3 Cuentos

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Non de algodón

Si miras cada día el cielo, descubrirás a Non paseando.


Non es una nube suave, inquieta y curiosa. Non es
pequeñita y parece de algodón.

Se mueve sin parar por el enorme cielo azul mientras


contempla millones de cosas.

Todo le sorprende, todo le gusta, todo le llama la atención y


su curiosidad la lleva a buscar cosas nuevas.

Hay días que durante horas mira como los niños juegan en el patio de un colegio y
hasta se imagina chutando el balón.

Otros días se divierte viendo como las hojas secas viajan a toda velocidad por los
riachuelos y cómo los peces nadan graciosos.

Non, de noche, intenta contar las estrellas pero casi siempre se queda dormidita,
¡hay demasiadas!. Y también hay noches que contempla las pequeñas luces de la
ciudad.

Un día descubrió un libro lleno de dibujos y palabras que explicaban historias


maravillosas, era un libro de cuentos. Poco a poco va descubriendo cosas que
desconoce.

Y otro día descubrió que el agua que cae del cielo, el granizo y la nieve salen de
dentro de ella y eso le hizo muchas cosquillas. Aunque un día de mucho frío se le
congeló la nariz.

Non está llena de curiosidad por todo y parece de algodón, de un algodón azulado
y suave.

Jardín
Lajas de piedra verde-azul marcaban un camino
serpenteado que recorría todo el jardín. Cada día
nacían en el más corazones y todos eran de
diferentes formas: redondos, afilados, unos con
capacidad para flores, otros para espigas, unos más
altos, esbeltos, pequeños, ovalados. Era una vasta
dimensión la del jardín y otra la forma en que la vida
aquí interactuaba: había el ronroneo de tallos
enredándose unos con otros, hojas nervadas en forma de filigrana, creciendo y
amamantando con su extendida sombra a otros corazones vivos como ellas;
musgos verdes sedando la aspereza de una roca, hormigas viviendo bajo esa
roca, bebiendo de la humedad del musgo.

Las historias del jardin, amarillas de polen, volaban de un lado a otro con el aire y
también en las alas de mariposas delgadas o en abejas tozudas y disciplinadas
como sus simétricas rayas.

Y en tiempos de amor, unas mariposas preferían flores a otras mariposas de su


misma raza y ciertas flores se abrían más cuando ellas llegaban, las esperaban
con el olor dulzón salpicado en los pétalos y la mariposa de ala prístina se posaba
cautelosa, besaba a la flor que se arqueaba girando en su propio tallo,
ligera.ruboroza.

Campo de flor
Campo Flor es un pequeño pueblo en medio de un
tranquilo valle. Tiene las paredes blancas y los
techos rojos y sus ventanas siempre están abiertas
para que entre el aire.

Alrededor hay un bosque tan viejo que tiene barbas


y unas montañas grandes como gigantes, que
meten sus cabezas en las nubes para refrescarse.
Los ríos bajan por el cuerpo de las lomas tan
veloces, que los peces saltan las piedras para no
golpearse, formando un arcoiris en el aire.

Los vecinos de Campo Flor, que velan por la salud del valle, abren las puertas del
pueblo el último día de primavera para que las personas de todo el mundo pasen.

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