Procesos Cognitivos
Procesos Cognitivos
Procesos Cognitivos
Son los procedimientos encargados de procesar toda la información que recibimos del
ambiente. Gracias a ellos tiene lugar la cognición, que nos posibilita conocer el mundo.
De hecho, las técnicas de neuroimagen resultan una gran ayuda a la hora de indagar en cómo
procesamos la información. Podemos confiar en que presenciaremos grandes avances en la
comprensión de los procesos cognitivos. En este artículo profundizaremos en ellos de forma que
sepas cómo influyen en diversos contextos como tu vida cotidiana.
Continuamente percibimos diferentes eventos, a menudo sin realizar ningún esfuerzo. Somos
conscientes del movimiento de las personas que nos rodean, los mensajes que nos envían al
móvil, los sabores de los alimentos que comemos, la disposición de los muebles de una
habitación, nuestras posturas corporales, etc. Nuestras experiencias previas son elementales a
la hora de otorgar significado a estos estímulos.
Afortunadamente, logramos automatizar ciertos procesos que hemos repetido varias veces. Por
ejemplo, a pesar del gran esfuerzo que cuesta coordinar todas las tareas que requiere conducir
al principio, posteriormente se consigue de una forma infinitamente más fluida y sencilla.
Memoria
¿Cuál es la capital de Francia? ¿Quién fue tu mejor amigo en el colegio? ¿Cómo se toca la flauta?
Nuestra memoria tiene las respuestas para estas cuestiones y para un sinfín de preguntas más.
Nos permite codificar los datos que recibimos del ambiente, consolidarlos y recuperarlos
posteriormente.
Tenemos diversos tipos de memoria; como la memoria sensorial, la memoria a corto plazo, la
memoria de trabajo, la memoria semántica, la memoria autobiográfica, etc. Estas clases
interactúan entre ellas, pero no todas dependen de las mismas partes del cerebro. Una muestra
de esto son las personas que padecen amnesia y pueden recordar cómo caminar pero no quién
es su pareja.
Existen ciertas características más habituales en las personas inteligentes. Sin embargo,
podemos poner en práctica estrategias para desarrollar nuestra inteligencia. Este proceso
mental superior no es estático y no puede limitarse a un número obtenido en un test para medir
nuestro cociente intelectual.
Pensamiento
La complejidad y heterogeneidad de nuestros pensamientos resulta fascinante. Este proceso
mental superior se encarga de tareas relativas a la resolución de problemas, el razonamiento, la
toma de decisiones, el pensamiento creativo, el pensamiento divergente, etc.
Para simplificar estas funciones, nuestro cerebro tiende a crear conceptos. Necesitamos agrupar
ideas, objetos, personas o cualquier otra clase de elementos que se nos ocurra. Generalmente
esto nos ayuda a agilizar nuestros procesos mentales. No obstante, intentamos ser lógicos y a
menudo ignoramos lo irracionales que somos.
Utilizamos atajos para no analizar toda la información y pensar rápidamente. Esto nos conduce
a cometer sesgos cognitivos, que son desviaciones del proceso normal de razonamiento. Por
ejemplo, a veces creemos que somos capaces de averiguar lo que va a suceder en un juego de
azar.
De hecho, incluso en ocasiones los sesgos cognitivos dan lugar a las distorsiones cognitivas, que
son pensamientos extremadamente negativos e irracionales como “todo el mundo me odia”.
No obstante, nosotros mismos podemos detener nuestros pensamientos obsesivos.
Lenguaje
Asombrosamente, somos capaces de producir y comprender diversos sonidos y palabras,
combinar un sinfín de letras y frases, expresar con precisión lo que deseamos comunicar, etc.
Asimismo, acompañamos nuestras palabras de nuestro lenguaje corporal. Incluso podemos
dominar más de un idioma.
El desarrollo del lenguaje se produce a lo largo de todo nuestro ciclo vital. Las competencias
comunicativas de cada persona varían notablemente y se pueden mejorar practicando.
Algunos trastornos del lenguaje dificultan especialmente la comunicación por diferentes causas,
aunque también es posible ayudar a las personas con estos problemas.