Introducción
Introducción
Introducción
Discernir sus relaciones, divorcios y antagonismos, para luego en base a dichos análisis
desarrollar una conclusión y reflexión personal. Comprender la dicotomía existente
entre naturaleza y cultura, como así el origen de las desigualdades de género. Por dicho
motivo se expresa que la asimilación de las teorías de género pueden contribuir a
subsanar conflictos, desigualdades, en post de una sociedad más digna, sana, igualitaria
y justa.
Por tanto el objetivo del trabajo es proponer, brindar herramientas conceptuales que
permitan una compresión integra de la temática, y además entendiendo que su
justificación esta dimensionada por su trascendencia social, política y académica.
¿A+B=C?
Debemos concebir las diferencias entre sexo y género, puesto que muchas veces se
enredan generando confusión, para luego comprender la génesis de las teorías de
género; sus postulados y críticas.
Introduce ideas de gran impacto y revolución para el feminismo moderno; “No se nace
mujer: se llega a serlo. Ningún destino biológico, psíquico o económico define la figura
que reviste en el seno de la sociedad la hembra humana; es el conjunto de la civilización
el que elabora ese producto intermedio entre el macho y el castrado al que se califica de
femenino” (Simone de Beauvoir, 1949, 109).
Entonces cabe preguntarse: ¿Qué es ser mujer?, ¿qué es ser hombre? ¿Qué o como se
determinan dichas categorías?
Ambas obras nos permiten comprender las implicaciones existentes entre sexo y género,
configurando un sistema de relaciones sociales desiguales basadas en las diferencias
sexuales, que tal como señala Gayle Rubin (1975), éste sistema de sexo-género,
consiste en “un conjunto de mecanismo sociales que sirven para transformar la
sexualidad biológica en un producto de la actividad humana” (Rubin apud McDowell;
2000:30). Es decir, utilizar lo naturalmente biológico como un instrumento para el
control, organización y sometimiento, naturalizando y legitimando así los estereotipos
de género y prácticas sociales existentes.
En suma, “la categoría de sexo es una categoría totalitaria que para probar su existencia
tiene sus inquisidores, su justicia, sus tribunales, su conjunto de leyes, sus terrores, sus
torturas, sus mutilaciones, sus ejecuciones, su policía. Forma el espíritu y el cuerpo,
porque controla toda la producción mental. Posee nuestros espíritus de tal manera que
no podemos pensar fuera de ella”(Wittig, M;2010: 23)
El sistema sexo-género se sustenta en la subordinación de la mujer por el hombre, y los
roles, mandatos, status, son impuestos a la feminidad y masculinidad, se inculcan en la
socialización a través de las instituciones sociales y por dicho motivo resulta difícil
escapar de ellas.
Comprender que como expresaron claramente Ortner y Whitehead (1981) “los aspectos
naturales del género, y los procesos naturales del sexo y la reproducción, son sólo un
telón de fondo, sugerente y ambiguo, de la organización cultural del género y la
sexualidad. Qué es el género, qué es un hombre y qué es una mujer, que relaciones
existen o deberían existir entre ellos […], estos interrogantes no sólo se plantean a partir
de “hechos” biológicos reconocidos, sino que son también, en gran parte, producto de
procesos sociales y culturales”(Ortner y Whitehead abud Mcdowell, 2000, pág. 30).
A éste sistema sexo-género que se expresa en relaciones sociales, políticas, económicas
y psicológicas desiguales, de sometimiento de la mujer por el hombre, lo podemos
denominar como patriarcado; “un sistema sociocultural en el cual se considera que los
hombres deben tener el poder y mandar sobre las mujeres, tanto en la familia, el trabajo
como en la sociedad en general.”(Huberman, H; y Tufró, L; 2012: 5). Se respalda en
una diferencia jerárquica en función del sexo.
El patriarcado es una forma de organización social, política y económica, que se
sustenta sobre relaciones de poder desiguales, en donde los mecanismos y fuerzas
coercitivas, son (no siempre) sutiles y casi invisibles. Se expresan en todos los ámbitos
de la vida individual y colectiva de las personas, son exteriores y anteriores a estas.
Se despliegan por medio de tradiciones, costumbre, mandatos, roles, estereotipos,
formas de pensar, de sentir y de actuar.
El hombre oprime a la mujer, se apropia de su fuerza productiva y reproductiva, su
cuerpo, deseos y libertades, además demanda de ésta la predisposición y aceptación de
tal sometimiento, de no hacerlo el hombre tiene el “derecho” a usar la fuerza o
violencia, un poder legitimado socialmente.
Son muchos los ejemplos que se asignan e imponen a partir del sexo; niño de azul, niña
de rosa, “los hombres no lloran”, son fuertes, las mujer son débiles, delicadas y
emocionales, la esfera de actuación del hombre es la pública, sale a trabajar; es
productivo, en cambio el lugar de la mujer en la sociedad es privado; trabajo doméstico,
cuidados y reproductivo (división sexual del trabajo-trabajo no remunirado), esto se
traduce en una falta de autonomía económica de la muje, el hombre gana más en igual
posición y función laboral que la mujer, los hombres ocupan la mayoría de los cargos de
poder tanto en la familia, empresas, ámbito intelectual y hasta en la legislación, el
hombre sexualmente activo es más hombre, es un “alfa”, mujer sexualmente activa es
una pu#a, estigmatizada. A todas estas prácticas sociales, formas de pensar, creencias,
conductas, en fin ideología, se denomina machismo, que es sencillamente dominación
masculina en todos los ámbitos de la sociedad.
En el sistema patriarcal “la baja condición de la mujer […] ha sido gradualmente
retocada, disimulada y, en ciertos sitios, hasta revestida de formas más suaves, pero no,
ni mucho menos, abolida.” (Friedrich Engels, 1884:22).
La sociedad impone sobre las personas modos de ser, pensar y actuar, estereotipos de lo
que se supone debe ser una mujer y un hombre, aunque en esos modelos imperen
relaciones desiguales y abusivas, se deben aceptar. El poder es tal que influye en la
conciencia y psiquis de las personas para que acepten ese supuesto “orden natural y
universal”, configura identidades socio-simbólicas fuertemente arraigadas, las cuales
encarnar roles, valores y costumbres.
Los mecanismos de imposición moldean conciencias y cuerpos, el adoctrinamiento esta
inyectado en todos los aspectos de la cotidianidad de las personas, tanto público como
privado, en instituciones, en expresiones de habla y escritura, en todo.
Pero la sociedad se construye, es un reflejo de la propia esencia humana, no un orden
natural inalterable y por tanto se puede trasformar. ¿Cómo transformar? deconstruir para
reconstruir, una construcción en base a la igualdad, aceptación a la diversidad y justicia.
Pero existe un ámbito o mejor dicho, dimensión, en donde se espera lo mismo tanto para
hombre como para mujeres que es su orientación sexual, una norma igual para ambos:
la heterosexualidad, la heterosexualidad es socialmente obligatoria, es decir dentro del
sistema patriarcal, la heterosexualidad es el comportamiento sexual y afectivo esperado
y demandado. La heterosexualidad se convierte en norma, se idealiza la
heterosexualidad como el comportamiento “natural”, normal, lógico, racional, lo que
hombres y mujeres deberían ser, lo aceptado socialmente; el estereotipo sexual y
afectivo. Se demandará como expectativa que las personas sean heterosexuales, sino
sufrirán represión, discriminación y restricciones de diversas índoles, los
comportamientos “desviados” de esta norma son rechazados brutalmente.
Pero, entonces, ¿qué sucede, bajo éste sistema sexo-género, con las personas que
escapan o se encuentran fuera de sintonía con todos los estereotipos, normas,
idealizaciones, mandatos, roles, etc., que la sociedad impone a partir del sexo (binario),
lo que se supone debería hacerlos hombre o mujer? ¿Cómo serán tratados o cuáles serán
las consecuencias de estar por fuera de ese universo impuesto?
L@s Otr@s
Lo que se deriva de la propia actividad humana es sólo suya, dicha actividad se orienta a
la transformación; de su entorno (naturaleza) para dominarla, y de sí mismo como
individuo y como colectividad. Elije y actúa en consecuencia (conciencia), no está
determinado por cuestiones meramente biológicas, precisamente esta capacidad es lo
que nos identifica y determina como especie; una especie esencialmente flexible y
maleable.
La situación desigual de la mujer con respecto al hombre ha sido una constante, aunque
se han realizado transformaciones, gracias a las críticas literarias feministas,
cuestionamientos y las luchas de movimientos sociales, la desfavorable condición de la
mujer no se ha abolido del todo aún.
Las repercusiones de todas las críticas y luchas, ha logrado que en todo el mundo, en
diversas sociedades y culturas, las mujeres hayan conquistado sus derechos, derechos
que son universales e inalienables para todexs, como el acceso a la educación, al
sufragio, protección de sus derechos sexuales y reproductivos, leyes contra la violencia
de género, etc., transformaciones que se dan paulatinamente, generación tras
generación, en la que la sociedad en su conjunto debe participar y entender que los
motores para promover más cambios en post de la igualdad, justicia, respeto, equidad,
es la educación, la cultura, legislación y actitudes personales de cada persona.
Reflexión
Las teorías de género parecen ser entendidas como un virus que pretende la destrucción
de la naturaleza biológicamente “asignada” a la especie humana, (o específicamente a
los sexos), que atenta contra el “sentido común”.
Parte de reflexiones y cuestionamientos que cada persona debe hacerse sobre cómo han
sido educadas y como actúa, y en base a eso elegir éticamente lo correcto, en base a la
igualdad, justicia, equidad, respeto, etc. Desnaturalizando todo aquello que deviene del
“sentido común” y comprender los trasfondos, indagar los supuestos “deber ser” tanto
para hombres como mujeres, y vislumbrar las relaciones de poder existentes.
Un buen ejemplo para analizar cómo educar desde un enfoque de género resulta
inclusivo y beneficioso el video se desarrolla en el sistema de salud, en donde no poseer
el enfoque de género lleva a diagnósticos superficiales, erróneos y ofensivos. Lo
particularmente curioso es que desde la medicina, una ciencia “dura” podríamos decir,
está plagada de todas esas construcciones de género; idealizaciones, estereotipos, etc., y
nos permite dimensionar el alcance de toda esa edificación del sistema sexo-género.
https://www.youtube.com/watch?v=doyf6m79Zls