De Vuelta A Cristo PDF
De Vuelta A Cristo PDF
De Vuelta A Cristo PDF
a Cristo
Celebrando 500 años
de la Reforma Protestante
De vuelta a Cristo: celebrando 500 años de la Reforma Protestante
Copyright © 2017 por Soldados de Jesucristo
Marlon Padilla
Franklyn Sorto
Avigail Hernández
Jonathan Tucker
Greg Morrow
Daniel Puerto
Guadalajara, Jalisco, México
Octubre, 2017
Contenido
Daniel Puerto
Introducción............................................................................................................... 9
PARTE 1
Breve historia de la Reforma
César Pedraza
Después de las tinieblas, luz.................................................................................... 17
PARTE 2
Las cinco solas
Sugel Michelén
Sola Scriptura: en esto me sostengo........................................................................ 27
Manuel Puerto
Sola fide: «El justo por la fe vivirá».......................................................................... 43
Joselo Mercado
Sola gratia: «la jactancia queda excluida»................................................................ 51
Greg Travis
Solus Christus: «No hay otro nombre».................................................................... 59
Salvador Gómez-Dickson
Soli Deo gloria: «todo es de él, por él y para él»...................................................... 7 3
PARTE 3
Perfiles de la Reforma
Josué D. Rodríguez
Martín Lutero: castillo fuerte es nuestro Dios....................................................... 85
Nathan Díaz
Juan Calvino: el teólogo de la Reforma................................................................... 93
Gerson Morey
Juan Knox: «Dame Escocia o me muero».............................................................. 101
Jacobis Aldana
William Tyndale: la Biblia para el pueblo.............................................................. 109
Luis Soto
Ulrico Zwinglio: «Volvamos a las fuentes»............................................................ 117
Iván Reyes
Heinrich Bullinger: el reformador olvidado.......................................................... 125
PARTE 4
El legado de la Reforma
Carlos Contreras
Un resumen de 500 años de influencia global:
la Reforma que cambió al mundo.......................................................................... 133
Josías Grauman
La Reforma y la teología bíblica:
mostrando cómo toda la Escritura testifica de Cristo.......................................... 143
Giancarlo Montemayor
La Reforma y la predicación de la Palabra:
una meditación sobre la predicación de Juan Calvino......................................... 151
Rafael Alcántara
La Reforma y la lectura de la Palabra:
la revolución de poder leer la Biblia...................................................................... 159
Daniel Puerto
La Reforma y la oración: accediendo a Dios
por medio de Cristo................................................................................................ 167
Jonathan Jerez
La Reforma y la adoración:
la exaltación de Dios entre su pueblo.................................................................... 175
Miguel Núñez
La Reforma y la vocación del creyente:
llamados a hacer todo para su gloria..................................................................... 185
Cole Brown
La Reforma y las misiones:
cómo la fe reformada impulsó la evangelización.................................................. 191
Ricardo Daglio
La Reforma y el consuelo en la soberanía del Señor:
abrazando la supremacía de Dios sobre toda circunstancia................................. 201
PARTE 5
La actualidad de la Reforma
David Barceló
¿Podemos estar unidos al Vaticano?
Unas palabras sobre el ecumenismo..................................................................... 211
Otto Sánchez
La Reforma protestante en el mundo hispano:
pasado, presente y futuro...................................................................................... 219
REFLEXIÓN FINAL
Enrique Oriolo
¡Gloria a Dios por la Reforma!............................................................................... 227
APÉNDICES
Raudel Hernández
El evangelio de la gracia de Dios
produce gracia en el pueblo de Dios...................................................................... 247
Daniel Puerto
¹ Timothy Paul Jones, Christian History Made Easy [Historia cristiana accesible]
(Torrance, California: Rose Publishing, Inc., 2009), pos. 2060 de 4846.
De Vuelta a Cristo
10
Introducción
11
De Vuelta a Cristo
10
Shelley, Church History in Plain Language, 224.
12
Introducción
11
Los reformadores fueron hombres falibles que dejaron en evidencia la
gran necesidad que todo ser humano tiene de la gracia de Dios. Nadie lo
explica mejor que James Montgomery Boice y Philip Graham Ryken: «¡La
depravación humana es una doctrina que los calvinistas no sólo creen,
sino que también practican! Fue en la Ginebra de Calvino que Miguel Ser-
veto fue quemado en la hoguera por herejía; los puritanos ejecutaron a
Carlos I y dirigieron los juicios de brujas en Salem; [Jonathan] Edwards
era dueño de esclavos. Estas tragedias no fueron el resultado inevitable
del calvinismo, pues estuvieron en desacuerdo con sus propios principios.
13
De Vuelta a Cristo
DE VUELTA A CRISTO:
CELEBRANDO 500 AÑOS DE LA REFORMA
500 años han pasado y el mensaje que se predicó durante la
Reforma aún importa. Esta obra tiene como propósito dar una
introducción accesible al lector latinoamericano sobre la historia,
los pilares doctrinales, los personajes principales y la influencia
de la Reforma. Las cinco divisiones del libro amplían cada uno de
estos aspectos.
¡Dios conceda a Latinoamérica experimentar otra gran
Reforma!
14
PARTE 1
César Pedraza
1 Erwin Lutzer, Rescuing the Gospel: The Story and Significance of the Re-
formation [Rescatando el evangelio: la historia e importancia de la Reforma],
(Grand Rapids, MI: Baker Books, 2016), xiii.
cos más elevados se obtenían por medios ilícitos, y al pueblo se le
tenía sumergido en la ignorancia2. Muchos notaron esta realidad
y con sentido de urgencia acudieron a distintas propuestas de
solución con la intención de generar un cambio, es decir, de re-
formar la iglesia.
PRE-REFORMA
Los aires de reforma comenzaron cerca del año 1170, en el sur de
Francia con los albigenses quienes se oponían a las enseñanzas
de Roma, a la autoridad de la iglesia y a la santa tradición. Con-
temporáneos a ellos aparecieron los valdenses quienes fueron
perseguidos y terminaron difundiendo sus enseñanzas contra
Roma en Italia. En Inglaterra se levantaron hombres como Juan
Wyclif, vehemente predicador y el primero en traducir el Nuevo
Testamento al inglés en el 1380. En la actual República Checa
(antiguamente llamada Bohemia) Juan Huss, seguidor de las
enseñanzas de Wyclif enseñó acerca de la liberación de la autori-
dad papal. En Italia, Jerónimo Savonarola, monje de la orden de
los dominicos en Florencia «predicaba como uno de los profetas
antiguos, contra los males sociales, eclesiásticos y políticos de
su tiempo; llenaba la gran catedral hasta rebosar con multitudes
ansiosas, no tan sólo de escuchar sino de obedecer sus enseñan-
zas».3 Fue martirizado en el 1498.
La mayoría de estos hombres y los movimientos que le-
vantaron, fueron perseguidos y destruidos por el poder papal
18
Breve historia de la Reforma
19
iglesia, sino de figuras internas. Esto, junto con los factores ya
antes mencionados, prepararon el camino para la Reforma pro-
testante que tendría impacto en gran parte de Europa.
LA REFORMA
La historia ubica su inicio formal el 31 de octubre de 1517 en
Alemania. Juan Tetzel, un fraile dominico enviado por el papa
León X4 recorría Alemania vendiendo indulgencias y ofreciendo
perdón de pecados a cambio de dinero diciendo: «Tan pronto
como su moneda suene en el cofre, el alma de sus amigos ascen-
derá del purgatorio al cielo». Para aquel entonces, Martín Lutero,
un monje agustino, y profesor de la Universidad de Wittenberg
no quedó indiferente y empezó a enseñar en contra de Tetzel,
la venta de indulgencias y el poder papal. Lutero contrastó las
enseñanzas de Roma con las enseñanzas de las Escrituras, y
concluyó que el justo por la fe vivirá. Las enseñanzas de Lutero
convergieron a un pergamino formal que terminó siendo clavado
por Lutero en las puertas de la Catedral de Wittenberg el 31 de
octubre de 1517. Este pergamino contenía 95 tesis en contra de
la venta de indulgencias, atacando la autoridad papal y sacerdo-
tal de la iglesia.
Las enseñanzas de Lutero rápidamente encontraron res-
puesta desde las autoridades de la iglesia, solicitando que se
retractase, pero Lutero mantuvo su posición. Sus postulados
comenzaron a expandirse por medio de folletos en toda Alema-
20
Breve historia de la Reforma
21
norte respectivamente. En 1529 se llevó a cabo una Dieta en Espira
que buscaba reconciliar a ambos sectores, pero fue estéril, incluso
provocó que las enseñanzas de Lutero se prohibiesen en todos los
estados en donde aún no dominaban, y además se demandó que en
los sectores en donde el luteranismo dominase, se dejase a los cató-
licos ejercer sus creencias en paz. Los príncipes luteranos hicieron
una protesta formal en contra de la Dieta, no se dejaron doblegar y
declararon que «es necesario obedecer a Dios antes que a los hom-
bres», lo que les dejó el nombre de protestantes hasta hoy.
Si bien debemos reconocer que la Reforma en Alemania mar-
ca un hito, no fue la responsable de las iniciativas reformadoras de
todas las otras naciones que se sumaron al movimiento reforma-
do. Más bien, como vimos, los aires reformadores venían de antes,
y de otras naciones como Francia e Italia, y junto a ellas Suiza,
Inglaterra y Escocia. Pero no se debe ignorar que las enseñanzas
luteranas provenientes de Alemania, tendrían influencia en el
resto de las naciones protestantes del continente europeo. El mo-
vimiento reformado liderado por Lutero prosperó en un ambiente
eclesiástico corrupto y necesitado de cambios. Como dijo Juan Eck
opositor de Lutero: «La herejía luterana nació por los abusos de la
curia romana y prosperó a causa de la corrompida vida del clero».5
Lo que Eck no consideró es que Lutero y los demás refor-
madores estaban siendo poderosamente usados por Dios para
cambiar la historia. En menos de cien años, durante el siglo XVI,
Europa pasó de ser únicamente católica a ser en buena parte
protestante. Los países protestantes compartían los mismos
principios a pesar de las distinciones propias de cada iglesia en
22
Breve historia de la Reforma
CONTRA-REFORMA O REFORMA
CATÓLICA ROMANA6
Con el fin de acabar con la Reforma, y traer de regreso a Europa a
la fe católica romana, se inició el movimiento histórico conocido
como Contra-Reforma o la Reforma Católica Romana. Después
de algunos intentos fallidos de reunir a las autoridades de la
Iglesia Católica, el 13 de diciembre de 1545 se dio comienzo al
Concilio de Trento, convocado por el papa Pablo III, que se pro-
longaría hasta el 4 de diciembre de 1563. En 25 sesiones durante
este período, y el ejercicio de cuatro papas, se definieron varias
reformas en miras de terminar con las deficiencias y abusos den-
tro de la Iglesia Católica que detonaron la Reforma protestante.
Algunos tenían la esperanza de que reformados y católicos se re-
conciliasen, pero esto no fue posible.
Al final de todo este periodo, se puede decir que la iglesia
católica terminó de definir mucho de su doctrina, y moralmen-
te mejoró, llevándose a cabo en ella una reforma interna, pero
sin lograr reconciliación alguna con los sectores reformados. Es
más, la Iglesia Católica levantó persecuciones como elemento de
represión al movimiento reformado. En España se estableció la
23
Inquisición, por lo que ésta y sus países subordinados asesinaron
a miles de protestantes. A esto se sumó el servicio de los Jesui-
tas y las campañas misioneras. Las razas nativas de América del
sur, México y gran parte de Canadá, fueron evangelizadas con
la fe católica. Las misiones católico romanas comenzaron mu-
cho antes que las misiones protestantes, lo que explica en parte,
nuestra realidad americana.
A cien años de iniciada la Reforma, en 1618, y como resulta-
do de intereses y propósitos opuestos de los estados reformados
y católicos que no lograron llegar a acuerdo, comenzó una guerra
que afectó a casi todas las naciones europeas. En la historia se
le conoce como la Guerra de los Treinta Años. Rivalidades polí-
ticas y religiosas se vieron involucradas y estados de la misma fe
a veces estaban en bandos contrarios. Al final, en 1648, la gran
guerra terminó con la paz de Westfalia, que fijó los límites de los
estados católicos romanos y protestantes.
Podemos decir que la Reforma fue aquel movimiento his-
tórico usado por Dios para llevar de regreso a las Escrituras a
una iglesia que se había alejado de ellas, de Cristo y del verda-
dero evangelio. Este movimiento, si bien tenía el propósito de
reformar a la iglesia existente, terminó por generar un sector
reformado protestante dominado por el principio de volver a las
Escrituras, principio que levantó como estandarte las cinco solas
—que se verán a continuación— y proclamó al mundo que la
salvación siempre ha sido por gracia mediante la fe en Cristo.
Gracias a Dios por la Reforma protestante y por su le-
gado. Que el Señor en su gracia permita que Latinoamérica
tenga una Reforma que le lleve de vuelta a las Escrituras, de
vuelta a Cristo. ¡Amén!
24
PARTE 2
Sugel Michelén
28
Las cinco solas
29
Como la construcción de la Basílica de San Pedro requería
de una enorme cantidad de dinero, en los días de Lutero el papa
León X promulgó una gran venta de indulgencias. Y la persona
encargada de promover en Alemania este singular «negocio» fue
un astuto y persuasivo fraile dominico llamado Juan Tetzel, que
usaba su impresionante oratoria para capturar la mente de los
ignorantes prometiéndoles el perdón de todos sus pecados y la
liberación del purgatorio de sus familiares muertos. Tetzel decía:
30
Las cinco solas
31
Sagrada Escritura que he citado, estoy sometido a
mi conciencia y ligado a la Palabra de Dios. Por eso
no puedo ni quiero retractarme de nada, porque
hacer algo en contra de la conciencia no es seguro
ni saludable. ¡Dios me ayude, amén!
32
Las cinco solas
33
En tercer lugar, creer en sola Escritura es declarar que solo
la Biblia tiene autoridad suprema sobre la conciencia de los hom-
bres. Esto, por supuesto, se desprende de lo que hemos dicho
anteriormente. Si solo la Biblia es inspirada por Dios, y solo la
Biblia es infalible y sin error, entonces no puede existir ninguna
persona o institución que tenga sobre nosotros más autoridad
que las Escrituras. Es por eso que Lutero decía que al colocar
nuestra opinión a la par de la Biblia o por encima de ella, nos
estamos levantando por encima de Dios mismo. Y eso era pre-
cisamente lo que estaba ocurriendo durante la Edad Media. La
tradición, los concilios y las papas tenían en la práctica más au-
toridad que la Biblia misma.
Lamentablemente, es necesario decir que este no es un
problema exclusivo de la Iglesia Católica Romana. Aunque las
iglesias evangélicas dicen no creer en un papa infalible, en mu-
chos casos sus tradiciones están por encima de la Palabra de
Dios, y algunos pastores son cuasi papas en un sentido funcional.
Actúan de cara a la iglesia como si sus opiniones personales tu-
vieran la misma autoridad de la Biblia, o incluso una autoridad
mayor. Pero si bien es cierto que los pastores tienen autoridad,
porque Dios mismo se las dio, es una autoridad derivada que se
encuentra por debajo de la Biblia.
Los miembros de nuestra iglesia han escuchado de no-
sotros que si alguno de los pastores comenzamos a predicar
algo que sea contrario a las Escrituras, o que no se encuentre
en ella, y pretendemos amarrar sus conciencias a esas opinio-
nes personales, de ninguna manera deben permitir tal cosa.
Escuchen lo que Pablo escribe a los miembros de la iglesia en
Galacia: «Me maravillo de que tan pronto hayáis abandonado
34
Las cinco solas
35
de alcanzar a todo tipo de persona. Ella es lo suficientemente
clara en lo concerniente a aquellas verdades que son necesarias
para nuestra salvación».3
Eso no elimina la realidad de que en la Biblia haya algunas
cosas que sean difíciles de interpretar; pero esa dificultad se en-
cuentra en el lector, no en las Escrituras. En otras palabras, es
debido a nuestra ignorancia de la gramática, del vocabulario o
del contexto, que algunas cosas de la Biblia resultan difíciles de
entender para ciertas personas. Pero ninguna de ellas oscurecen
el significado de las doctrinas más importantes de las Escrituras,
y no hay ningún pasaje oscuro que no pueda ser interpretado
correctamente a la luz de aquellos que están claros.
En quinto lugar, aceptar el principio de sola Escritura
presupone también la completa suficiencia de la Palabra de
Dios. Es decir, que la Biblia dice todo lo que tiene que decir
para cumplir plenamente el propósito para el cual Dios la ins-
piró. La Biblia no es suficiente para enseñarle a un médico
como sanar a un paciente, o para enseñar a un ingeniero como
construir una casa. Pero como bien señala la Confesión de Fe
de Londres de 1689, «todo el consejo de Dios tocante a to-
das las cosas necesarias para su propia gloria, la salvación del
hombre, la fe y la vida, está expresamente expuesto o nece-
sariamente contenido en la Santa Escritura; a la cual nada…
ha de añadirse, ni por nueva revelación del Espíritu ni por las
tradiciones de los hombres».4
3 Citado por Steven Lawson en The Heroic Boldness of Martin Luther [La
audacia heroica de Martín Lutero] (Orlando, FL: Reformation Trust Pu-
blishing, 2013), 36.
4 Confesión de Fe de Londres de 1689, 1.6.
36
Las cinco solas
37
debe ser nuestra máxima autoridad, porque Dios es nuestra
máxima autoridad, y la Biblia es su Palabra.
Han pasado cinco siglos después de que los reformadores,
guiados por el Espíritu de Dios, hayan vuelto a poner en alto el
principio de sola Escritura. La pregunta que quisiera responder
ahora, antes de concluir, es ¿por qué debemos celebrar y atesorar
este principio en nuestra generación?
38
Las cinco solas
39
propio idioma; pero en vez de darlo por sentado, deberíamos
estar muy agradecidos a Dios por los hombres y mujeres que
dejaron un rastro de sangre por mantener en alto el principio
de sola Escritura, porque ese es un privilegio que muchos no
pudieron disfrutar por siglos.
El centro de los servicios de adoración durante la Edad Me-
dia era la participación de la eucaristía, no la predicación de la
Palabra. Es por eso que el altar para la celebración de la misa se
colocaba en el centro de las iglesias y el púlpito era puesto a un
lado. La predicación no era un medio para edificar al pueblo con
las Escrituras. De hecho, las breves homilías de los sacerdotes
eran dichas en latín, de modo que solo las personas instruidas
podían entenderlas. Pero cuando los reformadores volvieron a
colocar la Biblia en el lugar de preeminencia que le correspon-
de, también volvieron a colocar la predicación en el lugar que
le corresponde. Como bien señala Carl Trueman, ese desplaza-
miento físico del altar de la misa para colocar el púlpito en su
lugar, representa gráficamente el movimiento teológico desde
una adoración basada en los sacramentos a una adoración basa-
da en la Palabra.5
Lamentablemente, debemos reconocer que esa no es la rea-
lidad de muchas iglesias en el día de hoy. Hay muchas cosas que
han desplazado o sustituido la predicación de la Palabra, por-
que han dejado caer a tierra el principio de sola Escritura. Y es
importante resaltar que no son los líderes los únicos que deben
mantener en alto esa bandera, porque la iglesia no está compues-
5 Carl Trueman, Reformation: Yesterday, Today and Tomorrow [La Reforma: ayer,
hoy y mañana] (Fearn, Scotland: Christian Focus Publications, 2011), 72.
40
Las cinco solas
41
Sola fide:
«El justo por la fe vivirá»
Manuel Puerto
44
Las cinco solas
45
solo Dios puede salvar al hombre, la pregunta que surge es esta:
«¿cómo lo hace?». En las Escrituras está la respuesta.
Los primeros capítulos de la carta a los Romanos expo-
nen la verdadera condición del hombre pecador, declarando
en Romanos 3:23 que todos somos pecadores y, como tales,
no alcanzamos la gloria de Dios. Sin embargo, en Romanos
3:24-26 está la respuesta de Dios para salvar al pecador de las
consecuencias fatales del pecado. Pablo llama a esta acción de
Dios a favor del pecador «justificación». Justificar es declarar
a una persona inocente y sin culpa, legal y judicialmente (Ro.
3:24). Esta justificación es gratuita. Para ser declarados justos
y sin culpa por Dios, no tenemos que pagar absolutamente
nada, el perdón es gratuito. Somos «justificados gratuitamen-
te por su gracia» (Ro. 3:24).
Pero eso no significa que la salvación no tenga precio o que
no tenga costo alguno. La Biblia enseña que la justificación es
«por medio de la redención que es en Cristo Jesús» (Ro. 3:24).
El precio es alto, pero ya fue pagado por el Señor Jesús, él murió
por nosotros y pagó por nuestra redención. La palabra redención
viene del latín redimere y significa «rescatar o sacar de la esclavi-
tud al cautivo mediante un precio» (1 Co. 6:20; 7:23; Gá. 3:13;
4:5; Ef. 4:30; 1 P. 1:18; 2 P. 2:1; Ap. 5:9; 14:3). Cristo pagó el alto
precio de nuestro rescate.
Entonces, ¿qué tiene que hacer el hombre para ser salvo?
Solamente arrepentirse de su pecado y creer en Cristo como el
único que puede darle el perdón y la vida eterna. La salvación es
solo por medio de la fe. Esto está claramente afirmado en Efesios
2:8: «Porque por gracia habéis sido salvados por medio de la fe,
y esto no de vosotros, sino que es don de Dios» (cf. Jn. 3:16,18,
46
Las cinco solas
36; 5:24; 6:29; 6:47; Ro. 1:16, 17; 3:22; 10:10; 1 Jn. 5:10, 13).
El hombre no puede ser salvo aparte de lo que Dios dice, y él ha
dicho que el único medio para la salvación es la fe.
Es importante decir, también, que la fe como el único me-
dio de salvación no ha cambiado, todos los hombres a través de
todos los tiempos han sido salvos por medio de la fe. La Palabra
de Dios enseña que «el justo por su fe vivirá» (Hab. 2:4; Ro. 1:17;
cf. Gá. 3:11; He. 10:38). Adán, Noé, Enoc, Abraham, Isaac, Jacob,
Moisés, Rahab, David, Pablo, Pedro, el carcelero de Filipos, tú (si
has confiado en la obra de Jesús a tu favor) y yo, todos hemos
sido salvados por medio de la fe.
Esta fue una de las banderas teológicas que fue levantada
muy en alto por Martín Lutero y muchos otros reformadores.
Fue llamada «sola fide», esto implicaba decir que solo por medio
de la fe en el Señor Jesús el hombre puede encontrar la justifica-
ción. La Iglesia Católica Romana en el siglo XVI ofrecía perdón
al hombre a cambio de dinero, de buenas obras o de cumplir con
los ritos requeridos en su doctrina. En otras palabras, el hombre
podía pagar a Dios para que perdonara sus pecados y así comprar
la vida eterna. Esto era, y sigue siendo, una aberración espiritual,
bíblica y doctrinal con consecuencias catastróficas; por eso Lute-
ro declaró que la justificación solo por la fe es el principio sobre
el cual la iglesia está de pie, y sin el cual se cae. Esta doctrina
cardinal de la Reforma protestante fue vista como el campo de
batalla para nada menos que el propio evangelio. Lutero mismo
luchó de manera personal sosteniendo, antes de su conversión
a Cristo, la enseñanza de la Iglesia Católica Romana, hasta que
fue convencido y convertido con las palabras en Habacuc 2:4 y
Romanos 1:17.
47
En medio de tanta confusión doctrinal de nuestros días, la
verdadera iglesia de Jesús debe retomar hoy con mucha decisión
el postulado de la Reforma protestante «sola fide», y enseñar que
solo la fe en la persona y obra redentora del Hijo de Dios es el
único medio para que los pecados del hombre sean perdonados.
48
Las cinco solas
49
CONCLUSIÓN
A través de toda la historia de la iglesia han vivido muchos
hombres valientes, uno entre tantos fue Martin Lutero que au-
dazmente volvió a las Escrituras y levantó del polvo las doctrinas
claves del evangelio y una de esas doctrinas fue la justificación
solo por fe. Sigamos el legado que hemos recibido y prediquemos
el evangelio sin adulteraciones.
dle, the Cross, and the Crown (Nashville, Tennessee: B&H Publishing Group,
2009), pos. 8801 de 25730.
50
Sola gratia:
«la jactancia queda excluida»
Joselo Mercado
52
Las cinco solas
3 Peter T. O’Brien, The letter to the Ephesians [La carta a los Efesios] (Grand
Rapids, MI: W.B. Eerdmans Publishing, 1999), 158.
53
Finalmente vemos que Dios completa su labor de redención
solo por gracia:
54
Las cinco solas
55
que necesitamos de un salvador nos ayuda a apreciar la salvación
por gracia. Recordemos que Isaías, en el momento que tiene esta
visión, era probablemente el hombre más santo sobre el plane-
ta. Pero al ver la santidad de Dios quedó como muerto. Aquellos
que continuamente meditan en la santidad de Dios, cultivarán
un sentido de asombro ante la gracia de Dios, ya que ven que no
merecen la salvación que han recibido.
Mi anhelo es que al considerar el principio de sola gracia
podamos rescatar el asombro ante la bondad de Dios que todo
creyente debe cultivar diariamente, aquel que sale de las Es-
crituras. Cuando creemos que somos salvos solo por gracia y
abrazamos esta verdad, tenemos una perspectiva que inunda
toda nuestra vida con gozo, humildad y agradecimiento.
56
Las cinco solas
CONCLUSIÓN
El objetivo de la salvación por gracia es la gloria de Dios. Dios
salva a pecadores por gracia, los transforma por gracia, para
que tú y yo apuntemos al dador de esta gracia. Los 500 años de
la Reforma, las cinco solas, los cinco puntos, se fundamentan
en y apuntan a una cosa: la gloria de Dios. Que nunca nuestro
crecimiento en conocimiento nos haga olvidar el corazón del
evangelio, fue por gracia. Vivamos asombrados, no perdamos
el sentido de ver la gloria de Dios por medio de su salvación
por nosotros. Fue por gracia, solo gracia.
57
Solus Christus:
«No hay otro nombre»
Greg Travis
60
Las cinco solas
2 Stephen J. Nichols, Martin Luther: A Guided Tour of his Life and Thought
[Martín Lutero: un recorrido guiado de su vida y pensamiento] (Phillipsburg:
P&R Publishing, 2002).
61
La razón por la cual los reformadores pelearon tan ince-
santemente por solus Christus fue porque nuestra propia
salvación descansa en la persona de Cristo y su obra
culminada. La Escritura presenta a Jesucristo como el
único mediador entre un Dios Santo y el hombre peca-
dor (1 Ti. 2:5). Dios salva a pecadores solus Christus. Ese
es el meollo del asunto.3
3 Rod Rosenbladt, Christ Alone [Solo Cristo] (Irvine: NRP Books, 2015).
4 R. C. Sproul, Are we Together? A Protestant Analyzes Roman Catholicism
[¿Estamos juntos en verdad? Un protestante analiza el catolicismo romano]
(Orlando, FL: Reformation Trust Publishing, 2012).
62
Las cinco solas
mente qué significa eso, cuáles son las implicaciones y cómo nos
apropiamos de los beneficios de su obra es que vemos las grandes
diferencias. Entonces, solus Christus tiene que ver con la perso-
na y la obra de Cristo, pero también con las implicaciones de su
vida, muerte y resurrección.
Podríamos considerar muchos textos bíblicos que tratan la
exclusividad de Cristo en la salvación, pero quisiera enfocarme
en uno en particular. A continuación, expongo este texto como
texto central para entender más esta doctrina crucial para el
tiempo de Lutero y también para nuestros días.
El texto bíblico es 1 Timoteo 2:5-6:5 «Porque hay un solo
Dios, y también un solo mediador entre Dios y los hombres, Cris-
to Jesús hombre, quien se dio a sí mismo en rescate por todos,
testimonio dado a su debido tiempo».
El contexto de esta frase es la exhortación de Pablo a orar por
personas en autoridad y por todos los hombres. «Dios nuestro Sal-
vador... quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al pleno
conocimiento de la verdad» (1 Ti. 2:4). El contexto de este pasaje es
un contexto de oración, pero el contenido de esa oración apunta ha-
cia la salvación y la expansión del evangelio a «todos los hombres».
63
del evangelio: el evangelio es solamente para un grupo exclusi-
vo de personas. Pablo enfatiza la universalidad del mensaje del
evangelio, es decir, el evangelio es para todos. A través de la Es-
critura vemos esto: debemos predicar el evangelio a toda criatura
(Mr. 16:15), Cristo invita a todos los sedientos a venir a él (Jn.
7:37), todos están invitados a venir a las aguas, los que no tienen
dinero están invitados a venir, comprar y comer sin dinero y sin
costo alguno (Is. 55:1), el que tiene sed, venga, el que desea, que
tome gratuitamente del agua de vida (Ap. 21:6) y quien viene a
Cristo él no le echa fuera (Jn. 6:37).
Pablo afirma esta verdad usando la palabra «todos» en re-
petidas ocasiones en 1 Timoteo 2:1-7: «Por todos los hombres...
por todos los que están en autoridad... el cual quiere que todos
los hombres sean salvos... Cristo Jesús hombre quien se dio en
rescate por todos» (énfasis añadido).
Ahora bien, ¿cómo encaja lo que Pablo está declarando aquí
con la doctrina de la elección incondicional que Pablo enseña
en otros pasajes como Efesios 1 y Romanos 9? La realidad de
que Dios nos ha elegido para salvación antes de la fundación del
mundo y la razón de su elección no tiene nada que ver con algo
en nosotros. ¿Cómo explicamos esta verdad con lo que Pablo está
enseñando en su carta a Timoteo?
Se ha explicado que Pablo está enfatizando el deseo de
Dios de que todos sean salvos pero que Dios no decreta todo lo
que él desea. Por ejemplo, Dios no decreta que nosotros hoy no
pequemos durante todo el día a pesar de que lo desea. Pero pro-
bablemente una mejor explicación sea que la palabra «todos» en
el pasaje no se refiere a «todos sin excepción», sino a «todos sin
distinción». Dios quiere la salvación de todo tipo de personas
64
Las cinco solas
65
fuego y pretender que el papel no se consuma. ¡Imposible! Pero
las buenas noticias del evangelio son estas: nosotros podemos
acercarnos al único Dios porque hay un mediador. No muchos
mediadores sino uno.
66
Las cinco solas
67
Cristo y no hacia él. Los conduce hacia el único mediador: Jesús,
el único que puede salvarlos de la pena y del poder de pecado.
Hay un solo mediador. Esta enseñanza bíblica confronta el
pensamiento popular que enseña que distintas religiones pue-
den, de la misma manera, llevarnos a Dios (pluralismo). Esto fue
afirmado recientemente en un video que se encuentra en el In-
ternet, en el cual el Papa Francisco promueve «un diálogo entre
las religiones». En él se escuchan frases como «confío en Buda»,
«creo en Dios», «creo en Jesucristo», y «creo en Dios, Alá». El Papa
afirma erróneamente que «en esta multitud, en este abanico de
religiones, hay una sola certeza que tenemos para todos: todos
somos hijos de Dios». La Biblia nos dice con claridad que esa ense-
ñanza es falsa, un engaño. Hay un solo mediador. Solus Christus.
Esto fue lo que los reformadores predicaron y enseñaron. Y esto
es lo que nosotros debemos predicar y enseñar.
68
Las cinco solas
69
solo le permitía cuatro. Buda abandonó a su esposa y
a su hijo para dedicarse a la vida contemplativa ense-
ñando que el hombre tenía que liberarse de sus deseos
egoístas, mientras él abandonó a su esposa e hijo de ma-
nera egoísta.6
70
Las cinco solas
CONCLUSIÓN
Solus Christus significa, entonces, que hay un solo Dios y un solo
mediador, Jesucristo el Dios Hombre, quien se entregó para sal-
var a todos los que vienen a él. Cristo mismo afirmó esto: «Yo
soy el camino, y la verdad y la vida. Nadie viene al Padre sino por
mí» (Jn. 14:6). Esto es una declaración radical. Es como si Jesús
dijera: «si quieres venir al Padre tiene que ser por mí y solamente
por mí». Si quieres venir al verdadero Dios tiene que ser a través
de Cristo, solo Cristo.
Ven a Cristo para tu salvación. Ven a él para tu justifica-
ción, para tu santificación, para tener vida. Solus Christus. Solo
Cristo nos salva.
71
Soli Deo gloria:
«todo es de él,
por él y para él»
Salvador Gómez-Dickson
74
Las cinco solas
75
Dios… A esta gloria no se le puede añadir nada, porque
es infinita; y es aquello con lo que Dios se muestra más
cuidadoso y de lo que no se desprenderá jamás.2
76
Las cinco solas
EFESIOS 1
El primero es Efesios 1. Aquí tenemos uno de los textos más glo-
riosos con respecto a la salvación. En el mismo, el apóstol Pablo
hace una especie de desglose con respecto al papel de cada una
de las personas de la Trinidad. Nos enseña que Dios el Padre:
«Nos ha bendecido con toda bendición espiritual en los lugares
celestiales en Cristo» (v. 3), «nos escogió antes de la fundación
del mundo» (v. 4) y «nos predestinó para adopción como hijos
para sí mediante Jesucristo» (v. 5). El v. 6 entonces nos explica
por qué hizo lo que hizo: «para alabanza de la gloria de su gracia
que gratuitamente ha impartido sobre nosotros en el Amado».
Honor a quien honor merece. Por el maravilloso plan de
salvación y el maravilloso amor eterno con el que hemos sido
amados desde antes de la fundación del mundo, soli Deo gloria.
Por la elección y predestinación de la que hemos sido objetos, soli
Deo gloria. Por haber sido adoptados por él y haber sido hechos
sus hijos sin merecerlo, soli Deo gloria. ¿A quién más hemos de
atribuir ese honor? Todo trofeo y placa de reconocimiento, toda
acción de gracias, es para el Señor.
Luego, Pablo nos habla del rol de Dios el Hijo. Nos dice que
todo lo realizado por el Padre fue hecho en base al mérito del Hijo.
Por eso habla de que recibimos toda bendición «en Cristo», que
nos escogió «en Cristo» y que nos adoptó «mediante Jesucristo».
Sin Cristo no hay nada. Pero ahora nos dice de manera explícita
77
en el v. 7 que «en él tenemos redención mediante su sangre, el
perdón de nuestros pecados según las riquezas de su gracia».
Honor a quien honor merece. Por el hecho de que alguien
perfecto estuvo dispuesto a ocupar nuestro lugar en la cruz del
Calvario y poner en nuestra cuenta su justicia, soli Deo gloria. ¿A
quién más daremos honor por ello? No podemos decir que lo
compramos—el precio fue su sangre (1 P. 1:18-19; Hch. 20:28).
No podemos decir que lo merecemos. Entonces, ¿cuál es el pro-
pósito o la intención de que la salvación sea de esta manera? La
respuesta está en el v. 12: «a fin de que nosotros, que fuimos
los primeros en esperar en Cristo, seamos para alabanza de su
gloria».
Pero nos falta ver algo más en Efesios 1. Los versículos 13
y 14 nos hablan de la tercera Persona de la Trinidad, Dios el
Espíritu Santo. «En él también vosotros, después de escuchar
el mensaje de la verdad, el evangelio de vuestra salvación, y ha-
biendo creído, fuisteis sellados en él con el Espíritu Santo de la
promesa, que nos es dado como garantía de nuestra herencia,
con miras a la redención de la posesión adquirida de Dios, para
alabanza de su gloria».
Pablo nos habla del sello del Espíritu, la marca que mues-
tra y garantiza que somos posesión de Dios. El Espíritu hace la
función de garantía de que recibiremos la herencia prometida.
La plenitud de la salvación todavía es algo futuro. Pero el Espí-
ritu es el pago inicial que garantiza que la entrega de la herencia
será total.
En realidad, el Espíritu hace mucho más por nosotros
que lo declarado en Efesios 1. Él es quien nos hace renacer o
nacer de nuevo (Jn. 3). Él es quien obra en nosotros el con-
78
Las cinco solas
ROMANOS 11:33-36
Pero hay un segundo texto que no debemos ignorar, y se trata
de Romanos 11:33-36: «¡Oh, profundidad de las riquezas y de la
sabiduría y del conocimiento de Dios! ¡Cuán insondables son sus
79
juicios e inescrutables sus caminos! Pues, ¿quien ha conocido la
mente del Señor?, ¿o quien llego a ser su consejero?, ¿o quien
le ha dado a él primero para que se le tenga que recompensar?
Porque de él, por él y para él son todas las cosas. A él sea la gloria
para siempre. Amén».
Estudiar Romanos es como subir el Everest bíblico, y com-
prender su mensaje es quedar asombrado con la vista que nos
brinda. Es una carta en que la doctrina de la salvación es expli-
cada de manera muy detallada y organizada. Al mostrarnos la
gran culpabilidad del hombre, Pablo nos hace descender a los
infiernos, y luego nos eleva al tercer cielo cuando nos describe
la certeza de la seguridad que tenemos en Cristo. No hay justo
ni aun uno, pero somos más que vencedores por medio de aquel
que nos amó.
La expresión «Oh» es una forma que Pablo utiliza para de-
cir que se ha quedado sin palabras para describir la salvación.
El apóstol intenta describir lo indescriptible. Habla de una pro-
fundidad insondable y de una riqueza imposible de cuantificar.
La salvación no se trata de nosotros. Con respecto a la salvación
no es suficiente decir «a Dios sea la gloria». Lo correcto es decir
soli Deo gloria—solamente a Dios, únicamente a Dios, sea la gloria.
«Porque por gracia habéis sido salvados por medio de la fe, y esto
no de vosotros, sino que es don de Dios; no por obras, para que
nadie se gloríe» (Ef. 2:8-9).
80
Las cinco solas
81
familia, amistades, trabajo, iglesia, pasatiempos, vacaciones,
comidas… en todo.
«No a nosotros, Señor, no a nosotros, sino a tu nombre
da gloria, por tu misericordia, por tu verdad» (Sal. 115:1).
82
PARTE 3
Perfiles de la Reforma
Martín Lutero:
castillo fuerte es nuestro Dios
Josué D. Rodríguez
2 Steven Lawson The Heroic Boldness of Martin Luther [La valentía heróica de
Martín Lutero] (Orlando, FL: Reformation Trust Publishing, 2013).
86
Perfiles de la Reforma
87
por la ley del decálogo, sin que Dios agregue dolor al
dolor por el evangelio y también por el evangelio que
nos amenaza con su justicia e ira». Por tal razón tenía
rabia.3
3 Martín Lutero, Luther’s works, vol. 34: Career of the Reformer IV [Las obras
de Lutero, vol. 34: La carrera del reformador IV], ed. Jaroslav Jan Pelikan,
Hilton C. Oswald y Helmut T. Lehmann (Philadelphia: Fortress Press,
1999), 336-337.
88
Perfiles de la Reforma
89
Fue este entendimiento de Romanos 1:17 que encendió
la chispa de la Reforma. En su libro 131 Christians Everyone
Should Know [131 cristianos que todos deben conocer] Galli y Olsen
escriben:
7 Mark Galli y Ted Olsen, 131 Christians everyone should know [131 cristia-
nos que todos deben conocer] (Nashville, TN: Broadman & Holman Publish-
ers, 2000), 35.
90
Perfiles de la Reforma
91
Juan Calvino:
el teólogo de la Reforma
Nathan Díaz
SU DISPOSICIÓN A SEGUIR
EL LLAMADO DEL SEÑOR
Juan Calvino nació el 10 de julio de 1509 en Noyon, Francia. A
los catorce años fue enviado a estudiar teología a la universidad
de París por su padre. Cinco años después, cuando su padre tuvo
problemas con la iglesia católica, fue enviado a estudiar leyes en
Orleans y Borges. Su padre falleció en mayo de 1531, y Calvino
finalmente regresó a estudiar a la universidad de París y volvió a
estudiar literatura clásica y teología. Aunque él no lo sabía en el
momento, Dios estaba guiando las circunstancias de su vida para
llevarlo a donde quería tenerlo.
En los siguientes años Calvino fue expuesto a la teología
y al movimiento de Lutero que ya estaba creciendo y espar-
ciéndose en toda Europa. En noviembre de 1533, su amigo
cercano Nicolás Cop, dio un mensaje en la universidad de
París con la influencia de las doctrinas de Lutero y causó el
enojo y la persecución de las autoridades. Ambos tuvieron
que huir de la ciudad.
Después de pasar un tiempo en Basilea, Suiza entre 1534
y 1536 decidió irse a vivir permanente a Estrasburgo para conti-
nuar su vida de estudios en tranquilidad. Sin embargo, debido a
la guerra entre Francisco I (rey de Francia) y Carlos V (el empe-
rador romano), tuvo que tomar una ruta indirecta que lo obligó a
pasar una noche en Ginebra. Esta desviación le permitió conocer
a Guillermo Farel, quien había estado dirigiendo la influencia de
la Reforma protestante en esta ciudad los últimos diez años.
94
Perfiles de la Reforma
95
cristología que establece se ha convertido en la mejor guía para
la teología sistemática. Su deseo al escribir no era el obtener po-
pularidad sino ayudar de una manera real al creciente número
de cristianos protestantes en Francia que estaban enfrentando
persecución en su fe. John Piper afirma:
2 John Piper, John Calvin and His passion for the majesty of God [Juan
Calvino y su pasión por la majestad de Dios] (Wheaton, IL: Crossway Books,
2008), 30.
96
Perfiles de la Reforma
SU CONVICCIÓN DE PREDICAR
EXPOSITIVAMENTE
Otro de los legados invaluables que nos dejó todo el avivamiento
de la Reforma, fue el retorno de la predicación expositiva como
fundamento de las reuniones públicas de la iglesia. El catolicismo
romano había intercambiado el estudio de la Biblia por la liturgia
y las tradiciones y la gran influencia de todos los reformadores
tuvo simplemente que ver con regresar a un estudio exhaustivo
y apasionado de la Biblia, libro por libro.
3 Phillip R. Johnson, “The Writer For the People of God” [«El escritor para
el pueblo de Dios»] en John Calvin: A Heart for Devotion, Doctrine, and Dox-
ology [Juan Calvino: un corazón apasionado por la devoción, la doctrina y la
doxología] (Orlando, FL: Reformation Trust Publishing, 2008), 96-97.
97
Durante su tiempo de pastoreo en la iglesia de San Pedro
en Ginebra, Calvino desarrolló un ministerio de predicación ex-
positiva que modeló no solo la forma, sino el resultado de cómo
estudiar y enseñar la Biblia, sin importar el nivel de educación
ni el trasfondo cultural de la congregación. Durante sus años en
Ginebra entre 1536 hasta 1564 cuando murió, predicó 123 ser-
mones sobre Génesis, 201 sobre Deuteronomio, 159 de Job, 353
de Isaías, 189 de Hechos, 110 de 1 Corintios y una armonía de
los evangelios de 65 sermones, solo por nombrar algunos.
Calvino creía que la Palabra de Dios es una lámpara que se
le había quitado a las iglesias. Sus sermones fueron consistentes
en la iglesia de San Pedro los domingos sobre un libro del Nuevo
Testamento en la mañana, otro en la tarde (o de los Salmos), y
sobre libros del Antiguo Testamento entre semana, a excepción
de los tres años en que se fue a Estrasburgo después de ser expul-
sado por las autoridades civiles por desacuerdos sobre la Santa
Cena entre 1538 y 1541. Cuando lo volvieron a llamar, regresó
a predicar en San Pedro justo donde se había quedado tres años
antes.
Calvino era conocido en toda la ciudad como un predicador
de la Palabra que lo hacía con increíble sencillez y claridad. De él
aprendemos que la mejor predicación de la Palabra es profun-
da, pero clara, exhaustiva y comprensiva. Su predicación trajo
un cambio a Ginebra que llevó a Juan Knox a describir la ciudad
como lo más cercano al cielo que había visto.
98
Perfiles de la Reforma
SU CORAZÓN PASTORAL
La principal amenaza que enfrentó Calvino fue de carácter doc-
trinal y moral por la oposición de los libertinos (la clase alta y
privilegiada de Ginebra), quienes consideraban la libertad cris-
tiana y la comunión de los Santos como pretexto para vivir vidas
de promiscuidad sexual y borracheras. La convicción de Calvino
sobre el valor de la Santa Cena lo llevó a excomulgar a varios li-
bertinos y a proteger el testimonio y la santidad de los miembros
de la iglesia.
Su constante denuncia contra las herejías y los errores
doctrinales del papa y de la iglesia Católica fortalecieron la fe de
nuevas generaciones que estaban siendo ahora transformadas
por el avivamiento de la Reforma protestante.
Con todo lo anterior, se debe notar que no todo en la vida
de Calvino fue un ejemplo a seguir. Su participación en la senten-
cia de ejecución de Miguel Serveto en 1553 por negar la doctrina
de la trinidad es una mancha que muchos han usado para des-
acreditar a Calvino por completo. Sin embargo es importante
99
señalar que aunque bíblicamente la convicción de la doctrina no
se impone por la fuerza sino por la transformación del corazón
con el poder de la Palabra, Calvino formó parte y creció en un
sistema y una sociedad barbárica que, junto con la inquisición
romana, acostumbraba a dar la pena de muerte a herejes que se
oponían a la trinidad o a la encarnación.
Calvino trató de persuadir a Serveto de retractarse de su
error por horas durante y después de su juicio y pidió que se
le diera una sentencia más digna en decapitarlo en lugar de
quemarlo aunque su petición fue negada. La sentencia de pena
capital de Serveto no fue aprobada solo por Calvino, sino por el
Concejo de Ginebra de 25 miembros, así como de otros reforma-
dores como Bucer y Melanchthon.
CONCLUSIÓN
A la luz de 1 Tesalonicenses 5:12-13, reconozcamos a los que con
diligencia trabajaron entre nosotros y nos dirigieron en el Señor
y nos instruyeron, teniéndolos en alta estima con amor por cau-
sa de su trabajo.
Juan Calvino fue un hombre que entendió su condición
de pecado y la necesidad del arrepentimiento, así como la
gracia de Dios, su soberanía en la elección incondicional y el
propósito de todas las cosas: la gloria de Dios. Él demostró
esas convicciones al seguir el llamado de Dios, escribir con
profundidad, predicar con pasión, soportar la aflicción y amar
a la gente.
100
Juan Knox:
«Dame Escocia o me muero»
Gerson Morey
Juan Knox fue un predicador escocés del siglo XVI. Knox es con-
siderado el líder más influyente de la Reforma protestante en
Escocia. Nacido en una granja en Haddington, un pueblo al sur
1 Douglas Bond, The Mighty Weakness of John Knox [La ponderosa debilidad
de Juan Knox] (Orlando, FL: Reformation Trust Publishing, 2011), pos. 59
de 1325.
de Edinburgh, a principios de los 1500, (la fecha exacta de su
nacimiento se estima entre los años 1503 y 1515). A pesar de
que provenía de una familia de escasos recursos, Knox recibió
una buena educación, forjada por su padre quien invirtió mucho
dinero para ese fin.
La fecha de su conversión es desconocida. Él siempre tuvo
una fascinación por la historia de la iglesia. Quizá esto, aunado
su comprensión de las Escrituras, lo llevaron a concluir que la
realidad de la iglesia de su tiempo distaba mucho del modelo bí-
blico que Dios mismo tiene para su pueblo. Esa fue la semilla que
lo llevó a preocuparse por la condición espiritual de la iglesia y
que más tarde dio fruto en su obra reformadora.
Sin embargo, su vocación protestante se debe también a la
influencia de muchos otros hombres que dejaron un profundo
impacto en él. Uno de ellos fue Jorge Wishart, un predicador es-
cocés de quien se hizo muy cercano. En este sentido debemos
decir que Knox fue un discípulo de Wishart. Cuando Jorge fue
ahorcado y su cuerpo quemado bajo las órdenes del cardenal Bea-
ton, Knox fue hecho líder de la ciudad de Saint Andrews, que en
Escocia era como el cuartel general de los protestantes.
Cuando los franceses tomaron la ciudad a fines del 1548,
Knox fue hecho esclavo y llevado a una galera francesa.2 En esta
embarcación pasó 19 meses, que dadas las condiciones, las incle-
mencias del tiempo y las enfermedades de los esclavos, era como
una sentencia de muerte. Eso resultó, para Knox, en una terrible
experiencia que lo marcó para toda la vida y que lo dejó con su
salud muy quebrantada.
102
Perfiles de la Reforma
SU VIDA EN GINEBRA
Fue en este tiempo que llegó a Ginebra (1154) y pudo conocer
a Calvino y estudiar bajo la enseñanza del reformador francés.
Knox vivió como refugiado en Ginebra por casi 5 años, y pare-
ce esta fue una de las mejores etapas de su vida. Sorprendido y
cautivado al ver cómo la causa de la Reforma había influenciado
y transformado Ginebra, dijo de la ciudad años después con ad-
miración: «Es la más perfecta escuela de Cristo desde los días de
los apóstoles. En otros lugares se predica de Cristo, pero aquí, la
Reforma afectó también la práctica».5
3 Juan Knox, The First Blast of the Trumpet Against the Monstrous Regi-
ment of Women (1558).
4 W. Stanford Reid, Trumpeter of God: A Biography of John Knox [Trompetero
de Dios: una biografía de Juan Knox] (Grand Rapids, MI: Baker Publishing
Group, 1982).
5 Citado en parte por Steve Lawson en John Knox: Fearless Faith [Juan
Knox: fe sin miedo] (Fearn, Scotland: Christian Focus Publications, 2014),
pos. 606 de 1742.
103
Fue durante su estadía en Ginebra que escribió el libro
antes mencionado. Calvino nunca estuvo de acuerdo con la pu-
blicación de ese escrito y hasta trató de persuadirlo para que no
lo publicara.
Es importante notar que estando en Ginebra, Knox fue
convencido por Calvino para ir a Fráncfort para ser pastor de la
iglesia de ingleses refugiados en esa ciudad. Su estadía allá no fue
larga y luego de ser expulsado regresó a Ginebra.
Ya en el tiempo en que Isabel I (hermana de María la San-
guinaria) reinaba en Inglaterra, Knox le escribió una carta para
retractarse de esta publicación. Fue durante este reinado, (y lue-
go de haber sido expulsado de su pastorado en Fráncfort) que la
reina le permitió volver a Escocia. Fue allí donde inició su labor
reformadora. Sin duda, la llegada de Isabel al trono favoreció a
Knox en su afán reformador.
SU LABOR EN ESCOCIA
Knox permaneció en Escocia desde 1559 hasta que falleció en
el año 1572. Aquí trabajó para que Escocia fuera protestante.
Fue durante estos años que su labor reformadora no tuvo mu-
chos impedimentos y dio los frutos que han perdurado. En un
sentido, él quería ver en su país lo que había visto en Ginebra.
Anhelaba que la Reforma produjera los efectos dentro y fuera de
la iglesia que había visto en Ginebra. «Dame Escocia o me mue-
ro» era su memorable súplica a Dios por su nación.
Knox fue un gran reformador. Su anhelo por reformar
la iglesia fue el motor que lo impulsó. Abolió el uso la hostia,6
104
Perfiles de la Reforma
7 Esta es la obra del pintor Sir David Wilkie que muestra a Knox predicando
ante los hombres del congreso escocés.
105
Suele hacerse referencia al efecto que producían sus prédicas
en María, Reina de los Escoceses: era capaz de hacerla llorar, no de
convicción sino de rabia.8 María tenía fama de ser una mujer de mu-
chos hombres, y Knox la confrontaba desde su predicación por su
estilo de vida licencioso. El reformador escocés era un hombre que
prefería ofender a los hombres antes que ofender a Dios.
Knox fue también un escritor. Aunque su mayor legado no
fue el literario, debemos decir que Knox también era un prolífico
escritor. El libro contra el reinado de las mujeres (que mencio-
namos anteriormente) no fue su único aporte literario. Escribió
también una confesión de fe, el libro de orden de culto y, junto a
otros 5 teólogos,9 redactaron El primer libro de disciplina (1560).
Este libro sería como el manual de orden dentro de la iglesia,
del gobierno eclesiástico, del manejo de dinero, de la educación
gratuita y de la ayuda para los pobres. Fue un documento muy
usado en la Iglesia de Escocia por muchos años. Estos escritos
influyeron y contribuyeron a transmitir el protestantismo en
Escocia con un sabor presbiteriano. Esta influencia también cru-
zó al otro lado del Atlántico, al continente americano. Además,
Knox también escribió The History of the Reformation in Scotland
[La historia de la Reforma en Escocia].
SU LEGADO
Knox fue un hombre de profundas convicciones y un hombre de
oración. Por estas razones, se le ha considerado como el padre
106
Perfiles de la Reforma
10
Llamado así por Martyn Lloyd-Jones en su libro Los puritanos.
107
William Tyndale:
la Biblia para el pueblo
Jacobis Aldana
1 David Teems, Tyndale: The Man Who Gave God an English Voice [Tynda-
le: el hombre que le dio a Dios una voz en inglés] (Nashville, TN: Thomas
Nelson, 2012), pos. 219 de 6091.
Cuando pensamos en la vida de algunos reformadores ve-
mos la manera en que Dios estaba trabajando en un despertar
en el mundo de la época con hombres en forma individual, pero
al mismo tiempo como parte de una orquesta que celebraría con
cánticos el resplandor de la luz en medio de las tinieblas.
Uno de esos hombres es William Tyndale, quien sería fun-
damental para la Reforma en Inglaterra y cuyo trabajo fue de
gran influencia en lo que a traducción de la biblia a idiomas ver-
náculos se refiere.
SU VIDA E INICIOS
William Tyndale nació al oeste de Inglaterra, en el área rural
de Gloucestershire en algún momento de 1494. La familia de
Tyndale se había dedicado a la agricultura, pero con los suficien-
tes medios económicos para enviar a William a la universidad
de Oxford. Desde 1506, a los doce años, estuvo en el campus
hasta 1515, de donde saldría habiendo adquirido conocimien-
tos en diversas disciplinas y una maestría, pero destacándose en
gramática y lenguas. Durante este periodo, Tyndale ya había co-
menzado su carrera sacerdotal hasta lograr ser ordenado.
INFLUENCIA REFORMADA
Después de salir de Oxford y con unos 30 años, Tyndale em-
prendió camino a Cambridge donde también adelantó estudios
especialmente de teología. Para el final de sus estudios, los libros
y escritos de Martín Lutero ya habían comenzado a circular por
gran parte de Europa, e Inglaterra no había sido la excepción.
El recién nacido pensamiento reformador resultaba fas-
cinante para el círculo académico de Cambridge el cual solía
110
Perfiles de la Reforma
111
tro Tyndale, al oír esto, lleno de celo piadoso y
no soportando estas palabras blasfemas, replicó:
«Yo desafío al papa y todas sus leyes». Y añadió que,
si Dios le concedía vida, antes de muchos años haría
que un chico que trabajara detrás del arado conocie-
ra más de las Escrituras que él.2
EL PLAN EN MARCHA
Las posiciones teológicas de William Tyndale empezaron a des-
pertar reacciones hostiles de parte del clero. Así que, convencido
de la imposibilidad de progresar en su plan ya hecho un proyec-
to personal, en 1523 se encaminó a Londres en busca de ayuda,
la cual vendría por parte de Cuthbert Tunstall, obispo de Lon-
dres, quién se mostraba abierto a las posiciones reformadas y
al proyecto de traducción. Sin embargo, Tunstall mostró cierta
resistencia no queriendo comprometer su estatus con la iglesia
de Roma y resguardarse de las implicaciones políticas que había
traído consigo el movimiento en Alemania.
Rechazado por el obispo, acudió a Humphrey Mummuth,
magistrado de Londres, por ayuda. Éste lo recibió con hospita-
lidad y estuvo en su casa durante un año. Según John Fox, esto
dijo Mummuth de la estadía Tyndale en su casa:
2 John Fox, El libro de los mártires (Barcelona, España. Editorial Clie, 1991).
112
Perfiles de la Reforma
EL PLAN CONSUMADO
Después de tener gran parte del Nuevo Testamento terminado,
Tyndale viajó a Colonia, donde consiguió a un impresor, Pe-
ter Quentell. Sin embargo, las noticas de que una Biblia en un
idioma distinto al oficial estaba en proceso de publicación, hizo
sonar las alarmas y la persecución comenzó. Tyndale tuvo que
huir con las placas en la mano ante la férrea persecución que ape-
nas se hacía oficial.
3 Ibid., 141.
113
Siendo un proscrito, consiguió un nuevo impresor, Peter
Schöffer, y en 1526 se imprimieron los primeros seis mil ejem-
plares en un inglés común y popular. A partir de ese momento
la tarea era de distribución. Se empezaron a enviar ejemplares a
Inglaterra de diversas formas, entre barriles, mercancía, envuel-
tas en mantas y en costales de comida. Pronto en las calles de
ciudades importantes del reino inglés la palabra de Dios estaba
siendo leída con entusiasmo.
Pero, tal como era de esperarse, la persecución organizada
por la clase religiosa fue cada vez más intensa. Los obispos de
Canterbury y Londres emitieron decretos de prohibición de com-
pra, venta y uso, so pena de delito grave.
LA CAPTURA
Las copias del Nuevo testamento en circulación aumentaban en
número. Los infructuosos intentos del clero por detener la obra
solo hacían que esta se extendiera aún más, hasta el punto de
que Tyndale pudo concretar la traducción del Pentateuco y otros
libros del Antiguo Testamento.
En 1534 se mudó a los Países Bajos, a la ciudad de Am-
beres, como protegido de Thomas Poyntz, un importante y
rico inglés que mantenía una casa de mercaderes. Uno de ellos
era Henry Philips, un hombre que no gozaba de la confian-
za de Poyntz porque había aparecido sospechosamente y su
apariencia era demasiado sugerente, como la de un caballero
que fingía ser comerciante. Sin embargo, Tyndale se entregó
en plena confianza a Philips, tanto que solían cenar juntos y
compartir los planes y proyectos asociados con la distribución
y traducción de la Biblia.
114
Perfiles de la Reforma
115
leída. Debemos procurar con todas nuestras fuerzas que la
Palabra de Dios corra y sea glorificada. Dios reveló toda su ver-
dad en un libro y debemos poner si fuere posible nuestra vida
para que ese libro nunca deje de ser leído. La pasión por Dios
es inevitablemente una consecuencia de la pasión desbordada
por su gloriosa Palabra.
Ulrico Zwinglio:
«Volvamos a las fuentes»
Luis Soto
118
Perfiles de la Reforma
119
la Reforma en Zúrich tendió a quitar los símbolos más
tradicionales de la iglesia romana: velas, estatuas, mú-
sica e imágenes. Después, en Inglaterra, los hombres
llamaron este espíritu «puritanismo».5
120
Perfiles de la Reforma
121
Otro de los grandes legados de Zwinglio fue haber tradu-
cido la Biblia en forma conjunta con Leo Jud. Esta versión se
conoce hoy día como «La Biblia de Zúrich».
122
Perfiles de la Reforma
MUERTE DE ZWINGLIO
Hubo una guerra en Suiza entre los cantones católicos y los
protestantes. Los católicos atacaron a Zúrich en el año 1531,
y Zwinglio murió en la batalla a la edad de 47 años. Se dice
que al morir gritó: «Ustedes pueden matar mi cuerpo, pero no
pueden matar mi alma». Sin embargo, los conflictos dejaron el
cantón de Ginebra bastante independiente abriendo el cami-
no para que, cinco años después de la muerte de Zwinglio, un
joven francés de casi 27 años llegara a Suiza y llevara la Refor-
ma más allá de lo que probablemente el mismo Zwinglio pudo
soñar. Este Joven fue Juan Calvino. Zwinglio nos ha dejado
un gran legado a imitar por medio de su entrega, dedicación
y consagración a la causa de rescatar la pureza del evangelio y
volver a la Palabra de Dios como la única norma de autoridad,
fe y conducta.
123
Heinrich Bullinger:
el reformador olvidado
Iván Reyes
SU FORMACIÓN
Bullinger nació en la ciudad de Bremgarten, cantón suizo de
Argovia, el día 4 de julio de 1504, siendo hijo del sacerdote del
pueblo. Luego de cursar sus estudios básicos fue enviado a la uni-
versidad de Colonia, sede de la oposición a la Reforma, al punto
que sería la única que se mantuvo firme en la condena a los escri-
tos de Lutero en 1519.
Desde muy temprano se interesó por estudiar a los padres
de la iglesia, especialmente a Crisóstomo, Ambrosio, Orígenes y
Agustín. Fue el estudio de la patrística que lo llevó a entender y
aceptar que la Biblia es la única regla de fe por sobre el Magiste-
rio de la iglesia.
2 Steven J. Lawson, Pillars of Grace: A Long Line of Godly Men, Volume Two
[Pilares de gracia: una larga línea de hombres piadosos, volumen dos] (Orlan-
do, FL: Reformation Trust Publishing, 2011), pos. 5977 de 6969.
3 Philip Schaff, Historia de la iglesia cristiana, vol. VIII (1910, repr, Grand
Rapids: Eerdmans, 1984), 205.
126
Perfiles de la Reforma
SU MINISTERIO EN ZÚRICH
En 1528 asumió como pastor en su ciudad natal poco después
de contraer matrimonio. Sin embargo, el 11 de Octubre de 1531
se libró la batalla de Kappel donde cayó abatido Ulrico Zwinglio
a manos de los católicos, por lo que Bullinger se vio obligado a
regresar a Zúrich donde permaneció por 44 años y desarrolló la
mayor parte de su prolífico ministerio.
Allí fue nombrado pastor de Grossmünster, como sucesor
del gran reformador Zwinglio. Y desde allí hizo contacto con la
mayoría de los reformadores buscando unificar criterios por me-
dio de la tolerancia y el entendimiento de todas las corrientes
reformadas. Siempre se opuso a la lucha armada, privilegiando el
diálogo y los acuerdos sin negociar con la Palabra de Dios.
En este sentido se podrían aplicar a Bullinger las palabras
del Señor Jesucristo en el sermón del monte «Bienaventurados
los que procuran la paz, pues ellos serán llamados hijos de Dios»
(Mt. 5:9). ¡Cuánta falta hace hoy este entendimiento entre todas
aquellas corrientes que son herederas de la Reforma! En medio
de tanta controversia insensata se requiere de hombres que pro-
curen la paz sin negociar con la verdad, que busquen el progreso
de la obra de Dios más allá de legítimas diferencias.
127
Bullinger destacó como un prolífico predicador. En los
primeros años de su actividad pastoral predicaba entre 6 y 8
sermones semanales. Al igual que su predecesor enseñaba li-
bros enteros de la Biblia. Sus sermones trascendieron más allá
de Suiza e influenciaron a muchos más allá del canal de la Man-
cha. Entre los más conocidos y que causaron gran impacto en su
tiempo están una serie de cincuenta sermones que fueron pues-
tos por escrito, titulados Décadas, con un contenido doctrinal y
sistemático que, por su popularidad, fueron traducidos a otros
idiomas.
Escribió comentarios de la mayoría de los libros de la Biblia.
Además de muchos tratados que fueron usados para difundir la
Reforma en Suiza.
Sus obras escritas son muchas. Destacan sus obras latinas
de todo el Nuevo Testamento, excepto de Apocalipsis. Hay re-
gistro de cien sermones de Apocalipsis, sesenta y seis de Daniel,
siento sesenta sobre Jeremías y ciento noventa sobre Isaías, en-
tre muchos otros escritos de carácter doctrinal e histórico.
La producción literaria de Bullinger superó a la de Mar-
tín Lutero, Juan Calvino y Zwinglio combinados. Él fue de una
importancia monumental en la difusión de la enseñanza refor-
mada. De tan largo alcance fue la influencia de Bullinger en toda
Europa continental e Inglaterra que Teodoro de Beza lo llamó «el
pastor común de todas las iglesias cristianas».4
Entre sus más grandes aportes está la segunda Confesión
Helvética, en la cual se expone con mucha claridad la doctrina
128
Perfiles de la Reforma
129
Este olvidado reformador nos enseña también que la pre-
dicación es un instrumento fundamental para que las doctrinas
que la Reforma desempolvó sean ampliamente conocidas y con-
sideradas en las iglesias de nuestro continente.
Hoy somos testigos de un sano retorno de la iglesia la-
tinoamericana a la centralidad de la Escritura y del evangelio
de nuestro Señor Jesucristo. Pero, junto con ello también a
la manifestación de un orgullo teológico peligroso que tien-
de más a la controversia, muchas veces sin sentido, antes
que a la cooperación mutua que debemos tener entre iglesias
reformadas.
Bullinger fue capaz de renunciar a las armas para dirimir
disputas religiosas (en su época). Él entendía y aplicaba perfec-
tamente la verdad de Zacarías: «No por el poder ni por la fuerza,
sino por mi Espíritu, dice el Señor de los ejércitos» (Zac. 4:6).
Es sano, como nos enseña el apóstol Pablo, imitar y se-
guir la huella que han dejado quienes nos han precedido. No
cabe duda que Heinrich Bullinger es uno de ellos.
130
PARTE 4
El legado de la Reforma
Un resumen de 500 años
de influencia global:
la Reforma que cambió
al mundo
Carlos Contreras
134
El legado de la Reforma
135
LIBERTAD RELIGIOSA Y EDUCACIÓN
Pero la accesibilidad a la Biblia se dio gracias a que recientemente
(en 1440) había sido inventada la imprenta, y eso ayudó a que
diferentes teólogos y pensadores pudieran publicar sus ideas y
propuestas sobre doctrina bíblica que alimentaron y extendieron
la Reforma en el mundo occidental. Uno de ellos, que aprovechó
este nuevo potencial, fue Juan Calvino, quien pudo defender sus
perspectivas por escrito y así asegurar que tuvieran un impacto
hasta nuestros días.
Las publicaciones de Calvino no sólo ayudaron a formalizar la
teología de la Reforma, sino que también contribuyeron a la crea-
ción de iglesias libres del control externo, jerárquico o cívico. La
Reforma generó nuevas ideas por las nuevas interpretaciones que
surgían y con ello se incrementó el deseo de una verdadera libertad
religiosa. Esto a su vez produjo una nueva diversidad de agrupacio-
nes y denominaciones de iglesias cristianas. El derecho de formar
y ser parte de una iglesia independiente era algo inimaginable en
el siglo XVI. Aunque esto también introdujo la posibilidad de que
se formaran sectas pseudo-cristianas o hasta heréticas. Los refor-
madores introdujeron y fomentaron la idea de la libertad religiosa
que disfrutamos en muchos de nuestros países y que permite que la
iglesia florezca y avance en su misión evangélica.
Esa nueva libertad de aprendizaje directa del individuo que
los reformadores promovían, trajo consigo otra consecuencia sig-
nificativa, la necesidad de la educación popular. Hasta entonces, el
derecho a la educación se limitaba a una élite aristocrática. Ya que
el pueblo ahora tenía acceso a las Sagradas Escrituras, la educación
popular se volvía absolutamente necesaria. Algunos afirman que la
contribución a la sociedad más significativa de Juan Calvino fue el
136
El legado de la Reforma
137
ticipar en el servicio de adoración se podían reiterar las verdades
bíblicas en forma poética y artística. De esa forma la música
se convertía en un medio formativo más, y la gente podía ser
partícipe de la liturgia; no sólo observadores pasivos. Al mismo
tiempo, esto promovió el esfuerzo creativo artístico.
La Reforma no apagó el arte, sino que lo promovió, dándole
valor en la iglesia y separado de la religión. Los reformadores
vieron el arte y las diferentes vocaciones como expresiones de
la multiforme gracia común de Dios. La Reforma transformó la
perspectiva del arte secular como algo que podía verse con una
nueva luz espiritual, y estableció un fundamento piadoso que
alimentó el genio de artistas como Rembrandt (1606-1669) y
Johann Sebastián Bach (1685-1750).
Pero, los reformadores no sólo cambiaron y democratizaron
la vida litúrgica de la iglesia, sino que cambiaron la perspectiva
hacia todas las vocaciones seculares del hombre. Calvino veía las
diferentes vocaciones de los hombres como una asignatura direc-
ta de Dios quien a su vez es quien nos guía y conduce en la vida.
Calvino afirmó que «Toda obra, por despreciable o baja que sea,
resplandece ante Dios y es de gran precio, si corresponde a nuestra
vocación».4 Ese entendimiento de lo «secular» elevaba toda vocación
humana a un verdadero llamado divino que debía cumplirse para la
gloria y el agrado de Dios. Ellos introdujeron la idea de que el clero
no era el único que cumplía los propósitos de Dios en su vocación,
sino también el campesino, el juez y gobernante, el comerciante
y el panadero. La Reforma establecía los fundamentos de una de-
138
El legado de la Reforma
EL VALOR DE LA FAMILIA
Lutero es famoso por su afecto hacia la familia. El clero católico
debía vivir en el celibato, pero Lutero considerando esa limita-
ción como contraria a la enseñanza bíblica contrajo matrimonio
en 1525 con su amada Katie, con quien procreó una familia de
seis hijos. Lutero reconocía que la familia había sido ordenada
por Dios, pero él se distinguió por promover una nueva perspec-
tiva del valor y la bondad de las mujeres, así como del honor de
la intimidad sexual entre los esposos y la importancia del afecto
y el cariño en la relación matrimonial.
Lutero también consideró como sagrado el llamado a criar
hijos en el Señor. Lo puso así: «Todos los padres y madres que
regulan sus hogares sabiamente y forman a sus hijos para el
servicio de Dios, están involucrados en la santidad pura, en una
labor santa y orden santa».5 Podemos acreditar esta perspecti-
va a la tradición cristiana de valorar no solo el matrimonio y la
familia, sino el cuidado y formación de la niñez. La iglesia cristia-
na moderna dedica múltiples y extensos esfuerzos en promover
matrimonios sanos y en cuidar y servir a la niñez como labores
dignas al llamado divino (Ef. 5:25-28; 6:1-4). La Reforma fue el
139
instrumento que Dios utilizó para recuperar esos valores que
desgraciadamente la iglesia y el mundo medieval habían perdido.
LA LEY Y EL GOBIERNO
Hemos hablado del aire democrático que la Reforma introdujo al
hacer accesible al pueblo en común el conocimiento de la verdad
y su participación activa en la liturgia de la iglesia. Además, los
esfuerzos educativos, la multiplicación de recursos impresos y
la valorización de las vocaciones elevaron la capacidad y deseo
de la participación popular en la vida social y política de la so-
ciedad medieval europea. Pero los reformadores, en particular
Juan Calvino, fueron los instrumentos para promover que la Ley
de Dios fuera considerada no sólo necesaria para el desarrollo de
carácter cristiano sino como el pilar ético para la sociedad.
Hasta ese entonces, la Iglesia Católica Romana y el Santo
Imperio Romano, eran los únicos que podían establecer y ejercer
la Ley. Pero, los reformadores entendían que la naturaleza hu-
mana no sólo era falible, sino pecaminosa y, por lo tanto, digna
de desconfianza. A la vez, tenían una alta estima de la Palabra de
Dios y sus ordenanzas. Por ello, los seguidores de la Reforma fue-
ron una influencia directa y positiva en la creación y promoción
del constitucionalismo.6
Calvino también argumentó intensamente que el gobierno
estaba limitado en su capacidad de hacerse cargo de todas las
necesidades de la sociedad. Por lo que promovió en Ginebra la
creación de concejos locales de gobierno que actuaran en acuerdo
con otros concejos para evitar acciones unilaterales. Aún el mejor
140
El legado de la Reforma
141
La Reforma y la
teología bíblica:
mostrando cómo toda la
Escritura testifica de Cristo
Josías Grauman
1 Isaac Ambrose, citado por Joel Beeke, “Learn from the Puritans (part 2)”
[«Aprende de los puritanos (parte 2)»] en Dear Timothy: Letters on Pastoral
Ministry [Querido Timoteo: cartas sobre el ministerio pastoral], ed. Thomas
K. Ascol (Cape Coral, FL: Founders Press, 2016), 249.
2 Por ejemplo, en su sexta tesis, Lutero declaró: «El papa no puede remi-
tir culpa excepto esté declarando y aprobando la remisión divina». Martin
Lutero, Disputation of Doctor Martín Luther on the power and efficacy of in-
dulgences: October 31, 1517 [Debate del Doctor Martín Lutero sobre el poder
Este ardiente anhelo de exaltar a Cristo como la cabeza
suprema sobre todo y todos guió a los reformadores a exponer
a Cristo desde toda la Biblia. La imperante necesidad de reve-
lar la superioridad de Cristo por encima del sistema católico
romano demandaba no sólo derribar las falacias del catolicis-
mo que atacaban a Cristo, sino también demostrar su lugar de
exaltación de acuerdo con la Escritura. Por ejemplo, no sería
suficiente con afirmar que la iglesia católica estaba errada al
enseñar que se puede orar a María para interceder por noso-
tros. También sería necesario mostrar que tenemos alguien
superior—una persona perfectamente divina y genuina-
mente humana, el único mediador entre Dios y los hombres,
Jesucristo hombre (1 Ti. 2:5).
Sin embargo, ¿cómo lo harían? ¿Acaso los reformadores
seguirían usando la misma interpretación alegórica que el clé-
rigo empleaba, simplemente insertando a Cristo en la Biblia de
una manera subjetiva para probar su punto? Por supuesto que
no. Al contrario, los reformadores rotundamente rechazaron la
interpretación alegórica de las Escrituras. Martín Lutero afirmó
que debemos interpretar la Biblia en su «sentido literal y gramá-
tico»,3 y agregó que las «alegorías son especulaciones vacías».4
Juan Calvino sostuvo convicciones aún más fuertes, acusando a
144
El legado de la Reforma
145
se refiere a los descendientes de Eva. Aunque la mayoría de los
evangélicos hoy preferirían explicar que Cristo es la simiente, y
que ganó victoria sobre Satanás en la cruz para él y para todos
los que están en él, no obstante, observamos el buen deseo de
Calvino de exaltar a Cristo sólo por medio de una interpretación
correcta de la Escritura.
El siguiente ejemplo también es una declaración de Dios,
que se encuentra en Génesis 22:18. Dios le dice a Abraham, «en
tu simiente serán bendecidas todas las naciones de la tierra, por-
que tú has obedecido mi voz». Aunque quizá alguno le acuse de
alegórico, Lutero hizo hincapié en la verdad de que la simiente
de Abraham es Cristo. Defendió su interpretación en las palabras
de Pablo, quien «vistió esta interpretación con una autoridad
apostólica».7 Que Lutero sintiera la necesidad de justificar su
interpretación con las palabras de Pablo demuestra su deseo de
nunca ir más allá de lo que está escrito.
El tercer pasaje está relacionado con la historia de Moisés.
Se halla en Éxodo 3:2 y dice: «Y se le apareció el ángel del Señor
en una llama de fuego, en medio de una zarza; y Moisés miró, y
he aquí, la zarza ardía en fuego, y la zarza no se consumía». Cal-
vino correctamente entendió que el Ángel de Jehová es el Hijo
de Dios, ya que el contexto lo relaciona con el «Yo Soy» (Éx. 3:6),
«Dios» (Éx. 3:4) y Jehová (Éx. 3:7). Así que Calvino adora a Cristo
por ser el Dios eterno de Israel. Sin embargo, otra vez Calvino
exhorta a su audiencia a rechazar interpretaciones subjetivas,
tales como que la zarza es el cuerpo físico de Cristo que no se
146
El legado de la Reforma
147
Cristo reprendió al pueblo de Israel por no entender la Es-
critura correctamente, ya que los judíos debían haber entendido
que el Antiguo Testamento habla de él (Lc. 24:25-27). Esto nos
ayuda a comprender que no es necesario leer el Nuevo Testamen-
to y luego introducir las verdades neotestamentarias al Antiguo
Testamento para poder ver a Cristo (aunque muchas veces nos
abre el panorama para verlo más fácilmente). Tampoco tenemos
que leer la Biblia con una lente especial cristocéntrica para po-
der ver algo que no está ahí, o que no está claro. Al contrario, la
Biblia exalta a Cristo en toda su extensión. Interpretada correc-
tamente, la Biblia entera exalta de manera apropiada a nuestro
Dios por medio de su Hijo Jesucristo.
Por esta razón, es importante desarrollar el «instinto cris-
tocéntrico»10 que observamos en los reformadores. Este instinto
les instó a interpretar cada pasaje de acuerdo con su contexto,
pero luego conectarlo a la gran historia de Dios en Cristo. No
queremos fijarnos sólo en un pasaje en particular, de tal manera
que perdamos de vista el punto de la Biblia—el Espíritu Santo
nos revela la gloria de Dios en la exaltación de su Hijo Jesucristo.
No obstante, en nuestro deseo de exaltar a Cristo, debe-
mos rechazar el impulso común de imponer la cruz sobre cada
versículo. Aunque la cruz es sumamente importante en la Es-
critura, existen muchas otras formas en que la Biblia exalta a
Cristo. Cristo es más que un siervo sufriente (Is. 53:4); también
es Señor supremo (Sal. 110:1). Es cierto que Cristo se humilló
en la cruz (Zac. 12:10), pero también regresará en poder para
10
Sugel Michelén, De Parte de Dios y Delante de Dios (Nashville: B&H Pu-
blishing, 2016), 129.
148
El legado de la Reforma
149
La Reforma y la
predicación de la Palabra:
una meditación sobre la
predicación de Juan Calvino
Giancarlo Montemayor
1 Steven J. Lawson, The Expository Genius of John Calvin [El genio expositivo de
Juan Calvino] (Orlando, FL: Reformation Trust Publishers, 2007), 18-19.
2 Principalmente Suiza, Inglaterra, Alemania, Escocia y Francia.
mi sorpresa, la importancia histórica de estos cuatro personajes
era desconocida para muchos habitantes de esa ciudad. De ma-
yor sorpresa aún, sin embargo, es que para muchos cristianos
la importancia de estos personajes ha sido enterrada en el baúl
de los recuerdos, como antepasados que reconocemos sin haber
conocido.
De los cuatro personajes centrales en el muro de Ginebra,
Juan Calvino fue el mentor principal de los otros tres y el fun-
dador del movimiento reformado en Suiza. Guillermo Farel fue
enviado como pastor por Calvino a la ciudad de Berna, al oeste
de Ginebra. Teodoro Beza, por otro lado, fue enviado por Calvino
a enseñar griego en una academia en Lausana, justo entre Gine-
bra y Berna. Juan Knox, también fue influenciado por Calvino
durante su estancia en Ginebra, antes de partir a Fráncfort y re-
gresar a iniciar en Edimburgo la Reforma escocesa.3
Juan Calvino es, entonces, uno de los teólogos más in-
fluyentes, no solo de sus tiempos, sino de toda la historia de
la iglesia. Pero, como sugiere Steven J. Lawson, Calvino era
un pastor antes de ser teólogo, y aun en sus labores pasto-
rales, principalmente era un predicador.4 El amor de Calvino
por la predicación es evidente en la amplia gama de sermo-
nes en toda la Escritura, siendo el único reformador en haber
expuesto los sesenta y seis libros del canon a lo largo de un
sufriente pastorado de veinticinco años llenos de persecución
física y moral.
152
El legado de la Reforma
153
Pero, ¿qué pensaba Juan Calvino sobre su propia pre-
dicación? Para comenzar, Calvino pensaba que cuando las
ovejas escuchan la voz del Buen Pastor es, sin equivocación
alguna, su voz la que escuchan en la predicación de la Pa-
labra. En sus propias palabras, Calvino asegura que «entre
los excelentes dones con los que Dios ha adornado a la raza
humana, es un privilegio singular el que él se place en consa-
grar para sí mismo las bocas y lenguas de los hombres para
que su voz pueda resonar en la de ellos».8 Es decir, pregonar
es la comunicación específica por la que la grey escucha y es
enseñada a discernir la voz de Dios. Calvino concordaría sin
titubear con las palabras de Lutero, «Yo no hice nada; la Pala-
bra lo hizo todo».9
En diversas porciones de su comentario bíblico, Calvino
asevera que todo el crédito de la predicación es divino. El acto
humano de la predicación de las Escrituras es exaltado por Dios
como su propia actividad. En su comentario a Mateo, Calvino
dice que los ministros son «como su mano, pero [Dios] es el autor
del libro».10 Entonces, la mecánica humana de la predicación se
vuelve adoración cuando Dios la usa. La predicación es «humana
en instrumentalidad, pero divina en su eficacia».11 La homilía es
doxología.
154
El legado de la Reforma
12
Juan Calvino, comentario a Hebreos 4:12.
13
Philip Schaff, History of the Christian Church, Vol. VIII [Historia de la ig-
lesia Cristiana, Vol. VIII] (Grand Rapids: Eerdmans Publishing Co, 1996),
166.
14
Steven J. Lawson, op. cit., 27.
155
en ella».15 En otras palabras, le ha placido al soberano Señor el
usar siervos —ministros de predicación— para transferir su po-
deroso evangelio a los oídos de la congregación, con el fin de que
ellos puedan entender por sí mismos y sean transformados por
él. Cuando la Biblia habla, Dios habla.
Para Calvino, así, la tarea del pregonero descansa en la ex-
posición de la Escritura, pues es la única forma en la que Dios
comunica su evangelio. Gustaf Wingren observa que «El prin-
cipio de la reforma para la predicación era muy claro y simple:
predicar significa conllevar el contenido de las Escrituras a los
oyentes, para decir lo que la Biblia misma dice. Dios habla a tra-
vés de la Biblia, y cuando la Biblia es proclamada, Dios me habla
desde el púlpito».16 Entonces, el predicador bíblico no tiene op-
ción más que conllevar fielmente la Biblia como ella se expresa
a sí misma. No es permisible predicar un buen mensaje, bien in-
tencionado quizá, si este no fluye naturalmente del texto bíblico.
«Es casi su única tarea», comenta Calvino sobre el predicador,
«desplegar la mente del escritor a quien se ha dado a la tarea de
explicar». Si no hace esto, entonces, «erra al blanco, o queda fue-
ra de los límites, cuando conduce a sus lectores a algo fuera del
significado del autor».17
El apóstol Pablo asevera la importancia de la predicación
fiel en Romanos 10:17: « Así que la fe viene del oír, y el oír, por
15
Citado por J. I. Packer, “Calvin the Theologian” [«Calvino el teólogo»], en
John Calvin: A Collection of Essays [Juan Calvino: una colección de ensayos],
ed. James Atkinson (Grand Rapids: Eerdmans Publishing Co., 1966), 166.
16
Gustaf Wingren, The Living Word: A Theological Study of Preaching and the
Church [La Palabra viva: un studio teológico de la predicación y la iglesia], trad.
Victor C. Pogue (Philadelphia: Muhlenberg Press, 1960), 19.
17
Juan Calvino, comentario a Romanos 1.
156
El legado de la Reforma
157
predicador como Juan Calvino, pero Calvino no pudo haber
predicado una mejor Escritura que la que nosotros tenemos.
Confiemos en Dios. Confiemos en que «la voz del hombre
no es más que un sonido que se desvanece en el aire, mas,
no obstante, es el poder de Dios para salvación de todos los
creyentes».20
158
La Reforma y la lectura de
la Palabra: la revolución de
poder leer la Biblia
Rafael Alcántara
160
El legado de la Reforma
161
Biblia sin comentarios es el sol que por sí solo da luz a todos los
profesores y pastores».3
Fue así como Lutero, tomó la extraordinaria decisión de
traducir la Biblia al idioma alemán. Y como él, otros reforma-
dores que conocían los idiomas originales de la Biblia, siguieron
su ejemplo. Y a pesar de que no era una tarea fácil, decidieron
seguir hacia adelante, aprovechando algunos recursos que antes
no existían, y que ya mencionamos (la imprenta, el Nuevo Testa-
mento griego de Erasmo, etc.).
Lutero comenzó primeramente con el Nuevo Testamento,
mientras estuvo en su cautiverio en Wartburgo en 1522. El his-
toriador Jonathan Hill escribe lo siguiente al respecto: «La obra
tuvo un éxito enorme, vendiéndose 5,000 copias en dos meses.
Impresionante, dado que sólo uno de cada tres habitantes de la
ciudad podía leer, y en el campo sólo uno de cada veinte».4 La
Biblia completa en el idioma alemán concluyó en el año 1534,
siendo todavía usada hasta el día de hoy.
Similares esfuerzos de traducción se hicieron realidad en
otros lugares de Europa. En Inglaterra, aunque se contaba con
algunas traducciones, se vio la necesidad de trabajar en una mejor
traducción, y de ahí la labor de William Tyndale. Aunque este fue
martirizado poco antes de ver su obra concluida, esta sirvió como
base para la Biblia en inglés más famosa, llamada la versión del
rey Jacobo (King James Version), en el 1604.
162
El legado de la Reforma
LAS CONSECUENCIAS DE LA
TRADUCCIÓN DE LA BIBLIA
Toda esta labor tuvo repercusiones en diferentes vertientes. Ob-
viamente, si se entendía que debía de traducirse las Escrituras
al lenguaje del pueblo, era imprescindible garantizar la alfabeti-
zación del mismo. Aunque dentro de los países que se hicieron
protestantes, no se siguió necesariamente el mismo mode-
lo, la realidad es que en los mismos se redujo grandemente el
analfabetismo.
En cambio, en los países que se cerraron a la Reforma, la
tasa de analfabetismo se mantuvo mucho más alta por siglos. Se
dice que para el siglo XVIII en Inglaterra y Holanda, la alfabeti-
zación alcanzaba el 70%, mientras que, en España o Portugal, no
llegaba al 10%. En el caso de Suecia, un autor señala que: «el 50%
o más de la población adulta sueca sabía leer a fines del siglo XVII
y casi el 100% hacia 1750».5
Aunque no podemos verificar la exactitud de estos datos,
163
sin embargo, parece que están muy cercanos a la realidad. Y el
hecho de tener a una población más educada, contribuyó a una
mejoría económica de muchas familias que, en el contexto del
cumplimiento de oficios a los cuales ahora tenían más acceso,
pudieron generar más riquezas.
Pero la mayor revolución que tuvo el poder leer la Biblia en
su propio idioma fue la espiritual. Las conocidas palabras de Pablo
a Timoteo cuando le dice: «Toda Escritura es inspirada por Dios
y útil para enseñar, para reprender, para corregir, para instruir
en justicia» (2 Ti. 3:16) nunca deben ser subestimadas. Por eso
Timoteo fue instruido desde la niñez con las Escrituras. El poder
leer la Biblia en su propio idioma, trajo entonces un incremento
de la piedad y la devoción en muchas personas.
También, una vez los cristianos podían leer y estudiar la
Biblia por sí mismos, estarían mejor capacitados para rebatir las
falsas enseñanzas y hacer una mejor labor de evangelización. Es
interesante lo que dice un autor católico de la época llamado Co-
chleus, al respecto:
164
El legado de la Reforma
CONCLUSIÓN
Aunque al día de hoy en muchos lugares hay un acceso amplio y va-
riado de la Biblia, cada vez crece más el número de personas que no
la lee, y mucho menos que la estudie. El exceso de actividades, el
bombardeo masivo de la tecnología con sus atractivos visuales, en-
tre otras cosas, distraen grandemente a las personas de este medio
de la gracia tan básico e importante a la vez.
Por esa razón, en estos tiempos más que nunca, necesitamos
volver a enfatizar la importancia de que aprovechar el tesoro inago-
table de la revelación escrita por Dios, como sucedió en la época de
la Reforma. La misma Escritura nos enseña de que ella no vuelve
vacía, sino que cumple el propósito para el cual ha sido enviada (Is.
55:11). Cuando la podemos leer, cuando la podemos escuchar, cuan-
do la podemos memorizar y meditar, ella actuará poderosamente en
nuestras vidas por medio de la acción del Espíritu Santo.
Alimentémonos cada vez más, por todos los medios po-
sibles, de esa Palabra. Y, al hacerlo, recordemos lo que dice
Hebreos 4:12-13: «Porque la palabra de Dios es viva y eficaz,
y más cortante que cualquier espada de dos filos; penetra has-
ta la división del alma y del espíritu, de las coyunturas y los
tuétanos, y es poderosa para discernir los pensamientos y las
intenciones del corazón. Y no hay cosa creada oculta a su vista,
sino que todas las cosas están al descubierto y desnudas ante
los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta».
165
La Reforma y la oración:
accediendo a Dios
por medio de Cristo
Daniel Puerto
2 Thomas S. Kidd “Looking to the Past for Lessons about Prayer” [«Viendo
al pasado por lecciones sobre la oración»], The Church Praying [La iglesia
orando], 9 Marks Journal (Primavera 2016), 39.
3 Citado por Tim Keller, Prayer [La Oración], (New York, New York: Pen-
guin Group, 2014), 88.
4 Martin Holdt, “Pray Always” [«Ora siempre»], en Dear Timothy: Letters on
Pastoral Ministry [Querido Timoteo: cartas sobre el ministerio pastoral] (Cape
Coral, FL: Founders Press, 2016), 110.
168
El legado de la Reforma
169
esta práctica y también por disfrutar personalmente de ese pri-
vilegio, llegando a ser ejemplo para todos aquellos que hemos
venido tras ellos.
170
El legado de la Reforma
171
trol de las oraciones de Elías, que fuera obediente a sus pedidos.
Con sus oraciones Elías mantuvo el cielo cerrado por tres años y
medio. Después lo abrió e hizo que de repente cayera gran lluvia.
En esto podemos ver el poder milagroso de la oración».10 Dios
escucha nuestras oraciones porque soberanamente ha decidido
que ellas tengan efecto en la historia.
Un gran predicador inglés, descendiente de los refor-
madores, expresó: «No puedo imaginar a ninguno de ustedes
atormentando a su hijo emocionándole a que desee algo que no
le van a dar… Cuando Dios te invita a orar es porque él quiera
que recibas».11
172
El legado de la Reforma
Peter los explica R. C. Sproul en Five Things Every Christian Needs to Grow
[Cinco cosas que todo cristiano necesita para crecer] (Orlando, Florida: Refor-
mation Trust Publishing, 2008), pos. 342 de 906.
173
Diez Mandamientos y el Credo de los Apóstoles). La
clave es enfocar la atención en cada frase y clamar al
Señor en base a su contenido. Esto se puede hacer
también con las oraciones que encontramos en los
Salmos y en el Nuevo Testamento, especialmente
las oraciones del apóstol Pablo.
CONCLUSIÓN
Estudiando la vida y enseñanza de los reformadores conclui-
mos que nuestra comprensión de las doctrinas de la gracia
debería llevarnos constantemente al trono de la gracia, a una
profunda comunión con nuestro Dios y Salvador.
174
La Reforma y la adoración:
la exaltación de Dios
entre su pueblo
¿QUÉ ES ADORACIÓN?
Adoración es el reconocimiento de valor y la atribución de va-
lor a un bien conocido y la respuesta necesaria que resulta de
dicho reconocimiento y atribución (Mt. 13:44-46). Es decir, ado-
ración sucede cuando yo reconozco que algo tiene gran valor, le
atribuyo el valor debido en mi mente y mis afectos, y respondo
apropiadamente de acuerdo a esta realidad. En el Salmo 29:2 Da-
vid lo dice así: «Tributad al Señor la gloria debida a su nombre;
adorad al Señor en la majestad de la santidad». Como la gloria de
Dios (su valor) es infinita, un verdadero reconocimiento de esta
demanda una respuesta infinita, amor y obediencia en todos los
sentidos y áreas de nuestras vidas.
176
El legado de la Reforma
177
porque esta es un regalo de Dios. La música ahuyenta al diablo
y hace a la gente gozosa; les hace olvidar todo enojo, impureza,
arrogancia, y cosas como estas. Después de la teología, le doy a la
música el más alto lugar y el más grande honor».2
178
El legado de la Reforma
179
Segundo, la Reforma tuvo un gran impacto sobre el aspecto
público o congregacional de la adoración. Lutero creía que como
todo creyente tiene comunión personal con Dios por medio de
Jesús, también tenemos acceso al servicio público de Dios. Todo
aquel que ha nacido de nuevo conforma parte del cuerpo de Cris-
to y por tanto tiene un rol, no como espectador, sino como actor
y participante activo en el drama de la redención. Así que uno de
los logros más significativos de Lutero a través de la Reforma fue
recobrar el canto congregacional, la participación de la gente en
las ordenanzas de la iglesia y en el servicio público de los santos
a Dios.
En este sentido, Lutero estaba convencido de que la música
y el canto congregacional eran un gran regalo y un instrumento
poderoso de Dios cuando era combinado con la Palabra. La ra-
zón es que él veía la música y el canto congregacional como una
carretera de doble vía. ¿Has oído decir que nosotros cantamos
lo que creemos y creemos lo que cantamos? Esto es muy cierto.
El ser humano cantará acerca de aquello que cree, ama y celebra,
y al mismo tiempo creerá, amará y celebrará aquello de lo cual
canta. El canto congregacional une la instrucción con la procla-
mación de la Palabra. Y por la manera cómo Dios la diseñó, la
música nos ayuda a recordar la instrucción que recibimos. Lute-
ro sabía la importancia que esto tenía y lo que podría lograr en
una iglesia que había pasado siglos cautiva del poder abusivo de
líderes religiosos y del Estado sin ser expuesta a la verdad de las
Escrituras. Él argumentaba que la música y el canto ayudarían a
la gente a aprender, comprender y memorizar la instrucción de
la Palabra de Dios, y así estarían más preparados para discernir
el error de la verdad.
180
El legado de la Reforma
LA REFORMA Y LA ADORACIÓN
EN LA IGLESIA DE HOY
Las verdades por las que Lutero y otros reformadores lucharon
hace ya 500 años, aún son importantes hoy. Debemos siempre
recordar que nosotros estamos parados sobre una montaña gi-
gante de hombres y mujeres fieles que han andado este camino
antes que nosotros en la historia. Personalmente no me atrevo
a igualar lo que vemos hoy sucediendo en la iglesia Latinoame-
ricana con la Reforma protestante del siglo XVI, por el simple
181
hecho de que ninguno de nosotros está sufriendo el tipo de pe-
ligro y penalidades, ni la clase de persecución que sufrieron los
reformadores en aquellos días. Pero sí creo definitivamente que
hoy estamos viendo poderosos efectos de la Reforma alcanzando
nuevas vidas y nuevos lugares en nuestra región. Y esto es algo
muy emocionante y necesario.
Hay por lo menos seis lecciones que debemos aprender y
mantener en mente para honrar lo que Dios hizo en la iglesia en
cuanto a la adoración a través de la Reforma:
182
El legado de la Reforma
183
gen, el centro y el fin de todas las cosas. Toda la
Biblia es Dios-céntrica. Así mismo todas nuestras
prácticas deben estar centradas y enfocadas en
Dios. Todo lo que hagamos en la iglesia debe ser
hecho con el propósito de reconocer y atribuir a
Dios la gloria (el valor) debida a su nombre entre
nosotros y de responder apropiadamente ante di-
cho valor (Sal. 29:2; 34:1-3; Ro. 11:36).
184
La Reforma y la vocación
del creyente:
llamados a hacer
todo para su gloria
Miguel Núñez
186
El legado de la Reforma
EL «TRABAJO DE REDENCIÓN»
Sin lugar a dudas, la caída del hombre trastornó no solo las
condiciones bajo las cuales trabajaríamos, sino también el enten-
dimiento del trabajo en sí. Posterior a la caída, habría necesidad
de un tipo de trabajo diferente que tendría que ver con la evange-
lización del mundo y de la redención de lo creado. Dicho trabajo
ha sido denominado el «trabajo de redención».
Al estudiar la revelación bíblica es fácil ver esta responsabi-
lidad dual que Dios le ha dado al hombre y a la mujer: el «trabajo
de creación», relacionado a lo que hacemos en la sociedad, en la
cultura o en la generación en la que Dios nos coloca para benefi-
cio de los hombres en general; y el «trabajo de redención», hecho
también durante la vida que Dios nos da, relacionado a la reden-
ción del alma esclavizada al pecado, y la cual Dios lleva a cabo
mediante la predicación del evangelio.
Si vamos a ser hijos de Dios responsables, tenemos que in-
volucrarnos tanto en el «trabajo de creación» como en el «trabajo
de redención». El llamado de Dios para sus hijos tiene que ver
con ambos.
187
un llamado especial de parte de Dios para hacer una tarea sagra-
da. Se veía, entonces, al resto de la labor del hombre como algo
no sagrado sino secular. Martín Lutero y otros reformadores pu-
sieron fin a esa dicotomía pues entendieron que la vocación es
aquello a lo cual Dios te ha llamado. Como dice Alister McGrath
en Reformation Thought [El pensamiento de la Reforma],
188
El legado de la Reforma
ing Your Work to God’s Work [Toda buena labor: conectando tu trabajo al traba-
jo de Dios] (New York, NY: Penguin Books, 2012), 42, 40.
189
lista concibe el trabajo como un mal necesario, y bajo esa óptica
trabaja de lunes a viernes para disfrutar el sábado y el domingo.
Pero eso dista mucho de la manera en que Dios entiende nuestro
trabajo: una actividad buena en sí que debe dar gloria a su nom-
bre, y que le da sentido, propósito y significado a la vida humana.
190
La Reforma y las misiones:
cómo la fe reformada
impulsó la evangelización
Cole Brown
192
El legado de la Reforma
193
Reforma. Si este movimiento no fue más que un debate
interno sobre los puntos más finos de la teología, enton-
ces fue una distracción de las misiones. Pero si de hecho
fue una recuperación del evangelio de la gracia gratuita
de Dios en Jesucristo, entonces fue el mayor movimien-
to misionero desde el apóstol Pablo.5
LA HISTORIA
La Reforma en sí fue un acto de evangelización. Lutero, Zwin-
glio, Calvino, y los demás reformadores publicaron sus escritos
y los distribuyeron alrededor del mundo para que pudieran ser
leídos por los que no habían escuchado el mensaje que predica-
ban en sus iglesias y comunidades. No vieron ningún conflicto
entre sus creencias sobre la soberanía de Dios en la salvación y la
necesidad de «correr la voz» por todos lados. «Calvino mismo co-
misionó misioneros para trabajar en Francia, y envió una misión
a Brasil que fracasó después de enfrentar el catolicismo romano
establecido».6
Además de la Reforma en sí, los que han seguido sus en-
señanzas han sentido la obligación de compartir el evangelio de
194
El legado de la Reforma
salvación por gracia con los que no conocen a Cristo. Por eso,
entre los misioneros más famosos y los pastores más evangelis-
tas de la historia se encuentran un gran número de cristianos
reformados. Por ejemplo, David Brainerd,7 Adoniram Judson,8
David Livingstone,9 Henry Martyn,10 William Carey,11 muchos
pastores puritanos,12 George Whitefield,13 Charles Spurgeon14 y
Martyn Lloyd-Jones.15
Tres expertos en misionología examinan el legado de la Re-
forma con respecto a las misiones, y afirman que,
195
Aún más importante, la Reforma estableció el fun-
damento teológico de la salvación solo por la fe que
impulsó la predicación misionera.16
LA LÓGICA
La misma lógica nos confirma que la teología reformada ha
impulsado la evangelización. Cuando yo solía decir que los re-
formados no tienen ningún motivo para evangelizar, fallaba en
tomar en cuenta tres aspectos importantes.
En primer lugar, la obediencia. Los reformados evangelizan
por la misma razón por la que los otros cristianos lo hacen: por-
que Dios lo exige. Aun si nuestra teología no pudiera explicar por
qué Jesús nos exigió hacerlo, no nos excusaría del hecho de que
sí nos lo mandó y de que tenemos que obedecerle.
En segundo lugar, la soberanía de Dios. La teología refor-
mada no tiene ningún problema para explicar por qué Jesús nos
mandó evangelizar. De hecho, lo aclara. Los que creemos en las
doctrinas de la gracia creemos que Dios es soberano sobre todo
el proceso de la salvación—desde el principio hasta el fin. Por
lo tanto, no solo es soberano sobre a quiénes va a salvar, sino
también sobre cómo va a salvarlos. En su soberanía, Dios ha de-
cidido que va a salvar a sus elegidos a través de gente común
y corriente predicando su evangelio. Tal como Jesús nos ense-
ña, «Nadie puede venir a mí si no lo trae el Padre que me envió»
(Jn. 6:44). La Biblia también dice: «¿Y cómo creerán en aquel de
quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique?»
(Ro. 10:14). En otras palabras, Dios no solo atrae a las personas a
16
Zane Pratt, M. David Sills y Jeff K. Walters, op. cit., 107-108.
196
El legado de la Reforma
LA EXPERIENCIA PERSONAL
Muchos de los que se identifican como «cristianos reformados» testi-
fican que, en lugar de impedir su compromiso con el evangelismo, el
calvinismo lo ha multiplicado. Esta ha sido mi experiencia personal.
Me convertí a los 21 años pero no adopté la teología reformada hasta
7 años después, cuando por primera vez estaba convencido de que las
doctrinas de la gracia no fueron las doctrinas de Calvino ni de ningún
197
otro hombre, sino las de la Biblia. Desde entonces mi pasión por las
misiones y el evangelismo no ha disminuido, más bien ha aumentado.
Es por eso que planté una iglesia en Estados Unidos y ahora, 10 años
después, estoy en la Ciudad de México. Mi familia y yo dejamos todo lo
que conocíamos y amábamos para vivir como misioneros en una cul-
tura extranjera. No tuvimos que mirar fuera de nuestra teología para
hacerlo. Al contrario, Dios usó toda nuestra teología para proveernos la
razón y el deseo de hacerlo.
Déjenme compartirles tres razones por las que la fe reformada ha
impulsado el evangelismo en mi vida y puede hacer lo mismo en la tuya.
198
El legado de la Reforma
199
cluyendo el mío, a medida que la gratitud se profundiza,
crece la alabanza pública y el evangelismo personal.
200
La Reforma y el consuelo
en la soberanía del Señor:
abrazando la supremacía de
Dios sobre toda circunstancia
Ricardo Daglio
202
El legado de la Reforma
203
lo que pasa viene de su mano, ya sea directa o indirectamente».8
Cuando abres la Biblia, la lees y comienzas a observar cómo
Dios ha movido su mano en la historia de la redención y cómo
ha sido consecuente en todos sus hechos, incluso en la muerte
de su Hijo, es entonces que el consuelo en medio en la aflicción
empieza a operar por medio del Espíritu Santo en tu vida. Porque
«sobre toda injusticia, todo dolor y todo sufrimiento está gober-
nando un Dios soberano quien lleva a cabo su plan de salvación
por sobre la maldad, contra la maldad e incluso a través de la
maldad».9
Si regresas a la Biblia, experimentas la consolación que pro-
viene de conocer al Dios que ella nos revela, y confiesas con la
misma Escritura que «nuestro Dios está en los cielos; él hace lo
que le place» (Sal. 115:3).
8 Mike Leake, Torn to Heal: God’s Good Purpose in Suffering [Herido para
sanar: el buen propósito de Dios en el sufrimiento] (Adelphi, Maryland:
Cruciform Press, 2013), pos. 501 de 1456.
9 R. C. Sproul, Surprised by Suffering: The Role of Pain and Death in the Chris-
tian Life [Sorprendido por el sufrimiento: el rol del dolor y la muerte en la vida
cristiana] (Orlando, FL: Reformation Trust, 2009), pos. 367 de 1738.
204
El legado de la Reforma
205
sobre la crucifixión y muerte de Cristo, dice: «a éste, entregado
por el plan predeterminado y el previo conocimiento de Dios,
clavasteis en una cruz por manos de impíos y le matasteis». La
razón que encierra el verdadero consuelo de este texto radica en
que el Hijo de Dios padeció el homicidio bajo la estricta y sobera-
na voluntad de Dios.
El evangelio no está basado en un plan frustrado de Dios,
sino en uno divinamente trazado y que incluyó el inexplicable
sufrimiento de su Hijo a manos de los impíos. Ningún cristia-
no que atraviese la más honda aflicción será desamparado en su
dolor cuando considere el resultado de la soberanía de Dios en
la vida de su propio Hijo Jesucristo. Saber que el dolor fue par-
te de la vida del mismo Señor y que la angustia llenó su alma y
que todo esto se hallaba dentro del entendimiento y obrar de su
Padre es una medicina que trae consuelo y paz para el pueblo de
Dios.
LA JUSTIFICACIÓN POR LA FE
Y EL CONSUELO CRISTIANO
El apóstol Pablo también vivió amparado bajo esta verdad y el
Espíritu Santo le usó para dejarnos una de las verdades más tras-
cendentales de toda la fe cristiana; él dijo: «¿Quién nos separará
del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o
hambre, o desnudez, o peligro, o espada? Tal como está escri-
to: por causa tuya somos puestos a muerte todo el día; somos
considerados como ovejas para el matadero. Pero en todas estas
cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos
amó. Porque estoy convencido de que ni la muerte, ni la vida,
ni ángeles, ni principados, ni lo presente, ni lo por venir, ni los
206
El legado de la Reforma
DE LA TEORÍA A LA PRÁCTICA
Como en tantas áreas de la vida, también es cierto que en el
cristianismo muchos tenemos solamente la teoría (doctrina, en-
señanza) de ciertas cosas, pero no el entrenamiento adecuado
sobre lo que decimos creer. La comprensión de la soberanía de
Dios en el sufrimiento no escapa de este principio. Por eso es
relativamente fácil expresar que Dios tiene el control de todas
las cosas, pero sumamente difícil atravesar el dolor. Quizá lo úni-
co que piensas es que no te sería posible sufrir la pérdida de un
hijo, o de un ser querido. Pero me gustaría dejarte un simple pen-
samiento que tiene su asidero firme en las Escrituras: Dios no
provee la gracia para el futuro, él provee la gracia para el presen-
te, para el momento justo, porque la vida del hijo de Dios es una
vida de fe. Así nos dice, «Por tanto, acerquémonos con confianza
207
De Vuelta a Cristo
208
PARTE 5
La actualidad de la Reforma
¿Podemos estar unidos al
Vaticano? Unas palabras
sobre el ecumenismo
David Barceló
212
La actualidad de la Reforma
213
dad» (v. 17). La Iglesia del Señor se mantiene santa habitando en la
Palabra de Dios, porque la Palabra transforma los corazones.
En tercer lugar, Jesús ora por la unidad de la iglesia. Pide
que sean «perfeccionados en unidad» (v. 23) para mostrar al
mundo el evangelio de forma viva. Esta unidad es una unidad
sobrenatural. El Nuevo Testamento da evidencias de la respuesta
a la oración del Señor. La iglesia primitiva la componían judíos y
griegos, romanos y samaritanos, y después de Pentecostés entra-
ron en ella creyentes de toda raza, lengua y nación. Gentes que
humanamente hablando serían incompatibles, pero en Cristo
son hermanos con una misma fe y una misma esperanza.
En cuarto lugar, Jesús le pide al Padre por la glorificación de
los creyentes. Jesús le ruega al Padre que los suyos puedan ver su
gloria, y que estén con él por siempre (v. 24).
214
La actualidad de la Reforma
215
¿ES MÁS LO QUE NOS UNE?
¿De verdad? Eso creen algunos. Es cierto que el catolicismo no
niega la Trinidad, ni la doctrina de Jesucristo, ni las Sagradas
Escrituras, ni la fe, ni la gracia… Pero lo más llamativo de las
Solas de la Reforma no es lo que afirman, sino que afirman que
creemos solo en lo que afirman, sin añadir nada más. Roma pue-
de decir amén a todo lo que nosotros creemos, pero nosotros no
a lo que ellos creen.
216
La actualidad de la Reforma
217
Todos los cristianos que creemos (solo) en la verdad de la
Palabra de Dios, estamos unidos con una unidad creada por Dios
mismo. En nuestro caso, como escribió nuestro querido José
Grau, «nuestro problema es ver cómo cultivamos un ecumenis-
mo evangélico entre evangélicos», para acercarnos más a los que
Cristo sacó del mundo, «porque a la desaprobación de lo que
creemos errado debe seguir no sólo la protesta, sino la realiza-
ción de lo que creemos es bíblico».2
No se trata de volver al Vaticano, sino de acercarnos juntos
cada vez más a Cristo Jesús y su Santa Palabra.
218
La Reforma protestante en
el mundo hispano:
pasado, presente y futuro
Otto Sánchez
220
La actualidad de la Reforma
221
El tiempo de la Reforma fue un tiempo de renovación
en la iglesia y en la teología. La Teología de la Reforma fue un
cuestionamiento profundo en todo el campo de la teología, de
la espiritualidad y de la práctica de la iglesia. Los reformadores
lograron enfocar los temas centrales de la fe cristiana desde una
perspectiva bíblica fiel y en una forma accesible para la gente co-
mún. Las polémicas de la Reforma no se hicieron en torres de
marfil sino en tratados populares que involucraban a gente de
toda clase en el debate y poniendo al alcance de la gente la verdad
que le había sido vedada por siglos.
La Reforma fue exitosa en el norte de Europa por lo que he
llamado la masificación de la verdad (la verdad como producto de
consumo masivo). Al poner la Biblia al alcance de la gente y con
esta masificación de la verdad redescubrieron las normas éticas de
dignidad, libertad y justicia que se encuentran en sus páginas no
solo para ser leídas sino también para ser aplicadas como resul-
tado de un corazón transformado por Jesucristo. La Reforma a
través de la influencia calvinista alemana influyó sobre las ma-
gistraturas, la representación, la constitución, el federalismo, los
derechos fundamentales, el mercado, la educación, el derecho a la
resistencia y los bienes,8 y es también a partir de la Reforma que
se comienza a debatir en Inglaterra contra el absolutismo, la se-
paración de poderes, el derecho natural y la justicia, los derechos
humanos, la abolición de la esclavitud, la libertad económica por
medio del trabajo, la dignidad humana y la educación por medio
del estudio de las Escrituras. Todo esto hace de la Reforma un
222
La actualidad de la Reforma
S1600175_es.pdf.
11
http://transparencia.org.es/wp-content/uploads/2017/01/tabla_sinte-
tica_ipc-2016.pdf.
223
En cuanto a educación se refiere los resultados no son nada
halagüeños, en un reporte de BBC News se le preguntó a Denis
McCauley, editor de Unidad de Inteligencia de The Economist,
¿por qué los países latinoamericanos de la lista son tan pocos y
están tan abajo? Él respondió que esto se debe a que en las ca-
tegorías cognitivas y de logros tienden a ser bajos. «Les suele ir
peor en los exámenes internacionales, lo que es razonablemente
objetivo». Todos estos son males que nos azotan a diario y con
los que tenemos que convivir. Pero no son los únicos; podemos,
en adición, mencionar la corrupción eclesiástica, la violencia en
todas sus manifestaciones, los problemas migratorios, la ratería
callejera, las estructuras de poder del crimen organizado y otros
males de los cuales los diarios se hacen eco.
Estas realidades suponen entonces un cuestionamiento
que tiene que ver o con la eficacia y poder transformador del
evangelio (lo cual no está en cuestionamiento al ser revalidado
por las Escrituras y la historia) o la real transformación de aque-
llos que masivamente se dicen llamar evangélicos. Me quedo con
el último de estos dos supuestos. América Latina necesita un en-
cuentro genuino con el Cristo que dice seguir y adorar. La iglesia
evangélica latinoamericana en muchas partes (y como pasó en
la Edad Media) ha cambiado la autoridad de las Escrituras por la
de los hombres. La iglesia evangélica latinoamericana ha perdi-
do lo que la iglesia primitiva tuvo y que la Reforma protestante
luchó por recuperar. El panorama es semejante al que encontró
la Reforma en la Edad Media: delirios de grandeza, culto a la
personalidad, competencia ministerial, énfasis y exhibición de
riquezas como indicador principal de la bendición de Dios, os-
tentación de logros personales, indiferencia a los males sociales,
224
La actualidad de la Reforma
225
Reflexión final:
¡Gloria a Dios
por la Reforma!
Enrique Oriolo
228
La actualidad de la Reforma
justificación solo por fe, donde el velo del dios de este mundo fue
quitado y la luz del evangelio de la gloria de Cristo resplandeció
para vida eterna en miles y millones de personas.
Hoy somos impactados de la misma manera a través de
las redes sociales, los libros, los artículos, los sermones, las con-
ferencias, las imágenes con citas, etc. Y no es otra cosa, que la
Palabra de Dios la que nos ilumina nuevamente generación tras
generación. Sea el medio que sea, si el mensaje es fiel a la Pala-
bra de Dios producirá lo que Dios ha determinado que produzca:
vida eterna y santificación.
Nosotros, tú y yo, hoy tenemos el llamado de predicar el
evangelio y de hacer discípulos a las naciones, de ser fieles a las
Escrituras, de proclamarlas para la gloria de Dios. Escuchemos a
Charles Spurgeon y obedezcamos su exhortación: «Prediquen a
Jesucristo y a él crucificado. Dejen salir al León, y miren quién se
atreve a acercársele».1
La Reforma protestante fue el retorno a la Palabra de Dios
y al Dios de la Palabra. ¡Gloria a Dios por la Reforma!
229
Apéndices
APÉNDICE 1
La Reforma protestante y su
relación con nuestra iglesia
en América Latina
234
Apéndices
235
fuentes» quería decir «volver a la Biblia». Y parte de ese «vol-
ver a la Biblia», entonces, da en la Reforma.
DP: ¿Qué tanto tuvo que ver la política de la Europa del si-
glo XVI en el surgimiento e impacto del movimiento reformado?
JG: Hubo muchas condiciones políticas que favorecieron
al avance de la Reforma. El ejemplo principal que puedo darle
es el caso del emperador. El cargo de emperador no era heredi-
tario, sino electivo, pero no como hacemos hoy las elecciones.
Había catorce personas que tenían derecho a votar. Siete de ellos
eran eclesiásticos y siete eran príncipes, laicos, señores feudales.
Cuando comenzó la Reforma la posición de emperador estaba
vacante. Había que elegir un emperador y había tres candidatos.
Uno de los candidatos era el rey de Francia, Francisco I. Pero si
Francisco resultaba ser emperador, todo el centro de Europa,
todo lo que ahora es Francia, Bélgica, Holanda, Alemania, Aus-
tria y el norte de Italia iba a estar en manos de Francisco. Y el
papa le tenía miedo a eso porque era un poder muy grande cerca
de él.
El segundo candidato era el rey de España, Carlos I. Él
también era príncipe heredero de Austria y de un reino que
se llamaba el Reino de las Dos Sicilias en el sur de Italia, lo
que ahora es Nápoles, Sicilia; y también de Milán, en el norte
de Italia. El papa quería menos la elección de Carlos I que la
de Francisco porque con Carlos I el papa iba a estar entre la
espada y la pared, por un lado al sur y por el otro lado al norte,
todo rodeado de posibles enemigos; él no quería cerca a nadie
tan poderoso.
El tercer candidato no era candidato porque era podero-
so, sino porque era muy reconocido, él era un señor llamado
236
Apéndices
237
DP: Además de las 5 solas, ¿qué otros ideales reformados
sacudieron la Europa del siglo XVI?
JG: Uno de ellos fue lo que se conoce como el sacerdocio
universal de los creyentes. En la Biblia Pedro habla de que so-
mos «real sacerdocio» (1 P. 2:9). En el Apocalipsis dice que se
nos ha hecho «reyes y sacerdotes» (Ap. 5:10). Así que la idea
de un sacerdocio era fundamental para la antigua iglesia, pero
después se fue perdiendo y fue tomando lugar una jerarquía
de cierta gente que tenía los derechos para acercarse a Dios y
representar delante de Dios (aunque esta es una versión po-
pular de cómo funcionaba el sistema de liderazgo dentro de
la iglesia).
Cuando Lutero dice que todos somos sacerdotes, pero no
solo eso, sino que también todos somos un solo sacerdocio, eso
crea dos cosas que son muy importantes. Una cosa es que ya no
me hace falta un sacerdote ordenado para acercarme a Dios. Pero
la otra cosa también es que todos somos un solo cuerpo. Ese sa-
cerdocio también tiende a unir a la iglesia, pero no a la iglesia
jerárquica, sino a esta iglesia del pueblo.
Claro, en algunos casos, algunas ideas de la Reforma,
crearon problemas. Precisamente, porque había mucho na-
cionalismo en Alemania, algunas personas interpretaron
lo que Lutero estaba diciendo como una protesta contra el
papa y contra los opresores (porque había mucha opresión).
Y hubo una gran rebelión de campesinos Y una de las man-
chas en la vida de Lutero es que él mismo mandó a aplastar
aquello, a fuerza o como fuera. Después que los nobles ga-
naron, Lutero les pidió que no siguieran matando gente. Esa
fue una situación difícil.
238
Apéndices
239
subrayaban que se podía ser santo en la vida cotidiana. La tra-
dición medieval era que hay mandamientos que Dios ordena y
todo mundo tiene que cumplirlos, pero también está lo que se
llama «los consejos de perfección». Por ejemplo, cuando Jesús
le dice al joven rico «si quieres ser perfecto ve y vende», etc.
(Mt. 19:21), ese no era un mandamiento, era un consejo: «Si
quieres ser santo de verdad, más santo que la gente común,
tienes que hacerte monje porque eso es lo que los monjes ha-
cen». Los otros dos conceptos relacionados con «los consejos
de perfección» eran el de la obediencia y el del celibato. No
eran mandamientos, sino consejos. Por ejemplo, cuando Pa-
blo dice que quien no se casa «hace mejor» (1 Co. 7:38).
Ahora, cuando vienen Lutero y los reformadores y dicen
que se puede ser tan santo en la cocina como en el monaste-
rio, detrás del arado como en el servicio de los monjes, cambia
toda la visión de la vida. Esto también lleva a que eventual-
mente se vacíen los monasterios. Eso tiene consecuencias
tanto buenas como malas. Una consecuencia buena fue que
entonces la gente tuvo que ocuparse más en su propia fe y
respetar más la santidad de lo que estaban haciendo. Algunos
de esos monjes huyeron y continuaron siendo católicos roma-
nos, pero muchos de esos monjes y monjas se convirtieron en
protestantes y se casaron unos con otros. Lutero se casó con
una de ellas. Lutero no hizo la Reforma para casarse, eso vino
después y fue muy feliz en su matrimonio.
En el aspecto negativo, el monaquismo había sido por
mucho tiempo el brazo misionero de la iglesia. Eran los fran-
ciscanos que se iban hasta China y, aún después de la Reforma,
fueron los jesuitas que se fueron hasta Japón. Aquí en Amé-
240
Apéndices
241
nombre del rey. A nosotros nos han dicho mucho que el dine-
ro de estas tierras se iba a Roma. Eso no es cierto. El dinero
se iba a la metrópolis, a España. Porque cuando el papa hizo
esa declaración, él no sabía del oro de México ni de Perú. Lo
único que había llegado eran unos pedacitos de oro del Caribe
y administrar una iglesia para tanta gente iba a ser un dolor
de cabeza e iba a costar mucha plata. Por esta razón, el papa
entregó la autoridad para que esas coronas se encargaran de
la iglesia, ellos eran los patronos de toda esa tierra nueva.
Pero esto quiere decir que, con el paso del tiempo, la iglesia
en América Latina no tenía que hacer lo que Roma le manda-
ba sino lo que el rey le mandaba. En el nombramiento de los
obispos, el rey le decía al papa a quién debía nombrar. Así que
se cumplía el requisito de que fuera el papa quien nombrara a
los obispos, pero el rey o su gabinete era quien decidía. Esto
quiere decir, entonces, que cuando vino la Reforma Católica,
la reforma tridentina, acá en América se aplicó lo que se quiso
—lo que el rey quiso— y lo que no se quiso no se aplicó. De
manera que, no solo fue que la Reforma protestante no llegó
acá, tampoco llegó la católica.
Después llegaron los evangélicos, pero llegaron mayor-
mente a raíz de la independencia. Antes de la independencia
todavía en nuestros países era muy difícil ser protestante. No
solamente porque no había contacto con lo de fuera —incluso
el comercio que venía tenía que pasar por Sevilla, todo esta-
ba controlado por España— sino también porque no había
apertura para nuevas ideas. Cuando llegó la independencia,
cambió todo. Ninguno de los líderes de la independencia era
protestante, pero casi todos eran anticlericales. ¿Por qué?
242
Apéndices
243
de Argentina dijo que gobernar es poblar; lo que un gobierno
tiene que hacer es que haya población en el país. Y ¿cómo se
hacía eso? Se hace mediante la inmigración. La inmigración
que se quería era la inmigración de gente con experiencia en
la industria. ¿Dónde se encontraba esa gente? Mayormente
en Alemania, en Escocia, etc. De esta manera se promovió una
inmigración escocesa, alemana, etc. y, en general, protestan-
te. Esa gente pedía libertad de culto y, con esto, los países
concedían esa libertad de culto. Entonces, se da la pregunta:
¿cómo es posible que gente inmigrante tenga derechos que
los nacionales no tienen? De esta manera, la libertad de culto
vino, en muchos lugares, a través de la inmigración. Y, por
supuesto, después llegaron los misioneros mayormente de las
islas británicas y luego de los Estados Unidos.
244
Apéndices
245
APÉNDICE 2
El evangelio de la gracia de
Dios produce gracia en el
pueblo de Dios
Raudel Hernández
248
Apéndices
249
Cristo imputada a nosotros por gracia la que nos libra de caer
muertos ante un Dios Santo.
Mark Webb acertadamente comenta que «Dios diseñó in-
tencionalmente la salvación de manera que ningún hombre se
gloríe. Él no meramente la organizó para desalentar la jactancia
o mantenerla en un nivel mínimo. Él planeó la salvación para que
la jactancia quedara absolutamente excluida».4
Ante todas estas verdades nos preguntamos, ¿qué lugar
tiene el orgullo, la vanagloria y la falta de paciencia al tratar
con otros (especialmente dentro de nuestras iglesias locales)?
Si es la Palabra de Dios la que nos ha sido dada para que com-
prendamos que la salvación es solamente por fe en Cristo,
por la gracia de Dios y para su gloria, toda la gratitud es para
nuestro gran Salvador; y el orgullo, la vanagloria y la falta de
paciencia en el trato con otros quedan excluidas. El evangelio
de la gracia de Dios produce gracia en el pueblo de Dios.
250
APÉNDICE 3
La Reforma, el arte
y los medios
de comunicación
252
Apéndices
253
1. EL ARTE PUEDE USARSE COMO COMPLEMENTO
EN LA TRANSMISIÓN DE LA VERDAD
254
Apéndices
255
2. EL ARTE PUEDE USARSE COMO
MÉTODO DE DENUNCIA DEL ERROR
256
Apéndices
257
Escritores
260
Escritores
261
nes y plantación de iglesias en Perú por casi 4 años. También
vivió en Miami, Florida por 6 años, y ahora reside en Carolina del
Norte desde 1998. Asistió al Miami Dade Community College,
la universidad de Duke para Ingeniería de Redes (el campo de
la Tecnología de la Información era su «hacer tiendas» mientras
plantaba iglesias), y es de manera constante un estudiante de
teología y un aprendiz de Jesús de por vida. Esposo de una mujer
de Proverbios 31. Padre de 3 varones a los cuales ama y discipula.
Jonathan Jerez es compositor y cantante, y es conocido
a través de su ministerio musical junto con su esposa, Sarah.
Actualmente es Anciano y Líder de Adoración de la Iglesia Bau-
tista Central en Oklahoma City, Estados Unidos. Es graduado
de una Maestría en Divinidad con Concentración de Pastor de
Adoración en Bethlehem College & Seminary en Minneapolis,
Minnesota. Jonathan y Sarah tienen tres hijos: Zoë, Noah, y Joy.
Joselo Mercado es oriundo de Puerto Rico, renunció a su
carrera de consultoría en el año 2006 para ingresar al colegio de
pastores de Sovereign Grace Ministries. Es el pastor principal de
la Iglesia Gracia Soberana en Gaithersburg, Maryland. José se
encuentra en el proceso de completar su Maestría en Divinida-
des de SBTS, y está casado con Kathy Mercado y es padre de Joey
y Janelle.
Sugel Michelén: Ha formado parte del Consejo de Ancia-
nos de Iglesia Bíblica del Señor Jesucristo en Santo Domingo,
República Dominicana, durante más de 30 años. Tiene una
Maestría en Estudios Teológicos y es autor de varios libros y
publica regularmente artículos en su blog “Todo Pensamiento
Cautivo”. Es instructor asociado en la Universidad Wesleyana en
Indiana (IWU), extensión en español; enseña filosofía en el Cole-
262
Escritores
263
Daniel Puerto es hondureño y pastor de la Iglesia Bautista
Palabra de Vida en Tampa, Florida. Después de que Dios le salva-
ra soberanamente fue llamado al ministerio pastoral. Estudió en
el Instituto Bíblico Rio Grande y está estudiando una maestría
en el Southeastern Baptist Theological Seminary. Está casado
con Claudia y es padre de Emma y Loikan.
Manuel Puerto es pastor de la Iglesia Bíblica El Molino en
Tegucigalpa, Honduras. Graduado del Seminario Teológico Cen-
troamericano en Guatemala, ha servido en el ministerio pastoral
durante más de 35 años. Está casado con Blanca, con quien tiene
tres hijos y tres nietos.
Iván Reyes es el pastor de la Iglesia Centros Bíblicos de
Villarrica en Chile. Alcanzado por la gracia de Dios el 17 de sep-
tiembre de 1993 y llamado al ministerio en 1995. Es egresado
del Instituto de Capacitación Teológica (ICAT) de la Unión de
Centros Bíblicos en Temuco, Chile. Casado con Myrja Pérez con
quien tiene 2 hijos Aliani y Josías. Ha sido profesor del ICAT Te-
muco en varios períodos y desde hace 12 años es pastor de la
Iglesia Centros Bíblicos de Villarrica, Chile.
Josué D. Rodríguez es pastor de la Iglesia Bautista El
Calvario en New Haven, Connecticut. Cursó estudios teológicos
en Liberty University. Está casado con Jocelyn, con quien
tiene dos hijos, Julian David y Jesiah Daniel.
Otto Sánchez es pastor de la Iglesia Bautista Ozama (IBO)
en Santo Domingo, República Dominicana. Es además director
del Seminario Teológico Bautista Dominicano. Está casado con
Susana Almánzar, y tienen dos hijas, Elizabeth y Alicia.
Luis Soto es pastor de la Iglesia Bautista Roca de los Siglos
en Utah y pastor plantador de la Iglesia Bautista Gracia Eterna
264
Escritores
265
Acerca de Soldados
de Jesucristo
268