Sentencia Del Desamor
Sentencia Del Desamor
Sentencia Del Desamor
Exp. 2016-000479
abogados Yoselyn Dulcey, Paulette Nunes, Antonio Denis de Jesús, Tomas Briceño y
FALCO, representada por los abogados Oswaldo Buloz Saleh, Nilka Cedeño Cedeño,
apelación, dictó sentencia en fecha 09 de mayo de 2016, mediante la cual declaró: 1) Sin
diciembre de 2015 dictada por el a quo, que dictaminó con lugar la solicitud de divorcio y
reconstituyó esta Sala de Casación Civil en fecha 2 de marzo de 2017, por los Magistrados:
Valentina Godoy Estaba; Secretario Temporal, Ricardo Antonio Infante y Alguacil: Roldan
Velásquez Durán.
del Magistrado que con tal ca rácter la suscribe, en los siguientes términos:
ÚNICA
principio.
habrían quedado demostrados los hechos constitutivos de la acción, sin hacer el debido
medio probatorio del actor con los hechos que dichos correos habrían dejado de manifiesto,
como: ‘con los medios probatorios que aportó a estos autos’, ‘con las pruebas aportadas
al proceso’, y ‘logró demostrar las diligencias que estaban realizando las partes con la
de esa forma –a su decir- el vicio de inmotivación por petición de principio en que habría
Según el recurrente, con esas “frases sin contenido”, no se puede determinar cuáles
serían los hechos que quedaron demostrados con los medios probatorios, ni cuáles o en qué
consistieron las diligencias que habrían realizado las partes con la intención de divorciarse.
hecho y de derecho que sirvan de fundamento a la decisión. Así, el artículo 243, ordinal 4°,
del Código de Procedimiento Civil, establece expresamente que toda sentencia debe
razonamientos lógicos expresados por el juez al analizar los hechos alegados y probados
por las partes y subsumirlos en las normas y en los principios jurídicos que considera
aplicables al caso.
juez a expresar los motivos de su decisión, se le garantiza a las partes la protección contra
de fundamentos y no cuando los mismos son escasos o exiguos, con lo cual no debe
las modalidades bajo las cuales puede configurarse tal vicio son las siguientes: i) Cuando
los motivos son tan vagos, generales, inocuos, ilógicos o absurdos que impiden conocer el
criterio jurídico que siguió el juez para dictar su decisión; ii) Cuando en la sentencia hay
una falta absoluta de motivos tanto de derecho como de hecho; iii) Cuando surge una
contradicción entre los motivos y el dispositivo, y; iv) Cuando hay una contradicción en los
manera clara, que las razones dadas por el juez en la sentencia de mérito, conforme al
noviembre de 2002).
Razón por la cual, la correcta motivación de los fallos judiciales, como expresión
Carta Política de 1.999, debe ser entendida como un deber de la jurisdicción, destinado a
judicial.
motivación, con la falta absoluta de fundamentos (cuando los motivos del fallo, por ser
casación.
abril del 2000, caso: Guillermo Alonso Cerdeño contra Luigi Faratro
estableció:
un silogismo lógico, a través del cual, el juez da por demostrado lo que tiene que ser
efectivamente probado, es decir, da por definido lo que tiene que ser objeto de definición.
al análisis de las razones de hecho que conllevaron a declarar la disolución del vínculo
conyugal, lo cual se traduce en inmotivación por petición de principio, debido a que el juez
por el actor a través del medio probatorio de correos electrónicos, es decir, no cumplió el
vinculante- de fecha 15 de mayo de 2014 dictada por la Sala Constitucional (vigente para la
demostrar que ambas partes estaban realizando las diligencias para el divorcio”, sin que
Sala, permite realizar el control de la legalidad del fallo, por cuanto refleja las razones de
hecho y de derecho que justificarían la declaratoria con lugar la demanda; razón por la cual,
esta Sala, al verificar que la sentencia posibilita que se entienda el por qué de lo prescrito,
I
De conformidad con lo previsto en el ordinal 2° del artículo 313 del
recurrida infringió por falsa aplicación el artículo 185 -A del Código Civil.
por más de cinco años, hecho que es el supuesto al que se refiere la norma
in commento.
cual señaló: “…la falsa aplicación de una norma jurídica ocurre cuando el
juez aplica una norma juríd ica, a una situación fáctica que no está
cuando el sentenciador aplica al caso bajo análisis una norma que no era la
la norma aplicable.
prolongada por más de cinco (5) años, hechos que se verifican fueron los
Del extracto del fallo transcrito se observa con meridiana claridad que el juez ad
quem declara el divorcio una vez que el actor, según lo establecido, “logró demostrar con
los medios probatorios que aportó a estos autos, los hechos constitutivos que crearan o
generaran un derecho a su favor una vez que la acción fue contradicha en los términos que
dispone el artículo 185-A del Código Civil, pues como hemos visto, con las pruebas
aportadas al proceso, logró demostrar las diligencias que estaban realizando las partes
norma seleccionada por el juez no sea aplicable al caso, lo cual no ocurre en el presente
asunto, pues el artículo 185-A, aplicado para declarar el divorcio, fue el invocado por el
actor para fundamentar su solicitud, y en dicho artículo se subsumen los hechos deducidos
II
la infracción de los artículos 12, 254, 395 y 506 del mismo código, así
Asimismo, delata por falsa aplicación, la transgresión del artículo 472 del
siguiente:
probado en autos.
decir, no utiliza la norma apropiada para resolver lo que debaten las partes
“Artículo 12. Los Jueces tendrán por norte de sus actos la verdad, que
procurarán conocer en los límites de su oficio. En sus decisiones el Juez
debe atenerse a las normas del derecho, a menos que la Ley lo faculte
para decidir con arreglo a la equidad. Debe atenerse a lo alegado y
probado en autos, sin poder sacar elementos de convicción fuera de éstos,
ni suplir excepciones o argumentos de hecho no alegados ni probados. El
Juez puede fundar su decisión en los conocimientos de hecho que se
encuentren comprendidos en la experiencia común o máximas de
experiencia. En la interpretación de contratos o actos que presenten
oscuridad, ambigüedad o deficiencia, los Jueces se atendrán al propósito y
a la intención de las partes o de los otorgantes, teniendo en mira las
exigencias de la ley, de la verdad y de la buena fe.”
“Artículo 254. Los jueces no podrán declarar con lugar la demanda sino
cuando, a su juicio, exista plena prueba de los hechos alegados en ella. En
caso de duda, sentenciarán a favor del demandado y, en igualdad de
circunstancias, favorecerán la condición del poseedor prescindiendo en
sus decisiones de sutilezas y de puntos de mera forma.
En ningún caso usarán los Tribunales de providencias vagas u oscuras,
como las de venga en forma, ocurra a quien corresponda, u otras
semejantes, pues siempre deberá indicarse la ley aplicable al caso, la
formalidad a que se haya faltado, o el Juez a quien deba ocurrirse.”
“Artículo 395. Son medios de prueba admisibles en juicio aquellos que
determina el Código Civil, el presente Código y otras leyes de la
República. Pueden también las partes valerse de cualquier otro medio de
prueba no prohibido expresamente por la ley, y que consideren
conducente a la demostración de sus pretensiones. Estos medios se
promoverán y evacuarán aplicando por analogía las disposiciones
relativas a los medios de pruebas semejantes contemplados en el Código
Civil, y en su defecto, en la forma que señale el Juez.”
“Artículo 472. El Juez, a pedimento de cualquiera de las partes o cuando
lo juzgue oportuno, acordará la inspección judicial de personas, cosas,
lugares o documentos, a objeto de verificar o esclarecer aquellos hechos
que interesen para la decisión de la causa o el contenido de documentos.
La inspección ocular prevista en el Código Civil se promoverá y evacuará
conforme a las disposiciones de este Capítulo.”
“Artículo 506. Las partes tienen la carga de probar sus respectivas
afirmaciones de hecho. Quien pida la ejecución de una obligación debe
probarla, y quien pretenda que ha sido libertado de ella, debe por su parte
probar el pago o el hecho extintivo de la obligación.
Los hechos notorios no son objeto de prueba”
una misma delación dos (2) aspectos referidos a la incorporación de la prueba (infracción
de ley) y a la demostración de hechos con pruebas cuya inexactitud resulta de actas mismas
del expediente (casación sobre los hechos), lo cual bajo esa forma conjunta le está vedado
justiciables una tutela judicial efectiva, la Sala observa que aún cuando resultaren
procedentes tales infracciones, ello conllevaría a una casación inútil, teniendo en cuenta la
nueva visión que se ha dado a la institución de naturaleza civil y de carácter social del
contenido adjetivo –vinculantes- infra analizadas concede a una de sus actuales causales, en
manifiesta en nuestros caracteres…”. Lo anterior responde a que nadie puede estar obligado
Por ello, una vez expresada en los términos descritos la voluntad de disolver la
unión matrimonial, “…debe tener como efecto la disolución del vínculo…” máxime si
cualquier posible discusión en cuanto a una eventual reconciliación estaría –como ocurre en
el sub iudice- fuera de contexto por ser ajena a las defensas que se plantearen.
Por las razones antes expuestas, esta Sala declara improcedente la presente
OBITER DICTUM
casación, no puede esta Sala de Casación Civil dejar de hacer las s iguientes
consideraciones:
jurídica constituida por la unión legal del hombre y la mujer, basada en una
Derecho Civil. IV. Derec ho de Familia. Ed. Bosch, 1990, Vol. I” , definió al
Ahora bien, tal institución debe ser disuelta, de la misma manera como se forjó, a
que el divorcio fue reconocido como causal de extinción del matrimonio, contemplado
introduce la figura del “divorcio-remedio”, o sea, la extinción del matrimonio cuando éste
ha dejado de cumplir el propósito fundamental al cual ha de servir, esto es, como vínculo de
De modo que, la disolución del matrimonio estuvo regulada por el Código Civil, en
su título IV “Del matrimonio”, capítulo XII denominado “De la disolución del matrimonio
y de la separación de cuerpos”, el cual comprende los artículos del 184 al 196, y procede
los esposos, el vínculo entre ambos deja de existir y de producir efectos jurídicos válidos.
Por el divorcio.
“Comentarios al Código Civil Venezolano. El Divorcio. Ed. Librosca, Caracas, pág. 73”,
como: “… la manera establecida por la ley para disolver el vínculo matrimonial, cuando
Familia y Sucesiones”, undécima edición, Caracas, 1992, pág. 172, como “La disolución
vínculo matrimonial entre los esposos, por la intervención de una autoridad judicial
facultada por las leyes, pero obviando que esta institución puede disolverse entre otras, de
la misma manera que como se creó, a través de la sola manifestación de la voluntad, sin
a) Separación de Cuerpos por más de un año (Artículo 188 del Código Civil):
Cuando una pareja de mutuo acuerdo decide separarse, pueden solicitar a un juez la
lleva a cabo mediante una solicitud escrita que deberá ser presentada personalmente por
cuerpos por el juez, ambos cónyuges se liberan de la obligación de vivir juntos, pero
año desde que el tribunal concede la separación y la pareja no se ha reconciliado, uno de los
documento o autorización.
b) Separación de hecho por más de 5 años (Artículo 185-A del Código Civil):
Si han transcurrido más de cinco años desde su separación de hecho, bastará con
que cualquiera de los cónyuges, acudan personalmente ante un tribunal acompañados por
documento formal, por ante los tribunales competentes y asistido por un abogado, en el cual
uno de los esposos solicita a un juez que se abra un juicio para determinar si su esposo o
esposa ha cometido una falta grave o es incapaz de vivir en matrimonio. El Código Civil
venezolano, en su artículo 185 sólo lo permitía en siete casos muy específicos, a saber:
“Artículo 185.- Son causales únicas de divorcio:
1º El adulterio.
2º El abandono voluntario.
5º La condenación a presidio.
es más sano para la familia llevar a cabo el divorcio de la pareja unida en matrimonio,
como una solución válida para poner fin a una situación dañina familiarmente, cargada de insultos, de irrespeto, de intolerancia y de
humillaciones, donde se relajan los principios y valores fundamentales en la familia como son, la solidaridad, el esfuerzo común y el respeto
recíproco entre sus integrantes. El divorcio remedio o solución, lejos de atentar contra el orden público, aboga por él al cuando el vínculo se ha
hecho intolerable, cuando el vínculo está roto, independientemente de a cuál de los cónyuges deba imputársele el incumplimiento, o sin existir
un derecho fundamental y relativo a la libertad del ser humano, solo limitado por los
derechos de los demás así como el orden público y social, permitiendo al individuo una
vida libre de coacciones, definido como un espacio de autonomía individual, de inmunidad,
frente al poder estatal. De modo que, mantener un proceso judicial para la disolución del
matrimonio que implique que una de las partes deba probar alguna de las causales
vínculo matrimonial.
sobre sus pretensiones, concatenado con el artículo 16 del Código de Procedimiento Civil,
con lo cual el ciudadano puede “acceder a los órganos de administración de justicia para obtener una sentencia que satisfaga
su pretensión”.
los cónyuges; en consecuencia, nadie puede ser coaccionado a contraer nupcias, y, por
interpretación lógica ningún ser humano está obligado a permanecer unido en matrimonio.
de la siguiente manera:
“…Por lo tanto, el matrimonio se erige como la voluntad de
las partes, nacida del afecto, para lograr los fines de la vida
en pareja y durante su lapso de vida constituir el pilar
fundamental de la sociedad organizada: la familia.
Así pues, en nuestra sociedad el contrato de matrimonio nace a través de
un vínculo afectivo de libre consentimiento preexistente entre dos
personas de distinto sexo, mediante el cual se genera una serie de
derechos y deberes con el fin de realizar una vida en comunidad.
Dentro de este orden de ideas, la institución romana del affectio maritalis
trataba acerca de la voluntad de ser marido o de ser mujer, viniendo a ser
el sustento fundamental del matrimonio, por lo que ha de ser continua y
su ruptura desembocaba en el divorcio.
Siendo así las cosas, el afecto, proveniente del latín affectus, refiere a un
sentimiento, el cual es el resultado de las emociones, hacia alguien o algo,
especialmente de amor o cariño, por lo que podemos concluir que el
afecto o cariño es la principal fuente del matrimonio y de su permanencia.
Es de agregar, tal y como en la institución del affectio maritalis, dicho
afecto que origina la unión de una pareja en matrimonio debe ser
permanente, por cuanto éste es la fuente directa de la creación del
contrato matrimonial y la existencia, de hecho, del vínculo marital
depende de tal afecto.
En este sentido, al momento en el cual perece el afecto y cariño ocurre el
nacimiento del desafecto, el cual es definido por la Real Academia
Española como la falta de estima por algo o alguien a quien se muestra
desvío o indiferencia.
Dicho desafecto consiste en la pérdida gradual del apego sentimental,
habiendo de una disminución del interés por el otro, que conlleva a una
sensación creciente de apatía, indiferencia y de alejamiento emocional, lo
que con el tiempo lleva a que los sentimientos positivos que existían hacia
el o la cónyuge cambien a sentimientos negativos o neutrales.
En este orden de ideas, resulta conveniente citar la Sentencia de la
Audiencia Provincial de Zamora, Reino de España, del 27 de Marzo de
2003, lo siguiente:
(…) se ha venido desarrollando doctrinalmente la (teoría) del
divorcio-separación remedio, con fundamento en la teoría de la
‘DESAFECCTIO’ y del principio que no pueden imponerse
convivencia no deseadas, por ello, AÚN CUANDO UNO DE LOS
CÓNYUGES SE OPONGA A LA SEPARACIÓN, los Tribunales
la vienen sancionando bajo el manto de la reciprocidad en los
deberes de convivencia, fidelidad, ayuda y cariño mutuo,
entendiendo que si por parte de uno ha desaparecido, es imposible
que el otro los cumpla porque el matrimonio es cosa de dos, la
perdida (sic) de la felicidad conyugal de cualquiera de ellos
convierte al matrimonio en un infierno. (Resaltado de esta Sala).
A este respecto tenemos pues que al momento en el cual perece el afecto
la relación matrimonial pasa a ser apática con un alejamiento sentimental
que causa infelicidad entre los cónyuges, por ende, al existir una falta de
afecto, entendida como desafecto, será muy difícil, prácticamente
imposible, que los cónyuges cumplan con sus deberes maritales.
De la misma forma, durante la unión matrimonial puede surgir la
incompatibilidad de caracteres entre los cónyuges, la cual consiste en una
intolerancia de alguno de los cónyuges para con su pareja, siendo
exteriorizada en diversas formas lo que genera una permanente aversión
que hace imposible la vida en común.
De modo pues que tales situaciones no se pueden encasillar a las causales
previstas en el artículo 185 del Código Civil, tal y como se estableció en
la sentencia n° 693/2015, ya que al ser sentimientos intrínsecos de alguno
de los cónyuges, estos pueden nacer o perecer de forma inesperada sin
que exista un motivo específico.
Es evidente entonces, que cuando aparece el fenómeno del desafecto o la
incompatibilidad entre los cónyuges, resulta fracturado y acabado, de
hecho, el vinculo matrimonial, por cuanto ya no existe el sentimiento
afectuoso que originó dicha unión, más sin embargo, esto no implica que,
desde el punto de vista jurídico se haya roto la unión matrimonial.
Por lo tanto y en razón de encontrarse, de hecho, roto tal vínculo que
originó el contrato de matrimonio, este no debe de seguir surtiendo
efectos en el mundo jurídico, motivo por el cual no se puede someter a un
procedimiento controversial al cónyuge que alegue o haga evidenciar el
desafecto o la incompatibilidad de caracteres en su demanda de divorcio,
pues esta Sala estando en franca sintonía con el respeto a los derechos
constitucionales relativos a la libertad y el libre desenvolvimiento de la
personalidad, desarrollados en la sentencia 693/2015, estableció la
posibilidad de que la ruptura jurídica del vínculo matrimonial se pueda
generar por causas no previstas en la legislación patria, es decir, que el
desafecto y la incompatibilidad de caracteres, creadores de disfunciones
en el matrimonio y la familia, siendo esta la base fundamental para el
desarrollo de la sociedad, pueden ser alegados con el fin de obtener una
sentencia que disuelva el vínculo jurídico que une a los cónyuges, para así
lograr el desenvolvimiento efectivo de los principios, valores y derechos
constitucionales que rigen la materia, así como la protección familia[r] y
de los hijos –si es el caso- habidos durante esa unión matrimonial en la
cual se produjo el desafecto o la incompatibilidad señalada.
Por ello, a los fines de la protección familiar debe entenderse el divorcio
como una solución al conflicto marital surgido entre los cónyuges, con el
propósito de aligerar la carga emocional de la familia.
(...Omissis...)
En consecuencia, considera esta Sala que con la manifestación de
incompatibilidad o desafecto para con el otro cónyuge apareja la
posibilidad del divorcio en las demandas presentadas a tenor de lo
dispuesto en el artículo 185 y 185-A, que conforme al criterio vinculante
de esta Sala no precisa de un contradictorio, ya que se alega y demuestra
el profundo deseo de no seguir unido en matrimonio por parte del
cónyuge-demandante, como manifestación de un sentimiento intrínseco
de la persona, que difiere de las demandas de divorcio contenciosas.
En efecto, la competencia de los Tribunales es producir como juez natural
conforme lo dispone el artículo 49 constitucional, una decisión que fije la
ruptura jurídica del vínculo con los efectos que dicho divorcio apareja, sin
que pueda admitirse la posibilidad de que manifestada la existencia de
dicha ruptura matrimonial de hecho, se obligue a uno de los cónyuges a
mantener un vínculo matrimonial cuando éste ya no lo desea, pues de
considerarse así se verían lesionados derechos constitucionales como el
libre desenvolvimiento de la personalidad, la de adquirir un estado civil
distinto, el de constituir legalmente una familia, y otros derechos sociales
que son intrínsecos a la persona....” (Negrillas de la sentencia citada,
subrayado agregado).
artículo 185 del Código Civil y estableció, con carácter vinculante, que las
divorcio por las causales previstas en dicho artículo o por cualquier otra
razones sobrevenidas estar interesado en poner fin al matrimonio. Ese interés debe
una demanda donde pueda obtener una sentencia que ponga fin al vínculo conyugal.
Además, califica la taxatividad del artículo 185 del Código Civil como una
regulación pre constitucional escasa, incapaz de satisfacer las expectativas creadas frente a
las vicisitudes de la vida y las nuevas tendencias sociales, y que establece una limitación al
divorcio contenidas en el artículo 185 del Código Civil no son taxativas, por lo cual
cualquiera de los cónyuges podrá demandar el divorcio por los motivos previstos en dicho
artículo o por cualquier otra situación que estime impida la continuación de la vida en
separación de hecho alegada por alguno de los cónyuges por más de (5) años, procediendo
Ahora bien, ¿Qué ocurre cuando el otro cónyuge no compareciere o negare el hecho
y señaló lo siguiente:
“…la actual Constitución tiene otros elementos para entender
jurídica y socialmente a la familia y al matrimonio y que
implica un examen de la constitucionalidad del comentado
artículo 185 -A de origen preconstitucional.
En este sentido, el artículo 75 de la Constitución de 1999
considera a la familia una asociación natural de la sociedad;
pero así ella sea natural, tod a asociación corresponde a una
voluntad y a un consentimiento en formar la familia.
Igualmente, considera que la familia (asociación fundamental)
es el espacio para el desarrollo integral de la persona, lo que
presupone –como parte de ese desarrollo integr al– la
preparación para que las personas ejerzan el derecho al libre
desenvolvimiento de su personalidad, sin más limitaciones que
las que derivan del derecho de los demás y del orden público y
social. Por su parte, el artículo 77 eiusdem establece la
protección al matrimonio, entre un hombre y una mujer fundada
en el libre consentimiento y en la igualdad absoluta de los
derechos y deberes de los cónyuges, lo que se concatena con los
lineamientos del referido artículo 75.
De allí que, el matrimonio solo pu ede ser entendido como
institución que existe por el libre consentimiento de los
cónyuges, como una expresión de su libre voluntad y, en
consecuencia, nadie puede ser obligado a contraerlo, pero
igualmente –por interpretación lógica – nadie puede estar
obligado a permanecer casado, derecho que tienen por igual
ambos cónyuges. Este derecho surge cuando cesa por parte de
ambos cónyuges o al menos de uno de ellos –como
consecuencia de su libre consentimiento – la vida en común,
entendida ésta como la obligación de los cónyuges de vivir
juntos, guardarse fidelidad y socorrerse mutuamente (artículo
137 del Código Civil) y, de mutuo acuerdo, tomar las
decisiones relativas a la vida familiar y la fijación del
domicilio conyugal (artículo 140 eiusdem). En efecto, esta
última norma del mencionado Código prevé que el domicilio
conyugal “será el lugar donde el marido y la mujer tengan
establecido, de mutuo acuerdo, su residencia ”.
Ahora, a pesar de ser estas normas pre -constitucionales –con
relación de la Constitución vigente –, ellas encajan
perfectamente en las características del matrimonio según la
Constitución de 1999, ya que el consentimiento libre para
mantenerlo es el fundame nto del matrimonio, y cuando éste se
modifica por cualquier causa y por parte de cualquiera de los
cónyuges, surge lo que el vigente Código Civil Alemán en su
artículo 1566, califica como el fracaso del matrimonio, lo cual
se patentiza por el cese de la vi da en común, uno de cuyos
indicadores es el establecimiento de residencias separadas de
hecho y que puede conducir al divorcio, como lo reconoce el
citado artículo. La suspensión de la vida en común significa que
el consentimiento para mantener el vínculo ha terminado, pero
ello no basta per se, ya que el matrimonio, con motivo de su
celebración mediante documento público da la certeza para que
surja la presunción pater is est (artículo 201 del Código Civil),
la existencia de un régimen patrimonial -matrimonial que crea
efectos entre los cónyuges (artículo 148 eiusdem) y, con
respecto a terceros, la posibilidad entre ellos de efectuar
capitulaciones matrimoniales con motivo del matrimonio y
registrarlas, surgiendo negocios que puedan involucrar a
terceros sin que éstos pertenezcan al régimen patrimonial -
matrimonial e igualmente permite determinar los efectos
sucesorales entre cónyuges, y hace necesario que la ruptura del
vínculo matrimonial requiera una sentencia emanada de un
tribunal competente para dictarla , mediante los artículos 185 y
185-A del Código Civil.
Justamente, entre las causales de divorcio hay dos que se
fundan en la modificación del libre consentimiento de uno de
los cónyuges de mantener la vida en común, las cuales son: el
abandono voluntario (ordinal 2° del artículo 185 del Código
Civil) y la separación de hecho por más de cinco años (artículo
185-A eiusdem), la cual al igual que la separación de cuerpos
decretada judicialmente, bien como resultado de un proceso a
ese fin o bien por mutuo cons entimiento, requiere de una
declaración judicial que la reconozca como requisito previo al
divorcio. Luego, para el derecho venezolano, el cese de la vida
en común por voluntad de ambos o de uno de los cónyuges es
una causal de divorcio, de igual entidad e n todos los anteriores
supuestos, ya que en la actualidad se adapta a la previsión del
artículo 77 constitucional, según el cual el matrimonio se
fundamenta en el libre consentimiento. Adicionalmente, la Ley
Aprobatoria del Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos (artículo 23 -3), como la Ley Aprobatoria de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos (artículo 17 -
3), establecen que el matrimonio no puede celebrarse sin el
libre y pleno consentimiento de los contrayentes; derecho que
también está contemplado en el artículo 16 -2 de la Declaración
Universal de los Derechos Humanos. Estos derechos, conforme
al artículo 19 de la Constitución vigente, son de goce y
ejercicio irrenunciables, indivisibles e interdependientes y
regidos por el principio de progresividad y sin discriminación
alguna.
Sobre este particular, la Sala de Casación Social de este
Tribunal Supremo de Justicia, en sentencia n.° 192 del 26 de
julio de 2001 (caso: Víctor José Hernández Oliveros contra
Irma Yolanda Calimán Ramos ) declaró que “[e] l antiguo
divorcio–sanción, que tiene sus orígenes en el Código Napoleón
ha dado paso en la interpretación, a la concepción del divorcio
como solución, que no necesariamente es el resultado de la
culpa del cónyuge demandado, sino que constituye un remedio
que da el Estado a una situación que de mantenerse, resulta
perjudicial para los cónyuges, los hijos y la sociedad en
general”.
Por tanto, conforme a las citadas normas, a juicio de esta Sala,
si el libre consentimiento de los contrayentes es n ecesario para
celebrar el matrimonio, es este consentimiento el que priva
durante su existencia y, por tanto, su expresión destinada a la
ruptura del vínculo matrimonial, conduce al divorcio. Así, debe
ser interpretada en el sentido que –manifestada formal mente
ante los tribunales en base a hechos que constituyen una
reiterada y seria manifestación en el tiempo de disolver la
unión matrimonial, como es la separación de hecho,
contemplada como causal de divorcio en el artículo 185 -A del
Código Civil –, ante los hechos alegados, el juez que conoce de
la solicitud, debe otorgar oportunidad para probarlos, ya que un
cambio del consentimiento para que se mantenga el matrimonio,
expresado libremente mediante hechos, debe tener como efecto
la disolución del vínculo, si éste se pide mediante un
procedimiento de divorcio. Resulta contrario al libre
desenvolvimiento de la personalidad individual (artículo 20
constitucional), así como para el desarrollo integral de las
personas (artículo 75 eiusdem), mantener un matrimon io
desavenido, con las secuelas que ello deja tanto a los cónyuges
como a las familias, lo que es contrario a la protección de la
familia que debe el Estado (artículo 75 ibidem).
Por otra parte, el artículo 137 del Código Civil, que refiere la
obligación d e los cónyuges de cohabitar, establece:
“Artículo 137. - Con el matrimonio el marido y la mujer
adquieren los mismos derechos y asumen los mismos
deberes. Del matrimonio deriva la obligación de los
cónyuges de vivir juntos, guardarse fidelidad y socorrerse
mutuamente”.
Planteada así la situación, no hay razón alguna, salvo una
estrictamente formal, para sostener que en casos de que se
invoque el abandono voluntario para solicitar el divorcio
(artículo 185.2 del Código Civil) o que se pida la conversión en
divorcio de la separación de cuerpos por mutuo consentimiento
decretada judicialmente (artículo 185 del Código Civil), se
pruebe en el procedimiento de divorcio que el abandono existió,
o que no hubo reconciliación (artículos 759 y 765 del Código de
Procedimiento Civil), mientras que para el caso de que en base
al artículo 185 -A del Código Civil, se pida que se declare el
divorcio por existir una separación de hecho permanente por
más de cinco años, no se ventile judicialmente la existencia real
de tal situación por el solo hecho de que uno de los cónyuges
(el citado) no concurriere a la citación, o no reconociere el
hecho, o el Ministerio Público simplemente se opusiere.
Sostener esta última solución, a juicio de esta Sala
Constitucional crea una discriminaci ón ante una situación de
naturaleza idéntica en los mencionados casos de suspensión de
la vida en común, suspensión que denota que un presupuesto
constitucional del matrimonio: el libre consentimiento para
mantenerlo de al menos uno de los esposos, ha deja do de
existir.
Ante la negativa del hecho de la separación por parte del
cónyuge demandado prevista en el artículo 185 -A del Código
Civil, el juez que conoce la pretensión debe abrir una
articulación probatoria para constatar si es cierto lo que señala
el solicitante, la cual será la del artículo 607 del Código de
Procedimiento Civil, ya que ante un caso de igual naturaleza: la
petición de conversión de la separación de cuerpos por mutuo
consentimiento en divorcio, el Código de Procedimiento Civil
en su art ículo 765 prevé que si citado el cónyuge que no
solicitó la conversión, éste alegare reconciliación, se abrirá la
articulación probatoria del artículo 607 del Código de
Procedimiento Civil para que se pruebe la reconciliación,
habiendo quedado ya probada l a suspensión de la vida en común
con el decreto judicial que autoriza la separación de cuerpos.
Por ello, no encuentra esta Sala ninguna razón para que una
articulación probatoria similar no sea ordenada, para probar la
separación de hecho, si al aplicarse el artículo 185 -A del
Código Civil, el cónyuge demandado (quien no solicitó el
divorcio) no compareciere, o se limite a negar los hechos, o el
Ministerio Público objete la solicitud. La diferencia es que en
el caso de la conversión de la separación de cue rpos en
divorcio, la carga de la prueba de la reconciliación la tiene
quien la invocó, y en el caso del mencionado artículo 185 -A, la
carga de la prueba de la separación de hecho prolongada la
tiene quien solicita el divorcio. Debe advertir la Sala, que la
interpretación del artículo 185 - A del Código Civil, en razón de
la actual Constitución (artículo 77), del desarrollo de la
personalidad, de la expresión del libre consentimiento, que se
ha manifestado por aquel (cónyuge) quien suspendió la vida
conyugal por un tiempo que el legislador lo consideró
suficiente, no puede ser otra que ante la no comparecencia del
otro cónyuge o la negativa por éste de los hechos, o la objeción
del Ministerio Público, por tratarse de una negativa u objeción
a los hechos (negat iva que está involucrada en la no
comparecencia del cónyuge de quien solicitó el divorcio),
resulta absurdo interpretar que los hechos afirmados no los
puede probar quien los alega. Es un principio de derecho que
cuando se alegan hechos, ellos tienen que s er objeto de prueba,
ya que ésta tiene como fin primordial y material constatarlos; y
el artículo 185 -A, plantea la negativa del hecho alegado por el
solicitante del divorcio, quien, ante tal negativa, debe probar
que no existe tal separación.
(...Omissis...)
Razones todas estas que generan certeza y convicción en esta
Sala, que una interpretación del artículo 185 -A del Código Civil
conforme con la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela, debe ser aquella que admita la apertura de una
articulación probatoria para el supuesto que cualquiera de los
cónyuges cuestione la verificación de la ruptura de la vida en
común por un tiempo superior a cinco (5) años…” (Resaltado
del fallo citado).
el caso de la ruptura prolongada de la vida en común, que tal como ocurre en la petición de
abra una articulación probatoria para que la parte que niega la veracidad del fin de la vida
en común pruebe sus dichos ante el juez, evitando así que el caso sea desechado
personalidad, para cuyo ejercicio se requiere del consentimiento, ya que nadie puede estar
un debate probatori o en donde las partes puedan comprobar los hechos que
sus posturas.
artículo 185-A del Código Civil, no basta la negativa del otro cónyuge para que el
Venezuela, todo aquel que acude a un órgano jurisdiccional para formular una petición,
tiene el derecho constitucional a probar los fundamentos de su solicitud. Por tanto, también
libre consentimiento no solo opera para contraer matrimonio, sino también para no
judicial.
concreto aspecto procesal concluyendo que el artículo no regula un “divorcio por mutuo
En ese orden de ideas, esta Sala de Casación Civil acoge los criterios
intrínsecos a la persona.
incompatibilidad de caracteres (Artículo 185-A del Código Civil); a seguir por el cónyuge
interesado en obtener una sentencia con esa finalidad, en los siguientes casos:
Procedimiento Civil)
divorcio.
divorcio por uno solo de los cónyuges, el otro alegare la reconci liación, el
cónyuge solicitante para que se decrete el divorcio, en armonía con los preceptos
libre desarrollo de la personalidad como parte del derecho a la libertad, definen un espacio
voluntaria, establecido en los artículos del 895 al 902 del Código de Procedimiento
Civil, ordenando la citación del otro cónyuge (quien deberá comparecer representado o
debidamente asistido de abogado) y del Fiscal del Ministerio Público, pues una vez
tener como efecto la disolución del vínculo…”. Así lo refleja la sentencia 1070/2016 supra
probatoria, ya que tal manifestación no puede depender de la valoración subjetiva que haga
Por último, ratifica esta Sala que el fin que deben perseguir los
Por ello, una vez expresada en los términos descritos la voluntad de disolver la
unión matrimonial, “…debe tener como efecto la disolución del vínculo…” máxime si
cualquier posible discusión en cuanto a una eventual reconciliación estaría –como ocurre en
el sub iudice- fuera de contexto por ser ajena a las defensas que se plantearen, sin
condicionantes probatorios, pues no existe prueba del sentimiento de desafecto ya que ello
del afecto, lo cual es más acorde con las exigencias constitucionales del libre
procedimiento pretenda invadir la esfera privada del cónyuge solicitante y sin cuestionar el
libre desarrollo de su personalidad, pues las relaciones conyugales se establecen para vivir
excepcionales de duda, requerir alguna prueba que considere indispensable, sin permitírsele
motivos por los cuales el solicitante adoptó la decisión. El trámite es estrictamente objetivo
De conformidad con los artículos 274 y 320 del Código de Procedimiento Civil, se
condena en costas procesales a la recurrente.
Tribunal Supremo de Justicia, en Caracas, a los treinta (30) días del mes de marzo de dos
Presidente de la Sala,
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YVÁN DARÍO BASTARDO FLORES
Vicepresidente,
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Magistrada,
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Magistrada,
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El Secretario,