Despale y Frontera Agricola
Despale y Frontera Agricola
Despale y Frontera Agricola
Varias zonas boscosas de San José de Cusmapa, en Madriz, son víctimas del
despale, según pobladores de esta localidad. San Lucas y Somoto no se
quedan atrás. Sus caminos son fieles testigos de los camiones que pasan a
toda hora del día cargados con madera.
En tercer lugar
Mafias madereras
Otras de las razones por las que Nicaragua pierde sus bosques, afirma Lara,
es por las mafias madereras, los incendios forestales y la falta de
protección a las áreas verdes, como los guardabosques, lo que se da a causa
de la falta de recursos económicos.
“En el occidente del país podrían existir algunos sitios desérticos, para el
año 2020, y la frontera agrícola podría tomar más auge en la región del
Caribe, esta es una situación alarmante que hay que tener muy en cuenta”,
finaliza el ambientalista.
Hay ocho municipios que forman parte del perímetro de Bosawás. Entre los
municipios más importante de la zona están los del Triángulo Minero,
conformado Siuna, Rosita y Bonanza. En esa región se estima que en ese
territorio hay unos 10 mil finqueros, según el Censo Agropecuario Nacional
de 2001, dedicados a la crianza de más de 100 mil cabezas de ganado. Sin
embargo, el autor de la investigación, Marcial López, aseguró en entrevista
con Confidencial que el subregistro en la región es tal, que por ejemplo en
Siuna se habla de más de siete mil fincas, pero en las autoridades sólo
tienen registradas 86.
“El 40% de la madera que circula en el país es ilegal”, asegura López. “Esa
tala ilegal es el resultado de una actividad en la que participan muchos
actores, aunque muchas veces el extracto se hace con permisos de Inafor,
que usan para camuflar la madera ilegal”, explica López, experto en
desarrollo rural. “Hay una red inmensa de inversionistas privados,
importadores, informantes”, agrega.
López asegura que en la zona “nadie regula ni controla” y que esa desidia de
las autoridades es aprovechada “por quienes tienen la plata para hacer el
negocio”, en contraste con los humillantes recursos que se asignan a la
protección del bosque. Recursos que contrastan además con la riqueza que
produce la zona, que según López entre extracción de madera, agricultura y
ganadería suma unos 140 millones de dólares anuales.