La Motivación Humana
La Motivación Humana
La Motivación Humana
«Tenemos que atrevernos a responder con una sola voz a los desafíos del
nuevo milenio y a buscar el modo de crear un futuro basado en la
cooperación, la paz y la igualdad. Tenemos que perder el miedo a rehacer
nuestro mundo»
NELSON MANDELA
«Hazte lo que eres»
Pindaro
«Lo misión de la ciencia no es convencer a la gente para que haga algo sino,
decirles qué les va a pasar si lo hacen de determinada manera; Yo a veces le digo
a alguno: mira, si no lo haces, yo como amigo sufriré por lo que te va a ocurrir,
que lo veo venir; pero como científico me quedaré contento porque he
verificado mis teorías.
Juan Antonio Pérez López
Las dos dimensiones de la motivación
Aprender a pensar
1. Detectar el problema
2. Discernir a quien le compete ocuparse del problema
3. Generar planes de acción factibles
4. Generar criterios de evaluación
5. Decisión y acción
Ésta es, por ejemplo, la situación de -un inversionista que ha-de elegir en
cuál de- dos
distintos negocios invertir, teniendo ambas opciones el mismo valor de
consistencia. El
problema se reduce a estimar cunde las dos opciones resulta más eficaz.
En este caso se tratará de calcular por ejemplo, el VAN y el TIR de
cada. oportunidad de inversión y lo lógico será elegir aquella que
promete mayor rentabilidad. En el mismo tipo de conflicto se halla
un trabajador que está dudando entre ir a trabajar, para que no le
descuenten el sueldo y lo sancionen, o plegarse a la huelga para no sufrir
agresión por parte de un piquete huelguista violento. Si su jefe quiere
ayudarlo, lo lógico es que lo proteja ante la amenaza de agresión.
Cómo motivar
El mando
Suele decirse que mandar es lograr que otro u otros hagan lo que yo
quiero. Para ser eficaz, esta premisa requiere de mucho control,
tanto más, cuanto más sofisticado o complejo sea lo que yo quiero
como directivo.
Para que los colaboradores puedan querer lo que el jefe quiere, han de
darse dos condiciones:
La persona sólo puede vivir de modo pacífico consigo misma cuando actúa de acuerdo a lo que
considera conveniente, o cuando se esfuerza reiterada y pacientemente por lograrlo, sin
desanimarse ante los-fracasos, como los buenos deportistas que intentan una y otra vez hasta
alcanzar el éxito. En esta tarea ayuda también el sentido del humor: hay que aprender a "miele de
uno mismo", a no tomarse exageradamente en serio. Si el esfuerzo decae, cl peligro de
racionalización aumenta y se comienza a forzar la realidad hasta ver corno conveniente aquello
que no lo es. Dice el refrán: "el que no vive come piensa, termina pensando cómo vive".