Seminario N
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1. SÍNTOMAS Y SÍNDROMES
SINDROME DE DOWN
Una cara plana con una inclinación hacia arriba de los ojos, el cuello corto y las
orejas de forma anormal
Una profunda arruga en la palma de la mano
Las manchas blancas en el iris del ojo
Malo tono muscular, los ligamentos sueltos
Pequeñas manos y pie
HIPERTIROIDISMO
Pérdida de peso y diarreas
hiperactividad
Insomnio
Aumento palpitaciones ( taquicardia)
Nerviosismo excesivo
Cansancio inexplicable
Sudoración fácil, mala tolerancia al calor
Temblor de manos
HIPERTRANSAMINASEMIA relacionada a hipertiroidismo podría deberse a
hipermetabolismo
2) ETIOLOGÍA
SINDROME DE DOWN
Un óvulo fertilizado normalmente tiene 23 pares de cromosomas. Sin embargo, la
mayoría de las personas con síndrome de Down tienen una copia adicional (o
tercera) del cromosoma 21. Teniendo esta copia extra del cromosoma 21 cambia
el cuerpo y el desarrollo normal del cerebro.
3) PATOGÉNESIS
HIPERTIROIDISMO
Los pacientes pueden desarrollar hipertiroidismo debido a un aumento de la
síntesis y la secreción de hormonas tiroideas (tiroxina [T 4] y triyodotironina [T3]) en
la glándula tiroides como resultado de la presencia de estimuladores de la tiroides
en la sangre o de una hiperfunción tiroidea autónoma. Este trastorno también
puede deberse a una secreción excesiva de hormona tiroidea de la tiroides sin
aumento de su síntesis , que suele ser secundaria a los cambios destructivos
observados en varios tipos de tiroiditis. Los diversos síndromes clínicos también
causan hipertiroidismo.
SINDROME DE DOWN
en el síndrome de Down, el mosaicismo se debe presumiblemente a la falta de
disyunción (cuando los cromosomas no pasan a células separadas) durante la
división celular en el embrión. Las personas con síndrome de Down mosaico
tienen dos líneas celulares, una con 46 cromosomas y una con 47. Es probable
que el pronóstico de inteligencia y el riesgo de complicaciones médicas dependa
de la proporción de células con trisomía 21 en los distintos tejidos, incluido el
encéfalo. Sin embargo, en la práctica, el riesgo no puede predecirse porque no es
factible determinar el cariotipo en cada célula en el cuerpo. Algunas personas con
síndrome de Down mosaico tienen signos clínicos muy sutiles y pueden tener una
inteligencia normal; sin embargo, incluso las personas que no tienen mosaicismo
detectable pueden tener signos muy variables. Si uno de los progenitores tiene
mosaicismo para trisomía 21 en la línea germinativa, hay un mayor riesgo de un
segundo hijo afectado.
Introducción
Dentro de las patologías autoinmunes que exhiben los niños con trisomía 21, se
encuentra la diabetes mellitus tipo 1 (DM1), que generalmente en ellos se
diagnostica a una edad más precoz6 e incluso presentan anticuerpos antiislotes en
mayor proporción comparado con controles, antes de desarrollar la DM17. Estos
niños también presentan una mayor frecuencia de enfermedad celíaca, alopecia y
desarrollo precoz de enfermedad de Alzheimer8.
Con respecto a la función tiroidea en este grupo de niños, se ha descrito una alta
incidencia de alteraciones, entre las cuales predomina el hipotiroidismo. Los niños
con trisomía 21 presentan una frecuencia de hipotiroidismo con-génito entre 28 y
30 veces mayor que los recién nacidos sanos9. Asimismo, muchos de estos
pacientes presentan niveles elevados de TSH, con niveles normales de T3 y T4;
esta condición se denomina hipotiroidismo congénito compensado subclínico,
probablemente secundario a una inmadurez en el eje hipotálamo-hipófisis-
tiroides10. Dentro de las causas de hipotiroidismo a edades posteriores, destaca el
hipotiroidismo subclínico (25-30% de los pacientes), que puede hacerse manifiesto
más tarde y en forma especial, aquel de origen autoinmune 11. En la vida adulta, el
hipotiroidismo puede alcanzar una prevalencia de hasta un 54%12.
Caso clínico
El cuadro se inició a los 9,4 años de edad, caracterizado por deposiciones líquidas
5-6 veces al día, hiperactividad, alteración del ritmo de sueño y pérdida de peso
aproximada de 7 kg en 5 meses, con apetito conservado. Se hospitalizó para
estudio debido a la persistencia de la diarrea, y en ese momento se pesquisan
cifras tensionales elevadas (PAM 69-83), con frecuencias cardíacas que oscilaban
entre 91-148 latidos/minuto, afebril. En el perfil bioquímico aparece SGOT 63 U/1,
SGPT 97 U/1 y FA 214 U/1. Se realizó ECG que informó taquicardia sinusal.
Dentro del estudio etiológico del cuadro diarreico, se realizan coprocultivo y
examen parasitológico que resultaron negativos.
La paciente se dio de alta sin etiología clara del cuadro y se derivó a policlínico de
gastroenterología donde se objetivó baja de peso (figura 1), y se evaluó el
resultado de la función tiroidea (solicitada para su control anual en endocrino)
compatible con hipertiroidismo: TSH < 0,1 uUI/ mi, T3 482 ng/dl, T4 total 15,4
ug/dl. Se deriva a endocrinología para su manejo y dentro del estudio
complementario se realiza una ecografía tiroidea en la que se describe bocio
difuso, con aumento importante de la vascularización. Se miden niveles de
anticuerpos anti-receptor de TSH (TRAb) que fueron 90,7%, anticuerpos
antimicrosomales 1:200 y anti-tiroglobulina, que fueron negativos (tabla 1). Al
examen físico destacaba bocio palpable firme (aumento de tamaño 2-3 veces),
taquicardia entre 90-100 latidos/minuto, sin exoftalmo ni temblor fino. Destacaba
en la paciente una gran hiperactividad y sudoración de manos. En ese momento
se inició terapia con propiltiouracilo 10 mg/kg/día y propanolol 1,3 mg/kg/día. A las
3 semanas de iniciado el tratamiento, la paciente presentaba menor hiperactividad
y deposiciones normales 1-2 veces/día.
A las 6 semanas de terapia con propiltiouracilo, los niveles de T3, T4 y
transaminasas eran normales, sin evidencias de efectos adversos asociados al
tratamiento. La madre refiere que la paciente duerme tranquila toda la noche, se
alimenta con buen apetito, ha recuperado peso, sus deposiciones son de
consistencia normal y la hiperactividad ha disminuido en forma significativa. En la
tabla 1 se puede observar la evolución de los exámenes de laboratorio. Al examen
físico el bocio ha disminuido de tamaño, no presenta taquicardia ni sudoración
aumentada.
Discusión
Se presenta este caso clínico, dada la asociación poco habitual del síndrome de
Down con hipertiroidismo. Sin embargo, debido a la elevada frecuencia de
patología autoinmune en este grupo de pacientes, no sorprende que puedan
presentar hipertiroidismo. Se ha asociado la enfermedad de Graves y el síndrome
de Down con HLA BW46, siendo este genotipo poco constante en este grupo de
pacientes13.
Si bien esta paciente presentaba niveles muy elevados de TRAb, los anticuerpos
antimicrosomales también eran positivos, lo que no nos permite descartar que este
cuadro corresponda a una hashitoxicosis y no a una enfermedad de Graves. Antes
de iniciar el tratamiento, no fue posible hacer un examen de captación de yodo, el
que nos habría permitido apoyar con mayor certeza uno u otro diagnóstico.
Dado que una adecuada función tiroidea tiene gran importancia en el desarrollo
antropométrico y psicomotor de los niños con trisomía 21, se hace necesario
sugerir el control en forma anual en aquellos con buena evolución de su curva de
crecimiento y de su desarrollo psicomotor, sin olvidar que este grupo de pacientes
por la mayor frecuencia de patologías autoinmunes que presentan, pueden
desarrollar hipertiroidismo.
SEMINARIO N° 4