Eventraciones Parte IV PDF
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Otros síntomas como vómitos, estreñimiento y (3) permitir reubicar los músculos en su po-
y dolor importante no son la norma, y cuando se sición anatomofuncional.
presentan son síntomas de alarma de una incar- Precauciones: (a) preservar la irrigación e
ceración/estrangulación. inervación de los músculos afectos; (b) ase-
Los pacientes que rechazan la cirugía de gurar una cubierta abdominal con varios
una eventración o se contraindica por alto riesgo planos superpuestos, siguiendo las líneas de
anestésico acabarán en el síndrome de pérdida tensión de los músculos involucrados (se pue-
de derecho a domicilio y una discapacidad grave. de conseguir utilizando los tejidos del saco y
Las pruebas diagnósticas principales son la mallas), y (c) preservar, en lo posible, el plano
ecografía abdominal y la TAC, la cual considera- del musculo transverso, dado que su integri-
mos muy importante para avaluar la musculatura dad es garantía del cierre parietal.
abdominal, contenido del saco herniario y descartar Tipos: I. Medianas, Tipo Gibson (sobre apo-
patología asociada. La laparoscopia puede ser neurosis anterior de recto en su borde ex-
una prueba diagnóstica/terapéutica en los casos terno y continua de borde costal a pubis) o
dudosos y para el tratamiento en las hernias en Tipo Clotteau-Premont (múltiples incisiones
«queso gruyere» de la línea media. paralelas al anillo a 1 cm en dirección lateral).
II. Laterales, Tipo Oghi (sección del oblicuo
mayor 2 cm por dentro de la espina anterosu-
6. Generalidades del tratamiento perior, desde la ingle hasta borde costal), Tipo
Levy (sección vertical de piel-oblicuo mayor
Consiste en el cierre del defecto, lo cual requiere desde borde costal a pubis lateral al recto), o
usualmente una técnica compleja por: (i) ser una Tipo Zaidman (sección del oblicuo mayor pa-
segunda intervención; (ii) persistencia de los ralelo al borde costal 3 cm por encima, desde
factores que causaron el fallo de la primera; (iii) el xifoides hasta 10.ª costilla).
defecto es mayor, y (iv) una relativa falta de tejidos En grandes eventraciones mediales tipo xi-
vecinos adecuados. fopubianas, la técnica de Albanese (que se
describe ampliamente en otro capítulo) es, en
Consideraciones técnicas suma, una técnica de relajación que asegura
En las eventraciones pequeñas y transver- una expansión lateral con una recuperación
sales puede ser útil todavía un cierre simple, de la función respiratoria. Según Herszage,
pero en las moderadas-grandes o verticales puede emplearse en eventraciones mediales
se debe usar siempre una prótesis. de hasta 30 cm de anchura.
Es más correcto suturar bordes cruentos
que bordes cicatrizados, considerando como Empleo de mallas en la línea media
cruento a aquel que es seccionado o disecado. En las eventraciones con un tamaño mayor a
Es preferible el uso de suturas continuas para 3-5 cm siempre debe considerarse el implantar
disminuir la cantidad de material, respetando una malla para garantizar la reparación. Como
la norma de pasar los puntos al menos a 0,5-1 norma, el sitio ideal en la línea media, debe de
cm del borde del defecto, con una distancia ser el preperitoneal o retromuscular. En casos
entre puntos de 0,7-1 cm, lo que resulta en de necesidad puede valorarse una posición su-
una proporción 4:1 entre la longitud de la su- praaponeurótica, e incluso una intraabdominal.
tura y el defecto que se va a cerrar. Como normas generales, debe garantizarse un
El sitio ideal para colocar una malla en la uso aséptico de la malla, adecuar el tamaño a los
línea media debe ser el más posterior, sub- tejidos con un solapamiento grande, evitar dejar
muscular o preperitoneal. Así, la técnica de pliegues o arrugas, evitar una tensión excesiva,
Rives-Stoppa debe ser evaluada inicialmente fijar la malla de forma racional a una distancia
como posible solución. adecuada del anillo y valorar bien las estructuras
Es indispensable conocer otras soluciones consideradas como firmes.
para grandes eventraciones mediales. Técni-
cas como la separación de componentes, re- Principios generales del procedimiento
paración intraabdominal o doble reparación 1. Incisión cutánea. Debe modificarse en función
deben ser conocidas para casos especiales. de las incisiones previas. Mejor que una aper-
Es de interés, además, dominar las técnicas tura lineal, se puede realizar una elipse a tra-
de relajación y mioplastias como métodos vés de piel sana, englobando la vieja cicatriz.
auxiliares. Todas estas técnicas serán desa- 2. Plano subcutáneo. Los bordes subcutáneos
rrolladas de forma detallada en los capítulos deben disecarse ampliamente del plano mus-
siguientes. cular, para favorecer la movilidad posterior
hacia la línea media de todo el bloque muscu-
Incisiones de relajación para defectos mediales lar. La hemostasia debe ser rigurosa, y se de-
Objetivos: (1) aumentar el volumen de la ca- ben proteger ambos colgajos con compresas
vidad abdominal; (2) disminuir la tensión de húmedas para evitar la desecación durante el
la pared abdominal manteniendo su función; resto de la cirugía.
3. Disección del saco. Volvemos a la línea media precisa otro procedimiento se realiza con
y vamos aislando el saco, desde su periferia toda la pared protegida.
hasta identificar su cuello. Si hay múltiples 5. Valoración del defecto y resto de pared ab-
sacos, se unen todos ellos, pero sin resecar dominal medial. Es necesario valorar el tama-
aponeurosis. Los tejidos deben conservarse ño del defecto transversalmente, tocar toda
en lo posible hasta la reparación final. la pared posterior desde el xifoides al pubis
4. Exploración abdominal. Si así se ha decidido, para descartar otros defectos menores no
se abre el saco peritoneal de forma central detectados previamente, y ver su consisten-
y lineal, conservándolo intacto aunque sea cia y resistencia. Una vez completada la fase
muy redundante. Se verifican los bordes y la de preparación, se procede a cerrar el saco
pared posterior, se realiza una adhesiolisis peritoneal y se decide la técnica de recons-
si es preciso, siempre de forma prudente y trucción. En los capítulos siguientes se pre-
conservando el epiplón en lo posible. Si se sentan las técnicas de reparación.
Un centro o unidad de hernias como el nuestro, que producida por la contracción de los músculos planos
opera desde 1998 en el Centro de Referencia de Salud sobre toda la línea de sutura, y el principio de «sutura
Cordillera (CRS) de Santiago, necesariamente se vio protegida de tensión» que supone que una segunda
enfrentado a procurar una solución más simple y de sutura puede reforzar la primera protegiéndola de
menor costo a las eventraciones. Ellas constituyen la la tensión.
tercera causa más frecuente de consulta en nuestro Las primeras pruebas con esta técnica las
consultorio externo y en el ánimo de ayudar a la reso- realizamos en la Unidad de Paredes Abdominales
lución de este grave problema de salud buscamos la del Servicio de Cirugía del Hospital Salvador de
forma de incorporarlas a nuestro programa de cirugía Santiago. Junto a la grandes eventraciones tuvimos
ambulatoria con anestesia local. oportunidad de actuar sobre otras que clasificamos
Los resultados de la reparación fascial de las como pequeñas por dos circunstancias: una masa
eventraciones pequeñas dados a conocer en la literatura herniaria (saco) menor de 15 cm y un defecto de la
no han sido alentadores. Así, se describen recidivas pared abdominal inferior a 4 cm según la propuesta
del 27 % con la técnica de Welti Eudel, superiores al de Chevrel. Este autor establece una clasificación
20 % con la de Mayo y del 18 % con diversas técnicas basada en la anchura del defecto de la línea media
de sutura simple. En un meticuloso estudio, Langer en la cual W1 serían aquellas con una anchura o
da cuenta de una recidiva del 37 % con la técnica de amplitud inferior a los 4 cm. Pudimos comprobar
Mayo y describe el uso decreciente de esta técnica que esta separación de los bordes aponeuróticos
en el Departamento de Cirugía General de la Clínica posibilitaba la aproximación sin tensión en la línea
Quirúrgica de la Universidad de Gotinga en Alemania, media del defecto en la gran mayoría de los pacientes
para ser reemplazada por técnicas con malla de poli- y concebimos una reparación fundamentada en
propileno. Similares resultados son comunicados por elementos técnicos:
Korenkov de la Universidad de Colonia que destaca a. Resección y exploración de la cicatriz en toda
recidivas superiores al 10 % en las hernias de tamaño su longitud por haber comprobado que la
pequeño o mediano, tanto para la sutura simple como multisacularidad es la regla en estos casos.
para la herniorrafia con malla. b. Primer plano de sutura que llamamos isoten-
Si bien estas cifras de recidiva son desalen- sional porque aproxima los bordes del defec-
tadoras, el trabajo sistemático en gran número de to (o de los defectos) pero involucra además
hernias y eventraciones nos había hecho concebir a la línea media en toda su longitud
dos principios técnicos que estimamos que podían c. Doble sutura invaginante (doble sutura pro-
aplicarse en la reparación de las eventraciones de tectora de tensión) que aproxima los mús-
la línea media: la «isotensionalidad» que implica que culos rectos a la línea media y, por lo tanto,
la sutura debe distribuir homogéneamente la tensión estrecha la línea alba.
Efectuados con anestesia espinal estos proce- de Macul y Peñalolén, con una población asignada
Eventrorrafias n %
dimientos significaron comprobar la factibilidad de de 298.760 habitantes adscritos a la Atención Primaria
DSII (*) 116 87,7 la técnica en eventraciones de la línea media; sin de Salud (APS). Desde esa fecha han sido derivados
embargo, su utilización en nuestro proyecto de cirugía al consultorio externo 2.312 pacientes portadores de
Malla preperitoneal 23 16,3 ambulatoria con anestesia local significó iniciar una patología de pared, constituyendo las eventraciones
serie de estudios clínicos que mejoraron el control la tercera patología más frecuente con un 11,7 %.
Sutura simple 9 6,0 del dolor durante la intervención con anestesia local. Hasta la fecha hemos intervenido 406 pacientes de
Hemos encontrado escasas publicaciones que eventraciones de la línea media y empleado la DSII
TOTAL 148 100,0
den cuenta del uso de anestesia local en el tratamiento en 376 casos.
(*) 14 rafias efectuadas en el Hospital Salvador. quirúrgico de las eventraciones. Privitera y cols. El postoperatorio de estos pacientes ha sido
Tabla 1. Tipo de rafia en las eventraciones de
utilizan anestesia local y one day surgery para tratar altamente satisfactorio, con una tasa de infecciones
la línea media. eventraciones pequeñas y Schumpelick, y Kingsnorth de 1,2, que es baja si se considera que el 50 % de
y LeBlanc señalan que la anestesia local puede usarse los pacientes era obeso, y tasas igualmente bajas
en eventraciones de pequeño tamaño (<4 cm), pero de hematomas o serosas. Por otra parte, la satis-
no dan cuenta de su experiencia personal ni aclaran facción del usuario muestra que a los 30 días de la
qué entienden por eventración pequeña. intervención un 92 % señala una satisfacción >7 en
Inicialmente efectuábamos la anestesia intra- la EVA de 10 puntos.
dérmica de la piel, la del tejido celular subcutáneo e El seguimiento a largo plazo de la técnica de DSII
infiltrábamos bajo la línea media procurando infiltrar lo realizamos entre el 1 de enero de 2002 y el 31 de
igualmente el tejido aponeurótico, pero un estudio diciembre de 2005 en 127 eventraciones de la línea
clínico demostró que la infiltración de los nervios media, de las cuales 98 fueron tratadas con la técnica
intercostales en su pasaje por la vaina de los rectos de DSII. Hemos agregado 18 pacientes intervenidos
disminuía significativamente el dolor y esta ha pasado con esta técnica, en este mismo periodo de tiempo,
a ser nuestra técnica estándar. Infiltramos volúmenes en el Servicio de Cirugía del Hospital del Salvador,
de 2 ml de lidocaína al 0,5 % cada 2 cm a todo lo largo con lo que se ha completado una serie clínica de
de la zona operatoria, a ambos lados. 116 casos (Tabla 1).
El segundo punto que debimos resolver para Las condiciones que debían cumplir los pacien-
utilizar esta técnica en forma ambulatoria fue re- tes para incorporarse al proyecto de cirugía mayor
solver los inconvenientes que significaba enviar a ambulatoria con anestesia local han sido dadas a
su domicilio a pacientes que portaban un drenaje, conocer previamente, destacando que deben ser
el que nos parecía imprescindible para conseguir ASA 1 o 2, disponer de una vivienda y condiciones
una adecuada cicatrización sin complicaciones. familiares estables y tener una salud psíquica y
Utilizamos, junto a una disección cuidadosa y en mental compatible. Desde el punto de vista de la
general un manejo delicado de los tejidos reemplazando, eventración, esta podía tener más de un saco, un
por ejemplo, las suturas y el uso exagerado del bisturí saco con un diámetro inferior a los 15cm y un anillo
eléctrico por la hemostasia por atrición mediante una eventral de un diámetro transversal de menos de 4
pinza hemostática que permanece en su sitio durante cm La obesidad no constituyó una contraindicación
la cirugía. Además, introdujimos lo que hemos llamado para el tratamiento.
sutura anclada del tejido celular subcutáneo en que Usamos una premedicación consistente en 2
los puntos al celular subcutáneo colocados cada 2 mg de Dormonid® y 2 mg de petidina administrados
o 3 cm se fijan con la misma sutura de Vicryl® a la en la vena, al momento de iniciar la intervención.
aponeurosis subyacente. Pudimos demostrar que Esta dosis se repitió en caso necesario. Se efectuó
este gesto técnico permite hacer descender la tasa quimioprofilaxis con cefazolina 1 g diluido en 10 ml de
de complicaciones y, en especial, de las infecciones suero que se administró igualmente por vía intravenosa
a niveles comparables a los obtenidos con drenajes inmediatamente antes de la cirugía.
con succión. Un cierto grado de stress de los pacientes
Conviene destacar la elevada frecuencia con es inevitable y él se manifestó por hipertensión y
que una diástasis de los rectos o una hernia um- taquicardia. Consideramos de la mayor importancia
bilical acompañan a las eventraciones de la línea el buen contacto del cirujano con el paciente, que
media. La técnica de DSII permite resolver en un debe iniciarse durante el preoperatorio. Se aclara
acto las eventraciones y estas otras patologías nuevamente al paciente la técnica anestésica y de
de la línea alba. la herniorrafia, así como se señala el escaso riesgo
del procedimiento.
La anestesia local, monitorizada, se efectuó
1. Experiencia clínica infiltrando sucesivamente los planos: dermis, tejido
celular subcutáneo y plano subaponeurótico. Se
Desde su inauguración, en agosto del año 1997, la utilizaron 300 ml de lidocaína al 0,5 %, alcaliniza-
Unidad (CMA) del Centro de Referencia de Salud da y con adición de efedrina. En lo que respecta
(CRS) Cordillera Oriente, iniciamos un programa al plano subaponeurótico, hemos modificado la
de cirugía ambulatoria de las hernias dirigido a los técnica anestésica efectuando un bloqueo de los
Figura 1. La anestesia de la línea alba se obtiene al pacientes con patología de la pared abdominal, nervios intercostales en su trayecto dentro de la
infiltrar el músculo recto dentro de su vaina. provenientes de los 5 consultorios de las comunas vaina de los rectos. Con este propósito el anestésico
Tras la cirugía el paciente se incorporó con local pudo efectuarse sin mayores incidentes en
Diabetes Mellitus (DM) 4 3,6
ayuda del personal de pabellón y caminó unos la totalidad de los pacientes intervenidos en el CRS
10 m hasta la sala de recuperación, donde per- Cordillera. En tres oportunidades la separación de HT + DM 3 2,8
maneció sentado en un sillón cómodo hasta su los bordes aponeuróticos demostró ser mayor que
alta unas 2 horas después de la cirugía. Previo lo establecido en el examen de ingreso y ello hizo LCFA o asma bronquial 5 4,3
al alta un miembro del equipo evaluó el dolor y necesaria la colocación de una malla.
la satisfacción experimentados por el paciente La localización de las eventrorrafias se aprecia Otros 1 0,9
durante el acto quirúrgico, mediante EVA de en la tabla 3. Estas fueron unisaculares en 32 % de
10 puntos. Esto se repitió en el primer control los casos y multisacular en el resto. Una hernia TOTAL 116
efectuado al día siguiente de la intervención y al umbilical se asoció en el 33 %, y una diástasis, en Tabla 2. Antecedentes mórbidos de los
cual los pacientes concurrieron deambulando el 31 % de los pacientes. pacientes sometidos a una DSII.
por sus propios medios. La duración del procedimiento fue 66 (45-141)
Los controles postoperatorios se efectuaron minutos y ello, asociado a lo extenso de la incisión
a las 24 horas, séptimo y al trigésimo día del posto- hizo necesaria la administración de sedantes y
peratorio, mediante un protocolo preestablecido. analgésicos, lo que se fue imponiendo en la medida
La información obtenida se introdujo en la base de que adquiríamos experiencia en la realización de
datos del proyecto de pared abdominal elaborado la técnica con anestesia local. El dolor operatorio
mediante el software de cálculo epidemiológico fue calificado con 2,9 (1-8) puntos de la EVA; el
Localización n %
EpiInfo 2002. 88 % de los pacientes refería un dolor inferior a
El seguimiento a largo plazo se efectuó de 4. La satisfacción del usuario se calificó con un Xifoumbilical 60 50,0
manera personal por un miembro del equipo tras un puntaje de 8,7 (6-10), con un 98 % de los enfermos
periodo de observación promedio de 4,6 (2-6) años. con un puntaje superior a 7. Umbilicopubiana 44 38,5
El examen abdominal se realizó en posición de pie En el control efectuado a la semana comproba-
y en decúbito supino elevando la cabeza y ambas mos la persistencia del dolor con una puntuación Xifopubiana 8 7,3
extremidades inferiores para aumentar la presión promedio de 4 (1-7), mayor a la experimentada
intraabdominal como la recomienda Israelsson. La durante el acto quirúrgico. El dolor se localizó Paraumbilical 4 4,2
probabilidad estadística se determinó mediante la más en los flancos que en la herida operatoria
TOTAL 116 100,0
prueba de Chi cuadrado efectuado con el programa misma y no dificultó un reintegro de los enfermos
Epi-Stat del EpiInfo 2002. a sus actividades habituales. En este periodo Tabla 3. Localización de la eventración.
a b c
El uso exitoso de esta técnica en pacientes decúbito, asociado a maniobras para aumentar la Figura 4. Sutura anclada del tejido celular subcutáneo
obesos y obesos mórbidos, que constituyen el 50 % presión intraabdominal) debe poner de manifiesto a la aponeurosis.
de esta serie clínica, es especialmente destacable en forma precoz prácticamente el 100 % de las
tanto porque el uso de la anestesia local disminuye eventraciones. No solo debe buscarse el bulto
los riesgos anestésicos, como porque la técnica de una eventración, sino también debilidades o
propuesta se ejecuta sin mayor problema en ellos. separaciones anormales de las capas aponeu-
El dolor operatorio y la satisfacción del usuario róticas suturadas.
obtenidos con esta técnica son comparables a los En 7 pacientes de nuestra serie pudimos
obtenidos en los pacientes sometidos a herniorra- comprobar una recidiva, lo que constituyó el 7 %
fias inguinales recidivadas, inguinoescrotales o de de la muestra, cifra extremadamente favorable y
gran tamaño, y ello viene a reafirmar la necesidad comparable con los mejores resultados obtenidos
de contar con un anestesista a la cabecera del con otras técnicas de sutura simple y aún a los
enfermo al efectuar esta cirugía en pacientes con obtenidos tras la colocación de mallas (15-17).
hernias más complejas. En las eventraciones de tipo grande y muy
Un problema aún por resolver es el control del grande (Tabla IV), las mallas son una necesidad;
dolor en los primeros días del postoperatorio en los sin embargo, debemos destacar que el 69 % de
pacientes intervenidos de una eventrorrafia. Este de los pacientes que consultaron en nuestro
se localiza principalmente en ambos hipocondrios consultorio externo por una eventración el anillos
y flancos y se exacerba con los movimientos, la fue de 4 cm o menos. En estos pacientes la DSII
respiración profunda y la tos. Es necesario que tiene ventajas tanto por su factibilidad en forma
el paciente y sus familiares sean informados al ambulatoria con anestesia local, como por la
respecto y que se prescriban analgésicos más baja frecuencia de complicaciones precoces y
potentes. En el postoperatorio precoz la satisfacción tardías. A estas ventajas debe agregarse la curva
del usurario medido con EVA bajó por este motivo de aprendizaje corta, y que puede ser realizada
a un promedio de 6 (3-10). en establecimientos hospitalarios periféricos
Puestos a establecer la proporción de recidi- y en aquellos diseñados para la realización de
vas en los estudios de la literatura, hemos podido procedimientos de baja complejidad.
comprobar una falta de uniformidad para establecer Conviene destacar la elevada frecuencia con
la presencia de una recidiva y del momento en que una diástasis de los rectos o una hernia um-
que esta debe buscarse. Para los efectos de este bilical acompañan a las eventraciones de la línea
estudio, hemos decidido usar el criterio propuesto media. Todo ello está poniendo en evidencia una
por Israelsson. Para este autor, un examen cui- debilidad de la línea alba que hace necesaria su
dadoso de la cicatriz efectuado personalmente reparación integral. La técnica que presentamos
por un miembro del equipo quirúrgico (de pie y en en esta oportunidad consigue este objetivo.
Técnicas anatómicas:
técnica de Albanese
León Herszage
1. Tácticos 2. Técnicos
Toda incisión en uno de los planos musculoapo- Utilizamos únicamente suturas irreabsorbibles, de
neuróticos funciona como incisión de descarga, polipropileno 0 o 2/0, y de preferencia con sutura
cualquiera sea la subsecuente forma de cierre del continua, siguiendo las indicaciones publicadas para
defecto. Todo cierre de una apertura de la pared lo el implante de los puntos, en cuanto a distancia del
hacemos a «tensión funcional». El concepto «libre borde de la brecha y su secuencia, respetando la
de tensión» no es adecuado ni real. Todas las heri- relación de 4 a 1, entre longitud de la sutura y la de
4. Indicaciones
Figura 2. Caso 1. Paciente de 7 años de edad, con eventración postratamiento de onfalocele, con gran defecto parietal y sin protrusión visceral importante.
Se hizo la reconstrucción anatomo-funcional-estética sin complicaciones.
Figura 3. Caso 2. Paciente con moderado defecto parietal, con pérdida de derecho al domicilio de gran cantidad de vísceras y lipodistrofia. Se implantó la técnica para aumentar
francamente la capacidad volumétrica de la cavidad y contener así las vísceras reintroducidas, sin complicación compartimental.
Vaina
Músculo del recto
recto
Oblicuo
a Reborde
b c mayor
costal Reborde Vaina
costal del recto
Oblicuo
mayor Músculo
recto
2.ª incisión
de descarga
Oblicuo 3.ª incisión
menor de descarga
Saco
eventral
Oblicuo
1.ª incisión menor Oblicuo
de descarga menor
Oblicuo Oblicuo
mayor mayor
d e
Vaina Descarga en
del recto hoja anterior
del oblicuo
Sutura hojas menor
posteriores de
las vainas en
Oblicuo la línea media
menor Oblicuo mayor
descolgado
con incisión
Oblicuo de descarga
mayor
Músculo recto
Músculo
recto
Puntos en saco
abierto accidentalmente
Hoja anterior
de la vaina
Saco Saco no abierto
eventral o invaginado
f g Sutura medial de
Sutura de las las hojas anteriores
hojas anteriores
Descargas de de las vainas
la hoja anterior
de la vaina del
recto anterior Reborde
costal
Reborde
torácico
Sutura de oblicuo
mayor al labio
Oblicuo lateral de la
Colgajo del descarga en el
oblicuo mayor menor
oblicuo menor
Figura 4. Esquema de las tres incisiones de descarga y las tres suturas siguiendo la explicación del texto
Sección del
oblicuo mayor Oblicuo mayor
a sobre inserciones b levantado y Sección de
hoja anterior
costales despegado
Hoja anterior de vaina de
de la vaina recto
Rectos
Hoja posterior
de la vaina
Oblicuo mayor
levantado
Hoja anterior
Sección en de vaina
c vertiente anterior d
del diedro interno Recto
Hoja anterior
de vaina de
recto
Rectos en
Hoja anterior de contacto Sutura del oblicuo mayor
y del sector residual del Sutura de
vaina del recto láminas anteriores
(sector residual) Oblicuo Suturas de oblicuo menor (3.ª sutura)
e mayor láminas anteriores f
de vainas
Hemos operado exitosamente eventraciones 3. Disección del colgajo interno o medial for-
con brechas transversales de hasta 30 cm de mado, del oblicuo mayor, de su plano subya-
diámetro. Esta presentación se hace sobre 123 cente, hasta visualizar el borde externo de la
casos de eventraciones gigantes y monstruosas, vaina del recto.
realizadas desde el año 1976. 4. ncisión de la hoja anterior de la vaina en su
El promedio por sexo fue del 76 % para hom- borde externo, visualizando el borde externo
bres y 24 % para mujeres, con una edad de 36 a de ese músculo.
72 años,con mayor incidencia en la 6.ª década. El 5. Introducción roma de los dedos de la mano
peso no fue un factor excluyente, pues operamos del cirujano entre la cara posterior del mús-
pacientes hiperobesos, tal como hacemos en toda culo recto y la hoja posterior de la vaina, res-
cirugia parietal, a pesar de que –como es bien petando nervios y vasos. Disección roma.
sabido– las condiciones operatorias y la morbili- 6. Incisión del anillo eventrógeno por su borde
dad son más benignas cuanto más delgado sea el anterior, visualizando el borde interno del
paciente,siempre conservando su inmunoaptitud. músculo recto.
La consideración más importante y excluyente 7. Sutura, borde a borde, del plano posterior
fue la condición inmunitaria del paciente. Prefe- retrorrectal, para reconstruir la pared del
rimos siempre operar pacientes que presentaban transverso.
únicamente la eventración gigante como hecho 8. Sutura de los bordes de la hoja anterior de la
mórbido. Los tiempos operatorios variaron de vaina, reubicando los músculos rectos en su
acuerdo a cada caso y a la experiencia del cirujano. posición normal.
Nuestro protocolo de seguimiento (al igual que 9. Sutura del borde del colgajo interno del obli-
en toda la patología parietal) fue, después de la cuo mayor al borde externo de la incisión de
recuperación inmediata, e incorporación precoz, la vaina.
de control a las 48 horas, a los 7, 14, 30, 60, 90, 180, 10. Drenajes aspirativos bilaterales y cierre de la
360 días y, luego, control anual durante 5 años. No piel.
hemos detectado recidivas, pero destacamos que
los pacientes reparados con esta técnica fueron
seleccionados y puestos en condiciones de bio- 6. Resultados del autor
compatibilidad preoperatoria. Para esta técnica,
pues, siempre utilizamos todas las técnicas de Morbilidad: cinco casos, dos hematomas subcu-
diversos autores, de acuerdo con cada caso táneos tratados con medicación y tres seromas
individualmente. Nunca hicimos una serie de una evacuados por punción.
técnica indiscriminadamente para todo un grupo
de pacientes, pues si la técnica elegida no es la Por sus implicancias anatomo funcionales,
adecuada, provocará inevitablemente morbilidad consideramos a esta técnica, el paradigma de las
y recidivas aumentadas. llamadas «incisiones de descarga» hoy llamadas
de «separación de componentes».
5. Descripción técnica
7. Comentario del autor
1. Incisión de la hoja anterior de la vaina del
recto y del oblicuo mayor, a 2 cm por encima En la década de 1990 organizé 8 cursos anuales
del reborde costal, desde el xifoides hasta el de cirugía de paredes. En uno de ellos, el «invitado
10.° fascículo de este músculo. estrella» fue Alfonso Albanese. Operó su técnica in
2. Desde este punto, incisión del oblicuo mayor, vivo, 50 años después de haberlo hecho por primera
descendiendo hacia un punto situado 2 cm vez. La cirugía, que fue todo un éxito, se filmó y se
por dentro de la espina ilíaca anterosuperior, envió a la AHS (American Hernia Society). Albanese
formando una «solapa de smoking». tenía en ese momento 94 años.
Técnicas anatómicas:
operación de Ramírez
Óscar M. Ramírez Palomino
1. Definición
2. Antecedentes históricos
HERNIA SAC
Músculo
Vaina anterior oblicuo interno
del recto
Músculo oblicuo
externo
Vaina posterior
del recto Recto Peritoneo
Músculo
trasverso del
abdomen
Disección
Músculo
oblicuo
interno
Músculo
oblicuo Sutura peritoneal
interno
Músculo
oblicuo
externo
Sutura peritoneal
fui a hacer mi entrenamiento en cirugía plástica de la 1985, se llevó al paciente a la sala de operaciones
Universidad de Pittsburgh, en 1982. Posteriormente, y se realizó una extirpación completa de la malla
cuando me mudé a Baltimore en 1984 para iniciar infectada. Esto nos dejó con un gran defecto, de
mi práctica en cirugía plástica y participar como 18 cm de ancho x 35 cm de altura. Este defecto
profesor clínico asistente de la Universidad Johns enorme se cerró con una técnica de separación
Hopkins, continué mi investigación de laboratorio de componentes. Debido a que había una falta de
sobre la técnica de deslizamiento del músculo. músculo recto en el lado derecho, se precisó de un
Esto me permitió descubrir que los músculos de procedimiento adicional que consistía en separar el
la pared abdominal también se podían deslizar recto a la izquierda de su unión con la caja torácica
para cubrir defectos de la línea media abdominal. inferior, crear un colgajo rectopectoral separado
Músculo Observaciones posteriores me hicieron notar que de la línea media y aproximada a la unidad contra
oblicuo
interno después de separar los componentes de la pared lateral del músculo oblicuo interno y transverso del
Músculo abdominal, estas unidades complejas podían abdomen. Los músculos oblicuos externos eran
recto
abdominal
avanzar o deslizarse a mayor distancia que si se avanzados de forma independiente, así como la
emplea la musculatura de la pared abdominal piel que los recubría. La evolución del paciente
Vaina
Músculo posterior intacta o en bloque. fue positiva, y abandonó el hospital una semana
del recto
oblicuo En agosto de 1985, el Dr. Ernesto Ruas y yo después. Fue visto por última vez a los cuatro
externo
valoramos un paciente con un problema difícil de meses después de la cirugía, y continuaba bien.
la pared abdominal, en el hospital Johns Hopkins. Este y otros diez casos más fueron parte del
Era un varón de 39 años de edad que había sufrido informe de mi publicación original con esta técnica.
una rotura duodenal retroperitoneal complicada Los once casos totales se corrigieron sin precisar
con una peritonitis grave. En ese momento, el ningún injerto o material sintético para proteger la
abdomen no podía ser cerrado debido al edema reparación. A raíz de esta publicación, el procedi-
intestinal masivo y a un absceso intraabdominal. miento se hizo muy popular en manos de cirujanos
Figura 4. SAC Tipo III En esta situación se precisó de incisiones en el plásticos y de algunos cirujanos generales. Al
flanco y de la interposición de un colgajo de base igual que en cualquier otra técnica, la «dotación
inferior derecha del músculo recto abdominal para fue empujando» y la técnica fue usada para cubrir
cubrir el abdomen, la anastomosis gastroduodenal grandes defectos. Esto llevó a un porcentaje muy
expuesta y evitar la formación de una posible fístula. significativo de recurrencias, y en un momento
El abdomen se cerró con una malla de Marlex®, dado, la técnica cayó en desgracia. La introduc-
se le permitió que fuera granulando, y después se ción de materiales biológicos revivió el interés por
aplicó un injerto de piel de espesor parcial sobre esta operación, y se ha convertido de nuevo en un
el lecho de granulación. Muchos meses después, procedimiento ampliamente utilizado. Hoy en día el
el paciente presentó una ulceración y la rotura procedimiento se considera por muchos como «el
del injerto de piel sobre la malla, y una infección estándar» para el cierre de defectos moderados-
de toda la malla de Marlex®. El 26 de agosto de grandes de la pared abdominal.
Vaina Músculo
posterior oblicuo
del recto externo
Prótesis
biológica
Vaina Prótesis
posterior Músculo biológica
del recto recto del
Músculo abdomen
recto del
abdominal
componentes asociada o un injerto fascial o miocu- sobre la aponeurosis del oblicuo externo. Cuando
táneo. Si todos los componentes anatómicos de la se precisan estos dos gestos se llama separación
pared están presentes, entonces el siguiente paso de componentes de tipo II.
es hacer una completa disección subcutánea de la
piel de la pared abdominal, que en la mayoría de los Grandes defectos requieren ya de una trac-
casos supone alcanzar el pubis, costillas y cresta ción significativa de lateral a medial, para estos
ilíaca bilateral. Esto permitirá el cierre de pequeños se precisa de una larga incisión completa de la
defectos sin necesidad de incisiones musculares. aponeurosis del oblicuo externo, lo que desbloquea
Si esta maniobra no permite el cierre del defecto, dicho músculo, y se diseca y separa del oblicuo
el siguiente paso es movilizar los músculos rectos interno. Esta movilización es llamada separación
anteriores del abdomen de su vaina posterior a nivel de componentes tipo III.
de la línea alba. Se mantiene todavía la integridad
de la vaina anterior del recto y su continuidad con Tanto en la variedad tipo II como en la III se
el músculo oblicuo externo. La disección posterior puede utilizar una malla de Vicryl® o Prolene®
de los músculos rectos debe realizarse procurando para completar la continuidad de la capa mus-
preservar los haces neurovasculares que entran cular, con lo que se evita dejar aéreas débiles
en el músculo. Este tipo de operación es llamada que pudieran ser potencialmente formadoras de
separación de componentes de tipo I. hernias durante el postoperatorio, lo que sucede
con relativa frecuencia en los cuadrantes inferiores.
Defectos de tamaño mediano requieren de En estos casos, la malla queda delimitada por un
una mayor tracción de lateral a medial del recto músculo en su superficie profunda y por el tejido
abdominal y del componente oblicuo interno/ graso subcutáneo en su capa superficial, por lo
músculo transverso para poder acercar los tejidos. que existe un mínimo riesgo de lesión intestinal
Esto precisa de la separación de los músculos (por exposición a las vísceras intestinales) o
rectos de su vaina posterior y de la realización de de erosión sobre la superficie de la piel. Para
incisiones interrumpidas o cortas de relajación pequeños defectos de liberación fascial podría
ser suficiente una malla de Vicryl®, ya que el forma electiva después de otro cierre fallido. El
MORBILIDAD Núm. Núm.
depósito de colágeno proporcionará suficiente problema más común que puede verse, aunque no
soporte estructural, formando un plano similar a sea considerado como una verdadera complicación, Recurrencia 3/64 4,7
una capa fascial. Sin embargo, en eventraciones es la existencia de una tumoración o bulto en el sitio Bulto indefinido 8/64 12,5
de gran tamaño se puede necesitar un material de la aponeurosis del oblicuo externo, a nivel del Fístula recurrente 3/8 37,5
más permanente. Si no se cierra el defecto con cuadrante inferior del abdomen, lo que acontece Infección de la herida 11/64 17,2
los tejidos superficiales o profundos del paciente, en un 25 % de los casos. No ha sido preciso el uso
Hemorragia intestinal 1/64 1,6
a continuación, un material biológico sería la de mallas biológicas en ningún caso, y una cuarta
elección para cubrir la brecha o reforzar toda la parte de los pacientes sí ha precisado una malla Hematoma 2/64 3,1
zona. En la gran mayoría de los casos, incluso de Vicryl® o Marlex® para reforzar el área apo- Obstrucción intestinal 1/64 1,6
en los defectos de la pared abdominal grande, la neurótica denudada. Este hecho parece disminuir Seroma 3/64 4,7
combinación de una separación de componen- significativamente el problema del bulto abdominal.
Tabla 1
tes de tipo III con un material de recubrimiento DiBello y Moore, en 1995, publicaron una serie
biológico o sintético puede ser suficiente para de 35 pacientes con una tasa de recurrencias del
proporcionar estabilidad a corto y largo plazo, 8,5 %, pero los autores reforzaron la reparación
en la reparación de la pared abdominal. con una malla en 15 casos. Su trabajo no describe
A pesar de estos pasos, puede ocurrir que la complicaciones asociadas al uso de la malla, y la
movilización compartimental de la pared abdominal infección de la herida fue tan sólo del 5,7 %.
realizada no sea suficiente para cerrar el gran de- En el grupo de pacientes con fístula preope-
fecto existente. En estos casos es preciso utilizar ratoria, el 37,5 % tuvo una recurrencia como una
un material biológico de interposición, siempre que nueva fístula entero cutánea, no así de la hernia.
el paciente sea un buen candidato para ello. Esto se Este es un verdadero problema que todavía queda
conoce como separación de componentes tipo IV. sin resolver. La eventración asociada a una fístula
Esta variedad de la técnica está dirigida a prevenir es una grave complicación con una alta morbilidad
problemas graves, como la dificultad respiratoria o la y mortalidad (hasta un 60 %). El manejo tradicional
necrosis tisular secundaria a la tensión abdominal. incluye control con antibióticos de la sepsis, dejar
Sin embargo, en mi opinión, este tipo no debería el intestino en reposo, nutrición parenteral y control
de ser considerado como un tratamiento final o local de la herida. A pesar de ello, la reconstrucción
definitivo. Después de que la inflamación haya vuelve a asociarse a fístula, y las complicaciones
disminuido y los tejidos blandos se hayan suavi- locales alcanzan el 50 %. Conter, en 1988, aconseja
zado, el paciente debería ser llevado de nuevo a estabilizar las fístulas y retrasar la cirugía más allá
quirófano, en una operación planificada por etapas, de las 6 semanas recomendadas de forma tradicio-
para convertir la técnica tipo IV, en una separación nal, publicando una tasa de recurrencias del 10 %.
de componentes tipo III, para poder cerrar el La infección de la herida puede ser también
defecto con los propios tejidos músculofasciales significativa, aunque localizada, y suele requerir
del sujeto, y para que el uso del material biológico solo de un drenaje menor o desbridamientos locales.
sea solo una superposición de refuerzo en el área Este hecho no parece afectar a la función final de
de la reparación. Si el paciente no es candidato a los pacientes. Una complicación usual es el seroma,
un material biológico de interposición (debido a una aunque en nuestra serie es relativamente bajo (de
infección), entonces la opción es utilizar un injerto un 5 %) y parece relacionado con la ausencia de
o colgajo a distancia, tales como el tensor de la liposucciones o dermolipectomias asociadas, gestos
fascia lata o el músculo recto femoral. que incrementan su frecuencia. Otras complicaciones
De la misma manera, en este algoritmo de son mínimas, como el sangrado intestinal (sin relación
trabajo, si al principio de la evaluación (ya sea por con la cirugía), o los hematomas, que pueden precisar
métodos clínicos o radiológicos) el paciente no su drenaje quirúrgico.
dispone de alguno de los componentes muscula- El uso de una malla no consigue un apoyo
res de la pared abdominal, este debe ser tratado funcional o dinámico a la reparación, y las compli-
de entrada con un material protésico mediante caciones asociadas con la malla pueden ser muy
interposición del defecto. elevadas. Voyles, en 1981, ha referido una tasa de
fístulas enterocutáneas del 22 % y de extrusión de la
malla del 78 %. Karakousis, en 1995, confirma estos
5. Complicaciones datos y documenta un 23 % de fístulas tras el uso
de mallas no protegidas. White, en 1998, demuestra
La incidencia de complicaciones se muestra en la una relación directa entre el uso de una malla y las
tabla 1. Después de 64 casos de experiencia perso- complicaciones de la herida. Por estos datos, el uso
nal, la técnica de separación de componentes tiene de mallas reabsorbibles ha sido referido como una
una tasa de recurrencias cercana al 5 %. Esta baja solución temporal. Su absorción es ventajosa (pues
incidencia probablemente esté relacionada con la remueve los nidos de infección), pero la recurrencia
minuciosa selección de los pacientes y porque no es inevitable. Estas mallas tienen un claro papel en
es utilizada para tratar defectos masivos después las reparaciones por etapas, y posteriormente podría
de traumatismos o de sepsis intraperitoneal. La emplearse de forma definitiva una separación de
mayoría de casos son cirugías programadas de componentes clásica (Tabla 1).
cm adicionales corresponden con la moviliza- Daniel Vargo (Utah, EE. UU.), en el año 2004,
ción de la vaina posterior de los rectos). presenta una serie de 27 pacientes con 3 recidivas
Advierte que el cirujano debe ser cuidadoso identificadas, y un excelente resultado funcional.
para identificar la delgada capa fascial del Como morbilidad perioperatoria señala un
oblicuo externo y evitar disecar sobre la del 26 % de infección superficial del sitio quirúr-
oblicuo interno lateral a la línea semilunar. Si gico, lo que se trata mediante desbridamiento
la disección no es limitada a la interfase entre y cierre por segunda intención.
los oblicuos, puede aparecer una zona débil Señala como indicaciones para la SC 3 cate-
sobre el área de Spiegel y predisponer a la gorías de pacientes los defectos intratables
aparición de este tipo de hernias. con múltiples reparaciones previas; la pared
abdominal infectada con o sin malla previa;
James B. Lowe (St. Louis, EE. UU.), en el año los pacientes con colostomias; y el síndrome
2003, revisa su experiencia personal (n = 30) y detalla, compartimental abdominal. En el 100 % de es-
de forma pormenorizada, las complicaciones y los tos casos, la SC puede conseguir un cierre de
«riesgos asociados a la técnica». la pared abdominal.
Capítulo 34
C.-50 d. de C.), en el siglo I a. de C., quien describió tensión y es inviable en grandes hernias. En la
los primeros colgajos de avance, recogidos en su pared abdominal, las incisiones de relajación
libro De Medicina, donde se trata el transplante fueron desarrolladas por Gibson, desde 1914, al
de tejidos de una parte a otra del cuerpo. Galeno intentar ofrecer una solución a un paciente que era
(130-210 a. de C.), médico griego emigrado a Roma preparador físico, y pensó que era posible cerrar
y representante de la escuela hipocrática, fue el incluso la más grande de las hernias mediante
más destacado defensor y difusor de la cirugía el uso de incisiones en la vaina anterior de los
reparadora durante el esplendor de la Roma im- rectos, paralelas a la línea de sutura. En 1920
perial (este autor daba instrucciones detalladas publicó sus primeros 8 casos tratados con éxito
respecto a la reparación de defectos en nariz, oreja mediante incisiones de descarga. De esta manera
y boca). Tras la caída del Imperio Romano, todos se iniciaron los procedimientos de las mioplastias y
los conocimientos sobre el transplante de tejidos colgajos o flaps aponeuróticos, que eran volcados
fueron olvidados. La Edad Media no aportó ningún sobre el saco eventral, buscando asegurar una
nuevo avance en el campo de la cirugía de pared cobertura y un cierre del defecto. Estas técnicas
abdominal, e incluso la actividad quirúrgica pasó suponen un abordaje extraperitoneal; el saco no
a ser considerada como «indigna del médico» y precisa ser abierto, y se intentaba asegurar un
abandonada en manos de cirujanos inferiores y acercamiento de los músculos rectos del abdomen
vagabundos. En 1492, Branca de Catania, «doctor a la línea media.
para los heridos», reintroduce el antiguo método A partir de la Primera Guerra Mundial se abren
hindú de los colgajos, tomando los tejidos de las nuevas perspectivas para el desarrollo de las
regiones adyacentes para la reparación de los técnicas. Filatov (1917) y Gillies (1920) idean los
defectos, sobre todo de la cara. Gasparo Tagliacozzi injertos tubulares, que permiten aumentar las
(1546-1549), profesor de anatomía en Bolonia, fue proporciones de los colgajos, asegurando una
el primero en describir la realización de un colgajo mejor vascularización. En 1960, Jacobson y Suárez
braquial para reconstruir un defecto nasal. Atacado describen por primera vez la anastomosis de un
por los teólogos de su tiempo, esta cirugía fue vaso de 1 mm, hecho crucial para el desarrollo
abandonada hasta el siglo XVIII, cuando, a través clínico de los colgajos. Los estudios anatómicos
de la Compañía Inglesa de las Indias Orientales, de principios del siglo XIX y las detenidas disec-
llegaron noticias de la utilización por los hindúes ciones de la pared abdominal demostraron algunos
de los colgajos de piel de la cabeza. Influenciados detalles de sumo interés para el desarrollo de este
por estas noticias, Von Graefe (1816) y Dieffembach tipo de procedimientos:
(1829) en Alemania, Lisfranc (1826) en Francia, 1. Los tres grandes músculos anchos del ab-
Carpue (1841) en Inglaterra y Warren (1847) en domen no son totalmente necesarios para la
América, comenzarán de nuevo a practicar este contención de las vísceras.
tipo de cirugía. 2. El músculo oblicuo mayor y el recto anterior
Desde finales del siglo XVIII, los malos resultados tienen una inserción muy elevada sobre el
en el tratamiento de las eventraciones mediante tórax, a nivel de la 5.ª-6.ª costillas.
sutura directa obligaron a muchos cirujanos a 3. El músculo oblicuo mayor es muy abundante
buscar otras variantes con las que poder mejorar como músculo en la región torácica, y más
sus resultados. Wölfler, en 1892, fue el primero en aponeurótico a nivel abdominal.
describir una incisión de relajación longitudinal 4. El músculo recto solo presenta inserciones
sobre la vaina del recto y el desplazamiento de sus aponeuróticas en el hemiabdomen superior.
fibras de forma lateral. Halsted, en 1899, describe 5. La acción del músculo oblicuo mayor de un
una incisión de relajación y un flap de rotación (flap lado se continúa con la del oblicuo menor del
de vaina anterior del recto rotado inferiormente lado contralateral, y la acción del músculo
y suturado al ligamento de Poupart). Bloodgood, transverso de un lado con la del mismo mús-
compañero de Halsted, sugiere realizar un trans- culo del lado opuesto.
plante de músculo recto para cerrar defectos 6. Existe una íntima relación entre los músculos
de la pared inguinal posterior. Más tarde fueron oblicuos mayor y menor, a nivel de sus inser-
utilizadas por Downes (1920), Farr (1927), Fallis ciones aponeuróticas, con el músculo recto
(1938), Reinhoff (1940), Tanner (1942) y Mattson anterior.
(1946), a nivel inguinal.
En el campo de las reparaciones de hernias in- De la experiencia clínica de estos conceptos,
cisionales, Judd, en 1912, describe la sutura de Albanesse desarrolla un método de reparación
los bordes de todos los tejidos adelgazados de la aplicado desde 1946 (Argentina), tras la necesidad
pared de un lado sobre los del otro lado, de forma de reconstruir la pared abdominal a un niño de 4
solapada, similar a la técnica de Mayo descrita años con una eventración xifoumbilical de 10 cm
para la hernia umbilical, en 1899. La técnica de de tamaño. La técnica empleada se publicó por
Judd precisa de una aponeurosis sólida y de que primera vez en 1951, y representó una base para el
puedan aproximarse los planos sin dificultad; es desarrollo posterior de las autoplastias modernas.
una operación aplicable a eventraciones latera- Otras propuestas anatómicas fueron practicadas
les y mediales de pequeño tamaño, pero genera por Rüdiger (URSS), Von Brücke (Austria), Da Silva
(Brasil), García Ferris y Vidal Sans (España), etc. 4. Procedimientos anatómicos para
Posteriores estudios con microscopia y laboratorio eventraciones mediales
han ido asentando los conocimientos actuales que
nos ayudan a comprender e interpretar mejor estas Técnica de Welti-Eudel (Francia, 1941)
intervenciones: La reconstrucción de la línea alba con los bordes
El músculo oblicuo mayor actúa como una mediales de la vaina anterior de cada recto ya fue
«fuerza excéntrica» que se intenta contra- sugerida por C.F. Dixon en 1929, y por Norman S.
rrestar por los rectos anteriores. Rothschild en 1935 (Filadelfia, EE. UU.). Su descripción
Los músculos rectos anteriores, oblicuo me- es 6 años anterior a la de Welti-Eudel. La operación
nor y transverso tienen mayor número de fi- se describe de la siguiente forma:
bras de contracción lenta (Tipo I) que fibras La hoja anterior de la vaina de cada uno de
de contracción rápida (Tipo II, de los que los rectos se incide, de manera longitudi-
depende la función tónica y postural), en una nal, a un dedo por fuera del borde interno
proporción de 2/3 a 1/3. El músculo oblicuo de este músculo (15 mm del margen de la
mayor tiene una proporción equivalente de eventración).
ambos tipos de fibras (estudios publicados Ambos colgajos se despegan del músculo y
por Dubowitz y Pearce, 1960). se voltean hacia la línea media, evitando abrir
El músculo oblicuo mayor tiene el doble de la bisagra entre las hojas anterior y posterior
fuerza que el recto anterior, lo que explica el de la vaina.
éxito de las mioplastias, especialmente cuan- Después se realiza la sutura en un plano, to-
do las eventraciones se localizan en el he- mando sucesivamente, y de cada lado, el bor-
miabdomen superior (estudios de Korenkov y de del colgajo aponeurótico y el margen de
Koebke, 1998). la eventración. La sutura no debe traumatizar
las fibras musculares.
Otras figuras destacables fueron Nahas (Brasil)
con la descripción de la mioplastia en L, Patel (Francia), Al término de la operación, el cuerpo muscular
etc. La más elaborada y sofisticada aplicación de estos del recto está despojado de su vaina anterior, la cual
principios de relajación parietal fue propuesto por se reconstituye rápidamente en los meses siguientes
Ramírez (EE. UU.) en 1990, técnica que se denominó a la cirugía. Esta técnica solo puede aplicarse a las
«de separación de componentes», y que marca el eventraciones supraarcuatas (Figura 1).
inicio de la época de modernidad (y consolidación)
en estos procedimientos. Técnica de A. F. San Martín (Argentina, 1943, 1948)
Este autor supo unir las propuestas de Gersuny
(decapsulación de ambos rectos anteriores de sus
3. Definición vainas aponeuróticas, anterior o posterior y sutura
en la línea media) y de Noble (tallado bilateral
Se consideran autoplastias a aquellos procedimien- en postigo de la hoja anterior de ambas vainas
tos que consiguen la reconstrucción de la pared rectales, volcados y suturados sobre el defecto),
abdominal mediante incisiones de descarga, que ambas publicadas en 1893, para desarrollar su pro- Figura 1. Autor y técnica de Welti-Eudel. A.
conllevan un desplazamiento muscular, aponeu- Sección longitudinal de la hoja anterior de la
cedimiento. Su técnica se describe como la sección
vaina de los rectos y vuelta del colgajo interno
rótico, o de ambos, con la finalidad de facilitar el de las vainas anteriores de ambos rectos, que son hacia la línea media. B. Sutura en un plano
cierre de la pared abdominal, sin una excesiva talladas y volcadas sobre el orificio, cubriendo su del bloque colgajo interno, del margen de la
tensión de la cavidad abdominal, y que la pared se área herniada y deslizando ambos músculos rectos eventración y peritoneo.
adapte a la localización y extensión de la pérdida medialmente.
de sustancia que debe cerrarse.
Existen multitud de técnicas descritas que
realizan el avance de tejidos sanos para recubrir
el defecto parietal. Las más empleadas son las
autoplastias aponeuróticas a costa de la vaina
de los músculos rectos anteriores del abdomen,
que permiten la reconstrucción de la línea alba.
En estas intervenciones el ingenio de cada ciru-
jano determina la posibilidad de diseñar muchas
variantes, que se adaptan de forma personalizada
a
a cada uno de los defectos a tratar. La principal
característica de muchas de estas técnicas es
que, en su mayoría, solo han sido utilizadas por
su autor o institución, por lo que no podemos
disponer de resultados fiables en la literatura. Las
múltiples técnicas descritas pueden ser clasificadas
según sean de utilidad para defectos complejos
mediales o laterales. b
4 5
Figura 4. Operación de Cattell. 1. y 2. Suturas del saco peritoneal. 3. Apertura de la vaina anterior.
4. 3.ª sutura fascial. 5. Sutura muscular (4.ª) y fascial reconstruyendo la vaina rectal (5.ª).
las líneas previas. El autor refiere, sobre más de 800 casos, unas
4.ª Sutura: se aproximan los bordes musculares. recurrencias del 2 %. Variantes de la reparación
5.ª Sutura: cierre de los bordes externos de la anatómica con sutura zurcida son:
vaina anterior. A. Loh (Gran Bretaña, 1992). El propósito de esta
variante es reconstruir la estructura original anatómica
El autor la aconseja, después de 10 años de de la vaina de los rectos; la posterior tras incisión
experiencia, en eventraciones a nivel supraumbi- lateral, reflexión medial de ambos bordes y sutura, y
lical, y sobre todo en defectos infraumbilicales en la anterior con sutura zurcida. Son, pues, dos hileras
pacientes obesos. de sutura, sin implicar el músculo en ellas. Presenta
M. G. Henry (San Diego, EE. UU., 1945).Describe 13 casos sin recurrencias con un seguimiento medio
una modificación de la anterior llamada método del de 5 años, en pacientes con eventraciones de tamaño
enrollado fascial. Tras la 1.ª y 2.ª suturas (en bloque superior a 10 cm (Figura 7).
peritoneo-pared), los bordes de la reparación son D. Johnson (Gran Bretaña, 1999). Supone una
opuestos sobre la superficie de la aponeurosis reconstrucción de la vaina rectal posterior con la
anterior y suturados sobre ella, en una 3.ª línea anterior incindida según Welti, la aproximación del
de sutura global. Es interesante su advertencia bloque recto-oblicuo mayor mediante una sutura
de que la diferencia entre el fracaso y el éxito en corrida de nailon que implica al músculo, y una sutura
este tipo de cirugía radical (grandes eventraciones) final, ya sin tensión, de la vaina anterior abierta. Es
depende del juicio quirúrgico y de una meticulosa una reparación en tres hileras de sutura, e implica
atención a los detalles antes, durante y después vaina y músculo (Figura 8). Solo describe la técnica
de la cirugía (Figura 5). en tres pacientes con eventraciones masivas,
E. Earle Shouldice (Toronto, Canadá, 1946). N. mayores de 20 cm, pero con buenos resultados.
Obney, en 1957, publica la experiencia en la clínica
Shouldice con una técnica de suturas plano a Técnica de A. R. Albanese (Argentina, 1951; 1966)
plano solapadas sobre el lado contralateral, hasta El maestro Alfonso Roque Albanese (1906-2005) fue
completar de 4 a 6 líneas de suturas continuas, en alumno de Ricardo Finochietto, disector de las clases
una reparación global de las eventraciones. Los de anatomía de Eugenio Galli, y un pionero en la
autores publican una tasa de recurrencias del 1 % cirugía cardiaca en argentina. Su aportación a la
sobre 192 eventraciones (2 casos, a 3 y 5 años). cirugía de la eventración consiste en la realización de
tres incisiones musculoaponeuróticas de descarga
Técnica de Jack Abrahamson (Israel, 1988) a nivel de ambos músculos oblicuos mayores, lo que
De forma histórica, la técnica anatómica de zurcido permite llevar a los músculos rectos, transversos y
debe considerarse originaria de R.R. Hunter, descrita oblicuos menores, sin su inserción prerrectal, a un
en 1971 con una experiencia de 16 casos durante cierre plástico más fácil, con un evidente aumento
5 años y sin encontrar recidivas. La operación de la capacidad abdominal. El procedimiento se
(Shoelace) es rescatada por el autor israelí (Haifa), puede sistematizar de la siguiente forma:
como una operación sencilla, extraperitoneal, 1. Incisión angulada o cóncava hacia la parte me-
con una mínima disección y dos únicas líneas de dia del oblicuo mayor, cerca de las inserciones
sutura, siendo especialmente atractiva en ancia- de sus fascículos 6.º-8.º y parte del 9.º, en los
nos, pacientes debilitados o con enfermedades defectos supraumbilicales; y en sectores más
concomitantes. Puede ser adecuada para hernias distales para las infraumbilicales. La porción
medianas verticales o paramedianas, y hernias craneal de la incisión debe ser perpendicular
postapendicetomía, de hasta 8 cm de tamaño. La a las fibras musculares, y la porción caudal
operación de cordón de zapato reconstruye una sigue el sentido de las fibras hasta su llegada
nueva línea alba, reconstruye la vaina anterior y a la hoja anterior de la vaina del recto. El des-
los fija a la nueva línea alba. plazamiento medial conseguido será idéntico,
1 2 3
4 5 6
Figura 6. Técnica de Abrahamsom. 1. Se abre la vaina anterior para crear el labio medial. 2. Sección transversa. 3. Se inicia la sutura de ambos bordes mediales para formar una
nueva línea alba ancha. 4. Sección transversa. 5. Sutura corrida completada. 6. Detalle de la sutura.
cualquiera que sea el sitio donde se incida el Albanese aconseja realizar las tres incisiones
oblicuo mayor en relación con la eventración. largas para evitar los posibles problemas respira-
Después de movilizar este sector, se secciona torios durante el postoperatorio. Su amplia expe-
el oblicuo menor de forma vertical en la franja riencia en eventraciones xifoumbilicales gigantes
de Jalaguier-Bertola, donde solo este múscu- fue presentada durante la década de los 50-70, y
lo constituye la hoja anterior de la vaina del representa, junto con el neumoperitoneo de Goñi
recto, es decir, lateralmente en la llegada del Moreno, los dos mayores avances del siglo en la
oblicuo mayor, que reforzará medialmente esa cura de las grandes eventraciones del abdomen.
hoja anterior de la vaina hasta la línea alba.
2. Movilización medial del recto con la hoja an- Técnica de Alcino Lázaro da Silva
terior de su vaina e intersecciones muscula- (Brasil, 1971, 1974, 1979)
res sin tocarlos, y con la conservación de los Representa una autoplastia en tres planos, que
paquetes vasculonerviosos intercostales co- tiene la originalidad de conservar y utilizar el
rrespondientes, que lo abordan desde fuera. saco peritoneal. Es una superposición peritoneo-
3. Reconstrucción de estos planos musculares aponeurótica bilateral y longitudinal, aplicada al
después de las incisiones y su movilización tratamiento de las hernias incisionales medianas,
completa (ver capítulo 27; Figura 9). paramedianas, internas o externas y las diástasis.
El procedimiento, relatado por su autor, comprende
los siguientes pasos a señalar:
Movilización de los colgajos dermoepidérmi-
cos uni- o bilateralmente, hasta exponer el
saco herniario y la cara anterior de la aponeu-
rosis del músculo recto abdominal anterior.
Tracción del saco con pinzas. Abertura media
de una extremidad a otra (craneo-caudalmen-
Figura 7. Esquema de la reparación anatómica de los rectos de Loh. te) creándose dos colgajos menores, derecho
2.º
1.º 3.º
1 2 1.º 3.º
2.º
1.º 2.º
5 3.º
Figura 8. Reparación anatómica de D. Jonhson. 1. Primera línea de sutura medial de la vaina anterior.
2. Segunda línea de sutura en el borde externo del recto y oblicuo, tomando parte del músculo recto. 3. Tercera línea sutura bordes laterales de la vaina de los rectos.
e izquierdo. Estos están constituidos por peri- Sección contralateral, tomando como ejemplo
toneo, restos de la facia transversalis, tejido el tiempo quirúrgico anterior, en la cara anterior
colágeno fibroso y un poco de tejido adiposo. del músculo recto abdominal anterior opuesto,
Sección de las adherencias del intestino al cortando toda su aponeurosis. Los labios de esta
epiplón a la pared abdominal, en toda el área o herida se separan, naturalmente, exponiendo la
solamente en el lado donde se hará la incisión superficie anterior del músculo recto abdominal.
liberadora. No seccionar el ligamento falciforme. Estas dos incisiones liberan los músculos rectos
Exposición de uno de los colgajos. El escogido que estaban presos a las neovainas cicatriciales.
es generalmente el izquierdo por la facilidad Liberadas, naturalmente, se posicionan en la lí-
de trabajo. Tracción del mismo, cuidando la nea media, local de origen anatómico, creando
hoja posterior de la vaina del recto anterior del áreas cruentas musculares, que exponen sus su-
abdomen, palpando su borde medio (aproxi- perficies anterior de un lado y posterior del otro.
madamente a 1,5 cm de este), sección de los Las incisiones curvilíneas crean cuatro colga-
tejidos, incluyendo el peritoneo, facia trans- jos: medio (menor), lateral posterior y medio
versal y aponeurosis posterior del músculo, (menor) y laterales anteriores. Juntándose con
procurando no lesionar la arteria epigástrica los dos hemisacos herniarios (derecho e iz-
inferior, (si eso ocurriese, hay que ligarla por quierdo), quedamos con seis colgajos: A, B, C,
transfixión). Esta incisión es longitudinal y de y A’, B’ y C’.
forma curvilínea, iniciando y terminando en las La reconstrucción de la pared abdominal se
extremidades de la hernia, cerca de la línea hace en 3 planos, cuyas suturas no se super-
media. Hay una retracción natural de los labios ponen. En el primer plano, el colgajo A’ del saco
de la herida y así, la cara posterior del músculo herniario es suturado al posterolateral contrala-
recto abdominal queda expuesta. teral (A). Con este tiempo operatorio, cerramos
Hay que recordar que en el tercio inferior de la cavidad y proporcionamos tejido (colgajo A,
este músculo el tejido seccionado no presenta A’) para recubrir el área cruenta posterior del
aponeurosis, que existe solo en la cara anterior. músculo recto abdominal.
1. Recto. 2. Oblicuo mayor. 3. Oblicuo menor. 4. Transverso. 5. Diafragma. 6. Tórax. 7. Pared torácica. 8. Serrato mayor. 10.
Area deshabitada de la vaina del recto. 11. Área sin oblicuo mayor. 1.ª: Primera sutura. 2.ª: Segunda sutura. 3.ª: Tercera sutura.
a Hay que tener cuidado con los ángulos de su- el otro para adentro. Después de la sutura,
tura, porque si queda algún resquicio, puede de una extremidad a otra, la vaina del recto
haber insinuación de tejidos intraabdomina- abdominal que recibió para recubrir su su-
les, lo que facilita la recidiva o una complica- perficie posterior, el colgajo mayor (o sea, el
ción obstructiva postoperatoria. Ahora, los saco herniario) queda rehecho.
músculos rectos se encuentran cerca de la En el tercer plano, anterior y superficial, sutu-
línea mediana, sin tracción y sin tensión, por- ramos el colgajo mayor contralateral (restante)
que con la apertura de sus vainas estos se (C) al anterolateral (C’). Con esto, recubrimos el
b rectifican naturalmente. área cruenta anterior del músculo recto abdo-
En el segundo plano, intermediario, confec- minal, lo que rehace su vaina aponeurótica.
cionamos una nueva línea alba, a través de Al final de este tiempo, es importante que se
la sutura de los colgajos medios, anterior (B) verifiquen los ángulos de sutura. Estos deben
y posterior (B’); uno se dobla para afuera y quedar reforzados, sin resquicios, a costa de
B. 1.ª: Primera incisión de descarga sobre oblicuo mayor. C. 2.ª: Segunda incisión de descarga sobre la hoja prerrectal
– expansión anterior del oblicuo mayor. D. 3.ª: Tercera incisión de descarga en la hoja anterior del recto, sobre el borde
interno. Las incisiones de descarga número 1, 2 y 3 en su posición, forma y extensión preferibles y aconsejables.
del oblicuo externo; 2.º Paso : Disección del músculo que la separación de componentes provee de un muchas de las llamadas «técnicas radicales» en
separándolo del plano muscular del oblicuo interno; colgajo muscular bien vascularizado e inervado, la cura de la eventración están muy lejos de ser
3. Paso : Avance y cierre en la línea media.
er
suficiente para una reconstrucción dinámica de la radicales, y esto no debe sorprendernos, pues
pared abdominal, y de que este siempre es prefe- muchas de las operaciones que realizamos los
rible al uso de materiales sintéticos. Su esquema cirujanos no tienen una base anatómica o quirúrgica
presenta los siguientes pasos: adecuada. La idea de utilizar los músculos rectos en
Paso 1. Creación de un colgajo subcutáneo que la reparación de las hernias se debe a Wölfler, en
es elevado sobre el pubis, costillas y cresta ilíaca. 1892. Los principios del transplante muscular son:
a b c
d e f
Figura 12. Técnica de H. C. W. Nuttall. 1. Saco redundante resecado (A, peritoneo; B vaina del recto). 2. Peritoneo suturado (A), vaina del reco disecada y
músculo expuesto (B), C vaina y D piramidal. 3. Rectos desinsertados del pubis. A arco de Douglas, B fascia transversalis, C sínfisis púbica. 4. Sutura del recto
derecho en el lado opuesto sobre el pubis (A). 5. Solapamiento del recto izquierdo y sutura en lado opuesto. 6. Vaina del recto juntas y suturadas en línea media.
a b
Técnica de J. Vidal Sans (España, 1975) de línea media supraumbilicales (Figura 16). Los
En España, Vidal Sans supone la máxima figura pasos de esta técnica son:
en la defensa de las mioplastias, siguiendo la 1. Miotomía bilateral supracostal parcial de los
tradición heredada de la escuela argentina. Este músculos oblicuos externos, a nivel de su in-
autor describe una miotomía bilateral total supra- serción torácica.
costal del oblicuo mayor y del recto anterior con 2. Miotomía total del recto del abdomen, a nivel
una reinserción posterior en el reborde costal, de sus inserciones costales (este paso se
Figura 16. Técnica de Vidal Sans, con su presentada oficialmente en 1983 en Barcelona. puede evitar si el defecto no es considerable)
autor. A) línea de sección supracostal de
los músculos rectos y oblicuos mayores.
Este procedimiento ayuda a disminuir las com- 3. Reinserción costal posterior, a nivel del re-
B) visión lateral de la sección. C) descenso plicaciones respiratorias del cierre primario y borde costal
musculoaponeurotico conseguido y D) consigue una mejor reconstrucción de la bóveda 4. Refuerzo preaponeurótico mediante prótesis
reinserción a reborde costal. abdominal, en el caso de grandes eventraciones de polipropileno. Este paso ha sido descrito,
a b c d
1 2
Norman S. Rothschild (Filadelfia, EE. UU.) Técnica de C. Clavel y P. Colson (Francia, 1934)
describe en 1935 la misma reparación pero Después de realizar una descripción minuciosa de
de forma bilateral, utilizando ambos lados: un las variedades anatómicas de las eventraciones
flap pequeño en el lado del defecto y otro ma- postapendicetomías y de los problemas ortopédicos y
yor a nivel contralateral –a diferencia de los biológicos, los autores proponen una reconstrucción
defectos mediales, donde ambos flaps deben anatómica en 4 líneas de suturas: 1.ª, con peritoneo
ser iguales– (Figura 19). del saco; 2.ª, una plastia aponeurótica tipo Welti; 3.ª,
Un procedimiento similar fue utilizado en Ale- una plastia muscular, y 4.ª, una plastia aponeurótica
mania por E. F. Sauerbruch, en 1946, quien in- con los bordes externos anteriormente seccionados
cide la vaina anterior del recto a todo lo largo (Figura 21). Los autores señalan como el momento
de la línea media y la gira hacia fuera para oportuno para el tratamiento un retraso de 6 meses
poder reparar defectos a nivel de fosa ilíaca desde su diagnóstico, y a la anestesia raquídea como
derecha. a la forma más segura de realizar la intervención.
LeRoy J. Kleinsasser, en 1951 (Dallas, EE. UU.)
describe la «técnica de transposición poste- Técnica de M. Zaidman y S. Alché (Argentina, 1965)
rior de la vaina anterior del recto». En hernias En el abdomen superior, la incisión de elección
cercanas a la línea semilunar infraumbilica- para el abordaje de las vías biliares es la subcostal
les, donde la vaina posterior sea deficiente, de Kocher, por ser poco eventrógena. La infec-
puede movilizarse la vaina anterior a la línea ción de la herida y el hematoma son las causas
media, liberarse del músculo recto y despla- principales de eventración subcostal, y cuando
zarse por debajo para suturarse lateralmente su tamaño es grande son un verdadero problema
a la aponeurosis de los músculos laterales para el cirujano, pues el labio superior es exiguo,
del abdomen y, arriba y abajo, a las capas fa- se inserta en una zona rígida muy cercana, por lo
Figura 19. Reparación por flaps de la vaina
ciales intactas. También puede ser aplicable que el borde superior del anillo no desciende y el
anterior del recto de Rothschild. a hernias de Spiegel (Figura 20). gasto se hace a expensas del labio inferior. En estas
Figura 20. Técnica de transposición posterior de la vaina anterior del recto, de Kleinsasser.
Figura 21. Técnica de C. Clavel y P. Colson. Reparación anatómica en cuatro hileras de sutura.
1 parrilla costal quedan expuestas dos costillas En la actualidad, el uso de las mallas sinté-
y el músculo recto, y si la disección del col- ticas ha relegado las técnicas descritas en este
gajo bajo demasiado, un pequeño triángulo capítulo a un segundo plano, y el problema de
formado por el oblicuo menor y el transverso. las nuevas generaciones de cirujanos va a ser el
desconocimiento de muchos de estos procedimien-
Este procedimiento se indica en casos de tos, predestinados a un olvido irremediable. Las
eventraciones subcostales grandes (Figura 22). técnicas anatómicas y las protésicas no deben ser
consideradas como procedimientos excluyentes.
Técnica de A. Oghi (Argentina, 1966) Cada una debería tener su lugar, y todas deberían
El diseño de este autor supone realizar la incisión coexistir en el armamentario del cirujano de pared
sobre la aponeurosis de los músculos oblicuos abdominal. El buen cirujano (con buen oficio), no
mayores mediante sección muscular 2 cm por debe olvidar su formación «clásica»; de ella va
dentro de la espina ilíaca antero-superior, desde la a depender su agilidad para decidir estrategias
región inguinal hasta el borde costal a nivel de la alternativas en un momento dado, con mayor
fosa ilíaca, siguiendo la dirección de sus fibras. Es rapidez y solvencia. Las autoplastias aumentan
un procedimiento planteado en los casos de even- el volumen de la cavidad abdominal, disminuyen
traciones complejas umbilicopubianas (Figura 23). la tensión de la pared abdominal y permiten
reubicar los músculos a su posición anatómica
Técnica de E. Levy (Francia, 1981) y funcional. Muchos cirujanos pueden necesitar
Este autor propone utilizar como procedimiento estas técnicas cuando se les presente un cierre
2 de relajación una serie de incisiones xifopubicas, con tensión excesiva, de forma no programada, y
cortando piel y músculo oblicuo mayor, desde las pueden evitar muchas complicaciones posteriores
costillas al pubis por fuera de la vaina rectal. Lo derivadas de un posible síndrome compartimental.
considera indicado en pacientes con complicacio- El conocimiento anatómico de la pared abdominal
nes postoperatorias agudas y de tórpida evolución. es imprescindible para un cirujano que aborde
habitualmente eventraciones complejas. Del
análisis de este capítulo se desprende, además, la
7. Comentario de los autores necesidad de poder colaborar (al menos de forma
ocasional) con un cirujano plástico, para poder
«Todas la cosas ya fueron dichas, pero como nadie tener una mayor amplitud de miras a la hora de
escucha es preciso comenzar de nuevo» André Gide plantear el tratamiento definitivo de los grandes
(1869-1951), Traité du Narcisse, 1893. defectos de pared abdominal.
Bordes de
Espina ilíaca la incisión de descarga
antesuperior
Técnica de Chevrel
Miguel A. Hernández Bartolomé
Alberto Carabias Hernández
Manuel Limones Esteban
Son muchas las técnicas que se han empleado 1. Limpieza y rasurado de la piel.
para tratar este tipo de eventraciones, desde las 2. Profilaxis antibiótica mediante cefazolina o
técnicas anatómicas clásicas a las plastias con vancomicina.
materiales protésicos o colgajos autólogos. También 3. Profilaxis antitrombótica.
son variados los métodos de colocación de las
mallas, tanto a nivel preperitoneal, retromuscular
o preaponeurótico. 7. Descripción de la técnica
En las eventraciones tipo III de Chevrel, en
las que no es posible una técnica de Rives o hay 1. Incisión en línea media.
riesgo de dehiscencia del plano posterior, está 2. Liberación de contenido herniario mediante
indicada la técnica de Chevrel. disección de adherencias viscerales.
La técnica de Chevrel tiene como base el cierre 3. Si es posible, cierre de la línea media (peri-
del plano aponeurótico mediante transposición de toneo y aponeurosis posterior).
la fascia anterior (vaina anterior de los rectos) y la 4. Disección de plano subcutáneo de forma
colocación de una prótesis gigante que cubre el amplia dejando expuesta la aponeurosis
cierre aponeurótico y el plano muscular expuesto anterior del abdomen (vaina de los rectos)
por la liberación de los colgajos fasciales. hasta nivel de los flancos y crestas ilíacas
La colocación preaponeurótica de la prótesis a nivel lateral y hasta el borde subcostal a
evita el contacto con el contenido abdominal nivel superior.
en caso de disrupción del plano aponeurótico, 5. Incisión bilateral de la aponeurosis hasta
lo que ocurriría en caso de colocar la prótesis llegar al plano muscular lateral de unos dos
preperitonealmente. Por otro lado, refuerza el cm.
cierre anatómico subyacente y cubre los puntos 6. Liberación de la aponeurosis en dirección
débiles que se desarrollan con la realización de medial hasta permitir la aproximación sin
los colgajos fasciales. tensión de ambos colgajos. La disección se
Cuando es posible el cierre primario del plano realiza mediante bisturí eléctrico.
posterior, la elaboración de colgajos de vaina anterior 7. Es posible la sutura simple de los colgajos
de los rectos de unos 2 cm permite el refuerzo de o la superposición de ambos en la línea
la línea media mediante una reparación en 4 capas media formando una doble capa mediante
(cierre aponeurótico posterior, colgajos de vaina puntos en U de polipropileno.
anterior superpuestos y malla). 8. Colocación de una prótesis gigante que
Cuando no es posible el cierre medial, la cubra el cierre medial y los músculos ex-
elaboración de unos colgajos más anchos permite puestos. La malla sobrepasa la incisión
el cierre primario en línea media, que se refuerza aponeurótica lateral en ambos lados.
con la malla superopuesta. 9. Sutura de la prótesis a los extremos late-
rales de la fascia seccionada mediante
material reabsorbible en cuatro suturas
5. Abdomen abierto contínuas.
10. Puede aplicarse material adhesivo bajo
Otras de las indicaciones de la técnica de Che- la prótesis para favorecer su adherencia
vrel es el abdomen abierto de diversos orígenes al plano muscular y evitar el desarrollo de
(traumatismos, sepsis, isquemia, evisceraciones, serohematomas.
obstrucción intestinal con dilatación de asas), 11. Colocación de 2-4 drenajes aspirativos so-
en el que está indicado el cierre definitivo tras la bre la prótesis.
resolución del cuadro agudo. 12. Cierre del plano subcutáneo mediante ma-
Frente a otros métodos que implican un terial reabsorbible.
cierre diferido mediante desarrollo de tejido de 13. Cierre de la piel con grapas.
granulación o la colocación de dispositivos de 14. Vendaje compresivo durante cinco días,
vacío, la técnica de Chevrel permite el cierre junto con fajado del paciente.
primario del abdomen en un solo tiempo y de 15. En ocasiones puede ser suficiente liberar
forma definitiva, sin necesidad de colocar una el colgajo aponeurótico en un lado para
prótesis en contacto con las vísceras abdomina- cerrar la línea media (hemichevrel; Figu-
les ni de retardar el cierre de la pared de forma ras 1-4).
considerable.
En estos casos es posible un cierre primario
en la primera semana o completar un cierre di- La elaboración de unos colgajos anchos de
ferido tras la formación de tejido de granulación vaina anterior de los rectos permite el cierre
para cubrir el mismo, y evitar una zona débil en de línea media, que se refuerza con la malla
línea media. premuscular.
1. Realizar una amplia disección lateral del La sepsis es quizá la complicación más frecuente
plano subcutáneo. en esta cirugía. Al implantar un material extraño,
2. Cierre sin tensión en línea media. puede ser colonizado por patógenos exógenos
3. Malla que cubra ampliamente borde lateral (principalmente saprofitos cutáneos) y ser rebelde
de la aponeurosis seccionada. al tratamiento antibiótico. Dependerá del tipo de
4. Suturas reabsorbibles para fijar la prótesis prótesis, así como de su tamaño, situación basal
lateralmente. del paciente y de la magnitud de la infección. Una
5. Suturas ireabsorbibles en línea media. exposición de la prótesis para realizar irrigaciones
6. Empleo de cola de fibrina bajo la prótesis. locales con antiséptico puede permitir el respeto
7. Hemostasia cuidadosa. del material protésico. En caso de infección re-
8. Mantener vendaje compresivo 5-6 días. belde a tratamiento o inestabilidad del paciente,
9. Retirada progresiva de los drenajes aspira- se recomienda la retirada de la prótesis, al menos
tivos cuando el débito sea escaso. parcialmente.
10. Mantener sutura cutánea al menos 15 Otra de las complicaciones es la formación
días. de hematoma o seroma en la región intervenida.
11. Faja compresiva para facilitar la adheren- Una hemostasia rigurosa evita la formación de
cia del plano cutáneo a la prótesis durante hematoma. El seroma se da en aproximadamente
los tres primeros meses. el 5 % de los casos, y no se ha visto un modo
completamente eficaz de evitarlo. El uso de colas
biológicas sigue en discusión. El suturar la malla
9. Prótesis y colas de fibrina en su parte medial a planos profundos se ha visto
ineficaz. La colocación de drenajes, por tanto, debe
La técnica de Chevrel incluye junto a la colocación ser a día de hoy rutinaria.
de una prótesis gigante de polipropileno en el En caso de seroma diferido tras la retirada de
plano subcutáneo, preaponeurótico, la utilización drenaje, puede tratarse de manera conservadora
de colas de fibrina para facilitar su fijación a los o mediante punción percutánea y vaporización de
planos subyacentes y evitar la formación de puntos cola biológica en el interior de la bolsa del seroma.
muertos con seromas y hematomas. El dolor postoperatorio suele ser bien controlado
La utilización de estos productos fue empleada con analgesia habitual intravenosa en un principio
en las eventraciones por Bagot d´Arc en 1986 y y, posteriormente, vía oral.
por Chevrel en 1989.
Chevrel presenta una serie de 103 eventraciones
tratadas mediante prótesis premuscular y cola de Tratamiento de las complicaciones precoces
fibrina, con buenos resultados. El material protésico 1. Drenaje de colecciones serosas o hemáticas
fue fundamentalmente polipropileno o dacron. Otros mediante retirada de puntos de sutura cutánea.
materiales que se han empleado son el poliéster y 2. Lavado mediante sonda de la cavidad sub-
polipropileno-poliglactina. cutánea con suero y Betadine®.
La utilización de nuevos materiales de 3. No es necesario la retirada de la prótesis.
baja densidad y la asociación de polipropileno 4. En caso de dehiscencia cutánea, coloca-
asociado a materiales reabsorvibles (Vicryl® ción de VAC.
o Monocryl®) permite una mejor tolerancia al
material protésico.
12. Complicaciones tardías
13. Experiencia en distintas situaciones En una revisión de 2008 (que incluye 85 pacientes)
se concluye que la satisfacción postoperatoria era
1. Reparación de eventración gigante de línea dependiente del cirujano que realizaba la intervención,
media en la que no era posible la aproxima- además de que la técnica de Chevrel parece tan
ción de los bordes de la herida. La técnica segura, fiable y con pocas complicaciones como
de Chevrel permitió un cierre de la línea otras técnicas. Su tasa de recidiva fue del 10,2 %,
media sin necesidad de mallas en contacto y las complicaciones del 25 %, principalmente
con la cavidad abdominal. inflamación y dolor postoperatorio.
2. Obstrucción intestinal con gran dilatación de En otra publicación, en la revista Hernia en
asas intestinales en que fue preciso el abdo- 2008, se describe otra serie italiana de 64 pacientes
men abierto temporal y había gran separa- con una tasa de recurrencia de 3,1% y con 26,5%
ción de los bordes de la laparotomía. Cierre de complicaciones, seroma y necrosis cutánea
primario durante la primera intervención. principalmente.
3. Traumatismo abdominal abierto con ciru-
gía de control de daños y posterior cierre
primario. Abdomen abierto temporal con 15. Ventajas
bolsa de Bogotá o malla. Cierre definitivo
mediante técnica de Chevrel en las prime- La técnica de Chevrel tiene varias ventajas frente
ras 48-72 horas. a otras técnicas de reparación de eventraciones o
4. Traumatismo abdominal cerrado con ciru- cierre del abdomen abierto:
gía de control de daños y cierre por granu- 1. Permite un cierre anatómico de la línea me-
lación que se completa al cabo de varias dia sin tensión.
semanas con una técnica de Chevrel. 2. Evita el contacto de la prótesis con las vís-
5. Evisceración con gran separación de bor- ceras abdominales, lo que puede ocurrir en
des de laparotómica y obstrucción intestinal caso de dehiscencia del plano posterior.
asociada. Cierre primario durante la primera 3. Evita la retirada de la prótesis en caso de
intervención mediante técnica de Chevrel. infección.
4. Proporciona un refuerzo amplio de toda la
pared abdominal.
14. Resultados 5. Permite un cierre primario en caso de ab-
domen abierto temporal, en un solo tiempo
Los resultados a largo plazo en la serie Chevrel indi- y de forma precoz.
can una tasa de recidivas del 5-10 % que se reduce 6. Puede aplicarse de entrada o tras un cie-
al 1 % con el uso de cola de fibrina. La tolerancia a rre retardado del abdomen mediante gra-
la prótesis es aceptable y permite una vida normal. nulación.
Figura 1 Figura 2
Figura 3 Figura 4
dicho espacio retromuscular donde colocaremos la Rives-Stoppa se convierte en un aliado para evitar
prótesis. La colocación de la malla se realiza sobre la recidiva, y convierte a la fijación de la misma en
la hoja posterior de la vaina de los rectos por encima un aspecto no tan trascendente como ocurre con
de la línea arcuata y sobre el espacio preperitoneal otras técnicas de reparación.
por debajo de la misma (Figura 3). Después se pro- Es importante que la prótesis sobrepase amplia-
cede al cierre de dicha hoja con sutura continua y mente el defecto, ya que todas sufren un proceso de
material reabsorbible (Figura 4). En pacientes con contracción que llega a reducir su área en más de un
grandes defectos, el cierre de dicha hoja posterior 30 % durante el primer año. Estas prótesis, a pesar
puede ser imposible en toda su extensión, lo que de estar colocadas en este espacio favorable, sufren
puede obligarnos a utilizar una malla de material la fuerza de tracción que ejerce la contracción de
reabsorbible, interponer epiplón entre la malla y el los músculos de la pared abdominal, lo que puede
contenido intestinal o bien a dejarlo abierto y utilizar superar la de la propia presión intraabdominal; es
un material protésico que permita el contacto con el por ello por lo que es necesario realizar algún tipo de
Figura 5 contenido intestinal (mallas compuestas). fijación mecánica hasta que el proceso de integración
Una alternativa en pacientes con grandes consiga un adecuado nivel de resistencia.
defectos y en los que pensemos que no vamos a
poder realizar el cierre de este plano posterior es - ¿Qué prótesis colocar?
seccionar la hoja anterior de la vaina de los rectos Las dos prótesis más utilizadas para este tipo de
sobre su cara anterior, similar al procedimiento reparación han sido las prótesis macroporosas
de Quenu, lo que nos permitirá obtener un colgajo monofilamento de polipropileno (Bard®, Prolene®,
más amplio para poder cubrir toda la línea media; Sugipro® monofilamento, Atrium®) o las macro-
lógicamente esta incisión conlleva una imposibilidad porosas multifilamento (Mersilene®, Surgipro
para poder realizar el cierre de la hoja anterior de multifilamento®), y siguen siendo las más utilizadas
la vaina de los rectos en la línea media. para la realización de esta técnica. Las mallas ma-
En la técnica de Rives-Stoppa, la malla descansa croporosas de bajo peso podrían representar una
sobre la hoja posterior de la vaina de los rectos alternativa a las mallas anteriores, ya que causan
por encima de la línea arcuata y sobre el espacio una menor reacción a cuerpo extraño e inflamatoria
preperitoneal por debajo de la misma, ya que a este dando lugar a una pared abdominal más elástica;
nivel no existe hoja posterior; además, en aquellas sin embargo, algunos trabajos cuestionan el uso
eventraciones que llegan hasta la misma sínfisis del de estas, por existir un mayor índice de recidivas.
pubis es necesario una amplia disección retropúbica También se utilizaron prótesis de politetrafluo-
exponiendo los ligamentos de Cooper, con el fin de retileno expandido, pero estas prótesis tienen el
colocar la malla que sobrepase ampliamente el inconveniente de que se integran poco, lo que obliga
espacio retropúbico y realizando un reforzamiento a tener que realizar un mayor fijación de las mismas;
de todo el saco visceral. por el contrario, permiten el contacto con el contenido
La colocación de la malla en este espacio intestinal y consiguen una pared abdominal más
profundo minimiza el riesgo de infección protésica. elástica y de características más similares a la normal.
El cierre de la hoja posterior-peritoneo se realiza En el momento actual disponemos de prótesis
con sutura continua y material reabsorbible; es sobre compuestas que combinan dos materiales protési-
esta superficie sobre la que colocaremos la malla. cos diferentes. La mayoría están compuestas por
polipropileno, que se puede colocar en contacto
- Concepto y principios de la colocación de la malla con la superficie parietal, es decir, el músculo, y un
en este plano. biomaterial que permite el contacto con el contenido
En el momento actual las hernias incisionales, inde- visceral, que puede ser reabsorbible (fibrina, colá-
pendientemente del tamaño que tengan, requieren geno, ácido poliglicolico, poliglactina, hialuronato
para su reparación la utilización de materiales sódico, carboximetilcelulosa) o irreabsobible, como
Figura 6 el politetrafluoetileno expandido (Gore-Tex®). Este
protésicos en la mayoría de los casos. Los métodos
de reparación clásicos, que utilizan los propios tipo de prótesis son especialmente útiles cuando
tejidos del paciente, tienen en el momento actual no es posible hacer un cierre completo de la hoja
unas indicaciones muy restrictivas, reservándose posterior y el peritoneo, y el material protésico
para defectos muy pequeños. queda en contacto con el contenido intestinal. Si
Los principios de la reparación de Rives y Stoppa no se dispone de este tipo de prótesis, se puede
se fundamentan en la colocación de una gran próte- sustituir por el uso de una prótesis de poliglactina 910
sis retromuscular en el espacio entre los músculos (Vicryl®), que se sutura con material reabsorbible
rectos abdominales y la hoja posterior-peritoneo. Esta al defecto a nivel de la hoja posterior.
prótesis debe sobrepasar ampliamente los márgenes El objetivo final de cualquiera de estas próte-
del defecto, siendo la propia presión intraabdominal sis es evitar el contacto del polipropileno con el
la que ayuda a mantenerla en su lugar, y favorece su contenido intestinal.
integración. Es esta presión intraabdominal la que
representa un factor de riesgo de recidiva en las - ¿Cómo diseñar la malla?
eventraciones; sin embargo, la posición de la malla Para el diseño del tamaño de la malla, procederemos
Figura 7
en este plano tal y como se realiza en la técnica de a la medición con una regla del defecto musculoa-
Línea media Supraumbilicales 18 % Técnica Malla retromuscular 142 (49,6 %) Tempranas Hemorragia 1 (0,3 %)
Seroma 33 (11,5 %)
No línea media Subcostales 2% Eventrorrafia (Mayo) 15 (5,2 %)
Infección 4 (1,3)
15 % Transversas 4% Material Polipropileno 60 %
Necrosis cutánea 4(1,3 %)
Ilíacas 5%
Compuestas/PTFEe 40 % Hematoma 1 (0,3 %)
>30 días
organizado
Lumbotomía 4%
Fijación Material 95 %
Tabla 1 no reabsorbible Seroma crónico 4 (1,3 %)
o recidivante
Otros 5%
Recidiva 12(5 %)
Tabla 2 Tabla 3
Capítulo 37
Técnica prefascial
Manuel López Cano
Fernando Carbonell Tatay
Alfredo Moreno Egea
En las diferentes técnicas mencionadas, por haber tratado antes cualquier infección cutánea,
tanto, la malla puede utilizarse de dos formas bien micosis, erosión cutánea, etc. La corrección de
distintas: (a) para reforzar una reparación previa- problemas dérmicos, antes de la cirugía defi-
mente realizada con los tejidos existentes; o (b) nitiva, es un paso que puede evitarnos muchos
para reemplazar o puentear el defecto de pared problemas posteriores, donde la infección de la
que constituye la eventración, sin modificar la si- prótesis por los gérmenes de la piel puede sig-
tuación previa. nificar una catástrofe para el postoperatorio del
paciente.
Fijación de la malla
Actualmente se puede utilizar sutura simple 7. Problemas de la técnica prefascial
(puntos simples o colchoneros), suturas con-
tinuas (medial y lateral o solo laterales), sutura Los principales problemas de la técnica prefas-
mecánica (tackers) o pegamentos. La fijación cial son:
debe de ser sólida, pero no puede sustituir el Precisa de una amplia disección subcutánea,
principio de máximo solapamiento si queremos lo que facilita la aparición de seromas, hema-
obtener unos buenos resultados a largo plazo. El tomas, necrosis cutánea y, potencialmente,
uso de sutura no reabsorbible se ha relacionado mayor dolor postoperatorio. En ocasiones es-
con mayor dolor y se recomienda el uso de su- tas complicaciones pueden agravar mucho el
turas de reabsorción lenta de 0/3. En función de curso postoperatorio, y el cirujano debe estar
la disección realizada y del espacio muerto, es preparado para su posterior tratamiento.
aconsejable dejar drenajes subcutáneos cerra- Cuando existen problemas cutáneos no re-
dos sobre la malla, para evitar que un seroma o sueltos previamente, existe un mayor ries-
hematoma retrase o dificulte el proceso de nor- go de infección, dada la mayor exposición y
mal integración de la malla. El subcutáneo debe proximidad de la piel donde se encuentran los
ser aproximado con una sutura de 0/2 (puntos principales gérmenes responsables de la in-
sueltos en función del espesor o una pequeña fección superficial.
continua) y la piel con grapas (y algunos puntos Restricción de la pared abdominal a la movilidad.
Figura 5. Técnica prefascial de Molloy y cols. promedio de seda), para dar por finalizado el Es el fenómeno del «corsé en abdomen», o sen-
(Br. J. Surg. 1991;78:242-244).. procedimiento. Antes de despertar al enfermo, sación de rigidez por la fibrosis parietal inducida
por la malla. Para minimizar este problema se cientes. Otros autores, como de Vries Reilingh
tiende a utilizar mallas con menor proporción de (2004), Afifi (2005) o Gleysteen (2009), vuelven a
polipropileno (mallas de bajo peso o recubiertas confirmar estos resultados, donde los seromas
que inducen una fibrosis moderada). pueden alcanzar un 32 % (Afifi), las recidivas
Ausencia de estudios comparativos aleatori- un 27 % y la infección un 12 % (Gleysteen). Las
zados que demuestren si esta opción es mejor recidivas son referidas en los bordes superior
que otras técnicas, situando la malla en otras o inferior de la malla, y se manifiestan en los
posiciones de la pared abdominal. primeros dos años de la cirugía.
En la literatura podemos encontrar algunas expe- La técnica prefascial (sin otra reparación previa)
riencias de interés: puede estar indicada en eventraciones comple-
Lewis, en 1984, publica una serie de 50 pacien- jas, tanto de la línea media como laterales, don-
tes con eventraciones reparadas con malla de no es aplicable otra técnica anatómica (1) por
prefascial (polipropileno) y describe un 6 % de múltiples cirugía previas; (2) destrucción tisular o
seromas, un 4 % de infección y una tasa de re- fibrosis muscular; (3) imposibilidad de identificar
currencias del 6 %, con un seguimiento medio y disecar los planos parietales; (4) multirecurren-
de 2,6 años. Aconseja el uso sistemático de cias; o (5) con mallas previas intraparietales.
drenajes y antibióticos en el postoperatorio Debe estar contraindicada en aquellos casos
para reducir las complicaciones. en los cuales sea posible conseguir el objetivo
Molloy, en 1991, utiliza una técnica prefascial principal del tratamiento de las eventraciones (res-
en otos 50 casos, asegurando un solapamiento tablecer una anatomía y fisiología lo más parecida
de 5 cm, puenteando el defecto (sin aproximar) a la situación previa). Para ello, es necesario que
y fijando la malla con dos coronas de suturas todo cirujano tenga una formación amplia y domine
concéntricas al defecto. Sus resultados son varias técnicas quirúrgicas. En caso contrario, lo
muy similares: 4 % de seromas, 8 % de infec- aconsejable sería derivar al paciente para valora-
ción y recurrencias del 8 %. En su experiencia, ción a un compañero o unidad con suficiente expe-
todos los fallos son debidos a una inadecuada riencia. También se debe contraindicar en pacien-
fijación periférica de la malla. Por tanto, evitar tes con infección cutánea activa, micosis, fístulas
los errores técnicos (ampliando el solapamien- o falta de cubierta cutánea completa; y en lesiones
to de la malla) podría mejorar los resultados. cutáneas tipo esclerodermia, atrofia o cicatrices
Nos advierte además, sobre la necesidad de múltiples. Otros pacientes no adecuados son los
una fijación «lateral» adecuada (Figura 5). caquécticos, muy delgados o desnutridos.
Machairas, en 2004, ha presentado una se-
rie de 43 pacientes con un seguimiento de 4
años. Sus resultados, empleando una malla 10. Comentario de los autores
de poliéster, son peores en cuanto al sero-
ma (14 %), dolor crónico e infección (7 %) y La técnica prefascial es una opción para tratar las
recurrencias (9 %). Este autor defiende la se- eventraciones, relativamente popular entre ciruja-
guridad y sencillez de esta técnica, con unos nos noveles o sin dedicación exclusiva a la pared
resultados similares a otras más complejas. abdominal, ya que es sencilla de realizar y de apren-
Shukla, en 2005, obtiene en 55 casos unos der. Además, evita el contacto directo de la malla
resultados muy favorables (usando polipro- con las vísceras, y hace casi inexistente el riesgo
pileno). Su tasa de seromas es también alta de complicaciones intraabdominales graves. En al-
(12,7 %), lo que achaca a la obesidad de sus gunos centros es una opción muy utilizada. Hemos
pacientes (IMC >30), infección en un 3,6 %, y comprobado los buenos resultados publicados en
refiere la presencia de necrosis cutánea en diferentes trabajos, pero estos son de muy difícil
un 5,4 %. No documenta recurrencias, aun- valoración y comparación con otras técnicas para
que su seguimiento es limitado. El autor la poder ser utilizados como alguna evidencia en la
indica como de elección en eventraciones práctica clínica. Debemos recordar que también hay
recurrentes y con un tamaño superior a 10cm. referencias que indican una gran tasa de fracasos
Estudios comparativos prefascial/retrofascial. en eventraciones de cierta entidad y, en ocasiones,
Existen muy pocas referencias donde se com- una morbilidad por infección o necrosis cutánea no
paren la opción prefascial con la retrofascial. despreciable, que puede gravar mucho el postope-
Kingsnorth, en 2004, compara 52 casos con ratorio del paciente. La prudencia, formación ade-
unos resultados finales similares en cuanto a cuada y dominio técnico deben ser los principios
morbilidad y recurrencias, recomendando la de los cirujanos que decidan utilizarla. La adecuada
prefascial en las eventraciones altas y la re- valoración del paciente y de su eventración, en una
trofascial en las bajas. Lo más importante para unidad específica, puede ofertar una solución más
este autor es la creación de equipos multidis- personalizada a cada caso, y finalmente la consecu-
ciplinares para manejar estos complejos pa- ción de mejores resultados a largo plazo.
Capítulo 38
Técnicas protésicas:
eventroplastia intraabdominal
Alfredo Moreno Egea
Se define como técnica intraabdominal (TI) aquella Fue René Bourgeon, en 1956, el primer defensor
en la que la prótesis se sitúa dentro de la cavidad de la TI. Este autor llega a decir que «la individua-
abdominal, sobre la pared abdominal posterior y lización de los diferentes planos anatómicos es
en contacto libre con las vísceras de dicha cavi- totalmente inútil», que «la malla se puede situar
dad. Tradicionalmente ha sido una técnica relega- directamente en contacto con las vísceras abdo-
da para casos excepcionales donde no es posible minales» y que «se debe fijar con puntos transmu-
otra solución de reconstrucción de la pared abdo- rales a 5 cm de los bordes de la eventración». Las
minal. En la última década, la difusión del abordaje ventajas que Bourgeon atribuye a la TI son:
laparoscópico con unos buenos resultados inicia-
les y el desarrollo de nuevas prótesis bilaminares 1) Intervención simple (no diseca planos inter-
han devuelto a esta técnica un renovado interés, medios);
contemplándose ahora como una posibilidad con 2) Riesgo de infección mínimo; y
mayores indicaciones en la eventración de defec- 3) Mínimos seromas al drenar al interior del pe-
tos complejos. ritoneo (Figura 1).
Figura 1. Foto y técnica de René Bourgeon
Unos años después, Francis C. Usher (1959- atravesar la pared (no anudadas entre sí), y como
1979) va modificando su técnica personal con ma- la inserción de una prótesis hace innecesario el
lla en un intento por mejorar su tasa de recidivas, cierre del defecto, emplea una segunda malla
desde una colocación superficial a otra profunda. para completar la reparación, que coloca superfi-
Sus experimentos demuestran que un implante cial a la aponeurosis cerrando el defecto.
intraperitoneal estimula la formación de un tejido En los años 80-90, primero Jack D. McCar-
fibroso uniforme y espeso, y que se vasculariza thy y Melvin W. Twiest (1980) y después J.P.
a expensas del omento. Postula que los seromas Arnaud (1983-1999) emplearon la vía intraab-
en esta técnica son infrecuentes por dos motivos: dominal. Este último completa la técnica con
1) crea menos espacio muerto; una plastia de recubrimiento tipo Welti-Eudel,
2) el epiplón bajo la malla absorbe las posi- aconseja una disección del plano subcutáneo
bles colecciones postoperatorias. de la pared musculoaponeurótica de 10-15 cm,
colocación de la malla con un solapamiento de
Así, concluye que esta técnica tiene más ven- 10 cm y fijación con puntos totales en U espa-
tajas mecánicas y menos complicaciones de la ciados 3-4 cm.
herida. Entre los años 1978 y 1990, J. Champetier
utiliza la TI con una malla de Mersilene®, acon-
sejando una buena preparación preoperatoria. 3. Fisiopatología de la posición
También Gerald M. Larson y Harold W. Harrower, intraabdominal
en 1978, aconsejan esta vía por no tener efectos
adversos, ofrecer una mejor fijación a la malla Dos aspectos debemos comentar en relación con
y ser más fácil y rápida; además, las mallas son este abordaje posterior, ya que de cada unos de
bien toleradas y no incrementan la tasa de infec- ellos derivan las complicaciones esperables:
ciones, con unos resultados superiores a la posi-
ción superficial y extraperitoneal. a) Formación de adherencias, que causan
Otra forma de emplear la malla en posición obstrucción, dolor o fístula
intraabdominal fue la propuesta en 1959 por El peritoneo está diseñado para proteger el in-
Claud C. Burton, preparándola como un «corsé testino y reaccionar rápidamente cuando se in-
interno» (tiras cada 2 cm que se sacan por inci- terrumpe o se coloca una malla, trata de aislar
siones a unos 3 cm del defecto y se anudan so- el material extraño formando un neoperitoneo
bre la aponeurosis). Esta técnica es originaria de alrededor de la prótesis. El tipo de material de-
Fabian Langenskiöld, quien la describió en 1944 termina el nivel de reacción del organismo (las
empleando los tejidos del propio saco peritoneal. mallas de polipropileno más pesadas provocan
Burton parte de la idea de que la disección intra- mayor reacción tisular que las de peso ligero)
parietal se acompaña de una debilidad de los te- y causa un desequilibrio entre la fibrogénesis
jidos adyacentes. Posteriormente, en 1968, Irving y la fibrinólisis que es el origen de las adheren-
A. Knight sustituye la fascia lata por una malla de cias. Esta circunstancia es mayor con las mallas
Marlex®, con lo que evita: pesadas, por lo que la probabilidad de formar
1) una cirugía adicional (para obtener la fas- adherencias al intestino también será mayor
cia lata del muslo); con estas prótesis. Un factor de protección del
2) el límite que supone la cantidad de fascia organismo es la movilidad intestinal, ya que las
que puede ser obtenida. asas nunca están inmóviles el tiempo suficiente
como para adherirse a la malla y permiten una
Otra modificación fue propuesta en 1976 por rápida reperitonización para que la formación
Lichtenstein, al utilizar una malla de polipropile- de adherencias no suceda. Autores como Ellis,
no donde cada tira es cosida con una sutura tras Hubbard o Glucksman han demostrado que la
1-3 días Los elementos celulares están atrapados en una matriz de fibrina.
Las células son principalmente leucocitos polimorfonucleares y linfocitos, pero
también hay macrófagos, eosinófilos, eritrocitos y restos tisulares.
4 días Los macrófagos predominan en la malla de fibrina, que contiene grandes fila-
mentos de fibrina y pocos fibroblastos.
5 días Se observan haces de colágeno diferenciados; los fibroblastos forman un sincitio.
7 días Los componentes predominantes de la adherencia son el colágeno y los fibro-
blastos.
2 semanas- Casi todos los elementos celulares de la adherencia son sustituidos por colágeno.
2 meses
Fibrina Productos de
Proliferación fibroblastos Fibrinogeno (matriz degradación
extracelular)
Primarios Secundarios
· Incisión · Desecación
· Disección · Manipulación
· Coagulación · Cuerpos extraños
· Láser – Guantes
· Pinzas – Esponjas
· Resección – Suturas (clips)
· Anastomosis · Irrigación
· Suturas (manual – Lavados
o mecánicas) (suero, etc.)
· Lesión celular
· Isquemia local
· Citotoxicidad
· Inflamación
Índice adherencial
0 5 10 15 0 2 4 6 8 10
(Moreno Egea, Dig. Surg. 1993;10:101-105) (Moreno Egea, Dig. Surg. 1995;12:334-337)
Adherencias y cirugía de pared abdominal. Esquema de la reparación normal del peritoneo y formación de las adherencias tras una lesión en cirugía. Esquema del sistema del
plasminógeno y fibrinolisis. Se muestran los factores y agentes causales en cirugía.
cicatrización del peritoneo parietal necesita 5-6 de la cicatriz. Es decir, la flexibilidad de la pared
días (8 días para Eskeland y Raftery), pero los abdominal resulta limitada por la implantación de
defectos peritoneales están totalmente cubier- abundante material extraño y por una excesiva
tos por una capa fina de mesotelio 3 días des- formación de tejido cicatricial. Además, la escasa
pués de la creación de la herida. La incidencia capacidad de estiramiento, no fisiológica, y la re-
de las adherencias se decide durante los cinco lativa rigidez de los materiales de mallas de peso
días posteriores al traumatismo peritoneal. El elevado contrastan con la gran elasticidad de la
desarrollo de las adherencias intraperitonea- pared abdominal y pueden producir fuerzas de ci-
les es un proceso dinámico que realmente se zallamiento. Estas fuerzas favorecen la formación
inicia en el momento de la incisión: cuando los de un tejido cicatricial débil y, por ello, posibilitan
tejidos traumatizados quirúrgicamente situados la recidiva en los bordes del implante. En conclu-
en aposición tienen la primera oportunidad de sión, las mallas de baja densidad en la TI cumplen
unirse mediante puentes de fibrina. La matriz de dos requisitos fisiopatológicos fundamentales:
fibrina es sustituida gradualmente por tejido vas- 1) tienen una resistencia adecuada para cum-
cular de granulación que contiene macrófagos, plir su misión de reparación;
fibroblastos, células gigantes y a menudo aporte 2) alteran menos la movilidad, casi fisiológica,
vascular y elementos neurales abundantes. El de la pared abdominal, generando menos
curso temporal de su formación fue descrito por complicaciones y ofreciendo más calidad
diZerega y Rodgers. No hay que olvidar que en de vida al paciente.
la génesis de las adherencias también partici-
pan múltiples gestos de la propia intervención
quirúrgica: incisión, desecación, manipulación 4. Indicaciones y contraindicaciones
visceral, isquemia tisular, etc. El autor demos-
tró la importancia de cada uno de estos gestos En la actualidad, no se puede entender como una
quirúrgicos asociados a la formación de las ad- técnica excepcional, restringida a los casos don-
herencias postoperatorias (Moreno, 1993-96). La de no es posible realizar una operación de Rives.
realidad es que ninguna malla elimina por com- Tampoco creemos que, como algunos cirujanos
pleto la formación de adherencias. Por ello debe postulan, deba ser elegida como la primera elec-
de ser elegida a conciencia, y los gestos durante ción por su mayor rapidez y mínimo traumatismo,
la cirugía deben de ser precisos para evitar otros sin hacer un buen intento de disección de la pa-
factores asociados. Según Eriksen (2007), la lite- red. Es cierto que en la literatura se ha demostra-
ratura no ayuda sobre la elección de una malla do que presenta unos resultados comparables a
para uso intraabdominal; por tanto, la última de- los de otras técnicas más academicistas. Parece
cisión sigue dependiendo de la preferencia del más prudente si se realiza una cirugía minuciosa
cirujano. Actualmente, las mallas bilaminares y y se emplea una prótesis adecuada, indicarse en
de bajo peso deben considerarse como las me- casos de eventraciones grandes con pérdida de
nos adhesiogénicas. saco peritoneal, multirrecidivadas o aquellos en
que disecar la pared pueda ser muy traumático y
b) Reconstrucción fisiológica: resistencia y pre- laborioso. Para Flament, el abordaje laparoscópi-
sión intraabdominal, que determinan la posibili- co es solo una variante de esta técnica, pero inefi-
dad de recidiva caz, porque la prótesis no puede ser fijada con una
De forma genérica, la función de una malla es adecuada tensión por el neumoperitoneo y porque
ofrecer una adecuada resistencia biomecánica no puede tratar los excesos de piel (paniculitis) ni
a las estructuras fasciales debilitadas, es decir, obtener un buen resultado cosmético.
la malla debe de soportar las fuerzas de tensión Indicaciones posibles:
que actúan sobre la pared abdominal y ofrecer 1) contraindicaciones de la vía laparoscopia;
una resistencia biomecánica suficiente para 2) pacientes muy obesos;
afrontar los requisitos fisiológicos con el objetivo 3) múltiples laparotomías previas;
de corregir permanentemente el defecto. La ten- 4) eventraciones grandes o multiorificiales;
sión de la pared abdominal y la resistencia tensil 5) eventraciones recidivadas con malla pre-
necesaria para el cierre dependen de la presión via en situación preperitoneal o supraapo-
intraabdominal (Ley de Laplace), que varía entre neurótica.
1,55 mmHg (pacientes en decúbito supino) y 150 Contraindicaciones.
mmHg (tos). Las mallas de peso elevado tienen un La TI debe contraindicarse (prohibirse) en
espesor excesivo y para romperlas sería necesa- caso de sutura intestinal: resección intesti-
ria una presión ƒominal varias veces mayor que la nal, resección de colon o reconstrucción del
presión máxima (por tanto, no es necesario tanto tránsito. En estos casos, debemos replantear-
material para cumplir esta función). Por otro lado, nos una reconstrucción en otro plano si no es
las mallas de poros grandes y poca masa se aso- posible plantear una técnica de Rives, posi-
cian a menor alteración en la movilidad parietal y blemente una separación de componentes o
a menos dolor, circunstancias que se relacionan una vía supraaponeurótica sean las mejores
con una reducción de la inflamación y formación opciones.
Figura 2. Técnica sin disección del plano subcutáneo. La malla se fija mediante puntos en U totales bajo la piel, en las pequeñas incisiones realizadas antes.
Seroma 6 - 8 1.6 16 4
Infección 1,7 4 8 10 5 2
Fístula - 0 0 0 - 0,6
6. Complicaciones
de la eventroplastia intraabdominal
F.2. Infección
La incidencia de infección de la malla en una si-
tuación intraabdominal varía entre un 6 y un 9 %.
La malla de politetrafluoroetileno tiene un grado
de infección significativamente más alto que las
de polipropileno, según diversos estudios (Díaz
2004, etc.). Actualmente, la tasa de infección con
mallas adecuadas es inferior al 1-3 %.
F.3. Fístulas
Debemos admitir que la formación de fístulas es
una posible complicación tardía que supone un
riesgo de por vida, después de la inserción de
una malla a nivel intraabdominal. La primera fís-
tula enterocutánea fue publicada por Kaufman en
1981. Los factores asociados a un mayor riesgo de
fístula son la utilización de una malla de polipropi-
leno puro, la localización del defecto supraumbili-
cal, la obstrucción o incarceración y la infección
previa de la herida quirúrgica. Leber, en 1998, do-
cumenta varios casos de fístulas asociados con
el uso del Mersilene®, y Robinson, en el 2005, con
el de Composix®. Autores como DeMaria (2000),
Bageacu (2002) y Carbajo (2003) también han pu-
blicado casos de fístulas con el uso del ePTFER.
Por otro lado, Vrijland (2000), Chowbey (2000),
Yavuz (2005) y Franklin (2004) no han demostrado
formación de fístulas en sus series con un gran
número de pacientes y años de seguimiento. Ro-
sen, en 2009, publica su experiencia con el poliés-
ter y tan solo encuentra un caso de fístula, por lo Figura 6. Técnica intraabdominal. Además, para poder cerrar la línea media. Se añade una separación de componentes.
Capítulo 39
nia parostomal y eventración media grande con 5. Eventraciones con pérdida de derecho a do-
los cirujanos plásticos. Utilizamos entonces por micilio, preparándolas previamente con neu-
primera vez una prótesis por debajo de los mús- moperitoneo o toxina botulínica.
culos rectos y otra muy grande tras desinsertar 6. Eventraciones medias con hernias parosto-
los oblicuos mayores, y reconstruimos a la vez el males concomitantes (de estomas tempora-
tránsito; la intervención fue un éxito, y el paciente les o definitivos).
aún está sin recidiva en la actualidad. Esto nos 7. Evisceraciones agudas.
animó a continuar desarrollando nuestra técnica,
que nos ha proporcionado muchas satisfacciones
al resolver un gran número de casos complejos 4. Protocolo de preparación a la cirugía.
de diversa presentación y localización con un Estudio previo
mínimo de complicaciones y una muy baja tasa
de recidivas, como veremos. Una película con Antes de indicar nuestra técnica, en todos los
esta nueva técnica se presentó en la VIII Reunión pacientes con una eventración importante valo-
Nacional de Hernias 2005, Sección de Pared ramos los siguientes conceptos, que están pro-
Abdominal y Suturas de la AEC, en Santiago de tocolizados:
Compostela, y sucesivamente, en todos los con- Colaboración con Cirugía Plástica (trastornos
gresos celebrados hasta la fecha. La experiencia tróficos, abdominoplastia a la vez).
con nuestra técnica personal ha sido recogida y Unidad de Nutrición (regímenes previos de
publicada en 2010 en Cirugía Española, siete años adelgazamiento, IMC).
después de que operáramos al primer paciente. Fisioterapia respiratoria (pruebas funcionales
pre- y postoperatorias).
Radiología (TAC dinámico con Valsalva en
2. Principios en los que se basa protocolo midiendo diámetros, etc.).
la técnica SAC modificada Enfermedades concomitantes (valoración y
tratamiento previos).
1. Restablecer la función y la integridad de la Evaluación de síndromes adherenciales previos.
pared abdominal a nivel musculofascial (pro- Consentimiento informado y motivado.
tección órganos). Protocolos de profilaxis antitrombótica y anti-
2. Proporcionar un soporte muscular dinámi- biótica.
co estable. Con presión intraabdominal (PIA) Neumoperitoneo o toxina botulínica a prio-
adecuada. ri en las hernias con pérdida del derecho al
3. Prevenir de nuevo la herniación del conte- domicilio.
nido intraabdominal.
4. No dejar materiales en contacto con las 5. La técnica SAC modificada de
asas intestinales. Carbonell-Bonafé paso a paso
5. Eliminar la tensión en la línea de sutura del
cierre continuo. Distinguimos dos niveles (Figura 1), que nos per-
6. Intentar llevar los músculos rectos a la lí- mitirán llevar a la línea media los músculos rectos
nea media. y reconstruir la pared abdominal. Si no consegui-
7. No dejar espacios utilizando prótesis bien a mos cerrar la línea media, es aconsejable colocar
la medida y ajustadas, ni tampoco en el tejido una prótesis intraperitoneal, asociada a un Nivel 1.
subcutáneo, que aproximaremos entre sí y a - Nivel 1. Defectos grandes (10 a 15 cm), en los
la malla. que la desinserción y liberación de los mús-
8. Respetar la vascularización de piel y mús- culos oblicuos mayores de ambos lados es
culos: nudos no apretados y pocas necrosis suficiente para conseguir el cierre del defecto
tisulares con el electro bisturí. Hay que ser sin tensión.
muy selectivos en la hemostasia. - Nivel 2. Defectos generalmente mayores de
15 cm, en los que no basta el avance conse-
guido con la primera desinsercción del mús-
3. Indicaciones de la técnica SAC culo oblicuo externo en ambos lados, y se
modificada hace necesaria la liberación en su cara pos-
terior de ambos músculos rectos.
1. La indicación principal es la eventración
de línea media infraumbilicales o supraum- Nivel 1 (Figura 2)
bilicales, con un diámetro transversal mayor Sección de la antigua cicatriz y de la piel so-
de 10 cm. brante.
2. Siempre que haya tensión en la línea de Disección del tejido celular subcutáneo hasta la
sutura en una eventración primaria. línea mamaria.
3. Eventraciones recidivadas en línea media. Disección de la aponeurosis en ambos lados
4. Eventraciones laterales, con gran defecto y del defecto, dejándola limpia de su grasa,
tensión de cierre. hasta la línea semilunar.
Aponeurosis
Músculo recto Peritoneo (Fascia)
Músculo oblicuo
menor
Nivel I
Malla PPL
Nivel II
Malla PPL
Prótesis
Segunda prótesis,
Nivel II
Figura 1. Esquema general de los Niveles 1 y 2 de la técnica Carbonell-Bonafé con las prótesis colocadas.
Músculo oblicuo
menor
Colgajo del
oblicuo mayor
liberado
Modo de colocar
la malla en el
Modo de Colgajo del espacio creado
colocar la malla oblicuo mayor
en el espacio liberado
creado
Sutura primaria de
defecto herniario
c d
Malla PPl
f g
Músculo
oblicuo mayor
Músculo oblicuo
menor
Aponeurosis (fascia)
Peritoneo y
aponeurosis
posterior del recto
Figura 3. Esquema general delnivel 2 de la técnica Carbonell-Bonafé con las prótesis colocadas.
Demográfico N = 203 63 % 37 % EM
mujeres varones 58 años
Núm. de recidivas 4
Seguimiento Primer mes 6.º mes Cada año Hasta los 5 años
del postoperatorio
Disección del saco hasta su cuello y apertura. sión, y colocamos una prótesis a la medida, que
Liberación adherencias intraabdominales. fijamos con puntos transmurales que salen en la
Incisión en la línea semilunar, despegando aponeurosis anterior de los rectos y los anudamos
el músculo oblicuo externo desde costillas a allí suavemente (técnica parecida a la de Rives).
pubis si es necesario. Debe tocarse la espina Se colocará después del cierre central una se-
ilíaca en ambos lados. gunda prótesis de la manera descrita en el Nivel 1.
Resección del saco y cierre en la línea media de
ambos rectos con sutura continua.
Medida de la superficie a cubrir adaptando una 6. Resultados. Consideraciones de
prótesis (generalmente de 20 a 50 x 50 cm), que los autores
fijamos en el xifoides y en el pubis en sentido
longitudinal vertical, y la alojamos, fijándola Desde el año 2003 hasta enero de 2011 hemos in-
también debajo de ambos colgajos del oblicuo tervenido a 203 pacientes. Una enferma falleció en
externo, de forma trasversal u horizontal. reanimación tras un ingreso de 10 días con distrés
Reinserción de ambos colgajos musculares respiratorio y fallo multiorgánico, con una PIA lige-
a modo de una mioplastia en ambos flancos ramente elevada.
más externamente a su primitiva posición en la Los datos demográficos y la morbilidad vie-
línea semilunar, con sutura continua o puntos nen reflejados en la tabla 1.
sueltos. Pueden utilizarse adhesivos de fibrina.
Colocación de drenajes espirativos de Redón; En definitiva, la técnica que describimos:
previamente, pulverizamos fibrina sobre la ma- reconstruye la biomecánica de la pared ab-
lla y sus límites. dominal y la continencia anatómica;
Cierre del tejido celular subcutáneo con pun- es un excelente recurso para tratar múltiples
tos sueltos que cogen la prótesis a nivel de esa situaciones de hernia incisional;
línea media, con el fin de no dejar espacios. el grado de satisfacción tanto del cirujano
Cierre de la piel. como del operado, es excelente;
es segura, reproducible y libre de complica-
Nivel 2 (Figura 3) ciones considerables, con una tasa de recidi-
Practicamos las mismas maniobras que en el Nivel va por debajo del 2% en nuestra unidad;
1, y si no podemos cerrar sin tensión, disecamos la tiene importantes diferencias con la SC de
cara posterior de ambos rectos en toda su exten- Ramírez, que le dan personalidad propia.
Capítulo 40
pas son suturadas a uno de los bordes del de- con suturas a 4 cm del borde del defecto y
fecto con una continua. Después se repara el espaciadas a intervalo de 1,5 cm. La malla
lado opuesto de igual manera, y las dos hojas superior tiene el mismo tamaño del defecto
dobladas son suturadas a su vez en el centro y es fijada al borde facial (sin solapamien-
según la técnica de Mayo. Presenta los resul- to). Presenta 17 casos con una fasciítis
tados de 11 pacientes entre 1977-84, con solo necrotizante, una infección superficial, 4
un caso de dolor mantenido. casos de dolor y un seroma (Figura 2).
B) en 1994 revisa su técnica y utiliza entonces
una malla para reconstruir la fascia y otra En 1995, Condon recoge las ideas de Usher
superficial para reforzar la pared abdomi- para volver a plantear una técnica con dos próte-
nal. La reparación intraabdominal es fijada sis, bajo el concepto de una única reparación de
refuerzo tisular alrededor del defecto herniario
(utilizando politetrafluoroetileno y polipropileno),
ambas mallas de igual tamaño, fijadas mediante
puntos transmurales a 1 cm de distancia a todo lo
largo del defecto, y asociadas a una plastia mus-
culoaponeurótica. En 2006, Schug-Pass describe
otra técnica donde la primera malla es utilizada
para reparar la línea alba, y la segunda para repa-
rar el defecto fascial del músculo recto anterior del
abdomen. Representa una inversión en la forma
de colocar las mallas de la técnica de Rubio, sin
utilizar solapamiento alguno de los tejidos parie-
tales. Presenta una experiencia personal con una
tasa de recidivas del 4,3 % (seroma 4,7 %, infección
Figura 3. Técnica de Schug-Pass. 6,6 %, dolor crónico 8,7 %; Figura 3).
2 Mallas F. Usher
Sin tensión I. Lichtenstein
Tensión funcional L. Hersazge
Integración aponeurótica J. Vidal.
Degradación, adherencias, histopatogenia M. Bellón
Enf. sistemática R. Read.
Reparación global R. Stoppa
Solapamiento máximo J. Rives
Minima agresión. Seguridad intraabd. R. Bourgeon
Usher Bourgeon
Evitar recidivas laterales Reparación intraabdominal
Laparoscopia
Solapamiento
Mínima agresión parietal
Mallas bajo peso recubierta
Fijación atraumática
A B
Figura 7. A: Malla intraabdominal con fijación mecánica. B: Malla supraaponeurótica con fijación atraumática (pegamento).
Es precisa una evaluación individual y personal Tras la cirugía, el paciente pasa a reanimación y
de cada paciente, una historia clínica detallada, después a planta. En cada historia clínica se coloca
un examen físico adecuado y una tomografía una hoja con la matriz correspondiente al proceso,
computerizada que nos confirme el volumen del para el seguimiento por parte de todo el personal
contenido del saco, el tamaño del defecto y esta- de la unidad. Esta vía clínica nos permite homolo-
do de los tejidos adyacentes. Si el caso lo precisa, gar el tratamiento recibido, mejorar la calidad, la
el paciente puede ser evaluado por un cirujano efectividad, la seguridad de los pacientes y contro-
plástico (donde se consulta la posible necesidad lar el gasto hospitalario. La ingesta oral se inicia a
de tratamientos adicionales). El anestesista defi- las 6-8 horas de la intervención. A la mañana si-
ne el riesgo de la intervención y propone la mejor guiente se revisan los drenajes y si alguno produce
preparación posible. La presencia de infección menos de 50 cc puede retirarse. Se verifica la tole-
y/o de úlceras tróficas de la piel obligan al trata- rancia oral y se progresa a dieta semiblanda en la
miento previo de las mismas. comida y a una dieta blanda en la cena. Se cambia
la analgesia a pauta oral y se indica que se inicie
la deambulación. A las 48 horas se retira el ven-
6. Técnica quirúrgica daje compresivo y se vigila la herida, se cura y se
protege con una faja tubular (del propio paciente).
La operación se realiza con anestesia general. Al tercer día, si la evolución es correcta, según los
El primer paso es resecar la cicatriz y los tejidos puntos registrados en el protocolo, se aconseja el
dañados. Luego se preparan dos amplios colga- alta hospitalaria y el seguimiento ambulatorio. Si el Figura 8. DRP subcostal. Disección parietal y de las
jos de piel y tejido subcutáneo, sobrepasando drenaje restante tiene un débito superior a 50 cc se mallas previas.
el defecto herniario ampliamente hasta alcan- mantiene hasta una posterior cita a los 7-10 días.
zar ambos flancos, mediante bisturí eléctrico. Después, el control se realiza en la consulta exter-
El saco peritoneal siempre es respetado en lo na al mes, 3, 6 y 12 meses, y más tarde se realiza
posible. Una vez preparado el plano superficial, una cita anual, mientras sea posible.
se realiza una cuidadosa hemostasia y se pro-
tegen los dos colgajos con compresas húmedas
con betadine diluido para evitar la desecación 8. Preguntas sobre la técnica
grasa. Se abre la cavidad abdominal, se explora
y se realiza una adhesiolisis completa de forma 1. ¿Por qué realizar dos reparaciones completas
que las asas intestinales queden libres de cual- de la pared?
quier fijación a la pared abdominal posterior. El Si cada plano representa una reparación suficiente
epiplón, si existe, es liberado y extendido como para corregir el defecto, es lógico plantearse esta
cobertura intestinal, pero nunca es forzado o pregunta: ¿son necesarias dos mallas? La respuesta
movilizado (Figura 6). Una primera malla de poli- sincera debería ser no. Entonces, ¿por qué las rea-
propileno recubierto de titanio de bajo peso mo- lizamos? Pues porque con similar disección y mor-
lecular, de 30 x 30 cm (TiMeshR Ultralight®, Pfm, bilidad realizamos un tratamiento más global de la
Alemania) es situada a nivel parietal posterior y pared abdominal, evitamos la necesidad de asociar
fijada con 4 tackers reabsorbibles, al ligamento plastias o desdoblamientos musculoaponeuróticos
de Cooper, espacio retro xifoideo y fascias lum- que aumenten el tiempo quirúrgico y las complica-
bares (Figura 7.A). ciones locales, y al distribuir la reparación sobre dos
Una vez terminada la primera reparación, se planos y más superficie, evitamos tensiones sobre
utilizan los tejidos del saco para cerrar la cavi- zonas puntuales que pudieran generar isquemia y
A
dad y cubrir la primera malla sin ninguna tensión. ser causa final de recidiva. Añadir una malla en posi-
Como segunda reparación completa se utiliza otra ción supraaponeurótica ha demostrado una integra-
malla de polipropileno de bajo peso, de 30 x 30 cm ción rápida y eficaz que puede mejorar la solidez final
,situada a nivel supraaponeurótica, cubriendo de la reparación; también hacemos una doble ma-
ampliamente toda la pared abdominal, y se fija niobra sin saber por qué cuando ponemos, cuando
mediante 4-8 puntos y con cyanoacrilato (Ifabon- reforzamos el muñón duodenal, cuando colocamos
dR, Fimed, Francia), dejando una pequeña dosis doble ligadura a la vena safena, etc. Estos gestos
en cada uno de los vértices, zonas equidistantes y habituales se realizan para aumentar la seguridad y
zona central. Dos drenajes son situados en el teji- tranquilidad del cirujano, aún a sabiendas de que en
do subcutáneo. Los colgajos cutáneos son aproxi- la mayoría de las ocasiones son innecesarios. Pero
mados en la línea media con una sutura continua a pesar de todas las precauciones del mundo, todo
de 2/0 y la piel cerrada con grapas (Figura 7.B). cirujano con amplia experiencia recuerda una reci- B
Sobre todo el perímetro abdominal se coloca un diva inesperada a pesar de una técnica cuidadosa
Figura 9. A: Primera reparación intraabdominal
vendaje-faja bien compresivo para mantener y correcta. Entonces la pregunta ya no es ¿por qué directamente sobre las vísceras (salvando la fibrosis
cierta presión y evitar la aparición temprana de usar dos mallas?, sino ¿por qué no? Recordemos, entre epiplón y mallas previas). B: Segunda reparación
seromas. Este vendaje inicial se mantiene unas además, que en otras hernias de la pared abdomi- supraaponeurótica, solapando toda la pared
48-72 horas (Figuras 8 y 9). nal (inguinales, umbilicales, Spiegel, etc.) se utilizan posterolateral disecada previamente.
Material PP + titanio
Componentes Monofilamento
Densidad (g/m2) 35
a 32 38 %
Estructura monofilar con bordes recortados a láser (sin microtraumas). Propiedades de la malla TiMesh® (35 gr/30 x 30 cm).
2008 Koch RCT Inguinal Licht. Prolene/Light < Área adherencial total
1 año < Retracción, inflamación y apoptosis
2011 Schopf RCT Inguinal TAPP Light / ExtraL < Dolor crónico
3 años Sin diferencias en recidivas
2011 RCT Intraabd. IPOM Media / Light < Dolor, consumo de analgésicos
Moreno Egea 2 años < Tiempo de convalecencia
¿Por qué la DRP con TiMesh®? Sin diferencia en recidivas
El titanio aumenta la biocompatibilidad de la Experiencia clínica con la malla de Timesh® (de bajo peso o Light, y de muy bajo peso o ExtraL.)
malla (mejora la respuesta inflamatoria)
A. Inmunorreactividad de TGF-ß en el interior de los fibroblastos y fibrocitos (x 15). C. Infiltración inflamatoria de la malla por linfocitos B y macrófagos (x10).
B. Proteína uPA en músculo y tejido conectivo (x20). D. Detalle de la colonización de la Timesh por fibroblastos (x1000) (Scheidbach, 2004).
Factor de conversión de Carbonell Tatay-Moreno Egea [C1-C2] 10. Consejos del autor
Prevenir las posibles complicaciones de her- nal se divide en seis subunidades resultantes de
niación del contenido intraabdominal. trazar líneas horizontales y verticales; de esta ma-
nera se pueden clasificar los defectos en latera-
les y centrales. Asimismo, también se obtiene una
3. Reconstrucción anatómica clasificación que subdivide la pared abdominal en
tercios: superior, medio e inferior.
Para lograr una reconstrucción anatómica te-
nemos que tener muy en cuenta las diferentes Defectos centrales
características del defecto, su extensión, la lo- Los colgajos pediculados tienen una utilidad muy
calización, la profundidad y los requerimientos limitada, por lo que no son una opción de prime-
tisulares, por lo que distinguimos: ra línea. En casos de déficit relativo de tejido, el
cierre se puede realizar mediante incisiones de
3.1. Tipo de defecto relajación en la fascia, avance y colocación de
Defecto parcial mallas (separación anatómica de componentes).
Corresponde al que compromete piel con tejido Esta técnica fue descrita por Ramírez y cols. en
celular subcutáneo, pudiendo asociar también 1990; describen la movilización y avance de es-
tejido musculofascial, en este caso la corrección tructuras abdominales mediante incisiones de re-
primaria se basa en la posición del defecto, con lo lajación que preservan la continuidad estructural.
que se logra el cierre sin tensión a este nivel con
el fin de evitar posibles dehiscencias y problemas Defectos laterales
compartimentales. La técnica descrita por Ramírez y cols. no es de
En caso de defectos parciales pequeños será gran utilidad en defectos no localizados a nivel de
suficiente el cierre primario o la utilización de col- la línea media, ya que las probabilidades de pérdida
gajos locales; en cambio, en casos de defectos de la congruencia fascial son mayores, y tanto las
de mayor tamaño, la reconstrucción se logrará de costillas como la cresta ilíaca limitan las posibilida-
mejor forma utilizando colgajos a distancia, libres des de esta técnica. A este nivel los colgajos pedi-
o expansión tisular. culados pueden ser rotados fácilmente y alcanzan
sin mayores complicaciones la zona del defecto.
Defecto completo
Corresponde al que compromete todo el espesor
de la pared abdominal. 4. Opciones en reparación de los defectos
de la pared abdominal
3.2. Tamaño del defecto
Piel y tejido celular subcutáneo Para la reparación de los distintos defectos que
Menor de 5 cm: Cierre directo. podemos encontrar en la pared abdominal, con-
Entre 5 y 15 cm: Se realiza el cierre mediante tamos con numerosas opciones de tratamiento,
el avance local de tejidos como también me- algunas técnicas ya en desuso, como es el caso
diante el empleo de injertos de piel. de los injertos de fascia; otras, cada día con mayor
4 1 4 Mayores de 15 cm: Cierre mediante el uso de importancia, como es el caso de los colgajos libres.
colgajos locales randomizados, colgajos axia- Injertos de piel
les y fasciocutáneos pediculados, que pueden Injertos de fascia
ser ampliados mediante expansión tisular. Expansión tisular
5 2 5 Colgajos locales, regionales, a distancia o libres
Defectos musculofasciales
Menor de 3 cm: Cierre directo.
5. Injertos de piel
6 3 6 Defectos mayores
Expansión tisular: Realizada entre los múscu- 5.1. Historia
los oblicuo interno y transverso del abdomen. En 1889 se comenzó a utilizar injertos dermoepidér-
Tejido autólogo: Tanto con colgajos locales micos como refuerzo en la reparación de eventra-
como a distancia, de esta forma se propor- ciones, pero su utilización fue abandonada debido
ciona un mejor aporte dinámico a la pared a problemas de tipo infeccioso. En 1913 fueron nue-
abdominal. vamente incluidos por Loewe y Rehn, desprovistos
de epidermis como parche para cierre del anillo
3.3. Lugar del defecto eventral. En 1941 Zavaleta y Uriburu fueron los pio-
Figura 1. Subunidades de la pared abdominal.
Centrales: Hurwitz y Hollins clasificaron los defectos de la neros en la utilización de injertos para cobertura
1. Supraumbilical. pared abdominal en siete subunidades topográfi- de defectos en la pared abdominal y en 1951, Sala
2. Umbilical. cas en un intento de sistematizar la reconstrucción Patau y Planas Guash hicieron lo mismo en Espa-
3. Infraumbilical.
de esta zona (Figura 1). Los avances en cirugía, la ña utilizando diferentes tipos de injertos cutáneos
Laterales:
4.Tercio superior. mejora de los materiales protésicos y los adelantos en las eventraciones postoperatorias. Ya en 1975
5. Tercio medio. en avance de tejidos han permitido desarrollar una Mathes y Stone describen la utilización de injertos
6. Tercio inferior. nueva clasificación más simple. La pared abdomi- cutáneos sobre mallas sintéticas.
medioaxilar, donde se encuentran las perfo- pero que ha variado a lo largo de los años de
rantes neurovasculares del oblicuo externo, y acuerdo con las nuevas tecnologías y nuevos
a nivel superior, con el margen costal. conceptos que han ido apareciendo en el tema.
La primera expansión se inicia a las 3 semanas Sus inicios se remontan a 1910, cuando Ach
y en total el proceso dura aproximadamente utiliza el colgajo de fascia lata, y a 1913, cuando
entre 6 y 12 semanas hasta que se consigue Polya utiliza el colgajo fasciomusculocutáneo de
tener tejido suficiente, momento en el cual sartorio para reconstrucción de grandes hernias.
se retira el expansor y se procede al avance Farr, en 1922, reconstruye defectos de la pared
del colgajo y posterior sutura por planos sin superior mediante colgajos de rotación de las vai-
tensión del tejido obtenido. La frecuencia y nas de recto, pectorales y de la fascia del oblicuo
volumen de la expansión depende del nivel de mayor en bloque.
tolerancia del paciente, y se realiza normal- Mackenzie, en 1924, utiliza por primera vez el
mente cada 2 semanas. La expansión a ambos recto abdominal en el tratamiento de hernias.
lados del defecto acelera el tiempo de reso- En 1934, Wangensteen es el primero en utili-
lución. Cuando se realiza sobre prominencias zar el colgajo fasciomuscular de fascia lata en la
óseas, quemaduras antiguas, cicatrices o in- reconstrucción de la pared abdominal.
cisiones previas, conlleva un elevado número Bernades de Oliviera, en los años 40, utiliza
de complicaciones, por lo que debe evitarse el músculo oblicuo mayor y su correspondiente
en la medida de lo posible. fascia para la recosntrucción de eventraciones
supraumbilicales.
7.2. Ventajas Lesnick y Davids, en 1953, reportan un caso
Menor morbilidad de la zona donante con lo de rotación de fascia de oblicuo mayor contrala-
que se logra la restauración de las relaciones teral para reconstrucción abdominal.
anatómicas sin destrucción de la musculatu- Mathes y Bostwich, en 1977, reconstruyen la
ra o de las estructuras neurovasculares. pared abdominal utilizando una malla sintética y
Técnica de inserción relativamente sencilla, colgajo musculocutáneo de recto abdominal.
que respeta planos anatómicos, con un tiem- Son Nahai, Hill y Hester quienes, en 1979,
po operatorio mínimo y de poco riesgo. describen por primera vez la utilización del mús-
Aporta tejido de color y textura similar a la del culo tensor de fascia lata, su fascia y la piel que
defecto. lo cubre en un solo tiempo quirúrgico para la re-
Piel y tejido autógeno inervado y bien vascu- construcción de la pared.
larizado. Bostwich, en 1979, describe el uso del colga-
Formación de una cápsula vascularizada al- jo fasciomuscular de dorsal ancho para recons-
rededor del expansor. truir defectos de pared del abdomen. En 1980,
Vengopalan hace lo mismo con el colgajo muscu-
7.3. Desventajas lar de gracilis.
Cuerpo extraño con riesgo de complicacio- Ohtsuka y cols., en 1984, describen la utiliza-
nes como infección o extrusión. ción del colgajo bipediculado iliolumbar con fas-
Reconstrucción en diferentes tiempos (sema- cia lata para la cobertura de defectos laterales.
nas hasta su resolución).
Deformidad mientras dura la expansión. Como decíamos al inicio de este capítulo, la ci-
rugía de los colgajos ha variado mucho de acuerdo
a los nuevos conceptos que han ido apareciendo,
8. Colgajos especialmente en las últimas décadas, con la in-
troducción del microscopio y la microcirugía, lo
Los colgajos son procedimientos quirúrgicos am- que ha permitido utilizar colgajos libres; es decir,
pliamente utilizados para la reconstrucción de la emplear tejido compuesto disecado de una zona
pared abdominal; por definición, y a diferencia de dadora con su pedículo vascular, incluyendo al
un injerto, llevan consigo un aporte vascular, que menos una arteria y una vena, para luego anasto-
debe ser capaz de mantener la irrigación de los teji- mosarlo mediante estas técnicas de microcirugía
dos durante los pasos sucesivos de la transferencia a vasos receptores vecinos a la zona del defecto.
desde la zona donante a la receptora. La utilización Fueron Harii, Ohmori y O’Brien, al principio de los
de estos procedimientos requiere siempre de un setenta, quienes realizaron los primeros colgajos
detallado conocimiento anatómico de la región, que libres para defectos de diversa índole y O’Hare, en
posibilite un meticuloso diseño previo del colgajo a 1982, quien describe por primera vez la utilización
utilizar en cada paciente, siendo su objetivo la res- de colgajo libre de tensor de fascia lata para la re-
tauración de la integridad de la pared, se aporta de construcción de un defecto abdominal. Debido a
esta forma suficiente tejido blando de cobertura. la dificultad tanto técnica como funcional de este
tipo de procedimientos, es aconsejable utilizarlos
8.1. Historia como último recurso en la reconstrucción de la pa-
La utilización de colgajos para la reconstrucción red abdominal, cuando los otros han fracasado o
de la pared abdominal es un concepto antiguo no están indicadas las otras posibilidades.
S5
S
S S5
M
S
Figura 5. Clasificación de Mathes y
Nahai de los colgajos musculares. S
D: Pedículo dominante, M
M: Pedículo menor,
S: Pedículos segmentarios.
S. J. Mathes, F. Nahai: Classification
D
of the vascular anatomy of muscles:
experimental and clinical correlation. Serrato Tibial Oblicuo
Plast. Reconstr. Surg., 1981; 67: 177-187. Gastrocnemio Trapecio anterior anterior interno
no; aunque su uso está limitado a los dos tercios de la isla distal, en el caso del gracilis, como por
superiores debido a su arco de rotación, es con el poco componente fascial, en el caso de el vas-
este colgajo con el cual Spear y Walker repara- to lateral, son de menor utilidad, aunque han sido
ron exitosamente, en 32 de 33 casos de pacientes, descritos con éxito por algunos autores.
con defectos de pared abdominal tras realizar un Los colgajos libres son utilizados en casos
TRAM (transverse rectus abdominus myocuta- de defectos abdominales cuando el tejido local
neous flap) para reconstrucción mamaria. no es útil o cuando la extensión del defecto es
El colgajo muscular de oblicuo interno también mayor que la capacidad de cobertura de los col-
ha sido utilizado para cobertura de defectos del gajos pediculados. Para llevar a cabo este tipo de
tercio inferior y región inguinal pero, producto de colgajos es necesaria la existencia de vasos re-
su dificultad técnica, no lo recomendamos cuando ceptores vecinos al defecto, siendo los más utili-
existen otras opciones locales o a distancia. zados para este fin la arteria epigástrica superior,
Los colgajos musculares a distancia son utili- inferior, circunfleja ilíaca superficial y torácica
zados cuando nos encontramos frente a defectos interna. Tanto el colgajo libre de gracilis como
musculofasciales o completos, donde no es posible el de dorsal ancho se han descrito ampliamente
realizar separación anatómica de componentes, o con este fin.
no hay colgajos locales musculares disponibles. A modo de síntesis, destacamos los colgajos
Con ellos es posible cubrir defectos de la línea me- de acuerdo a la zona del defecto en el abdomen
dia mayores de 10 cm, 18 cm y 3 a 6 cm del tercio de la manera siguiente:
superior, medio, e inferior del abdomen, respectiva- En el abdomen superior: colgajo musculo-
mente. También es posible cubrir defectos abdomi- cutáneo de recto abdominal; colgajo muscu-
nales laterales mayores de 5 cm, 9 cm y 2 a 3 cm del locutáneo de oblicuo mayor; colgajo fascio-
tercio superior, medio e inferior, respectivamente. muscular de oblicuo mayor; colgajo cutáneo
Un ejemplo de estos colgajos para reparar los toracoepigástrico; colgajo fasciomuscular de
dos tercios inferiores del abdomen es el colgajo dorsal ancho.
de fascia lata, que a su vez permite poder expan- En el abdomen inferior: colgajo fasciomuscular
dirlo. Por su gran arco de rotación llegar a cubrir de tensor de fascia lata; colgajo musculocutá-
defectos del tercio superior del abdomen, siendo neo de tensor de la fascia lata; colgajo cutáneo
el colgajo de elección para cobertura de defectos inguinal; colgajo musculocutáneo de oblicuo
del tercio medio e inferior, pudiendo ser necesario mayor; colgajo musculocutáneo de recto femo-
injertar la zona donante si el defecto es mayor a 8 ral; colgajo cutáneo anterolateral de muslo.
cm de ancho. Nahai et al., en el año 1979, publican En ambas zonas del abdomen: colgajos libres;
una serie de 15 casos de colgajos de fascia lata colgajo libre musculocutáneo de fascia lata;
para la cobertura de defectos de tercio inferior y colgajo libre anterolateral de muslo; colgajo
de región inguinal de distinta índole, sin observar combinado libre miocutáneo de fascia lata y
complicaciones de ningún tipo. anterolateral de muslo; colgajo libre de dorsal
Otro músculo utilizado como colgajo a dis- ancho; colgajo libre de recto femoral; colgajo
tancia para cobertura del tercio inferior es el de omentum o epiplón mayor; expansión tisu-
músculo recto femoral, que al igual que el ante- lar de la pared abdominal.
rior es un músculo expandible, con un gran arco
de rotación, lo que sumado a que es un músculo Como podemos ver, existe una amplia gama
fuerte y resistente, lo hace idóneo para cobertura de posibilidades reconstructivas para defectos
de defectos con infección crónica asociada. Más de la pared abdominal, dependiendo de su loca-
discutible es su utilización en forma expandida lización y características; se puede elegir uno u
debido a su dificultad técnica. Dibbell et al. des- otro no solo dependiendo de la localización, sino
cribieron su utilización en forma expandida en 15 también teniendo en cuenta la experiencia del
casos de defectos abdominales observando her- equipo de cirugía plástica y el apoyo que pode-
niación abdominal en un solo paciente. También mos obtner, al planificar el caso, con la Unidad de
se ha descrito su utilización bilateral para cober- Cirugía de Pared Abdominal, opción que tenemos
tura de pared abdominal en su totalidad. en nuestro hospital. En el siguiente apartado des-
El colgajo muscular de dorsal ancho es muy cribiremos la técnica quirúrgica de los colgajos
útil para cobertura de defectos laterales del ter- más utilizados en la actualidad.
cio superior de la pared abdominal hasta la línea
media, en cuyo caso es necesario elevarlo inclu- 8.3. Colgajo recto abdominal
yendo su fascia preglútea. Tanto Houston como Fue descrito por primera vez por Holmstrom en
Nielsen et al. han descrito, en 6 y 22 casos res- 1979, quien basó el colgajo en su pedículo infe-
pectivamente, su utilización en defectos abdomi- rior; ganó popularidad posteriormente por los
nales sin observar complicaciones mayores. trabajos de Hartrampf, con su utilización basada
Otros músculos distantes utilizados en re- en su pedículo superior para reconstrucción ma-
construcción abdominal, especialmente de los maria. Fueron Parkash y Palepu quienes popula-
dos tercios inferiores, son el músculo gracilis y el rizaron este colgajo en la reparación de defectos
vasto lateral, que ya sea por la falta de fiabilidad abdominales.
D1
D2
Figura 6. Pedículos dominantes del colgajo de recto Figura 7. Arco de rotación basado en su pedículo Figura 8. Arco de rotación basado en el pedículo
abdominal. D1: Arteria epigástrica superior. superior. inferior.
D2: Arteria epigástrica inferior.
El colgajo de recto abdominal con sus va- 8.3.1. Colgajo recto abdominal basado en su pedí-
riantes es uno de los más utilizados en cirugía culo superior (Figura 7)
reconstructiva. Según la clasificación de Ma- Características de su pedículo
thes y Nahai, presenta un pedículo vascular Arteria epigástrica superior profunda:
tipo III, irrigado por dos pedículos vasculares; - Longitud: 3 cm (rango: 2-4 cm).
uno dominante, el superior, a expensas de la ar- - Diámetro: 1,5 mm (rango: 1-2,5 mm).
teria epigástrica superior y su vena, dependien- Vena epigástrica superior profunda:
tes de la mamaria interna; y otro secundario, el - Longitud: 3 cm (rango: 2-4 cm).
inferior, a expensas de la arteria epigástrica - Diámetro: 2,5 mm (rango: 1,5-3 mm).
inferior y su vena, dependientes de la ilíaca
externa; penetrando ambos en el músculo por Técnica quirúrgica
su cara interna, junto a su origen en la ingle, La incisión cutánea es lateral a la línea media
por debajo de la arcada de Douglas. Debido a desde el esternón hasta el pubis, profundi-
la existencia de estos dos pedículos (Figura 6), zando a la vaina anterior de la aponeurosis
es posible la utilización de uno u otro, lo que del músculo, exponiéndolo.
permite así colgajos con arcos de rotación su- Posteriormente el músculo es liberado de la vai-
perior o inferior. na posterior de la aponeurosis y de la arcada de
Desde el músculo recto abdominal se extien- Douglas como limite distal; de esta manera
den a la piel numerosas perforantes musculocu- no comprometemos la estabilidad de la pa-
táneas que por sí solas son capaces de irrigar red abdominal a nivel de la zona donante. La
prácticamente la totalidad de la piel abdominal; liberación del músculo se realiza entonces
se distribuyen a través de todo el músculo en una de distal a proximal, ligando o cauterizando
línea a aproximadamente 2 cm de la línea media, previamente su pedículo distal así como nu-
por lo que en caso de requerir no solo músculo merosas perforantes que van apareciendo.
y su fascia, sino también cobertura cutánea, es La disección del músculo hacia proximal ven-
posible diseñar una isla cutánea a cualquier nivel drá dada según se haya alcanzado la rotación
mediante estas perforantes. deseada para cubrir el defecto.
La zona donante se cierra directamente, avan- Si es necesario una mayor rotación, se inci-
zando y suturando a la línea alba el borde dirá medialmente la vaina anterior del recto,
medial del oblicuo mayor. En caso de excesi- seccionándolo más allá de la entrada de su
va tensión o debilidad de la pared es posible pedículo vascular inferior; se actuará con pre-
colocar una malla con el fin de evitar posibles caución para no traccionar el pedículo, que
herniaciones posteriores. en este caso corresponde al eje de rotación
del músculo. Posteriormente se vuelve a sutu-
8.3.2. Colgajo de recto abdominal basado en su rar la fascia anterior del recto por debajo del
pedículo inferior (Figura 8) ombligo, y se restablece así la integridad de
Características de su pedículo la pared abdominal, muy importante en esta
Arteria epigástrica inferior profunda: zona de debilidad de la misma. En este caso
- Longitud: 7 cm (rango: 6-8 cm). incluso puede ser necesario reforzar la pared
- Diámetro: 3,5 mm (rango: 3-5 mm). con algún tipo de malla.
Vena epigástrica inferior profunda:
- Longitud: 6 cm (rango: 4-8 cm). Es muy importante, tanto para el colgajo con
- Diámetro: 4 mm (rango: 2-5 mm). base superior como para el basado en su pedícu-
lo inferior, la planificación previa, donde se deci-
Técnica quirúrgica dirá, entre otras cosas, si se acompañará de isla
Tras la planificación y diseño correspon- cutánea (Figuras 9 y 10), su localización mediante
dientes según las necesidades de rotación y Doppler de la perforante correspondiente, el ta-
cobertura (lo que incluye el dibujo de la isla maño de esta y el arco de rotación para evitar la
cutánea basada en una perforante que pre- excesiva tensión o compresión sobre el pedículo,
viamente hemos localizado con el Doppler), ya que esto podría desembocar en la pérdida del
se procede a realizar la incisión sobre la piel colgajo, que por su vecindad al defecto dejaría
marcada hasta llegar a la fascia anterior del uno mayor.
recto. Tras seccionar dicha fascia y exponer En la elevación del músculo no siempre es
el músculo, se secciona el mismo de su ex- necesario incluir toda la anchura de la aponeuro-
tremo más craneal (o a nivel craneal de la isla sis superficial, y a ser posible solo se incluirán de
cutánea si esta se incluye). 2 a 3 cm mediales; se preserva de esta forma el
Posteriormente se diseca el músculo en di- fino entramado vascular que acompaña a las múl-
rección caudal, respetando su vaina poste- tiples perforantes que se encuentran a este nivel,
rior y ligando o cauterizando las perforantes y por otro lado, se favorece un cierre directo de
que vayan apareciendo. la zona donante gracias a la aponeurosis super-
El límite de la disección caudal vendrá dado ficial, que mantenemos intacta en ¾ partes de su
según se haya alcanzado la rotación desea- anchura.
da o bien porque se llegue a la arcada de Es muy importante tener en cuenta las posi-
Douglas. bles cicatrices, como por ejemplo las consecuen-
describen también el colgajo fasciomuscular de obli- Es a este nivel donde se debe iniciar la disec-
cuo mayor con base medial, pero respetan el múscu- ción del colgajo fasciomuscular de oblicuo ex-
lo recto anterior y cuyo pedículo depende de estas terno hacia lateral y proseguir medialmente por
perforantes, como ya hemos comentado. el plano avascular que separa ambos oblicuos.
Se levanta hasta la vaina anterior del recto an-
8.4.1. Colgajo musculocutáneo de oblicuo mayor terior y respeta el vientre muscular del mismo.
Características de su pedículo La vaina anterior puede ser parcialmente inci-
Ramas cutáneas laterales de las ocho últimas dida para facilitar la rotación del colgajo.
intercostales posteriores que penetran el mús- El eje mayor del colgajo debe ser paralelo a
culo a nivel de la línea axilar media: una línea que une el ombligo a la punta de la
- Longitud: 3 cm escápula.
- Diámetro: 0,5-1 mm. Producto de que debajo del músculo está
Este colgajo de base lateral incluye músculo, la parrilla costal, y a nivel abdominal el múscu-
fascia supradyacente y piel, y se extiende desde
la línea media del abdomen hasta la línea axilar
media; sus dimensiones son de 20 x 25 cm. Se re-
serva para la construcción de pequeños defectos
laterales tanto superiores como inferiores de todo
el espesor de la pared abdominal (Figura 11).
Técnica quirúrgica
Una vez marcado y diseñado el colgajo a
levantar, se inicia la disección de medial a
lateral, incidiendo la piel hasta la fascia del
músculo oblicuo externo, la cual se separa de
la vaina del recto abdominal.
La disección prosigue posterior al músculo,
abriendo la fascia a este nivel y separándola de
este hacia lateral, hasta visualizar los pedícu-
los vasculares a nivel de la línea axilar anterior
que corresponderá a la base del colgajo.
El colgajo se avanza hacia la zona cruenta,
unido por su base a la pared abdominal, te-
niendo en cuenta que este colgajo puede
conllevar una pérdida de solidez de la pared
abdominal a nivel de la zona dadora, que de-
berá ser siempre injertada.
Es posible levantar este colgajo de forma com- Figura 12. Colgajo musculocutáneo en isla de músculo oblicuo externo. Rotación superior.
pleta (forma estándar) o solo un segmento (forma
segmentaria), si el defecto a cubrir es más peque-
ño, en cuyo caso la morbilidad de la zona donante
es menor. También es posible levantar la porción
cutánea en forma de isla; de esta manera se pue-
den adoptar distintas posiciones (Figuras 12 y 13).
Técnica quirúrgica
Una vez diseñado y marcado el colgajo, se reali-
za una incisión medial, a nivel de la eventración;
se levanta así piel y tejido graso abdominal, y
se separa del plano muscular hasta alcanzar la
zona de inserción del músculo oblicuo externo. Figura 13. Colgajo musculocutáneo en isla de músculo oblicuo externo. Rotación inferior.
A B
lo transverso del abdomen, al ser levantado este das lateralmente a la fascia lumbosacra. La exis-
colgajo, no se produce una zona de debilidad de tencia de estos pedículos posibilita dos arcos de
la pared. rotación, de los cuales solo nos será útil en cirugía
Sans y Palacín, quienes lo describen, reco- reparadora de la pared abdominal el basado en el
miendan y consideran de gran utilidad la combi- pedículo dominante superior, ya sea en su forma
nación de este colgajo con un colgajo fasciomus- fasciomuscular o fasciomiocutáneo al agregar una
cular o musculocutáneo de tensor de fascia lata, isla de piel cuando lo deseemos, debido a las múl-
en casos de defectos gigantes de toda la pared tiples perforantes musculocutáneas, que permiten
abdominal, al evitar de esta forma el riesgo de so- su utilización conjuntamente. Este colgajo, en su
brepasar la región umbilical del colgajo tensor de forma pediculada, está indicado en la reconstruc-
fascia lata. ción de defectos abdominales de todo el espesor
de la región lateral alta del abdomen, y en su forma
8.5. Colgajo de dorsal ancho libre, en la reconstrucción de cualquier zona del
8.5.1. Colgajo fasciomuscular de dorsal ancho abdomen.
El colgajo de dorsal ancho fue descrito por prime-
Figura 15. Músculo dorsal ancho.
ra vez en 1906 por Tansini para la cobertura de Características de su pedículo dominante
defectos extensos tras mastectomía, y populari- Arteria toracodorsal, rama de arteria subes-
zado por Houston en 1988, para la reconstrucción capular:
de defectos de la pared abdominal. - Longitud: 8,5 cm (rango: 6.5-12 cm).
Este colgajo es, hoy por hoy, uno de las herra- - Diámetro: 3 mm (rango: 2-4 mm).
1
mientas más útiles en cirugía plástica para la re- Vena toracodorsal:
2
construcción de distintos defectos del organismo, - Longitud: 9 cm (rango: 7,5-10 cm).
3
tanto en su forma pediculada como libre, y es por - Diámetro: 3,5 mm (rango: 2-5 mm).
esto que, desde su introducción, se ha ido perfec-
cionando la técnica y se han encontrado nuevas Dimensiones del colgajo
aplicaciones para su uso, y existe una amplia lite- Músculo:
ratura al respecto. (Figura 15). - Longitud: 35 cm (rango: 21-42 cm).
Puede ser elevado como colgajo muscular, - Ancho: 20 cm (rango: 14-26 cm).
4 musculocutáneo u osteomiocutáneo, es de dimen- - Espesor: 1,5 cm (rango: 0,5-4,5 cm).
siones variables, pudiendo llegar hasta 20 x 35 cm. Isla cutánea:
Se clasifica como colgajo tipo V, según la clasifi- - Longitud: 18 cm (rango: hasta 35 cm).
cación de Mathes y Nahai; es decir, presenta dos - Ancho: 7 cm (rango: hasta 20 cm). Para cie-
pedículos vasculares (Figura 16); uno dominante, rre primario: 8-9 cm.
superior, a expensas de la arteria toracodorsal y - Espesor: 2,5 cm (rango: 1-5 cm).
su vena, dependiente de la arteria y vena subes-
capular; y otro secundario, a expensas de diversos Técnica quirúrgica
Figura 16. Vascularización del dorsal ancho.
pedículos segmentarios, representados por hasta Antes de la cirugía es necesario identificar el
1.Arteria subescapular. 2.Arteria circunfleja escapular. seis arterias y venas perforantes dependientes de borde anterior del músculo, el cual se puede
3.Arteria toracodorsal. 4.Ramas de las arterias intercostales. arterias y venas intercostales posteriores localiza- sentir y ver fácilmente cuando el paciente se
Incisión de
Técnica quirúrgica la fascia
Se expone la fascia lata mediante una inci-
sión longitudinal de la piel de la región ante-
rolateral del muslo y, tras calcular las nece-
sidades de fascia necesarias para cubrir el
defecto, se procede a su disección.
Se diseca desde distal a proximal hasta loca-
lizar el pedículo neurovascular.
Posteriormente se gira sobre sí mismo y se tu-
neliza hacia el defecto a cubrir sobrepasándo-
lo y suturándolo sin tensión alguna (Figura 22).
La zona donante se cierra en forma directa
sin necesidad de injerto de cobertura.
Figura 21. Disección colgajo musculocutáneo de tensor de fascia lata.
8.6.4. Colgajo de músculo tensor de fascia lata libre
De la misma forma, como fue descrito anterior-
Nervio
mente el colgajo pediculado fasciomusculocutá- femorocutaneo
lateral
neo, es posible aislar el pedículo y seccionarlo,
para luego anastomosarlo a vasos receptores
vecinos a la zona del defecto.
Mediante esta técnica se elimina el arco de
rotación y es posible utilizarlo en defectos su-
praumbilicales y de mayor tamaño; además, se
reduce la morbilidad de la zona donante. Su ma-
Vasto lateral
yor desventaja es que aumenta el tiempo opera-
torio y en caso de fallar la anastomosis, se pierde
Tensor de la
todo el colgajo, por lo que es necesario contar fascia lata
con experiencia en la técnica microquirúrgica y
un adecuado equipo. Figura 22. Relaciones del TFL.
8.7. Colgajo Inguinal y colgajo de perforante de externo, fascia lata y ligamento inguinal; hasta
arteria circunfleja ilíaca superficial visualizar el músculo sartorio, donde es posible
El colgajo inguinal es importante históricamente visualizar el pedículo a nivel del borde lateral,
por ser el primer colgajo libre que funcionó con continuando profundo a la fascia del sartorio
éxito. Fue descrito por primera vez por McGregor para no lesionar la rama profunda de la circun-
y Jackson en 1972, y utilizado fundamentalmente fleja ilíaca superficial (Figuras 24).
para la reconstrucción de tejidos blandos de la Una vez que se llega al borde medial del sar-
mano; no obstante, la capacidad de su arco de torio, la disección se para y el colgajo está lis-
rotación interna posibilita también su utilización to para ser transpuesto a la zona del defecto.
en la reconstrucción de defectos cutáneos del La rotación que precisa este colgajo cutáneo
abdomen inferior. para alcanzar un defecto de la pared abdo-
El colgajo inguinal es un colgajo cutáneo minal inferior hace que sea prácticamente
de tipo axial, pues su pedículo presenta su base imposible la ausencia de «orejas de perro»,
centrada en el punto de origen de la arteria cir- que no deberán ser corregidas en el mismo
cunfleja ilíaca superficial, la cual nace 2-3 cm tiempo operatorio, por la posibilidad de com-
por debajo de la arcada inguinal desde la arteria prometer su viabilidad. También es posible tu-
femoral. Con el reciente desarrollo de los colga- nelizar el colgajo desepitelizando parte de este
jos de perforantes, los pedículos mayores de los en la zona que quedará cubierta por el túnel
colgajos musculocutáneos y fasciocutáneos se cutáneo, pero esto no es recomendable para
preservan en la zona donante, y los colgajos pue- no comprometer la viabilidad. Si el defecto a
den ser elevados basados en estas perforantes, cubrir no es muy grande, la zona donante se
que son ramas de estas arterias importantes, y de puede cerrar de manera directa; si no, será ne-
esta forma se puede minimizar la morbilidad de la cesario la utilización de injertos para cubrirla.
zona donante. Este concepto es aplicable al col-
gajo inguinal para desarrollar el colgajo de per- 8.7.2.2. Colgajo inguinal libre
forantes de arteria circunfleja ilíaca superficial, La disección se puede realizar de la misma
basado en una arteria perforante de esta arteria. forma o comenzar desde la medial a la lateral,
y de esta forma se identifica el pedículo des-
8.7.1. Características de su pedículo de su salida en la arteria femoral a nivel del
Figura 23. Diseño del colgajo pediculado inguinal.
Arteria circunfleja ilíaca superficial: borde interno del músculo sartorio. La disec-
- Longitud: 2 cm (rango: 1,5-3 cm). ción es similar a la descrita anteriormente. Es
- Diámetro: 1,5 mm (rango: 0,8-2 mm). crítico que se incluya la rama profunda de la
Esta arteria en su trayecto da una rama su- arteria, que usualmente discurre bajo la fas-
perficial, localizada sobre la fascia profunda del cia del sartorio, aunque en algunas ocasiones
sartorio, que da un número pequeño de perforan- perfora el sartorio, en cuyo caso un segmento
tes de 0,3 a 0,5 mm de calibre en la porción media del músculo puede incluirse.
de la región inguinal anteromedial; y una rama
profunda que corre en dirección súperolateral 8.7.3. Colgajo de perforante de arteria circunfleja
sobre el ligamento inguinal y de esta rama salen ilíaca superficial (SCIP)
numerosas perforantes de 0,5 a 0,8 mm de calibre, Previo a la cirugía se realiza un examen median-
en la porción anterolateral de la región inguinal. te Doppler para confirmar la localización de la
Vena circunfleja ilíaca superficial: perforante deseada y el trayecto de la arteria
- Longitud: 3cm (rango de 2 a 4 cm). circunfleja ilíaca superficial. Usualmente las
- Diámetro: 1.8mm (rango de 1,5 a 2 mm). perforantes dominantes se encuentran en un
punto situado 3 cm medial a la espina ilíaca an-
8.7.2. Colgajo inguinal terosuperior en el curso de la arteria principal.
8.7.2.1. Colgajo inguinal pediculado Se comienza la disección entonces por uno
Es muy importante una buena planificación y de los bordes superior o inferior de la isla cu-
diseño previo, no solo en este sino en los colga- tánea marcada, para detectar la rama super-
jos en general. Tras palpar el tubérculo púbico ficial y profunda junto a sus perforantes.
y la espina ilíaca anterosuperior, se marca el li- Durante la elevación suprafascial del colgajo,
gamento inguinal. Se localiza la arteria femoral desde lateral a medial, numerosas perforan-
y sobre esta, dos traveses de dedo bajo el liga- tes son fácilmente identificadas y coagula-
mento, se marca el punto de origen de la arteria das, hasta encontrar la perforante dominante,
circunfleja ilíaca superficial, y a partir de este que se diseca profundamente hasta su salida
punto se traza una línea paralela al ligamento del vaso dominante, ya sea la rama superfi-
inguinal, que representa el trayecto de este cial o profunda de la arteria.
vaso axial del colgajo. Sobre esto, dibujamos Se termina de disecar el colgajo al tenerlo
nuestro colgajo a utilizar, teniendo en cuenta la aislado solamente unido al cuerpo mediante
anchura del defecto a cubrir (Figura 23). su pedículo, en forma de colgajo en isla, mo-
La disección del colgajo comienza desde late- mento en el cual es posible transponerlo al
Figura 24. Disección hasta visualizar su pedículo. ral a medial, superficial a la fascia del oblicuo sitio del defecto a cubrir (Figura 25).
Figura 27. Arco de rotación del colgajo recto femoral Figura 28. Posibilidades de colgajo de recto femoral. A. Muscular. B. Con isla cutánea.
Se rota y se tuneliza a través del tejido celular el fracaso de los resultados, la última opción ha
subcutáneo hasta alcanzar el defecto a cu- sido la cirugía abdominal. Dada la gran variedad
brir. En caso de ser solo el músculo el rotado, de alteraciones de la pared abdominal anterior,
será necesario injertarlo tras su fijación en el la historia de las abdominoplastias también es
defecto (Figura 27). rica, con toda una gran variedad de técnicas
En caso de utilizar isla cutánea, el defecto que se desarrollan continuamente, que son de-
restante en la zona donante será injertado puradas, abandonadas y revividas, para el logro
(Figura 28). de los mejores resultados, mediante procedi-
mientos cada vez menos agresivos y fácilmente
La secuela funcional y estética que conlleva reproducibles.
la utilización de este grueso músculo deberá ser La asociación de diversas anomalías de la
siempre valorada. En caso de estar comprometido pared musculoaponeurótica del abdomen, en
algún otro músculo del cuádriceps, se considera conjunto con alteraciones estéticas, es un proble-
una contraindicación su uso, producto de la se- ma muy frecuente en nuestra sociedad. Es sabida
cuela funcional en la extensión de la rodilla que la influencia negativa que, por diversos factores,
puede resultar. ejerce la obesidad en el proceso de cicatrización
de las laparotomías, y es por ello que su diagnós-
tico y tratamiento, en forma conjunta con ciruja-
9. Abdominoplastia asociada a la cirugía nos generales y plásticos, son necesarios para
de la eventración la obtención de mejores resultados a largo plazo.
A pesar de la evidente variación del ideal de be- 9.1. Historia y evolución de la abdominoplastia
lleza a lo largo del tiempo, el abdomen firme, pla- Las primeras descripciones de corrección de las
no y con cintura estrecha ha sido universalmente deformidades de la pared abdominal están aso-
admirado desde la antigüedad. ciadas a hernias umbilicales, las cuales exigían
La pared abdominal anterior es una de las una resección de grasa y piel simultáneamente.
regiones del cuerpo que más sufre los efectos En un principio, para poder sistematizar las
de la edad, las variaciones del peso corporal, la múltiples técnicas de abdominoplastia, fue ne-
calidad de vida, el tipo de piel, la genética, las cesaria una clasificación; existían tres clases de
actividades físicas, las laparotomías y, en re- técnicas, según la dirección de la incisión y su
lación con las mujeres, el embarazo. Estas dis- cicatriz final: incisiones horizontales, verticales
morfias han llevado a un gran número de hom- y mixtas.
bres y mujeres de todas las edades a buscar en
el ejercicio físico, la fisioterapia, los deportes, 9.1.1. Incisiones horizontales
dietas y otros métodos no invasivos, una solu- Las primeras referencias de dicha técnica se re-
ción a estos problemas. Debido a la limitación o montan a 1880, cuando Demars y Marx, en Fran-
cia, realizan una amplia resección de piel y grasa sición del ombligo. Más tarde, en 1942, muestra
en la pared abdominal. otro tipo de resección en la región supraumbilical,
Kelly, en 1899, realiza una lipectomía abdo- a la que llamó «alas de murciélago».
minal transversa mediante una incisión en forma Somalo, en 1940, fue el primero en hacer re-
elíptica, transversal, en torno al ombligo, el cual ferencia al término belt lipectomy o lipectomía en
era resecado conjuntamente, extendiéndose a cinturón. Prudente, en 1943, defiende una técnica
flancos; todo esto, asociado a una herniorrafia. semejante a la de Somalo, pero en la que conser-
Peters, en 1901, realiza una cirugía en la que va el ombligo, y enfatiza que la utiliza desde 1936.
reseca 7,45 kg de una paciente, incluyendo el om- Es Pick y Barsky, en 1949, quienes modifican
bligo, sin realizar despegamiento. la técnica de Thorek, resecando cuñas de tejido
En 1905, Gaudet y Morestin, hicieron una re- en la parte media y en las laterales de la inci-
sección de piel y grasa asociada al tratamiento de sión, evitando de esa forma las «orejas de perro»
la hernia umbilical, preservando el ombligo. (Figura 29).
Jolly, en 1911, describe la incisión elíptica Andrews, en 1956, populariza realizar una in-
baja y es en 1931 cuando Flesch-Thebesius y cisión cóncava hacia arriba, con la parte media
Wheisheimer realizan la primera resección trans- tangencial al monte de Venus y las porciones la-
versa infraumbilical con resección de ombligo. En terales, llegando hasta el reborde de la espalda.
el mismo año, Passot describe una incisión baja, La resección del ombligo y neoonfaloplastia se
horizontal, desgrasando hasta el ombligo. hacen mediante una incisión circular.
Fue Thorek, en 1939, quien describe una téc- Todas estas técnicas incluían resección de piel
nica denominada por él «lipectomía plástica», en y grasa sin realizar despegamiento de la pared ab-
la cual, mediante una incisión oblicua inferior re- dominal y establecieron principios que luego fueron
seca el abdomen péndulo, con posterior injerto aprovechados por las técnicas más recientes, con
del ombligo, sugiriendo la posibilidad de transpo- incisiones transversas realizadas actualmente.
A B C
D E F
Figura 29. Técnicas de: (A) Kelly (1899) (B) Flesch-Thebesius y Wheishelmer (1931), (C) Thorek (1939 y 1942),
(D) Somalo (1940), (E) Prudente (1943), y (F) Pick y Bazsky (1949).
Unos conceptos muy importantes dentro de la Pitanguy, en 1967, defiende la incisión hori-
historia de las abdominoplastias fueron introduci- zontal, pero su gran contribución fue respecto
dos por Vernon, en su trabajo realizado en 1957, al plegamiento del músculo recto abdominal, sin
quien combinó la incisión transversal, semejante incidir la aponeurosis. En 1974, remarca la necesi-
a la de Thorek, pero además añade dos grandes dad de las incisiones laterales curvas hacia arri-
contribuciones para la abdominoplastia moderna: ba o hacia abajo, dependiendo del caso.
el despegamiento del colgajo abdominal superior Rebello, en 1968, sugiere que las ramas late-
y la transposición del ombligo. rales de la incisión no traspasen la línea imagina-
En 1959 y 1960, González-Ulloa fue quien pro- ria horizontal tangencial a la implantación pilosa
puso realizar la técnica descrita por Somalo, li- del monte de Venus.
pectomía circunferencial (belt lipectomy) pero con Serson Neto y Martins, en 1970 y 1972, reco-
transposición del ombligo y despegamiento mode- miendan el abordaje geométrico de las lipecto-
rado del colgajo superior. mías, calculando previamente la extensión de la
Spadafora, en 1962, describe la incisión hori- resección, que se hace en bloque previa al des-
zontal en S, también con despegamiento superior pegamiento del colgajo (Figura 30).
y transposición del ombligo. En 1972, Rebello y Franco describen una téc-
Vilain, en 1964, publica un trabajo recomendan- nica en la que se utilizaban incisiones submama-
do la belt lipectomy, con algunas modificaciones. rias para retirar la grasa localizada en el abdomen
Es Callia, en 1965. quien en su tesis docto- superior; también podía estar asociada a una inci-
ral coloca la parte media de la incisión sobre el sión horizontal suprapúbica.
pubis y sus prolongaciones laterales paralelas a Regnault, en 1972, describe su técnica en W
las arcadas crurales y debajo de ellas, dejando la con marcaje previo del colgajo a ser resecado;
cicatriz en una zona escondida. Este tipo de in- sin embargo, la resección solo se completa des-
cisión abre una nueva fase en la historia de las pués del despegamiento.
abdominoplastias. Grazer, 1973, propone una incisión semejante a
la de Pitanguy, pero con una prolongación lateral
que no traspase una línea de proyección corres-
pondiente a las espinas ilíacas anterosuperiores.
Son Baroudi, Keppeke y Tozzi quienes, me-
diante el estudio de las incisiones, presentaron
un trabajo en el que demostraban las variaciones
de las incisiones que, dependiendo de cada caso,
podrían ser en W, rectas o con una rama lateral
curva hacia arriba o abajo.
Baker, Gordon y Mosienko, en 1977, sugieren
el uso de un molde patrón para marcar la W.
Es Planas, en 1978, quien propone la técnica
«vest over pants», que consistía en un marcaje
previo con un triángulo, solo retirando el colgajo
inferior después del despegamiento del colgajo
A B C superior, y ubica a partir de ahí la cicatriz.
En 1980, Khoury, sugiere una incisión horizon-
tal, constituida por tres arcos, sin formar ángulos;
una modificación de la técnica en W de Regnault
(Figura 31).
A B C D
Figura 32. Incisiónes verticales propuestas por: (A) Babcock (1916), (B) Schepelnan (1918), (C) Kuster (1926), y (D) Fernández y Correa-Iturraspe (1951); estas técnicas incluían
una resección de la cicatriz umbilical.
A B C D
En este apartado incluimos también las inci- pectomía periumbilical, y Jackson realiza la plica-
siones circulares, o minilifts abdominales, cuando tura en los planos horizontal y vertical (Figura 34).
solamente es necesario resecar un pequeño ex- En 1979, Juri propone la que hoy sería una de
ceso de piel abdominal. Estas técnicas se publi- las formas más comunes de reimplantar el ombli-
caron en 1971, 1975 y 1979 por Elbaz, Glicenstein go, mediante una marcación en V, semejante a la
y Lewis respectivamente; la llaman «abdomino- de Avelar, pero evitando una cicatriz circular; se
plastia media». consigue de esta forma un aspecto más natural y
mejor resultado de la cicatriz umbilical.
9.1.4. Otras técnicas aportadas En 1980, Guerrero Santos publica maniobras
A lo largo de la historia son varios los autores que para resolver problemas operatorios. Primero,
han contribuido al perfeccionamiento de la técni- realiza grandes áreas de despegamiento, una
ca por medio de detalles en puntos tan fundamen- profunda y otra superficial, y evita así la anestesia
tales como el tratamiento de la cicatriz umbilical, cutánea; luego realiza una incisión biselada su-
la pared muscular, la realización de lipectomías y prapúbica que previene una depresión dolorosa
su asociación con otras cirugías. en el área; y por último procede a la fijación de la
En 1976, Avelar describe en detalle la con- grasa del colgajo abdominal a la fascia de su pun-
fección del ombligo en forma de estrella, a fin de to medio, para evitar una elevación exagerada de
mejorar la cicatriz resultante. la región púbica, con el paciente semiflexionado,
Es Cardoso de Castro, en 1977, quien presen- y se hace, de esta manera, profilaxis de una posi-
ta un estudio de la asociación de abdominoplas- ble necrosis en la parte ínferomedial del colgajo.
tias con cirugías ginecológicas.
Psillakis, en 1978, a través de su publicación, 9.1.5. Evolución técnica a partir de la lipoaspiración
describe el tratamiento de la flacidez músculoa- El año 1980 marca un cambio en la historia de la
poneurótica, realizando la sutura del músculo cirugía abdominal. La lipoaspiración creada y di-
oblicuo mayor a la fascia del recto abdominal. Ese vulgada por Illouz, y posteriomente por Fournier
mismo año Freeman y Weimer abogan por la li- en 1981, cambió completamente la historia de la
En 2008, Hafef et al. realizaron un estudio que el uso de suturas de tensión progresivas traía
retrospectivo en más de 350 pacientes para eva- como resultado un aumento significativo del tiempo
luar el riesgo tromboembólico y la eficacia de la quirúrgico y menor salida de líquido por los drena-
profilaxis en los pacientes sometidos a cirugía del jes sin diferir en la incidencia global de seromas en
contorno corporal. En esta serie encontraron que las distintas cohortes estudiadas. Cabe destacar
el riesgo de trombosis era mayor en los pacientes que, aunque la incidencia de seroma no fue dife-
considerados de «alto riesgo», según la evaluación rente entre las cohortes, en el grupo control se inte-
de riesgo de Davison Caprini, en los pacientes con rrumpió el estudio en 10 pacientes debido a la pre-
un IMC >30 y los que utilizaban terapia hormonal. sencia de seromas significativamente más grandes
Aunque los pacientes que recibieron profilaxis que requirieron punciones como tratamiento. Este
con enoxaparina, tenían una significativa menor hallazgo sugiere por lo menos una ventaja en el uso
incidencia de trombosis venosa profunda, también de drenajes o suturas de tensión progresiva subcu-
había una mayor incidencia de complicaciones táneos al realizar una abdominoplastia.
hemorrágicas. Los que recibieron profilaxis duran- Khan, en 2008, también investigó la eficacia de
te 3 días o más tuvieron un aumento significativo las suturas de tensión progresiva en la formación
del sangrado que requirió transfusión. de seromas en la abdominoplastia (nivel de eviden-
cia III). En esta serie se observó una tasa significa-
9.3.4. Evidencia en el plan de tratamiento quirúrgico tivamente mayor en la formación de seromas en el
A pesar de que la evidencia científica acerca de grupo de pacientes sometidos a suturas de tensión
la técnica quirúrgica en las abdominoplastias es no progresivas. Dentro del grupo de sutura de ten-
limitada, algunos estudios importantes pueden sión progresiva, no se observaron diferencias sig-
ayudar a los cirujanos en el desarrollo de un plan nificativas en la formación de seroma, entre los so-
de tratamiento correcto. En 2003, Duff et al. infor- metidos a abdominoplastia y lipoabdominoplastia.
maron que la tasa global de complicaciones para En un estudio reciente, se enfatiza una técni-
los pacientes que se habían sometido a abdomi- ca quirúrgica sobre la elevación del colgajo de la
noplastia «flor de lis» fue de un 62 % (nivel de evi- abdominoplastia, que reduce significativamente
dencia IV). Las complicaciones estuvieron signifi- el riesgo de seroma postoperatorio y conduce a
cativamente relacionadas con la edad, aumento su eliminación más rápidamente (nivel de eviden-
del índice de masa corporal y cantidad de tejido cia III). Esta nueva técnica de elevación consis-
resecado. Basándose en esta evidencia, los ci- te en disecar el colgajo abdominal por un plano
rujanos reservan la cicatriz vertical solo para los más superficial por debajo de la fascia de Scarpa,
pacientes con un exceso significativo de tejidos pero que conserva una fina capa de tejido areolar
blandos en las partes laterales. superficial a la fascia muscular. Al preservar este
Gmür et al. en 2003, Stevens et al., en 2006, y tejido areolar, es posible conservar los linfáticos
Stevens et al., en 2009, informan sobre la seguridad que descansan sobre la fascia y, de esta forma,
de combinar la abdominoplastia con otros proce- disminuir los seromas. En este informe, el grupo
dimientos quirúrgicos, sin encontrar asociación de pacientes (n = 103) que presentaban esta mo-
entre el procedimiento combinado y el aumento de dificación en el plano de disección presentaban
las complicaciones (nivel de evidencia IV). Largos menor incidencia de seroma y cumplieron requisi-
períodos operatorios, sin embargo, han demostra- tos de retirada de los drenajes en forma más rápi-
do que aumentan la estancia hospitalaria, compli- da que su contrapartida de disección tradicional
caciones de la herida y embolia pulmonar. hasta la fascia muscular (n = 99).
En 2008, Heller et al. evaluaron los resultados Iannelli et al. evaluaron la eficacia del siste-
de la abdominoplastia tradicional y la lipoabdo- ma PlasmaJet en pacientes sometidos a abdomi-
minoplastia combinada, observando en el grupo noplastia tras cirugía bariátrica (nivel de eviden-
de lipoabdominoplastia combinada una menor cia IV). En una pequeña serie de 14 pacientes,
tasa de insatisfacción del paciente y menor tasa el sistema PlasmaJet se utilizó exitosamente sin
de complicaciones en comparación con la tradi- complicaciones. El tiempo operatorio promedio
cional (37 % vs. 42 % de tasa de complicación y fue de 73 minutos, y los drenajes fueron retirados
17 % vs. 42 % en tasas de complicaciones respec- en un tiempo medio de 4,8 días.
tivamente). Además, se encontró que la incisión
transversal baja modificada presentaba menos 9.3.5. Evidencia en el manejo del dolor postoperatorio
complicaciones y mayor satisfacción del pacien- Sun et al., en 2008, investigaron la eficacia del
te al compararla con la incisión en patrón en W. Celecoxib en el manejo del dolor postoperatorio
Para combatir el desarrollo de seromas, mu- después de la abdominoplastia (nivel de eviden-
chos cirujanos utilizan los drenajes de aspiración cia I). En este ensayo, controlado y aleatorio, los
cerrada o alguna forma de «puntos de fijación» pacientes que recibieron Celecoxib el día de la ci-
para disminuir el espacio muerto. En 2007, Andra- rugía y que reanudaron la dieta normal 3 días des-
des investigó la eficacia de las suturas de tensión pués de la operación, tenían una función intesti-
progresivas en la reducción del seroma postabdo- nal normal y reanudaron la actividad física antes,
minoplastia (nivel de evidencia I). En este estudio en comparación con el grupo control. Además, en
prospectivo, aleatorizado, doble ciego, concluyeron el grupo de Celecoxib, presentaban satisfacción
A B C D
Incisión
periumbilical
Incisión Incisión
sobre inferior
la marca Los colgajos parciales resecados
inferior
Cortes superior e inferior marcados
E F G H
Fijación
al labio Fijación al Fijación al Colgajo
distal labio distal labio distal del dermograso
del corte del colgajo Ombligo
colgajo inferior levantado reimplantado
central inferior
Corte Ombligo
central
del colgajo Labio distal
del corte
inferior
Sutura final
Superficie
abdominal
denudada
Secciones del Secciones del
Colgajo colgajo traccionado colgajo traccionado
traccionado
Figura 43. Marcaje de los colgajos laterales. Figura 44. Resección de los colgajos laterales.
colgajo. El asistente tira de cada aleta del col- puntos separados de hilo reabsorbible 2/0,
gajo superior hacia abajo y hacia la línea me- puntos subdérmicos con sutura reabsorbible
dia para luego, utilizando el marcador de Pi- 3/0 y sutura intradérmica a la piel con sutura
tanguy alargado, marcar las zonas, estimando no absorbible 4/0. El cierre se lleva a cabo de
de forma exacta el exceso de tejido a resecar lateral a medial, para evitar las «orejas de pe-
(Figuras 43 y 44); realiza este procedimiento a rro» y acortar la cicatriz.
ambos lados, y comprueba posteriormente la Como parte de la rutina dentro de la técnica de
simetría, antes de la dermolipectomía final. Pitanguy, describe una cobertura con un escu-
Previo a la sutura final, se debe marcar, me- do de yeso sobre un tejido fuerte y suave, como
diante el mismo marcador, la posición para una placa abdominal anterior de diseño perso-
exteriorizar el ombligo, a un nivel correspon- nalizado, que cubre los tejidos levantados, y se Figura 45. Fijación del neoombligo.
diente a su posición natural, sin tracción para mantiene durante los primeros días postope-
evitar desplazamientos. El método preferido ratorios, para de esta forma asegurar una pre-
por el autor para la creación del neoombligo sión uniforme y firme sobre el abdomen, lo que
es a través de una incisión transversal o se- garantiza la adherencia del colgajo disecado.
micircular, de aproximadamente 2 cm de lon- Con esto se disminuye el riesgo de hematomas
gitud a nivel del punto marcado previamente. y seromas, y se ha demostrado que disminuye
Por lo tanto, no realiza resección de piel a el malestar de paciente durante las primeras 48
este nivel, ya que al tensar el colgajo, esta horas postoperatorias (Figura 46).
línea transversal o semicircular se convierte Algunas variantes permiten que la técnica de
en un triangulo natural. Se realiza la resec- Pitanguy se ajuste a las circunstancias. En caso
ción del tejido subcutáneo en la periferia del de obesidad moderada, la ventana dejada por la
orificio del neoombligo para crear una depre- circuncisión del ombligo no llega al pubis, por lo
sión lisa periumbilical. Se exterioriza el om- que se sutura en sentido vertical, con lo que que-
bligo mediante la ayuda de puntos de sutura da una pequeña cicatriz en el abdomen inferior.
largos y se fija a la piel vecina con puntos de En caso de grandes depósitos adiposos, el labio
nylon 6/0, a puntos sueltos (Figura 45). superior del corte horizontal resulta, en muchas
Colocación de drenajes aspirativos, previo al ocasiones, más largo que el inferior, por lo que se
cierre. efectúa una resección cuneiforme en la línea me-
Posteriormente se lleva a cabo el cierre por dia, en la cantidad necesaria; existirá una cicatriz
planos, suturando el plano subcutáneo con visible pero que modela mejor la silueta. Figura 46. Cobertura de yeso descrita por Pitanguy.
9.5.3. Técnica de Ramírez: Abdominoplastia U-M Este diseño geométrico cumple varios objetivos:
Las técnicas de abdominoplastia tradicional para La longitud de la incisión inferior coincide
las distintas deformidades incluyen los siguientes con la longitud de la superior. De esta forma
procedimientos: es menos probable la aparición de las «orejas
1. Dermolipectomía para eliminar el exceso de perro» al término de las incisiones.
de piel y grasa. En el cierre definitivo, tras respetar las unida-
2. Plicatura de la vaina de los rectos para la des estéticas de la pared abdominal, queda
diástasis de los mismos. una sutura que sigue una línea paralela a la
3. Transposición del ombligo a su nueva loca- línea del biquini «de corte francés».
lización en la piel de la pared abdominal. El concepto de alta tensión lateral se incor-
pora en el diseño, y se logra de esta forma
Nuevas técnicas se han desarrollado en los levantar la piel laxa de la zona anterolateral
últimos años que incluyen lipectomía asociada a del muslo.
liposucción, cierre de alta tensión lateral con sus- Debido a que la incisión a nivel del pubis es
pensión fascial, y avance de la fascia del oblicuo muy baja, en parte disminuye su tamaño y a
externo para crear una cintura más pequeña. su vez levanta el área púbica, con lo que su
Algunas de estas técnicas pueden tener in- forma triangular senescente cambia a una
convenientes, y las maniobras más recientes, en forma juvenil oval.
particular el avance del músculo oblicuo externo,
pueden ser técnicamente difíciles. Por lo tanto, Se realizan líneas de referencia para facilitar
Ramírez mediante su técnica ha querido modifi- la simetría y para apreciar mejor cualquier exce-
car los procedimientos tradicionales, agregando so de tejido en un lado con respecto a otro. Estas
nuevas técnicas para mejorar la estética y los re- líneas de referencia son (Figura 47):
sultados funcionales de la abdominoplastia. Con La línea media que une apéndice xifoides,
estas modificaciones postula que, combinándo- ombligo y comisura vulvar.
las, se proporciona un enfoque integral a la reha- Línea marcada a 10 cm a cada lado de la línea
bilitación de la pared abdominal superior. media.
Las líneas que marcan los límites de las vistas
Marcaje anteriores y posteriores de la silueta corporal
La abdominoplastia en U-M fue diseñada para in- anterior y posterior.
cluir las incisiones dentro de las unidades estéticas La línea que parte en la cresta inguinal y se
del abdomen. Conceptualmente esta incisión es extiende en una línea recta sobre las áreas
muy similar a las «manillas de una bicicleta» des- ilíacas.
Figura 47. Líneas de referencia para el marcaje de la crita por Baroudi y Ferreira, y se compone de una Una línea circunferencial en la parte más es-
técnica propuesta por Ramírez. incisión inferior abierta en U y una superior en M. trecha de la cintura.
La incisión inferior del área de resección se casos de íleo postoperatorio o de distensión ab-
marca como una U. El pubis es levantado y se dominal. Los pacientes refieren menos dolor y
marca una línea horizontal a 7 cm de la comisura rara vez tienen trombosis venosa profunda.
vulvar. El término de la línea inferior se extiende Después de la cirugía, todos los pacientes
lateral a la cresta inguinal, donde la piel ante- presentan dificultad en la respiración profunda.
rolateral del muslo es elevada manualmente. La Esto es debido al dolor, a la tensión muscular y
incisión superior es marcada desde el término de a la presión sobre el diafragma por el contenido
la incisión en U. Se marca en forma de M, por lo abdominal.
que, su porción más central, queda usualmente Los pacientes que utilizan principalmente
justo sobre el ombligo y, los picos de la M, que- los músculos abdominales para respirar repre-
dan usualmente en la línea vertical paramediana sentan un reto especial. Necesitan fortalecer el
o a nivel de la línea semilunar. Las áreas de piel a diafragma, intercostales y músculos accesorios
resecar tienen que ser afrontadas para confirmar de la respiración, ya que sus músculos abdomi-
que los tejidos pueden ser cerrados sin tensión nales funcionan mal los primeros días postope-
excesiva. Toda hernia palpable y los grados de ratorios. Con el fin de capacitar al diafragma,
diástasis de recto tienen que ser marcados. El el paciente recibe ejercicios respiratorios que
marcaje se lleva a cabo con el paciente desnudo puede realizar bajo la dirección de un terapeuta
y en bipedestación frente al cirujano con los pies respiratorio; se les facilita una faja abdominal
separados 60 cm (Figura 48). para utilizar previo a la cirugía para practicar la
respiración diafragmática.
Consideraciones preoperatorias asociadas a la Fumar, como es sabido y como se ha explica-
técnica de Ramírez do anteriormente, compromete la circulación del
Como en cualquier abdominoplastia asociada colgajo abdominal y contribuye al desarrollo de
a una eventración, el objetivo es solucionar el necrosis cutánea, por lo que a todo paciente que
problema de pérdida de continuidad de la pared ha fumado previo a la cirugía, así como a aquellos
abdominal, asociado a obtener buenos resultados que han dejado de fumar, se les prescribe pen-
estéticos en cuanto a un abdomen más plano y toxifilina 400 mg durante seis semanas previo a
una cintura más pequeña y definida. Al tensar la la cirugía, para de esta forma aumentar la flexi-
pared abdominal para su reparación, se produ- bilidad de la membrana de los glóbulos rojos, y se
ce un importante aumento de la presión sobre el les aconseja tomar bupropión como complemento
contenido abdominal, que a la vez produce dolor, para dejar de fumar.
lo que posteriormente causa dificultad respirato-
ria e íleo. A veces esto es causa de cuadros de Técnica operatoria
vómitos, por lo que la maniobra de Valsalva au- Previo al inicio de la operación se realiza la
mentará aun más la tensión contra la pared abdo- infiltración de una solución salina con adre-
minal reparada y sobre la sutura final. El aumento nalina (1:1 000 000) a nivel entre la grasa y la
de la presión intraabdominal empuja el diafragma fascia, principalmente en las zonas de inci-
hacia arriba y disminuye la capacidad respiratoria sión, teniendo cuidado en las zonas cercanas
residual funcional (FRC), que predispone a atelec- a la eventración o hernias por posibles perfo-
tasias; también puede producir compresión de la raciones.
vena cava; se reduce así el retorno venoso con La cintura y las áreas ilíacas se tratan con la
el consiguiente aumento del estasis venoso, uno técnica estándar de liposucción con cánulas
de los mayores factores de riesgo de trombosis de 3, 7 y 6 mm de diámetro. Las aletas que
venosa profunda y embolia pulmonar. se avanzarán inferiormente se succionan en
Para tratar de disminuir estas complicacio- el nivel intermedio de la capa subcutánea,
nes, Ramírez en su publicación aconseja el uso con el fin de proteger la vascularización de
de una dieta líquida, antibióticos orales, enemas dicha zona. La aspiración se realiza siguien-
y laxantes durante tres días antes de la cirugía do la orientación del suministro de sangre
para disminuir la cantidad de flora bacteriana segmentario de las intercostales. La línea
intestinal, que disminuye así la producción de media nueva sobre el neoombligo es la úni-
gas intestinal. Para evitar la deshidratación, ca área donde se realizará una succión más
recomienda abundante aporte de líquidos y agresiva, con el resultado de un abdomen
electrolitos orales. Se recomienda clorpropa- más esculpido. El colgajo no se succiona por
mida (10 mg) por vía oral cada 6 horas durante debajo del nivel del nuevo ombligo, ya que
cinco días después de la cirugía para disminuir esto puede dañar el suministro de sangre a
la producción de líquido intestinal y estimular el dicho territorio. Tratándose este capítulo de
peristaltismo. Se deben evitar los opioides en lo abdominoplastia asociada a eventraciones, y
posible, por el enlentecimiento que producen en a excepción de que se trate de una diástasis
el peristaltismo. de rectos, nosotros contraindicamos la lipo-
Como consecuencia de la utilización de este succión asociada a la abdominoplastia en la
plan perioperatorio por el Dr. Ramírez, se ha con- zona comprendida por dicha eventración por
seguido recuperar antes la función intestinal, sin la posibilidad de perforaciones a ese nivel.
Se comienza por la incisión inferior, mar- bricación y profundizar el nivel del ombligo.
cando previamente con bisturí frío, para Los márgenes externos de la fascia dividida
luego continuar con electrobisturí a excep- se suturan en la línea media con puntos de
ción de los grandes vasos de la zona que se colchonero en figura ocho invertidos con su-
ligan. tura de material no absorbible (menor o igual
El colgajo se levanta dejando el fino tejido a 2/0). Para definir más la cintura, la fascia
areolar y sus vasos linfáticos sobre la fascia, del oblicuo externo se puede avanzar hacia
con el fin de disminuir la tasa de seroma. Las la línea media.
perforantes que van apareciendo se ligan Cerca de 100 cc de bupivacaina al 0,25 % con
previo a ser divididas con el fin de evitar la epinefrina (1:100 000) se inyectan justo de-
retracción en el músculo, ya que estos va- bajo de la fascia externa del músculo recto
sos podrían tender a sangrar después de la del abdomen y el músculo oblicuo externo,
operación, en particular tras una subida de mediante agujas romas o cánulas finas, para
tensión por dolor o producto de la tos o ma- anestesiar los nervios de los músculos abdo-
niobras de Valsalva. minales. La trayectoria de la aguja debe ser
El ombligo se extirpa de la piel y grasa circun- visualizada mediante transparencia a través
dante y se continúa levantando el colgajo. En de la fascia para evitar la inyección inadver-
Figura 49. Reparación de la diástasis de los rectos
caso de que haya una gran cantidad de piel tida en el peritoneo. Esta inyección de anes-
propuesta por Ramírez.
y grasa, especialmente en el área supraum- tésico local disminuye en gran medida la ne-
bilical, el colgajo se diseca sobre el margen cesidad de narcóticos para el primer día del
costal y el cartílago xifoides. Esto permite es- postoperatorio.
tirar mejor los tejidos del abdomen superior Al separar el ombligo de su antigua posición,
reduciendo al mínimo los pliegues. No hay se realiza una incisión en forma de corazón
perforantes importantes a nivel del abdomen alrededor del ombligo. Posteriormente se fija
superior central, por lo que es poco probable a la fascia del músculo recto mediante dos
que la disección y movilización de esta área suturas que van de la fascia del músculo a la
traiga como consecuencia la necrosis de los dermis, pasando por el tallo del ombligo. Se
tejidos. marca la nueva posición del ombligo en el
La incisión superior se realiza después de un colgajo superior, realizando una incisión en
proceso de avance del colgajo superior, reali- forma triangular que se convertirá en forma
zando los ajustes en este punto, según sea ne- de corazón cuando la piel del colgajo abdo-
cesario, del marcaje superior, para evitar una minal se estira. Se realiza un pequeño des-
1
tensión excesiva y la redundancia del tejido. La engrase en la nueva zona periumbilical para
incisión sobre la piel a este nivel se realiza en estar más a ras del ombligo (Figura 50).
ángulo recto con respecto a la superficie, para Se colocan dos sistemas de drenaje aspirati-
luego ir en bisel con un ángulo de 45º hacia el vo de forma entrecruzada para evitar torce-
colgajo superior, de manera que la porción del duras de los redones.
colgajo correspondiente a la fascia de Scarpa El ombligo se fija mediante doble sutura con
sea 1,5 cm más corta que la piel sobre ella, sin nylon 3/0. El colgajo abdominal se cierra en
embargo al descender el colgajo superior, la tres capas: la fascia de Scarpa con sutura ab-
fascia profunda tiende a retraerse. sorbible 2/0, la subdermis con absorbible 3/0 y
Una vez expuesta la aponeurosis, es el mo- la piel con sutura no absorbible 3 o 4/0 intra-
mento de reparar cualquier hernia o eventra- dermica. Previo al cierre se utilizan puntos de
ción. Ramírez propone que la reparación de alineación, el primero a la fascia de Scarpa
la diástasis de los rectos se realice mediante al centro y dos a nivel paramediano para em-
el fraccionamiento de la fascia del músculo pujar las puntas de la M a la línea media. La
2 recto (Figura 49). La diástasis del recto se incisión se cierra comenzando desde lateral,
marca, con un rotulador, como una elipse a de modo que toda redundancia sea compen-
nivel de la vaina anterior del recto desde el sada a nivel de la línea media; de esta forma
xifoides hasta el pubis, con la porción más hay una tensión mínima de la herida a nivel de
ancha situada a 3 cm por encima del ombli- la línea media.
go, para así asegurar que la parte superior Por último se aplica una faja abdominal
del abdomen sea más estrecha y plana que apretada.
la parte inferior. La ligera convexidad por
debajo del ombligo es una característica 9.5.4. Abdominoplastia fleur de lys
3 normal del abdomen de la mujer joven. Se La redundancia anterior del abdomen puede es-
realiza una incisión sobre las marcas en elip- tar compuesta por dos componentes, verticales
se hechas sobre la vaina anterior del recto, y horizontales, especialmente en la zona del epi-
realizando hemostasia a las perforantes gastrio. La corrección de esta región puede ser
musculocutáneas que van apareciendo. Los limitada con las técnicas tradicionales de la ab-
márgenes internos de la división de la fascia dominoplastia, y a menudo requiere un abordaje
Figura 50. Neoombligo propuesto por Ramírez. se suturan entre ellos para aumentar la im- quirúrgico diferente, con participación de una es-
cisión vertical de la piel, técnica que es conocida la elipse horizontal corre oblicuamente a un
como abdominoplastia en fleur de lys. nivel más bajo que el ombligo
La ventaja de este tipo de técnicas, descrita La anchura del triangulo vertical es fácil de
por primera vez por Regnault en 1975 y defendida establecer mediante pinch test transversal,
por algunos autores, se debe a que la cuña ver- con el paciente en decúbito supino.
tical elimina el exceso de tejido horizontal, crea Las caderas del paciente debe ser colocadas
una cintura más definida y disminuye el exceso a nivel de la bisagra de la mesa operatoria,
lateral. para la flexión durante la operación, para li-
Tradicionalmente este modelo no ha sido uti- berar la tensión al realizar las suturas.
lizado con frecuencia, ya que es difícil justificar
una incisión vertical sin una cicatriz preexistente, Técnica quirúrgica
pero en el último tiempo se ha aumentado su uso Se realiza la incisión sobre el dibujo preope-
producto de que muchos cirujanos bariátricos ratorio, realizando la resección en bloque de
usan incisiones abiertas a nivel de la línea me- piel y subcutáneo hasta la aponeurosis, de la
dia, lo que hace de esta técnica una de las más misma forma que las anteriores técnicas co-
utilizadas en el momento de realizar cirugía del mentadas.
contorno corporal en pérdidas masivas de peso. El ombligo se reseca de una forma triangular
Aunque esta técnica corrige con éxito la re- con base superior, aislándolo y preservando
dundancia en la región epigástrica, algunos ciru- su tallo.
janos plásticos siguen siendo reticentes a realizar Los colgajos laterales se elevan en un plano
Figura 51. Marcaje de la técnica en «fleur de lys».
la escisión vertical, debido a la creencia de que prefascial, para permitir su avance, evitan-
se asocia con mayores tasas de complicación. do dañar las perforantes musculocutáneas
Estos problemas de cicatrización de heridas son que van apareciendo, por la posibilidad de
más frecuentes a nivel de la confluencia de la in- comprometer el aporte vascular (zona III de
cisión vertical con la horizontal, con incidencias Huger).
que van de 3 a 35,5 % según la distinta literatura Posteriormente se lleva a cabo la plicatura
y publicaciones. de la vaina del recto, la mayoría de las veces
solo vertical, pero a veces se puede combi-
Marcaje (Figura 51) nar con plicatura horizontal. Esta plicatura se
Se traza una línea vertical en la línea media lleva a cabo mediante sutura no absorbible
que va desde el apéndice xifoides a la sínfisis gruesa con puntos en X con los nudos inverti-
del pubis, con el paciente en bipedestación. dos (Figura 52).
Con el paciente en decúbito supino, se marca En caso de presentar hernias, es posible so-
una elipse horizontal inferior más un trian- lucionarlo previamente a la plicatura de la
gulo medial vertical que incluya la cicatriz vaina, y reforzarla posteriormente mediante
supraumbilical. El componente superior de una malla.
Capítulo 42
Reparación laparoscópica
de la eventración de línea media
Alfredo Moreno Egea
técnicas descritas para reparar una hernia se 6. Exploración del resto de la cicatriz intraabdominal
basaban en el solapamiento de los planos de la En 1948, Lam describe como segundo punto de
pared y dependían para su resultado permanente su técnica: «el saco debe abrirse y por palpación
de la formación de una cicatriz adecuada. En 1948, desde dentro de la cavidad se debe determinar
Jefferson postula: «el secreto del uso de una malla claramente el estado de las cicatrices previas y
parece ser que permite una reparación sin tensión el defecto tisular (a menudo se advierten áreas
de cualquier estructura de apoyo, cuando se usa adicionales de atenuación)». En 1955, Cokkinis
como un parche para cubrir el defecto herniario». aconseja que «el borde del anillo es más fácil de
Usher, en 1959-69, introduce el concepto de «libre determinar por palpación desde dentro de la ca-
tensión» utilizando una malla profunda para puen- vidad peritoneal».
tear el defecto herniario, concepto que utiliza des-
pués en múltiples hernias de la pared abdominal.
Otros autores que no tratan el defecto son Ponce 3. Técnica quirúrgica
y Morgan (1971), Lewis (1984), Molloy (1991), etc.
Paso 1. Neumoperitoneo y colocación de trocares
3. Fijación mediante doble corona de puntos La reparación se realiza mediante anestesia ge-
Entre 1956 y 1968, Joseph E. Hamilton aconseja- neral. Aunque no se precisa profilaxis antibiótica
ba que la malla fuera fijada «con 2-3 coronas de de forma rutinaria, es buena norma dar a todos
puntos bajo moderada tensión». Van der Lei, en los pacientes una única dosis de cefalosporina de
1989, observa que las recidivas aparecen cuando primera generación. La colocación de sonda naso-
la malla es insertada con una simple hilera de su- gástrica o vesical tampoco se indica de forma ruti-
turas, sin solapamiento al margen fascial, por lo naria. En el caso de hernias gigantes, recurrentes
Figura 1b. Situación de los trocares para grandes que aconseja una «doble corona de suturas» para o parcialmente incarceradas, se aconseja realizar
defectos de línea media. prevenir dichas recurrencias. lavado intestinal. Es útil cubrir toda la piel del abdo-
men con un apósito adhesivo para evitar el contac-
4. Fijación con sutura metálica to de la flora de la piel con los guantes y la malla.
Fue introducida por Costalat en 1991, utilizando la El neumoperitoneo se realiza habitualmente con
técnica de Rives, y por Amid en 1994 en la ope- aguja de Veress en el margen subcostal izquierdo,
ración de Stoppa. Ambos empleaban una fijación y tras alcanzar una presión de 10-12 mm de Hg, se
metálica con staples, con lo que consiguen redu- coloca un trocar de 10 mm para la óptica. En casos
cir el tiempo quirúrgico y el dolor postoperatorio de múltiples cirugías o sospecha de incarceración,
sin modificar la tasa de recidivas. se elige una apertura con trocar de Hasson o con
trocar óptico. Usualmente se trabaja con ópticas
5. Solapamiento de la malla de 0º y 30º. El número y posición de los trocares
Goepel, entre 1900 y 1933, publica sus experien- debe ser individualizado en función del tamaño,
cias con una malla metálica y ya menciona co- localización y número de los defectos existentes.
mo puntos esenciales de su técnica la absoluta Usualmente, se sitúan tres trocares en línea a lo
asepsia, evitar la tensión de los tejidos y un «so- largo del flanco izquierdo (dos de 5 mm y un de 10
lapamiento de 5 cm» sobre el anillo. Koontz, en- mm), usando un trocar accesorio en caso de nece-
tre 1928 y 1955 describe en su técnica como «la sidad. Los trocares deben de situarse lo más late-
fascia debe ser limpiada unos 5 cm en cada di- ralmente posible para ganar movilidad (línea axilar
rección desde el anillo herniario». Posteriormente anterior). Todos los puntos de acceso deben de ser
Felländer, en 1946, también aconseja aumentar el infiltrados con anestésico local previamente a su
solapamiento al encontrar muchas recurrencias colocación, lo que retrasa y disminuye la aparición
cercanas al defecto y a las suturas. del dolor postoperatorio. En ocasiones un neumo-
peritoneo de 8-10 mm de Hg es suficiente para tra- cerca del defecto. Con una aguja atrapa suturas se
bajar con comodidad y se evita otro posible factor punciona la pared abdominal en las localizaciones
de dolor postoperatorio causado por la distensión y predeterminadas, se cogen los hilos y se extraen
reabsorción peritoneal del CO2 (Figura 1). de la pared, tensándolos. La maniobra es repeti-
da según se necesite hasta situar correctamente a
Paso 2. Defecto la malla. Finalmente, se fija con sutura helicoidal
Tras la inspección inicial de la cavidad abdominal se a 1 cm del extremo y a intervalos de entre 2-4 cm
liberan las adherencias parietales existentes para según el caso. El número de tackers debe ser el
poder acceder al defecto. La adhesiolisis es el paso suficiente para asegurar la malla mientras se inte-
más peligroso de la técnica. Se deben valorar las gra, pero evitando el sobregrapado para controlar
adherencias de epiplón y las viscerales. Las prime- el dolor y la cantidad de material intraabdominal.
ras pueden causar hemorragia, y las segundas una Algunos autores aconsejan añadir suturas, sobre
lesión intestinal que evoluciona a peritonitis secun- todo en defectos grandes y en pacientes muy obe-
daria y sepsis si no es advertida. La elección del ins- sos. El epiplón no es necesario movilizarlo ni for-
trumental en este punto es fundamental. Se puede zarlo por cubrir todas las asas intestinales. Se reti-
utilizar disección directa con pinzas atraumáticas y ran los trocares bajo visión directa para comprobar
tijeras, disección por ultrasonidos o hidrodisección. la hemostasia, se cortan los hilos-guía por debajo b
El harmónico es adecuado para las adherencias de la piel, se vacía el neumoperitoneo para evitar
densas de epiplón, porque realiza una lisis poco una masiva reabsorción de gas por el peritoneo
traumática y con gran control de la hemorragia. Los que podría contribuir al dolor referido en hombro
vasos del epiplón se desgarran y sangran fácilmen- y espalda, y se concluye la intervención (Figura 3).
te; además, se retraen y hacen difícil su posterior
control. La disección con tijeras puede ser aconse-
jable para adherencias intestinales. Si no existe un 4. Elección razonada de la malla
plano definido entre intestino y peritoneo, se inicia
la disección a 1 cm del peritoneo adyacente al asa En la EL, «la malla lo es todo»; es la verdadera
para evitar cualquier contacto del instrumental con reparación del defecto, por lo que adecuar su
la víscera. Si es posible, se debe evitar el uso de elección es fundamental. La malla ideal para uso
cualquier fuente de energía por la posibilidad de intraabdominal, según Simmermacher, debería
c
lesiones inadvertidas, escaras que se pueden des- ser aquella que estimulara el crecimiento de te-
prender y causar una hemorragia intraabdominal o jido fibroso sobre la pared abdominal posterior y
peritonitis intestinal en el postoperatorio inmediato. evitara por el otro lado el contacto con las vísce-
La lesión visceral puede ocurrir entre un 2-4 % y ras. Esta dualidad solo se puede obtener con una
es más común durante el periodo de aprendizaje; malla compuesta o bilaminar. Además, es impor-
si no es advertida, el desenlace puede ser mortal. tante su composición para minimizar el riesgo de
Se deben evitar maniobras innecesarias, la explo- infecciones, seromas, adherencias, contracción
ración intestinal con pinzas traumáticas que puede de la malla y el dolor excesivo. Las mallas con las
dejar zonas denudadas de peritoneo o lesionadas que el autor tiene mayor experiencia son:
por microtraumatismos que inician la formación de • Parietex composite®. Es una malla constitui-
adherencias y pueden favorecer el íleo y aumentar da por una doble capa: por un lado, un polies-
Figura 2a, b y c. Preparacion e insercion de la malla a
el disconfort postoperatorio. El defecto y el saco no ter multifibra tridimensional con estructura la cavidad abdominal.
deben ser suturados ni aproximados para evitar le- hexagonal de 1,5 mm de espesor y tamaño
siones cutáneas y sangrado. del poro superior a 700 m; y por otro lado, una
Se debe adecuar el método al paciente: unas membrana antiadherente hidrofílica y reab-
veces con pinzas, tijeras y clip se pueden liberar sorbible de colágeno. Este film transparente
muchas adherencias; otras veces, el bisturí ultra- contiene una mezcla de atelocolágeno oxida-
sónico es fundamental para evitar sangrados del do tipo I, polietilenglicol y glicerol, y tiene la
epiplón; y en caso de tener la más pequeña duda, función de proteger las vísceras del contacto
reconvertir. Con ello se evitarán muchas complica- directo con la malla durante su proceso de in-
ciones mayores innecesarias. Cuando se tiene se- tegración. La composición bilaminar, por tan-
guridad sobre el tamaño total del defecto y los lími- to, debe favorecer una integración total y pre-
tes adecuados de pared sana, se dibuja el defecto coz por el lado parietal e impedir la adhesión
en la pared anterior presionando con unas pinzas y erosión visceral por la cara intraabdominal.
desde dentro, reduciendo el neumoperitoneo y bajo • Proceed®. Está formada por tres elementos:
visión directa. Se calculan siempre 5 cm de sola- una malla de polipropileno con una densidad
pamiento en todo el margen del defecto (Figura 2). de 45 g/cm2 y un tamaño de poro superior a 700
m encapsulada en polidioxanona (PDS); una
Paso 3. Malla capa de celulosa oxidada y regenerada absor-
La malla bilaminar elegida se prepara según el bible, y una lámina de polímero de PDS reab-
diseño previo. Se referencia en sus extremos con sorbible; que une ambos elementos. La capa de
un punto, dejando un cabo largo, se dobla y se polipropileno es la que permite la colonización
introduce por el trocar de 10 mm extendiéndola tisular, y la capa de celulosa es la que crea una
no recuperaran con esta técnica una pared es- Anestesiología (ASA), los grados I, II y III
téticamente aceptable, precisando llevar una compensados.
faja abdominal. Cuando la malla no queda bien - La obesidad mórbida (IMC >35), alcoholismo
extendida, es más frecuente la formación de crónico, el ser fumador de consideración,
adherencias entre los pliegues (Figura 8). adicción a drogas, alteraciones de la vía aé-
rea que presupongan intubación difícil, sus-
El cirujano que se inicia en la EL debe co- ceptibilidad a hipertermia maligna y epilepsia,
nocer todas sus posibles complicaciones y es- etc. no excluyen de forma absoluta al pacien-
tar en condiciones de poder tratarlas de forma te y debe individualizarse cada caso.
adecuada, tanto por vía laparoscópica como por - Retraso mental. Pueden ser aceptados siempre
vía abierta, si es necesario. Es una buena norma que tengan familiares que los tutelen, ya que
seleccionar a los enfermos durante el periodo de aceptan mal separarse de su entorno habitual.
aprendizaje: en los primeros 30 casos, varones
menores de 65 años, con defectos inferiores a 2. Requisitos en relación con el entorno
8-10 cm y de localización medial no infraumbilical. - Cercanía del domicilio al centro; habitual-
mente, que se encuentre a menos de 1 h de la
Figura 7. Recidiva de la laparoscopia valorada
mediante tomografía. unidad que pueda atenderle correctamente.
6. Protocolo de tratamiento en una unidad - Debe tener un familiar responsable, que ten-
ga disponibilidad de vehículo para ser trasla-
La EL debe estar indicada dentro de una Unidad de dado al domicilio tras el alta o a la unidad en
Cirugía de Pared Abdominal por cirujanos de pared caso de aparición de complicaciones.
abdominal, y realizada también por un cirujano de - Disponer de un domicilio con unas mínimas
pared abdominal con formación adecuada en el condiciones de higiene y un teléfono de fácil
abordaje laparoscópico. La EL es solo una forma contacto.
más de abordar una hernia, y no puede ser con-
a siderada como una cirugía aislada de su propio 3. Requisitos en relación con el procedimiento
campo de formación. Si se quiere hacer bien las quirúrgico
cosas, no es posible realizar una técnica sin ase- En principio, pueden ser intervenidas todas las
gurar un adecuado estudio preoperatorio, un con- eventraciones tras una detallada valoración prea-
trol pre y postquirúrgico, y un seguimiento a largo nestésica, siempre en función de la experiencia
plazo riguroso, lo que solo se puede conseguir con del cirujano. Pero es aconsejable valorar:
eficiencia trabajando en un equipo multidisciplinar. - Tamaño del defecto. Evitar defectos grandes
A continuación, vamos a describir el protocolo de (mayores de 10 cm).
actuación o «vía clínica» para este proceso. - Riesgo de adherencias intraabdominales.
Cuidado con los pacientes con antecedentes
de cirugía previa por procesos peritoníticos,
7. Criterios para la selección de pacientes cirugía pélvica o infraumbilical compleja, ci-
rugía oncológica o con radioterapia asociada.
La selección de pacientes es el aspecto clínico Estos pacientes pueden tener mayor riesgo de
más importante para obtener el máximo rendi- sangrado y de lesiones viscerales. Puede ser
miento de una técnica. Los criterios pueden variar conveniente realizar una ecografía dinámica o
con los avances en la propia técnica quirúrgica tomografía y, en caso de dudas, hablar con el
y anestésica. Los criterios que debe reunir todo paciente para indicar un abordaje abierto.
b
paciente son de tres tipos: - Eventraciones multirrecidivadas o muy late-
ralizadas suelen precisar movilizaciones del
1. Requisitos en relación con el paciente colon para poder visualizar completamente
Es fundamental una evaluación preoperatoria de el anillo herniario, lo que supone utilizar tro-
la patología asociada del paciente, independiente- cares auxiliares para retracción visceral y un
mente del proceso quirúrgico al que va a ser some- mayor tiempo operatorio.
tido. El paciente ideal debe carecer de problemas
médicos agudos o no estabilizados o no adecuada-
mente estudiados, comprender el proceso al que 8. Evaluación preoperatoria
va a ser sometido, aceptar su realización y ser ca-
paz de cumplir las instrucciones postoperatorias. Una vez que el cirujano ha decidido que puede rea-
Los requisitos dependientes del paciente son: lizar el procedimiento quirúrgico, debe determinar
- Edad menor de 65 años. Realmente lo impor- si el paciente cumple el resto de criterios de se-
tante es la edad biológica más que la crono- lección. La evaluación preoperatoria se realiza a
lógica, por lo que este límite no es estricto. través de las consultas de anestesia y cirugía.
Figura 8. a. Adherencias de intestino a la malla, tras Tras la consulta anestésica se pueden incluir
una técnica laparoscopica. b. Malla no bien extendida
pacientes entre 65-80 años. Consulta quirúrgica
(con pliegues), donde se forman adherencias de asas
intestinales y pueden aumentar el riesgo de lesiones - Patologías asociadas: se aceptan, según la Se debe realizar de forma personalizada y obliga
viscerales. clasificación de la Sociedad Americana de al cirujano a asumir también la valoración de la
Tabla 5. Revisión de la literatura: lesión intestinal y mortalidad asociada a la reparación laparoscópica de la eventración (n = número de casos; IC = índice de
conversión; R = reconocida; NR = no reconocida; con. = conversión; minilap. = minilaparotomia asistida; lapar. = laparoscopia). * = 3 lesiones intestinales
en 2 pacientes; ** = shock séptico fulminante al 2.º día por perforation y absceso intraabdominal al 5.º día.
Análisis estadístico
Chi-square p = 0,06 p = 0,06
Lineal T Test p = 0,02* p = 0,02*
Tabla 6. Lesiones intestinales y mortalidad asociada a la técnica laparoscopica según la experiencia de cada autor (Grupo 1 = <50 casos; Grupo 2 = 50-100
casos; Grupo 3 = más de 100 casos) (Núm. = número de casos; R = reconocida; NR = no reconocida; * = p <0,05).
ACTIVIDADES DÍA 1.º INGRESO DÍA 2.º INTERVENCIÓN DÍA 3.º ALTA
FECHA: PLANTA QUIRÓFANO/REA/PLANTA 1.º POSTOPERATORIO PLANTA
Información Aplicar protocolo de acogida Información a la salida del qui- Información a paciente y/o
y apoyo Información del servicio y rófano familiar
del tránsito Aviso de posible alta al día Entregar y recoger encuesta
Gráficos de la vía siguiente de satisfacción
Entregar informe de alta y
cuidados de enfemería
El estudio de los factores predictivos de recu- obesos (IMC <32) y con un tamaño moderado de
rrencia ha demostrado, de forma estadísticamen- su eventración (<10 cm) (Am. J. Surg., 2011).
te significativa, que la obesidad y el tamaño son
los dos factores que se asocian de forma positiva
con las recurrencias, siendo el más determinante 14. Mortalidad
«el tamaño del defecto mayor de 10 cm» (<10 cm
= 0,4 % de recidivas; >10 cm = 32,2 % de recidi- Ocultarlo sería un error; negarlo, una negligencia:
vas). Por tanto, la tasa de recidivas se relaciona «la cirugía laparoscópica de la eventración tiene
directamente con el aumento de la obesidad y el una tasa de mortalidad entre 1-3 %». Ciertamente,
tamaño del defecto. Para poder conseguir unos este dato puede ser igual o menor que la mortali-
resultados aceptables que hagan que la vía lapa- dad asociada al abordaje abierto de las eventra-
roscópica sea más competitiva, debemos limitar ciones, pero las especiales características que
la indicación de este abordaje a pacientes no muy acompañan a este proceso lo convierten en un
hecho especialmente grave, tanto desde un punto estar alerta a cualquier dato que no se corres-
de vista social como legal. Habitualmente, ni los ponda con una correcta evolución postoperato-
pacientes ni familiares están preparados para la ria del paciente, y garantizarle en todo momento
aparición de un evento negativo en el transcurso una adecuada atención, tanto hospitalaria como
de una laparoscopia. Con mayor frecuencia se ambulatoria.
les ha dicho que su enfermedad es un «proceso
leve, que se trata con láser, sin apenas ingreso,
sin dolor y que se van en uno o dos días sin pro- 15. Consejos del autor
blema alguno». Estos hechos hacen que cuando
aparece una lesión inesperada, esta no pueda ser 1. Seleccionar bien a los pacientes. Deben re-
comprendida ni asimilada con rapidez. chazarse defectos mayores de10 cm, por su
La morbilidad de la cirugía abierta es bas- alta tasa de recurrencia.
tante predecible, y depende sobre todo de la he- 2. Utilizar siempre una única malla gigante con
rida quirúrgica. Las lesiones viscerales suelen el mayor solapamiento posible.
ser bien visibles y reparadas en el mismo acto. 3. Elegir la técnica adecuada al paciente: malla,
En la vía laparoscópica las lesiones pueden ser fijación y solapamiento*.
inesperadas, y se dan en pacientes sin ningún 4. La fijación debe comprobarse siempre al ter-
riesgo asociado. Hasta un 18 % de lesiones in- minar su anclaje mediante tracciones enérgi-
testinales son inadvertidas, y pueden causar cas en sus cuatro vértices.
una sepsis intraabdominal. Es cierto que la 5. Las complicaciones esperables son habitual-
mortalidad muestra una tendencia a descender mente menores, pero siempre se debe man-
con la experiencia del cirujano (hecho que se tener un estado de alerta ante la posibilidad
demuestra en la tabla 6), pero también es cier- de lesiones intestinales, en el intraoperatorio
to que esta lesión puede aparecer en cualquier y durante el postoperatorio inmediato.
tipo de pacientes, sin ser predecible. A pesar 6. Es necesario un periodo de formación bajo la
de todo, es necesario conocer este hecho para tutela de algún cirujano experto.
Paciente
Defecto Tamaño
cantidad, tamaño, etc.
<10 cm >10 cm
Fijación Solapamiento