La Prueba Indiciaria
La Prueba Indiciaria
La Prueba Indiciaria
INDICE
Dedicatoria.............................................................................................................................. 2
Introducción ............................................................................................................................ 3
Clases de indicios.............................................................................................................. 10
Conclusiones......................................................................................................................... 35
Web-grafia ............................................................................................................................ 40
DEDICATORIA
el presente trabajo lo dedico a mis padres por el sacrificio y esfuerzo por darme el apoyo
incondicional y creer en mi capacidad, aunque hemos pasado momentos muy difíciles
siempre han estado presentes brindándome su comprensión, cariño y amor
a mis compañeros y amigos del presente y del pasado quienes sin esperar nada a cambio
compartieron su conocimiento, alegrías y tristezas y todas aquellas personas que durante
estos momentos estuvieron y siguen a mi lado apoyándome y haciendo mi labor como
estudiante sea muy bella a todos ellos gracias.
también agradecer al docente de curso el Dr. juan flores por brindarnos sus amplios
conocimientos para con nosotros sus dicentes que el día de mañana seremos unos
profesionales de éxito y que siempre podremos contar con el apoyo incondicional para los
momentos de incertidumbre y aclarar nuestras dudas.
INTRODUCCIÓN
Apartad Uno de los tópicos más complejos dentro de la teoría de la prueba en el proceso
penal es sin duda lo referido a la prueba indiciaria. La prueba indiciaria se construye sobre
la base de una inferencia lógica, donde determinados hechos indirectos que se dan por
probados se enlazan a una conclusión unívoca y necesaria que acredita algún aspecto del
objeto material del proceso penal en ciernes. Así, aunque es considerada una prueba
indirecta de los hechos centrales a probarse en un proceso penal, no por eso carece de
fuerza probatoria capaz de sustentar una sentencia condenatoria y es, en ese sentido, una
herramienta importante para el juzgador cuando los hechos juzgados no pueden ser
probados por elementos de prueba directos o por pruebas sustentadas en los conocimientos
técnicos o científicos. Ello, dentro del esquema de los principios de libre valoración
probatoria y la sana crítica que informan el sistema de pruebas de nuestro proceso penal,
que otorgan al juzgador un amplio margen para la construcción de una teoría que explique
la existencia del delito y la participación del imputado en el mismo. Sin embargo, como se
sabe este amplio margen de apreciación de la prueba no puede ser arbitrario, ya que, la
Constitución Política impone al juez la obligación de explicar el razonamiento lógico –
fáctico – jurídico en el que sustenta su decisión final condenando o absolviendo al
imputado, respetando en todo momento el derecho a presunción de inocencia y el derecho a
la contraprueba que le asiste al imputado. En tal virtud, el establecimiento de la
responsabilidad penal del imputado a través de una prueba indiciaria repercute en tres
ámbitos de los derechos fundamentales de la persona sometida a un proceso penal, el
derecho a la presunción de inocencia, el derecho al control y a la producción de la prueba, y
a la motivación de las resoluciones judiciales. Esos límites a la libertad probatoria del
juzgador y la importancia de la prueba indiciaria han llevado a la Corte Suprema a
establecer, mediante Acuerdo Plenario N° 1-2006/ESV-22, de 13 de octubre de 2006, que
la Ejecutoria Suprema evacuada en el Recurso de Nulidad N° 1912 – 2005 de 6 de
septiembre de 2005, en cuanto establece los presupuestos materiales de la prueba indiciaria
necesarios para enervar la presunción de inocencia, constituye jurisprudencia vinculante.
Teniendo en cuenta aquella sentencia y la importancia de los derechos fundamentales del
Ahora bien, para dar inicio al análisis propuesto revisemos los presupuestos materiales
propuestos por la Ejecutoria Suprema evacuada en el Recurso de Nulidad N° 1912 – 2005
de 6 de septiembre de 2005, en la misma se precisa que: “Que, respecto al indicio,
a) éste hecho base ha de estar plenamente probado por los diversos medios de prueba
que autoriza la ley, pues de lo contrario sería una mera sospecha sin sustento real
alguno,
b) deben ser plurales, o excepcionalmente únicos, pero de una singular fuerza
acreditativa,
c) también concomitantes al hecho que se trata de probar los indicios deben ser
periféricos respecto al dato fáctico a probar, y desde luego no todos lo son.
d) y deben estar interrelaciones, cuando sean varios, de modo que se refuercen entre sí
y que no excluyan el hecho consecuencia no sólo se trata de suministrar indicios,
sino que estén imbricados entre sí Para entender estos criterios jurisprudenciales
debemos precisar el procedimiento lógico formal de la construcción de la prueba
indiciaria, en cuanto razonamiento inferencial o deductivo, en el marco de la teoría
de la prueba. Pero, a esta primera aproximación a los presupuestos materiales de la
prueba indiciaria hay que sumarle la apreciación en todo el proceso de construcción
de la misma de la observancia y respeto de los derechos fundamentales del
imputado a la presunción de inocencia, al derecho a probar y al derecho a la
motivación de las resoluciones judiciales. El imputado debe poder controlar el
ingreso al proceso de los indicios incriminatorios, debe poder ofrecer contraindicaos
(o contrapruebas) que se opongan a “las pruebas de cargo”. Así en la valoración
conjunta de los indicios y contraindicaos el juzgador sólo llegará a una sentencia
condenatoria si los mismos ofrecen una convicción absoluta de la responsabilidad
penal del imputado, en esa medida se establece la ligazón entre la construcción de la
inferencia lógica que se constituye en prueba indiciaria y el derecho del imputado a
a) una serie de hechos base o uno solo “especialmente significativo o necesario”, que
constituirán los indicios en sentido propio.
b) un proceso deductivo, que puede ser explícito o implícito (esto último, cuando el
valor significativo del o de los indicios se impone por sí mismo)
c) una conclusión o deducción, en cuya virtud uno o varios hechos periféricos han
pretendido tener por acreditado un hecho central a la dinámica comitiva, conclusión
que ha de ser conforme a las exigencias del discurso lógico
Por su parte, SAN MARTÍN CASTRO precisa que, indicio es todo hecho cierto y probado
con virtualidad para acreditar otro hecho con el que está relacionado. El indicio debe estar
plenamente acreditado. Es el hecho base de la presunción, es un dato fáctico o elemento
que debe quedar acreditado a través de los medios de prueba previstos por la ley. La
conclusión a la que se arriba a partir de una prueba indiciaria debe someterse a ciertos
requisitos para su validez. Así la afirmación o enlace entre el hecho base y el hecho
consecuencia debe ajustarse a las reglas de la lógica y a las máximas de la experiencia.
Debe primar la racionalidad y coherencia del proceso mental asumido en cada caso por el
órgano jurisdiccional, siendo de rechazar por tanto la irracionabilidad, la arbitrariedad, la
incoherencia y el capricho del juzgador, que en todo caso constituyen un límite y topo de la
admisibilidad de la presunción como prueba. Dos datos son, pues, imprescindibles:
Relacionado con proximidad a ella”. Esta prueba reside, en lo esencial, en la inferencia que
se extrae de un hecho conocido, para intentar alcanzar otro hecho que se pretende
comprobar. De eso se desprende su carácter indirecto, ya que el resultado se obtiene por
razonamiento, en lugar de ser comprobado o declarado de manera directa por escrito o
verbalmente tal como ocurre respecto a la prueba testimonial o documental. Así vemos,
según el siguiente gráfico, que el mecanismo lógico que debe ser seguido en la prueba
indiciaria para llegar a un resultado sería: HECHO BASE COMPROBADO Corpus delicti
Como anota DESIMONI esta prueba constituye para los seguidores del derecho continental
una prueba de segundo grado, en virtud de apoyarse en datos extraídos de otras pruebas
tales como testimonios, confesiones o prueba pericial a efectos de obtener los diferentes
indicios que interesan al investigador o, dicho de otro modo, que de las diferentes pruebas
podrá extraerse gran cantidad de indicios que, sumados, conduzcan a la revelación que se
pretende. Por su parte, RIVES SEVA precisa que: “la prueba indiciaria, también llamada
indirecta, circunstancial o conjetural, es aquella que se dirige a demostrar la certeza de unos
hechos (indicios) que no son constitutivos del delito objeto de acusación, pero de los que, a
través de la lógica y de las reglas de la experiencia, pueden inferirse los hechos delictivos y
la participación del acusado; que ha de motivarse en función de un nexo causal y coherente
entre los hechos probados indicios y el que se trate de probar delito. En ese sentido, es
importante destacar lo señalado por JAUCHEN cuando precisa que: el indicio
conceptualmente no es otra cosa que lo que modernamente se considera “elemento de
prueba”, es decir, todo dato o circunstancia debidamente comprobada en la causa por vía de
un “medio de prueba”. El dato surgirá así de los dichos del testigo, del contenido de una
declaración del imputado, de un dictamen pericial, de una inspección judicial o cualquier
otro medio. Luego, dicho dato constituye un elemento probatorio del cual el juzgador
mediante un razonamiento lógico, puede inferir otro hecho desconocido; es la operación
mental por medio de la cual se toma conocimiento de un hecho desconocido por inferencia
que sugiere el conocimiento de un elemento comprobado. Este elemento comprobado es un
“indicio”, no un medio de prueba en el sentido técnico de este último”. Así, en la
construcción de la “prueba indiciaria” o presunción probatoria, se sigue el siguiente
procedimiento:
Dentro de este esquema la presunción es la actividad intelectual del juzgador que, partiendo
del indicio, afirma un hecho distinto, pero relacionado con el primero causal o lógicamente.
aquello que es indicado por el indicio (el conocimiento que se adquiere sobre lo que
tradicionalmente se conoce como hecho indicado o dato indicado). Por eso, como anota
ROSAS YATACO si la conclusión obtenida del razonamiento correcto es además
conducente, pertinente y útil, se convertir en argumento probatorio; de manera que como se
verá, el indicio es únicamente el primer subconcepto, el primer componente del concepto
de prueba indiciaria. Ello, lógicamente no descarta la vinculación que existe entre ambos
conceptos.
CLASES DE INDICIOS
Precisada ya la diferencia entre los términos indicio y prueba indiciaria, cabe ahora analiza
las clases de indicios. En la doctrina procesalista existen varias clasificaciones de los
indicios.
Así tenemos:
1. Los indicios de carácter general, válidos para cualquier delito, de los indicios
particulares circunscriptos a específicos delitos. Los indicios también pueden
observarse según su fuerza convencional, como tal, distinguirlos entre indicios
necesarios y contingentes.
2. Según se requiera de uno o varios para formar la convicción del juzgador. Empero,
la clasificación más utilizada es aquella que toma en cuenta, el momento de la
producción de los indicios, en cuya virtud
3. Los indicios pueden ser antecedentes, concomitantes y subsiguientes, esto es, según
se trate de circunstancias anteriores, coetáneas o posteriores al delito.
Como anota SAN MARTÍN CASTRO la Corte Suprema de Justicia del Perú ha utilizado
esta última clasificación de modo recurrente, por lo que es del caso ampliar su análisis. Por
su fuerza Convencional: Indicios necesarios y contingentes, Ahora bien, lo expuesto
precedentemente, obliga a reconocer que existen indicios necesarios e indicios
contingentes, en función a las causalidades que emergen de ellos. Los indicios necesarios
prueban por sí solos plenamente la veracidad del “dato indicado” al que conducen, por lo
que están extensos del requisito de pluralidad; el dato cierto resulta de una relación causal
unívoca. Los indicios contingentes, que son los más numerosos, por el contrario, para
generar convicción o consolidar ésta sobre algún aspecto del tema probandum o de ésta
como totalidad, deben ser mínimo dos; uno solo representa apenas un argumento de
probabilidad; más o menos mayor según las circunstancias de cada caso, de la existencia o
inexistencia del hecho desconocido que se investiga, que no descarga generalmente el
peligro del azar o de la causalidad.
1. Indicios Antecedentes Estos indicios son los anteriores al delito. Están referidos a
la capacidad para delinquir y a la oportunidad para la comisión de un delito, tales
como tenencia de instrumentos, amenazas previas, ofensas, enemistades, interés en
la desaparición de una persona. Los tres últimos son los denominados indicios de
móvil delictivo, que son indicios psicológicos de suma importancia, en el entendido
que toda acción humana, y, especialmente la delictiva, que implica sanciones y
molestias, tiene una razón, un motivo que la impulsa. Sólo asociados a otros
indicios, éstos pueden constituir prueba suficiente.
2. Indicios Concomitantes Son los indicios que resultan de la ejecución del delito, se
presentan simultáneamente con el delito. A este rubro pertenecen los indicios de
presencia y los indicios de participación en el delito. Los primeros, en la
clasificación de GORPHE, también llamados de “oportunidad física”, están
dirigidos a establecer la presencia física del imputado en el lugar de los hechos. Los
segundos, tienden a señalar una participación más concreta del imputado en los
hechos.
3. Indicios Subsiguientes Son, al decir de MARTÍNEZ RAVE, los que se presentan
con posterioridad a la comisión del delito. En la clasificación de GORPHE se trata
de los indicios de actividad sospechosa.
De allí que, el autor opta por realizar su objetivo asumiendo el riesgo de las consecuencias.
Estos objetivos son los motivos o móviles de los que, cuando el individuo ha obrado
voluntariamente, es importante indagar para encontrarle un justificativo al acto delictivo.
Indicios de actitud sospechosa: Generalmente existen comportamientos del sujeto,
anteriores o posteriores al hecho, que por su especial singularidad o extravagancia permiten
inferir que tiene relación con el delito cometido. Deducidos de lo que se llama rastros
mentales o, en términos más genéricos, de las manifestaciones del individuo, anteriores o
En base a estas precisiones siguiendo a JAEN VALLEJO, que sintetiza los criterios
jurisprudenciales del Tribunal Constitucional español, cabe indicar que los criterios, para
distinguir entre pruebas indiciarias capaces de desvirtuar la presunción de inocencia y las
simples sospechas, son que: a. La Prueba indiciaria ha de partir de hechos plenamente
probados; b. Los hechos constitutivos de delito deben deducirse de esos indicios (hechos
completamente probados) a través de un proceso mental razonado y acorde con las reglas
del criterio humano, explicitado en la sentencia condenatoria. La falta de concordancia con
las reglas del criterio humano la irracionabilidad se producir tanto por la falta de lógica o de
coherencia de la inferencia, en el sentido de que los indicios constatados excluyan el hecho
que de ellos se hace derivar o conduzcan naturalmente por excesivamente abierto, débil o
si no los respeta en su desarrollo o los vulnera en sus conclusiones, Lo que debe afirmarse
de modo especial en el procedimiento penal, ya que en él Actúa el poder del Estado en la
forma más extrema en la defensa social frente al Crimen, a través de la pena, produciendo
una profunda injerencia en uno de los Derechos más preciados de la persona, su libertad
personal. El derecho a la Presunción de inocencia constituye un estado jurídico de una
persona que se Encuentra imputada, debiendo orientar la actuación del tribunal competente,
Independiente e imparcial preestablecido por ley, mientras tal presunción no se Pierda o
destruya por la formación de la convicción del órgano jurisdiccional a Través de la prueba
objetiva, sobre la participación culpable del imputado o acusado En los hechos
constitutivos de delito, ya sea como autor, cómplice o encubridor, Condenándolo por ello a
través de una sentencia firme fundada, congruente y Ajustada a las fuentes del derecho
vigentes. FERRAJOLI determina que la Presunción de inocencia expresa a lo menos dos
significados garantistas a los Cuales se encuentra asociada que son "la regla de tratamiento
del imputado, que Excluye o restringe al máximo la limitación de la libertad personal" y "la
regla del Juicio, que impone la carga acusatoria de la prueba hasta la absolución en caso de
Duda" La Corte Interamericana de Derechos Humanos ha establecido que el derecho a "la
Presunción de inocencia constituye un fundamento de las garantías" que no Perturba la
persecución penal, pero sí la racionaliza y encausa. Así la presunción de Inocencia es una
garantía básica y vertebral del proceso penal, constituyendo un Criterio normativo del
derecho penal sustantivo y adjetivo, descartando toda normativa que implique una
presunción de culpabilidad y establezcan la carga al imputado de probar su inocencia. El
principio de inocencia busca evitar los juicios condenatorios anticipados en contra del
inculpado, sin una consideración detenida en la prueba de los hechos y la carga de la
prueba, como asimismo obliga a determinar la responsabilidad del acusado a través de una
sentencia fundada, congruente y acorde a las fuentes del derecho vigentes. En este sentido,
se ha estructurado la jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, la
cual ha determinado que "el derecho a la presunción de inocencia es un elemento esencial
para la realización efectiva del derecho a la defensa y acompaña al acusado durante toda la
tramitación del proceso hasta que una sentencia condenatoria que determine su culpabilidad
quede firme. Este derecho implica que el acusado no debe demostrar que no ha cometido el
delito que se le atribuye, ya que el onus probando corresponde a quién acusa". En buena
cuenta, la presunción de inocencia o Estado de Inocencia implica durante el proceso penal
que será el Fiscal el que tenga la carga de la prueba sobe la existencia del hecho y su
carácter delictivo, la participación del inculpado en el hecho probado y el carácter delictivo
de esa participación. Así lo expresa el profesor chileno Humberto NOGUEIRA ALCALÁ,
cuando precisa que: “La presunción de inocencia es así el derecho que tienen todas las
personas a que se considere a priori como regla general que ellas actúan de acuerdo a la
recta razón, comportándose de acuerdo a los valores, principios y reglas del ordenamiento
jurídico, mientras un tribunal no adquiera la convicción, a través de los medios de prueba
legal, de su participación y responsabilidad en el hecho punible determinada por una
sentencia firme y fundada, obtenida respetando todas y cada una de las reglas del debido y
justo proceso. Así JAUCHEN precisa que: En principio, todo hecho es introducido como
incierto en la causa, debiendo ser objeto de comprobación. En el proceso penal esta
comprobación debe estar referida a la realidad histórica, en cuanto mayor acercamiento a la
verdad objetiva o material. El descubrimiento de tales extremos se obtiene mediante la
prueba. Esta reconstrucción del pasado se procura efectuar mediante la producción de
elementos que constituirán la base de credibilidad para establecer la existencia o no del
hecho. la prueba puede ser directa o indirecta según que de la misma se obtenga una
referencia del delito mismo, o bien de algún otro hecho que haga posible inferir o conocer
indirectamente aquél. De allí que, una vez fijado el hecho controvertido materia de
probanza en el esquema de libre valoración de la prueba, el juzgador puede elegir
libremente los elementos de prueba que válidamente incorporados al plenario puedan
desvirtuar la presunción de inocencia. Ello, siempre y cuando se cumpla lo establecido en
sentencia 157/1998 del Tribunal Constitucional de España, citado por JAEN VALLEJO:
“La presunción de inocencia opera, en el ámbito del proceso penal, como derecho del
acusado a no sufrir una condena a menos que su culpabilidad haya quedado establecida,
más allá de la duda razonable, en virtud de pruebas que puedan considerarse de cargo y
obtenidas con todas las garantías. Así, citando a JAUCHEN tenemos que: El estado de
inocencia sólo podrá ser quebrantado mediante una sentencia condenatoria. No es posible
en materia penal elaborar una verdad formal o ficticia, tampoco es aceptable que se la
vez, como anota SERRA DOMÍNGUEZ, la parte perjudicada tiene el derecho de cuestionar
la eficacia probatoria del indicio o de los indicios puestos en juego, lo que no es sino una
consecuencia ordinaria del mecanismo general de la prueba. La actividad probatoria de
quien se puede ver perjudicado por la eficacia probatoria de una presunción puede
desarrollarse por dos vías: o bien a través de una contraprueba desvirtuadora de la fuerza
probatoria de un indicio, o bien mediante la prueba de algún hecho que es contrario al
hecho presunto resultante de la aplicación de una norma o regla de presunción. Aquí se
inscribe el derecho a probar o a generar pruebas de descargo, como lo ha precisado el
Tribunal Constitucional del Perú en su sentencia en el caso Federico Salas, cuando indicó
que: Este Tribunal Constitucional ha señalado (vid. STC 010-2002-AI/TC, FJ 133- 135)
que el derecho fundamental a la prueba tiene protección constitucional, en la medida en que
se trata de un derecho comprendido en el contenido esencial del derecho al debido proceso,
reconocido en el artículo 139, inciso 3, de la Constitución. Una de las garantías que asisten
a las partes del proceso es la de presentar los medios probatorios necesarios que posibiliten
la creación de convicción en el juzgador sobre la veracidad de sus argumentos. En ese
marco, se delinea la facultad de la defensa de aportar pruebas de descargo o contrapruebas
oponibles a las ofrecidas por el representante del Ministerio Público. Como anota
GOZAÍNI, el derecho constitucional a la prueba es una derecho que transita por una
avenida de doble mano: por vía, acompaña el interés del Estado, representado en el juez,
para lograr certeza suficiente y sentenciar sin dudas razonables; por otra, recorre el interés
de las partes para que la actividad probatoria responda a consignas invariables: libertad de
la prueba; control de las partes; producción específica, y apreciación oportuna y
fundamentada. En esa línea, la jurisprudencia argentina anota que: las garantías del debido
proceso y la defensa en juicio exigen que la acusación describa con precisión la conducta
imputada, a los efectos de que el procesado pueda ejercer en plenitud su derecho de ser
oído y producir prueba en su descargo, así también el de hacer valer todos los medios
conducentes a su defensa. En suma, la moderna doctrina constitucional reconoce que el
derecho a probar, que le corresponde al imputado. Se inscribe en el derecho al debido
proceso y al derecho de defensa. Ahora bien, en este punto se debe distinguir entre
contraprueba, dirigida a desvirtuar un indicio e impedir la formación de una presunción, y
de error, tiene importancia considerar todos los hechos indiciarios, tanto en cargo
como en descargo, lo mismo los discordantes que los concordantes, y no eliminar
sino a sabiendas las hipótesis desfavorables: el concurso de los indicios debe ser
completo en todo sentido, para construir una prueba sólida” En conclusión como
sostiene JAUCHEN: “un indicio no prueba jamás inmediatamente la culpabilidad.
El número y la variedad de los elementos indiciarios aumentan indudablemente su
eficacia. Pues es un indicio corroborado puede inferirse un hecho determinado. Sin
embargo, cabe insistir que para establecer la existencia de un hecho delictivo y
fundamentalmente la culpabilidad de quien se acusa, es imprescindible aquella serie
de indicios que en número, variedad y concordancia puedan conducir a la inducción
necesaria de tal extremo”. Exigencia que como sabemos se encuentra plasmada en
la Ejecutoria Suprema evacuada en el Recurso de Nulidad N° 1912 – 2005 de 6 de
septiembre de 2005.
2. Los indicios deben estar plenamente acreditados, esto es, que el indicio o hecho
base debe estar suficientemente probado, toda vez que no cabe construir certezas
sobre la base de simples probabilidades. Tales hechos base han de estar
absolutamente probados en la causa, y demostrados por prueba de carácter directo.
En ese sentido, RIVAS SEVA, ha precisado que: “en el ámbito penal [la prueba
indiciaria es admisible siempre que con base en un hecho plenamente acreditado
demostrado dice, también puede inferirse la existencia de otro, por haber entre
ambos un enlace preciso y directo según las reglas del criterio humano mediante un
proceso mental razonado. En definitiva se trata de una operación lógica, consistente
en un razonamiento inductivo, cuyo discurso ha de reflejarse en la sentencia.”
Además, continúa RIVES SEVA, los hechos básicos o indicios han de quedar
acreditados por medio de prueba practicada en el acto del juicio oral, que es el
trámite en el que el proceso penal se desarrolla con las garantías propias que se
derivan de la observancia de los principios de oralidad, publicidad, inmediación y
contradicción, ya que las diligencias sumariales no son verdaderas pruebas, y por
ello carecen de virtualidad suficiente para destruir la presunción de inocencia. De la
misma forma se pronuncia la Ejecutoria Suprema del 6 de septiembre de 2005, el
CONCLUSIONES
WEB-GRAFIA
a) http://guiasjuridicas.wolterskluwer.es/Content/Documento.aspx?params=H4sIAAA
AAAAEAMtMSbF1jTAAAUNjC1MTtbLUouLM_DxbIwMDCwNzAwuQQGZap
Ut-ckhlQaptWmJOcSoAEFj4bTUAAAA=WKE
b) https://psicologiaymente.com/forense/diferencia-indicio-prueba-evidencia
c) https://legis.pe/indicio-prueba-indiciaria-carlos-villafuerte/