Sztompka
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Sztompka
Desde fines del siglo XVIII se ha ido expandiendo gradualmente la conciencia de que se
está viviendo una época distinta, radicalmente diferente a cualquier época anterior. Se ha
utilizado el concepto de modernidad para designar esa época, y el adjetivo de moderno para
señalar aquellos rasgos específicos y novedosos que la caracterizan.
¿Cuándo comenzó la modernidad, y cuáles son sus rasgos característicos? Sobre ambas
cuestiones no existe una sola opinión entre los pensadores que, desde fines del siglo XVIII, se han
ocupado de este tema. Pese a ello, existen un conjunto de elementos que son comunes en las
distintas reflexiones sobre la modernidad. Para algunos autores, la modernidad comenzó hacia el
siglo XVI, con la llegada de los europeos a América y los profundos cambios que esto comenzó a
operar en las sociedades europeas. Para otros, comienza a fines del siglo XVIII. Veamos el criterio
de dos autores; Giddens dice: “Como primera aproximación, diremos simplemente lo siguiente: la
modernidad refiere a los modos de vida social o de organización que surgieron en Europa
alrededor del siglo XVII en adelante y que posteriormente se hicieron más o menos universales en
su influencia” (Consecuencias de la modernidad). Para Krisham Kumar, la modernidad “tuvo lugar
entre el siglo XVI y el XVIII, y comenzó en los países noroccidentales de Europa % especialmente en
Inglaterra, los países bajos, el norte de Francia y el norte de Alemania”. (The Raise of Modern
Society,1198).
1. Crecimiento demográfico (para más detalles, ver: Susan George, El informe Lugano,
Ciencias Sociales, La Habana, 2002; p. 94-101, 111-121)
2. Urbanización.
3. Industrialización.
4. Auge de las comunicaciones.
5. Incremento de la movilidad social.
6. Expansión de la movilidad psíquica.
7. Desarrollo tecnológico sin precedentes.
8. Burocratización.
9. Aceleración y generalización del cambio social.
Sztompka señala lo que él considera las características generales de la modernidad:
1. Individualismo.
2. Diferenciación.
3. Principio de la racionalidad.
4. Economicismo
5. Expansión
Estas nuevas características tuvieron hondas repercusiones en diversas áreas de la vida social:
En la economía:
En la estructura de clase:
En lo político:
1. Papel creciente del Estado, que toma nuevas funciones al regular y coordinar la
producción, redistribuyendo la riqueza, protegiendo la soberanía económica
y estimulando la expansión en mercados exteriores.
2. Difusión del imperio de la ley, que obliga tanto al Estado como a los ciudadanos.
3. Creciente inclusividad de la ciudadanía, que proporciona categorías sociales más amplias
con los derechos políticos y civiles.
4. Extensión de la organización burocrática racional, impersonal, como sistema dominante
de gestión y administración en todas las áreas de la vida social.
En la cultura:
1. Secularización.
2. Centralidad del papel de la ciencia.
3. Democratización de la educación.
4. Aparición de la cultura de masas.
En la vida cotidiana:
La personalidad moderna.
Modernidad y modernización
Las teorías sobre la modernización tenían como objetivo primordial el de llevar a cabo en
pocos años, en los países atrasados, cambios sociales de la tradición a la modernidad que en el
mundo occidental habían tardado varios siglos en producirse. Estas teorías operaban con una
imagen idealizada de las sociedades capitalistas occidentales. En esencia, se reducía el término
“modernización” a los procesos de industrialización y urbanización. El concepto de modernización,
en este contexto, y a diferencia del de “cambio social”, lleva implícita la idea de superioridad de un
modelo social específico (en este caso el de las sociedades capitalistas occidentales) sobre
cualquier. El supuesto estatuto superior de estas sociedades no está basado en criterios morales,
sino manifiestamente instrumentales. La idea de modernización trata de evitar las claras
connotaciones éticas presentes en la idea de progreso.
Se puede distinguir entre las teorías “liberales” sobre la modernización y las teorías
marxistas críticas sobre la misma. De importancia son las concepciones expresadas por Ernest
Mandel, Samir Amin y su teoría del intercambio desigual, y las teorías de la dependencia, iniciadas
en la obra de André Gonder Frank y en la de Fernando Henríquez Cardoso y Enzo Faletto. También
es de gran importancia la idea de Emmanuel Wallerstein sobre el sistema económico mundial.