Bacillus Cereus Denilson
Bacillus Cereus Denilson
Bacillus Cereus Denilson
alimentarias
http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid
=S0864-34662012000100010
RESUMEN
ABSTRACT
INTRODUCCIÓN
Bacillus cereus es una bacteria ubicua formadora de esporas que ha sido vinculada
con algunos aspectos beneficiosos y nocivos para la actividad económica de la
sociedad. Esta bacteria es frecuentemente encontrada como saprofita en el suelo,
agua, vegetación y aire, desde los cuales se transfiere muy fácilmente a los
alimentos. La colonización de diferentes nichos ecológicos es posible debido a su
buena adaptabilidad y resistencia a variadas influencias. B. cereus produce
endosporas que sobreviven a la pasteurización y son resistentes a varios
desinfectantes. Además produce enzimas como lipasas, proteasas, xilanasas y otras.
En la leche y productos lácteos descompone la caseína a péptidos y aminoácidos y la
grasa de la leche a ácidos grasos libres, los cuales descomponen la leche y acortan
su vida útil. Es propósito de este artículo, revisar información sobre las toxinas
producidas por B. cereus y cuáles y cómo están relacionadas con las intoxicaciones
alimentarias, así como abordar otros factores responsables de la virulencia de esta
bacteria.
FUENTE DE DATOS
La información revisada para conocer sobre esta bacteria provino del uso de
buscadores como Google(http://www.google.com.cu/)
y virus (http://www.scirus.com/). Se utilizaron la palabras claves Bacillus cereus y
toxoinfecciones, foodborne and Bacillus cereus, Foodborne illness, Bacillus cereus
toxins, enterotoxins of Bacillus cereus. Los artículos revisados incluyeron compendios
especializados sobre el tema, así como artículos de investigación en acceso libre de
los buscadores o solicitados directamente a los autores sino fue posible el acceso
libre.
Aspectos microbiológicos
B. cereus es una bacteria perteneciente al género Bacillus. Vista al microscopio, es
un bastón alargado, gram positivo que es mótil por medio de flagelos perítricos. Las
células son de 1,0-1,2 µm en el diámetro x 3,0-5,0 µm de largo. Una endospora
simple puede formarse en posición central o paracentral sin hinchar el esporangio. El
organismo esporula libremente en muchos medios bajo condiciones bien aireadas,
aunque las células vegetativas pueden crecer anaeróbicamente. B. cereus es capaz
de utilizar glucosa, fructuosa y trehalosa pero no las pentosas ni muchos azúcares
alcoholes. La mayoría de las cepas hidroliza activamente el almidón, la caseína y la
gelatina.
Existen muchas razones que pueden explicar los problemas causados por B. cereus.
Este es un microorganismo ubicuo en el medio ambiente y que puede contaminar
fácilmente cualquier sistema de producción y procesamiento de alimentos. Debido a
la formación de endosporas, esta bacteria puede sobrevivir a la pasteurización y el
calentamiento incluso a la irradiación con rayos gamma, usada para reducir los
patógenos en los alimentos.4
El síndrome emético está caracterizado por náuseas agudas y vómitos similares a los
producidos por intoxicación con Staphylococcus aureus. Estos síntomas se
desarrollan notablemente entre 1-5 h después del consumo del alimento
contaminado conteniendo la toxina preformada. La toxina es un dodecadepsipéptido
llamado cereulida que provoca emesis al estimular la vía vago aferente a través de
su unión con el receptor de la serotonina. La producción de la toxina ocurre durante
la fase estacionaria del crecimiento del microorganismo,4,7 y se acumula en el
alimento a medida que transcurre el tiempo. La estructura de la toxina explica su
resistencia a los métodos de tratamiento de los alimentos y el que esté preformada
al ingerirse da lugar a la rapidez con que aparecen los síntomas.
La diarrea causada por B. cereus es del tipo secretor, similar a la producida por Vibrio
cholera. Esta diarrea secretora se caracteriza por una perturbación del movimiento
del agua y los electrolitos a través del epitelio del intestino delgado, más
frecuentemente relacionado con las enterotoxinas, aunque se plantea que no está
claro como los componentes líticos de la enterotoxina entran al citoplasma de la
célula hospedera para estimular a un segundo mensajero que provoca la perturbación
en el intercambio de agua y electrolitos.12 Se ha sugerido que esto ocurre porque la
enterotoxina de B. cereus usa la ruta del AMPc para perturbar el transporte de
electrones.13,14
Los alimentos crudos de origen vegetal son la fuente principal de B. cereus. La amplia
distribución del organismo, la habilidad de las esporas de sobrevivir en los alimentos
deshidratados y su resistencia térmica significa, que la mayoría de los alimentos que
se consumen podrían contener B. cereus lo cual requerirá de medidas de control para
prevenir el crecimiento, especialmente después de la cocción que elimina la flora
competidora.
Las cepas que producen la toxina emética crecen bien en platos con arroz y otros
alimentos farináceos, mientras que las cepas que producen la toxina diarregénica
crece en una amplia variedad de alimentos que van desde vegetales hasta salsas y
guisados. Numerosas hierbas desecadas, especias para condimentar y alimentos
deshidratados han mostrado presencia de esta bacteria.2 Se ha encontrado que las
cepas de B. cereus que producen la enterotoxina no producen la toxina emética, así
como también que no todas las cepas de B. cereuspueden producir la toxina emética,
solo las capaces de vivir en el arroz. El por qué de esta diferenciación, así como de
la relación entre el tipo de cepa toxigénica y el alimento donde crece no se conoce,
también se desconoce hasta el momento las ventajas ecológicas que pudiera aportar
la toxina emética que es tan resistente y tan infrecuente.19,20
Que este microorganismo pueda ser encontrado en casi todos los alimentos no quiere
decir que hay que evitar los alimentos usualmente implicados en estas intoxicaciones
sino sencillamente hay que seguir una serie de medidas que evitarán que estos
alimentos u otros se conviertan en una fuente de enfermedades.2
Hasta aquí hemos visto los síndromes causados por esta bacteria y que involucran a
los alimentos, así como las toxinas que los originan y su modo de acción, lo que
permite explicar la sintomatología que exhiben. Con este conocimiento se
fundamentan una vez más las medidas higiénicas a tomar para evitar las infecciones
alimentarias por esta u otra bacteria como son las de cocer bien los alimentos,
conservarlos adecuadamente, consumirlos preferentemente inmediatamente
después de su elaboración, entre otras medidas de carácter general. Hay que tener
en cuenta que el B. cereus es una bacteria cuyo crecimiento óptimo tiene lugar entre
los 28 y 35 ºC, condiciones imperantes preferentemente en países tropicales como
es el caso de Cuba, lo cual junto con los nutrientes aportados por los alimentos
preparados y no consumidos inmediatamente pueden propiciar la germinación de las
esporas, la rápida multiplicación de esta bacteria y con ello la formación y
acumulación en el alimento de las toxinas y la aparición posterior de la enfermedad.
Otras implicaciones
Las fosfolipasas C producidas se supone que contribuyen al daño tisular por inducir
la desgranulación de los neutrófilos humanos.30 B. cereus produce tres tipos de
fosfolipasa C, cada una con un mecanismo diferente: fosfatidilinositol hidrolasa
(rompe el fosfatidilinositol y sus derivados glicosilados los cuales anclan proteínas de
la membrana plasmática), fosfatidilcolina hidrolasa (hidroliza fosfatidilcolina,
fosfatidiletanolamina y fosfatidilserina) y esfingomielinasa hemolítica (hidroliza la
esfingomielina y rompe los eritrocitos). Se conoce que este amplio espectro induce
la producción de una metaloproteinasa de la matriz (MMP-9 específica) en las células
epiteliales humanas,31 lo que sugiere su influencia en la destrucción del epitelio de
los tejidos infectados y el incremento de la destrucción de la matriz subepitelial.
La pregunta que surge en estos momentos es cómo una bacteria que se considera
asociada principalmente al suelo presenta enzimas como las fosfolipasas C,
específicamente la fosfoinositol fosfatidil hidrolasa, capaz de degradar compuestos
que forman parte de las células eucariotas como es el fosfatidilinositol, afectar el
esqueleto glicofosfolipídico y con ello la actividad de las enzimas acopladas a este; y
esfingomielinasa que degrada la esfingomielina, un componente muy abundante en
los eritrocitos o glóbulos rojos, pero no existente en los procariotas. Ambas enzimas
se encuentran en patógenos humanos como Listeria monocytogenes y Pseudomona
aeruginosa, donde actúan como factores de virulencia facilitando la infección del
huésped y su supervivencia en este.32
Se sugiere que estas enzimas colaboran en este tipo de vida al permitirle acceder a
los recursos energéticos encerrados en las membranas de los insectos.
Accidentalmente llegan al hombre donde pudieran utilizar los mismos recursos al
estar formadas sus membranas con los mismos fosfolípidos que los insectos. Todo lo
anterior pudiera ser interpretado como un mecanismo de adaptación al ambiente. B.
cereus es una especie que recibe mucha atención por lo que podemos aprender sobre
la existencia de tipos virulentos y no virulentos. Sus características puede reflejar la
naturaleza diversa de la bacteria, primariamente existiendo como saprofito del suelo
con una fisiología bien adaptada para el tracto intestinal y actuando como patógeno
oportunista involucrado en infecciones locales y sistémicas.
Se puede concluir que como se ha mostrado, los estudios sobre esta bacteria van
cobrando interés en la medida en que se descubren más sitios de incidencia de su
virulencia y aumenta el número de personas que se convierten en susceptibles de
contraer las enfermedades causadas por B. cereus debido a la inmunodepresión
originada por la epidemia de sida. La mayoría de los países subdesarrollados tienen
un clima tropical donde las poblaciones de esta bacteria tienen altas densidades en
el suelo, pero a la vez el nivel de pobreza y el bajo nivel cultural existentes hacen
que coexista una insuficiente cultura sanitaria que los proteja de infecciones
oportunistas de este u otros microorganismos. También se ha visto la importancia
que tienen las toxinas de B. cereus como factores de virulencia. Todo lo anterior avala
los esfuerzos para ampliar los conocimientos sobre esta bacteria y sus toxinas
COMENTARIO
Capacidad de contaminarse por B. cereus para provocar dichas intoxicaciones
alimentarias, B. cereus también está involucrada en infecciones locales y sistémicas,
especialmente asociadas crece en una amplia variedad de alimentos que van desde
vegetales hasta salsas y guisados. Numerosas hierbas desecadas, especias para
condimentar y alimentos deshidratados han mostrado presencia de esta bacteria la
cual ocasiona incluso la muerte del individuo