El Homúnculo
El Homúnculo
El Homúnculo
Robert Bloch
Háganse a la idea de que no puedo jurar que
mi historia sea cierta. Pudiera haber sido un
sueño; o peor aún, un síntoma de algún
severo desorden mental. Pero yo creo que es
cierta. Despues de todo, ¿Cómo podemos
estar seguros de todas las cosas que hay
sobre la tierra? Aún existen monstruosidades
extrañas, y espantosas e increibles
perversiones. Cada año que pasa, cada
nuevo descubrimiento geográfico o
científico, saca a la luz algún nuevo
fragmento de la macabra evidencia de que el
mundo no es, exactamente, el lugar que
imaginamos. En ocasiones ocurren
incidentes peculiares, que rozan la locura
más absoluta.
¿Cómo podemos estar seguros de la validez
de nuestras patéticas concepciones de la
realidad? A cada hombre entre un millón, le
es revelado un espantoso conocimiento, y el
resto de nosotros permanecemos
piadosamente ignorantes. Ha habido viajeros
que jamás regresaron, y trabajadores de
minería que desaparecieron. Y algunos de los
que regresaron, fueron considerados locos,
debido a lo que contaron, y otros prefirieron
ocultar la sabiduría que tan horriblemente
les había sido revelada. Ciegos como somos,
sabemos muy poco de aquello que acecha
más allá de nuestra vida normal. Ha habido
relatos sobre serpientes marinas y criaturas
de las profundidades; leyendas de enanos y
gigantes; informes de raros horres médicos y
partos antinaturales. Asombrosas pesadillas
de la personalidad humana, han salido a la
luz bajo el espantoso estímulo de la guerra,
de la plaga o de la hambruna. Ha habido
caníbales, necrófilos, y gules, ritos impíos de
adoración y sacrificio; maniacos homicidas, y
crímenes blasfemos. Y cuando pienso,
entonces, en lo que he visto y oído, y lo
comparo con otras grotescas e increibles
realidades, comienzo a temer por mi razón.