Folklore Indígena
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Los titulares de derechos de autor pueden usar sus obras como les
plazca dentro de los límites de la ley, y pueden impedir que otros las
utilicen sin su permiso. Poseen el derecho exclusivo de autorizar a
terceros a usar las obras, con sujeción a los derechos e intereses
jurídicamente reconocidos de dichos terceros, que a menudo se hallan
insertos en excepciones y limitaciones de la ley de derechos de autor.
Pero el uso por parte de pueblos indígenas y comunidades
tradicionales puede no estar recogido en las excepciones y
limitaciones de la ley.
No hubo política agraria para los mestizos, esto es, no se les asignaron tierras
para que las cultivaran, pero siempre gozaron de movilidad y así se fueron
ubicando en la zona rural. Los mestizos son los vaqueros y peones de las
haciendas. Muchos de ellos originaron pequeñas poblaciones dentro de las
haciendas, alquilando tierras a los dueños y sembrando esos suelos para
subsistir. Eran las llamadas rancherías. La aldea de Suyapa, vecina a
Tegucigalpa, surgió de una ranchería ubicada dentro de la hacienda
Por ejemplo, una de las costumbres más comunes a poder encontrar aquí y
que justamente bien se podría considerar como llamativa es la
de celebración de la abolición de la esclavitud, lo cual se relaciona de
gran manera con el final del Carnaval y el Festival Nacional de las Artes de
Antigua y Barbuda, ello a finales de julio e inicios de agosto.
Otros días festivos importantes son el aniversario de la independencia es
el 15 de septiembre, lo más común son los desfiles de la población y los
mensajes patrióticos, al igual que el día del trabajo donde miles de
trabajadores salen a marchar. En el Día de la Cruz que también es en
mayo las personas adornan pequeñas cruces de madera con todo tipo de
flores y papeles de colores que decoran sus casas previas a la temporada
de lluvias.
Aparte de ello en Honduras se puede encontrar también una gran tradición
religiosa relacionada al cristianismo, razón por la cual muchas de las
fiestas locales están destinadas a santos o bien a la Semana Santa. Cada
3 de febrero celebra la fiesta de su santa patrona la “Virgen de
Suyapa” donde la población crea las “mandas” que son peticiones directas
a la virgen que de cumplirse ellos también devuelven la gracia con alguna
promesa como dejar de beber.
En cuanto a comida, Honduras cuenta con una suculenta gastronomía
donde las tortillas de maíz son la base la dieta para todo trabajador de
campo, y suele acompañarse de plátanos fritos, queso blanco, arroz, carne
frita y la infaltable “Semidulce mantequilla” entre otros ingredientes que,
siempre están acompañados de un buen café. Podemos encontrar esta
dieta en los distintos restaurantes u hogares donde se sirve el desayuno, en
cualquier temporada del año.
También es muy conocida la deliciosa “Sopa de gallina” un plato que jamás
falta en la mesa hondureña. Entre otros platos representativos resalta la
preparación de “La baleada” una comida hecha de tortilla de harina, la cual
se dobla para colocar frijoles fritos y queso parmesano.
En Honduras los hombres conquistan haciendo uso de las “bombas” que
son piropos que llaman la atención de las mujeres.
En cuanto a música criolla destacan temas como “El candú”, “El pitero”,
“Flores de mimé” entre otros y por último se encuentran danzas folclóricas
como “Polka de la rosa” “Las escobas” “La pieza del indio”.
Mayormente mestiza.
LAS FERIAS
Habrá que saltar al siglo XX para encontrarse con el capítulo más vivo -no el
único- de lo que ha significado la cultura del negro
americano, como respuesta rebelde al racismo de los EE.UU. Me refiero al
movimiento llamado Renacimiento de Harlem59.
Harlem, la capital del mundo negro de habla inglesa, en los años 20 está de
moda. Produce poetas, novelistas, músicos, dramaturgos, bailarines, cantantes
que
dan a conocer, primero a los norteamericanos y después al mundo, lo que un
pueblo es capaz de expresar cuando lleva algo dentro de sí. No
sería nada fácil encontrar en ningún otro grupo nacional de inmigrados un
fenómeno como el del Renacimiento de Harlem.
El negro en Harlem era otro. Era muy diferente al que salía para trabajar en algún
lugar del «otro» Manhattan. Los blancos suben, en
la década de los 20, a Harlem para «sumergirse en una especie de puerto franco
de la vida de los 60 hastiados de la vida agitada y
nerviosa de la capital del mundo.
En estos eventos, intelectuales y representantes de organizaciones negras de América realizaron, por primera
vez, un "examen multidisciplinario de la problemática continental de la realidad social y de la cultura de los
africanos y sus descendientes en América".
Los congresos sirvieron como una palanca que impulsó, en distintos países, la formación de centros de
estudios y movimientos negros interesados en descubrir sus raíces y reafirmar su identidad.
Por estos motivos, es válido conocer las discusiones, las temáticas y las propuestas que se efectua-ron en
dichos congresos, como un ejercicio de valoración de estos aportes y como una respuesta a las posiciones
neoliberales de las clases dirigentes, que tratan de vaciar nuestra memoria histórica para seguir dominando.
Se ha tratado de ocultar o de invisibilizar que las culturas africanas cazaban y vendían sus
congéneres a los europeos por objetos que no tenían valor alguno, en el que se quedaban
seducidos ante el mefítico aroma en descomposición que emergía y de otros perfumes que
brotaban de tan olientes prendas que intercambiaban, en el que no importó que eran humanos y lo
peor del caso, es, que algunos venezolanos que (se autodenominan como afro descendientes)
aspiran a que se le reconozcan su ascendencia y están haciendo todo lo posible por invisibilidad
tal dinámicas históricas, a pesar de que éstas, no son como la lluvia, que se quitan su apariencia
de dama nostálgica para convertirse en una experiencia desgarradora o en un acto doloroso,
puesto que ella tiene la facultad, de esconderse bajo todo acto cotidiano, puesto que tiene la
facultad de disfrazarse, o desvanecerse para recordarnos su sabor amargo y desolado, porque
reconstruir lo anterior a lo ocurrido, implica un ejercicio doloroso que marcaría el carácter definitivo
de lo perdido. Por ello, (es recomendable revisar el término de descendiente puesto que éste se
utiliza dentro del derecho hereditario venezolano para heredar por vía directa.) no podemos
encubrir o tapar con un dedo tal realidad, en el que no se tuvo un gesto de humanidad para llevar a
cabo tal acción impía, en el que no importó que eran seres humanos, que pensaban, sentían y
además (…), que eran africanos, eran su propia gente, sus propios hermanos, familia, hijos, etc.
Por ello planteamos que la pérdida de lengua no es casual, puesto que tal actitud se convirtió en
gesto de irreverenciara contra los desmanes que venían cometiendo los reyezuelos africanos y una
respuesta que en su espíritu estaba impregnada de mucho odio hacia quienes integraban dicho
sistema, por el acto cruel e inhumano de ser tratados como mercancías (Pieza de ébano) por su
propia gente (los africanos), a los cuales no es importó las consecuencias que se originaron de tal
acción, a pesar que marcaron un hito de mucha transcendencia para la humanidad, lo cual permitió
que se convirtieran en sujetos creadores de la Cultura Negra y que el mundo cambiara su actitud,
que se hizo sentir a partir del siglo XVIII, en el que fueron adheridos como ciudadanos en los
nuevos estados-nación y con los mismos derechos de los estratos sociales, culturales y políticos.
En este sentido, no podemos aceptar que hoy no se quiera reconocer nuestro aporte a la
diversidad de la humanidad, y se le quiera dar un premio a quienes los cazaban y vendían (el
sistema tribal africano), sin importar las reminiscencias de ese acto cruel, e inhumano, para hoy sin
pena, con el mayor descaro, plantear que somos “descendientes de africanos", sin tomar en cuenta
las reminiscencias históricas, en el que se quiere imponer la premisa que somos un estado
plurinacional, pluricultural y plurilinguístico, cuando por el contario, debería existir un rechazo muy
marcado por parte de la sociedad venezolana, en contra de esa conducta que solamente
contribuyó a la preservación de intereses personales, a la división y fragmentación del país y a la
imposición de una conducta que niega la naturaleza del otro).
Esta ruptura total con el pasado es quizá la razón por la que algunos niegan que el
pueblo negro americano tenga propiamente una cultura.
No parece lógico afirmar, sin embargo, que deba hablarse de ruptura total con el
pasado. Existen numerosos estudios antropológicos que
hablan de la permanencia de innumerables «africanismos» en las costumbres,
dichos, cantos, ritmos, modos de vida, etc., que prueban
una cierta continuidad de la memoria del pasado, de la herencia oral de las cosas
de África que no se ha roto del todo. Valga como ejemplo
la permanencia, a lo largo de toda la costa e islotes de Carolina del Sur, del
gullah, esa curiosa mezcla de términos africanos e ingleses,
ininteligibles para los no negros.
Es cierto que el pueblo negro se adapta al nuevo contexto que le toca vivir,
debiendo vencer para ello enormes dificultades: la lengua, el
acceso a los libros y al papel, etc. Pero ello le obliga por una parte a mantener
muy viva la tradición oral, y por otra a ser muy creativo a
través de la espontaneidad, el sentido concreto (antropomórfico), y la
adaptabilidad a las nuevas circunstancias locales. En ese sentido no
es de extrañar que se desarrolle un sentido muy fuerte de la nostalgia (recuérdese
el canto de los blues) y de la alegría desbordante (muy
palpable en ciertos himnos y muchos spirituals).
Costumbres y tradiciones
En sus anteriores ediciones, el evento se ha realizado en la Plaza Cívica de Carapungo, por la
alta densidad de población afro que hay en ese sector de la Capital. Para este año el festival
se extenderá hacia otros sectores del Distrito para llevar a más público los saberes de los
abuelos y abuelas afro. El festival se desarrollará el 14 de julio en la Casa Comunal de El
Tingo (Valle de los Chillos) y el 28 de este mes en la Plaza cívica de Carapungo. Estos
eventos, denominados ‘Palenkes etnoeducativos’, se realizarán de 15:00 a 18:00. Para el 15 y
29 de julio se efectuarán varias jornadas de difusión de la riqueza musical afro con la
realización de festivales que se harán en las tres sedes barriales, de 10:00 a 19:00. Estos son
los denominados ‘Kilombos de los festivales’ y se llevarán a cabo en el Centro Recreacional
de El Tingo y la Plaza Cívica de Carapungo, respectivamente. Durante estos eventos se
contará con la presencia de dos íconos de la cultura afro: Papá Roncón y Mamá Zoilita,
quienes junto a los demás abuelos y abuelas impartir sus saberes a través de los cuentos y
leyendas que identifican a su cultura. Mitos y leyendas Muchas son las historias que el pueblo
afro ecuatoriano ha mantenido durante años. Al preguntarle a algunos de ellos la primera
respuesta que lanzan es, en la Costa ‘la tunda’, una mujer que se lleva a los niños que se
portan mal y en la Sierra ‘el duende’, un hombre pequeño que le gustan las mujeres de cabello
largo y ojos grandes. “Los abuelos siempre nos dijeron que los lunes no debemos ir a trabajar
al manglar, porque esos días son sagrados. Después de una semana de trabajo ese día el
manglar respira, hay que darle un espacio a la naturaleza. Se dice que el lunes es un día de
santos y de espíritus, y quien va ese día al manglar se embruja”, contó Kevin Santos, director
del grupo Melanina, el cual presentará su baile y música en ‘Bomba Pal Barrio’. Por su lado,
Andrés Espinosa, director de la agrupación Improvisando, que también se hará presente en
BPB, acotó que una de las historias que ha escuchado desde niño es la del diablo. “antes se
decía que no había que llevar a los niños a las fiestas, pero cuentan que el diablo utilizaba la
música para atraer a personas adultas y llevárselas al infierno, hasta que un niño no obedeció
a sus padres y se camufló en una fiesta y los alertó de lo que pasaba. Desde entonces los
adultos permiten que los niños estén en las fiestas”, manifestó. Danza y vestimenta Debido a
la similitud en la danza, forma de vestir, y demás costumbres de los afrodescendientes de la
Costa y Sierra ecuatoriana, hay quienes piensan que bailar marimba o bomba es lo mismo.
Los géneros musicales que se cultivan en la Costa tiene que ver a partir de la marimba como
instrumento bandera, y otros de percusión, como el bombo, cununo, guaza y maracas con la
que se interpretan bambucos, andarele y mapalé, que se encuentran en temas tradicionales,
como La caderona, El patacoré, Ay caramba, La canoíta, y otros. Además de estos géneros
existen los arrullos que tienen que ver con las divinidades y se los canta cuando celebran a
vírgenes, santos o el nacimiento de Cristo en Nochebuena. También hay arrullos que hablan
del ser humano y otros que se utilizan para las procesiones, comparsas, desfiles o en el
funeral de un niño. Los alabados en cambio se interpretan con las voces humanas cuando
muere un adulto. Mientras en la Costa se escucha música con tambores africanos, en la Sierra
en cambio se nota que los españoles influyeron en parte en la música afro, por lo que en la
bomba se incluye el sonido de la guitarra. Los grupos actuales han incluido bajo eléctrico,
timbales y otros instrumentos. La forma de bailar también es algo que diferencia a estos
ritmos, mientras en la Costa se lo hace de forma más espontánea, en la Sierra se lo hace de
forma introvertida, sin perder su característica de los afro. La vestimenta y forma de peinarse
son similares, pero los colores de la ropa son más vivos en la Costa.
Imágenes de la cultura negra