El Lobo y El Perro Dormido
El Lobo y El Perro Dormido
El Lobo y El Perro Dormido
Había una vez un perro que solía pasar las horas muertas en el portal
de la casa de sus dueños. Le encantaba estar allí durante horas pues
era un sitio fresco y disfrutaba viendo pasar a la gente que iba y
venía del mercado. La tarde era su momento favorito porque se
tumbaba encima de una esterilla, apoyaba la cabeza sobre las patas y
gozaba de una plácida y merecida siesta.
– ¡Mírame con atención! Como ves, estoy en los huesos, así que
poco alimento soy para ti.
– ¡Eh, perro flaco! ¿Qué haces ahí arriba? ¡Baja para cumplir lo
convenido!