periodística recopilada (entre artículos,
conferencias, ensayos y una novela breve), han sido editadas por sus herederos (su
viuda y sus hijos), hasta llegar a conformar 20 tomos. Hay que señalar sin embargo,
que entre dichos tomos hay dos biografías del autor (una de María Wiesse y otra de
Armando Bazán), una síntesis del contenido de la revista Amauta, realizada por
Alberto Tauro del Pino y una antología poética de diversos autores inspirada en la vida
y obra de Mariátegui. Si hablamos de las “obras completas” propiamente dichas, estas
solo suman en realidad 16 tomos. Sustancial obra que fue producida en un lapso de 7
años (1923-30).
El alma matinal y otras estaciones del hombre de hoy, Obras completas, Vol. 3.
Ed. Amauta.
José Carlos Mariátegui por María Wiesse, Obras completas, Vol. 10. Ed.
Amauta.
Jorge Basadre
Jorge Basadre Grohmann
Biografía
Basadre vestido de soldado en su natal Tacna, a inicios del siglo XX.
Comenzó su formación en el liceo Santa Rosa, escuela peruana que debía funcionar
clandestinamente en Tacna a causa de la proceso de chilenización de Tacna. Basadre
siempre llevó consigo sus recuerdos de su niñez tacneña, época en que, dice Percy
Cayo, "no se podía ver ondear la bandera de Perú ni era permitido cantar el Himno
Nacional". 9 años más tarde se trasladó junto con su familia a Lima. Prosiguió luego
estudios en el Colegio Alemán y en el Colegio Nacional Nuestra Señora de Guadalupe,
en el cuarto y entonces último año de Secundaria, en 1918.
Basadre herido de una pedrada en la frente por una turba chilena contraria al
plebiscito de Tacna y Arica. Arica, mayo de 1926. Foto del diario El Comercio de Lima.
En 1919 ingresó a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, donde obtendría los
títulos de doctor en Letras (1928) y en Jurisprudencia (1935). Siendo estudiante,
intervino en el célebre Conversatorio Universitario de 1919, al lado de otros jóvenes
intelectuales de la llamada Generación de la Reforma. Por aquella época 1924,
prestaba servicios en la Biblioteca Nacional, primero como auxiliar y después como
conservador, y también como redactor del Boletín Bibliográfico de la Biblioteca de la
Universidad de San Marcos; enseñaba también asignaturas de historia en diversos
colegios limeños.
Entre 1925 y 1926 formó parte de la delegación peruana enviada ante la comisión
plebiscitaria de Tacna y Arica. En 1928 inició la carrera docente en su alma máter
sanmarquina, y por ser el catedrático más joven (26 años de edad), a invitación del
Rector Alejandro Deustua estuvo a cargo de leer el discurso de apertura del año
universitario, el 1 de abril de 1929. Luego fue llamado para desempeñar el cargo de
Director de la Biblioteca Central de la universidad tanto en 1930-1931 como en 1935-
1942. Gracias a una beca concedida por la Fundación Carnegie, en 1931 viajó para
realizar estudios sobre organización de bibliotecas en Estados Unidos. Después siguió
cursos en la universidad de Berlín y realizó investigaciones en archivos de España,
permaneciendo en el extranjero hasta 1935.
[editar] Obras
Jorge Basadre Grohmann dejó una extensa producción bibliográfica. Sus obras
principales son:
Historia del Derecho Peruano (1937), volumen inicial de una obra destinada a
servir como texto de sus alumnos de la Facultad de Derecho. Se divide en:
Nociones generales. Época prehispánica. Fuentes de la época colonial.
El conde de Lemos y su tiempo (1945), biografía del virrey del Perú Conde de
Lemos y a la vez una descripción política, social y económica del Perú del siglo
XVII.
El azar en la historia y sus límites (1971), con un apéndice sobre "la serie de
probabilidades dentro de la emancipación peruana", donde incursiona sobre ese
aspecto de la teoría de la historia, afirmando que solo existe un azar relativo y
nunca absoluto.
La vida y la historia (1975, y aumentada en 1981), ensayos sobre personas,
lugares y problemas. Narra los recuerdos de su infancia y juventud, y otros
aspectos de sus memorias.
1930 – 1931
Datos personales
La Libertad,Trujillo
Profesión Abogado
Economista
Antropologo
Índice
[ocultar]
1 Biografía
o 1.4 Deceso
2 Pensamiento
3 Obras
4 Legado
5 Véase también
6 Referencias
7 Bibliografía
8 Enlaces externos
[editar] Biografía
Bandera de Indoamérica.
Casa donde nació Víctor Raúl haya de la Torre en Trujillo (Perú); actualmente en ella
funciona el centro cultural y museo que lleva su nombre.
Víctor Raúl Haya de la Torre nació en Trujillo, fue hijo de los también trujillanos Zoila
Victoria de la Torre y de Cárdenas, y Raúl Edmundo Haya y de Cárdenas, que eran
además primos.1 Se conmemora su nacimiento como el Día de la Fraternidad .
Haya estudió su primaria y secundaria en el Colegio de San Carlos y San Marcelo de
Trujillo. Ingresó a la Facultad de Letras de la Universidad Nacional de Trujillo, donde
se hizo buen amigo del destacado poeta César Vallejo en el curso de literatura; ambos,
junto con otros estudiantes y bajo la conducción de Antenor Orrego y José Eulogio
Garrido, integraron la llamada "bohemia trujillana", grupo intelectual que después fue
bautizado como el Grupo Norte. Posteriormente, prosiguió sus estudios en la
Universidad Mayor de San Marcos de Lima. En 1917 conoció al político y literato
Manuel González Prada y se convirtió en asiduo visitante de su casa2 desarrollando
inquietudes políticas derivadas del radicalismo de dicho intelectual. En 1918 fue uno
de los que cargó su ataúd.
Una de los más significativas protestas que encabezó entonces fue la campaña de
oposición a la proyectada consagración oficial del país al Corazón de Jesús; durante la
protesta callejera murieron un estudiante y un obrero (23 de mayo de 1923), lo que se
convirtió en símbolo de la unidad obrero-estudiantil. La ceremonia de consagración fue
suspendida por el arzobispo de Lima Emilio Lisson. Luego, Haya editó la revista
radical obrero-estudiantil Claridad, en colaboración con José Carlos Mariátegui, como
“organo de la juventud libre del Perú” y de las universidades populares. En octubre de
1923, cuando era profesor del colegio limeño Anglo-Peruano (hoy Colegio San Andrés)
fue apresado y recluido en el penal de El Frontón, donde se declara en huelga de
hambre; a seis días de la huelga es deportado a Panamá.
Haya de la Torre, se traslada desde Panamá a México, donde tiene cercano contacto
con la Revolución mexicana y con Diego Rivera[cita requerida]. Es en Ciudad de México
donde, el 7 de mayo de 1924, funda la Alianza Popular Revolucionaria Americana.
Como se deduce de su nombre, la opción política inicial de Haya de la Torre buscaba
consolidarse en un proyecto para toda la llamada Indoamérica. Ese mismo año, viaja a
Rusia invitado por el ministro de Educación, donde se ve en contacto con la Revolución
rusa. Desde México, fue también a Costa Rica y Alemania. Entre los años 1926-1927
estudió Economía en London School of Economics and Political Science y luego
Antropología en la Universidad de Oxford, en la que luego sería profesor en 1964.
Se dedicó íntegramente a formar un gran movimiento que pudiera representar a las
masas excluídas de la "América India". Inicialmente, la Alianza tiene comités en
Buenos Aires, Ciudad de México y La Paz. El Apra nació como una fuerza
eminentemente antioligárquica y antiimperialista. Estuvo tempranamente ligado al
marxismo pero discrepaba claramente de José Carlos Mariátegui al plantear el diálogo
con el imperialismo capitalista. La ruptura entre ambos políticos es definitiva en 1928,
cuando Mariátegui funda el Partido Socialista Peruano.
Luego de haber vivido en el exilio como consecuencia de su lucha en contra del Oncenio
de Leguía, Haya de la Torre volvió al Perú. Llegó primero a Talara, fue recibido en su
ciudad natal y finalmente ingresó a Lima. Fue postulado como candidato presidencial
en las elecciones generales de 1931 por el entonces joven Partido Nacionalista
Libertador que cambió de nombre a Partido Aprista Peruano. La campaña aprista
introdujo medios nunca antes vistos en las elecciones en el Perú: pintas callejeras en
todas las ciudades del país; candidatos llamados por sus nombres -"Víctor Raúl", "Luis
Alberto", etcétera-; inclusión de los no votantes -JAP(Juventud Aprista), CHAP(Chicos
Apristas)-; himno propio, que sobreponía la letra a la música de la Marsellesa francesa
-la Marsellesa aprista-; una bandera para el partido que identificara a los partidarios;
partidarios llamados hermanadoramente "compañeros" alzando pañuelos blancos, y el
famoso "seasap" ("Sólo el APRA salvará al Perú"). Se inició dentro del partido una
especie de culto a la figura de Haya, que era a la vez "Víctor Raúl", "el jefe", "el guía" y
"el maestro".
Según el Tribunal Electoral que dirigió esta elección, Víctor Raúl ocupó el segundo
lugar por detrás de Luis Miguel Sánchez Cerro (Unión Revolucionaria); sin embargo,
Haya de la Torre y el APRA nunca reconocieron los resultados oficiales ni al nuevo
gobierno. El gobierno de Sánchez Cerro se mostró autoritario y represivo. Haya de la
Torre fue apresado. Las protestas populares aumentaron por todo el país, Gustavo
Jiménez se declaró presidente en Cajamarca.4 En la ciudad de Trujillo se produjo un
fallido levantamiento armado aprista que desencadenó en enfrentamientos entre el
pueblo y la fuerza armada. La insurrección fue duramente reprimida, cientos de
apristas detenidos y un número indeterminado fue fusilado en las ruinas peruanas de
Chan Chan (en las afueras de Trujillo). La llamada "revolución de Trujillo", como la
conocen los apristas, fue paralela a otros movimientos revolucionarios en diversos
puntos del país[cita requerida]. La Constitución de 1933 proscribía a todo partido
internacional. Basándose en esto e invocando que la nación se encontraba en peligro,
el gobierno declara ilegal al Partido Aprista en 1932. Sin embargo, el Presidente fue
asesinado con varios disparos a quemarropa el 30 de abril de 1933 en el Campo de
Marte de Lima, aparentemente por el aprista Alejandro Mendoza Leyva.4
En 1954, Haya es autorizado a salir del Perú gracias a la presión internacional -era
amigo de diversos personajes, como Albert Einstein6 -, y publica un artículo en la
revista Life donde empieza a esbozar el "antiimperialismo democrático sin imperio".
Es en ese momento, según algunos analistas, que el Apra abandona sus banderas
primigenias y tiene un viraje conservador.7 Recién en 1956, los tres principales
candidatos presidenciales aseguraban la vuelta a la legalidad de su partido; en virtud
de este ofrecimiento, Haya de la Torre apoyó inicialmente a Hernando de Lavalle y
más tarde al vencedor Manuel Prado y Ugarteche, símbolo del poder económico. Fue
cuando el país vivió una megacoalición que sustentó al gobierno pradista: el mismo
Manuel Prado y Ugarteche, Víctor Raúl Haya de la Torre, Manuel A. Odría, Pedro G.
Beltrán, Eudocio Ravines y Julio de la Piedra. Fue, pues, "un régimen al cual ha
sostenido con probada lealtad y decisión el Partido Aprista Peruano8 " (Haya, 1962).
Con ello, Haya y su partido -en sus inicios claramente antioligárquicos- sustentaron
así, un régimen claramente oligárquico7 } probablemente con la esperanza de llegar al
poder por vía legal y ya en ejercicio de este, hacer las reformas convenientes. Años más
tarde, consultado por Julio Cotler sobre el asunto, Haya respondió que "había juzgado
mal la situación y que pensó que la oligarquía tenía más fuerza de la que realmente
tenía".9 5
En las elecciones generales de 1962 se lanzó por segunda vez como candidato
presidencial, esta vez por la "Alianza Democrática", que agrupaba al Partido Aprista -
el viejo partido de izquierda- con el Movimiento Democrático Pradista -que
representaba a los mayores sectores del poder económico. Haya obtuvo 558,237 votos
frente a los 534,824 de Fernando Belaúnde Terry (Acción Popular) y a los 48,404 del ex
presidente Manuel Odría (Unión Nacional Odriísta); sin embargo, el proceso ha sido
tildado de oscuro y cuestionable.10 Como no obtuvo el porcentaje necesario para ser
proclamado presidente, la elección iba a ser decidida por el Congreso a instalarse el 28
de julio, tal y como lo establecía la Constitución de 1933. Aparentemente, las Fuerzas
Armadas del Perú temían que Haya llegara al poder y acudieron a Palacio para
informar de su contrariedad; informado de esto por el presidente Prado,8 Haya habría
tratado de efectuar un alianza con Fernando Belaúnde pero llegaron a un puerto
muerto, con lo que sólo pudo consolidar una con Manuel A. Odría por la que cedería los
votos apristas al odrísmo.11 Las Fuerzas Armadas denunciaron fraude en diez
departamentos y se pronunciaron también en contra del virtual presidente Odría (y no
contra Haya, según posición del historiador Percy Cayo Córdoba10 ). Finalmente, el 18
de julio se produjo el primer golpe institucional de las FF.AA., encabezado por el Gral.
Ricardo Pérez Godoy, que derroca el gobierno de Manuel Prado y Ugarteche, declara
nulas las elecciones e instala una junta militar de gobierno. El golpe fue respaldado
por Acción Popular y tardíamente por el APRA. Ya en las elecciones generales de 1963,
ganó Fernando Belaúnde Terry con 39% frente al 34% de Haya.
Tras la llegada del gobierno militar de Juan Velasco Alvarado, los partidos políticos -
entre ellos el APRA- son proscritos y perseguidas sus bases populares. No obstante, en
1970, en el Día de la Fraternidad, reclamó la paternidad intelectual de las reformas
que realizaban los militares, protestando porque estos no reconocían la deuda
intelectual que le tenían: "Debemos estar insatisfechos porque no es manera,
aceleradamente y furtivamente, de llevar esas ideas adelante y de esconderlas, sobre
todo ocultando su origen y procedencia".13
su sueldo por el ejercicio del cargo fue de solo 1 sol de oro[cita requerida]. El mismo día de la
instalación de la asamblea, Haya de la Torre marcó su clara independencia con
respecto al régimen militar:
En 1979 Víctor Raúl Haya de la Torre firmó la Constitución de 1979 poco antes de su
deceso.
Por otro lado, Díaz examina las relaciones del líder con las principales mujeres de su
vida. Revisa así, la figura de su madre Zoila de la Torre y la de la hermana de esta,
Ana Lucía. Dice el libro: "En 1907 (Ana Lucía) se casó con el acaudalado industrial
chileno Marcial Acharán Smith. Se dice que el sobrino predilecto (Haya) se molestó con
la noticia. El niño Raulito, ya con 12 años de edad, se había enamorado de su tía".20
Más tarde, se ubica la relación con Anna Billinghurst, que el APRA se ha encargado de
convertir en un noviazgo pero que Díaz describe como un amor platónico que puede
que haya llegado a algo más con esta señora casada. Dice al respecto el mismo libro:
"Anita parecía un trofeo por disputar. Su belleza y su herencia la hacían codiciable y
estaba en boca de todos. Víctor Raúl ya tendría ideas alborotadas en su mente. Estaba
impactado. Para ella, él era solamente un conocido de Andrés, así que se las ingenió
para tratar de acercársele".20 Además, el mencionado libro revisa las supuestas
relaciones del jefe aprista con Emilia González Orbegoso, con Alice Hochler y
Marilucha Garcìa Montero.
[editar] Deceso
[editar] Pensamiento
Haya postula que el imperialismo es la máxima expresión del capitalismo, que es, a su
vez, el modo de producción económica superior a todo lo que el mundo conocía. En
virtud de lo cual, concluye que el capitalismo es una fase inevitable en el proceso de
civilización contemporáneo. El capitalismo, según Haya de la Torre, no será eterno y
tiene contradicciones dentro de sí que terminarán finalmente con él pero, para que eso
suceda, debe evolucionar completamente, esto es, existir y madurar. El proletariado de
los atrasados países latinoamericanos es demasiado joven como para hacer la gran
revolución que supere al capitalismo.
Sigue indicando que el imperialismo es la última fase del capitalismo en los países
desarrollados, pero en los subdesarrollados, como los es el Perú, es la primera fase. En
estos países, no se trata de una etapa de industrialización avanzada sino de
explotación de materias primas, porque es el tipo de producción que le interesa hacer
allí al mundo desarrollado del que vienen los capitales imperialistas; no a los
ciudadanos de estos países. Por esta causa, dice, su desarrollo inicial es lento e
incompleto. De esta manera, el problema de la América es político: cómo emanciparse
del yugo del imperialismo sin retrasar su progreso. En tanto se trata de América y no
de Europa, en tanto llegó al capitalismo por el imperialismo, tiene que adoptar una
aptitud de enfrentamiento del problema que sea propia.
Víctor Raúl estima que serán las tres clases oprimidas por el imperialismo las que
harán avanzar esta etapa de la sociedad: el proletariado industrial joven, el
campesinado y las clases medias empobrecidas. Con la alianza de estas clases en el
poder, el Estado ya no será instrumento del imperialismo sino defensor de las clases
que represente. Así, tomarán de los países desarrollados lo que les interese y
negociarán con estos de igual a igual, no sometidos, porque se necesitan mutuamente.
Haya de la Torre tiene una visión americanista de hacer política. Cree que lo que el
llama "Indoamérica", tiene que integrarse y luchar en conjunto para avanzar. Por ello
su partido tiene un nombre en el que figura el concepto de alianza americana. En
síntesis, dice que hay que crear la resistencia antiimperialista en América y darle
forma de organización política. Esto es lo que Haya considera que debe ser el Apra.
[editar] Obras
La Defensa Continental
Ex Combatientes y Desocupados