Violencia Laboral Cieza-80 PDF
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Daniel Cieza
Resumen
En el presente trabajo se intentan analizar diversos antecedentes de la últi-
ma Dictadura Militar argentina, enfatizando los factores socio-laborales. Nues-
tra hipótesis más general es que algunas de las grandes violaciones de dere-
chos humanos se vinculan a las necesidades de expansión o ajuste del siste-
ma capitalista y de sus procesos de trabajo. Proponemos un enfoque distinto
sobre el problema de la memoria. No solo nos interesa recuperar la memoria
de los dirigentes y militantes, sino tratar de analizar el proceso en su totalidad e
indagar sobre las causas de los conflictos. Consideramos que se han subesti-
mado factores causales vinculados a las peculiaridades del capitalismo argen-
tino y sus relaciones laborales.
* El presente trabajo es una reelaboración de una ponencia presentada en el V Congreso Latinoamericano de Socio-
logía del Trabajo, Montevideo, abril del 2007.
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1
La Conadep estableció en su Informe de 1985 que había alrededor de 9.000 desaparecidos, de los cuales el 30%
eran trabajadores. En la actualidad continúan las denuncias de desapariciones y el número supera los 13.000. Las
proyecciones de los organismos de derechos humanos y del Archivo Nacional de la Memoria estiman en por los
menos 30.000 los desaparecidos, de los cuales al menos la mitad son trabajadores.
2
Sobre los debates acerca de las consecuencias de la última dictadura y las torturas de militantes puede verse Pilar
Calveiro, Poder y desaparición. Los campos de concentración en la Argentina, Buenos Aires, Colihue, 2004. También
puede verse la Revista Lucha Armada.
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Revista de Estudios sobre Genocidio
3
Se conoce como “conquista del desierto” una operación político-militar que en la segunda mitad del siglo XIX incor-
poró a la flamante nación millones de hectáreas de tierras cultivables y una mano de obra “domesticada”. El proble-
ma es que el supuesto “desierto” estaba habitado y controlado políticamente por una Confederación indígena. Los
aborígenes son aniquilados en el último cuarto del siglo XIX. Las tierras fueron ocupadas en base a un sistema de
“estancias” privadas de grandes extensiones. Véase en James Scobie, La revolución en las pampas. Historia social
del trigo argentino, 1860-1910, Buenos Aires, Solar-Hachette, 1968; Juan C. Vedoya, La Campaña del desierto y la
tecnificación ganadera, Buenos Aires, EUDEBA, 1981.
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La dimensión laboral del genocidio en la Argentina
4
Algunos murieron en combate, otros fueron aprisionados y enviados a la Isla Martín García, en el Río de La Plata.
Hubo mujeres utilizadas en el servicio doméstico, jóvenes enviados a los ingenios de caña de azúcar en Tucumán.
Véase Enrique Mases, Estado y cuestión indígena. El destino final de los indios sometidos en el sur del territorio
(1878-1910), Buenos Aires, Prometeo, 2002. También véase el prólogo de Guillermo Magrassi a E. Zeballos, Callvu-
cura y la dinastía de los Piedras, Buenos Aires, CEAL, 1981.
5
Se estima que en 60 años murieron poco más de dos mil “blancos” y más de diez mil indígenas. Ver Carlos Martínez
Sarasola, Nuestros paisanos los indios, Buenos Aires, EMECÉ, 1992.
6
En efecto, a través de leyes provinciales se destina a los “vagos, mal-entretenidos y cuchilleros” al servicio militar
en los fortines de la frontera. (Juan Carlos Gravaglia, Ejército y milicia. Los campesinos bonaerenses y el peso de
las exigencias militares, Buenos Aires, IEHS, Universidad Nacional del Centro de la Pcia. de Bs As, 2003. Del mismo
autor puede verse Pastores y labradores de Buenos Aires, Buenos Aires, Ed. De la Flor, 2001.
7
Véase Alfredo Montoya, La industria de la salazón de carne en la argentina, Buenos Aires, El Coloquio, 1971.
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Revista de Estudios sobre Genocidio
tucumana tenía más de cuarenta mil peo- juy y los Patrón Costa en Salta serán gru-
nes matriculados8. pos familiares con gran poder económico
Mención aparte merecen los trabaja- y político. Comparten el poder y el control
dores mapuches destinados a los ingenios de gran parte de las mejores tierras con
tucumanos. El general Roca, vinculado a empresas extranjeras que se apropian de
gobernantes y dueños de ingenios de la las tierras del nordeste, conocidas como
provincia de Tucumán, envió un contin- Gran Chaco: con los Hardy del Ingenio Las
gente de jóvenes mapuches como forma Palmas, con los de la Forestal Company,
de paliar la escasez de mano de obra en con los Bunge y Born. En el sur, los Menén-
la zona9. Es una primera muestra de trasla- dez Behety concentran cientos de miles de
dos compulsivos de mano de obra, abier- hectáreas dedicadas a la cría de ovejas,
tamente violatorios de la Constitución Na- compartiendo el poder con empresarios
cional de 1853, que establecía la abolición ingleses.
de la esclavitud, la libertad de trabajo y la En el norte, los indios wichi o matacos,
necesidad de mantener el trato pacífico pilagá y tobas son perseguidos ferozmente
con los indios. y constituyen uno de los últimos baluartes
En resumen, en la etapa de acumula- de la resistencia indígena. Pero son diez-
ción originaria del capitalismo vernáculo mados en el marco del boom agro-expor-
se utiliza la violencia extra-económica para tador y obligados a trabajar en los ingenios
garantizar el naciente sistema de produc- azucareros y fábricas de tanino. En el sur,
ción. Dicho de otra manera, la violencia es- los araucanos, los tehuelches y los onas
tatal, las prácticas genocidas y la represión forman parte de la “peonada” de las gran-
están presentes desde el inicio de la acu- des estancias.
mulación capitalista argentina. La mano de obra aborigen es estricta-
mente necesaria para la Argentina expor-
I.2 El desarrollo agro-exportador tadora del primer Centenario, cuando los
ingenios azucareros, los frigoríficos, los
Entre 1880 y 1930 la Argentina alcanzó
aserraderos o las fábricas de tanino forman
un desarrollo vertiginoso, que la colocó en-
parte del núcleo más dinámico de la eco-
tre las diez principales economías del mun-
nomía. A esta población indígena o mestiza
do. Hacia 1910, en el primer “Centenario”,
se suman cientos de miles de inmigrantes
Buenos Aires era la principal metrópolis
de origen europeo. Hacia 1910 en Buenos
latinoamericana y la Argentina era conside-
Aires son mayoría los inmigrantes extranje-
rada el granero del mundo.
ros recientes.
En esta fase, el capitalismo vernáculo
adopta un perfil agro-exportador. Pero otra La muerte en los talleres, estancias e inge-
vez se plantea la necesidad de disponer de nios
tierras aptas y de una mano de obra dis- En enero de 1919 los obreros de los ta-
ciplinada y barata, a fin de competir en el lleres Vasena de Buenos Aires salieron a la
mercado internacional. huelga y fueron reprimidos duramente. Se
Una oligarquía depredadora y extran- los acusó de “rusos”, perturbadores extran-
jerizante, apoyada por la Gendarmería y el jeros y enemigos de la Patria. Al día siguien-
Ejército, se apropia de las mejores tierras. te, en el velatorio de las víctimas, la policía
En el noroeste, los Arrieta-Blaquier en Ju- volvió a balear a la multitud obrera10.
8
Daniel Campi, Captación forzada de mano de obra y trabajo asalariado en Tucumán, UNT, 1993.
9
Véase Enrique Mases, ob. cit. y Daniel Campi, ob.cit.
10
Se estima que hubo más de mil muertos. Puede verse Edgardo Bilsky, La Semana Trágica, Buenos Aires, Centro
Editor de América Latina, 1982.
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La dimensión laboral del genocidio en la Argentina
En 1921 hubo una huelga de peones Esta funesta metodología sirve de antece-
rurales en la Patagonia. El coronel Varela dente y se prolonga a la segunda mitad
logró que las partes en conflicto llegaran del siglo XX, cuando la represión policial y
a un avenimiento, que reconocía la mayor militar es la manera de solucionar los con-
parte de los pedidos de los huelguistas. En flictos laborales.
una segunda incursión, realizada en 1922, En 1924 se desató una cruel represión
las tropas de Varela asesinaron mil quinien- sobre Napalpí, reserva toba en el Chaco,
tos peones rurales, según la denuncia de cuyos efectos recién se están conociendo
los dirigentes anarquistas de la época11. en base a una presentación judicial. Tam-
Hay otro capítulo ignorado de nuestra bién recientemente se han dado a cono-
historia social. Se trata de la resistencia de cer datos sobre una brutal represión de la
los trabajadores indígenas en grandes in- Gendarmería sobre la comunidad Pilagá
genios como Las Palmas o en las fábricas de las Lomitas, Formosa, en 1947. Llama
de tanino. Hacia 1920 se reportan grandes la atención el profundo racismo de los em-
conflictos obreros con numerosos muer- presarios y militares, quienes no reconocen
tos. Se destacan dos grandes huelgas en naturaleza humana a los habitantes de las
el Ingenio Las Palmas y tres huelgas en la selvas.
Forestal. En ambos casos intervinieron en En síntesis, la cara oculta del boom
la represión regimientos de infantería. agro-exportador argentino es la violencia
Es tradicional que en los Ingenios fun- contra los trabajadores y los grandes abu-
cionen subcomisarías y que los funciona- sos de los grupos económicos.
rios policiales reciban sobresueldos por
parte de los empresarios. Sobre ello hay I.3 La primera etapa de sustitución
abundantes testimonios que involucran a de importaciones y el primer peronismo
grandes empresas como Ledesma, Las
Palmas o la Forestal.12 (Bergalló 2004, Ba- A partir de la gran crisis del treinta co-
yer, 2001, Lagos,1994). mienza en la Argentina la sustitución de
importaciones. Sin embargo, a nivel políti-
El complejo “patronal-militar” co conviene distinguir dos fases de distin-
La relación entre los dueños de las es- to signo. La “década infame” de los años
tancias, grandes talleres, ingenios o fábri- treinta implica el inicio de los golpes de Es-
cas de tanino y las “fuerzas de seguridad” tado y una restauración conservadora. El
(Gendarmería, Ejército, Policía) ha sido una peronismo histórico (1945-1955) expresa
constante. La mentalidad del encomende- una suerte de populismo plebeyo. En tér-
ro colonial se traslada al siglo XX y la repre- minos gramscianos, en toda la etapa hubo
sión brutal es una consecuencia directa. “Cesarismo”, pero el primero fue de tipo re-
Un ejemplo es la represión policial y gresivo, mientras que el peronismo fue de
militar en Buenos Aires y Santa Cruz entre tipo progresivo.
1919-1922. La ocupación militarista de la En los años treinta reaparece uno de
selva chaqueña en la primera mitad del si- los perfiles de la oligarquía argentina, el
glo XX o la experiencia del Ingenio Las Pal- de una suerte de “plantador” comparable
mas también son testimonios concretos13. a los racistas del sur de Estados Unidos
11
El libro clásico sobre este tema es Osvaldo Bayer, La Patagonia Rebelde, Buenos Aires, Galerna, 1972.
12
Véase en Marcelo Larraquy, Marcados a fuego, La violencia en la historia argentina, Buenos Aires, Aguilar, 2009; y
Marcelo Lagos, Conformación del mercado laboral en la etapa del despegue de los ingenios azucareros, Tucumán,
UNT, 1993.
13
Sobre el tema puede verse: Nicolás Iñigo Carrera, La Colonización del Chaco, Buenos Aires, CEAL, 1983. Y también
Campañas militares y clase obrera. Chaco, 1870-1930, Buenos Aires, CEAL, 1984.
71
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14
Se destaca el magnate azucarero Robustiano Patrón Costas, uno de los símbolos de la “década infame”, quien
fuera Gobernador de Salta y Senador nacional.
15
Vease Nicolás Iñigo Carrera, Las modalidades de la coacción en el proceso de génesis y formación del proletariado
para la industria azucarera del norte argentino, Tucumán, UNT, 1993. Puede verse también mi trabajo “Vales y Balas
en el trópico argentino”, ponencia para el I Congreso de Relaciones Internacionales, Buenos Aires, 2007.
16
Al respecto puede verse Gastón Gori, La Forestal, Santa Fe, Yardín Ediciones, 2006, y Marcelo Llarraquy, ob. cit.
17
Esta caracterización corresponde a John William Cook, Correspondencia Perón-Cooke, Buenos Aires, Ed. Parla-
mento, 1984.
18
Daniel Cichero, Bombas sobre Buenos Aires, Buenos Aires, Vergara, 2005.
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una etapa “desarrrollista”, caracterizada las empresas. Sin haber leído a Gramsci
por la gran inestabilidad política. En junio los obreros argentinos eran “consejistas” y
de 1956 son fusilados militares peronistas ejercían el control de la producción20.
y decenas de obreros rebeldes que luchan Contra esa conjunción entre un líder
por defender sus conquistas. El Plan Co- populista y un movimiento obrero rebelde
nintes fue un decreto de emergencia que e “indisciplinado” es que se disparan las
estableció la jurisdicción militar para los bombas de Plaza de Mayo y luego se da
actos llamados "terroristas". Entra en vigen- un golpe militar en 1955, cuando aparecen,
cia por la presión militar el 13 de marzo de todavía en segundo plano, figuras paradig-
1960, durante el gobierno semiconstitucio- máticas de la oligarquía como José Alfredo
nal del doctor Arturo Frondizi, y es manteni- Martínez de Hoz o Álvaro Alsogaray.
do hasta 1963 por el presidente provisional El peronismo y su líder fueron pros-
José María Guido. criptos, violando elementales derechos
El destino de los cientos de obreros políticos y electorales consagrados en los
detenidos durante el Plan Conintes es otro tratados internacionales que tutelan la libre
capítulo olvidado de nuestra historia social. expresión de la voluntad popular y el de-
Según estimaciones del Archivo Nacional recho a ser elegido. En esas condiciones
de la Memoria hubo más de tres mil pre- llega al Gobierno Arturo Frondizi, encabe-
sos. zando una escisión de la Unión Cívica Ra-
dical (UCR).
Defendiendo el capital
La “indisciplina laboral”, la rebeldía de
Juan Perón siempre fue mala palabra
los obreros, era uno de los estigmas del
para la oligarquía argentina. Hijo de ma-
peronismo clásico. Sobre esa “anomalía”
dre mestiza, casado con una estrella de
cargaron los políticos y empresarios desa-
la radiodifusión, impulsor de un estilo de
rrollistas. Y el Plan Conintes nuevamente
conducción que en el mundo académico y
unificó a las víctimas: “tanos”, “gallegos”,
en el periodismo político se conoce como
“polacos”, tucumanos, chaqueños, es
“populista”, fue combatido duramente por
decir rubios (los “rusos”) y mestizos (los
el complejo “militar-patronal” de los Patrón
cabecitas negras) se encontraron en los
Costa, Bemberg, Bunge y Born, Lanusse y
cuarteles. Aunque la gran mayoría de los
Alsogaray.
detenidos eran peronistas, en los cuarteles
Junto al liderazgo de Perón emerge un
también hubo dirigentes sindicales comu-
fenómeno independiente. El peronismo de
nistas. En ese sentido, el gran capital y los
los trabajadores surge de la amalgama de
militares nunca hicieron distinciones.
dos tradiciones: los inmigrantes provenien-
tes de distintas regiones de Europa y los Militares, empresarios y “doctores “en los 60
migrantes internos provenientes del norte Tras la militarización “frondicista” es-
del país19. taban las presiones militares y en 1962 el
Pero además el peronismo obrero se presidente semi-democrático fue desti-
había hecho fuerte en los Cuerpos de Dele- tuido y reemplazado por un gobernante
gados y en el control de las condiciones de “títere”. En efecto, José María Guido fue
trabajo en cada una de las secciones de el mascarón de proa de un gobierno con
19
Ni “aluvión zoológico”, como decían algunos dirigentes socialistas o de la UCR, ni masas en disponibilidad, como
sostuvo Gino Germani, el peronismo obrero es uno de los movimientos más combativos del mundo, con un verda-
dero récord internacional de huelgas nacionales. Ver sobre el tema Hugo Del Campo, Sindicalismo y peronismo,
Buenos Aires, Clacso, 1983.
20
Al respecto puede verse Daniel James, Resistencia e integración, Buenos Aires, Sudamericana, 1990; y Daniel
Cieza, “De la cultura del trabajo al malestar del desempleo”, La Plata, CREALC-HCD, 2000.
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21
Rogelio García Luppo, Mercenarios y monopolios en la Argentina. De Onganía a Lanusse, 1966-1973, Buenos Aires,
Achával Solo, 1973.
22
Felipe Vallese es el primer desaparecido de la historia contemporánea. Véase Eduardo Luis Duhalde, Rodolfo Orte-
ga Peña, Felipe Vallese. Proceso al sistema, Buenos Aires, Ed. Avon, 2003.
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La dimensión laboral del genocidio en la Argentina
23
En la época, se equipara el accionar de los grupos guerrilleros a las protestas de los Cuerpos de Delegados. Los
primeros son la “subversión” y los segundos la “subversión industrial”.
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Revista de Estudios sobre Genocidio
24
Al respecto véase mi libro De la cultura del trabajo al malestar del desempleo. Desarrollo socio-económico y conflic-
to laboral en la Argentina, La Plata, CREALC-HCD, 2000. Con motivo del 30° aniversario del golpe militar la Agencia
Télam publicó un folleto especial sobre este tema.
25
Una investigación pionera sobre la represión en establecimientos industriales del Gran Buenos Aires es la de Victo-
ria Basualdo, Complicidad patronal-militar en la última Dictadura argentina, Buenos Aires, CTA, 2006.
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La dimensión laboral del genocidio en la Argentina
penal contra la empresa por facilitar sus antes de su asesinato en 1977, otro obje-
instalaciones para actos represivos. tivo central del último golpe militar es esta-
La represión del Gran La Plata se ha blecer un nuevo sistema productivo. Según
empezado a reparar con un gesto simbó- Walsh, luego del golpe militar en la Argen-
lico. El 24 de marzo del 2006, treinta años tina se vive la peor etapa del movimiento
después del golpe militar, serán reincorpo- obrero, con caída del salario, aumentos de
rados a los Astilleros Río Santiago de En- los ritmos laborales y la productividad, per-
senada un grupo de ex-presos políticos y secución de los dirigentes sindicales, etc.
de hijos de los obreros asesinados. En el Otra consecuencia indirecta es prepa-
caso de la Mercedes Benz, funciona una rar las condiciones para un desempleo de
Comisión investigadora apoyada por la masas. La desocupación de larga duración
propia empresa. que se vive entre 1994 y 2003 solo puede
explicarse en función de la última dictadura
En los confines del país genocida.
También se han realizado denuncias Finalmente, resulta evidente que se
sobre episodios represivos ocurridos en imposibilita una renovación de la dirigen-
grandes establecimientos del norte del cia sindical. A continuación veamos estos
país. En el ingenio Ledesma, de Jujuy, pro- temas:
piedad de la familia Blaquier, se producen
hechos represivos en 1976 y en la zona es Un “barrido” territorial
secuestrado el médico y ex intendente de Como señala un balance provisorio
la ciudad, Aredez. del equipo de antropología forense (Olmo,
En el marco de una gran empresa 2004), la represión se estructura a partir de
yerbatera del nordeste, propiedad del ex 1976 según un esquema “territorial” que da
ministro de la última dictadura, Adolfo Na- respuesta, en todo el país, a la protesta so-
vajas Artaza, también se ha denunciado cial que se verifica en los años 70. Entre los
el secuestro de dirigentes sindicales y la asesinados se pueden distinguir tres gru-
utilización de predios para acciones repre- pos: a) los militantes pertenecientes a or-
sivas26. ganizaciones político-militares; b) los “ac-
tivistas” que actuaban como referentes de
IV. Las consecuencias grupos sociales, tales como delegados de
fábricas o dirigentes barriales y estudianti-
La primera y más obvia consecuencia les, y que podían no estar vinculados a las
es la eliminación física de militantes polí- organizaciones “subversivas” y c) pobla-
ticos y sociales. En este sentido creemos dores de zonas en las que se realiza una
que no solo hubo “politicidio”27 sino tam- suerte de “limpieza social”, como ocurre en
bién exterminio de “activistas sociales”, barrios y regiones de Tucumán28.
como por ejemplo delegados sindicales,
dirigentes estudiantiles o militantes ba- Condiciones para un nuevo modelo
rriales. El concepto de “terrorista” era muy La otra consecuencia importante es la
amplio. instalación de un modelo socio-económico
Como sostiene lúcidamente Rodolfo neoliberal. Esto comienza con el golpe de
Walsh, en una carta abierta emitida días 1976 y con altibajos se mantiene hasta el
26
En el Juzgado Federal de Posadas, Misiones, tramita una causa contra Adolfo Navajas Artaza, dueño del estableci-
miento yerbatero Las Marías, iniciada por los familiares del delegado sindical Neri Perez, desaparecido en 1977.
27
El concepto de “politicidio” hace referencia al exterminio de un grupo político.
28
Véase Darío Olmo. La evolución de los estudios de identificación de personas en Violaciones a los derechos huma-
nos frente a los derechos de verdad e identidad, Buenos Aires, Abuelas Plaza de Mayo, 2004.
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Revista de Estudios sobre Genocidio
fin del siglo. Fueron 25 años de privatiza- privilegiada para disciplinar al movimiento
ciones, de salarios en retroceso, de cam- obrero. A partir de la fuerte presión psico-
bios regresivos en la legislación laboral, de lógica del desempleo circundante se de-
retroceso en los indicadores de pobreza y sarrolla una violencia física consistente en
empleo. Fue, nada más y nada menos, la la prolongación inhumana de la jornada
política económica que Rodolfo Walsh ex- laboral y en el aumento del ritmo de traba-
plica en su carta abierta de 1977: jo, y un incremento de la violencia”moral”,
“...Dictada por el Fondo Monetario In- caracterizada por el acoso del personal je-
ternacional según una receta que se aplica rárquico.
indistintamente al Zaire o a Chile, a Uru- No se puede concebir el nivel de des-
guay o Indonesia, la política económica empleo reinante en los años 90 sin pensar
de esa Junta solo reconoce como bene- en los efectos del golpe militar de 1976.
ficiarios a la vieja oligarquía ganadera, la La última dictadura preparó las condicio-
nueva oligarquía especuladora y un grupo nes para cambios drásticos en el modelo
selecto de monopolios internacionales de acumulación y en las formas de regu-
encabezados por la ITT, la Esso, las auto- lación.
motrices, la U.S. Steel, la Siemens, al que
están ligados personalmente el ministro La burocracia sindical
Martínez de Hoz y todos los miembros de Si bien la tradicional burocracia sindi-
su gabinete”29. cal peronista es parcialmente perseguida
Durante los años 90 se mantiene y pro- durante la última dictadura, y a pesar de un
fundiza el retroceso de los derechos obre- intento de renovación sindical acaecido en
ros. Comienza a verificarse un fenómeno los primeros años de la recuperación de-
que hoy llamamos “violencia laboral” y que mocrática (1984-1988) en los principales
incluye el acoso moral o “mobbing”. El ca- gremios se han mantenido férreas burocra-
mino abierto por Martínez de Hoz se sigue cias sindicales.
transitando durante el menemismo. El virtual exterminio de los cuerpos de
En esta etapa, la herramienta funda- delegados luego del golpe militar de 1976
mental que esgrime el gran capital no son produjo un daño muy grave al sindicalismo
los Remington a repetición de fines del si- combativo. Como consecuencia de ello,
glo XIX, ni los golpes militares del siglo XX, la tradicional CGT mantiene el control del
sino una nueva: el desempleo circundante sindicalismo. Allí conviven dos sectores:
como elemento de disuasión. El famoso los denominados “Gordos”, con eje en
“ejército industrial de reserva”, descrito por grandes gremios de servicios (comercio,
Marx, ejecuta su impiadosa tarea. sanidad, energía) y el movimiento de tra-
Por otra parte, no logra recuperarse bajadores argentinos, con eje en gremios
una conducción sindical democrática y del transporte (camioneros, colectiveros,
combativa, ni los convenios colectivos que aviación).
regían en 1975. La oposición, que retoma las antiguas
banderas de la CGT de los Argentinos y
El fantasma del desempleo del electricista Agustín Tosco, es la Cen-
El desempleo de masas es un elemen- tral de Trabajadores Argentinos, con fuer-
to nuevo en el panorama laboral argenti- za en gremios estatales (empleados pú-
no, ya que solo tiene como antecedente blicos nacionales, maestros, empleados
la gran crisis del 30. En los 90, es el arma judiciales).
29
Párrafo de la carta abierta emitida por Rodolfo Walsh el 24 de marzo de 1977, poco antes de su muerte. Fue repro-
ducida masivamente por la Central de Trabajadores Argentinos al cumplirse 30 años de su desaparición.
78
La dimensión laboral del genocidio en la Argentina
30
Véase en Martín Sivak, El doctor, biografía no autorizada de Mariano Grondona, Buenos Aires, Aguilar, 2005.
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Revista de Estudios sobre Genocidio
do por las elites liberales y aceptado por hechos un gran desprecio por la vida hu-
cierta “izquierda” tradicional carece de mana y no vacilan en falsear la historia.
cualquier tipo de recuperación de lo “na- Frecuentemente se auto-designan de-
cional-popular”31. fensores de las instituciones y hablan en
Este discurso tiene algunas lagunas. nombre de la república o la democracia,
No explica qué pasó en la mitad del país pero se involucran en procesos autoritarios
durante casi 50 años del siglo XIX. No logra que violan las garantías fundamentales y
definir el fenómeno político y social más im- los derechos básicos.
portante del siglo XX, el peronismo, y su re- En la última masacre, que tiene su epi-
lación con las clases subalternas. No ofre- centro en el golpe militar de 1976, aparece
ce una explicación seria del último golpe claramente un plan elaborado por grandes
militar, al subestimar a las víctimas obreras. empresarios cuyo objetivo es producir un
Pero además coloca a la Argentina en gran retroceso en el movimiento sindical.
una situación falsa. En momentos en que Nuevamente se usa la violencia para im-
las distintas naciones latinoamericanas pactar en las relaciones laborales, pero
asumen un perfil multicultural y multiétnico, esta vez se supera la crueldad de otras
se pretende conceptualizar a la Argentina experiencias. El resultado concreto es un
como una prolongación de Europa. En ri- gran retroceso en la legislación laboral, un
gor, de una caricatura de la Europa real, aumento formidable de ritmos laborales y
cuya fisonomía actual ha cambiado. de la productividad y la desarticulación de
una generación de dirigentes democráticos
y antiburocráticos.
VI. Conclusiones
En suma: nuestro capitalismo tuvo un
Creemos que se ha subestimado la di- origen sanguinario en su fase de acumu-
mensión laboral del último genocidio y de lación originaria, un desarrollo impetuoso
prácticas genocidas anteriores. El análisis y “salvaje” en algunas de sus etapas de
de los hechos revela que el salvajismo y expansión productiva y una fase no menos
la barbarie alcanzan su máximo nivel en el salvaje en el ajuste del final del siglo XX.
último golpe militar de 1976. Los respon- Esta dimensión laboral del genocidio debe
sables son grupos de poder en los que tenerse presente. Es de esperar que este
coexisten grandes empresarios, militares rescate de la memoria histórica que emer-
e intelectuales afines. Esos grupos son ge en la última década sirva para prevenir
profundamente racistas, manifiestan en los futuras masacres. F
31
El concepto de “relato patrio” puede verse en Elizabeth Jelín, Los trabajos de la memoria, Buenos Aires, Siglo
XXI, 2002.
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