Quimba Tomo1
Quimba Tomo1
Quimba Tomo1
QUIMBA
vol.1
Título original:
Quimba vol. 1
Lima, 2018
Primera edición:
Octubre 2018
Los poemas son de
Carlos Orozco
Diseño y diagramación:
Omar La Hoz
“La constancia es viva esencia de todo progreso”
PEDRO MOSQUEIRA
QUIMBA
ESTIMADO LECTOR
C A R L O S O R O Z C O
QUIMBA
1.
Pude esperar todos estos años a que
llegaras pero para esperar a que me
ames hacía falta locura. Sobre mi tú
has volado como paloma acostum-
brada a la plaza. Te has alimentado
en mis hombros y has dormido en
mis brazos.
Tu vida ha sido el impulso que te
tomas para volar y el desorden que
encuentras en tus caminos. Mi
sentencia es vivir soñando. Porque
no me has olvidado, acaso peor, me
has vuelto otra parada, me has vuelto
otra rutina.
Ya no regresas a mí como al inicio,
cuando le cantabas a mi pavor aquel
yaraví de poesía cristalina.
C A R L O S O R O Z C O
ILUSTRACIÓN:EMARTS
QUIMBA
2.
Y de ella solo tengo condena,
vorágine de este amor de patrullas y
sirenas, de este vaivén de cadenas,
de esta letra que me acribilla y de
esta vida a carrasperas. He venido a
que me ahogue. A que hunda mi
humanidad en el éxtasis del agua. A
que mi piel se humedezca hasta
perder su color y vuelva a mí esa
sangre que robé de sus entrañas. He
dormido en su nombre otro domin-
go mal ganado. La miro sobre
azúcar, deslizando amor olvidado.
C A R L O S O R O Z C O
ILUSTRACIÓN:LA VACA
QUIMBA
3.
Cuando volteó a verme, ahí estaba
yo, con la mirada tímida y mi himno
latente. Se acercó y me vio cantando
sobre aquella voltereta azul. Inició el
efímero sueño o terminó en el
desuso de mis historias sublimes
gastadas en las veces que te atreves a
usarme. Lentamente se dispersan en
el aire todos y cada uno de sus suspi-
ros acompasados. Cual fuego espa-
cial, la tarde vomitó luces que al
pasar limpiaron la suciedad de las
sombras. Cerré los arcoíris y ordené
mi mundo para poder pintarla
cuando se haya ido; y apenas logre
caminar. Aletargado en su aroma, la
miré y entendí a la perfección que es
despierto que se conciben sueños de
biblia. Me acerqué con los brazos
abiertos y bebí la ilusión edulcorada
con la esperanza de perder complet-
amente la razón.
C A R L O S O R O Z C O
ILUSTRACIÓN: SALLY ROSAS
QUIMBA
4.
Imaginar las aves, las plumas y las
pieles. Imaginar la caza, la huida y el
after party. El vino que ensució la
conciencia hasta quedar irreconoci-
ble por el cuerpo que la usó para
cubrirse. Delirio que cobija tu
corazón malaventurado y codicioso.
Sumergirás los aros que te conden-
aron a la libertad, a esa a la que te
aferras con terquedad irreprochable
y enfermiza. Esta va por ti. Que por
ti enfrié mis dientes en el mar de tu
revancha y cedí mi último aliento en
tu arteria aorta.
C A R L O S O R O Z C O
ILUSTRACIÓN:ANDREA BALBUENA
QUIMBA
5.
Un jardín de majadería florece en
esta falsa sonrisa alimentada por el
riego de los inocentes precavidos.
¿Todavía te imaginas conmigo? Una
atrevida arteria, que se pierde con la
mierda que me embarga cuando
muerdo las cenizas de su alma cruda.
Sobran fantasmas que me persiguen
en el sinsabor de mi venganza cada
vez más incolora y cada vez más
triste.
C A R L O S O R O Z C O
ILUSTRACIÓN:RICARDO ROBLES
QUIMBA
6.
He vuelto a este infierno para
deshacerme del amor que escapó de
nuevo y se pegó a mí como la boca al
suspiro. He vuelto a este infierno
para quemar este amor que aborrez-
co, para verle desangrarse en las
rejas hasta morir en el fuego. He
vuelto a este infierno para asegu-
rarme de que nunca vuelva. De que
no toque mis sueños, que no acaricie
mis labios, que no corrompa mis
manos. He vuelto, por última vez,
para bailar en sus cenizas hasta el fin
de las melodías del mundo.
C A R L O S O R O Z C O
ILUSTRACIÓN:CARLO PARODI
QUIMBA
7.
Para quitarle la vida a un pez, no
basta con sacarlo del mar y convertir-
lo en pescado. Tendría que despren-
derlo de sus aguas y ponerlo a
brincar desesperado sobre el suelo.
Habría que sentir como sus aletas se
erizan y sus branquias ceden. Con-
templaría como sus ojos se inquietan
y sus facciones llaman a la muerte.
Querría ver como se rinde al aban-
dono de la naturaleza, a la merced de
mis instintos.
Lo cogería fresco y lo pondría sobre
una mesa. Utilizaría un cuchillo,
afilado como una lisura, y despren-
dería su cabeza. Me apoderaría de su
cuerpo y le expropiaría las escamas.
Quitaría cada uno de sus huesos,
estrujaría cada cartílago. Para quitar-
le la vida a un pez, nunca ha bastado
con sacarlo del mar y convertirlo en
pescado.
C A R L O S O R O Z C O
ILUSTRACIÓN:GIU
QUIMBA
8.
Te quiero a mareos que me abru-
man. Y bailando contigo, con mis
manos atadas a tu cintura, sé que no
eres para mí. Acaso una vez me
arrojaría endiablado a las brasas de
ese destino esquivo que me sonríe al
pasar. Y le devolvería el gesto,
sonreiría también y empezaría de
nuevo.
Me acosté otra vez en esta cama pero
ya sin ti. A ser presa de mis recuer-
dos, a mirar la misma película conti-
go pero en tu ausencia. A recordar tu
perfume, tu espalda. Y tocarte hasta
llenar mi boca de verbos, de serpi-
entes y de sueños en este saludo
breve que es la vida.
C A R L O S O R O Z C O
ILUSTRACIÓN:KHESPY
QUIMBA
9.
Estoy enamorado de ti desde mi
primera palabra hasta mi último
cartílago. Estoy enamorado de ti,
libre, descubierto y eufórico. Estoy
enamorado de ti como un estruendo
espacial, como una libre en el hielo,
como una lengua en Coca Cola.
Pero tú no eres como yo. Te curas
con tus errores y te arropas en ellos.
Tú no eres como yo pero te mueres
por serlo. Por salir de tu engaño y
florecer en esta colina sin quedarte
viendo el tiempo desde afuera, atada
a tus raíces.
C A R L O S O R O Z C O
ILUSTRACIÓN:NATALIA ROMERO
QUIMBA
10.
El amor cambió de idioma, se ha
traducido a esta cúpula de pieles. A
esas caderas amplias, a ese escote
café venti. A esta angustia de alimen-
to que me hace desearte en cada una
de mis hormonas. El dulce de tus
babas una cicuta que fulmina, que te
quiebra y que te acaba.
¿Y cómo voy pensar en otra cosa?
¿Cómo no voy a ir a buscarte con la
elegancia del primer capricho?
C A R L O S O R O Z C O
ILUSTRACIÓN:NATALIE MENACHO
QUIMBA
11.
Veo al futuro recostado sobre mi
cama. Cambiando su piel con la
paciencia de las culebras en cauti-
verio. Lo veo extrañado, noto la
dejadez que lo embarga. Y me
asusto. El futuro nota que lo miro,
que estoy pensando en él. Yo vuelvo
los ojos a mis cuadernos y a este
pedazo de pan que no voy a comer.
¿Qué pensará de mí? ¿Qué no he
pensado yo de él?
C A R L O S O R O Z C O
ILUSTRACIÓN:MEDICENERRE
QUIMBA
12.
Soy la angustia del nuevo mundo.
Sobredosis. Un peaje para creer en
los que no creen. Un salto entre las
nubes hasta que la paz ahogue. Un
títere de la desesperanza. De la vida
que se apaga a cada marca nueva
sobre mi piel, cada azote de esta sal
que me mueve a ratos, que me arras-
tra por su marea sin temor a equivo-
carse. Me dejaré llevar por sus sinuo-
sos caminos a ver si así es que soy
más grande que ellos.
C A R L O S O R O Z C O
ILUSTRACIÓN:PITTMAN
QUIMBA
13.
Comiendo desesperados los silenci-
os. Yo ahogaba mis manos en su
ombligo con caricias profundas e
inusuales. Para ella la vida es una
reunión que empieza tarde y yo soy
un retrato imprevisto y despeinado
que contempla inocente y llena de
espuma. Me cuesta dejar de echarla
de menos, sobre todo porque no
quiero. Ella era una espía en mi
mundo perverso, admiraba mis
palabreos incorrectos y mis latidos
populares. Y quizás a lo lejos sé que
todavía soy su santo, y quizás me
gustaría volver a su vida para
regalarle incertidumbre en la puerta
del horno. Y cuando su cabeza
vuelva a descansar junto a la mía
entenderé que si aquella fue despe-
dida, el the end sería inicio.
C A R L O S O R O Z C O
ILUSTRACIÓN:RENOGRAPHY
QUIMBA
14.
Quisiera jugar contigo a las
adivinanzas. Toser esta ignorancia y
aparecer en una de estas tardes
desarmado y en olvido pero mucho
menos libre, sumergido en otro
rumbo. Tambaleando llegaré a la
puerta y desesperado golpearé su
roble. Ya no pienso en poetas ni en
pinturas, ya no pienso en cómo ni en
mentiras. Ahora sospecho de otras
formas, sospecho en el silencio
agobiado en la ansiedad. Desaparez-
co en los sonidos y me vuelvo un
universo lejano. Sigo golpeando en
tu entrada, con los zapatos llenos de
barro y el pelo más corto que nunca.
Debería ser la oportunidad mezqui-
na para una recaída triste y dejarme
ir a las tres de la mañana.
C A R L O S O R O Z C O
ILUSTRACIÓN:MEDUCLAU
QUIMBA
15.
Te beso con la violencia de una
estampida, tus mejillas manchan mis
gafas. Me sostengo en ti con
destreza animal mientras repercuten
mis acciones en tu vientre. Llevo una
camisa a cuadros que contrasta con
nuevas promesas sin hábito. De la
luz del día siguiente nos resguarda-
mos en las sombras, te miro y me
gustas a mansalva y en elemento. Me
gustan tus ojos azules porque son
receta y miran para adentro.
C A R L O S O R O Z C O
ILUSTRACIÓN:ILUSTRADOPORM
QUIMBA
16.
Voy a sentir tus uñas descociendo
mis carnes. Mañana voy a sentir mis
huesos crujir mientras se desarman y
caen al baldío. He pasado tanto
tiempo en este laberinto que estoy
aburrido de sus salidas. Soy fiel a
esta catástrofe liviana que sobrecoge
a horas indistintas, como un balón
que terminó atascado bajo un auto
viejo en un barrio cualquiera. Como
la podredumbre que enterró aquel
hombre sereno que soñó cambiar el
mundo.
C A R L O S O R O Z C O
ILUSTRACIÓN:MARÍA JOSE ESCUDERO
QUIMBA
17.
Carlos Orozco ya no existe. Era un
diario mal escrito, un reloj descom-
puesto y un alba cualquiera. Un
murmullo en este bus que nos lleva
amontonados como fauna. Es un
mordisco crujiente a este rancho
poca cosa. El coro canta las palabras
floridas y la banda machaca un
compás picapedrero. Carlos Orozco
es una hora tarde. Otra ropa que no
tiene marca, un artefacto que no
funciona. Un cumpleaños atrasado,
un demonio extinto y una nuca
nunca soleada.
C A R L O S O R O Z C O
ILUSTRACIÓN:MARIO ELIAS
QUIMBA
18.
He escuchado el tibio rumor de que
al oriente los ríos también llevan tu
nombre. Sus mansos desbordes
tienen el color de tus ojos y sus
orillas sudan como sudan tus manos
en las despedidas. He escuchado
palabras agudas como gemidos que
hablan de ti y de coronaciones. Dist-
ingo una noche como ninguna otra
noche, una selva como ninguna otra
selva y un puerto como ningún otro
puerto. Camina lento tu cuerpo
decorado a lunares y tus manos
acomodan sin paciencia tu melena
medusa. Y de pronto siento arenas
movedizas en mi mundo y la incerti-
dumbre de ser otra vez un accidente
que no llega a las noticias. La
temperatura ya me ahoga y las mane-
cillas no avanzan.
C A R L O S O R O Z C O
ILUSTRACIÓN:BUHHHO
QUIMBA
19.
Caliento tres veces la misma comida
y no la pruebo. Reviso los periódicos
de hoy como si fueran de hace
meses. Mato hormigas con mis
dedos y esta vez tengo malicia. A
pleno mediodía siento cualquier
hora. Tengo el cuerpo lleno de estos
cables que no sirven. Mis neuronas
resentidas como niñas peleadas por
el mismo juguete. Tengo un capar-
azón que en realidad no existe, una
deuda que en realidad no se paga y
un tragaluz que me vomita y lanza
llamas.
C A R L O S O R O Z C O
ILUSTRACIÓN:CHINO REINOSO
QUIMBA
20.
Escribo amor y sabe a sal que truena
entre mis dientes. Escribo amor y
siento sus manos gigantescas y
huesudas apretar mi rostro hasta
quitarme la respiración. Escribo
amor y vuelvo a ser imbécil. ¿Qué
soy yo nadando en esta inmensidad?
Seré acaso perfume de un cuello
perdido. Un favor nunca agradecido.
Escribo perdón y suena ilógico. Un
Gulliver en otro mundo, un Gulliver
sin antojos. Escribo esperanza y seré
pobreza. Razón a tropezones, bebo y
veo el huracán sobre mi mesa.
C A R L O S O R O Z C O
ILUSTRACIÓN:OSCAR PINEDO
QUIMBA
21.
A mamá.
C A R L O S O R O Z C O
ILUSTRACIÓN:OMAR LA HOZ
Agradecimientos:
C A R L O S O R O Z C O