Bioética y Trabajo
Bioética y Trabajo
Bioética y Trabajo
ESCUELA DE MEDICINA
ASIGNATURA: BIOETICA
CARPETA DE TRABAJO
INTEGRANTES:
WALTER ZAMBRANO
SAMANTA RIOS
PABLO VILLACIS
MARIÁN PAREDES
MELINA GUAILLAS
GRUPO: 11
CUARTO SEMESTRE
PERÍODO LECTIVO 2018-2019 CI
GUAYAQUIL – ECUADOR
ETICA Y TRABAJO
En muchas ocasiones han surgido las incógnitas ¿De qué manera se tiene éxito profesional?
¿Cómo se logra el éxito económico y social? ¿De qué manera se pueden conjugar los éxitos
personales sin comprometer la conciencia y dignidad humanas? ¿Qué valores rigen las acciones
propias? Las respuestas han llevado al hombre a reflexionar sobre los derechos y obligaciones
derivadas del ejercicio de la profesión, pues todo esto tiene relación a la ética con el trabajo;
pues bien recordemos que la ética profesional es el estudio de los valores inherente al ejercicio
de una profesión y que emanan de las relaciones que se establecen entre el profesional y la
sociedad.
El profesional debe tener una fundamentación ética de sus actos. Debe reconocer aquellos que
en sí mismos son reprobables, que atentan contra la dignidad humana y que no existe
justificante alguna para su realización, que lo alejan de la búsqueda del bien común.
En su tránsito por la vida se espera que el profesional busque el desarrollo de estas virtudes que
le van a conferir su realización como persona. En el desarrollo de ellas confluyen la familia,
la escuela y la comunidad en general.
Sin embargo, tener conciencia de ellas no es necesariamente un hecho que suele ocurrir, por lo
cual se debe reflexionar en éstas y buscar su desarrollo.
En ocasiones se hace referencia a la ética profesional sólo como una serie de principios o
códigos de acuerdo con los cuales debe vivir y realizarse el individuo, las cuales establecen el
tipo de relación entre el profesional y la sociedad. Sin embargo, aun cuando en cada profesión
las normas ayudan a regular las relaciones entre los demás miembros de esa especialidad, la
ética profesional no se limita a la elaboración de códigos.
Así, el análisis de los deberes que tiene un profesional obliga a un estudio serio y sistemático
de las actividades peculiares de cada profesión.
En la ética profesional vemos que hay varios aspectos impotentes a tomar en cuenta: la
formación profesional, la cual se determina por lo que nosotros vamos aprendiendo durante
toda nuestra vida en la sociedad y que nos va forjando; el carácter profesional el cual nos
moldea en nuestra profesión y nos va a dar la diferencia entre la perfección y la mediocridad;
la vocación la cual es como las destrezas y/o habilidades que la persona tiene hacia determinada
profesión; la orientación profesional es la más importante ya que el problema en muchos casos
no sería la vocación sino la orientación que la persona ha tenido para escoger adecuadamente
su profesión.
Deberá comprender que su responsabilidad en la consecución del bien común es mucho mayor
que la del ciudadano común y corriente, ya que cuenta con el conocimiento que ha recibido a
través de su formación que lo compromete, por ser además depositario de la confianza de la
sociedad, la misma que espera del profesional, no sólo los servicios para los cuales lo formó,
sino que se convierta en la vanguardia de la cultura, “espera un compromiso de carácter moral”.
De lo anterior se desprende que el profesional debe tener una capacidad moral que es su valor
como persona, lo cual da dignidad, seriedad y nobleza a su trabajo.
La capacidad moral es la trascendentalidad del profesional; esto es, su aptitud para abarcar y
traspasar su esfera profesional en un horizonte mucho más amplio, que le hace valer como
persona fuera y dentro de su trabajo. Es decir, el profesional además debe formarse en sentido
ético, o sea, desarrollar aquellos valores que le permitan ejercer su profesión dignamente para
llegar a ser una persona íntegra.
La relación entre la ética y el trabajo es íntima, donde se conjugan valores como el tesón,
responsabilidad, respeto, autonomía, beneficencia, entre otros; se trata de establecer conciencia
de responsabilidad en la ejecución de la profesión, mediante los valores que posee cada
persona.
Nadie se toma en serio, de que la palabra Ética proviene del griego “Ethos”, que quiere decir
comportamiento. Es así como la ética del trabajo juzga más bien una conducta que un modo de
pensar. La ética profesional pretende regular las actividades que se realizan en el marco de una
profesión; sugiere aquello que es deseable y condena lo que no debe hacerse. Hoy en día la
sociedad exige que nuestras actividades diarias tengan como directriz principal la moral y la
ética.
La ética es una guía para la conducta humana que proporciona un criterio para orientar nuestros
actos en una línea valiosa. La cuestión de la ética es la parte axiológica dado que todos los
problemas giran alrededor de la bondad moral. Es normativo porque, aunque no elabore
normas, sin embargo, sus conclusiones se aplican como criterios y fundamentos para que otras
áreas puedan formular sus normas.
La vocación como la inclinación natural de una persona por la profesión, realidad compleja
que le permite al individuo, a través de su parte laboral lograr la plenitud como persona, hace
factible que las personas seleccionen la profesión adecuada y en esta forma desarrollen
óptimamente las funciones que competen a esta profesión.
Actuar con integridad supone un comportamiento leal frente a las obligaciones y tareas que se
deben emprender, en el marco de la confianza depositada al empleado. Cuando una empresa o
individuo tiene un comportamiento ético genera confianza en los que lo rodean.
El concepto de ética profesional se aplica a todas las situaciones en las cuales el desempeño
profesional debe seguir un sistema tanto implícito como explícito de reglas morales de diferente
tipo. La ética profesional puede variar en términos específicos con cada profesión, dependiendo
del tipo de acción que se lleve adelante y de las actividades a desarrollar. Sin embargo, hay un
conjunto de normas de ética profesional que se pueden aplicar a grandes rasgos a todas o a
muchas de las profesiones actuales. La ética profesional también puede ser conocida como
deontología profesional.
En la ética profesional hay varios aspectos en los cuales hay que tomar en cuenta: la formación
profesional , la cual dice que es lo que se irá aprendiendo durante toda la vida en la sociedad y
que va forjando; luego está el carácter profesional la cual moldea a la persona en su profesión
y nos dará la diferencia entre la perfección y la mediocridad, luego aparece la vocación, y son
las destrezas y/o habilidades que la persona tiene hacia determinada profesión para lo cual es
importante pero no determinante al momento de verlo desde el punto de vista de la ética, hace
más difícil el aprendizaje en la persona; la orientación profesional es la importante, ya que el
problema en muchos casos no sería la vocación, sino la orientación que la persona ha tenido
en la profesión que ha escogido; “costumbre” es el marco de referencia de la persona, además
de su código de ética, la cual depende de la sociedad en la que se está viviendo y la época; la
responsabilidad y libertad es cuando el sujeto es consciente de sus actos y puede tomar
decisiones concretas, la libertad lleva a la responsabilidad de elección, acto voluntario, como
liberación frente a algo, como realización de una necesidad. Por lo tanto, la ética profesional
se rige, al igual que la ética, por los parámetros entre lo “que se debe y lo que no se debe hacer”,
es esa línea en la que muchos profesionales juegan y seducen como si fuese parte del
“profesionalismo” el rozar la inmoralidad abalado quizá por algunas leyes o “requisitos
laborales”. Si se mira bien lo que es el profesionalismo, si se analiza por un instante lo que
realmente se requiere para ser un buen profesional y servir de algo dentro de esta cada vez más
amoral sociedad, la definición de un “exitoso profesional” cambiaría, de un poco ético
empresario a un ético y profesional trabajador.
Todos estos principios, y otros, están establecidos a modo de asegurar que un profesional (ya
sea abogado, médico, docente o empresario) desempeñe su actividad coherente y sensatamente.
En algunos casos, la ética profesional tiene que ver con acciones específicas de cada profesión.
En este sentido, un abogado, un psicólogo o un médico tienen como valores de ética profesional
la confidencialidad de la información recibida, la eficiencia ya que en algunos casos se trata de
situaciones que implican riesgo de vida, etc. Cuando un profesional no cumple de manera
evidente con las reglas de ética profesional, es punible de altos castigos o sanciones ya sea por
parte de sus clientes o pacientes como también por parte de sus superiores, cualesquiera estos
sean dependiendo del tipo de profesión o actividad de la que se hable.
PRINCIPIOS Y CRITERIOS
Los comportamientos éticos y morales se juzgan sobre la evaluación de los actos con respecto
al ideario personal, habiendo sido éste construido en la mente por una selección de juicios
constituidos como principios o criterios directores del propio comportamiento. En gran medida,
la capacidad ética de la conciencia de cada persona está ligada a la constitución de fundamentos
para enjuiciar y al hábito para someter los propios actos a ese control.
Todas las personas tienen en su mente algún ideal rector con el que evalúan las acciones propias
y extrañas, pero el mismo puede estar más o menos desarrollado en función de la experiencia
y la aplicación del conocimiento. Desde el principio genérico de hacer al bien y evitar el mal,
hasta sopesar cuánto de lo propio se debe compartir por solidaridad con otras personas, existe
una enorme capacidad de afinamiento de la conciencia que mueva a obrar de una u otra manera
y procurando un fin concreto y determinado. Pero el verdadero comportamiento ético no sólo
se sigue de una conciencia bien informada sobre el bien, sino del hábito para su ejercicio;
porque es compatible ser un erudito sobre las exigencias éticas de la existencia y llevar una
vida relajada en la aplicación de ese ideario.
Una conciencia ética se fundamenta en unos principios que se constituyen desde los juicios
más profundos en los que se consideran que las condiciones de verdad son evidentes. Se tienen
por juicios universales y permanentes y por ello se denominan principios, ya que cualquier otro
juicio debe ser coherente con estos primeros. Entre estos el más elemental es: hacer el bien,
fundamento de toda ética, pero también: el respeto a todo ser humano como sujeto de derecho
del bien, el derecho universal a la supervivencia, el derecho a la integridad física, la
supeditación a la verdad, etc. Todos estos principios cada persona los puede tener arraigados o
no en su mentalidad, porque por mucho que se consideren universales sólo lo son en la realidad
por su enraizamiento en la mente particular de cada individuo. En el entorno social, por la
educación y la cultura se cultivan esos principios rectores éticos, pero la consolidación real de
los mismos sólo proviene de la afirmación intelectual de cada ser humano que los hace suyos
constituyendo su conciencia personal.
En consonancia y sintonía con los principios se desarrollan los criterios, que son aplicaciones
puntuales a las circunstancias concretas del obrar humano. Los criterios se informan como
hábitos y se verifican con la auténtica aplicación de los principios a las obras humanas. Los
criterios responden más al cómo que al qué del juicio ético, porque el bien debido ha de
plasmarse en el bien conseguido, y ello se logra del buen criterio en los actos que llevan a buen
término la intención ética de la conciencia.
Se suele afirmar que los principios éticos son invariables en la conciencia de la persona
humana, pero ello sólo puede considerarse cierto desde el análisis de los contenidos de verdad
que esos principios encierran. Los principios, puesto que son personales ya que la conciencia
es individual, han de considerarse siempre como perfeccionables en su entendimiento y
estructuración mental. Con el tiempo, por el desarrollo intelectual, se consolidan nuevos
principios, y se reformulan o perfeccionan los anteriores que regían la conciencia, sobre todo
en la subordinación de valores que establecen las prioridades éticas de la conciencia.
Los criterios éticos suelen sufrir bastante alteración en la vida de cada persona, y aunque
normalmente se aduce como justificación los cambios de las circunstancias en que se vive, lo
real es que se cambia porque varía el juicio práctico con el enriquecimiento de la experiencia.
Si bien los criterios siempre se encuentran informados por los principios, aquéllos colaboran
en el perfeccionamiento de éstos por la verificación de las condiciones de verdad que se
producen en la aplicación práctica de la ética en la vida real.
La ética y comportamiento en el lugar de trabajo tienen una importancia crucial, ya que ambos
son aspectos que pueden ayudar a una empresa en sus esfuerzos para ser rentable. Todas las
empresas especifican lo que es un comportamiento aceptable y qué no lo es, al contratar a un
empleado. Muchos incluso resumen la conducta que se espera en las descripciones de los
puestos de trabajo o durante el proceso de entrevista. Las pautas de comportamiento suelen
abordar temas tales como ropa de trabajo, el acoso y el lenguaje. Los trabajadores que no
cumplan con los códigos de conducta pueden recibir advertencias verbales y escritas, y en
última instancia, ser despedidos.
Integridad
Un componente clave de la ética y la conducta del trabajo es la integridad, o ser honesto y hacer
lo correcto en todo momento. Por ejemplo, los empleados de salud que trabajan con enfermos
mentales o con discapacidades físicas deben poseer un alto grado de integridad, como los que
manejan y trabajan principalmente con el dinero. Los trabajadores con integridad también
evitan chismes y husmear mientras realizan su trabajo.
Responsabilidad
Asumir la responsabilidad de tus acciones es otro factor importante cuando se trata de la ética
de trabajo y tu comportamiento. Esto significa aparecer en días de trabajo programados, así
como llegar a tiempo y poner un esfuerzo honesto. Los trabajadores que exhiben
responsabilidad son honestos cuando las cosas van mal, y trabajan hacia una resolución sin
dejar de ser profesionales todo el tiempo.
Trabajo en equipo
Un aspecto vital del lugar de trabajo es trabajar bien con los demás. Eso incluye a todos, desde
los compañeros a los supervisores y a los clientes. Si bien no siempre todos los empleados se
van a llevar bien con los otros, es necesario dejar de lado sus diferencias personales e incluso
las relacionadas con el trabajo para llegar a una meta mayor. En muchos casos, aquellos que
no se consideran "jugadores de equipo" pueden hacer frente a la degradación o incluso el
despido. Por otro lado, los que trabajan bien con los demás a menudo pueden avanzar en ese
aspecto por sí mismos, haciendo que el rendimiento del trabajo en equipo incluso prevalezca.
Compromiso
Las directrices de ética y conducta en el lugar de trabajo suelen colocar una gran cantidad de
importancia a la dedicación. A pesar de que poseer las habilidades necesarias es esencial, una
fuerte ética de trabajo y actitud positiva hacia el trabajo pueden llevar un largo camino. Una
persona hábil pierde gran parte de su valor como profesional si, a pesar de tener grandes
capacidades, es incapaz de comprometerse seriamente a cumplir con su trabajo y las reglas de
comportamiento en este. Además, la dedicación es a menudo vista en el mundo de los negocios
como "contagiosa", es decir los empleados que dan un gran esfuerzo a menudo pueden inspirar
a sus compañeros de trabajo a hacer lo mismo, potenciando la motivación y, por tanto,
aumentando la productividad de estos.
VENTAJAS DE TRABAJAR CON ÉTICA.
Una de las ventajas de contar con un código de ética es que cuando llega el momento de tomar
una decisión, existe un marco al cual referirse.
La mayor parte de las decisiones empresariales tienen un elemento ético, por lo tanto, los
Gerentes y Directivos deben incluir a la ética para entender a las organizaciones. Muchas de
las compañías que están tratando de institucionalizar las políticas éticas han creado
organizaciones específicas para aplicar estas políticas.
La ética en los asuntos sociales suele dar origen a un debate constante entre las grandes
instituciones que compiten. La ética representa el estudio de la forma en que nuestras
decisiones afectan a los demás.
Los códigos de ética, que fueron cosa rara en la década anterior, ahora son cada vez más
frecuentes en todas las organizaciones ya sean públicas o privadas, medianas o grandes,
buscando no solo la excelencia en las relaciones empresariales como en sus decisiones, sino la
satisfacción de promover buenas relaciones internas con responsabilidad, valores y
transparencia.
Muchas compañías piensan que los códigos de ética advierten a los colaboradores o empleados
que las decisiones empresariales deben toman en cuenta consideraciones éticas y económicas.
James Watts
• Los miembros más afortunados de la sociedad deben ayudar a los menos afortunados.
• Los gerentes tratan de aplicar los principios del contrato social en sus procesos para
tomar decisiones y en las políticas de sus empresas.