Incs Unidad 1-2 y 3
Incs Unidad 1-2 y 3
INTEPRETACIÓN DE NORMAS DE
CONVIVENCIA SOCIAL
[SUBTÍTULO DEL DOCUMENTO]
UNIDAD 1
NOMBRE DEL ALUMNO
GRUPO: FECHA: CALIFICACIÓN:
ÉTICA: VALORES Y NORMAS PARA LA
CONVIVENCIA SOCIAL CONTEMPORÁNEA.
(Libro de Texto)
Derechos Reservados
Primera edición 2010
Segunda Edición 2011
Tercera Edición 2012
Cuarta Edición 2015
QUINTA EDICIÓN 2016
2017
Publicado por:
Mario Sánchez Sánchez
Calle 26, número 126 Bis, Despacho 1-B
Col. Maravillas
Ciudad Netzahualcóyotl
Estado de México
C. P. 57410
Impreso en México
ISBN (160 919 65 199 59 8)
1
ÍNDICE GENERAL
Páginas
PRESENTACIÓN DEL LIBRO…………………………………………………………….… 3
PRESENTACIÓN DEL MÓDULO…….…………………………………………………….. 5
Introducción...……………………………………….......................................................... 7
GLOSARIO…………………………………………………………..…………………...........
BIBLIOGRAFÍA …
Te felicito por haber llegado hasta esta etapa de tu vida, en la que has optado por continuar superándote
dentro del Sistema de Educación Media Superior del Colegio Nacional de Educación Profesional Técnica. Te
invitamos a seguir tu preparación con nosotros para enfrentar los múltiples e intrincados retos que te reserva la
vida profesional.
Este libro pretende ser una herramienta para tal fin. En él encontrarás íconos que te guiarán durante la lectura y
reflexión individual, acompañándote en esta hermosa aventura de construir aprendizajes significativos de manera
personal y colectiva con los compañeros y profesores. De esta manera, cada vez que encuentres un ícono podrás
estar seguro del significado de lo contenido en la página o el párrafo.
Conocer los valores que detenta una sociedad implica que su ciudadanía debe ser más participativa en las
resoluciones de los problemas sociales que se van dando por la dinámica social, en la que los hombres deben ser
respetuosos de los valores individuales y sociales. El conocimiento de ellos permite cada individuo los apliques en
su vida cotidiana.
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Ícono identificador de la unidad, mismo que avisa cuando has comenzado a tratar
una nueva unidad.
Ícono identificador del sumario, que enlista los temas principales que se tratarán en
la unidad.
En este libro encontrarás tres unidades, correspondientes al módulo de Interpretación de Normas de Convivencia
Social, que corresponden a:
1. Distinguir valores y patrones individuales en la sociedad, en diversos entornos acorde con la diversidad cultural.
2. Identificará la conformación de la sociedad en instituciones de diversa índole para asumir las reglas de
convivencia con responsabilidad.
3. Valorará el comportamiento del individuo en la sociedad en el marco de las normas jurídicas y
convencionalismos sociales para integrarse con responsabilidad al entorno.
La primera unidad te dará la oportunidad de conocer los diversos tipos de valores, las diversas instituciones
sociales creadas para continuar la sociedad y la forma de convivencia social característica de las sociedades que
existen, mediante mapas conceptuales que te ayudarán a comprender mejor el propósito de este apartado.
La segunda unidad, te llevará de la mano por un viaje dentro de los distintos elementos que comprenden el
estudio de las instituciones sociales creadas por el hombre, entendido como un ente social, así como de su
historia y principales exponentes.
La tercera unidad hace referencia al estudio del derecho como parte del individuo y del ser social; así como, de los
derechos humanos aplicados a los individuos de la sociedad. Conocer la clasificación del derecho, los tipos y
características de las obligaciones que se contraen entre individuos y la persona y las instituciones.
Por último te recuerdo que con las actividades y ejercicios realizados debes crear TÚ Carpeta de Evidencias,
ordenándolas por página y número de actividad o ejercicio que se trate, además de incluir el llenado de una hoja
de evaluación, donde deberás anotar tus calificaciones para ser contabilizadas.
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INTERPRETACIÓN
EL MÓDULO ES DE NORMAS DE
CONVIVENCIA
SOCIAL
3.- EL ESTUDIO
DEL DERECHO Y
DE LOS DERECHOS
HUMANOS
Solo me queda hacerte una invitación a recorrer sus páginas y deleitarte con esta herramienta creada pensando
en ti y en tu porvenir.
¡Disfrútalo mientras aprendes y aprovecha este tiempo para estudiar y formarte, pues
recuerda que muchas cosas no podrás recuperar, una de ellas es el tiempo!
Recuerda que el éxito no es resultado de la suerte sino de la constancia.
¡ÉXITO, POR SIEMPRE!
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PRESENTACIÓN DEL MÓDULO
¿Por qué el hombre crea los valores? Esta es una de las tantas inquietudes que tiene el homo moderno, ya que en
su larga experiencia social este ha creado diversas instancias para controlarse a si mismo y una de ellas
concretamente son los valores; los cuales pertenecen a una de las inquietudes filosóficas, centrada en la
axiología, donde se plantean problemas que preocupan tanto al hombre individual como al social, y al encontrar
diversas respuestas solo busca la fundamental que le permita construirse a si mismo en concordancia con los
demás miembros de sus sociedad.
Abordaremos estos cuestionamientos ayudados de la axiología, como rama de la misma filosofía o como dijera
Marx, en su obra “El Capital”…El materialismo es la piedra de toque de la dialéctica y las modernas ciencias
naturales nos brindan para ello un acervo de datos extraordinariamente copiosos y enriquecidos con cada día que
pasa, demostrando con ello que la naturaleza se mueve por los cauces dialécticos y no por los carriles
metafísicos… con ellos diremos que trataremos de ser lo más objetivos en nuestras exposiciones para que
entiendas mejor porque es importante estudiarlos.
El presente trabajo tiene como finalidad ser una ayuda para el alumno del sistema Conalep que se compone de
recomendaciones sobre la materia de Interpretación de Normas de Convivencia Social y ejercicios variados que
posibilitan la reflexión de los alumnos, encaminados a desarrollar las habilidades convenientes dentro del ámbito
social de los alumnos que cursan la materia del subsistema de bachillerato Conalep.
Este material está pensado para que a la par que recibes una parte de teoría y otra de ejercicios, actividades y
lecturas ya que es necesaria la autorreflexión sobre los temas que se desarrollarán durante el curso en la materia,
está sea la causa por la que se hizo esté material para servir como un apoyo didáctico para los alumnos.
Creo que es necesario un material con estas características donde se permita ejercitar al alumno las habilidades
de la reflexión y análisis de situaciones concretas que permitan visualizar los temas de la materia, y que cumpla
con las necesidades de los alumnos que cursan las materias de ciencias sociales, las cuales pretenden desarrollar
sus habilidades de convivencia social. Sin embargo, considero necesario acrecentar sus habilidades analíticas y
de expresión oral y escritas por medio de ejercicios diferentes a los tradicionales, para cumplir esto se tomaron en
cuenta diferentes modelos de enseñanza.
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UNIDAD 1
Identificación de los valores.
Propósito: Distinguirá valores y patrones individuales y
en sociedad, en diversos entornos acorde con la
diversidad cultural.
− Respeto y tolerancia
La religión
− La fe
− Las principales religiones del mundo
Disvalores.
− Físicos
− Sociales
− Afectivos
− Intelectuales
− Morales
− Religiosos
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INTRODUCCIÓN GENERAL
Los seres humanos a lo largo de su evolución hemos acumulado conocimientos que han sido depositados en su
totalidad, como parte de su cultura y a la vez, son parte de la filosofía. En la antigüedad el conocimiento es único,
pero conforme van aumentando estos se van separando algunas esferas del conocimiento tornándose
independientes; sobre este proceso se fue gestando la evolución de la filosofía. Además de crearse la
problemática propiamente filosófica:
El desarrollo de la filosofía, al igual que las demás formas de la conciencia social, se halla condicionado por el ser
social: los cambios operados en el régimen social se reflejan en la cabeza de los hombres, en sus opiniones
filosóficas. Pero a la par con esto el desarrollo de la filosofía se caracteriza por disponer de independencia relativa.
Sobre el movimiento del conocimiento filosófico influyen las teorías ya aparecidas y las nacientes, las tradiciones y
el material ideológico acumulado.
La filosofía avanza y ejerce influencia sobre la vida social, ya que, coadyuva al progreso de la sociedad mientras
que la conservadora lo frena. La filosofía tiene sus contradicciones internas, las cuales la constituyen los partidos
fundamentales agrupados entre el materialismo y el idealismo orientándola y creando nuevas explicaciones.
Esta influencia se da por el uso del saber para ventaja del hombre, porque es necesario que una cosa sea útil al
hombre si no, por ejemplo no nos serviría si este no fuera útil el oro entonces de nada serviría el oro. No se tendría
porque usarlo. Por ello, es necesaria una ciencia que unifique tanto el hacer como saber servirse de lo que se
hace.
La filosofía permite:
la posesión o la adquisición de un conocimiento que es, al mismo tiempo, el más válido y extenso posible;
el uso de este conocimiento en beneficio del hombre
A continuación se da un cuadro donde puedes observar cómo se organizan las distintas ramas filosóficas.
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El saber y la filosofía.
En el momento donde el saber que el hombre alcanza por cualquier medio es, en primer lugar, un juicio acerca del
origen o de la validez de tal saber surgen de inmediato dos alternativas fundamentales que establecen la distinción
entre los dos tipos diversos y opuestos de saberes.
La primera afirma refiriéndose a su origen se dice que es divino, esto es que al hombre el saber le llega a través
de un ser supremo (Dios). Este saber es una revelación o iluminación cuyo privilegio a recaído en uno o más
hombres y que se trasmite por tradición a un grupo privilegiado de hombres (casta, secta, iglesia, etcétera). Por lo
tanto, no es accesible a los mortales comunes sino a través de sus depositarios, y nadie está en posición de
juzgar sobre su validez.
La segunda nos dice que el origen del saber es resultado de la acción entre sujeto y objeto, donde el hombre
produce el saber, considerándolo como una adquisición. Se considera que el hombre es un ser racional y por ello
todos los hombres tienden por naturaleza al saber; implicando que no solo tiendan sino por igual lo adquieran,
porque el saber no solo es un privilegio o patrimonio de unos cuantos sino un derecho y de ahí que pueda
criticándolo aprobándolo o rechazándolo.
Si el hombre es un ser que crea todo saber puede por igual es un ser creador de todo lo que le permita convivir
con otros seres igual a él. Para lo que tendría que utilizar otra ciencia ideal, llamada ética porque es la encargada,
en general es el estudio de la conducta.
2. La que la considera la ciencia del impulso de la conducta humana e intenta determinarlo con vistas a dirigir
o disciplinar la conducta misma.
En el sentido cotidiano o habitual significa lo mismo que moral. Como una teoría de la moral, fundamentación
científica de uno u otro sistema moral; tal o cual comprensión del bien y el mal, de la justicia, del deber, de la
conciencia, de la felicidad y el sentido de la vida.
En cuanto teoría de la moral se inició desde la antigüedad, con las primeras sociedad humanas que requerían un
sentido regulador de la conducta humana en la sociedad. Desde sus comienzos es una parte de la ciencia
filosófica, dado que la solución de sus problemas fundamentales, por ejemplo del problema de la condicionalidad
de los actos, de la conducta del individuo dependen de una orientación ideológica general. De ahí que los
representantes más destacados hayan desarrollado una teoría ética, que es fundamental para las sociedades
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contemporáneas. Esta herencia dejada por pensadores como: Sócrates, Platón, Aristóteles, Epicuro, Spinoza,
Holvach, Diderot, Kant, Hegel, etcétera.
2. La ética materialista considera que el hombre es producto de las circunstancias en que se desenvuelve
su vida, que las leyes que actúan en el medio en que vive determinan su moral y los motivos de su
conducta constituyen las condiciones de actividad.
De aquí resulta un enfoque distinto del problema relativo al progreso material. Los idealistas parten de que el
progreso moral sólo es posible con resultado de la existencia de buenos propósitos en el individuo, en su auto-
perfeccionamiento o de su felicidad de acuerdo a las disposiciones divinas.
En tanto, la ética materialista considera por el contrario que el progreso moral de la humanidad es una
consecuencia, sujeta a leyes, de las modificaciones que se operan en las condiciones de su vida.
La libertad moral del individuo depende del grado en que el hombre tome conciencia de los intereses sociales, del
grado en que estos intereses coinciden con los intereses y exigencias personales. La libertad moral, de esta
suerte, no puede existir tanto en caso de que el individuo niegue los intereses de la sociedad, de la clase, del
colectivo, como en el caso de que siga pasiva y ciegamente el flujo de los acontecimientos, de que no manifieste
su individualidad en la lucha por la consecución de los intereses de la sociedad.
En tanto, la moral es un reflejo de las relaciones sociales en desarrollo, como expresión de los intereses de las
distintas clases que afirman su comprensión del sentido y finalidades de la vida humana, la comprensión del bien y
del mal, del deber y de la conciencia, del bien social y la felicidad individual.
La ética investiga las relaciones morales reales que se forman en la sociedad, y se fundamentan las condiciones y
vías de progreso así como del progreso moral de la sociedad.
Como una disciplina filosófica la ética es un saber reflexivo y sistemático, donde el constante asombro y el
preguntarse por el ser del hombre, busca dar razón de éste y de todo lo referente al universo de los valores. A la
vez, la actividad filosófica pretende propiciar en el individuo el descubrimiento de su propia libertad, a fin de que se
conduzca conforme a una clara distinción entre lo que tiene valor y lo que carece de él y pueda actuar conforme al
bien, de acuerdo a la vida buena.
La reflexión ética busca orientar al hombre en aquello que le permite actuar mejor, es decir, conforme al bien. Para
alcanzarlo, el ser humano ha precisado diversos criterios generales del bien que lo han guiado a lo largo de la
historia y aún en el presente. Estos criterios son los valores que la humanidad ha perseguido y que han guiado
muchas de sus luchas y revoluciones; la libertad, la autonomía, la igualdad, la justicia, la tolerancia, la solidaridad,
el amor a los otros y a sí mismo, la valentía o la paz.
Los valores son ideales a cumplir, siempre están más allá de las situaciones concretas; nunca podemos decir que
hemos realizado la justicia o la paz total, en ese caso viviríamos en un mundo perfecto, lo cual no existe en el
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ahora. Porque nuestra realidad es imperfecta, nosotros no lo somos, y por ello tenemos que hacer un esfuerzo
permanente por acercarnos a los valores e intentar hacerlos reales.
Donde hay una realización concreta de esos valores y su práctica continua es lo que se llama virtud. Valores y
virtud son lo mismo, son los nombres de aquello que los humanos creemos que nos hace mejores y en lo que
ciframos nuestro bien colectivo o individual, ya que es el regulador que queremos alcanzar.
Para la filosofía, el ser del hombre, es aquello que lo distingue de todos los otros seres, es su libertad ontológica,
constitutiva o radical. Generalmente lo podemos aplicar al hablar de la libertad y sus modalidades. De expresión,
de tránsito, de movimiento, entre otros. El ser de cada uno es libre o indeterminado; no está programado para ser
de una forma sino que puede ser de varias. Mientras que los demás seres del universo ya están determinados los
hombres no estamos.
En este proceso el hombre se humaniza o se deshumaniza a lo largo de su existencia, ya que hay seres humanos
mejores y peores; a esto se le llama eticidad lo que nos permite valorar las opciones distintas de preferir. En tanto,
indeterminados somos ambiguos y contradictorios; si podemos llegar a ser racionales e irracionales, individuales o
comunitarios, capaces de amor y odio, de alegría y tristeza. Y debido a que lo llevamos podemos diferenciar,
valorar, establecer preferencias, otorgamos cualidades y determinamos lo que está en el bien y el mal.
La humanidad se transforma a si misma y al mundo con sus creaciones culturales. A la naturaleza, el hombre
añade la cultura, la cual se incorpora a él, como una segunda naturaleza; en el orden individual, la naturaleza da
condiciones para comportarnos de determinada manera, nos dota de un determinado temperamento. Pero cada
ser humano puede transformar éste y construirse un carácter, dando un sello propio de cada uno, es el modo de
ser que nos caracteriza y que nosotros diseñamos sobre nuestra personalidad lo que nos da temperamento y que
hemos de conducir.
Ese carácter proviene de las decisiones que tomamos frente a las circunstancias que se nos van presentando
para resolverlas de acuerdo a nuestro ser, ya que las afrontamos de maneras diferentes, algunos tienden a buscar
culpables, deprimirse, enojarse, a negar las cosas y evadir la situación. Si en realidad queremos saber ser
debemos preguntarnos: ¿cómo queremos ser?, esto nos llevará a tener una personalidad, resultado de la
reflexión, el discernimiento y la opción libre de ser cuanto queremos ser.
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EXAMEN DIAGNOSTICO
RESPUESTAS
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¿QUÉ ES LA AXIOLOGÍA?
En la axiología, se dice que el valor o lo que es valorado por los individuos, es conocido como una
determinación personal, peculiar y producto de la cultura de la persona, que además se encarga de la
axiología que estudia tanto los valores negativos como los positivos, debido a que son los que
permiten definir la capacidad de algún elemento o de un sujeto, para así luego poder formular los
fundamentos del juicio tanto en el caso de ser positivo como negativo.
El filósofo alemán “Max Scheler”, dice que los valores morales siguen una categoría que aparecen en
el primer plano de los valores positivos que están vinculado con lo que es bueno, después de lo que es
noble y de lo que es hermoso, entre otros.
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El término valor posee un carácter, cualidad o principio ideal, propio de los seres humanos, hechos o
cosas que suscitan admiración, estima, aprecio o complacencia. Desde la filosofía el término valor implica
una cualidad humana por la que un ser, una cosa o un hecho despierta mayor o menor aprecio,
admiración o estima. Es decir, nos indica la importancia, significación o eficacia de algo.
La axiología es una reflexión filosófica que tiene como objetivo principal determinar la naturaleza y el carácter del
valor y de los juicios valorativos. Esta teoría de los valores es parte fundamental de la filosofía, el uso filosófico
del término valor tiene como significado cualquier objeto de preferencia o de selección, desde la ética se
considera a los bienes y sus relaciones jerarquizadas como objetos preferencia o de elección.
En la antigüedad se entendía por valor aquello que se puede elegir de acuerdo a la virtud, por lo digno de la
elección entendían a los bienes que deben preferirse: el ingenio, el arte, la fama, el progreso, la belleza, etcétera.
Todo aquello conforme a la razón.
Fenómenos tanto de carácter material como espiritual capaz de satisfacer cualesquiera necesidades del hombre,
de una clase o de la sociedad, de servir a sus intereses y fines. Conocen sus propiedades y las justiprecian
desde el punto de vista de si es útil o perjudicial a su vida. Los valores tiene un carácter social aparecen en el
transcurso de la actividad práctica de los hombres.
El estudio de los valores ya sean éticos o morales implica principios que pueden ser analizados con respectos a
lo que las personas sienten como un fuerte compromiso de conciencia y los emplean para juzgar lo adecuado de
las conductas propias o ajenas.
Por ello de manera general los valores deben concordar con nuestras concepciones de la vida y del hombre
porque se encuentran ligados a la historia, a la cultura, a los diferentes grupos sociales, a los individuos y a las
circunstancias que enfrenta.
El estudio de los valores determina que existen una infinidad de valores como culturas existan y los más
importantes son:
Valores universales.- aquellos que son válidos en todo momento y son aplicables para todos sin
excepción alguna, son vistos como buenos para cualquier cultura y hombre.
Valores nacionales.-son aquellos que son válidos para una sociedad en particular y responden a sus
costumbres y tienen una dimensión nacional.
Valores cívicos.- son aquellos que subyacen tras las conductas convencionales y no convencionales
que facilitan la correcta relación en el ámbito de la vida interpersonal, ciudadana y social. Exigiéndose a
cada persona su cumplimiento en relación con los demás.
Los valores influyen en nuestra forma de pensar, en los sentimientos y comportamientos porque se proyectan a
través de actitudes y acciones ante las personas y situaciones concretas ya que suponen un compromiso real y
profundo de la persona ante sí mismo y hacia la sociedad en que vive.
En una sociedad liberal los valores sociopolíticos y espirituales tienen por fuerza un carácter de clase ya que el
hombre en cuanto portador y creador de todos los bienes materiales y de los valores político-sociales y
espirituales, tiene valores supremos y absolutos en el mundo; así, podemos identificar valores de diferentes tipos
los cuales deben examinarse de manera histórica concreta.
Son dos los campos que se ocupan del estudio de la teoría de los valores en la filosofía, la ética y la estética.
Cada una con una preocupación o interés especial con áreas y objetos bien determinados por ser disciplinas
filosóficas.
Entonces, ¿Cuál es la naturaleza de los valores? Al tocar el tema de los valores tenemos presente su utilidad en
forma de belleza, bondad, justicia, etc., así como los polos negativos o disvalores correspondientes: inutilidad,
fealdad, maldad, injusticia, etcétera.
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Por ello hacemos referencia al valor que le atribuimos a las cosas u objetos, ya sean naturales o producidos por el
hombre. En este sentido el oro se encuentra en estado natural en la tierra, es un cuerpo inorgánico con estructura
y composición y posee determinadas propiedades que le son naturales e inherentes. Así mismo, cuando ya a sido
transformado en un objeto donde el hombre a plasmado su creatividad, ahora ya no tenemos un mineral en estado
puro porque ahora tiene una finalidad al ser un brazalete, un anillo, etc., debemos considerar por ello una doble
existencia del metal: uno como objeto natural y otro como objeto humanizado. En el segundo sentido el oro ya no
existe solamente como un objeto natural sino que se le añade otra, la llamada humanización dándole un valor
adicional.
Con lo cual surge entonces la pregunta ¿Qué es un valor? Cuando contestamos esta pregunta nos damos cuenta
que está implicado un acto moral-humano donde se involucran las necesidades y la capacidad de elegir entre
varios actos posibles. Esta elección ha de fundarse, a su vez, en una preferencia del individuo y no en una divina.
Tener que elegir presupone, pues, que preferimos lo más valioso a lo menos valioso, constituye una negación del
valor de ese género. Este comportamiento moral no solamente forma parte de nuestra vida cotidiana, es un hecho
humano entre otros, sino que es valioso porque tiene un valor para cada uno.
Determinar lo que es valioso o de valor implica considerar la utilidad que tienen para los hombres, en este sentido
le damos un valor a las cosas u objetos, ya sean naturales o producidos por el hombre. Cómo surge ese valor en
las cosas, distinguir dos modos de existencia que se ejemplificará con la plata.
Tal como se presenta en estado natural, es un cuerpo inorgánico, como el ejemplo del oro, que tiene una
estructura y composición, con propiedades naturales inherentes al mismo objeto de la naturaleza. Podemos
considerar a la misma plata transformada por el trabajo humano y entonces ya no tenemos un objeto en estado
natural sino un objeto trabajado por el hombre en brazaletes, anillos, cubiertos, ceniceros, esculturas, monedas,
etcétera.
2. Como objeto natural humanizado. Su existencia nos remite al mismo objeto como uno más, al que se le añade
algo humano, porque no solo existe como un elemento natural, al agregarle un uso, al producir un placer, al ser
contemplada con fines estéticos. Es decir, le agregamos elementos humanos que posee cuando está en
relación con el hombre.
Lo que tiene valor para el ser humano debe incluir los siguientes rasgos.
I. No existen valores en sí, como entes ideales o irreales, sino objetos reales o bienes que poseen valor.
II. Como los objetos no constituyen un mundo de objetos por si solos, o que, existan independientemente del
mundo de los objetos reales, solo se dan en la realidad -natural y humana- como propiedades valiosas de los
objetos de esta realidad.
III. Los valores requieren de cierta condición natural o física que constituyen el soporte necesario de las
propiedades que consideramos valiosas.
IV. Las propiedades reales que sustentan el valor, y sin las cuales no se daría éste, solo son valiosas efectivos, es
indispensable que el objeto se encuentre en relación con el hombre social, con sus intereses o necesidades.
De este modo lo que sólo vale potencialmente, adquiere un valor efectivo.
Así el valor no lo poseen los objetos de por sí, sino que éstos lo adquieren gracias a su relación con el hombre
como ser social. Pero los objetos, a su vez, sólo pueden ser valiosos cuando están dotados efectivamente de
ciertas propiedades objetivas para cubrir necesidades humanas.
Los valores se proponen como ideales para ser alcanzados y, en este sentido, son irreales. No describen sólo lo
que los seres humanos desean o prefieren de hecho, sino lo que cualquier ser humano debe apreciar y esforzarse
por realizar. La idealidad de los valores consiste en que éstos indican lo deseable, lo preferible, es decir, muestran
un deber ser.
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CUALIDADES DE LOS VALORES
RELACIONALES: (Unidad Sujeto-Objeto)
HISTÓRICOS: Época dada de la sociedad.
BIPOLARES: (Valor-Antivalor)
NO SON IDENTICOS A LOS BIENES: Materiales sino humanos
IDEALES: Lo que cada sociedad desea alcanzar
JERARQUIZABLES: El lugar que cada individuo da dentro de lo se espera de cada uno.
Los valores no son cualidades que emanan de las cosas (como la forma y el color), pero tampoco son ideas
arbitrarias y caprichosas que las personas atribuyen a las cosas o los actos; sin embargo, los valores sean
inventado a-quizá mejor- descubierto a lo largo de la historia, es decir, han evolucionado históricamente.
Algo que debe quedar bien claro, es que no todos los individuos o todos los pueblos han percibido los valores de
igual modo y en la actualidad hay valores que han cobrado mayor fuerza cuando anteriormente no se les concedía
mayor importancia o no tenían igual fuerza. Por ejemplo la tolerancia y el respeto a las diferencias.
Valor es, entonces, algo que aliviaría una privación, aplicaría la tensión del deseo, cumpliría un anhelo, volvería
pleno el mundo carente o de privación. Valor es lo que nos falta en cada caso. La realización del valor en un bien
determinado suspendería, al menos parcial y temporalmente la sensación de carencia. En suma, los valores
tienen cualidades específicas:
Son objetivos pero no se dan por si solos, sino hasta que un sujeto los perciba (son relacionales; es decir, se dan
en la relación sujeto-objeto).
No se identifican con los bienes o las cosas valiosas; es decir, no se reducen a las propiedades de las
cosas.
Son polares (se dan en pares positivo-negativo, los valores negativos son antivalores.
Cambia su contenido e interpretación históricamente, y
Están siempre ordenados en una jerarquía (de hecho, valorar significa jerarquizar los valores)
Como podemos reconocer lo que es lo bello o lo feo, lo justo de lo injusto. La condición necesaria es la libertad,
que hace que el ser humano necesite valorar o estimar las cosas. La conciencia advierte diferencias cualitativas y
no cuantitativas en las cosas. En la propia
Potencia humana y las situaciones que enfrenta. En la interacción y el diálogo con los otros nos damos cuenta, a
medida que crecemos y maduramos, de las cosas que valen de las que no lo valen, así la naturaleza de los
valores reside en las:
RELACIÓN VALORES-BIENES-VIRTUDES
VALORES BIENES VIRTUDES PERSONA VIRTUOSA
VERDAD Conocimiento, obra científica o Búsqueda del saber, Genio filosófico o
filosófica duda metódica, actitud científico
anti dogmática
BELLEZA Obra de arte Genio artístico Artista
sensibilidad estética
SANTIDAD Espiritualidad personal Fe, esperanza, caridad Santo
JUSTICIA Comunidad justa, ley justa Acto de justicia, sentido Legislador o político
de equidad justo
Prudencia o sabiduría
BIEN ÉTICO Norma o principio moral moral, sentido del deber Persona ética
moral
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Jerarquizar los valores implica establecer un orden de importancia o de prioridad. Todos los valores éticos básicos
de los que hemos hablado son igualmente importantes, pero las sociedades y las culturas los han interpretado y
comprendido de distintas maneras por lo que las escalas o jerarquías no son siempre coincidentes. a menudo se
producen controversias o conflictos sociales sobre la interpretación de esos valores.
El valor ético de las acciones no se deriva de forma mecánica de la elección de un valor superior, sino la plena
conformidad entre la voluntad y el obrar de cada persona, es decir, de la congruencia entre la intuición del valor y
del acto, partiendo de la capacidad para captar el sentido de los valores positivos y superiores. Además, las
personas no son sujetos aislados, sino que están en correlación con el mundo, conformado por la interacción con
otras personas, las que los reconocen y los practican.
Los valores morales, estos les dan significado a nuestra vida. Estos llevan a la persona a valorarse así misma y a
los demás, crecer en dignidad y tener una cultura humanista y trascendente. El valor moral perfecciona a la
persona, llevándolo a vivir en armonía, haciéndolo más humano, con mayor calidad como persona.
De poco nos sirve tener muy buena salud, ser muy creyente o muy inteligente o vivir rodeado de comodidades y
lujos si no se es justo o bueno, o si no hacemos el bien, por lo tanto el valor es captado como el bien, ya que se le
identifica con lo bueno, con lo perfecto o con lo valioso, pero hay cosas negativas que para algunos tienen valor y
significado, convirtiéndolos así en malas personas, elementos dañinos a la armonía de la sociedad, con quién la
convivencia es muy difícil; entonces el mal lo vemos como la carencia y ausencia de bien.
Es por eso que los valores hoy en día se han ido perdiendo y como consecuencia tenemos a personas con una
laxa, distorsionada o nula aplicación de la escala de valores y normas, estas personas se dice que actúan de
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acuerdo a los anti valores. "Vivimos en una sociedad neurótica, que propicia creencias equivocadas, que
promueve valores falsos y que tiene mal establecidas sus prioridades".
Sabemos que la introyección1 de los valores morales comienza primordialmente en el seno familiar, estos valores
morales adquiridos en el seno de la familia ayudan a insertarnos eficaz y armónicamente en la vida social; de este
modo la familia contribuye a lanzar personas valiosas para el bien de la sociedad, pero cuando se nace en un
núcleo familiar incompleto, desintegrado o disfuncional por ende se introyectaran valores negativos, distorsionados
o desconociendo de estos, que a la larga desencadenaran violencia, delincuencia y crímenes. Pero
desgraciadamente la sociedad de nuestros tiempos vive sumergida en una cultura donde las apariencias cuentan
mucho, asignándole más valor y significado a los bienes materiales y superficiales. Los valores morales son los
que orientan nuestra conducta, y con base en ellos decidimos como actuar y afrontar las diferentes situaciones
que enfrentamos en la vida
La filósofa Adela Cortina afirma que "Cualquier ser humano, para serlo plenamente, debería ser libre y aspirar a la
igualdad entre los hombres, ser solidario y respetar activamente su propia persona y las demás personas, trabajar
por la paz y por el desarrollo de la humanidad, conservar el medio ambiente y entregarlo a las generaciones
futuras no peor de lo que lo hemos recibido, hacerse responsable de aquellos que le han sido encomendados y
estar dispuesto a resolver mediante el diálogo los problemas que puedan surgir con aquellos que comparten con
él el mundo y la vida".2
Son estructuras de nuestro pensamiento que mantenemos pre-configuradas en nuestro cerebro como especie
humana de cara a nuestra supervivencia. Los valores éticos son medios adecuados para conseguir nuestras
finalidad. Al hablar de valores es importante diferenciar entre los valores que podemos llamar finales y los valores
de tipo instrumental. Los valores instrumentales son modos de conductas adecuados o necesarios para llegar a
conseguir nuestras finalidades o valores existenciales.
Los valores éticos se clasifican según diferentes puntos de vista. Considerando el nivel de mayor o menor
incidencia social, hablamos de valores éticos públicos o cívicos y de valores éticos privados o personales. Justicia
y bien son los valores fundamentales o básicos; todos los otros valores éticos no son sino concreciones de éstos.
Los valores éticos se clasifican según diferentes puntos de vista. Considerando el nivel de mayor o menor
incidencia social, hablamos de valores éticos públicos o cívicos y de valores éticos privados o personales. Justicia
y bien son los valores fundamentales o básicos; todos los otros valores éticos no son sino concreciones de éstos.
Los valores éticos son un conjunto de normas establecidas en nuestra mente, este conjunto de valores son la guía
que nos ayuda a actuar de manera responsable frente a diversas situaciones.
Karl Marx (1818-1883) afirmaba en propuesta filosófica que “La desvalorización del mundo humano crece en
razón directa de la valorización del mundo de las cosas"; y mientras sigamos con esa ideología en que la
sociedad se ve interesada en crear, deslumbrar y descubrir nuevas tecnologías e imponerlas seguiremos
cegados, manipulados y engañados con la idea estúpida que el significado de la vida es el "tener" y difícilmente
llegaremos a descubrir el significado real de la vida que es el "ser".
1La introyección: es un proceso psicológico por el que se hacen propios rasgos, conductas u otros fragmentos del mundo que nos rodea,
especialmente de la personalidad de otros sujetos. Real Academia de la Lengua Española, Agosto, 2012,
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Esta valorización del mundo de las cosas se ve impulsada por los medios de comunicación que junto a la
mercadotecnia solamente se han interesado en manipular a la gente para vender y hacerlos creer que el tener
cosas materiales lo es todo sin importar la persona conduciéndola a la mediocridad, a la ignorancia y a la falta de
una conciencia social. Donde el individuo se preocupe no solo por si mismo sino por lo que ocurre a su alrededor,
en su entorno social.
La educación como trasmisión de valores cívicos se sustenta en la aplicación de los Derechos Humanos y en los
valores constitucionales, los cuales son de gran importancia por las siguientes razones:
De orden educativo;
De orden sociológico;
De orden filosófico y
De orden jurídico-políticas.
La razones educativas está a favor de la Educación para la Ciudadanía y los Derechos Humanos se basan en que
en todas las épocas la educación siempre ha requerido de una filosofía moral y política en sentido amplio; es
decir, que toda acción educativa abarca lo cognitivo y lo axiológico y trata por tanto de formar según unas pautas
morales y cívicas determinadas.
Por último, parece necesario que la democracia comience a ser explicada, analizada, reflexionada y practicada en
los centros escolares porque es en ellos donde se forman los futuros ciudadanos y no existe ningún "gen"
democrático que de modo espontáneo genere en las nuevas generaciones las conductas democráticas, la
participación y el respeto a las ideas de los demás. El estudio y el aprendizaje de la democracia deberían
comenzar ya en las escuelas e institutos de nuestro país.
El segundo elenco de razones a favor de una educación ética y cívica es de orden sociológico. Es evidente que en
todo el occidente se están enfrentando a nuevos problemas, a nuevos retos sociales y culturales en el siglo XXI y
para tratar de paliar los efectos de cierta problemática social y para prevenir conductas indeseables es preciso que
los sistemas educativos eduquen a los niños y adolescentes en el respeto, la tolerancia activa y la solidaridad
efectiva con los demás. Son hechos innegables reconocidos por todas las encuestas el creciente pluralismo moral
y religioso en cada uno de los países del mundo globalizado.
Un Valor es algo que preferimos porque lo consideramos bueno, digno de aprecio, útil. En cada sociedad elegimos
colectivamente ciertos valores que consideramos valiosos para respetar la dignidad humana y guiar nuestra
convivencia. La dignidad humana consiste en ser tratados como los demás seres humanos, sea cual fuere nuestro
sexo, condición social, grupo étnico, creencia religiosa, ideas, gustos, etcétera.
Valores Morales
Estos valores perfeccionan al ser humano en cuanto hombre, en aquello que le es íntimo; su ser persona. Se
puede tener mejor o peor salud, mayor o menor poder económico, pero vivir en la mentira, no respetar a los
demás, usar la violencia, degrada y destruye lo más humano de los individuos. Por el contrario, las buenas
acciones, el estar apegado a la verdad, el ser justo, noble y bueno siempre construyen y ayudad al hombre a
mejorar.
Los valores humanos que se pueden incluir en la personalidad son: prudencia, justicia, fidelidad, respeto al otro,
amor al prójimo, fortaleza, templanza, magnanimidad, benevolencia, honestidad y equilibrio.
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Valores intelectuales.
Son los valores que perfeccionan al hombre en su razón, intelecto, memoria. Se refieren a la capacidad que posee
el ser humano para ser inteligente. Para esto, las personas deben adquirir habilidades y actitudes que, mediante
métodos, les permitan desarrollar la capacidad de pensar, razonar y comprender. Estos valores son los que
permiten que la sociedad tenga un avance científico y tecnológico. Entre los valores intelectuales más destacados
se encuentran:
CURIOSIDAD EXPRESIÓN
Es la capacidad de maravillarse del mundo que nos Es la capacidad de poderlos compartir por medio de la
rodea. comunicación y el lenguaje. Sino, cuál sería el sentido
Mantenernos en una actitud de aprendizaje continuo. de poseer conocimientos si no se pudieran compartir.
COMPRENSIÓN INTELIGENCIA
Se refiere a la capacidad de entender las cosas con la La capacidad de establecer relaciones entre las cosas y
que podemos crear ideas o proponer proyectos. se debe de desarrollar el entendimiento.
CONOCIMIENTO DE LA VERDAD
Es la adecuación entre la realidad y lo que se piensa,
no considera lo que piensa de manera personal el que
CONOCIMIENTO investiga.
Cuando logramos observar, describir, comparar y
clasificar ESPIRITU CRITICO
Es la capacidad de analizar cada uno de los elementos
de los fenómenos y circunstancias con el fin de integrar
toda la información y emitir un juicio.
Para está evaluación lea con cuidado la siguiente lectura y conteste las preguntas que
viene al final del texto.
Se cuenta que el orador Licurgo, famoso ateniense, fue invitado a dar una
exposición respecto a la educación. Aceptó la invitación, pero pidió un plazo de seis
meses para prepararse. El hecho causo extrañeza, pues sabían que él tenía capacidad y
condiciones de hablar en cualquier momento sobre el tema. Y, por eso mismo, lo habían
invitado. No obstante accedieron.
A una señal previamente establecida, uno de los criados abrió la puerta de una de las jaulas y una pequeña liebre,
blanca, salió corriendo, espantada. Luego, el otro criado abrió la jaula en que estaba el perro y éste salió en
desesperada carrera a la captura de la liebre. La alcanzó con destreza, despedazándola rápidamente. La escena
fue dantesca y golpeó a los espectadores. Una gran conmoción se produjo en la sala y los corazones parecían
saltar del pecho. Nadie conseguía entender lo que Licurgo deseaba con tal agresión.
Igualmente, él no dijo nada. Volvió a repetir la señal establecida y la otra liebre fue liberada. Seguía el turno para
el segundo perro.
El público apenas contenía la respiración. Algunos más sensibles, se llevaron las manos a los ojos para no ver la
repetición de la muerte bárbara del indefenso animalito que corría y saltaba. Al salir el segundo perro de su jaula,
se dirigió corriendo velozmente hacia la liebre. Sin embargo, en vez de destrozarla, simplemente la tocó levemente
con la pata. La liebre se dejó caer simulando haber sido golpeada. Luego se irguió y se puso a jugar con el perro.
Para sorpresa de todos, los dos animales demostraron una tranquila convivencia, saltando de un lado para el otro.
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Entonces y solamente entonces, Licurgo habló: “Señores, acaban de asistir a una demostración de lo que puede
hacer la educación. Ambas liebres son hijas de la misma matriz, fueron alimentadas igualmente y recibieron los
mismos cuidados. Así, igualmente los perros. La diferencia entre ellos reside, simplemente, en la educación”.
He aquí –dijo Licurgo-, los efectos de la educación: he pasado un año educando a este perro y enseñándole que
no le haga daño a las liebres. El otro perro, en cambio, no ha sido educado y por eso sólo obedece a sus instintos
brutales.
Y prosiguió vivamente su discurso diciendo las excelencias del proceso educativo. “Si eso se pudo hacer con
animales logrando dominar su instinto, cuánto más no se podrá hacer con los hombres:
Una educación basada en una concepción exacta de la vida, transformaría la cara del mundo”.
1.- ¿Hay alguna relación entre la enseñanza de los valores, de la no violencia y el respeto tanto a los demás como
a uno mismo?
2.- ¿Es la educación la condición que posibilita la convivencia armónica y pacifica con los demás?
Realiza un análisis sobre los valores observados, enfatizando no emitir juicios de valor personal.
GUIÓN DE OBSERVACIÓN
Definición de guía de observación. ... La observación permite detectar y asimilar información, o tomar registro de
determinados hechos a través de instrumentos. Una guía de observación, por lo tanto, es un documento que
permite encausar la acción de observar ciertos fenómenos
20
Análisis de diversas teorías de los valores desde el punto
de vista: Metafísico, Antropológico y Psicológico
¿QUÉ ES EL VALOR?
Un estadista consciente y recto, afirmará los valores patrios de la democracia, la solidaridad, la responsabilidad
con los más necesitados -"la hipoteca social", para lograr el bien común, etc.
Y todos tienen razón: cada uno lleva "las aguas a su molino", aplicando el "valor" a "determinados valores". Sin
embargo ni uno de ellos nos ha definido lo que es el valor.
Entre los valores hay una jerarquización para ordenar los valores de acuerdo con su importancia, elegir los que
consideramos más importantes y actuar con base en ellos. Es saber elegir y aplicar el valor conveniente para la
tarea o la satisfacción de la necesidad de que se trate. Es aplicar la jerarquía de los valores en las distintas
circunstancias, pero de un modo que no afecte ni trastoque el valor del individuo; de acuerdo con lo que nos dice
Pliego.
Enfoque Metafísico.
Para entender este enfoque debemos comprender lo que implica la metafísica y lo que estudia como parte de la
filosofía. Así entonces, el nombre de metafísica (deriva del griego μεταφυσική, que significa «más allá de la
naturaleza») proviene del título puesto por Andrónico de Rodas a una colección de escritos de Aristóteles. Esto no
implica que la metafísica haya nacido con Aristóteles, sino que es de hecho más antigua, dado que hay casos de
pensamiento metafísico en los filósofos presocráticos. Platón estudió en diversos Diálogos lo que es el ser, con lo
que preparó el terreno a Aristóteles de Estagira, que elaboró lo que él llamaba una «filosofía primera», cuyo
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principal objetivo era el estudio del Ser en cuanto tal, de sus atributos y sus causas. Por ser una rama de la
filosofía encargada de estudiar la naturaleza, la estructura, los componentes y principios fundamentales de la
realidad.
Ella aborda los problemas centrales de la filosofía, como son los fundamentos de la estructura de la realidad y el
sentido y finalidad última de todo ser, todo lo cual se sustenta en el llamado principio de no contradicción. La
metafísica tiene como tema de estudio dos tópicos: el primero es la ontología, que en palabras de Aristóteles viene
a ser la ciencia que estudia el ser en tanto que ser. El segundo estudio es el de la teología, o también llamada
«filosofía teológica», que es el estudio de Dios como causa última de la realidad. Existe, sin embargo, un debate
que sigue aún hoy sobre la definición del objeto de estudio de la metafísica, sobre si sus enunciados tienen
propiedades cognitivas.
La metafísica estudia los aspectos de la realidad que son inaccesibles a la investigación científica. Según
Immanuel Kant, una afirmación es metafísica cuando afirma algo sustancial o relevante sobre un asunto («cuando
emite un juicio sintético sobre un asunto») que por principio escapa a toda posibilidad de ser experimentado
sensiblemente por el ser humano. Algunos filósofos han sostenido que el ser humano tiene una predisposición
natural hacia la metafísica. Kant la calificó de «necesidad inevitable». Arthur Schopenhauer incluso definió al ser
humano como «animal metafísico». Martin Heidegger ha replanteado los asuntos metafísicos introduciendo una
transformación radical digna de tomarse en cuenta.
Lo que es decisivo para distinguir los diferentes tipos de metafísica es el concepto de ser. La tradición distingue
dos tipos de enfoques esencialmente diferentes:
Concepto unívoco de ser
Según este enfoque, «ser» viene a ser la característica más general de diferentes cosas (llamadas entes o
entidades). Es aquello que sigue siendo igual a todos los entes, después de que se han eliminado todas las
características individuales a los entes particulares, esto es: el hecho de que sean, es decir, el hecho de que a
todas ellas les corresponda ser (cfr. diferencia ontológica)
Este concepto de ser es la base de la «metafísica de las esencias». Lo opuesto al ser viene a ser en este caso la
esencia, a la cual simplemente se le agrega la existencia. En cierto sentido no se diferencia ya mucho del
concepto de la nada. Un ejemplo de ello lo dan ciertos textos de la filosofía temprana de Tomás de Aquino (De
ente et essentia).
Esta teoría atiende el valor desde la esencia humana, partiendo del carácter trascendental del valor: las cosas son
valiosas por el simple hecho de ser. Este valor son impresiones sin ser material, que las cosas producen en los
seres humanos.
Según este enfoque, el «ser» viene a ser aquello que se le puede atribuir a todo, aunque de distintas maneras
(Analogía entis). El ser es aquello, en lo que los diferentes objetos coinciden y en lo que, a su vez, se distinguen.
Este enfoque del ser es la base de una metafísica (dialéctica) del ser. El concepto opuesto a ser, es aquí la nada,
ya que nada puede estar fuera del ser. La filosofía tardía de Tomás de Aquino nos brinda un ejemplo de esta
comprensión de ser (Summa theologica)
La respuesta más radical la hemos de buscar en la Metafísica o Filosofía Primera, que se pregunta por la esencia
misma de todo lo que es.
Todo lo que ES, por el hecho de SER, es VALIOSO. Así como hay grados en los seres de mayor a menor entidad
según sus atributos, hay grados en los valores. El Valor de los valores corresponde al SER, subsistente por sí
mismo: Infinito, Eterno, (sin composición alguna y por tanto sin posibilidad de descomposición), Omnipotente, etc.
El valor de las creaturas dependerá del grado de semejanza con el Ser Pleno. Primero son y valen los ángeles,
por ser espíritus puros, inteligentes y libres, siendo una síntesis de materia y espíritu, esas facultades superiores,
chispas divinas, van manifestándose en cuanto la materia se va organizando.
El alma humana pasa por los avatares del crecimiento, de la salud y la enfermedad; de la pérdida de las
facultades físicas sea por accidente o por ancianidad. Sólo el amor puede seguir in crescendo hasta la eternidad.
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Después, son y valen los seres animados: desde los mamíferos superiores hasta los vegetales más rudimentarios.
Luego, son y valen los seres inanimados el reino mineral desde el nivel micro cósmico hasta el macrocosmos.
Con esta gradación puede quedamos claro que todos los bienes del universo han de estar al servicio del hombre:
la tecnología al servicio de la ecología y éstas al servicio del ser humano, que ha de enseñarlas racionalmente. El
mismo orden natural, coloca al hombre al servicio de lo que está sobre su naturaleza.
2º El estudio de la Metafísica nos da otra aproximación a la esencia del valor. Al estudiar los trascendentales del
ser, sabemos que todo ser por el hecho de ser, es
Uno Verdadero Bueno y Bello
¿No es cierto que todos valoramos la unidad, la verdad, la bondad y la belleza? ¿Dónde están esos valores? En lo
que ES. Luego la división, la falsedad, la maldad y la fealdad, ontológicamente no son. Dicho de otra manera, son
carencias de los seres que no poseen la plenitud del SER.
3° Otros autores se refieren a los valores como "múltiples especificaciones del bien".
¿Por qué omiten los otros tres trascendentales? Porque el bien es el ser en cuanto apetecible, y como valorar
humanamente es desear, apetecer, querer voluntariamente el bien que nos perfecciona, la misma verdad es un
bien para mi inteligencia, la unidad es un bien para mi vida, la belleza es un bien en el que descansa gozosa
mente mi espíritu.
Lo importante del enfoque metafísico es que, al vincular valor y ser, nos sitúa en una postura objetiva. Los seres
valen de por sí, independientemente de que alguien los valore o no.
Edad Moderna
Kant, La Filosofía Trascendental de Kant significó un «giro copernicano» para la metafísica. Su posición frente a la
metafísica es paradigmática. Le atribuye ser un discurso de «palabras huecas» sin contenido real, la acusa de
representar «las alucinaciones de un vidente», pero por otra parte recoge de ella la exigencia de universalidad.
Kant se propuso fundamentar una metafísica «que pueda presentarse como ciencia». Para ello examinó primero
la posibilidad misma de la metafísica. Para Kant las cuestiones últimas y las estructuras generales de la realidad
están ligadas a la pregunta por el sujeto. A partir de este presupuesto dedujo que hay que estudiar y juzgar
aquello que puede ser conocido por nosotros. A través de su criticismo se diferenció explícitamente de las
posiciones filosóficas que tienen como objeto la pregunta sobre qué es el conocimiento. Se alejó así de las
tendencias filosóficas imperantes, tales como el empirismo, el racionalismo y el escepticismo. También a través
del criticismo marcó distancia del dogmatismo de la metafísica que -según Kant- se había convertido en una serie
de afirmaciones sobre temas que van más allá de la experiencia humana. Intentó entonces llevar a cabo un
análisis detallado de la facultad humana de conocer, es decir, un examen crítico de la razón pura, de la razón
desvinculada de lo sensible (Crítica de la razón pura, 1781-87). Para ello es decisivo el presupuesto
epistemológico de Kant de que al ser humano la realidad no se le presenta tal como es realmente («en sí»), sino
tal como se le aparece debido a la estructura específica de su facultad de conocimiento.
Como el conocimiento científico también depende siempre de la experiencia, el hombre no puede emitir juicios
sobre cosas que no están dadas por las sensaciones (tales como «Dios», «alma», «universo», «todo», etc.) Por
ello Kant dedujo que la metafísica tradicional no es posible, porque el ser humano no dispone de la facultad de
formar un concepto basándose en la experiencia sensible de lo espiritual, que es la única que permitiría la
verificación de las hipótesis metafísicas. Como el pensar no dispone de ningún conocimiento de la realidad en este
aspecto, estos asuntos siempre permanecerán en el ámbito de lo especulativo-constructivo. Entonces, por
principio, no es posible según Kant decidir racionalmente sobre preguntas centrales tales como si Dios existe, si la
voluntad es libre o si el alma es inmortal. Las matemáticas y la física pueden formular juicios sintéticos a priori y,
por ello, alcanzar un conocimiento universal y necesario, un conocimiento científico.
Idealismo alemán
Desde la crítica kantiana surge el idealismo alemán, representada sobre todo por Fichte, Schelling y Hegel, y que
considera a la realidad como un acontecimiento espiritual en el que el ser real es superado, siendo integrado en el
ser ideal.
El idealismo alemán recoge el giro trascendental de Kant, es decir que, en vez de entender la metafísica como la
búsqueda de la obtención del conocimiento objetivo, se ocupa de las condiciones subjetivas de posibilidad de tal
conocimiento. Así, se plantea hasta qué punto el ser humano puede llegar a reconocer estas evidencias. Sin
embargo, rechaza que el conocimiento se limite a la experiencia posible y a los meros fenómenos, y propone una
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superación de esta posición, volviendo a postulados metafísicos que puedan reclamar validez universal:
«conocimiento absoluto» como se decía desde Fichte hasta Hegel. Si aceptamos que los contenidos del
conocimiento sólo valen en relación con el sujeto -como suponía Kant- y consideramos que esta perspectiva es
absoluta, es decir, es la perspectiva de un sujeto absoluto, entonces el conocimiento válido para este sujeto
absoluto también tiene validez absoluta. A partir de este planteamiento el idealismo alemán considera que puede
superar la contradicción empírica entre sujeto y objeto, para poder captar lo absoluto.
Hegel sostiene que de una identidad pura y absoluta no puede surgir o entenderse una diferencia (esa identidad
sería como «la noche, en la que todas las vacas son negras»): no explicaría la realidad en toda su diversidad. Por
eso «la identidad de lo absoluto» debe entenderse como que está desde su origen ya que contiene en sí la
posibilidad y la necesidad de una diferenciación. Esto implica que lo absoluto se realiza en su identidad por el
plasmado y la superación de momentos no idénticos, esto es, la identidad dialéctica. A partir de este
planteamiento Hegel desarrolla la «Ciencia de la Lógica» considerado, tal vez, como el último gran sistema de la
metafísica occidental.
Edad Contemporánea
Friedrich Nietzsche considera que Platón es el iniciador del pensamiento metafísico y le hace responsable de la
escisión en el ser que tendrá luego formas variadas pero constantes. La división entre mundo sensible y mundo
inteligible, con su correlato cuerpo-alma, y la preeminencia del segundo asegurada por la teoría de las Ideas sitúa
el mundo verdadero más allá de los sentidos. Esto deja fuera del pensar el devenir, aquello no apresable en la
división sensible-inteligible por su carácter informe, y que también dejan escapar las subsiguientes divisiones
aristotélicas, como sustancia-accidente y acto-potencia.
Martin Heidegger dijo que nuestra época es la del cumplimiento de la metafísica, pues desde los inicios del
pensamiento occidental se han producido unos determinados resultados que configuran un panorama del que el
pensamiento metafísico no puede ya dar cuenta. El propio éxito de la metafísica ha conducido fuera de ella. Ante
esto, la potencia del pensamiento consiste precisamente en conocer e intervenir sobre lo conocido. Pero el
pensamiento metafísico carece ya de potencia ya que ha rendido sus últimos frutos.
Heidegger afirmó que la metafísica es «el pensamiento occidental en la totalidad de su esencia». La utilización del
término esencia en esta definición, implica que la técnica para estudiar la metafísica como forma de pensamiento,
es o debe ser la metafísica en el primer sentido antes indicado. Esto quiere decir que los críticos de la metafísica
como esencia del pensamiento occidental, son conscientes de que no existe una «tierra de nadie» en que
situarse, más allá de esa forma de pensamiento; sólo el estudio atento y la modificación consciente y rigurosa de
las herramientas proporcionadas por la tradición filosófica, pueden ajustar la potencia del pensamiento a las
transformaciones operadas en aquello que la metafísica estudiaba: el ser, el tiempo, el mundo, el hombre y su
conocer. Pero esa modificación supone a su vez un salto que toda la tradición del pensamiento ha escenificado,
ha fingido o soñado dar a lo largo de su desarrollo. El salto fuera de la metafísica y por tanto, quizá la revocación
de sus consecuencias.
Heidegger caracterizó el discurso metafísico por su impotencia para pensar la diferencia óntico-ontológica, es
decir, la diferencia entre los entes y el ser. La metafísica refiere al ser el modelo de los entes (las cosas), pero
aquél sería irreductible a éstos: los entes son, pero el ser de los entes no puede caracterizarse simplemente como
éstos. El ser es pensado como ente supremo, lo que le identifica con Dios; la pulsión ontoteológica es una
constante en el pensamiento occidental. Para Heidegger la metafísica es el olvido del ser, y la conciencia de este
olvido debe abrir una época nueva, enfrentada a la posibilidad de expresar lo dejado al margen del pensamiento.
La filosofía analítica también reduce la metafísica a una cuestión lingüística, pero en este caso le atribuye una total
falta de sentido. La metafísica sería en todo caso un lenguaje expresivo, del tipo de la poesía, pero nunca
referencial. Si hablamos del ser, no nos referimos a nada que tenga una existencia objetiva. Por tanto es un
lenguaje que puebla el conocimiento de falsos problemas, o que suministra falsas soluciones. Por otro lado el
lenguaje metafísico viola las convenciones del lenguaje ordinario y por tanto no puede proporcionar una guía para
el mundo común o no especializado.
El post-estructuralismo (Gilles Deleuze, Michel Foucault, Jacques Derrida) retoma la crítica de Nietzsche, y
argumenta que lo no pensable en la metafísica es precisamente la diferencia en tanto tal. La diferencia, en el
pensar metafísico, queda subordinada a los entes, entre los que se da como una relación. La pretensión de
«inscribir la diferencia en el concepto» transformando éste y violentando para ello los límites del pensamiento
occidental aparece ya como una pretensión que lleva a la filosofía más allá de la metafísica.
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Enfoque Antropológico.
Este enfoque parte del estudian de las manifestaciones de los seres humanos, en este caso en particular, de los
juicios de valor de la libertad del ser humano y de la forma en que se relaciona con los demás.
Los sentidos externos del ser humano no son rigurosamente hablando- iguales a los de los animales, puesto que
los nuestros "conectan" con el espíritu. (Ni nuestro cuerpo es animal, ni nuestra alma es angélica: tenemos un
cuerpo humano y un alma humana). Cuánto más lo serán los sentidos internos, hasta el grado en que a la
estimativa animal se le denomina cogitativa en el hombre. Esto quiere decir que la bestia posee un instinto que le
impele a huir de lo que le es nocivo y "estimar" hasta acercase a lo que conviene a su naturaleza, por mecanismos
y reacciones químicas más o menos elaborados. En cambio el hombre no se mueve sólo por sus tendencias
instintivas (a veces más débiles que las del animal), sino que piensa (cogitatio en latin) y quiere libremente, porque
se lo permiten sus facultades espirituales.
El hombre, va en la búsqueda de los valores que perfeccionan su naturaleza en cierto modo inacabada. El ser
perfectible es privativo de la persona humana, y ya desde el momento de la concepción somos personas
humanas. Y lo es, aunque sus facultades superiores, la inteligencia y la voluntad, tarden en manifestase o no lo
hagan debido a alguna tara hereditaria o accidente no congénito. Luego de la cogitativa parten nuestras
valoraciones, así como de nuestros ojos parte nuestra capacidad visual.
Ciertamente no hay nada en la inteligencia que no haya pasado por nuestros sentidos. Lo mismo ocurre con el
valor: no hay nada en nuestras valoraciones que no haya pasado por la cogitativa. Ahora bien, resulta que
podemos tener nuestros sentidos poco desarrollados, enfermos o inutilizados. También hay cegueras axiológicas
totalmente inculpables o culpablemente descuidadas. Existe la ley de la compensación: así como es frecuente que
los ciegos posean un oído extraordinariamente fino, la capacidad de valoración fina en determinadas áreas puede
ayudar en otros aspectos que se perciban con torpeza. El precio que se ha de pagar para lograr la "salud integral"
no es otro que el de la educación.
La Antropología (del griego ἄνθρωπος anthropos, 'hombre (humano)', y λόγος, logos, 'conocimiento') es una
ciencia social que estudia al ser humano de una forma integral. Para abarcar la materia de su estudio, la
Antropología recurre a herramientas y conocimientos producidos por las ciencias naturales y las ciencias sociales.
La aspiración de la disciplina antropológica es producir conocimiento sobre el ser humano en diversas esferas,
pero siempre como parte de una sociedad. De esta manera, intenta abarcar tanto la evolución biológica de nuestra
especie, el desarrollo y los modos de vida de pueblos que han desaparecido, las estructuras sociales de la
actualidad y la diversidad de expresiones culturales y lingüísticas que caracterizan a la humanidad.
Las facetas diversas del ser humano implicaron una especialización de los campos de la Antropología. Cada uno
de los campos de estudio del ser humano implicó el desarrollo de disciplinas que actualmente son consideradas
como ciencias independientes, aunque mantienen constante diálogo entre ellas. Se trata de la Antropología física,
la Arqueología, la Lingüística y la Antropología social. Con mucha frecuencia, el término Antropología sólo aplica a
esta última, que a su vez se ha diversificado en numerosas ramas, dependiendo de la orientación teórica, la
materia de su estudio o bien, como resultado de la interacción entre la Antropología social y otras disciplinas.
La Antropología se constituyó como disciplina independiente durante la segunda mitad del siglo XIX. Uno de los
factores que favoreció su aparición fue la difusión de la teoría de la evolución, que en el campo de los estudios
sobre la sociedad dio origen al evolucionismo social, entre cuyos principales autores se encuentra Herbert
Spencer. Los primeros antropólogos pensaban que así como las especies evolucionaban de organismos sencillos
a otros más complejos, las sociedades y las culturas de los humanos debían seguir el mismo proceso de evolución
hasta producir estructuras complejas como su propia sociedad. Varios de los antropólogos pioneros eran
abogados de profesión, de modo que las cuestiones jurídicas aparecieron frecuentemente como tema central de
sus obras. A esta época corresponde el descubrimiento de los sistemas de parentesco por parte de Lewis Henry
Morgan.
Desde el final del siglo XIX el enfoque adoptado por los primeros antropólogos fue puesto en tela de juicio por las
siguientes generaciones. Después de la crítica de Franz Boas a la antropología evolucionista del siglo XIX, la
mayor parte de las teorías producidas por los antropólogos de la primera generación se considera obsoleta. A
partir de entonces, la Antropología vio la aparición de varias corrientes durante el siglo XIX, entre ellas la escuela
culturalista de Estados Unidos al iniciar la centuria; la Etnología francesa; el funcionalismo estructural, el
estructuralismo antropológico, el proce-sualismo o la antropología marxista.
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La antropología es, sobre todo, una ciencia integradora que estudia al hombre en el marco de la sociedad y cultura
a las que pertenece, y, al mismo tiempo, como producto de éstas. Se la puede definir como la ciencia que se
ocupa de estudiar el origen y desarrollo de toda la gama de la variabilidad humana y los modos de
comportamientos sociales a través del tiempo y el espacio; es decir, del proceso biosocial de la existencia de la
especie humana.
El tema general, u objeto material de la Antropología Filosófica, es el fenómeno humano, es decir, la serie de
manifestaciones que atestiguan la presencia del hombre. Interesan especialmente aquellas manifestaciones que
entrañan un cierto enigma o paradoja, tales como el fenómeno del conocimiento científico, de los juicios de valor,
de la libertad, de la comunicación interpersonal y de la religión. Su objeto formal (aspecto o ángulo especial que
escoge la ciencia para estudiar el objeto material) reside en las características humanas que posibilitan dicho
fenómeno; la psicología y la historia, por ejemplo, coinciden en el objeto material, de la Antropología filosófica,
pero no en su objeto formal.
«Nunca en la historia, tal como la conocemos, el hombre ha sido más que un problema en sí»
Max Scheler.
La antropología filosófica marca un punto de inflexión en la filosofía por medio de la crítica de la tradición idealista
y del dualismo cartesiano, con una concepción del hombre como una unidad física y psíquica. Fue también una
respuesta a la teoría del historicismo alemán.
La base de su planteamiento consistía en utilizar las enseñanzas de las ciencias naturales (biología, zoología,
etología, paleo-antropología, etc.) y las ciencias humanas para tratar de identificar las características de la especie
humana, su posición específica en el mundo en el entorno natural.
Sus principales representantes son Max Scheler, Helmuth Plessner y Arnold Gehlen. También, cerca de esta
corriente, destacan: Gotthard Günther, Helmut Schelsky, Erich Rothacker y Peter Sloterdijk.
En un sentido amplio, las preguntas a las que la antropología filosófica trata de resolver pueden ser tomadas como
confusas y oscuras, por ende no hay una definición teórica clara y unánime. Sin embargo, la concepción más
compartida para cada respuesta a las preguntas existenciales que se ha planteado el hombre, apuntan hacia un
postulado fundamental en que todos los seres humanos, en forma individual, crean un significado propio para dar
una esencia y justificar nuestras vidas.
La antropología filosófica no crea ni se inventa los problemas del hombre solamente los encuentra, los reconoce,
los asume, los examina críticamente y al contestar las preguntas de una manera positiva podemos sentir asombro
o a su vez admiración ya que nos sentiríamos seres trascendentes, pero si no logramos responder las preguntas
fundamentales podemos caer en una frustración y desilusión por no haber logrado responder esas preguntas, las
cuales son:
¿Qué es el hombre? Por la denominación científica es el Homo Sapiens (hombre que piensa), entonces desde ese
punto de vista científico sería una especie animal constituida por los seres humanos, perteneciendo al orden de
los primates. Sus capacidades mentales le permiten inventar, aprender y utilizar estructuras lingüísticas complejas,
matemáticas, escritura, ciencia, tecnología. Ahora desde un punto más espiritual decimos que el hombre es un ser
racional compuesto de cuerpo físico y alma, un ser que ama y el mismo que posee un sin número de sentimientos.
¿De dónde venimos? El proceso de evolución biológica de la especie humana (hominización), nos habla de sus
ancestros hasta el estado actual, el ser humano desciende muy posiblemente de una rama de los primates. Ahora
desde el punto de vista de la religión fuimos creados por Dios, todo poderoso y omnipotente.
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¿Hacia dónde vamos? El ser humano posee libre albedrio, poder de decisión; pero desde un punto de vista más
metafísico todos tendríamos un destino. Allí planteamos más preguntas como ¿Cuál es el fin de la raza humana?
¿Existe una misión para mí?, etc.
¿Qué es la muerte? Según el punto de vista de la ciencia de la tanatología, la muerte es el fin de la existencia del
ser, se cumple el ciclo vital de la vida. Pero desde una concepción más espiritual la muerte seria solo el principio
de una nueva vida en un más allá.
Como conclusión, cada persona desarrolla a lo largo de su vida una respuesta para cada pregunta de estas,
dependiente de su punto de vista personal y su concepción propia de la imagen del ser humana. La tarea de la
antropología filosófica es reunir las conclusiones de las ciencias especializadas y las disciplinas filosóficas, por lo
que las respuestas se pueden dar de una manera sistemática a este tipo de
cuestiones.
Enfoque Psicológico.
Requiere considerar a la psicología como parte del estudio que se hace del hombre desde su psique, y por ello se
requiere de su participación, iniciemos con lo que debemos de entender por este enfoque.
La psicología (del griego clásico ψυχή, psique, alma o actividad mental, y -λογία "-logía", tratado, estudio) es la
ciencia que estudia la conducta o los comportamientos humanos y los procesos mentales. La palabra latina
psicología fue utilizada por primera vez por el poeta y humanista cristiano Marko Marulić en su libro Psichiologia
de ratio neanimae humanae a finales del siglo XV o comienzos del XVI.2
La Psicología explora conceptos como la percepción, la atención, la motivación, la emoción, el funcionamiento del
cerebro, la inteligencia, la personalidad, las relaciones personales, la consciencia y el inconsciente. La Psicología
emplea métodos empíricos cuantitativos de investigación para analizar el comportamiento. El conocimiento
psicológico es empleado frecuentemente en la evaluación o tratamiento de las psicopatologías, en las últimas
décadas los psicólogos también están siendo empleados en los departamentos de recursos humanos de las
organizaciones, en áreas relacionadas con el desarrollo infantil y del envejecimiento, los deportes, los medios de
comunicación, el mundo del derecho y las ciencias forenses, una parte también se dedica a la investigación desde
las universidades lo que le permite la integridad y la fortaleza en la construcción de su personalidad sobre un
amplio rango de temas relacionados con el comportamiento humano.
La psicología del aprendizaje se ocupa del estudio de los procesos que producen cambios relativamente
permanentes en el comportamiento del individuo (aprendizaje). Es una de las áreas más desarrolladas y su
estudio ha permitido elucidar algunos de los procesos fundamentales involucrados en el aprendizaje como
proceso completo.
El comportamiento externo de una persona que valora algo o a alguien, se manifiesta por la emoción con la que
tiñe de colorido el juicio de su razón. El entusiasmo y la alegría por lo valioso, corresponden a la chispa con la que
nace lo que después puede llegar a ser un incendio pasional, rectamente encauzado. Por el contrario, la frialdad o
repulsión ante lo que se juzga no valioso o dañino, es la respuesta afectiva consecuente.
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Estas reacciones de la afectividad requieren ser educadas, a la luz de la inteligencia y la voluntad, las cuales han
de gobernar políticamente a las pasiones, los sentimientos, las emociones y los estados de ánimo.
La Psicología del aprendizaje cobra una gran importancia en la educación. Docentes y pedagogos deben
considerar aspectos tan importantes como la motivación, los intereses, las expectativas y necesidades de los
individuos de las sociedades en las que se involucra.
Enfoque Ético.
El punto de vista antropológico se vincula de inmediato con el de la ética. El hombre ha de ordenar sus actos en
relación a su fin. Será valioso, lo que le acerque a la consecución de su fin; y lo que lo aparte, lo aleje o frustre sus
intentos por alcanzarlo, no recibirá el calificativo de valioso, por más que se refiera a seres metafísicamente
dotados de valor. La ética enriquece el discurso axiológico aportando a la valoración humana el concepto de
orden. Sólo son valiosos para el hombre, los seres, las obras, las situaciones y los múltiples avatares de la vida
que se ordenen a la consecución de su "fin final" como diría Aristóteles, para diferenciarlo de los fines parciales.
Las virtudes intelectuales y morales son las que tienen aquí la palabra. Y ya vimos cómo la educación en las
virtudes permite escalar las cimas más valiosas del espíritu.
Viene a cuento una anécdota ocurrida en un pueblo indígena muy lejano y escondido, que sufre enormes
carencias materiales y espirituales. Al visitar la casa de una familia si así se le puede llamar a un refugio donde se
hacinan, más que conviven, unas veinte personas- entre los ídolos, amuletos y demás objetos separados como
algo sagrado, en una especie de altarcito, estaba recortada de un periódico amarillento, la fotografía del Papa
Juan Pablo II. Ustedes no son católicos. ¿Por qué tienen aquí el retrato del Papa?
Hombre bueno contestó con su pobre castellano el pater-familia. Decir hombre "bueno" expresa una valoración
mucho más alta que adjetivos tales como: erudito, artista, famoso, rico, guapo.
Enfoque lógico.
La Axiología Formal (Robert S. Hartman), define con términos lógicos al valor como el "cumplimiento de la
intensidad del concepto". Esto es: para valorar humanamente, no me basta la cogitativa. He de traspasar el mundo
de lo sensorial, lo concreto, lo particular, para llegar a la conceptualización espiritual y universal o Verbigracia: sólo
en cuanto tenga el concepto "silla", abstraído de la realidad sensorial, podré ser capaz de definirla: "mueble con
asiento, respaldo y pata o patas". Al captar la esencia de "silla", lo que la hace ser silla y no otra cosa seré capaz
de valorar "esta" silla que tengo enfrente, constatando si la realidad llena los requisitos del concepto, que a su vez
lo obtuve de lo real, ya que mi inteligencia es la que se debe adecuar a la realidad.
Siguiendo el ejemplo, si confirmo que es un mueble, que aguanta el peso proporcionado del usuario que se siente
en él y le permita descansar su espalda en su respaldo, y esté bien sostenido por una o más patas, concluiré que
es una "buena" silla, o que como silla, "vale".
Esta vía de la conceptualización nos da pie para ejercitamos en el optimismo axiológico: un vaso medio vacío, es
un vaso medio lleno; una mala casa, es una buena ruina; un pésimo automóvil puede ser una estupenda carcacha
de colección, etc. El optimista es capaz de elegir el concepto adecuado para así poder valorar positivamente.
Bástenos estos seis enfoques de valor metafísico, antropológico, ético, ascético, psicológico y lógico- para
regresar, enriquecidos, al mundo de la educación.
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En qué consiste Escribe dos Ejemplos:
Enfoque
1.-
Metafísico
2.-
1.-
Antropológico
2.-
1.-
Psicológico
2.-
Ahora Realiza la siguiente lectura y elabora las actividades que se indican al final:
“¿A qué llamamos Naturaleza Humana?”.
No es, ni pretendo que lo sea, la última palabra en jerarquización axiológica. (Otros autores ordenan tres, cuatro,
seis o más valores). Baso su objetividad en la naturaleza humana. Si nos preguntamos: ¿sería posible que un
grupo totalmente heterogéneo de personas, lleguen a un común acuerdo sobre qué es lo más y lo menos valioso?
Para ilustrar entre lo natural cuerpo y espíritu y lo sobrenatural la gracia divina, nos puede servir el recuerdo de un
sacerdote recién ordenado. Al ir a un hospital a atender espiritualmente a un miembro de su familia que iba a ser
operado, fue requerido por una señora que entre sollozos le rogó fuera a ver a su esposo. En el trayecto le
confesó que no era realmente su esposo: no estaban casados. La impresión de este novel sacerdote fue
tremenda: el pobre enfermo yacía entre catéteres. Su estertor era angustioso y el único ojo que mostraba (el otro
lo tenía cubierto con vendas), lo habría desmesuradamente. Estaba consciente, por lo que el sacerdote se acercó
y le dijo: Soy sacerdote católico, ¿quieres que te ayude a hacer una buena confesión?
Esa "inyección" de la gracia del arrepentimiento, lo había llenado de la confianza en el perdón divino, y la paz de
su alma afectó su pulso, su presión y su respiración.
Si concluimos y demostramos que somos una síntesis de cuerpo material, alma espiritual y si queremos vida de la
gracia, resulta lógico que lo que necesitamos para alcanzar la plenitud humana, esto es, lo que nos perfecciona en
cuanto seres humanos son los valores:
Volvamos ahora a ese grupo imaginario tan heterogéneo como el que más. Decíamos que sólo cabría en
cuestiones axiológicas- un consenso universal, si partimos de lo que nos une universalmente: nuestra naturaleza.
Ahora bien, el vocablo "jerarquizar" hunde su etimología en el griego hieras: sagrado Jeroglífico: escritura sagrada;
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hierática: actitud sagrada) y es este concepto el que nos da un criterio de orden. Jerarquizar valores es ordenarles
desde lo que es más sagrado hasta lo que es menos sagrado.
Por lo tanto, para poder presentar una jerarquía universal y objetiva, es necesario además del punto de partida
universal, y objetivo: tener claridad en la conceptualización de cada esfera de valores. Aunque es la persona el
sujeto de operación, en cada esfera de valores interviene con preponderancia alguna facultad, o se sitúa a la
persona frente a una realidad en cierto sentido diferente.
Los valores religiosos, nos colocan frente a lo sobrenatural y nuestra personalidad se ve totalmente afectada al
permitir que nuestra vida entera sea dirigida por la luz de la fe.
Los valores morales afectan toda nuestra conducta en todos los ámbitos: nuestro libre asentimiento a la ley moral -
recta razón- troquela nuestra conciencia que emite juicios de bondad o maldad ante nuestros propios actos y los
de los demás, animándonos a ejercitarnos en la virtud.
Los valores estéticos también enriquecen toda nuestra personalidad, pero sólo inferiores a los dos primeros,
eminentemente espirituales, porque requieren obligatoriamente de la intervención material que actualiza nuestra
sensibilidad, permitiéndonos así el gozo de la belleza.
Las demás esferas parcializan por decirlo así las facultades o los ámbitos de acción. Los valores intelectuales
aluden a la capacidad racional, lógica. Los valores afectivos, se realizan en ese terreno fronterizo en el que las
facultades superiores inteligencia y voluntad han de gobernar políticamente a las inferiores: sentimientos,
emociones, pasiones y estados de ánimo, los cuales son acompañados por cambios corporales.
Los valores sociales (no los confundamos con la "justicia social" que se encuentra a nivel moral), aluden a nuestra
capacidad de interacción con otras personas y de adecuación a diferentes entornas humanos.
Los valores físicos incumben al bien de nuestro cuerpo.
Los valores económicos se refieren a bienes materiales a los que se les da un valor convencional. Por ejemplo, los
aztecas traficaban con oro, con cacao; nosotros, con billetes y monedas cuyo valor está sujeto a los altibajos del
mundo financiero.
Siendo esta jerarquía objetiva, la valoración en cambio, es subjetiva. Es un acto humano que se aprende con
conciencia y experiencia. Hay que enseñar a los hijos a valorar. Nadie nace sabiendo. Igual que nos enseñaron a
sumar, hemos de aprender a valorar. Lo mismo que si yo me equivoco en una suma la culpa es mía y no de las
matemáticas, si yo me equivoco en mis valoraciones, es a mí a quien se le imputa el error y no a la axiología.
Luego en cada una de las valoraciones humanas caben estas tres posibilidades: el acierto, el error (perder lo más
por lo menos), o el heroísmo: elegir lo mejor, aunque el costo sea muy alto. En última instancia, en esto reside
radicalmente el arte de educar.
El ámbito familiar es insustituible y extraordinariamente rico - aunque se viva en lo ordinario y en lo cotidiano para
propiciar la plenitud de una vida que sólo se alcanza encarnando valores y realizando obras valiosas.
(Pliego Ballesteros, 2007)
3.- Define el siguiente término heterogéneo y explica por qué se opone a homogéneo.
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4.- De acuerdo a lo que leíste, ¿cómo podrías explicar la diferencia entre espiritualidad y materia?
En una hoja doble carta copia el cuadro siguiente y Coloca un ejemplo de valor en la siguiente lista que se te da,
que esté de acuerdo al texto anterior.
1.-Sociales:
2.- Estéticos
3.- Éticos
4.- Intelectuales
5.- Religiosos
Muchas personas responderían a las preguntas anteriores de este modo: "cada quien sabe lo que hace", "según
las circunstancias", "depende de la época y del lugar de que se trate". Estas son posturas relativistas fáciles de
rebatir con un poco que pensemos con profundidad.
Los griegos dibujaban una serpiente en círculo comiéndose su cola, con lo que querían significar cómo el
relativismo tiene en sí la semilla de su propia destrucción. Si decimos que todo es relativo, nos estamos
contradiciendo, porque hemos hecho una afirmación absoluta: por lo menos una cosa ya no es relativa, que todo
sea relativo. Y no es un juego de palabras. La Verdad es para todos y donde sea, o no es Verdad. La Bondad,
intrínseca a la naturaleza humana, o es válida para todo el género humano, o no es Bondad.
Es comprensible, pero no justificable, esta actitud de falta de fijeza, de "manga ancha" en extremo, dadas las
condiciones de nuestra época. Todo parece cambiar; el cambio es aceleradísimo en muchos aspectos y sectores;
hay que actualizarse constantemente. El relativismo anda en el smog del ambiente y muchos lo asimilan por
ósmosis, por comodidad y cobardía. Porque realmente la postura del relativista esconde una gran pereza mental y
una enorme falta de valentía: a todos da por su lado, no se busca enemistades, y además, no da la cara, no se
compromete ante nada ni ante nadie.
Muchas personas se dejan arrastrar por esta situación y creen que todo debe cambiar. Así se encuentran
desorientadas, porque si consideran que todos los valores en los que ellas fueron educadas son obsoletos no
tienen ya más vigencia, nunca saben a qué atenerse y, como veletas, son presas fáciles de todas las corrientes,
de todos los "ismos", por contradictorios que sean.
No. La Axiología como las matemáticas, es una ciencia exacta. La nueva ciencia del valor demuestra, utilizando
las matemáticas transfinitas, la correcta jerarquización axiológica. El punto de partida para lograrlo es precisar el
concepto al que se refiere cada valor. Porque es obvio que una persona que entienda "religiosidad" como
hipocresía, "mochera" o subterfugio, como mito producto de la imaginación alienada, la colocará en un nivel
inferior o más bien la sacará del resto de la esfera de valores, por tratarse de un disvalor. Otra persona que
considere "religión" como la relación entre Dios y el hombre, relación paterno-filial, colocará esta esfera en la cima
de las demás, por tratarse de un nivel sobrenatural: como su nombre lo indica, está sobre todas las demás
esferas, que corresponden a lo natural en el hombre. ¿y cuál de estas personas tiene la razón? Porque la verdad
no puede estar en dos posturas contradictorias. El diccionario nos puede resolver muchos conflictos, y si
queremos profundizar más, habremos de recurrir a los peritos en esta materia y en la de cada una de las otras
esferas.
El concepto de "moral" se refiere al deber ser de los actos humanos en orden, alcanzar la felicidad. Un acto
"humano" requiere necesariamente de la razón y la voluntad. Esto es, para que un acto pueda ser calificado de
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moral o inmoral, es imprescindible que haya sido realizado consciente y libremente. Pero ¿en qué nos basamos
para calificar de bueno o malo un acto humano? Es decir, ¿cuál es el criterio de moralidad? La ética nos dice que
este criterio se basa en la misma naturaleza humana. En la medida en que un acto perfeccione todos los aspectos
del hombre (vegetativo, animal, racional y trascendente) o cuando menos no vaya en detrimento de lo superior, el
acto es bueno.
Y si el criterio de moralidad se basa en la naturaleza humana en la esencia del hombre- no puede estar sujeto a
cambios, porque si cambiara la naturaleza humana, ya no podríamos hablar de moral, de hombre, de razón y
voluntad.
Un ejemplo podría aclarar lo anterior. Si un hombre bebe en una reunión familiar una copa de buen cogñac, se
perfecciona vegetativamente porque el cogñac tiene ricas propiedades alimenticias; se perfección sensitivamente,
en la medida en que sea buen catador, al gustar y oler una buena bebida; se perfecciona racionalmente, al
compartir con sus familiares y más si procuran dialogar sobre temas interesantes, ampliando sus horizontes y
comprendiendo los diferentes puntos de vista; En cambio si en vez de beber una copa, bebe cien, se perjudica su
organismo, ya no alcanza a distinguir el bouquet, su razón se nubla, al grado que ya no es consciente de sus
actos.
El mal es un desorden, una carencia de bien: donde debería haber un hombre lúcido, no tenemos más que un ser
que se comporta como animal. Necesitamos adoptar una actitud de apertura para comprender diferentes puntos
de vista, para saber colocarnos desde el ángulo en que otras personas observan equis situación, y así poder
enriquecer nuestro punto de vista. Jerárquicamente, la esfera de valores estéticos sigue a la de los religiosos y los
morales. La Belleza, la elegancia naturalismo en el que laxamente nada es mal la formación de lo sublime, lo
bonito, lo agradable, son categorías estéticas. La voz griega "aisthesis" significa sensación, lo que nos da una
pauta para relacionar siempre esta esfera de valores con cosas materiales que percibimos por los sentidos. Pero
lo estético no se refiere a cualquier cosa, sino a una "cosa" bella y humanizada, enriquecida por la proyección total
de la personalidad del artista que crea, o del hombre que contempla o del virtuoso que interpreta recreando la obra
original. La actitud estética no sólo se da ante el arte, sino ante la naturaleza.
Sin embargo, aquí es cuestión de gustos y de tipos de personalidad, aunque también intervienen criterios más
objetivos, que se pueden estudiar. Son raras las personas que gustan de Stravinski o de José Clemente Orozco o
de José Gorostiza a la primera. Sin embargo, si se dejan guiar por un buen maestro, y no se cierran ante lo que al
principio puede hasta disgustar, y van con esfuerzo penetrando en sus mundos, llegarán a apreciar, si no es que a
enamorarse de esas obras. Lo malo sería que por ignorancia y por dejarse llevar de opiniones infundadas,
creyéramos encontrar arte en lo que sólo es una manifestación vacía, puramente formal o puramente temática,
anecdótica -descriptiva por lo general de conductas erróneas que intentan confundir lo pornográfico, lo grosero y lo
morboso con lo auténticamente bello.
Pasemos a los valores intelectuales. Como estamos estudiando lo más sistemáticamente posible la jerarquización
axiológica conviene recordar de nuevo que hemos de efectuar una serie de disecciones. No olvidemos que uno es
el terreno del análisis y otra la realidad viva, única, total, integral, del ser humano. Pero parece que nuestra
inteligencia si no divide no comprende.
Naturalmente, el hombre en su actividad pensante no puede dejar a un lado, sus emociones, sus instintos, su
voluntad, su fe. Pero cuando hablamos de los valores intelectuales, nos referimos a la actividad de la razón Por
eso los consideramos en cuarto lugar. Las tres esferas anteriores requieren, de un modo o de otro, de la totalidad
de la persona: ante lo divino, no sólo se compromete nuestra razón y nuestros sentimientos, sino toda la vida; la
moral rige la totalidad de nuestros actos humanos, y ya vimos como la actitud estética absorbe también nuestra
personalidad entera.
Con la razón vamos en busca de la Verdad. Al preguntamos por el universo, al penetrar en los secretos del átomo,
al cuestionamos quiénes somos, de dónde venimos y a dónde vamos, nos estamos distinguiendo esencial y
vitalmente de las bestias. Dos falsos conceptos de esta esfera de valores, que nos llevarían a moverla de sitio en
la tabla jerárquica, serían: o considerar lo intelectual como la fórmula mágica y única que dignifica al hombre, y sin
la cual no se da ninguno de los otros valores, o considerar la ciencia por la ciencia, el saber por el saber, lo cual
tiende más a ensoberbecer que a dar la felicidad.
La primera postura está viendo la jerarquía no desde un punto de vista axiológico qué vale más sino según un
orden de necesidad: qué necesito primero. Viéndolo así, primero necesitamos estar vivos valores físicos para
poder pensar valores intelectuales y así poder realizar en nuestra vida la Belleza, la Bondad y la Santidad.
32
La segunda postura cae por su propio peso: el erudito petulante que sabe el qué de todo pero no el para qué, es
un pobre indigesto de lecturas, más lucrado del pensamiento de otros, que creador que contribuya al acercamiento
humano a la Verdad, fuente de la felicidad auténtica.
La afectividad en el hombre ocupa un terreno fronterizo entre lo espiritual y lo material. Lo espiritual actúa por
nuestra inteligencia que piensa, que conceptualiza, y nuestra voluntad que quiere libremente, que ama. Nuestro
cuerpo, lo material, actúa por el conocimiento sensorial de las cosas individuales y los apetitos que reaccionan
instintivamente ante ellos. Pero nuestra afectividad actúa material y espiritualmente: la imaginación ve -como el
pensamiento abstracto en lo racional y el conocimiento sensible en el animal- y el sentimiento actúa como la
voluntad o el apetito en sus propios terrenos.
En cuanto imaginamos cosas materiales, nuestras emociones tienen también una gran dosis hormonal. Pero en
cuanto vamos siendo capaces de mayor creatividad e imaginamos grandes obras en el terreno científico, artístico
o ético, nuestros sentimientos se espiritual izan.
Siguen los valores sociales. Si aquí pensamos en términos de "justicia social", y de "bien común", nos regresamos
a valores más altos, ya citados, como son los morales. Pero considerémoslos como las relaciones impersonales
con los demás. No hay una comunicación de tú a tú, sino la interacción despersonalizada con el "hombre masa".
Lo que "se dice", lo que hacen; la moda, las costumbres sociales, el aplauso, los resultados de una elección, las
rayas de una estadística, el prestigio, la fama, el poder. No importa en realidad quién aplauda, quién vote, quién
diga, quién use, quién apoye, sino el impersonal "se": que se aplauda, se vote, etc.
Los penúltimos en la escala jerárquica son los valores físicos, porque se refieren a lo puramente material, pero
vivo, del hombre. La salud es un don preciado que hay que saber cuidar. Ciertamente es la base del edificio:
"mente sana en cuerpo sano", nos han dicho los griegos muchos siglos atrás. Nuestro pensamiento es superior a
nuestro metabolismo: el primero nos puede sobrevivir, el segundo es efímero. Entre un atleta y un sabio, hay su
diferencia: no en cuanto a la persona tan valiosa una como la otra, por el hecho de serlo sino en cuanto a su
actividad, dada su trascendencia. Por último, los valores económicos se refieren a la materia a la que le ha sido
dado un valor convencional.
En realidad estos cuatro últimos valores son instrumentales, son medios, "sirven para" lograr los superiores. Los
de las alturas son servidos, no "sirven para", porque ya son metas. Si quisiéramos el dinero por el dinero mismo, la
salud y el poder por sí mismos, seríamos tristemente mediocres. El mediocre hace del medio su fin y vive para
eso. No se da cuenta de que se queda adorando el peldaño sin ir a ninguna parte. Así, no vive: se agita
inútilmente acumulando riquezas, cuidando escrupulosamente su salud o en soberbia total por la multitud de sus
súbditos, pero se ahoga y se pudre en su egoísmo y no encuentra la felicidad.
El segundo paso que debemos dar, es más difícil que encontrar intelectualmente los fundamentos de
jerarquización: vivir conforme a esta tabla axiológica. Esto exige lucha constante por ser auténticos, por vivir
congruentemente con lo que creemos y pensamos. Y con todo, nos podemos equivocar, como puede errar en una
suma un buen matemático; pero ese fue error de él y no de las matemáticas. Lo mismo sucede en la axiología: tú
y yo tendremos que rectificar miles de veces en nuestra vida, porque antepusimos algo de menor valor a lo que
valía más, pero la Axiología, la Ciencia del Valor, se queda muy tranquila.
(Pliego Ballesteros, 2006).
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Los valores y las necesidades humanas.
Siguiendo la clasificación de Maslow, las necesidades primarias tanto en orden de aparición como en fuerza y
rudeza, son las fisiológicas. En cuanto el alimento y vestido las satisfacen, surgen las necesidades de seguridad:
la injusticia, el temor a verse relegado de un alto puesto en el afecto de los demás es el caso de la llegada del
primer hermano, o de la presencia de un "consentido" o "del preferido" derrumba la posibilidad
de satisfacción de este tipo de necesidades y ocasiona un retroceso que se manifiesta en la
búsqueda de satisfactores fisiológicos.
Los valores físicos y económicos, esto es, la salud, el ambiente higiénico, el bienestar físico y
los satisfactores primarios, un mínimo de confort producto de una prudente administración,
satisfacen estas dos necesidades básicas motivadoras del comportamiento humano.
En la tercera infancia, las necesidades sociales se manifiestan con gran fuerza. El núcleo familiar ya no es
suficiente: hay que formar nuevos grupos, sentirse miembro de una pandilla, de un equipo. En cambio en la
adolescencia, las necesidades del yo -las de la propia estima y las de !a propia reputación cobran el primer plano.
Ser digno ante los propios ojos y ser alguien ante los demás, es una necesidad apremiante del hombre.
Los valores sociales y afectivos cubren estos renglones: la fama, el prestigio, el poder, el amor, el afecto, las
manifestaciones de cariño y de ternura, el descubrimiento de las emociones, el encauce de los sentimientos, es
esencial para proporcionar satisfactores oportunos.
La vida contiene sufrimiento “La verdad del sufrimiento” primera verdad noble. Esta afirmación no niega en
absoluto lo bueno y gozoso de la vida pero señala con contundencia que nacer en el reino humano lleva implícito
el sufrimiento.
Este sufrimiento tiene causa. “La verdad de la causa del sufrimiento” segunda verdad. Siendo esta causa
básicamente el deseo neurótico. Esto significa que llevados por la ignorancia rechazamos fuertemente cualquier
experiencia de insatisfacción, dolor, contrariedad etc. y buscamos de forma neurótica experimentar tan solo
aquello que queremos experimentar.
Todo lo que tiene una causa tiene un cese. “La verdad del cese del sufrimiento”. Tercera verdad noble. Este es el
estado de ser que realizó el Buda y que tradicionalmente es conocido como Iluminación.
Habiendo una causa, hay “un camino que aparta del sufrimiento”. La cuarta noble verdad. Este camino puede
formularse de muchas maneras. Una de ellas, reconocida y practicada por budistas de todas las épocas y de
todas las distintas escuelas se corresponde con una enseñanza atribuida al propio Buda Shakyamuni. “El Noble
Camino Octuple”.
Todo lo que en este escrito encontréis de bueno, cierto y bello es debido a la experiencia de Iluminación del Buda
Shakyamuni y a sus enseñanzas, así como al modo tan sabio y adecuado con que Bhante Sangharakshita ha
sabido exponer y dar relevancia, a esta enseñanza milenaria, para las personas de hoy en día. Nada hubiera
escrito yo sin la sabia influencia de mi maestro Sangharakshita. Del mismo modo si encontráis errores o
inexactitudes es debido a mi torpeza y espero que me disculpéis, ya que me guía el deseo de ser útil.
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Redacta una historia de tu vida cotidiana en la que se muestre si tienes o no los valores que se abordan en la
lectura y muéstrala al maestro para ser evaluada.
B.- Identificación de los valores en el entorno social: Cívicos, Patriotismo y nacionalismo y Esfuerzo y
responsabilidad.
Cada sociedad crea y elige colectivamente ciertos valores que considera valiosos para respetar la dignidad
humana y guiar nuestra convivencia. La dignidad humana en la sociedad consiste en ser tratados como iguales a
todos los seres humanos, sea cual fuere nuestro sexo, condición social, grupo étnico, creencia religiosa, ideas,
gustos, etcétera.
Los valores se materializan en una actitud que debe tener cualquier ciudadano que cumpla sus obligaciones para
con la comunidad, ya que debe manifestar interés y preocupación por los demás miembros de la comunidad. La
aceptación y la pertenencia nos dan identidad, pues, son ciertos rasgos propios que nos distinguen de cualquier
otra persona, (nombre y nacionalidad son símbolos de nuestra identidad y son reconocidos como derechos
humanos.
Cada sociedad requiere de estos valores para seguir funcionando adecuadamente y perpetuarse en el tiempo.
Patriotismo (de patriota > del francés patriote> del latín patriota > del griego patriotes, patris + otes,
perteneciente a la tierra del padre) es un pensamiento que vincula a un ser humano con su patria. Es el
sentimiento que tiene un ser humano por la tierra natal o adoptiva a la que se siente ligado por unos
determinados valores, cultura, historia y afectos. Es el equivalente colectivo al orgullo que siente una
persona por pertenecer a una familia o cofradía. A la persona que cae en la exageración y /o la mitomanía
en pro de defender su patria se la denomina chovinista, términos relacionados son jingoísta y patriotero.
La Patria (del latín patrĭa, familia o clan >patris, tierra paterna >pater, padre) suele designar la tierra natal o
adoptiva a la que un individuo se siente ligado por vínculos de diversa índole, como afectivos, culturales o
históricos. También se llama patria a la tierra natal de los padres de una persona, a la cual se siente ligado
afectivamente sin necesariamente haber nacido en ella. El significado suele estar unido a connotaciones
políticas o ideológicas, y por ello es objeto de diversas interpretaciones así como de uso propagandístico.
Además, es el vínculo que un individuo tiene con su patria; es la identificación de un ciudadano con la
tierra que lo vio nacer, es el orgullo que siente un individuo por su país.
Nacionalismo es una ideología y un movimiento social y político que surgió junto con el concepto de
nación propio de la Edad Contemporánea en las circunstancias históricas de la Era de las Revoluciones
(Revolución industrial, Revolución burguesa, Revolución liberal) desde finales del siglo XVIII.1 También
puede designar al sentimiento nacionalista y a la época del nacionalismo. Como ideología, el nacionalismo
pone a una determinada nación como el único referente identitario, dentro de una comunidad política; y
parte de dos principios básicos con respecto a la relación entre la nación y el estado: El principio de la
soberanía nacional: que mantendría que la nación es la única base legítima para el estado.
El principio de nacionalidad: que mantendría que cada nación debe formar su propio estado, y que las
fronteras del estado deberían coincidir con las de la nación. El término nacionalismo se aplica tanto a las
doctrinas políticas como a los movimientos nacionalistas: las acciones colectivas de movimientos sociales
y políticos tendentes a lograr las reclamaciones nacionalistas. En ocasiones también se llama
nacionalismo al sentimiento de pertenencia a la nación propia, algo en principio identificable con el
patriotismo, pero distinto si va más allá del mero sentimiento e incorpora contenido doctrinal o acción
política en un sentido concreto. La historiografía también usa el término nacionalismo para referirse la
época del nacionalismo: el periodo histórico de formación de las naciones y el surgimiento de la ideología
y movimientos nacionalistas, lo que ocurrió en torno al siglo XIX, coincidiendo con las revoluciones
liberales o revoluciones burguesas.
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cuando surgen numerosos grupos denominados Movimiento de Liberación Nacional. Se habla también del
nacionalismo musical, expresión artística de la segunda mitad del siglo XIX que coincide con el
nacionalismo político en la valoración de la etnicidad (folclore), y que deriva del anterior romanticismo,
movimiento intelectual y artístico también muy vinculado con el nacionalismo romántico, aunque sea de
más amplia extensión temporal y conceptual que éste.
Esfuerzo: Empleo enérgico de la fuerza física o mental con un fin determinado: si te duele la espalda, no
debes hacer esfuerzos. Empleo de medios superiores a los normales para conseguir un fin determinado: a
pesar de sus esfuerzos, no consiguió terminar los estudios. Fuerza que actúa sobre un cuerpo y que
tiende a estirarla (tracción), aplastarla (compresión), doblarla (flexión), cortarla (corte) o retorcerla (torsión).
Responsabilidad proviene del latín responsum, que es una forma de ser considerado sujeto de una
deuda u obligación (ejemplo: "Los conductores de vehículos automotores son responsables por los daños
causados por sus máquinas"). Como cargo, compromiso u obligación (ejemplo: "Mi responsabilidad en la
presidencia será llevar a nuestro país a la prosperidad"). Como sinónimo de causa (ejemplo, "una piedra
fue la responsable de fracturarle el cráneo"). Como la virtud de ser la causa de los propios actos, es decir,
de ser libre (ejemplo: "No podemos atribuirle responsabilidad alguna a la piedra que mató al pobre
hombre, pues se trata de un objeto inerte que cayó al suelo por azar"). Como deber de asumir las
consecuencias de nuestros actos.
Responsable es aquel que conscientemente es la causa directa o indirecta de un hecho y que, por lo
tanto, es imputable por las consecuencias de ese hecho (es decir, una humanos libres). En la tradición
kantiana, la responsabilidad es la virtud individual de concebir libre y conscientemente las máximas
universalizables de nuestra conducta. Para Hans Jonás, en cambio, la responsabilidad es una virtud social
que se configura bajo la forma de un imperativo que, siguiendo formalmente al imperativo categórico
kantiano, ordena: “obra de tal modo que los efectos de tu acción sean compatibles con la permanencia de
una vida humana auténtica en la Tierra”. Dicho imperativo se conoce como el "principio de
responsabilidad".
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Valores Cívicos y Ciudadanía
Ya hemos señalado antes que los valores morales y cívicos deben basarse en los derechos humanos. En la
Declaración de Derechos Humanos se alude expresamente al significado profundamente cívico que tiene la
educación en la sociedad: La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana y el
fortalecimiento del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales; favorecerá la comprensión,
la tolerancia y la amistad entre todos las naciones y todos los grupos étnicos y religiosos; y promoverá el
desarrollo de las actividades de las Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz.
¿Cómo se puede definir la ciudadanía desde un punto de vista ético, jurídico y político? Como señalan
acertadamente S. Giner y V. Camps la ciudadanía tiene en castellano una doble
acepción que alude a dos conceptos: por un lado, el conjunto de hombres y mujeres
que constituyen un comunidad política de personas iguales ante la ley, miembros de
un Estado de Derecho y en segundo lugar, la condición que cada uno de nosotros
posee de ser miembro de esa comunidad: es un atributo que nos confiere el derecho
al voto, el de presentarnos a las elecciones, el de recibir subsidios y pensiones o
atención médica (si está previsto por la ley), el de que nuestros vástagos acudan a
la escuela pública, y así sucesivamente. Como el dios Jano de los antiguos, la
ciudadanía y el civismo poseen una doble cara.
La fundamentación filosófica de los valores morales y cívicos debe ser ética y política, y nunca partidista ni
ideológica. Tiene que apoyarse en una reflexión sobre la libertad, la responsabilidad y la moralidad humana con el
fin de trasmitir al alumnado una visión de aquellos valores morales y cívicos que permiten una convivencia en paz
y en libertad. Pero no parece lógico ni posible que la educación ético-cívica se apoye en cosmovisiones cerradas y
sustantivas del hombre y de la moralidad que se crean poseedoras de la verdad definitiva sobre el bien y sobre el
mal. Se trata de fundamentar la vida social, el civismo, sobre valores universales que promuevan la tolerancia y el
respeto hacia todas las personas, sea cual sea la religión, la ideología y la moral de cada uno. Por eso no es
posible que las morales religiosas sean el eje vertebrador de la ética cívica ni la inspiración de las leyes civiles,
porque no ofrecen valores universalizables, sino doctrinas dogmáticas sobre el ser humano y morales
heterónomas basadas en creencias subjetivas.
Se insiste en que aprender a convivir en el seno del sistema educativo es muy importante; la educación ético-
cívica es un mandato del Estado Mexicano como medio eficaz de prevenir futuros conflictos derivados de actitudes
de xenofobia y de racismo. Es el sentido de la competencia social y ciudadana. La democracia como el mejor
sistema de organización política tiene que ser conocido y apreciado y debe ser practicado.
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La educación en valores debe contribuir a formar ciudadanos (hombres y mujeres) que participen en la sociedad:
el empeño democrático debe orientarse actualmente a propiciar un tipo de ciudadano y ciudadana, capacitados
para convivir en sociedades abiertas y pluralistas, basadas en la tolerancia y en percibir la diversidad como una
riqueza que contribuye a la mejora de la sociedad. En una sociedad plural, la educación tiene la posibilidad de
mitigar los conflictos, promoviendo los valores que ayuden a las personas a convivir con persona de valores
diferentes. Para ello es imprescindible buscar valores comunes compartidos por todos, como los derechos
humanos.
Educación en valores es tratar de formar personas que sepan afrontar los cambios en su vida, llevando por sí
mismos, de modo autónomo, las riendas de la misma. En estas sociedades complejas y en continuo cambio en las
que vivimos, la educación en valores tiene como objetivo fomentar el desarrollo de una fuerte consistencia moral
para afrontar situaciones nuevas en las que las reglas conocidas no dan ya una respuesta completamente clara.
¿Qué pasa cuando para una misma persona varios de sus valores entran en conflicto y tiene que elegir? ¿Qué
pasa cuando sus valores entran en conflicto con los valores de los demás? ¿Qué ocurre cuando las reglas
sociales no se comparten o entienden? ¿Qué valores universales tenemos de referencia?
La educación ético-cívica supone de la existencia de una formación específica para que todo el alumnado tenga:
Las razones que avalan la necesidad de una educación ética y cívica basada en los Derechos Humanos y en los
valores constitucionales son de diverso tipo: razones de orden educativo; razones de orden sociológico; razones
filosóficas y razones jurídico-políticas.
La razones educativas a favor de la Educación para la Ciudadanía y los Derechos Humanos se basan en que en
todas las épocas la educación siempre comporta una filosofía moral y política en sentido amplio; es decir, que toda
acción educativa abarca lo cognitivo y lo axiológico y trata por tanto de formar según unas pautas morales y
cívicas determinadas.
Por último, parece necesario que la democracia comience a ser explicada, analizada, reflexionada y practicada en
los centros escolares porque es en ellos donde se forman los futuros ciudadanos y no existe ningún "gen"
democrático que de modo espontáneo genere en las nuevas generaciones las conductas democráticas, la
participación y el respeto a las ideas de los demás.
El segundo elenco de razones a favor de una educación ética y cívica es de orden sociológico. Es evidente que
toda Europa y por tanto también México se están enfrentando a nuevos problemas, a nuevos retos sociales y
culturales en el siglo XXI y para tratar de paliar los efectos de cierta problemática social y para prevenir conductas
indeseables es preciso que los sistemas educativos eduquen a los niños y adolescentes en el respeto, la
tolerancia activa y la solidaridad efectiva con los demás.
Son hechos innegables reconocidos por todas las encuestas el creciente pluralismo moral y religioso en nuestro
país, la exigencia de un diálogo intercultural que otorgue cohesión social a los diferentes grupos y la creciente
desafección hacia la política y los políticos en muchos ámbitos de la sociedad. No se pretende que el sistema
educativo solucione todos estos nuevos conflictos sociales, sino que la reflexión sobre ellos ayude a comprender
mejor los mismos y a crear una conciencia cívica y política que permita dialogar y pactar las soluciones
adecuadas.
Una nueva serie de razones que abonan la idea de la educación para la ciudadanía y los derechos humanos se
basa en consideraciones de orden filosófico, de filosofía moral y política. Toda ética personal va acompañada de
una ética civil, de unos valores que surgen en el individuo y se trasmiten a la comunidad. Por eso no tienen razón
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quienes quieren imponer a todos su propia visión del ser humano y de la moral. La moral católica que ha imperado
durante siglos en México no tiene ya legitimidad social ni política para pretender imponerse a toda la sociedad.
La ética civil, propia de un Estado democrático, ha de ser laica; es decir, neutral en cuanto a las religiones, aunque
en absoluto incompatible con ellas y menos aún hostil a las mismas. En la época actual disponemos de un código
ético de referencia que pretende ser universal y que se conoce como los derechos humanos. Los valores morales
y cívicos contenidos en esa Declaración (1948) son comunes a toda la Humanidad pues se basan en la dignidad
inviolable de toda persona humana. A mi parecer ésa es la base de cualquier educación ética y cívica en una
sociedad democrática en el ámbito del sistema educativo.
Por último, existe una serie de razones de carácter jurídico-político que apoyan la conveniencia de esta nueva
asignatura. La convivencia democrática tiene una base fundamental en nuestro país: la Constitución. Es el gran
pacto político y jurídico sobre el que se asienta toda la arquitectura legal de México y todas las garantías
contenidas en nuestro ordenamiento jurídico.
Es preciso que los niños y jóvenes conozcan los principios y valores constitucionales recogidos en la Carta Magna
porque son el marco en el que todos podemos convivir en libertad y en paz. No se trata de explicar en la escuela
los artículos constitucionales como si fuese una especie de catecismo jurídico, sino de analizar la importancia del
Estado de Derecho, el valor de las leyes y de las instituciones democráticas como el pacto de convivencia que los
españoles nos hemos dado hace muchos años para garantizar los derechos de todos.
Todos los países tienen en sus respectivos sistemas educativos una educación cívica que se realiza. Eso indica
que todos los estados democráticos del orbe consideran un objetivo irrenunciable de sus sistemas educativos la
formación de ciudadanos reflexivos, críticos, participativos y solidarios que colaboren en la construcción de una
sociedad más libre y más justa.
Los valores cívicos deben basarse en los derechos humanos. En la Declaración de Derechos Humanos se alude
expresamente al significado profundamente cívico que tiene la educación en la sociedad: La educación tendrá por
objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana y el fortalecimiento del respeto a los derechos humanos y a
las libertades fundamentales; favorecerá la comprensión, la tolerancia y la amistad entre todos las naciones y
todos los grupos étnicos y religiosos; y promoverá el desarrollo de las actividades de las Naciones Unidas para el
mantenimiento de la paz.
A pesar de esta contundente defensa de esos principios y valores, se defiende también que los padres tienen
derecho a elegir para sus hijos el tipo de educación que quieren darles. Es decir, que se garantiza la libertad de
las familias a la hora de elegir los valores morales que se quieran trasmitir en el seno de la comunidad familiar,
con independencia de que los Estados tienen la obligación de educar a los niños y adolescentes en los valores
cívicos y democráticos.
En nuestras actuales sociedades la influencia de la escuela es mucho menor que en siglos anteriores y la
necesidad de educar al ciudadano en valores cívicos desde las instituciones educativas debe enfrentarse a
nuevos retos y enfocarse de modo distinto. Si el Estado-nación ha sido hasta ahora el encargado de trasmitir una
educación cívica y política acorde con su historia propia y sus instituciones democráticas, en la época actual la
condición de ciudadanía ha adquirido nuevos perfiles ya que vivimos en un mundo globalizado e intercultural en el
que las sociedades no son un reflejo mimético de los Estados-nación del pasado y además la coexistencia de
múltiples códigos morales y religiosos exige una nueva ética universal, con una ciudadanía cosmopolita, cuando
muchos ciudadanos del mundo no pueden disfrutar de los más elementales derechos y libertades individuales,
cuando todavía son seres sometidos al hambre, a la enfermedad y a la incultura.
Por lo tanto, el nacionalismo significa la identidad de un ciudadano con su país. Implica la participación activa de la
ciudadanía en la política y el respeto a los valores sociales y culturales de una nación.
La familia, El término procede del latín famīlia, "grupo de siervos y esclavos patrimonio del jefe de la gens", a
su vez derivado de famŭlus, "siervo, esclavo". El término abrió su campo semántico para incluir también a la
esposa e hijos del pater familias, a quien legalmente pertenecían, hasta que acabó reemplazando a gens.
Según la Declaración Universal de los Derechos Humanos, es el elemento natural y fundamental de la
sociedad y tiene derecho a la protección de la sociedad y del Estado. Los lazos principales que definen una
familia son de dos tipos: vínculos de afinidad derivados del establecimiento de un vínculo reconocido
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socialmente, como el matrimonio —que, en algunas sociedades, sólo permite la unión entre dos personas
mientras que en otras es posible la poligamia—, y vínculos de consanguinidad, como la filiación entre padres e
hijos o los lazos que se establecen entre los hermanos que descienden de un mismo padre. Por su difusión, se
considera que la familia nuclear derivada del matrimonio heterosexual es la familia básica. Sin embargo las
formas de vida familiar son muy diversas, dependiendo de factores sociales, culturales, económicos y afectivos.
La familia, como cualquier institución social, tiende a adaptarse al contexto de una sociedad. Esto explica, por
ejemplo, el alto número de familias extensas en las sociedades tradicionales, el aumento de familias
monoparentales en las sociedades industrializadas y el reconocimiento legal de las familias honoparentales en
aquellas sociedades cuya legislación ha reconocido el matrimonio gay.
Según expone Claude Lévi-Strauss, la familia tiene su origen en el establecimiento de una alianza entre dos o más
grupos de descendencia a través del enlace matrimonial entre dos de sus miembros. La familia está constituida
por los parientes, es decir, aquellas personas que por cuestiones de consanguinidad, afinidad, adopción u otras
razones diversas, hayan sido acogidas como miembros de esa colectividad.
Las familias suelen estar constituidas por unos pocos miembros que suelen compartir la misma residencia.
Dependiendo de la naturaleza de las relaciones de parentesco entre sus miembros, una familia puede ser
catalogada como familia nuclear o familia extensa. El nacimiento de una familia generalmente ocurre como
resultado de la fractura de una anterior o de la unión de miembros procedentes de dos o más familias por medio
del establecimiento de alianzas matrimoniales o por otro tipo de acuerdos sancionados por la costumbre o por la
ley (como el caso de las sociedades de convivencia en México).
La integración de los miembros de la familia, como en el caso de los grupos de parentesco más amplios como los
linajes, se realiza a través de mecanismos de reproducción sexual o de reclutamiento de nuevos miembros. Si se
considerara que la familia debe reproducirse biológicamente, no podrían conceptualizarse como «familias»
aquellos grupos donde Ego o su consorte (o ambos) están incapacitados de reproducirse biológicamente.
En estos casos, la función reproductiva se traslada a los mecanismos de reclutamiento socialmente aceptables —
como la adopción—. El reclutamiento de nuevos miembros de una familia garantiza su trascendencia en en la
familia en Occidente se ha debilitado conforme se fortalecen las instituciones especializadas en la educación de
los niños más pequeños. Esto ha sido motivado, entre otras cosas, por la necesidad de incorporación de ambos
progenitores en el campo laboral, lo que lleva en algunas ocasiones a delegar esta función en espacios como las
guarderías, el sistema de educación preescolar y, finalmente, en la escuela. Sin embargo, este fenómeno no se
observa en todas las sociedades; existen aquellas donde la familia sigue siendo el núcleo formativo por
excelencia.
Por otra parte, la mera consanguinidad no garantiza el establecimiento automático de los lazos solidarios con los
que se suele caracterizar a las familias. Si los lazos familiares fueran equivalentes a los lazos consanguíneos, un
niño adoptado nunca podría establecer una relación cordial con sus padres adoptivos, puesto que sus "instintos
familiares" le llevarían a rechazarlos y a buscar la protección de los padres biológicos. Los lazos familiares, por
tanto, son resultado de un proceso de interacción entre una persona y su familia (lo que quiera que cada sociedad
haya definido por familia: familia nuclear o extensa; familia monoparental o adoptiva, etc.).
En este proceso se diluye un fenómeno puramente biológico: es también y, sobre todo, una construcción cultural,
en la medida en que cada sociedad define de acuerdo con sus necesidades y su visión del mundo lo que
constituye una «familia».
"Las formas que reviste el pudor varían de una cultura a otra. Sin embargo, en todas partes constituye la intuición
de una dignidad espiritual propia al hombre. Nace con el despertar de la conciencia personal. Educar en el pudor a
niños y adolescentes es despertar en ellos el respeto de la persona humana" -El pudor no indica miedo irracional
a exponer el cuerpo. Supone más bien respeto a lo más personal del hombre.
1-La casa es un lugar íntimo. Hay tiempos para compartir con otros, pero también hay tiempos para que la familia
este reunida a solas para compartir desde el corazón con la confianza que no es propia tener con todo el mundo.
2-El vestido. Se cubren las partes más íntimas, que no se comparten con cualquiera. Quien ama respeta y busca
que se respete la intimidad. De ahí el celo que muestra el marido o el novio por la decencia en el vestir de su
esposa o de su novia. -Pudor no es miedo al cuerpo desnudo, sino respeto a su gran dignidad. Da libertad para no
ser dominado por la lujuria y protege también al prójimo. -Protegerse de la mirada intrusa. Salvaguarda el sexo del
uso posesivo de los demás. No permite ser reducido a un objeto. Palpar algo es, en cierta medida, un acto de
posesión. Ver es como tocar a distancia. Ofrecer a la mirada ajena las partes íntimas del cuerpo supone dejarse
poseer en lo que tiene uno de más íntimo. Toda exhibición sugiere un acto de entrega. Hacerlo en público se
asemeja a la prostitución.
Belleza es una noción abstracta ligada a numerosos aspectos de la existencia humana. Este concepto es
estudiado principalmente por la disciplina filosófica de la estética, pero también es abordado por otras
disciplinas como la historia, la sociología y la psicología social.
Vulgarmente la belleza se define como la característica de una cosa que a través de una experiencia sensorial
(percepción) procura una sensación de placer o un sentimiento de satisfacción. En este sentido, la belleza
proviene de manifestaciones tales como la forma, el aspecto visual, el movimiento y el sonido, aunque también se
la asocia, en menor medida, a los sabores y los olores. En esta línea y haciendo hincapié en el aspecto visual,
Tomás de Aquino define lo bello como aquello que agrada a la vista (quae visa placet).
La percepción de la «belleza» a menudo implica la interpretación de alguna entidad que está en equilibrio y
armonía con la naturaleza, y puede conducir a sentimientos de atracción y bienestar emocional. Debido a que
constituye una experiencia subjetiva, a menudo se dice que «la belleza está en el ojo del observador». En su
sentido más profundo, la belleza puede engendrarse a partir de una experiencia de reflexión positiva sobre el
significado de la propia existencia.
Verdad abarca desde la honestidad, la buena fe y la sinceridad humana en general, hasta el acuerdo de los
conceptos con las cosas, los hechos o la realidad en particular. Para el hebreo clásico el término `emunah
significa primariamente «confianza», «fidelidad». Las cosas son verdaderas cuando son «fiables», fieles porque
cumplen lo que ofrecen. El término no tiene una única definición en la que estén de acuerdo la mayoría de
estudiosos y filósofos profesionales y las teorías sobre la verdad continúan siendo ampliamente debatidas. Hay
posiciones diferentes acerca de cuestiones como qué es lo que constituye la verdad; cómo definirla e
identificarla; si el ser humano posee conocimientos innatos o sólo puede adquirirlos; si existen las revelaciones
o la verdad puede alcanzarse tan sólo mediante la razón; y si la verdad es subjetiva u objetiva, relativa o
absoluta, o aún hasta qué grado pueden afirmarse cada una de dichas observaciones. Este artículo procura
introducir las principales interpretaciones y perspectivas, tanto históricas como actuales, acerca de este
concepto.
Caridad se puede entender: El nombre propio Caridad; una de las virtudes teologales, la caridad,
consistente en el amor desinteresado hacia los demás; derivado de este sentido, la filantropía o caridad es la
práctica organizada de la prestación de auxilio a los más necesitados; una traducción hoy obsoleta de las Cárites
o Gracias de la mitología griega, diosas hijas de Zeus y la ninfa Eurínome. Los hombres, en el camino de la vida,
no tienen la obligación de convertirse en filósofos, políticos, ni sabios, pero si tienen la obligación de ser buenos,
justos y correctos en su obrar.
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En este sentido, las virtudes Cardinales (Justicia, Templanza, Fortaleza, y Prudencia) y las virtudes Teologales
(Fe, Esperanza, y Caridad) pueden convertirse en parámetros para aquellos hombres que deseen obrar
correctamente y dentro del bien común.
Entre todas estas virtudes, sin embargo, la Caridad es la virtud más sublime, ya que es una manifestación de amor
para con nuestros semejantes.
Prudencia: es la virtud de actuar de forma justa, adecuada y con cautela, definida por los Escolásticos como la
recta ratio agibilium, para diferenciarla del arte recta ratio factibilium. De comunicarse con los demás por medio
de un lenguaje claro, literal, cauteloso y adecuado. Actuar respetando los sentimientos, la vida y las libertades
de las demás personas. Cualidad que consiste en actuar con reflexión y precaución para evitar posibles daños.
Sinceridad: se define como: Sencillez, pureza, ingenuidad, veracidad, modo de expresarse libre de fingimiento.
La persona sincera es aquella que se expresa sin doblez, veraz, real, que no finge. Lo contrario de esta
cualidad es fingir algo que realmente no se siente, por ejemplo, decir algo para agradar a otros cuando
realmente no lo sentimos. Desde pequeño hay que enseñar al niño a ser sincero, esta es una de las cualidades
que más se precisa desarrollar en la sociedad actual, es por ello que la educación, la escuela infantil, debe
proponerse como meta educar niños y hombres, niñas y mujeres sinceros.
El término «escuela» proviene del griego clásico σχολή (skholḗ) por mediación del latín schola. Curiosamente el
significado original en griego era de 'ocio, tranquilidad, tiempo libre', que luego derivó a aquello que se hace
durante el tiempo libre y, más concretamente, aquello que merece la pena hacerse, de donde acabó significando
'estudio', por oposición a los juegos, ya en el griego de Platón y Aristóteles. En el periodo helenístico pasó a
designar a las escuelas filosóficas, y de ahí, por extensión, tomó el significado actual de «centro de estudios»,
también el termino conocido desde los años 700 a. c fue popile que tras traducciones se descubrió que era
manera de tomar enseñanza de los templos y ese fue el termino
"Escuela es... el lugar donde se hacen amigos. No es edificios, salas, cuadros, programas, horarios, conceptos.
Escuela es, sobre todo, gente. Gente que trabaja, que estudia, que se alegra, se conoce, se estima. El/la directora
es gente. El/la coordinador/a es gente, el profesor, la profesora es gente, el alumno, la alumna es gente, y la
escuela será cada vez mejor en la medida en que cada uno/una se comporte como colega, como amigo, como
hermano. Nada de islas cercada de gente por todos lados. Nada de convivir con las personas y descubrir que no
se tiene a nadie como amigo. Nada de ser como block o ladrillo que forma la pared. Importante en la Escuela no
es solo estudiar, no es solo trabajar, es también crear lazos de amistad. Es crear ambientes de camaradería. Es
convivir, es sentirse “atada a ella”. Ahora, como es lógico la escuela así va ser fácil estudiar, trabajar, crecer, hacer
amigos, educarse, SER FELIZ. Es así como podemos comenzar a mejorar el mundo" Paulo Freire
La Justicia (del latín, Iustitia) es la concepción que cada época y civilización tiene acerca de la equidad y de la
búsqueda del bien común. Es un valor determinado por la sociedad. Nació de la necesidad de mantener la
armonía entre sus integrantes. Es el conjunto de reglas y normas que establecen un marco adecuado para las
relaciones entre personas e instituciones, autorizando, prohibiendo y permitiendo acciones específicas en la
interacción de individuos e instituciones. La Justicia no es el dar o repartir cosas a la humanidad, sino el saber
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decidir a quién le pertenece esa cosa por derecho. La Justicia es ética, equidad y honestidad. Es la voluntad
constante de dar a cada uno lo que es suyo. Es aquel referente de rectitud que gobierna la conducta y nos
constriñe a respetar los derechos de los demás. La Justicia es para mí aquello cuya protección puede florecer
la ciencia, y junto con la ciencia, la verdad y la sinceridad. Es la Justicia de la libertad, la justicia de la paz, la
justicia de la democracia, la justicia de la tolerancia. Hans Kelsen.
Otro nivel de análisis lo constituye el hecho de entender la justicia como valor y fin del Derecho (más que como
virtud subjetiva) al que podemos conceptuar juntamente con Norberto Bobbio como "aquel conjunto de valores,
bienes o intereses para cuya protección o incremento los hombres recurren a esa técnica de convivencia a la que
llamamos Derecho". Ahora bien en cuanto al bien jurídico tutelado por el Derecho, o sea, el conjunto de
condiciones protegidas por las normas jurídicas, se puede considerar desde una perspectiva absoluta
iusnaturalista dentro de la cual todo derecho es justo y si no es justo no es derecho. Pero desde una óptica ius-
positivista el Derecho es condición sine qua non de la justicia y a la vez, esta es una medida de valoración del
derecho, por lo que podemos decir que un derecho positivo determinado puede ser "justo o injusto" de acuerdo
con un ideal subjetivo de Justicia.
Todas las virtudes están comprendidas en la Justicia. En definitiva, la verdadera Justicia es el arte de dar a cada
uno lo suyo, o bien, hacer a un individuo dar lo suyo a otro, ello con base en los principios de la ciencia del
Derecho, lo cual debe hacerse sin discriminar ni mostrar preferencia alguna por nadie, toda vez que las personas
deben ser tratadas por igual para, poder estar en condiciones de aplicar la Justicia a plenitud.
El Bien puede hacer referencia a: Bien (filosofía): como concepto filosófico, noción antagónica del Mal Bien
económico: en Economía, son los bienes escasos, y por lo tanto, susceptibles de valoración económica y
monetaria. Productos y bienes: en Administración de la comercialización o Marketing un producto es cualquier
cosa que se puede ofrecer a un mercado para satisfacer un deseo o una necesidad. Bien jurídico: en Derecho,
se relaciona con la propiedad o la posesión material de bienes muebles e inmuebles. Bien (Mopet): Más allá del
concepto filosófico y más allá de la tradición, noción antagónica y protagónica del Mal.
El Respeto es el reconocimiento de que algo o alguien tienen valor. Se lo puede definir como la base del
sustento de la moral y la ética1. El respeto en las relaciones interpersonales comienza en el individuo, en el
reconocimiento del mismo como entidad única2 que necesita que se comprenda al otro.3 Consiste en saber
valorar los intereses y necesidades de otro individuo en una reunión. El respeto es reconocer en sí y en los
demás sus derechos y virtudes con dignidad, dándoles a cada quién su valor. Esta igualdad exige un trato
atento y respetuoso hacia todos. El respeto se convierte en una condición de equidad y justicia, donde la
convivencia pacífica se logra sólo si consideramos que este valor es una condición para vivir en paz con las
personas que nos rodean.
Se debe cultivar el respeto para construir, nunca para destruir; buscar hacer el bien es la antesala del amor
sincero. Debes quererte cuidando tu cuerpo, no realizar acciones que puedan representar un daño para ti; es aquí
donde tu integridad tiene que ser lo más valioso y con esto estarás demostrándote el respeto hacia tu persona,
para así poder gozar de tu bienestar físico y mental.
Otro aspecto que involucra el respeto es el de proteger la vida de nuestro planeta, y una forma de demostrarlo es
cuidando la limpieza del agua, aire y suelo, plantar árboles para que la tierra se quede entre las raíces y no se las
lleven ni el agua ni el viento, usar solo el agua que necesitemos, defender la vida de las selvas y los bosques;
recuerda que el hombre, las plantas y los animales compartimos el mismo planeta.
Este sentido de honor y de valor puede extenderse a la naturaleza. La falta de respeto y trabajar en contra de la
naturaleza ocasiona un desequilibrio ecológico y desastres naturales; entonces extendamos el respeto hacia los
recursos naturales, para que la humanidad pueda vivir con seguridad y abundancia.
Así, la vida del hombre está basada en las relaciones que establece con la naturaleza y cómo hace uso de ella
para mejorar su calidad de vida
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sin conocer a la persona descalificándola o sobrevalorando y los consisten en atribuir a las personas
determinadas características, generalmente relacionadas con el género o la clase social. Estos dos pueden
provocar odio y miedo para ciertos grupos o individuos con defectos, sus manifestaciones más frecuentes son:
la xenofobia (hostilidad contra el extranjero) y el racismo (es la valoración exagerada de un grupo étnico
basado en el sentimiento de superioridad de raza).
Definición de tolerancia
Desde el punto de vista conceptual, hay dos tipos de tolerancia; una tolerancia pasiva y otra activa. La tolerancia
pasiva representa la actitud de quien acepta la coexistencia con el otro, no porque lo desee, sino porque no
consigue evitarlo. Su deseo sería marginarle y hasta excluirlo; pero no lo hace por diferentes razones: o bien
porque el otro le resulta del todo indiferente, y no ve en él ningún valor; o bien porque se siente débil frente a él y
evita la confrontación; o bien, finalmente, porque teme alguna reacción que puede perjudicarlo si manifiesta
intolerancia.
Este tipo de intolerancia pasiva es producto de tres vicios: la indiferencia, la pusilanimidad y la comodidad.
Indiferencia: no ve en el otro nada que valga la pena o que pueda interesar. Esta actitud lo empobrece, porque si
fuera capaz de aceptar y acoger la diferencia, podría aprender y crecer con ella. Esta actitud, por otra parte,
disminuye al otro, que tiene la sensación de estar de sobra y ser incapaz de despertar en el otro ningún tipo de
interés, respeto y amor. Sigmund Freud ya mostró cómo lo contrario al amor no es el odio, sino la indiferencia, que
mata «psicológicamente» al otro. Los diferentes se hacen indiferentes entre sí, y esta actitud puede generar
resentimientos y amarguras, fuente a su vez de tensiones y venganzas.
Pusilanimidad: esta actitud nace del acobardamiento ante el otro, al que se considera superior o más fuerte. El
pusilánime teme la relación, porque sospecha que tiene que someterse al otro, perder su libertad o depender de
él. La autoestima y la conciencia de que el otro es un ser humano como él y, por lo tanto, un hermano y un posible
aliado, le llevaría a establecer una relación de diálogo e intercambio.
Comodidad: toda relación implica cambios en el modo de ver y de comportarse. Implica siempre una ganancia y
una posible pérdida. La persona comodona, satisfecha con su situación, evita el contacto con los otros diferentes,
para proseguir con su rutina y no tener que pasar por procesos de adaptación y cambio. Con lo cual pierde la
oportunidad de crecer y de conocerse mejor a sí mismo y a los demás, así como otras formas distintas de ser
humanos.
La tolerancia activa, por su parte, es la actitud de quien convive positivamente con el otro porque lo respeta y
acepta la multifacética riqueza de la realidad. El tolerante activo, por una parte, consigue ver dimensiones que
jamás vería sin la presencia del diferente y, por otra, entrevé posibilidades de compartir y copartícipe con el otro y,
de ese modo, enriquecerse mediante el contacto y el intercambio.
Hay un dato innegable, y es que en el universo, en el sistema-vida y en las personas individuales se dan siempre
diferencias. Nadie es igual a nadie. Todo el mundo tiene alguna característica que lo diferencia. Por eso, según la
«teoría de las cuerdas y las supercuerdas», existen los multiversos, los universos paralelos. Aun dentro del mismo
universo, existen las diferentes galaxias, estrellas y planetas, formados por diferentes elementos físico-químicos
(cerca de cien). Y por eso existen millones de formas de vida. En este punto, las diferencias muestran la riqueza
de la misma y única humanidad.
Las diferencias de la naturaleza son irreductibles y, curiosamente, todas ellas coexisten y conviven incluso en
medio de tensiones y contradicciones. Existe una tolerancia activa y creativa como dinamismo cósmico y vital, aun
cuando se manifiesten mecanismos caóticos y unos seres se devoren a otros, dentro de la tolerancia universal,
porque siempre se mantiene un equilibrio dinámico entre vida y muerte, orden y desorden. De lo contrario, todo se
destruiría recíprocamente, y no existiría la sinergia, la interdependencia de todos para con todos, que garantiza un
futuro común.
a) Niveles de realización de la tolerancia. Ante todo, la tolerancia es una exigencia ética. Representa un derecho
que debe reconocérsele a toda persona. Un derecho que ha sido expresado en todas las tradiciones humanas, en
las que existe un principio prácticamente universal: «No hagas al otro lo que no quieras que te hagan a ti». O,
dicho en positivo: «Haz al otro lo que querrías que te hicieran a ti». Este precepto ético es de una clarísima
evidencia existencial y no requiere fundamentación de ningún tipo.
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En el fondo, el núcleo de verdad contenido en la tolerancia se resume en lo siguiente: toda persona tiene derecho
a vivir y convivir en el planeta Tierra, porque toda persona es una expresión de la Tierra y tiene derecho a estar en
ella con su diferencia específica.
Este derecho es anterior a cualquier expresión de la vida, como las cosmovisiones, las creencias, las ideologías,
la estética o los simples gustos. Las sociedades deben organizarse de tal modo que todos gocen del derecho a
ser incluidos y tener los medios necesarios para seguir existiendo sobre la Tierra.
En segundo lugar, la tolerancia está ligada a la propia naturaleza de la verdad. Podemos incluso conceder que
existe una única verdad, la cual, sin embargo, se comunica de las más diferentes formas y bajo los más diferentes
aspectos. No entra dentro de las posibilidades humanas percibir la verdad desde todos los ángulos posibles.
Somos seres limitados tanto espacial como temporalmente, tanto en la inteligencia como en las palabras y otros
medios de expresión. Estamos constantemente buscando nuevos ángulos y perspectivas desde donde percibir la
verdad. De este modo, tenemos una mayor participación en la verdad, pero ésta no se deja captar en exclusiva
por ningún lenguaje ni por grupo alguno de personas.
Las diferencias constituyen los caminos normales de revelación de las diversas dimensiones de la verdad. Por eso
hemos de ser tolerantes con todos los diferentes. Sin ellos, somos menos y participamos menos de la verdad.
Quien rechaza o rebaja o desconoce a propósito al otro, se empobrece y se priva de ciertas dimensiones de la
verdad que podrían hacerla más libre y más rico.
En tercer lugar, la tolerancia es la virtud primordial de las sociedades pluralistas y democráticas. El pluralismo es
un dato, es decir, está ahí como un hecho que se impone incluso en las sociedades rigoristas y fundamentalistas,
en las cuales se verifican tendencias, de resulta de las cuales se forman grupos que se diferencian unos de otros
y, de ese modo, quiebran la rigidez propia de todo fundamentalismo.
La democracia sólo funcionará si hay tolerancia con las diferencias partidistas, ideológicas o del tipo que sea,
reconocidas todas ellas como tales. Y a la tolerancia debe acompañarle la voluntad decidida de buscar la
convergencia a través del debate y la disposición al compromiso, que constituye la forma civilizada y pacífica de
solventar conflictos y oposiciones.
Todas las proclamaciones de los derechos humanos parten del presupuesto de que antes que cualquier ulterior
determinación y diferenciación -por razones de etnia, de sexo, de religión, de visión del mundo o incluso por otros
motivos, como el hecho de ser un delincuente o un ciudadano honesto- está el reconocimiento de que todos
somos igualmente humanos y debemos ser tratados humanamente. El delincuente nunca es sólo delincuente.
Jamás deja de ser hombre o mujer, con todas las virtualidades inherentes a su vida. En nombre del hecho real de
ser un fin en sí mismo y no susceptible de ser reducido a una única determinación, merece respeto y acogida.
Finalmente, la tolerancia representa una pedagogía universal, válida recíprocamente para todos los diferentes.
Cada diferente ofrece buenas razones de su diferencia al otro, el cual, a su vez, también da buenas razones de su
propia diferencia. Lo que une a ambos es la confianza en la razón, capaz de producir argumentos persuasivos.
Persuadir al otro no equivale a derrotar1o, sino a hacerle ver dimensiones ocultas que no le resultaban visibles
con anterioridad al diálogo y al encuentro. Y así recíprocamente. Las diferencias siguen siendo diferencias, pero
las razones para aceptar1as y fecundarse mutuamente se han hecho más sólidas y, a la vez, transparentes.
Como cualquier otra cosa, también la tolerancia tiene unos límites. No todo vale en este mundo. Los profetas de
ayer y los de hoy siempre han sacrificado sus vidas por haber alzado la voz y haber tenido el coraje de decir: «No
te está permitido hacer esto o lo de más allá». Hay situaciones en las que la tolerancia significa complicidad y
condescendencia con el delito, omisión culposa, comodidad o mera insensibilidad social y ética. Veamos algunos
ejemplos:
No debemos ser tolerantes con quienes tienen en sus manos el poder de erradicar la vida humana del planeta,
destruir una gran parte de la biosfera y hacer retroceder el sistema de la vida a fases superadas hace ya millones
de años. En este caso, en lugar de la tolerancia, lo que se impone es un control severísimo y la aplicación de los
acuerdos internacionales contra la producción de todo tipo de armas de destrucción masiva, cosa que, por otro
lado, figura ya en los estatutos de la ONU.
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No debemos ser tolerantes con quienes asesinan a seres inocentes, abusan sexualmente de los niños y trafican
con órganos humanos. Aun observando el debido respeto por toda persona humana, hay que aplicar aquí con
firmeza las leyes penales nacionales e internacionales.
No debemos ser tolerantes con quienes de manera fehaciente esclavizan a menores en orden a abaratar la
producción en su propio beneficio. Para combatir este delito existen las leyes de los organismos mundiales de
protección de la infancia y la adolescencia.
No debemos ser tolerantes con los actos terroristas y las acciones fundamentalistas de quienes, en nombre de un
proyecto político o de una religión, ocasionan la muerte de millares de inocentes. En estos casos es preciso acudir
a los tribunales específicos que juzgan los crímenes contra la humanidad.
No debemos ser tolerantes con quienes, en su afán de lucro, deterioran los medios de vida, causando la muerte
de miles de personas. Pensamos, por ejemplo, en los laboratorios farmacéuticos que crean y falsifican
medicamentos nocivos para la salud, o en los políticos que, en lugar de proteger el bien común, dilapidan los
fondos públicos. Aquí, las penas previstas en las legislaciones de los diversos países constituyen los límites de la
tolerancia.
No debemos ser tolerantes con las mafias dedicadas al tráfico de armas o de drogas y a la prostitución, que
practican el secuestro, la tortura y la eliminación física de personas. Para estos crímenes están previstos duros
castigos en todos los códigos nacionales e internacionales.
No debemos ser tolerantes con aquellas costumbres que, en nombre de una supuesta cultura, permiten cortar las
manos a los ladrones y mutilar sexualmente a mujeres y niños. Contra todo ello han de hacerse valer los derechos
humanos y la autoridad de los tribunales penales internacionales.
En todos esos niveles, y en otros muchos, no hay que ser tolerantes, sino decididamente firmes, rigurosos y
severos. Lo cual es virtud de la justicia, no vicio de la intolerancia. Si no obramos así, no tendremos principios y
seremos cómplices del mal.
La tolerancia sin límites acaba con la tolerancia, del mismo modo que la libertad sin límites conduce a la tiranía del
más fuerte. Tanto la libertad como la tolerancia necesitan la protección de la ley; de lo contrario, asistiremos a la
dictadura de una única visión del mundo que niega las demás. Y el resultado no es otro que la rabia y el deseo de
venganza, fermento de cualquier tipo de intolerancia y de terrorismo.
¿Dónde están los límites de la tolerancia? El primero es el sufrimiento del otro. Allí donde hay personas que son
humilladas, discriminadas y deshumanizadas, allí encuentra un límite la tolerancia. Nadie tiene derecho a imponer
a otro un sufrimiento injustificado. Pueden citarse aquí, a modo de ejemplo, las tradiciones que, por muy
ancestrales que sean, ocasionan mutilaciones sexuales a las mujeres en determinadas naciones de África, o bien
suponen un trato discriminatorio a las mujeres en algunas tradiciones de las culturas árabe y china.
Otro límite viene impuesto por la Carta de los Derechos Humanos de la ONU de 1948, firmada por todas las
naciones. Todas las culturas y cualesquiera diferencias deben confrontarse con los preceptos y valores que
contiene dicha Carta, referencia común para todos sin excepción. No pueden justificarse aquellas prácticas que
implican la violación de la dignidad y la humillación sistemática de la persona humana. Los derechos humanos
sólo tienen sentido si son realmente universales, porque proporcionan la base para una cultura común de la
humanidad que se obliga a tratar humanamente a todos los humanos.
En tercer lugar, tenemos la Carta de la Tierra, que vela por la dignidad de la Madre Tierra y por los derechos de
todos los ecosistemas, con sus respectivos representantes. Aprobado en 2000 por la UNESCO, este documento
será agregado a la Carta de los Derechos Humanos. Entonces tendremos una visión más completa, no
meramente antropocéntrica, de los derechos de cada ser y de la comunidad de vida. Cualquier agresión a la
naturaleza -la liquidación sistemática de los bosques tropicales, la contaminación de la atmósfera, el
envenenamiento y destrucción de la calidad de vida de las poblaciones humanas, etc.- será intolerable e incurrirá
en las sanciones previstas.
Finalmente, hay que preguntarse: ¿podremos ser tolerantes con los intolerantes? La historia demuestra que
combatir la intolerancia con más intolerancia conduce inevitablemente a una auténtica espiral de la intolerancia. Y
de ahí no hay salida. La actitud pragmática ha mostrado que también en este punto hay límites. Si la intolerancia
implica delito y perjuicio manifiesto a otros, entonces son absolutamente válidos los límites impuestos por la ley y
el derecho. Nunca se debe sacrificar la libertad de todos por causa de unos pocos que desean verla eliminada.
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Debido a los límites de la ley y del derecho a que acabamos de aludir, debemos ser tolerantes con los intolerantes.
Y es que el intolerante también goza de la libertad de poder expresarse, cuyos límites provienen de la
confrontación con la realidad de los muchos diferentes con quienes comparte el espacio vital. Dicha confrontación,
si la toma en serio, habrá de llevarlo necesariamente al diálogo y le hará pensar sobre las contradicciones de su
postura. También para el intolerante es válido el precepto universal citado anteriormente: «no hagas a los demás
lo que no deseas que te hagan a ti».
Esta actitud de diálogo generalizada es una exigencia de la nueva fase de la humanidad planetizada, que debe
por todos los medios hacer posible la convivencia pacífica y mínimamente libre de conflictos desgarradores del
tejido social.
(Merril, 2007)
Primera llave: pensar. Somos racionales, tenemos inteligencia para conocer, comprender y adaptarnos, además
de muchas otras funciones de la mente, como la creatividad, evaluación, discriminar y valorar.
Segunda llave: sentir. Todas nuestras emociones y sentimientos, como la capacidad de amar, de asombrarse, de
extasiarnos y de aburrirnos.
2.- ¿Cuántas veces te has encontrado pensando una cosa, sintiendo otra y haciendo otra distinta?
Este apartado hace referencia a una parte de la actividad humana consistente en creencias y prácticas
acerca de lo considerado como divino o sagrado, de tipo existencial, moral y espiritual. Se habla de «religiones»
para hacer referencia a formas específicas de manifestación del fenómeno religioso, compartidas por los
diferentes grupos humanos. Hay religiones que están organizadas de formas más o menos rígidas, mientras que
otras carecen de estructura formal y están integradas en las tradiciones culturales de la sociedad o etnia en la que
se practican. El término hace referencia tanto a las creencias y prácticas personales como a ritos y enseñanzas
colectivas.
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La palabra Religión procede (del latín religare o re-legere) ha sido y es motivo de controversia entre los
especialistas. Según el sociólogo G. Lenski, es «un sistema compartido de creencias y prácticas asociadas, que
se articulan en torno a la naturaleza de las fuerzas que configuran el destino de los seres humanos».
Conjunto de creencias religiosas, de normas de comportamiento y de ceremonias de oración o sacrificio que son
propias de un determinado grupo humano y con las que el hombre reconoce una relación con la divinidad (un dios
o varios dioses). "religión budista; religión católica; religión politeísta; religión panteísta; historia de las religiones"
Sinónimos creencia
1 Por su parte, el antropólogo Clifford Geertz propone una definición alternativa: «La religión es un sistema de
símbolos que obra para establecer vigorosos, penetrantes y duraderos estados anímicos y motivaciones en los
hombres, formulando concepciones de un orden general de existencia y revistiendo estas concepciones con una
aureola de efectividad tal que los estados anímicos y motivaciones parezcan de un realismo único».
2 Debido al amplio espectro de usos de la palabra, resulta especialmente complejo ofrecer una definición
exhaustiva de la religión o del fenómeno religioso. Sin embargo, se puede afirmar que, como hecho antropológico,
engloba entre otros los siguientes elementos: tradiciones, culturas ancestrales, instituciones, escrituras, historia,
mitología, fe y credos, experiencias místicas, ritos, liturgias, oraciones.
Y por otra parte, la fe es una creencia y esperanza personal en la existencia de un ser superior (un dios o varios
dioses) que generalmente implica el seguimiento de un conjunto de principios religiosos, de normas de
comportamiento social e individual y una determinada actitud vital, puesto que la persona considera esa creencia
como un aspecto importante o esencial de la vida.
"tener fe"
Aunque la antropología ha recogido manifestaciones religiosas desde el primer momento de la existencia del
hombre y éstas han influido decisivamente en la configuración de las diversas culturas y sociedades, todavía se
discute si es un fenómeno esencial del hombre o puede ser reducido a otras experiencias o aspectos humanos
más fundamentales. El ser humano ha hecho uso de las religiones para encontrar sentido a su existencia y para
dar trascendencia y explicación al mundo, el universo y todo lo imaginable.
La palabra «religión» en ocasiones se usa como sinónimo de «religión organizada» u «organización religiosa», es
decir, instituciones que respaldan el ejercicio de ciertas religiones, frecuentemente bajo la forma de entidades
legales.
Diversas ciencias humanas se han interesado por el fenómeno religioso desde sus respectivos puntos de vista
como por ejemplo la antropología, la sociología, la psicología y la historia de las religiones. Por otro lado,
disciplinas como la fenomenología de la religión estudian específicamente sus manifestaciones intentando dar con
una definición exhaustiva del fenómeno y mostrar su relación con la índole propia del ser humano.
Filosóficamente, la religión puede ser un estilo de vida, un camino hacia la plenitud, una plenitud que inicia desde
el mismo instante que se cobra conciencia de la misma.
Es un sistema de la actividad humana compuesto por creencias y prácticas acerca de lo considerado como divino
o sagrado, tanto personales como colectivas, de tipo existencial, moral y espiritual. Se habla de «religiones» para
hacer referencia a formas específicas de manifestación del fenómeno religioso, compartidas por los diferentes
grupos humanos. Hay religiones que están organizadas de formas más o menos rígidas, mientras que otras
carecen de estructura formal y están integradas en las tradiciones culturales de la sociedad o etnia en la que se
practican. El término hace referencia tanto a las creencias y prácticas personales como a ritos y enseñanzas
colectivas.
Judaísmo se refiere a la religión o creencias, la tradición y la cultura del pueblo judío. Es la más antigua de las
tres religiones monoteístas más difundidas (junto con el cristianismo y el islam), conocidas también como
«religiones del libro» o «brahmánicas», y la menor de ellas en número de fieles. Del judaísmo se desglosaron,
históricamente, las otras dos. Aunque no existe un cuerpo único que sistematice y fije el contenido dogmático
del judaísmo, su práctica se basa en las enseñanzas contenidas en la Torá, también llamado Pentateuco,
compuesto, como su nombre lo indica por cinco libros. La Torá o el Pentateuco a su vez, es uno de los tres
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libros que conforman el Tanaj (o Antiguo Testamento, según el cristianismo), a los que se atribuye inspiración
divina.
Juega también un papel importante en la práctica religiosa la tradición oral que, según las creencias fue entregada
a Moisés junto con la Torá y conservada desde su época y la de los profetas. La tradición oral rige la interpretación
del texto bíblico; la codificación y comentario de esta tradición ha dado origen a la Mishná, al Talmud y a un
enorme cuerpo exegético, desarrollado hasta el día de hoy por los estudiosos. El compendio de estos textos forma
la denominada Ley Judía o Halajá.
El rasgo principal de la fe judía es la creencia en un Dios omnisciente, omnipotente y providente, que habría
creado el universo y elegido al pueblo judío para revelarle la ley contenida en los Diez Mandamientos y las
prescripciones rituales de los libros tercero y cuarto de la Torá. Consecuentemente, las normas derivadas de tales
textos y de la tradición oral constituyen la guía de vida de los judíos, aunque la observancia de las mismas varía
mucho de unos grupos a otros.
Otra de las características del judaísmo, que lo diferencia de las otras religiones monoteístas, radica en que se
considera no sólo como una religión, sino también como una tradición y una cultura. Las otras religiones
trascienden varias naciones y culturas, mientras que el judaísmo se considera la religión y la cultura de un pueblo
específico. El judaísmo no exige de los no judíos unirse al pueblo judío ni adoptar su religión. La religión, la cultura
y el pueblo judío pueden considerarse conceptos separados, pero están estrechamente interrelacionados. La
tradición y la cultura judía son muy diversas y heterogéneas, ya que se desarrollaron de modos distintos en las
diferentes comunidades, y cada comunidad local incorporó elementos culturales de los distintos países en los que
vivieron los judíos a partir de la dispersión.
El cristianismo es una religión monoteísta de orígenes semíticos que se basa en el reconocimiento de Jesús
de Nazaret como su fundador y figura central. Sus seguidores creen que Jesús es el hijo de Dios, así como el
Mesías (o Cristo) profetizado en el Antiguo Testamento, que murió para la redención de los pecados del género
humano, y que resucitó después de su muerte.
Dentro de sus textos y escritos sagrados, comparte con el judaísmo el Tanaj, el cual constituye, junto con la Biblia
Septuaginta (más antigua que el Tanaj en su forma actual), la base y la fuente para el Antiguo Testamento de las
diferentes Biblias cristianas. Por este motivo es considerada una religión brahmánica junto con el Judaísmo y con
el Islam.
Sus inicios datan de la primera mitad del Siglo I de la Era Cristiana. (Ya desde el siglo XX, los estudiosos no
toman como fecha incontrovertible el año 33 d.C. para la muerte de Jesucristo. Está históricamente probado que
hay un desfase de 4 a 8 años entre el inicio del cómputo de la Era cristiana y la fecha precisa del nacimiento de
Jesús de Nazaret, llamado Cristo. Y en adición a esto, no hay clara certeza ni consenso entre los estudiosos de
que éste haya muerto a la edad de 33 años, tal como algunos textos bíblicos parecen sugerir. Confróntese al
respecto Jn 2:20, Jn 8:57 y Lc 3:23).
En sus primeras décadas, el cristianismo era considerado como una doctrina sectaria más entre las tradiciones
judías e israelitas, al igual que otros cuerpos de ideas y creencias de esa parte del mundo en esa época. Desde
que el cristianismo se convirtió en la religión oficial del Imperio romano en el siglo IV, ha influido de manera
significativa en la cultura occidental y en muchas otras culturas a través del mundo.
En la actualidad posee más de 2.100 millones de fieles o cerca de un tercio de la población mundial, siendo la
religión con más seguidores del mundo. La palabra "cristianismo" proviene del griego χριστιανός, christianós,
cristiano, la cual a su vez proviene del nombre propio Χριστός, Christós, Cristo, traducción del hebreo "Mesías"
que significa "Ungido". El origen del término se indica en el libro de Hechos de los Apóstoles:
«Después de esto, Bernabé fue a Tarso a buscar a Saulo, y cuando lo encontró, lo llevó a Antioquía. Allí
estuvieron con la iglesia un año entero, enseñando a mucha gente. Fue en Antioquía donde por primera vez se les
dio a los discípulos el nombre de cristianos»
Islam (en árabe مالسإلا, al-Islām) es una religión monoteísta islamica cuyo dogma se basa en el libro del
Corán, el cual establece como premisa fundamental para sus creyentes que «No hay más Dios que Alá y que
Mahoma es el mensajero de Alá». La palabra árabe Allah, castellanizada como Alá, significa ‘Dios’ y su
etimología es la misma de la palabra semítica El, con la que se nombra a Dios en la Biblia. Los eruditos
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islámicos definen al islam como: «La sumisión a Dios el Altísimo a través del monoteísmo, la obediencia y el
abandono de la idolatría».3 El libro sagrado del islam es el Corán, dictado por Alá a Mahoma a través de
Yibril (el arcángel Gabriel). Los seguidores del islam se denominan musulmanes (del árabe muslimملسم, 'que
se somete'). Atestiguan que Mahoma es el último de los profetas enviados por Dios y sello de la Profecía.
Se aceptan como profetas principalmente (pero no limitándose) a Adán, Noé, Abraham, Moisés, Salomón y Jesús.
Además del Corán, los musulmanes de tradición sunita siguen asimismo los hadices y la sunna del profeta
Mahoma, que conforman el Registro histórico de las acciones y las enseñanzas del Profeta. Se aceptan también
como libros sagrados la Torá (el Antiguo Testamento de los cristianos), los Libros de Salomón y los Evangelios (el
Nuevo Testamento).
El islam es una religión abrahámica monoteísta que adora exclusivamente a Alá sin copartícipes. Se estima que
hay en la actualidad entre 1.000 y 1.200 millones de musulmanes en el mundo. Según el Vaticano, el islam
(conjuntamente con todas sus ramificaciones) es la religión más extendida del mundo, ya que recientemente ha
superado el número de católicos, y la segunda religión del mundo si se suma el número de fieles de las distintas
confesiones del cristianismo.
El islam se inició con la predicación de Mahoma en el año 622 en La Meca (en la actual Arabia Saudita). Bajo el
liderazgo de Mahoma y sus sucesores, el islam se extendió rápidamente. Existe discrepancia entre los
musulmanes y no musulmanes de si se extendió por imposición religiosa o militar, o por conversión de los pueblos
al islam.
Budismo es una religión no teísta perteneciente a la familia dhármica y, según la filosofía hindú, de tipo
nastika. El budismo ha ido evolucionando en la historia hasta adquirir la gran diversidad actual de escuelas y
prácticas. se desarrolló a partir de las enseñanzas difundidas por su fundador, Siddhartha Gautama, alrededor
del siglo V a. C. en el noreste de la India. El budismo inició una rápida expansión hasta llegar a ser la religión
predominante en India en el siglo III a. C. En este siglo, el emperador indio Asoka la hace religión oficial de su
enorme imperio, mandando embajadas de monjes budistas a todo el mundo conocido entonces. No será hasta
el siglo VII EC cuando iniciará su declive en su tierra de origen, aunque para entonces ya se habría expandido
a muchos territorios. En el siglo XIII había llegado a su casi completa desaparición de la India pero se había
propagado con éxito por la mayoría del continente asiático.
El budismo es en número de seguidores una de las grandes religiones del planeta. Contiene una gran variedad de
escuelas, doctrinas y prácticas que históricamente y bajo criterios geográficos se clasifican en budismo del Sur,
Este y Norte.
Hinduismo es una tradición religiosa de la India. En sánscrito se conoce como sanātanadharma (‘religión
eterna’) o vaidikadharma (‘deber védico’). la palabra proviene del idioma persa hindú, que era la manera en que
los persas pronunciaban el nombre del río Sindhu (en español, el río Indo, que antiguamente era la frontera de
Indostán). Según la Real Academia Española, la palabra en castellano proviene del francés indo.
Se denomina «hinduista» a la persona que practica alguna de las religiones del hinduismo, pero también designa
a quien forma parte de la cultura hinduista. Debido al hecho de que la mayoría de la población de la India profesa
el hinduismo, junto con el deseo de evitar la ambigüedad del gentilicio indio (usado también para designar a los
aborígenes del continente americano) explica que prácticamente desde su introducción al idioma español en el
último tercio del siglo XIX se haya usado también la palabra hindú para designar a los naturales de la India.
Este uso extensivo de hindú es admisible en contextos en que no exista riesgo de confusión con su sentido
estrictamente religioso. Generalmente se tiende a utilizar el término «hindú» e «hinduista» en su sentido de
creyente en la religión hinduista, e «indio» habitante del continente indostánico. El hinduismo no posee fundador,
no es una religión ni una filosofía sino una suma de ellas, un conjunto de creencias metafísicas, religiosas, cultos,
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costumbres y rituales que conforman una tradición, en la que no existen ni órdenes sacerdotales que establezcan
un dogma único, ni una organización central.
Se trataría más bien de un conglomerado de creencias procedentes de pueblos de diferentes regiones junto con
las que trajeron los arios que se establecieron en el valle del Indo. Los hinduistas llaman a aquella tradición
religiosa sanātanadharma (‘religión eterna’), porque creen que no tiene principio ni tendrá fin. Según ellos ha
existido durante más de 5000 años. Consideran que el hinduismo es la tradición religiosa más antigua del mundo.
Los Disvalores
Hacen referencia a lo contrario de los valores con lo cual se hace notar una ausencia de ellos, por lo que la
sociedad puede requerirlos como deseable y aceptable. Porque en el camino nos encontramos con bienes
parciales que atraen por lo que tienen de bien, pero defraudan por lo que tienen de parcial y efímero. Actúan como
distractores del camino recto, nos tientan con su colorido falso.
Disvalores económicos. Si se va tras ellos como el único valor de la vida, se cae en la esclavitud del afán de
lucro, que llega a la avaricia y no se detiene uno a considerar si los medios utilizados para enriquecerse son
lícitos o no lo son.
Disvalores físicos. Por un lado las ideas obsesivas por el cuidado de la salud pueden parar en enfermedad: la
hipocondría. Por otra parte, ha habido atletas olímpicos cargados de medallas, que se suicidan cuando el
cuerpo ya no les responde. Atentan contra la integridad física de la persona y pueden ser: esclavitud,
eutanasia, el aborto, el descuido personal, angustia e hipocondría.
Disvalores sociales. El prestigio, la "imagen" y el poder, por sí mismos son efímeros. También hay una triste
colección de suicidas entre los dictadores, artistas del celuloide o líderes que fueron famosos y después
cayeron en el olvido. Se presentan como: individualismo, irresponsabilidad, deshonestidad, desprecio y
alienación.
Disvalores afectivos. Los enamoramientos platónicos o eróticos que no llegan a feliz término, por la traición
de alguna de las partes, desencadenan la violencia, el crimen, el suicidio, o el duelo que une las dos
agravantes: homicidio y suicidio-, aún en nuestros días tan poco románticos.
Disvalores intelectuales. La ciencia que no acepta normas éticas puede conducirnos a la soberbia intelectual
y a la muerte, al holocausto de toda la humanidad. Se muestran como: traición, violencia y homicidio.
Sentimientos de: superioridad, arrogancia, someter a otros a la explotación, la mentira y sacar provecho de los
demás.
Disvalores estéticos. "El arte por el arte", desvinculado de los demás valores, conduce al solipsismo, al vacío,
a la nada.
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Disvalores morales. Una sola virtud, que niegue su nexo con las demás, ya no sería virtud porque puede
llevar al perfeccionismo, a la imposición, a la soberbia. Son aquellos: intolerancia, ingratitud, soberbia y
desesperanza.
Disvalores religiosos. El fanatismo que se polariza hasta tratar de imponer el propio credo por la fuerza, sin
respetar la libertad de quienes por temor, pueden caer en el perjurio, cuenta en la historia con "guerras de
religión" de lo más crueles y sangrientas. Se manifiestan como: fanatismo, en aras de su fe comenten
anomalías y atropellos.
A muchas estrellas las conocemos por su nombre: sirio y Aldebarán, Capella y Betelgeuse, Rigel y Procyón. Al
descomponer un rayo de su luz mediante un prisma de cristal, producen un espectro diferente, según sea su
composición química y su temperatura. Si el reino mineral se comporta de manera tan sui géneris, ¿qué nos
puede extrañar que los humanos tengamos también nuestro personalísimo espectro, incluso flexible según la
etapa y las circunstancia de nuestra vida?
El "rojo" de los valores económicos puede ensancharse cuando un matrimonio empieza a formar su familia. Las
horas dedicadas al trabajo, al negocio, al ahorro redituarán en un patrimonio para sus hijos, que les permita actuar
con cierta autonomía.
El "anaranjado" de los valores físicos, tiene que ocupar un amplio lugar en la época de la crianza, o si se tienen
aptitudes extraordinarias- en el entrenamiento en un deporte específico y la participación en certámenes
nacionales e internacionales.
El "amarillo" de los valores sociales no tendrá las mismas dimensiones para un líder, un presidente, un rey, un
Papa, que para los sindicalizados, los súbditos y los fieles.
El "verde" que valora lo afectivo no es igual para una persona emotiva que para otra con un nivel bajo de
emotividad.
El "azul" de los valores intelectuales, no podrá ocupar el mismo espacio en la niñez que en la juventud; en un
ambiente rural o en uno universitario; en un talento medio o en un premio Nobel.
El "Íñigo" de los valores estéticos (áislhesis-sensibilidad), depende no sólo de la sensibilidad con la que la
naturaleza haya dotado a la persona, sino de la educación de cada sentido y de la inteligencia y la voluntad. Si
todo el conjunto fuera excepcional, no sólo se manifestaría en la contemplación de la belleza natural y artística,
sino también en la capacidad de interpretación y lo de la creatividad genial.
El "violeta" de los valores morales empieza a atisbase hasta que somos capaces de actuar consciente y
libremente. Las personas de conciencia recta, verdadera, cierta y delicada, tendrán un campo de acción ético
mucho más amplio que los enfermos de escrúpulos, laxitud, fariseísmo, perplejidad, etc. El ejercicio de las virtudes
morales se propicia en un ambiente sano, de trabajo alegre y responsable, al lado de personas ejemplares;
aunque también es posible y heroico cuando las circunstancias son adversas y hay que navegar contra corriente.
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¿Y los valores religiosos? Son el prisma de cristal que viene a descomponer la Luz en los siete colores que hemos
descrito. A la Luz de la fe sabemos, con mayor certeza, que el Bien, la Belleza, la Verdad, el Amor, la
Omnipotencia, la Vida y el Tesoro más maravilloso
La familia educa en los valores si respeta su jerarquía. Así como en el arcoíris nunca nos encontraremos un verde
junto al violeta, sería un desorden fundamentar los valores morales (el violeta axiológico) en el sentimentalismo (el
verde que corresponde a los valores afectivos). Y hemos de respetar el espacio que cada uno pueda y quiera dar
a cada valor: "Cada caminante siga su camino”.
Reflexión:
53
Actividad: contesta el siguiente cuadro.
Económico
Físicos
Sociales
Afectivos
Intelectuales
Estéticos
Morales
Religiosos
54
Valores y Respeto
Junto con la hospitalidad y la convivencia, es indispensable el respeto a cada persona humana, a otros pueblos, a
sus culturas, tradiciones y religiones, a todos y cada uno de los seres. Por más puntos en común que se
descubran y por muy profunda que sea la convivencia, siempre hay aristas, perspectivas y dimensiones del otro
que, o bien no comprendemos, o bien nos resultan difíciles de aceptar, o simplemente nos producen extrañeza y
nos desagradan.
Es en ese momento cuando tanto el respeto a la diferencia como la tolerancia deben imperar como actitudes
imprescindibles para poder estar juntos en la misma Casa Común.
En primer lugar, la búsqueda de un sentido de vida y de una verdad existencial, la relación con el militar romano. Y
las religiones están al servicio de esa búsqueda, la cual, por eso mismo, ha de ser siempre respetada, pues
prevalece sobre cualquier religión, prejuicio o tabú.
En segundo lugar, las religiones existentes, con sus doctrinas y sus restricciones, constituyen otros tantos
esfuerzos de traducción del encuentro con Dios y con la verdad existencial. Como tales, son creaciones culturales,
sujetas a los cambios históricos.
En cuarto lugar, el Espíritu no puede ser monopolizado por nadie, por ninguna religión o iglesia, porque se
muestra siempre libre frente a la organización religiosa, las doctrinas, los ritos y las prohibiciones. Se da a todos
sin discriminación de ningún tipo, con tal de que estén abiertos y en auténtica búsqueda. El Espíritu entra siempre
allí donde se le permite entrar.
En quinto lugar, existe la religión del Espíritu Sus adoradores se encuentran en cualquier lugar, en cualquier
religión y en cualquier templo.
Esta forma de ver las cosas invita al respeto, porque todos y cada uno de los caminos «en espíritu y en verdad»
son caminos que conducen al corazón de Dios. De ahí que posean un valor intrínseco y merezcan ser
reconocidos, respetados y valorados positivamente.
Respeto: Ante todo, el respeto supone reconocer al otro en su alteridad y percibir su valor intrínseco
La actitud de reconocer al otro como otro representa un enorme desafío para cada persona y para todas y cada
una de las sociedades. El otro, como veíamos en el primer volumen sobre la hospitalidad, no puede ser reducido
al otro humano. Nos referimos a todo otro, a cualquier otro, al no yo, que se presenta ante mí.
El primer otro y el más inmediato, pues nos hallamos inmerso s en él, es el mundo que nos rodea, la naturaleza. A
lo largo de la historia se han dado muchos tipos de relación con la naturaleza, unos más respetuosos y
cooperadores, otros más agresivos y utilitaristas. Lo cierto es que, desde que apareció el homo habilis que ideó el
uso de instrumentos, hace cerca de dos mil trescientos años, empezó también la intervención del ser humano
sobre la naturaleza, con el uso de la fuerza y la agresión contra la misma. Con ello irrumpió el riesgo de la falta de
respeto y la negación de la alteridad de la naturaleza. Incluso se empezó a entenderla y a manejarla únicamente
en función de la propia utilidad, sin consideración alguna por el valor que posee con independencia de su
utilización o no utilización por parte del hombre.
El antropocentrismo pretende hacemos creer que todos los seres tienen sentido en la medida en que se ordenan
al ser humano, el cual puede disponer de ellos a su antojo. A ello debemos contraponer el hecho de que la
inmensa mayoría de los seres vivos han existido antes de la aparición del ser humano, que entró en la escena de
la evolución cuando la historia de la Tierra ya estaba concluida en un 99,98%. La naturaleza, por tanto, no tuvo
necesidad del hombre para organizar su inmensa complejidad y biodiversidad. Lo correcto sería, pues, que el ser
humano se entendiera a sí mismo en comunión con la comunidad de vida anterior a él, como un eslabón dentro de
la inmensa cadena de la vida; un eslabón singular, eso sí, por ético y responsable.
El respeto implica reconocer que los otros son más viejos que nosotros y que, con mayor razón, merecen existir y
coexistir junto con nosotros. Al respetarlos, ponemos límites a nuestro autogeneramiento y a nuestra prepotencia.
Unos límites que, lamentablemente, casi nunca han sido respetados a lo largo de la historia.
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Después de la naturaleza, el otro más próximo es el prójimo, el ser humano, portador de conciencia y de dignidad
y un fin en sí mismo. Ante él debemos detenemos con reverencial respeto, porque cada uno es único en el mundo,
condensación de la evolución y, a la vez, revelación de Dios. Ningún fin o propósito cultural o religioso es superior
en dignidad al ser humano, el cual jamás debería ser usado y degradado a la condición de simple medio: ni medio
de producción, ni medio para la guerra, ni medio para la experimentación científica. Con el ser humano culmina el
proceso de evolución hasta hoy conocido. A partir de ahora, la evolución sólo será posible con la interacción e
intervención del ser humano libre y creador.
Hay, sin embargo, un próximo que es el más Íntimo de todos: la conciencia personal. Aquí estamos tocando el
punto más sagrado de toda persona. Ante la conciencia es obligado un respeto incondicional.
¿Qué es la conciencia? Es esa voz interior que siempre nos acompaña, que nunca se calla, que nos indica el bien
y nos desaconseja el mal, que bendice el bien que hayamos hecho y nos hace sentir remordimiento por el mal que
hayamos realizado. La figura bíblica de Caín representa el al que hay en cada uno de nosotros y que trata de huir,
aunque nadie lo persiga, porque pretende librarse del peso de la mala conciencia. Pero ésta continúa estando ahí,
porque para ella no hay refugios, escondrijos ni secretos. Ella lo saca todo a la luz, y ésta nos alegra o nos obliga
a tapamos los ojos.
La existencia de la conciencia nos pone frente a una misteriosa instancia que, aun siendo interior a nosotros, se
muestra por encima de nosotros. No podemos manipularle ni hacerle callar. Simplemente, está ahí. Podemos
obedecerla, pero no destruirla. Cada persona sabe, en lo más Íntimo de su corazón, el bien y el mal que hace o
deja de hacer.
Ese respeto es igualmente exigible cuando la conciencia define libremente su relación con Dios y con las cosas
sagradas. Con ello proyecta un sentido personal y último a su breve paso por este mundo. Es el respeto a la
libertad religiosa. Actualmente, no son pocos los que padecen discriminaciones y persecuciones por causa de su
conciencia.
Debido a tal imparcialidad, no le está permitido al Estado, en cuestiones éticas controvertidas, imponer
comportamientos derivados de los dictámenes o dogmas de una religión determinada, aun cuando ésta sea
mayoritaria. Y lo mismo puede decirse de los funcionarios del Estado que profesan algún credo religioso. Al entrar
en el campo político y asumir cargos en el aparato del Estado, no se les pide que abdiquen de sus convicciones
religiosas, sino que argumenten y muestren sus razones en franco diálogo con los otros. Lo único que se les exige
es que no pretendan imponer su punto de vista a los demás ni traducir en leyes universales sus puntos de vista
particulares. La laicidad obliga a todos a ejercer la razón comunicativa, superar los dogmatismos en aras de una
convivencia pacífica, encontrar puntos de convergencia comunes y, en caso de conflicto, estar abiertos a la
negociación y al acuerdo.
El respeto al ser humano y a cualquier otro ser fundamenta una ética mínima que debe ser asumida por todos. De
lo contrario, no habrá modo de hacer que conviva en paz ciudadanos tan distintos ni será posible hallar solución a
los conflictos. La propia democracia no se reduce al triunfo de la mayoría, sino que supone también la integración
adecuada de las minorías, en la proporción que, como tales minorías, les corresponde.
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Esta ética mínima puede resumirse en el siguiente principio de la Carta de la Tierra: «Respetemos y cuidemos de
la comunidad de vida con comprensión, compasión y amor». He ahí los valores básicos, la ética de mínimos que
puede sustentar la convivencia humana dentro de la Casa Común que es el planeta Tierra.
Es función del Estado laico, por tanto, mantener el espacio abierto y el clima de libertad de expresión para todas
las confesiones, interfiriendo únicamente cuando se infringen las leyes oficialmente establecidas.
Una sociedad que pretenda ser auténticamente democrática debe asumir la laicidad como dimensión constitutiva.
Sólo mediante la laicidad se conjugan dos valores fundamentales: el respeto a la libertad de conciencia y la
igualdad jurídica.
Pero conviene subrayar el sentido positivo de la laicidad de las sociedades modernas y de sus ciudadanos. Como
decía Eugenio Scalfari, conocido intelectual italiano y director del importante diario La República, «los que
profesan la laicidad no tienen, por definición, ni un papa ni un emperador ni un rey. Ni obispos ni "nobles". Lo que
tienen, como señores que son de sí mismos, es la conciencia. El sentido de la propia responsabilidad: los
principios de la libertad, la igualdad y la fraternidad como puntos cardinales de orientación. No somos ni
relativistas ni, mucho menos, indiferentes. Sufrimos con el débil, con el pobre, con el excluido... Hacemos nuestro
el Sermón del Monte. Queremos la afirmación del bien contra los males, los numerosos males que embrutecen al
individuo en su propia subsistencia elemental, impidiendo que emerja en él su propia conciencia, sus propios
derechos y sus propios deberes»
(Scalfari, 2004: 4).
El respeto supone reconocer que los demás seres, sean vivos o inertes, tienen su valor. Todo se vale por sí
mismo, porque existe y, al existir, expresa algo del Ser y de aquella Fuente originaria de energía y de virtualidades
de donde todos los seres provienen y adonde todos retornan (va-cío cuántico). En una perspectiva religiosa, cada
ser expresa al propio Creador.
Todos los seres, y en especial los seres vivos, son portadores de esta excelencia, «con independencia de la
utilización que de ellos hagan los humanos», como claramente lo expresa la Carta de la Tierra. Al percibir a los
seres como valor, sentimos cómo brota en nosotros el sentimiento de solicitud y responsabilidad para con ellos, a
fin de que puedan seguir siendo y evolucionando.
El budismo, que no se presenta como una fe, sino como una sabiduría, como un camino de vida en armonía con
todas las cosas y con la llamada del Todo, enseña a tener un profundo respeto por cada ser, especialmente por el
que sufre (compasión). Y para ello ha desarrollado un camino de integración con todos los elementos de la
naturaleza (los vientos, las aguas, los suelos y los diversos espacios): el famoso feng-shui, que implica siempre el
respeto y la acogida generosa.
El hinduismo, de modo semejante, vive esta dimensión del respeto y la no-violencia (ahimsa) como uno de los
puntos básicos de su experiencia religiosa, que tuvo en Gandhi una de sus manifestaciones modernas más
convincentes.
El cristianismo conoce la figura ejemplar de San Francisco de Asís (1181-1226), cuyo más antiguo biógrafo,
Tomás de Celano (1229), refiere: Cuando daba con multitud de flores, predicables cual si estuvieran dotadas de
inteligencia, y las invitaba a alabar al Señor. Finalmente, daba el dulce nombre de hermanas a todas las criaturas,
de quienes, por modo maravilloso y de todos desconocido, adivinaba los secretos, como quien goza ya de la
libertad y la gloria de los hijos de Dios.
Se trata de un modo distinto de habitar el mundo: en unión con las cosas, conviviendo con ellas, no sobre ellas ni
dominándolas. Arthur Schopenhauer (1788-1860) desarrolló todo un proyecto ético fundado en el respeto y la
compasión por todos los seres del universo.
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Ejercicio. Elabora un collage, en equipo, con los elementos de la lectura en el que
representes con imágenes el valor del respeto.
Deontología
El término deontología procede del griego: to deon (lo conveniente, lo debido) y logía (conocimiento, estudio…); lo
que significa, en términos generales, el estudio o la creencia de los hechos. El objeto de estudio de la Deontología
son los fundamentos del deber y las normas morales. El concepto de deontología fue acuñado por Jeremías
Bentham en su obra Deontología o ciencia de la moral, donde ofrece una visión novedosa de esta disciplina. Para
Bentham, la deontología se aplica fundamentalmente al ámbito de la moral; es decir, a aquellas conductas del
hombre que no forman parte de las hipótesis normativas del derecho vigente, aquellas acciones que no están
sometidas al control de la legislación pública.
A lo largo de la historia ha habido diversas maneras de entender la ética y distintas propuestas morales
orientadoras de la vida humana. Es posible decir que la Ética es una parte de la Filosofía Práctica que se ocupa
del hecho moral y de los problemas filosóficos que nacen de la conducta humana. La ética se dedica al estudio de
los actos humanos, pero aquellos que se realizan por la voluntad y libertad absoluta, de la persona. Todo acto
humano que no se realice por medio de la voluntad de la persona y que esté ausente de libertad, no forma parte
del campo de estudio de la ética. La ética, por tanto, no inventa la vida moral, sino que reflexiona sobre ella.
Desde la perspectiva del discurso moral existe la presunción, además, de que el ser humano es en cierto modo
libre. Esta consideración deja abierto el campo de posibilidades de actuación de los seres humanos. En el ejercicio
de esa libertad se producen conflictos que constituyen la clave de la vida moral y sobre los que la ética, como
reflexión teórica, trata de dar luz, para encauzar adecuadamente la praxis, la acción humana.
La propia discusión de una ética profesional ya implica la idea de la existencia de un código moral colectivo con un
cierto grado de intersubjetividad y con un carácter vinculante entre sus miembros, y no sólo un mero conjunto de
normas apelativas a la intuición, a la emoción o al extremo del relativismo de la moral individual.
Las normas deontológicas son incomprensibles sin la referencia al contexto o grupo social en el que son
obligatorias. La obligación se circunscribe a ese grupo, fuera del cual pierden la obligatoriedad.
La primera alusión al término deontología la hizo Bentham en su obra Science de la Morale (París, 1832). Con ella
quería dotar de un enfoque algo más liberal al concepto ética y convertir en un concepto laico el término, hasta
entonces religioso, moral. En otras palabras, pretendía lograr la fórmula kantiana, esquivando la carga de
subjetividad de la moral y la ética. En "Deontología o ciencia de la moral" busca el racionalismo, con un
mecanicismo casi matemático con el que valorar los comportamientos por su utilidad. Sin embargo, el intento de
Bentham por cambiar el contenido de la moralidad por un concepto más “aséptico” y menos valorativo, no logró
esa transformación por el mero hecho de acuñar un nuevo término. Es decir, aun hoy, cuando nos referimos al
término deontología, seguimos relacionando está con la ética y/o la moral.
Bentham considera que la base de la deontología es el utilitarismo, lo que significa que los actos de las personas
se consideran buenos o malos en función de la felicidad global que puedan generar. Según este marco teórico, el
fin de una acción debe ser conseguir la máxima felicidad para el mayor número de personas. De este modo, toda
acción que conduzca a ese fin, será aceptada como moralmente correcta.
¿Qué es aquello a lo que podemos denominar bien en sí o bien incondicional? En nuestro contexto sociocultural
actual, es la dignidad de cada persona, que debe ser admitida y garantizada jurídicamente y defendida
políticamente. La dignidad es aquello que debe constituir el núcleo principal de toda ética filosófica y de toda
deontología profesional que se precie.
Emmanuel Derieux sostuvo que, gracias a la deontología, la ética profesional adquiere un reconocimiento público;
y es que la moral individual se hace trascendente en el campo de la profesión. La deontología surge como una
disciplina que se ocupa de concretar normas en el ámbito profesional para alcanzar unos fines.
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Como dice P.Barroso en el Diccionario de ciencias y técnicas de comunicación, “Ética es la ciencia filosófico-
normativo y teórico-práctica que estudia los aspectos individuales y sociales de la persona a tenor de la moralidad
de los actos humanos, bajo el prisma de la razón humana, teniendo siempre como fin el bien honesto, la
honestidad”. A partir de esta definición se deduce su:
Objeto material: realidad que constituye el objeto de estudio. En ética es la persona, el ser y la configuración
virtuosa o viciosa que se dé a sí o cada uno a través de las acciones. Son susceptibles de calificarse como éticas
pues, las acciones humanas que son libres (dependen de la voluntad de la persona). Formal. Punto de vista según
el cual las acciones son calificadas como buenas o malas. Se denomina moralidad y se basa en valores y normas.
Conocimiento (Ciencia): Aquello que se sabe de manera cierta y sus causas. Doctrina ordenada que constituye
una rama particular del saber humano. Disciplina filosófica. La ética como disciplina filosófica intenta a través de
métodos de análisis y experiencia propios de la filosofía, elaborar los conceptos y argumentos para comprender la
dimensión moral de la persona.
La moral se puede justificar desde tres perspectivas: la Metaética (viendo qué son los juicios morales como juicios
de valor), la Ética normativa y mediante la propuesta de unas reglas práctias para la discusión, escapando del
"todo vale".
Metaética: Con este término se designa al estudio sobre la significación, el sentido y la evolución histórica de los
conceptos éticos. En un principio se distinguen dos grandes grupos de teorías: Las Cognoscitivistas o
Descriptivistas (dicen que podemos conocer la ética o moral en términos de conocimiento verdadero) y las No
cognoscitivistas o no descriptivas (en las que no cabe conocimiento propiamente dicho). Dentro de las
Descriptivistas, distinguimos las naturalistas (sostienen que los términos éticos describen propiedades observables
de las cosas); con el utilitarismo como ejemplo. Y, por otro lado, las teorías no naturalistas (creen que los juicios
de valor son verdaderos o falsos, pero las características de las cosas no son observables por la experiencia); con
el intuicionismo como ejemplo. Dentro de las teorías No Descriptivistas, podemos encontrar el Emotivismo (que
sostiene que con afirmaciones morales no expresamos conocimiento, sino emociones con las que intentamos
influir o incidir en las emociones y comportamientos de los demás); y el Prescriptivismo (que enuncia que al hacer
juicios morales no describimos las cosas "que son", sino "las que deberían ser"; es decir, expresamos imperativos,
enunciamos normas).
Ética normativa: Distinguimos las teorías Deontológicas y Teleológicas; incluyendo un tercer grupo: la Ética de la
virtud. A grandes rasgos, exponemos las principales diferencias. Las Teorías Deontológicas que tienen como
concepto principal el "deber previamente establecido", están inspiradas en Kant. Las Teorías Teleológicas se
basan en las consecuencias, y su corriente principal es el utilitarismo. Y, la Ética de la virtud se basa en las
actitudes de las personas, con la corriente de Aristóteles como base teórica.
Podemos señalar una serie de características que conforman la Ética de la Virtud según Aristóteles.
Para Aristóteles, el orden social en los modos de vida está directamente ligado con el orden natural de los
mismos. Aristóteles considera que, lo bueno es hacia lo que tienden las cosas de forma natural. Dicho de otra
forma, todo aquello que es natural es, según este autor, bueno.
Sin embargo, esta teoría no está libre de crítica. Es, precisamente, la absolutización de su postura la que genera
más desacuerdo, ya que no podemos probar, a ciencia cierta, que lo natural puro exista. Por otra parte, muchas
cosas de las que consideramos "naturales", nos vienen dadas por la cultura. Además, no podemos olvidar el
hecho de que la naturaleza evoluciona, no es estática, por lo que si ésta es susceptible de cambio, lo bueno
también se vería afectado.
Propuesta intermedia: La vía intermedia se basaría en una idea prescriptivista y también en una perspecti va
deontologista. Pero esto no significa que sea incompatible con otros puntos de vista. Es una propuesta teórica, a
la par que práctica. Sus principales características serían: un punto de vista moral, el diálogo, la racionalidad
práctica y la coherencia y universalidad (relacionadas con la idea de imparcialidad).
Kant, al definir la deontología, hace referencia al deber y a las obligaciones, no nos habla de una ética relacionada
con el porvenir del hombre, de sus objetivos o de sus aspiraciones en la vida, más bien, enfoca la ética a una ética
del deber, la cual establece pautas de comportamiento que se deben seguir o leyes que regulan a los ciudadanos.
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Se podría considerar como una ética independiente y formal si tenemos en cuenta que no ofrece contenidos, no
establece pautas para llevar una vida que se pueda considerar “buena" o “mala”.
Mencionar por último, su implicación con el criterio de capacidad de universalización, que posibilita diferenciar
entre máximas de tipo moral y las que no lo son.
Al igual que sucede con la teoría de Aristóteles, la teoría de Kant también es objeto de crítica:
En primer lugar, a Kant se le puede criticar que, al relacionar la ética con cómo deben hacerse las cosas, está
universalizando el concepto, porque presupone que todos debemos entenderla del mismo modo. No obstante, la
ética está ligada a la moral, y ésta también es particular a cada persona. Por lo tanto, probablemente el deber, no
es visto igual por todos.
En segundo lugar, Kant establece cómo hay que actuar, pero no nos dice si eso es bueno o no. La ética no se
refiere sólo a la forma, sino también al fondo de las cosas.
Por último, Kant olvida por completo el sentimiento humano: según él tenemos que actuar en base al deber y no
en base a lo que de verdad queremos hacer. En este sentido, actuar conforme al deber nos aleja de la felicidad.
Se dice que el filósofo británico Jeremy Bentham fue el responsable de acuñar la noción. La deontología forma
parte de lo que se conoce como ética normativa (la filosofía que indica qué debería considerarse como bueno y
qué es lo que debería calificarse como malo). Esto quiere decir que cada profesión, oficio o ámbito determinado
puede tener su propia deontología que indica cuál es el deber de cada persona.
Lo habitual es que ciertas profesiones cuenten con un código deontológico, que es una especie de manual que
recopila las obligaciones morales que tienen que respetar aquéllos que ejercen un trabajo.
Es importante destacar que la deontología analiza los deberes internos del individuo; es decir, aquello que debe
hacer o evitar según lo que dicta su conciencia. Los valores compartidos y aceptados por la ética son recogidos
por los códigos deontológicos.
Dentro del ámbito de la medicina, existe lo que se conoce como código de deontología médica, del que podemos
destacar las siguientes señas de identidad:
Dicho código está conformado, en primer lugar, por el juramento de Hipócrates y luego se completa por otras
normas y directrices que versan sobre cuestiones tales como las siguientes:
La deontología profesional se aplica al periodismo, entre otros campos. Los periodistas, de acuerdo a la
deontología, deben manejarse siempre con datos contrastados, confirmar la veracidad de aquello que informan,
proteger a las fuentes que les suministran datos y no citar contenidos sin mencionar los nombres de sus autores,
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entre otros principios. Si un periodista viola estos criterios, puede recibir distintos castigos según las normas
internas del medio de comunicación en el que trabaja.
Dentro de este ámbito profesional, se vuelve especialmente difícil distinguir y respetar dos tipos de libertad
estrechamente relacionados con el periodismo: la de expresión y la de información. La razón de su parecido es
que ambas persiguen el objetivo de comunicar algo, aunque está en ese algo la principal diferencia.
Deontología. Pocos derechos superan al de expresarse con libertad, dado que es la base de la lucha por ser
respetados y de la divulgación del resto de derechos de los seres humanos. En pocas palabras, la libertad de
expresión está relacionada con materias opinables; la de información, por otro lado, gira en torno a hechos que
son dignos de ser publicados como noticia. Ambas libertades son necesarias para formar una opinión pública
espontánea, sin opresión ni límites invisibles, pero la deontología hace que su puesta en práctica no sea tan
sencilla como en un mundo utópico.
La libertad de información implica el derecho que tenemos todos los seres humanos a difundir cualquier historia
que llegue a nuestros oídos, pero la deontología exige ciertas precauciones en el proceso, algunas de las cuales
se mencionan en un párrafo anterior, y la complejidad propia de la vida hace que no siempre sea conveniente o
productivo hacer uso de esta libertad; incluso pueden existir casos en los que impedirle a un tercero que disfrute
de ella se considera la opción más justa.
Retomando el concepto de libertad de expresión, que nos da el derecho a emitir nuestras opiniones, veamos los
dos niveles cualitativos que pueden distinguirse:
* La función de informar acerca de un suceso real, que comunique un mensaje cierto y de interés para el resto de
la gente. Es necesario hacer hincapié en la importancia en la veracidad del mensaje, ya que es la propiedad que
puede invalidar su naturaleza informativa;
* La función de opinar, que tiene tanta importancia como la anterior, ya que ambas se complementan y se
enriquecen mutuamente, siendo la opinión una consecuencia natural y necesaria de la información.
Con respecto a la opinión, no hay que tiene la tarea fundamental de alimentar y mantener viva la democracia y
colaborar con el cumplimiento de los derechos humanos.
La ética
Es la obligación efectiva del ser humano que lo debe llevar a su perfeccionamiento personal, el compromiso que
se adquiere con uno mismo de ser siempre más persona; refiriéndose a una decisión interna y libre que no
representa una simple aceptación de lo que otros piensan, dicen y hacen.
Está establecida como una ciencia normativa, ya que se ocupa de las normas de la conducta humana, y se
distingue de las ciencias formales, como las matemáticas y la lógica, y de las ciencias empíricas, como la química
y la física. Las ciencias empíricas sociales, sin embargo, chocan en algunos puntos con los intereses de la ética ya
que ambas estudian la conducta social.
El terreno ético ha sido analizado desde tiempos antiguos, Aristóteles consideraba que el bien solo se obtiene
desarrollando la propia esencia; en el caso del hombre, actualizando sus facultades racionales. Existen dos
formas de llevarlo a cabo; mediante las virtudes morales y por las virtudes teoréticas.
En la Edad Media el filósofo Descartes mantiene que el hombre posee una voluntad libre, y por tanto es
responsable ante Dios de su forma de vida. El hombre debe encausar las pasiones (admiración, amor, odio, pena,
alegría y deseo) y dirigirlas hacia una vida recta.
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En la actualidad la ética moderna está muy influida por el psicoanálisis de Sigmund Freud y sus seguidores, y el
conductismo basado en los descubrimientos sobre estímulo-respuesta del fisiólogo Pávlov.
La ética presenta diversas ramas tales como metaética, ética normativa (deontología, ética de las virtudes), y la
ética aplicada (bioética o ética médica, ética socio-política, etc.).
La ética no crea la moral. Aunque es cierto que toda moral efectiva supone ciertos principios, normas o reglas de
conducta, no es la ética la que, en una comunidad dada, establece esos principios y normas. La ética se
encuentra con una experiencia histórico-social en el terreno de la moral, o sea, con una serie de morales efectivas
ya dadas, y partiendo de ellas trata de establecer la esencia de la moral, su origen, las condiciones objetivas y
subjetivas del acto moral, las fuentes de la valoración moral, la naturaleza y función de los juicios morales, los
criterios de justificación de dichos juicios, y el principio de que rige el cambio y sucesión de diferentes sistemas
morales.
La metaética estudia el origen y el significado de los conceptos éticos, así como las cuestiones metafísicas acerca
de la moralidad, en particular si los valores morales existen independientemente de los humanos, y si son
relativos, convencionales o absolutos. Algunos problemas de la metaética son el problema del ser y el deber ser,
el problema de la suerte moral, y la cuestión acerca de la existencia o no del libre albedrío.
La moral se encarga de determinar qué conductas son adecuadas y cuáles no en un contexto determinado,
mientras que la ética se refiere a los principios generales que definen qué comportamientos son beneficiosos para
todas las personas.
La ética tiene la pretensión de ser universal, es decir, de poder ser aplicada en cualquier contexto. Esta disciplina
busca, por tanto, establecer verdades absolutas que se mantengan como tales independientemente del contexto
en el que se apliquen, siempre y cuando la persona tenga la capacidad de actuar de forma racional. Kant, por
ejemplo, intentó plantear principios éticos objetivos, por encima de la cultura o la religión.
Por contra, la moral varía en función de la sociedad; conductas que pueden estar aceptadas en algunos grupos
sociales, como la violencia de género o la explotación infantil, serían consideradas inmorales por personas de
otras sociedades, así como desde un punto de vista ético. En este sentido podemos decir que la moral está
influida en gran medida por el relativismo cultural
Un tranvía.
Un tranvía corre fuera de control por una vía. En su camino se hallan cinco personas atadas
a la vía por un filósofo malvado. Afortunadamente, es posible accionar un botón que
encaminará al tranvía por una vía diferente, por desgracia, hay otra persona atada a ésta.
¿Debería pulsarse el botón?
La mayoría de los que consideran este problema creen que está permitido accionar el interruptor. La mayor parte
de estos siente que no sólo es una acción permitida sino también la mejor opción moral en este caso, siendo la
otra no hacer nada.
Por supuesto, un cálculo utilitarista justifica esta decisión, aunque los no-utilitarista es también suelen mostrarse a
favor de ésta
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UNIDAD 1
HOJA DE EVALUACIÓN DEL 1.1
NOMBRE: GRUPO
ACTIVIDAD FECHA FIRMA CALIF FIRMA
1
2.-
3.-
4.-
5.-
6.-
7.-
8.-
9.-
10.-
11.-
12.-
13.-
14.-
15.-
16.-
17.-
18.-
19.-
20.-
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1. 2. Identifica los valores culturales que rigen al grupo social al que se
pertenecen, conforme otros.
ad de patrones.
B. Análisis de las características de la cultura
esanía
Teatro
La cultura
El término cultura procede del latín kultura, sus significados gramaticales son: cultivo, elaboración. Implican un
conjunto de todos los aspectos de la actividad transformadora del hombre y la sociedad, así comode los
resultados de esa actividad. Existen diferencias entre la cultura material y la cultura espiritual. Con la primera se
relacionan todos los bienes materiales, todos los medios de producción. La segunda comprende la suma de todos
los conocimientos, de las formas del pensamiento y en general de la esfera del conocimiento del mundo: filosófico,
científico, ético, derecho, etc. Así como, la esfera de la actividad estética-figurativa-(por ejemplo el arte).
Estos elementos de la cultura se hallan vinculados indiscutiblemente entre sí. La actividad material, productiva del
hombre es el fundamento de su actividad en las demás esferas de la vida. Por otro lado los resultados de su
actividad psíquica se materializan, se transforman en cosas, en medios técnicos o en obras de arte. Así por
ejemplo, nuestros conocimientos en electrotecnia tienen que ver con la cultura espiritual, y por su parte, el motor
eléctrico o el tren eléctrico, construidos sobre la base de esos conocimientos, forman parte de la cultura material.
Las raíces de la cultura general se remontan a las profundidades de nuestra historia y se hallan ligadas a la
aparición del hombre. El desarrollo de la cultura indica el grado en que el hombre mismo domina las fuerzas de la
naturaleza, el nivel de evolución en que se encuentra el hombre mismo, el alcance de sus conocimientos, el
perfeccionamiento de sus capacidades, etc. Al modificar el medio ambiente, al adaptarlo a sus necesidades y
exigencias, el hombre crea el medio cultural del que forman parte: los recursos técnicos, la vivienda, los servicios
comunales, los medios de transporte (caminos, vehículos), medios de comunicación (idioma, escritura, radio,
televisión), etc.
Actualmente el hombre vive en un ambiente cultural, le rodean sus propias creaciones. Base del progreso de la
cultura la constituye el desarrollo de la producción material. La sustitución de un modo de producción por otro
implica modificaciones cualitativas en la cultura. Cada formación económico –social se caracteriza por dispones de
un nivel propio de cultura material y espiritual. Ahora bien, el paso de un nivel de desarrollo cultura a otro se apoya
siempre en la utilización de los logros culturales del pasado, sin los cuales no sería posible el progreso de la
sociedad.
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El desarrollo de la cultura en las sociedades donde existen clases antagónicas reviste carácter contradictorio,
porque los niveles sociales sometidos a la voluntad de las clases sociales en el poder las someterán de igual
manera que aun esclavo, manejando su voluntad por los distintos medios a su alcance (como la ideología, la
política, la economía, la cultura-música, artes, etc-, poder gobierno, etc). Por ello los trabajadores no pueden
disfrutar de las creaciones culturales si no están a su alcance y ello se refleja en la creación de los distintos
valores culturales. Las clases sociales dominantes trataran de disfrutar y utilizar en su propio beneficio los logros
de la cultura, en aras de su enriquecimiento y con fines de dominio sobre las masas (o las clases sociales
inferiores).
Vista así, la cultura espiritual se convierte en una cultura de clase por su contenido, por sus elementos principales.
En la sociedad prevalecen las ideas, puntos de vista, normas de moral que reflejan los intereses de las clases
dominantes.
Finalmente la podemos definir como el conjunto de todas las formas, los modelos o los patrones, explícitos o
implícitos, a través de los cuales una sociedad regula el comportamiento de las personas que la conforman. Como
tal incluye costumbres, prácticas, códigos, normas y reglas de la manera de ser, vestimenta, religión, rituales,
normas de comportamiento y sistemas de creencias. Desde otro punto de vista se puede decir que la cultura es
toda la información y habilidades que posee el ser humano. El concepto de cultura es fundamental para las
disciplinas que se encargan del estudio de la sociedad, en especial para la antropología y la sociología.
La cultura da al hombre la capacidad de reflexionar sobre sí mismo. Es ella la que hace de nosotros seres
específicamente humanos, racionales, críticos y éticamente comprometidos. A través de ella discernimos los
valores y efectuamos opciones. A través de ella el hombre se expresa, toma conciencia de sí mismo, se reconoce
como un proyecto inacabado, pone en cuestión sus propias realizaciones, busca incansablemente nuevas
significaciones, y crea obras que lo trascienden.
(UNESCO, 1982: Declaración de México)
En 1871, Edward B. Tylor publicó en Primitive Culture una de las definiciones más ampliamente aceptadas:
“…aquel todo complejo que incluye el conocimiento, las creencias, el arte, la moral, el derecho, las costumbres, y
cualesquiera otros hábitos y capacidades adquiridos por el hombre. La situación de la cultura en las diversas
sociedades de la especie humana, en la medida en que puede ser investigada según principios generales, es un
objeto apto para el estudio de las leyes del pensamiento y la acción del hombre”.
“Cultura”
Hay muchas definiciones de cultura, y aquí expondremos algunas de las más representativas para dar una idea de
la riqueza de este concepto y de la multitud de cosas que lleva implícitas. Luego una definición sintética que
combine los aspectos principales en término tan polifacético e importante.
Ya hace muchos años, el antropólogo E. B. Tylor dio la definición clásica diciendo que «la cultura es un complejo
conjunto de conocimientos, creencias, arte, moral, ley, costumbre y demás capacidades o hábitos adquiridos por
el hombre por su condición de miembro de la sociedad. "Aquel todo complejo que incluye el conocimiento, las
creencias. El arte, la moral, el derecho, las costumbres y cualesquiera otros hábitos y capacidades adquiridos por
el hombre en cuanto miembro de la sociedad”.
Muchas de sus teorías estaban basadas en el evolucionismo unilineal donde consideraba que el desarrollo de la
cultura humana podía clasificarse según tres estadios:
Consideraba que esta sucesión de estadios era progresiva, aunque no constantes; de hecho, algunos de ellos
permanecen constantes durante largos periodos y a veces decaen.
Esta definición incluye productos tan inmateriales de la vida del grupo como son las costumbres sociales, los
valores morales y las leyes.
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Todos ellos nacen de la interacción social y cumplen una función normativa. Pero, además, están los elementos
materiales, que constituyen un aspecto tan importante de la cultura y que, en forma de instrumentos que abarcan
desde hachas de sílex a automóviles, son en realidad el producto más evidente de la sociedad.
Finalmente, tenemos las relaciones entre las partes de la cultura y la interpretación simbólica que se les da.
Costumbres, objetos materiales y relaciones significativas comprenden los elementos principales de la cultura.
Otro antropólogo, Leslie A. White, destaca los aspectos simbólicos: «La cultura es una organización de
fenómenos-actos (pautas de comportamiento), objetos (herramientas y cosas hechas con ellas), ideas (creencias,
conocimientos) y sentimientos (actitudes, «valores») que depende del empleo de símbolos.
La cultura empezó con el hombre mismo como ser específico y creador de símbolos. Precisamente por su carácter
simbólico, la cultura puede transmitirse fácilmente de un organismo humano a otro.
En cierto modo, la historia de la cultura es la del hombre como ser humano. La cultura ha venido trasmitiéndose
continuamente desde hace cientos de miles de años, a través de un proceso durante el cual algunos de sus
elementos desaparecieron, otros se modificaron o nacieron sin que ella se detuviese en su avance, la cultura es,
por tanto-concluye White-, un proceso simbólico, continuo, acumulativo y progresivo.
La cultura es el resumen de todo lo aprendido, en contraste con lo recibido por herencia genética. El hombre es un
animal capaz de aprender simbólicamente y de transmitir el producto de ese aprendizaje de generación en
generación por lo tanto el producto acumulado es la cultura.
Bidney menciona la cualidad intelectual de la cultura. «Una cultura-dice-es el comportamiento y las ideas
adquiridos o cultivados por los miembros de una sociedad, así como las instituciones e ideales artísticos,
intelectuales y sociales que ellos profesan y a los que tratan de ajustarse.
En este sentido, la cultura es un producto de la sociedad, que el hombre adquiere en el curso de la interacción
social. Su adquisición es, ante todo, un proceso intelectual, y los aspectos materiales sólo tienen sentido en
función de los mentales. Por medio del lenguaje y otros actos simbólicos, es decir, de la comunicación
significativa, el hombre adquiere primero su cultura y luego la transmite a la generación siguiente.
El hombre-dice Bidney-es un animal cultural por naturaleza, puesto que reflexiona, se cultiva y condiciona a sí
mismo, y sólo puede alcanzar el total desarrollo de sus posibilidades naturales llevando una vida cultural.
En su sistema de conceptos, Parsons considera la cultura un elemento básico de un «sistema de acción». Para él
procede de la interacción social y sirve de guía a la subsiguiente. Así, pues, está estrechamente ligada a la
sociedad por un lado y a la personalidad del individuo por otro. Es un producto de la interacción social, pero pasa
a ser elemento constituyente del individuo, que absorbe la cultura de su sociedad y desarrolla una personalidad
más o menos ajustada a las demandas de esa sociedad.
Linton también destaca esta relación entre sociedad, cultura y personalidad: Sociedad es el grupo organizado de
individuos. Cultura es el grupo organizado de reacciones aprendidas, características de una determinada
sociedad. El individuo es un organismo vivo capaz de pensar, sentir y actuar independientemente, pero cuya
independencia y recursos están limitados y modificados profundamente por el contacto con la sociedad y la cultura
en que se desenvuelve.
En nuestro propio estudio de la cuestión nos referiremos también constantemente a esta triple relación recíproca
entre sociedad, cultura e individuo.
Kroeber expuso su concepto de cultura en un famoso ensayo publicado en 1917, según el cual la cultura tiene un
carácter (superorgánico), es decir, que existe sobre y por encima de cualquier individuo (orgánico), o sea que
depende de todos y de ninguno en particular.
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El sistema de símbolos significativos que componen un idioma ilustra la condición superorgánica de la cultura,
porque ningún idioma depende de la vida de un miembro determinado de la sociedad, y sólo si todos los que lo
hablan desapareciesen, junto con todos sus escritos, podría desaparecer. Normalmente, los idiomas pasan de un
individuo a otro y de grupo a grupo como un «producto superorgánico.
El examen más amplio que se ha hecho del concepto es el de Kroeber y Kluckhohn. Primero estudiaron la historia
de la palabra cultura y su significado en diversos marcos lingüísticos, y clasificaron las definiciones según los tipos
a que pertenecieran: descriptivo, histórico, normativo, psicológico, estructural o genético. A continuación
analizaron una serie de manifestaciones en que se consideraba su naturaleza, componentes o propiedades, así
como la relación entre cultura y psicología, cultura y lengua, y cultura y sociedad. Sólo las definiciones ascienden
a 164, sin contar las manifestaciones sobre la cultura, que se cuentan por millares. La amplitud de la literatura
sobre el tema nos da una idea de la importancia que tiene este concepto para el científico social.
Al resumir sus propias ideas, estos dos autores no han intentado añadir una nueva definición que hiciese el
número 165, sino que simplemente expresaron su opinión en este terreno. Creen que la «cultura está formada por
modelos o patrones explícitos e implícitos, de y para el comportamiento, adquiridos y transmitidos mediante
símbolos, que constituyen la obra exclusiva de los grupos humanos e incluyen los objetos materiales. El núcleo
esencial de la cultura está constituido por ideas tradicionales (es decir, transmitidas y seleccionadas
históricamente) y, especialmente, por los valores ligados a ellas; los sistemas culturales pueden considerarse, por
un lado, producto de la acción, y, por otro, elementos acondicionadores de la acción subsiguiente.
Basándonos en estas definiciones y otras parecidas, podemos formular nuestro propio concepto de cultura:
a) es el producto característicamente humano de la interacción social.
b) proporciona pautas socialmente aceptadas para hacer frente a las necesidades biológicas y sociales.
e) es acumulativa y se transmite de generación en generación.
d) tiene sentido para el ser humano por su condición simbólica.
e) la aprenden los individuos durante su desarrollo dentro de una sociedad determinada.
f) es un determinante básico de la personalidad.
g) depende del funcionamiento continuado de la sociedad, pero es independiente de cualquier individuo o grupo.
(Carlos Alvear, 2006)
INTERACCIÓN SOCIAL
Una de las características de la cultura es que esta es aprendida y se mantiene en constante cambio y
movimiento, ya que va evolucionado día a día y permite que cada integrante se relacione armoniosamente con los
demás de su grupo.
La identidad es una característica que permanece en el individuo sin sufrir cambios significativo y, a pesar del
tiempo o de que la persona tenga que migrar; eso que permanece es lo que identifica con nuestra cultura.
La identidad es una necesidad básica del individuo, su búsqueda representa una de las interrogantes perennes del
ser humano, digna de preocupación.
Es afectiva, según E. Froom, porque obedece a un sentimiento y cognitiva porque tenemos la capacidad de
diferenciar nuestra identidad de la de nuestros compañeros, y activa, porque nos permite tomar decisiones según
nuestra propia voluntad.
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La costumbre es por igual una práctica social que hace referencia a un hábito arraigado en una sociedad, cuenta
con la aprobación de la comunidad y se denomina buena costumbre. Esta incluye reglas de pensar, sentir y de
comportarse.
Comportamiento
En la cultura se refleja en acciones, como el afecto, las expresiones artísticas, y los signos y los símbolos que
suscitan emociones.
El comportamiento de las personas dentro de una cultura es importante porque determina el progreso, el
estancamiento o retroceso de una sociedad. Cuando las prácticas de las personas no respetan los derechos
fundamentales, pero cuentan con el consentimiento de la comunidad, se corre el riesgo de que se vuelvan
normales, lo que va directamente en detrimento de la cultura.
Patrones culturales
Hace referencia a los comportamientos culturales que se pueden convertir en hábitos, se crean modelos o
patrones culturales, explícitos o implícitos, que sirven para regular el comportamiento de las personas conforman
una sociedad.
Bien podría ser considerado como un grupo de rasgos culturales interrelacionados entre sí, que muestran cierta
continuidad. Éstos normalmente se convierten en la marca distintiva de una sociedad.
Diversidad de Patrones
Aprendida
Todos los seres humanos nos comportamos de acuerdo con los estándares establecidos por nuestra cultura,
marcada desde nuestro nacimiento, ahí inicia el aprendizaje, sabemos cómo comportarnos en diversos contextos
de los que tiene el ser humanos de acuerdo al grupo social al que se pertenezca.
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B.- Análisis de la diversidad cultural
Partamos de que la cultura es el conjunto de formas que comparten los miembros de una sociedad, se constituye
por las expresiones, las costumbres, las actitudes, las creencias y los sistemas de valores, entre otros elementos;
así entonces, Entendamos a la diversidad cultural como aquello donde se refleja la multiplicidad e interacción de
las culturas que coexisten en el mundo y que, por ende, forman parte del patrimonio común de la humanidad.
La diversidad cultural se manifiesta por la diversidad del lenguaje, de las creencias religiosas, de las prácticas del
manejo de la tierra, en el arte, en la música, en la estructura social, en la selección de los cultivos, en la dieta y en
todo número concebible de otros atributos de la sociedad humana.
También la diversidad cultural debe considerarse como parte de la biodiversidad. Al igual que la diversidad
genética o de especies, algunos atributos de las culturas humanas (por ejemplo, el nomadismo o la rotación de los
cultivos) representan "soluciones" a los problemas de la supervivencia en determinados ambientes. Además, al
igual que otros aspectos de la biodiversidad, la diversidad cultural ayuda a las personas a adaptarse a la variación
del entorno.
La diversidad cultural se manifiesta por la diversidad del lenguaje, de las creencias religiosas, de las prácticas del
manejo de la tierra, en el arte, en la música, en la estructura social, en la selección de los cultivos, en la dieta y en
todo número concebible de otros atributos de la sociedad humana.
Interacción social.
Se refiere a la capacidad de interactuar y establece relaciones de confianza y afecto con adultos y pares,
compartiendo, participando y colaborando en las distintas actividades de grupo que se generan en la relación con
otros grupos.
La interacción social es el fenómeno básico mediante el cual se establece la posterior influencia social que recibe
todo individuo. Podemos hacer un resumen de las relaciones básicas estudiadas por la Psicología social:
Relaciones persona-persona: Interacción social: existe influencia mutua entre dos personas.
Relaciones persona-grupo: conformidad: la persona recibe influencia del grupo. Liderazgo: la persona influye
sobre el grupo
Relaciones grupo-grupo: Conflicto (generalmente motivado por la competencia). Pueden surgir otras no
conflictivas sino a partir de la Cooperación.
Directas (reacción cognitiva a la acción práctica de otra persona: "Mi novia quiere hacer cuchi cuchi
conmigo, y estoy de acuerdo, porque eso es mejor para nosotros dos", o una reacción afectiva a la acción
expresiva del otro: "Mi novio muestra sus sentimientos a mí , y me responden de la misma forma ");
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Cruzadas (reacción afectiva a las acciones concretas del otro: "Mi pareja quiere que me compre una casa,
y por lo tanto supongo que él / ella me ama", o la reacción expresiva a la acción práctica de otra persona:
"Mi pareja dice que él / ella me ama, y me pregunto ¿por qué es él / ella me dijo esto? ").
La conducta social depende de la influencia de otros individuos y la interacción social es una de las claves de este
proceso. Si la conducta social es una respuesta al estímulo social producido por otros, incluidos los símbolos que
ellos transmiten, la interacción social puede ser concebida como una secuencia de relaciones estímulo-respuesta.
La conducta de una persona es el estímulo para la respuesta de otra, que a su vez, siguiendo la secuencia, pasa a
ser luego el estímulo de la respuesta siguiente de la primera persona. Las interacciones regularizadas de este tipo
constituyen la base de muchos de los hechos de influencia que ocurren dentro de las sociedades. Podemos decir
que la Respuesta (conducta) es proporcional tanto a la actitud como al Estímulo
Así, la influencia social ha de materializarse en un cambio en nuestra actitud personal debido a que todo estímulo
producirá un efecto (o respuesta) que podrá grabarse en nuestra memoria. Mediante este proceso simple y básico,
se va conformando nuestra personalidad individual.
Distingo por una parte la idea de una cultura, esto es, el conjunto de sus interiores posibilidades y, por otra parte,
la manifestación sensible de esa cultura en el cuadro de la historia, esto es, su realización cumplida. Es la misma
relación que mantiene el alma con el cuerpo vivo, su expresión en el mundo luminoso de nuestros ojos. La historia
de una cultura es la realización progresiva de sus posibilidades. El cumplimiento equivale al término. En la misma
relación se halla el alma apolínea -que quizá algunos de nosotros puedan sentir y vivir de nuevo con su
desenvolvimiento en la realidad, es decir, con ese conjunto que se llama "Antigüedad", cuyos restos, accesibles a
la contemplación y al estudio inteligente investigan el arqueólogo, el filólogo, el estético, el historiador.
Una cultura nace cuando una forma surge de lo informe; cuando algo limitado y efímero emerge de lo ilimitado y
perdurable. Florece entonces sobre el suelo de un pueblo, a la cual permanece adherida como ·una planta. Una
cultura muere, cuando esa alma ha realizado la suma de sus posibilidades, en forma de pueblos, lenguas,
dogmas, artes, estados, ciencias, y se sumerge en la espiritualidad primitiva. Pero su existencia vivaz, esa serie de
grandes épocas, cuyo riguroso diseño señala cumplimiento de su destino, es una lucha íntima, profunda,
apasionada.
Toda cultura se halla en una profunda relación simbólica y casi mística con la extensión, con el espacio, en el cual
y por el cual quiere realizarse. Cuando el término ha sido alcanzado, cuando la idea, la muchedumbre de las
posibilidades interiores se ha cumplido y realizado exteriormente, entonces, de pronto, la cultura se muere; su
sangre se cuaja, sus fuerzas se agotan; se transforma en civilización.
Esto es lo que sentimos y comprendemos en las palabras Egipto, Bizantino, Mandarín. Tal es el caso de China, de
la India, del mundo del Islam. La civilización antigua de la época imperial se erguía gigantesca, con aparente
riqueza y fuerza juvenil; pero en realidad lo que hacía era privar de aire y de luz a la joven cultura arábiga de
Oriente.
Éste es el sentido de todas las decadencias en la historia cumplimiento interior y exterior, acabamiento que
inevitablemente sobreviene a toda cultura viva o La de más limpios contornos se halla ante nuestros ojos; es la
"decadencia de la antigüedad". y ya hoy podemos rastrear claramente en nosotros y en torno a nosotros los
primeros síntomas de la decadencia propia, de la "decadencia de Occidente" acontecimiento que por su
transcurso y duración coincide plenamente con la decadencia de la Antigüedad y se sitúa en los primeros siglos
del próximo milenio.
70
Toda cultura pasa por los mismos estadios que el individuo. Tiene su niñez, su juventud, su virilidad, su vejez.
Esta niñez del alma se expresa también, y con muy parecidos tonos, en el dórico de la época de Homero, en el
arte cristiano primitivo, esto es, arábigo primitivo, y en las obras del Antiguo Imperio egipcio, que comienza con la
cuarta dinastía. Cuando una cultura se acerca al mediodía de su vida, su lenguaje de formas, al fin conquistado,
se hace cada vez más viril, más áspero, más continente, más saturado, más convencido y lleno del sentimiento de
su propia fuerza, más claro en sus rasgos.
La cultura es un conjunto complejo, producto únicamente de la interacción social. Tiene formas materiales e
inmateriales, pero sus aspectos más característicos existen en forma simbólica en la mente humana. Estos
elementos intelectuales comunes implican ciertas regularidades en el comportamiento de los miembros de una
sociedad, tanto en lo que se refiere al pensamiento como a la acción. La cultura también se organiza de acuerdo
con sistemas regulares de comportamiento que canalizan las actividades de los hombres. La sistematización de la
cultura se refiere a da relación de las unidades en un sistema determinado, estando la interrelación de las partes
dominada por el carácter general del conjunto.
Los elementos más simples de la cultura son los rasgos que, a miles, la componen, y cada uno de los cuales es
resultado de la actividad humana. Estos rasgos culturales pueden ser materiales e inmateriales. Un clavo o un
cordón de zapato es un rasgo material, mientras que un acto religioso constituye un rasgo inmaterial. Entre estos
últimos están las costumbres sociales, los mores y otras sanciones normativas, así como un enorme grupo amorfo
de actos indefinidos. En la práctica, la línea divisoria entre ambos tipos de rasgos es en gran parte una cuestión de
perspectiva. Los dos reflejan la regularidad de comportamiento, y los materiales están directamente relacionados
con algún hábito o técnica. El hombre no puede vivir sólo de rasgos materiales ni tampoco sin ellos.
Rara vez se encuentran rasgos aislados. Normalmente están combinados con otros, formando una interrelación
dinámica. Cada uno de ellos tiene sentido sólo en conexión con los demás y con su combinación, está en relación
funcional con los demás, y sólo teniendo esta en cuenta se le puede comprender.
Este agrupamiento de rasgos funcionalmente combi nados es lo que se llama modelo, configuración o patrón
cultural, el cual, y no el rasgo independiente, es lo que constituye la unidad funcional básica de la cultura. El
individuo rara vez adquiere rasgos aislados, sino que aprende las prácticas y expectativas de su cultura en cuanto
conjunto o patrones y no en sus partes constituyentes.
Este concepto de patrones culturales da una idea básica de las razones del orden y regularidad del
comportamiento de grupo, puesto que sin la tendencia a crearlos toda regularidad del comportamiento social sería
imposible. Los individuos reaccionarían de forma casual e imprevisible ante sus impulsos biológicos y viscerales y
el orden social no habría podido surgir. Por su parte, los componentes culturales materiales o inmateriales, no
bastan por sí solos para explicar esa regularidad del comportamiento humano, el cual se sistematiza y luego se
transmite a las nuevas generaciones conforme estas adquieren las formas de vida del grupo. El concepto de
hábito individual no constituye por sí sólo la clave de esta regularidad; el elemento básico de la sociedad
organizada son los conjuntos de costumbres de grupo (los patrones culturales).
Durante el proceso de socialización, el individuo aprende el patrón cultural correspondiente a su sociedad, que
incluye el comportamiento a seguir en muy diversas situaciones, como cuando desayuna, va a la escuela, juega al
fútbol, invita a una muchacha o se casa. Cada sociedad y, hasta cierto punto, cada clase social tiene su propio
modelo, que impone a los individuos, asegurando con ello, dentro de ciertos límites, un mínimo de uniformidad en
el comportamiento de todos. Las sanciones que forman su base moral son las costumbres sociales y otras
expectativas normativas, y cuando todos los miembros de un grupo siguen las mismas expectativas básicas se
puede apreciar en su comportamiento cierto grado de uniformidad y previsibilidad. En otras palabras, se ajustan al
mismo patrón cultural.
Desde la fecha en que se «inventó», este deporte ha acumulado una serie de normas formales y no formales de
comportamiento que se han convertido en parte de la herencia social de la mayoría de los muchachos. La enorme
inversión material que supone el fútbol profesional, con sus campos, sus sistemas de entrenamiento y
descubrimiento de nuevas figuras y sus valiosos jugadores, constituyen la manifestación material de esta cultura.
La publicidad es también parte del proceso por el cual se mantiene el interés durante la larga temporada de juego
e incluso más aún durante el período inactivo. El elemento definitivo e indispensable está constituido por los
71
millones de entusiastas aficionados que apoyan a sus equipos incondicionalmente. Acuden alegremente a los
partidos cuando tienen tiempo y medios y comen cacahuetes mientras insultan al árbitro a su placer. Estos y otros
muchos elementos constituyen el patrón cultural del fútbol.
Entendemos por patrones culturales al concepto de costumbre, hábito o tradición. La cultura es aquel conjunto de
elementos materiales e inmateriales que determinan en su conjunto el modo de vida de una comunidad, y que
incluye técnicas, pautas sociales, lenguaje, sistemas sociales, económicos, políticos y religiosos. Como pautas
sociales entendemos a la moral, las creencias, costumbres y toda la serie de hábitos que el hombre adquiere en
tanta es miembro de una sociedad.
La familia es el lugar donde los seres humanos tenemos la primera fuente de aprendizaje, de modo que una vez
que se ha dado la asignación genérica, el trato de la familia para él o la bebe que ha nacido tomara características
propias para el género asignado. Estas características corresponden a las pautas que la sociedad ha marcado
para el comportamiento de hombre o mujer, y se les llama roles o papeles de género.
La familia, que tiene un papel preponderante en la enseñanza del género, aunque no solo a través de
observaciones y trato directo con los infantes se da el aprendizaje, también los niños/as por su parte aprende a
través de la observación de las relaciones de género en el mismo hogar.
La escuela, tanto los conocimientos que se adquieren en las aulas, como en la interacción entre el o la profesora,
los alumnos y estos entre sí, llevan el sello social de género. Esta transmisión de conocimientos se da en muchos
casos de manera inconsciente, se lo puede encontrar en los juegos y rondas de los pre-escolares.
Los patrones culturales condicionan el rol que la sociedad asigna cada uno, como en la cuestión de ser niño o niña
Así es, la cultura, las costumbres, las tradiciones hacen que sigamos reproduciendo los roles tradicionalmente
asignados a los hombres y mujeres incluso en el juego de los niños y niñas.
Las pautas culturales son intangibles y sólo existen en las mentes y hábitos de los seres humanos. La persona
que entra en otra sociedad sea primitiva o adelantada con el propósito de estudiar su cultura no puede captarlas
con sus sentidos. Lo único que puede ver es el comportamiento que se repite con más o menos regularidad, pues,
en definitiva, la cultura es una abstracción de las regularidades del comportamiento observado. Esto resulta aún
más evidente en los patrones culturales que en la cultura en general. Los seres humanos se portan de una forma
que, observada de una manera continua, permite apreciar en ella cierta regularidad, es decir, la pauta o patrón. El
sociólogo o antropólogo cultural se preocupa principalmente de estos patrones culturales y no de los individuos
que los siguen.
El observador extranjero que asistiese a un baile en una escuela estadounidense no sabría cómo interpretar el
comportamiento de los jóvenes participantes. A primera vista, quizá le pareciese su conducta espontánea,
individualista y hasta un tanto atrevida, pero observándola con más atención vería que el baile mismo, la
conversación de los jóvenes, la forma de cogerse las manos, etc., responden a unas regularidades muy estrictas.
Si estos adolescentes actuasen, en efecto, con total espontaneidad no podrían alcanzar semejante uniformidad de
comportamiento por sí solos. Conforme nuestro hipotético observador se fuese familiarizando con el ambiente, se
iría dando cuenta de que el comportamiento en cuestión, tan individualista aparentemente al principio, no está
menos estereotipado que los ritos de fertilidad más primitivos, que esos jóvenes visten, hablan, bailan y piensan
sometidos a las mismas presiones culturales; y a medida que captara esas regularidades comprendería que
estaba viendo un patrón cultural en acción.
La existencia de un patrón cultural entraña la de una uniformidad de comportamiento en una sociedad y momento
concretos, pues esas uniformidades tienen límites de espacio y tiempo. Muchas de las que hoy se pueden
apreciar en nuestra sociedad no existían hace una generación ni subsistirán en la próxima. Y lo mismo ocurre en
72
lo que al espacio se refiere. Algunas de las normas de nuestra sociedad no se encuentran en otras, sean
avanzadas o atrasadas. Como hemos podido ver, hay, en efecto, amplias uniformidades culturales entre las
sociedades, en la medida en que estas tienen necesariamente algún tipo de lengua, gobierno, sistema familiar y
organización económica, pero las formas específicas que han creado para hacer frente a esas necesidades
pueden variar mucho. Las regularidades de comportamiento que constituyen los patrones culturales corresponden
a sociedades concretas.
El proceso de captación es, pues, de hechos a pautas o patrones, El observador ve primero la realización de
numerosos actos, ejecutados por los miembros de una sociedad determinada, y poco a poco empieza a apreciar
regularidades en terrenos tan diversos como el arreglo personal o la aplicación de la técnica, y cuando un
determinado número de esos actos toma la misma forma, puede ya intentar una generalización del
comportamiento en cuestión, p. ej., las ceremonias correspondientes al paso de la infancia a la adolescencia.
Los móviles de ese comportamiento residen en los procesos mentales conscientes e inconscientes del individuo,
donde los implantó el proceso de aprendizaje. En último análisis, el patrón formado por muchos de esos actos
individuales existe en la mente del observador.
También se pueden considerar los patrones culturales desde el punto de vista de su función en la vida de grupo.
Muchos de estos patrones tienen funciones tan concretas como puede ser el ganarse la vida, criar a los pequeños
y comunicarse con lo sobrenatural; otros, en cambio, no ofrecen objetivos tan evidentes. Los miembros de un
grupo pueden sentirse impelidos por móviles inconscientes a ajustarse a una pauta de· terminada. Los patrones
culturales varían en relación con el grado de estandarización y los medios sociales que intervienen durante el
proceso de aprendizaje. En la sociedad primitiva, la regularidad de comportamiento se transmite de palabra y por
el ejemplo, a través de los cuales el niño aprende las formas de pensar y actuar que se esperan de su estatus.
Tiene ante sí el ejemplo de sus mayores y aprende las normas de comportamiento del grupo al que pertenece
mediante la observación, el adiestramiento consciente y la imitación inconsciente. Los patrones elementales de
cultura están presentes en el comportamiento de las personas que le rodean. En esas condiciones, el proceso de
aprendizaje es simple, directo y decisivo. La materia prima de la personalidad está, pues, a la vista de todos.
En una sociedad grande y amorfa como la nuestra, la regularidad de comportamiento es también consecuencia de
los medios masivos de comunicación, que suman su influencia a la del grupo primario, más Íntimo. La radio, la
televisión, las historietas cómicas de la prensa, el cine, etc., desempeñan un papel muy importante en la
estandarización cultural. Gran parte del comportamiento de los adolescentes es reflejo directo de lo que estos
observan a través de esos medios masivos de comunicación; de ellos en gran parte aprenden a vestir, hablar,
bailar y divertirse. Según se descomponen los patrones o modelos locales, el patrón cultural general adquiere
mayor uniformidad bajo la influencia de dichos medios de comunicación.
En síntesis, un patrón cultural es un grupo de rasgos culturales interrelacionados entre sí, mostrando cierta
continuidad. Estos normalmente se convierten en la marca distintiva de una sociedad. Son aprendidas porque nos
dicen cómo actuar.
La unidad funcional más grande de nuestro análisis es el patrón nacional de cultura, intrincado mosaico de todos
los patrones individuales, ligados entre sí por unos cuantos de tipo general, es decir, que, poco más o menos de la
misma forma, aceptan todos los miembros de la sociedad. Conocemos bien la nación moderna como unidad
cultural y podemos distinguir entre la cultura estadounidense, la francesa, la alemana, la italiana o la sueca. En
algunos casos, los límites nacionales son más amplios que los culturales, y, como en el caso de la Unión
Soviética, la India o China, una misma nación contiene dentro de sí culturas muy dispares, ligadas por lazos
administrativos más o menos fuertes.
En general, sin embargo, los límites culturales y nacionales suelen coincidir, por lo menos en la civilización de
Europa occidental.
Desde hace mucho tiempo se viene admitiendo de hecho la existencia de grandes patrones culturales. En la
antigüedad, los egipcios, griegos y romanos partían de la base de que las diversas sociedades con que
establecían contacto en la paz o en la guerra tenían determinadas características generales que las separaban de
las demás, y, más recientemente, la creencia de sentido común en la existencia de diferencias culturales entre los
estados nacionales se ha convertido en parte importante del acervo popular. La aceptación intuitiva de estas
diferencias constituye el elemento básico del etnocentrismo, puesto que los estadounidenses, franceses,
alemanes y (últimamente) los chinos, indonesios, birmanos, egipcios y nigerianos están convencidos de que su
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propia cultura es superior a la de cualquier otro pueblo, circunstancia que ha dado origen a muchos estudios sobre
esta cuestión general, con el propósito de eliminar o, cuando menos, mitigar las tensiones culturales que pueden
dar lugar a las guerras.
Una cosa es apreciar estas grandes diferencias entre estados nacionales y otra muy distinta demostrar su
naturaleza y reducirla a término con que se pueda trabajar.
a) El hecho, ya mencionado, de que una misma nación pueda abarcar diversas culturas; p. Ej., la unión soviética
incluye dentro de sus fronteras culturas completas tan distintas como la ucraniana y la mongola
b) El cambio de los patrones culturales, que hace que un país como el Japón no sea ya como era antes de su
revolución industrial del siglo XIX
c) Que las naciones contengan también muchas sub culturas que entorpecen el descubrimiento de los elementos
culturales universales que existan;
d) Que los políticos que administran la nación pueden portarse de forma que no corresponda al conjunto de la
población;
e) Que algunos productos culturales literatura y arte sean elaborados por una minoría (probablemente atípica) de
la población y, por tanto, no se puedan considerar representativos del patrón general del pueblo en cuestión.
El estudio científico (a diferencia del que se basa en un conjunto de impresiones) de las culturas como unidades
más o menos concretas lo iniciaron los antropólogos con sus trabajos sobre cientos de sociedades relativamente
pequeñas e integradas, y en muchos de ellos Se aprecia la influencia de Ralph Linton y Abram Kardiner,
antropólogo y psicoanalista, respectivamente, que han combinado las dos especialidades, además de las ideas y
métodos de otras varias, esforzándose por demostrar:
El hecho principal revelado por estos y otros estudios antropológicos es el de que los patrones culturales se
diferencian, en efecto, unos de otros según a qué sociedad pertenezcan. Resumiendo estas conclusiones
generales, Linton sugiere que «la existencia de normas de personalidad distintas para los miembros de las
diversas sociedades pequeñas culturalmente homogéneas es un hecho que se puede considerar establecido. Las
técnicas objetivas para el estudio y detecci6n de tales normas se han desarrollado de manera notable, y, aunque
se ha trabajado casi exclusivamente con las llamadas sociedades primitivas, es muy probable que puedan
aplicarse las mismas técnicas al estudio de sociedades culturalmente homogéneas dentro de las naciones
modernas. De aquí que la base teórica necesaria para afirmar la existencia de patrones nacionales de cultura
parezca empíricamente establecida.
Sin embargo, las dificultades prácticas y técnicas que presenta el estudio de las complejas sociedades modernas
son considerables. Un antropólogo puede actuar como una especie de experto polifacético o dactótum» y estudiar
una pequeña y homogénea sociedad primitiva en todos sus elementos esenciales, desde la religión a la estructura
social, pero el análisis resulta infinitamente más complejo cuando se trata de una sociedad grande e
industrializada, en la que además de la cultura compartida por todos los miembros de la sociedad existe cierto
número de subculturas regionales. Ya hemos señalado que naciones como la Unión Soviética y los Estados
Unidos presentan dificultades de esta clase. Parece que la solución está en que su estudio lo realice un equipo de
científicos sociales: antropólogos, sociólogos, economistas y politólogos, y, por otra parte, los problemas de
medida y análisis sólo pueden superarse mediante complicadas manipulaciones de datos estadísticos en gran
escala.
En un famoso pasaje, Ruth Benedict describe la preferencia de las distintas sociedades por unos u otros
elementos culturales. «El patrón cultural de cualquier civilización-dice-utiliza un sector determinado del gran arco
de los propósitos y móviles humanos posibles, del mismo modo que cualquier cultura utiliza determinadas'
técnicas materiales o rasgos culturales seleccionados. El arco completo es demasiado grande y está demasiado
lleno de contradicciones para que cualquiera de las culturas pueda utilizar una porción considerable de él.
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Es decir, cada cultura fomenta determinados elementos, llegando incluso a la eliminación de los demás, y aunque
existen grandes semejanzas entre las culturas, cada una es única.
En toda sociedad existen, pues, formas coherentes de reacción ante diversas situaciones que Se repiten, desde el
acto de comer hasta el matrimonio, desde el juego hasta la veneración religiosa, y sus regularidades constituyen la
cultura que tiende a formar series o patrones definidos y presenta aspectos materiales e inmateriales, aunque los
segundos son los esenciales. Las necesidades básicas de los hombres de todas las sociedades se resuelven
gracias al comportamiento ordenado que llamamos cultura; los patrones culturales varían de una a otra sociedad,
tanto en contenido como en método de aprendizaje, ya que los pueblos primitivos aprenden por la palabra y el
ejemplo personal, mientras que los avanzados suman a estos los medios masivos de comunicación y otros
complejos órganos. La unidad funcional más grande dentro de este estudio es el patrón cultural nacional, cuya
forma y contenido nos son familiares por el de nuestra propia sociedad.
(Merril, 2007)
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Valores y cultura
De acuerdo a lo que conocemos como cultura, la debemos entender como un: conjunto de tradiciones, reglas,
símbolos que toman forma y se representan como sentimientos, pensamientos y conductas de grupos de
personas. Refiriéndose principalmente a una conducta aprendida como algo distinto a lo que viene dado por la
naturaleza o la biología, la cultura se ha utilizado para designar todo lo que se ha producido humanamente
(hábitos, creencias, arte y artefactos) y que ha pasado de una generación a otra. En esta formulación, la cultura se
distingue de la naturaleza, y diferencia a una sociedad de otra.
Así entonces, los valores son ideas que la gente comparte sobre lo que es
bueno, malo, deseable o indeseable. Son normalmente muy generales,
abstractas, van más allá de las variaciones de las situaciones. Por ello se
requieren las normas conductuales o modelos de interacción social. Éstas
derivan normalmente de los valores, pero también los contradicen y
funcionan como guías y críticas para el comportamiento individual. Las
normas establecen expectativas que dan forma a la interacción. Donde la
Cultura.es resultado de aquellos patrones de significado que cualquier
grupo o sociedad utiliza para interpretar y evaluarse a sí mismo y a su
situación; porque la cultura. Es un sistema de esquemas de percepción,
pensamiento y acción duraderos y adquiridos, provocados por condiciones
objetivas, pero que tienden a persistir incluso después de la alteración de
esas condiciones. (Bordieu, TheInheritors, 1979).
Donde los Habitus. Son un conjunto de relaciones “depositadas” dentro de cuerpos individuales en forma de
esquemas mentales y físicos de percepción, comprensión y acción. (Bordieu). Ya que en la cultura. lo que significa
actuar según la cultura de uno mismo, hablando en términos generales, seguir las inclinaciones de uno mismo tal
y como éstas se han desarrollado al aprender de otros miembros de la misma comunidad. (Hannerz, Soulside,
1969, pág. 177).
La dualidad valores cultura, por igual responde a la organización social donde el individuo tiene un lugar
determinado por el rol social con ello se da una disposición de las partes que constituyen la sociedad, la
organización de las posiciones sociales y la distribución de las personas dentro de esas posiciones. Porque cada
individuo tiene asignado un estatus definido como una posición (y puede ser estudiante, profesor, administrador).
Lo cual no conduce que cada uno responde a su rol social ya que: cada estatus conlleva un grupo de conductas
esperadas, cómo se espera que piense y sienta una persona en esa posición.
Comportamiento
Es la manera de proceder que tienen las personas u organismos, en relación con su entorno o mundo de
estímulos. El comportamiento puede ser consciente o inconsciente, voluntario o involuntario, público o privado,
según las circunstancias que lo afecten. La ciencia que estudia la conducta y el comportamiento animal es la
etología y la ciencia que estudia la conducta desde el punto de vista de la evolución es la ecología del
comportamiento.
El comportamiento se define como el conjunto de respuestas motoras frente a estímulos tanto internos como
externos. La función del comportamiento en primera instancia, es la supervivencia del individuo que conlleva a la
supervivencia de la especie. En ciencias sociales el comportamiento incluye además de aspectos psicológicos,
aspectos genéticos, culturales, sociológicos y económicos.
En el habla común, no en el discurso científico, el término "comportamiento" tiene una connotación definitoria. A
una persona, incluso a un grupo social, como suma de personas, se les define y clasifica por sus
comportamientos, quizás más que por sus ideas, y esto ya sirve para fijar las expectativas al respecto. La
estructura social es el patrón de relaciones, posiciones y número de personas que conforman la organización
social de una población, ya sea un grupo pequeño o toda una sociedad. Las relaciones se dan siempre que las
personas se implican en patrones de interacción continuada relativamente estable. Las posiciones (estatus social)
consisten en lugares reconocidos en la red de relaciones sociales que llevan aparejadas expectativas de
comportamiento, llamadas roles. Normas y reglas son impuestas para garantizar que se viva a la altura de las
expectativas del rol social, y se imponen sanciones positivas y negativas para asegurar que se cumplan. Las
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normas y reglas son la expresión observable de los valores de un sistema social particular. Los roles, normas y
valores deben integrarse en un sistema para que éste sea completamente funcional.
Los patrones culturales condicionan el rol que la sociedad asigna cada uno, como en la cuestión de ser niño o niña
Así es, la cultura, las costumbres, las tradiciones hacen que sigamos reproduciendo los roles tradicionalmente
asignados a los hombres y mujeres incluso en el juego de los niños y niñas.
Cultura y comportamiento
La cultura se puede apreciar en el comportamiento aprendido de los individuos. Pero el grado en que ese
comportamiento cultural resulta visible varía desde las actividades regularizadas de las personas hasta sus
razones internas para llevarlas a cabo. Los chicos y chicas de nuestra sociedad, p. ej., se comportan en la
adolescencia según las normas establecidas para su edad y condición por el medio ambiente a que pertenecen.
No menos culturales (aunque menos visibles) son los motivos que tienen para salir juntos, bailar y desarrollar
actividades deportivas. Es muy probable que muchos de ellos salgan juntos sencillamente porque quieren que les
vean salir con alguien, que son «populares», y no porque les interese su acompañante del momento. Ese deseo
de provocar favorablemente la atención de los demás pertenece también al ambiente cultural en que viven,
aunque el hecho no resulte tan evidente como en el caso de su comportamiento externo.
La realidad empírica básica es el comportamiento humano y sus productos. La cultura misma no se puede ver,
pero sí el comportamiento de los seres humanos; comportamiento que se manifiesta de una forma regular,
ajustada a unas pautas o patrones, de la que podemos inferir la ·existencia de algo a lo que hemos dado en llamar
cultura. La interacción se produce de acuerdo con expectativas de grupo que se pueden deducir de la acción, pero
ellas mismas no se pueden ver tampoco. Vemos a la gente comer, beber, luchar y dedicarse a muchas otras
formas de interacción social que, como advertimos cuando las observamos con atención, no resultan
individualizadas y casuales, sino que adoptan formas concretas, aunque los actores observados rara vez se dan
cuenta de que su comportamiento corresponde a pautas establecidas.
Así, pues, la cultura no es una fuerza que opere por sí misma e independiente de los factores humanos, aunque,
en efecto, haya una tendencia general a atribuirle vida propia y considerarla una cosa. Es una creación de la
sociedad en interacción simbólica, y su existencia depende, por tanto, de la continuidad de esa interacción. En un
sentido estricto, la cultura no hace nada, no obliga a nadie a conducirse de esta o aquella manera ni convierte al
individuo normal en anormal. En justicia, la cultura no debería ser sujeto de un verbo transitivo. Es lógicamente
erróneo deducir la cultura del comportamiento humano y luego decir que causó la acción que acabamos de ver.
En una palabra, es un producto humano que no tiene vida propia.
En ciertos aspectos es intangible, es decir, no puede ser apreciada por los sentidos, pero en otros es tangible y
puede ser captada por ellos. Este hecho es la categoría a la que pertenecen los muchos elementos del armazón
material de la sociedad. En la nuestra, automóviles, cuchillas de afeitar, zapatos, lápices, mesas, radios, casas,
trenes y bombas de hidrógeno dan una idea de la enorme cantidad de manifestaciones materiales nacidas de la
interacción cultural, cuya variedad puede apreciarse en el catálogo de cualquiera de esas empresas comerciales
que venden por correspondencia, donde se enumeran miles de objetos resultantes de la más compleja cultura
material de todos los tiempos.
Esa cultura material es, evidentemente, producto humano. A nadie se le ocurre pensar que el automóvil surgió de
la nada por designio de algún poder sobrenatural.
El hombre fabrica su cultura con su propio cerebro y aquella asume formas distintas, psicológicas unas veces,
materiales otras.
Así, pues, la cultura tiene dos aspectos o niveles, ambos producto de la interacción significativa, y, en definitiva,
constituye un modelo o patrón de comportamiento humano regularizado, cuyo origen es la interacción social. El
primer aspecto o nivel de cultura es el material, que incluye todos los objetos materiales de cada sistema
específico. El segundo es el inmaterial o «ideológico», que comprende todos los significados, valores, normas y
relaciones. Son niveles, aspectos, no tipos distintos de cultura.
El fundamento de la cultura está en la mente humana, y, por tanto, las manifestaciones físicas sólo tienen sentido
en función de esas pautas mentales. Las ideas son el verdadero cimiento de toda cultura, porque los objetos
materiales carecen de valor si no se sabe hacer uso de ellos.
77
Los patrones de significados de una cultura cualquiera se transmiten a través del grupo y se graban en cada
individuo mediante la interacción social; a su vez, surgieron de la acción de grupos de individuos y otros
posteriores los conservaron en forma de expectativas, envistiéndolos con sanciones sociales; finalmente, otros
grupos los traspasan de generación en generación. Este proceso se inició mucho antes que el hombre aprendiese
a escribir sus normas de grupo para dejárselas a la posteridad, y continuará mientras el hombre viva sobre la
tierra. Las expectativas culturales no son propiedad exclusiva de un hombre o grupo; existen independientemente
de cualquiera de ellos y a la vez en la mente de todos, constituyendo la herencia social de la humanidad.
2.- investiga en diversas fuentes, cinco definiciones de cultura y crea en cuadro comparativo
donde las puedas comparar y rescata los elementos que se repiten en todas y finalmente
construye tu propio concepto de cultura.
El filólogo CARLOS ALVEAR. Afirma que el lenguaje es común, la palabra y la cultura son antiguas y esto nos
humaniza. En un principio la palabra cultura, se refería a las actividades del campo, al trabajo en la tierra para
obtener de ésta los frutos deseados.
Tal concepto de cultura se transformó en el tiempo, y se aplicó a todas las obras producidas por el hombre en
general, especialmente en lo tocante al espíritu. Un hombre culto ha resultado ser, desde el siglo VXII, un hombre
de conocimientos, un individuo dedicado al estudio, al saber, al cultivo de su inteligencia. Como disvalor tenemos
que un hombre inculto, es por oposición, un hombre poco cultivado, un individuo sin preparación.
El concepto de cultura como tarea individual, debe, sin embargo, complementarse con una concepción más amplia
que abarque la especie humana en su conjunto; y con tal motivo puede hablarse de cultura como la suma de las
creaciones humanas acumuladas en el transcurso de los años.
La cultura compartida es aquella que recibimos en los procesos de socialización, tanto primaria como secundaria
(esto es desde la casa hasta la de los organismos externos a nuestra filia.) y con la cual nos sentimos
representados, la cultura la componen el idioma, las normas, los valores, y tecnología de una sociedad.
Esto me hace a mi sentirme representado o parte de un grupo social. Por ejemplo con el idioma sé que soy latino,
más la historia compartida de un pueblo puedo identificarme como latino y mexicano. Por lo tanto con la cultura
compartida constituyo mi grupo de pertenencia.
Aunque cabe aclara que no todos tienen porque compartir todos los componentes de la cultura, por ejemplo un
mexicano que no comparte los valores liberales y se tiende más a un ideal igualitario, tiene su propio grupo de
pertenencia dentro del país. Por lo tanto más allá de que todos somos mexicanos la cultura compartida de ciertos
grupos puede variar en algunos aspectos respecto de la de los demás.
La cultura es aprendida. La cultura humana es resultado de la interacción entre las personas. La relación
interpersonal es siempre acción significativa y simbólica entre individuos. Como quiera que los comportamientos
que se compone la vida social no tengan carácter innato, los rasgos culturales de cada sociedad han de ser
aprendidos a través de diversos procesos de socialización.
La cultura es transmisible. La cultura está siempre en el origen del comportamiento. La cultura es anterior y pre-
existente al individuo, y también externa a este. La acumulación de productos y facetas culturales de una sociedad
debe transmitirse a la población e insertarse a ella con éxito. En beneficio de la auto integración y solidez del
sistema social. La cultura, que se transmite de generación en generación, se amplía y consolida permanentemente
en os individuos.
La cultura es satisfactoria. La cultura satisface dos objetivos: el individuo, al que otorga valores identidad y
autoestima, y el de la sociedad, que tiene la misión de afianzar el sistema social y sus zonas de realidad.
78
La cultura es adaptativa. Los rasgos culturales no son incompatibles con las condiciones del ambiente biológico,
físico o social. Si el aprendizaje de pautas culturales fuese antagónico con los requerimientos del ambiente en que
nos movamos socialmente.
La cultura es auto-integradora. La diversidad cultural no sólo favorece a la identidad del individuo, sino también
el auto integración de la sociedad. Las diversas zonas de la vida social humana están comprendidas por rasgos y
elementos culturales que se articulan coherentemente, son negaciones ni antagonismos; se refuerzan entre sí y
predican su común complementariedad.
Ejemplos:
Cultura Aprendida.- Una persona se muda de ciudad, y con el tiempo empieza a hablar con palabras regionales de
la nueva ciudad.
Cultura transmisible.- Una pareja tiene un hijo, y desde pequeño lo enseñan a comportarse adecuadamente, el
niño crece con el comportamiento y cultura inculcados.
Cultura satisfactoria.- Una persona sigue las pautas dentro de su sociedad, como consecuencia es aceptada por la
comunidad, y no afecta a terceras personas.
Cultura adaptiva.- Si en una ciudad cambia drásticamente el clima, se cambiaran aspectos en vestimenta y
alimentos, adaptándose al medio.
Cultura auto-integradora.- Los miembros que tienen la misma cultura se pueden asociar sin problemas porque
tienen fines en común.
Características de la cultura
Aprendida. La cultura es un comportamiento aprendido que no forma parte del equipo biológico del ser humano.
Incluye todas las expectativas de grupo que el individuo aprende durante su condicionamiento social. El hombre
se relaciona con otros en interacción simbólica y significativa dentro de un ambiente de grupo y aprende las
uniformidades de comportamiento que llamamos cultura.
Transmisible. La cultura se puede transmitir de una generación a la siguiente y, por ende, se acumula, es decir, el
hombre puede edificar sobre los logros de las generaciones anteriores sin necesidad de partir de cero en cada una
de ellas. Sus diversos aspectos se acumulan de distintas formas, así el lenguaje lo hace de diferente manera que
la tecnología. Las regularidades de comportamiento adquieren su propia existencia independiente de cualquier
individuo o grupo concreto durante el proceso de transmisión.
Social. Cuando tratábamos del grupo dijimos que sus componentes comparten ciertas expectativas de cualidad
normativa. Esto ilustra la cualidad social de la cultura, porque las expectativas son producto de la interacción de
grupo. El comportamiento es uniforme en lo que se' refiere a las actividades de este. Cada grupo organizado crea
su propia cultura, en la que, entre otras cosas, están comprendidas esas expectativas normativas.
Ideal. Los hábitos de grupo que constituyen la cultura acaban por considerarse pautas ideales de comportamiento
a las que deben sujetarse los componentes del grupo. Hay una gran disparidad entre el ideal y la práctica, sin
perjuicio de que, en general, se admita la existencia del primero. Esta cualidades lo que distingue a la cultura de
los hábitos o costumbres individuales carentes de contenido ideal.
Satisfactoria. La cultura satisface necesidades humanas que pueden ser biológicas, como el hambre y la sed, pero
también pueden ser socio-culturales, por surgir de la interacción del grupo y por ella trasmitirse. Enamorarse y
contraer matrimonio es una necesidad de índole socio-cultural adquirida por el individuo en nuestra sociedad. Así
como las costumbres del individuo persisten mientras satisfagan alguna necesidad consciente o inconsciente del
mismo, las costumbres sociales de la cultura tienen que satisfacer las necesidades del grupo, y si fracasan una y
otra vez en ello puede llegar a desaparecer la pauta cultural de que se trate.
Adaptativa. La cultura tiene que adaptarse a fuerzas externas a ella misma, entre las que se destaca, sobre todo,
la del medio geográfico, la gente han de alimentarse, vestirse, alojarse, etc., adaptándose al medio
Con esto no se quiere decir que ese medio «determine» la dirección en que debe marchar la cultura, sino
simplemente que esta tiene que ajustarse a las necesidades geográficas para continuar. También se tiene que
79
adaptar a sí misma, puesto que sus diferentes aspectos están cambiando constantemente. La familia tiene que
adaptarse al automóvil, y los gobiernos, a la bomba de hidrógeno. El hombre vive dentro y a través de la cultura y
es el animal con más capacidad de adaptación.
Auto-integradora. Las partes que constituyen la cultura tienden a integrarse en un conjunto coherente. Según
Sumner, existe una tendencia o «tensión de coherencia» entre las distintas partes de la cultura, muy fácil de
apreciar en la sociedad simple y aislada, en la que los elementos foráneos son raros y los propios no suelen variar
con rapidez.
En las sociedades complejas y heterogéneas esa integración no es ·tan evidente, porque los elementos que las
constituyen están, en constante variación. Pero, dentro de márgenes muy amplios, todas las culturas manifiestan
esa tendencia, ya que sin un mínimo de integración la sociedad no se mantendría unida.
Todas las sociedades tienen que resolver una serie de problemas comunes, por lo que las semejanzas entre las
culturas son más importantes que las diferencias. Dichos problemas se han considerado en función del «patrón
universal de cultura» (concepto ideado por Wissler), cuyos elementos son la palabra, los objetos materiales, el
arte, la mitología, los sistemas sociales, la religión, la propiedad, el gobierno y la guerra. Este concepto es una útil
abstracción que permite:
El patrón universal de cultura se ha complementado con un trabajo enormemente erudito, a lo largo de muchos
años, en la Universidad de Vale, según un plan al que se denominó Human Relations Area Files, que constituye
catálogo y fuente de referencia de las culturas de varias sociedades contemporáneas y de otras que ya no existen.
Esta recopilación contiene unos 79 aspectos culturales, que van desde el idioma hasta las industrias de bienes de
capital, y de las diversiones a la salud y el bienestar, diferenciándose de la lista de Wissler en que no todas las
sociedades poseen todos los elemento incluidos en la recopilación.
Los elementos no son siempre idénticos en estructura, aunque realicen las mismas funciones generales. Hay
muchas formas de estructura familiar en el mundo, a pesar de ser la familia uno de los universales del esquema
universal de cultura
Este, de hecho, no es más que una clasificación que refleja la existencia que ciertos elementos comunes a todas
las culturas. Murdock dice: «Los elementos auténticamente universales de la cultura. No son identidades de
hábitos, de comportamiento definible. Son analogías de clasificación y no de contenido, que representan
categorías de elementos diversos en historia y comportamiento, pero que, a pesar de todo, tienen tanto en común
que los observadores competentes se ven obligados a clasificados juntos.
(Merril, 2007)
Actividad. Una vez que has Leído con atención contesta lo siguiente:
80
La verdadera cultura
Alfonso Aguiló
La vida de un hombre sin cultura es como una llanura desértica. La cultura nos facilita interpretar en clave de
verdad la realidad del mundo que nos rodea. Con la cultura podemos despejar un poco de ese misterio que somos
cada hombre. La cultura enriquece al hombre, le lleva a profundizar en sus raíces y en su historia. La cultura nos
pone sobre la pista de nuestro pasado, nos hace valorar lo que ha sido nuestra andadura sobre la tierra –la
nuestra personal y la de toda la historia del hombre– y nos empuja –si es verdadera cultura– hacia la verdad y, por
ella, hacia la libertad.
Pero la cultura de un hombre no se improvisa. Para llegar a tener un pensamiento profundo, unas
valoraciones acertadas, unos principios claros, unas referencias ricas, es preciso dedicar a ello mucho tiempo y
esfuerzo.
Ser culto, además, no es simplemente saber muchas cosas, sino, más bien, tener una explicación coherente, y en
clave de verdad, de lo que es el hombre y el mundo que le rodea. Lo importante no es tener muchos
conocimientos, sino que esos conocimientos den una respuesta acertada a los problemas nuestros y de quienes
nos rodean. Porque, de lo contrario, ¿de qué nos sirve tener muchos conocimientos, si luego resultan
fragmentarios y contradictorios, si desconozco por completo la verdad que pueda haber en ellos? No puede
olvidarse que, sin un criterio de verdad, la multiplicidad de conocimientos adquiridos desembocará en una
erudición simple y ramplona, pero no en una verdadera cultura.
Para ser culto, para ir avanzando en esa lucha por cultivarse cada día un poco más, el hombre ha de tener un
proyecto personal mínimamente definido. Cada uno ha de buscar una síntesis personal de sus intereses y
necesidades en este sentido, y contribuirá así a forjar conscientemente su propia personalidad y su actitud ante la
vida, y a esforzarse por superar la seductora mediocridad de esas subculturas –superficiales, anónimas,
masificadas– que a veces parece que se nos quieren imponer, con una sutil y terca persistencia, y contra las que
es preciso oponer una auténtica búsqueda de la cultura, de una cultura que realmente nos sirva para aprehender
la realidad, vivir en ella y saber a qué atenernos.
La verdadera cultura ha de servir para interpretar correctamente la vida, para hacerla más humana, para descubrir
sus posibilidades más genuinas y apuntar a sus más auténticas aspiraciones. El hombre no se agota en su
biología, sino que tiene un mundo interior: puede ser sabio o ignorante, cultivado o tosco, lleno de luces o cubierto
de sombras, ordenado o caótico, coherente o ilógico, puede buscar la verdad o sobrevivir como puede en el
sórdido mundo del error, la ignorancia o la mentira.
Se trata de cultivar el propio mundo interior, sabiendo además que ese mundo siempre tiene luego su consiguiente
reflejo en el exterior de cada persona. Y no sólo el carácter, sino hasta lo más aparentemente inmotivado del porte
externo, como la mirada, los gestos, el rostro, el mismo tono de la voz, todo eso, es matizado, vivificado y
mediatizado por el propio talante personal, por la propia forma de ser, que nace de lo más profundo del hombre y
donde al hombre se le presenta la apasionante oportunidad de cultivarse, de proyectarse, de hacerse a sí mismo.
Un buen camino para mejorar el propio carácter es enriquecer el propio mundo interior. Así, lo que de ese mundo
interior salga luego al exterior se parecerá lo más posible a lo que uno anda buscando.
81
Identificar diversas expresiones artísticas y culturales
Elementos de la diversidad
La diversidad de culturas se refiere al grado de diversidad y variación cultural, tanto a nivel mundial como en
ciertas áreas, en las que existe interacción de diferentes culturas coexistentes (en pocas palabras diferentes y
diversas culturas)
Muchos estados y organizaciones consideran que la diversidad de culturas es parte del patrimonio común de la
humanidad y tienen políticas o actitudes favorables a ella. Las acciones en favor de la diversidad cultural
usualmente comprenden la preservación y promoción de culturas existentes.
Gastronomía
Según la Real Academia de La Lengua, gastronomía significa: Arte de preparar una buena comida. Es el estudio
de la relación del hombre, entre su alimentación y su medio ambiente (entorno). Pero también podemos observar,
que la gastronomía, no sólo tiene relación con la comida, sino que también con
las distintas culturas que existen en la tierra. Ya que la gastronomía, está
inexorablemente vinculada, a la cultura de un país. Por lo mismo es que
podemos señalar, que cada país posee su propia gastronomía.
Es por todo aquello, que existen estudios de gastronomía, los cuales se ven reflejados en diversa literatura. Y es
que en la gastronomía, uno puede ver una gran gama de elementos o materias, las cuales confluyen dentro del
término. Podemos señalar a la historia, la sociología, la antropología, diversas artes, el estudio de los alimentos
por parte de la agronomía, etc. Todos elementos o materias presentes en la cultura arraigada de una nación. La
cual, con el paso de los siglos, va dando forma a la gastronomía típica de aquel país o región.
Se sabe que existen estudios de gastronomía, que datan del siglo XIX, incluso antes. Los cuales no se reducían a
transcribir de manera sistemática, varias recetas. Sino que un estudio más acabado acerca de la comida como tal.
Gastrónomo es la persona que se ocupa de esta ciencia. A menudo se piensa erróneamente que el término
gastronomía únicamente tiene relación con el arte culinario y la cubertería en torno a una mesa. Sin embargo ésta
es una pequeña parte del campo de estudio de dicha disciplina: no siempre se puede afirmar que un cocinero es
un gastrónomo. La gastronomía estudia varios componentes culturales tomando como eje central la comida.
Toda producción o creación humana tiene un por qué o un cómo, es fundamental que tengamos claro que las
creaciones humanas sean lo sean deben satisfacer una necesidad y las artes por lo tanto deben hacer lo mismo,
esta demanda de satisfacciones es importante para los hombres ya que, desarrollan sus gustos e intelecto y no
solo satisfacen necesidades primarias, y son resultado de su interrelación con los demás miembros de sociedad o
comunidad.
82
EXPRESIONES ARTÍSTICAS
Danza
La danza ha ido evolucionado en muchos estilos, desde la Danza Académica o Ballet, hasta el Breakdance y el
Krumping. Las definiciones que constituyen a la danza dependen de factores sociales, culturales, estéticos,
artísticos y morales, así como también del rango de movimiento funcional (como la danza folclórica) hasta las
técnicas virtuosas (como el ballet). Cada danza, no importa el estilo, tienen algo en común, ya que en la mayor
parte de los casos implica tener flexibilidad y movimiento del cuerpo, así como condición física.
Artesanía
Con el objeto de definir a la artesanía y distinguirla de la industria, Eutimio Tovar Rodríguez afirma que en "La
artesanía su importancia económica y social", ha propuesto como definición de artesanía "toda técnica manual
creativa, para producir individualmente, bienes y servicios" y por lo tanto ha definido industria como "toda técnica
mecánica aplicada, para producir socialmente, bienes y servicios".
Para muchas personas, la artesanía es un término medio entre el diseño y el arte. Para otros es una continuación
de los oficios tradicionales, en los que la estética tiene un papel destacado pero el sentido práctico del objeto
elaborado es también importante. También quedan algunos artesanos que se dedican a los llamados «oficios
tradicionales», pero cada vez son menos.
Uno de los principales problemas de la artesanía es la competencia con los productos procedentes de procesos
industriales de bajo coste, con apariencia similar a los productos artesanos, pero con menor precio y calidad. Otra
dificultad para los artesanos es la forma de comercializar sus productos, ya que es una característica de la
artesanía, que se realiza en talleres individuales o de pocas personas, con poca capacidad para llegar al mercado.
83
Las artesanías forman parte de la cultura tradicional de los pueblos, ya que sus orígenes se remontan a épocas
previas a la industrial. Hace miles de años ya existían las artesanías elaboradas con diversos materiales.
La artesanía puede tener un fin estético (por ejemplo, un cuadro decorativo), ritual (una máscara) o funcional (una
vasija para poner agua). Su elaboración combina el diseño con el arte. En la actualidad, las artesanías deben
competir con los productos industriales que, muchas veces, incluso tratan de imitar el aspecto de éstas. La
principal ventaja de los productos industriales es su bajo coste, gracias a la elaboración en serie.
La comercialización de las artesanías suele realizarse de manera directa (del artesano al comprador) o a través de
pequeños mercados o cooperativas. Al desarrollar cada pieza de manera manual, resulta difícil conseguir el nivel
de producción necesario para llegar a grandes tiendas o cadenas de supermercados.
La Arquitectura
La arquitectura abarca la consideración de todo el ambiente físico que rodea la vida humana: no podemos
sustraernos a ella mientras formemos parte de la civilización, porque la arquitectura es el conjunto de
modificaciones y alteraciones introducidas en la superficie terrestre con objeto de satisfacer las necesidades
humanas, exceptuando sólo el puro desierto.
Tomando en cuenta la opinión del arquitecto Bruno Zevi: La arquitectura no deriva de una suma de longitudes,
anchuras y alturas de los elementos constructivos que envuelven el espacio, sino dimana propiamente del vacío,
del espacio envuelto, del espacio interior, en el cual los hombres viven y se mueven. (Saber ver la arquitectura,
Barcelona, 1948).
En esencia lo que nos dice es que la arquitectura no se basa en la construcción en sí, sino más bien en los vacíos
y la adaptación de estos a través de la interpretación de ellos mismos al convivir con el ser humano.
William Morris, fundador del Arts and Crafts, dio la siguiente definición: La arquitectura abarca la consideración de
todo el ambiente físico que rodea la vida humana: no podemos sustraernos a ella mientras formemos parte de la
civilización, porque la arquitectura es el conjunto de modificaciones y alteraciones introducidas en la superficie
terrestre con objeto de satisfacer las necesidades humanas, exceptuando sólo el puro desierto.
Cualquier cultura o civilización humana tiene su propia tradición arquitectónica que implica diferentes maneras de
pensar, ordenar y crear estructuras o espacios físicos derivadas de las peculiaridades del ambiente físico en el
que se desarrollaron (clima, materiales de construcción) como del ambiente
cultural (historia, religión, estructura social, tecnologías).
Música
La música (del griego: μουσική [τέχνη] - mousikē [téchnē], "el arte de las musas")
es, según la definición tradicional del término, el arte de organizar sensible y
lógicamente una combinación coherente de sonidos y silencios utilizando los
principios fundamentales de la melodía, la armonía y el ritmo, mediante la
intervención de complejos procesos psico-anímicos. El concepto de música ha ido evolucionando desde su origen
en la antigua Grecia, en que se reunía sin distinción a la poesía, la música y la danza como arte unitario. Desde
hace varias décadas se ha vuelto más compleja la definición de qué es y qué no es la música, ya que destacados
84
compositores, en el marco de diversas experiencias artísticas fronterizas, han realizado obras que, si bien podrían
considerarse musicales, expanden los límites de la definición de este arte.
La música, como toda manifestación artística, es un producto cultural. El fin de este arte es suscitar una
experiencia estética en el oyente, y expresar sentimientos, circunstancias, pensamientos o ideas. La música es un
estímulo que afecta el campo perceptivo del individuo; así, el flujo sonoro puede cumplir con variadas funciones
(entretenimiento, comunicación, ambientación, etc.).
Una definición bastante amplia determina que música es sonoridad organizada (según una formulación
perceptible, coherente y significativa). Esta definición parte de que —en aquello a lo que consensualmente se
puede denominar "música"— se pueden percibir ciertos patrones del "flujo sonoro" en función de cómo las
propiedades del sonido son aprendidas y procesadas por los humanos
Hoy en día es frecuente trabajar con un concepto de música basado en tres atributos esenciales: que utiliza
sonidos, que es un producto humano (y en este sentido, artificial) y que predomina la función estética. Si
tomáramos en cuenta solo los dos primeros elementos de la definición, nada diferenciaría a la música del
lenguaje.
Teatro
(Del griego θέατρον theatrón 'lugar para contemplar') es la rama del arte
escénico relacionada con la actuación, que representa historias frente a
una audiencia usando una combinación de discurso, gestos, escenografía,
música, sonido y espectáculo. Es también el género literario que
comprende las obras concebidas para un escenario, ante un público.
En el caso de que los personajes estén situados frente a un problema para el que no encuentra solución, debido a
que su destino así lo marca o porque los dioses lo determinan, debiendo cumplir su destino sin poder dar un
cambio, estamos frente a una obra dramática considerada como tragedia.
Si el problema se desencadena cuando los personajes se llevan caminos cómicos, producto de la confusión o el
ridículo, los conflictos resultan de equívocos o juegos de palabras y se solucionan felizmente, la obra se llama
comedia.
Cuando el personaje o personajes tienen la posibilidad de elegir su propio destino o final, incluso se tienen
actitudes intermedias los personajes provocan una multitud de divisiones como en la vida diaria.
El teatro es una expresión emocional y lírica, ya que se vive circunscrito a la vivencia del sentimiento. En las obras
teatrales se ven reflejadas las vicisitudes del hombre en su vida cotidiana y se pueden divertir o hacer reflexionar a
los espectadores.
Estrechamente vinculado con la concepción escénica, se ha hallado siempre el vestuario. En el teatro griego, la
tosquedad de los decorados se compensaba por medio de máscaras —trágicas o cómicas— y las túnicas
estilizadas de los actores, cuyo objeto era de resaltar el carácter arquetípico de los personajes. Durante el Barroco
y el Neoclasicismo adquirieron importancia el maquillaje y el vestuario, si bien éste se empleó a menudo de forma
anacrónica —se representaba por ejemplo una obra ambientada en Roma con ropajes franceses del siglo XVII
hasta la aparición del realismo. En la actualidad, la elección del vestuario no es sino un elemento más dentro de la
concepción general del montaje.
85
Ejercicios: Contesta mediante una discusión en equipo, expongan sus puntos de vista sobre:
La importancia de las artes como un producto de la sociedad.
Son importantes las personas que realizan un trabajo artístico en la sociedad, por qué.
Para concluir consideró que la cultura es:
Adaptativa: porque construye a los seres humanos para vivir en la naturaleza y la sociedad y se genera
por la educación.
Trasmisible: al pasar de una generación a otra, por el lenguaje, costumbres y normas a sus
descendientes.
Satisfactoria: porque por ella satisface sus necesidades básicas y psicológicas.
Auto-integradora: después de darse los cambios propios de una sociedad incluso pueden darse para
incluirlos o integrarlos a la misma sociedad.
¿Qué es ética?
Tu opinión:
86
UNIDAD 1
HOJA DE EVALUACIÓN DEL 1.2.
NOMBRE: GRUPO
ACTIVIDAD FECHA FIRMA CALIF FIRMA
1
2.-
3.-
4.-
5.-
6.-
7.-
8.-
9.-
10.-
11.-
12.-
13.-
14.-
15.-
16.-
17.-
18.-
19.-
20.-
SUMA LAS CALIFICACIONES DE TU HOJA DE ACTIVIDADES TOTAL:
PARTICIPACIONES: CALIFICACIÓN HOJA DE ACTIVIDADES
87
Unidad 2
Antología de INCS
NOMBRE DEL ALUMNO:
GRUPO: FECHA: CALIFICACIÓN:
88
UNIDAD 2
Derechos de la institución
Evolución de la familia
Tendencias recientes.
Funciones
cación
Grupos secundarios
89
EXAMEN DIAGNOSTICO
RESPUESTAS
90
“La Filosofía es una actividad para la transformación del mundo.”
Karl Marx3
Ahora bien, es por igual un grupo de seres humanos que cooperan en la realización de sus intereses, entre los
que figuran de modo invariable, el propio mantenimiento y preservación.
Toda sociedad se organiza para producir bienes y servicios, desde lo económico; desde la estructura social se
organizan en Grupos sociales, los cuales se organizan
por necesidad ya que se generan a partir de la influencia
del espacio geográficos, tiempo y circunstancias
(geografía, historia y política); esa interrelación de los
individuos, entendidos como seres sociales establecen
sus relaciones sociales desde la familia, el barrio, la
colonia, el pueblo, la ciudad y la nación.
Origen de la sociedad.
La primera cuestión se traduce en estas y otras interrogantes similares: ¿Es anterior el hombre a la sociedad, o al
contrario, la sociedad al hombre? En el primer caso, ¿apareció con el hombre o ha habido algún tiempo en el que
aquél haya vivido solitario? Dentro de las formas sociales esenciales, ¿es anterior la familia a la organización
política o al revés? Se ha formulado el hombre estas preguntas y ha intentado responder a ellas con diversas
teorías de carácter especulativo que, dejando a un lado las distintas explicaciones de carácter religioso, implican
una concepción sobre la naturaleza del hombre y sobre la causa de la sociedad y, por tanto, al no ser propiamente
científicas, constituyen más bien teorías sobre el origen de la sociedad.
El problema del principio de la sociedad en el tiempo, en cuanto se trata de una cuestión de hecho, empírica, que
tuvo lugar anteriormente a los tiempos históricos, cae dentro del campo de las ciencias que estudian los orígenes
3 Marx, Karl. El Manifiesto del Partido Comunista, 1988, Edic. 28ª. Edit. Progreso
91
del hombre y sus formas de vida primitivas, la Antropología y la Etnología, apoyadas en la Paleontología; desde
una perspectiva de fondo, cae en el área de la Filosofía social, a la que corresponde el conocimiento de las
razones últimas de la sociedad.
La Etnología y la Antropología no suministran hasta ahora una respuesta directa y categórica a las interrogantes
señaladas; incluso, parece muy difícil que lleguen a dar una solución definitiva a los mismos. La enorme cantidad
de años transcurridos desde la aparición del hombre en la tierra y la ausencia de todo dato histórico hacen que,
según su situación presente, puedan únicamente formular a lo sumo hipótesis más o menos probables e
inferencias más o menos lógicas derivadas del estudio de las sociedades.
“…Por lejos que nos remontemos en el pasado histórico, encontramos al hombre siempre viviendo en sociedad.
Las investigaciones arqueológicas o folklóricas en la protohistoria y en la prehistoria nos demuestran el mismo
hecho…” 4
Los antecedentes de la primera posición se remontan a la Filosofía griega. El origen de la sociedad no se deriva
de una exigencia de la naturaleza del hombre, pues su estado natural es una condición antisocial, en la cual la
persona humana lleva una vida solitaria, pobre, tosca, embrutecida y breve, extra-social, esencialmente bárbara e
insegura; en la que el hombre vivía libre, despreocupado y errante sin necesidad de sus semejantes. Por tanto, es
una consecuencia de su libre voluntad mediante un pacto o contrato establecido con sus semejantes con el fin de
librarse de las miserias e inconvenientes del estado de la naturaleza.
En cuanto a la segunda posición; la sociedad como organismo, resultado necesario de la evolución, tiene entre
sus principales representantes los componentes de la escuela sociológica evolucionista, para los cuales el origen
de la sociedad como super-organismo es el juego de las fuerzas ciegas de la evolución a la que está sometida
gradual y progresivamente toda materia orgánica e inorgánica. Una vez originada, la sociedad sigue sometida a la
misma ley de la evolución, que la hace pasar de formas simples de organización a otras más complejas.
Tanto en una como en otra teoría se reconoce un fondo de verdad; en cuanto la primera, la del contrato social,
llama la atención sobre el papel necesario de la razón y libertad del hombre en la aparición concreta de la
sociedad. En cuanto la organicista evolucionista insiste en el enraizamiento del fenómeno social en la naturaleza
del hombre, en su necesidad y en la ley de su progreso y desarrollo. El carácter unilateral de ambas, las hace
inaceptables como explicación exclusiva y única del origen de la sociedad y, si bien son opuestas, ambas dan
lugar a una concepción positivista y totalitaria de la vida social y del Estado.
La tercera posición es la que mejor refleja la verdad de las cosas. Carácter natural y voluntario del hecho social.
Esta posición entronca con los grandes pensadores griegos, y fue especialmente desarrollada por los autores
cristianos, tanto los Padres de la Iglesia como los escolásticos, como parte de la doctrina sobre el Derecho natural.
Esta teoría afirma que la sociedad es una derivación y exigencia fundamental de la naturaleza humana, de manera
que el hombre tiende a la sociedad y no puede existir sin ella. De ahí que, vida humana y fenómeno social, sean
co-extensivos y no tenga sentido plantearse el problema del origen histórico de la sociedad en general.
92
La socialización del hombre es un reflejo de su vocación comunitaria, una consecuencia de la esencial unidad
humana que le lleva a vivir fraternalmente con sus semejantes comunicando y compartiendo con ellos los dones y
bienes que posee y, por tanto, algo que implica no sólo conciencia de debilidad, sino un punto de vista altruista. El
hombre es social por naturaleza, no sólo porque necesita absolutamente de los demás, sino también porque está
unido por vínculos naturales esenciales con todos los hombres. Forma con ellos una comunidad y entra en su
primer y principal obligación: darse y entregarse a los demás, entrega que depende su propia perfección.
Para realizar el estudio de la sociedad se puede realizar desde dos o más enfoques sociológicos, a continuación
se dan dos de los más importantes, pero no los únicos.
Es muy importante la colectividad social y como los individuos al interior se organizan para crear las instituciones
sociales mediante los pactos sociales duraderos y organizados dirigidos por una infraestructura determinada
(economía) de la misma sociedad.
La naturaleza de las instituciones sociales, viven dentro de una sociedad la cual procura mediante apoyo colectivo
satisfacer las necesidades prioritaria de cada individuo, da seguridad y crea un ordeno una guía limitante basada
en normas.
Esas instituciones sociales tienen objetivos concretos, estructuras definidas y funciones específicas determinan en
último caso el funcionamiento total de la sociedad porque ellas, tienen como fin principal la satisfacción de las
necesidades fundamentales de la comunidad.
La interacción y función. Las instituciones sociales se crean y se mantienen para ayudar a una población para
mejorar en todos los aspectos y ser más consciente de su propia realidad como la nación así como conseguir que
la riqueza de un país.
Son creaciones de la sociedad de un carácter de permanencia que pretenden y procuran satisfacer necesidades
de los individuos de quienes la integran y satisfacen en general.
INSTITUCIONES POLÍTICAS
PRI PRD PAN
OBJETIVOS SOCIALES OBJETIVOS SOCIALES OBJETIVOS SOCIALES
93
El Enfoque Funcionalista
El funcionalismo surge durante la segunda mitad del siglo XX, surge esta tendencia en la sociología para la
explicación de los fenómenos sociales: los cuales tienen dos términos esenciales: sistema y función para explicar
leyes causales.
Herbert Spencer (1820-1903), inglés que trata de explicar lo social en términos biológicos
comparando a la sociedad como un organismo vivo provista de función, afirma es familiares a los de ellos.
Radcliffe-Brown (1881-1955), el término función, para él, se refiere a las condiciones necesarias
para la existencia de la estructura de las sociedades humanas las cuales son similares a los de un
organismo vivo.
Marx describe al hombre con diversas concepciones: lo considera un ser real de carne y hueso; es únicamente el
resultado de la historia económica, un predicado de la producción de la misma.
Piensa que el hombre se realiza modificando la naturaleza para satisfacer sus necesidades en un proceso
dialéctico en que la transformación de agente y paciente es transformación mutua. La autogeneración del hombre
94
es un proceso real, histórico – dialéctico, entendiéndose la dialéctica como proceso y movimiento a través de la
superación sintética de las contradicciones.
La libertad, la capacidad de actuar eligiendo, está limitada a las determinaciones históricas, pero es, al mismo
tiempo, el motor de aquéllas cuando las relaciones sociales y técnicas entran en crisis.
Políticamente, aboga por una sociedad comunista. Entre el hombre alienado y el hombre comunista se coloca el
proceso transformador. Sólo en la sociedad comunista habrá desaparecido toda alienación.
El capital, es considerada su obra magna. En ella desarrolla estudios económicos e históricos usando el método
del materialismo histórico. Surgen así los conceptos económicos más destacados: La Teoría del Valor, La
explotación como apropiación de plusvalía, o La Teoría explicativa sobre las crisis capitalistas.
Materialismo Dialéctico.
El materialismo dialéctico tiene como piedra angular la teoría relativa a la naturaleza material del mundo, al hecho
de que en el mundo no existe nada al margen de la materia y las leyes de su nacimiento y cambio. Es enemigo de
todas las representaciones acerca de las esencias sobrenaturales, pues la naturaleza se desarrolla y alcanza sus
formas superiores, no en fuerzas del más allá, sino por las causas dadas en ella misma, en sus leyes. El
materialismo dialéctico constituye una ciencia en desarrollo, con cada descubrimiento científico y con el cambio de
las formas de la vida social. Constituye la base filosófica del programa, de la estrategia y de la práctica de toda la
actividad de los partidos comunistas.
El materialismo dialéctico es considerado por la mayoría de los marxistas como la base filosófica del marxismo.
Como su nombre indica, es una combinación de la dialéctica hegeliana y el materialismo filosófico de Ludwig
Feuerbach, Karl Marx y Federico Engels. Emplea los conceptos de tesis, antítesis y síntesis para explicar el
crecimiento y desarrollo de la historia humana.
95
Materialismo histórico.
Al cambiar la base económica se revoluciona, más o menos rápidamente, toda la inmensa superestructura erigida
sobre ella. Cuando se estudian esas revoluciones, hay que distinguir siempre entre los cambios materiales
ocurridos en las condiciones económicas de producción, y que pueden apreciarse con la exactitud propia de las
ciencias naturales, y las formas jurídicas, políticas, religiosas, artísticas o filosóficas; en una palabra, las formas
ideológicas en que los hombres adquieren conciencia de este conflicto y luchan por resolverlo.
Fundamentos y tesis.
El principio filosófico fundamental del materialismo dialéctico se refiere a la relación entre el mundo material (la
realidad) y su independencia con respecto al ser. Se establece la relación materia sobre conciencia en la que la
materia es primaria y la conciencia es producto del desarrollo ulterior de la materia.
Esta filosofía se preocupa básicamente de dos aspectos fundamentales. El primero es la esencia, de la naturaleza
del mundo. El segundo es la cognoscibilidad del mismo. “El desarrollo de las ciencias destruye la creencia
idealista de que el mundo esté basado en lo sobrenatural, en lo espiritual”. De esta manera, el materialismo
dialéctico está necesariamente vinculado y es inseparable del ateísmo científico.
Otro punto fundamental de estudio para el materialismo dialéctico es si el mundo está en constante movimiento,
cambio y desarrollo cualitativo y en una interconexión universal, o es un sistema estático y en moción cíclica sin
contradicciones internas ni cambios cualitativos.
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¿Cómo se define el término libertad para el marxismo?
Federico Engels.
En este trabajo se analizan los fenómenos y contradicciones fundamentales del capitalismo desde el punto de
vista del proletariado revolucionario, se someten a crítica las concepciones de los representantes de la economía
política burguesa y a los apologistas directos del capital. En 1845, Engels dio a la luz el libro “La situación de la
clase obrera en Inglaterra”, en el que trazó un cuadro estremecedor de las penalidades de la clase obrera. Al
mismo tiempo, mostró por primera vez, que el proletariado no es sólo una clase que sufre sino que su dura
situación económica le obliga a luchar por su emancipación derrocando el régimen capitalista.
Del 1845-1846, Engels escribió con Marx “La ideología alemana”, libro en que por primera vez se hace una amplia
exposición de los principios fundamentales del Comunismo Científico. En esta obra, se enuncia la idea de que las
formaciones sociales se suceden unas a otras en virtud de determinadas leyes, se demuestra que el hundimiento
del capitalismo es inevitable, se explica que el proceso del desarrollo social se basa en el desarrollo de las fuerzas
productivas y de las relaciones de producción.
En 1847, Engels escribió “Principios del comunismo”, proyecto del programa de la “Liga de los comunistas”. Estos
principios sirvieron de base para el “Manifiesto del Partido Comunista” (1848), redactado por Marx y Engels, donde
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el marxismo aparece como una concepción coherente del mundo y como una unidad integrada por la economía
política, la Filosofía y el socialismo científico.
Engels expone, asimismo, la concepción marxista del valor, de la plusvalía, del trabajo simple y complejo del
capital, de la renta del suelo y del dinero. El capítulo X del “Anti-Dühring” se debe a la pluma de Marx, quien trata
en él de algunos problemas concernientes a la historia de la economía política. En la tercera parte (“Socialismo”),
Engels caracteriza los rasgos principales de la futura sociedad comunista, cuyo establecimiento constituye para la
humanidad, el salto del reino de la necesidad al reino de la libertad. En la “Dialéctica de la naturaleza” (obra escrita
entre 1873-1882, publicada en 1925), Engels demostró que el trabajo desempeñó el papel decisivo en el
nacimiento, desarrollo y perfeccionamiento del hombre y de la sociedad humana.
En 1884, escribió “El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado”, libro considerado por Lenin como una
de las obras fundamentales del socialismo moderno. En este trabajo, Engels explicó, desde un punto de vista
marxista, la sociedad primitiva, el origen y desarrollo de la división social del trabajo, de la producción mercantil, de
la propiedad privada y del Estado.
Engels ayudó sistemáticamente a Marx en su labor sobre “El Capital”. Después de la muerte de Marx (1883),
Engels dirigió durante 10 años el movimiento obrero internacional y llevó a cabo una labor gigantesca en la
preparación para la prensa de los tomos II y III de “El Capital” (el tomo II se editó en 1885; el III, en 1894). “En
realidad, estos dos tomos de “El Capital” son el trabajo de dos hombres: de Marx y Engels” 6. Engels formuló una
serie de ideas profundas sobre las nuevas peculiaridades del capitalismo en el bosquejo de “La bolsa”, en las
notas complementarias al tomo III de “El Capital” y en otros trabajos.
Es muy importante el libro de Engels “El problema campesino en Francia y en Alemania” (1894), en el que se da
un gran paso adelante en el estudio del problema campesino. Engels hizo hincapié en la necesidad de atraer a los
campesinos al lado del proletariado en los países de población campesina importante, y ello como condición
capitalísima para la conquista del poder político. También señaló cuál iba a ser la política del futuro Estado
proletario respecto a los campesinos.
Engels demostró la necesidad de pasar de la pequeña economía campesina privada a la economía colectiva, y
subrayó que este paso no se ha de realizar por la fuerza, sino por medio del ejemplo y de la ayuda social. A la vez
que indicó la necesidad de expropiar la gran propiedad territorial y la propiedad industrial capitalista, admitió la
posibilidad de que se indemnizaran. La gran doctrina revolucionaria creada por Marx y Engels, ha sido
desarrollada en nuevas condiciones históricas, por Lenin, y en la época actual la desarrollan y enriquecen los
partidos marxistas-leninistas. El nombre de Federico Engels goza de un respeto y un cariño infinitos entre los
trabajadores de todo el mundo.
Lee el libro de: Engels, “El papel del trabajo del mono en hombre”. Entrega
una síntesis sobre el texto. Lo puedes encontrar en internet.
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2.1.1. Identifica las instituciones sociales.
Como parte de un sistema surgido de un pacto social duradero y organizado y por igual las podemos reconocer
como, reglamentaciones de conducta, son un conjunto de normas duraderas, relacionadas entre sí que regulan la
actividad del hombre.
Además son un conjunto de normas que guían las acciones sociales y pueden ser reciprocas hacia el
complimiento de una o más necesidades básicas de una sociedad, de acuerdo como nos lo afirma el sociólogo
Shepard. En cuya obra considera que existe la siguiente clasificación de las Instituciones sociales.
La Familia: es un fenómeno histórico y debe ser considerada como un fenómeno social total. Es la base
de la sociedad y su primera piedra. Existen muchas clases de familia; en ella se reconocen
frecuentemente como elementos simbólicos el matrimonio y las leyes de parentesco. Esto último es
fundamental; desde la antropología se entiende que el incesto habría sido la primera manifestación de
cultura en la historia del hombre.
Mercado: La propiedad privada y el uso racional de los excedentes alimenticios fueron la base de lo que
hoy es una compleja trama cultural ya naturalizada socialmente.
Iglesia: Su aporte es la reglamentación ética de los individuos y la construcción de un telos, o sea, una
filosofía trascendental que permita a las sociedades entender el sentido de la existencia, el orden y
jerarquización y las tradiciones o convenciones.
Sistema Educacional: Este sistema está orientado a la formación, transmisión y comunicación del
conocimiento, de las habilidades y valores. De aquí se aprenden las estrategias que permiten a nivel
general las divisiones sociales cuya principal característica es la existencia de clases sociales
Poder Judicial: En las sociedades pre-modernas no existe la justicia desvinculada de la religión. En una
sociedad secularizada, el poder judicial da la garantía y marcos normativos donde el individuo se puede
recrear en su vida cotidiana.
Ayuntamiento: como legislador y gestor de la población y el presupuesto. Básicamente es un planificador.
Sindicato: como gestor y protector de los trabajadores. Básicamente es un administrador de la fuerza
laboral.
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De acuerdo con estas definiciones podemos considerar que una institución social surge para satisfacer las
necesidades de los individuos que viven en sociedad, que tienen una organización basada en normas que
expresan lo que se espera de cada individuo, es decir, de acuerdo con el rol social que le toque representar.
La Función social
Es el papel que desempeñan los individuos o grupos de los mismos en una sociedad de modo que cada
elemento realice una contribución específica al conjunto de la sociedad. La palabra Función hace referencia a una
actividad o al conjunto de actividades genéricas, que desempeña uno o varios elementos, de forma
complementaria para conseguir un objetivo concreto y definido.
POLÍTICA
RELIGIOSA
CASTRENSE
ECONÓMICA
104
La familia como institución social
Las diferencias culturales apuntan a la diferenciación o formas de presentación de la familia como institución
social. Como tal, la familia ha trascendido el tiempo en la oportunidad de establecer las posibilidades de su
integración y desarrollo a las cuales se enfrentará el individuo y su vida en comunidad.
La familia constituye un núcleo donde la persona está sujeta a las influencias inmediatas de su entorno, dadas
estas por la cultura de que proceda.
El término familia procede etimológicamente del latín Famulus, criado o sirviente, denotando con ello la idea
de subordinación a un grupo de personas que poseen influencia en el desarrollo del individuo (moral, físico,
psicológico, social) y contribuyen a su percepción en el medio humano en el que le corresponde vivir. La familia
desde su constitución ha reflejado constantes cambios en su integración, consolidación y desarrollo.
Los autores Levine, Ann; Gelles, Richard J. (Introducción a la sociología, pp. 386-387) reconocen como
función de la familia la economía, identificando la responsabilidad que posee la misma de proveer los bienes
necesarios para satisfacer las necesidades físicas de los miembros.
Dimensiones
a) Funciones Normativa-institucional Etica-moral Micro (familia)
b) La regulación del comportamiento sexual
c) Reproducción
d) Socialización
e) Cuidado y protección
f) Posición social
g) Economía
La estructura de la familia
Light, Keller y Calhoun (pp. 464-468) agregan algunas características más a la concepción de familia, tomando
en consideración la consanguinidad, normas de descendencia, normas de residencia, tipos de autoridad y
matrimonio.
105
La educación se presenta y organiza de acuerdo con las necesidades de los grupos humanos, pero
definitivamente la estructura de la organización familiar prolonga su sentido a las finalidades de la educación.
Podemos citar el caso de algunas culturas donde se concibe a la figura femenina como subordinada en
distintos órdenes al hombre (especialmente en el aspecto intelectual) generando con ello un esquema educacional
definido por la tradición y los rasgos culturales del medio.
Las instituciones sociales son el resultado del sistema de convenciones que han perdurado, con reglas claras y
aceptadas por la sociedad.
En una sociedad existen diferentes instituciones tal es el caso de la familia, la religión, la política, la economía y la
educación, que tienen como objetivo principal satisfacer las necesidades de la población.
Desde su nacimiento las personas entren en una constante interacción con las instituciones sociales, y que la
mayoría nace en un hospital, los primeros años de su infancia acude a la escuela y practica una religión; cuando
llega a la juventud participan en la política, entran al mercado laboral y asumen roles dentro de las distintas
instituciones sociales.
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En esta estructura familiar existe el grado de parentesco, el cual se da de dos formas:
A. En su modo estricto unidas por comunidad de sangre
B. En su modo amplio por la relación o unión de varias personas por virtud de la naturaleza o ley.
En tanto, que el término de parentesco lo debemos entender como el nexo jurídico existente entre los
descendientes de un progenitor común, entre un cónyuge y los parientes de otro, o entre el adoptante y el
adoptado.
Formas de parentesco.
111
Se produce de las siguientes formas:
Por consanguinidad o consanguineidad. Se da por la relación que existe entre las personas unidas por
sangre o ascendiente común. La proximidad se da por el número de generaciones que separan a los
parientes y se mide en grados; esta diferencia se parte de la proximidad entre los padres e hijos, entre los
que podemos distinguir:
1) Línea recta ascendente. Son los descendientes de manera directa. Ejemplo padres, abuelos, bisabuelos,
tatarabuelos, y así sucesivamente.
2) Línea recta descendente. Están ligados por un ancestro con los llamados descendentes directos.
Ejemplos: hijos, nietos, bisnietos, tataranietos.
3) Línea colateral. La serie de grados existente entre personas que tienen un ascendente común, sin
descender una de la otra. Ejemplo. Hermano, primo, tío.
Parentesco por afinidad. Por afinidad se da un vínculo que se establece entre un cónyuge y los parientes
consanguíneos del otro. Por otro lado, ejemplos: suegros, suegras, nueras, yernos. Para este parentesco se
requiere un compromiso de ambos y responsabilidad mutua de respeto.
112
El Grupo Social
El término grupo social o grupo orgánico, lo definimos como el conjunto de personas que desempeñan roles
recíprocos dentro de la sociedad. Este puede ser fácilmente identificado, tiene forma estructurada y es duradero.
Las personas dentro de él actúan de acuerdo con unas mismas normas, valores y fines acordados y necesarios
para el bien común del grupo.
Cuando la adscripción a determinado grupo social está fuertemente determinada por criterios económicos y
está fuertemente influida por la clase de la familia en que nace el individuo, el grupo social de los individuos se
suele denominar clase social.
Es un término genérico que se refiere a un número indeterminado de personas que interactúan entre ellas
para conseguir un objetivo común y diverso. Es la parte más determinante de la estructura social (organización
social).
Normalmente su objetivo es de tipo económico o político, pero también puede ser cultural, religioso, defensa,
protección, deportivo, etc., es decir, toda clase de actividades humanas. Tiene connotaciones con la estratificación
social, que se manifiesta en la clase social; estas son la propiedad, el prestigio y el poder. Pero su ámbito es más
determinado, tiene otras propiedades, como cohesión interna con reglas más rígidas y mayor percepción de
pertenencia y más aun cuando el grupo es pequeño y primario como la familia, pareja o díada, que cambia de
función, estabilidad e intimidad con un miembro más o tríada.
Se puede pertenecer a una clase social, según criterios económicos y culturales, y al mismo tiempo a uno o
más grupos donde realmente se realiza y socializa la persona y se desarrollan los fines sociales y donde no será
discriminada por clase social.
Al mismo tiempo los diferentes grupos interactúan entre ellos con una dinámica que forma las redes sociales.
El liderazgo en un grupo es al mismo tiempo formal o establecido, organiza el funcionamiento y establece reglas y
otro informal, que es más influyente o carismático y establece los ideales y la cultura grupal. En el caso particular
de un grupo de trabajo o comunidades de práctica, los roles están más definidos y el entendimiento entre los
miembros es mayor por cuestiones de productividad y pervivencia. Los típicos grupos sociales están definidos por
una actividad común: trabajo o cultura, principalmente, pero también es básica la actividad de comunicarse entre
si los miembros y con la sociedad.
La dinámica de grupo ha permitido establecer un cuerpo de normas practicadas, útiles para facilitar y
perfeccionar la acción de los grupos. Estas técnicas constituyen procedimientos fundados científicamente y
suficientemente probados en la experiencia. Estas experiencias son las que permiten afirmar que una técnica
adecuada tiene el poder de activar los impulsos y las motivaciones individuales y de estimular tanto la dinámica
interna como la externa, de manera que las fuerzas puedan estar mejor integradas y dirigidas hacia las metas del
grupo.
Grupo primario se establece en 1909, fecha en la que Charles Horton Cooley publica Social Organization. A
Study of the Larger Mind. En el capítulo tercero, monográficamente dedicado a los grupos primarios, Cooley los
define como establecidos sobre la base de estrechas relaciones cara a cara entre sus miembros, interviniendo
decisivamente en la formación de la naturaleza social de las personas. El carácter primario de dichos grupos se
debería al hecho de que son los primeros, desde un punto de vista cronológico, con los que el individuo se
relaciona desde el momento de su nacimiento (familia, grupo de juegos); y son también los primeros, desde un
punto de vista cualitativo, a la hora de moldear el yo social de la persona, proporcionándole los motivos, normas y
valores que guían su conducta y estructuran su autoimagen.
A diferencia de los grupos secundarios, los grupos primarios resisten con mayor facilidad las modificaciones
producidas por los cambios sociales, y su existencia bajo cualesquiera tipos de situaciones políticas, históricas e
113
institucionales, demostraría la importancia de los mismos para la socialización de los individuos, así como para su
defensa frente a los avatares de la vida, en cualquier época de la evolución social.
Grupos Secundarios.- Estos se encuentran en el lado opuesto a los primarios ya que es un grupo con pocos
vínculos sentimentales estos grupos no desarrollan un contacto cara a cara normalmente son grupos grandes sin
embargo por ejemplo existen grupos que empiezan como grupos secundarios y con el tiempo se pueden convertir
en grupos con fuertes vínculos sentimentales.
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ACTIVIDAD PROGRAMADA
En nuestro análisis de la interacción social consideramos las normas y patrones de comportamiento que
nacen de la interacción de grupo, adquieren diversos grados de importancia y se transmiten en la herencia social.
La mayor parte de estas formas de comportamiento se agrupan alrededor de necesidades humanas
fundamentales que existen en todas las sociedades, y son imprescindibles para mantener una vida social
ordenada.
Generalmente, no siempre, son mucho más complejas en las sociedades modernas que en las primitivas, pero
sus fines básicos son virtualmente los mismos.
El sociólogo Sumner expuso hace años la naturaleza de las instituciones sociales en una sucinta definición
que no ha sido superada: una institución social es «un concepto y una estructura»; el primero significa «ideas,
nociones, doctrina, interés»; la segunda, «un marco, armazón o aparato, o quizá sólo un número de funcionarios
organizados para cooperar con arreglo a formas prescritas, en determinadas situaciones». Concepto y estructura
son partes de una pauta actuante y no pueden separarse. Los conceptos de las instituciones básicas encarnan los
propósitos y metas de la vida misma. Las estructuras son los mecanismos establecidos para llevarlos a efecto.
Volveremos sobre ello más adelante; aquí sólo deseamos sentar las bases de nuestro análisis con la definición
clásica de las instituciones sociales.
Se trata, pues, de patrones, pautas que dirigen el comportamiento de los seres humanos en el desarrollo de
sus actividades diarias, incluidos:
a) el nacimiento y primer adiestramiento de los hijos (familia);
b) esfuerzos para la supervivencia física, mediante la producción, distribución y consumo de bienes y servicios
(institución económica);
c) propiciación de los poderes sobrenaturales en favor de los deseos del grupo (religión), y
d) control de los miembros del grupo en su comportamiento mutuo y con otros grupos (gobierno).
Existen otras actividades que también toman formas ordenadas (recreativas, benéficas, militares, artísticas,
educativas), pero las que hemos expuesto son comunes a todas las sociedades. Tales patrones institucionales
son simples en teoría, pero tan complejos como la vida misma en la práctica.
Las instituciones sociales operan a través de una complicada estructura de papeles recíprocos que definen el
comportamiento del individuo en su condición institucional. La familia, el sistema económico, la iglesia y el
gobierno; todos y cada uno comprenden cierto número de tales papeles, cuyo cumplimiento mantiene unida a la
sociedad; De hecho, la estructura de esta es, en su mayor parte, una combinación de instituciones sociales, y una
de las vías principales de estudio de la sociedad la ofrecen los papeles institucionales. En los últimos años, este
enfoque ha llevado a interesarse por las (organizaciones complejas» en las sociedades ((avanzadas» y por los
mecanismos mediante los cuales estas organizaciones (instituciones) se «orientan a la realización de fines
específicos».
123
Las instituciones sociales son patrones culturales casi en el mismo sentido que lo son otros cientos de formas
regulares de comportamiento, pero como están más normalizadas y formalizadas difieren de las demás. Las
necesidades que satisfacen, los valores que sirven y la orientación que aportan son tan importantes que toda
sociedad organiza el comportamiento institucional con más rigor que posiblemente cualquier otro tipo de
comportamiento. Las ceremonias que rigen las funciones institucionales de la iglesia, el estado, la familia y otras
igualmente básicas corroboran esta formalización. Cuanto más venerable es una institución tanto más solemnes y
complicados son sus ritos. En la Iglesia católica, por ejemplo, son más complejos que en una pequeña secta
evangelista.
De este formalismo de las pautas institucionales surge cierto orden y continuidad. Los miembros y los
funcionarios de la institución aprenden esas prácticas y las incorporan a su personalidad, asegurando con ello la
continuidad y mantenimiento de aquella. Cuanto más normalizado es el comportamiento, tanto más penetrante
resulta y más aumentan sus posibilidades de perdurar. Los hábitos de la cultura adolescente, las modas pasajeras
en el vestido, el baile, la forma de hablar y, en general, de comportamiento que le es peculiar constituyen ejemplos
de conducta no institucionalizada. Su condición efímera no puede comparase con la solemnidad de la ceremonia
matrimonial, algunos de cuyos aspectos tienen su origen en épocas del Antiguo Testamento.
La continuidad de las prácticas institucionales se confirma, además, con el, rito. El comportamiento se hace
ritual:
a) Cuando se asocia con valores culturales importantes
b) Cuando es virtualmente «automático»
e) Cuando se puede aprender de memoria y realizar sin pensarlo.
Muchas instituciones presentan un comportamiento ritual, como la asistencia a misa o la jura de bandera. El
individuo que sigue un comportamiento de este tipo rara vez analiza su significado ni tampoco tiene que
preocuparse por encontrar las palabras más adecuadas para su expresión, porque todos los elementos ya están
previamente establecidos y pasan de una generación a otra a través de la institución. Los jefes de Estado realizan
una serie de actos rituales muy diversos: colocan coronas de flores en las tumbas del soldado desconocido, hacen
el saque de honor en la inauguración de la temporada deportiva o presiden el desfile de la Victoria después de la
guerra.
Las instituciones difieren entre sí en cuanto a sus derechos sobre el individuo. En unas la participación es
involuntaria; es decir, la persona no tiene la oportunidad de decidir si debe pertenecer o no. La familia en que se
nace es el ejemplo más evidente de institución involuntaria, puesto que el hijo no puede elegir a sus padres. Las
económicas, en cambio, son de carácter voluntario y el individuo es libre (dentro de ciertos límites) de elegir su,
profesión, negocio o industria. No puede, sin embargo, separarse del sistema económico general de su sociedad
(no puede adoptar el comunismo dentro de una sociedad capitalista). La participación en el tipo de gobierno es, en
general, involuntaria también, dado que la persona tiene ciertos' derechos y obligaciones (especialmente notorias
estas últimas en época de guerra) en relación con el estado bajo cuya bandera vive. En general, la participación
en las instituciones básicas es más involuntaria que voluntaria, puesto que la mayoría de los lazos que nos unen a
ellas están determinados por el accidente del nacimiento.
También tienen derechos sobre el individuo en otro sentido, con un grado de obligatoriedad que depende del
papel que desempeñe cada persona. En la familia, las obligaciones son muy fuertes; los padres deben prestar
toda su atención y esfuerzo a los hijos y, a veces, dar la vida por ellos, mientras los deberes recíprocos del hijo no
son tan absolutos como en otras épocas, cuando tenían que hacerse cargo de sus padres ancianos. Con todo, la
familia es la institución que más exigencias imponen al individuo. Los padres que faltan a sus responsabilidades
principales para con sus hijos reciben la condena moral de la sociedad y la legal del estado.
Las lealtades institucionales pueden estar en conflicto, especialmente en sociedades complejas y dinámicas.
En época de guerra, p. ej., chocan la lealtad a la familia con la que se debe al estado, puesto que los jóvenes han
de acudir al servicio militar y arriesgar la vida. En época de paz, las que suelen checar son las referentes a. los
negocios y a la iglesia, aunque sea en diferente sentido. El hombre que trata de aplicar al pie de la letra las
admoniciones del cristianismo sobre el amor al prójimo, la humildad y la cooperación tropieza generalmente con
grandes dificultades para aceptar el credo de individualismo, seguridad propia y competencia que rige el mundo de
los negocios. También las lealtades a las instituciones políticas chocan con las de la nación y la iglesia cuando el
militante de un partido tiene que cerrar los ojos ante actos de soborno, corrupción política y otras formas de
inmoralidad que infrinjan sus principios religiosos o cívicos.
124
Las Interacciones de las instituciones sociales.
Las instituciones sociales tienen aspectos individuales y colectivos. Hasta ahora hemos tratado principalmente
de los segundos, que corresponden a los patrones organizados de creencias y comportamiento determinantes de
las reacciones generales de la sociedad. Esos patrones no dependen de ninguna familia, iglesia, corporación o
gobierno concretos, aun cuando evidentemente su existencia se basa en el comportamiento sistematizado de gran
número de tales grupos. Los aspectos colectivos de la familia subsisten independientemente de lo que pueda
ocurrir a una cualquiera de las integrantes de la sociedad, porque sería necesaria la desaparición de todas ellas
para que la institución desapareciera también.
En el estudio que sigue debemos, pues, tener presente que el término institución se usa en dos sentidos: a)
refiriéndose a los patrones generales de expectativas determinantes del comportamiento social; b) refiriéndose a
las organizaciones individuales en las que este comportamiento se encarna de diversas formas. Así, pues, es fácil
comprender el carácter colectivo de los patrones institucionales y el hecho de que actúen como determinantes
sociales para los grupos de personas auténticas.
Las instituciones de una sociedad cualquiera están estrechamente relacionadas dentro de una red de
interdependencia y es necesario que todas esas estructuras básicas-sistema económico, gobierno, organizaciones
religiosas y familia-funcionen con un mínimo de eficacia para que se desarrolle adecuadamente la interacción
social. Las dificultades que experimente una se reflejarán en la demás, puesto que la mayoría de las personas
participan en todas ellas. Una prolongada inestabilidad económica se transfiere inmediatamente a, la familia y
posteriormente al gobierno. La religión proporciona una dirección normativa a todos los miembros de la sociedad y
esta no podría durar mucho sin tales significados compartidos. Así, pues, ninguna de las instituciones básicas por
sí sola es «más importante)) que las demás en la interacción social; cada una desempeña unas funciones que,
concertadas, son necesarias a la vida social ordenada.
Las instituciones se relacionan entre sí a través de los estatus y papeles de sus miembros. Un solo individuo
puede ser simultáneamente padre, diácono, miembro del comité escolar, concejal y hombre de negocios, y en
cada uno de tales estatus desempeña un papel dentro de una institución básica. En otra forma de interacción
institucional el sacerdote habla con el maestro, el padre con el banquero, y el hombre de negocios con el
legislador. La esencia de toda institución es el patrón o modelo de papeles recíprocos, según el cual cada
individuo desarrolla interacción con los demás en los diversos ambientes institucionales.
El comportamiento humano es la realidad fundamental de las instituciones sociales; los patrones se deducen
del comportamiento y la interacción, a su vez, se produce por medio de esos patrones.
Las interrelaciones se manifiestan especialmente en la familia, el más universal de los patrones institucionales,
que resulta evidente en seguida en relación con la transmisión y la salvaguardia de la propiedad. También aparece
directamente relacionada con las instituciones benéficas, a través del cuidado de los pequeños, y hasta hace
poco, de los ancianos y enfermos. Es así mismo una unidad religiosa básica. Al mismo tiempo, resulta la más
vulnerable de las instituciones, puesto que sus miembros reciben directamente la influencia de factores externos,
en especial los derivados de la técnica, los negocios y la industria.
Cuando decimos que las instituciones «desarrollan interacción», lo que queremos decir es que lo hacen los
individuos en el desempeño de sus .papeles institucionales. Como miembros de una familia, maestros,
comerciantes y ciudadanos compiten entre sí, entran en conflicto, se acomodan y cooperan unos con otros y su
interacción está regulada por sus papeles institucionales, que encierran poderosas expectativas sobre lo que
aquellos deben hacer o no. Cada persona actúa en relación con las demás de manera definida previamente por
las instituciones. No hay dos formas de interacción exactamente iguales, puesto que padres, maestros,
sacerdotes, policías, etc., tienen sus personalidades propias únicas que interpretan a su manera las expectativas
institucionales. En general, sin embargo, el sacerdote y el creyente, el oficial y el soldado, el juez y el criminal,
saben lo que pueden esperar uno de otro cuando desempeñan el papel institucional que ha correspondido a ca da
uno.
125
Su inmortalidad depende parcialmente del hecho de que no mueren al mismo tiempo todos sus miembros y,
por tanto, los conceptos y estructuras institucionales siguen existiendo en los supervivientes. El patrón general de
familia es virtualmente inmortal, aunque la vida individual de una de ellas esté limitada a la de sus miembros.
El proceso a través del cual las instituciones retienen y transmiten la herencia cultural es, en esencia, el mismo
que forma la personalidad. El niño desempeña al principio un papel receptor en la familia, y de este modo recibe la
porción mayor de su herencia cultural. En este estatus él no origina cultura, la recibe. Conforme aprende a adaptar
su comportamiento a las expectativas de su madre, su padre, sus hermanos, etcétera, adquiere muchos de los
elementos fundamentales de la cultura que sus mayores aprendieron por el mismo procedimiento.
Además de los patrones generales de su cultura, el niño aprende otros más específicos que pertenecen a la
familia. Aprende a ser un buen hijo, un buen marido y un buen padre, según la definición que tienen esos papeles
en su sociedad. Aprende a saber qué es lo que se espera de él durante las diferentes etapas de su vida familiar y
esas expectativas se convierten en parte de su personalidad. De esta forma, él es el conservador personal de una
porción importante de la herencia cultural; la familia de su época y de su país vive en él y perdura a través de él.
(Merril, 2007)
1.- NATURALEZA
2.- DERECHOS
3.- INTERACCIÓN
4.- PAPEL
126
CONTESTA EL SIGUIENTE CUESTIONARIO, DE LA LECTURA ANTERIOR.
127
LOS DERECHOS DE LAS INSTITUCIONES.
Todos al ser parte de la sociedad adquirimos derechos y obligaciones, los cuales se dividen en dos:
INDIVIDUALES. Son aquellos que se adquieren por el simple hecho de pertenecer a la sociedad. Estos
derechos no pueden cederse a otros; son los llamados derechos inalienables porque forman parte de la
esencia del ser humano. Otra característica es que no pierden su vigencia o su validez porque son
imprescindibles, tal es el caso, de la libertad.
Son todos los derechos que gozan los sujetos particulares y que no pueden ser limitados por los
gobernantes, siendo por tanto, inalienables, inmanentes e imprescriptibles
COLECTIVOS. Se refiere a los derechos que poseemos como grupo, como es el caso de ser protegidos
en cuanto a la identidad y a los intereses de la colectividad; dentro de estos derechos están los de la
autodeterminación, es decir, a la parte donde el pueblo puede determinar el tipo de gobierno que se dará o
el sistema de gobierno, económico, social, cultural y establecer sus propias estructuras sociales.
Hace referencia al derecho de los pueblos a ser resguardados de los ataques a sus intereses e identidad
como grupo. El más importante es el del derecho a la autoderminación.
Es una organización social independiente de las instancias oficiales y puede tener diversas formas jurídicas:
asociación, fundación, cooperativas, etc. Su importancia radica en que son organizaciones sin lucro, es decir, no
buscan la remuneración económica, por ser entidades de la sociedad civil basadas en el trabajo voluntario porque
su finalidad es la de cambiar o mejorar algún aspecto de la sociedad.
Un partido político es una entidad de interés público con el fin de promover la participación de los ciudadanos en la
vida democrática y contribuir a la integración de la representación nacional; los individuos que la conforman
comparten intereses, visiones de la realidad, principios, valores, proyectos y objetivos comunes, parte de una
forma u otra para alcanzar el control del gobierno o parte de él, así llevar a la práctica esos objetivos. Es el
encargado de presentar candidatos para ocupar los diferentes cargos políticos y para eso, moviliza el apoyo
electoral. También contribuye a organizar y orientar la labor legislativa, y articula y agrega nuevos intereses y
preferencias de los ciudadanos. Es esencial para contribuir a estructurar el apoyo político a determinados
programas, intereses socio-económicos y valores. También interpreta y defiende las preferencias de los
ciudadanos, forma gobiernos, y establece acuerdos políticos en el ámbito legislativo.
El concepto de partido político ha sido definido de diferentes maneras según el momento histórico y la específica
realidad sociocultural. Stefano Bertolini lo define como “un grupo de individuos que participan en elecciones
competitivas con el fin de hacer acceder a sus candidatos a los cargos públicos representativos”, y por su parte
Ramón Cotarelo lo define como “toda asociación voluntaria perdurable en el tiempo dotada de un programa de
gobierno de la sociedad en su conjunto, que canaliza determinados intereses, y que aspira a ejercer el poder
político o a participar en él mediante su presentación reiterada en los procesos electorales”.
Partidos de creación interna (partidos de cuadros): nacen en el seno del Parlamento. En un principio se
presentaron como facciones que se disputaban el poder, por ejemplo los Tories (conservadores) y los
Whigs (liberales) en Inglaterra, especialmente durante el siglo XIX. Tenían una connotación negativa, se
creía que actuaban en desmedro del bien común persiguiendo intereses egoístas. Pero con el tiempo se
tornó evidente la imposibilidad de mantener una relación directa entre el pueblo y sus representantes.
Para responder a las nuevas demandas sociales, se requiere una mayor organización, y entonces se pasa
de un escenario de inorganicidad a otro crecientemente orgánico.
128
Partidos de creación externa (partidos de masas): surgen a partir de la lucha por la extensión de los
derechos políticos entre fines del siglo XIX y comienzos del siglo XX. Aparecen estrechamente vinculados
con grupos que realizaban sus actividades fuera del Parlamento, como los sindicatos, entidades religiosas
y periódicos. Por ejemplo, el Partido Laborista británico. Los partidos de masas resolvían los problemas de
financiación que requiere el funcionamiento de un partido mediante el reclutamiento masivo de afiliados.
Su organización solía ser una estructura piramidal jerárquica: la base estaba formada por los militantes y
la cúspide por la élite dirigente del partido. A cambio de los recursos aportados por los militantes, las élites
dirigentes se comprometían a defender los intereses de sus afiliados, razón por la que a diferencia de los
partidos de cuadros presentaban una ideología muy claramente definida.
Estos dos modelos de partido quedaron obsoletos por la evolución que sufrieron las democracias durante el siglo
XX. Otto Kirchheimer y otros autores propusieron nuevas formas de partidos cuya organización interna difería
substancialmente de las dos anteriores:
Partidos "cártel": al dejar muchos partidos de tener un grupo social de referencia bien definido,
renunciaron a la lealtad de recursos y a buen número de presupuestos ideológicos. Como alternativa de
financiación, muchas estructuras partidarias pasaron a depender de recursos públicos. Esta fuente llevó a
los partidos a funcionar como cárteles que impedían o trataban de impedir el acceso a dicho recurso por
parte de competidores, razón por la que se los describe con el término "cartel" tomado de los economistas
de la competencia imperfecta.
En un sistema dominado por partidos de tipo "cártel", los partidos mayoritarios forman una clase política
homogénea que impide la competencia de nuevas formaciones, lo cual maximiza su financiación y los
beneficios para sus miembros. Estos partidos usan su posición hegemónica para reservarse la mayor
parte de las ayudas públicas (sean subvenciones o prerrogativas de cualquier naturaleza, como ser
espacios gratuitos en los multimedios de difusión), buscando excluir a partidos minoritarios. Este tipo de
estructuras favorecen el bipartidismo, y tienden a reducir el número de partidos con representación
parlamentaria.
En cambio desde un enfoque sociológico o genérico adquieren relevancia ciertas divisiones sociales estructurales
acaecidas durante el proceso de formación de los Estados nacionales y de la economía moderna. Se destacan
dentro de esta corriente Seymour Lipset y Stein Rokkan, quienes desarrollan la teoría de los clivajes históricos. Se
refieren a cuatro fisuras importantes:
Conflictos entre países centrales y periféricos: diversas poblaciones se resisten a las imposiciones lingüísticas,
religiosas o políticas de las grandes potencias colonizadoras. Surgimiento de partidos regionales que reivindican la
identidad cultural de ciertos grupos.
Problemas en la relación entre Iglesia y Estado: se disputan el control de la educación y el ordenamiento de las
demandas sociales. Formación de partidos confesionales y laicos. Diferencias entre el campo y la ciudad:
emergen partidos urbanos y agrarios.
Tensiones entre capitalistas y trabajadores: la defensa de la propiedad y la libre empresa se enfrenta a los
reclamos de los sindicatos. Nacen los partidos socialistas y los movimientos obreros. Se consolida la distinción
entre partidos de derecha y de izquierda.
129
Factores.
Robert Michels, desde un enfoque monocausal, plantea que la dimensión del partido político es la variable
fundamental que define su organización, dado que incide en:
La cohesión interna: en formaciones políticas pequeñas es más fácil un acuerdo en torno a valores y objetivos.
Pero si aumentan sus proporciones habrá una mayor heterogeneidad.
La burocratización: a medida que crece la organización es más notable la división del trabajo. Se fomentan las
desigualdades internas en pro de la eficiencia del partido.
Panebianco considera que no se puede establecer un nexo tan rígido de causalidad. Afirma que los factores que
definen el perfil de la organización partidaria y permiten conocer sus expectativas de supervivencia o éxito son:
Competencia: medida en la que se convierte en un actor indispensable para desempeñar un papel determinado.
Gestión de las relaciones con el entorno: capacidad de adaptación, aptitud para formular estrategias de
negociación, establecer alianzas y conflictos con otras organizaciones.
Reglas formales: es importante conocer quiénes tienen facultades para modificar las normas, las posibles
desviaciones y el grado en el que se cumplen los estatutos.
Financiación: es un asunto muy polémico. Existen distintos criterios. Algunos afirman que debe ser pública sólo
durante las campañas electorales para garantizar la participación de todos los partidos.
Otros consideran que el Estado tiene que ocuparse de todos los gastos para su mantenimiento y funcionamiento.
Esto afectaría su independencia. Quienes se inclinan por la financiación privada sostienen que los costos
económicos deben ser solventados por los ciudadanos interesados. Se pueden adoptar medidas negativas de
limitación directa (estableciendo un máximo de gastos permitidos) o indirecta (obligarlos a dar publicidad del
origen de los recursos y de su finalidad); o medidas positivas de prestación directa (subvención de actividades) o
indirecta (ayudas como destinar espacios gratuitos en la televisión pública para los partidos).
La contribución puede ser con base en los cargos obtenidos o en función del porcentaje de votos recibidos con
independencia de si ha conseguido o no representación. Lo más adecuado es combinar ambos criterios.
Reclutamiento: definición de los requisitos de admisión, carrera y permanencia.
El Sindicato
ETIMOLOGÍCAMENTE la palabra procede del griego συνδικος syndikos, y este del prefijo συν- syn-, ‘con’, y δικειν
dikein, ‘hacer justicia’ —de la misma familia que δηκαιος dekaios. La debemos entender como una asociación
integrada por trabajadores en defensa y promoción de sus intereses laborales, con respecto al centro de
producción o al empleador con el que están relacionados contractualmente.
Por representación.
Pueden distinguirse:
los Sindicatos de ramo que agrupan a los trabajadores conforme la actividad de la empresa en la cual se
desempeñan,
de los sindicato de oficios, que agrupan a quienes se desempeñan en cierto oficio con independencia de
la actividad de la empresa en la cual trabajan.
Serían por ejemplo sindicatos de ramo los de la industria metalúrgica, los de la educación o los del sector público,
y sindicatos de oficios como por ejemplo Sindicato Nacional de Trabajadores de la Construcción, Terraceros
Conexos y Similares de México, los de Viajantes de Comercio o de Camioneros.
130
Existen también los sindicatos de empresa que reúnen a los trabajadores de una empresa en particular, que, en
general, solamente son posibles en grandes establecimientos. Se denominan
sindicatos de primer grado a aquellos que están formados por trabajadores, de segundo grado,
llamados en general federaciones o confederaciones. Un ejemplo de sindicato de tercer grado es el de la
Confederación General del Trabajo de México.
El sindicato de oficios varios surge como grupo de trabajo cuando no hay suficientes trabajadores para
formar sindicatos de oficio o de ramo. En el otro extremo, la central sindical agrupa a nivel nacional a
sindicatos de diversos ramos, y a su vez pueden estar afiliadas a federaciones internacionales o
mundiales. El Congreso de Sindicatos de México (COSM), por ejemplo, es la central sindical que estuvo
implicada en la lucha contra el apartheid en Sudáfrica. De talla intermedia, agrupando por ramo y por
geografía, existe la federación de industria.
De acuerdo con su ideología, más allá del modelo más extendido de sindicato de clase —sea comunista o
anarquista— se distinguen el llamado sindicato amarillo o vertical, que defiende los intereses del empleador (El
sindicato vertical es el sindicato organizado por sector de actividad o "sindicato de ramo".
Nada tiene que ver con el blanco ni de la defensa de los intereses del empleador que es, claramente,
inconsecuente); a veces se acusa a sindicatos de empresa de ser blancos, o se usa el término de forma
despectiva para calificar a sindicatos o centrales sindicales a los que se ve como poco combativos.
También tiene importancia histórica en la España del franquismo el sindicato falangista. La Organización Sindical
Española, también conocida como Sindicato Vertical, tuvo cierta relación con el falangismo, aunque también
importantes diferencias. Otras ideologías significativas son, en el ámbito cristiano, el Movimiento del Trabajador
Católico, o Solidarność, de importancia histórica en el bloque soviético. En contraste con Solidarność, los
sindicatos en la Unión Soviética representaban los intereses del gobierno.
Financiación.
El modo de financiación de los distintos sindicatos también permite distinguir entre los que aceptan subvenciones
o ayuda del Estado y los que se limitan a las aportaciones de sus afiliados, mediante la autogestión o, por ejemplo,
a través de estampillas sindicales.
Los sindicatos, tras reunirse con sus afiliados, informarles y llegar a acuerdos previos o tomar conciencia de las
necesidades del momento, negocian en nombre de estos (negociación colectiva) los salarios y condiciones de
trabajo (jornada, descansos, vacaciones, licencias, capacitación profesional, etc.) dando lugar al contrato colectivo
de trabajo.
El sindicato tiene como objetivo principal el bienestar de sus miembros, es decir, asegurar condiciones dignas de
seguridad e higiene laboral y generar mediante la unidad, la suficiente capacidad de negociación como para
establecer una dinámica de diálogo social entre el empleador y los trabajadores. La libertad sindical de los
trabajadores, para crear, organizar, afiliarse, no afiliarse o desafiliarse, cambiar de sindicato es libre y sin
injerencias del Estado, patrones, empleadores u otros sindicatos.
Milicia
El término permite entender que nos referimos a la vida castrense o bien de los militares, en el que se da una
formación y disciplina militar la cual se crea para dar seguridad a una nación y se divide en varias ramas; como por
ejemplo: marina, ejército, fuerza área, etc. Es una institución que se caracteriza por su disciplina dentro de la vida
castrense.
Religión.
Es una institución orientada a proporcionar servicios religiosos y evangelizar su fe, mediante las edificaciones
donde se materializan para compartir una misma creencia, en un ser superior y omnipresente. Tiene una
estructura jerárquica, la finalidad es la de orar y participar en los rituales propios del credo evangélico que le
corresponda.
131
Lista de Cotejo de Exposiciones:
Nombre: Fecha: Grupo:
Elemento a Evaluar INSUFICIENTE Suficiente Bueno Excelente
(0 – 5) (6 – 7) (8 – 9) (10)
1.- Presentación del tema
2.- Material. Didáctico
3.- Manejo de Material didáctico
4.- Desarrollo del tema
5.-Coherencia de la exposición
6.- Tonalidad
7.- Desenvolvimiento corporal
8.- No debe leer
9.- Fluidez de la exposición
10.- Control de grupo
11.- Manejo de dinámica
12.- Conclusiones
TOTAL DE PUNTOS:
Observaciones: Calificación
Evaluadores:
UNIDAD 2
HOJA DE EVALUACIÓN DEL 2.1
NOMBRE: GRUPO
ACTIVIDAD FECHA FIRMA CALIF FIRMA
1
2.-
3.-
4.-
5.-
6.-
7.-
8.-
9.-
10.-
11.-
12.-
13.-
14.-
15.-
16.-
17.-
18.-
19.-
20.-
SUMA LAS CALIFICACIONES DE TU HOJA DE ACTIVIDADES TOTAL:
PARTICIPACIÓN: CALIFICACIÓN HOJA DE ACTIVIDADES
CUADERNO: CALIFICACIÓN EVALUACIÓN CONCEPTUAL
CARPETA DE EVIDENCIAS: CALIFICACIÓN FINAL DEL 2.1.
132
Resultado de aprendizaje: 2.2 Distingue los aspectos y características
individuales y colectivas que regulan la convivencia social en las instituciones.
-persona
-grupo
-grupo
B. Identificación de la sociedad de masas
eza.
Cada hombre desde que aparece como tal (desde que nace o desde que
usted considere que existe como tal) estará actuando, aun quedándose
quieto. La naturaleza lo exhorta "naciste ahora actúa" ahora debes ser.
Puede actuar a tontas y locas o puede conducir su actuación. Para conducir
su comportamiento debe naturalmente aprender.
El comportamiento como el conjunto de actos que realiza un ser humano frente a una determinada situación.
Cuando ese conjunto de actos es determinado y conducido por el hombre a través de aprender para hacer (incidir
intencionalmente sobre algo) entonces "... el comportamiento del hombre tiene posibilidades ciertas de ser al
menos parte del proceso natural de transformaciones (evolución)".
La personalidad
De acuerdo a una clasificación general podemos hablar de más de 5 orígenes pero los más conocidos son:
133
2. Del griego, persi-somomia(alrededor del cuerpo)
3. Una mezcla del etrusco y el latín antiguo, persum (cabeza o rostro)
4. Del latín per se una (una o completa por sí misma)
5. Expresión latina de per sonare (sonar a través de)
Ese comportamiento tiene una tendencia a repetirse a través del tiempo de una forma determinada, sin que
quiera decir que esa persona se comporte de modo igual en todos los casos. Es decir, la personalidad es la forma
en que pensamos, sentimos, nos comportamos e interpretamos la realidad, mostrando una tendencia de ese
comportamiento a través del tiempo, que nos permite afrontar la vida y mostrarnos el modo en que nos vemos a
nosotros mismos y al mundo que nos rodea. Nos permite reaccionar ante ese mundo de acuerdo al modo de
percepción, retro-alimentando con esa conducta en nuestra propia personalidad. Cada persona al nacer ya tiene
su propia personalidad con ciertas características propias, que con el paso del tiempo más el factor ambiental y las
circunstancias es como se definirá esa persona. La personalidad será fundamental para el desarrollo de las demás
habilidades del individuo y para la integración con grupos sociales.
La diferencia de la antropología con otras disciplinas dentro de las ciencias sociales es su carácter global y
comparativo. Como resultado de su experiencia intercultural, los antropólogos han desarrollado investigaciones
que permiten comprender los fenómenos culturales de otras culturas y la propia. Por ello, el conocimiento
antropológico desarticula aquellas ideas y teorías basadas en nociones etnocentristas y construcciones estrechas
del potencial humano, y posibilita a través de la investigación comprender los orígenes de la desigualdad social en
forma de racismo, sexismo, explotación, pobreza y subdesarrollo.
Una parte más compleja de la antropología es la etnología, la cual realiza estudios comparados de los pueblos con
características diferentes. En su aspecto teórico se dedica al problema de explicar las semejanzas y diferencias
que se encuentran en estas culturas incorporando nuevas perspectivas y marcos teóricos, como por ejemplo el
papel del individuo en la sociedad y la relación de la personalidad en relación con esta sociedad.
134
La Filosofía Antropológica.
La antropología filosófica pone como centro de su reflexión al ser humano. Busca comprender al hombre
como un ser que vive y sabe que vive. El saber es la dimensión propia del hombre. Él es el único ser que
necesita comprenderse para saber quién es, quién quiere ser y qué puede realizar.
El hombre percibe su vida como una posibilidad única, en la que ganarse o perderse dependen de sí mismo. Este
impulso hacia el saber brota de la conciencia de su propia finitud, es decir, de saber que no es dueño del tiempo y,
por tanto necesita diseñar su vida. La antropología filosófica reflexiona acerca de la existencia humana, la cual es
compleja y problemática.
“La antropología filosófica no crea ni inventa los problemas del hombre. Los encuentra, los reconoce, los
asume, los examina críticamente.”7
Las preguntas “¿Quién soy?”, “¿Quién quiero ser?”, son propias del modo de existir del hombre. Por eso la
antropología filosófica se pregunta por aquellos que determinan y posibilitan la existencia humana, en la cual
reside la dignidad propia del hombre. La representación que cada uno tiene del hombre está plasmada de valores
y fines, que orientan nuestra acción.
”La imagen del ser humano no es una creencia que nos venga desde afuera, es el conjunto de ideas
prácticas, plasmado de valores y fines que constituyen la auto-interpretación que hace de sí mismo el ser
humano”.
No hay ningún hombre que exista sin tener que comprender. La necesidad de saber no es ajena al hombre, lo
constituye. La subjetividad humana es aquélla que interpreta, lo cual implica una toma de posición respecto de sí
y de los otros. De este modo, los hombres vamos dando significado a nuestras acciones, elecciones, tareas;
transformando el tiempo de nuestra vida en historia. En la vida de cada hombre se seleccionan unos momentos y
se olvidan otros, se van armando estructuras significativas desde donde se comprende el pasado y se proyecta el
futuro. La vida humana es un acontecer que se va narrando, es historia. La antropología filosófica es
necesariamente histórica.
Recopila lo que el hombre ha dicho de sí mismo y lo interpreta desde el presente. La antropología debe hacerse
cargo de esta dimensión histórica del hombre, de la red de significados que se van constituyendo en el tiempo.
Antropología cientificista.
La "concepción cientificista del universo", surge del impacto que la mecánica de Newton causó en el
ambiente científico de los siglos XVII y XVIII. La ciencia de la mecánica al describir el movimiento de los cuerpos y
135
predecirlos dio un contundente ejemplo de lo que debe ser una ciencia. No obstante, el impulso científico es
avasallador y traspasa la frontera de lo medible y la experimentación.
La pretensión de sumisión de todo hecho humano, y en general de toda la realidad a un modelo mecánico era un
asunto que tomaba forma en la mente de los intelectuales desde mucho antes del momento histórico que nos
ocupa. Se ha hablado del fracaso de la concepción de un mundo regido por excelencia en leyes que regulan el
orden moral y la conducta humana. Sin embargo, en la formación de las ciencias del siglo XIX la ideología
cientificista es un punto decisivo, puesto que por su influjo se desarrolló la medicina científica, la fisiología y la
físico-química.
Detrás de la concepción científica del mundo, está la unidad de las ciencias, por lo menos las que aplica el método
científico de la experimentación.
A partir del siglo XIX se consolidaron las ciencias humanas y el surgimiento de una serie de posturas
antropológicas, que manifestaron una interrogante: ¿cómo hablar del hombre en medio de tantos discursos sobre
él? ¿Cómo se articula la antropología filosófica con las otras y con las ciencias que hablan acerca del hombre? La
antropología filosófica contemporánea se ha ido haciendo cargo de los aportes de estas ciencias, ubicándose en
el cúmulo de saberes que nos ofrecen, preguntándose en qué modifican el concepto que el hombre tiene acerca
de sí.
El hombre, a partir de lo que es, se proyecta hacia lo que no es aún y desea ser. Estando determinado, viviendo
en una situación concreta, es un aquí y un ahora. Está impulsado a construirse a sí mismo, a ser él mismo con los
otros, dándose libertad para hablar y desear, trabajando en la construcción del mundo como un espacio habitable
y digno.
Antropología ontológica.
Para el realismo ontológico, la realidad existe independientemente de que la ciencia pueda proporcionar
conocimiento sobre ella e independientemente de que los humanos tengamos la capacidad de observarlas. Las
teorías científicas permitirían, en función del paradigma epistemológico en que nos situemos, descubrir o
acercarnos a esta realidad.
La Ontología antropológica prescribe la corrección de lo que el ser humano está llamado a ser, lo cual se
configura como una descripción de lo que es adecuado para el hombre y le corresponde.
ACTIVIDAD: Subraya las ideas principales de cada párrafo y has una ficha
de trabajo. Investiga como se hace la ficha de trabajo y escríbelo en tu
cuaderno lo indagado.
El proceso por el que se adquiere la personalidad a través de la interacción social es lo que se conoce por
socialización. Toda sociedad se enfrenta con la necesidad de convertir en un miembro responsable a cada uno
de los niños que nazcan en ella, de enseñarle las expectativas del grupo para que se pueda confiar en su
comportamiento, de ayudarle a conocer las normas establecidas para que tenga en cuenta el comportamiento de
los demás. Durante ese proceso de socialización, el niño aprende las reacciones recíprocas de la sociedad, lo
que le permite tanto prever el comportamiento de los otros como saber el que los demás esperan de él. Es decir,
la sociedad tiene que socializar a cada uno de sus miembros para que su comportamiento tenga sentido según
las normas del grupo y los demás puedan preverlo.
136
Para la interacción social ordenada se precisa un mínimo de conformidad, y la socialización es el proceso por el
que se consigue esta así, pues, socialización y adquisición de personalidad son dos aspectos del mismo
proceso; el primero se refiere fundamentalmente a la sociedad y a la necesidad de que sus miembros se
comporten con sentido, responsable y previsiblemente. El segundo es el proceso desde el punto de vista del
individuo, la forma en que cada persona adquiere su personalidad a través del contacto con el grupo. Las
necesidades del individuo y del grupo son recíprocas, aun cuando no sean necesariamente sinónimas. El grupo,
por lo general, exige un grado mayor de conformidad del que el individuo está dispuesto a aceptar, y, por tanto,
en toda sociedad, por muy homogénea y ligada que esté, siempre encontramos cierta cantidad de desviación.
Pero, sin un mínimo de semejanza entre los fines del individuo y los del grupo, ninguno de los dos puede
funcionar adecuadamente.
Durante el proceso de socialización, el grupo enseña al individuo diversas expectativas, que van desde las
costumbres en las comidas a las formas de rendir culto religioso, de la actitud sexual a las definiciones de gasto
y ahorro y del arreglo personal a la filosofía del mundo. El individuo se ve influido por diversos patrones de
expectativas, según las dimensiones del grupo que le socializa en cada momento. Algunos son comunes a todos
los miembros de la sociedad, otros sólo son típicos de ciertos grupos raciales o étnicos que existen en ella. Los
hay también que reflejan el ambiente de una amplia clase social, y así, los de la clase baja difieren de los
correspondientes a la media y la alta en diversos aspectos. Y, en fin, existen los patrones de expectativas
característicos del particular grupo escolar, de amigos o familiar con el que el individuo está en contacto directo.
La socialización tiene también una estrecha relación con las diferencias entre las clases sociales. Las
instituciones sociales en general y la familia en particular son los agentes principales de la socialización, porque
en ellas aprende el individuo los valores, normas y expectativas culturales.
Se puede aclarar más el significado del proceso de socialización con una breve relación de la variedad de
expectativas implicadas en él. Entre ellas tenemos los siguientes elementos:
1. Disciplinas básicas. El primer tipo de socialización, cronológicamente, incluye las disciplinas físicas
elementales. El niño aprende lo que debe comer y de qué manera, en qué ocasiones puede dejar en libertad sus
intestinos y vejiga y hasta qué grado debe dominar sus sentimientos de amor, odio y miedo. También durante
sus primeros años se le instruye sobre el comportamiento sexual de acuerdo con las normas de su grupo,
porque la comprensión de estas y otras importantes disciplinas físicas y emocionales es indispensable para
hacer del niño un miembro responsable y previsible de la sociedad.
2. Aspiraciones aceptadas. La sociedad tiene también a su cargo la instrucción sobre los fines, aspiraciones y
valores hacia los que el niño debe dirigir sus esfuerzos durante el resto de su vida, y así este aprende el criterio
aceptado de lo que constituye éxito, tanto si se basa en el dinero, el poder político, la realización artística o
intelectual, la piedad religiosa o la combinación de estos y otros valores. Aprende a cuánto puede aspirar y, al
mismo tiempo, las limitaciones impuestas por factores fortuitos, como el color de su piel, su nombre, su religión o
la categoría o clase social de sus padres. De este modo, la sociedad informa a sus miembros, a medida que se
van desarrollando, no sólo de los fines importantes a que pueden aspirar, sino también acerca de la forma de
alcanzarlos.
3. Capacitación necesaria. Al mismo tiempo que aprende los objetivos aceptados de su sociedad, el niño
empieza a adquirir la capacitación necesaria para alcanzarlos. Ante todo aprende a hablar y con ello se asegura
la posibilidad de comunicarse con otros, primero hablando y después, quizá, por la lectura y la escritura. El resto
de su capacitación depende de esta habilidad rudimentaria de comunicarse simbólicamente. Luego vienen las
técnicas que necesita para actuar como miembro responsable de la sociedad, técnicas que reflejan las formas de
vida de esta y el lugar del individuo en ella. La capacitación que necesita un niño de las islas Martinica, difiere
diametralmente de la del nacido en una ciudad estadounidense, pero también difieren la del niño de la clase
obrera y la del que pertenece a las clases altas dentro de una misma sociedad. Sean las que fueren, estas
técnicas constituyen parte importante de los medios que se ponen a disposición del individuo a través de la
socialización.
4. Papel adecuado. Finalmente, tenemos la adquisición del papel social que el individuo ha de desempeñar. Por
lo que ahora nos importa, papel social puede considerarse el modelo de comportamiento esperado según la
función o posición que se tiene en la sociedad, pero el concepto es tan importante para el proceso de
socialización y formación de 'la personalidad que le dedicaremos todo un capítulo. En realidad, según Parsons, la
socialización en sí es «la adquisición de las necesarias orientaciones para el desempeño satisfactorio de un
137
papel», pero nosotros utilizaremos aquel concepto en un sentido mucho más amplio, aunque el papel social
continúe siendo aspecto principal del proceso.
La condición de varón, hembra, marido, mujer, hijo, hija, padre, estudiante, maestro, fiel, sacerdote, votante,
trabajador y director obliga a aprender un papel social para que el individuo pueda desempeñarlo funcional y
previsiblemente en la interacción social.
Los ejemplos de socialización inconsciente son mucho más numerosos, complejos y efectivos aún. El niño
aprende la mayor parte de sus disciplinas, aspiraciones, habilidades y papeles sin darse cuenta de que lo hace.
La simple interacción con otros le socializa de diversas formas. El grupo de juegos le enseña sus propias
normas; la pandilla escolar le comunica sus ideales y pautas de comportamiento sin aparente dificultad; la banda
de delincuentes impone sus propias normas, distintas de las de la sociedad, y sus miembros las aprenden con la
misma facilidad que otros adolescentes aprenden las de la sociedad en general.
(Bettelheim, 2005)
138
Las necesidades humanas y su clasificación.
La Economía pretende satisfacer las necesidades humanas por eso necesitamos saber que entendemos por
necesidad humana y como se clasifican.
Los recursos para producir bienes y servicios son escasos y las necesidades humanas son ilimitadas, de ahí que
el problema básico que se presenta en todas las sociedades sea la escasez.
a) Necesidades del Individuos”: son aquellas propias del individuo como ser humano. Pueden ser:
- Naturales: comer, beber agua, abrigarse,…etc.
- Sociales: se tienen por vivir en una determinada sociedad: llevar reloj, celebrar una boda, ver la tele, usar
corbata, vestir a la moda,…… etc. Cambian de una sociedad a otra.
b) Necesidades de la Sociedad: parten del individuo y pasan a ser de toda la sociedad: el transporte (el metro o
los autobuses públicos), la seguridad, el orden público, etc.
a) Necesidades Económicas: son aquellas necesidades cuya satisfacción requiere la utilización de recursos
escasos y la realización de alguna actividad económica. Ejemplo: comer, llevar móvil, el transporte público, etc.
b) Necesidades no Económicas: su satisfacción no requiere hacer ninguna actividad económica:
Ejemplo: respirar.
Abraham Maslow, psicólogo norteamericano, que estudio las necesidades humanas. Las necesidades explican el
comportamiento humano ya que la única razón por la que una persona hace algo es para satisfacer sus
necesidades. Estas necesidades motivan hasta que se satisfacen. Maslow clasifico las necesidades humanas en 5
grupos o niveles, estableciendo una jerarquía que forman la “Pirámide de Maslow”.
"Es cierto que el hombre vive solamente para el pan, cuando no hay pan. Pero ¿qué ocurre con los deseos del
hombre cuando hay un montón de pan y cuando tiene la tripa llena crónicamente”.
El escalón básico de Maslow es el de las necesidades fisiológicas, hambre y sed. Cuando el ser humano tiene ya
cubiertas estas necesidades empieza a preocuparse por la seguridad de que las necesidades fisiológicas las va a
seguir teniendo cubiertas en el futuro y por la seguridad frente a cualquier daño. Una vez que el individuo se siente
físicamente seguro, empieza a buscar la satisfacción de otras necesidades, la aceptación social; quiere
identificarse y compartir las aficiones de un grupo social y quiere que este grupo lo acepte como miembro. Cuando
el individuo está integrado en grupos sociales empieza a sentir la necesidad de obtener prestigio, éxito, etc.
Finalmente, los individuos que tienen cubiertos todos estos escalones desean crear y alcanzar metas personales.
1) Necesidades primarias o fisiológicas: son las primeras necesidades que el individuo precisa satisfacer, y
son las referentes a la supervivencia como son: respirar, comer, dormir, descanso, abrigarse, etc. Una vez
satisfechas estas necesidades la motivación se centra en la búsqueda de seguridad y protección.
2) Necesidades de seguridad: búsqueda de seguridad y protección para consolidar los logros adquiridos.
3) Necesidades sociales o de pertenencia (de aceptación social): Se refieren a la pertenencia a un grupo, el
ser aceptado por los compañeros, tener amistades, dar y recibir estima, etc.
139
4) Necesidades de aprecio o estima (autoestima): Son las que están relacionadas con la autoestima, como:
la confianza en sí mismo, la independencia, el éxito, el status, el respeto por parte de los compañeros
(reputación y sentirse valorado), etc.
5) Necesidades de autorrealización (necesidades del “yo”): lograr los ideales o metas propuestas para
conseguir la satisfacción personal.(Ejemplo: los turistas espaciales).
Hay personas, como los artistas (pintores), misioneros, aventureros,… que no cumplen esta teoría ya que tratan
de satisfacer primero las necesidades de autorrealización. Esta es una de las críticas a la teoría de Maslow. Para
Maslow cuando una necesidad está satisfecha no es motivadora ya que el individuo se centra en la satisfacción de
necesidades de niveles superiores. Para satisfacer las necesidades de un escalón o nivel superior hay que tener
cubiertas las necesidades del escalón inferior.
Pirámide de Maslow
AUTORREALIZACIÓN
RECONOCIMIENTO
AFILIACIÓN
SEGURIDAD
FISIOLÓGICAS
140
En psicología, la palabra aptitud refiere a las condiciones psicológicas de una persona que se vinculan con sus
capacidades y posibilidades en el ámbito del aprendizaje. El concepto tiene su origen en el latín aptus.
La aptitud o "facultad" (del latín aptus = capaz para), en psicología, es cualquier característica psicológica que
permite pronosticar diferencias inter-individuales en situaciones futuras de aprendizaje. Carácter o conjunto de
condiciones que hacen a una persona especialmente idónea para una función determinada.
Mientras que en el lenguaje común la aptitud solo se refiere a la capacidad de una persona para realizar
adecuadamente una acción o tarea, en psicología engloba tantas capacidades cognitivas y procesos como
características emocionales y de personalidad. Hay que destacar también que la aptitud está estrechamente
relacionada con la inteligencia y con las habilidades tanto innatas como adquiridas fruto de un proceso de
aprendizaje.
El concepto de habilidad proviene del término latino habilĭtas y hace referencia a la maña, el talento, la pericia o
la aptitud para desarrollar alguna tarea. La persona hábil, por lo tanto, logra realizar algo con éxito gracias a su
destreza.
El concepto habilidad proviene del termino latino habilitas, y hace referencia a la maña o destreza para
desarrollar algunas tareas.
Sentimiento
Es el resultado de las emociones. Esta respuesta está mediada por neurotransmisores como la dopamina, la
noradrenalina y la serotonina. Forma parte de la dinámica cerebral del ser humano y de los demás animales,
capacitándoles para reaccionar a los eventos de la vida diaria al drenarse una sustancia producida en el cerebro,
hay muchos sentimientos.
Sentimiento se refiere a un estado de ánimo como a una emoción conceptualizada que determina el estado de
ánimo. Por tanto, «estado del sujeto caracterizado por la impresión afectiva que le causa determinada persona,
animal, cosa, recuerdo o situación en general». En ciencia cognitiva se ha comprobado que el funcionamiento
normal del cerebro cambia según el estado de ánimo subyacente, y que en ocasiones incluso las decisiones
racionales de las personas pueden verse notoriamente afectadas por los sentimientos.
Los sentimientos son el resultado de las emociones y pueden ser verbalizadas (palabras). Las emociones son
expresiones neurofisiologías, del sistema nervioso y de estados mentales.
Por tanto, El sentimiento podría definirse como la autopercepción de la mente que hace de un determinado
estado emocional, que a su vez se ve influido por factores neurofisiológicos.
141
La interacción social
Es el fenómeno básico mediante el cual se establece la posterior influencia social que recibe todo individuo.
Podemos hacer un resumen de las relaciones básicas estudiadas por la Psicología social:
Relaciones persona-persona
• Interacción social: existe influencia mutua entre dos personas.
Relaciones persona-grupo
• Conformidad: la persona recibe influencia del grupo
• Liderazgo: la persona influye sobre el grupo
Relaciones grupo-grupo
• Conflicto (generalmente motivado por la competencia)
• Cooperación
• Relaciones directas (decisión cognitiva seguida de acciones concretas: "He decidido que es mejor para
mí dejar a mi novio y yo le dije eso", o la decisión afectiva, seguido de una acción expresiva: "Amo a mi novia y
yo siempre demostrarle eso").
• Relaciones cruzadas (decisión cognitiva, seguido de una acción expresiva: "Hoy he decidido que es
mejor para mí para romper con mi novia, pero mañana creo que va a aparecer en la puerta de su casa para decir
que yo la amo", o la decisión afectiva seguido por la acción práctica: "Yo amaba a mi novio y yo siempre quería
estar con él, pero finalmente lo dejé ir, porque era mejor para nosotros dos").
• Directas (reacción cognitiva a la acción práctica de otra persona: "Mi novia quiere hacer conmigo, y estoy
de acuerdo, porque eso es mejor para nosotros dos", o una reacción afectiva a la acción expresiva del otro: "Mi
novio muestra sus sentimientos a mí, y me responden de la misma forma ").
• cruzadas (reacción afectiva a las acciones concretas del otro: "Mi pareja quiere que me compre una
casa, y por lo tanto supongo que él / ella me ama", o la reacción expresiva a la acción práctica de otra persona:
"Mi pareja dice que él / ella me ama, y me pregunto ¿por qué es él / ella me dijo esto? ").
La conducta social depende de la influencia de otros individuos y la interacción social es una de las claves de
este proceso. Si la conducta social es una respuesta al estímulo social producido por otros, incluidos los
símbolos que ellos transmiten, la interacción social puede ser concebida como una secuencia de relaciones
estímulo-respuesta.
La conducta de una persona es el estímulo para la respuesta de otra, que a su vez, siguiendo la secuencia, pasa
a ser luego el estímulo de la respuesta siguiente de la primera persona. Las interacciones regularizadas de este
tipo constituyen la base de muchos de los hechos de influencia que ocurren dentro de las sociedades. Podemos
decir que la Respuesta (conducta) es proporcional tanto a la actitud como al Estímulo.
Así, la influencia social ha de materializarse en un cambio en nuestra actitud personal debido a que todo
estímulo producirá un efecto (o respuesta) que podrá grabarse en nuestra memoria. Mediante este proceso
simple y básico, se va conformando nuestra personalidad individual.
142
Problemas sociales
Los problemas sociales son la herencia de una sociedad dinámica, en la que el cambio es rápido y en la que· se
fomenta toda actitud favorable a la acción constructiva.
Podríamos definir provisionalmente el problema social diciendo que se trata de una circunstancia que parece
amenazar a un valor social determinado y es susceptible de mejora mediante una acción social constructiva. Así,
pues, los elementos son:
a) la situación social
b) el juicio de valor
e) la acción social adecuada.
El problema social surge cuando gran número de personas se comportan de manera considerada perjudicial para
algún valor que la sociedad (o un sector apreciable de ella) juzga importante.
Los miembros de la sociedad están de acuerdo, además, en que existe una forma de acción colectiva capaz de
eliminar o al menos suavizar la situación indeseable. Puede que no lo estén en cuanto a cuál ha de ser la forma
específica, pero creen que hay una forma de acción que resolverá el problema.
Históricamente, los problemas sociales han surgido en una sociedad dominada por los valores humanitarios de la
clase media y en la que: se ha concedido gran atención a la posibilidad de mejorar la situación de los menos
favorecidos por medio de un esfuerzo social cooperativo. Muchos de estos problemas inicial es eran reflejo de la
insuficiencia económica y de la incapacidad tecnológica del sistema industrial para cubrir las necesidades
materiales básicas de todos.
Los problemas de extrema pobreza, subalimentación, vivienda inadecuada, carencia de instalaciones sanitarias;
enfermedades endémicas, superpoblación, alta mortalidad infantil y analfabetismo, que afligen actualmente a los
países subdesarrollados, son semejantes en algunos aspectos a los que se
plantearon a las naciones occidentales hace un siglo y que, en gran parte, se
han suavizado al menos (pobreza) o están en camino de llegar a una solución
(analfabetismo) gracias al desarrollo tecnológico y a una eficaz acción
democrática. Desde el subsidio federal de paro a la ayuda a las madres con
hijos a su cargo, los programas de asistencia y seguridad social han mitigado
muchos problemas socioeconómicos en un grado que se hubiera considerado
imposible hace unas décadas. Con el auxilio de la tecnología y la industria se
ha ganado parcialmente la cruzada contra numerosos problemas sociales.
Una sociedad dinámica padece también una elevada proporción de desorganización social, proceso por el cual se
debilitan o rompen los lazos de grupo, Los problemas sociales y la desorganización social están relacionados,
pero no son sinónimos. Los primeros surgen cuando se considera que una situación dada amenaza un valor
básico y que se puede hacer algo para remediarlo; la segunda es un proceso de disolución del grupo. La
decadencia de los patrones tradicionales que mantenían unida a la familia es un ejemplo de desorganización
social, aunque muchas personas la juzgan también un problema social.
Los problemas sociales tienen así mismo una estrecha relación con la desviación, es decir, con el comportamiento
que no se ajusta a las normas, el de las personas que, de una manera u otra, no cumplen las expectativas
normativas correspondientes a su papel en la sociedad: el cajero que huye con el dinero que se le confiara, el
marido que abandona el hogar, el alcohólico inveterado, etc. Así, pues, como señala Merton, el de desviación es
un término «técnico, no moral» y, por tanto, no se refiere necesariamente a un problema social, ya que este
entraña matices evaluativos. Sin embargo, en muchos casos, desviaciones y problemas sociales se tratan juntos y
la existencia de desviaciones en gran escala se considera un problema social
143
Por consiguiente, los problemas sociales entrañan factores tanto objetivos como subjetivos. Los primeros
comprenden el comportamiento humano real, ya se trate de casos vistos por tribunales de menores, crímenes
descubiertos por la policía, personas en paro que buscan empleo o matrimonios que se divorcian. Los segundos
son valores sociales y definiciones normativas. La situación objetiva debe ser definida como tal antes de constituir
un problema social. Real o imaginaria, la amenaza a los valores sociales es importante si se cree que lo es.
Muchos problemas sociales, como el de la supuesta «decadencia» de la familia, no resultan menos inquietantes
porque tengan existencia principalmente en las mentes de gran número de personas. En resumen, los problemas
sociales son lo que la gente cree que son.
Un derecho básico de todo ser humano ("Yo soy un hombre", afirman los carteles de estos manifestantes) es el de
ser tratado con respeto por los demás; cuando tal derecho se viola en gran escala Existe un problema social.
(United Pres International Photo (primavera de 1967)..)
El hombre es un animal ético, que forma juicios acerca de su comportamiento y del ajeno, juicios decisivos en
cuanto a determinar la forma en que reaccionará cuando se den ciertos tipos de comportamiento. Como Seeley ha
dicho, «elaboramos» nuestros problemas, no nos limitamos a «descubrirlos» en un sentido totalmente «científico».
Los valores sociales desempeñan, por tanto, un papel principal en los problemas sociales. Son' creencias
normativas, pertenecientes a las relaciones más importantes de una sociedad e incorporadas a su estructura
institucional.
Los valores sociales se apoyan en una forma de vida que cuenta o contaba con la aceptación de la mayoría. A
través de sucesivas experiencias de distinta fortuna, cada sociedad crea su propio sistema de valores, al que
inviste con matices de bienestar social. El matrimonio indisoluble y monogámico era norma de vida de la mayoría
cuando se establecieron los patrones culturales de la Europa occidental, lo cual dio origen a que la creencia
normativa en la indisolubilidad del matrimonio se convirtiera en uno de los valores básicos de nuestra sociedad. En
las últimas décadas la forma general de vida ha experimentado cambios tan profundos, que el divorcio ha llegado
a ser una reacción cada vez más «natural» ante las nuevas circunstancias. Así, pues, un valor (monogamia
permanente) que antaño representaba una práctica virtualmente general se enfrenta ahora con una nueva
situación, y la disparidad resultante constituye un problema social.
Los valores sociales no son totalmente fijos e inmutables. Las modificaciones que sufre la estructura producen
finalmente cambios en los juicios de valor. Los valores sociales no tienen vida independiente de los seres
humanos, aunque sean independientes de cada uno de ellos. Desde el comienzo del siglo han variado mucho los
valores sociales de la familia como consecuencia del trabajo asalariado y mejor educación de la esposa.
Los valores sociales originan problemas sociales. Los valores son la «causa» de los problemas, puesto que de no
existir la definición basada en el valor no existiría el problema. No habría delitos sin los valores ligados a la
persona y a la propiedad y sin las normas que los especifican y aclaran. La promiscuidad sexual tampoco sería un
problema social sin el valor cristiano que limita las relaciones sexuales al matrimonio, ni el divorcio sin la definición
ideal del matrimonio indisoluble. La discriminación racial se considera ampliamente un problema social en una
sociedad que, al menos en teoría, se basa en la igualdad y dignidad de todos los hombres.
Los valores sociales provocan problemas en otro sentido. Las instituciones sociales, al defender sus propios
valores, amenazan a otras instituciones, creando de esta manera nuevos problemas. Uno de los valores sociales
más fuertes de nuestra sociedad está ligado a la idea de nación: al individuo se le enseña a identificarse
totalmente con su propio país hasta dar incluso la vida por él. Al mismo tiempo, los conflictos entre los Estados
nacionales los llevan a la guerra, amenazando la seguridad de todos ellos. En defensa de un valor, el hombre
moderno pone en movimiento fuerzas que conducen a la destrucción de otros, especialmente de vidas humanas.
La institucionalización de un valor (nacionalismo) amenaza así a toda una serie de otros valores, puesto que la
guerra moderna intensifica muchos de los más acuciantes problemas de nuestra sociedad. Ningún acontecimiento
de los tiempos modernos constituyó un golpe tan grave para el consejo nacional en Estados Unidos como la
guerra del Vietnam. Las opuestas definiciones de la misma, por parte de grupos con distintos puntos de vista, han
llevado el conflicto de valores aun punto candente: unos mantienen que los intereses nacionales estaban
directamente amenazados por el militante comunismo asiático; otros están igualmente convencidos de que no
existía tal amenaza.
144
Los valores sociales pueden encontrarse en conflicto. Los valores sociales pueden discrepar en cuanto a si una
determinada situación constituye o no un problema social, puesto que un mismo comportamiento puede merecer
juicios distintos a grupos diferentes. El empleo de niños en trabajos peligrosos y difíciles merece la calificación de'
problema social a la mayoría, porque él, trabajo de niños de quince años en las fábricas es una amenaza' para el
valor democrático de igualdad de oportunidades y educación. Hay grupos,' sin embargo, para los que el trabajo
infantil no es un problema social, porque consideran una oportunidad que les da para que se ganen la vida y
adquieran una experiencia práctica a una edad temprana, y no faltan los grupos religiosos para los que toda
legislación oficial encaminada a mejorar esta situación constituye una interferencia injustificada en los derechos'
de la familia.
Finalmente, los valores sociales pueden impedir que un problema social logre la solución adecuada si las que -se
proponen afectan a otros valores; En las sociedades primitivas y elementales los valores existentes son más
congruente que en la nuestra y, por tanto, rara vez surge en ellas este tipo de conflictos. En las heterogéneas y
complejas, al tomarse medidas para suprimir lo que constituye peligro para uno de los valores, puede amenazarle
a otros en la realidad o en la imaginación de muchas personas, y' la fortaleza relativa de los valores competidores
o de los grupos que los apoyan es lo que determina, en definitiva, el programa de acción a seguir y los valores que
subsisten.
Los problemas sociales, finalmente, dependen del supuesto de que las situaciones indeseables pueden eliminarse
o mitigarse mediante la acción social. En teoría, esa acción la puede emprender cualquier grupo responsable, y
muchas asociaciones voluntarias lo' hacen en la práctica, pero cada vez se ocupa más de ello el Estado mismo,
en muchos casos porque no hay quien lo haga. El desarrollo del gobierno democrático ha coincidido con la
disminución del poder de la familia y la Iglesia para desarrollar una labor social en gran escala, y, por tanto, la
solución de los problemas sociales queda cada vez más en manos de personas que actúan a través de
organismos gubernamentales.
En las sociedades estáticas, feudales, primitivas o «subdesarrolladas)) se dan, según hemos dicho, situaciones
que en los países «avanzados)) se calificarían de problemas sociales. La pobreza, la mortalidad infantil, las
enfermedades endémicas, el hambre, la alimentación insuficiente y el analfabetismo son algunos de los aspectos
característicos de esas sociedades, pero en muchas de ellas no tienen carácter de problema social porque no se
los considera susceptibles' de mejora por la acción colectiva, sino demostraciones del descontento divino o
inherentes a la naturaleza de las cosas y, por tanto, fuera del control humano. La única forma de resolver esos
males consiste en impetrar el favor de la divinidad correspondiente. 'En tales circunstancias, muchos problemas
sociales presentan virtualmente obstáculos insuperables para la acción social constructiva.
Por otra parte, las sociedades en que predominan los valores religiosos y espirituales a menudo no desean
realmente eliminar o suavizar sus problemas sociales si para ello han de quebrantarse sus valores religiosos o
éticos; la religión es más importante a sus ojos que la reducción de la mortalidad infantil. Para todas aquellas
personas que ven en la, religión (ampliamente definida) la respuesta básica a todos los problemas humanos, el
hecho de que se recurra cada vez más a la ciencia es en sí mismo un problema social, puesto que los valores
seculares que tal actitud apoya conceden mayor importancia a este mundo que a la vida ultra terrena, y tal
preocupación por los asuntos mundanales va contra muchos valores de la religión.
Comportamiento público.
Para la solución de los problemas sociales, la acción social no tiene siempre la misma eficacia. En relación con lo
que aquí nos interesa podemos considerar los problemas sociales en dos campos diferentes del comportamiento:
el « (particular) y el «público)). En el último la acción social resulta más eficaz; «los sistemas de acción social-
según la expresión de Weinberg-se suelen movilizar con más facilidad en dirección «pública)) que en dirección
«privada».
El comportamiento' público entraña aspectos como el estatus económico, la salud física, la situación mental o
seguridad social del individuo dentro de la sociedad democrática. A esta categoría pertenecen problemas como el
paro, la pobreza, las enfermedades físicas y mentales, la inseguridad para la vejez, el trabajo infantil y la falta de
viviendas adecuadas, y son muchos los que se tienen que enfrentar con alguno o con todos estos problemas, y,
en general, sin contar con ayuda familiar o religiosa. Así, pues, el comportamiento público entra de lleno en la
esfera de las entidades benéficas públicas o privadas que ayudan física, económica o psicológicamente al
individuo o a la familia que lo necesita.
145
Este tipo de problemas se presta a la acción social con que los grupos organizados tratan de resolver los males de
la sociedad.
La tendencia hacia la aceptación de la acción social del Gobierno no es consecuencia de los esfuerzos
deliberados de «burócratas deseosos de inmiscuirse en la vida privada de los ciudadanos, sino que constituye la
inevitable reacción ante nuevas condiciones sociales. Los problemas socioeconómicos en la época moderna el
paro en masa, la incertidumbre económica, la pobreza crónica, las incapacidades permanentes o las
enfermedades de larga duración, son tan, complejos, que .los conocimientos o los recursos de las instituciones
tradicionales resultan insuficientes para afrontados. La cuestión principal (interna) de nuestros días es, en efecto,
la de hallar la forma de conservar esa libertad individual en ciertos terrenos del comportamiento privado y, al
mismo tiempo, difundida por otras muchas esferas del comportamiento público.
En los últimos años, el concepto de acción social en el campo del comportamiento público ha adquirido
proporciones más generales y de mayor alcance. Muchos sociólogos mantienen que los programas consagrados a
esta acción se han limitado, en gran parte, a cuestiones tradicionales, como la prevención de la delincuencia
juvenil, la regeneración de delincuentes, la reforma sexual (en el terreno de la prostitución, por ejemplo.) y el
tratamiento de alcohólicos y toxicómanos. Nadie pone en duda la importancia de estos programas y otros similares
para aliviar problemas específicos, pero se señala que la acción debería dirigirse contra problemas más
fundamentales de la sociedad: la guerra, la discriminación racial, la alienación personal y los derechos humanos.
Los mismos críticos ponen de relieve que tal acción no puede desarrollarse dentro de la estructura institucional
convencional. El tratamiento de los alcohólicos, p. ej., puede realizarse sobre una base individual o de grupo y sin
chocar con la estructura institucional.
Problemas como la guerra y la discriminación racial, por el contrario, están profundamente incrustados en la trama
misma de nuestra sociedad y requieren cambios más drásticos para llegar a suavizarlos, por no hablar de su
eliminación. Por consiguiente, muchas voces piden a los sociólogos que «trasciendan sus vínculos habituales para
analizar con precisión los males de la sociedad estadounidense y tratar luego de modificar dicha sociedad a fin de
curar esos males».
El comportamiento privado incluye la moral sexual, las relaciones matrimoniales y otros aspectos de la conducta
personal definidos por los motes, y no se presta fácilmente a la acción organizada, puesto que se trata de
relaciones muy 'personales y delicadas. Problemas representativos en este campo son la deserción matrimonial, el
divorcio, las relaciones sexuales prematrimoniales, la homosexualidad el alcoholismo y el suicidio. Los valores
amenazados han surgido de las normas, reforzados a veces con la sanción religiosa y otras sin ella, están
profundamente arraigados en la estructura de la personalidad y van acompañados de acusados matices
emocionales.
Así, pues, los problemas sociales que afectan al comportamiento privado son al mismo tiempo graves y complejos.
La sociedad moderna sufre un perpetuo estado de tensión, entre una aceptación del cambio social y un intento de
contrarrestar las consecuencias del mismo, y la sociología trata de proporcionar un entendimiento de la estructura
de la sociedad y de los cambios que se producen a través de la interacción social.
146
4.- Explica, ¿por qué en una sociedad dinámica se padece también una elevada proporción de desorganización
social?
6.- ¿Por qué los problemas sociales tienen una estrecha relación con la desviación?
La Sociedad de masas
Es un término descriptivo de la sociedad de la edad contemporánea o sociedad industrial. Durante el siglo XIX
comenzó a ser común describir al conjunto de la sociedad o a parte de ella como una masa, en referencia a las
tendencias igualitaristas del periodo de la Revolución industrial, que socavaban los valores tradicionales del
Antiguo Régimen o sociedad preindustrial. Más ampliamente, el término puede aplicarse a cualquier sociedad
dominada por la cultura de masas, los medios de comunicación de masas, la sociedad de consumo de masas y
las instituciones impersonales de gran escala.
En la teoría política de la época de Alexis de Tocqueville, el término se usaba para expresar la preocupación de
las élites por el cambio dramático que se había producido desde la Revolución francesa. Esa visión se expresaba
en expresiones como tiranía de la mayoría o mob rule (gobierno del motín) o la clásica oclocracia (gobierno de la
muchedumbre).
A finales del siglo XIX, en la obra de Émile Durkheim, el término sociedad de masas se asociaba con la sociedad
como una masa de individuos indiferenciados, de la que formarían parte como átomos. En el siglo XX, con la neo-
marxista Escuela de Frankfurt, la sociedad de masas se vinculó a la sociedad de individuos alienados mantenidos
unidos por la cultura industrial que servía a los intereses del capitalismo. La perspectiva conservadora, por la
misma época, criticaba la sociedad de masas desde un punto de vista opuesto. Expresión de ella (dentro de una
peculiar posición política que le hacía estar más en relación con el entorno liberal y republicano) José Ortega y
Gasset lamentaba el declive de la alta cultura en la sociedad de masas (La rebelión de las masas, La
deshumanización del arte). La crítica a la sociedad de masas se terminó convirtiendo en un tópico utilizado por
todas las posiciones, hasta las más extremas, del espectro político.
El término Masa fue definida por el sociólogo francés Gustave Le Bon como "Una agrupación humana con los
rasgos de pérdida de control racional, mayor sugestionabilidad, contagio emocional, imitación, sentimiento de
omnipotencia y anonimato para el individuo". Asimismo, entiende el concepto de "Alma de masa" como un espíritu
colectivo, distinto al de cada uno de los individuos componentes de este fenómeno.
Características de la masa:
Cuenta con un líder que es seguido por toda la masa
Reunidos por un fin común aceptado por todos
Sentido de pertenencia y obediencia
Unidad
Identidad
147
Cohesión
Totalidad
Homogeneidad
Heteronomía (en oposición a autonomía)
Moldeabilidad y maleabilidad
No hay debate
Desde el punto de vista psicológico, la expresión masa asume una significación completamente distinta. En
determinadas circunstancias, y tan sólo en ellas, una aglomeración de seres humanos posee características
nuevas y muy diferentes de las de cada uno de los individuos que la componen. La personalidad consciente se
esfuma, los sentimientos y las ideas de todas las unidades se orientan en una misma dirección. Se forma un alma
colectiva, indudablemente transitoria, pero que presenta características muy definidas. La colectividad se convierte
entonces en aquello que, a falta de otra expresión mejor, designaré como masa organizada o, si se prefiere, masa
psicológica. Forma un solo ser y está sometida a la ley de la unidad mental de las masas.
El hecho de que muchos individuos se encuentren accidentalmente unos junto a otros no les confiere las
características de una masa organizada. Mil sujetos reunidos al azar en una plaza pública, sin ninguna finalidad
determinada, no constituyen en absoluto una masa psicológica. Para adquirir las correspondientes características
especiales, es precisa la influencia de determinados excitantes cuya naturaleza hemos de determinar.
Una vez formada, la masa psicológica adquiere características generales provisionales, pero determinables. A
estas características generales se añaden otras particulares, que varían según los elementos que la compongan y
que pueden modificar su estructura mental.
Las masas psicológicas son, por tanto, susceptibles de clasificación. El estudio de esta última nos mostrará que
una muchedumbre heterogénea, compuesta por elementos distintos entre sí, presenta rasgos comunes con las
masas homogéneas, formadas por elementos más o menos similares (sectas, castas y clases), por caracteres
comunes, y junto a éstos por particularidades que permiten diferenciarlas.
Antes de ocuparnos de las diversas categorías de masas, vamos a examinar las características comunes a todas
ellas. Operaremos como el naturalista, comenzando por determinar los rasgos generales de los individuos de una
familia, y luego los particulares que diferencian a los géneros y las especies que se incluyen en ella.
El alma de las masas no es fácil de describir; su organización varía, no solamente con arreglo a la raza y la
composición de las colectividades sino también según la naturaleza y el grado de las excitaciones a que está
sometida. Por otra parte, la misma dificultad se presenta en el estudio psicológico de un ser humano cualquiera.
En las novelas, los individuos se manifiestan con un carácter constante, pero no sucede así en la vida real. Tan
sólo la uniformidad de los medios ambientes crea la igualdad aparente de los caracteres. He demostrado en otro
lugar que todas las constituciones mentales contienen modos de ser potenciales que pueden revelarse bajo la
influencia de un brusco cambio de medio ambiente. Así, entre los más feroces miembros de la Convención se
encontraban inofensivos burgueses que, en circunstancias corrientes, habrían sido pacíficos notarios o virtuosos
magistrados. Una vez transcurrida la tormenta, recuperaron su carácter normal. Napoleón halló entre ellos sus
más dóciles servidores.
148
Ya que no podemos analizar aquí todas las etapas de formación de las masas, las estudiaremos, sobre todo, en la
fase de su completa organización. Veremos así en qué pueden convertirse, pero no lo que siempre son.
Únicamente en esta fase avanzada de organización se superponen, al fondo invariable y dominante de la raza,
ciertas características nuevas y especiales, dando lugar a que todos los sentimientos y pensamientos de la
colectividad se orienten en idéntica dirección. Tan sólo entonces se manifiesta la que anteriormente he
denominado ley psicológica de la unidad mental de las masas.
Las masas tienen diversas características psicológicas comunes con los individuos aislados; otras, por el contrario,
no se encuentran sino en las colectividades. Vamos a estudiar primeramente estas características especiales, a fin
de mostrar su importancia.
El hecho más llamativo que presenta una masa psicológica es el siguiente: sean cuales fueren los individuos que
la componen, por similares o distintos que puedan ser su género de vida, ocupaciones, carácter o inteligencia, el
simple hecho de que se hayan transformado en masa les dota de una especie de alma colectiva. Este alma les
hace sentir, pensar y actuar de un modo completamente distinto de como lo haría cada uno de ellos por separado.
Determinadas ideas, ciertos sentimientos no surgen o no se transforman en actos más que en los individuos que
forman una masa. La masa psicológica es un ser provisional, compuesto por elementos heterogéneos, soldados
de forma momentánea, de un modo absolutamente igual a como las células de un cuerpo vivo forman, por su
reunión, un ser nuevo que manifiesta características muy diferentes de las que posee cada una de las células que
lo componen.
Contrariamente a una opinión, que nos asombra sea debida a la pluma de un filósofo tan agudo como Herbert
Spencer, en el conjunto que constituye una masa no existe en absoluto una suma y un término medio de los
elementos, sino una combinación y una creación de características nuevas. Lo mismo sucede en química. Puestos
en mutua presencia ciertos elementos -las bases y los ácidos por ejemplo-, se combinan para formar un cuerpo
nuevo dotado de propiedades diferentes de las de aquellos que han servido para constituirlo.
Es fácil comprobar hasta qué punto difiere el individuo que forma parte de una masa respecto del sujeto aislado;
pero es menos sencillo descubrir las causas de esta diferencia.
Para llegar a entreverlas, hay que recordar primeramente la siguiente observación de la psicología moderna: no es
sólo en la vida orgánica, sino también en el funcionamiento de la inteligencia, donde desempeñan los fenómenos
inconscientes un papel preponderante.
La vida consciente del espíritu no representa sino un sector muy reducido, en comparación con su vida
inconsciente, El analista más sutil, el observador más penetrante, no llega a descubrir más que un número muy
reducido de los móviles inconscientes. Nuestros actos conscientes derivan de un substrato inconsciente, formado
sobre todo por influencias hereditarias. Este substrato encierra los innumerables residuos ancestrales que
constituyen el alma de la raza. Tras las causas manifiestas de nuestros actos se encuentran causas secretas
ignoradas por nosotros. La mayoría de nuestros actos cotidianos es el efecto de móviles ocultos que se nos
escapan.
Principalmente, todos los individuos que componen el alma de una raza se asemejan por los elementos
inconscientes y difieren, por los elementos conscientes, frutos de la educación pero sobre todo de una herencia
excepcional. Los hombres más diferentes entre sí por su inteligencia tienen, en ocasiones, instintos, pasiones y
sentimientos idénticos. En todo aquello que se refiere a sentimientos -religión, política, moral, afectos, antipatías,
etc.-, los hombres más eminentes no sobrepasan, sino en raras ocasiones, el nivel de los individuos corrientes.
Entre un célebre matemático y su zapatero puede existir un abismo en su rendimiento intelectual, pero desde el
punto de vista del carácter y de las creencias, la diferencia es frecuentemente nula o muy reducida.
Ahora bien, estas cualidades generales del carácter, gobernadas por el inconsciente y que poseen en un mismo
grado aproximado la mayoría de los individuos normales de una raza, son precisamente aquellas que
encontramos, de forma generalizada, en las masas. En el alma colectiva se borran las aptitudes intelectuales de
los hombres y, en consecuencia, su individualidad. Lo heterogéneo queda anegado por lo homogéneo y
predominan las cualidades inconscientes.
Esta puesta en común de cualidades corrientes nos explica por qué las masas no pueden realizar actos que
exigen una elevada inteligencia. Las decisiones de interés general tomadas por una asamblea de hombres
distinguidos, pero de diferentes especialidades, no son sensiblemente superiores a las que adoptaría una reunión
de imbéciles. Tan sólo pueden asociar, en efecto, aquellas cualidades mediocres que todo el mundo posee. Las
masas no acumulan la inteligencia, sino la mediocridad. No es todo el mundo, como se dice con frecuencia, quien
149
tiene más ingenio que Voltaire. Ciertamente, Voltaire tiene más ingenio que todo el mundo, si es que todo el
mundo representa a las masas.
Pero si los individuos que forman una masa se limitasen a fusionar sus cualidades corrientes, se daría
simplemente un término medio y no, como hemos dicho, una creación de características nuevas. ¿De qué modo
se establecen estas características? Procedamos a examinarlo.
Diversas causas determinan la aparición de las especiales características de las masas. La primera de ellas es
que el individuo integrado en una masa adquiere, por el mero hecho del número, un sentimiento de potencia
invencible que le permite ceder a instintos que, por sí solo, habría frenado forzosamente. Y cederá con mayor
facilidad, puesto que al ser la masa anónima y, en consecuencia, irresponsable, desaparece por completo el
sentimiento de responsabilidad, que retiene siempre a los individuos.
Una segunda causa, el contagio mental, interviene asimismo para determinar en las masas la manifestación de
características especiales y, al mismo tiempo, su orientación. Dicho contagio es un fenómeno fácil de comprobar,
pero que sigue hasta ahora sin explicar y que hay que poner en relación con los fenómenos de índole hipnótica
que estudiaremos a continuación. En una masa, todo sentimiento, todo acto es contagioso, hasta el punto de que
el individuo sacrifica muy fácilmente su interés personal al colectivo. Se trata de una aptitud contraria a su
naturaleza y que el hombre tan sólo es capaz de asumir cuando forma parte de una masa.
Una tercera causa, de mucha mayor importancia, determina en los individuos que forman masa características
especiales, que a veces son muy opuestas a las del sujeto aislado. Me refiero a la sugestibilidad, cuyo contagio,
anteriormente mencionado, no es sino un efecto.
Para comprender este fenómeno hay que tener presentes algunos descubrimientos recientes de la fisiología. Hoy
día sabemos que puede llevarse a un individuo a un estado tal que, habiendo perdido su personalidad consciente,
obedezca todas las órdenes del operador que le ha hecho llegar a este estado y cometa los actos más contrarios
a su carácter y costumbres. Ahora bien, atentas observaciones parecen demostrar que el individuo, sumergido
durante cierto tiempo en el seno de una masa actuante, cae muy pronto -a consecuencia de los efluvios
emanados por ésta o por cualquier otra causa aún ignorada- en una situación particular, que se aproxima mucho
al estado de fascinación del hipnotizado en manos de su hipnotizador. Al estar paralizada la vida del cerebro en el
sujeto hipnotizado, éste se convierte en el esclavo de todas sus actividades inconscientes, que el hipnotizador
dirige a su placer. La personalidad consciente se ha esfumado, la voluntad y el discernimiento han quedado
abolidos. Sentimientos y pensamientos se orientan entonces en la dirección determinada por el hipnotizador.
Aproximadamente, éste es el estado del individuo que forma parte de una masa. Ya no es consciente de sus
actos. En él, al igual que en el hipnotizado, mientras que son destruidas ciertas facultades, otras pueden alcanzar
un grado extremo de exaltación. La influencia de una sugestión le lanzará con una fuerza irresistible a la ejecución
de determinados actos. Impetuosidad más irrefrenable aún en las masas que en el sujeto hipnotizado, ya que la
sugestión, al ser la misma para todos los individuos, se exagera al convertirse en recíproca. Las unidades de una
masa que posean una personalidad lo bastante fuerte como para resistir a la sugestión, son muy poco numerosas
y las arrastra la corriente. Podrán intentar, a lo sumo, una desviación mediante una sugestión diferente. En
ocasiones, una palabra acertada, una imagen intencionadamente evocada, han apartado a las masas de los actos
más sanguinarios.
Y así vemos a jurados dictar veredictos que desaprobaría, individualmente, cada uno de los miembros; a
asambleas parlamentarias que adoptan leyes y medidas que rechazaría personalmente cada uno de sus
componentes. Considerados por separado, los hombres de la Convención eran burgueses de hábitos pacíficos.
Reunidos en masa no vacilaron, bajo la influencia de algunos líderes, en enviar a la guillotina a los individuos más
150
patentemente inocentes; y, en contra de todos sus intereses, renunciaron a la inviolabilidad y se diezmaron
mutuamente.
El individuo inmerso en la masa no sólo difiere de su yo normal a causa de sus actos. Antes incluso de haber
perdido toda independencia, se han transformado sus ideas y sentimientos, hasta el punto de que el avaro se
pueda transformar en pródigo, el escéptico en creyente, el hombre honrado en criminal, el cobarde en héroe. La
renuncia a todos sus privilegios, votada por la nobleza en un momento de entusiasmo durante la famosa noche del
4 de agosto de 1789, jamás hubiera sido aceptada por ninguno de sus miembros considerados aisladamente.
De las observaciones precedentes deducimos que, intelectualmente, la masa es siempre inferior al individuo
aislado. Pero desde el punto de vista de los sentimientos y de los actos que éstos provocan, puede ser mejor o
peor, según las circunstancias. Todo depende del modo como se la sugestione. Esto es lo que no han visto los
escritores que han estudiado a las masas tan sólo desde el punto de vista criminal. Desde luego, las masas son
frecuentemente criminales, pero también son heroicas en muchas ocasiones. Se las conduce fácilmente a dejarse
matar por el triunfo de una creencia o de una idea, se las entusiasma por la gloria y el honor, se las arrastra casi
sin pan y sin armas, como durante las cruzadas, para librar del infiel la tumba de un dios o, como en 1793, para
defender el suelo de la patria. Heroísmos sin duda un tanto inconscientes, pero que son los que hacen la historia.
Si no se anotaran en el activo de los pueblos más que las grandes acciones fríamente razonadas, los anales del
mundo registrarían muy pocas cosas.
En el momento presente la contraposición más significativa no es ya “cultura de minorías” y “cultura popular”, sino
“cultura industrializada” y “cultura no industrializada”. Por otra parte, y como veremos más tarde con detenimiento,
tanto la “Cultura de Masas” como las distintas “culturas de elite” están hoy predominantemente industrializadas.
La Industria, por lo tanto, se ha convertido en nuestra época en el factor que decide qué manifestación de la
Cultura será, o no, socialmente significativa.
1. Como ya dijimos, esta Cultura de Masas se hace posible, y se configura, a partir de un consumo masivo de
bienes culturales y el incremento del tiempo de ocio disponible para las masas.
2. Ramón Zallo, uno de los pioneros en España en el estudio de la llamada “Industria Cultural”, distingue cuatro
grandes tipos de Cultura de los que, los tres primeros corresponderían a la Cultura no industrial y solo el cuarto a
la Cultura Industrializada:
1. - Cultura tradicional: Se caracteriza por el carácter de irreproducible de que está dotado su producto, así como
por una forma de trabajo que hace muy difícil la aplicación de modos de producción industrial (por ejemplo: la
pintura de caballete, cierta clase de “espectáculos en vivo”, etc.).
2. - Cultura artesanal: Se diferencia de la tradicional en que existe cierta posibilidad de reproducción de la obra
cultural (posibilidad limitada a consecuencia de los medios empleados o del propio mercado en que los productos
se distribuyen).
3. - Cultura independiente: Se caracteriza por la búsqueda de una eficacia estrictamente estética, ideológica o
política y no económica (prensa de partidos, radios libres, etc.).
4. - Cultura industrializada: Es la que se realiza a través de una industria o conjunto de empresas, siendo
configurada, por tanto, por las características de aquéllas. Constituye la manifestación cultural predominante en
nuestras sociedades y es el marco genérico en el que se inscribe nuestro trabajo. Ver: Zallo (1992).
3. Lo que no impide, lógicamente, que la cultura no industrializada pueda ser más significativa que la
industrializada para ciertos individuos y grupos. Sin embargo, por su poca capacidad de difusión, el efecto
“fecundador” de dichos grupos será mínimo.
151
Causas de la conducta de la masa
Por el mero hecho de integrarse en una multitud, el individuo adquiere un sentimiento de poder invencible,
que hace que la muchedumbre se vuelva más primitiva y menos sujeta al control ejercido por la conciencia
o por el temor al castigo.
Existe el contagio emocional o imitación, una suerte de comunicación subterránea que Le Bon enlaza con
la hipnosis.
Emplear el término masa implica situarse en un plano superior respecto a la sociedad, es decir, desde un punto de
vista elitista. Puesto que la masa no tiene ni identidad ni criterio propio, son estas élites -que se encuentran en un
lugar privilegiado desde la perspectiva política y/o económica- las que imponen las pautas de la educación de la
sociedad. Por tanto, esta educación tiene un carácter social pero, sin embargo, se proyecta desde un grupo
reducido grupo dominante.
El término masa implica una modernidad ambivalente: sin modernidad no hay masas y sin masas no hay
modernidad. La modernidad, originada a raíz de la revolución industrial, supuso un cambio social y, con este, la
aparición de la sociedad moderna (o sociedad de masas) tal y como la conocemos hoy en día. Pero en la
modernidad no solo evolucionó la industria o la política sino también los usos y las costumbres de la población.
Este es el factor más seductivo o positivo de la modernidad, que por su naturaleza es de carácter revolucionario.
Pero lo negativo de esto es que para que se produzca dicha revolución, tiene que llevarse a cabo una
homogeneización.
Tradicionalmente el tema de la masa se trata como algo cuantitativo (gran número de personas), pero hay que
tener en cuenta el aspecto cualitativo de esta sociedad de masas. Guy Debord definió la sociedad del espectáculo
como la "representación diplomática que una sociedad autoritaria se hace de sí misma". Desde un punto de vista
lógico el problema está claro, no obstante, no se han desarrollado las condiciones estructurales en nuestra
sociedad para poder abordar y resolver el problema, no siquiera teóricamente. La masa no es tanto una realidad
sino una proyección o programa social, una forma de esa sociedad de proyectarse al futuro bajo la idea de masa.
La sociedad se considera a ella misma una masa por diversos factores:
Tiene capacidad de totalización del espacio social y globaliza dando unidad a una sociedad necesitada de
unificación (debido a todas las revoluciones que tuvieron lugar en el siglo XIX), permitiendo manejar la
sociedad de forma equilibrada amortiguando los cambios que están teniendo lugar y encauzándolos.
Forma una identidad colectiva que es tratada de un mismo modo y de forma homogénea. Facilita el control
tanto político como económico, ya que es lo que necesita un modelo de estado en la sociedad y en la
cultura moderna: una sociedad homogénea. El mercado, que estandariza la producción y al productor para
agilizar el sistema, también necesita una sociedad homogénea, por lo que el surgimiento de la sociedad
de masas tiene lugar por la necesidad de dichos cambios políticos, económicos y culturales.
Por el hecho de ser una masa, necesita de un agente exterior que le dé forma, que la moldee, ya que ella
sola no tiene ni capacidad ni autonomía sobre el control de sí misma. Una sociedad de masas siempre
necesita un líder y la necesidad es mutua, necesitan una dirección fuerte y externa, porque llega un punto
en el que está fuera de control.
Se habla de ella en términos cuantitativos, dejando aparte un problema cualitativo. Es incomprensible que
una sociedad moderna, intelectual, ilustrada, progresista, liberal...se defina a sí misma como "de masas"
cuando dicho término conlleva la necesidad de ser dirigido, ya que no es capaz de gobernarse y dirigirse a
sí mismo.
Los cambios necesitan de una base social homogénea para tener lugar. Si la sociedad es de masas, la
comunicación también lo será. Estamos ante el nacimiento de la comunicación de masas (nacimiento de los mass
media).
No será hasta los años 30 cuando se empezará a observar la verdadera intencionalidad de la aparición de las
masas. "Las masas son un invento de la burguesía para ametrallarlas mejor". Antonio Machado.
152
Las características o síntomas del comportamiento del individuo humano en situación de multitud o masa son
muy particulares y parecen ser intrínsecas a nuestra naturaleza, por lo que deben de estar determinadas en
nuestros genes a manera de instinto. El animal humano es gregario por naturaleza pues solo en el grupo
encontramos éxito. También se sabe, que el ser humano es por origen cazador y recolector de manera que
nuestros ancestros estaban adaptados a esa vida en grupos principalmente familiares. Psicólogos han estudiado a
las masas y han descrito una serie de síntomas que presentan en común personas en situación de multitud o
masa los síntomas consisten en; una regresión psíquica, desaparición parcial de la conciencia y de las
inhibiciones morales, exaltación del instinto y de la afectividad complementado con una fe ciega en el grupo y el
líder y la sensación de ser poderoso como grupo.
La presencia del comportamiento del individuo en masa puede ser una adaptación de los grupos humanos para
lidiar situaciones estresantes. Confiar ciega e impulsivamente en un líder sabio y experimentado en situaciones de
peligro pudo haber sido la diferencia entre la vida o la muerte de miembros del grupo.
Desde que el hombre descubrió la agricultura, se volvió sedentario y se agrupó en aldeas, posteriormente las
presiones naturales de selección disminuyeron con la seguridad de alimento y la protección de las ciudades. Los
líderes cambiaron dentro de las ciudades y los grupos crecieron transformándose en masas. Surgieron nuevas
formas de organización social y formas permanentes y artificiales de organización permanente de las masas,
siendo formas diferentes de las masas no organizadas que surgen de manera espontánea y tienen poca duración.
Dentro de las masas organizadas parte de la estructura familiar jerárquica se conserva, tal como ocurre en la
iglesia o en el ejército.
Las masas han sido un mecanismo social de cambios registrados por la historia, una herramienta de control por
parte de los líderes y de los grupos de poder. Debido a que las masas son impulsivas, irritables, crédulas,
intolerantes pero siempre con confianza ciega en su líder.
Resulta importante tomar conciencia de que el ser humano es un animal y como tal se encuentra determinado por
su historia natural. La actitud contagiosa y ciega de las masas al seguir al líder y al grupo, pudo resultar adaptativa
para nuestros ancestros, sin embargo, al cambiar nuestro estilo de vida, estos mismos comportamientos se han
vuelto herramientas de control social por parte de grupos de poder.
Comunicación de masas.
El emisor es una compleja organización social que precisa de grandes recursos financieros para su
funcionamiento y que, por tanto, tiene o puede tener interés en la difusión o no difusión de determinados
mensajes, con el fin de seguir disponiendo de dichos recursos.
El canal y el código son los característicos de cada medio y dependen de su forma de distribución y recepción, del
estado de la tecnología y de la dimensión organizativa del emisor.
El mensaje es elegido primariamente por el emisor, pero de acuerdo a la teoría de retroalimentación (Wiener) es la
audiencia la que, de alguna manera, pide un determinado tipo de mensajes, que el emisor se ve obligado a dar
para mantener su posición en el mercado de los emisores.
El receptor es la sociedad de masas, la audiencia. Un conjunto amorfo de personas, sin interacciones
significativas y con nula relación con el emisor. No obstante, responde al estímulo del mensaje modificando sus
comportamientos y pidiendo nuevos contenidos al emisor.
El francés Gustave Le Bon, afirma que primero debemos entender que es masa, se unen varias personas tanto
para ayudarse mutuamente como para tener un contacto directo de otros individuos similares, de esta forma los
individuos pierden su identidad convirtiéndose en un grupo social más poderoso que un solo individuo, se sienten
153
más fuertes y protegidos contra cualquier peligro. Sin embargo, durante la industrialización los dueños de las
empresas iniciaron los trabajos para controlar a estos conglomerados de personas; las elites inicaron el control de
estas masas por diversos medios, uno de estos fueron los medios de comunicación, otros más sutilies son la
educación, la cultura, los partidos políticos, etc.
La masa tiene como rasgos:
es una agrupación humana con pérdida del control racional
mayor sugestión, , habilidad, contagio emocional, imitación, sentimiento de omnipotencia
anonimato para el individuo
es un espíritu colectivo, distinto al de cada uno de los individuos
los individuos pierden su individualidad en la suma de las personas que la forman, desarrollando un alma
colectiva con una conciencia supra individual que funde sus mentes en una unidad mental
El Liderazgo
Se debe de entender como al proceso de influir en otras personas y de incentivarlas para que trabajen en forma
entusiasta por un objetivo común. Existen distintas clasificaciones de los líderes: por ejemplo, en cuanto a la
formalidad en su elección, se suele hablar de líderes formales (elegidos por una organización) o de líderes
informales (que emergen de un grupo).
Es un rol susceptible de ser asumido por cualquier ser humano independientemente de su nivel educativo,
jerárquico u ocupacional. Está definido por conductas de superioridad y seguridad frente a los otros. Puede
asumido por hombres y mujeres en las organizaciones.
Un líder requiere de fuerzas opositoras para sostenerse, este es sin duda, el secreto en medio de un clima de
exclusión y para conseguir fuerza y aceptación dentro de las masas.
Un líder busca la exclusión de un grupo para procurar el fortalecimiento de sus propios intereses y propósitos.
De todas formas, la clasificación más difundida es aquella que refiere a la relación entre el líder y sus seguidores.
En este caso, existen liderazgos autoritarios, democráticos y liberales (laissez faire).
154
El líder autoritario es aquel que toma las decisiones por su cuenta y no las justifica en ningún momento. Esta
clase de líder apela a la comunicación unidireccional con el subordinado.
El líder democrático, en cambio, decide luego de fomentar la discusión en el grupo y tiene en cuenta las
opiniones de sus seguidores. Las normas y los criterios de evaluación son explícitos y claros.
En cuanto al líder liberal, suele adoptar un papel pasivo y deja el poder en manos del grupo. Nunca juzga ni
evalúa los aportes de las demás personas y los miembros gozan de total libertad de acción.
Otra clasificación de los liderazgos está determinada por la influencia del líder en sus subordinados. El liderazgo
transaccional es aquel que se da cuando los miembros del grupo reconocen al líder como autoridad y éste
proporciona los recursos considerados como válidos para el grupo. En cambio, el liderazgo transformacional o
carismático implica la capacidad de modificar la escala de valores, las actitudes y las creencias de los
seguidores.
El líder y la masa
Un líder requiere de fuerzas opositoras para sostenerse. Éste es, sin duda, el secreto para prevalecer en medio de
un clima de exclusión y para conseguir fuerza y aceptación dentro de las masas. Así, sistemáticamente, un líder
busca la exclusión de un grupo para procurar el fortalecimiento de sus propios intereses y propósitos. En todo
grupo donde no existe la exclusión, no hay fuerza, y sin fuerza, los líderes no encuentran cómo imponerse. Las
dinámicas de las masas han sufrido pocas alteraciones en este sentido, pues en la actualidad vemos cómo un
colectivo clama por un líder "pujante" que sea capaz de confrontar y "tensar la liga", que no es otra cosa que la
polarización entre bandos que asumen una postura a favor o en contra de un gobernante.
La continuidad y la permanencia de los grupos en el poder va a depender entonces de la capacidad que tengan de
mantener una oposición activa que estire el otro extremo de la liga para ejercer presión, generando matrices de
opinión favorables a sus intereses particulares.
Los gobernantes apelan entonces al fracaso o a la victoria de los líderes anteriores para catapultarse en medio de
una masa que constantemente está buscando reinventar los modelos políticos, los cuales se agotan cuando los
intereses individuales de los mandatarios comienzan a alejarse de la imagen del colectivo.
Y aunque el discurso pareciera dirigirse a todos, quienes gobiernan, lo hacen accionando para alcanzar sus
propios intereses, y en esta medida, su éxito depende sólo de cuán eficientes sean proyectando sus intereses
sobre la masa.
Por citar un ejemplo, cuando se planteó la Reforma Agraria en Venezuela específicamente, se hizo un llamado al
hombre del campo, a quien se le había privado del fruto de la tierra desde la colonia.
De igual forma, ahora se ofrecen nuevas modalidades de justicia social como las invasiones y las expropiaciones
para tratar de conquistar al campesino, al hombre de barrio, al menos favorecido, al pobre, al analfabeta, al
marginal y en general a todos los excluidos sociales por razones raciales, físicas o morales.
A ellos, todos los días, se les recuerda lo que le han quitado, argumento que inculpa y discrimina a otro sector que
inmediatamente surge como la oposición necesaria para que sus vengadores permanezcan en el poder.
Los grupos sin oposición están condenados a desaparecer, pues al no existir un factor que tense el otro extremo
de la liga la confrontación se habrá perdido, y con ella la capacidad de generar cambios en el colectivo.
Nelson Mandela. Fue uno de los lideres indiscutidos en la lucha de los derechos humanos en Sudáfrica y referente
mundial por su probidad en la batalla por respetar sus derechos a cada uno de los individuos que forman la
sociedad.
Che Guevara. Líder en la revolución cubana, busco un camino nuevo para los hombres y mujeres de
Latinoamérica en la batalla política por acabar con las dictaduras militares en los diversos países de Latinoamérica
los cuales sometieron a sus conciudadanos llegando hasta la tortura y es un ejemplo de las juventudes de esta
región del continente.
155
Simón Bolívar. Sentó las bases para muchas de las luchas independentistas de Latinoamérica, al proporcionar las
bases de las diversas Repúblicas en el continente. Las luchas por los derechos políticos y la libertad de los
ciudadanos.
Napoleón Bonaparte. Con una inteligencia fuera de lo común supo aprovechar sus oportunidades para mejorar su
situación y ponerse al frente de su pueblo y lograr poner a su patria en primer plano mundial; siendo una potencia
política y militar.
Evaluadores:
156
UNIDAD 2
HOJA DE EVALUACIÓN DEL 2.2.
NOMBRE: GRUPO
ACTIVIDAD FECHA FIRMA CALIF FIRMA
1
2.-
3.-
4.-
5.-
6.-
7.-
8.-
9.-
10.-
11.-
12.-
13.-
14.-
15.-
16.-
17.-
18.-
19.-
20.-
157
ANTOLOGÍA
DE
PRINCIPIOS
GENERALES
DEL
DERECHO
UNIDAD III
“Sólo el conocimiento y la aceptación de la diferencia del otro COLEGIO NACIONAL DE EDUCACIÓN
abre el camino a la comprensión, cooperación y simpatía”
PROFESIONAL TÉCNICA.
Wolfe C PLANTEL VENUSTIANO CARRANZA 1
NOMBRE DEL
ALUMNO:
158
UNIDAD DE APRENDIZAJE 3
Identifica los principios generales del derecho.
Propósito de la unidad: Valora el comportamiento del individuo en la sociedad
en el marco de las normas jurídicas y convencionalismos sociales para
integrarse con responsabilidad al entorno social.
159
Examen diagnóstico.
¿Qué tanto los ciudadanos deberán estar dispuesto a seguir la ley en un problema legal?
¿Por qué el ciudadano es legítimo individuo para elegir a sus representantes en un estado de derecho?
¿Qué es la justicia?
RESPUESTAS
160
Introducción General.
EL INDIVIDUO Y LA SOCIEDAD.
Para seguir estableciendo la relación del individuo y la sociedad, es necesario poder definir que entendemos por
individuo y por sociedad. Primero se le da el nombre de individuo a todo sujeto o persona o a todo ente humano
capaz de tener derechos y obligaciones y nace como parte de un grupo. Segundo, la sociedad se puede definir
como la unión moral de seres inteligentes, de acuerdo, estable y eficaz para conseguir un fin conocido y deseado
por todos los miembros de la comunidad.
Las relaciones sociales consisten en distinguir las normas jurídicas y los convencionalismos sociales. Como
ejemplo de esta interacción de los convencionalismos sociales se pueden señalar la cortesía, la moda, la
exigencia de la etiqueta, etcétera; todas de origen consuetudinario. A diferencia de las normas jurídicas que se
reflejan en los derechos a los que tiene acceso un individuo, siendo los resultantes de un acto legal o jurídico. De
esta relación entre individuos resulta indispensable el derecho y para saberlo necesitamos los elementos de un
estudio básico.
Por ello, les invito a seguirse preparando en éste proceso del conocimiento de las nociones básicas sobre el
derecho, ciencia de suma importancia para ser aplicada por cualquier ciudadano que desee posibilitar cambios en
su entorno social por medio de su participación activa en los procesos sociales, políticos y culturales de la nación
mexicana.
Otra de las acciones sociales es la comprensión de las instituciones sociales, creadas por los individuos para
insertarse en la sociedad, su conocimiento sobre sus derechos y obligaciones son fundamentales como ciudadano
con pleno goce de sus deberes ciudadanos. Por lo cual, es necesario saber que es el estado y lo que implica el
contenido de la constitución.
El Estado.
Definición del término: es una organización jurídica-política, algo no visible, pero palpable que nos limita y
reconoce derechos, el cual busca garantizar y satisfacer las necesidades públicas y vigilar y suministrar en forma
adecuada los bienes privados y públicos. Otra definición es la organización jurídica de una sociedad bajo un poder
de dominación que se ejerce en determinado territorio.
1) La población son los hombres que pertenecen a un Estado componen la población de éste. Es a la vez
objeto y sujeto del derecho. Es una comunidad jurídicamente organizada.
2) El territorio se define como la porción del espacio en que el estado ejercita su poder.
161
3) Gobierno es el poder que toda sociedad organizada ha de menester de una voluntad que dirija la comunidad
ya que puede sancionar los actos de sus ciudadanos
El estado de derecho implica el cumplimiento de las leyes o el respeto de los derechos de los ciudadanos
amparados en un marco jurídico. Uno de las primeras constituciones que incorpora los derechos sociales en el
mundo es la Constitución Mexicana de 1917, esta constitución se reguló a la Comisión Nacional de los Derechos
Humanos desde el 30 de junio de 1992 por la ley que creaba a la Comisión Nacional de Derechos Humanos y el
artículo 102 apartado B de la Constitución.
Determina una organización jurídica en la que las reglas de la asociación que asigna a cada miembro de ésta su
posición dentro de la misma (ya de dominación, ya de sujeción), y las funciones que le corresponde. Las cuales
están contenidas en una constitución que toda sociedad democrática tiene para regular las formas de convivencia
social entre los individuos y el ciudadano frente el estado.
La Constitución.
Todo término tiene una definición que: Comprende las reglas jurídicas que determinan los órganos supremos de
éste; su modo de creación; sus relaciones recíprocas; su competencia, y la posición de cada uno en relación con
el poder Supremo en cada una de las sociedades en que es promulgada.
No olvides que es por igual el documento que contiene las reglas relativas a dicha organización social, es la norma
fundamental que contiene las leyes fundamentales de las relaciones entre los individuos y de las relaciones entre
el individuo y el Estado.
Toda constitución emana de un contrato celebrado por los particulares para instituir el poder político, reaparece,
con variantes de mayor o menor calidad pero todas fijan los principios fundamentales de su gobierno y
organización administrativa de sus instituciones.
La importancia que tiene toda constitución debe entenderse como la estructura fundamental del Estado, es decir,
la forma de organización política, la competencia de los diversos poderes y los principios relativos al “status” de las
personas.
Un ejemplo claro es la constitución mexicana de los Estados Unidos Mexicanos que a continuación se da la
organización o estructura de la constitución:
Así entonces te invitamos a continuar con tu formación académica, ahora con el tema de las nociones generales
del Derecho, y esperamos que te sea, no solo interesante sino agradable el conocimiento de los derechos que
toda persona mínimamente debe conocer para lograr ser un buen ciudadano y participar en las actividades que las
instituciones sociales le demande y pueda participar de una manera más amplia en el ámbito social de acuerdo al
derecho.
Ciudadanía significa el conjunto de derechos y deberes por los cuales el ciudadano, el individuo está sujeto en su
relación con la sociedad en que vive. El término ciudadanía proviene del latín "civitas", que significa ciudad. Por
tanto, ciudadanía es la condición que se otorga al ciudadano de ser miembro de una comunidad organizada.
Este concepto de ciudadanía está ligado al Derecho, sobre todo en lo que se refiere a los derechos políticos, sin
los cuales el individuo no puede intervenir en los asuntos del Estado, y que permite la participación directa o
indirecta del individuo en el gobierno y en la consecuente administración a través del voto directo para elegir o
para competir por cargos públicos de forma indirecta. La ciudadanía implica derechos y deberes que deben ser
cumplidos por el ciudadano, sabiendo que aquellos serán responsables por la vivencia del individuo en la
sociedad.
Uno de los requisitos de la ciudadanía es la nacionalidad, para que los ciudadanos puedan ejercer sus derechos
políticos. Pero también existen personas que, a pesar de ser nacionales de un Estado, no tienen los derechos
políticos, porque pueden haber sido revocados o denegados, por ejemplo, los presidiarios no tienen derecho a
votar, que es un derecho obligatorio para los mayores de 18 años. Tradicionalmente e históricamente, la mujer, al
igual que los niños o los sirvientes, no tenía ningún tipo de ciudadanía. No es hasta el primer cuarto del siglo XX
cuando se empiezan a reconocer los derechos de las mujeres en el ámbito político, como el sufragio femenino, y
cuando la mujer adquiere una situación de ciudadanía de pleno derecho en la mayoría de países.
162
La ciudadanía exige al individuo como un habitante de la ciudad, como dice la raíz de la palabra, que cumpla sus
deberes, y como un individuo de acción pueda llevar a cabo tareas para su bien y también para el desarrollo de la
comunidad en la que vive, ya que los problemas de la ciudad deberían ser una preocupación para todos los
ciudadanos.
La ciudadanía se ejerce por las personas, los grupos y las instituciones que, a través de la capacitación, es decir,
a través del poder que tienen para realizar las tareas sin necesidad de autorización o permiso de alguien, realizan
las acciones que causan cambios que conducen a evolucionar y fortalecerse, participando en comunidades, en
políticas sociales y activamente en ONGs (Organizaciones No Gubernamentales) a través del voluntariado, donde
se realizan acciones de solidaridad para el bien de la población excluida de las condiciones de ciudadanía. Estas
últimas organizaciones complementan la labor del Estado, realizando acciones donde este no consigue llegar.
TÍTULO CAPITULOS
I. Referido a las Garantías Individuales (Art. 1 al 29).
PRIMERO II. De los Mexicanos (Art. 30 al 32).
III. De los Extranjeros (Art. 33).
IV. De los Ciudadanos Mexicanos (Art. 34 al 38)
163
3.1 . A. Definición del Derecho.
La expresión "directum" aparece, según Pérez Luño, en la Edad Media para definir
al derecho con connotaciones morales o religiosas, el derecho "conforme a la recta
razón". Esto es así si tenemos en cuenta frases como "non omne quod licet
honestum est" (no todo lo que es lícito es honesto, en palabras del jurista romano
Paulo), que indica el distanciamiento de las exigencias del derecho respecto a la
moral.
Esta palabra surge por la influencia estoico-cristiana tras la época del secularizado derecho de la época romana y
es el germen y raíz gramatical de la palabra "derecho" en los sistemas actuales: diritto, en italiano; direito, en
portugués; dreptu, en rumano; droit, en francés; a su vez, right, en inglés; recht en alemán y en neerlandés, donde
han conservado su significación primigenia de "recto" o "rectitud."
La separación posterior del binomio "ius"-"directum" no pretende estimar que la palabra "ius" se halle exenta de
connotaciones religiosas: téngase en cuenta que en la época romana temprana, según Pérez Luño, los
aplicadores del derecho fueron, prácticamente de forma exclusiva, los pontífices. Aunque la definición del término
"ius" y su origen aún no esté clara, estudios actuales de Giambattista Vico relacionan muy inteligentemente y casi
sin lugar a dudas la procedencia de este término de "Iupiter" (Júpiter), principal Dios del panteón romano,
representativo de las ideas de poder y justicia.
La ciencia del Derecho es una rama de las ciencias sociales que estudian las normas obligatorias que controlan
las relaciones de los individuos de una sociedad. Es una disciplina que transmite a los estudiantes de Derecho un
conjunto de conocimientos relacionados con las normas jurídicas establecidas por cada país.
Cuando ésta vigente recibe el nombre de derecho objetivo, y puede responder a distintas significaciones:
•El conjunto de reglas que rigen la convivencia de los hombres en sociedad.
•Norma o conjunto de normas que por una parte otorgan derechos o facultades y por la otra, correlativamente,
establecen o imponen obligaciones.
•Conjunto de normas que regulan la conducta de los hombres, con el objeto de establecer un ordenamiento justo
de convivencia humana.
•La facultad que tiene un sujeto para ejecutar determinada conducta o abstenerse
de ella, o para exigir de otro sujeto el cumplimiento de su deber.
•La facultad, la potestad o autorización que conforme a la norma jurídica tiene un
sujeto frente a otro u otros sujetos, ya sea para desarrollar su propia actividad o
determinar la de aquéllos.
En principio, digamos que es un conjunto de normas de carácter general, que se dictan para regir sobre toda la
sociedad o sectores preestablecidos por las necesidades de la regulación social, que se imponen de forma
obligatoria a los destinatarios, y cuyo incumplimiento debe acarrear una sanción o la respuesta del Estado a tales
acciones.
Estas normas no son resultado solamente de elementos racionales, sino que en la formación de las mismas
inciden otros elementos, tales como intereses políticos y socioeconómicos, de valores y exigencias sociales
164
predominantes, en tanto condicionan una determinada voluntad política y jurídica, que en tanto se haga dominante
se hace valer a través de las normas de Derecho. A su vez esas normas expresan esos valores, conceptos y
exigencias, y contendrán los mecanismos para propiciar la realización de los mismos a través de las conductas
permitidas, prohibidas o exigidas en las diferentes esferas de la vida social.
La diversidad social y de esferas en que metodológica y jurídicamente se pueden agrupar, es consecuencia del
nivel de desarrollo no sólo de las relaciones, sino también de la normativa y de las exigencias de progreso de las
mismas, pero aún con esta multiplicidad de normativas existentes, el Derecho ha de ser considerado como un
todo, como un conjunto armónico. Esa armonía interna puede producirse por la existencia de la voluntad política y
jurídica que en ellas subyace.
En sociedades plurales la armonía de la voluntad política depende de la coincidencia de intereses de los grupos
político partidistas predominantes en el legislativo y en el ejecutivo, así como de la continuidad de los mismos en
el tiempo. Cambios también se pueden producir con las variaciones de los intereses socioeconómicos y políticos
predominantes, al variar la composición parlamentaria o del gobierno. Asimismo, en sociedades monopartidistas y
con presupuesto de la unidad sobre la base de la heterogeneidad social existente, la armonía de la voluntad
normativa es mucho más factible si bien menos democrática, lo que no quiere decir que se logre
permanentemente; la base de la armonía radica en los intereses únicos del partido.
Doctrinalmente se defiende la existencia de unidad y coherencia; pero lo cierto es que en la práctica lo anterior es
absolutamente imposible en su aspecto formal, aún a pesar de los intereses y valores en juego, por cuanto las
disposiciones normativas se promulgan en distintos momentos históricos, por órganos del Estado diferentes, e
incluso dominados éstos por mayorías políticas o con expresiones de voluntades políticas muy disímiles.
Igualmente no siempre hay un programa pre elaborado para actuación normativa del Estado (programas
legislativos), sino que la promulgación de una u otra disposición depende de las necesidades o imposiciones del
momento.
En tales situaciones se regulan relaciones sociales de una forma, con cierto reconocimiento de derechos e
imposiciones de deberes, con determinadas limitaciones, se establecen mandatos de ineludible cumplimiento; y
estas disposiciones pueden ser cuestionadas por otros órganos del Estado, derogadas por los superiores, o
modificadas por los mismos productores meses o años después. Es decir, en el plano formal, haciendo un análisis
de la existencia de una diversidad de disposiciones, si encontraremos disposiciones que regulan de manera
diferente ciertas instituciones, o las prohíben, o las admiten, o introducen variaciones en su regulación, o que
también en el proceso de modificación o derogación, se producen vacíos o lagunas, es decir, esferas o situaciones
desreguladas.
En el orden fáctico, y usando argumentos de la teoría política, las bases para la armonía las ofrece, ciertamente, la
existencia de una voluntad política predominante, y de ciertos y determinados intereses políticos en juego que
desean hacerse prevalecer como ya antes expusimos.
Y desde el punto de vista jurídico-formal, la existencia de un conjunto de principios que en el orden técnico jurídico
hacen que unas disposiciones se subordinen a otras, que la producción normativa de un órgano prime sobre la de
otros, que unas posteriores puedan dejar sin vigor a otras anteriores, como resulta de los principios de jerarquía
normativa no por el rango formal de la norma, sino por la jerarquía del órgano del aparato estatal que ha sido
facultado para dictarla o que la ha dictado; de prevalencia de la norma especial sobre la general; que permita que
puedan existir leyes generales y a su lado leyes específicas para ciertas circunstancias o instituciones y que
permitan regularla de forma diferenciada, y aun así ambas tengan valor jurídico y fuerza obligatoria; o el principio
de derogación de la norma anterior por la posterior, por sólo citar algunos ejemplos.
La producción del Derecho es básicamente estatal y es este otro factor que proporciona coherencia a las
disposiciones normativas vigentes. Sin ser defensora de posiciones absolutamente normativistas, y aun cuando
entre nosotros esta noción ha sido fuertemente criticada no podemos omitir el hecho de que lo cierto es que sólo
aceptando que el Derecho es resultado exclusivo del Estado, la prevalencia de la Constitución respecto a todo el
orden jurídico dictado por los órganos competentes, la sumisión del Estado a la ley y el principio de seguridad
jurídica ciudadana serán efectivos.
Como resultado de esta aseveración, las lagunas o vacíos normativos son un sin sentido y el operador jurídico o el
juez han de ser capaces de encontrar entre las normas la solución del caso que tienen ante si, han de precisar
165
dentro del conjunto armónico, del “sistema” y adoptar la única respuesta posible al caso, como forma de conservar
lo más intacta posible la voluntad predominante.
Y si admitimos que el Derecho no es sólo norma, sino una ciencia, que en tanto expresión de una voluntad política
predominante, tiene funciones específicas en la sociedad, él ha de garantizar el interés prevaleciente, permitiendo,
mandando o limitando, y a su vez ser cauce de lo que se desea obtener. La expresión de intereses aporta unidad
a la normativa vigente.
Dentro de las funciones básicas del Derecho podemos significar en que él es un instrumento de organización
social ya que mediante las normas establecidas se en causa el rumbo de las relaciones sociales, se declaran las
admitidas o se limitan otras; es regla de conducta, por cuanto define, establece, manda o impide actuaciones; es
además medio de solución de conflictos en tanto al ordenar un cauce, ofrece las pautas para la solución, arbitra y
prevé los medios para la solución de las reclamaciones y la defensa de los intereses ciudadanos; y es además un
factor de conservación y de cambio social, en tanto impone un conjunto de reglas, actuaciones y relaciones o
como resultado de su relativa independencia respecto a los fenómenos estructurales, le permiten adelantarse,
establecer las nuevas conductas o relaciones que admitirá, sobre las que estimulará su desarrollo. En otras
palabras, podemos aseverar directamente la falta de independencia del Derecho respecto al Poder y a la Moral
predominantes.
Pero el hecho real es que el Derecho no sólo es voluntad política normativamente expresada, sino que es
declaración además, de los valores que predominan en la sociedad en un momento determinado, y en este
sentido la armonía del sistema también se produce como resultado de la acción reguladora de esos valores,
reconocidos jurídicamente como rectores de la sociedad, o sin estar detallados normativamente, existen como
guías en la acción de ciertos y determinados grupos sociopolíticos y que logran imponer mediante la acción de la
cultura y otros medios de obtención del consenso pasivo de los gobernados.
Esta concordancia, que puede verse fracturada en el tiempo, su restablecimiento es posible desde el mismo
Derecho mediante la adecuación de las normas a las nuevas condiciones, labor que realizarán los operadores
jurídicos, o mediante la aprobación de nuevas disposiciones generales que encaucen hacia otros rumbos la
acción.
La aceptación de esta concepción no supone el abandono de la prevalencia de la ley sobre la labor estatal, y
menos aún sobre la función jurisdiccional, pero si conlleva a una concepción más amplia respecto al sistema que
es el Derecho. Es, entonces, conjunto de normas, valores, principios e intereses; y en consecuencia el carácter del
Derecho como Sistema se conforma como resultado de la complementación de los factores que lo informan y la
propia función del mismo en la sociedad; componentes diversos cuya unidad no es resultado automático de la
existencia de los mismos, sino que habrá que lograrla a partir de la acción consciente y regulada de los creadores
y operadores del Derecho.
La expresión acción consciente supone, desde mi punto de vista, la actuación de los órganos facultados
constitucionalmente para crear normas
generales, conforme a su jerarquía en la
distribución de funciones y atribuciones en el
sistema estatal, lo cual será un elemento
básico para la salvaguarda de la Legalidad y
del desarrollo y vigilancia de la misma no
sólo respecto a la ciudadanía, sino de los
órganos superiores respecto a los inferiores
sin vulnerar las libertades o autonomías
reconocidas a los niveles locales. Pero no
basta sólo que exista una distribución
funcional de las normas que propicie entre
ellas una diferenciación jerárquica, la acción
consciente ha de presuponer la existencia de
un plan de acción que impida la actuación
por impulsos o presiones de ciertos grupos e
intereses que han logrado ubicarse en
posiciones prevalecientes en el conjunto de
las fuerzas predominantes, indicaciones que
166
tampoco son fáciles de lograr, salvo las que resultan de la balanza que impone la coparticipación en el poder, o la
existencia de una oposición política lo significativamente fuerte.
Del enfoque anterior pudiera entenderse que sólo han de facultarse al legislativo y al ejecutivo, y aun cuando
doctrinalmente algunos sistemas han limitado la labor de los jueces en la producción normativa, en la práctica, al
concretar la norma al caso producen una suerte de normas individuales, las cuales pueden ser reconocidas como
productoras de Derecho, a partir del precedente que deriva de las posiciones doctrinales adoptadas, o como
resultado de disposiciones que emiten las administraciones de los órganos de justicia, que son consecuencia de
las valoraciones de los casos que han tenido ante sí. Y tanto para los creadores originarios, como para estos
últimos la regulación es necesaria, estableciendo el cauce respecto al ¿Qué regular?, ¿Cómo? Y Hasta ¿dónde?,
las condiciones para la efectividad de esas disposiciones, así como las posibilidades reales de control y garantía
de observancia de las mismas.
La mayor o menor amplitud de los facultados para crear el Derecho también pasa por el tamiz de la Democracia, y
su determinación formalmente estriba en quiénes son los participantes en el acto de creación y la forma de su
selección. El análisis de cuáles han sido los titulares del derecho a crear las normativas generales requiere
además, de un tratamiento histórico, teniendo en cuenta las concretas condiciones en que se han defendido las
diferentes posiciones. Tal es así que frente al absolutismo monárquico, el reconocimiento de las facultades
exclusivamente para el Parlamento de nobles era una medida de garantía y de seguridad para este sector social.
El ascenso de la burguesía al poder, en algunos casos de forma radical y con exclusividad, y en otros de forma
compartida, también justifica el reconocimiento de las facultades legislativas sólo a favor del parlamento. Pero si
de Estados modernos se trata, la defensa de las facultades limitadas al legislativo es una fórmula que limita la
Democracia a la acción de los representantes electos y sesga la verdadera noción de la Democracia.
La Democracia permanente, al estilo de Rousseau, de todos es sabido que no puede ser empleada en lo
cotidiano, por lo que el representante es una necesidad, una limitante de la participación directa del pueblo en la
decisión de los asuntos públicos, que hay que reconocer admitir a favor de un grupo especializado en las labores
para la acción política y de gobierno. Pero ese representante no debe serlo de la nación, en su acepción más
general, ya que como categoría abstracta no se personifica. El representante lo ha de ser de un grupo humano
determinado, ha de vincularse y de responder ante él, y entonces esa acción del aparato superior, en el que si
están manifestados los intereses colectivos menores, será resultado de un consenso sociopolítico activo.
Hasta aquí hemos obtenido una representación lo más fiel posible de los intereses locales, pero el participante que
otorga consenso y legitimidad a la actuación del aparato estatal, se ha quedado limitado a la actuación de su
segundo. Se hace necesaria la participación del que debe ser el primero para que ese consenso sea activo, para
que la participación sea sinónimo de acción; no debe entonces solamente consultarse sobre las decisiones que se
han determinado adoptar, sino que ha de obtenerse la información sobre lo que se debe hacer, para que las
fórmulas constitucionales de las iniciativas legislativas populares sean realidad.
Si de jueces designados se trata, aun cuando en la doctrina es admitida su acción para efectuar la concreción de
la norma al caso, su legitimidad es bastante nula para crear normas generales, y no obstante ello, puede y es
generador de normas generales a partir de las doctrinas emanadas de sus decisiones. Asunto totalmente distinto
son los jueces electivos, en algunos casos popularmente, que gozarían de una legitimidad plena, al igual que los
representantes popularmente electos para crear normas de Derecho generales y de obligatorio cumplimiento para
todos, las que como resultado de la acción jurisdiccional permitirían la armonización de las diferentes normativas,
eliminando oscuridades, antinomias y vacíos. Pero surge entonces otra interrogante: ¿hasta dónde los jueces se
facultarán para corregir las normas y conservar el sistema? La respuesta obvia ha de ser hasta donde no
contradigan la constitución y las leyes.
Otra interrogante: ¿a qué jueces se facultarán? Para adecuar la norma al caso, a todos; pero creación libre del
Derecho a ninguno. Y en los casos de inconstitucionalidades por omisión, podrían también los jueces crear
Derecho, en general, como resultado de su experiencia? Las sentencias aditivas desvirtúan la ley, y pueden llegar
a desdibujar la Constitución. Reconózcase la acción de la iniciativa legislativa, la cual es necesaria, pero asignada
a las administraciones de los tribunales y no a jueces individuales.
La racionalidad del Derecho, también se manifiesta desde su proceso de elaboración. El hacer las normas supone
actividad consciente acerca de los fenómenos sociales que interesa regular, las causas de su producción, qué se
quiere regular, sus circunstancias de desarrollo, las posibles consecuencias de tal medida, así como la decisión
consciente de qué se quiere regular y cómo hacerlo seleccionando una de las opciones posibles. La norma nace,
así, con una validación respecto a su posible eficacia ulterior.
Para que una norma pueda ser eficaz, para que se realice, han de crearse, además, los medios e instituciones
que propicien la realización de la disposición, y de los derechos y deberes que de tales situaciones resulten. Pero
la eficacia de una norma no puede exigirse sólo en el plano normativo, también ha de ser social, material, para
que haya correspondencia entre la norma y el hecho o situación, para que refleje la situación existente o que
desee crearse, manifestándose así la funcionalidad del Derecho. Como resultado de lo anterior, será posible,
entonces, que la norma obtenga el consenso activo de sus destinatarios, que sea acatada y respetada
conscientemente, sin requerir la presión del aparato coercitivo del Estado.
Requisito previo de la validez normativa es la publicidad en el sentido antes expuesto. La publicación de las
normas se hace no solo para dar a conocer el nacimiento de la disposición, el inicio de su vida jurídico formal, sino
también para declarar la posibilidad de su exigencia y obligatoriedad para el círculo de destinatarios de la
normativa. Aún más, si toda disposición normativa se dicta, por regla general, para que tenga vida indeterminada,
para que sea vigente y por tanto válida a partir de la fecha de su publicación si ella no establece lo contrario, el
acto de la publicación es vital en su nacimiento y acción posterior.
La validez de una norma de Derecho, entonces, y de la disposición que la contiene y expresa, es un elemento
importante para la eficacia de la misma, para el logro de su realización en la sociedad, tal y como se previó.
Interesan no sólo la observación de los principios, sino también de ciertas reglas relativas a su elaboración
racional, a la creación de instituciones para asegurar su cumplimiento, así como la finalidad que con ellas se
persigue, a saber: conservar, modificar, legitimar cambios, así como de la observancia de principios básicos que
rigen en cada ordenamiento jurídico.
Por tanto, las disposiciones normativas, de cualquier rango, han de ser resultado del análisis previo con el objetivo
de conocer los hechos, sus causas y efectos, regulaciones posibles, sus efectos, para poder determinar cuál es la
forma precisa que ha de exigirse o propiciarse, o de la Institución jurídica que desea regularse; del cumplimiento
de ciertos requisitos formales en su creación y de la observancia de principios técnicos jurídicos que rigen en un
Ordenamiento jurídico determinado. Han de crearse, además, los medios e instituciones que propicien el
cumplimiento de la disposición, y de los derechos y deberes que de tales situaciones resulten, tanto en el orden
del condicionamiento social-material, proveniente del régimen socioeconómico y político imperante, de los órganos
que hacen falta para su aplicación, como la normativa legal secundaria y necesaria para instrumentar la norma de
Derecho.
También ha de tenerse en forma clara los objetivos o finalidad que se persiguen con la norma, o lo que es lo
mismo, para qué se quiere regular esa relación, si existen las condiciones antes expuestas para su realización, y
entonces la validez de la norma, será no sólo manifestándose así la funcionalidad del Derecho, sino que también
lo será en el orden formal, siendo posible, entonces, que la norma obtenga el consenso activo de sus
destinatarios, su aceptación, cumplimiento y hasta su defensa.
Nacida la norma, se ha de aplicar y de respetar no sólo por los ciudadanos, sino también por el resto de las
instituciones sociales y en particular por los órganos inferiores, los cuales están impedidos formalmente, gracias a
la vigencia del principio de legalidad, de regular diferente o contrario, de limitar o ampliar las circunstancias en que
se ha de aplicar la normativa anterior, salvo que la propia disposición autorice su desarrollo.
En consecuencia, la eficacia del Derecho depende no sólo del proceso de formación, aunque es muy importante,
sino que depende también de las medidas adoptadas para hacer posible la realización de lo dispuesto en la norma
y del respeto que respecto a él exista, principalmente por los órganos del Estado, y en particular de la
Administración a todos los niveles.
Por último, para que las normas emitidas por el Estado no sólo sean cumplidas ante la amenaza latente de
sanción ante su vulneración, sino que se realicen voluntariamente, el creador de las mismas ha de tener siempre
168
presente que el destinatario general y básico de las normas es el dueño del poder, que mediante el acto electoral
ha otorgado a otros un mandato popular para que actúen a su nombre y, en tanto hacia él van dirigidas las
normas, han de preverse los instrumentos legales, así como las instituciones y medios materiales que permitan
hacer efectivos los derechos que las disposiciones reconocen jurídicamente y permitan la defensa de los mismos
ante posibles amenazas o vulneraciones que la Administración o terceras personas puedan provocar.
En otras palabras: Necesidad de garantías para el ejercicio de los derechos y su salvaguarda como vía para que
se realice el Derecho, para garantizar, entre otras las relaciones bilaterales individuo-Estado, individuo-individuo
que se han regulado. Así entonces salvaguarda del orden, defensa de los derechos y legalidad, irán de la mano.
La expresión "fuentes del derecho" alude a los conceptos de donde surge el contenido del derecho vigente en un
espacio y momento determinado, esto es, son los "espacios" a los cuales se debe acudir para establecer el
derecho aplicable a una situación jurídica concreta. Son el "alma" del Derecho, son fundamentos e ideas que
ayudan al Derecho a realizar su fin.
•La Constitución: Es la norma fundamental, escrita o no, de un Estado soberano, establecida o aceptada para
regirlo
•La Ley: es una norma jurídica dictada por el legislador. Es decir, un precepto establecido por la autoridad
competente, en que se manda o prohíbe algo en consonancia con la justicia, y para el bien de los gobernados
•La Jurisprudencia: Se entiende por jurisprudencia las reiteradas interpretaciones que de las normas jurídicas
hacen los tribunales de justicia en sus resoluciones, y puede constituir una de las Fuentes del Derecho, según el
país
•La Costumbre: Una costumbre es una práctica social arraigada, en si una repetición continua y uniforme de un
acto.
•El negocio jurídico: El negocio jurídico es el acto de autonomía privada de contenido preceptivo con
reconocimiento y tutela por parte del Orden Jurídico.
•Los Principios generales del Derecho: Los principios generales del Derecho son los enunciados normativos más
generales que, sin haber sido integrados al ordenamiento jurídico en virtud de procedimientos formales, se
entienden formar parte de él, porque le sirven de fundamento a otros enunciados normativos particulares o
recogen de manera abstracta el contenido de un grupo de ellos.
•La Doctrina: Se entiende por doctrina la opinión de los juristas prestigiosos sobre una materia concreta, aunque
no es una fuente formal del Derecho.
Asimismo en el marco del Derecho internacional, el Estatuto de la Corte Internacional de Justicia en su Artículo 38,
enumera como fuentes:
•Los tratados
•La costumbre internacional
•Los Principios generales del Derecho
•Las opiniones de la doctrina y la Jurisprudencia de los Tribunales Internacionales, como fuentes auxiliares.
•Se reserva, a pedido de parte, la posibilidad de fallar "ex aequo et bono" (según lo bueno y lo equitativo).
El sistema de fuentes aplicable a cada caso varía en función de la materia y el supuesto de hecho concreto sobre
el que aplicar una solución jurídica. Así, en España, el sistema de fuentes para relaciones jurídicas en materia civil
169
viene recogido en el Código Civil y el sistema de fuentes para relaciones laborales (que, por ejemplo, incluyen los
Convenios Colectivos, como fuente de Derecho específica de las relaciones laborales) viene recogido en el
Estatuto de los Trabajadores.
Es un enfoque filosófico del derecho, basado en la aceptación de que existe una serie de Derechos del Hombre,
naturales y universales, superiores o independientes al ordenamiento jurídico positivo, y que son, inclusive, la
razón de que exista tal ordenamiento.
Las teorías sobre el derecho natural o la ley natural tienen dos vertientes analíticas principales relacionadas. Por
una parte, una vertiente ética y, por otra, una vertiente sobre la legitimidad de las leyes.
La teoría ética del derecho natural o de la ley natural parte de las premisas de que “El hombre es un fin en sí
mismo”. Los humanos son racionales y los humanos desean vivir, y vivir lo mejor posible. De ahí, el teórico del
derecho natural llega a la conclusión de que hay que vivir de acuerdo cómo somos, de acuerdo con nuestra
naturaleza. Si no lo hiciésemos así nos autodestruiríamos.
Eso supone que los seres humanos compartimos unas características comunes, una naturaleza o esencia: unas
características físicas y químicas, biológicas, psicológicas, sociales y culturales, etc. Eso hace que las formas de
vida que podemos vivir satisfactoriamente no sean ilimitadas debido a nuestras necesidades.
Habitualmente, una objeción que se suele poner a esta teoría es la variabilidad de la conducta humana. Sin
embargo, la teoría pretende señalar que no todo es bueno para los humanos. Y de este modo, la teoría del
derecho natural ha contribuido a dar a luz a las teorías de los derechos y a una forma, entre otras, de dar razones
para justificar los Derechos Humanos y los derechos fundamentales.
Pese a ello, eso no quiere decir que toda teoría del derecho natural conduzca, necesariamente, a que hay una
sola forma de vida correcta para los seres humanos. Y, en consecuencia, el derecho natural no sería un conjunto
único de normas que no tolera la diversidad en el significado de "vivir lo mejor posible". Sin embargo, esa visión
monolítica del derecho natural es muy corriente y depende de un argumento falaz que John Finnis ha denominado
el argumento de la facultad pervertida.
Según dicha visión monolítica hay acciones malas simplemente porque no son naturales, entendiéndose por no
natural lo que viola los principios del funcionamiento biológico humano. Por ejemplo, sin vida biológica no hay ser
humano, por tanto cualquier interferencia al curso libre de la vida biológica humana -matar a alguien con
electroencefalograma plano, abortar- sería malo se mire como se mire. Otro ejemplo parecido es sobre la
conducta sexual. Aunque la conducta sexual pueda dar placer no sería para el placer, sino una forma de llevar a la
procreación humana que, según esta posición, sería el objetivo de la conducta sexual. Por tanto, el sexo solo
podría ejercerse para la procreación. La iglesia católica es uno de los principales sostenedores de la teoría. Pero
esta forma de entender el derecho natural hace depender la conducta ética del aspecto biológico cuando, en sus
orígenes, la teoría del derecho natural subrayaba la racionalidad humana por encima de la biología.
Desde el punto de vista de la filosofía del derecho, el iusnaturalismo (a veces se escribe "jusnaturalismo")
mantiene que legitimidad de las leyes del derecho positivo, esto es, el conjunto de leyes efectivamente vigentes en
un Estado, depende del derecho natural. Desde este punto de vista, el que una ley haya sido promulgada por la
autoridad competente cumpliendo los requisitos formales exigibles no es suficiente para que sea legítima. La
posición contraria es el positivismo jurídico o iuspositivismo.
Una consecuencia que habitualmente se extrae de la posición iusnaturalista es la siguiente: sería legítimo
resistirse a la autoridad cuando intenta imponer el cumplimiento de una ley que no es compatible con la ley
natural. El atractivo del iusnaturalismo es que de ese modo se justifica la resistencia a la autoridad abusiva del
Estado. El problema es que, así planteadas las cosas, se mezcla la legitimidad moral de una ley con la legalidad
de la ley (si ha sido promulgada siguiendo el procedimiento formal adecuado), distinción conceptual en la que
hace hincapié el positivismo jurídico.
Los orígenes remotos de la idea de derecho natural se encuentran en los filósofos griegos y claramente en
Aristóteles (s. IV a. C.). En su "Ética a Nicómaco", Aristóteles distingue entre la justicia legal o convencional y la
justicia natural "que en todo lugar tiene la misma fuerza y no existe porque la gente piense esto o aquello" (V,7).
En el mismo lugar, Aristóteles insiste en que las leyes naturales no son inmutables pues en la propia naturaleza
170
humana hay cambios naturales debido a principios internos de desarrollo. Y el ser humano tiene como rasgo
fundamental la racionalidad que permite indagar en la vida característicamente humana.
Este aspecto de la racionalidad será retomado por el Estoicismo desde otro punto de vista. La naturaleza humana
forma parte del orden natural. La razón humana es una chispa del fuego creador, del logos, que ordena y unifica el
cosmos. La ley natural es así, ley de la naturaleza y ley de la naturaleza humana y esta ley es la razón. Y esa
razón ha sido implantada por la divinidad (o los dioses). Como la razón puede pervertirse al servicio de intereses
fuera de la propia razón se decía que la ley natural es la ley de la recta o sana razón.
De este modo, Cicerón (s. I a.C.) afirmará que para el hombre culto la ley es la inteligencia, cuya función natural
es prescribir la conducta correcta y prohibir la mala conducta -es la mente y la razón del hombre inteligente, la
norma por la que se miden la justicia y la injusticia (Leyes, 1.VI). Cicerón escribe en el contexto de la formación del
Derecho romano, el cual es fundamental para la idea de Estado de derecho, y tiene como fuente intelectual el
Estoicismo.
Una definición más articulada de ley natural fue formulada por Ulpiano en el siglo III d. C., en el Digesto (I, 1, 1, 3).
A los cristianos no les costó mucho adaptar las ideas estoicas dada la vena teísta del Estoicismo en general y de
Cicerón en particular.
En la Edad Media se dieron diversas definiciones. Una de ellas fue ofrecida por Rufino (en el siglo XII) que buscó
corregir la definición de Ulpiano por otra: "el derecho natural es una fuerza de la creatura humana, tomada de la
naturaleza, que empuja a hacer el bien y a evitar su contrario" (Summa decretorum, d. I).
Por su parte, Tomás de Aquino partirá de la idea de Cicerón pero reformulará la idea de ley divina: Dios ha
establecido una legislación eterna para el mundo natural y el mundo humano. Pero la plena comprensión de esa
ley divina está, con Aristóteles, en marcha, es un proceso en movimiento y eso es lo que conocemos como ley
natural.
Para Norberto Bobbio, "no es tarea nuestra explicar un problema tan rico y complejo como el del Derecho Natural".
Sin embargo, asegura en una de sus obras más importantes que "la corriente del derecho natural se podría definir
como el pensamiento jurídico que concibe que la ley, para que sea tal, debe ser conforme a la justicia... A este
enfoque del problema de las relaciones entre justicia y derecho podemos replicar que es una exigencia, o si
queremos un ideal que nadie puede desconocer, que el derecho corresponda a la justicia, pero no una realidad de
hecho... si nos preguntamos qué es en realidad el derecho, no podemos sino responder que en la realidad vale
como derecho también el derecho injusto, y que no existe ningún ordenamiento que sea perfectamente justo.
Podríamos reconocer como derecho únicamente el que es justo a condición de que la justicia fuera una verdad
evidente o, por lo menos, demostrable como una verdad matemática..
Con otra definición se podría decir que la teoría del derecho natural es aquella que considera poder establecer lo
que es justo de modo universalmente válido. Pero ¿tiene bases esta pretensión? A juzgar por los desacuerdos
entre los diferentes seguidores del derecho natural sobre lo que se debe considerar justo o injusto, a juzgar por el
hecho de que lo que era natural para algunos no lo era para otros, se debería responder que no. Para Kant (y en
general para todos los iusnaturalistas modernos) la libertad era natural; pero para Aristóteles la esclavitud era
natural. Para Locke la propiedad privada era natural, pero para todos los utopistas socialistas, de Campanella a
Wistanley y a Morelly, la institución más conforme a la naturaleza humana era la comunidad de bienes.
Esta diversidad de juicios entre los mismos iusnaturalistas dependía de dos razones fundamentales:
1- El término "naturaleza" es un término genérico que adquiere diferentes significados según la forma como se
use.
2- Aunque el significado del término fuera unívoco y todos los que recurren a él estuvieren de acuerdo en aceptar
que algunas tendencias son naturales y otras no, de la comprobación de que una tendencia es natural no se
puede deducir que esa tendencia sea buena o mala, ya que no se puede deducir un juicio de valor de un juicio de
hecho".
Con estos raciocinios Bobbio llega a la conclusión de que la reducción de la validez del derecho a la justicia de sus
postulados conllevaría la destrucción de uno de los más grandes principios del derecho positivo o válido: La
171
certeza! Pero Bobbio va más lejos. Con dos argumentaciones basadas en las mismas posturas iusnaturalistas
trata de dejar en claro la incoherencia del derecho natural:
A- Es doctrina constante entre los iusnaturalistas que los hombres antes de entrar en el estado civil (regido por el
derecho positivo) vivieron en estado de naturaleza, cuya característica fundamental es ser un estado en el cual
solamente rigen las leyes naturales. Ahora bien, es también doctrina aceptada que el estado de naturaleza es
imposible y que es necesario salir de él para fundar el estado. Esto se debe interpretar como que el derecho
natural no cumple con la función del derecho positivo y, por lo tanto, si llamamos derecho al derecho positivo, no
podemos considerar derecho del mismo modo al derecho natural.
B- Es doctrina común de los iusnaturalistas que el derecho positivo no conforme al derecho natural debe ser
considerado injusto, pero no obstante esto debe ser obedecido (es la llamada teoría de la obediencia). Pero qué
significa exactamente obedecer? Significa aceptar cierta norma de conducta como obligatoria, esto es como
existente en un determinado ordenamiento jurídico, y por lo tanto válida. Y, acaso la validez de la norma no es la
pretensión a lo mejor garantizada por la coacción, de ser obedecida aun por aquellos que se le oponen por
considerarla injusta según su personal criterio de valoración.
Es indiscutible que la mayor parte de las doctrinas iusfilosóficas nacidas a comienzos de este siglo constituyen un
intento por hacer frente al socialismo al que se le sentía por la época con pasos de animal grande. Por otro lado
podemos decir, con Bodenheimer, que todas esas doctrinas tenían en común dos características:
A- Admitían la necesidad de abandonar el individualismo puro y el "laissez faire", incluyendo en todas un elemento
social expresado en el poder del estado de intervenir la economía con un claro acento liberal.
B- Defendían los valores tradicionales frente al ataque del Marxismo.
El iusnaturalismo fue la doctrina más influyente hasta que el positivismo jurídico lo desbancó mediante posiciones
teóricas como la teoría pura del Derecho de Hans Kelsen. Tras la Segunda Guerra Mundial se reaviva su
influencia, como consecuencia del cuestionamiento de la obediencia de los ciudadanos a los regímenes políticos
totalitarios que se achacó, en parte, a las doctrinas iuspositivistas.
En otras palabras:
1- El derecho natural haría parte del ordenamiento jurídico y estaría constituido por normas o principios.
2- Esas normas o principios serían elaboradas por nuestra propia razón, teniendo en cuenta las inclinaciones de
nuestra naturaleza.
3- Esas normas o principios tienen como fin organizar la convivencia humana pero sólo en lo fundamental y no en
los detalles o no en lo propio de cada sociedad humana.
Por último cabe anotar que esas normas o principios tendrían las siguientes características"
1- Son universales, o sea para todos los seres humanos.
2- Son inmutables, no cambian con el tiempo se hacen más fuertes.
3- Son abstractas, totalmente ideas que terminan siendo conceptos.
4- son cognoscibles por medio de la razón natural, salvo en lo que respecta a los llamados por Santo Tomás
preceptos secundarios.
172
EL DERECHO POSITIVO.
Es el conjunto de normas jurídicas escritas en un ámbito territorial en el que de manera puntual genera polémicas
de ser el más normativo, y que abarca toda la creación jurídica del legislador, nunca del pasado y sólo la vigente,
no sólo recogida en forma de lo que viene siendo la ley.
El concepto de derecho positivo está basado en el positivismo, corriente de pensamiento jurídico que considera al
derecho como una creación del ser humano (El Positivismo es una corriente o escuela filosófica que afirma que el
único conocimiento auténtico es el conocimiento científico, y que tal conocimiento solamente puede surgir de la
afirmación positiva de las teorías a través del método científico.
El positivismo deriva de la epistemología que surge en Francia a inicios del siglo XIX de la mano del pensador
francés Augusto Comte y del británico John Stuart Mill y se extiende y desarrolla por el resto de Europa en la
segunda mitad de dicho siglo. Según esta escuela, todas las actividades filosóficas y científicas deben efectuarse
únicamente en el marco del análisis de los hechos reales verificados por la experiencia).
El hombre crea el derecho, las leyes (siendo estas la voluntad del soberano) crean Derecho. Al contrario del
Derecho natural, según el cual el derecho estaba en el mundo previamente, y el ser humano se limitaba
meramente a descubrirlo y aplicarlo en todo el sentido de la palabra.
En este sentido, el derecho positivo descansa en la teoría del normativismo (elaboración del teórico del derecho
Hans Kelsen -siglo XX-), y que estructura al derecho según una jerarquía de normas (jerarquía normativa).
Desde el punto de vista de otras escuelas de pensamiento jurídico, que no excluyen la existencia del derecho
natural o derecho divino, el derecho positivo sería aquel que emana de las personas, de la sociedad, y que debe
obedecer a los anteriores para ser justo y legítimo. Así, se entiende el derecho positivo como un derecho puesto o
dado desde el Estado.
El positivismo jurídico se divide en formalista y sociológico. El primero estudia las formas jurídicas y surge en el
siglo XIX con dos escuelas como precursoras de esta corriente: en Francia la Escuela Exégesis, y en Alemania la
Escuela Dogmática alemana. En cuanto al positivismo jurídico de carácter sociológico, estudia el impacto del
derecho positivo en la sociedad. Sus escuelas precursoras son en Francia la Escuela Social francesa, y en
Alemania el Movimiento del Derecho Libre alemán, ambas del siglo XIX-XX.
La concepción del positivismo jurídico abarca un solo derecho, lo que también se conoce como monismo jurídico:
el derecho positivo. En cambio, para el iusnaturalismo o derecho natural, existen dos derechos (dualismo jurídico):
el derecho positivo y el derecho natural. Este último se define como el conjunto de principios o valores superiores
a los cuales podemos acceder a través de la capacidad humana y que prevalecen sobre el derecho positivo y son
siempre válidos. El origen de esta doctrina es tan antiguo como el Derecho, y puede rastrearse intelectualmente
desde el paso del mito al logos en la Grecia Antigua.
El Derecho escrito es un sistema jurídico (El sistema jurídico reúne las estructuras y las modalidades de
funcionamiento de las instancias encargadas de la aplicación de reglas de Derecho, así como los servicios que
emanan de ellas.
El sistema jurídico comprende así el aparato jurisdiccional, pero también el aparato no jurisdiccional) que posee
una normativa recogida por escrito; se opone al concepto de usos y costumbres, que da origen al Derecho
consuetudinario (Derecho consuetudinario, también llamado de usos y costumbres, es una fuente del derecho.
Son normas jurídicas que se desprenden de hechos que se han producido repetidamente, en el tiempo, en un
territorio concreto. Tienen fuerza vinculante y se recurre a él cuando no existe ley (o norma jurídica escrita)
aplicable a un hecho. Conceptualmente es un término opuesto al de derecho escrito). Habitualmente se entiende
por tal al Derecho expresado en una ley (Derecho legislado), emitida por un legislador, (Un legislador es una
persona o un órgano del cual emanan las leyes. Dependerá de la constitución de cada estado la asignación del
poder legislativo a uno u otro órgano o persona.
Pueden ser legisladores más de una persona u órgano al mismo tiempo, compartiendo dicha labor. En ese caso,
será necesario que de alguna forma se establezca la competencia o jerarquía mediante la cual se rigen ambos
órganos, con el fin de evitar enfrentamientos en el caso de decisiones contrapuestas.
173
Muchas constituciones modernas, siguiendo el modelo de la Constitución de los Estados Unidos, establecen un
congreso o asamblea legislativa bicameral (esto es: compuesta de dos cámaras, como un senado y una cámara
de representantes o de diputados). En muchos otros países, al contrario, hay un sistema unicameral, con un único
parlamento con funciones legislativos) promulgadas y publicadas para su cumplimiento.
La legislación escrita más antigua de la que se tiene registro comienza con la Historia y la civilización en Sumeria
(con el llamado Código de Hammurabi, véase Historia de las instituciones en la antigüedad). Los legisladores
griegos (Solón, Licurgo, Clístenes) que daban leyes a sus polis fueron venerados como héroes.
En la Antigua Grecia se entendía el respeto de la ley como la condición de ciudadanía y de libertad, al concebir
cada individuo su sujeción a la comunidad política y sus normas no como resultado de la dependencia de otro
hombre más fuerte o más digno, sino como la sumisión a un principio inmaterial ("la ley es el rey", nomos
basileus), incluso cuando se está en desacuerdo con ella o acarrea la propia muerte (suicidio de Sócrates).
El Derecho romano era principalmente un derecho escrito (ius scriptum), mientras que el de los pueblos
germánicos era consuetudinario. Varios reinos germánicos que se establecieron en el Imperio Romano de
Occidente, especialmente los godos y los francos, fueron publicando leyes o cuerpos legales escritos.
En general, en la Europa del norte predomina la tradición jurídica del derecho consuetudinario, mientras que la
Europa meridional, de tradición grecolatina, es el ámbito del derecho escrito; incluso el territorio de Francia se
dividía en dos mitades, según predominaba una tradición jurídica u otra (véase Antiguo Régimen en Francia). Las
consecuencias de ello se extendían a múltiples cuestiones, como el grado de libertad de los jueces para innovar
en derecho y sentar precedentes, aplicando su propia jurisprudencia, en casos previstos o no en la normativa
escrita o la costumbre.
El doctor en jurisprudencia EDUARDO GARCIA MAYNES tiene una visión particular del derecho positivo, del
derecho natural y de la vigencia del derecho.
Él Sostiene que el orden vigente está compuesto por las normas legales y las reglas consuetudinarias que el
poder público reconoce y aplica, como también por "los preceptos de carácter genérico que integran la
jurisprudencia obligatoria y las normas individualizadas (resoluciones judiciales y administrativas, contratos,
testamentos, etc.)".
El derecho natural es un "orden intrínsecamente justo, que existe al lado o por encima del derecho positivo..." La
diferencia entre los dos "se hace consistir en el fundamento de su validez. El natural vale por sí mismo en cuanto
intrínsecamente justo. El positivo es caracterizado atendiendo a su valor formal, sin tomar en consideración la
justicia o la injusticia de su contenido.
La validez del segundo encuéntrese condicionada por la concurrencia de ciertos requisitos, determinantes de su
vigencia. Todo precepto vigente es formalmente válido. Las expresiones vigencia y validez poseen en nuestra
terminología igual significado...Frente a tales preceptos los de derecho natural son normas cuyo valor no depende
de elementos extrínsecos..."
Por otro lado, continua GARCIA MAYNES, "las locuciones derecho vigente y derecho positivo suelen emplearse
como sinónimos. Tal equiparación nos parece indebida. No todo derecho vigente es positivo, ni todo derecho
174
positivo es derecho vigente. La vigencia es atributo puramente formal, el sello que el
estado imprime a las reglas jurídicas, consuetudinarias, jurisprudenciales o legislativas
sancionadas por él.
El Derecho Positivo de esta manera sería el que se cumple o es eficaz, así no sea intrínsecamente válido (justo) o
formalmente válido (vigente). En lo que a nosotros respecta preferimos sostener que los términos DERECHO
POSITIVO y DERECHO VIGENTE SON SINÓNIMOS y que no existe un derecho o unas normas que siendo
vigentes no sean positivos. De esa manera preferimos vincular la positivad con la obligatoriedad y carácter
vinculante del derecho y no con su cumplimiento efectivo o eficacia.
Derecho positivo es pues aquel que puede aplicarse, bien sea por el Juez, por la Administración o por los mi smos
ciudadanos. Es decir que en este punto hay una coincidencia con el concepto de fuentes y queda excluido de este
concepto aquel del derecho que algún día se aplicó pero que ya no está, precisamente, vigente y no se aplica hoy,
como por ejemplo el derecho romano.
El Código de Hammurabi, creado en el año 1760 a. C. por el rey del mismo nombre de Babilonia, es uno de los
conjuntos de leyes más antiguos que se han encontrado. En él aparece la ley del Talión, que estableció la regla de
la proporcionalidad, como criterio de justicia. Se encuentra en el Museo del Louvre, París.
Se clasifican en: normas constitucionales, normas ordinarias, normas reglamentarias, normas Individualizadas.
Son normas jurídicas todo el conjunto de materias que constituyen el objeto de estudio y consideración de la
ciencia jurídica, que queda sistematizada dentro de la proposición o regla de derecho. Desde el punto de vista
sancionador las normas jurídicas se dividen en cuatro grupos:
Leyes perfectas,
Leyes más que perfectas,
Leyes menos que perfectas y
Leyes imperfectas.
175
CLASIFICACIÓN DEL DERECHO.
Las normas jurídicas tienen como finalidad regir la conducta de los individuos; pero como los hechos que
constituyen la mencionada conducta son de diversa naturaleza, las normas de derecho varían, según la especie
de hechos que rige. Ahora bien, es necesario para facilitar la comprensión una posible clasificación.
El Derecho Subjetivo, o derechos subjetivos, son las facultades que el individuo tiene con relación a los
miembros del grupo social al que pertenece y con relación, también, al Estado de que forma parte. Dijimos que el
hombre es un ser eminentemente social, este hecho lo lleva a establecer con los demás hombres, entre otras,
relaciones de carácter jurídico. Por ejemplo, el individuo tiene la facultad o poder (derecho subjetivo) de exigir de
los demás hombres respeto para su vida, realizando los actos lícitos necesarios para logar tal finalidad. Dicha
facultad se traduce en una relación entre el sujeto (titular del derecho) y lo demás hombres, otro ejemplo, seria
cuando el individuo forma parte de un grupo social organizado políticamente (Estado), en este caso, tendrá la
facultad (derecho subjetivo) de educar a sus hijos, de exigir para sí el respeto de éstos, de administrar sus bienes
mientras no lleguen a la mayoría de edad, etc.; y lo mismo ocurre tratándose de los hijos o de la esposa; estos
tienen derechos subjetivos en relación con el padre o el esposo (exigir pensión alimenticia, fidelidad conyugal,
debido respeto, etc.).
El individuo tiene la facultad (derecho subjetivo) de exigir a quien le debe algo, el cumplimiento de la obligación
(derecho del acreedor contra el deudor). Entonces el derecho subjetivo es el conjunto de facultades reconocidas a
los individuos por la ley, para realizar determinados actos en satisfacción de sus propios intereses.
La facultad que tiene un sujeto para ejecutar determinada conducta o abstenerse de ella, o para exigir de otro
sujeto el cumplimiento de su deber. La facultad, la potestad o autorización que conforme a la norma jurídica tiene
un sujeto frente a otro u otros sujetos, ya sea para desarrollar su propia actividad o determinar la de aquéllos.
Derechos Subjetivos Públicos.- son los que tiene el hombre por el solo hecho de serlo, sin tomar en cuenta su
sexo, edad o nacionalidad. Basta en ser hombre para convertirse en titular de estos derechos. Ejemplos: derecho
a la vida, a la libertad, a la seguridad personal, etc., estos derechos están enumerados y garantizados en los
primeros 28 artículos de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos 8 títulos, en el Primero
encontramos el capítulo primero de las garantías individuales). Las facultades que tienen los individuos por el solo
hecho de serlo.
Derechos Subjetivos Políticos.- son los que tienen los individuos cuando actúan en calidad de ciudadanos,
miembros de un Estado, son más restringidos que los públicos, puesto que es necesario para poseerlos ser
nacional de un Estado y ciudadano del mismo, lo que implica determinadas restricciones, relativas a la edad,
sexo, nacionalidad, etc. Así en México, sólo los mexicanos, ciudadanos del país y mayores de edad, gozan de
los mencionados derechos; ejemplos: el derecho a votar, y ser electo para los cargos de elección popular
(arts. 35 y 36 de la Constitución), etc.
Derechos Subjetivos Civiles o Privados.- son los que tienen los individuos en sus relaciones de carácter
privado, por ejemplo: el derecho que tiene el padre de educar a sus hijos, el derecho que tienen la esposa de
exigir los alimentos al esposo, el derecho que tiene el autor para disponer de su obra. A su vez se subdividen
en:
Derechos Subjetivos Civiles Personales.- se relacionan directamente con la persona misma, son inherentes
al sujeto, no puede desprenderse de ellos que por su naturaleza están unidos a él, y que no son trasmisibles.
Por ejemplo: el derecho al nombre, al honor personal, a la propia imagen, los familiares, el matrimonio, patria
potestad, potestad marital derechos entre adoptantes y adoptado, etc.
Derechos Subjetivos Civiles Patrimoniales.- se distinguen de los anteriores por sus contenidos, siendo de
carácter económico, es decir estos derechos son enajenables y tasados en dinero. A su vez se dividen en
derechos reales y de obligaciones o de crédito.
2.- El derecho Objetivo está formado por un conjunto de normas o disposiciones y tiene como divisiones:
Derecho Interno.- para aclarar las normas de Derecho se elaboran para regir los actos de los individuos,
cuando aquellos se realizan dentro del territorio del Estado. Por ejemplo: las normas jurídicas que rigen la
organización y constitución del Estado Mexicano. Además esta se subdivide en:
176
Derecho Interno Público.- es la rama del derecho que rige la organización del Estado, la constitución del
gobierno, las relaciones del Estado con los particulares y de éstos con aquél.
El derecho puede responder a distintas significaciones porque es el conjunto de reglas que rigen la convivencia de
los hombres en sociedad. Norma o conjunto de normas que por una parte otorgan derechos o facultades y por la
otra, correlativamente, establecen o imponen obligaciones. O el conjunto de normas que regulan la conducta de
los hombres, con el objeto de establecer un ordenamiento justo de convivencia humana.
4. Los derechos civiles y políticos son una clase de derechos que protegen las libertades individuales de la
infracción injustificada de los gobiernos y organizaciones privadas, y garantizar la capacidad para participar en la
vida civil y política del Estado sin discriminación o represión.
Los derechos civiles incluyen la garantía de la integridad física de las personas y su seguridad, la protección
contra la discriminación por motivos de discapacidad física o mental, género, religión, raza, origen nacional, edad
u orientación sexual; y los derechos individuales como la libertad intelectual y conciencia, de expresión, de culto o
religión, de prensa, y de circulación.
Los derechos políticos incluyen la justicia natural (la equidad procesal) en la ley, tales como los derechos de los
acusados, incluido el derecho a un juicio justo, el debido proceso, el derecho a obtener una reparación o un
recurso legal, y los derechos de participación de la sociedad civil y la política tales como la libertad de asociación,
el derecho de reunión, el derecho de petición, y el sufragio.
Los derechos civiles y políticos constituyen la primera porción de la Declaración Universal de Derechos Humanos
(así como los derechos económicos, sociales y culturales comprenden la segunda parte). La teoría de las tres
generaciones de derechos humanos considera a este grupo de derechos como los "derechos de primera
generación", y la teoría de los derechos negativos y positivos considera, en general, como derechos negativos.
3.- Los derechos sociales son aquellos derechos que tienden al bienestar social, económico y cultural, tanto en
lo individual como en lo colectivo, su objetivo es que los miembros de una sociedad, llevan realmente a una vida
digna. Estas garantías sociales hacen referencia a temas como (Los derechos sociales son:) derecho a la
educación, derecho al trabajo o laborales, derecho a la seguridad social, derecho a la salud, derecho a la vivienda,
177
derechos de la familia, de las niñas y niños, de desarrollo social, planeación democrática y eliminación de los
monopolios.
Estos derechos sociales favorecen a los grupos sociales vulnerables o estratos sociales bajos donde la dinámica
social no los proteja como a los campesinos, los obreros, trabajadores eventuales, etc. Están contemplados en la
constitución mexicana en los artículos 3°, 24° y 123°, porque dan garantía de que se cumplan las prerrogativas
que confieren derechos de educación, de creencia y laborales para los sectores desvalidos o que requieran que
las instituciones sociales o políticas les garanticen el cumplimiento frente a particulares o políticas de estado.
El Derecho Natural es aquella corriente de orden filosófica-jurídica que defiende la existencia de un derecho
anterior a cualquier norma jurídica positiva.
En relación a lo anterior, aunque el ser humano, o el Estado a través de su poder competente para legislar
confiera leyes para ser cumplidas por todos los ciudadanos, dichas leyes se encuentran sometidas a la no
contradicción de esa norma o ley natural, ya que de ser así sería una ley injusta o sencillamente no podría
aplicarse dicha ley.
Varios filósofos explican que las leyes positivas deben cumplir y respetar el derecho natural de las personas, ya
que deben respetar ciertos derechos que son inherentes al ser humano, que a su vez son inalienables, por lo cual
su violación debe ser castigada por tratarse de una violación de un derecho fundamental de los seres humanos, lo
que haría que dicha ley positiva no puede ser aplicable bajo ningún concepto y los ciudadanos puedan optar por
su no cumplimiento en razón de su condición de injusticia.
El derecho natural es una doctrina ética y jurídica que defiende dicha existencia de los derechos del hombre
fundados o determinados en la naturaleza humana, que estos son anteriores y superiores al derecho positivo, es
decir, que la vida humana por ejemplo así como la libertad, son derechos previos y anteriores a cualquier ley
positiva, por lo cual dicho derecho positivo debe respetarlos y defenderlos siempre, por su condición de derechos
fundamentales.
Es por ello que varios filósofos, doctrinarios y estudiosos del derecho explican y defienden que la validez de una
ley depende de su justicia, ya que una ley injusta que atente contra los derechos fundamentales del ser humano
no puede ser válida, con lo cual su aplicación quedaría en desuso, porque una ley injusta va en contra de
cualquier precepto y concepto del Estado de Derecho que deben gozar los ciudadanos de cualquier territorio.
Es por esto que el filósofo Jonh Lock dice: “sería legítimo resistirse a la autoridad cuando intenta imponer el
cumplimiento de una ley injusta o aquella ley que no sea compatible con la ley natural”, por ejemplo: la actuación
de los nazis que realizaron atrocidades permitidas por la ley y por el derecho positivo en vigor, lo cual no quiere
decir que hayan sido leyes justas, por el contrario eran violatorias de los derechos fundamentales de las personas,
lo cual en la actualidad cualquier militar, policía o hasta los propios ciudadanos deben resistirse al cumplimiento de
una norma violatoria de los derechos humanos de las personas.
El Derecho natural y Derecho positivo posee como semejanza en que ambos son conjunto de normas justas,
reguladoras de la conducta humana. Pero a pesar de ello, existe una diferencia entre estos dos sistemas:
El Derecho natural, son un conjunto de valores o principios que se encuentran en la naturaleza y conciencia del
hombre. Por su parte, el Derecho positivo, son normas dictadas por el Estado con el objetivo de regular la
conducta del hombre en sociedad.
El Derecho natural es universal y eterno. En cambio, el Derecho positivo es temporal ya que este se adapta a los
cambios de la sociedad, y rige a una sociedad determinada.
El Derecho natural limita al Derecho Positivo, ya que paraliza al Derecho positivo en el caso de contradecirlo, por
ser una ley injusta, y al mismo tiempo lo orienta en su creación.
Iusnaturalismo Clásico
Iusnaturalismo Moderno
Nace con la obra de Hugo Grocio en el siglo XVII en plenas guerras Europeas causadas por la religión, en el cual
intenta explicar que todas las naciones deben garantizar la paz a los ciudadanos y habitantes de aquellas
regiones.
En el siglo XIX, en Europa, la Escuela de Historia del Derecho busca limar diferencias con el iuspositivismo y
sostiene que las tradiciones históricas y el Derecho Consuetudinario como fuentes de todo sistema jurídico deben
regir los ordenamientos jurídicos, teniendo como gran autor de dichos razonamientos a Friedrich Carl Von
Savigny.
2.- ¿Por qué es importante el respeto de las normas jurídicas en las sociedades
contemporáneas?
3.- ¿Es importante qué los individuos se sometan al imperio de la ley y dejen
que los encargados de su aplicación juzguen de acuerdo a las normas vigentes?,
¿estarías dispuesto a hacerlo en un problema jurídico?
4.- ¿Por qué los ciudadanos son los únicos legítimos individuos para elegir a los
representantes en un estado de derecho?
Realiza una investigación de campo en el que se incluyan diversas regulaciones legales que protejan los
derechos de los grupos vulnerables:
Analizando los valores,
así como los derechos humanos del grupo,
elige un solo problema de los que a continuación te enumero: Indigentes. Adultos mayores. Personas con
capacidades diferentes. Niños. Mujeres indígenas y Presos.
La entregarás en dos semanas a partir de que recibas la antología.
Una cosa es el título y otra cosa distinta es el fundamento del derecho. El título es lo que atribuye una cosa a un
sujeto como derecho. En cambio, el fundamento es aquello en cuya virtud un sujeto puede ser sujeto de derecho o
de determinados derechos. Por ejemplo, para ser Rey de España, según el artículo 57 de la actual Constitución,
hace falta ser sucesor, según el orden regular de primogenitura y representación de S.M. Don Juan Carlos 1 de
Barbón. Esta condición de sucesor es el fundamento para ser Rey, pero no es el título, el cual es, en el derecho
vigente, el citado artículo de la Constitución.
179
La principal consecuencia de las diferencias entre fundamento y título es que el fundamento posibilita para ser
titular de un derecho, pero no otorga el derecho, el cual nace con el título. Punto este digno de ser tenido en
cuenta, porque no faltan quienes, por tener el fundamento se creen que ya tienen el derecho.
Puestos a tratar del fundamento de los derechos, cabe preguntarse cuál es el fundamento último de todo derecho,
es decir, qué es lo que posibilita al hombre para ser sujeto de derecho. ¿Por qué el hombre puede poseer
derechos y, en cambio, no tienen derechos los animales o las piedras? Es ésta una pregunta elemental y, al
mismo tiempo, de las más profundas que pueden hacerse respecto del derecho. Vale la pena intentar contestada.
Tanto más cuanto que en nuestra época hay quienes hablan de los derechos de los animales, algo tan plausible
en la intención como absurdo en la expresión.
El derecho presupone el dominio sobre las cosas. De una u otra forma significa que las cosas son del titular y, por
lo tanto, que caen bajo su dominio. Pero, además, que las cosas estén repartidas y sean al mismo tiempo debidas,
implica no sólo un verdadero dominio, sino también que el titular de las cosas no sea meramente una parte del
todo.
El hombre no es pura materia; en virtud de su alma espiritual que lo constituye como persona, no es una mera
parte del universo, porque en lo espiritual no se puede ser parte de otro ser o conjunto, pues el espíritu es simple,
no tiene partes ni puede constituirse en parte. Por eso se dice que la persona es incomunicable, palabra que
significa aquí que no puede hacerse común en el ser con otros seres. La persona se abre en comunión con los
demás por el conocimiento y el amor, pero no por la integración ontológica (confusión en el ser). El resultado es
que el hombre, al no ser una mera parte del todo, necesita del reparto de las cosas del universo; se proyecta
sobre su entorno también como incomunicable y, por lo tanto, se apodera de las cosas como suyas, no del
conjunto. Con ello llegamos a la misma conclusión que antes: el derecho se funda en que el hombre es persona,
esto es, en que es dueño de sí.
Varios siglos antes de la era cristiana se encuentran ya testimonios de una tradicional división del derecho: el
derecho es en parte natural y en parte positivo. En realidad, el adjetivo «positivo» no se usó hasta la Edad Media,
pero con anterioridad se utilizaron en su lugar otros adjetivos como legales (lo propio de las leyes humanas); tal es
el caso de Aristóteles, que distinguió entre lo justo natural y lo justo legal.
Los juristas romanos usaron una división bimembre (derecho de gentes o natural y derecho civil) o trimembre
(derecho natural, derecho de gentes y derecho civil). A partir del siglo XIX, se extendió el positivismo jurídico,
conjunto de teorías para las cuales sólo sería propiamente derecho el positivo.
El derecho natural, más que derecho sería o moral o valores relativos, o estructuras lógicas o la naturaleza de las
cosas, etc., o simplemente no existiría. No es éste el lugar adecuado para entrar en un asunto que escapa a un
libro elemental como éste; bástenos dejar constancia de la existencia del fenómeno positivista.
El derecho positivo.
Por derecho positivo se entiende todo derecho cuyo título y cuya medida deben su origen a la voluntad humana,
bien sea la ley, bien sea la costumbre, bien sea el contrato. No hace falta repetir que estamos hablando del
derecho en su sentido propio -la cosa justa, lo suyo-, no de las leyes o, en general, de las normas.
¿Qué significa la existencia del derecho positivo? Significa que hay cosas repartidas por el hombre mismo. O
dicho de otro modo, que hay cosas cuya atribución es obra de la voluntad humana. Es esto una experiencia
cotidiana. Cuando un Ayuntamiento, al regular la circulación, señala unas calles de dirección única y otras de
doble circulación, pone semáforos, marca pasos para peatones, etc., está repartiendo el uso de la superficie de las
calles de la ciudad entre los distintos usuarios, está asignando y regulando espacios y tiempos a quienes circulan,
en coche o sin él, por la ciudad. Está regulando derechos. Circular por la derecha (o por la izquierda en Gran
Bretaña) es derecho del automovilista frente a quienes circulan en dirección contraria, como es derecho del peatón
circular con preferencia en un paso para peatones de los llamados «de cebra», etc.
Los límites del derecho positivo Positiva significan puesto, no dado al hombre, sino instituido opuesto por el
hombre. Al respecto cabe preguntarse por los límites de esa capacidad del hombre. ¿Es ilimitada la capacidad del
hombre para constituir y regular derechos o, al menos, abarca todo el ámbito de la vida social humana? En caso
contrario, ¿cuál es el criterio que señala los límites? Cuando quieren mostrar gráficamente cuáles son los poderes
de que goza el Parlamento de su país, los británicos suelen decir que su Parlamento lo puede hacer todo, a
180
excepción de que un varón, sea mujer o una mujer sea varón; es decir, puede hacer todo lo que es posible que el
hombre haga. Aunque no lo digan los británicos, es evidente que hay otras cosas, además de hacer de un varón
una mujer, que su Parlamento no puede obrar. Hay ahí algo de lo que, todos, en el fondo, estamos convencidos:
el hombre no puede ser tratado como quieran y deseen los demás o los titulares del poder, porque hay cosas que
son injustas de suyo.
En otras palabras, hay cosas que no son indiferentes en relación a la justicia. Que los coches circulen por la
derecha o por la izquierda, con tal de que circulen por uno u otro lado, es de suyo indiferente. Los ingleses pueden
pensar que circular por la derecha es una cabezonada del resto del mundo; y el resto del mundo está en el
perfecto derecho de pensar que circular por la izquierda es una extravagancia de los ingleses. Ambas son
opiniones respetabilísimas, porque el hecho cierto es que circular por uno u otro lado no es, de suyo, ni bueno ni
malo, ni justo ni injusto: es una opción libre. Pero no es una opción libre que dos trenes circulen, sin limitaciones ni
desvíos, por la misma vía y en dirección contraria, porque, o se pararán en el punto donde se encuentran y
entonces se habrá lesionado el derecho de los usuarios a viajar (que incluye llegar a su destino), o se pararán por
la fuerza del choque, en cuyo caso se habrá lesionado el derecho a la vida y a la integridad física de los viajeros.
Lo observaba Aristóteles cuatro siglos antes de nuestra era: en derecho hay cosas de suyo indiferentes y hay
cosas que no lo son.
Al respecto conviene saber distinguir dos cosas: una es lo justo o injusto, lo moralmente correcto o incorrecto, y
otra cosa es la pauta de comportamiento socialmente aceptada, En un ambiente puede resultar marginal o no
aceptada socialmente una forma de obrar; eso suele dar origen a una conciencia de obrar bien o mal, que ha de
distinguirse claramente de la conciencia de lo justo o de lo injusto, del bien y del mal morales. Las pautas de
comportamiento socialmente aceptadas pertenecen al campo de lo indiferente. Por el contrario, lo que atañe a la
justicia no siempre es indiferente.
Por lo tanto, el campo del derecho positivo se delimita de un modo claro: su materia posible es lo i ndiferente. Por
lo mismo, para distinguir si una norma es de derecho positivo o de derecho natural, hay que ver su grado de
indiferencia respecto de la naturaleza humana. En cuanto tenga de indiferente, tanto tendrá de derecho positivo.
El derecho natural
Acabamos de ver, en trazos breves, qué es el derecho positivo; veamos ahora qué es el derecho natural.
Entendemos por derecho natural todo derecho cuyo título no es la voluntad del hombre, sino la naturaleza
humana, y cuya medida es la naturaleza del hombre o la naturaleza de las cosas.
Hace un momento decía que la materia posible del derecho positivo es lo indiferente. Al explicado hemos visto
también que hay cosas que no son indiferentes en relación con la justicia. No es lógico pensar o decir que, en
orden a lo justo, da lo mismo respetar la vida de un hombre inocente o matado, que resulta indiferente estafar al
prójimo o ser honrado, que es igual criar y educar a los hijos que abandonados en la calle o maltratados. En
cuanto a estas cosas, ciertas mentalidades e ideologías modernas parecen pretender desafiar al sentido común.
Una pauta social de comportamiento es una norma de conducta, indiferente en sí, pero aceptada por consenso de
la mayoría. Sostener que conductas como la aludida sólo quebrantan un valor relativo o una norma meramente
sociológica, implicaría por definición que tales conductas no son malas o injustas en sí mismas, sino únicamente
que los demás o la mayoría las ven, las aprecian como malas. Quien las hace, nada verdaderamente malo haría,
sino que realizaría una cosa de suyo ni buena ni mala.
La conclusión lógica se impone con toda claridad: los delincuentes no cometen nada malo en sí, sino que hacen
cosas que otros opinan que son malas; en otras palabras, si son castigados con penas, el castigo no es merecido
en sentido propio, sino que sólo representa una reacción violenta de la mayoría. Los delincuentes son, en realidad,
marginados de la sociedad, sin otra culpa que realizar conductas que la mayoría no ve con buenos ojos. Si el
lector piensa que quien asesina, atraca, injuria, calumnia, hiere a otros, etc., es algo más que un extravagante,
que una persona que se comporta de modo distinto a la mayoría, resulta evidente que se da cuenta de que hay
cosas que son justas de suyo y cosas de suyo injustas. Pues bien, éste es el punto clave del derecho natural.
El derecho natural no quiere decir otra cosa sino que, en determinadas esferas del obrar humano, hay conductas
racionales y conductas irracionales, hay conductas acordes con la recta razón y conductas contrarias a ella. Como
el derecho natural tiene por fundamento y por título la naturaleza humana, no es indiferente y como todos los
hombres son personas igualmente y la naturaleza es la misma en todos, el derecho natural -lo observaba ya
Aristóteles- es el mismo en todos los hombres y en todos los lugares.
181
(Hervada, 2002)
Que hay medidas naturales del derecho no cabe duda. Si los derechos
naturales tienen como título la naturaleza humana, ella misma es el criterio de
su extensión y de sus límites. Pero, además, todos tenemos experiencia de que hay derechos cuya medida es
natural. Mi amigo, al que presté -según recordará el lector cinco euros gratuitamente (esto es, con la obligación de
devolverle la misma cantidad de dinero sin interés), debe devolverme justamente cinco euros. ¿Por qué? A nadie
se le ocurrirá pensar que cinco euros sea una cantidad igual a cinco euros, porque así nos parece a la mayoría de
los hombres ¿qué quedaría entonces de las matemáticas?; ambas cantidades son iguales por la naturaleza de las
cosas. Ahí tenemos un ejemplo de medida natural, no convencional ni indiferente. Hay otros muchos ejemplos que
con un poco de esfuerzo cualquiera puede encontrar.
Se habrá observado que en lo que atañe a la medida -no en lo que se refiere al título- hemos usado dos
182
expresiones: la naturaleza del hombre y la naturaleza de las cosas. No se las confunda, ambas pueden ser, según
los casos, medida de los derechos, pero la primera se refiere al ser del hombre y a sus fines, la segunda, en
cambio, engloba el ser, las cualidades, las cantidades, etc., de las cosas.
Como ocurre con frecuencia en esta vida y, sobre todo en las ciencias, a medida que se va avanzando en el
conocimiento de algo, surgen cada vez más preguntas y todo se complica.
Junto a los derechos naturales y positivos puros -aquéllos cuyo título y medida son naturales o positivos- existen
los derechos mixtos, o sea aquéllos cuyo título es natural y su medida concreta es positiva, y viceversa.
Pongamos unos ejemplos: somos libres por naturaleza; el derecho a viajar por todo el orbe es un derecho natural.
Pero las leyes humanas pueden regular este derecho, poniéndole límites.
Pueden exigimos el pasaporte en regla o el visado de entrada en un país, pueden exigimos certificados de
vacunación o que no estemos enfermos de una dolencia contagiosa, etc. Un derecho de título natural tiene una
medida de derecho positivo.
También ocurre el caso contrario; nos vale el ejemplo antes puesto. Prestar una cantidad es un contrato, luego los
derechos y deudas que de ahí nacen son positivos, pero si el préstamo es gratuito, la medida de la cantidad a
devolver está determinada por una medida natural.
La medida del derecho a percibir la pensión -la cantidad exacta de dinero a recibir- no lo determina el derecho
natural, sino el derecho positivo. Es decir, es el Estado quien determina qué cantidad de sus recursos se destinan
a las pensiones y cómo se reparte el dinero entre los distintos pensionistas. El resultado es que lo justo -lo que
debe percibir el pensionista- está determinado por el derecho positivo.
El pensionista tiene derecho a esa cantidad y nada más. Entonces, ¿qué ocurre si esas pensiones son
insuficientes? Pues ocurre que si el pensionista, poniéndose de acuerdo con algún funcionario de la Seguridad
Social, hiciese una irregularidad administrativa y cobrase más de lo señalado -aunque no sobrepasase lo
suficiente para vivir, funcionario y pensionista cometerían un fraude, una verdadera injusticia contra el Estado.
¿En qué queda, entonces, eso de que el pensionista debe recibir lo conveniente para vivir? Queda en lo que tiene
que quedar, en que, como esa obligación no recae primeramente sobre el Estado sino sobre la sociedad, ésta
tiene el deber de llegar a donde no llega el Estado, deben ayudar al pensionista sus familiares. Si, a pesar de todo
se piensa que es más conveniente que sea la Seguridad Social la que peche con toda la carga, no debe olvidarse
que no hay ninguna forma de cumplir esa obligación prescrita por el derecho natural; por lo tanto, esa solución de
que cargue con ella la Seguridad Social es una legítima aspiración, no un derecho en sentido estricto. Luego el
modo de alcanzar que esa aspiración se convierta en derecho es el propio de las legítimas aspiraciones: los
medios políticos, esto es, peticiones, manifestaciones, campañas de prensa, etc.
Decimos que actualmente en nuestro país, muchas pensiones son insuficientes. Es cierto, pero la conclusión de
todo lo dicho es que la injusticia no recae sólo sobre el Estado, sino también sobre la sociedad y sobre los
familiares. Cada cual debe cargar con su parte de injusticia.
Las relaciones entre derecho natural y derecho positivo son un punto central de la ciencia del derecho. Limitarse
sólo al derecho positivo, conduce necesariamente a la injusticia. Y deja al jurista a mitad de camino de su arte y de
su oficio.
Con ser este asunto muy importante -tanto que si al estudiante no se lo enseñasen en la Facultad, debería
estudiado por su cuenta no vamos a tratado en esta introducción, que no intenta enseñar a ser jurista (sería inútil
pretensión), sino a descubrir las líneas generales de la profesión.
¿Cuál es el mínimo de jurídico natural que debe haber para que pueda existir el derecho positivo? Si recordamos
que derecho es la cosa suya, resulta evidente que lo mínimo de jurídico natural que ha de haber es la condición de
sujeto de derecho propia del hombre.
He ahí algo que es imposible que proceda del derecho positivo. La condición de sujeto de derecho es la potencia
183
natural necesaria para que el hombre pueda atribuirse o atribuir a otros alguna cosa como derecho suyo. Decir
que la condición de sujeto de derecho la da la ley humana es una
afirmación vacía por su radical imposibilidad: el hombre se daría a
sí mismo la potencia (la capacidad para el hecho cultural) y el acto
(el hecho cultural), lo que supondría en él un poder creador en
sentido estricto (sacar algo de la nada), cosa imposible.
Luego el hombre, por ser persona, es titular de derechos naturales. Obsérvese bien: la capacidad para ser titular
de derechos positivos no es una mera potencia (capacidad), sino la titularidad misma de los derechos naturales.
Esto no debe extrañar, ya que todo derecho positivo se edifica sobre algún derecho natural.
Esta es la insalvable aporía del positivismo: si no existe el derecho natural, es imposible que exista el derecho
positivo; y si existe el derecho positivo, existe necesariamente el derecho natural.
ACTIVIDADES A REALIZAR.
JUSTICIA.
Está palabra viene del latín (Iustitia) y la debemos entenderla de acuerdo a la concepción que cada época y
civilización tiene acerca de la equidad y de la búsqueda del bien común. Es un valor determinado por la sociedad.
Nació de la necesidad de mantener la armonía entre sus integrantes. Es el conjunto de reglas y normas que
establecen un marco adecuado para las relaciones entre personas e instituciones, autorizando, prohibiendo y
permitiendo acciones específicas en la interacción de individuos e instituciones.
Este conjunto de reglas tiene un fundamento cultural y en la mayoría de sociedades modernas, un fundamento
formal:
El fundamento cultural se basa en un consenso amplio en los individuos de una sociedad sobre lo bueno y
lo malo, y otros aspectos prácticos de como deben organizarse las relaciones entre personas. Se supone
184
que en toda sociedad humana, la mayoría de sus miembros tienen una concepción de lo justo, y se
considera una virtud social el actuar de acuerdo con esa concepción.
El fundamento formal es el codificado formalmente en varias disposiciones escritas, que son aplicadas por
jueces y personas especialmente designadas, que tratan de ser imparciales con respecto a los miembros
e instituciones de la sociedad y los conflictos que aparezcan en sus relaciones
El término justicia viene de Iustitia, y el jurista romano Ulpiano la definió así: Iustitia est constans et perpetua
voluntas ius suum cuique tribuendi; lo que significa, "La justicia es la constante perpetua voluntad de dar a cada
uno su derecho". La palabra iustitia designó, originalmente, la conformidad de un acto con el derecho positivo, no
con un ideal supremo y abstracto de lo justo. A dicho concepto objetivo corresponde, en los individuos, una
especial actividad inspirada en el deseo de obrar siempre conforme a derecho; desde este punto de vista, Ulpiano
definió la justicia, según el texto transcrito. Se cree que el jurista se inspiró en la filosofía griega de pitagóricos y
esotoicos. Resulta, así que la iustitia es una voluntad que implica el reconocimiento de lo que se estima justo y
bueno (aequum et bonum).
De acuerdo a muchas teorías de justicia, es de suma importancia: John Rawls, en particular, clama que "La
justicia es la primera virtud de la instituciones sociales, así como la verdad es a los sistemas del pensamiento.": 1La
justicia puede ser pensada como distinta de y más fundamenta que la benevolencia, la caridad, misericordia,
generosidad o la compasión. La justicia ha sido tradicionalmente asociada con conceptos de fe, reencarnación o
divina providencia, es decir, con una vida de acuerdo al plan cósmico. La asociación de justicia con la equidad ha
sido histórica y culturalmente rara y tal vez es una innovación moderna. 2
Un estudio en la UCLA en el 2008 ha indicado que las reacciones a la igualdad están "cableadas" en el cerebro y
que, "La igualdad está activando la misma parte del cerebro que responde a la comida en las ratas... Esto es
congruente con la noción de que el ser tratados de manera igualitaria satisface una necesidad básica" Una
investigación conducida durante el 2003 en Emory University, Georgia, que involucra a Monos Capuchinos
demostró que otros animales cooperativos también poseen tal sentido y que "la aversión a la inequidad tal vez no
sea únicamente humana." Indicando que las ideas sobre igualdad y justicia puedan ser instintivas en la naturaleza
y en la sociedad por cualquier individuo.
La Justicia no es el dar o repartir cosas a la humanidad, sino el saber decidir a quién le pertenece esa cosa por
derecho.
La Justicia es ética, equidad y honestidad. Es la voluntad constante de dar a cada uno lo que es suyo. Es aquel
referente de rectitud que gobierna la conducta y nos constriñe a respetar los derechos de los demás.
La Justicia es para mí aquello cuya protección puede florecer la ciencia, y junto con la ciencia, la verdad y la
sinceridad. Es la Justicia de la libertad, la justicia de la paz, la justicia de la democracia, la justicia de la tolerancia,
Hans Kelsen.
Otro nivel de análisis lo constituye el hecho de entender la justicia como valor y fin del Derecho (más que como
virtud subjetiva) al que podemos conceptuar juntamente con Norberto Bobbio como "aquel conjunto de valores,
bienes o intereses para cuya protección o incremento los hombres recurren a esa técnica de convivencia a la que
llamamos Derecho". Ahora bien en cuanto al bien jurídico tutelado por el Derecho, o sea, el conjunto de
185
condiciones protegidas por las normas jurídicas, se puede considerar desde una perspectiva absoluta
iusnaturalista dentro de la cual todo derecho es justo y si no es justo no es derecho.
Pero desde una óptica iuspositivista el Derecho es condición sine qua non de la justicia y a la vez, esta es una
medida de valoración del derecho, por lo que podemos decir que un derecho positivo determinado puede ser
"justo o injusto" de acuerdo con un ideal subjetivo de Justicia.
Todas las virtudes están comprendidas en la Justicia. En definitiva, la verdadera Justicia es el arte de dar a cada
uno lo suyo, o bien, hacer a un individuo dar lo suyo a otro, ello con base en los principios de la ciencia del
Derecho, lo cual debe hacerse sin discriminar ni mostrar preferencia alguna por nadie, toda vez que las personas
deben ser tratadas por igual para, poder estar en condiciones de aplicar la Justicia a plenitud.
La Justicia distributiva
Ya Marx en su Crítica al Programa de Gotha señaló el error de confundir ambos tipos de justicia. En la práctica en
las sociedades modernas los dos criterios de justicia distributiva coexisten en la asignación de recursos,
aplicándose con mayor o menor prioridad uno u otro según el caso concreto.
La justicia social remite directamente al derecho de los sectores más desfavorecidos de la sociedad, en especial
los trabajadores, y al goce de los derechos humanos sociales y económicos, conocidos como derechos de
segunda generación, de los que ningún ser humano debería ser privado. 1 2 Para graficar el concepto suele decirse
que, mientras la justicia tradicional es ciega, la justicia social debe quitarse la venda para poder ver la realidad y
compensar las desigualdades que en ella se producen. 3 En el mismo sentido se ha dicho que mientras la llamada
justicia "conmutativa" es la que corresponde entre iguales, la justicia "social" es la que corresponde entre
desiguales.
186
La idea de justicia social está orientada a la creación de las condiciones necesarias para que se desarrolle una
sociedad relativamente igualitaria en términos económicos. Comprende el conjunto de decisiones, normas y
principios considerados razonables para garantizar condiciones de trabajo y de vida decentes para toda la
población. Involucra también la concepción de un Estado activo, removiendo los obstáculos que impiden el
desarrollo de relaciones en igualdad de condiciones.
El filósofo del siglo XIX argentino Alejandro Korn sostiene que la justicia social es un
ideal que solo puede definirse a partir del hecho concreto de la injusticia social. 4
Algunos estudiosos,5 sostienen que el concepto «justicia social» se corresponde con la
«justicia distributiva» de Aristóteles, en tanto que la noción de «justicia conmutativa»
del estagirita, corresponde a la idea clásica de justicia, en la sociedades modernas.
Entre los temas que interesan a la justicia social se encuentran la igualdad social, la
igualdad de oportunidades, el Estado del bienestar, la cuestión de la pobreza, la
distribución de la renta, los derechos laborales y sindicales, etc. En 2007, las Naciones
Unidas proclamaron el 20 de febrero de cada año, como Día Mundial de la Justicia
Social.
No existe la justicia social si, por ejemplo, el 20% de la sociedad gana más de 500.000
pesos al mes y el 70% vive con menos de 1.000 pesos mensuales. Existen distintas
corrientes del pensamiento, sin embargo, que proponen diversas formas de encarar estas desigualdades.
El liberalismo, en general, sostiene que la justicia social está vinculada a la generación de oportunidades y a la
protección de las iniciativas privadas. El socialismo y las propuestas de izquierda, en cambio, se centran en la
intervención estatal para lograr la justicia social. Hay quienes sostienen que ciertos márgenes de ganancia son
inmorales en medio de sociedades empobrecidas y buscan combatir el lucro desmedido a través de impuestos,
tasas u otras medidas.
Los países con mejor calidad de vida suelen ser aquellos que promueven la justicia social ya que la inequidad y
las desigualdades generan violencia y promueven los enfrentamientos sociales.
1.- realiza un cuadro comparativo del tema, donde reflejes los principales
conceptos del tema.
2.- En una hoja doble carta crea una collage sobre la justicia en el país.
La igualdad
La palabra procede del latín aequalĭtas, este concepto hace referencia a la igualdad la cual es aceptada como la
correspondencia y proporción resultante de muchas partes que componen un todo uniforme. El término permite
nombrar a la conformidad de algo con otra cosa en su forma, cantidad, calidad o naturaleza.
Es el trato idéntico que un organismo, estado, empresa, asociación, grupo o individuo le brinda a las personas sin
que medie ningún tipo de reparo por la raza, sexo, clase social u otra circunstancia plausible de diferencia o para
hacerlo más práctico, es la ausencia de cualquier tipo de discriminación.
Se conoce como igualdad social al contexto o situación donde las personas tienen los mismos derechos y las
mismas oportunidades en un determinado aspecto o a nivel general. La igualdad de sexo o igualdad de género
hace referencia a estandarizar las oportunidades existentes de modo tal que puedan repartirse de manera justa
entre hombres y mujeres.
La igualdad de razas es otra forma de igualdad: esta noción sostiene que todas las personas deben gozar de los
mismos derechos para que no exista la discriminación. En Sudáfrica, en la época del apartheid, no se cumplía
con la igualdad de razas y la población negra era explotada por los blancos.
La igualdad ante la ley es un principio que reconoce que todos los ciudadanos tienen capacidad para los mismos
187
derechos. Resulta evidente que, si no hay igualdad de razas, no existe la igualdad ante la ley. Este concepto
también supone que la Justicia no prejuzga.
LEY
(Del latín lex, legis) es una norma jurídica dictada por el legislador. Es decir, un precepto establecido por la
autoridad competente, en que se manda o prohíbe algo en consonancia con la justicia. Su incumplimiento trae
aparejada una sanción.
Según el jurista panameño César Quintero, en su libro Derecho Constitucional, la ley es una "norma dictada por
una autoridad pública que a todos ordena, prohíbe o permite, y a la cual todos deben obediencia." Por otro lado, el
jurista chileno-venezolano Andrés Bello definió a la ley, en el artículo 1º del Código Civil de Chile, como "Una
declaración de la voluntad soberana, que manifestada en la forma prescrita por la Constitución, manda, prohíbe o
permite".
Las leyes son delimitadoras del libre albedrío de las personas dentro de la sociedad. Se puede decir que la ley es
el control externo que existe para la conducta humana, en pocas palabras, las normas que rigen nuestra conducta
social. Constituye una de las fuentes del Derecho, actualmente considerada como la principal, que para ser
expedida, requiere de autoridad competente, es decir, el órgano legislativo.
Regla o norma establecida por una autoridad superior para mandar, prohibir o regular alguna cosa.
Regla o norma invariable, universal y necesaria, que rige las relaciones entre los diversos fenómenos de la
naturaleza.
Permanencia: Se dictan con carácter indefinido, permanente, para un número indeterminado de casos y de
hechos, y sólo dejará de tener vigencia mediante su abrogación, subrogación y derogación por leyes posteriores.
Abstracta e impersonal: Las leyes no se emiten para regular o resolver casos individuales, ni para personas o
grupos determinados, su impersonalidad y abstracción las conducen a la generalidad.
Se reputa conocida: Nadie puede invocar su desconocimiento o ignorancia para dejar de cumplirla
188
LEY POSITIVA.
Formal es toda norma emanada desde el congreso conforme al mecanismo constitucionalmente determinado.
De derecho estricto y de derecho equitativo, también se denominan rígidas o flexibles. En las primeras la norma es
taxativa y no deja margen para apreciar las circunstancias del caso concreto ni graduar sus consecuencias. En las
segundas, resultan más o menos indeterminados los requisitos o los efectos del caso regulado, dejando un cierto
margen para apreciar las circunstancias de hecho y dar al Derecho una configuración adecuada al caso concreto.
Ley fundamental es la que establece principios por los que deberá regirse la legislación de un país; suele
denominarse Constitución. La Constitución es la norma suprema del ordenamiento jurídico, ya que está por
encima de cualquier ley.
Ley orgánica cuando nace como consecuencia de un mandato constitucional para la regulación de una
materia específica.
Ley ordinaria, entre las que se incluye la ley de presupuestos.
Las leyes
Vimos ya que al jurista al hombre de derecho- se le suele llamar también hombre de leyes. Aunque no se debe
confundir la ley con el derecho, no hay por qué rechazar este título; al contrario, el conocimiento de las leyes saber
de leyes forma parte muy importante de la tarea del jurista.
Saber leyes, que es conocerlas e interpretarla correctamente, constituye un arte, que no está al alcance de todos.
Es muy fácil caer en la figura caricaturesca del leguleyo el que no ve más allá de la letra de ley, contrahechura del
hombre de leyes que debe ser el jurista. No sé si el lector recordará una película llamada La ley es la ley,
protagonizada por Fernandel y Totó; su humor está basado en las situaciones incongruentes que surgen cuando
se sigue la ley al pie de la letra. Recuerde el lector lo que dice la Biblia hablando de la ley: la letra mata.
No es debida la dificultad de interpretar la ley a que utilice términos muy raros o poco conocidos; la mayoría de las
leyes están escritas de forma accesible a personas de cultura media y, en todo caso, no resulta demasiado difícil
familiarizarse con su lenguaje. Salvo que traten de materias muy especializadas, las leyes suelen hacerse en
lenguaje bastante común. Léase, si no, nuestra Constitución; apenas se encontrará en ella alguna que otra
palabra cuyo significado haya que consultar en el diccionario o en una enciclopedia.
La dificultad estriba en que la interpretación de las leyes exige una peculiar prudencia, una clase especial de esa
virtud, que se llama prudencia del derecho; en latín, iuris prudentia, de donde viene, la palabra castellana
jurisprudencia. Así como para el lenguaje existe la eal Academia de la Lengua, también para la ciencia del
derecho hay en España una Real Academia: la Real Academia de Jurisprudencia, que es el nombre clásico de la
ciencia del derecho (el nombre completo es Real Academia de Jurisprudencia y Legislación).
La ley
En el lenguaje vulgar se suele llamar ley a lo que en el lenguaje más especializado se llama norma. El uso de esta
última palabra es bastante moderno, pues se introdujo como resultado del principio de jerarquía de normas. Según
este principio, no todas las normas tienen el mismo valor. Unas valen más que otras, en el sentido de que si las de
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rango inferior contradicen las de rango superior, se consideran o nulas o anulables, según los casos y los distintos
sistemas jurídicos. Este principio es relativamente moderno, ya que antes cualquier norma contraria a una anterior
la derogaba o la abrogaba (derogación parcial), o sencillamente unas y otras seguían teniendo validez y allá se las
entendiesen los juristas intentando conciliadas. A todas se las llamaba genéricamente leyes, aunque recibiesen
distintos nombres, según la forma del documento en el que estaban escritas o de su redacción:
Real Cédula, Ordenanza, etc. A partir de la introducción de la jerarquía de normas, el nombre refleja su rango, de
mayor a menor: Constitución (o ley constitucional), ley (o ley ordinaria), decreto ley, decreto, orden ministerial, etc.
Todo este conjunto recibe el nombre de normas y, en lenguaje corriente, de leyes. Aquí, para más comodidad,
hablaremos sin distinciones de ley o de norma.
Una leyes una regla obligatoria que tiene un carácter general. Con general no se quiere decir que se refiera a
todos los ciudadanos, sino que está destinada a un conjunto más o menos amplio de personas, en contraposición
a los preceptos u órdenes, que se dirigen singularmente a una persona o a un grupo determinado que forma una
unidad. Por ejemplo, las reglas generales de organización y de conducta de los militares son leyes o normas
(desde las Reales Ordenanzas hasta los decretos gubernativos); en cambio, el mandato que da el sargento al
soldado o el capitán a su compañía son órdenes o preceptos. Luego todo esto se complica porque, por aplicación
del principio de jerarquía de normas, hay preceptos que se dan en forma de ley o decretos y otras cosas por el
estilo. Pero si le parece bien al lector, vamos a dejar estas complicaciones y nos vamos a ceñir al concepto de ley
como regla obligatoria de conducta de carácter general.
NORMA SOCIAL.
Las Normas sociales son unas reglas que se deben seguir o a la que se deben ajustar las conductas, tareas y
actividades del ser humano.
La ley regula y ordena las relaciones entre los hombres; es, pues, una regla social o norma de la vida en sociedad.
Para comprender su naturaleza hay que tener en cuenta dos cosas. En primer lugar, que es una regla obligatoria,
con obligación en sentido propio. ¿Qué quiere decir obligación en sentido propio? Quiere decir que no se trata,
simplemente, de una regla de conducta, cuyo incumplimiento produzca un rechazo social. Volvemos a
encontramos aquí con la pauta sociológica de comportamiento, que hay que distinguir con claridad de la ley.
Es frecuente que los hombres nos impongamos determinadas normas de comportamiento social, de las que
decimos que es obligado seguidas, sin ser leyes. Por ejemplo, todavía al menos lo era hasta hace muy poco
tiempo en algunos hoteles resulta obligado llevar corbata para entrar y permanecer en sus salones; a quien vaya
sin corbata, aunque se trate de un personaje importante, se le invita -y si el caso lo requiere, se le obliga- a
abandonar los salones del hotel. No se crea que esto es sólo propio de ambientes refinados; pruebe alguien
presentarse de corbata y bien trajeado en ambientes contestatarios y probablemente tardará menos en ser
expulsado que si va sin corbata a uno de los aludidos hoteles. En unos ambientes es obligado ir de punta en
blanco, en otros resulta obligado ir desastrado. ¿Son eso verdaderas obligaciones en sentido propio? La
respuesta es negativa. Romper una simple norma social de comportamiento es sólo cuestión de disconformidad,
de frescura o -en el caso extremo- de ganas de fastidiar a los prójimos o de provocados. Pero, fuera de
intenciones malévolas, incumplir esa norma no supone romper ningún valor esencial de la persona humana. Se
puede ser un hombre íntegro y cabal con corbata o sin ella y se puede ser un sinvergüenza vestido de frac o con
pantalones vaqueros. Estamos en el campo de lo que, en relación a los valores personales, es indiferente.
Si a veces no vemos claramente la diferencia entre una obligación en sentido propio y esas obligaciones impropias
es por un defecto de educación. Padres y maestros tienen en ocasiones la mala costumbre de corregir con el
mismo tono y el mismo enfado la bofetada propinada a un compañero que coger con las manos los alimentos.
Recuerdo al respecto el buen tino y la habilidad educadora de un padre.
Obedecer la ley pertenece al deber. No es simplemente una cosa conveniente, aunque en ocasiones cumplamos
las leyes movidos por motivos de conveniencia, por ejemplo, para evitar una multa. Las leyes marcan lo que en
justicia debemos a la sociedad. La sociedad tiene unos deberes con respecto a nosotros los ciudadanos: es la
llamada justicia distributiva; los hombres, al formar parte de la sociedad, tenemos el estricto derecho es de estricta
justicia a que los bienes sociales sean disfrutados por todos según criterios justos y de acuerdo con las reglas
legítimamente establecidas.
Obedecer las leyes es, pues, un deber de justicia, pertenece al deber, no a lo que conviene hacer para evitar el
rechazo social. La obligatoriedad de las leyes se basa en la justicia. Siendo todos miembros de la sociedad y
estando obligados a hacer lo que nos corresponde para obtener el bien común, estamos obligados a cumplir con
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lo que manda la ley, que es la regla de justicia de los ciudadanos respecto de la sociedad.
El sistema de normas, reglas o deberes que regula las acciones de los individuos entre sí es lo que llamamos
moral. La palabra moral proviene del latín moralis, equivalente al griego éfhos. Sin embargo, la traducción latina
adquiere un matiz distinto de la griega y pierde parte del significado inicial. Moral quiere decir carácter o
costumbre, en cuanto algo que ha sido adquirido, y ya no tiene el sentido de estructura originaria. "Las reglas
morales representan necesidades sociales y colectivas, por lo que también son el origen del derecho, el cual
aplicará la coacción y la sanción, con el fin de que se cumplan las leyes. “La sociedad que tenemos hoy en día no
es muy diferente, en lo que se refiere a normas sociales, a aquellas del periodo romántico (siglo XIX). El sistema
de normas sociales relativas a los diferentes sistemas sociales y a los papeles rol según posición social y que las
personas identifican y asumen, lo estudia la sociologías la que todo mundo debe respetar.
Diferentes tipos de normas y tipo de desviación que implica su incumplimiento. Las normas sociales pueden ser
agrupadas dentro de sistemas normativos según el grado de la sanción que se aplica al infractor. Con este
sistema obtenemos una clasificación de los comportamientos desviados según su gravedad:
Normas penales: son las recogidas en el código penal, que representa el núcleo duro de cualquier sistema social.
Recoge las normas que tutelan los bienes fundamentales del grupo social (la vida, la propiedad, las
instituciones...). El incumplimiento de estas es un delito, y convierte al autor en delincuente. Conlleva el tipo de
sanción más grave: la pena.
En el diagrama podemos observar como los distintos sistemas normativos se agrupan unos dentro de otros. Esto
se hace porque, por ejemplo, aunque no todas las normas sociales están en el código penal, todas las normas del
código penal son normas sociales. En realidad este modelo es una simplificación de como se interrelacionan los
sistemas normativos, ya que existen multitud de excepciones: es habitual que alguna de las normas sociales
existentes no sea aceptada por la moral individual de algunas personas, lo que da lugar a la aparición de las
subculturas; también sucede a menudo que algunas normas del sistema jurídico o penal no lleguen a integrarse
dentro de las normas sociales. Esto sucede sobre todo en los sistemas no democráticos, aunque también ocurre
en las democracias. Un ejemplo actual es la contradicción de muchas legislaciones con la aceptación social de las
descargas por Internet. Cuando existen fuertes contradicciones entre los sistemas normativos puede producirse
una crisis que los modifique. Por este motivo autores como Durkheim consideran la desviación como un motor del
cambio social.
Hablábamos antes de que había que tener en cuenta dos cosas para comprender la naturaleza de la ley. Hemos
visto una: la ley pertenece al deber, no a los usos sociales o simples pautas sociales de comportamiento. Ahora
hemos de ver la otra. El hombre tiene deberes que no son los impuestos por las leyes. Todos tenemos conciencia
de que existen deberes morales: amar a Dios y al prójimo, decir la verdad, ser castos, no calumniar, etc.
De entre estos deberes morales, unos no se incluirán nunca en las leyes, porque no son de su competencia. Hay
una parte de nuestro obrar que está fuera de la jurisdicción de las leyes de la sociedad; pertenece a nuestra
intimidad y a nuestra autodeterminación, por lo que sería un abuso que las leyes pretendiesen entrar en ellas.
Cuando el Estado se arroga la función de penetrar en aquello que pertenece a nuestra intimidad y a la esfera de
nuestra autodeterminación, se convierte en totalitario. Hay totalitarismo s de izquierda y los hay de derecha; para
el caso da lo mismo: todos son rechazables por contrarios a la libertad humana.
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Estos deberes representan exigencias de nuestra naturaleza y de nuestra condición de hombres. Por ser
personas, nuestro ser es digno, y ni nosotros podemos obrar como nos venga en gana, ni los demás pueden
tratamos a capricho. Ahí está la grandeza del ser humano.
La obligación moral se define como la presión que ejerce la razón sobre la voluntad, enfrente de un valor. Por ello,
está lejos de ser una presión originada en la autoridad, o en la sociedad, o en el inconsciente, o en el miedo al
castigo. La obligación moral no es la obligación que se siente por la presión externa, ni mucho menos ese tipo de
acción psíquica originada por el inconsciente.
Por estar dotado de espíritu y razón, debe comportarse de acuerdo con su ser, conforme a lo que es y a los fines
que le son naturales. Es el deber de autenticidad, de comportarse como lo que se es. Si el hombre no obra
racionalmente -según la ley natural, o sea, de acuerdo con los fines a los que está destinado por naturaleza-, si no
vive la autenticidad (que no consiste en hacerse su propia ley, sino en vivir conforme a lo que objetivamente se es)
se degrada y se ofende a sí mismo, ofendiendo su propia dignidad. En esto consiste la inmoralidad.
Cuando una persona capta un valor con su inteligencia, se ve solicitada por dicho valor, y entonces la inteligencia
propone a la voluntad la realización de tal valor. Pero la inteligencia presiona suavemente, sin suprimir el libre
albedrío; simplemente ve una necesidad objetiva y como tal la propone a la voluntad para su realización. Se trata
pues, de una exigencia propia de la razón, fundamentada en un valor objetivo, pero nacida en lo más íntimo y
elevado de cada hombre: su propia razón. Por lo tanto la obligación moral es autónoma y no incompatible con el
libre albedrío.
Ahora bien, todo esto no lo estudia el jurista, sino el moralista (filósofo o teólogo) y juzgar del pecado no
corresponde a los Tribunales, sino a la Iglesia, particularmente al confesor. Cuando pecamos, no acudimos, para
restablecer la paz de nuestra conciencia, al juzgado, sino al sacramento de la confesión.
Son parte de los derechos subjetivos y los deberes jurídicos el doctor en derecho GARCÍA MAYNEZ define el
deber jurídico como "la restricción de la libertad exterior de una persona, derivada de la facultad, concedida a otra
u otras, de exigir de la primera cierta conducta, positiva o negativa".
Es necesario distinguir entre los deberes jurídicos, fundados en las normas jurídicas, de aquellos otros deberes
que derivan de normas morales, religiosas, del trato social, etc. Por ejemplo un padre tiene el deber jurídico de
alimentar a su hijo menor; pero además tiene el deber moral de hacerlo, la religión se lo impone y las normas del
trato social lo obligan también a ello. Es preciso no confundir estos deberes porque aunque se parezcan son
distintos debido a que cada tipo de normas determina un tipo especial de deberes.
Por otra parte es necesario distinguir entre el deber específicamente jurídico, creado por la norma jurídica, y el
deber moral de cumplir lo que mandan las normas del Derecho vigente. Ellos son deberes distintos, aunque se
den como coincidentes. El deber jurídico se funda única y exclusivamente en la existencia de una norma de
Derecho positivo que lo impone. El deber moral de cumplir lo ordenado en las normas jurídicas tiene como
contenido dichas normas, pero no se funda en ella sino en valores morales.
Precisamente porque la sociedad necesita que los hombres sean moralmente rectos, las leyes deben favorecer la
educación, la moral y la religión. Las llamadas leyes permisivas que no son aquellas que, para evitar un mal
mayor, toleran algún vicio social, o leyes tolerantes, sino las que elevan a rango legal lo inmoral, aceptándola
como regla social- son contrarias al bien de la sociedad y constituyen un grave error político. Sin embargo, la ley
como tal no exige la íntegra moralidad de la conducta que la cumple, sino que se conforma con el cumplimiento
externo. Mal está y constituye un acto inmoral desear inmoderadamente los bienes de los demás, pero a la ley le
basta con que el ciudadano no pase a la acción defraudando, estafando o robando.
La obligación jurídica, en Derecho, es el vínculo jurídico mediante el cual dos partes (acreedora y deudora)
quedan ligadas, debiendo la parte deudora cumplir con una prestación objeto de la obligación. Dicha prestación
puede consistir en dar, hacer o no hacer, teniendo que ser en los dos primeros casos posibles, lícitos y dentro del
comercio. Los sujetos obligados, al igual que el objeto de la obligación, deberán estar determinados o ser
determinables. El Derecho de obligaciones es la rama del Derecho que se ocupa de todo lo relacionado con las
obligaciones jurídicas.
192
1.- Crea un cartel sobre el tema anterior en hojas doble carta.
2.- Reflexiona sobre el tema en un ensayo.
En el ámbito jurídico y económico una sociedad es aquella por la cual dos o más
personas se obligan en común acuerdo a hacer aportes (especie, dinero o industria),
con el ánimo de quedarse con todas las ganancias. En este caso se denomina
sociedad a la agrupación de personas para la realización de actividades privadas,
generalmente comerciales. A sus miembros se les denomina socios.
El concepto amplio de sociedad, en contraposición al concepto tradicional, entiende que esa puesta en común de
bienes, esa estructura creada entre dos o más personas, puede no estar destinada esencialmente a obtener un
lucro, no siendo este ánimo un elemento esencial del referido contrato, por cuanto existen sociedades que pueden
responder a un interés particular distinto de sus socios.
Sociedad mercantil.- o sociedad comercial es aquella sociedad que tiene por objeto la realización de uno o
más actos de comercio o, en general, una actividad sujeta al derecho mercantil. son entes a los que la ley
reconoce personalidad jurídica propia y distinta de sus miembros, y que contando también con patrimonio
propio, canalizan sus esfuerzos a la realización de una finalidad lucrativa que es común.
Sociedad anónima.- es aquella sociedad mercantil cuyos titulares lo son en virtud de una participación en el
capital social a través de títulos o acciones. Las acciones pueden diferenciarse entre sí por su distinto valor
nominal o por los diferentes privilegios vinculados a éstas, como por ejemplo la percepción a un dividendo
mínimo. Los accionistas no responden con su patrimonio personal de las deudas de la sociedad, sino
únicamente hasta la cantidad máxima del capital aportado.
Sociedad limitada.- es un tipo de sociedad mercantil en la cual la responsabilidad está limitada al capital
aportado, y por lo tanto, en el caso de que se contraigan deudas, no se responde con el patrimonio personal
de los socios
Sociedad cooperativa.- es una asociación autónoma de personas que se han unido voluntariamente para
formar una organización democrática cuya administración y gestión debe llevarse a cabo de la forma que
acuerden los socios, generalmente en el contexto de la economía de mercado o la economía mixta, aunque
las experiencias cooperativas se han dado también como parte complementaria de la economía planificada.
Su intención es hacer frente a sus necesidades y aspiraciones económicas, sociales y culturales comunes
haciendo uso de una empresa. La diversidad de necesidades y aspiraciones (trabajo, consumo,
comercialización conjunta, enseñanza, crédito, etc.) de los socios, que conforman el objeto social o actividad
cooporativizada de estas empresas, define una tipología muy variada de cooperativas.
Sociedad en comandita.- es una sociedad de tipo personalista que se caracteriza por la coexistencia de socios
colectivos, que responden ilimitadamente de las deudas sociales y participan en la gestión de la sociedad, y
socios comanditarios que no participan en la gestión y cuya responsabilidad se limita al capital aportado o
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comprometido.
Sociedad civil (Derecho).- es un contrato por el cual dos o más personas se obligan a poner en común dinero,
bienes o industria, con ánimo de repartir entre sí las ganancias.
Este tipo de sociedad se opone a la sociedad mercantil. Es difícil establecer una distinción clara entre ambas. En
general se distingue la sociedad civil por ser aquella que se constituye sin un objeto mercantil o, al menos, no
puramente mercantil.
Asociación (Derecho).- Una asociación es una entidad formada por un conjunto de asociados o socios para la
persecución de un fin de forma estable, sin ánimo de lucro y con una gestión democrática. Además, la asociación
está normalmente dotada de personalidad jurídica, por lo que desde el momento de su fundación es una persona
distinta de los propios socios, que tiene su propio patrimonio en un principio dotado por los socios, y del que puede
disponer para perseguir los fines que se recogen en sus estatutos. Las asociaciones pueden realizar, además de
las actividades propias de sus fines, actividades que podrían ser consideradas como empresariales, siempre y
cuando el beneficio de tales actividades sea aplicado al fin principal de la entidad sin ánimo de lucro (obra social).
CIUDADANIA.
La ciudadanía se puede definir como "El derecho y la disposición de participar en una comunidad, a través de la
acción autorregulada, inclusiva, pacífica y responsable, con el objetivo de optimizar el bienestar público."
Aun que las mujeres, en la Grecia Antigua, tenían privado el derecho a todo tipo de participación en la vida
política, con el tiempo, el requisito económico se tornó prescindible, ya que los trirremes (barcos atenienses
impulsados a remo) eran movidos, justamente, por los remeros, quienes reclamaron sus derechos políticos por
participar en la defensa de la polis. El concepto fue adquirido y desarrollado posteriormente por el Imperio
Romano.
En las democracias actuales, tal como se conciben, normalmente tienen la condición de ciudadanos y ciudadanas
todos los hombres y mujeres mayores de edad (siendo la mayoría de edad fijada generalmente en los 18 años),
aunque en algunos lugares, por razones excepcionales como es el caso de quienes han sido condenados por la
justicia, se pierde dicha condición; de hecho, así sucede en algunos lugares de Estados Unidos.
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En el ámbito del Derecho Administrativo, ciudadana es toda persona no sujeta a una relación especial frente a la
Administración, ya que si la tuviese pasaría a ser lo que esta disciplina denomina interesado/a). Ser Ciudadano es
tener desarrollado el sentido de identidad y pertenencia en el lugar donde se interactúa socialmente en el hábitat
donde se desenvuelven los individuos con responsabilidad, derechos y obligaciones. En el Consejo de Europa se
es cada vez más consciente de que términos como «ciudadano» y «ciudadanía» no son estables ni admiten una
definición única.
El término ciudadano puede definirse en términos generales como «una persona que co-existe en una sociedad».
Esto no significa que la idea de ciudadano en relación con el Estado Nación ya no es pertinente o aplicable, sino
que, como el Estado Nación ha dejado de ser el único centro de autoridad, ha tenido que darse una definición más
general del concepto. Este concepto más extenso de ciudadano y ciudadanía ofrece un posible nuevo modelo
para analizar cómo vivimos juntos. Se trata, por tanto, de traspasar los límites de la noción de «Estado Nación» y
de adoptar la de comunidad, que engloba el marco local, nacional, regional e internacional en el que viven las
personas.
El bien común
Es un concepto complejo, que en general puede ser entendido como aquello de lo que se benefician todos los
ciudadanos o como los sistemas sociales, instituciones y medios socioeconómicos de los cuales todos
dependemos que funcionen de manera que beneficien a toda la gente. Más recientemente, John Rawls lo definió
como “ciertas condiciones generales que son... de ventaja para todos”
De acuerdo a Renate Mayntz, todas las grandes ciencias comparten un interés en las precondiciones necesarias
para obtener un cierto fin social que es percibido como deseable. Consecuentemente el concepto de bien común
contiene diferente elementos o puede ser estudiado desde diferentes perspectivas. Por ejemplo: la riqueza general
del bien común económico.
El bienestar común o publico (Gemeinwohl o Internet general) de la ciencia política. Y el “Bonun commune” de la
tradición europea filosófica o cristiana
El interés desde este punto de vista no se centra en individuos sino en comunidades o sociedades. En las
palabras de Simón Bolívar: “Son derechos del hombre: la libertad, la seguridad, la prosperidad y la igualdad. La
felicidad general, que es el objeto de la sociedad, consiste en el perfecto goce de estos derechos” y "El sistema de
gobierno más perfecto es aquél que produce mayor suma de felicidad posible, mayor suma de seguridad social y
mayor suma de estabilidad política. "
En esta perspectiva no puede haber bien común a menos que las sociedades estén integradas y sean estables
(es decir, que haya Cohesión social). En otras palabras, a menos que esos sistemas sociales sean viables en el
largo plazo. Pero lo que incrementa esa viabilidad social no necesariamente aumenta la utilidad individual o
bienestar de cada individuo. Así, desde este punto de vista se puede entender el bien común como la suma de las
condiciones de la vida social que permiten que los individuos libremente den forma a sus vidas. El propósito del
Estado (entendido como la sociedad políticamente organizada) seria entonces proveer a los individuos de los
medios para que puedan efectivamente llevar a cabo esas elecciones. John Rawls sin embargo introduce una
distinción entre lo Bueno, que es crear un mundo material mejor -como quiera que eso se defina- y lo Justo, que
crea las condiciones para una sociedad libre y justa, una que permite la persecución de la virtud pero no prescribe
el como hacerlo o que es exactamente lo que se desea. Así, el bien común seria el bien que es común a cada
ciudadano, el bien de cada uno de los ciudadanos, mas que una concepción definida o concreta de lo que
constituye el bien para todos y cada uno.
El bien común es una antigua noción filosófica que usada en el presente busca expresar el bien que requieren las
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personas en cuanto forman parte de una comunidad y el bien de la comunidad en cuanto esta se encuentra
formada por personas. Sin embargo, una noción aparentemente sencilla, ha tenido un largo y a veces tortuoso
proceso de definición.
Platón en La República concebía al bien común como un bien que trasciende los bienes particulares ya que la
felicidad de la ciudad debe ser superior y hasta cierto punto independiente de la felicidad de los individuos.
Aristóteles perfeccionaría esta idea en su Política: “fin de la ciudad es el vivir bien (…) Hay que suponer, en
consecuencia, que la comunidad política tiene por objeto las buenas acciones y no sólo la vida en común”. De este
modo no sólo el bien común es superior por ser el bien del todo social sino por su esencial índole moral: antes que
versar sobre bienes públicos (calles, plazas, etc.) está construido por la virtud, es decir, por todo aquello que
desarrolla de manera positiva y estable al ser humano de acuerdo a su naturaleza profunda.
El bien común en Tomás de Aquino. En el siglo XIII, Tomás de Aquino, siguiendo en buena medida a Aristóteles,
escribirá importantes textos en los que trata sobre la noción de «bien común», entre los que destaca el opúsculo
De regno] dedicado a Hugo II de Lusignan, Rey de Chipre, quien apenas contaba con 14 años de edad. Tomás
tenía 40, su hermano Aimón de Aquino había participado en una expedición a Tierra Santa en la que había caído
prisionero de Juan de Ibelín. El padre de Hugo II intercedió para liberarlo por lo que Aimón le prestó vasallaje.
Posteriormente Aimón le pediría a su hermano el Fraile dominico que escribiera un texto que le fuera de utilidad al
joven gobernante.
Una de las ideas centrales de este breve escrito es precisamente mostrar que en el bien común adquiere su
significado pleno el gobernar: “Gobernar consiste en conducir lo que es gobernado a su debido fin”. El fin de la
comunidad no puede ser diverso al fin del ser humano. Más aún, determinando el fin del hombre y de la
comunidad podemos saber el tipo de persona que ha de gobernar. Por eso “si el fin último de un solo hombre o
de la multitud consistiera en la vida corporal y la salud del cuerpo, el medici desempeñaría esa tarea. Si el último
fin consistiera en la abundancia de riquezas, el oeconumus se convertiría en rey de la sociedad.” Evidentemente
esto es absurdo para un hombre como Tomás de Aquino. Sólo alguien que no entendiera el verdadero bien de la
persona y de la sociedad podría proponer que la sociedad fuera gobernada por un médico o por un administrador
de recursos. Ni la salud ni las riquezas cumplen las expectativas más profundas de la condición humana.
¿Será acaso el fin del hombre y del todo social el pacto o el acuerdo que entre todos logremos con el fin de
subsistir? Por supuesto que no: “si los hombres llegan a un acuerdo únicamente por vivir, también los animales
constituirían parte de la sociedad civil.” Así es como Tomás de Aquino piensa que el fin último del hombre y de la
sociedad tiene que consistir en contemplar y gozar del más común y más alto de los bienes: Dios. “Pero como el
hombre no consigue el fin de la visión divina por virtud humana, sino por favor divino, como dice el Apóstol: La
vida eterna es una gracia de Dios, no pertenece al régimen humano, sino al divino, conducirlo a su último fin.”
¿Qué corresponde, pues, al «régimen humano»? “Como el armero hace la espada de modo que sirva para la
lucha y el constructor debe distribuir el espacio de la casa de forma que sea habitable. Luego (…) es propio de la
tarea del rey procurar que la sociedad viva de manera buena, de modo adecuado para conseguir la felicidad
celestial, como por ejemplo ordenará lo que lleve a tal felicidad y prohibirá lo que se le oponga, en cuanto sea
posible.
Es interesante observar que para este importante autor medieval el oficio se define por la tarea a realizar. Por ello
si el médico es aquel que cuida a la salud, el que cuida del bien común sólo puede llamarse con propiedad rey.
Conviene insistir en este punto: rey no es cualquier hombre con poder aunque formalmente esté al frente de una
comunidad: “Rey es aquel que dirige la sociedad de una ciudad o provincia hacia el bien común”
De esta manera reaparece la comprensión primordialmente ética del bien común aunque ahora en un explícito
contexto cristiano en el que la Revelación ha mostrado que por encima de la vida virtuosa está Alguien que la
funda y la rebasa. Así es como aparecerá la idea de que el bien común posee entonces una dimensión
sobrenatural y otra temporal ordenadas en relación jerárquica. El bien común temporal coincidirá con aquello que
requiere la sociedad para vivir de manera buena y encaminar a los hombres a la plenitud que sólo Dios puede dar:
“Se precisan tres requisitos para que la sociedad viva de manera buena. El primero es que la sociedad viva unida
por la paz. El segundo es que la sociedad, unida por el vínculo de la paz, sea dirigida a obrar bien; (…) En tercer
lugar, se requiere que, por la diligencia del dirigente, haya suficiente cantidad de lo necesario para vivir
rectamente”. El bien común sobrenatural, por su parte, será fruto de la gracia, es decir, de un gesto gratuito de
Dios que sobrepasa las puras fuerzas humanas.
“Un régimen es tanto más sublime cuanto se ordena a un fin más alto” decía el viejo Aristóteles. Esto no puede ser
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más que así ya que el fin específico (le da su especie, su esencia) a las acciones y a las instituciones que les
sirven de soporte.
Justo en este escenario es cuando se puede apreciar la importancia de recuperar personalísticamente la noción
de bien común. El personalismo no es una mera moda filosófica. Es la invitación para proponer de manera
concreta – no sólo teórica – la primacía de la persona, es decir, de los rostros concretos de los seres humanos
que me rodean, que son mi prójimo y de quienes soy responsable. Juan Pablo II con esta visión decía: “El amor, la
civilización del amor, se relaciona con el personalismo. ¿Por qué precisamente con el personalismo?” Porque “el
«ethos» del personalismo es altruista: mueve a la persona a entregarse a los demás y a encontrar gozo en ello.”
Si deseamos evitar que el «bien común» sea sólo un concepto vacío es necesario volver a experimentar el estupor
y el asombro ante la humanidad de todo hombre. El aburguesamiento y la vida organizada en torno al «tener» y no
en enfocada prioritariamente al «ser» (aunque sea difícil) acostumbran la mirada a valorar sólo aquello que es
«funcional», aquello que resulta superficialmente «bello», aquello que es «confortable»… y a menospreciar a los
seres humanos, especialmente, si están desfigurados por el mal moral, por la pobreza, por la falta de educación o
por la carencia de salud. Precisamente a causa de esto, nada más educativo que abrirse a la conmoción que nos
brinda el otro, la otra, en su misterio. En esto consiste el personalismo, esto pone la base real para la solidaridad y
para que eventualmente nuestros pensamientos y palabras en torno al bien común tengan un contenido real,
activo y transformante de nuestras propias personas y de las de los demás.
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AUTORIDAD.
Fuera del ámbito institucional del Estado, autoridad puede suponer en ocasiones algo distinto a la posibilidad de
ejercer la fuerza para imponer las cosas o potestad. La autoridad también la tiene alguien que, debido a su
capacidad en un ámbito, por sus conocimientos o dignidad, puede ejercer sobre otros una influencia a la hora de
que tomen ciertas decisiones. En este sentido, muchos órganos consultivos tienen mucha autoridad sobre la
materia objeto de las consultas.
La autoridad como es interpretada por Max Weber, quien la entiende: “como dominación, es la probabilidad de
encontrar obediencia dentro del grupo determinado para mandatos específicos. Afirma que en el caso concreto
esta dominación ("autoridad"), en el sentido indicado, puede descansar en los más diversos motivos de sumisión,
que se dan por habituación o por arreglos afines. La obediencia es esencial para que se ejerza la autoridad”.
Habla de tres tipos de autoridad la carismática, legal y tradicional.
Desde la perspectiva cristiana, se entiende como una determinación en la naturaleza social humana y como un
principio bíblico, en cuanto delegación establecida por Dios; incluso como el derecho delegado para la investidura
del pastor e indispensable para una organización eclesial pero requiriendo normas y leyes, que permiten a un líder
dar un orden adecuado y se dé un funcionamiento correcto del lugar donde ejerce su autoridad.
Si seguimos la definición del Diccionario de la Lengua, la autoridad es: "Potestad, facultad. Poder que tiene una
persona sobre otra que le está subordinada. Persona revestida de algún poder o mando".
Cada posición concreta tiene unos derechos inherentes que los titulares adquieren del rango o título de la
posición. La autoridad por lo tanto se relaciona directamente con la posición del titular dentro de la Organización y
no tiene nada que ver con la persona en forma individual. Cuando una posición de autoridad es desocupada, la
persona que ha dejado el cargo, entrega con él, la autoridad que el mismo representa. La autoridad permanece
con el cargo y con su nuevo titular. Cuando se ejerce autoridad, se espera el cumplimiento intrínseco de las
órdenes emanadas del titular de la autoridad.
Tipos de autoridad
Suelen distinguirse cuatro tipos diversos: los dos primeros, de índole jurídica, forman el poder o la autoridad
propiamente dicha; los dos últimos forman más bien la autoridad moral que dan el prestigio, los conocimientos,
etc., y son complementos que deben darse en cualquiera de los dos básicos.
1. Jurídica (se impone por obligación). Esta se clasifica en: Formal, que a su vez se clasifica en a) Lineal y b)
Funcional
2. Moral (se impone por convencimiento), la cual se clasifica en: Técnica y Personal.
En términos generales el poder ha sido considerado como un concepto más amplio que el de autoridad, entendido
como un caso especial de poder.
Al tratar el poder varios autores han retomado la definición de Max Weber, como la probabilidad de tomar
decisiones que afecten la vida de otro(s) pese a la resistencia de éstos. En la medida en que el poder se ejerce
por medio de la fuerza y la coerción, Weber distingue entre el mero ejercicio del poder y la relación de dominación:
El concepto de poder es sociológicamente amorfo. Todas las cualidades imaginables de un hombre y toda suerte
de constelaciones posibles pueden colocar a alguien en posición de imponer su voluntad en una situación dada. El
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concepto de dominación tiene por eso, que ser más preciso y sólo puede significar la probabilidad de que un
mandato sea obedecido (Weber: 1974, p.43).
En su análisis sobre el poder, D. M. Wrong estudia y clasifica las diferentes modalidades de ejercicio según la
diversidad de sus fundamentos. Para hacer que su poder sea efectivo, un individuo o grupo puede apelar a los
temores, a sanciones físicas, al ejercicio de la persuasión, a la manipulación o al compromiso que los no-
poderosos tienen con el "sentimiento del deber". Dependiendo de sus bases, Wrong distingue las relaciones que
son asimétricas de las que exigen reciprocidad. Dentro de las primeras están la fuerza y la manipulación; dentro
de las segundas la persuasión y la autoridad (Wrong: 1980, p. 26).
Mientras que el poder que se ejerce por la fuerza tiene su sustento en la violencia, la manipulación es un poder
que se ejerce ocultando las intenciones mediante un esfuerzo deliberado y exitoso de influir en las respuestas de
individuos o grupos a los que no se les comunica explícitamente las intenciones del poderoso. Este "lavado de
cerebro" (Wrong, 1980, p. 28-31) induce tanto a la compra irreflexiva de determinados productos como a votar por
ciertos candidatos. Por su parte, debe entenderse por persuasión aquella forma de poder que intenta convencer
mediante argumentos que se aceptan sólo después de ser evaluados independientemente e integrados como
base del comportamiento propio.
Lo anterior no implica que la autoridad renuncie al ejercicio de la fuerza y la violencia sino que, como Weber ha
señalado, ésta se ejerce con un sustento legítimo y en esta medida se minimiza la necesidad de mantener los
medios de coerción en alerta constante: "Sólo cuando un sistema de autoridad se desmorona, o un individuo dado
pierde su autoridad, debe recurrirse al poder para asegurar su conformidad..." (Peters, 1967, p. 10). Al respecto
algunos autores como Easton y Arendt, han señalado la necesidad de diferenciar entre el ejercicio efectivo de la
fuerza y la mera amenaza de su utilización. Conviene no perder de vista la distinción significativa entre la
exclusión efectiva de una persona del sistema político (ya sea mediante la eliminación física o el encarcelamiento)
de la mera "advertencia" de su posible supresión (Easton, 1958; Wrong, 1980). A diferencia del mero poder, la
autoridad previene la aplicación de la fuerza como tal: "cuando se usa la fuerza es que la autoridad ha fallado"
(Arendt, 1976, p. 93). En tanto el poder ordena y está respaldado, si es necesario por la imposición, la autoridad
"apela", y deja de ser tal si se impone (Sartori, 1989, p. 233).
En la medida en que es legítima, toda autoridad se sustenta en las leyes. Así la autoridad se distingue del poder
coercitivo y del liderazgo basado en la capacidad de influiry en la persuasión por la legitimidad. La relación de
autoridad es una relación de órdenes y obediencia en la cual la autoridad tiene el derecho de mandar y los otros la
obligación de obedecer. Esta definición de la legitimidad como sustento de la dominación está basada en los
planteamientos weberianos y es compartida por varios autores (Biersted, 1964; Gerth y Mills, 1972; Wrong, 1980).
A diferencia de la persuasión, la autoridad no intenta presentar argumentos sino asegurar el cumplimiento de las
órdenes. En oposición a las relaciones igualitarias de persuasión, los lazos de autoridad son siempre jerárquicos.
La relación autoritaria no descansa ni en argumentos razonados y compartidos ni en el mero poder coercitivo sino
en una estructura cuya razón y legitimidad es reconocida tanto por los que mandan como por los que obedecen y
donde cada uno tiene un lugar jerárquicamente definido (Arendt, 1976, p. 93; Bierstedt, 1964; Wrong, p. 32-49).
En la medida en que los deberes y obligaciones están claramente estatuidos, el comportamiento es previsible y la
relación es continua, de allí que, en la relación de autoridad la importancia del contenido de la comunicación
pueda ser secundario frente al significado prioritario del estatus que ocupa quien da la orden. En este sentido la
autoridad es un poder institucional (Bierstedt) y legítimo (Weber) que se ejerce manteniendo cierta "distancia"
entre los que mandan y los que obedecen. De allí que la posesión y ejercicio de la autoridad tiende a estar
íntimamente asociada con un conjunto de rituales -pompa y ceremonia- y de elementos símbólicos -cetro, corona,
etc. (Laswell y Kaplan, 1963). Así, el concepto de autoridad conlleva una serie de identificaciones, demandas y
expectativas que se vinculan a la fórmula política. Afirmar que una persona tiene autoridad significa que es
poseedora de] poder que le asigna la "fórmula política" y que aquellos que se adhieren a ésta, consideran que se
ejerce en forma justa y apropiada (MacKiver, 1947; LasweIl y Kaplan, 1963).
Sin embargo en algunos regímenes la noción de autoridad, en la práctica, se encuentra divorciada del verdadero
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centro del poder. La autoridad formal y la real deben consecuentemente diferenciarse. En no pocas ocasiones, las
autoridades formales no toman las decisiones políticas sino que se limitan a participar en las ceremonias y rituales
(es el caso de la monarquía británica y el de los presidentes de la ex Unión Soviética). Allí donde el control y la
autoridad están en las mismas manos (poder efectivo y poder formal), el debilitamiento de uno conlleva al del otro
(Laswell y Kaplan, 1963, p. 138).
La atribución de autoridad siempre tiene un contenido "subjetivo", porque involucra no solamente a las personas
que mandan sino también a las que obedecen. La relación de autoridad implica la aceptación de la misma; su
mantenimiento y continuidad dependen, en gran medida, del prestigio de las personas que ocupan los distintos
cargos (LasweIl y Kaplan, p. 133-5). Así, la autoridad legítima presupone un conjunto de reglas compartidas que
prescriben la obediencia dentro de ciertos límites. Para ser legítimas estas normas deben ser comunes a un
amplio número de personas y no limitarse a regir únicamente las relaciones que estrictamente se establecen entre
los que mandan y los que obedecen (Wrong, p.50).
En este sentido, Winch afirma que "hay una conexión conceptual íntima entro la noción de autoridad, por una
parte, y la noción de que hay una forma correcta y otra incorrecta de hacer las cosas, por la otra. El que se somete
a la autoridad -a diferencia del que se somete al mero poder coactivo- no está sujeto a una voluntad ajena. La
aceptación de la autoridad es conceptualmente inseparable de la participación en las actividades gobernadas por
reglas en función de las cuales la libertad adquiere sentido: ... sólo en el contexto de las actividades gobernadas
por reglas tiene sentido hablar de la libertad de elección; librarse de todas la reglas no sería obtener la libertad
perfecta, sino crear una situación donde la noción de la libertad ya no podría encontrar asidero..." Por lo tanto
resulta contradictoria la afirmación de que para asegurarse la libertad de elección, es necesario renunciar a la
autoridad (Winch, p. 155-9).
Como también lo afirma Herbert Marcuse basándose en los planteamientos de los clásicos de la filosofía política,
las nociones de autoridad y de libertad están unidas en la misma concepción y en la persona del sujeto (Marcuse,
p. 51). Al respecto, preocupado por la vinculación entre libertad, autoridad y democracia, Giovanni Sartori afirma
que: ... la libertad verdadera acepta la autoridad de la misma forma que la autoridad verdadera reconoce la
libertad. La libertad que no reconoce la autoridad es una libertad arbitraria licencia no libertas. Viceversa, la
autoridad que no reconoce la libertad es autoritarismo... la democracia necesita la autoridad y no es, sin embargo
autoritaria. Cuando examinamos el autoritarismo desde la óptica de la libertad, se deduce claramente que el
autoritarismo niega la autoridad (puesto que la autoridad define la libertad). Como acertadamente apunta Friedrich,
"en una sociedad totalitaria, la verdadera autoridad se destruye del todo..." Del mismo modo puede decirse que
cuanto más autoritario es un régimen, menos descansa en la autoridad (Sartori, 1989, p. 236). Así, en la medida
en que la autoridad implica que la obediencia a los ordenamientos no sea impuesta sino que tenga sustento
legítimo se puede afirmar que la crisis de la democracia es una crisis de autoridad. Lejos de repugnar a la
democracia, puede decirse que la autoridad es la fórmula de poder por excelencia. La idea que realza la
democracia no es la conquista de poder, sino por el contrario, su minimización y por lo tanto, la sustitución de los
"poseedores de poder" por los "poseedores de autoridad" (Sartori, p. 233-4). De ahí que, para Sartori la mejor
forma de conceptualizar el autoritarismo es como un sistema político en el cual, a diferencia de la autoridad
democrática, apenas hay sitio, si es que lo hay, para la libertad.
Autoridad y liderazgo
Como hemos señalado, lejos de responder a cualidades innatas, la autoridad surge en el proceso de organización
social y tiene sus fundamentos en factores institucionales. Como contrapartida, el término de liderazgo
comúnmente se ha utilizado para referirse a los atributos personales en virtud de los cuales se ejerce el poder o la
influencia.
Con base en esta diferenciación y ante la importancia de los movimientos sociales contemporáneos, es común
que el concepto de liderazgo se vincule a "dirigentes", "guías" o "personalidades influyentes" que actúan en
movilizaciones colectivas que buscan transformación social (profeta, héroe carismático, demagogo) mientras que,
como lo hemos sentado, el concepto de autoridad se utiliza más con referencia al ámbito propiamente institucional
(administrador, burócrata, jurista, etc.).
Es común que el concepto de líder se vincule con el de "héroe", en la medida en que se trata de un individuo
cuyas acciones tienen tal impacto social que "hace que sucedan cosas que de otra forma no hubieran sucedido".
Desde esta perspectiva, hay un gran entrelazamiento entre las teorías de la revolución y las teorías de liderazgo
en tanto que ambas presuponen una teoría del cambio social (MacFarland, 1969, p. 174-5; Weber, 1974 y 1982).
Los estudiosos que comparten lo que se podría considerar el "paradigma carismático" que Weber introduce como
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modelo de líder (Weber, 1974, p. 193-201), consideran en términos generales que los grandes líderes tienden a
aparecer en las épocas de mayor conflicto político y causan un impacto excepcional sobre los eventos sociales
(MacFarland, 1969, p. 167). Ante una crisis de valores (Smelser) aparece un héroe carismático (Weber, Hook),
cuyas características psicológicas, aunadas a sus acciones públicas lo llevan a tomar decisiones críticas que a su
vez serán el sustento de una nueva identidad social, de nuevas estructuras permeadas por nuevas ideologías
(MacFarland, p. 164-75). En este sentido, como señala Weber "el carisma es la gran fuerza revolucionaria en las
épocas vinculadas a la tradición" (Weber, 1974, p. 196).
Los orígenes del liderazgo se han situado comúnmente en el marco de las pequeñas comunidades y de las sectas
religiosas. El proselitismo que aparece en la génesis de los movimientos religiosos se inspira frecuentemente en
figuras proféticas como la de Moisés, Mahoma, Jesús o Calvino. "La personalidad única e irresistible que moviliza
y arrastra a las masas hacia nuevas metas y nuevos caminos de salvación religiosa se convierte en prototipo de
liderazgo" (Seligman, 1975, p. 603). Al respecto MacFarland analiza cómo en el Viejo Testamento se encuentra el
prototipo del paradigma carismático. En las relaciones de los judíos con Moisés aparecen los tres elementos de
los procesos psicológicos y sociológicos de liderazgo: el líder, los seguidores y la situación de grupo (MacFarland,
1969, p. 160-6, 175).
En términos generales se ha considerado como requisito para el liderazgo la posesión de ciertas cualidades que
son intransferibles, como la habilidad, la destreza y el prestigio personal. Consecuentemente, los mayores peligros
para el líder no están en el rango y el puesto que ocupa sino en sus rivales potenciales que pueden tener
cualidades afines- (Laswell y Kaplan, p. 158).
En la ciencia política, gran parte de la bibliografía sobre liderazgo deriva de Aristóteles y Maquiavelo y está
dominada por la imagen de las masas no pensantes y de un líder dotado de poder y voluntad (Bell, 1950, p. 396;
Tannenbaum, p. 598). Maquiavelo hace énfasis en la virtud del líder que incluye tales características como el
coraje, la convicción, el orgullo (prestigio) y la fuerza. Por su parte Robert Michels destaca entre las características
de los líderes la 'Tuerza de voluntad", el empeño y la capacidad de oratoria (Michels, p. 188; Laswell y Kaplan,
A diferencia de la autoridad que demanda o exige que se cumplan sus disposiciones con base en el fundamento
legítimo y en el orden jerárquico, el líder sólo puede pedir o "esperar" que lo sigan y a su vez esto depende de sus
cualidades personales y de la situación misma -lo que nos hace pensar en la clásica diferencia entre la virtud y la
fortuna en el pensamiento de Maquiavelo (Peters, p. 148). Mientras la relación de autoridad es de subordinación
jerárquica, la de liderazgo es de sumisión personalizada (Bierstedt, 1964, p. 70-1). Aquellos que ejercen la
autoridad -especialmente en una gran asociación- muchas veces no tienen conciencia de la identidad de sus
seguidores, quienes pueden perder de vista quién está en la cúspide. Por ejemplo, un ejército obedece al oficial de
más alto rango sin siquiera conocerlo (Bierstedt).
Sin embargo, la noción de liderazgo ha sufrido cambios importantes en su relación con la autoridad. Las nuevas
corrientes intelectuales de los siglos XIX y XX y la influencia del positivismo en ciencias sociales modificaron
drásticamente el significado de liderazgo político. Ante las nuevas perspectivas de la psicología, el "héroe"
tradicional desaparece y el "liderazgo" ya no se explica tanto en función de una serie de rasgos y atributos fijos
sino que se concibe como resultado de la interacción social, del lugar de la actividad humana dentro de una
determinada estructura, del "papel" que juegan algunos individuos y de las esperanzas mutuas de líderes y
seguidores (MacFarland, 1969, p. 154; Seligman, 1975, p. 603). Se plantea entonces el problema de cómo
trasladar los estudios sobre liderazgo en pequeñas comunidades al análisis del mismo en las grandes
asociaciones políticas, donde "la prensa constituye un elemento fuerte para la conquista, la preservación y la
consolidación del poder por parte de los líderes" (Michels, p.168).
En el Estado moderno, el líder y sus partidarios ya no se influyen recíprocamente de forma directa sino que se
relacionan indirectamente a través de una serie de personas que desempeñan diferentes cargos en el sistema
político. Así entendido el liderazgo ejecutivo moderno se concibe como un proceso organizativo en el cual, aunque
el líder pueda seguir siendo un individuo, en realidad su liderazgo es el producto colectivo de una actividad
organizativa que se distingue genéricamente de las relaciones entre gobernantes y gobernados en las
asociaciones de pequeña escala.
El líder ejecutivo tiene así un carácter "colectivo" por el cual -a semejanza de lo que ha ocurrido tradicionalmente
cuando se habla de autoridad- el propio cargo no depende exclusivamente de quien lo ocupa. El legado histórico y
las expectativas, en cierta medida permiten predecir la conducta del ejecutivo, y la institucionalidad garantiza la
continuidad de forma que, en caso de muerte repentina, el cargo funciona en ausencia del titular (Seligman, 1975,
p. 604).
1.- ¿Qué piensas sobre la autoridad y las personas que son encargadas de ejercerla?
Respuesta:
2.- ¿Consideras que la autoridad y el liderazgo deben ejercerse de manera social en nuestra
sociedad?
Los Derechos Humanos pueden ser definidos, en un primer momento, como todos aquellos que tiene cada
hombre o mujer por el hecho de serlo y formar parte de la sociedad en que vive; o
los podríamos entender como aquellos que tienden al bienestar social, económico,
y cultural, tanto en lo individual como en lo colectivo, cuyo objetivo es que los
miembros de una vida digna.
Otros consideran a los Derechos Humanos en permanente construcción, por ello los
explica como un conjunto de facultades, libertades, inmunidades y prerrogativas
que en cada momento histórico, concretan o determinan las exigencias de la
dignidad, la libertad y la igualdad humana, por lo que deben ser reconocidos por la
legislación nacional y los instrumentos jurídicos internacionales para su respeto y
protección efectiva.
Cada corriente de los Derechos Humanos los caracteriza o interpreta de manera distinta, sin embargo, las
diferentes posturas coinciden en algunas características que se encuentran a continuación:
· Universalidad. Se refiere a que la titularidad de dichos derechos se encuentra en todos los hombres y las
mujeres.
· Inalienabilidad. Los Derechos Humanos no pueden perderse ni transferirse por propia voluntad, porque son
inherentes a la dignidad de la persona.
· Incondicionalidad. Los Derechos Humanos pueden ser ejercidos sin condición alguna; es decir, no están sujetos
a cumplir con requisitos ni supeditados a lineamientos o procedimiento previos.
202
· Indivisibilidad e interdependencia. Se entiende que el violar un
derecho humano permite al mismo tiempo la violación de todos.
· Límites al poder. Los Derechos Humanos fijan límites al poder del
Estado, éstos históricamente se reconocen en las Cartas Magnas,
a fin de asegurar el respeto a la condición de ciudadano.
Son derechos de tipo colectivo y su satisfacción es progresiva, es decir, dependen de las posibilidades
económicas de cada Estado. Emergen en este siglo XX por las profundas desigualdades que provocó la
Revolución Industrial.
203
En nuestra constitución mexicana después de 1917 se recogen diversas propuestas surgidas previamente,
durante y posteriormente de la revolución, algunos ejemplos son:
Derecho a la seguridad social,
derecho al trabajo,
derecho a igual salario por igual trabajo,
derecho a una remuneración equitativa y satisfactoria que asegure conforme a la dignidad humana,
derecho a fundar un sindicato y a sindicalizarse,
derecho al descanso y al tiempo libre,
derecho a un nivel adecuado para la salud y el bienestar,
derecho a seguros en caso de desempleo, enfermedad, vejez, invalidez y otros casos independientes de su
voluntad;
derecho a la protección de la maternidad y de la infancia,
derecho a la educación,
derecho a participar en la vida cultural de la comunidad,
derechos de autor cuando haya creado alguna obra literaria, escrito, fílmica, artística, etc.
derecho a preservar su cultura.
Se forma por los derechos de solidaridad o de los pueblos, hace referencia a cuatro aspectos esenciales: la paz, la
autodeterminación, el desarrollo y el medio ambiente. Surgen posteriores a la segunda guerra mundial, como
respuesta a la necesidad de las naciones, que transcienden al individuo. Derecho a la paz, derecho a la soberanía
nacional, derecho a la autodeterminación de los pueblos, derecho a la solidaridad internacional, derecho a la
preservación de los recursos naturales, derecho a los asentamientos humanos, derecho a la protección el medio
ambiente, derecho a la conservación de la cultura e identidad nacional, derechos de los pueblos indígenas.
Discriminación.- Acción y efecto de separar, distinguir y diferenciar una cosa con otra. Además son todos
aquellos actos basados en prejuicios, convicciones u omisiones relacionadas con el sexo, razas, religión,
grupos étnicos, edad, condición económica, lengua, estado civil, discapacidad física o mental, orientación
sexual, trabajo, profesión, que limita a las personas el reconocimiento y goce de sus derechos humanos,
negándoseles la igualdad de oportunidades.
Tipos:
La racial Teoría político-social que relega a un plano de inferioridad a los individuos de una raza determinada o
coloca en lugar preeminente a los de otra, generalmente la blanca.
204
La social ella nos indica una segregación de los estratos bajos
sin poder gozar de los mismos derechos políticos, económicos
o culturales.
La discriminación es multidimensional porque es un fenómeno que nos afecta a todos, ya sea ejerciéndola o
viviéndola, repercute en todos los ámbitos de vida, es progresiva, se acumula e incrementa, produciendo efectos
cada vez más graves. Los ejemplos de discriminación al trabajo son por el género, por edad, por etnia y por
condición económica.
Un conflicto es una lucha de sentimientos contrarios o enfrentamientos de intereses y en ella encontramos los
factores de conflicto como la violencia siendo el uso de la fuerza externa ejercida sobre una persona para obligarla
a hacer lo que uno quiere.
Las agresiones físicas se manifiestan como agresiones físicas como los golpes,
cortadas, tocamientos lascivos y actos sexuales forzados. En tanto las agresiones
verbales son: insultos, ofensas, humillaciones, descalificaciones y amenazas.
205
de afecto, dejar de hablar, etc.
SEXUAL con el abuso, ostigación, estupro, pornografía, prostitución, violación, etc.
Los conflictos familiares conducen en muchos de los casos a la violencia intrafamiliar que se dan con la fuerza
física o moral, las omisiones graves que de manera reiterada ejerce un miembro de la familia en contra de otro
integrante de la misma.
Las consecuencias que sufren las personas por la violencia son una disminución de la autoestima, su capacidad
para relacionarse con los demás, su creatividad, sus deseos de desarrollo personal y sus posibilidades de
participación política.
En México la violencia contra las mujeres es del 34%, y para superar la violencia en el ámbito familiar se debe
reconocer los derechos de la mujer. Algunas de las soluciones para superarla serian:
Tomar conciencia de que yo no quiero ser violento.
Tiene que ver con las políticas públicas y las sanciones.
Generar un ambiente en donde se sancionen los hechos violentos de cualquier tipo.
Dar apoyos emocionales y legales a las victimas de la violencia.
Las Garantías Individuales son ciertos derechos que el pueblo en ejercicio de su soberanía, se auto limita
reservándose ciertos derechos públicos subjetivos que debe respetar el estado con el propósito de que el
individuo pueda lograr sus fines, en México la fuente formal de las garantías individuales es la constitución por el
artículo 133.
El estado tiene la obligación de respetar ya por vía de actuación, ya por vía de abstención, tal y como acontece
con el respeto al derecho de libre asociación consignado en el artículo noveno. Por otro lado se pueden traducir en
una relación jurídica que existe entre el gobernado, por un lado, y el estado y sus autoridades, por el otro (sujetos
activos y pasivos), en virtud de la cual surge para el primero el derecho de exigir a los segundos una obligación
positiva o negativa, consistente en respetar las prerrogativas fundamentales de que el hombre debe gozar para el
desenvolvimiento de su personalidad.
En la constitución mexicana comprende los primeros 29 artículos. Y las garantías individuales son:
De la Libertad.
De la Propiedad.
De la Seguridad Jurídica
De la Igualdad estas garantías son los derechos por los cuales todos somos iguales ante la ley sin
distinción de clase, de sexo o de cualquier otro tipo.
La defensa de las garantías individuales es defendida y garantizadas por el juicio de amparo. En nuestro país, la
Constitución y las leyes establecen mecanismos específicos para hacer cumplir las leyes y respetar los Derechos
Humanos, para prevenir su violación, o bien cuando dichos mecanismos sean vulnerados, para exigir su respeto y
206
disfrute, así como sancionar en su caso, a las autoridades que los violen.
Dentro de nuestro marco jurídico se contemplan vías formales o jurisdiccionales de protección de los Derechos
Humanos (que quienes se encargan de esto son principalmente los jueces a través de procedimientos en forma de
juicios), dentro de los cuales podemos mencionar el Juicio de Amparo y los medios no jurisdiccionales (que son
los que se llevan a cabo por parte de los Servidores Públicos no judiciales a través de procedimientos
administrativos), y dentro de estas vías no jurisdiccionales se encuentran los realizados por la Comisión Nacional y
los Organismos Locales de Derechos Humanos.
Los Derechos Sociales: son aquellos derechos que tienden al bienestar social, económico y cultural, tanto en lo
individual como en lo colectivo, su objetivo es que los miembros de una sociedad, llevan realmente a una vida
digna. Estos derechos sociales favorecen a los grupos sociales vulnerables o estratos sociales bajos donde la
dinámica social no los proteja como a los campesinos, los obreros, trabajadores eventuales, etc.
Estas garantías sociales hacen referencia a temas como (Los derechos sociales son:) derecho a la educación,
derecho al trabajo o laborales, derecho a la seguridad social, derecho a la salud, derecho a la vivienda, derechos
de la familia, de las niñas y niños, de desarrollo social, planeación democrática y eliminación de los monopolios.
El Gobierno Federal aboga ampliamente por la protección de los derechos humanos. Sin embargo, en su informe
anual menciona también una serie de áreas prioritarias que necesitan una atención especial:
los derechos de mujeres y niñas, y la lucha contra los matrimonios forzados;
la lucha contra la pornografía infantil y la explotación sexual de menores;
el reconocimiento del derecho humano al agua potable y al saneamiento básico. Plan de acción para los
derechos humanos
El Gobierno Estatal se propone, fortalecer y dar un amplio reconocimiento al respeto, tutela y promoción de los
derechos humanos”, beneficiado en gran magnitud, porque impulsa el respeto a la cultura, costumbres y
tradiciones indígenas y sobre todo, a la defensa de los derechos humanos de los migrantes y sus familias.
EL Gobierno Municipal la adecuada difusión de la cultura de los Derechos Humanos, obligación de los
gobernantes, debe comenzar por la propia casa, es decir, lograr que la observancia sea un asunto de la más
íntima convicción en cada autoridad, quien debe contemplar a los gobernados como ciudadanos respetables no
como súbditos. Sobre los Derechos Humanos existe literatura muy representativa, en la que destacan las
declaraciones de derechos de fines del siglo XVIII hasta las generadas en el seno de las Naciones Unidas, en el
presente siglo. Este conocimiento puede ser comprendido y asumido, a través de pláticas, conferencias, mesas
redondas, talleres, campañas; dirigidos a niños, mujeres, migrantes, trabajadores, maestros y maestras,
servidores públicos en general.
La Comisión Nacional de Derechos Humanos tiene para cada uno de estos grupos mencionados actividades de
capacitación y materiales que están en disposición de los municipios. Los municipios pueden auxiliarse de la
Comisión Estatal de Derechos Humanos, de organismos no gubernamentales, universidades, centros de
investigación, donde eventualmente se realicen actividades académicas, casa de culturas, o iniciar programas que
organicen las iniciativas particulares de los ciudadanos.
1.- Organízate con tu fila y solicita un espacio para que realicen un periódico
mural sobre los derechos humanos.
207
Nombre: Fecha: Grupo:
Elemento a Evaluar INSUFICIENTE Suficiente Bueno Excelente
(0 – 5) (6 – 7) (8 – 9) (10)
1.- Presentación del tema
2.- Material. Didáctico
3.- Manejo de Material didáctico
4.- Desarrollo del tema
5.-Coherencia de la exposición
6.- Tonalidad
7.- Desenvolvimiento corporal
8.- No debe leer
9.- Fluidez de la exposición
10.- Control de grupo
11.- Manejo de dinámica
12.- Conclusiones
TOTAL DE PUNTOS:
Observaciones: Calificación
Evaluadores:
UNIDAD III
HOJA DE EVALUACIÓN GENERAL DE ACTIVIDADES DEL ESTUDIANTE.
NOMBRE: GRUPO:
Actividades Fecha Calific. Firma
1.-
2.-
3.-
4.-
5.-
6.-
7.-
8.-
9.-
10.-
11.-
12.-
13.-
14.-
15.-
16.-
17.-
18.-
19.-
20.-
208
3. 2. Identifica las obligaciones como individuo y
ciudadano con base en el derecho.
Mantiene una actitud respetuosa hacia la interculturalidad y la diversidad de creencias, valores, ideas y
prácticas sociales.
Reconoce que la diversidad tiene lugar en un espacio democrático de igualdad de dignidad y derechos de
todas las personas, y rechaza toda forma de discriminación
209
LAS OBLIGACIONES
Existen tantas definiciones sobre el concepto obligaciones cuantos autores hay en el derecho civil. Sin embargo,
basta citar algunas de ellas para identificar que en todas aparecen tres elementos constitutivos: sujeto, objeto y
relación jurídica.
Conviene señalar en primer término lo que los romanos, a través de Justiniano, decían con respecto a la
obligación: es "un vínculo de derecho por el cual somos constreñidos (obligados) con la necesidad de pagar
alguna cosa según las leyes de nuestra ciudad".
En tanto que el maestro Borja Soriano dice que es "la relación jurídica entre dos personas, en virtud de la cual una
de ellas, llamada deudor, queda sujeta para con otra, llamada acreedor, a una prestación o a una abstención de
carácter patrimonial, que el acreedor puede exigir al deudor".
Con base en lo anterior, puede decirse que es el vínculo jurídico en virtud del cual una persona llamada deudor se
encuentra constreñida jurídicamente con otra denominada acreedor a realizar una prestación (dar, hacer) o una
abstención (no hacer).
Una obligación de dar puede ser por ejemplo un contrato de compraventa, en el cual el vendedor se compromete
a entregar un automóvil; una obligación de hacer puede ser un contrato de prestación de servicios profesionales,
en el que el profesionista (contador público) elabora los estados financieros de una empresa (su cliente); mientras
que una obligación de no hacer puede ser un contrato de arrendamiento, en el cual una de sus cláusulas
establece que el arrendador prohíbe al arrendatario hacer modificaciones al departamento.
Así, según su objeto, pueden ser: de dar, de hacer o de no hacer, y se encuentran contenidas en el Código Civil.
Las obligaciones de dar se señalan en los arts. 2011 a 2021; las de hacer en el arto 2027 y las de no hacer en el
arto 2028 del mismo ordenamiento.
Son acciones conforme al Código civil y tener una compostura apropiada de un ciudadano de respeto. En el
sentido mercantil hace referencia a un vínculo jurídico entre dos personas (o mas) en virtud del cual una de ellas,
llamada deudor, está constreñida a dar alguna cosa, a hacer o no hacer algo, a favor de otra llamada acreedor, el
cual tiene el poder jurídico de compeler al deudor al pago, es decir, a que le de la cosa o haga o no haga algo.
La obligación civil se identifica con los llamados derechos personales o créditos. Así lo establece nuestro Código
Civil en el Art. 666: "derechos personales o créditos son los que solo pueden reclamarse de ciertas personas que,
por un hecho suyo o la sola disposición de la ley, han contraído las obligaciones correlativas; como el que tiene el
prestamista contra su deudor por el dinero prestado, o el hijo contra el padre por alimentos. De estos derechos
nacen las obligaciones personales".
Una obligación Ciudadana es reportar un delito u hecho que comprometa a los demás miembros de una
Comunidad. El sentido de Derecho al voto donde se haya inscrito y según a su domicilio mas cercano. El votar las
basuras en los recipientes señalados para ello. Y en las bolsas que protejan su contenido para evitar que se
desparrame en la calle.
SUBJETIVO
El sujeto activo es el acreedor; es decir, el que es titular del derecho.
El sujeto pasivo es el deudor que está obligado a cumplir con dicho derecho
OBJETIVO
Está integrado por el objeto de la obligación; es decir, lo que el acreedor puede exigir al deudor y esto puede
consistir en un hecho positivo (dar, hacer) o en un hecho negativo (no hacer). En el supuesto de que el deudor
esté obligado a dar o hacer algo significa que está obligado a una prestación. Si está obligado a no hacer algo
significa que está obligado a una abstención.
RELACION JURIDICA
Es el vínculo que une al deudor con el acreedor. Esta relación es de carácter jurídico (está protegida por el
derecho), ya que los mismos sujetos así lo proponen y, aunque no se conozcan, por disposición de la ley quedan
unidos.
210
CLASES DE OBLIGACIONES Civiles.
Naturales
Son aquellas en las que la ley no obliga al deudor a su cumplimiento, a pesar de que existe, o existió, una relación
jurídica. En éstas, el obligado puede cumplirlas voluntariamente, y el acreedor puede recibir el pago, mas no tiene
el derecho de exigirlo. Rojina Villegas, al tratar las obligaciones naturales dice que éstas se aproximan a las
obligaciones morales y sociales porque el acreedor no puede exigir su cumplimiento.
Civiles.
Son las que se exigen con apoyo en la ley, aquellas en que el acreedor es asistido por ésta al reclamar el
cumplimiento de una obligación y exigir al deudor su realización. Por ejemplo, si después de haber celebrado un
contrato de arrendamiento, el inquilino no paga la renta estipulada, el arrendador puede pedir al juez de
arrendamiento que intervenga para que pague la cantidad convenida.
Mercantiles
Constituyen el vínculo jurídico por el cual una persona debe cumplir rente a otra una prestación de naturaleza
mercantil, porque el acto que la origina es de la misma naturaleza; es decir, se trata de un contrato
Por ejemplo, en un contrato de compraventa el elemento subjetivo es el comprador y vendedor. Como sujeto
activo, el comprador tiene derecho de exigir la mercancía y el vendedor, de exigir el precio como sujeto pasivo, el
comprador tiene la obligación de pagar el precio y el vendedor, de entregar la mercancía.
•Oferta pública de venta. De acuerdo con el arto 1860 del Código Civil el oferente se obliga a sostener el precio a
cualquier persona del público que adquiera la calidad de acreedor; lo cual significa que cualquier persona del
público puede exigir el precio anunciado. Un ejemplo son las rebajas en los precios de determinadas mercancías,
publicadas en un periódico por un centro comercial.
•Promesa de recompensa. En este caso, una persona denominada promitente se dirige a un sujeto indeterminado
del público ofreciendo una recompensa. Así, por ejemplo, alguien puede ofrecer determinada cantidad de dinero a
quien dé informes para localizar un auto robado.
entregará algo a una persona ajena a aquel con que contrató (tercero). Ejemplo es cuando en la 'compraventa a
crédito de un automóvil, el comprador se obliga con el vendedor a que él pagará las mensualidades que faltan a la
concesionaria.
Fundamentos de derecho
Es importante señalar que los documentos civiles a la orden o al portador se consideran derogados por la Ley de
Títulos y Operaciones de Crédito de 1932.
Cuasicontratos
Son los actos lícitos o ilícitos, voluntarios o por error, que obligan a quienes los realizan o se benefician con ellos,
sin que haya habido previo acuerdo de voluntades. Aquellos que regula el Código Civil son el enriquecimiento
ilegítimo y la gestión de negocios.
Enriquecimiento ilegítimo. El Código Civil en su arto 1882 establece que " el que sin causa se enriquece en
detrimento de otro, está obligado a indemnizarlo de su empobrecimiento en la medida en que él se ha
enriquecido". Dentro del enriquecimiento ilegítimo se encuentra el pago de los indebidos, que según el arto 1883
del Código Civil: "cuando se reciba alguna cosa que no se tenía derecho de exigir y que por error ha sido pagada
indebidamente, se tiene la obligación de restituirla". Por ejemplo, los hijos herederos pagan la totalidad de un
automóvil que había adquirido su padre y que todavía no liquidaba, pero resultó que éste tenía un seguro con el
vendedor que cubría la totalidad del adeudo en caso de muerte, por tanto existe un pago de lo indebido y la
obligación consiste en que quien lo recibió lo tendrá que devolver.
Delitos y cuasidelitos
Tomando como antecedente los derechos romano y francés, el derecho mexicano vigente clasifica a los delitos y
cuasidelitos en la siguiente forma:
211
Delito penal
Es un hecho doloso que causa daño, es sancionado por el Código Penal, y tiene además de una pena,
una sanción pecuniaria (esta definición de delito es para efectos de la responsabilidad civil, no para
caracterizar la naturaleza penal del mismo). Delito civil.
Es un hecho doloso que causa daño y que no está sancionado por el Código Penal; por lo tanto, sólo tiene
como consecuencia la reparación del daño, más no la imposición de una pena o sanción pública. Ejemplo
de ello es una persona que haga uso de sustancias peligrosas y provoque un daño, únicamente estará
obligado a repararlo, de acuerdo con el arto 1913 del Código Civil.
El Valor pecuniario.- La ley exige que sea posible asignarle un valor pecuniario al objeto de la prestación, pues en
caso de no poder cumplirse, es indispensable para efectos resarcitorios poder cuantificarlo monetariamente. Cabe
aclarar que la patrimonialidad de la prestación ha generado un arduo debate, entre quienes consideran que la
misma debe, en todos los casos, ser susceptible de una valoración pecuniaria y quienes consideran que al
derecho pueden y deben concernirle intereses que trasciendan al aspecto solamente económico.
La Comerciabilidad del objeto.- El objeto debe estar dentro del comercio. Por ejemplo, las cosas en dominio
público normalmente no pueden ser objeto de obligaciones, o derechos personalísimos, como la libertad personal,
son objetos fuera del comercio. En muchos ordenamientos jurídicos, sin embargo, se permite la disposición de
partes del propio cuerpo humano después de la muerte. Es posible además, que la prestación pueda ser
determinable (vgr. el precio que deberá el comprador será el que tenga el bien dado en el mercado el 31 de
enero). Entonces existe la…
Posibilidad.- El objeto debe ser posible de ser realizado. Existen dos tipos de imposibilidad: la física, como
sería si, antes de ser notificado del desastre, el dueño de un barco lo vende cuando este acaba de
naufragar. La legal, cuando el objeto se encuentra fuera del marco de legalidad, ya sea por ser ilícito o
ajeno a las buenas costumbres.
Causa.- Es el fin de la obligación que persiguen y que se propusieron a la hora de establecer la obligación.
Vínculo Jurídico: Es la atadura jurídica que constriñe al deudor para que le cumpla al acreedor la prestación
debida, y confiere a este el poder de compeler al deudor a su pago.
Elemento Subjetivo o Personal: Está constituido por los sujetos relacionados por el vínculo obligacional, que son el
Deudor u obligado y el acreedor o titular del derecho a cargo del deudor.
Elemento Objetivo: Está constituido por el objeto de la obligación, que a su turno radica en la prestación a que
está obligado el deudor (dar, hacer o no hacer).
Dos personas pueden ser recíprocamente deudoras y acreedoras. Por ejemplo en los contratos bilaterales que
son aquellos en que nacen obligaciones para las dos partes, como por ejemplo en el de compraventa. Para
contraer una obligación la persona debe tener la capacidad legal para obligarse. Objeto (prestación).- El objeto de
la obligación puede consistir en dar una cosa, hacer o sea ejecutar una determinada conducta o no hacer o sea
abstenerse de realizar una conducta. Determinación del objeto.- El objeto debe estar determinada o ser
determinable.
En principio deben ser cosas existentes pero también cabe obligarse respeto de una de cosa futura. Por ejemplo,
la venta de próximas cosechas o de cosas que están en proceso de fabricación. La obligación de dar puede
referirse a cosas fungibles o no fungibles. En el primer la obligación solamente está especificada por su clase o
género (por ejemplo, un kilo de azúcar) y se satisface con la entrega de un objeto de tal clase y calidad. En el
segundo caso las partes tienen en mira un objeto determinado (por ejemplo, una finca individualizada) y solamente
se satisface cumpliendo la obligación respecto de la misma.
212
Modalidades de las obligaciones
Éstas se clasifican desde varios puntos de vista, ya sea según el número de objetos y sujetos, según su
exigibilidad y según puedan dividirse o no.
PURAS
El Código Civil no define lo que es una obligación de este tipo; sin embargo, puede decirse que es aquella que no
está sujeta ni a término ni a condición; es decir, vale por sí misma y sus efectos son inmediatos. Ejemplo de ellas
es cuando una persona le da a otra un obsequio. Esta obligación no está sujeta a término ni a condición; por lo
tanto, es una obligación pura
DE TÉRMINO
Es un acontecimiento futuro y de realización cierta, del cual depende la existencia o la extinción de una obligación.
El término puede ser suspensivo o extintivo. Es suspensivo cuando la obligación nace una vez que se presenta el
acontecimiento futuro y cierto. Es extintivo cuando el vencimiento del término da fin a la obligación. Ejemplo de
término suspensivo es un pagaré cuya fecha de vencimiento es ello de diciembre del presente año, fecha que
marca un acontecimiento futuro de realización cierta; así que una vez que se presente nacerá la obligación de
pagar el documento. Por su parte, un ejemplo de término extintivo es un contrato de arrendamiento cuya fecha de
vencimiento es el 19 de octubre del año entrante; es decir, que una vez que se presenta este acontecimiento
futuro de realización cierta, se extingue la obligación.
DE CONDICION
Es un acontecimiento futuro de realización incierta, por medio del cual se da el nacimiento o la resolución de una
obligación. La condición puede ser suspensiva o resolutoria. Es suspensiva cuando el nacimiento de una
obligación depende de que se cumpla la condición. Es resolutoria cuando cumplida la condición, se extingue la
obligación. Ejemplo de condición suspensiva es cuando se le dice a alguien que si obtiene un promedio de ocho,
el próximo semestre se le otorgará una beca; es decir, para obtener la beca es necesario cumplir la condición
Alternativas.
Son aquellas en las que el deudor se obliga a cumplir uno de dos hechos o a una de dos cosas, como lo dispone
el arto 1963 del Código Civil. Un ejemplo es cuando alguien presta dinero a otra persona, misma que se
compromete a pagárselo, ya sea llevándole la contabilidad de su negocio o entregándole su automóvil; es decir,
puede optar por cumplir uno de dos hecho o cosas a los que se obligó
Bilateral: es el que genera obligaciones para ambas partes contratantes, sirviéndose estas obligaciones
recíprocamente de causa. El contrato bilateral es denominado también contrato sinalagmático perfecto. Ej.:
Compraventa y arrendamiento. Unilateral: es el que genera obligaciones a cargo de solo una de las partes
contratantes, y que si eventualmente, con posterioridad a su perfeccionamiento, las produce a cargo de la otra, no
se sirven recíprocamente de causa con las primeras. Ej.: El préstamo, el depósito, la donación sin cargas o el
comodato. El contrato unilateral en ciertos eventos puede estar indebidamente ligado al concepto de lo que una
parte de la doctrina ha mal llamado Contrato Sinalagmático Imperfecto.
Una obligación es pura cando no está condicionada, o sea, no sujeta a ninguna condición. En realidad una
obligación es pura cuando no está sometida a ninguna modalidad, ya sea condición, plazo o modo (cargo). Estas
modalidades son estipulaciones accesorias que quitan certeza a la obligación principal, o la difieren en el tiempo, o
le agregan una obligación accesoria. Una obligación pura y simple es aquella que responde al siguiente esquema:
existencia de una parte llamada acreedora, formada por uno o varios de acreedores, otra parte llamada deudora,
que también puede integrarse por uno o más, un vínculo jurídico que permite accionar legalmente ante el
incumplimiento, y una prestación de dar o hacer.
La exigibilidad de la prestación en una obligación pura y simple es inmediata, sin dependencia de acontecimientos
externos, ni de cumplimientos de plazos temporales, ni sujeta a hechos de las partes o terceros. El artículo 1113
213
del Código Civil español dice que cuando la obligación no depende de un acontecimiento incierto y futuro; o
pasado, pero ignorado por las partes, será exigible de inmediato, al igual que si está sujeto a condición resolutoria,
aunque ésta a posteriori, le haga perder su eficacia.
En cuanto a la prescripción, en las obligaciones puras y simples comienza a contarse desde que se perfeccionó la
relación obligacional. Las modalidades mencionadas (condición, plazo y modo) no sólo pueden afectar a las
obligaciones sino a todos los actos jurídicos. En el mismo sentido el Código Civil Federal de México en su título IV
(De las obligaciones condicionales y modales), nos dice que una obligación de término es aquella que crea
cuando se produce efectos y se condiciona a un término inicial o final, esto es, obligaciones a plazo. Si el término
es inicial, a partir de él la obligación empieza a producir efectos, si es final, la obligación y todos sus efectos se
extinguen.
En las obligaciones condicionales, la adquisición de los derechos, así como la resolución o pérdida de los ya
adquiridos, dependerá del acontecimiento que constituya la condición (Art. 114). Para que exista una obligación
condicional es esencial que al momento de contraerla no se tenga la seguridad definitiva que van a producirse los
efectos obligacionales. La incertidumbre debe nacer de la voluntad específica de los interesados.
La obligación condicional está sujeta a un suceso futuro e incierto, o a un suceso pasado que los interesados
ignoren. La condición indica el suceso incierto del que se hacen depender los efectos de la obligación o la
limitación puesta por el sujeto en su declaración de voluntad.
Requisitos:
- Ha de tratarse de un evento incierto, de realización insegura Ejemplo. Te daré un carro cuando se muera
fulanito).
- El evento tiene que haberse incorporado al negocio arbitrariamente por los interesados, sin que su ocurrencia
viniera exigida por la ley o por la naturaleza de las cosas.
Funciones:
La inserción de un evento condicionante permite modular la obligación con vistas a potenciar determinados
propósitos.
- Adoptar los efectos del compromiso de manera que la vinculación surja sólo si el devenir confirma la situación (te
daré 2.000 pesos si me toca la lotería).
- Dar trascendencia jurídica a motivaciones propias, de otro modo irrelevante. (Te vendo la cosa por un millón si
me divorcio).
- Influir en la conducta de otra persona sin llegar a constituirla en obligado. (Te regalaré el coche si apruebas).
Clases de condiciones:
I. La condición resolutoria: es aquella que no impide la eficacia de la obligación, pues esta entra en vigor de
inmediato, pero provocará, si se verifica, la resolución o pérdida de los derechos ya adquiridos.
II. Condiciones ilícitas o inmorales (imposibles): Son las condiciones contrarias a las buenas costumbres y las
prohibidas por la ley. Tanto las ilícitas o inmorales como las imposibles se tendrán por no puestas si se trata
de un testamento, o de una condición de no hacer. Si la condición es de dar o hacer un imposible anula la
obligación que depende de ella (si te roban el coche, si te atropellan).
III. Condiciones positivas y negativas: La condición es positiva cuando la eficacia de la obligación se vincula a
que ocurra algún suceso (si apruebas la asignatura). Se considera negativa la condición de que no acontezca
algún suceso (si no apruebas). Lo determinante es que la ocurrencia del evento altere (condición positiva) o
mantenga el estado de cosas del que se parte (condición negativa: si permaneces soltero, si no te casas).
V.- Condiciones casuales, potestativas y mixtas: habrá condición casual cuando su realización depende de la
casualidad, de la suerte o de la voluntad de un tercero. Es potestativa la que consiste en algo cuya realización
dependa de la voluntad de uno de los interesados y mixtas dependen en parte de la voluntad del interesado y
en parte del azar o de la voluntad de un tercero (te doy 1.000 pesos si me ganas al tenis -potestativa simple-,
214
en tierra batida -implica que no llueva-). Las condiciones potestativas se dividen en:
- Puramente potestativas: dependen de la exclusiva voluntad del deudor (Art. 115 te doy 3.000 pesos si me da
la gana) acarrean la nulidad de la obligación, pues obligarse a voluntad equivale a no obligarse.
- Simplemente potestativas: también dependen de la voluntad del deudor pero se han de cumplir
circunstancias (te vendo el piso si me traslado a vivir a Madrid). No serán nulas las puramente potestativas en
que la voluntad dependa del acreedor de la cosa (te compro el coche pero antes tengo que comprobar su
funcionamiento).
Cumplimiento e incumplimiento de la condición: Una vez nacida la obligación condicional, su eficacia definitiva
queda a la espera de que se verifique o no el evento seleccionado. Si se resuelve en sentido afirmativo la
alternativa de futuro la obligación queda purificada y surte efectos queridos. Si el evento no puede realizarse
los interesados quedan totalmente libres de vinculación (condición suspensiva) o se consolidan
definitivamente los efectos producidos (condición resolutoria).
El cumplimiento impropio o ficticio: El Art. 119 establece que se tendrá por cumplida la condición cuando el
obligado impidiese voluntariamente su cumplimiento, el Código sanciona la actitud del obligado que evita el
cumplimiento de la condición de cuya verificación depende la efectividad de su compromiso.
Según el criterio que sigue el Código Civil, la obligación mancomunada existe cuando cada acreedor sólo tiene
derecho a pedir una parte de la prestación total y cuando en su caso cada deudor sólo tiene que cumplir una parte
de la misma. Dentro de la obligación mancomunada hay dos tipos:
*ACTIVA: Cada acreedor sólo puede exigir separadamente la parte que resulte de dividir el contenido de la
prestación por el número de acreedores.
*PASIVA: Cada deudor sólo puede ser demandado para el cumplimiento de la prestación debida en la porción que
le corresponda. En este caso sería más acertado hablar de obligaciones parciales o parciarias.
Por tanto hay que afirmar que la concurrencia de dos o más acreedores o de dos o más deudores en una sola
obligación, sin que de algún modo conste la solidaridad, produce como efecto que el crédito o la deuda se
presumirán divididos en tantas partes iguales como acreedores o deudores existan.
LA OBLIGACIÓN SOLIDARIA
A diferencia de la obligación mancomunada que acabamos de ver existen además otro tipo de obligaciones, la
más importante de estas es la solidaria. Al igual que ocurre en la mancomunidad, la solidaridad puede darse tanto
en la posición del acreedor como en la del deudor:
* En el primer caso, cualquiera de los acreedores, podrá reclamar del deudor o de cualquiera de los deudores la
íntegra prestación de la obligación; es la llamada solidaridad activa.
* En el caso de la pluralidad de deudores, todos y cada uno de ellos quedan obligados a cumplir íntegramente la
obligación cuando el acreedor le compela a ello; es la llamada solidaridad pasiva.
En los casos de que existan simultáneamente varios acreedores y varios deudores se suele hablar de solidaridad
mixta; pero estos supuestos son poco frecuentes. De otra parte la problemática planteada por la solidaridad mixta
se deduce del entrecruzamiento y combinación de las reglas legales previstas para la solidaridad activa y pasiva.
El cumplimiento de la obligación solidaria (sea activa o pasiva) extingue la obligación, tal y como se dice en el
artículo 1145 del código civil: “El pago hecho por uno de los deudores solidarios extingue la obligación.” Sin
embargo, la extinción de la obligación no agota las consecuencias propias de la obligación solidaria, ya que su
cumplimiento ha de verse completado con el consiguiente arreglo de cuentas entre la pluralidad de sujetos de la
obligación.
Dicho reparto interno conviene plantearlo distinguiendo entre los supuestos de solidaridad activa y de solidaridad
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pasiva. Antes, sin embargo, conviene destacar que pese al paralelismo existente entre ambas, la importancia
práctica de la solidaridad activa es mucho menor que la de la solidaridad pasiva y quizás por ello la regulación del
Código Civil es mucho más detallada en relación a esta última. Vistas ya las diferencias entre la obligación
mancomunada y la obligación solidaria se evidencia de forma notoria en caso de que alguno de los codeudores
sea insolvente, es decir, que no cuente con bienes suficientes para hacer frente al cumplimiento de las
obligaciones.
Un Contrato
Es un acuerdo de voluntades, verbal o escrito, manifestado en común entre dos o más personas con capacidad
(partes del contrato), que se obligan en virtud del mismo, regulando sus relaciones relativas a una determinada
finalidad o cosa, y a cuyo cumplimiento pueden compelerse de manera recíproca, si el contrato es bilateral, o
compelerse una parte a la otra, si el contrato es unilateral. Es en suma el contrato un acuerdo de voluntades que
genera «derechos y obligaciones relativos», es decir, sólo para las partes contratantes y sus causahabientes.
Además del acuerdo de voluntades, algunos contratos exigen, para su perfección, otros actos de alcance jurídico,
tales como efectuar una determinada entrega (contratos reales), o exigen ser formalizados en documento especial
(contratos formales), de modo que, en esos casos especiales, con la sola voluntad, no basta. De todos modos, el
contrato, en general, tiene una connotación patrimonial, incluso parcialmente en aquellos celebrados en el marco
del derecho de familia, y es parte de la categoría más amplia de los negocios jurídicos. Es función elemental del
contrato originar efectos jurídicos (es decir, obligaciones exigibles), de modo que a aquella relación de sujetos que
no derive en efectos jurídicos no se le puede atribuir cualidad contractual.
En cada país, o en cada estado, puede existir un sistema de requisitos diferente, pero el concepto básico de
contrato es, en esencia, el mismo. La divergencia de requisitos tiene que ver con la variedad de realidades socio-
culturales y jurídicas de cada uno de los países (así, por ejemplo, existen ordenamientos en que el contrato no se
limita al campo de los derechos patrimoniales únicamente, sino que abarca también derechos personales y de
familia como, por ejemplo, los países en los que el matrimonio es considerado un contrato). El contrato tiene todos
los elementos y requisitos propios de un acto jurídico cuales son los elementos personales, elementos reales y
elementos formales.
Elementos personales
Los sujetos del contrato pueden ser personas físicas o jurídicas con la capacidad jurídica, y de obrar, necesaria
para obligarse. En este sentido pues, la capacidad en derecho se subdivide en capacidad de goce (la aptitud
jurídica para ser titular de derechos subjetivos, comúnmente denominada también como capacidad jurídica) y
capacidad de ejercicio o de obrar activa o pasiva (aptitud jurídica para ejercer derechos y contraer obligaciones sin
asistencia ni representación de terceros, denominada también como capacidad de actuar).
Elementos reales
Integran la denominada prestación, o sea, la cosa u objeto del contrato, por un lado, y la contraprestación, por
ejemplo, dar suma de dinero, u otro acuerdo.
Elementos formales
La forma es el conjunto de signos mediante los cuales se manifiesta el consentimiento de las partes en la
celebración de un contrato. En algunos contratos es posible que se exija una forma específica de celebración. Por
ejemplo, puede ser necesaria la forma escrita, la firma ante notario o ante testigos, etc.
Básicamente son tres, aquellos requisitos que, en casi todos los sistemas jurídicos, exigen las leyes, para alcanzar
la eficacia del contrato:
1.- Consentimiento: Es el elemento volitivo, el querer interno, la voluntad que, manifestada bajo el consentimiento,
produce efectos en derecho. La perfección del contrato exige que el consentimiento sea prestado libremente por
todas las partes intervinientes. La voluntad se exterioriza por la concurrencia sucesiva de la oferta y de la
aceptación, en relación a la cosa y la causa que han de constituir el contrato. Será nulo el consentimiento viciado,
por haber sido prestado por error, con violencia o intimidación, o dolo.
Los vicios del consentimiento. La ausencia de vicios en el consentimiento es imprescindible para la validez y
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eficacia del contrato, a cuyo fin se requiere que la voluntad no esté presionada por factores externos que
modifiquen la verdadera intención. Los más destacados vicios del consentimiento se encuentran en:
El error: Cuando versa el error, existe una equivocación sobre el objeto del contrato, o sobre alguno de sus
aspectos esenciales. El error es motivo de nulidad del contrato cuando recae sobre: La naturaleza del contrato
(quería hacer un arrendamiento e hizo una compraventa). La identidad del objeto y Las cualidades específicas
de la cosa. El error no debe de ser de mala fe, porque de lo contrario, se convierte en dolo.
La fuerza o violencia: En la violencia se ejerce una fuerza irresistible que causa un grave temor a una de las
partes del contrato, o que una de las partes haya abusado de la debilidad de la otra. La amenaza de acudir
ante una autoridad judicial para reclamar un derecho no es coacción, a no ser que se amenace abusivamente
de este derecho.
El dolo: Todo medio artificioso, fraudulento o contrario a la buena fe, empleado con el propósito de engañar, o
confundir, para inducir a una persona a consentir un contrato que, de haber conocido la verdad, no lo hubiera
aceptado, es considerado dolo. La víctima del dolo puede mantener el contrato y reclamar daños y perjuicios.
2.- Objeto
Pueden ser objeto de contratos todas las cosas que no estén fuera del comercio de los hombres, aun las cosas
futuras. Pueden ser igualmente objeto de contrato todos los servicios que no sean contrarios a las leyes, a la
moral, a las buenas costumbres o al orden público.
3.- Causa
Normalmente, la normativa civil de los ordenamientos jurídicos exige que haya una causa justa para el nacimiento
de los actos jurídicos. La causa es el motivo determinante que llevó a las partes a celebrar el contrato. Un contrato
no tiene causa cuando las manifestaciones de voluntad no se corresponden con la función social que debe
cumplir, tampoco cuando se simula o se finge una causa. El contrato debe tener causa y ésta ha de ser existente,
verdadera y lícita.
Elementos accidentales
Son aquellos que las partes establecen por cláusulas especiales, que no sean contrarias a la ley, la moral, las
buenas costumbres, o el orden público. Por ejemplo: el plazo, la condición, el modo, la solidaridad, la
indivisibilidad, la representación, etc. En consonancia con la autonomía de la voluntad, los contratantes pueden
establecer los pactos, cláusulas y condiciones que tengan por convenientes, siempre que no sean contrarios a la
ley, la moral, los buenos usos y costumbres, o el orden público.
El Delito
La palabra delito deriva del verbo latino delinquere, que significa abandonar, apartarse del buen camino, alejarse
del sendero señalado por la ley. La definición de delito ha diferido y difiere todavía hoy entre escuelas
criminológicas. Alguna vez, especialmente en la tradición, se intentó establecer a través del concepto de Derecho
natural, creando por tanto el delito natural. Hoy esa acepción se ha dejado de lado, y se acepta más una reducción
a ciertos tipos de comportamiento que una sociedad, en un determinado momento, decide punir. Así se pretende
liberar de paradojas y diferencias culturales que dificultan una definición universal.
En el sentido dogmático, es definido como una conducta, acción u omisión típica (descrita por la ley), antijurídica
(contraria a Derecho) y culpable a la que corresponde una sanción denominada pena. Supone una conducta
infraccional del Derecho penal, es decir, una acción u omisión tipificada y penada por la ley. En sentido legal, los
códigos penales y la doctrina definen al "delito" como toda aquella conducta (acción u omisión) contraria al
ordenamiento jurídico del país donde se produce. La doctrina siempre ha reprochado al legislador debe siempre
abstenerse de introducir definiciones en los códigos, pues es trabajo de la dogmática. No obstante, algunos
códigos como el Código Penal de España (art. 10) definen al delito, pese a lo dicho.
EL CUASI-DELITO: es un hecho ilícito que, cometido sin mala intención causa perjuicio; por lo que
necesariamente genera la obligación de repararlo con cargo al que lo ha cometido.
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Actos ilícitos (F) Cuasidelitos (I) Actos voluntarios
(E) Actos lícitos Actos
Actos humanos (C) (G) jurídicos (J) Actos involuntarios (D) Simples actos lícitos (K)
Un caso de responsabilidad extracontractual es el que puede surgir por los daños y perjuicios causados a terceros
como consecuencia de actividades que crean riesgos a personas ajenas a la misma (la conducción de un
automóvil). Una persona que sufre un daño jurídico puede ser capaz de usar la ley de responsabilidad civil para
recibir daños (por lo general una compensación monetaria) de una persona que es responsable de esas lesiones.
En general, la ley habla de responsabilidad civil se define lo que es una lesión legal y qué no lo es. Una persona
puede ser responsable (responsable de pagar) por otro de lesiones causadas por ellos. Agravios se pueden
clasificar en un número de maneras diferentes, una es distinguir en función del grado de culpa, por lo que hay
agravios intencionales, daños por negligencia, responsabilidad estricta y responsabilidad civil.
Por ejemplo, Alice lanza una pelota y accidentalmente golpea Brenda en el ojo. Brenda puede demandar a Alicia
por las pérdidas ocasionadas por el accidente (como el costo del tratamiento médico y la pérdida de pagar debido
a la falta de trabajo), así como por daños punitivos. Sea o no Brenda gana su demanda depende de si se puede
probar Alice en una conducta ilícita. Aquí, Brenda intentará demostrar que Alice tenía la responsabilidad de no
dañar a la gente y no para ejercer la responsabilidad que una persona razonable haría en el lanzamiento de la
pelota. Este es un ejemplo de la responsabilidad civil por negligencia.
Uno de los temas principales dentro de la responsabilidad por negligencia es la determinación del nivel de
atención -una frase legal que significa decidir entre cuando la conducta es o no es del tipo que puedan dar lugar a
un mal. Dicho de otra manera, la cuestión principal es si una persona tiene que hacer frente a las pérdidas
sufridas en su propio, o si la pérdida se compensará (pagada) por otra parte.
En gran parte del mundo occidental, la medida de la responsabilidad civil es la negligencia. Si la parte perjudicada
no puede probar que la persona cree que causó la lesión haya actuado con negligencia (falta de cuidado
razonable), por lo menos, derecho de daños no compensará (pago) de la víctima. Sin embargo, la ley de
responsabilidad civil también reconoce intencional (propósito) de daños y la responsabilidad civil de
responsabilidad objetiva, que se aplican cuando la persona acusada de cometer el delito satisfechos con ciertas
normas de intención (que significa) y / o realiza ciertos tipos de conducta.
La cesión (cessio América) es un término que se utiliza con significados similares en la ley de contratos y en la ley
de bienes raíces. En ambos casos, abarca la cesión de derechos celebrado por una parte, el cedente-a otra parte,
el cesionario. La naturaleza jurídica de la asignación determina ciertos derechos y responsabilidades adicionales
que acompañan el acto.
El término es empleado en el acervo jurídico relacionado con la delegación o reemplazo de obligaciones por parte
de tribunales hacia otros. Se trata de un negocio jurídico mediante el cual una persona sustituye a otra en una
obligación. Por lo tanto, la subrogación puede darse en cualquiera de las dos posiciones de una obligación:
posición deudora y acreedora. La subrogación de acuerdo al Art. 111 de la Ley Sobre el Contrato de Seguros se
apega a lo estipulado en el contrato sin importar si es en caso de seguro algo fortuito.
Subrogación en la posición del acreedor: Mediante un negocio jurídico, ya sea inter vivos (por ejemplo, la
compraventa o la donación) o mortis causa (por herencia), una persona adquiere la posición de acreedor
en una deuda. Desde su comunicación al deudor, éste deberá pagar ahora a la persona que se ha
subrogado en la posición de acreedor.
Subrogación en la posición del deudor: Dado que el deudor es el obligado al cumplimiento, es necesaria la
autorización del acreedor para una subrogación, dado que puede ocurrir que el nuevo deudor no tenga
tantos bienes o esté suficientemente capacitado para cumplir la obligación. No es necesaria dicha
autorización en caso de muerte del deudor, si la subrogación es por herencia.
Es una forma de transferir las obligaciones por sustitución del acreedor. Opera por mandato de la ley, en caso de
que un tercero tenga interés jurídico en que la obligación se cumpla, hecho por el que deberá cubrir totalmente la
misma; o bien, cuando por convenio entre el acreedor y un tercero (subrogado) esta última paga, coinvirtiéndose
218
en acreedor del deudor. (Ponce, 2005)
De forma más genérica, pero en el mismo sentido, una persona puede subrogarse en una posición contractual. En
ese caso estaría asumiendo, a la vez, las posiciones deudora y acreedora (según cada cual) de todas las
obligaciones que nacen de dicho contrato y que son aplicables a su recién adquirida posición en el contrato.
1.- Crea un mapa conceptual sobre esta sección y preséntalo a tu maestro. En hojas doble carta.
Evaluadores:
UNIDAD III
HOJA DE EVALUACIÓN GENERAL DE ACTIVIDADES DEL ESTUDIANTE.
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NOMBRE: GRUPO:
Actividades Fecha Calific. Firma
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