El Perfil de Un Discípulo

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1. ¿CÓMO VIVIR EN PERFECTA UNIDAD?

Leamos Juan 17 (CRG Versión Hebrea).

1 Estas cosas habló Yeshua, y levantando sus ojos al cielo, dijo: "Padre, la
hora ha llegado: Glorifica a tu Mashiaj para que tu Mashiaj pueda
glorificarte luego,
2 así como le diste autoridad sobre todos los hombres, para que les
imparta vida eterna a todos los que le has dado.
3 Y esta es la vida eterna: que tengan una relación íntima contigo, el único
Elohim verdadero y a Yeshua HaMashiaj, a quien enviaste.
4 Yo te glorifiqué en la tierra, concluyendo la misión que me
encomendaste hacer.
5 Y ahora Padre, glorifícame Tú, al lado Tuyo, con la gloria que tenía junto
a Ti antes de la creación de todas las cosas.
6 Yo revelé tu verdadera identidad a los hombres que de esta edad
presente me diste. Tuyos eran y me los diste, y han guardado Tu Torah.
7 Ahora han conocido que todas las cosas que me has dado, proceden de
Ti;
8 porque la torah oral que me diste, les he dado; y ellos la recibieron y
conocieron verdaderamente que salí de Ti, y creyeron que Tú me enviaste.
9 Yo ruego por ellos; no ruego ahora por esta generación, sino por los que
me has dado, pues son tuyos;
10 y todo lo mío es tuyo, y todo lo tuyo, mío; y he sido glorificado en ellos.
11 Y ya no estoy en este mundo, mas voy a Ti. Abba Kadosh, guárdalos por
tu propio honor, el cual me has dado, para que sean uno como nosotros.
12 Cuando estaba con ellos, yo los guardaba por la autoridad que me diste
y los cuidé, y ninguno de ellos se perdió, sino el hijo de perdición,
cumpliéndose así la Escritura.
13 Mas ahora voy a Ti; y hablo estas cosas en el mundo, para que tengan
mi simjah completa en ellos mismos.
14 Yo les he dado Tu torah oral, y esta generación los aborreció, pues no
pertenecen a ella, como tampoco yo pertenezco.
15 No ruego que los quites de en medio de ellos, sino que los guardes del
maligno.
16 No son de esta edad presente, como tampoco yo pertenezco a ella.
17 Santifícalos en la verdad, Tu Torah es la verdad.
18 Como me enviaste a esta edad presente, también yo los he enviado,
19 y por ellos yo me consagro a Tu Torah, para que también ellos sean
consagrados a Tu Torah.
20 Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de
creer con perfecta fe en mí, por la solemne declaración que de mí ellos
darán,
21 para que todos sean una unidad, como Tú, Padre en mí y yo en ti; que
también ellos sean una unidad perfecta con nosotros, para que esta edad
presente crea que tú me enviaste.
22 Y yo, bajo palabra, les he dado ya la gloria que me has dado, para que
vivan en perfecta unidad, como nosotros somos una unidad perfecta.
23 Yo en ellos y Tú en mí, para que sean perfeccionados en unidad, para
que esta edad presenta pueda comprender que Tú me enviaste y los
amaste a ellos tanto como a mí.
24 Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, también
ellos estén conmigo, para que contemplen mi gloria que me has dado, pues
me amaste desde antes de la creación de todas las cosas.
25 Abba Tzadik, ciertamente esta edad presente no ha tenido una relación
íntima contigo, mas yo la tuve, y éstos conocieron que Tú me enviaste.
26 Y les di a conocer quién eres tú realmente, y lo daré a conocer más aún,
para que el amor con que me amaste esté en ellos y yo en ellos.

¿QUÉ QUIERE DECIR EL MESÍAS CUANDO PIDE AL


PADRE QUE SEAMOS PERFECTOS EN UNIDAD?
La palabra “perfecto” aparece 42 veces en el Nuevo Testamento y
usualmente es traducida del griego “TELEIOS”. El diccionario Strong
lo define como “completo, crecido, de carácter mental y moral, de
edad madura.”

También parece unas 57 veces en el Antiguo Testamento y usualmente


es traducida de la palabra hebrea “TAMYM”, que el diccionario Strong
define como “entero, íntegro, verdadero, sin mancha, completo,
lleno, sincero, sano, sin tacha, recto, cabal, total.

TRADUCCIONES DE “TELEIOS” según la lexicografía griega:

Traído a su final, acabado, sin faltarle falta, madurez. Llevar a cabo


completamente. Alguien que ha llegado a la meta propuesta. Aquellos que
están plenamente crecidos…
“TELEIOS” también tiene un sentido físico, que describe un animal o una
persona que está completamente desarrollado y que ha alcanzado la altura del
desarrollo físico. También tiene un sentido mental. Describe una persona que
ha progresado más allá de la instrucción elemental y ahora es un estudiante
maduro.
NOTA: TELEIOS no significa perfecto en el sentido de impecabilidad, de no
estar equivocados o sin defecto.
Todos los cristianos estamos llamados a ser PERFECTOS, es decir, hijos de
Dios maduros y no simplemente niños tomando leche toda la vida. El creyente
no podrá heredar el reino si no es perfecto espiritualmente. Con esto no nos
referimos a estar sin errores, pues aún somos humanos y mortales. Pero sí
debemos ocuparnos de ser perfectos en la medida que nos demanda el
llamado de Dios, cumpliéndolo a plenitud, y extendiéndonos hasta la estatura
del Mesías. Él es el modelo perfecto de las virtudes morales y espirituales que
debemos imitar.

TEXTOS QUE HABLAN DE PERFECCIÓN (Hebreo TAMYM):


(Génesis 6:9 / 17:1 / Deuteronomio 18:13 Número 32:11 /
Proverbios 28:10 /

TEXTOS QUE HABLAN DE PERFECCIÓN (Griego TELEIOS):


Colosenses 4:12 / Hebreos 12:23 / Santiago 1:4. (Filipenses 3:15 /
Santiago 3:2). / Mateo 5:48)

Una persona con "corazón perfecto" era quien estaba completamente


dedicada al Eterno (1 de Reyes 8:61; 1 Crónicas 12:38; Isaías
38:3).

Así, Job fue llamado "perfecto" (Job 1:1, 8), a pesar de las debilidades
que reveló más tarde ante la adversidad (40:2-5; 42:2-6), mostrando
que su perfección era relativa y no absoluta.

En forma similar, de Noé también se dice que fue "perfecto" (Génesis


6:9) aunque más tarde sucumbió a la debilidad de la carne (9:21).

La perfección fue el ideal que Dios puso delante de Abrahám (Génesis


17:1).
En el Nuevo Testamento, la "PERFECCIÓN" consiste esencialmente en
la madurez frente a la inmadurez, así como los adultos difieren de los
niños y los jóvenes. Una persona madura es quien ha alcanzado los
límites normales de estatura, fuerza y capacidad mental. Este concepto
de madurez es claramente evidente en pasajes como 1 Corintios 2:6;
14:20; Efesios 4:13, 14; Filipenses 3:15; Hebreos 5:14.
Pablo habla de sí mismo y de los discípulos como ya perfectos (1
Corintios 2:6; Filipenses 3:15), pero casi al mismo tiempo muestra
que la perfección es todavía un blanco que está por delante (v 12).

El cristiano debe ser "perfecto" en su esfera limitada así como


Dios es "perfecto" en su plenitud infinita (Mateo 5:48).
De ese modo, un hombre puede ser perfecto ante el Señor pero hay
nuevas alturas a las que deberá aspirar siempre porque en esta vida
nunca alcanzaremos la perfección absoluta.
Una persona cuyo corazón y vida están plenamente dedicados a la
adoración a Dios y a su servicio, es decir, a la meta del crecimiento
permanente en la gracia, en el conocimiento y la práctica de la verdad
de la Palabra, y que ha obtenido una medida de experiencia al ejercer
su llamado al ministerio, bajo la dirección del Espíritu Santo, ha
alcanzado la perfección mencionada (Colosenses 4:12; Santiago
3:2). Ya no es un niño en el Señor ni entretenido en los hechos y las
prácticas rudimentarias de la FE (Hebreos 5:12-6:2). Es una persona
perfecta a la vista de Dios; alguien que ha alcanzado el grado de
desarrollo que se espera de ella. Es un hijo de Dios maduro, dedicado y
firme, y que, aunque todavía tiene debilidades que vencer, sigue
adelante, al blanco de su elevada vocación en el Mesías (Filipenses
3:12-15).
Todo esto aplica al milagroso principio de ser PERFECTOS
(TELÉIOS) en UNIDAD (Griego HEN).
UNIDAD (del hebreo EJAD y del griego HEN)…
Significa UNIDAD DE ESENCIA, no solamente unión orgánica. Unicidad
de voluntad y espíritu. Los discípulos tenían unión pero eso no era
suficiente. Yeshua pide al Padre que ellos tengan UNIDAD (HEN) O
UNICIDAD DE ESPÍRITU (EJAD) para que pudieran vivir en
armonía, como los instrumentos de una gran orquesta, que aunque son
diferentes, todos suenan en perfecta armonía para poder comunicar y
transmitir con claridad la esencia de la melodía que entonan.

HEN y EJAD no indican UNIDAD ABSOLUTA, es decir que el Mesías y el


Padre sean una misma persona ni tampoco una cantidad. Igualmente
sería absurdo pensar que se refiera a Yeshua y sus Discípulos como
una misma persona o una cantidad específica.
Significa lo que ya dijimos: UNIDAD DE ESENCIA, UNICIDAD
ESPIRITUAL, DE UN MISMO SENTIR, EN ARMONÍA. (Juan
10:30).

Cuando Yeshua dijo, “Yo y el Padre uno somos,” estaba declarando


que era “uno en esencia, sustancia, mente y propósito” con el
Padre porque el Espíritu del Padre estaba morando en Él a plenitud. En
el mismo sentido, nosotros los creyentes individuales somos “uno en
esencia” con Yeshua porque el Espíritu del Padre y del Mesías mismo
mora en nosotros. Es la unidad del Espíritu la que nos une en “un
cuerpo” y hace a cada discípulo “uno” con el Mesías y el Padre.
ESA ES LA DEFINICIÓN BÍBLICA DE LA ORACIÓN DE YESHUA CUANDO
PIDIÓ AL PADRE QUE SUS DISCÍPULOS FUERAN PERFECTOS EN
UNIDAD.
LA ORACIÓN MÁS TIERNA Y CONMOVEDORA DEL
MAESTRO
Esta oración, expresada por nuestro Mesías justo antes de morir, a
menudo se llama su Oración de Alto Sacerdocio porque intercede
ante el Padre a favor de los discípulos en el presente y en el futuro.
Él se encontraba en Getsemaní y Su pasión apenas estaba
comenzando; estaba como una víctima en el altar, donde la madera ya
había sido colocada en orden y el fuego había sido encendido para que
consumiera el sacrificio. Alzando sus ojos al cielo, mirando al trono de
Su Padre con un verdadero amor filial y descansando en humilde
confianza en la fortaleza del Cielo, por un momento apartó la mirada
del combate y de la resistencia hasta la sangre que estaba ocurriendo
abajo para pedir aquello en lo que Su corazón estaba puesto de lleno.

LOS 7 “PARA QUE” EN LA ORACIÓN DEL MESÍAS…

Yeshua oró con una finalidad, siempre con un “para que” con un
propósito específico:
(1) “para que también ellos sean santificados en la verdad”
(2) “para que todos sean uno”
(3) “para que el mundo crea que tú me enviaste”
(4) “para que sean perfectos en unidad”
(5) “para que el mundo crea que los has amado a ellos como
también a mí me has amado.
(6) “para que vean mi gloria que me has dado”
(7) "para que el amor con que me has amado esté en ellos y yo
en ellos”.
ESTA ORACIÓN PODRÍA ESTAR CARGADA DE
DESESPERACIÓN PORQUE LOS DISCÍPULOS HAN
MOSTRADO SER DECEPCIONANTES.
Aunque Jesús ha intentado prepararles para su muerte y resurrección
venideras, ellos no lo han comprendido. Esperan un Mesías con poderes
terrenales, como el Rey David, y no han entendido el carácter tan
distinto del ministerio de Jesús.
Además, los discípulos son indefinibles y pocos en número.
No hay ejecutivo que encargaría un proyecto significante a un grupo
tan poco distinguido, pero Yeshua deja el futuro de la obra del Padre en
sus manos, confiando que ellos quedan en las Manos del Padre.
Jesús dejará a los discípulos pero no solos. El Espíritu Santo les
acompañará – les dará fuerzas – les guiará.

La pasión de esta oración nos hace pensar en una madre que


muriendo pide por su hijo que ya no puede cuidar. Nos hace
pensar en un padre despidiéndose de su hijo que va a la guerra. Es un
llanto del amor perfecto que viene del corazón y es la oración de una fe
perfecta. Yeshua conoce las debilidades de los discípulos pero también
sabe que el Padre les cuidará.

Es también muy importante saber que esta clase de UNIDAD solo


podemos lograrla los que hemos nacido de nuevo, los ciudadanos del
Reino de los Cielos, porque es un don del Eterno mediante la acción de
su Santo Espíritu morando en nosotros, NO es un logro ecuménico. NO
ES ECUMENISMO o fusión religiosa con aquellos que, aunque hablen
de Dios, no han nacido de nuevo y no son PARTE DEL REINO. Esta
petición sugiere que la UNIDAD de la comunidad se basa en la relación
directa entre cada creyente renacido y su Padre Celestial.
“PARA QUE EL MUNDO (KOSMOS) CREA QUE TÚ ME
ENVIASTE” (V. 21B).
Mientras que la palabra kosmos se utiliza para referirse al mundo
creado, a los hombres, en este Evangelio se evidencia la “gran
connotación negativa en que se encuentra, indicando un lugar de
corrupción, antagónico y antipático hacia Dios, en manos de ‘fuerzas’
demoníacas. Allí, en ese escenario somos puestos por el Señor para
que ellos crean en el Mesías como el enviado del Padre y puedan recibir
una inmerecida Redención.

El Poder que prevalece cuando el Padre, el Mesías y nosotros sus


discípulos estamos en PERFECTA UNIDAD tiene como propósito
principal la evangelización y salvación de este mundo corrompido. La
Unidad sirve para multiplicar el efecto de nuestro testimonio. Una
iglesia dividida se vuelve inefectiva y pierde su poder de convencer.
El testimonio más poderoso del carácter amoroso de Dios tomó lugar
en el madero del Calvario.
Y solo permanecerá vivo a través del testimonio de los discípulos si
manifestamos ese Amor en nuestras vidas, para que el mundo, carente
de amor verdadero, pueda decir: “miren cómo se aman los unos a
los otros.” Esa es la mayor Gloria que podemos darle a nuestro Padre
y a nuestro Amado Mesías: SER PERFECTOS EN UNIDAD.

BIEN LO RECOGE PABLO EN SU CARTA A LOS FILIPENSES, Cap.


2: 1-16:

Por tanto, si hay alguna consolación en el Mesías, si algún consuelo de


amor, si alguna comunión del Espíritu, si algún afecto entrañable, si
alguna misericordia, 2 completen mi gozo sintiendo lo mismo, teniendo el
mismo amor, unánimes, sintiendo una misma cosa. 3 No hagan nada por
contienda o por vanagloria. Al contrario, háganlo con humildad y
considerando cada uno a los demás como superiores a sí mismo.
4
No busque cada uno su propio interés, sino cada cual también el de los
demás. 5 Que haya en ustedes el mismo sentir que hubo en el Mesías
Yeshua, 6 quien, siendo en forma de Dios, no estimó el ser semejante a
Dios como cosa a que aferrarse, 7 sino que se despojó a sí mismo y tomó
forma de siervo, y se hizo semejante a los hombres; 8 y estando en la
condición de hombre, se humilló a sí mismo y se hizo obediente hasta la
muerte, y muerte de cruz. 9 Por lo cual Dios también lo exaltó hasta lo
sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, 10 para que en el
nombre de Yeshua se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en
la tierra, y debajo de la tierra; 11 y toda lengua confiese que YESHUA
HAMASHÍAJ es el Señor, para gloria de Dios el Padre. 12 Por tanto, amados
míos, ya que siempre han obedecido, no sólo en mi presencia, sino mucho
más ahora en mi ausencia, ocúpense en su salvación con temor y temblor,
13
porque Dios es el que produce en ustedes lo mismo el querer como el
hacer, por su buena voluntad 14 Háganlo todo sin murmuraciones ni
contiendas, 15 para que sean irreprensibles y sencillos, e intachables hijos
de Dios en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la
cual ustedes resplandecen como luminares en el mundo, 16 aferrados a la
palabra de vida, para que en el día del Mesías yo pueda gloriarme de que
no he corrido ni trabajado en vano.

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2. ¿QUÉ ES FIDELIDAD?
La FIDELIDAD es la virtud para dar cumplimiento a una promesa.
Ejemplo: Cuando dos personas se casan se prometen fidelidad. Se
trata de un acuerdo que implica una serie de responsabilidades y que
no debería ser violado por ninguna de las partes. Prometer es un
compromiso ya que se decide qué es lo que se va a hacer en un futuro
incierto.

La PERSONA FIEL es aquella que cumple con sus promesas y


mantiene su lealtad aún con el paso del tiempo y las distintas
circunstancias. La fidelidad supone seguir una visión de futuro, un
proyecto de vida que fue establecido a partir del acto de la promesa.

La FIDELIDAD es una virtud que nace a partir del respeto y la


confianza que una persona deposita en otra. La raíz que alimenta la
FIDELIDAD es el AMOR.

FIDELIDAD implica la aceptación de unos a otros tal como son, con el


propósito de ayudarse a crecer y mejorar mutuamente mientras
caminan juntos en el objetivo que los une.
También implica la comprensión, compañía, cooperación y apoyo
incondicional que no espera nada a cambio, que solamente se da con el
solo deseo de compartir metas comunes, valores y proyectos de
nuestra vida.

LEALTAD y FIDELIDAD SE DISTINGUEN POR SU


ENFOQUE PERO AL MISMO TIEMPO SE COMPLEMENTAN
MARAVILLOSAMENTE EN EL MISMO.
Pese a que muchas veces se los confunde, estos dos conceptos se
diferencian y se complementan claramente en el objeto que los
promueve.

La FIDELIDAD se encuentra relacionada particularmente con la


confianza y la incondicionalidad hacia una persona, mientras que la
LEALTAD es el seguimiento invariable de una causa.

SE ES LEAL a un proyecto de vida, a la visión compartida, al objetivo


mutuo, al llamado aceptado, al pacto establecido con alguien, a los
principios inculcados, etc.

SE ES FIEL a alguien, al ser con quien compartimos, al amor de


nuestra vida, al líder que respetamos, amamos y seguimos, a la
persona que nos instruye y nos bendice, a los seres que confían en
nosotros y esperan de nosotros lo mejor. A las personas con quienes
hemos constituidos pactos y compromisos, etc.

Cuando ambas virtudes (LEALTAD Y FIDELIDAD) operan unidas


sabiamente en la mente y el corazón, los resultados son el
fundamento de la felicidad y el progreso.

LA FIDELIDAD ES PROPIEDAD ESENCIAL DEL AMOR.


Por su misma esencia el amor tiende a crear una comunidad entre
personas, que sólo puede conservarse con la voluntad de ser fieles
bajo la convicción de la fidelidad proveniente del amor recíproco. Lo
que caracteriza a la fidelidad es el elemento de la perseverancia, de la
duración en el tiempo.
LA FIDELIDAD se refiere siempre a otra persona. Incluso cuando
hablamos de "fidelidad a nosotros mismos», a nuestra palabra, a
nuestros deberes, etc.,

LA FIDELIDAD es la virtud que hace al hombre dispuesto a dar a los


demás lo que se les debe en virtud de una promesa, que puede incluir
una obligación de justicia, como ocurre en un contrato de cualquier
naturaleza, o bien ser una promesa gratuita, una simple palabra dada.

La conducta amorosa y fiel de Dios para con nosotros nos invita


poderosamente a la fidelidad. En efecto, el prototipo y el primer
fundamento de toda fidelidad humana es la fidelidad del Dios Eterno.

SIMILITUD ESCRITURAL DE FE Y FIDELIDAD.


Aunque en las lenguas occidentales modernas estos dos conceptos han
tomado caminos divergentes y se expresan con diferentes palabras, en
el hebreo bíblico y el griego del Nuevo Testamento son imposibles de
distinguir. Por definición, quien tiene FE es fiel, y es fiel quien tiene fe.
Ambas cosas son una en esencia.

En el idioma hebreo destaca la palabra EMUNÁH que mayormente se


traduce como FE OBEDIENCIA, CONFIANZA, FIRMEZA, SEGURIDAD,
FIDELIDAD, VERACIDAD Y VERDAD (de la raíz EMET = Verdad).

Ejemplo: (Habacuc 2:4 > EMUNÁH = FE.

2do. de Crónicas 31:18 / Salmo 33:4 / 92:2 / 119:90 / Isaías


11:5 / Lamentaciones 3:23 > EMUNÁH = FIDELIDAD).

En la traducción griega del Nuevo Testamento el término es PISTIS,


cuya traducción se define por el contexto y en su mayoría también se
traduce como FE o FIDELIDAD. Ejemplo: Gálatas 2:16 y 5:22 (BTX):

16 sabiendo que el hombre no es declarado justo por las obras de la ley,


sino por LA FE de Jesús el Mesías, también nosotros creímos en Jesús el
Mesías, para que fuéramos declarados justos por LA FE del Mesías, y no
por las obras de la ley; porque por las obras de la ley ninguna carne será
declarada justa.
Versión hebraica (CRG):

16 Sabiendo ahora que los gentiles no son justificados por el legalismo


establecido por una interpretación equivocada de la ley divina, que les
demandaba hacerse judíos para tener alguna esperanza de salvación,
nosotros también CONFIAMOS en los méritos de Yeshua ha Mashiaj para
ser justificados por LA FE OBEDIENTE de Yeshua", y no por el legalismo
extremista que surge al interpretar equivocadamente la ley divina, por
cuanto a través de dicho legalismo ni judíos ni gentiles serán jamás
declarados justos.

Gálatas 5:22 (CRG):

22 Mas las obras que resultan cuando obedecemos al espíritu de Mashiaj,


son evidentes: amor, gozo, shalom, longanimidad, benignidad, bondad,
FIDELIDAD, 23 mansedumbre, dominio propio; de tales cosas, no hay nada
prohibido en la ley divina para vosotros.

Como la palabra griega pistis admite con absoluta naturalidad ser


traducida como FE, tanto como FIDELIDAD, está claro que Pablo está
escribiendo en Gálatas 2:16 acerca de «la fidelidad del Mesías». Su
fidelidad humana para con Dios, mediante la obediencia hasta la cruz,
y su fidelidad para con nosotros, la humanidad caída, al actuar como
nuestro Salvador.

Lo interesante de los términos hebreos más o menos sinónimos,


EMUNÁH (Fe, Fidelidad) y EMET (Verdad), es que derivan de la
misma raíz hebrea “AMÉN”, la exclamación que significa: «Así es»,
«Es verdad», «Es cierto». O proyectando hacia el futuro: «Así
sea», «Así será», «Esto sin lugar a dudas sucederá o se
cumplirá».

Cuando este concepto se expresa como sustantivo tiene el sentido de


«certeza», «verdad incontestable», «firmeza inconmovible»,
«lealtad»… y «fidelidad». Puede abarcar el sentido de «FE» para
afirmar «Esta es la Verdad». La exclamación ¡Amén! es en ese caso
una expresión de FE, una expresión de CREER. Pero no solo eso, el
término hebreo exige que pensemos en la realidad de una lealtad
personal que se conserva cueste lo que cueste; en una firmeza de
intención y propósito que se manifiesta en conductas concretas. En
una palabra, «FIDELIDAD».
Entonces, la exclamación ¡Amén! no siempre indica la expresión de lo
que se cree sino que proclama en muchos versículos de la Biblia la
firmeza de intención: «¡Juro que esto es lo que haré!»,
«¡Cumpliré lo que he prometido!»

Es la expresión de Yeshua en los Evangelios: “De cierto, de cierto os


digo” (Griego: AMÉN, AMÉN, LEGO HYMIN). Esta no es una
creencia; es la firmeza de voluntad que se expresa como veracidad,
certeza, lealtad para no mentir… Es decir: FIDELIDAD.

La manifestación de nuestra FE OBEDIENTE —en el sentido de creer y


aceptar la veracidad de lo que afirmamos acerca del Eterno, su
Revelación a los hombres y su plan de salvación mediante su Hijo el
Mesías Yeshua— marcha de la mano con lo dicho en Santiago 2:17:
«La fe sin obras está muerta en sí misma». No hay fe que no se
exprese como FIDELIDAD y lealtad mediante conductas y acciones en
relación con el carácter santo, la voluntad suprema y los mandamientos
de Aquél en quien creemos.

De acuerdo a la Carta a los Hebreos 11:1 la FE (PISTIS) es la base


segura de lo que se espera, la prueba convincente de realidades que no
se ven.

No obstante, el resto del capítulo nos demuestra la acción que esa FE


demanda; no es solo la certeza de la respuesta que esperamos o estar
convencidos de la existencia de realidades que no se ven… Es decir, la
FE no se reduce a un sistema de creencias y declaraciones
automotivadoras para generar una reacción positiva en nuestra alma…
No es pensamiento positivo ni un sinónimo del persuasivo Secreto de la
Ley de la Atracción. La FE es en primera instancia FIDELIDAD
DEMOSTRADA, OBEDIENCIA PRÁCTICA. El que cree obedece, y el que
obedece debe hacerlo por fe.

“EMUNÁH”, la fe bíblica, es una respuesta de parte del hombre a la


llamada de Dios, en obediencia y fidelidad.

La voz “EMUNÁH” significa “desarrollar una habilidad”,


“entrenarse”, “educarse”, “criarse”, como leemos en el libro de
Ester 2:5-7. Mordejai (Mardoqueo) crió y educó a Ester, adoptándola
como hija suya.
De aquí se deduce que no puede haber “FE-EMUNÁH” sin hacer lo
estipulado en los mandamientos, preceptos, ordenanzas y decretos del
Señor. No puede haber “EMUNÁH” sin dejarnos educar, enseñar,
entrenar, criar y formar por el Señor mediante su voluntad expresada
en las Sagradas Escrituras.

De ahí que el término “Toráh” deba traducirse preferentemente como


“Instrucción”, en lugar de “Ley”, para evitar que se desvíe el
propósito fundamental del Eterno al revelarnos sus mandamientos. De
esta aportación semántica se deduce que la “FE-EMUNÁH” implica la
necesidad de entrenar nuestros hábitos de pensamiento y de acción,
para desarrollar ese potencial divino de la esencia de cada ser humano,
que es LA CAPACIDAD DE RESPONDER EN OBEDIENCIA Y MOVERSE EN
FIDELIDAD, en lugar de quedarse en una mera creencia.

Esta es la conexión con Dios que permite la conversión de las almas. Si


no fuera por este atisbo de luz, el hombre no podría reconocer la voz
de su Creador cuando le llama. Por eso dice la Escritura, “EL JUSTO
POR LA FE VIVIRÁ”. (Hebreo ‘HA TZADIK EMUNATÓ JAIÁ’ o ‘HA
TZADIK EMUNATÓ YEH YEH’) Habacuc 2:4 / Romanos 1:17.

La “EMUNÁH”, (FE = FIDELIDAD), es la potencia vibrante que


abarca cada dimensión de la conducta del ser humano. Al igual que
tratándose del amor, el sentimiento y el pensamiento son
completamente secundarios a la práctica, a la decisión, a la acción
concreta. La “EMUNÁH” es, pues, la vida de la vida.

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¿QUÉ SIGNIFICA LEALTAD?

LEALTAD significa fidelidad, franqueza, nobleza, honradez, sinceridad


y rectitud. Sólo se es leal si se es fiel. Es imposible pensar en lealtad
sin que vaya unida a la fidelidad. Pero no basta ser fiel para ser leal. Es
necesario, además, ser franco y sincero con el sujeto de nuestra
lealtad. Luego, sólo es leal quien, además de ser fiel, es franco y
sincero. Servir con lealtad significa también servir con franqueza,
sinceridad y honradez.
Es servir con la verdad por delante. No se es leal si se engaña, si no se
dice la verdad o se dicen sólo medias verdades o se dice lo que a
nuestro círculo le agrada, lo que éste desea oír; si se le esconden
situaciones y hechos independientemente de las motivaciones que se
tengan.

Quien al amigo, al jefe o al líder, no le informa los hechos reales, la


verdad de las situaciones existentes y presenta la realidad como
exitosa cuando no lo es, incurre en una deslealtad de marca mayor,
muy peligrosa para la visión de esa amistad, empresa o liderazgo, y del
proceso que estos conduzcan.

De manera que la lealtad no puede ser confundida con servilismo ni


adoración a determinado líder; tampoco con la adulación. Se puede
amar profundamente al líder y ello no significa en ninguna forma
ocultarle situaciones incómodas y desagradables. El hombre leal es
recto, digno e incorruptible. En un proceso visionario no defiende
posiciones, no se rehúsa a servir a la causa ni ocupa cargos por
intereses personales; su compromiso y lealtad son con la visión misma,
con el avance y desarrollo de la comunidad que lo necesita y lo ha
elegido; con el liderazgo honesto, fiel y realmente comprometido. Es
franco y llano en sus apreciaciones y dice lo correcto en unión de su
equipo, sin volver atrás ni torcer su dirección.

No traiciona jamás a los que forman su equipo, a su núcleo familiar,


amigos o compañeros de objetivos. No cede a la carcoma de las
“voces extrañas”, de las influencias ajenas a su compromiso, ni se
rinde al chantaje de volverse un “enemigo encubierto” de la visión
donde ha sido llamado.

Sabe muy bien que lo más dañino para un proceso de mejoramiento y


avance es ocultar, ignorar o dejar pasar las conductas desviadas,
sediciones, descuidos o faltas que usualmente se producen y que sólo
el líder es capaz de enfrentar y corregir.

Callar, voltear la cara, dar la espalda, cerrar los ojos, mientras lo


negativo e indebido deforma y desfigura las acciones de la visión
recibida, son actitudes indignas de un miembro leal, porque pueden
hacer fracasar las metas y objetivos trazados, y al final se verá fuera
de la línea donde pudo ser un gran servidor.
SIMILITUD ESCRITURAL DE FE Y LEALTAD.
Asombrosamente, en el idioma hebreo destaca también la palabra
EMUNÁH como raíz etimológica de LEALTAD (1ro. De Samuel 26:7-
25 Versión NBD):
7
David y Abisay llegaron esa noche y vieron a Saúl dormido en medio del
campamento, con su lanza hincada en tierra a su cabecera. Abner y el
ejército estaban acostados a su alrededor. 8 —Hoy ha puesto Dios en tus
manos a tu enemigo —le dijo Abisay a David—. Déjame matarlo. De un solo
golpe de lanza lo dejaré clavado en el suelo. ¡Y no tendré que rematarlo! 9 —
¡No lo mates! —exclamó David—. ¿Quién puede impunemente alzar la mano
contra el *ungido del SEÑOR? 10 Y añadió: —Tan cierto como que el SEÑOR
vive, que él mismo lo herirá. O le llegará la hora de morir, o caerá en
batalla. 11 En cuanto a mí, ¡que el SEÑOR me libre de alzar la mano contra su
ungido! Sólo toma la lanza y el jarro de agua que están a su cabecera, y
vámonos de aquí. 12 David mismo tomó la lanza y el jarro de agua que
estaban a la cabecera de Saúl, y los dos se marcharon. Nadie los vio, ni se
dio cuenta, pues todos estaban dormidos. No se despertaron, pues el SEÑOR
los había hecho caer en un sueño profundo. 13 David cruzó al otro lado y se
detuvo en la cumbre del monte, de modo que había una buena distancia
entre ellos. 14 Entonces llamó al ejército y a Abner hijo de Ner: —¡Abner!
¿Me oyes? Abner replicó: —¿Quién le está gritando al rey? 15 David le
contestó: —¿No eres tú el valiente sin par en Israel? ¿Cómo es que no has
protegido a tu señor el rey? Te cuento que uno del pueblo entró con la
intención de matarlo. 16 ¡Lo que has hecho no tiene nombre! Tan cierto
como que el SEÑOR vive, que ustedes merecen la muerte por no haber
protegido a su rey, el ungido del SEÑOR. A ver, ¿dónde están la lanza del rey
y el jarro de agua que estaban a su cabecera? 17 Saúl, que reconoció la voz
de David, dijo: —David, hijo mío, ¡pero si eres tú quien habla! —Soy yo, mi
señor y rey —respondió David—. 18 ¿Por qué persigue mi señor a este siervo
suyo? ¿Qué le he hecho? ¿Qué delito he cometido? 19 Le ruego a Su
Majestad que escuche mis palabras. Si quien lo mueve a usted en mi contra
es el SEÑOR, una ofrenda bastará para aplacarlo. Pero si son los hombres,
¡que el SEÑOR los maldiga! Hoy me expulsan de esta tierra, que es la
herencia del SEÑOR, y me dicen: “¡Vete a servir a otros dioses!” 20 Ahora
bien, no deje usted que mi sangre sea derramada lejos de la presencia del
SEÑOR. ¿Por qué ha salido el rey de Israel en busca de una simple pulga? ¡Es
como si estuviera cazando una perdiz en los montes! 21 —¡He pecado! —
exclamó Saúl—. Regresa, David, hijo mío. Ya no voy a hacerte daño. Tú has
valorado hoy mi vida; yo, en cambio, me he portado como un necio. 22 David
respondió: —Su Majestad, aquí está su lanza. Mande usted a uno de sus
criados a recogerla. 23 Que el SEÑOR le pague a cada uno según su rectitud y
LEALTAD (EMUNÁH), pues hoy él lo había puesto a usted en mis manos,
pero yo no me atreví a tocar siquiera al ungido del SEÑOR. 24 Sin embargo,
así como hoy valoré la *vida de usted, quiera el SEÑOR valorar mi propia
vida y librarme de toda angustia. 25 —¡Bendito seas, David, hijo mío! —
respondió Saúl—. Tú harás grandes cosas, y en todo triunfarás.
También la raíz hebrea “AMÁN” que significa:
Alguien que levanta, mantiene, cría como padre o asiste como
enfermero fiel. Firme, creyente, que permanece y está quieto. Alguien
que es genuino o certero. Alguien que marcha a tu mano derecha,
digno de crédito, duradero, cumplidor, seguro, como una nodriza.
(Jeremías 42:1-6).

OTRAS DEFINICIONES DE LEALTAD:


Del hebreo JASID, JASIDIN, JASÍDICO, JASIDUT, JASIDISMO.
Dichos vocablos se derivan del sustantivo ‘JÉSED’ que muchas veces
se vierte como “bondad amorosa”, “amor leal”, “bondad” y
“misericordia”. Una cualidad activa, social y duradera. No solo designa
una actitud humana sino también el acto o resultado que emerge de
esa actitud. Es un acto que conserva y fomenta la vida. Una
intervención en favor de alguien que sufre infortunio o angustia. Es la
calidad de ser justos.
En el ÁRBOL DE LA VIDA, JÉSED es una de las diez ‘SEFIROT’ o
EMANACIONES del Eterno en el Universo macro y se traduce como
Misericordia-Bondad y Amor, junto con ‘GEBURÁH’ (Poder-Justicia-
Juicio) y ‘TIFÉRET’ (Belleza-Armonía).

En el ser humano o micro Universo, se asientan en el pecho y la


espalda, a la altura de las vísceras y el corazón. Eso significa que aquí,
entre pecho y espalda, tú y yo tenemos la capacidad emanada de
nuestro Creador de movernos en Misericordia, Bondad, Amor, Poder,
Justicia, Juicio, Belleza y Armonía. En otras palabras, tenemos la
capacidad de ser LEALES y JUSTOS.

Los adjetivos ‘JASID’, ‘JASIDIN’, ‘JASÍDICO’ se utilizan en relación


con alguien “leal” o “de bondad amorosa”.
El sustantivo ‘JÉSED’ comprende la tierna consideración o bondad que
se deriva del amor pero va más allá: Es la bondad que se adhiere
amorosamente a una causa, propósito o motivo hasta que se haya
realizado. Esta es la clase de bondad que Dios muestra a sus siervos y
que ellos le muestran a Él. Por lo tanto, entra en el campo de la
LEALTAD, una lealtad justa, devota y santa, por lo que se
traduce “bondad amorosa” y “amor leal”.
‘JASIDUT’ y ‘JASIDISMO’ aplica al movimiento revolucionario social
iniciado en el siglo XVIII en Europa oriental, de gran impacto en las
prácticas y el pensamiento judío. Dicho movimiento elevó el estatus
moral de las personas comunes, reconociendo el sincero fervor del
judío simple y declarando que eso lo ponía por encima del erudito frío,
legalista e intelectual.

El ‘JASIDISMO’ enseñó a los judíos a servir a Dios con amor y con


alegría más que con temor y temblor, cantando y danzando en Su
Presencia en lugar de quejarse y lamentarse. La ‘JASIDUT’ pregona
que lo que más alegra al Altísimo es nuestro servicio voluntario, que le
amemos de todo corazón y por sobre todas las cosas. Que lo amemos
fielmente aunque no siempre comprendamos sus infinitas formas de
actuar o manifestarse. Que amemos con deleite su Toráh aunque no
sepamos escudriñar a profundidad lo que dice, y más que nada que nos
amemos los unos a los otros, incluso, si ese "otro" no está a la altura
de las expectativas de Dios y Su Palabra. Una gran definición de
BONDAD generada por la LEALTAD.

Del griego ‘HOSIOTES’, ‘HÓSIOS’.


Definen LEALTAD bajo el enfoque de la santidad, justicia, reverencia,
devoción y piedad; la observancia cuidadosa de todos los deberes para
con Dios y una buena relación con ÉL. Se diversifica en sus principales
versiones escriturales:
1. LA LEALTAD DE DIOS A LA JUSTICIA Y AL DERECHO, producto
del amor a su pueblo, le mueven a dictar sentencias justas y actuar
con perfecta bondad y misericordia (Salmo 145:3-18.)
2. LA LEALTAD DEL ETERNO A SUS PACTOS. Los que son leales a
Jehová pueden confiar en que Él está cerca y los ayudará hasta el
mismo final de su proceder fiel, y pueden tener la plena seguridad
de que se acordará de ellos en cualquier situación (Deuteronomio
7:7-9 / 2do. de Reyes 13:23 / Proverbios 2:7,8 / Salmo
97:10-12).
3. LA LEALTAD DEL PADRE HACIA SU HIJO YESHUA Y LA
LEALTAD DE YESHUA HACIA SU PADRE. El Mesías, en su
ministerio terrenal se fortaleció en las Promesas de su Padre y así lo
afirman los apóstoles después de su resurrección y ascensión a los
cielos (Salmo 16:8-10 / Lucas 23:46 / Hechos 2:22-33).
4. LA LEALTAD AL ETERNO DE PARTE DE SUS HIJOS como el Único
Dios Santísimo y Justo, el cual muestra incesante bondad a sus
siervos y trata con justicia a sus enemigos. (Apocalipsis 15:3,4).
El Eterno requiere la lealtad de sus siervos que han de imitarle y
andar en el amor del Mesías. (Efesios 5:1,2). Cuando Pablo
recomienda la oración a la congregación dice que hemos de levantar
manos SANTAS, (Es decir: PURAS, LIMPIAS, PIADOSAS, LEALES).
(1ra. a Timoteo 2:8.)

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¿CUÁL ES LA DEFINICIÓN DE COMPROMISO?

De la raíz hebrea ‘SHALAM’ = Estar seguro en mente, cuerpo o


estado. Ser y hacer completo. Reciprocidad. Cumplir, dar el pago
completo, pagar el daño, hacer la paz. Recompensar, resarcir, restituir,
cumplir, retribuir en justicia, concluir una acción (Eclesiastés 5:1-6).

De los términos griegos ‘PLEROFOREO’, ‘PLEROFORÍA’,


‘PLEROO’ y ‘PLEROMA’ = Mostrar en completa evidencia,
completamente seguro, logrado por entero, ciertísimo, digno de
confianza, plena certeza, satisfacción al término del ejercicio de un
oficio, terminar una tarea tal como fue prometida o predicha y
perfectamente verificable, cumplidamente completo y con resultados
abundantes (2da. a Timoteo 4:1-5).

COMPROMISO ES PUNTUALIDAD Y CUMPLIMIENTO. La capacidad


del individuo para tomar conciencia de la importancia que tiene el
cumplir con el desarrollo de una obligación o deber asignado, con
entusiasmo y dentro del plazo que se le haya establecido.
COMPROMISO ES DEDICACIÓN Y EXCELENCIA. Implica asumir una
labor con profesionalidad, responsabilidad y lealtad, poniendo la mayor
dedicación para lograr un resultado con el más alto nivel de calidad,
que satisfaga y supere las expectativas de aquellos que nos la han
confiado.

COMPROMISO ES PASIÓN Y SACRIFICIO. El esfuerzo permanente,


con un alto grado de pasión y sacrificio; la disposición espiritual, física,
moral e intelectual para el logro de un objetivo trazado, en el tiempo
convenido y con los resultados esperados.

LAS PERSONAS COMPROMETIDAS TIENEN SENTIDO DE


PERTENENCIA.

 Siente como propios los objetivos de su organización o equipo.


 Apoya e instrumenta decisiones, comprometido por completo con el
logro de los objetivos comunes del proyecto.
 Previene y supera obstáculos que interfieran con el logro de los
objetivos de la organización o equipo que le ha comisionado.
 Controla, agiliza y cumple la puesta en marcha de las metas,
estrategias, tácticas y acciones acordadas por la entidad que le dirige.

COMPROMISO ES EJECUCIÓN Y ESPÍRITU DE EQUIPO.

Los hombres de compromiso vigilan, agilizan y ponen en marcha las


metas establecidas, buscando las mejores oportunidades para realizar
la visión de su equipo, en un mismo sentir, hablando un mismo
lenguaje y aún por encima de sus intereses personales e individuales.
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¿QUÉ ES INTEGRIDAD?
Del hebreo ‘TAMID’, ‘TUMMÁ’, ‘TAMIM’, ‘TUMMIM’, ‘YASHAR’ =
Hecho a la medida, modelo, forma, semejanza de su original, constante
hasta el sacrificio, inocente, verdadero, sin defecto, recto, intachable,
justo, derecho. Cualidad y perfección de una de las piedras que se
hallaban en el Pectoral del Sumo Sacerdote como emblema de verdad
completa. (Job 2:1-10 / Proverbios 20:7 / Salmo 33:1).

Del griego ‘ADIAFDSORÍA’ = Calidad de incorrubtible, pureza de


acciones y doctrina (Tito 2:1-8).

El término integridad significa totalidad, virginidad, salud


completa, intacto, entero, ileso, no tocado o no alcanzado por
ningún mal.
LA INTEGRIDAD es la pureza original, irreprensible, sin
contaminación con algún daño, físico, moral o espiritual.

LA INTEGRIDAD PERSONAL se aplica a un individuo educado,


honesto, que tiene carácter intachable, respeto por sí mismo y por los
demás. Alguien responsable, disciplinado, directo, puntual, leal, pulcro
y que tiene firmeza en sus acciones, por lo tanto, es atento, correcto e
irreprensible.

LA INTEGRIDAD es la cualidad de quien tiene entereza moral,


rectitud y honradez en la conducta y en el comportamiento. Buena
reputación. En general, una persona íntegra es alguien en quien se
puede confiar.

LA INTEGRIDAD también es sinónimo de probidad, educación,


honorabilidad e incorruptibilidad. Cualidad de una persona
insobornable, que no cede a ninguna forma de corrupción o soborno.

Bíblicamente puede definirse como BUEN TESTIMONIO delante


del Dios Eterno y también para con nuestro prójimo:

Los Líderes (Ministros – Ancianos – Pastores) deben llevar una vida


intachable [de incuestionable integridad]. Tienen que serle fieles a sus
esposas, y sus hijos deben ser creyentes que no tengan una reputación de
ser desenfrenados ni rebeldes. 7 Pues un Ministro es un administrador de
la casa de Dios, y debe vivir de manera intachable. No debe ser arrogante,
ni iracundo, ni emborracharse, ni ser violento, ni deshonesto con el dinero.
8
Al contrario, debe recibir huéspedes en su casa con agrado y amar lo que
es bueno. Debe vivir sabiamente y ser justo. Tiene que llevar una vida de
intimidad con el Eterno y disciplina. 9 Debe tener una fuerte creencia en el
mensaje fiel que se le enseñó; entonces podrá animar a otros con la sana
enseñanza y demostrar a los que se oponen en qué están equivocados.
(Tito 1:6-8).
2
Enseña a los hombres mayores a ejercitar el control propio, a ser dignos
de respeto y a vivir sabiamente. Deben tener una fe sólida y estar llenos
de amor y paciencia. 3 De manera similar, enseña a las mujeres mayores a
vivir de una manera que honre a Dios. No deben calumniar a nadie ni
emborracharse. En cambio, deberían enseñarles a otros lo que es bueno.
4
Esas mujeres mayores tienen que instruir a las más jóvenes a amar a sus
esposos y a sus hijos, 5 a vivir sabiamente y a ser puras, a hacer el bien y a
someterse a sus esposos. Entonces no deshonrarán la palabra de Dios.
6
Del mismo modo, anima a los jóvenes a vivir sabiamente. 7 Y sé tú mismo
un ejemplo para ellos al hacer todo tipo de buenas acciones.
Que todo lo que hagas refleje la integridad y la seriedad de tu enseñanza.
8
Enseña la verdad, para que no puedan criticar tu enseñanza. Entonces los
que se nos oponen quedarán avergonzados y no tendrán nada malo que
decir de nosotros. (Tito 2:2-8).

11 Enseña estas cosas y asegúrate de que todo el mundo las aprenda bien.
12 No dejes que nadie te menosprecie porque eres joven. Sé un ejemplo
para que sigan tu forma de enseñar y vivir; sé un modelo para ellos en tu
amor, tu fe y tus pensamientos limpios. (1ra. a Timoteo 4:11,12).

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¿QUÉ SIGNIFICA DAR FRUTOS?


GÁLATAS 5;22,23 (2 Versiones):
22
Mas el fruto del Espíritu [el trabajo que logra su Presencia dentro] es
amor, gozo, paz, paciencia, benignidad [amabilidad], bondad
[benevolencia], fidelidad, 23 mansedumbre [humildad], dominio propio
[autocontrol – continencia - templanza]; contra tales cosas no hay ley
[que pueda formular cargos].
22
En cambio, el Espíritu de Dios nos hace amar a los demás, estar siempre
gozosos y vivir en paz con todos. Nos hace ser pacientes y amables, y
tratar bien a los demás, tener confianza en Dios, 23 ser humildes, y saber
controlar nuestros malos deseos. No hay ley que esté en contra de todo
esto.

En primer lugar, el fruto es producido por el Espíritu Santo del Padre.


En ningún momento Dios llama al creyente a producir este fruto por
esfuerzo humano.

En segundo lugar, este fruto no es instantáneo; es un proceso


parecido a la obtención de un beneficio o a la formación de una
descendencia. El Espíritu Santo del Padre nos va procesando y va
desarrollando este fruto en nuestra persona.

APLICACIONES DEL FRUTO DEL ESPÍRITU EN NUESTRA


VIDA.
En 1er. Lugar: El fruto que el Espíritu del Padre produce en nuestro
espíritu aplica a la vida interior, al corazón, generando AMOR – GOZO
- PAZ.

En 2do. Lugar: Propicia y moldea la conducta adecuada para


mantener una buena relación con nuestra familia, hermanos en la fe,
amigos, etc. mediante la PACIENCIA – BENIGNIDAD (amabilidad)
- BONDAD (benevolencia) - FE (fidelidad).

En 3er. Lugar: Forma nuestro carácter para agradar al Eterno,


forjando en nosotros MANSEDUMBRE (humildad) - DOMINIO
PROPIO (autocontrol – continencia – templanza – disciplina
moral).

VIDA INTERIOR AMOR

CORAZÓN GOZO

PAZ

ACERCAMIENTO PACIENCIA

A NUESTROS BENIGNIDAD

SEMEJANTES BONDAD

FE

CARÁCTER PARA MANSEDUMBRE

AGRADAR DOMINIO PROPIO

AL ETERNO

Comparemos con 2da. de Pedro 1: 5-7


¿CÓMO SE DEFINE EL FRUTO DEL AMOR?
7
Amados hijos míos, debemos amarnos unos a otros, porque el amor viene
de Dios. Todo el que ama es hijo de Dios, y conoce a Dios. 8 El que no ama
no conoce a Dios, porque Dios es amor. 9 Dios nos dio muestras de su amor
al enviar al mundo a Jesús, su único Hijo, para que por medio de él todos
nosotros tengamos vida eterna. 10 El verdadero amor no consiste en que
nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y envió a su Hijo,
para que nosotros fuéramos perdonados por medio de su sacrificio. 11 Hijos
míos, si Dios nos ha amado así, nosotros también debemos amarnos los
unos a los otros. 12 Nadie ha visto nunca a Dios; pero, si nos amamos unos
a otros, Dios vive en nosotros y también su amor estará en nosotros. (1ra.
de Juan 4:7-12).

¿De qué me sirve hablar en las lenguas de los hombres o de los ángeles? Si
me falta el amor, no soy más que una campana que repica o unos platillos
que hacen ruido. 2 ¿De qué me sirve tener poderes proféticos y comunicar
mensajes de parte de Dios; penetrar todos los secretos y poseer la más
profunda ciencia para interpretar la divina Voluntad? ¿De qué me vale
tener toda la fe que se precisa para mover montañas? Si me falta el amor,
no soy nada. 3 ¿De qué me sirve desprenderme de todos mis bienes, e
incluso entregar mi cuerpo a las llamas? Si me falta el amor, de nada me
aprovecha.
4
El amor es comprensivo [paciente] y bondadoso [servicial]; el amor nada
sabe de envidias, de jactancias, ni de orgullos. 5 No es grosero, no es
egoísta, no se comporta con rudeza, no se enoja fácilmente, no guarda
rencor.
6
Lejos de alegrarse de la injusticia, encuentra su gozo en la verdad.
7
Disculpa sin límites, confía sin límites, espera sin límites, soporta sin
límites. 8 El amor nunca muere… 12 Ahora conocemos a Dios de manera
limitada y no muy clara, como cuando vemos nuestra imagen reflejada en
un espejo a oscuras. Pero, cuando todo sea perfecto, veremos a Dios cara
a cara. Ahora lo conozco de manera imperfecta y velada pero cuando todo
sea perfecto, podré verlo cara a cara y conocerlo como él me conoce a mí.
13
Tres cosas hay que ahora permanecen: la fe, la esperanza, el amor. De
todas ellas, la más grande es el amor. (1ra. a los Corintios 13:1-8;
12,13).

EL AMOR DEL PADRE

El resto de los frutos del espíritu (Gozo, Paz, Paciencia, Benignidad,


Bondad, Mansedumbre y Dominio propio) nunca podrán ser una
realidad en nuestro diario vivir si no andamos en el AMOR DEL PADRE
y desarrollamos la FE en ÉL.
Dice Pablo que el AMOR es superior a todo conocimiento; excede todo
entendimiento y sin amor solo hacemos ruido. El Padre nos amó
primero cuando no lo merecíamos, y por amor a nosotros murió el
Mesías (Juan 3.16 / 1ra. de Juan 4:7-12).

Fue Su AMOR el que inició la vida; fue Su AMOR el que partió en dos la
historia de la humanidad, y es Su AMOR el que nos llevará a reinar con
Él por la eternidad.

 El AMOR y la FE no son humanos, no son materiales, no son


emocionales ni intelectuales; son de naturaleza espiritual y divina. Por
tal motivo pueden crecer y perfeccionarse solamente en aquellos que le
rinden sus vidas al Eterno mediante los méritos de su Hijo amado.

 El AMOR y la FE no se pueden fingir, falsificar ni adulterar, porque


son verdaderos y genuinos como su Autor supremo.

 Si alguien traiciona el Amor, es porque jamás lo conoció ni lo


experimentó en su verdadera dimensión, y por tanto, jamás amó
realmente.

EN LOS IDIOMAS GRIEGO Y HEBREO EL AMOR VERDADERO SE


DISTINGUE DE OTROS SIGNIFICADOS, QUE EN ESPAÑOL
TAMBIÉN SE TRADUCEN COMO “AMOR”.

1. Griego: “PHILIA” “PHILOS”, “PHILADELPHIA” (Filia, Filos,


Filadelfia). Hebreo: “RAYÁ”. (“Raiá”) Traducido como Amor en su
modalidad de afecto fraternal, cariño entrañable de hermanos y
amigos muy fieles y leales. Respeto y admiración por lo bueno, útil o
placentero de algo o de alguien. Amor que nace y se perfecciona en
la amistad; virtud que anhela el bien de otros.

2. Griego: “EROS”. Hebreo: “DOD”. (Amor apasionado, atractivo


sexual entre hombre y mujer; amor de piel, erotismo que incita al
juego sexual, amor de caricias que embriagan como el vino y
encienden la llama del deseo carnal hasta volverse uno siendo dos).
El término erotismo designa originalmente al amor apasionado unido
con el deseo sexual. Tiene una relación evidente con la sensualidad, la
sexualidad y las capacidades de atracción entre los seres humanos.
Debe reservarse para ser disfrutado dentro del pacto matrimonial,
controlado y dirigido por los principios de la Palabra de Dios o de lo
contrario se puede volverse destructivo, superficial, irresponsable,
desenfrenado y mortal.[

3. Griego: “ÁGAPE”. Hebreo: “AHAVÁH” (Amor en el cual aquel que


ama solo tiene en cuenta el bien del ser amado. Amor de auto-
sacrificio; que ama por voluntad de amar, más profundo que
cualquier sentimiento romántico fugaz. El Amor del Padre Celestial,
incondicional, invencible e incomparable. El Amor que describe el
Apóstol Pablo en su primera Carta a los Corintios, capítulo 13. El
Amor que trajo al Mesías a morir por nosotros y descender a las
profundidades del Infierno para darnos redención y reconciliarnos
con el Padre. El Amor que lo da todo sin esperar nada a cambio).

4. Griego: “STORGE” o “STORGOS” (Se refiere al amor de sangre,


amor de padre y madre, hijos, etc. Amor de familia, afecto natural.
Tiene mucho de ÁGAPE-AHAVÁH porque recibe del Eterno la
capacidad de amar sin esperar recompensa, solo buscando el bien
del ser amado y es auto-sacrificante).

También se aplica al amor que mantiene unida a una pareja


matrimonial por toda su vida.
¿Por qué? Porque en el matrimonio que Dios aprueba se deben fusionar
estos tres aspectos, que los eruditos y estudiosos denominan LAS
TRES LLAMAS DEL AMOR.

Filos-Rayá (Afecto fraternal, cariño entrañable, fiel y leal; respeto y


admiración = Amigos).

Eros-Dod (Atractivo sexual, amor apasionado, deseo íntimo del uno


por el otro, entrega total = Amantes).
Ágape-Ahaváh (Amor por voluntad de amar, que todo lo da, lo espera
y lo soporta; incondicional, auto-sacrificante, invencible = Esposos).

Con el tiempo y las circunstancias, la llama EROS-DOD puede caer en


la frialdad de la rutina, disminuir su intensidad y hasta llegar a
apagarse por completo. Incluso la llama FILOS-RAYÁ muchas veces
sufre variantes, se debilita, deja de alimentarse y guarda silencio.
Pero la llama ÁGAPE-AHAVÁH permanece incondicionalmente porque
se nutre del Amor del Padre.
Por tanto, puede reinventar el calor de las llamas faltantes o suplir su
vacío, manteniendo unida la relación matrimonial hasta el fin.

¿CUÁL ES EL FRUTO DEL GOZO?


No debemos confundir lo sensual con la vida interior. Hay muchos que
confunden placer y bienestar con gozo. El gozo y la paz son
experiencias de la vida interior, mucho más que una mera experiencia
psicológica, por tanto, no se debe confundir con alegría. La alegría es el
placer que uno siente cuando todo anda bien pero se pierde cuando las
cosas salen mal.

Gozo no es la alegría del alma, puesto que esa alegría es una sensación
o emoción pasajera y motivada por las circunstancias. El gozo del
Señor no es una emoción (que viene y va) sino el resultado de la
presencia del Espíritu Santo en nuestras vidas.

EL GOZO, por contraste, continúa y nos fortalece aún en medio de


alguna prueba o sufrimiento. ¿Por qué? Porque es el producto deleitoso
de una relación genuina y armónica con nuestro Padre Celestial. David
entendió que el gozo verdadero es muy superior a la “felicidad”
humana y que sólo puede venir por estar en paz con Dios. Solamente
cuando nos volvemos al Señor de todo corazón y somos perdonados,
podemos experimentar el gozo de la salvación (Salmo 51:6-12). Gozo
y fortaleza de Dios son dos conceptos que van de la mano; no pueden
alejarse el uno del otro. Nuestro Padre quiere que estemos gozosos y
fortalecidos en El. Esto hace que podamos tener la fortaleza del Señor
en nuestras vidas, aun en las circunstancias más difíciles.
GOZO EN LA TERMINOLOGÍA HEBREA Y GRIEGA:

‘SIMJÁH’. De la raíz ‘SAMAJ’ y la expresión ‘SAMÉAJ’. ‘SASÓN’,


‘MASÓS’, ‘RINNÁ’ de la raíz ‘RANAN’. Del griego ‘JARÁ’ =
Iluminación interior, recreación y deleite del alma, regocijo, alegría del
espíritu y contento permanente. Brillo de gozo y júbilo como en una
fiesta de bienvenida. Voz de regocijo, grito de alabanza, aplaudir,
pregonar, proclamar, cantar, entonar. Estar en calma y transmitir
nuestro bien a los demás. ‘SIMJÁH’ tiene que ver con la Sefiráh de
‘BINÁH’ (Entendimiento y comprensión).

¿CUÁL ES EL FRUTO DE LA PAZ?


No es la ausencia de conflictos. Tampoco es escapismo de la realidad o
callarse y evadir los problemas. PAZ es la tranquilidad sobrenatural de
una orquesta que va tocando en medio de una tempestad. Es esa
armonía interna frente al conflicto. La paz interna es esa coherencia
personal producida por el Espíritu del Padre que permite a la persona
llagar a una resolución de sus conflictos interiores, una limpieza de su
conciencia y un saneamiento de las heridas del alma.

PAZ en hebreo es “SHALOM” y significa paz completa; implica tener


salud, provisión y estar libres de cualquier temor.

La raíz de esta palabra es “SHALAM” que significa “estar completo,


restituir, pagar”. (Job 34:11 / Salmo 62:12 / Proverbios 13:13
/ Joel 2:25 / Filipenses 4:6,7).

PAZ es vivir en fe, sabiendo que así no tengamos momentáneamente


las cosas que necesitamos para estar en paz, podemos tener la paz que
viene de Dios, porque sabemos que Él está en control de nuestras
vidas y que suplirá todas nuestras necesidades. Pero sobre todo, que
estamos recibiendo algo gratis, es decir, que ya fue totalmente pagado
por nuestro Mesías Yeshua. Él pagó el precio que costaba nuestra
SHALOM (Paz completa):

Pero él fue herido [traspasado] por nuestras transgresiones [rebeliones],


molido por nuestra culpa y maldades; el castigo [precio necesario para
obtener] nuestra paz y bienestar cayó sobre él y por sus heridas [llagas]
hemos sido curados y sanados. (Isaías 53:5).
¿CUÁL ES EL FRUTO DE LA PACIENCIA?

No es quietismo. Para algunos la paciencia consiste en no hacer nada.


Es decir, no meterse, no opinar, no ensuciarse. No es resignación o
fatalismo. Para ciertas personas la paciencia es aceptar la situación tal
como está sin ningún deseo de cambiarla.

Del hebreo ‘ARAK’, del griego ‘MAKROTHIMIA’ = Capacidad de


soportar, de aguantar con una buena actitud. De ánimo y
temperamento largo (LONGANIMIDAD).

Cuando Pablo habla de la paciencia o longanimidad como uno de los


frutos del Espíritu, quiere decir esperar sin rendirse, no pasivos sino
activos mientras llega lo que esperamos. Implica que el Espíritu Santo
inspira en nosotros la persistencia y el equilibrio para que nada ni nadie
nos pueda aprtar de nuestras metas y convicciones.

Del griego ‘HUPOMONÉ’ = Describe una resistencia valiente que


desafía el mal. Resistencia activa a los poderes hostiles. Describe a un
soldado herido que soporta el dolor y sigue luchando contra el
enemigo. Se refiere a la capacidad de una planta para vivir en
circunstancias difíciles y desfavorables. Describe a un hombre que ama
el honor más que nada, y se mantiene firme frente a aquellos que lo
persuaden para actuar deshonestamente. Una constancia de conquista
y firmeza frente a la presión para rendirse.

PACIENCIA, según la Biblia, es entonces la perseverancia en la tarea


dada por Dios, aún cuando otros hayan desertado. Es llevar cautivo a
la obediencia al Mesías todo impulso irracional de ira, violencia o enojo
frente al mal que alguien nos hace o ante la ofensa deliberada, con el
propósito de darle a la otra persona la oportunidad de arrepentirse,
mejorar y crecer. Paciencia es tener una visión clara del fruto que el
Espíritu Santo ha sembrado en nosotros, lo cual nos lleva a actuar en la
Justicia divina, armados con la Sabiduría celestial y dando lugar a la
intervención del Padre en el momento preciso y oportuno.

RETRATO POÉTICO DE UNA PERSONA PACIENTE:

Una cierta sensación de belleza emana del conjunto de su fisonomía.


Pero es una belleza principalmente moral. El rostro de la PACIENCIA.
Sus ojos y su boca se adecuan recíprocamente con perfección y
armonía pera observar y expresarse.
Cada uno de sus rasgos es una impresión de justa medida, de fuerza,
de regularidad, que parece encontrar en la mirada su más alta y viva
representación.

Mirada límpida, serena, grave, habituada a analizar el mundo con un


sentido de dominio y una confianza en los recursos con que cuenta,
realmente admirable.

Mirada que deja trasparecer un alma de temple inquebrantable y


sosegada esperanza, capaz de enfrentar con fuerza y nobleza los
embates y los reveses de la vida, mientras comunica con sabiduría y fe
sus realizaciones, su sentido del derecho, su seguridad y su arte vital.

Tal conjunto de virtudes perfecciona la LONGANIMIDAD de su carácter,


elevando y fortificando su naturaleza con un valor e intensidad
incomparables, concedido por la Gracia Divina.

¿CUÁL ES EL FRUTO DE LA BENIGNIDAD?


Del hebreo ‘JÉSED’ (Nombre de otra Sefiráh o Emanación en el Árbol
de la Vida que representa Misericordia, Bondad y Amor).

‘JÉSED’ es igual a Piedad, belleza de alma, corazón agradecido,


benevolencia, clemencia, disposición de consolar. Favor, gloria, gracia,
merced, misericordia.

Del griego ‘JRISTÓS’, ‘JRISTÓTIS’ = De excelencia moral, benigno,


bueno, útil en carácter y en presencia.

Tales términos proceden ‘JRISMA’ = unción del Espíritu Santo,


dedicado a un oficio sagrado, y ‘JRISTÓS’ = Persona ungida. Epíteto
aplicado al Mesías como traducción de su identificación hebrea
‘MASHÍAJ’, castellanizado como CRISTO.

No es la mera capacidad de ser sociable o amigable, ni tampoco es sólo


una virtud humanitaria.

BENIGNIDAD es amor compasivo, sabiduría demostrada; el amor de


Dios que fue y es derramado en nuestros corazones para entregarlo a
otros en obras de justicia.
BENIGNIDAD es una disposición de amor hacia todos, aún a aquellos
con quienes no congeniamos. Es una determinación a ser "dulces y
mansos". Tales cualidades rompen las barreras de clase, raza y cultura,
y nos llevan a estrechar lazos afectivos con personas con quienes
humanamente no lo hubiéramos hecho.

BENIGNIDAD: Amabilidad – Benevolencia - Gentileza – Excelencia de


carácter – Dulzura de temperamento que proporciona agrado y
bienestar a los demás; tranquilidad de espíritu que disminuye el dolor
ajeno.

¿CUÁL ES EL FRUTO DE LA BONDAD?


Proviene del mismo vocablo hebreo ‘JÉSED’ del Árbol de la Vida que
representa Misericordia, Bondad y Amor. Igualmente del griego
‘JRISTÓS’, ‘JRISTÓTIS’ = De excelencia moral, benigno, bueno, útil
en carácter y en presencia.

No es sentimentalismo. No es simplemente sentir lástima por un


mendigo y darle una limosna. Tampoco es la filantropía de un
humanista. Es decir, no es la necesidad del hombre la que nos mueve a
este tipo de bondad.

SER BONDADOSO es hacer lo que el Eterno reconoce como bueno, es


decir, hacer lo que el Espíritu Santo desea hacer, con el fin de
beneficiar a otros en forma integral. Tiene como enfoque la voluntad
divina. Es la extensión del carácter de Dios. Por consiguiente ser
bondadoso es cumplir la voluntad del Padre para la gente que nos
rodea.

¿CUÁL ES EL FRUTO DE LA FE?


No es la ingenuidad de un niño tonto. Tampoco es la dependencia
neurótica de un vago. Existen demasiados evangélicos que piensan que
al echarse a "descansar" y no esforzarse, Dios contestará sus
oraciones.

FE del griego “PISTIS”: “Creencia, confianza, fidelidad,


juramento, compromiso, demostración y verdad”.
FE del hebreo “EMUNÁ”: Convicción innata, percepción de la Verdad
que trasciende la razón. Proviene de la raíz “Amén” cuyo significado
es “ASÍ ES” (Afirmación fehaciente de que creo y sé que lo que Dios ha
dicho es indefectiblemente cierto), lo cual muestra claramente su
relación con el vocablo hebreo “Emet” (Verdad).

FE-EMUNÁ es igual a Obediencia a lo que Dios dice que hagamos y


Confianza absoluta en su Palabra. Es sinónimo de “fidelidad”, “verdad”,
“probidad”, “lealtad”, “confianza”, “seguridad”, “sinceridad”,
“estabilidad”, “tranquilidad”, “sosiego”, “integridad”, justicia y “gracia”.
(Romanos 4:3 / 5:1 / Hebreos cap. 11).

FE es la meta de un visionario como Noé; la visión de uno a quien Dios


llama a realizar su voluntad, no importa si el mundo le considera loco.

¿CUÁL ES EL FRUTO DE LA MANSEDUMBRE?


Del hebreo ‘MARPÉ’ = Propiedad curativa, medicinal, sanadora.
Liberación de espíritu que produce placidez, serenidad y salud. Carácter
apacible.
Del griego ‘PRAOS’ y ‘PRAÓTIS’ = Gentil, humilde, manso. (Mateo
11:29).

No es ser cobarde. La mansedumbre no se acobarda frente a la


violencia de otros. Tampoco es falta de carácter o debilidad. Es ser
fuerte pero humilde y sereno.

LA MANSEDUMBRE significa "fuerza bajo control." Imagínate un


caballo salvaje que ha sido domado, ese caballo todavía tiene el mismo
poder de cuando era salvaje, pero ahora el poder ha sido controlado
para servir a su dueño.
Dos hombres en la Biblia son llamados mansos: Moisés y el Mesías
Yeshua. Ya los conocemos, ninguno de los dos era débil o cobarde. Dios
no espera que cedamos cada vez que alguien quiera manipularnos,
desviarnos del camino santo o controlarnos para aprovecharse de
nosotros. Quiere que actuemos con firmeza de carácter, con serenidad
y sabiduría, con fuerza bajo control, dando lugar a que el poder del
Eterno intervenga y calle al adversario.
LA MANSEDUMBRE es una estrategia de no violencia frente a las
provocaciones degeneradas, la cual no agrede al oponente sino que
lo desarma. Es la capacidad de asumir la violencia del otro para
liberarle en el poder del Mesías. Es hacer morir la agresividad del que
nos ataca con el poder irrebatible de la mansedumbre en nosotros
como fruto del espíritu (Proverbios 15:1-4).

¿CUÁL ES EL FRUTO DEL DOMINIO PROPIO?


No consiste en reprimir nuestra identidad. Tampoco es una virtud que
se busca a solas como un fin en sí misma. No es ascetismo o
aislamiento, aplicándose castigos a fin de dominar los apetitos
carnales. No es un fanatismo religioso inventado por grupos o sectas,
razas o culturas, etc.

ES LA AUTODISCIPLINA de nuestros apetitos carnales e inclinación


al mal (en hebreo YETZER HARÁ), con la fuerza del Espíritu del Eterno
morando en nosotros. Es una decisión de hacer la Voluntad del Padre y
ser ejemplos dignos del Mesías delante del prójimo.

DOMINIO PROPIO es la autodisciplina que pone toda nuestra vida,


sentimientos, deseos, impulsos y emociones bajo el Señorío del Señor
para vivir libres y rectos en su Presencia y ser "dueños de todo”,
gobernantes de todo en su Nombre. (Génesis 1:27,28 / 1ra.
Corintios 3:18-23).

Este valor o capacidad se resume en la palabra “Continencia”. En el


Nuevo Testamento aparece tres veces con el adjetivo griego
‘EGKRATES’ y ‘EGKRATEIA’ que significa: “Fuerte en una cosa”,
bien controlado en sus apetitos, dueño de sí mismo, esto es,
autocontrol o dominio propio.

Se usa también la palabra ‘NEFALIOS’ que se traduce Sobriedad,


Temperancia, ser o estar vigilantes y saber cuándo abstenerse de
una cosa. Se le reconoce como un fruto del espíritu, enfocado siempre
a una sobria disciplina y a ser espejos de templanza, teniendo como
modelo al Mesías en nuestras vidas. Es la Capacidad que tiene un
individuo de controlar, frenar y equilibrar sus acciones y emociones.

Se puede decir que el dominio propio es el resultado arduo y difícil de


un ejercicio de la personalidad. (Proverbios 25:28).
¿CUÁLES SON LAS DIFERENCIAS ENTRE UN
CREYENTE Y UN DISCÍPULO?
Hablar de discipulado es hablar de transferencia de vida.
YESHUA hablaba de un proceso, no de un suceso, en el que van
involucrados variedad de asuntos y disciplinas espirituales.

Lamentablemente, hablando de los hermanos que forman nuestras


congregaciones, buena parte de ellos no entienden a profundidad los
conceptos de discipulado y compromiso de vida. Nos preguntamos:
¿cuánto entiende el creyente sobre lo que es el verdadero compromiso?

En muchas iglesias abundan los espectadores itinerantes, cuya


búsqueda, de iglesia en iglesia, es más el reflejo de su propia
frustración por falta de compromiso que profundidad en su caminar con
el Mesías.

HABLAR DE DISCIPULADO Y COMPROMISO NO ES NADA


POPULAR.

Hoy en día sabemos de iglesias que crecen; pero nos preguntamos:


¿Cómo crecen?
¿Como el pasto (césped, grama)?  Muy verdes y frondosos a lo largo
y alto pero con poca profundidad.
¿O como verdaderos robles?  Árboles de justicia, plantíos de Jehová
para gloria suya (Isaías 61:1-3).
Urge que, como líderes, nos demos a la tarea de experimentar lo que
Pablo decía: «dolores de parto» (Gálatas 4.19) en el esfuerzo de formar
la vida del Mesías en otros.

HABLAR DE DISCIPULADO ES HABLAR DE UNA


TRANSFERENCIA DE VIDA.
Yeshua hablaba de un proceso, no de un suceso, en el que van
involucrados variedad de asuntos y disciplinas espirituales.

1. Es un proceso educativo-espiritual que logra hombres


obedientes al Eterno, lo cual es el paso inicial. Como proceso es
infinito. La finalidad es que los hombres piensen y vivan en los pasos
del Mesías.
2. Es una relación de maestro- alumno, basada en el modelo de
Yeshua y sus discípulos, en la cual el maestro reproduce en el
estudiante la plenitud de vida que él tiene en Dios, de tal forma que el
discípulo se capacita para adiestrar y enseñar a otros.

3. Es un compromiso personal de obediencia permanente con


el Mesías y con el Espíritu del Padre. Es el constante señorío de
Yeshua en el creyente. En otras palabras: Es nuestro sometimiento
total, continuo e invariable a la Palabra del Eterno, bajo el control y
dirección de su Santo Espíritu.

4. Ser un Discípulo del Señor es reflejar y demostrar un


constante crecimiento espiritual a la medida de la estatura de
nuestro Rey y Salvador.

DIEZ CUALIDADES QUE IDENTIFICAN A UN


AUTÉNTICO DISCÍPULO DEL MESÍAS Y LO
DISTINGUEN DE SER SOLO UN CREYENTE.
1. El creyente suele esperar por los panes y peces; el
discípulo es un pescador.
Hay creyentes cuya tarea principal es consumir lo que el reino ofrece.
Van a la iglesia solo a buscar que sus necesidades sean suplidas; se
hacen miembros pero pocas veces se disponen a servir al Señor con
todo lo que ser, dones y talentos. Son espectadores a los cuales
debemos convertir en auténticos pescadores de hombres.

2. El creyente lucha por crecer; el discípulo combate


para reproducirse y multiplicarse.
El creyente común no piensa en los demás sino en sí mismo. En que
sus carencias, debilidades y limitaciones sean suplidas por sus líderes y
pastores. Quiere aprender, no sabe defenderse muy bien y a veces es
arrastrado por cualquier viento de doctrina (Efesios 4:1-16).

El verdadero discípulo sabe quién es, qué tiene y qué puede en el


Señor; busca constantemente el Reino de Dios y su Justicia, NO la
añadidura (Mateo 6:25-33).
Se reproduce en otros, proclama la Palabra a multitudes, sigue un
perfil de flujo y transferencia de vida, impartiendo y compartiendo lo
que constantemente recibe del Padre.

3. El creyente se gana; el discípulo se hace.


Las personas que se entregan al Señor en nuestros servicios
evangelísticos, células, etc. no pueden ser contadas desde ya como
discípulos del Mesías sino como almas recién convertidas e interesadas
en conocer más de Dios. Allí es donde comienzan los «dolores de
parto», es decir, el verdadero trabajo de formarlos como discípulos. Un
famoso evangelista dijo: «Ganar una persona para Cristo cuesta un
diez por ciento de esfuerzo; pero hacer que permanezca en la fe
cuesta el noventa por ciento».

4. El creyente depende en gran parte de los pechos de


sus padres espirituales; el discípulo ha sido destetado
para servir. (1° Samuel 1.22-28).
Muchos creyentes inmaduros esperan que sus pastores se hagan
responsables por entero de su crecimiento espiritual y dependen de
ellos para todo. Cuando fallan o recaen, inmediatamente
responsabilizan a otros de no haberlos tomado en cuenta o atendido
mejor.

Al contrario, el discípulo nunca abandona su puesto, vive


comprometido, está bajo la autoridad de sus pastores pero no viviendo
de la fe de ellos sino de la suya propia; no culpa a nadie de sus
conflictos o pruebas sino que los supera y saca enseñanzas positivas de
ellos. No vive buscando leche espiritual sino enseñando y compartiendo
alimento sólido (Hebreos 5:12-14). Está listo para servir y ser la mano
derecha de sus pastores, su mejor ayuda, luchando brazo con brazo
con ellos en la visión mutua de implantar el Reino de Dios en los
corazones de los hombres.

5. El creyente gusta del halago, del reconocimiento; el


discípulo es un sacrificio vivo (Romanos 12:1,2).
El creyente se hiere emocionalmente por cualquier cosa o actitud de
sus hermanos, pastores o líderes. Se va de la iglesia por que le
trataron mal o porque no se sintió tomado en cuenta. Le encanta que
lo halaguen y reconozcan por lo que hace.
El discípulo ha superado todos esos motivos emocionales y
sentimentales. Su mayor cualidad es saber que es un sacrificio vivo,
santo y agradable para el Eterno, por eso ya no busca aplausos ni
reconocimientos humanos. Ya ninguna reacción emocional lo mueve de
su posición de ministro incondicional.

6. El creyente entrega parte de su tiempo y ganancias a


Dios; el discípulo entrega su vida.
El creyente piensa que hay un día, generalmente el domingo, que es el
día del Señor para ir a la iglesia, pero el discípulo sabe que cada día de
su vida le pertenece al Eterno, y por tanto, cada día de su vida lo vive
delante de Su Presencia, sin importar el lugar donde se encuentre.

El creyente llega a entender que el diezmo de sus ganancias es de Dios


y el noventa por ciento es propio; pero el discípulo sabe que el cien por
ciento de lo que posee le pertenece al Padre, se lo debe a ÉL, y el
Padre solo le demanda un diez por ciento para probar su fe y
prosperarle con el noventa por ciento que le deja.
El creyente comienza pensando que el templo es la casa de Dios; sin
embargo, el discípulo sabe que su propia vida es templo del Espíritu
Santo de Dios. Está persuadido de que Dios no desea un poco de él
sino que lo demanda todo.

7. El creyente puede caer en desánimo, resentimiento y


estancamiento; el discípulo es revolucionario, se niega
a sí mismo y nunca vuelve atrás.
Uno de los grandes peligros del creyente es quedarse atascado en la
monotonía de no hacer nada, en hacer siempre las mismas cosas o
detenerse en su avance espiritual por algún tropiezo o circunstancia.
Un discípulo auténtico y comprometido busca innovarse y renovarse,
avanza hacia la perfección y conquista áreas que antes no había
vencido.

8. El creyente busca que lo animen, que lo sostengan;


el discípulo es ejemplo, motiva y sostiene a otros.
Una de las cualidades que más atraen en la vida de todo discípulo, es
su ENTUSIASMO. ¿Por qué? Porque ENTUSIASMO significa «Tener a
Dios por dentro».
Lamentablemente las iglesias están llenas de creyentes que buscan
experiencias que los animen, que los llenen, que los mantenga
interesados; cuando la iglesia no cumple tales expectativas, entonces
buscan otra iglesia que sí «los llene»; y cuando esa nueva iglesia
tampoco satisface sus anhelos buscan una nueva, y así van como
saltamontes de un lado a otro sin echar raíces, sin dar frutos
permanentes. Pero un discípulo formado en Dios es excepcional porque
ha llegado a un nivel de madurez en que nada ni nadie lo puede turbar
o derrumbar; por el contrario, su vida es recipiente de ENTUSIASMO,
de ánimo, de fortaleza, porque se nutre de la fuente de vida abundante
que proviene del Mesías formado en él, y no depende de ninguna
circunstancia o motivo humano.

9. El creyente espera que le asignen tareas; el discípulo


está listo para asumir mayores responsabilidades y
hacer más discípulos.
El creyente por lo general se acerca a su pastor y le dice: «Pastor,
cuando necesite de algo, solamente llámeme», y luego se retira, a
veces sin la menor intención de involucrarse. Pero el discípulo hace tres
cosas: Primero, identifica necesidades; segundo, usa los dones y
talentos que Dios le ha dado para cubrir y resolver esas necesidades;
en tercer lugar, continúa capacitándose para servirle al Eterno y a su
Comunidad con mayor excelencia cada vez. No persigue cargos
eclesiásticos ni ascensos ministeriales, solo honra al Padre, crece
sirviendo y espera la honra que viene del Padre.

10. El creyente murmura, se queja de falta de amor;


el discípulo discierne, ama, crea el ambiente, obedece la
Palabra de Dios y vive para cumplir sus Mandamientos.
Uno de los pecados más dañinos en la iglesia de todos los tiempos es la
murmuración y la queja. El creyente inmaduro, impulsivo y sentimental
presta con mucha facilidad su lengua para esta práctica. En hebreo es
«LASHON HARÁH» (Lengua venenosa) Proverbios 6:12-19.

El verdadero discípulo del Señor se niega a sí mismo para no dar rienda


suelta a la queja y a la murmuración (1ra. de Pedro 3:8-12 / Santiago
3:1-10). Aprende a sufrir el agravio (1ra. Corintios 6:7). Toma la
decisión de ser pacificador y no hablar mal de nadie; crea ambiente de
unidad y amor; es un agente de perdón y reconciliación.
CONCLUSIÓN
Vivir la vida que realmente agrade al Eterno nunca fue, es, ni será una
tarea fácil, pero sabemos que tampoco es imposible porque la Palabra
dice que Dios nunca nos coloca una carga más allá de la que podemos
llevar. Yeshua por su parte nos asegura: “Mi yugo es fácil y ligera mi
carga”.
En otro orden de ideas, cumplir la Palabra de Dios, convertir sus
preceptos en principios de vida, renunciar cada día a los atajos y
sendas anchas de las ofertas mundanales, y llegar a la estatura de un
varón perfecto, al PERFIL DE UN DISCÍPULO, que es la medida de la
plenitud del Mesías, es el mayor de los retos, la aventura más
apasionante, la carrera más desafiante que nos plantea el Señor, con el
propósito de hacernos más que vencedores y otorgarnos los premios
del supremo llamamiento que nos ha hecho. Eso se llama PRECIO.

Para capacitarnos, fortalecernos, guiarnos y enseñarnos en el pago de


este precio, de estos desafíos imposibles, contamos con el VALOR
inigualable de la Presencia del Espíritu Santo del Padre en nosotros,
cuyo COSTO pagó Yeshua con su sacrificio redentor. Significa que sí
podemos.

De acuerdo a tales verdades, ponemos en sus manos este resumen


escritural de los Principios y Cualidades que conforman lo esencial del
PERFIL DE UN DISCÍPULO DEL REY DE REYES.

Que la RUAJ HA KODESH (La Presencia viva y activa, la Shekináh, el


Espíritu de Santidad del Eterno) nos alimente más y más cada día para
vivir y seguir viviendo en PERFECTA UNIDAD - FIDELIDAD -
LEALTAD - COMPROMISO - INTEGRIDAD - CONOCIMIENTO y
FRUTOS a través de estos tiempos finales que nos han alcanzado, y
hasta nuestra comparecencia en el Tribunal del Mesías para recibir las
calificaciones obtenidas, los premios asignados y entrar en el Olam
Habá (El Reino Venidero).

¡BARUJ HABÁ, B’SHEM ADONAI! (¡BENDITO EL QUE VIENE


EN EL NOMBRE DEL SEÑOR!).

Pr. Hugo B. Briceño

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