Caravias - en Busca de Tierra
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Caravias - en Busca de Tierra
EN BUSCA DE TIERRA
Asambleas bíblicas sobre la tierra
Contenido:
Presentación
Introducción
1 - Dios formó su pueblo a partir de grupos de pobres en busca de tierra
- Canaán, la tierra elegida por Dios
- La formación de Israel
• Los campesinos sublevados
• Los pastores nómadas
• Los esclavos fugitivos
• La unión de los tres grupos
2 - El Dios que promete tierra a los que no la tienen: Exodo 3
3 - La tierra es un don de Dios que hay que conquistar: Josué
4 - Defensa de las cosechas: Gedeón
5 - En la crisis se aclaran las ideas: Dios hizo la tierra para todos:
Génesis 47 y 2
6 - La tierra se debe repartir según la necesidad de cada comunidad:
Números
7 - Un campesino defiende su tierra hasta la muerte: Nabot
8 - Un campesino denuncia el lujo de la ciudad: Amós
9 - Un campesino y un intelectual denuncian a los terratenientes:
Miqueas 2 e Isaías 5
10 - Amor de Dios a su tierra: Ezequiel 35 y 36
11 - Proyectos para asegurar un buen reparto de tierras:
Génesis 1 y Levítico 25
12 - El pueblo reclama tierras: Nehemías 5
13 - Los sin-tierra recobran su confianza en Dios: Salmo 37
14 - Valorización de la sabiduría campesina:
Proverbios y Eclesiástico
15 - Los campesinos en el tiempo de Jesús
A - El país de Jesús
B - La realidad campesina en el tiempo de Jesús
C - Los movimientos campesinos del siglo I
D - Jesús se solidarizó con los campesinos de su tiempo
16 - Jesús libera a los oprimidos: Lucas 4
17 - Solidaridad entre las primeras comunidades: Hechos 2 y 4
18 - Conciencia y solidaridad entre los jornaleros del campo: Santiago
19 - Esperamos una Tierra Nueva en la que reinará la Justicia: Apocalipsis
20 - La tierra es un don de Dios para todos: Juan Pablo II
Apéndice I: Textos bíblicos sobre la tierra
Apéndice II: Lecturas bíblicas en guaraní
Presentación
-1-
El presente librito, tomando como punto de partida, las reflexiones realizadas por los
campesinos durante el largo trayecto de 226 Km. de peregrinación ofrece un rico y
apropiado material para asambleas bíblicas sobre la tierra a la luz de la Palabra de Dios.
La Palabra de Dios es, en efecto, la luz que clarifica el verdadero sentido y valor de
la vida humana y de los grandes temas relacionados con ella, como es el de la tierra, don
de Dios para todos los hombres.
De ahí que el contenido de este librito constituye una valiosa y oportuna ayuda para
tener una clara visión cristiana del grave problema que afecta y angustia a tantos
hermanos campesinos y es motivo de profunda preocupación para todos los hombres de
recta conciencia.
Aprobamos su publicación y recomendamos su atenta lectura.
San Juan B. de las Misiones, 27 de abril de 1991.
Carlos M. Villalba
Obispo Diocesano
Introducción
Del 9 al 19 de noviembre de 1990 varios centenares de campesinos hicieron un Vía-
Crucis, a pie, desde San Ignacio de Misiones hasta Asunción, en un recorrido de 226 Km.
Le llamaron "Kurusu rape yvy rekávo" (Vía Crucis en busca de tierra ). Por las vías
"legales" llevaban años tramitando tierras para los que no las tienen. Con su Vía-Crucis
pretendían presionar a las autoridades, concientizar a la opinión pública, fortalecer su
organización y rogar a Dios para que realmente se cumplieran sus sueños de tener tierra
propia en la que poder vivir dignamente.
En su largo recorrido, cada noche, con los del pueblo donde dormían, realizaban una
reflexión bíblica acerca de sus problemas sobre la tierra. En medio de su cansancio,
buscaban cada noche en la Palabra de Dios la luz y las fuerzas que necesitaban.
El presente folleto, a partir de aquellas reflexiones, pretende ofrecer materiales para
realizar una serie de asambleas, o un curso campesino, donde se iluminen los problemas
de la tierra a la luz de la Biblia. No todo lo que se dice acá se reflexionó en el Kurusu
rape. Sino que a partir de él e inspirados en él, desarrollamos diversos temas sobre la
tierra. Procuramos también usar diversas metodologías. Todo ello como homenaje al
Kurusu rape y como apoyo a sus ideales. Así podrá ser revivido por los asistentes y
actualizado por los que lo apoyaron.
No se trata de un estudio completo sobre la materia. Sólo queremos ofrecer pistas a
animadores y dirigentes campesinos, de forma que puedan ayudar a realizar reflexiones
bíblicas entre ellos. Hemos preferido elegir textos bíblicos narrativos, o sea, que cuentan
hechos y no sólo ideas, pues son mucho más pedagógicos. Y cada reunión tiene su unidad
en sí misma, de forma que no sea necesario haber asistido a las anteriores. Aunque sí se
da una relación interna de un tema al otro. No obstante, para tener una visión de conjunto
más completa, será necesario recurrir a algún libro más sistemático sobre el tema.
El ideal sería poder realizar varios días completos de cursillo. Pero estas sugerencias
están dirigidas también a realizar reuniones en días sucesivos, semanales o de cualquier
otra forma.
A veces proponemos simples charlas de información. La mayoría de las veces,
desarrollamos esquemas a base de preguntas paras reflexionarlas comunitariamente. Casi
siempre ofrecemos al final un desarrollo del tema un poco más amplio con el fin de que
los animadores se puedan preparar un poco más a fondo.
Las sugerencias metodológicas que damos en letra más pequeña son sólo eso:
sugerencias. En cada curso o reunión se pueden realizar nuevos métodos y buscar nuevos
-2-
contenidos, de forma que siempre se avance en algo nuevo. Pero, por favor, que nadie
intente "copiar" al pie de la letra todo lo que se dice acá. Se debe realizar una cuidadosa
selección de temas y métodos. Y estar a la escucha, dispuestos siempre a ser creativos,
adaptando los temas y los métodos a la realidad de cada momento, y aun desarrollando
nuevos temas y nuevas metodologías.
Si se quiere profundizar en el tema y tener una visión de conjunto más completa se
puede consultar:
- José L. Caravias, Tierra de Fraternidad, CEPAG, Asunción 1990
Pastoral de la Tierra, Paulinas, Buenos Aires 1986.
Este primer tema sería sólo para grupos campesinos un poco más formados. En todo
caso, se trata de una charla inicial, sin metodología especial. Pero debe desarrollarse
de forma que cree en los participantes un ambiente de confianza en sí mismos. Si Dios
comenzó con gente tan pobre y desorganizada, también es posible que nos esté
llamando a nosotros, por más que tengamos tantas dificultades.
Si el animador no se atreve a hablar directamente sobre el tema, podría hacer una
lectura explicada y comentada, aunque quizás realizando antes una selección de lo
que va a leer a los participantes.
De todas formas, la selección del tema y la metodología queda en manos de los
animadores, de acuerdo a las posibilidades de su comunidad.
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Quienes tenían que pagar todo esto eran los campesinos, siempre explotados,
oprimidos y fuertemente reprimidos.
En el siglo XIII a.C., Egipto se debilitó y se retiró casi del todo de la zona, pero ello
no trajo ningún alivio para los campesinos de Canaán. Al contrario, fue motivo de
mayores luchas entre los reyes cananeos y de una mayor explotación.
En este tiempo comienza el proceso de formación del pueblo que se llamará Israel.
Para comprenderlo, nos ayudará conocer la situación geográfica de Canaán. Aquella tierra
se subdividía en cuatro regiones diferentes:
- Planicie : rica para el cultivo, habitada desde hacía mucho tiempo.
- Montaña : cubierta de vegetación, sin gente hasta entonces.
- Estepa : estrecha franja entre la planicie y la montaña, habitada por algunos
pastores.
- Desierto : región deshabitada al Sur, con algunos oasis (pequeños lugares con un
poco de agua y algunas palmeras).
En la planicie existía un número grande de ciudades, que agrupaban a los sectores
dominantes. En cada ciudad un rey centralizaba bajo su mando todos los poderes: los
económicos, los políticos y los religiosos.
Cada uno de estos centros urbanos controlaba las tierras cultivables cercanas. El rey
se consideraba dueño único de las tierras de alrededor de su ciudad. Creían que el dios
Baal entregaba la tierra a sus "hijos preferidos", que eran precisamente los reyes. Estos
podían distribuirlas a su antojo y cobrar impuestos por su uso. Los campesinos eran como
pequeños "arrendatarios", que tenían que pagar fuertes impuestos en productos agrícolas
al dueño absoluto de todo, el rey local; además tenían que realizar trabajos forzados en las
ciudades.
Todo este sistema era bendecido y apoyado por los dioses cananeos, Baal sobre todo,
asentados en sus templos en el corazón de cada ciudad. El rey era considerado como el
intermediario entre los dioses y sus súbditos.
La formación de Israel
Parece que en siglo XII a.C. se encontraron en Canaán tres grupos marginales
rebeldes:
• Grupos campesinos cananeos que se habían sublevado y se habían liberado del
sistema de impuestos de los reyes, refugiándose en las montañas (los hapirus).
• Los clanes patriarcales de pastores seminómadas, que poco a poco se iban
infiltrando en el país.
• Y el grupo de Moisés, de esclavos que se habían escapado de Egipto trayendo la fe
en Yavé, el Dios liberador.
• Los campesinos sublevados (hapirus)
En Canaán, alrededor de cada ciudad, vivían los campesinos. Los señores de la
ciudad explotaban a estos campesinos cobrándoles por el uso de la tierra una gran parte
de la cosecha. Y además los reclutaban para trabajos forzados en las ciudades. Eran
mantenidos bajo control a través de "carros de guerra" de hierro, de origen egipcio, una
de las armas más modernas de aquellos días.
El sistema de tributos era tan duro que fue produciendo gente insatisfecha, hasta tal
punto que algunos grupos campesinos escaparon del sistema y se fueron organizando en
bandas de "fuera de la ley" (hapirus). Para poder sobrevivir necesitaron organizarse y
armarse.
Había explosiones violentas, seguidas de represiones más violentas aún. En Canaán
se dio una larga y heroica lucha de resistencia por parte de los campesinos.
Indirectamente, los escritos egipcios, al engrandecer a sus generales victoriosos en
Canaán, dan testimonio de la fuerza de resistencia de los campesinos cananeos.
El movimiento de resistencia se consolidó en la zona de vegetación en las montañas.
Muchos campesinos de las planicies se fueron a los bosques de los cerros. Esta huida fue
posible porque en este tiempo se difundió el uso del hierro; antes sólo se conocía el
bronce. Y debido al descubrimiento de la cal, pudieron construir aljibes para guardar el
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agua de lluvia. Con el uso del hierro era más fácil ingresar en la zona de vegetación; con
los aljibes se hacía posible vivir en regiones montañosas, donde llueve abundantemente
en invierno, pero muy poco en verano.
Los carros de guerra de los reyes cananeos no servían para perseguir a estos
rebeldes, pues no podían entrar en la zona escarpada de los cerros. Allá los campesinos
fueron formando tribus: Efraín, Manasés, Benjamín, Judá.
Con la retirada de los faraones en el siglo XIII, los reyes de las ciudades de la
planicie comenzaron a rivalizar entre ellos con la intención de tomar cada uno la mayor
parte posible de lo que los egipcios dejaban atrás. Los campesinos se aprovechaban de las
peleas entre los reyes. Conquistaron algunos espacios propios en los valles. Sabemos que,
por lo menos, dos grupos de campesinos, uno llamado Isacar y otro Israel, liberaron
parcelas de tierra de las planicies del Norte. Allá se volvieron propietarios, independientes
de los reyes. Otros grupos más tuvieron caminos semejantes en medio de las ciudades:
Aser, Dan, Neftalí, Zabulón. Jueces 5 canta las victorias de estos campesinos en las
planicies, liderados por Débora.
• Los pastores nómadas
Quizás el primer proceso de unión se realizó entre los campesinos cananeos y los
pastores seminómadas, como medida defensiva contra las ciudades que intentaban
sujetarlos a la tributación, al trabajo forzoso y al servicio militar.
Las lluvias de invierno hacían posible la vida en las estepas, pero la sequía de verano
exigía constante migración en busca de agua. Desde hacía mucho tiempo, las estepas
estaban ocupadas por pequeños grupos de pastores de cabras y ovejas. Las familias de
Abrahán, Isaac y Jacob se encuentran entre ellos.
Estas familias de pastores habían salido posiblemente de la zona de las ciudades-
estado. Sus antepasados habían emigrado de las tierras bajo el control de los señores de la
ciudad (ver Gn 4, 11 y siguientes). Fueron campesinos que, debido a la excesiva
explotación en las ciudades, trataron de huir a regiones fuera del alcance de la represión
militar. Con sus terrenos irregulares, las estepas eran áreas en las que podían estar a salvo
de los temidos carros de guerra. Se reunieron en clanes, en los que, viviendo pobremente,
se escapaban de los impuestos y la explotación de las ciudades.
Los pastores vivían siempre fuera de las ciudades. Las historias de Abrahán, Isaac y
Jacob lo representan con claridad. Jamás ninguno de los patriarcas baja a la planicie.
Cuando se aproximaban a las pequeñas ciudades en las montañas, su vida corría peligro:
eran secuestrados (Gn 14,12ss; 26), por ejemplo. Para los pastores las ciudades son
centros de maldad (Gn 13,13). Se convirtieron en opositores radicales del sistema de las
ciudades-estado.
De este movimiento de resistencia el pueblo de Yavé aprendió mucho. La propuesta
de organizar la vida a partir de grupos menores -de familias y clanes- y de definir a partir
de ahí las demás instituciones, fue experimentada por los pastores, las "minorías
abrahámicas".
Entre las vivencias de estos sectores semi-nómadas se destaca su profunda
sensibilidad para con la tierra. Si a la tradición bíblica no le agrada admitir que la tierra
fuera transformada en propiedad (Lev 25), esto se lo debemos a las minorías de pastores.
Para éstos, la tierra jamás fue propiedad. Varios textos del Génesis celebran la promesa de
la tierra (12,1-3; 13,14-17). Sin embargo, la tierra de la promesa, no es la tierra como
propiedad particular, sino la comunal, la que beneficia a "todas las familias" (12,3).
• Los esclavos fugitivos
En la Biblia se habla poco de las salidas de los campesinos de las planicies hacia los
cerros. Para la Biblia la gran retirada fue el éxodo de Egipto. En él están simbolizados
todos los demás éxodos. La salida de la esclavitud de Egipto quedó como símbolo y
síntesis de todas las demás salidas de la esclavitud. Por eso la liberación de los hebreos
vino a ser el centro de la historia de Israel.
La salida de Egipto sucedió a finales del siglo XIII. El faraón Ramsés II había
trasladado su capital al delta del Nilo, para mantener el control sobre los movimientos de
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liberación de la tierra de Canaán. Para la construcción de esta nueva capital, fueron
reclutados pastores y campesinos hebreos, como trabajadores forzados. Sin embargo,
éstos no se sometieron a la prepotencia de Egipto. Ellos creían en un Dios que no tenía
nada que ver con los dioses de los faraones. Su Dios, Yavé, les animaba y les ayudaba a
liberarse de sus cadenas de esclavitud. Al final, después de un periodo de concientización
y organización, lograron huir de la prepotencia egipcia y consiguieron su libertad. Ya que
sus antepasados eran oriundos de la tierra de Canaán, tomaron rumbo hacia allá.
Buscaban la tierra de "leche y miel", o sea, buenos pastos y buenos frutales.
• Unión de los tres grupos
El grupo venido de Egipto se unió a sus antiguos parientes, los pastores, y en parte
también a los campesinos que se organizaban en la montaña. La gran hazaña de haber
enfrentado victoriosamente al faraón animó a los otros grupos. El número de hebreos
liberados de Egipto era pequeño. Pero muchos otros se sintieron identificados con esta
gran hazaña, y así creció su significado.
Al llegar el "grupo de Moisés", lleno de experiencias de liberación, fruto de su fe en
un Dios liberador, poco a poco se fueron uniendo los unos con los otros. La gran
contribución de los venidos de Egipto fue la fe en Yavé, el Dios de los oprimidos.
Pastores y campesinos vieron que el Dios Yavé sintetizaba lo más íntimo de sus
tradiciones y anhelos. Y lo aceptaron como propio.
El grupo del éxodo habría logrado unirlos a todos, juntando sus energías hacia un
caminar común. Los emigrantes de Egipto le dieron a todos un Dios en el que creer, Yavé.
Al final, todas las tribus se consideraron como venidas de Egipto; todas habían pasado el
mar Rojo y habían tenido la experiencia del desierto. Todas habían vencido al faraón. El
paso del mar Rojo y del desierto llegó a ser el símbolo de todo paso de la esclavitud hacia
la libertad.
Israel es el resultado de la mezcla de estas experiencias de resistencia y liberación.
Común a ella son dos aspectos: Se oponen del todo al faraón y a sus servidores, los reyes
cananeos; y reúnen a los sectores empobrecidos: pastores sin pastos, campesinos
marginados, trabajadores forzados. Israel concentra las experiencias de los sin tierra. Es
la organización de los empobrecidos en Egipto y en Canaán, caminando juntos en busca
de una tierra de fraternidad.
Tanto en Canaán como en Egipto vivía un pueblo oprimido, despedazado por siglos
de explotación. No era una raza. Era gente marginada, perdida, venida de diversas
pueblos y tribus. Lo que les unía no era la raza, ni la sangre, sino la opresión, el deseo de
tener una tierra que fuese suya y la voluntad de vivir una vida más digna. Y en ese ideal
se sintieron apoyados por Dios, Yavé, el Dios de los esclavos liberados... Por eso, en ellos
la posesión de una tierra propia es cuestión de un ideal, de una fe; de rebeldía y de lucha
en busca de libertad y fraternidad.
En realidad, ninguno de los grupos realizaron una "conquista" de la tierra, tipo
militar. La actuación de ellos no fue de conquista y de destrucción, sino de retirada de la
explotación y de éxodo hacia la selva y las estepas... Son caminantes en búsqueda; no
conquistadores. Fue más bien una ocupación lenta y relativamente pacífica de las tierras
desocupadas. En el centro del país hubo algunas alianzas pacíficas con los cananeos. En
el sur, de hecho, habría habido algún que otro combate, pero como casos aislados.
Los libros de Josué y Jueces, escritos unos quinientos años más tarde de los
acontecimientos, exageran los hechos de la "conquista", pues se trata de una "epopeya"
escrita en época de gran pesimismo del pueblo, con el fin de levantarles el ánimo. Estos
dos libros buscan engrandecer el pasado, para así animar al pueblo a volver a la cultura
fraterna de sus padres.
2. Preguntas para resumir y dialogar
a. ¿En qué regiones naturales se dividía Canaán? ¿Quiénes vivían en cada una de
ellas?
b. ¿Cuáles fueron los tres grupos que formaron Israel? ¿Qué esperaba cada uno de
ellos? ¿Qué trajo de nuevo cada uno?
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c. ¿En qué consistía la novedad de la fe en Yavé?
Si se quiere, se puede terminar siempre con una oración breve, como un Padre
Nuestro, y un canto, a ser posible, conocido por todos.
Cada día se debe comenzar y terminar con un canto, a ser posible, conocido por la
mayoría de los participantes. Y si se quiere, a continuación del canto, se puede hacer
una oración corta, pidiendo a Dios luz y fuerzas. Esto no hace falta que lo repitamos
en cada asamblea.
1. Partir de la realidad de hoy
Esta primera parte la lleva el animador, procurando hacer hablar al grupo lo más
posible. Pero no debe dar su opinión. Su tarea es animar a que cada hermano se sienta
acogido y participe. Debe hacer resúmenes de lo que digan, pero sin adelantarse a dar
soluciones. Jamás desprecie o se burle de alguien, aunque se equivoque. Todo el
mundo se debe sentir respetado. Sólo así se animará cada uno a decir su palabra.
Todos nosotros tenemos fe en Dios. Por eso estamos acá reunidos. Relacionamos a Dios
íntimamente con los problemas de la tierra. También los esclavos de Egipto sintieron esa
unión estrecha que existe entre tierra y Dios. De él recibieron la promesa de una tierra
buena, y de él esperaron siempre su cumplimiento. Comencemos nosotros por reflexionar
sobre nuestra fe en Dios respecto a los problemas de la tierra.
a. ¿Cuáles son nuestros problemas más importantes respecto a la tierra?
b. ¿Cómo pensamos que ve Dios estos problemas?
c. ¿Qué esperamos nosotros de Dios con respecto a la posesión y cultivo de la
tierra?
2. Introducción
La introducción la hace brevemente el animador, como para que se entienda mejor el
texto bíblico, pero sin adelantarse a contar el animador el mismo pasaje bíblico en sí.
Esta asamblea pretende aterrizar en un texto bíblico concreto lo visto en la charla
anterior sobre el origen del pueblo de Dios.
Este texto del Exodo es como el modelo, el prototipo, de todas las luchas del pueblo
por liberarse de la esclavitud y poderse poner en una camino de liberación, en busca de
una tierra buena, la tierra sin mal en la que haya lugar para todos. Y en este camino de
liberación en busca de la tierra que mana leche y miel el Dios verdadero está siempre
presente.
En el Exodo están representados los campesinos sublevados, los pastores nómadas
en busca de pastos, los esclavos fugitivos de aquel entonces lejano; y todas las rebeldías y
las luchas que, a través de la historia, los campesinos han ido desarrollando; y el Kurusu
rape yvy rekávo también. Todos los campesinos sin tierra estamos representados en la
narración del Exodo.
3. Leer el texto bíblico: Exodo 3,1-17
Se podría realizar una primera lectura de proclamación:
- Una persona de pie, delante de todos.
- Una segunda lectura podría hacerse entre todos, cada uno un versículo.
- Y por tercera vez, quizás algunos podrían leer el versículo que más le gustó.
4. Contar el texto bíblico
Entre todos podríamos hacer un resumen de lo leído, procurando no olvidarnos de
nada importante. Para ello nos podrían ayudar las siguientes preguntas u otras parecidas:
a. ¿Cuál era la situación de opresión en que vivían los israelitas
b. ¿Quién era y qué hacía Moisés cuando lo llamó Dios?
c. ¿Qué le dice Dios? ¿Qué le promete? ¿Qué le pide Dios?
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5. Dialogar sobre el mensaje del texto
El diálogo comunitario, si la gente es bastante, se puede hacer por grupos.
a. ¿En qué se parece nuestra realidad a la que sufrían los israelitas en aquel
tiempo?
b. ¿Por qué a Dios le interesa tanto la situación de miseria en que vive un pueblo?
c. ¿Por qué la tierra es la primera de las promesas de Dios? ¿Por qué el ser dueño
de "una tierra buena y espaciosa" es condición necesaria para que un pueblo sea libre?
d. ¿Quién es Dios, según la lectura de hoy? ¿Por qué no realiza él solo la
liberación de los esclavos? ¿Por qué llama a Moisés?
e. ¿Nos llama Dios también a nosotros? Compromisos que sacamos de este texto,
tanto a nivel personal como comunitario.
6. Oración comunitaria
Un voluntario de los participantes puede leer las siguientes oraciones, invitando a los
demás a que las repitan de una en una.
- Te agradecemos, Señor Dios, porque te preocupas de la miseria en que vivimos.
- Gracias, Señor, porque nos prometes una tierra que mana leche y miel.
- Bendito seas porque nos animas a liberarnos de toda clase de esclavitud.
- Perdón porque muchas veces nos conformamos con vivir en la miseria.
- Te rogamos, Señor, que nos des luz y fuerzas para organizarnos de forma que
consigamos tierra suficiente para todos los que no la tienen.
- Ayúdanos a salir de toda opresión.
Hagamos otras oraciones de este estilo, de forma adaptada a nuestras circunstancias
actuales, usando el versículo que más nos gustó, ya sea pidiendo algo a Dios, dándole
gracias o pidiéndole perdón.
• Padre Nuestro y canto de despedida.
Ayudas para la preparación de los animadores
En casi todas las asambleas proponemos unas "ayudas" para que los animadores que
no tengan quién les dé una mano para prepararse mejor, puedan por su cuenta estudiar
un poco mejor el tema. Estas ayudas no son para que se lean a los participantes en una
reunión bíblica, sino para prepararse para ayudarles mejor.
"El pueblo de Israel sufría bajo las esclavitud. Gritaban, y su clamor subió hasta
Dios. Oyó Dios sus lamentos y se acordó de su Alianza... Y miró Dios con bondad a los
hijos de Israel, y los atendió" Ex 2,23-25).
Es muy importante darnos cuenta de que Dios se interesa por la situación de la gente
oprimida, y toma partido a favor de ellos. El Exodo nos dice que la esclavitud, sea la que
sea, no es una situación que hay que aguantar pasivamente. Dios no está de acuerdo con
una vida así. Por eso está siempre dispuesto a ayudar a salir de ese estado de vida. La voz
de Dios es clara:
"He visto la humillación de mi pueblo en Egipto y he escuchado sus gritos cuando
los maltratan sus capataces. Yo conozco sus sufrimientos. He bajado para librar a mi
pueblo de la opresión de los egipcios y para llevarlo a un país grande y fértil... El clamor
de los hijos de Israel ha llegado hasta mí y he visto cómo los egipcios los oprimen" (Ex
3,7-9).
Aquellas familias que no poseían nada merecieron la atención preferencial de Dios.
Y esta actitud de Dios sigue teniendo un mensaje muy especial en nuestro tiempo.
Todavía hay muchos campesinos que piensan que su situación de miseria es fruto de la
voluntad de Dios. La fe les lleva equivocadamente a la resignación. Pero el mensaje del
Exodo es todo lo contrario. Las quejas de los sin-tierra, de los explotados, de los
marginados, llegan hasta el corazón de Dios. Y Dios, en respuesta, nos pide, como a
Moisés, nuestro compromiso. El siempre está dispuesto a animarnos y a luchar junto con
nosotros para que salgamos de toda clase de esclavitud. Lo que no está dispuesto es a
solucionarnos él solo los problemas, sin contar con nuestra decidida colaboración.
La voz del explotado, la sangre derramada del pobre (Gn 4,10; Ez 24,6-8; Sal 9,13),
las lágrimas de las viudas (Ex 22,22-24; Eclo 35,16-25), llegan siempre a la presencia de
Dios. Dios siempre escucha el clamor de los que no tienen nada. El problema está en que
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nosotros muchas veces no queremos escuchar la llamada de Dios a favor de los hermanos
más desprotegidos.
La promesa de Dios a los esclavos de Egipto fue "llevarlos a un país grande y fértil,
a una tierra que mana leche y miel" (Ex 3,8). Esta promesa se vuelve a recordar con
frecuencia en la Biblia. La leche simboliza a las tierra de buenos pastos; la miel
representa la tierra de buenos frutales.
Esta promesa que Dios hace a los esclavos de Egipto ya la había hecho antes a los
pastores nómadas de las estepas (Gn 26,3; 35,12). Ya se la había hecho desde el principio
a Abrahán, justamente cuando él no tenía tierra ni para enterrar a su esposa. La táctica de
Dios es prometer tierras a los que no tienen ninguna posibilidad de conseguirlas.
Antes de llegar a la tierra prometida, los esclavos fugitivos pasaron cuarenta años en
el desierto. Pero en medio de aquella sequedad, la promesa de una tierra buena seguía
siempre en pie:
"Ahora Yavé, tu Dios, va a introducirte en esa tierra buena, tierra de arroyos y de
vertientes, de aguas que brotan en los valles y en los cerros, tierra de trigo y de cebada,
de parrales e higueras, de granados y olivos, tierra de aceite y miel. Tierra donde el pan
que comas no te será racionado y donde nada te faltará; tierra donde las piedras tienen
hierro y de cuyos cerros sacarás el cobre. Comerás hasta satisfacerte y bendecirás a
Yavé por el buen país que te dio" (Dt 8,7-10).
Después de ocupar parte de Canaán, reconocieron que ciertamente aquél era "un
lugar en el que no falta nada de lo que puede haber sobre la tierra" (Jue 18,10). Las
promesas de Dios no habían sido vanas. A la luz de su fe en Dios, el pueblo se había
organizado y había luchado por su ideal, a pesar de las muchas dificultades que tuvieron.
Desde entonces, el triunfo en la lucha por conseguir suficiente tierra para cada
comunidad humana, es un testimonio permanente de la presencia de Dios en medio de su
pueblo.
Cita bíblica clave: "¿Hasta cuándo van a estar con los brazos cruzados, sin ir a tomar
posesión de la tierra que les ha dado el Señor Dios de sus padres?"
(Jos 18, 3).
Saludos iniciales, canto y oración
1. Partir de la Realidad de Hoy
Toda Latinoamérica está que arde por problemas de tierras. Hay millones de familias sin
tierra y millones de hectáreas en muy pocas manos. Hombres sin tierra y tierra sin
hombres. Y en nuestra patria también.
a. Para empezar, veamos cómo está repartida la tierra en la zona donde vivimos. Si
es zona urbana, fijarnos en el problema de la especulación de terrenos.
b. ¿Sabemos cómo están repartidas las tierras cultivables de nuestro país? ¿En qué
proporción? ¿Y en toda Latinoamérica? Buscar datos concretos y serios.
c. ¿Cuántos son los "sin tierra"? ¿Y los "sin techo"? A nivel local, departamental y
nacional.
d. ¿Pensamos que la solución de todos estos problemas ha de venir solamente del
cielo? ¿Cómo vendrá, pues, la solución?
2. Introducción
El libro de Josué no pretende hacer "historia", o sea, no busca contar los hechos del
pasado tal como sucedieron. Es un texto teológico, que pretende dar un mensaje sobre
cómo Dios quiere que se realice el reparto de tierras. Fue escrito seguramente en Judá
-9-
durante el destierro de Babilonia, en el siglo VII a.C., y quiere dar ánimo en una grave
situación de desesperación nacional, recordándoles algunos hechos heroicos de sus
antepasados.
El texto que vamos a ver del libro de Números habla del ideal por el que ellos se
sentían llamados a luchar. Y el de Josué, habla de la puesta en marcha de ese ideal.
3. Lectura de los textos: Números 33,53-54 y Josué 18, 1-10
• Leamos los dos textos hasta que seamos capaces de entenderlos bien.
• Alguien de la comunidad podría hacer después un resumen de lo leído, contándolo
con sus propias palabras. O quizás el resumen se podría hacer entre todos.
4. Diálogo comunitario
a. ¿Qué relación existe entre la primera lectura y la segunda?
b. Darse cuenta de lo que en estos textos hay de esperanza en medio de los
problemas. ¿En qué se apoyaba esa esperanza?
c. ¿Qué relación existe entre el ideal propuesto por Dios y el cumplimiento de ese
ideal?
d. ¿Qué luz nos dan estas lecturas para los problemas de nuestro tiempo?
5. Oración a partir de la Palabra de Dios vista hoy
- Creemos que Dios es el único dueño absoluto de la tierra.
Los asistentes responden repitiendo la misma oración.
- Creemos que Dios quiere que cada familia tenga tierra según el número de sus
hijos.
- Gracias, Señor, por el don de la tierra.
- Perdón porque no solucionamos según tu voluntad el problema del reparto de
tierras.
- Perdón porque muchas veces los campesinos vivimos con los brazos cruzados, sin
luchar por conseguir un reparto fraterno de la tierra.
- Ayúdanos, Señor de la Tierra, para que seamos capaces de organizar asambleas de
reparto de tierras, al estilo de Josué.
Estas pequeñas oraciones son sólo muestras para que los participantes se animen a
seguir ellos mismos haciendo cada uno su oración, de credo, de acción de gracias, de
alabanza, de perdón o de petición. Debemos procurar que cada una de las oraciones
esté hecha a partir de un párrafo del texto visto en cada día.
• Terminemos con un canto campesino, signo de la esperanza de nuestros padres:
Jahupívo ñande po ...
Ayudas para que los animadores preparen su reunión
La repartición de la tierra en el Antiguo Testamento
En el texto de Josué 18,1-10, como en tantísimos otros, es necesario, para entenderlo
correctamente, apoyarse en otros más que hablen del mismo tema. Este pasaje es un
concentrado, lleno de recuerdos. Aislado, resulta seco. Remojado en su contexto, es
sumamente sabroso.
A partir del capítulo 13 de Josué, el libro trata del reparto de las tierras. La entrega
de la tierra es el cumplimiento de una promesa jurada por Dios (Jos 1,6; 5,6). Es Yavé el
que da la tierra (Jos 21,43; 1,15). Comparada con Egipto, donde los israelitas no tenían
nada, Palestina es tierra de propiedad y, por consiguiente, de vida (Jos 18, 3).
La tierra prometida es entregada como totalidad al pueblo entero. La propiedad
colectiva es el dato primario. El pueblo entero tiene derecho a tener tierra y a vivir de
ella. Para realizar este derecho, la tierra se reparte según las divisiones del pueblo: tribus,
clanes y familias. Por eso cada propiedad es llamada "lote", porque es participación de un
total. Por eso también se ha de evitar en el reparto todo favoritismo y privilegio. Es el
Señor el que determina la distribución por medio de "las suertes"; así se evitan
favoritismos.
Cada propiedad es llamada también "heredad". Es el terreno en el que se arraiga la
familia y por ello no debe ser vendido. Se transmite de generación en generación, de
modo que la heredad es herencia.
Desde el capítulo 13 de Josué se va describiendo la repartición de la tierra entre las
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tribus. Continuamente sale la idea de herencia repartida según las familias. Sería útil que
el animador lea estos capítulos señalando las veces y el modo como se hace la repartición.
Por encima de todo queda siempre la idea de que Dios es el dueño absoluto de la
tierra. La tierra pertenece a Dios y es promesa de él. El pueblo la puede ocupar porque
Dios había decidido dársela. El reparto de tierras no es sino cumplimiento de la voluntad
de Dios, palabra que crea historia a través de la obediencia humana. El éxito del reparto
está garantizado por la promesa divina, pero depende de la colaboración humana.
Es interesante darse cuenta de que en el pasaje estudiado hoy se dice que se
desarrolla en medio de una "asamblea" (18,1). A lo largo de la historia bíblica aparecen
diversas asambleas y, curiosamente, en casi todas ellas se trata del reparto de la tierra. En
la famosa asamblea de Siquem, el mismo Yavé habla del don de la tierra (Jos 24,13).
Miqueas anuncia una "asamblea de Yavé" en la que se medirán las tierras de los
latifundistas para repartirlas en justicia (Miq 2,1-5). Y en tiempo de Nehemías, se
convoca una asamblea de renovación de la Alianza en la que después de recordar varias
veces el don divino de una "fértil y espaciosa tierra" (Neh 9,35), el pueblo se compromete
a cumplir con la antigua institución del año sabático (Neh 10,32) y los poderosos
devuelven las tierras a sus antiguos propietarios (Neh 5,1-13).
Si acaso el curso se programa un poco largo, y se quiere ver un texto sobre la defensa
armada de la tierra, se podría reflexionar el pasaje de Débora, en el que varias tribus
unidas se defienden de los ataques de los reyes de las planicies (Jue 4 y 5). El cántico
de Débora es uno de los trozos escritos más antiguos de toda la Biblia.
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3. Leer el texto: Jueces 6,1-23 y 7,1-22
Se podría realizar una primera lectura de proclamación: una persona de pie, delante
de todos. Una segunda lectura podría hacerse entre todos, cada uno un versículo. Y por
tercera vez, quizás algunos podrían leer el versículo que más le gustó.
4. Contar el texto bíblico
Entre todos podríamos hacer un resumen de lo leído, procurando no olvidarnos de
nada importante. Para ello nos podrían ayudar las siguientes preguntas u otras parecidas:
a. ¿Cuál era la situación de opresión en que vivían los israelitas (6, 1-6)
b. ¿Quién era y qué hacía Gedeón cuando lo llamó Dios? ¿Qué le pide Dios?
c. ¿Qué le dice Dios cuando Gedeón reúne a mucha gente para luchar? ¿Cómo
hace Gedeón la selección?
d ¿Cómo fue el sueño de los dos centinelas madianitas?
e. ¿En qué consistió la estrategia usada por Gedeón y su gente? ¿Cuál fue el
resultado?
5. Dialogar sobre el mensaje del texto
El diálogo comunitario, si la gente es bastante, se puede hacer por grupos.
a. ¿En qué se parece nuestra realidad a la que sufrían los israelitas en aquel
tiempo? Recordar lo que conversábamos en el número primero.
b. ¿Qué nos enseña esta historia a nosotros?
- Dios llama a quien quiere y para lo que él quiere. Le gusta llamar a los pequeños.
¿En qué nos parecemos nosotros a Gedeón?
- ¿Por qué Dios no quería un ejército tan grande?
- ¿Qué significa el pan de cebada? ¿Por qué no era pan de trigo?
- ¿Podemos encontrar algún significado a los tres instrumentos usados por la gente
de Gedeón?
- ¿Qué medios de lucha se rechazan en esta historia y cuáles se fomentan?
• Resumir nuestros descubrimientos más importantes.
6. Oración comunitaria
• Repitamos, de forma adaptada a nuestra realidad actual, el versículo que más nos
gustó, en forma de oración, ya sea de petición, de acción de gracias, de alabanza, de credo
o de perdón.
• ¿A qué nos llama Dios? Compromisos que sacamos de este texto, tanto a nivel
personal como comunitario.
• Padre Nuestro, Ave María y canto de despedida.
Si hay tiempo, resulta muy lindo organizar una representación sobre la historia de
Gedeón.
Ayudas para la reflexión
Repetimos que las ayudas normalmente son para que el animador se pueda preparar
mejor para coordinar la reunión.
Comienza la historia de Gedeón contando la dura opresión que sufrían los israelitas.
Se hace notar el poder muy superior del enemigo. Y lo derrotados que están los israelitas,
llenos de miedo e impotencia ante los ataques de sus enemigos, los madianitas. Los
israelitas sólo saben huir y esconderse (6,1-6).
Gedeón se siente pequeño para realizar la misión que le encarga Yavé (6,15).
Respuestas parecidas dieron Moisés (Ex 3,11-15), Saúl (1 Sam 9,21), Jeremías (1,4-10) y
tantos otros... La respuesta que da Dios a Gedeón es la misma que tantas veces da a lo
largo de la Biblia a los que él llama: "Yo estaré contigo" (6,16).
Es importante darse cuenta de la rebeldía inicial de Gedeón. Las circunstancias
históricas de cuando se escribió esta historia no ayudaban a creer en la acción salvadora
de Dios (6,13). Un profeta más o menos contemporáneo de los escritores del libro de
Jueces, Habacuc (1,2-4), tiene palabras aún más fuertes de rebeldía. Y son famosas las
crisis de fe de Jeremías (20,7-18), contemporáneo también suyo. Se ve que los momentos
eran muy difíciles.
Gedeón tendrá que luchar contra los enemigos de fuera, los nómadas madianitas, y
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contra un enemigo interno más peligroso aún: la idolatría (Jue 6,25-32). Pero el texto
bíblico remachará sin cansarse que los triunfos se deben exclusivamente a Yavé. Por eso
la insistencia en subrayar las dificultades a enfrentar y la pequeñez de los medios
empleados. Todos comprendían que era Dios el que había intervenido en la historia de
Gedeón para hacerle actuar así.
Es clave el versículo 2 del capítulo 7. Expresa de manera sencilla y concreta una de
las más grandes enseñanzas de la revelación bíblica. Es como un resumen del problema
de la relación entre la acción soberana de Dios y la libre actividad del hombre. Todos
sentimos de continuo la tentación de atribuirnos los éxitos sólo a nosotros mismos. Esta
enseñanza del relato de Gedeón se desarrolla en los profetas y llegará a su plenitud en San
Pablo y en los Evangelios. Lo que es locura a los ojos de los hombres, puede ser la más
elevada sabiduría, si Dios lo quiere así. Lo que parece debilidad, se convierte, en manos
de Dios, en fuerza invencible.
Dios triunfa por medio de un grupo pequeño. Las cifras de los participantes son
simbólicas. Lo que se quiere indicar es que entre los dos grupos tan desproporcionados,
Yavé elige al más pequeño (7,3-7).
El sueño del guardia nocturno madianita (7,13), en medio de su brevedad, es muy
significativo. El pan de cebada representa a los campesinos; la carpa, a los madianitas
invasores. Es clara la desproporción entre la pequeñez del pan casero y la firmeza de la
carpa, bien sujeta con estacas y cuerdas. El pan campesino, insignificante en comparación
con las armas de guerra, rueda con fuerza cerro abajo y destroza la carpa de guerra.
¡Hermoso símbolo de la acción de Dios!
Pero Dios no actúa solo, sino a través de los suyos. Los beduinos, guerreros
movilizados en camellos, eran casi invencibles en batalla abierta. Por eso Gedeón recurrió
a una táctica, con el fin de asustarlos y dispersarlos (7, 16-22).
Gedeón es símbolo de los campesinos llamados por Dios para defender el producto
del trabajo de la tierra. No luchan con las armas del enemigo, sino con la astucia de su
sabiduría campesina.
Se trata de que los participantes vean con claridad cuál es el ideal propuesto por Dios
respecto al reparto de tierras. Para ello es necesario tomar conciencia del
conformismo que por tanto tiempo se le ha enseñado al campesinado. Y después, se
podrá entender mejor el Proyecto de Dios.
1. Vivenciar el problema a través de una representación
Proponemos para empezar una representación, en la que el coordinador hace de
estanciero y los asistentes a la reunión hacen de ocupantes de parte de su estancia. Se
debe procurar que los participantes se sientan dentro del supuesto problema y se
defiendan y discutan con vivacidad. El coordinador debe emplear las ideas y palabras
que suelen usar los estancieros más conservadores... Con ello, además, se les toma el
pulso a los asistentes sobre el estado de preparación que tienen sobre el tema de la
tierra.
Unos campesinos sin tierra se tomaron parte de una gran estancia que estaba sin
cultivar. El estanciero, hombre muy "religioso" e instruido, logra conversar con los
ocupantes. Quiere convencerles de que su actitud es claramente contraria a la voluntad de
Dios. Para ello, les lee dos pasajes de la Biblia que, según él, demuestran con toda
claridad lo injusto y antirreligioso de su proceder.
Los campesinos escuchan admirados las palabras de la Biblia: "Maldito el que corre
los linderos de la propiedad de su prójimo". El estanciero remacha su idea con una nueva
cita bíblica: "No moverás los linderos de tu vecino del lugar en que los pusieron tus
padres para delimitar la herencia familiar". No se trata de palabras inventadas, como
fácilmente hace comprobar, haciéndoles leer a los mismos campesinos estas citas,
tomadas del libro del Deuteronomio 19,14 y 27,17.
El estanciero insiste en que si los campesinos se mantienen en la actitud de "robar"
tierras ajenas, Dios los va a castigar duramente. Serán malditos de Dios... Irán al
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infierno... Pues la propiedad es "sagrada" y no se puede tocar.
Algunos campesinos, por miedo a Dios, abandonan la parte de tierra ocupada. Otros
intentan seguir adelante, pero con la conciencia cargada con el peso de la "culpa" de estar
ofendiendo a Dios. Un tercer grupo, se informa bien, sabe responder al estanciero y lucha
por mantener la posesión de la tierra con la conciencia de que Dios les acompaña. Cada
uno de los tres grupos procure dar las respuestas típicas de su mentalidad.
2. Diálogo sobre la representación
Al final de la representación, dialogamos sobre lo realizado:
a. ¿Qué pensamos de todo esto?
b. ¿Es verdad que Dios ha hecho ricos a los ricos y pobres a los pobres? ¿Es verdad
que mboriahurã, mboriahupáma? ¿Por qué sí o no?
c. ¿Cómo pensamos que quiere Dios que sea el reparto de tierras?
3. Charla de profundización
En esta parte el animador aclara el problema planteado, pues a veces los participantes
se quedan medio perdidos, sin saber exactamente qué decir. Pero si en la reflexión
anterior ya se ha aclarado suficientemente el problema, no es necesaria la intervención
del animador. En este caso se puede pasar directamente a las citas bíblicas del número
4.
Como se ha podido comprobar, si a unas citas bíblicas se las usa fuera de su
ambiente histórico, se les hace decir lo que Dios nunca quiso decir. Es como si del
engranaje de una máquina de coser se sacase una de las piezas para arrojarla a la cabeza
de alguien; ciertamente para eso no fue fabricada esa pieza... Fuera de su lugar, esa pieza
nunca logrará ayudar a coser, que es para lo que fue hecha. Lo mismo, una cita bíblica
fuera de su lugar, nunca servirá para hacernos conocer la voluntad de Dios.
En el caso que nos ocupa, es verdad que la Palabra de Dios maldice a los que
cambian los linderos, pero se trata de los linderos de las tierras bien repartidas. Los
israelitas veían la tierra como un don de Dios que había que repartir fraternalmente. Las
familias más numerosas debían tener más tierra y las menos numerosas menos cantidad
de tierra, cada una lo suficiente para poder vivir dignamente: "A los que son mayor
número, les darás mayor herencia, y menor a los de menor número de familias" (Núm
26,53). Y en este caso, cuando la tierra está bien repartida, entonces sí es un "maldito" el
que cambia los linderos.
El campesino sin tierra tiene todo el derecho a poseer un pedazo de tierra, suficiente
para alimentar dignamente a toda su familia. Según las leyes de nuestros gobiernos,
quizás pueda ser castigado si ocupa tierras del que tiene demasiadas. Pero ya no se le
podrá meter miedo con la amenaza del castigo de Dios... Como veremos en próximas
reuniones, según la Biblia son "los acaparadores" los que serán castigados por Dios... La
tierra es un don de Dios para todos sus hijos. Y mientras a uno solo de los hijos de Dios le
falte un pedazo de tierra para vivir dignamente, nadie tiene derecho a tener tierras de
más...
Ciertamente el derecho de propiedad es sagrado, pero el derecho de propiedad para
todos por igual. La propiedad ha de llegar a todos. Por ello precisamente, cuando hay
tantos campesinos sin tierras, el acaparador de tierras es un maldito...
Pero si los que ocupan tierras son campesinos sin tierra y ocupan del que le sobra,
más aún si las ha robado, y peor si no las cultiva debidamente, el Dios de la Biblia los
acompaña en esa ocupación. Esas tierras no eran "ajenas", pues el mismo Dios las hizo
para que vivan todos sus hijos, y no para que nadie se enriquezca con ellas...
4. Citas bíblicas para comentar
Son muchas las citas de la Biblia que hablan sobre este tema. Proponemos leerlas, al
menos las que están en negrita, y realizar después un diálogo sencillo sobre lo que nos
dicen estos trozos de la Biblia. Con ello poco a poco se irá clarificando nuestra mente y
encendiendo nuestro ideal.
- Núm 26,52-56; 33,53-54; 36,2-7
- Dt 31,7-8
- Jos 14,1-5
- 16 -
- Ez 46,18; 47,14.21-22
• Padre Nuestro y canto de despedida.
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Amós
En este tema cambiamos el método. Puesto que se trata de entender un libro bíblico,
relativamente pequeño, presentamos el tema con abundancia de citas, de forma que los
participantes puedan ir comprobando en la Biblia cada una de ellas, según el animador
va presentando el tema. Pero es necesario que el animador se haya leído antes todo el
libro de Amós y haya preparado bien el tema.
En curso intensivo breve, este tema se podría suprimir.
1. Presentación del tema y revisión de textos
En este caso no se comienza por la realidad actual, sino por una charla del animador
ambientando la situación histórica del tiempo del profeta. Enseguida se invita a los
participantes a ir comprobando en la Biblia las citas, según aparecen en la relación. Al
final, se dialoga sobre todo ello.
Ante el despertar actual de los campesinos, que comienzan a denunciar y a exigir,
veamos las acusaciones del primer gran profeta campesino de Israel, Amós. El, ante
situaciones parecidas a las nuestras, supo denunciar con claridad, como contrarios a Dios,
los lujos en que vivían los grandes ricos de la ciudad.
Amós vivió en el siglo VIII antes de Cristo, en una época que fue próspera para
algunos sectores, pero terrible para los pobres. Crecía la usura y la corrupción
administrativo-judicial. Los pequeños propietarios, en cambio, acababan convertidos en
asalariados sin tierra y aun en esclavos (Am 2,6; 2 Re 4,1). Resultado de todo ello era el
lujo descarado de unos pocos y la miseria de la mayoría. Y, para colmo, esta situación los
poderosos querían justificarla celebrando un culto religioso con grandes lujos...
Frente a tanta inmoralidad social y tanta idolatría justificadora, el campesino Amós
levanta su voz. La palabra de Dios le había llegado al alma como "rugido de león" (3,8).
El siente en su corazón una fuerte rebeldía en contra de las injusticias que ve y en contra
de la hipocresía de los grandes cultos religiosos.
No se honra a Dios como es debido (4,4; 5,5.21), dice él. Las injusticias claman al
cielo. Dios no puede verlas y quedarse sin hacer nada. El ha elegido a su pueblo (3,2) y le
ha dado la tierra (2,9-10). Cada familia debiera estar gozando los frutos de sus campos.
Pero hay un abismo entre las exigencias de la fe y la realidad existente.
Amós, en nombre de Dios, desde los campesinos, denuncia duramente el lujo de los
comerciantes, que se construyen "casas de piedra tallada" (5,11), tanto de invierno como
de verano (3,15), con placas de marfil (3,15) y sillones con almohadones importados
(3,12; 6,4); sus mesas están llenas de excelentes vinos y perfumes caros (4,1; 6,6).
Lo más grave es que viven así sin preocuparles para nada la ruina del pueblo (6,6).
Todo lo contrario: ellos son la causa de la miseria del pueblo. La capital, Samaría, está
llena de desórdenes y de crímenes (3,9). "Pisotean al pobre exigiéndoles parte de su
cosecha" (5,11).
Sus denuncias son duras y claras. Dice a las grandes señoronas de entonces:
"Ustedes, vacas de Basán, oprimen a los débiles y aplastan a los necesitados" (4,1). Y a
sus maridos: "Yo sé que son muchos sus crímenes y enormes sus pecados, opresores de la
gente buena, que exigen dinero anticipado y hacen perder su juicio al pobre en los
tribunales" (5,12). "Ustedes sólo piensan en robarle al kilo o en cobrar de más, usando
balanzas mal calibradas. Ustedes juegan con la vida del pobre y del miserable por un
poco de dinero o por un par de sandalias" (8,5-6)."Pisotean a los pobres en el suelo y
les impiden a los humildes conseguir lo que desean" (2,7).
Son duras las acusaciones de este campesino contra aquella alta sociedad, que se
creía tan segura de sí misma. Ellos pensaban que eran los bendecidos de Dios. Pero Amós
les dice que Yavé aborrece el culto hipócrita que le rinden (5,21-23; 4,45; 5,5).
"Prepárate a enfrentarte con tu Dios" (4,12). El día del Señor se acerca y será día de
amargura: "Será como un hombre que huye del león y se encuentra con un oso" (5,18-20).
"Tus palacios serán saqueados" (3,11); y serán destruídas las casas de verano y las de
invierno (3,15). Huirán los que presumen de valientes (2,15-16) y ninguno de ellos podrá
salvarse (9,1-6). Los que se acuestan en lechos de marfil y comen exquisitamente"serán
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los primeros en partir al destierro" (6,4-7), y con ellos irán sus mujeres que empleaban
en buenos vinos la plata de los pobres (4,1-3).
A pesar de todas estas amenazas, Amós les invita a convertirse cambiando de
comportamiento. Dios está dispuesto a perdonarles. "Busquen a Yavé y vivirán" (5,4-6).
"Busquen el bien y no el mal, si quieren vivir" (5, 14-15).
Pero nadie le hace caso. Todos se molestan. Hasta que un sacerdote del santuario de
Betel, frente al que Amós predicaba, lo denuncia ante el rey (7,10) y Amós acaba siendo
expulsado del país (7,12-15).
Si se quieren hacer reuniones por grupos, se pueden leer los capítulos 4 y 5 de Amós,
y usar las preguntas que se ponen a continuación.
2. Diálogo sobre el mensaje de Amós
a. ¿Se parece en algo nuestra realidad a la de Israel en tiempo de Amós? Concretar
en qué se parece.
b. ¿Qué nos enseña a los campesinos el comportamiento y las palabras del
campesino Amós? ¿En que podemos seguir su ejemplo?
c. ¿Cómo debe ser el culto que rendimos a Dios? ¿Qué es lo que le gusta a Dios en
el culto y qué es lo que no le gusta?
3. Oración comunitaria
• Leamos o recordemos las palabras de Amós que más nos gustaron.
• Repitamos cada uno en forma de oración el versículo que más nos gustó.
• ¿A qué nos comprometemos delante de Dios, a la luz de este mensaje?
• Padre Nuestro y canto de despedida.
9 - UN CAMPESINO Y UN INTELECTUAL
DENUNCIAN A LOS TERRATENIENTES:
Miqueas 2 e Isaías 5
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una diferencia: los poderosos en seguida ejecutan lo que planean, pero en el caso de Dios
él sabe esperar.
• En tercer lugar presenta el castigo desde el punto de vista de los latifundistas,
repetido por los cantos burlones de los campesinos: "Aquel día otros se burlarán de
ustedes y les cantarán una elegía: 'Estamos totalmente perdidos; cambia la propiedad de
mi familia. ¿Cómo se atreven a quitármela? Distribuyen nuestros campos al infiel'"
(v.4). Y el castigo interpretado por Dios: "Ciertamente no tendrás quién te atribuya por
sorteo un pedazo de tierra en la asamblea del Señor" (v.5).
La mayor novedad de Miqueas es presentar sucesivamente el punto de vista de los
latifundistas y el de Dios. Además, las palabras de los opresores son cantadas
irónicamente por los oprimidos. El canto del versículo 4 es difícil de traducir. En él la
afirmación principal, la última, que se refiere a la pérdida de los campos, es
correspondencia exacta con el pecado cometido. Los latifundistas interpretan las pérdidas
de las tierras como algo que:
a) Los destruye totalmente al quitarles su base económica;
b) es una desgracia para todo el país;
c) es una injusticia;
d) beneficia a los infieles, o sea, a los que no creen en Dios.
Consideran su desgracia como una catástrofe nacional. Este modo de ver las cosas
coincide con el pensamiento de otros latifundistas de nuestra época. Hoy afirman que las
invasiones y las expropiaciones causan un grave daño al país...
El versículo 5 habla de un reparto por sorteo dentro de una "asamblea del Señor".
Según lo mandaba la ley, Miqueas da esperanza de que los campos iban a volver a sus
antiguos propietarios, los campesinos, a quienes los acaparadores de tierras habían
despreciado considerándolos "infieles", no creyentes. Pero Dios ve las cosas de forma
muy distinta. El que los latifundistas pierdan sus tierras no es una injusticia; ni, mucho
menos, una desgracia para el país. Simplemente se trata de un reparto en beneficio de
todo el pueblo, al estilo de las asambleas del Año de Jubileo (Lev 25).
Miqueas anuncia, pues, un futuro mejor para los que han perdido sus tierras. Abre
una puerta a la esperanza de los sin-tierra, hablándoles de un nuevo reparto del país.
Detrás de él está la experiencia del sufrimiento y de la esperanza del pueblo...
El otro texto parecido al de Miqueas es el de Isaías 5,8-10: "¡Ay de los que,
teniendo una casa, compraron el barrio poco a poco! ¡Ay de los que juntan campo a
campo! ¿Así que ustedes se van a apropiar de todo, y no dejarán nada a los demás? Lo
ha jurado el Señor de los Ejércitos: Han de quedar en ruinas muchas casas grandes y
hermosas, y no habrá quién las habite. Diez cuadras de uvas darán un barril de vino, y
una bolsa de semilla sólo dará un puñado".
Este texto está a continuación de la canción de la viña (5, 1-7). Se trata de una serie
de maldiciones (5, 8-23), entre las que el latifundismo aparece como el primer "lamento"
de Dios, la primera queja de su amor ofendido. Juntar casa a casa y campo a campo es la
primera "uva amarga" que Dios recibe como pago por su amor al cuidar a su pueblo.
Isaías no habla de los sufrimientos de los campesinos despojados de sus tierras. Y no
sabe darles la esperanza de un nuevo reparto de tierras. Para él, el castigo de Dios se
limita a la ruina económica de los latifundistas. Pero no ve que los latifundistas deben
perder al menos parte de sus posesiones como único camino para que la tierra pueda
alcanzar para todos..
Los dos ven con claridad que el acaparamiento de tierras ofende gravemente a Dios,
y que ello no ha de quedar sin castigo. Pero Miqueas llega más a fondo en su visión de la
realidad y ve un horizonte de esperanza para los sin tierra, cosa a la que no había prestado
atención Isaías. A lo que Isaías le llama compra, Miqueas le llama robo. Por eso la visión
del futuro es distinta según cada uno. Sin duda alguna, el propio dolor hace ver más
profundamente y más lejos que la mera contemplación desde fuera...
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10 - AMOR DE DIOS A SU TIERRA: Ezequiel 35 y 36
Si el curso se desarrolla de forma intensiva, en régimen de internado, este tema se puede ver en la oración d
todas formas, en cualquier caso, se sugiere que este tema se desarrolle especialmente en forma de oración. P
demasiadas normas. El desarrollo se deja a la creatividad de animadores y participantes.
1. Presentación del tema
Desterrado en Babilonia, desde la lejanía, Ezequiel dedica unas profecías directamente a la tierra de Is
en esos momentos a manos de extranjeros (los edomitas). Ezequiel no sólo da esperanza a los desterrados d
van a recuperar sus tierras. Da ánimo a la misma tierra de Israel, anunciándole que va a recibir de nuev
desterrados, los cuales le darán una nueva vida. Le dice a la tierra que se va a acabar el periodo de explotaci
tienen sometida los extranjeros.
En este rato de oración de ahora pretendemos darnos cuenta del amor que Dios tiene a la tierra cultiva
sus hijos. Por eso él se siente ofendido cuando alguien agarra toda la tierra o le hace daño a la tierra. Tant
Dios a la tierra, que le habla directamente a ella, como si se tratara de una persona: la consuela por los dañ
causado, promete castigar a los que le hicieron mal y le promete que volverán a ella sus hijos para cultivarla
hacerle producir como es debido.
Esta misma actitud de amor a la tierra, al ejemplo de Dios, debemos fomentar en nosotros mismos: D
que pierdan su tierra campesinos de nacimiento, que sean expulsados de ella sus verdaderos dueños, que sea
destruida la tierra. Debemos rebelarnos cuando a la tierra sólo se la mira como cosa que se compra y se ven
también fomentar un movimiento de vuelta a la tierra, para tratarla según la voluntad de Dios. Debemos am
como Dios la ama...
2. Lectura de los textos
Presentamos una selección de citas de Ezequiel, para poderlas meditar más fácilmente. Donde dice Israel, p
nosotros el nombre de nuestro país. Sus palabras parece que están escritas para nuestro tiempo.
• En primer lugar, veamos el enojo de Dios contra Edom, país enemigo que había ocupado y destruido
Israel:
"Tú dijiste: Los dos territorios de Israel y de Judá serán míos,
y haré de ellos mi herencia,
a pesar de que Dios estaba allá.
Por eso te juro, dice el Señor,
que te trataré como merece tu ira,
tu envidia y tu odio contra esta tierra,
y cuando te condene sabrás quién soy yo.
Sabrás que yo, Yavé, he oído todos los insultos que has lanzado
contra las tierras de Israel, pues decías:
Están abandonadas,
y nos las han dado como pastizales.
Ustedes me despreciaron con estas palabras
y lanzaron injurias en mi contra. Yo las oí" (Ez 35,10-13).
"¡Tierras de Israel, escuchen la palabra del Señor!
El enemigo dijo de ustedes:
'Ja, ja, estas tierras antiguas han pasado a ser propiedad nuestra'...
Tú, mi tierra, has sido destruida y codiciada por todas partes
y has llegado a ser propiedad de otras naciones;
¡has sido blanco de la habladuría
y de la difamación de la gente!" (Ez 36 1-3).
• En segundo lugar, meditemos el consuelo que da Dios a la misma tierra:
"Tierras de Israel, oigan la palabra del Señor,
que dice a los campos, a los cerros,
a los esteros y a los valles,
a las ruinas desoladas
y a las ciudades abandonadas,
que han sido entregadas al robo
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y a la burla de las naciones vecinas:
Llevado por mi enojo mandaré mi palabra contra las naciones que,
llenas de gozo y de desprecio,
se han apoderado de mi tierra,
despoblándola y saqueándola.
Por eso habla de parte mía a la tierra de Israel,
y di a los cerros y quebradas, a los arroyos y a los valles:
Esto dice el Señor:
Porque has sufrido los insultos de las naciones,
ellas mismas cargarán con sus burlas.
En cambio en ti, tierra de Israel,
brotarán tus plantas y darán fruto para mi pueblo,
pues su vuelta está cercana.
Yo vengo y me vuelvo hacia ti;
serás arada y sembrada.
Multiplicaré en ti a la gente de Israel...
Mejoraré sus condiciones de vida,
y conocerán que yo soy Yavé.
Por ti pasarán los hombres de mi pueblo,
y ellos serán tus dueños y herederos.
¡Tierra de Israel,
no permanecerás por más tiempo
privada de tus hijos!" (Ez 36,4-15).
"Todos conocerán que yo, Yavé,
reedifiqué lo arruinado
y transformé en campos de cultivo
lo que estaba sin cultivar" (Ez 36,36).
• En tercer lugar, la promesa de Dios a los campesinos despojados de sus tierras:
"Yo tomaré a los hijos de Israel...,
los reuniré de todas partes
y los llevaré a su tierra..." (Ez 37,21).
"Volverán a vivir en la tierra que les regalé...
Habitarán en ella seguros,
edificarán casas
y plantarán viñas" (Ez 28,25-26).
"Esta tierra, prometida por mí con juramento a sus padres,
todos la poseerán por partes iguales,
cada uno lo mismo que su hermano.
Esta tierra será la herencia de todos ustedes" (Ez 47,14).
3. Reflexión comunitaria
a. ¿Qué nos enseñan estas palabras sobre cómo es Dios?
b. ¿Qué es lo que más le duele a Dios que hagan con la tierra?
c. ¿Cuáles son los deseos de Dios sobre la tierra?
d. ¿Qué nos enseñan a nosotros estas palabras? ¿Nos dan ánimo y esperanza? ¿Nos abren nuevos ca
qué?
4. Oración comunitaria
• Repitamos cada uno el versículo que más nos gustó.
• Volvamos a decir el mismo versículo adaptándolo a nuestra realidad.
• Con el mismo versículo hagamos una oración de agradecimiento, de alabanza, de credo, de perdón o d
• Terminemos, como de costumbre, con un Padre Nuestro y un canto.
- 24 -
11 - PROYECTOS PARA ASEGURAR UN BUEN REPARTO DE TIERRAS: Génesis 1 y Levítico 2
Después de saludarse todos, de cantar juntos y de hacer una breve oración, el animador pase a hac
participantes sobre la realidad de las leyes agrarias en nuestro país.
1. Partir de la realidad de hoy
a. ¿Existen leyes en nuestro país que aseguren al campesinado la posesión de la tierra?
b. ¿Se apoya en ellas la existencia de latifundios? ¿Cómo?
c. ¿Se puede decir que en nuestro país los terratenientes cada vez tienen más tierras y los campesi
menos? ¿Podemos dar estadísticas?
d. ¿Qué consecuencias tiene todo esto en nuestras vidas?
2. Buscar luz en la Palabra de Dios: Génesis 1, 26-31 y Levítico 25,1-28
• Leamos estos dos trozos bíblicos en grupos hasta que seamos capaces de entender todas sus partes.
los dos fueron escritos durante el destierro en Babilonia
• A continuación, recordemos lo leído, procurando no olvidar nada importante. Aclaremos entre todos
año sabático, el año de jubileo y la obligación de prestar al que lo necesitase.
3. Dialogar sobre el mensaje del texto
a. ¿Qué relación encontramos entre el primer texto y el segundo?
b. ¿En qué consiste la orden de Génesis 1 de dominar la creación? ¿Cómo responde Levítico 25 a e
Dios? ¿Cuál es su espíritu? ¿Qué busca?
c. ¿Qué relación encontramos entre fe en Dios y reparto de tierras? ¿Por qué?
d. ¿Cómo podemos nosotros vivir hoy en día el espíritu de estas normas? Procuremos aterriza
concretas.
e. ¿Cómo querrá Dios que se realice en nuestro país una Reforma Agraria Integral?
4. Oración comunitaria
• Resumir, en forma de oración, nuestros descubrimientos más importantes.
• ¿A qué nos comprometemos, delante de Dios y de los hermanos?
• Padre Nuestro, Ave María y canto final.
Ayudas para la reflexión
El capítulo 25 del Levítico es una parte de lo que se llama el Código de Santidad (Lev 17-26). E
contienen un material muy antiguo, pero su redacción actual probablemente es del tiempo del destierro de Ba
Es importante darnos cuenta que Génesis 1 y Levítico 25 fueron escritos en la misma época. Durante e
Babilonia, al reconocer los antiguos poderosos de Judá que una de las principales causas de su destierro fue
de las tierras, planearon comenzar de nuevo. Para ello eran necesarias dos cosas. En primer lugar, aclararse l
hizo la tierra para todos los hombres (Gén 1). Y además, planear un nuevo sistema económico que
cumplimiento de la voluntad divina en el reparto de tierras (Lev 25).
Como consecuencia de lo escrito en Génesis 1 (como hemos dicho, redactado en la misma época), dice
25, 23: "La tierra es mía y ustedes están en mi tierra como forasteros y huéspedes". La tierra es, pu
exclusiva de Dios. El es el único dueño. Los hombres la poseen tan sólo a nombre suyo, y deben por ello
usarla según su voluntad.
Como reconocimiento de la propiedad divina, los campesinos de entonces, desde muy antiguo, pagab
primeros frutos de los árboles (Lev 19, 23) y las primeras espigas de la cosecha (Lev 23, 10); sólo después
primicias podían comenzar ellos a comer los frutos de la tierra (Lev 23, 14).
Como dueño absoluto, Dios puede dar su tierra a quien quiera y como quiera él. Pero Yavé, contrariam
ordenaban los dioses de Egipto y de Canaán, de Nínive y de Babilonia, había entregado su tierra a todo
quería que fuera repartida proporcionalmente según el número de miembros de cada familia (Núm 26, 52
Según este principio, el capítulo 25 del Levítico pretende asegurar el buen reparto de las tierras. Se trata de
muy antigua. El Dios de la vida, considera como muy importante la posesión fraterna de la tierra, una tierra
hijos puedan ser libres y vivir dignamente. Para el campesino la tierra es vida; en ella vive y en ella tiene fu
su vida.
El mal reparto de las tierras, el unir campo a campo dejando a los demás sin nada, había sido una de
destierro. Ahora, cuando se quiere volver, la escuela sacerdotal recuerda la necesidad de asegurar perman
buen reparto. Para ello el Levítico actualiza dos instituciones antiguas: el año sabático y el año de jubileo.
El año sabático, cada siete años, la tierra debía descansar (Lev 25, 1-7). Con ello se expresaba la ace
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soberanía de Dios, que quería la rehabilitación de "su" tierra. Después del destierro hay dos citas qu
cumplimiento de esta norma (Neh 10, 32; 1 Mac 6, 49. 53), aunque el pueblo generalmente no se la tomó mu
El año de jubileo (Lev 25, 8-28) encierra también dentro de sí la aceptación de que Dios es el dueño de
tierra no puede venderse para siempre porque la tierra es mía" (Lev 25, 23). El la ha dado en "heredad" a t
y esa herencia es sagrada. Sólo en caso de necesidad se podía alquilar por unos años. Pero siempre qued
"derecho de rescate": el mismo dueño o un pariente podía volver a "comprar" su parcela siempre que quisier
pagar, el año de jubileo la tierra volvía automáticamente al dueño anterior (Lev 25, 24-28). Con esta medid
que no llegase a haber ni acaparadores de tierras, ni gente sin tierra. Así se garantizaba la posesión de la tie
de los campesinos.
La tierra pertenece a Yavé, y su voluntad es darla al campesino para que se realice y viva en ella y
quiere que, por comerciar la tierra, se disminuya la vida a otros campesinos. "Declararás santo el año
proclamarás la liberación para todos los habitantes de la tierra... Este año jubilar cada uno recobrará s
(Lev 25, 10.13). Se trata de liberarse de la posesión de la tierra como riqueza diferencial: la tierra es un
porque viene de Dios. Comercializar la tierra es comercializar la vida de los campesinos. Poseer cada uno "t
espaciosa" es poseer vida plena. Por eso el año de una auténtica reforma agraria es un año santo. La s
mucho que ver con el reparto de tierras...
En la Biblia se habla de algunos casos concretos de devolución de tierras, como Números 36 y Nehem
año de jubileo se nombra en Isaías 61,1-2 y Ez 46,17. Jeremías 32,6-10 se refiere a un caso de derecho de
también en el librito de Rut. Y una mención especial del Jubileo hace Jesús en el momento cumbre de
misión en Nazaret (Lc 4,19), dando esperanza a tantos campesinos sin tierra como había en su tiempo.
Como complemento a estas normas, al final del capítulo 25 del Levítico (v. 35-43), se insiste en la
prestar al que lo necesite, y ello sin cobrarle intereses. Así se intentaba anular otra de las causas de las grand
sociales entre los hombres: la acumulación de dinero. Deuteronomio dice que el año sabático se deben
deudas de todos los que no han podido pagar (Dt 15, 1-4).
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compromisos.
• Padre Nuestro y canto final.
Ayudas para la reflexión
La historia de este reclamo de tierras sucedió alrededor del siglo IV antes de Cristo. Ya hacía algún ti
judíos habían vuelto del destierro de Babilonia. Y los ideales fraternos, por los que con tanto esfuerzo luc
fracasado: los más poderosos, de nuevo, habían despojado de sus bienes a los más débiles.
Pero los pobres, a la luz de su fe en Yavé, sabían lo que querían. Ellos conocían el proyecto de Di
reparto fraterno de las tierras: a cada familia según el número de sus miembros. Y se pusieron a reclamar con
una manera especial, las mujeres. De tal forma reclamaron y presionaron, que tuvieron éxito sus reclamos.
Las protestas se apoyaban en el argumento básico de que en Dios todos somos hermanos. Y, por con
eran justas aquellas enormes desigualdades sociales a las que habían llegado. Empujados por el hambre, h
sus campos: "Tuvimos que empeñar nuestros campos, viñas y casas para conseguir grano en esta escasez...
pedir dinero prestado a cuenta de nuestros campos para pagar el impuesto al rey. Sin embargo, somos de l
que nuestros hermanos, y nuestros hijos no son diferentes a sus hijos. Pero tenemos que entregarlos co
incluso muchas de nuestras hijas son ya tratadas como concubinas. Y no tenemos otra solución, puesto
campos y viñas ya pasaron a otros" (Neh 5,2-5). Estas son las "quejas muy duras" que presentaron
hermanos la gente del pueblo y sus mujeres" (5,1).
En aquella ocasión, un nuevo gobernador, llamado Nehemías, acababa de tomar posesión de su
gobernador era gente honrada, judío creyente, con sentido de justicia, y por ello estas quejas y acusaciones le
indignación". Cuenta el mismo Nehemías:" Después de reflexionar, llamé la atención a los notables y a lo
diciéndoles: ¿'Por qué ustedes no tienen lástima de sus hermanos'?" (5,7). Convocó una gran asamblea de
y les hizo ver lo mal de su comportamiento. Aquello no se podía consentir entre creyentes. Su comportamien
como de paganos: "¿Quieren ustedes imitar las prácticas vergonzosas de nuestros enemigos paganos?" (5,9
Interesante es que la primera autoridad de un país se enoje ante el hecho de que unos pocos se van que
dinero y las tierras de la mayoría de la gente. Pero lo verdaderamente interesante acá es que esa autorid
indignó y dijo que había que solucionar el problema, sino que se sintió él mismo culpable y comenzó da
Perdonó todo lo que le debían los pobres y entregó sus tierras a los que la reclamaban.
Ciertamente el problema de tierras sólo se resuelve pasando tierras de los que tienen a los que no tien
fácil aconsejarlo. ¡Pero qué difícil es que un propietario adinerado se desprenda de parte de sus tierras! Por e
ha de ser considerado como patrono de los latifundistas que quieren ser consecuentes con su fe en Dios.
Nehemías se metió él mismo en el problema, y comenzó dando ejemplo: "Olvidemos todo lo qu
devolvámosle inmediatamente sus campos, viñas, olivares, y anulemos las deudas en dinero, trigo, vino y a
Así lo hizo él. Y así prometieron, tras él, hacerlo los demás propietarios.
Pero Nehemías desconfiaba de las promesas de sus compañeros. Por eso les hizo jurar solem
devolverían las tierras. Y, por si acaso, maldijo al que no cumpliera su palabra. Se quitó el manto, lo sacudió
dijo: "Así sacuda Dios fuera de su casa y de su herencia a todo el que que no cumpla esta palabra, y
sacudido que quede sin nada" (5,13).
En este caso, debido a una profunda motivación religiosa, y al ejemplo que dio la primera autoridad (5
cumplieron su promesa. El pueblo se vio libre de sus deudas y recuperó las tierras que habían tenido que ven
por el hambre.
Para muchos seguramente esta historia es ingenua, imposible de imitar. Pero para los que se toman en
Dios, se trata de un desafío. Ciertamente el derecho de propiedad es sagrado, pero sólo en el grado en que
pueda llegar a todos. Pero cuando la propiedad se vuelve acaparadora, dejando a los demás sin nada, ya n
sino malvada, maldecida por Dios.
En nuestro país todo el mundo dice que hay que resolver el problema de los sin tierra. ¡Pero con tal d
me quiten nada! Y claro, así, no se arregla nada.
Es urgente que se comience a dar ejemplo. "¡Por qué ustedes no tienen lástima de sus hermanos!" (5
que las autoridades, los legisladores y los políticos no se desprendan voluntariamente de parte de sus propied
que digan será pura mentira, hipocresía y teatro. La autoridad acaparadora de tierras demuestra con su actitu
en el Dios de la Biblia, el Dios de Jesús.
Jesús nos diría más tarde (Mt 20, 26) que entre sus seguidores hay que ejercer el poder sirviendo a
especialmente, a los que más lo necesitan.
Zaqueo es el ejemplo de un rico que se encontró con Jesús y decidió cambiar su vida compartiendo c
"Señor, voy a dar la mitad de mis bienes a los pobres, y a quien he exigido algo injustamente le devolveré
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más" (Lc 19, 8).
En un cursillo intensivo normalmente no habrá tiempo para ver este tema. Pero puede quedar para verlo desp
ciertamente dará materia abundante para reflexionar en un par de reuniones, si el curso se realiza de a poco
bíblicas.
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Puesto que es difícil seleccionar un texto único, se propone que este tema sea visto a través de una revis
textos, acompañada de reflexiones intercaladas, acabando siempre con un momento más directo de oración.
1. Presentación del tema
En algunos momentos muy duros de la historia de los pueblos lo único que se puede hacer es
mantener su cultura y valorizar su sabiduría. Esto es lo que hace la literatura sapiencial. Revela que D
solamente a través de las profecías, sino también por la experiencia concreta y simple de cada día.
Después del destierro en Babilonia, durante el dominio de los imperios persa y helenístico, los judíos
tremenda invasión cultural, contraria a su propia cultura popular. En los libros sapienciales el pueblo d
defenderse de la invasión cultural extranjera, valorizando su propia cultura popular. En ellos la sabidur
elevada a la categoría de Palabra de Dios.
En una o dos reuniones poco podemos ver sobre el tema. Pero vale la pena ver algo siquiera sobr
campesina que se refleja en estos libros. Son normas de vida, heredadas de una larga experiencia. Asomarn
este mundo nos abrirá nuevos horizontes, y nos dejará con hambre para volver una y otra vez al tema de la c
y la impuesta desde fuera.
2. El libro de los Proverbios
La reunión, después de la explicación inicial, puede consistir en buscar en la Biblia las citas que se les va i
puede invitar además a buscar más citas que reflejen la cultura popular.
En el libro de los Proverbios se destaca la sabiduría del campesino y su cultura. Veamos algunos versícu
"Más vale el pobre que vive honradamente, que el hombre insensato de labios mentirosos" (19,1).
"Prepara tus trabajos del campo; después pensarás en construir tu casa" (24, 27).
"El que cultiva su tierra se hartará de pan, el que persigue ilusiones es un insensato" (12,11).
"Los surcos de los pobres los alimentan, mientras que otros mueren por haber faltado a la justicia" (13
En los Proverbios se ataca duramente a los que mueven los linderos de los hermanos campesinos (22,28
Hablan con estima de los animales domésticos (12,10; 14,4; 27,23-27).
Se critica, con fina hironía popular, al campesino ocioso (ate´ÿ). Se dice que el ocioso es peor que una
11), "vinagre para los dientes, humo para los ojos" (10,26). Se desprecia especialmente al dueño de un
cultivada (20,4; 24,30-34; 28,19), y a los chismosos y peleones (17,12.14; 18,8; 26,17.20-21).
Se rechaza con gran sentido común la prosperidad alcanzada mediante la opresión (14,31; 22,22-23
todas las formas de fraude y soborno (11,1; 15,27; 16,11; 17,15.23; 18,5; 20,10.23; 21,28; 24,23-24).
3. El Eclesiástico
En este libro hay textos importantes, de uso frecuente en las comunidades latinoamericanas. Es uno d
escritos del Antiguo Testamento. Su redacción es de la primera mitad del siglo II a.C., escrito seguramente
del libro de Daniel. Retoma asuntos del libro de los Proverbios, pero en otro contexto. Se trata ahora de c
comunidad los creyentes en Dios.
También en él está presente la realidad campesina. Habla con admiración del "verdor de los campos"
los animales domésticos (7,24). Hasta se llega a tratar a la tierra como madre (40,1).
Se insiste en la honra del trabajo agrícola: "No rechaces el trabajo penoso, ni la labor del campo
Altísimo" (7,15).
Por eso se dice que el campesino ocioso "es semejante a una bosta de vaca; y por eso todo el que lo to
mano" (22,2).
Exalta la necesidad de la práctica de una vida justa. En este contexto hace una relectura de la creación,
que el hombre debe dominar la tierra con justicia: "De la tierra el Señor creó al hombre..., y le dio poder so
de la tierra. Y los revistió de una fuerza como la suya, haciendo a los hombres a su imagen... Puso en s
propio ojo interior para que conociera la grandeza de sus obras... Y les dijo: Guárdense de toda injusticia...
Puesto que el campesino debe poder vivir dignamente con el fruto de su trabajo, por eso se ataca
fraude en el mercadeo de los productos, como es el problema de pesas y medidas (26,28). "Como la estaca
dos piedras juntas, el pecado se introduce entre compra y venta" (27,2). Hasta se llega a pedir que el po
vergüenza en "comprobar balanzas y pesas" (42,4).
En el capítulo 13 se aconseja al pobre que no se junte con el rico: "No te hagas amigo de uno que tiene
es más rico que tú. ¿Para qué juntar la olla de barro con la de hierro? Si ésta le da un golpe, la qu
Realmente todos estos dichos están llenos de sabiduría campesina. ¡Y la Biblia la elevó a la categoría de Pala
El Eclesiástico prolonga la enseñanza de los profetas cuando critica los sacrificios en el templo q
legalizar injusticias: "Quien ofrece en sacrificio el fruto de la injusticia, esa ofrenda es impura. Los dones
toman en cuenta la Ley no son agradables a Dios. Al Altísimo no le agradan las ofrendas de los impío
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muchos sacrificios perdona los pecados. Ofrecer un sacrificio con lo que pertenecía a los pobres es lo mism
al hijo en presencia del padre" (34, 18-20). "No trates de sobornar a Dios con regalos, porque no los ac
apoyes en un sacrificio injusto" (35, 14).
Estos dos últimos textos tienen gran importancia en la historia de América Latina, ya que fueron
conversión de Bartolomé de las Casas, el gran defensor de los indios al comienzo de la Colonia.
4. Diálogo sobre el mensaje de Proverbios y Eclesiástico
a. ¿Existe también hoy una invasión cultural en contra de nuestra cultura campesina? Sería bueno po
concretos.
b. ¿Hemos sentido vergüenza algunas veces de nuestra forma de ser? ¿Pensamos que nuestra cultura
la de otros ambientes?
c. ¿Qué nos enseñan a los campesinos las citas que hemos visto? ¿A qué nos animan?
• Si hay tiempo se podría realizar una reunión de grupos en los que se recuerden refranes y dichos pop
semejantes a los que hemos visto en la Biblia. Ver cómo esos "dichos" reflejen estima por la cultura popular
invasión cultural opresora.
5. Oración comunitaria
• Leamos o recordemos los dichos populares de la Biblia que más nos gustaron.
• Volvamos a repetir cada uno en forma de oración el versículo que más nos gustó.
• ¿A qué nos comprometemos delante de Dios, a la luz de lo que hemos aprendido hoy?
• Padre Nuestro, Ave María, Bendito y canto final.
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19 - ESPERAMOS UNA TIERRA NUEVA EN LA QUE REINARA LA JUSTICIA: Apocalipsis
En este último tema bíblico proponemos que, puesto que se trata de varias citas cortas, se haga la reu
presentación que sigue, en la que se incluyen las citas bíblicas.
1. Presentación del tema
El pueblo de Israel había luchado por construir una tierra de hermanos. Nunca lo consiguió del todo. P
se mantuvo siempre vivo. Las profecías mesiánicas esperaban la llegada de un tiempo en el que se cump
Dice Yavé por boca de Isaías: "Yo voy a crear un cielo nuevo y una tierra nueva, y el pasado no se volverá
más, ni vendrá más a la memoria. Que se alegren y que estén contentos para siempre por lo que voy a crea
18). "Los nuevos cielos y la nueva tierra que voy a crear durarán para siempre" (Is 66,22).
Dios prometió "crear un cielo nuevo y una tierra nueva" en un momento de desencanto nacional,
vuelta del exilio babilónico. Los capítulos 65 y 66 de Isaías proclaman la fidelidad y la victoria del Dios qu
con su pueblo marginado y explotado. Desde esta situación de injusticia y muerte, Dios quiere renovar
creador. A los que se les mueren los recién nacidos, a los que mueren por exceso de trabajo y por condic
infrahumanas, a los que plantan parrales sin comer sus frutos, a los que construyen casas sin poder vivi
65,20-23), a ellos se dirige Dios con una buena noticia: el anuncio de una tierra nueva, que será vida pa
tienen vida. Es el anuncio de la victoria del proyecto de Dios sobre el proyecto de muerte de algunos homb
sentirán, en adelante, sollozos de tristeza ni gritos de angustia" (Is 65,19).
La tierra se renovará, pues el proyecto de Dios sobre ella con toda seguridad va a triunfar. Habrá
justicia; y su consecuencia será la paz. "Lobo y cordero" , opresor y oprimido, no van a vivir más en "gue
"pastarán juntos" (Is 65,25).
Esta nueva creación comenzó a ser realidad con la venida de Cristo. En él, que es "el Señor del univer
"ya empezó la nueva creación" (Gál 6,15). Pero falta aún mucho para acabar de completar el crecimiento
creación.
San Pedro hizo un claro acto de fe en el cumplimiento de este ideal: "Nosotros esperamos, según la
Dios, cielos nuevos y tierra nueva, un mundo en el que reinará la justicia" (2 Ped 3,13).
San Juan en el Apocalipsis vio proféticamente la realización futura de esta meta de la historia: "De
visión del cielo nuevo y de la tierra nueva. Pues el primer cielo y la primera tierra ya pasaron... Dios l
lágrima de sus ojos y ya no existirá ni muerte, ni duelo, ni gemidos, ni penas, porque todo lo anterio
Entonces el que se sienta en el trono declaró: ahora todo lo hago nuevo" (Ap 21,1.4-5).
El fundamento de esta novedad es Dios mismo, Dios vivido en plenitud: "Ellos serán su pueblo y é
Dios con-ellos" (Ap 1,3).
En este triunfo participará toda la creación. En primer lugar, el hombre será renovado a imagen de su
un "hombre nuevo" (Col 3,10). Pero también toda la creación material llegará a la libertad de la gloria d
Dios (Rom 8,18-22). En Cristo será reconciliado "todo lo que existe" ; por él "Dios establece la paz, tanto s
como en el cielo" (Col 1,20). Gracias a Cristo resucitado, "ya empezó una nueva creación" (Gál 6,15).
Pasará el mundo injusto actual. Quedarán vencidas para siempre todo tipo de estructuras opresoras (A
llegará el momento en que Cristo glorioso consiga "la restauración del mundo" (Hch 3,21), cuando de v
todos hermanos formando un solo cuerpo, teniendo a Cristo resucitado por cabeza.
El libro del Apocalipsis es un canto a la victoria final del pueblo de Dios, junto con su Señor. Se no
pueblo ha de pasar por muchos sufrimientos. Pero al fin el mundo del desprecio y la opresión desaparecerá.
Cristo es segura. Entonces Dios será realmente el centro de la nueva humanidad.
El campesino cristiano lucha por una tierra de fraternidad sabiendo que la victoria final es segura.
estamos construyendo esa tierra nueva que esperamos, una tierra de hermanos, trabajada y mejorada
hombres, en la que no habrá más lugar para el dolor y las lágrimas. Una tierra en la que Dios vivirá plen
corazón de todos. Una tierra que tendrá en medio de ella el árbol de la vida. Una tierra en la que podr
saciarse todo el que tenga sed de la justicia y de la alegría de Dios (Ap 21 y 22).
"Todas la cosas han de reunirse
bajo una sola Cabeza, Cristo,
tanto los seres celestiales
como los terrenales" (Ef 1,10).
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2. Diálogo comunitario
a. ¿Cuál es el ideal final por el que luchamos? ¿Cuáles son nuestras esperanzas más profundas?
b. ¿Qué cosas actuales de nuestra vida permanecerán para siempre en la victoria final?
c. ¿Cómo esperamos que sea la victoria total de Cristo? ¿Cómo será eso de "una tierra nueva"?
d. ¿Qué lugar ocupa Cristo en nuestra vida de hoy? ¿Qué lugar ocupará después de la victoria?
3. Oración comunitaria
- Esperamos una tierra nueva en la que reinará la justicia.
- Esperamos que, gracias a Cristo resucitado, se acabará la falta de trabajo y de tierra, el hambre y el do
- Creemos que Jesucristo va a triunfar sobre todo sistema de poder opresor.
- Creemos que todas las cosas se han de reunir bajo la cabeza de Cristo.
- Te damos gracias, Jesús, porque al final no habrá más opresores ni oprimidos; todos seremos hermano
- Te suplicamos, Jesús, que llegues a ser realmente nuestro único Dios y Señor.
Cada uno añade la oración que le parezca más conveniente.
• Padre Nuestro, Ave María y canto de despedida.
En este último tema proponemos para la reflexión comunitaria un texto de la última carta del Papa, "Cen
como resumen actualizado de todo lo visto hasta ahora.
Como método, proponemos una lectura repetida del texto elegido y un diálogo sobre él.
1. Lectura del texto
El origen primigenio de todo lo que es un bien es el acto mismo de Dios que ha creado al mundo y al h
ha dado a éste la tierra, para que la domine con su trabajo y goce de sus frutos (ver Gén 1,28-29). Dios ha da
todo el género humano para que ella sustente a todos sus habitantes, sin excluir a nadie ni privilegiar a nin
pues, la raíz primera del destino universal de los bienes de la tierra. Esta, por su misma fecundidad y
satisfacer las necesidades del hombre, es el primer don de Dios para el sustento de la vida humana.
Ahora bien, la tierra no da sus frutos sin una peculiar respuesta del hombre al don de Dios, es decir, sin
mediante el trabajo como el hombre, usando su inteligencia y libertad, logra dominarla y hacer de ella su d
De este modo, se apropia una parte de la tierra, la que se ha conquistado con su trabajo: he ahí el origen de
individual. Obviamente le incumbe también la responsabilidad de no impedir que otros hombres obtengan
don de Dios; es más, debe cooperar con ellos para dominar juntos toda la tierra.
A lo largo de la historia, en los comienzos de toda sociedad humana, encontramos siempre estos do
trabajo y la tierra ; en cambio, no siempre, hay entre ellos la misma relación. En otros tiempos la natural f
la tierra aparecía, y era de hecho, como el factor principal de riqueza, mientras que el trabajo servía de ayud
a tal fecundidad.
En nuestro tiempo es cada vez más importante el papel del trabajo humano en cuanto factor prod
riquezas inmateriales y materiales; por otra parte, es evidente que el trabajo de un hombre se conecta natura
de otros trabajos. Hoy más que nunca, trabajar es trabajar con otros y trabajar para otros: es hacer algo pa
trabajo es tanto más fecundo y productivo, cuanto el hombre se hace más capaz de conocer las po
productivas de la tierra y ver con profundidad las necesidades de los otros hombres, para quienes se trabaja.
Juan Pablo II, Centesimus Annus, nº 31, 1 de mayo de 1991
2. Diálogo comunitario
a. Después de leer la palabra del Papa, intentemos realizar entre todos un resumen de las ideas que dic
b. ¿Para qué y para quién hizo Dios la tierra, según el Papa?
c. ¿Cuál es el origen de la propiedad individual?
d. ¿Qué relación hay entre trabajo y tierra?
e. ¿Cómo debe ser el trabajo humano?
f. ¿Qué vamos a colaborar para que podamos dominar juntos toda la tierra?
4. Oración comunitaria
- Creemos que Dios ha hecho la tierra para todos sus hijos.
- Creemos que la tierra es para quien la trabaja.
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- Gracias por el don de la tierra.
- Perdón, Jesús, porque muchas veces pensamos que Dios ha dado la tierra sólo para unos pocos.
- Perdón porque a veces no trabajamos la tierra como es debido.
- Ayúdanos, Señor, a colaborar para que podamos dominar juntos toda la tierra.
- Enséñanos a saber trabajar con otros y para otros.
Acabar con un Padre Nuestro , Ave María y canto de salida.
Apéndice I
TEXTOS BIBLICOS SOBRE LA TIERRA
A - Antiguo Testamento
1. Las tribus de los hebreos hicieron una Alianza entre ellas en presencia del Señor Dios
(Yavé) para conquistar la tierra de los cananeos, en la cual ya muchos estaban trabajando
Jos 24
- Recordaban que Dios había prometido a Abrahán esa misma tierra
Gn 12
- Y había descendido a Egipto y se había revelado a Moisés para hacer que su pueblo
tomara posesión de esa tierra
Ex 3
- Miraban a la Alianza íntimamente ligada a la posesión de la tierra
Dt 4,1-3
- 6,10-13
- 8,1.6-11
2. El pueblo de Dios hizo una reforma agraria distribuyendo la tierra entre las tribus,
según el número de sus miembros. Esto quedó como Ley de Dios
Nm 26,52-56 Sal 16,6
- 33,53s Ez 45,1-9
- 36,2-7 - 46,16-18
Dt 31,7 - 47,14.21-23
Jos 13,7 Mq 2,5
- 14,2-5
3. La tierra es un don de Dios, entregado para alimento de todos. El es el
dueño y su pueblo es el arrendatario del Señor
Gn 1,1.26-29 Is 40,21-26 Job 38 y 39 Sal 8,5-10
- 9,1-3.7 - 42,5 Prv 3,19s - 24,1s
Ex 19,5 - 66,1sEcle 5,8 - 50,10-12 Lv 25,23 Ez 33,23
Eclo 17,1-13 - 65,10-14
Dt 10,14 Sb 1,13s - 75,4
- 9,1-4- 89,12s
- 10,1s- 95,5
- 104,10-18
- 115,15s - 136,21-25
- 147,8
4. La tierra bien repartida, según la voluntad de Dios, no debe ya ser vendida, ni se deben
cambiar sus límites
Lv 25,10,28 Jr 32,6,10 Job 24,2s
Nm 36 Prv 15,25
Dt 19,14 - 22,28
- 27,17 - 23,10s
1Re 21,3 Rut 4,1s
5. La Biblia muestra un aprecio especial por el campesino y su > trabajo
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Ex 22,5s Prv 10,5
Dt 23,24 - 12,11; 13,23
- 14,4; 24,27
- 27,23-27; 28,19
Ecle 11,6
Eclo 40,22
6. Los pecados de los hombres son causa de maldición de la tierra
Gn 3,17s Is 24,4-6 Os 4,1-3
Dt 28,15-68 Jr 9,11-13 Ageo 1,6-11
- 12,4
- 14,1-7
7. El Señor condena a los opresores que acaparan tierras
1Re 21,1-23 Is 5,8-10 Prv 23,10s
Neh 5,1-9 Mq 2,1-5
Sof 2,8-11
8. La tierra es madre y es señal de bendición de Dios
Ez 36,12 Job 1,21 Sal 139,13.15
Eclo 40,1
9. La tierra es espacio sagrado de vida. No se deben cortar los árboles ni destruir la
naturaleza
Dt 20,19s Is 55,12 Jdt 2,17 Sal 96,12
1Re 3,24s
10. Los campesinos son imágenes de Dios y su sabiduría debe ser ejemplo para todos
Gn 2,8s Is 5,1-7 Mc 4,23s 1Cr 15,35s
- 28,23s Jn 15,1s 2Cr 9,6-11
St 5,7
11. Los pequeños poseerán la tierra
Is 57,13 Sal 25,12s Mt 5,5
- 60,21 - 37,9.11s
- 65,9s- 37,22.29.34
Jr 39,10
Mq 2,4s
B - En el Nuevo Testamento
1. La realidad de Jesús y de los apóstoles era la Galilea rural. Su anuncio del Reino se
hizo en medio de campesinos y en primer lugar para ellos
Mt 4,12s Mc 2,23s
- 5,3s - 4,1s
2. En la sinagoga de Nazaret Jesús anuncia un año de jubileo (liberación de la tierra y de
la esclavitud)
Lc 4,16-21 (Basado en Is 61,1s)
Mc 6,1-3
3. El Nuevo Testamento se inició en las comunidades paulinas, que pertenecían a las
periferias urbanas (suburbios). La mayoría de los primeros cristianos eran "paroiké" (las
Biblias suelen traducir por "peregrinos"), extranjeros residentes, sin derecho pleno de
ciudadanos
Flp 3,20 1Pe 1,1.17 Hb 13,14
- 2,11; 4,9
4. Se mantuvieron algunas comunidades campesinas, que sufrieron también ellas la
opresión
St 5,4
5. El Apocalipsis revela que la tierra es aliada de la Mujer (la humanidad) en contra del
Monstruo (Satanás)
Ap 12,6.15s
6. La tierra será renovada en la nueva creación, en la que se armonizarán la ciudad y el
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campo
Ap 22,1s
Apendice II
LECTURAS BÍBLICAS EN GUARANI
Jos 18, 1 Maymáva Israelgua oñembyaty táva Silópe. Upépe omopu'ã hikuái tupao vakapi. Uperõ
opa upe yvy oïma vaekue Israelgua poguýpe. 2 Oï gueteri upérõ siete aty Israelgua ijyvy'ÿva. Noñeme'ëi
gueteri chupekuéra ijyvyteerã. 3 Josué he'i Israelguápe:
- Araka'e peve piko árupinte peikóta? Tapeho peñemomba'e upe yvýre Tupã pende ypykuéra Jára
ome'ëva peëme. 4 Peiporavo veintiun kuimba'e, mbohapy hapy opa umi siete atýgui. Umíva amondóta
tohecha porã ko yvy ha ãga upéi tou te'i chéve mba'eichaitépa ikatu ñamboja'o. 5 Ñamboja'óta upe yvy siete
hendápe. Judá ñemoñarekuéra orekóma voi yvy imba'éva yvy gotyo ha José ñemoñarekuéra upéichante
avei yvate gotyo. 6 Kuatiáre pemoïta chéve mba'eichaitépa ha moõ rupi pemboja'o siete hendápe pe yvy.
Peguerúta chéve ha Tupã renondépe aitýta peëme po'a pende yvyrã rehe. 7 Pende apytépe Levi
ñemoñarekuérape noñeme'ëmo'ãi ijyvyrã. Chupekuéra ohupyty opa kuave'ëmbýgui ojeguerúva Tupãme .
Gad, Rubén ha mbyte Manasés ñemoñarekuérape oñeme'ë vaekue ijyvyrã Jordán ysyry mboypýri, kuarahy
resë gotyo. Tupã rembiguái, Moisés ome'ë vaekue chupekuéra upépe.
8 Umi kuimba'e ohóma ohecha upe yvy, Josué he'i chupekuéra kóicha:
- Tapeho pehecha upe yvy ha pemoï kuatiáre. A}ga peju jevývo che rendápe, a che aitýta peëme po'a
pende yvyrã rehe Tupã renondépe ko'a Silópe voi.
9 Oho umi kuimba'e ohechávo upe yvy. Ha omboja'o hikuái siete hendápe. Omoïmbaite kuatiáre opa
táva ojuhúva ha ojevy hikuái Silópe, Josué rendápe. 10 Ha Silópe, Tupã renondépe, Josué oity chupekuéra
po'a ijyvyrã rehe. Ome'ë Israelgua atýpe ijyvyra upe ho'a háicha chupekuéra.
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- Ha, Tupã che Jára. Che rovakete ningo ahecha Tupã rembiguáipe.
23 Tupã katu he'i chupe:
- Ani rekyhyjétei terã nde py'atarovátei, neremanomo'ãi.
Jue 7, 11 Ha ejapysaka mba'épa he'i hikuái. Rehendu rire umi mba'e he'iva hikuái, reikuaáta
reiméaha rejeity haguáicha hi'arikuéra.
12 Umi Madian ha Amalegua, ha opa umi oúva kuarahy resëguio katu tukúicha iñasãi upe ñúre, ha
ikamellokuéra heta ku yvyku'i yrembe'ýpe guáicha.
13 Gedeon oñembojávo hesekuéra, ohendu peteï omombe'u ramo hapichápe, iképe ohechava'ekue.
Ohendu he'i ramo:
- Ahecha che képe peteï pan apu'a ojapajeréiva oúvo ko ñaimeha gotyo ha ojejapi peteï kárpare ha
oity.
14 He'i chupe iñirü:
- Upe rehecháva ningo he'ise Gedeón, Hoa ra'y outaha ñandéve. Tupã rupi ja'áta Israelgua pópe.
15 Ohendúvo Gedeon upe kuimba'e iképe ohechava'ekue ha mba'épa he'ise, oñesü ha oñembo'e
Tupãme. Ha opu'ã ha oho Israelgua oïháme ha he'i chupekuéra:
-Pepu'ã jaha. Tupã omoïma Madiangua ñande pópe.
16 Omboja'o umi 300 kuimba'e mbohapy atýpe, opavavépe ome'ë peteï turu ha peteï kambuchi tata'y
hendypyre reheve hyepýpe.
17 He'i chupekuéra:
- Aga añembojávove hesekuéra amo ikupéguio, pema'e che rehe ha pejapo che ajapóva. 18 Aga ore
rombopúvove ore turu, pembopu avei peë ha pesapukái: "Tupã ha Gedeon rehe''.
19 Gedeon 100 kuimba'e reheve oho ou haguáicha umi Madianguápe ikupéguio. Ha oñemboja
hesekuéra pyhare pyte iguardia relévo jave. Ombopu hikuái ituru ha ojoka ikambuchikuéra, 20 ha opavave
ombopu joja ituru ha ojoka ikambuchi; peteï ipópe ojoko itata'y ha ambuépe katu ituru ha osapukaipa joa
hikuái: "Tupã ha Gedeon rehe''.
21 Opyta oñembo'y hikuái upe oïháme, Madiangua jerére ha ãva katu ojeity osapukai ha vaípe
odipara ágotyo pégotyo.
22 Umi 300 Israelgua katu ombopúnte iturukuéra, ha upéa aja, Tupã omoñorairõka umi
Madianguápe oñodive. Osë odipara hikuái táva Véy Sita peve oïva hína Serára rapére, ha táva Avéle
Mehóla rembe'y peve oïva Taváy ypy rupi.
Gén 2, 4 Ojapórõ Tupã ko yvy iñepyrüme, 5 mamove nopu'ãi yvyra ra'ymi peteïnte jepe. Naheñóiri
chugui mba'eve gueteri, ku ne'ïra Tupã omboúva ama ha ndaipóri avave ikatúva oñotÿ mba'eve avei. 6 Yvy
guygui osë yvu omohe'õva upérõ ijape.
7 Upéi Tupã ojapo tujúgui kuimba'e ha oipeju itïnguápe. Upéicha oñepyrü oikove pe kuimba'e. 8
Upérõ omoï Edénpe yvaty. Eden opyta hína pe Israel retãgui kuarahyresë gotyo. Upépe omoï ha'e pe
kuimba'épe. 9 Pépe omoheñói heta yvamáta hi'a porã ha héva. Ha yvaty mbytépe oï pe yvamáta
oporomoingovéva ha pe oikuaaukáva opa mba'e avei.
10 Eden rupi osyry pe y omohe'õva opa pe yvaty, 11 ha pégui osë rire, y oñemboja'o irundy ysyrýpe.
Upe tenondegua Pisõ hína pe héra. Upéva omongora yvy Avíla hérava. 12 Ha pépe oï óro, mba'e ryakuã
porã ha oï ita jegua. 13 Upéva riregua Hiõ hína pe héra ha péva omongora yvy hérava Ku. 14 Upe
mbohapyha upéva héra Tígris ha péva osyry upe tetã Asíriagui kuarahyresë gotyo. Ha pe irundyha Eufrátes
hína héra. 15 Upéi omoï nguévo Tupã pe kuimba'épe Edengua yvatýpe he'i chupe upéicha: "Hese emba'apo,
ha eñangareko. 16 He'u re'use háicha opaichagua yva ko yvaty pegua. 17 Pe yvágui katu oikuaaukáva opa
mba'e, ani re'u. Re'úrõ remanóta''.
Núm 33, 53 Peñemomba'e pe yvýre ha peñemohenda pépe, che niko ame'ë peëme pene mba'erã.
54 Pemboja'o pe yvy mayma ñemoñaregua apytépe peitývo hese po'a. Umi hetavévape peme'ë
tuichave ha ipokãvévape michïve.
Ez 46,14 Ko yvy (Chevoi ha'évaekue ame'ëtaha katuete ituakuérape), opavave oñomboja'óta hese, ha
ijapytepekuéra ndaikatumo'ai itaryrýiva, ha oñemomba'epaséva hese. Ko yvy opyta enterovépe guarã.
3, 8 Pe leõ okororõma, cháke péva! Ha Tupã he'íma iñe'ë, ha oipota oje'e upe he'íva, mávapa
okirirïta?
9 Pehendukáke peë pene ñe'ë, Tetã Asíria ha Egípto pegua róga guasúpe, ha peje: "Peñembyatýke
Samária pegua yvyty kuérape ha pehecha sarambikue upépe oïva, jeiko asy upépe ojehasáva''.
10 Tupã he'i upéicha: "Ha'e kuéra ndoikuaái heko jojáva, ha oñongatu hikuái hóga guasúpe,
opaichagua omondáva mbaretépe.
11 Pévare Tupã ipu'aka mbaretéva upéicha he'i: "Pende rehe ija'e'ÿva omongoráta pene retã, yvýre
oitýta umi tápia pende táva mo'ãha, ha pende róga guasu kuéra omoperõmbáta oheja'ÿre mba'eve''.
12 Péicha he'i Tupã: Ovecha rerekua oipe'a háicha leõ rãinguágui mokõi ijovecha retymangue, terã
inambikuénte, upéicha okañýta nehundígui umi Israelgua Samáriape oikóva, ha oguapýva Damascoygua
sillón ojeguapávape.Betel ha hóga guasu ojeguapávare he'i:
13 Tupã ipu'aka mbaretéva oñe'ë upéicha: "Ehendúke ha emombe'u ko rehendúva umi Israelguápe:
14 Ajúrõ aporandu hembiapokuére chupe kuéra, ahundíta altar kuéra Betelgua, umi altar ratï oñekytïta ha
yvýre oñemombóta. 15 Ahundíta hóga kuéra ára ro'y pegua, ára haku pegua avei. Aitýta yvýre hóga kuéra
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ojeguapáva, ha hóga guasu kuéra. Tupã upe oñe'ëva.
4, 1 Pehendúke kóva vaka kuéra Basán pegua, peikóva Samária yvyty ru'ãme, pejopýva mboriahu
ndive, pereko asýva oikotevëvape, ha pejéva pene ménape: "Perúke víno ha ja'u!''.
2 Tupã ome'ëma iñe'ë, ijehe voi ha heko marangatúre, péicha oikotaha pende rehe: "Oguahëta ára ha
peë kuéra peteiteï, ty'ãime pejehupíta ha peñemombóta, 3 tápia kua rupi ojuapykuéri, yvyty Hermón peve!''
5, 10 Angái peë! na pende a'éiva upe imarangatúvare, ha pe añetegua he'ívape upéva peapo'i. 11
mboriahu akãre pepyrüva, itrigo'águi peipe'áva diézgi peteï. Ndapeiko mo'ãi óga itagui guápe pemopu'ã
vakue, ndapey'u mo'ãi pe víno parraltýgui peñotÿ vakue.
12 Pene rembiapo vaikueta aikuaa porã, pende reko aña ijapyra'yva. Imarangatúva ndive pejopy,
mbojovakehápe, popeguárente pema'ë, ha pépe imboriahúvare opëmba.
13 Pévare iñarandúva okirirï, umi ára niko ivai.
14 Pehekáke iporãva ha ani ivaíva; upéicharõ peikovéta. Péicha mante iñañetéta pe pejéva: Tupã
pende Jara ipu'aka mbaretéva oïha pene ndive.
15 Pehejáke ivaíva, pehayhúke iporãva! Peñeha'ãke pende reko joja mbojovakehápe. Ikatu ko upérõ
Tupã ipu'aka mbaretéva oiporiahuvereko Israel rembyrépe...
21 Che mbojeguaru ha ndacha'éi ete pende karu guasúre! 22 Che monguerái etéma peñembyaty jave!
Upe mymbahapy ha umi mba'e me'ë peikuaave'ëva chéve, ndaipotavéima ãga. Umi tóro ra'y juka juajurã
peipe'a che renondégui. 23 Pende purahéi ha arpapu nahendusevéi.
24 Upe hekojojáva aipota ýicha osyry ha yvúicha topave'ÿ!
6, 4 Pejeko umi tupápe iporã/veva, marfílgui memete, ha pe'u umi so'o ikyravéva, 5 arapapúpe ha
Davídcha mba'epúpe, 6 pe'u víno ha pepurahéi, peiporu mba'eryakuã iporãvéva, mba'evetéiko chéve pejévo,
pe tetã oñehundírõ! 7 Peë raëvete pehóta hína, tembiguáirõ tetã mombyryguápe, karu guasu ha vy'a opáta
hína!
8 Tupã ome'ëma iñe'ë ijehe voi, Tupã ipu'aka mbaretéva h'ei péicha: Ndacha'éi Israélre ojejapórõ, ha
umi hóga guasu kuérare ndahechaéi etéma. Umi chupe ohayhu'ÿvape umíva ame'ëmbáta...
8, 4 Pehendúke peë pejopýva mboriahu ndive ha pehundíva tetãyguápe. 5 Peë pejéva: Araka'épa
ñamabyaretéta jasy pyahu nãme'ë haguã pe trígo? Araka'épa pe sábado ohasáta ñame'ë hepy haguã pe avati
jaiporúvo balanza japu? 6 Ñahundíta mboriahúpe toiko chugui kuéra ñane rembiguái, toñeme'ë sapatupe
ñandéve repýre. Pe trígo vorakue jepe ñame'ëta. 7 Tupã ome'ëma iñe'ë Jacob rérare: Ndache resarái mo'ãi
pejapo vakuégui...
11 Oúta ára, he'i Tupã, ñembyahýi amondóta yvy ári, ndaha'éi pángui terã uhéi Tupã ñe'ëgui
ñembyahýita. 12 Oikóta pe máva opárupi rei ohekávo Tupã ñe'ë, ohóta y aty guasu mboypýri, ha nórtegui
kuarahy resëgotyo, ha ndojuhu mo'ãi.
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31 Ñandejára léi rehe oñamindu'ugui araka'eve no ñepysangái.
32 Mbaretécho kuéra nhaija'éi hekopotïvare ha hi'ã ojuka ichupe.
33 Ñandejára katu ndohecha rei mo'ãi ha ndoheja mo'ái iñañáva poguýpe ichupe.
34 Ñañemoïke Ñandejára ñe'ëme ha jaguata hapére, ha'éntema ñanelibráne hénte ñañágui, ha
ome'ëne ñandéve yvy ñane mba'e teerã ha jahecháne heko vaíva kuéra mba'éichapa opa.
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