El Discipulado Tiene Un Costo
El Discipulado Tiene Un Costo
El Discipulado Tiene Un Costo
R: Para seguir a Jesús hay que renunciar a algunos aspectos vitales y asumir otros que hasta pueden
provocar el escándalo público. Renuncia y compromiso
Lucas 14:25, 26.- (25) Grandes multitudes iban con él; y volviéndose, les dijo: (26) Si alguno
viene a mí, y no aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas,
y aun también su propia vida, no puede ser mi discípulo.
Con qué sinceridad les expuso el Señor lo que demanda de los que deseen seguirle, para que no se
llamen a engaño y se preparen a lo peor que pueda sucederles.
El que “viene a mí” 14:26
La frase “viene a mí” es una referencia al que quiere unirse a Cristo en una relación íntima de
discipulado.
Les viene a decir que el camino del cristiano no es un camino de comodidad y de componendas.
Algunos esperarían quizá que dijera: «Si alguno viene a mí para ser mi discípulo, tendrá
riqueza y honores en abundancia». Pero Cristo les dice precisamente lo contrario:
(A) Han de estar dispuestos a desprenderse de lo que más quieran, antes que perder su interés
por el Señor. No será sincero en su propósito, ni constante en su resolución, a no ser que ame a
Cristo más que a nadie y más que a nada en este mundo. El
Jesús no quiere decir que un discípulo tiene que abandonar el hogar, la familia… ; sino más
bien que Él debe ser la principal prioridad.
Para seguir a Jesús hay que renunciar a algunos aspectos vitales y asumir otros que hasta
pueden provocar el escándalo público. Renuncia y compromiso es el eje temático. En toda
la disertación, Jesús trasciende la radicalidad del costo de ser su seguidor.
“El afecto natural hacia parientes y amigos no debe inducir a ningún alma que ve la luz
a rechazarla, deshonrando a Dios el Padre y a Jesucristo, su Hijo Unigénito. Toda posible
excusa para la desobediencia será ideada por hombres que, como hicieron muchos en los días
de Jesús, eligieron el favor de los hombres antes que el favor de Dios. Si alguien elige
esposa o hijos, padre o madre, antes que a Cristo, esa elección permanecerá por los siglos
eternos, con todo su peso de responsabilidad...” (Mensajes Selectos, tomo 3, pág. 458).
2. ¿Es el sendero del discípulo de Cristo como un paseo por el parque? ¿Qué es parte de la
vida del discípulo?
Lucas 14:27. - Y el que no lleva su cruz y viene en pos de mí, no puede ser mi discípulo.
Lucas 14:28-30.- (28) Porque ¿quién de vosotros, queriendo edificar una torre, no se
sienta primero y calcula los gastos, a ver si tiene lo que necesita para acabarla? (29) No
sea que después que haya puesto el cimiento, y no pueda acabarla, todos los que lo vean
comiencen a hacer burla de él, (30) diciendo: Este hombre comenzó a edificar, y no pudo
acabar.
Les pide a continuación que se pongan a considerar el costo del discipulado. Es mejor no comenzar
que no seguir adelante después de haber empezado; por consiguiente, antes de empezar hemos de
reflexionar sobre lo que significa el perseverar. Esto es actuar razonablemente, como compete a seres
humanos, racionales. La causa de Cristo exige pasar un examen.
Un discípulo que se da por vencido a mitad de camino porque es muy duro es como la sal que ha
perdido su sabor y no sirve para sazonar la comida y ni siquiera para ser usada como abono; no puede
hacerse útil otra vez.
“La necedad de iniciar una obra sin contar el costo es un reproche a Dios” (Pacific Union
Recorder, 26 de Septiembre 1901).
“Dios llama a quienes ha confiado sus bienes a desempeñarse como mayordomos fieles. El
Señor desearía que todas las cosas de interés temporal ocupasen un lugar secundario en
nuestro corazón y nuestros pensamientos; pero Satanás quiere que los asuntos terrenales
tomen el primer lugar en nuestras vidas. El Señor quisiera que aprobáramos las cosas que
son excelentes. Él nos muestra el conflicto en el cual tenemos que participar, revela el
carácter y el plan de la redención. Expone delante de ustedes los peligros que
enfrentarán, el renunciamiento que se requerirá, y los insta a medir el costo, asegurándoles
que, si se comprometen celosamente en el conflicto, el poder divino se combinará con el
esfuerzo humano” (Fe y Obras, págs. 95, 96).
“Cada alma debe contar el costo. Nadie tendrá éxito sin gran esfuerzo. Debemos
ejercitarnos espiritualmente con todas nuestras fuerzas y crucificar la carne con sus
afectos y pasiones. Crucificar significa mucho más de lo que muchos suponen....” (In Heavenly
Places, pág. 117).
Lucas 14:31, 32.- (31) ¿O qué rey, al marchar a la guerra contra otro rey, no se sienta
primero y considera si puede hacer frente con diez mil al que viene contra él con veinte
mil? (32) Y si no puede, cuando el otro está todavía lejos, le envía una embajada y le pide
condiciones de paz.
“La lucha del cristiano no es una lucha contra carne y sangre, sino contra principados,
contra potestades, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. El
cristiano tiene que lidiar con fuerzas sobrenaturales, pero no es dejado solo para enfrentar
el conflicto. El Salvador es el capitán de su salvación, y con Él puede el hombre ser más que
vencedor” (Fe y Obras, pág. 96).
“A fin de ser genuinos soldados de Jesucristo debemos satisfacer las demandas de su
Palabra como súbditos leales del reino... El ejército del Salvador invita a un alistamiento
voluntario. Debe haber una entrega completa de las pasiones, la voluntad y los caminos a la
voluntad del Maestro. Nuestra tarea consiste en obedecer las órdenes del poderoso
General” (Alza Tus Ojos, pág. 228).
5. Es suficiente, ¿dejar atrás como Andrés y Pedro la barca, redes y orilla o se requiere más
para ser verdaderos discípulos del Señor?
Lucas 14:33. - Así, pues, cualquiera de vosotros que no renuncia a todo lo que posee, no
puede ser mi discípulo.
Es posible ser seguidor de Jesús sin ser discípulo suyo, ser del partido del Rey sin ser su soldado,
estar a favor de algo sin sacrificar nada. Una vez le dijo alguien a un gran profesor: «Fulano de tal
dice que fue alumno suyo». «Puede que asistiera a mis clases —le contestó—; pero no era uno de mis
estudiantes.» Uno de los problemas más graves de la iglesia es que en ella hay muchos que siguen a
Jesús de lejos, pero muy pocos verdaderos discípulos de Jesús.
“Debemos dejar todo lo que aleje el corazón de Dios. Los tesoros son el ídolo de
muchos. El amor al dinero y el deseo de las riquezas son la cadena de oro que los tiene
sujetos a Satanás. Otros adoran la reputación y los honores del mundo. Una vida de
comodidad egoísta, libre de responsabilidad, es el ídolo de otros. Mas deben romperse
estos lazos de servidumbre. No podemos consagrar una parte de nuestro corazón al
Señor, y la otra al mundo. No somos hijos de Dios a menos que lo seamos enteramente”
(El Camino a Cristo, pág. 32).
“Los que se niegan a sí mismos para hacer bien a otros y se consagran con todo lo que
tienen al servicio de Cristo, experimentarán la felicidad que en vano busca el egoísta. Dice
nuestro Salvador: ‘Cualquiera de vosotros que no renuncia a todo lo que posee, no puede
ser mi discípulo’ Lucas 14:33. La caridad ‘no busca lo suyo’ 1 Corintios 13:5. Es el fruto de aquel
amor desinteresado y de aquella benevolencia que caracterizaron la vida de Cristo. Si la ley
de Dios está en nuestro corazón, subordinará nuestros intereses personales a las
consideraciones elevadas y eternas” (Consejos para la Iglesia, pág. 512).
“Los verdaderos cristianos son un sabor de vida para vida, porque Cristo mora en sus
corazones. Al reflejar su imagen se convierten en hijos de Dios” (Nuestra Elevada
Vocación, pág. 298).
“Dios requiere de todos los que pretenden creer en la Biblia, la norma del carácter
cristiano, que apliquen la semejanza a Cristo en todo su servicio, de manera que ni una sola
partícula de sal pierda su cualidad preservadora. Siempre se debe conservar la semejanza
a Cristo. La mente y el corazón se deben purificar de todo pecado, de toda falta de
semejanza a Cristo” (Cada Día con Dios, pág. 199).
7. Si la sal pierde su sabor, ¿será usada como condimento y preservante? Del mismo modo,
¿qué sucederá a todos aquellos que pierden la maravillosa eficacia del Evangelio?
Lucas 14:35. - Ni para la tierra ni para el muladar es útil; la arrojan fuera. El que
tiene oídos para oír, oiga.
Leímos que la sal se vuelve insípida. La moderna sal de mesa no puede perder su sabor,
porque es sal pura. Pero en las tierras de la Biblia, la sal estaba a menudo mezclada con varias
formas de impureza. Por ello, era posible que la sal se desvaneciese y que quedase un residuo
en el salero. Pero este residuo para nada valía. No podía usarse siquiera para fertilizar la tierra.
Se tenía que tirar.
La imagen es la de un discípulo que comienza con brillantez y que luego se vuelve dejando sus
votos. El discípulo tiene una razón básica para su existencia; si fracasa en cumplir esta razón, es
entonces algo lastimoso. Leemos acerca de la sal que la arrojan fuera, esto es, pisotean el
testimonio de aquel que comenzó a edificar y no pudo acabar. Kelly observa:
“De la misma manera, los discípulos de Jesús irán a los lugares oscuros de la tierra,
esparciendo la luz de la verdad para que la senda de aquellos que están en las tinieblas se
ilumine con la luz de la verdad. ¿Cómo contrasta con esto la vida del profeso hijo de Dios que es
como la sal que carece de sabor? ... Estos profesos cristianos sin luz son sombras de
ESTUDIO ADICIONAL
“Dios necesita obreros que al trabajar para Él, comprendan la santidad de la obra, y los
conflictos que deben confrontar para llevarla adelante con éxito–obreros que no se debilitarán al ver
la dura labor ante sí. El Señor no trata de ocultar a su pueblo los severos conflictos que encontrarán en
estos últimos días. En cambio, Él muestra el plan de batalla; señala el trabajo peligroso por hacer; levanta
la voz en señal de advertencia, los hombres esforzados cuentan el costo de su discipulado: pero alienta a
todos a tomar las armas del conflicto; porque la hueste celestial estará con ellos en defensa de la verdad y
la justicia” (The Youth’s Instructor, 26 de Octubre 1899).
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MINUTOS MISIONEROS 1