Renovando Nuestro Pacto Con Dios
Renovando Nuestro Pacto Con Dios
Renovando Nuestro Pacto Con Dios
Introducción
En esta porción del libro de Nehemías se describe brevemente una confirmación
del pacto del pueblo de Dios en Jerusalén, luego de décadas en el exilio de
Babilonia.
Nehemías 9:38 – A causa, pues, de todo esto, nosotros hacemos fiel promesa,
y la escribimos, firmada por nuestros príncipes, por nuestros levitas y por
nuestros sacerdotes.
Desarrollo
b. La renovación del pacto es firmada por los sacerdotes. Los líderes, los levitas
y los sacerdotes pusieron sus nombres por escrito en aquella renovación del
pacto. En la actualidad eso es algo que cada uno de nosotros también debe
hacer, puesto que somos sacerdotes en Cristo Jesús.
Esdras 6:17-19 –Pero tú eres Dios que perdonas, clemente y piadoso, tardo
para la ira, y grande en misericordia, porque no los abandonaste. 18 Además,
cuando hicieron para sí becerro de fundición y dijeron: Este es tu Dios que te
hizo subir de Egipto; y cometieron grandes abominaciones, 19 tú, con todo, por
tus muchas misericordias no los abandonaste en el desierto. La columna de nube
no se apartó de ellos de día, para guiarlos por el camino, ni de noche la columna
de fuego, para alumbrarles el camino por el cual habían de ir.
Conclusión
La reforma de Nehemías y de Esdras fue altamente efectiva, sin embargo con el
pasar del tiempo el pueblo cayó en otros pecados. En la historia encontramos a
Malaquías quien profetizó contra el pueblo a causa de diferentes pecados:
No vale la pena servir a Dios
La falta de fidelidad del pueblo en cuanto a sus diezmos y ofrendas.
El distanciamiento entre padres e hijos
Todo esto nos dejaba con la expectativa del nuevo pacto, ese en el que Dios
cambiaría nuestros corazones y nos sellaría con su Espíritu Santo de una manera
sin paralelos en la historia. Ese es el nuevo pacto que usted y yo disfrutamos, y
es un pacto que nos ha comprometido con la obra de Dios y con el resto de
hermanos del cuerpo de Cristo.
1 Pedro 2:9 – Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa,
pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó
de las tinieblas a su luz admirable;