Que Es El Humor
Que Es El Humor
Que Es El Humor
Definiciones[editar]
Joseph Klatzmann, en su obra L'Humour juif (El humor judío), lo define según su
necesidad: «Reír para no llorar». Más pesimista, se puede citar igualmente a Nietzsche:
«El hombre sufre tan terriblemente en el mundo que se ha visto obligado a inventar la
risa»,2 concepción que lo aproxima a la filosofía cínica y que establece que el humor es, en
el fondo, un tipo de catarsis o contraveneno espiritual que hace más soportable la
existencia, como el arte.
Existen algunas técnicas específicas de humor verbal, tales como la ironía, el sarcasmo,
la hipérbole, el anticlímax ("Dios ha muerto, Nietzsche ha muerto y yo no gozo de buena
salud", Woody Allen), el enigma o definición incompleta o elíptica, la antítesis, el oxímoron,
la atenuación o litotes, la alusión, el non sequitur, la silepsis, el juego de palabras, la sátira,
la parodia o la paradoja. Y otras no verbales, referentes a una retóricaparalela que juega
con los gestos, posturas, caídas, resbalones, etc.. que se suele denominar humorismo de
situación. Se puede, por otra parte, establecer otra taxonomía:
Humor humorístico[editar]
El humor humorístico tiene como fin desconcertar. Ramón Gómez de la Serna4 reflexiona
acerca de la naturaleza del humorismo en su artículo «Gravedad e importancia del
humorismo» –que más tarde incluiría bajo el título de «Humorismo» en su libro Ismos–,
«solo pretende desacomodar interiores y desmontar verdades»;5 un humorismo que
relativiza las cosas, critica lo que cree ser definitivo...: «No se propone el humorismo
corregir o enseñar, pues tiene ese dejo de amargura del que cree que todo es un poco
inútil».6
Si la comicidad precisa de la norma social como punto de referencia a que oponer el
fenómeno risible, el humorismo, al identificarse emotivamente con quien se atreve a
contravenir los valores o costumbres del grupo, supone una actitud abierta, innovadora e
incluso subversiva. La libertad será la divisa del humorismo así entendido.
Humor satírico[editar]
El humor satírico expresa indignación hacia alguien o algo, con propósito moralizador,
lúdico o meramente burlesco: un «deber ser». Los abusos o las deficiencias se ponen de
manifiesto por medio de la ridiculización, la farsa, la ironía y otros métodos ideados todos
ellos para lograr una mejora de la sociedad. Aunque en principio la sátira está pensada
para la diversión, su propósito principal no es el humor en sí mismo, sino un ataque a una
realidad que desaprueba el autor, usando para este cometido el arma de la inteligencia. Se
separa en su intolerancia del humor humorístico, que implica una actitud comprensiva y
benévola hacia las limitaciones humanas.
Es muy común, casi definiendo su esencia, que la sátira esté fuertemente impregnada de
ironía y sarcasmo; además la parodia, la burla, la exageración, las comparaciones, las
yuxtaposiciones, la analogía y las dobleces son usadas de manera frecuente en el
discurso y la gráfica satírica:
Humor irónico[editar]
En el humor irónico el sujeto es consciente del absurdo del mundo, pero no es moralizante
porque tiene perdida la fe y carece de proyectos.
Cuando la ironía tiene una intención muy agresiva, se denomina sarcasmo. Es una
incongruencia aguda entre nuestras expectativas de un suceso y lo que ocurre. La
percepción del lector de una desconexión entre la expectativa común y la aplicación de la
lógica con un suceso inesperado ambas vistas como un solo elemento. Se realiza una
conexión entre la ironía y el humor cuando la sorpresa nos sumerge en la risa. No todas
las ironías son graciosas. Por ejemplo, el ridículo es un aspecto importante del sarcasmo,
pero no de la ironía en general. Así, el sarcasmo es un tipo de crítica hacia una persona o
grupo de personas que incorpora ironía.
La ironía a menudo requiere un bagaje cultural que debe tenerse en cuenta, así como una
forma de hablar de una determinada lengua. Desde el punto de vista de la retórica, es un
procedimiento, una técnica, un simple recurso expresivo de carácter dialéctico que da a
entender lo contrario de lo que se dice. En lugar de expresar lo que piensa, finge pensar lo
que expresa. La palabra se contrapone al pensamiento, pero, lejos de ocultarlo, lo destaca
y resalta con más fuerza. Viene a ser una especie de lenguaje en clave, pues exige el
rechazo de su significado literal y que se vaya más allá del significado superficial, de modo
que su desciframiento crea en el receptor la emoción del encuentro con un espíritu afín.
Freud corrobora cómo «al leer cualquier ironía que valga la pena tener en cuenta, leemos
la vida misma, y al abordarla nos basamos en nuestras relaciones con los demás»,7 es
decir, más allá del procedimiento retórico conduce a una disposición desde lo cultural a lo
personal. También Bergson8 ha afirmado que el humorismo es el reverso de la ironía.
Humorismo e ironía se apoyan en la oposición entre lo real y lo ideal, entre lo que es y lo
que debiera ser. Pero mientras que la ironía enuncia lo que debiera ser, fingiendo creer
que así es en realidad, el humorismo se ciñe a lo real afectando creer que así debe ser.
Jankélévitch,9 revela una relación intrínseca entre humor e ironía cuando dice «que el
humorismo es la ironía que termina en seriedad».