Vías Mesolimbica y Mesocortical
Vías Mesolimbica y Mesocortical
Vías Mesolimbica y Mesocortical
Manabí
Facultad de Ciencias de la Salud
Escuela de Enfermería
ENFERMERÍA DE LAS ADICCIONES
CATEDRÁTICA
DRA. MAGALY SCOTT
TEMA:
CIRCUITO DE RECOMPENSA
VIAS MESOLÍMBICA Y MESOCORTICAL
INTEGRANTES:
• Anchundia Loor Josselyn Thalía
• Cornejo Apolo Jorge Enrique
• Campozano Loor Eliana Romina
• Chávez Roldan Idelis Carolina
• Mendoza Mero Diana Liceth
• Moreira Loor Andrea Gabriela
• Zambrano Fajardo Jossenka Liseth
CIRCUITO DE RECOMPENSA
El objetivo último del sistema de recompensa es perpetuar aquellas conductas que al sujeto
le proporcionan placer. El consumo de sustancias, ya sea de manera directa o indirecta,
supone un incremento del neurotransmisor básico de este circuito, la dopamina, por lo que
el efecto hedónico aparece amplificado. Esta sensación placentera es la que hace que el
sujeto tienda a volver a consumir (Tirapu, Landa y Lorea, 2004).
La investigación en modelos animales ha permitido aclarar que uno de los mecanismos que
participa en las conductas adictivas es el sistema mesocorticolímbico, formado por
estructuras del cerebro medio como el Área Tegmental Ventral (ATV) y la sustancia negra,
y del cerebro anterior (amígdala, tálamo, hipocampo, corteza cingulada y corteza
prefrontal) entre otras áreas. Dicho sistema en su conjunto recibe el nombre de circuito del
placer o de recompensa (Volkow, Fowler y Wang, 2004).
Se trata de un circuito de alta complejidad que implica diferentes vías de comunicación
entre diversas áreas cerebrales. Así, el ATV recibe aferencias entorrinales, corticales
prefrontales y otras procedentes de regiones límbicas como la amígdala y el hipotálamo
lateral. También recibe proyecciones del locus coeruleus y de los núcleos del rafe, así como
del hipotálamo lateral y la corteza prefrontal (a los que a su vez envía eferencias). El ATV
envía proyecciones hacia el núcleo accumbens (NAc). Éste a su vez se conecta mediante
aferencias y eferencias con el hipotálamo lateral (influyendo en secrecciones
neuroendocrinas) y la corteza prefrontal. Igualmente este núcleo se conecta con estructuras
límbicas como la amígdala y el hipocampo, y con el tálamo dorsomedial. La función del
NAc es la de convertir señales recibidas del sistema límbico en acciones motivacionales a
través de sus conexiones con el sistema motor extrapiramidal. Este núcleo también se
conecta con los núcleos simpáticos y parasimpáticos del tronco y de la médula y con el
núcleo pálido ventral y globo pálido subcomisural; es decir, integra funciones motor-
viscerales y motor-somáticas (Everitt y Robbins, 2005).
Algunos psicótropos, como el alcohol o los opioïdes, actúan directamente sobre este
sistema cuando se introducen, inhalados o se inyectan en el organismo. El
disfuncionamiento del circuito de la recompensa sería al origen de trastornos de la
personalidad (alimentario, emocional...), o a la dependencia a sustancias (psicótropos) y a
situaciones (juegos d' dinero, juegos vídeos...).
De una manera más sencilla, el circuito de recompensa se compone de dos grandes vías
denominadas mesolímbica y mesocortical (en su conjunto denominadas
mesocorticolímbica), los núcleos del rafe y la amígdala (Goldstein y Volkow, 2002).
La vía mesolímbica
Es una de las principales vías dopaminérgicas. Se entiende por vía mesolímbica a uno de
los principales circuitos dopaminérgicos cerebrales, el cual conecta el mesencéfalo con
el sistema límbico yendo desde al área tegmental ventral hasta el núcleo accumbens,
conectándose con otras estructuras como la amígdala e incluso la corteza prefrontal.
Ello permite que nos acerquemos a la estimulación, permitiendo por ejemplo que queramos
comer o mantener relaciones debido a la experiencia de satisfacción. Del mismo modo. Su
correcto funcionamiento de esta vía nos permite aprender al reforzar nuestra conducta,
buscando repetir las mismas acciones en aquellas situaciones estimulares semejantes a las
que provocaron su activación de las sensaciones de gratificación. Con ello, nos permite en
gran medida el aprendizaje y el condicionamiento de la conducta. Asimismo tiene una
importante participación en aspectos como la gestión de las emociones y las reacciones
fisiológicas que de ellas se derivan, el control conductual, la impulsividad y la motivación.
1. Área tegmental ventral
Esta región cerebral es el punto de partida de la vía mesolímbica, situada en el tronco del
encéfalo. Mayor cantidad de receptores de dopamina posee, participando tanto en la vía
mesolímbica como en la mesocortical.
El mantenimiento de la motivación, la emoción y la cognición, así como en la
experimentación de placer.
Las neuronas de este área modulan la liberación de dopamina en otras áreas de la vía
mesolímbica.
2. Núcleo accumbens
Parte de los ganglios basales, el núcleo accumbens es una de las estructuras más
importantes del circuito de recompensa cerebral y de la vía mesolímbica
Se considera una extensión ventro-medial del núcleo caudado, por lo cual algunos lo llaman
el núcleo estriado ventral
Actúan la mayoría de las drogas, así como una de las más vinculadas a los procesos de
habituación y adquisición de las adicciones.
3. Amígdala
Extiende su principal porción a lo largo del piso del cuerno temporal del ventrículo lateral.
Esta estructura del hipocampo utiliza neurotransmisores inhibidores y excitadores para sus
funciones
Parte del sistema límbico, este núcleo agrupa el conjunto de fibras que conectan tálamo y
amígdala. Se vincula a la gestión del estrés y a la sexualidad (existiendo diferencias entre
sexos e identidades sexuales en esta área).
6. Corteza prefrontal
La corteza prefrontal es una de las áreas que rigen los aspectos cognitivos de la conducta,
permitiendo el uso de habilidades como la planificación y la inhibición de los impulsos. La
vía mesolímbica también se conecta con esta parte de la corteza cerebral.
Como hemos indicado anteriormente, la vía mesolímbica forma también parte del circuito
de recompensa cerebral, con lo que se asocia con la experimentación de sensaciones de
placer. En este sentido destaca su importancia a la hora de explicar el proceso adictivo de
los toxicómanos, la cual es debido a la facilitación y al agonismo de la dopamina que
tienden a generar un gran número de sustancias.
3. Trastornos de la alimentación
Como parte fundamental del circuito de recompensa cerebral, la vía mesolímbica también
participa en el proceso de alimentarse y está vinculada a las sensaciones de placer que
sentimos cuando comemos. La activación de esta vía se encuentra muy vinculada a la
presencia de trastornos de la alimentación que suponen una pérdida de control de los
impulsos, como ocurre con los atracones en los casos de bulimia y trastorno por atracón.
4. Otros trastornos
Vía mesocortical
Se conoce como vía mesocortical a la ruta o haz de neuronas que unen el área tegmental
ventral y la corteza cerebral, sobre todo a la altura del lóbulo frontal. La vía mesocortical es
una de las vías más importantes del sistema dopaminérgico, teniendo un papel de suma
importancia en la cognición, así como en las emociones y la afectividad.
Dentro del sistema dopaminérgico encontramos también otras vías cuyo principal cometido
es el de transportar la dopamina de un lugar del cerebro a otro. Las neuronas que
conforman estas rutas están formadas somas que sintetizan la dopamina, mientras que los
axones se encargan de transmitirla a lo largo de toda la vía.
Partes y estructuras
Como se nombra anteriormente, en la vía mesocortical están implicados principalmente el
área tegmental ventral (VTA) y la corteza cerebral. Además, esta conexión se realiza a
nivel del lóbulo frontal.
1. Lóbulo frontal
El lóbulo frontal se trata de un áreas de la corteza cerebral situada en la zona anterior del
cerebro, siendo su principal característica que este solamente está completamente
desarrollado en los animales más complejos como los vertebrados, principalmente los
homínidos.
Dentro de las funciones del lóbulo frontal se encuentran la producción lingüística y oral, así
como los movimientos fonoarticulatorios. Además, los lóbulos frontales tienen la
importantísima misión de coordinar las funciones ejecutivas. Estas funciones son las que
otorgan la capacidad de dirigir la conducta, la atención, la planificación, la secuenciación y
la reorientación del comportamiento.
Esta área también conocida como tegmento ventral está formada por un conjunto de
neuronas situadas en la línea media del piso del mesencéfalo.
Este área es el lugar de origen de la vía dopaminérgica mesocortical y tiene como función
regular el sistema de recompensa natural del cerebro. Por lo tanto, tiene un papel
fundamental en la motivación, el placer y el orgasmo, las adicciones, los sentimientos
amorosos y en algunos trastornos psiquiátricos.
3. Corteza cerebral
La corteza cerebral, también denominada como córtex cerebral, está formada por la red de
neuronas que forman el tejido que cubre la extensión de ambos hemisferios cerebrales.
Sus funciones se centran en gobernar la percepción, la imaginación, el pensamiento y la
razón.
Al igual que el resto de vías dopaminérgicas, la vía mesocortical tiene un papel de gran
relevancia dentro de una serie de funciones cerebrales esenciales para la salud mental de la
persona.
Estas funciones son por un lado la cognición como función ejecutiva, y las emociones y la
afectividad por el otro.
1. Cognición
2. Emociones y afectividad
Una emoción es una respuesta psicofisiológica a un determinado estímulo; bien sea una
persona, un lugar o situación, un suceso o los propios recuerdos de la persona.
Por lo que concierne a la afectividad, mientras que las emociones están asociadas a una
serie de reacciones corporales, la afectividad y los sentimientos se relacionan con la mente.
Asimismo, a diferencia de la emoción, la afectividad implica un proceso de interacción
entre dos o más personas.
Bibliografía
Bobes J, C. M. (2011). Manual de trastornos adictivos. Madrid: Adamed.