Ordenamiento Territorial y Zonificacion

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UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN AGUSTIN DE

AREQUIPA

FACULTAD DE ADMINISTRACION

CARRERA PROFESIONAL DE ADMINISTRACION

DESARROLLO URBANO

GESTION MUNICIPAL Y REGIONAL

Integrantes:
Garcia Ticllahuanca Jhonarts
Nina Lopez Christian
Torres Corrales Daniela
Laguna Laura Pamela
Bernedo Lipa Cynthia
Mejia Perez Michael

AREQUIPA – PERÚ
2017
ORDENAMIENTO TERRITORIAL Y ZONIFICACION
Introducción
El ordenamiento territorial (OT) es una política de Estado y un instrumento de
planificación que integra las políticas económicas, sociales, culturales y ambientales con
una visión del territorio, y eso hace posible que estas respondan mejor a los problemas,
dinámicas y potencialidades específicas de este. En ese sentido, el OT permite orientar
la ocupación y el uso más adecuado del territorio sobre la base de sus propias aptitudes
y limitaciones, la preservación del ambiente así como el manejo racional de los recursos
naturales y de la biodiversidad.

La Dirección General de Ordenamiento Territorial (DGOT)


La Dirección General de Ordenamiento Territorial (DGOT) responde a la necesidad de
que las acciones e intervenciones que se desarrollan a lo largo del territorio se realicen
en condiciones de sostenibilidad y garantizando el bienestar común.
Trabaja con el objetivo de brindar orientación y asistencia a los gobiernos regionales y
locales para gestionar los procesos de ordenamiento territorial y la elaboración de
instrumentos técnicos: Zonificación Ecológica y Económica (ZEE), Estudios
Especializados (EE), Diagnóstico Integrado del Territorio (DIT) y Plan de Ordenamiento
Territorial (POT).
Para ello elabora la normativa e instrumentos técnicos y metodológicos que sean
necesarios.
Adicionalmente, se trabajan temas especializados como:
 Gestión de información territorial.
 Reducción y prevención del riesgo de desastres en ordenamiento territorial.
 Gestión de Cuencas Hidrográficas y Zonas Marino Costeras.
 Está integrado por un equipo multidisciplinario conformado por economistas,
sociólogos, abogados, comunicadores, ingenieros, geógrafos, entre otros.

El Perú presenta diversos escenarios geográficos como bosques, valles, cabeceras de


cuencas, entre otros, y en cada uno de estos se desarrollan actividades agrícolas,
forestales, mineras y pesqueras, etc.; bajo distintos enfoques de desarrollo. Muchas
veces en ese mismo territorio se forman ciudades y centros poblados. Esta ocupación
del territorio y el desarrollo de actividades muchas se realizan con distintas y
desarticuladas visiones de desarrollo.
Si bien, a veces, esta lógica de ocupación ha permitido, contribuir con el crecimiento
económico, también ha generado el deterioro de los ecosistemas, los cuales constituyen
un frente de recursos para el desarrollo del conjunto de actividades productivas que
pueden ser desarrolladas, perdiendo la oportunidad de hacerlas rentable social y
económicamente.

Asimismo, esta ocupación desordenada, ha generado el desarrollo desigual y la falta


de competitividad, provocando que el desarrollo de las actividades sea sólo para
subsistencia. Del mismo modo, provoca exclusión y pobreza, producida por el poco
acceso a los beneficios que ofrece el territorio, generando la migración de las
poblaciones, las mismas que se instalan en zonas vulnerables.
Estas distintas visiones de desarrollo no permiten la construcción de un modelo de
desarrollo compartido, inclusivo y concertado entre autoridades, sectores y actores
sociales, lo cual muchas veces ha provocado la generación de conflictos, como
resultado de procesos de desarrollo desequilibrados y excluyentes, que se
desencadenan debido a la percepción e interés contrapuestos.
En consecuencia, las potencialidades territoriales del país y su aprovechamiento
reflejado en los procesos de ocupación del territorio, no están articulados con el conjunto
de políticas nacionales, regionales y locales y sus mecanismos de gestión, por lo que,
aplicadas desarticuladamente, no permiten plasmar una visión política y estratégica
construida de manera equilibrada y sostenible.
Por ello y ante los distintos procesos de ocupación del territorio (concesiones, centros
poblados, reservas territoriales, etc.), se propone el Ordenamiento Territorial como
mecanismo principal de la Gestión del Territorio.
El objetivo, del Ordenamiento Territorial, es promover el desarrollo estratégico y la
articulación territorial en beneficio de la población, generando mecanismos que permitan
mejorar la toma decisiones concertadas entre todos los niveles de gobierno para la
ocupación ordenada y el uso sostenible del territorio, en el marco del desarrollo
económico con inclusión y competitividad, en armonía con sus recursos naturales
y servicios ecosistémicos, y considerando la seguridad e integración nacional; a fin de
que el país logre un desarrollo equilibrado y sostenible a partir del aprovechamiento de
las propias capacidades que ofrece el territorio y del potencial humano de la Nación.

¿Qué es ordenamiento territorial?


Es un proceso técnico, administrativo y político de toma de decisiones concertadas con
los actores sociales, económicos, políticos y técnicos para la ocupación ordenada y uso
sostenible del territorio, considerando las condiciones sociales, ambientales y
económicas para la ocupación del territorio, el uso y aprovechamiento de los recursos
naturales, para garantizar un desarrollo equilibrado y en condiciones de sostenibilidad,
gestionando y minimizando los impactos negativos que podrían ocasionar las diversas
actividades y procesos de desarrollo que se desarrollan en el territorio; garantizando el
derecho a gozar de un ambiente equilibrado y adecuado a su desarrollo de vida.
 MARCO LEGAL
Constitución La planificación garantizará el ordenamiento y uso adecuado,
responsable y sostenible del territorio
Ley de Gestión Ambiental "La formulación del Plan Nacional de Ordenamiento
Territorial la coordinará el Ministerio del Ambiente del Ecuador, conjuntamente con
la institución responsable del Sistema Nacional de Planificación y con la
participación de las distintas instituciones que, por disposición legal,
tienen competencia en la materia, respetando sus diferentes jurisdicciones
y competencias".
 POLÍTICA DE ESTADO
La planificación como orientador de todo proceso.
El Ordenamiento Territorial es un proceso político institucional, técnico normativo,
evaluativo, de planificación y gestión, basado en una perspectiva transectorial, el
cual genera el bienestar social y el desarrollo sustentable, concertado y coherente,
emprendido por los gobiernos secciónales, coordinado y armonizado por el
gobierno central.

CUALIDADES Y DESAFÍOS DE LA POLÍTICA DE ORDENAMIENTO TERRITORIAL


De acuerdo con MASSIRIS (1993), básicamente son cinco las cualidades que deben
caracterizar a las políticas latinoamericanas de Ordenamiento Territorial:
 El carácter integral de la política de ordenamiento
 El carácter planificado y coordinado de la gestión
 El reconocimiento de la diversidad del territorio en la formulación de los planes,
 El carácter prospectivo-estratégico del modelo territorial a alcanzar y
 El carácter democrático del proceso.
LA PLANIFICACIÓN AMBIENTAL
"La planificación ambiental, como política para el desarrollo sustentable, es un proceso
que parte de la noción de comprometer a la sociedad con la comprensión que sus
posibilidades de trascender exigen tener como centro la armonía con
el patrimonio natural y el respeto al entorno vital, por cuanto se encuentra
indisolublemente articulada a las condiciones y cualidades del medio geofísico y a
las estructuras ecológicas existentes.
PROBLEMÁTICA
Los usos insostenibles del territorio y la transformación de ecosistemas.
 1. El crecimiento urbano.
 2. La nueva ocupación de áreas de alto valor ecosistémicos y cultural.
 3. El deterioro y la disminución de la oferta hídrica.

Instrumentos técnicos para el ordenamiento territorial


a) Zonificación ecológica económica
La Zonificación Ecológica Económica (ZEE) es un instrumento técnico de
caracterización del territorio, principalmente de aspectos físicos y biológicos. Si
bien es un instrumento importante, se requiere conocer las dinámicas del
territorio y las posibilidades que tenemos como sociedad. En ese sentido, el
Ordenamiento Territorial considera otros instrumentos como los Estudios
Especializados (EE), que permiten la identificación y análisis de dinámicas
sociales, económicas, cambios del uso del territorio, población, entre otros
aspectos. La integración de la ZEE con los EE constituye un Diagnóstico
Integrado del Territorio (DIT). Esta cadena de instrumentos técnicos se ha
planificado con la finalidad de elaborar un producto final de alta calidad,
denominado Plan de Ordenamiento Territorial (POT).
La aprobación de la ZEE o cualquier otro instrumento sustentatorio del
Ordenamiento Territorial depende de la región o municipalidad
correspondiente. En el caso de la municipalidad, es necesaria la opinión previa
favorable del Gobierno Regional y del MINAM.
La ZEE no define ni constituye usos, sino que propone diferentes alternativas
para gestionar el impacto que puedan generar algunas actividades,
haciéndolas más rentables; y aportando a la disminución de conflictos. No
establece derechos de propiedad. Tampoco restringe ni excluye
las inversiones.
Los niveles de calificación de las categorías de uso que la ZEE brinda, se basan
en los aspectos técnicos de las características físicas, biológicas y
socioeconómicas.
Son de tres tipos:
 Uso recomendable, donde los usos propuestos en las zonas identificadas
en las categorías de uso presentan aptitudes para su desarrollo.
 Uso recomendable con restricciones, donde es posible desarrollar usos en
las zonas identificadas en tanto puedan ser superadas las restricciones,
mediante la aplicación de medidas y acciones correspondientes que
minimicen los impactos en términos sociales, económicos y ambientales.
 Uso no recomendable, que presenta escasas aptitudes para su desarrollo,
donde la implementación del uso en la zona identificada generaría
impactos negativos mayores a los beneficios esperados.

b) Estudios especializados
Los EE son los instrumentos técnicos sustentatorio de carácter estratégico que
enfatizan el análisis de las dinámicas, relaciones y funcionalidad que se
evidencian en el territorio bajo estudio y su articulación con otros territorios y,
asimismo, responden a la necesidad de conocer la relación de
las sociedades con su medio natural, evolución, situación actual y proyección,
permitiendo articular la gestión y ocupación del territorio en concordancia con
sus características naturales, necesidades y desarrollo económico.
Parten de la información generada en la ZEE, el contexto geográfico, el rol y las
dinámicas territoriales, sociales, económicas, ambientales, de cada ámbito de
intervención.
Los tipos de EE son los que se señalan a continuación, los cuales serán
elaborados de acuerdo a cada contexto específico:
 Estudio de Dinámica Económica Regional.
 Estudio de Normativa y Políticas con Incidencia Territorial.
 Estudio de Evaluación del Riesgo de Desastres y Vulnerabilidad al Cambio
Climático.
 Estudio de Servicios Ecosistémicos.
 Estudio de Análisis de los Cambios de la Cobertura y Uso de la Tierra.
 Estudio de Análisis de Capacidad Institucional.
 Estudio de Ecosistemas y Hábitat Marino Costero.
La complejidad de la dinámica de los territorios determinará la necesidad de
elaborar otros EE adicionales a los señalados. La realización de otros EE, deberá
ser puesta en consideración del Ministerio del Ambiente, para la conformidad
respectiva.

c) Diagnóstico Integrado del Territorio


El DIT es un instrumento técnico sustentatorio que integra y analiza la
información generada en la ZEE y los EE, permitiendo completar el
conocimiento de las condiciones y características ambientales y sociales, así
como de la dinámica y tendencias de crecimiento económico de un determinado
ámbito geográfico, y de sus implicancias en los ecosistemas.
El DIT aporta información sobre las variables clave o aspectos más importantes
que determinan la ocupación del territorio, sustentadas en las características
biofísicas, sociales, económicas, culturales, funcionales, institucionales y
políticas del territorio; estableciendo el conjunto de condiciones favorables y
desfavorables en las que se encuentra; y que servirán de insumo para la
elaboración del Plan de Ordenamiento Territorial.

d) Plan de Ordenamiento Territorial


El POT es un instrumento técnico sustentatorio orientador de la planificación y
gestión del territorio, que promueve la ocupación del territorio garantizando el
derecho de toda persona a un ambiente saludable, y el aprovechamiento
sostenible de los recursos naturales, articulando los planes ambientales, de
desarrollo económico, social, cultural y otras políticas de desarrollo vigentes en
el país.
El POT vincula al proceso de ordenamiento territorial con otros planes e
instrumentos de desarrollo concertado regional y local, y de gestión territorial, los
cuales son abordados por otros sectores y niveles de gobierno en el marco de
sus competencias y funciones.
El POT es un instrumento dinámico y se construye sobre la base del DIT. Se
ejecuta a nivel regional y local provincial, en correspondencia con las funciones
definidas en la Ley Orgánica de Gobiernos Regionales y la Ley Orgánica de
Municipalidades, y en el marco de las políticas nacionales de desarrollo.
El POT de nivel regional, conforme a ley, deberá considerar las políticas
sectoriales y nacionales en su elaboración; y de la misma manera, los gobiernos
locales provinciales deberán articular su respectivo POT al Regional. El
ordenamiento territorial se concreta una vez que se implementan y ejecutan las
acciones que correspondan a partir del POT Estado Situacional de los Procesos
de Ordenamiento Territorial.

Qué es el POT
Un Plan de Ordenamiento Territoriales el ámbito del urbanismo, una herramienta
técnica que poseen los municipios para planificar y ordenar su territorio.
Tiene como objetivo integrar la planificación física y socioeconómica, así como el
respeto al medio ambiente.
 Quienes deben hacer el POT
La municipalidad provincial o distrital, juntos con las otras instituciones del estado y
la ONG (organización no gubernamental) forman un equipo de trabajo
y coordinación con las organizaciones de los centros poblados hacen reuniones con
juntas para elaborar el POT.
 Para que sirve
Para ponernos de acuerdo, en asamblea comunal debemos pensar en cómo es que
queremos salir de la pobreza, conservando las tierras haciendo buen uso de las aguas,
viendo que cultivos nos dan alimento todo el año y que cultivo debemos sembrar para
vender.
Lo más importante es que después los acuerdos deben ser trabajados por todas las
organizaciones de la comunidad. También debemos hacer compromisos de trabajo con
las autoridades de la cuidad. Si el campo tiene productos que vender, la ciudad se
beneficia y todos ganamos.

SOPORTES DEL PLAN DE ORDENAMIENTO TERRITORIAL


Como soporte y ayuda, para este análisis es conveniente utilizar la información
recolectada en la encuesta del nuevo SISBEN.
Dentro de esta información podemos analizar para la zona urbana, veredas y centros
poblados.
Los siguientes aspectos:
 Números de habitantes
 Composición por edades y sexo.
 Servicios públicos con que dispone los diferentes hogares.
 Calidad de la vivienda.
 Localización y numero de vivienda en zona de riesgo
 Grado de escolaridad y número de habitantes en edad escolar
 Establecer el crecimiento o el decrecimiento poblacional del municipio.

EL CRECIMIENTO URBANO Y SU INPACTO EN EL MEDIO AMBIENTE

Cuando se urbaniza una determinada zona, ya sea agrícola o rural, el impacto


persiste durante siglos o incluso nunca llega a desaparecer. El uso de tierras
agrícolas para la construcción de viviendas o infraestructuras acarrea un impacto
que suele ser permanente, y sólo en algunas ocasiones reversible, pero con un
coste muy elevado.
En Europa ha habido una enorme expansión de la actividad constructora,
especialmente a lo largo de la costa y en torno a las ciudades principales,
haciéndose característico un desarrollo urbano descontrolado. Todo ello ha
propiciado la extracción desmesurada de grava del lecho de ríos o la expansión
de numerosas canteras, muchas de ellas adyacentes a importantes zonas
protegidas, que han llegado incluso a ser invadidas en algunos casos.
Desgraciadamente, el lema durante mucho, quizás demasiado, tiempo ha sido
«construir a cualquier precio».
Las ciudades que hoy se conocen albergan un patrimonio histórico y cultural
único heredado de las generaciones anteriores. Las circunstancias actuales, la
población y las necesidades no son obviamente las de hace unas décadas y, por
tanto, se hace necesario cambiar la funcionalidad, dimensión y estructura de las
ciudades, pero la obligación pasaría por minimizar el impacto de la expansión,
regenerar las ciudades existentes y aplicar pautas encaminadas hacia la
sostenibilidad.
No obstante, esta reflexión no pretende dar una concepción negativa, no es ésta
la finalidad, acerca del concepto de ciudad3, siempre asociado a lo construido,
como elemento opuesto a lo natural, como lo antagónico a lo que hoy se conoce
como medio ambiente. De hecho, es bien sabido el papel fundamental que la
ciudad juega como organizadora del territorio.
Se trata de dar cuenta de que el terreno, el suelo como espacio vital, puede
convertirse en muchos casos en un recurso no renovable, y por tanto su
consumo descontrolado lleva a un tipo de contaminación muy grave y a la que,
sin embargo, no se ha prestado demasiada atención hasta tiempos actuales,
probablemente debido a que sea ahora cuando se esté pagando el precio del
que antes se hablaba.
Hoy, el territorio no puede prescindir, desde ninguno de los puntos de vista
posibles, de un planeamiento suficiente. La economía, la equidad y la ecología,
entendidas como procesos sostenibles en el tiempo, requieren una utilización
coherente y racional del espacio. Así parece entenderse ya en la actualidad, y
aquí se intenta abordar el papel que juegan los distintos organismos en este
sentido, desde una escala internacional a un ámbito nacional.
Se calcula que en la actualidad un 45% de la población mundial vive en ciudades
y la proporción irá en aumento en los próximos años, de hecho numerosos
estudios hablan de que para este siglo la mitad de la población mundial será
urbana. Para 2025, esta población se duplicará de 2,4 mil millones en 1995 a 5
mil millones, lo que significa el equivalente a un 86% de las personas que viven
hoy en la tierra.
La ciudad se ha convertido en la protagonista de la actividad económica, en ella
se efectúan las principales actividades financieras y comerciales. Las ciudades
han sido el centro del crecimiento económico, progreso tecnológico y producción
cultural. Pero su rápida expansión ha traído consigo aspectos negativos: las
distintas formas de contaminación o el exagerado consumo de energía y otros
recursos.
Muchos de estos problemas no sólo afectan a la ciudad, sino también al
«campo» y al mundo en general. El tipo de desarrollo que la ciudad necesita para
cumplir el papel protagonista que los nuevos tiempos le exigen debe contemplar
no sólo aquel desarrollo económico, sino también y de manera inexcusable, la
sostenibilidad ambiental. La planificación económica y urbanística de la ciudad
debe ceñirse a los propios límites ambientales para hacer de la misma un
enclave habitable, con el fin de ofrecer a las generaciones futuras las mismas
opciones de las que hoy se dispone. En definitiva, «es necesario romper de una
vez el vínculo entre crecimiento económico y degradación ambiental.»
No hay que olvidar que las ciudades han tenido y siguen teniendo un gran
impacto, entendido éste no sólo de forma negativa, en la vida de los que en ella
habitan; se han convertido en algo cada vez más importante a la vez que han ido
creciendo tanto en número como en tamaño, y, teniendo esto en cuenta y en
cualquier caso, sería conveniente avanzar por el camino ya mencionado de la
sustentabilidad, siendo requisito indispensable para ello, en primer lugar,
prevenir el daño y, en segundo lugar, «si no ha podido evitarse», garantizar la
corrección de los costes. Existen por tanto dos lados de la ciudad, el positivo y
el negativo, el beneficioso y el perjudicial, el éxito y el fracaso. Seguramente
nunca llegue a crearse la ciudad perfecta (la perfección es algo demasiado
subjetivo), pero pueden llevarse a cabo muchas mejoras, pues, en todo caso, las
ciudades tienen en sus manos los retos principales que enfrenta esta civilización.
El objetivo de este trabajo es mostrar la relación entre el modelo reciente de
expansión urbana y la evolución de las políticas ambientales en este sentido. Se
comienza por aportar algunas consideraciones teóricas sobre lo que ha
representado en los últimos años y continúa representando el crecimiento de lo
urbano en el me

2. LA CIUDAD Y EL MEDIO AMBIENTE


Desde un punto de vista ambiental, las áreas urbanas son algo parecido a
aspiradoras gigantes, que succionan gran parte de la materia, de la energía y de
los recursos vivientes del mundo, y que expelen contaminación, residuos y calor.
Como consecuencia de ello, tienen una gran huella ecológica4 que se extiende
más allá de sus límites. (Tyler , 2007, pág. 99).
La influencia de las ciudades sobrepasa sus límites geográficos con impactos a
escala regional y mundial mediante la demanda de recursos naturales, la
generación de residuos y las emisiones al suelo, al agua y al aire. La huella
ecológica de una ciudad puede ser más de cien veces superior al área que
ocupa.

2.1. Cambios recientes: «Hacia un mundo urbano»


Después de la Revolución Industrial, tiene lugar la explosión demográfica o boom
demográfico más grande de la historia. A su vez, los centros urbanos crecen
rápidamente y en los últimos 50 años se produce también y consecuentemente
una explosión en el crecimiento de las ciudades en número y en tamaño;
estamos ante el más largo y rápido crecimiento de la población urbana en el
mundo. En tanto que la economía se volvía internacional e incrementaba su
tamaño5, las ciudades alrededor del mundo crecían a pasos agigantados. A este
fenómeno se le conoce como urbanización, aunque también se habla de «urban
sprawl»6 (COUCH y otros, 2007) o «desparrame urbano» (LARA, 2002).

4. La huella ecológica es un indicador agregado definido como «el área de


territorio ecológicamente productivo (cultivos, pastos, bosques o ecosistemas
acuáticos) necesaria para producir los recursos utilizados y para asimilar los
residuos producidos por una población dada, con un modo de vida específico,
de forma indefinida» (WACKERNAGEL, M. y REES, W., 2001). Su objetivo
fundamental consiste en evaluar el impacto sobre el planeta de un determinado
modo o forma de vida y compararlo con la biocapacidad del planeta.
Consecuentemente es un indicador clave para la sostenibilidad.
5. De la amplia bibliografía al respecto podemos considerar como más
significativa la obra de
COMÍN, F., FERNÁNDEZ, M., LLOPIS, E. (2002): Historia Económica Mundial.
Siglos X-XX. Referencia.
6. Desarrollo urbano discontinuo y descoordinado sin tomar en cuenta los efectos
sociales y
ambientales.

2.2. Ciudad vs. Medio Ambiente


Construir ciudad significa crear espacios por medio de edificios. A. E. Brinckman
Conscientes ya de las importantes transformaciones que ha podido suscitar tal
crecimiento de «lo urbano», no es de extrañar que comiencen a surgir ciertas
ideas sobre si la tendencia debería o no modificarse, sobre si podría a partir de
ahora seguir unas pautas algo más adecuadas, hablando siempre en términos
de sostenibilidad. En este sentido y llegados a este punto, se hace necesario
abordar los dos términos que dan título a este apartado.
Lo cierto es que la naturaleza, por motivos prácticos o estéticos, ha estado de
alguna forma presente en las ciudades a lo largo de toda su historia (huertos,
jardines, patios…), pero es en momentos más recientes cuando se precisa
«integrarla» en la ciudad, ir más allá de la creación de meros puntos verdes
aislados en el mapa.
No deben considerarse ya los conceptos ciudad y medio ambiente, urbano y
rural, como entes separados e incluso alejados, y he aquí la idea fundamental
que pretende plasmarse en este punto. Ya no se trata de «el hombre contra la
naturaleza», el objetivo ahora no es el de luchar contra ella, conquistándola y
usándola en propio provecho. Si bien es cierto que es por este motivo por el que
surgió la idea de la ciudad, como lugar donde defendernos de lo desconocido,
pero las circunstancias cambian y conducen hacia otras necesidades, y en la
actualidad existe un deseo por relacionarse con el medio natural que no hay que
obviar. No obstante y pese ello parece aun dominar la tendencia por fijarse en lo
urbanizado, lo construido, y no en lo demás. La ciudad, inmersa en un territorio
con un espacio vital, una atmósfera, elementos con los que se relaciona, no la
constituyen sólo los edificios. Personas, edificios y medio ambiente deben
considerarse de forma conjunta para un desarrollo más armonioso.
Como en una ocasión pude escuchar durante una conferencia de manos del
profesor MATARÁN (2007)9 «Lo realmente correcto sería considerar el nuevo
paradigma de la sostenibilidad y la ecología en relación con la planificación
territorial, realizando una búsqueda teórico-práctica de lo ambiental del territorio,
análogamente a la búsqueda de lo urbano de la ciudad». «Esto encajaría en la
estrategia de biomímesis o imitación de la naturaleza planteada por Riechmann
(2006)».
Se trataría de una visión integradora del paisaje, de tener en cuenta el valor
territorial del mismo y las aportaciones de la multifuncionalidad10. No se habla
aquí de paisaje como la visión de un lugar bello, como una entidad únicamente
perceptiva, sino como elemento fundamental del entorno humano, como
expresión de la diversidad de su patrimonio común, natural y cultural, y como
fundamento de su identidad. Es aquí donde las aportaciones de la ecología del
paisaje11 juegan un papel clave, reivindicando el componente funcional del
paisaje y analizando las relaciones recíprocas entre sus patrones
espaciotemporales y los procesos que tienen lugar en él.
Partiendo del supuesto de que la ciudad considerada de forma aislada de su
territorio es totalmente insostenible, existen numerosas intervenciones por parte
de organismos como la Organización de las Naciones Unidas que recalcan dicha
idea. Una de ellas tuvo lugar el 4 de octubre de 2004, cuando con motivo del Día
Mundial del Hábitat, la ONU puso sobre la mesa el tema correspondiente a dicho
año: Ciudades, motores para el desarrollo rural. Este tema se escogió para
recordar a los responsables de formular las políticas orientadas al desarrollo que
no deben pensar en lo urbano y en lo rural como entidades separadas. Las
ciudades y el campo deben ser considerados como partes de un todo social y
económico.
También Kofi Annan, ex Secretario General de las Naciones Unidas, se declaró
en este sentido afirmando que:
9. El texto completo al que se hace referencia fue escrito por Alberto Matarán
Ruiz, Doctor Ambientólogo y Profesor de Urbanística y Ordenación del Territorio
de la Universidad de Granada, y puede verse en:
http://www.hackitectura.net/escuelas/tiki-download_file.php?fileId=329-
10. El concepto de multifuncionalidad está relacionado con la necesidad de
considerar como valores las diferentes funciones y los procesos que pueden
mantener al mismo tiempo los elementos territoriales e incluso los propios
paisajes; es evidente que este papel multifuncional de los paisajes está en
aumento, debido a los diferentes intereses que existen entorno al disfrute de los
mismos, y probablemente uno de los retos más importantes de la planificación
será la combinación sostenible de esas funciones y de esos intereses sobre
paisajes frágiles como los del Mediterráneo. MATARÁN (2007).
11. Estudio de las interacciones entre los aspectos temporales y espaciales del
paisaje y sus componentes de flora, fauna y culturales. FORMAN (1983). La
ecología del paisaje es una disciplina relativamente reciente que inspira las
nuevas tendencias en ordenación del territorio.

¿SERÁ POSIBLE MODERNIZAR LA GESTIÓN PÚBLICA?

La administración pública en el Perú presenta una serie de problemas que van desde los
niveles insuficientes de preparación profesional del personal hasta el poco interés por resolver
rápido las trabas burocráticas. Por ello, para buscar mejorar la calidad de los servicios públicos
se han puesto en marcha una serie de políticas en el marco del Acuerdo Nacional.

La gran mayoría de peruanos (por no decir todos) nos hemos preguntado en más de una
ocasión por qué no terminamos de dar ese impulso necesario para lograr la transformación a
un país desarrollado. La respuesta a esta interrogante resulta compleja por la gran cantidad
de aspectos a considerar, pero hay uno en particular que vale la pena analizar: la
administración pública, la misma que tiene una gran responsabilidad porque le toca liderar las
reformas necesarias para mejorar el bienestar de todos los peruanos a través de agregar valor
a la materia prima, la construcción de infraestructura sostenible y la mejora de la calidad de
los servicios, en especial los de educación, salud, seguridad y justicia, demandados por la
población a nivel nacional, esto independientemente de si las intervenciones se realizan con
recursos públicos o privados.

Para analizar el desempeño de la administración pública es necesario ser conscientes de los


graves problemas que enfrenta el recurso humano que labora en las instituciones del Estado.
Estas trabas que tienen los empleados públicos estás vinculados a los niveles insuficientes
de preparación técnica o profesional; al poco interés de resolver rápido los problemas
burocráticos en favor de una población que por décadas no ha sido atendida; a la alta rotación
ligada al cambio de autoridades; a las restricciones de incremento de personal o de
retribuciones cuando los niveles de recursos que hoy se administran distan mucho de cuando
era necesaria una extrema austeridad; a los intereses partidarios o los intereses de altos
funcionarios para conservar su puesto o sacar provecho de éste, y a la ausencia de claras
medidas para combatir la corrupción entre servidores estatales y/o compartida con el sector
privado.
Como se puede apreciar, no son pocas las problemáticas que se desprenden de la función
pública. Por ello, hace doce año se suscribió el Acuerdo Nacional en consenso entre los
sectores público y privado, donde se presentaron dos políticas de Estado vinculadas y
destinadas a mejorar la gestión pública: "la política 24. Afirmación de un Estado Eficiente y
Transparente" y "la política 26. Promoción de la ética y la transparencia y erradicación de la
corrupción, el lavado de dinero, la evasión tributaria y el contrabando en todas sus formas".

Sobre la base de ambas políticas, la 24 y 26, se vienen implementando el Código de Ética de


la Función Pública, el Plan Nacional de Lucha contra la Corrupción y la Política Nacional de
Modernización de la Gestión Pública; para que el ciudadano reciba bienes y servicios de
calidad al menor costo posible.

Ahora, si se quiere lograr cambios en la calidad y comportamiento del recurso humano al


servicio del ciudadano la normativa no es suficiente, más aún si se busca conseguir los
objetivos de la política nacional de modernización de la gestión pública. Para conseguir estas
metas se requiere principalmente de un claro liderazgo para conducir y sostener la
implementación de la política a través del tiempo hasta lograrlo, de reformas estructurales
como la de educación con valores y la carrera pública, y de la actuación con independencia
en los poderes del Estado y de los organismos de control y de justicia.

Aparte de las políticas 24 y 26 del Acuerdo Nacional ¿qué medidas se pueden adoptar
para mejorar la Administración Pública?

El tema de la mejora de la gestión pública es muy amplio y abarca una serie de acciones que
es importante tener en cuenta. Asimismo, dado el carácter transversal del tema es relevante
estudiar los principales esfuerzos realizados al respecto. Ello tiene un doble propósito: El
primero de ellos es conocer el punto de partida en el cual estamos en la actualidad. Ello nos
permitirá corregir aquello que no tenga una buena evaluación y por otro lado se podrá
potenciar y construir sobre lo ya avanzado y que ha tenido buen resultado. El segundo
propósito es identificar las principales iniciativas para poder iniciar una labor de coordinación
de todas las instituciones y organizaciones que vienen llevando a cabo tareas en este sentido

Los esfuerzos por reformar y modernizar el Estado siempre están presentes en los discursos
políticos. Existe un consenso de que el Estado debe cambiar y responder más a las
necesidades de la población. Esta tiene derechos políticos, fundamentales, sociales y
económicos que es obligación del Estado garantizar: Mejorar la eficiencia del aparato estatal,
Estar orientado al servicio de la ciudadanía, Ser descentralizado, transparente e inclusivo.
Bibliografía
 http://www.larepublica.co/infraestructura/alerta-por-proyecto-de-modificaci%C3%B3n-
del-pot_3889
 http://www.inegi.org.mx/inegi/contenidos/investigacion/Experimentales/demog_estable
cimientos/presentacion.aspx
 http://www.propuestaciudadana.org.pe/taxonomy/term/2498
 http://www.larepublica.co/infraestructura/alerta-por-proyecto-de-modificaci%C3%B3n-
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