Historia de La Iglesia en Mexico
Historia de La Iglesia en Mexico
Historia de La Iglesia en Mexico
De la narración se deduce que el origen del proyecto era obtener indios como
esclavos para ampliar o renovar la mano de obra de las explotaciones agrícolas o mineras de
Cuba, en esta expedición iba como capellán al clérigo Alonso de González, quien dada la
costumbre de los españoles de escuchar diariamente la misa del capellán que los
acompañaba esta sería la primera Misa celebrada en territorio mexicano, por más que
esto no sea más que una conjetura bien fundada.
ISLA DE COZUMEL.
La segunda expedición, fue la que dirigió Juan de Grijalva, debido a la fama de las grandes
riquezas que había en las tierras recién descubiertas, muchos encomenderos se enrolaron en la
expedición “… de manera, que presto nos juntamos doscientos y cuarenta
compañeros…” dice Bernal.
Posteriormente recorrerían la península de Yucatán que creían era otra isla, volvieron a Cuba
sin ninguna fundación estable, siendo recibidos con enojo por parte del Gobernador.
Según la narración del capellán Juan Díaz en su Itinerario estuvieron allí del 1 de
mayo hasta el 11 de junio. De lo que habla esta crónica es precisamente de la llegada
a Cozumel y Yucatán, y en esos días que estuvieron ahí, se dedica a describir
prácticamente todo el impacto que causa esa región sobre los viajeros.
El resultado de ese enojo es el viaje de Hernán Cortés donde también iba como
capellán Juan Díaz Nuñez. (www.revistapioneros.com/en-cozumel-la-primera-misa-en-
suelo-mexica.).
Hernán Cortés nació de Medellín en 1485. De linaje noble, aunque no rico, estudió durante un
tiempo latín, gramática y leyes en la Universidad de Salamanca, pero no llegó a graduarse.
Intentó embarcar para Isla Española en la expedición de Ovando, pero un accidente
sufrido en una aventura galante se lo impidió.
Al cabo de dos años pudo, por fin, trasladarse a aquella, y llegó a ser escribano de la
Villa de Azúa.
Diego Velázquez le confió una expedición a Yucatán con la misión de reconocer aquellos
territorios. Sin embargo, prestando oídos a quienes le prevenían contra las argucias de su
ambicioso amigo y protegido, le envió un emisario con la orden de abandonar el mando de la
expedición.
Los tabasqueños reconocieron la sobenaría del rey de España y ofrecieron tributos a Cortés.
Desde allí el extremeño marchó a San Juan de Ulúa, donde fundó el 10 de julio de 1519
Villarrica de la Vera Cruz un asentamiento de chozas de palma que se convirtió en el primer
ayuntamiento de América continental
Tras la protocolaria fundación los españoles viajaron por tierra al norte hacia Huitzilapan donde
fueron recibidos por Chicomacatl, el Cacique Gordo de Cempoala Sabiendo que los totonacas
estaban descontentos con la dominación mexica, Cortés se presentó como adalid de la justicia y
consiguió una alianza comprometiendo el apoyo español contra los mexicas a cambio de la
obediencia de la nación totonaca a la Corona española.
Sublevó a los totonecas de Cempoala, contra sus amos aztecas y venció en varios combates a
los valientes tlaxcaltecas, quienes terminaron aceptando sus condiciones de paz y
alianza. Reanudada la marcha los conquistadores se presentaron ante los muros de la
ciudad sagrada de Cholula, ordenando Cortés a sus hombres y aliados indígenas el
asalto y saqueo de la ciudad.
Por culpa de Pedro de Alvarado, quien, llevado por los nervios y convencido de que
los aztecas planeaban una nueva conjura, ordenó pasar a cuchillo a algunos notables del
imperio durante la celebración de uno de sus ritos religiosos, millares de indígenas en
actitud amenazante hostilizaron a los españoles.
El envío de Moctezuma por parte de Cortés para que calmara a su pueblo no surtió
efecto (Moctezuma murió en el intento) y el conquistador decidió buscar la salvación en la
huida.
HERNÁN CORTÉS EN LA NOCHE TRISTE.
No obstante, la maniobra fue descubierta y los mexicanos atacaron a los fugitivos, muriendo
muchos de ellos: aquella sangrienta retirada es recordada en los anales de la historia
con el nombre de “la noche triste”. era del 30 de junio de 1520, en las afueras de
Tenochtitlan hoy ciudad de México.
Cortés consiguió rehacer su ejército y en octubre del mismo año 1520 inició su
segunda marcha sobre México. Tras un largo sitio y una sangrienta lucha cuerpo a cuerpo, calle
por calle, casa por casa, el nuevo jefe azteca Guatemotzin, fue capturado y Tenochtitlán
cayó definitivamente.
Acusado de varios cargos por los enviados del rey, fue desposeído de sus títulos y
obligado a regresar a España en 1528. Carlos I le recibió con honores y le nombró
marqués del valle de Oaxaca, pero sin atribuirle funciones gubernativas.
Limitado en sus poderes Cortés regresó a México en 1530, exploró la costa del
Pacífico y descubrió las costas de la Baja California en 1536.
HERNÁN CORTÉS.
Juan Díaz confesó a muchos de los soldados un día antes de la batalla del 5 de
septiembre de 1519 realizada en Tlaxcala contra Xicohténcatl , vencidos los tlaxcaltecas
unos días después con quienes pactó la paz,. Juan Díaz ofició una misa con los nuevos
aliados.
En Tenochtitlan Cortés quitó los ídolos aztecas y colocó una cruz y la imagen de la
virgen, con el consentimiento de Moctezuma, Juan Díaz junto con el mercedario Bartolomé
de Olmedo, capellán de Cortés, realizaron una misa cantada en el templo Mayor ,
después otro mercedario, Juan de las Varillas, y dos franciscanos, fray Pedro
Melgarejo y fray Diego Altamirano, primo de Cortés (Ricard, Conquista cp.1 fueron
capellanes castrenses, al servicio pastoral de los soldados, de modo que el primer
anuncio del Evangelio a los indios fue realizado más bien por el mismo Cortés y sus
capitanes y soldados, aunque fuera en forma muy elemental, mientras llegaban frailes
misioneros. como se ve la presencia de los capellanes de Hernán Cortés no realizaron
prácticamente una acción evangelizadora, pues su función se limitaba a la asistencia espiritual
de los españoles.
CONVENTO FRANCISCANO EN TLAXCALA. HOY MUSEO
En la Bula del Papa Clemente, el Romano Pontífice declara que los límites de esta
Diócesis “serán los que señale Carlos, Rey de Castilla”.
La sede fue fijada en Tlaxcala, como recompensa a la lealtad que los tlaxcaltecas habían
mostrado a los conquistadores.
Por estas fechas comienzan a llegar los religiosos a territorio mexicano, así
en 1524 arriban los primeros 12 franciscanos en México. 1526 llegan de los primeros
dominicos y se crea la Diócesis de México. En 1533 Llegan los Agustinos por
primera vez. En 1535 se crea la Diócesis de Oaxaca. En 1536 Se crea la Diócesis de
Michoacán. En 1539 Se crea la Diócesis de Chiapas, también conocida como San
Cristóbal de las Casas.
LOS DOCE PRIMEROS FRANCISCANOS.
En 1524, 12 franciscanos a los que el padre General los llamó los Doce apóstoles partieron de
San Lúcar de Barrameda, el 25 de enero, alcanzaron Puerto Rico en veintisiete días de
navegación, se detuvieron seis semanas en Santo Domingo, y llegaron a San Juan de Ulúa, junto
a Veracruz, puerta de México, el 13 de mayo de 1524. Los Doce apóstoles, conducidos por
fray Martín de Valencia, fueron éstos: Francisco de Soto, Martín de Jesús (o de la
Coruña), Juan Suárez, Antonio de Ciudad Rodrigo, Toribio de Benavente (Motolinía),
García de Cisneros, Luis de Fuensalida, Juan de Ribas, Francisco Jiménez, y los frailes
legos Andrés de Córdoba y Juan de Palos.
Cuenta Bernal Díaz del Castillo (cp.171) que, en cuanto supo Cortés que los
franciscanos estaban en el puerto de Veracruz, mandó que por donde viniesen barrieran los
caminos, y los fueran recibiendo con campanas, cruces, velas encendidas y mucho acatamiento,
de rodillas y besándoles las manos y los hábitos.
Los frailes, sin querer recibir mucho regalo, se pusieron en marcha hacia
México a pie y descalzos, a su estilo propio. Descansaron en Tlaxcala, donde se
maravillaron de ver en el mercado tanta gente, y, desconociendo la lengua, por señas
indicaban el. cielo, dándoles a entender que ellos venían a mostrar el camino que a él
conduce.
Los indios, que habían sido prevenidos para recibir a tan preclaros personajes, y que
estaban acostumbrados a la militar arrogancia de los españoles, no salían de su asombro al ver
a aquel grupo de miserables, tan afables y humildes. Y al comentarlo, repetían la
palabra motolinía, hasta que el padre Toribio de Benavente preguntó por su significado.
Le dijeron que quiere decir pobre. Y desde entonces fray Toribio tomó para siempre el
nombre de Motolinía (Mendieta III,12).
EL FRANCISCANO MOTOLINIA.
Esta entrada de los Doce en México, el 17 de junio de 1524, fue una fecha tan
memorable para los indios que, según cuenta Motolinía, a ella se refieren diciendo «el año que
vino nuestro Señor; el año que vino la fe»(Historia III,1, 287).
Este grupo original se fue enriqueciendo, a partir de 1529, con otros religiosos
notables por su profunda vida espiritual y letras.
Graduados de la universidad de Salamanca fueron fray Alonso de Herrera, fray Antonio
de Huete ambos doctores en leyes. Fray Andrés de Olmos y fray Bernardino de Sahagún
procedían de la misma universidad.
Esta lista se podría alargar con otros frailes que tomaron el hábito en México y
se distinguieron por sus letras, como fray Alonso de Molina, el primer lingüista de
México, y fray Juan de Torquemada, cronista que recogió importante información
sobre el México antiguo.
Los franciscanos establecieron sus conventos en los antiguos centros urbanos indígenas
que habían gozada de hegemonía en la época prehispánica: llamados altepeme (plural de
altepetl).
Las poblaciones aledañas (pueblos sujetos, los llaman los frailes) eran visitadas desde
los conventos de acuerdo con un programa previamente establecido. Los domingos todas las
comunidades indígenas se reunían en los conventos para la instrucción religiosa y celebración de
la misa. En las fiestas locales los frailes iban a celebrarlas en las pequeñas poblaciones
En esta forma se pudo mantener el tejido social indiano ahora revestido de
cristianismo.
La Provincia del Santo Evangelio fue el centro del que salieron las restantes provincias
franciscanas de México. En 1535, al adquirir el rango oficial de Provincia, se desprendió
de ella el grupo de conventos de la zona occidental, con los que quedó constituida la
custodia de Michoacán que en 1565 alcanzó el rango de Provincia. La Provincia del
Santo Evangelio siguió avanzando, y hacia la década de 1560 llegó hasta Zacatecas
que para principios del XVII (1603) adquirió también su rango de provincia
independiente.
VISTA DE TAMPICO. MÉXICO.
El avance hacia el norte y noreste de México continuó durante el siglo XVI con la
fundación de dos custodias misioneras: Tampico y Nuevo México. Las misiones de Tampico
fueron iniciadas por el notable escritor y lingüista fray Andrés de Olmos. En 1585 ya
con el rango de custodia, tenía doce conventos que cubrían un área aproximada de
25,000 Km2., en una zona semi-pantanosa cercana a las costas del Golfo de México.
Los frailes utilizaron la rudimentaria tradición urbana de algunos grupos indígenas para
establecer los primeros conventos-misiones. Tales serían los casos de los conventos de
Tanchiapa y Tamián. En otras partes se fundaron nuevos pueblos, como Tamaolipa levantado
por el padre Olmos con indios olives y un grupo de chichimecas.
Las misiones y custodia de Nuevo México, cuyo territorio fue explorado desde 1539 por
fray Marcos de Niza, tuvieron sus orígenes en 1598 con un grupo de diez frailes que acompañó a
Juan de Oñate en su empresa colonizadora del Nuevo México.
Cuando recibió el título de custodia en 1616 contaba con 11 conventos-misiones que
atendían unos 10,000 nativos. La primera mitad del siglo XVII fue un período de
prosperidad. En 1640 trabajaban en la custodia 50 frailes con más de 25 misiones en
las que atendían alrededor de 60,000 indígenas de 50 pueblos indios.
Tarea nada sencilla fue la de encontrar un método para acercar el cristianismo a unas
culturas indígenas tan distantes de la occidental en la que llegó fraguado el mensaje cristiano.
Este documento es sin duda uno de los más importantes textos de la historia de las
misiones católicas.
Otra forma de acercamiento con las antiguas culturas fue “la flor y el canto”, de
profundas raíces indígenas y que sirvió de puente de enlace en las grandes celebraciones
religiosas cristianas. El teatro y otras representaciones vivas de los misterios cristianos
dieron a éstos un sentido dentro del mundo conceptual indígena. Los catecismos
pictográficos utilizados en los primeros años de la evangelización forman parte de este
acercamiento.
FRANCISCANISMO EN GUZMÁN.
Entre las causas de ese declive se debe mencionar la secularización de las doctrinas del
siglo XVIII y los movimientos liberales del siglo
XIX.( Cf.www.franciscanosenmexico.com.mx/quienessomos.html)
Por la muerte de algunos y por el regreso de otros a España, han dejado solos a los tres
religiosos, que se unieron en La Española. Serán ellos tres los considerados como los
fundadores de la Orden en México.
En cuatro años realizan una labor increíble: Han llegado a Antequera de Oaxaca,
han fundado dos conventos junto a la ciudad de México; Fray Betanzos ha ido a fundar
la Orden a la ciudad de Santiago de los Caballeros, en Guatemala.
En 1539 Fray Betanzos está en camino hacia Roma. Lleva la misión de pedir la
creación de una Provincia dominicana en el territorio mexicano.
DEL EXCONVENTO DE SANTO DOMINGO DE OAXACA.
Muchos conventos con pocos frailes. No obstante, se edificarán grandes conventos que
servirán para la formación de las numerosas vocaciones:México, Puebla y Oaxaca.
En menos de cincuenta años los dominicos han recorrido gran parte del sur del territorio
mexicano. Los frailes dominicos evangelizan toda la región de lo que hoy constituye el Estado de
Oaxaca.
Los religiosos dominicos han seguido una política, bien estudiada, para la edificación de
los conventos: La distancia entre ellos será de unos 35 kilómetros, una jornada de
camino; de esta manera serán lugares de hospedaje para los que transitan de un lugar
a otro en predicación itinerante.
Cuando se tiene a la vista la geografía de los conventos dominicanos, sobre todo en el sur, uno
no sale de su admiración: supone un trabajo titánico, una voluntad férrea y una decisión
de permanencia.
Hay quienes han querido ennegrecer esa labor y afirman que se utilizó la manode obra
nativa. De las actas de todos los Capítulos Provinciales se ponía, como motivo
permanente, la frase donde se recuerda que los religiosos deben pagar lo debido a
quien trabaje en la construcción de los conventos, no utilizar a más de doscientos,
proporcionarles el descanso necesario y “el adiestramiento” que deben recibir para
aprender el “oficio”. Infinidad de artesanos han aprendido, según la costumbre de la
época, un oficio de artesanía popular.
Las misiones de Sierra Gorda reciben el influjo de la Orden; ya habían funcionado con
anterioridad. Desarrollan una labor benemérita el P. Felipe Galindo y el P. Luis
Guzmán. Cuando termina el siglo, los dominicos regentan varios centros misionales. Tendrán
que ausentarse por las enormes dificultades que se presentan, las acciones del
ejército y la falta de religiosos.
Varios años están en la Baja California, desde que en 1770 se consiguen las Cédulas
Reales. Han fundado, además de las misiones recibidas de los jesuitas, los siguientes
centros: Nuestra Señora del Rosario (1774), Santo Domingo (1775), San Vicente
Ferrer (1780), San Miguel Arcángel (1787), Santo Tomás de Aquino (1791), San Pedro
Mártir (1794) y Santa Catalina(1797). Promueven el cultivo de cereales y de la
ganadería.
El año 1808 se crea otra nueva Provincia: San José de Chiapas; ha sido separada
de la Provincia de San Vicente Ferrer de Centro América.
Hay diversos problemas internos. Hay un cierto desánimo por las ordenaciones
eclesiásticas de dejar los centros poblados ya establecidos para los sacerdotes
seculares, según la mente del Concilio de Trento.También hay desánimo o enfriamiento en
las prácticas de la observancia religiosa; los religiosos
prefieren vivir en los centros poblados y dejan las zonas misionales. El períodode
Independencia y las Leyes de la Revolución serán elementos importantespara el
decaimiento total de la Orden de Predicadores en el territorio
mexicano.( Cf.cidalc.op.org/cidalc/documents/mexico.pdf)
6.-LOS AGUSTINOS EN TERRITORIO MEXICANO
Después de los franciscanos y los dominicos, los religiosos agustinos llegaron a México
en mayo de 1533 en número de siete frailes, todos clérigos: Francisco de la Cruz, que
venía como superior, Jerónimo de San Esteban, Juan de San Román, Agustín de
Coruña, Juan de Oseguera, Jorge de Ávila y Alonso de Borja.
Los primeros religiosos que atendieron la región de Landa fueron los agustinos de
la provincia de México y los franciscanos de la provincia de Michoacán.
En enero de 1743, el religioso fray Luis Trejo realizó un padrón donde manifestaba que
Tilaco contaba con 105 familias de indios Pames y la comunidad de El Lobo con 85.
Ese mismo año José de Escandón visitó otras misiones en el paraje nombrado Agua de
Landa, lugar de tierras fértiles conocidas como Tongo y Pezco, cuya población era de
153 familias con un total de 562 indígenas.
Los Pames ocuparon la región Noreste de la Sierra Gorda de Querétaro, que les proporcionaba
un hábitat con bosques, abundante agua y parte de tierra caliente hacia la Huasteca.
EN LA HUASTECA.
Sus casas estaban construidas con zacate, palma o xoxonato. Su comida ordinaria la
constituía el maíz tostado, cacalextes, verduras de tierra y los animales que criaba la Sierra.
Las mujeres vestían de enagua y huipil blanco y largo, prendas que ellas
mismas tejían; los hombres se cubrían con mantilla, posiblemente utilizada como
calzón y un ayate.
REAL DEL MONTE. MÉXICO.
La segunda fue hacia el norte, ocupando los actuales estados de Puebla, Veracruz,
Hidalgo, San Luis Potosí y Querétaro, y la tercera tomó el rumbo de occidente en la
zona de Guadalajara y Zacatecas.
Los religiosos agustinos crecieron pronto en número y para finales del siglo XVI se
contaba ya con cerca de 600 frailes, la mayoría de ellos criollos.
El primer trabajo apostólico de los agustinos fue la evangelización de los indígenas, que
consistía en enseñarles el castellano, la doctrina cristiana y una “nueva manera de vivir
como cristianos”.
Los religiosos también les enseñaron diversos oficios y una diferente manera de cultivar
la tierra.
La primera población de españoles en toda esta región fue la hacienda de San Nicolás
Concá, poblada entre los años de 1533 y 1538 durante la encomienda de Pedro Guzmán.
Su territorio ocupaba gran parte de la Sierra Gorda y entraba hasta el territorio del
actual Estado de San Luis Potosí.
En 1609 el Virrey Don Luis de Velasco firmó un decreto para que los Franciscanos
dejaran la Misión a los Agustinos de la Provincia del Santísimo Nombre de Jesús de México para
evangelizar a la Sierra Gorda; incluyendo el actual territorio del municipio de Arroyo Seco.
En los siglos XVI, XVII y XVIII los agustinos crecieron, ejercieron una gran labor
educativa y tuvieron una gran fuerza moral en la nueva sociedad, sin embargo, este crecimiento
se vio interrumpido en 1754 cuando, al igual que las otras órdenes religiosas, tuvieron que
aceptar la ejecución del decreto real llamado de la Secularización de las doctrinas, que los
obligó a dejar sus conventos y parroquias en manos del clero secular.
Esto trajo como consecuencia que en 1782 la Provincia de México quedara sólo con 11
conventos, cinco vicarías y alrededor de 700 frailes.
Una zona en la que estuvieron los agustinos fue Xilitla .A la llegada de los
misioneros Agustinos en el siglo XVI, fue designado eclesiásticamente como “San
Agustín de la gran Xilitla”, por lo que a partir de entonces se le conoce únicamente
como Xilitla.
Fray Antonio de la Roa fue el primer evangelizador, y del cual se mencionan muchos
hechos notables, que incluso le dan categoría de santo.
En 1553 se empezó a edificar el Convento de Xilitla, que debería servir para su fin y el
otro como fortaleza para resistir los ataques de los chichimecas.
En 1526 llegó Nuño Beltrán de Guzmán como gobernador de la provincia del Pánuco, a
esta jurisdicción pertenecía Xilitla
Estos ataques eran el producto del resentimiento que se tenía a las autoridades
españolas, por el sometimiento tan brutal.
En el año de 1575 en que llegó Luis Carbajal a la región, para descubrir el camino de
Mazapil, que resultó ser un mineral y así lo notifico al Virrey, este lo nombró “corregidor de los
pueblos de Tamaolípan de su partido”, este sujeto era desalmado y cruel, pues se dice que
en el convento de Xilitla llegó y juró “por el Santísimo Sacramento” que a los indios que
vinieran a él de paz, a todos los que pudiera los daría como esclavos.
Hacia 1645, la Compañía tenía en México 401 jesuitas, de los cuales unos
atendían dieciocho colegios, cada uno de ellos con más de seis sujetos, y otros
atendían parroquias o misiones (+Lopetegui-Zubillaga, Historia 729).
Por lo que a las misiones se refiere, ya a partir de 1591 los jesuitas iniciaron en la
periferia de México, al oeste y al norte sobre todo, en condiciones durísimas con
frecuencia, unas misiones que llegaron a ser famosas en la historia del Nuevo Mundo.
En esas zonas ocupadas por tribus primitivas, que ni habían estado sujetas al imperio
azteca, ni tampoco apenas a la Corona española, los jesuitas realizaron una heroica acción
misionera, casi siempre regada con la sangre del martirio. Sinaloa, Chínipas, Tepehuenes,
Tarahumara, Pimería y California, aunque la Compañía tuvo bastantes más que éstas.
Uno de los sistemas utilizados por la Compañía en México fue la creación de poblados
.El misionero reunía a los indios en poblados -ésta era una labor primera y principal, a
veces muy difícil-, nombraba gobernador al indio más idóneo, el cual elegía capitán y
teniente, alguacil y topiles o ministros.
Más grande incluso que la de Paraguay fue la provincia misionera de México, que
incluía California, con 572 jesuitas y 122.000 indios.
TEMPLO DEL NOVICIADO JESUITA DE TEPOTZOTLÁN. HOY Museo Nacional del
Virreinato, México.
Pronto se abriría un noviciado éste tenía como propósito la formación de los jóvenes
que ingresaban a la orden, siendo ésta de carácter tanto académico como religioso.
Para el siglo XVIII, Tepotzotlán era uno de los centros educativos más importantes de la
Nueva España y también uno de los colegios de la Compañía con mayor número de tierras,
haciendas y ranchos. Esto facilitó que se embarcaran en el esfuerzo de facilitar una
educación completamente gratuita, al tiempo que consolidaban un mayor apoyo
económico a las misiones
Finalmente los rarámuri optaron por la resistencia pacífica y el refugio en las montañas
para salvar lo importante.
Los misioneros fueron progresando en su trato con los rarámuri al participar en sus
ceremonias.
Los rarámuri se rehusaban a formar pueblos y temían hacerse cristianos pensando que
se les impondría, como ley de Dios, el trabajo de los españoles. A pesar de todo, conservaron
su independencia en lo que más les importaba, su libertad en dispersión, formas de
trabajo y ritos ancestrales, aunque tolerando despojos y adoptando lo que les fue útil.
Los rarámuri adoptaron así, en cierta libertad, a los misioneros y su fe por el sustrato de
coincidencias y conveniencias que debió existir. Seleccionaron a su manera lo que les
enriquecía su visión de Dios y del mundo, dejando a un lado lo que no les pareció
significativo.
Hubo una adopción selectiva ya que hasta hoy los misioneros siguen siendo aliados
aceptados y queridos, y los ‘chabochis’ (no-indígenas) siguen siendo adversarios y temidos,
aunque en convivencia pacífica.
Ya hemos visto cómo, en la mayoría de los casos, los capellanes que acompañaban a
los conquistadores pertenecían al clero secular, en algunos casos además de atender
espiritualmente a los españoles, siempre que estos se asentaban en un lugar, los
capellanes no sólo se ocupaban de los españoles sino también llevaban a cabo
acciones religiosas con los nativos bautizándolos y cuidando su formación cristiana.
Sin embargo la presencia del clero secular era mayor cuando la iglesia alcanzaba
estabilidad con la creación de diócesis y parroquias .Así los cabildos catedrales estaban
formados por clérigos lo mismo que la mayor parte de las parroquias.
La creación de diócesis en el territorio mexicano fue más rápida y más numerosa que
en otros territorios americanos, enumeramos las creadas desde los inicios hasta la
independencia, ellas nos pueden orientar acerca de la presencia del clero diocesano en
la evangelización de México:
1539 Se crea la Diócesis de Chiapas, también conocida como San Cristóbal de las
Casas.
Juan de Palafox fue nombrado obispo de Puebla de los Ángeles. Era el año
1639. Confirmó su nombramiento, el 27 de octubre de ese mismo año, el papa Urbano VIII;
el 20 de julio de 1640 pisaba Veracruz.
Erigió nueve cátedras de diversas facultades, instituyó una de lengua mexicana y giró
visitas a toda su diócesis sin consentir, según determinadas crónicas, «ser conducido a
hombros por los indios». De hecho, en defensa de la dignidad de los indígenas insistió
a los colonizadores españoles en no emplear otro método de conversión que no fuera
el de la persuasión.
El enfrentamiento de Palafox con los religiosos regulares, en especial con los jesuitas,
se explica, básicamente, por la insistencia del prelado en cumplir las cédulas reales que
exigían sujetarse a visita y examen, y por la obligación de pagar el diezmo. Es más,
ante la negativa de las Órdenes de acatar la jurisdicción y someterse a la potestad
episcopal, Palafox nombró 36 curas regulares y erigió otras tantas parroquias.
Un tira y afloja duro y desagradable que terminó cayendo del lado de los seguidores de
Ignacio de Loyola. En mayo de 1649, Juan de Palafox abandonaba Puebla y regresaba a España.
( Cf. http://www.elnortedecastilla.es › Noticias Castilla y León › Noticias Soria)
.
En septiembre de 1541 ingresaron dos jóvenes españolas, a las que siguieron grupos cada año
más numerosos. Entre las novicias de 1552 encontramos a dos nietas del emperador
Moctezuma.
Entre 1570 y 1600 las monjas de la Concepción desplegaron una gran actividad fundacional,
dando vida a cuatro conventos de su orden en la ciudad de México (1573, 1580,1594 y
1600) y a otros tres en Durango (1572), Guadalajara(1578) encauzaron la vida
religiosa de las dominicas de Oaxaca (1575) y de las jerónimas dela capital azteca
(1585) y participaron en la fundación del convento de Santa Clara de la misma ciudad
(1573) 1. Por su parte, las religiosas de Regina Coeli abrieron otro convento concepcionista en
Oaxaca (1576). Simultáneamente surgían otros monasterios de dominicas, clarisas y
jerónimas.
Esta proliferación de monasterios y la rapidez con que se llenaban son el mejor índice de su
aceptación social. En 1586 la Concepción de México alojaba a 130 profesas; dos años
más tarde el de Jesús María, fundado en 1580, ya contaba con 66 profesas y 10
novicias.
Los siglos XVII y XVIII fueron fecundos en la creación de conventos femeninos, hoy
además de reconocer la cicatería de los cronistas con respecto a la presencia de las mujeres en
la evangelización de México se están multiplicando escritos en los que aparece que la
presencia de la mujer no fue tan escasa como los cronistas de la evangelización nos
dieron a
entender.( Cf.cvc.cervantes.es/lengua/thesaurus/pdf/50/TH_50_123_594_0.pdf).
EL CURA MIGUEL HIDALGO.
a) La independencia de España.
La influencia de la clase sacerdotal, la única que, como afirma Abad y Queipo, tenía
resonancia en el corazón del pueblo, en la guerra de Independencia es evidente. El carácter
popular de la misma y el hecho de que haya sido iniciada por clérigos revela la
conexión estrecha que entre el pueblo y sus curas de almas existía, la participación
que éstos tenían en la vida total de buena parte de los mexicanos y la lealtad y
confianza que el pueblo había depositado en sus eclesiásticos, quienes eran no sólo
consejeros espirituales, sino maestros, amigos y compañeros en su angustia diaria.
LA BANDERA DE LA IDEPENDENCIA.
La guerra de Independencia muestra una participación estrecha entre el pueblo y sus curas,
mexicanos casi todos, y una oposición de los prelados, españoles en su mayoría, a los
anhelos de autonomía de México. Importa mucho en este aspecto constatar el hecho de que
cuando el estado eclesiástico se halla ligado al pueblo estrechamente en sus luchas sociales
resultan aliados; mas cuando entre ellos se establece un divorcio, el movimiento social lo arrolla
y destruye. La independencia representa el primer caso y como es el primer gran movimiento en
el que al lado de una disputa política se ventila otra de tipo social, la unión del pueblo con sus
curas resultó fructífera.
En ella, buena parte de sus caudillos fueron eclesiásticos. Don José Bravo Ugarte
señala que de 161 que tomaron parte en ese movimiento, 128 lo hicieron dentro de las
filas insurgentes y 32 en las realistas. De los 128, 125 lo fueron durante la primera
lucha de Hidalgo, Morelos y Mina y sólo 4 en las filas trigarantes. De ellos 92 eran del
clero secular y 37 del regular. De los 32 realistas, 22 eran clérigos y 10 regulares.
b) La independencia de Estados Unidos
En esta lucha, tras la cual no había ningún problema religioso, resulta, pese a los
desfallecimientos de algunos pocos, saludable, patriótica y positiva la actitud de la
mayoría del clero.
Las palabras de condenación que el vicario capitular de México don Manuel Irisarri y
Peralta diera contra la guerra son reveladoras de esa actitud.
Consideró la invasión como “la más injusta y menos racional, la más cruel a que
nunca ha dado ocasión ni el menor motivo”, y agregaba: “Ya no hay un momento
seguro y nuestra esclavitud o nuestro triunfo, son los dos extremos […] Hoy en
consecuencia es decisivo que el espíritu público se levante, se reanime, se consolide y
uniforme, no debiendo pensarse en ningún otro objeto que el de sostenerse, salvarse y
vencer”.Notable es también la actitud del obispo don Antonio Mantecón e Ibáñez, que
entregó buena parte de los bienes de su diócesis oaxaqueña para hacer frente a los
gastos de la guerra
.
La intervención francesa a partir del año 62 es la culminación de ese proceso y en ella también
hubo una actitud desigual.
Decreto que suprimió los votos religiosos. Se dio a conocer el 26 de abril de 1856.
Ley Lafragua o Ley del Registro Civil. Por medio de esta ley se estableció el
Registro del Estado Civil. Fue expedida el 27 de enero de 1857.
Ley de Matrimonio Civil: fue expedida en Veracruz el 23 de julio de 1859, por medio de
esta ley se estableció que el matrimonio religioso no tenía validez oficial y estableció
el matrimonio como un contrato civil con el Estado, eliminando así la intervención de los
sacerdotes y el cobro del mismo por parte de las iglesias.
Ley Orgánica de Registro Civil: el registro del estado civil de las personas
quedaba a cargo de empleados de gobierno y no de la Iglesia.Se declararon los
nacimientos y defunciones como un contrato civil con el Estado. Fue expedida en Veracruz el 28
de julio de 1859.
Ley sobre libertad de cultos: con esta ley la religión católica dejó de ser la
única permitida. Mediante esta ley se permitió que cada persona fuera libre de practicar y
elegir el culto que deseara, asimismo se prohibió la realización de ceremonias fuera de
las iglesias o templos. Fue expedida en Veracruz el 4 de diciembre de 1860.
Los obispos mejicanos en una carta pastoral del 27 de julio de 1926 protestan contra
estos abusos; Plutarco hizo caso omiso de estas protestas. A los pocos días el 31 de julio y
después de consultar a la santa sede, los obispos ordenan la suspensión del culto en toda
la República. De forma inmediata una docena de obispos y el arzobispo de Méjico son
expulsados del país.
Por eso puede afirmarse que estos dos obispos, al negociar con Portes Gil, no siguieron
las indicaciones de Pío XI, ya que no tuvieron en cuenta el juicio de los demás obispos
mejicanos ni el de los cristeros. Tampoco consiguieron la derogación de las leyes
persecutorias de la Iglesia; y menos aún obtuvieron garantías escritas que protegieran la suerte
de los cristeros una vez depuestas las armas.
El gobierno no fue fiel a esos arreglos, pues comenzó a través de agentes “ el asesinato
sistemático y premeditado de los cristeros que habían depuesto las armas, con el fin
de impedir cualquier reanudación del movimiento…La caza del hombre fue eficaz y
seria, ya que se puede aventurar, apoyándose en pruebas la cifra de 1.500 víctimas, de
las cuales 500 jefes, desde el grado de teniente al de general. Esto supuso una larga y
durísima prueba para la fe de los cristeros, que sin embargo se mantuvieron fieles a la Iglesia
con la ayuda de los mismos sacerdotes que durante la guerra les habían asistido.”( Meyer i.344-
34 )
El mayor fruto de la Cristiada fueron los mártires católicos que defendieron su
fe con su vida obligando a sus perseguidores, a una actitud menos sectaria contra la
Iglesia de los diversos gobiernos mejicanos en nuestros días.
Para responder a este párrafo del tema hemos seleccionado unas cuantas noticias de la
Iglesia católica en méxico hoy, son estas:
Con el tema “Seguridad, Justicia y Construcción de la Paz” nos hemos reunido los obispos de
las Diócesis de Chilpancingo-Chilapa, Tlapa, Ciudad Altamirano, y Acapulco
acompañados de agentes de pastoral en la Casa Monte Tabor durante los días 5 y 6 de
junio.
Al mismo tiempo, hemos visualizado las diferentes respuestas que se han dado a la
violencia desde la sociedad, desde los gobiernos y desde la Iglesia, reconociendo que
estas respuestas han sido insuficientes e, incluso, contraproducentes.
Al respecto, hemos reconocido que cada quien responde de manera aislada y hasta
contradictoria. Debiera darse una línea de reflexión sobre la necesidad de generar
procesos de diálogo entre actores políticos, sociales y eclesiales, como condición para
la construcción de respuestas proporcionales y eficaces al afrontar las diversas
violencias.
La ciudadanía para la paz implica procesos en los que los ciudadanos participen de
manera responsable en acciones que directa o indirectamente tienen incidencia social, política,
cultural y eclesial en la construcción de la paz.
Madre Lupita, ángel de los enfermos. Sonia Gabriela Ceja Ramírez / Semanario de
Guadalajara. 13 de mayo.-
¿Quién fue esta noble mujer? Anastasia Guadalupe García Zavala nació en Zapopan
(Jalisco, México) el 27 de abril de 1878. Su padre, Fortino García, tenía una tienda de objetos
religiosos frente a la Basílica de Nuestra Señora de Zapopan. Por ello, Guadalupe visitaba esta
iglesia con mucha frecuencia, y desde pequeña mostró un profundo amor a los pobres y a las
obras de caridad.
Tenía fama de ser una joven agradable y simpática, sin dejar de ser sencilla y
transparente en su trato, amable y servicial. Tuvo un noviazgo con un muchacho llamado
Gustavo Arreola, pero a la edad de 23 años sintió el llamado de Dios para consagrarse
a la vida religiosa, sobre todo en la atención a los enfermos y a los pobres.
Le confió esta inquietud a su director espiritual, el P. Cipriano Íñiguez Martín del Campo,
sacerdote muy joven, quien, a su vez, le dijo que él había tenido la inspiración de fundar una
congregación religiosa para atender a los enfermos del hospital que había fundado un par de
años atrás el P. José Salomé Gutiérrez, y la invitó a comenzar esta labor. Así fue que, entre
los dos, fundaron la Congregación Religiosa de Siervas de Santa Margarita María y de
los Pobres.
En la tradición judía, los que estaban fuera de Israel eran goyim, gentiles, extraños al
Pacto. Para el cristianismo, esos gentiles incircuncisos recibieron la fe; a ellos,
autoridades y filósofos, el apóstol Pablo dirige su predicación en el areópago,
anunciándoles a un Dios desconocido(Hch 17, 22.31).
El diálogo con quienes no creen abre un cauce excepcional para demostrar el sentido del
cristianismo y su propuesta como religión capaz de fincar un diálogo.
Fue en 2009 cuando Benedicto XVI animó a la Iglesia a dar una atención especial a los
no creyentes. Con el Atrio de los Gentiles, una figura con implicaciones bíblicas que
rematan, a mi juicio, en ese anuncio paulino, la Iglesia pretende escuchar a los que
ven la religión como factor anquilosado en medio del dinamismo secularista.
El Día del Niño resulta oportuno para reflexionar sobre la situación de este grupo social.
Sirven de preámbulo las duras reflexiones del Arzobispo Primado de México, el Cardenal
Norberto Rivera Carrera, en la homilía del domingo pasado: Se escuchan los reclamos de los que
quieren aniquilar impunemente al niño en el vientre materno y terminar con la vida del anciano
que ya no es productivo; en nombre de una “preferencia sexual” hombres y mujeres son
prostituidos y miles de niños y niñas explotados sexualmente, a ellos no hay quien los
defienda, pero ciertamente hay quien está lucrando y quien está encubriendo a los
explotadores…
A nivel nacional, los niños viven una situación de emergencia. Los reportes de los
organismos internacionales advierten que México se encuentra en la lista de países de la
OCDE que ocupa los primero lugares en maltrato infantil. Y es que este país, donde prima
el imperio de la impunidad, la justicia llega para los que pueden obtenerla a costa de los
vulnerables.
Le pedían, además, que diera los nombres de los dirigentes de la Unión Popular. Ante
su silencio, Anacleto fue herido por la espalda a bayoneta calada. Y, ya a punto de muerte,
fue arrastrado al patio del Cuartel para ser fusilado junto con sus compañeros. Pronto,
los cuatro cuerpos yacerían en medio de un charco de sangre.
Lo que siguió fue un cuadro de lo más desolador: El Cuartel Colorado se teñía de rojo,
rememorando la roja tierra de Tepatitlán, tierra natal del Mártir. El crepúsculo de ese día
canicular también enrojecería a jirones el cielo.
CÁRITAS MÉXICO.
6.- Cáritas Mexicana ha puesto en marcha un dispositivo especial de emergencia para
movilizar a todos sus equipos diocesanos con objeto de poder dar respuesta urgente a
las comunidades más vulnerables ante el impacto de la gripe porcina.
La devoción a la Virgen en México tiene múltiples manifestaciones, pero el signo culmen de esta
devoción está centrada en la Virgen de Guadalupe, por ello en este apartado nos vamos a
centrar en su historia y devoción.
LA VIRGEN DE GUADALUPE Y EL MISTERIO DE SUS OJOS.
Su Historia es tomada del escrito del indio Nican Mophua del siglo XVI:
Un sábado de 1531 a principios de diciembre, un indio llamado Juan Diego, iba muy de
madrugada del pueblo en que residía a la ciudad de México a clase de catecismo y a la Santa
Misa. Al llegar junto al cerro llamado Tepeyac amanecía y escuchó que le llamaban de arriba del
cerro diciendo: «Juanito, Juan Dieguito».
ANTE LA IMAGEN DE LA VIRGEN.
Él subió a la cumbre y vio a una Señora de sobrehumana belleza, cuyo vestido era brillante
como el sol, la cual con palabras muy amables y atentas le dijo: «Juanito: el más pequeño de
mis hijos, yo soy la siempre Virgen María, Madre del verdadero Dios, por quien se vive.
Deseo vivamente que se me construya aquí un templo, para en él mostrar y prodigar
todo mi amor, compasión, auxilio y defensa a todos los moradores de esta tierra y a
todos los demás amadores míos que me invoquen y en Mí confíen. Ve donde el Señor
Obispo y manifiéstale que deseo un templo en este llano. Anda y pon en ello todo tu
esfuerzo. Ten seguro que te agradeceré bien y te lo pagaré. Vas a merecer que yo te
recompense el trabajo y fatiga con que procures hacer lo que te encomiendo».
Él se arrodilló y le dijo: «Señora mía, voy corriendo a cumplir lo que me has mandado. Yo
soy tu humilde siervo». Y se fue de prisa a la ciudad y camino al Palacio del Obispo, que
era Fray Juan de Zumárraga, religioso franciscano.
Cuando el obispo oyó lo que le decía el indiecito Juan Diego, no le creyó. Solamente le
dijo: «Otro día vendrás y te oiré despacio».
Juan Diego se volvió muy triste porque no había logrado que se realizara su mensaje. Se fue
derecho a la cumbre del cerro y encontró allí a la Señora del Cielo que le estaba aguardando. Al
verla se arrodilló delante de Ella y le dijo: «Señora, la más pequeña de mis hijas, niña mía,
expuse tu mensaje al obispo, pero no me creyó. Comprendí, por la respuesta que me
dio, que pensó, quizás que es una invención mía que tú quieres que te hagan aquí un
templo. Por lo cual te ruego que le encargues a alguno de los principales que le lleve
tu mensaje para que le crean, porque yo soy un pobre hombrecillo, el último de todos.
Perdóname que te cause esta gran pesadumbre, Señora y Dueña Mía».
Ella le respondió: «Oye, hijo mío, el más pequeñito, es preciso que tú mismo solicites y
ayudes a que se cumpla mi voluntad. Mucho te ruego, hijo mío, y aún te mando, que
otra vez vayas mañana a ver al obispo. Dile que yo, en persona, la siempre Virgen
María, Madre de Dios, te envía, para hacerle saber mi voluntad: que deben hacer aquí
el templo que les pido».
Pero al día siguiente el obispo tampoco le creyó a Juan Diego y le dijo que era necesaria alguna
señal maravillosa para creer que era cierto que lo enviaba la misma Señora del Cielo. Y lo
despidió.
Juan Diego subió a la cumbre del cerro y se asombró muchísimo al ver tantas y exquisitas rosas
de Castilla, siendo aquel un tiempo de mucho hielo en el que no aparece rosa alguna por allí, y
menos en esos pedregales. Llenó su poncho o larga ruana blanca con todas aquellas bellísimas
rosas y se presentó a la Señora del Cielo.
Ella le dijo: «Hijo mío, esta es la prueba que llevarás de parte mía al obispo. Te
considero mi embajador, muy digno de confianza. Ahora te ordeno que sólo delante del
obispo despliegues tu manta y descubras lo que llevas. Contarás todo lo que viste y
admiraste para que logres que el prelado construya el templo que he pedido».
Juan Diego se puso en camino, ya contento y seguro de salir bien. Al llegar a la presencia del
obispo le dijo: «Señor, hice lo que me mandaste hacer: Pedí a la Señora del Cielo una
señal. Ella aceptó. Me despachó a la cumbre del cerro, y me mandó cortar allá unas
rosas y me dijo que te las trajera. Así lo hago, para que en ellas veas la señal que
pides, y cumplas su voluntad. Helas aquí».
Desenvolvió luego su blanca manta, y así que se esparcieron por el suelo todas las diferentes
rosas de Castilla, se dibujó en ella y apareció de repente la preciosa imagen de la Virgen María,
Madre de Dios, tal cual se venera hoy en el templo de Guadalupe en Tepeyac. Luego que la
vieron, el Obispo y todos los que allí estaban, se arrodillaron llenos de admiración. El prelado
desató del cuello de Juan Diego la manta en que se dibujó y apareció la Señora del Cielo y la
llevó con gran devoción al altar de su capilla. Con lágrimas de tristeza oró y pidió perdón por no
haber aceptado antes el mandato de la Virgen.
La ciudad entera se conmovió, y venían a ver y admirar la devota imagen y a hacerle oración; y
le pusieron por nombre la Virgen de Guadalupe, según el deseo de Nuestra Señora. Juan Diego
pidió permiso para ir a ver a su tío Bernardino, que estaba muy grave. El obispo le envió un
grupo de personas para acompañarlo. Al llegar vieron a su tío estaba muy contento y que nada
le dolía. Y vinieron a saber que había quedado instantáneamente curado en el momento en que
la Santísima Virgen dijo a Juan Diego: «No te aflijas por la enfermedad de tu tío, que en
este momento ha quedado sano».
El obispo trasladó a la Iglesia Mayor la santa imagen de la amada Señora del Cielo. La ciudad
entera desfilaba para admirar y venerar la Sagrada Imagen, maravillados todos de que hubiera
aparecido por milagro divino; porque ninguna persona de este mundo pintó su preciosa imagen.
1.-Descripción de la Imagen.
La imagen de Nuestra Señora de Guadalupe quedó impresa en un tosco tejido hecho con fibras
de maguey. Se trata del ayate, usado por los indios para acarrear cosas y no de una tilma, que
usualmente era de tejido más fino de algodón. La trama del ayate es tan burda y sencilla, que se
puede ver claramente a través de ella, y la fibra del maguey es un material tan inadecuado que
ningún pintor lo hubiera escogido para pintar sobre él.
La imagen de Nuestra Señora de Guadalupe es una maravillosa síntesis cultural, una
obra maestra que presentó la nueva fe de manera tal que pudo ser entendida y
aceptada inmediatamente por los indios mexicanos. Es imposible de describir aquí la rica y
complicada simbología que contiene este cuadro-códice porque cada detalle de color y de forma
es portador de un mensaje teológico.
El rostro impreso en el ayate es el de una joven mestiza; una anticipación, pues en aquel
momento todavía no habían mestizos de esa edad en México.
María asume así el dolor de miles de niños, los primeros de una nueva raza, rechazados
entonces tanto por los indios como por los conquistadores.
El manto azul salpicado de estrellas es la “Tilma de Turquesa” con que se revestían los
grandes señores, e indica la nobleza y la importancia del portador. Los rayos del sol
circundan totalmente a la Guadalupana como para indicar que ésta es su aurora.
Esta joven doncella mexicana está embarazada de pocos meses, así lo indican el lazo
negro que ajusta su cintura, el ligero abultamiento debajo de este y la intensidad de
los resplandores solares que aumenta a la altura del vientre. Su pie está apoyado sobre
una luna negra, (símbolo del mal para los mexicanos) y el ángel que la sostiene con gesto
severo, lleva abiertas sus alas de águila.
La Virgen de Guadalupe se presentó ante sus hijos como la Madre del Creador y conservador de
todo el universo; que viene a su pueblo porque quiere acogerlos a todos, indios y españoles, con
un mismo amor de Madre.
Con la prodigiosa impresión en el ayate comenzaba un nuevo mundo, la aurora del sexto sol que
esperaban los mexicanos. El cuadro de la Virgen de Guadalupe estuvo 116 años expuesto
a las inclemencias del ambiente, sin protección alguna contra el polvo, la humedad, el
calor, el humo de las velas y el continuo roce de miles y miles de objetos que fueron
tocados a la venerada imagen, además del constante contacto de manos y besos de
innumerables peregrinos.
Pío X proclamó a Nuestra Señora de Guadalupe “Patrona de toda la América Latina”; Pío
XI, de “Patrona de todas las Américas”; Pío XII la llamó “Emperatriz de las Américas”;
y Juan XXIII, “La misionera celeste del Nuevo Mundo” y “la Madre de las Américas”. En
la gran basílica Juan Pablo II beatificó al indio Juan Diego el 6 de mayo de 1990.
En sus cuatro visitas a México, Juan Pablo II ha visitado el Tepeyac y honrado con profundo
amor filial a la Virgen de Guadalupe a quien ha encomendado el continente Americano y su
nueva evangelización
TELA DE AYATE MEXICANO.
Lo primero que llama la atención de los expertos en textiles es que esta manta se haya podido
conservar durante siglos, expuesta al polvo, al calor y a la humedad, sin que se haya
deshilachado ni desteñido su bella policromía. Siempre estuvo así expuesta a todo, y sólo desde
hace unos años la cubrieron con un vidrio.
La tela está hecha en una fibra de ayate mexicano que, por su naturaleza, se
descompone por putrefacción dentro de veinte años. Así ha sucedido con varias
reproducciones de la imagen que se han fabricado con este mismo tejido. Sin embargo este
lienzo lleva cuatrocientos cincuenta años, desde el tiempo de Hernán Cortés, sin desgarrarse ni
descomponerse. Por causas ininteligibles a los expertos, es refractaria a la humedad y al polvo.
Se podría pensar que la tela ha resistido tanto porque la habrían encolado y preparado de
manera especial como a otras pinturas famosas, para que tuviera gran resistencia. Pero el
Señor Callaga, del instituto espacial NASA, de Estados Unidos, la ha estudiado con
aparatos de rayos infrarrojos y ha descubierto que la tela no tiene ningún engomado ni
preservativos, y que no se puede explicar cómo esa imagen ha resistido cuatro siglos en un
lienzo tan ordinario. Con estos rayos infrarrojos se ha descubierto que la imagen no tiene
esbozos previos -como se ve en los cuadros de Rubens y Tiziano-, sino que fue plasmada
directamente, tal cual se la ve, sin tanteos ni rectificaciones.
Los detalles que aparecen en las fotografías de la pupila de la Virgen de Guadalupe son: un
indio en el acto de desplegar su ruana ante un religioso; un franciscano en cuyo rostro
se ve deslizarse una lágrima; un hombre con la mano sobre la barba en señal de
admiración; otro indio en actitud de rezar; unos niños y varios religiosos franciscanos
más. O sea, todas las personas que según la historia de la Virgen de Guadalupe, escrita
hace varios siglos, estaban presentes en el momento en que apareció la sagrada
imagen.
Lo que es radicalmente imposible es que en un espacio tan pequeño, como la córnea de un ojo
situado en una imagen de tamaño natural, aún el más experto miniaturista lograra pintar todas
esas imágenes que ha sido necesario ampliar dos mil veces para poderlas advertir.
Una tilma que no se corrompe. Unos colores que no fueron pintados. Una pupila que contiene
toda la escena y todas las personas del momento del milagro. Estamos ante una imagen que ni
el tiempo ni los atentados de hombres han podido vencer.
No hay duda que a cualquier parte donde emigra el mexicano lleva consigo a
la Virgen de Guadalupe . Donde quiera que se establezca, allí impone su arraigada devoción
hacia la Virgen Morena y su tradicional fiesta de honrarla cada 12 de diciembre.
A tal punto que hasta un liberal tan notorio como don Ignacio Manuel
Altamirano llegó a decir : “El día en que no se adore a la Virgen del Tepeyac en esta
tierra, es seguro que habrá desaparecido no sólo la nacionalidad mejicana, sino hasta
el recuerdo de los moradores de la Méjico actual”.
Patrona de los estudiantes del Perú (1951) por el papa Pío XII
Reina de México y emperatriz de América (papa Juan Pablo II, en el año 2000).
La primera ermita del Tepeyac se construye a fines de 1531, mas tarde se levantaron
otros templos al pie del cerro, hasta construirse en 1976, la actual Basílica de Guadalupe, en la
que caben 40000 personas, esta basílica es de forma circular, está hecha de mármol, tiene un
órgano monumental y cuenta con siete puertas frontales.
Las banderas de todos los países del continente americano ondean permanentemente,
en el lugar mismo donde la Virgen se le apareció a Juan Diego permanece la modesta
Capilla del Cerrito, que data de 1740, a un lado de la basílica se localiza la Capilla del
Pocito, que se terminó de construir en 1791, y cuya fachada está revestida de tezontle
y mosaicos azules v blancos, una multitud procedente de todos los rincones de México
se dirige en procesión a la basílica año tras año llegando a contabilizarse hasta 6
millones de personas.
Se puede afirmar por ello que : el milagro de la Virgen de Guadalupe se perpetua a través
de los siglos en las manifestaciones de fe del pueblo mejicano.