Caperucita Roja

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Caperucita roja

Narrador: Había una vez hermosa niña llamada Caperucita Roja…

Madre: Caperucita, la abuela está enferma. Sé una buena niña y llévale esta canasta de comida.

Caperucita: De acuerdo, mamá.

Madre: Aquí tienes un pastel, algo de pan y miel.

Caperucita: Ya mismo la llevo, creo que seguiré el sendero del bosque.

Madre: Sí, por favor, ve directo a casa de la Abuela y ¡no hables con ningún extraño!

Narrador: Caperucita se desvía un poco del camino para flores para su Abuelita cuando se
encuentra con la caperucita azul…

Caperucita azul: Hola, ¿Qué llevas en esa canasta? ¿Puedo ver?

Caperucita roja: No tengo tiempo, déjame pasar, tengo que llegar a casa de la abuela.

Caperucita azul: ¿No quieres intercambiar canastas? Ésta tiene algo muy interesante en su
interior. (Muestra una canasta)

Caperucita roja: No, ya déjame en paz o le diré a la abuela que me querías quitar mi canasta.
Caperucita azul: (Le quita la canasta y la esconde tras su espalda) Si adivinas en que mano esta tu
canasta te la devolveré.

Caperucita roja: Devuélveme la canasta, no quiero jugar tu tonto juego.

Caperucita azul: Solo di en que mano esta la tuya.

Caperucita roja: Derecha, ya devuélveme la canasta.

Caperucita azul: Que aburrida eres, toma. (le devuelve la canasta)

Caperucita roja: Le diré a la abuela lo que me has hecho.

Caperucita azul: (se despide entre risas) Bueno, bueno. Adiós, aburrida.

Narrador: Caperucita se desvía nuevamente intentando alejarse de Caperucita Azul, pero se


encuentra con el lobo.

Lobo: (mirando la canasta) ¿Hacia dónde vas, pequeña?

Caperucita: A visitar a mi Abuelita que está enferma.

Lobo: Hace unos instantes se han robado una canasta que me pertenece, y tú tienes ahí una
idéntica, ¿No serás tú la pequeña ladrona?

Caperucita: No, aquí tengo pastel, pan y miel. Lo siento Sr. lobo.
Lobo: Entonces muéstrame lo que tienes dentro de la canasta.

Caperucita: Ya le dije que llevo pastel, pan y miel. Tengo prisa sr. lobo tengo que entregar esta
canasta a mi abuelita.

Lobo: Y… ¿Dónde queda la casa de tu abuelita?

Caperucita: Al otro lado del bosque Sr. lobo.

Lobo: Deja que te acompañe. Este bosque es muy peligroso.

Caperucita: ¡Gracias! Es usted muy amable, Sr. Lobo, pero como ya le dije llevo mucha prisa.

Lobo: Está bien dulce niña, pero ten cuidado en tu camino, deberías seguir este otro sendero que
es más seguro y menos oscuro.

Caperucita: Muchas gracias.

Narrador: El lobo se aleja entre los árboles y Caperucita continúa su recorrido por el sendero que
le acababan de indicar. Mientras el hábil Lobo corrió por otro camino a la casa de la abuela y
golpeó a su puerta…

Abuelita: ¿Quién es?

Lobo: Soy Caperucita, te he traído comida.

Abuelita: ¡Ah! entra, querida. Estoy en mi cama.


Lobo: (Entrando) Hola Abuelita. ¡¡¡¡Sorrrrrrpresa!!!!.

Abuelita: ¡Ohhhh! ¡¡¡¡Socorro!!!! ¡¡¡¡Socorro!!!!.

Narrador: Caperucita azul que había llegado antes a casa de la abuelita se encontraba sentada en
el campo mientras pasaba el lobo hasta la casa de la abuelita y corrió a buscar ayuda.

Caperucita Azul: ¡¡Socorro, Socorro!! ¡¡Que alguien me ayude!!

Leñador: ¿Qué pasa niña?

Caperucita Azul: El lobo va a la casa de la abuelita, por favor hay que ayudarla.

Leñador: No será esta otra de tus maldades.

Caperucita Azul: ¡Es verdad! ¡Se lo juro, por favor ayúdeme!

Leñador: Está bien, Vamos.

Narrador: Pero el Lobo ya se había devorado a la abuelita, se vistió con sus ropas y se metió en la
cama a la espera de la niña. Caperucita Roja golpeó a la puerta…

Lobo: ¿Quién es?

Caperucita: Soy yo, tu nietecita.


Lobo: Entra, querida.

Caperucita: ¡Hola! Ohhh, Abuelita, ¡¡qué ojos tan grandes tienes!!

Lobo: Para verte mejor, tesoro.

Caperucita: Y Abuelita, ¡¡qué brazos tan largos tienes!!

Lobo: Para abrazarte mejor, tesoro.

Caperucita: Pero Abuelita, ¡¡qué dientes tan grandes tienes!!

Lobo: ¡¡Para COMERTE mejor!!

Narrador: Y el Lobo se devoró a Caperucita Roja en un parpadeo. Estaba tan satisfecho que pronto
se quedó dormido y empezó a roncar ruidosamente. Mientras el lobo dormía, el leñador entro
junto caperucita azul, a la casa de la abuela y al ver al lobo con la panza hinchada y dormido sobre
la cama de la abuela vistiendo sus ropas, le abrió la barriga y, de un salto, salieron la Abuelita y
Caperucita Roja…

Caperucita: ¡¡Muchísimas gracias!! (Abrazando al Leñador)

Abuelita: ¡¡Le estaremos siempre muy agradecidas!!

Leñador: ¡¡Ese malvado Lobo no las volverá a molestar nunca más!!


Narrador: Caperucita Roja prometió no volver a hablar con extraños nunca. Caperucita Azul
prometió no volver a jugarle bromas de mal gusto a la gente. Y todos ellos vivieron felices por
siempre.

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