1) El Imperio Griego hizo que su lengua fuera dominante en el mundo antiguo, incluso entre los judíos que adoptaron el griego koiné. 2) Alrededor del 250 a.C., setenta y dos eruditos judíos tradujeron el Antiguo Testamento al griego en Alejandría, conocida como la Septuaginta. 3) La Septuaginta transliteró el nombre hebreo Yeshua como Iesous debido a las diferencias fonéticas entre los idiomas.
1) El Imperio Griego hizo que su lengua fuera dominante en el mundo antiguo, incluso entre los judíos que adoptaron el griego koiné. 2) Alrededor del 250 a.C., setenta y dos eruditos judíos tradujeron el Antiguo Testamento al griego en Alejandría, conocida como la Septuaginta. 3) La Septuaginta transliteró el nombre hebreo Yeshua como Iesous debido a las diferencias fonéticas entre los idiomas.
1) El Imperio Griego hizo que su lengua fuera dominante en el mundo antiguo, incluso entre los judíos que adoptaron el griego koiné. 2) Alrededor del 250 a.C., setenta y dos eruditos judíos tradujeron el Antiguo Testamento al griego en Alejandría, conocida como la Septuaginta. 3) La Septuaginta transliteró el nombre hebreo Yeshua como Iesous debido a las diferencias fonéticas entre los idiomas.
1) El Imperio Griego hizo que su lengua fuera dominante en el mundo antiguo, incluso entre los judíos que adoptaron el griego koiné. 2) Alrededor del 250 a.C., setenta y dos eruditos judíos tradujeron el Antiguo Testamento al griego en Alejandría, conocida como la Septuaginta. 3) La Septuaginta transliteró el nombre hebreo Yeshua como Iesous debido a las diferencias fonéticas entre los idiomas.
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La Forma Griega Iēsoũs
Al alcanzar la hegemonía, el Imperio Griego hizo que su
lengua fuera dominante en el mundo de aquel entonces. Incluso, muchos judíos que vivieron esparcidos entre los griegos, llegaron a usar principalmente el idioma griego koiné (o común) y algunos hasta perdieron el uso de la lengua hebrea. Estos judíos llegaron a ser conocidos como los “helenistas”. Esto hizo que ellos necesitaran una versión de sus Escrituras Sagradas (el Antiguo Testamento) en el idioma griego.
Alrededor del año 250 antes de Cristo, en Alejandría, Egipto,
setenta y dos eruditos judíos (seis de cada una de las tribus) a instancias de Ptolomeo Filadelfo, hicieron una traducción del Antiguo Testamento al griego. Esta traducción es conocida como La Septuaginta que significa “de los setenta”. Dicha versión frecuentemente se identifica por los números romanos LXX que también significan “setenta”. Esta traducción también permitió que muchas personas de aquel entonces se enteraran del mensaje de los Escritos Hebreos Sagrados.
Como vimos anteriormente, alrededor del quinto siglo antes
de Cristo, se usaron dos formas del mismo nombre hebreo: la forma completa Yehoshua y la forma corta Yeshua. Con el tiempo la forma corta llegó a ser más popular, y por eso los traductores de La Septuaginta presentaron en su versión griega a dicho nombre como Iesous (y no en una forma más larga como por ejemplo Iausous).
La razón para la transliteración del nombre
hebreo Yeshua a su forma griega Iesous, se explica así: [4]
El nombre hebreo Yeshua está representado por
cuatro letras, que serían: Y'-Sh-V-A (Yod-Shin-Vav-Ayin). La letra hebrea Yod (Y), tiene un sonido equivalente a “YE”. Como en el griego koiné no existía un sonido equivalente para esta letra, entonces la solución griega fue vincular a las letras griegas Iota y Eta para producir el sonido “IE” (que fue considerado lo más cercano posible al sonido hebreo que necesitaba representar. La letra hebrea Shin tiene un sonido como “Sh”, que es un sonido intermedio entre la “s” y la “ch” del español. Como este sonido no existía en el griego koiné, entonces la solución griega fue emplear el sonido más cercano posible, que correspondió a la letra griega Sigma (para producir el sonido “S”. La letra hebrea Vav tiene un sonido como “U”. El diptongo griego "" Omicrón-Ipsilón, es una coincidencia exacta (ya que tiene el mismo sonido). La letra hebrea Ayin tiene el sonido “A”. Si en el griego el nombre se hubiera dejado terminando en “A” (como en la forma hebrea), hubiera sonado como un nombre femenino. De acuerdo con las reglas de la gramática griega, los nombres masculinos nunca terminan en una vocal, y cuando lo hacen, el nombre siempre se debe cerrar con el sonido “S” siempre que sea posible. La solución griega fue ignorar el sonido final “A” y cerrar el nombre con el sonido “S”. Estos cuatro pasos produjeron la transliteración “Iesous” () que se pronuncia /I-E-SUS/.
Así que cuando el Mesías vino al mundo, hacía mucho
tiempo que ya se conocía la pronunciación griega Iesous que fue popularizada por La Septuaginta.
“Cuando Jesús nació [La Septuaginta] ya era ampliamente
conocida en el imperio romano. Así, las profecías del advenimiento de un Mesías se mantenían frescas en la mente de los judíos y de otros, como los magos de oriente que vinieron buscando al rey de los judíos, que ha nacido (Mat. 2:1,2). La Septuaginta era la versión que Pablo y los del mundo neotestamentario conocía y usaban. Muchas de las citas bíblicas que encontramos en el NT [Nuevo Testamento] son tomadas de la Septuaginta. Esa versión llegó a ser la base de comparación para las otras traducciones griegas que se han hecho de la Biblia. También esa fue una de las fuentes principales que Jerónimo usó para hacer su traducción de la Biblia al latín, versión que se conoce como la Vulgata”. [5]
Interlineal Hebreo/Espanol Del Nuevo Testamento En El Libro De Los Hechos, Las Epistolas Y Hasta Apocalipsis Con Clave De Pronunciacion Del Hebreo: Tomo 2