TFE002004
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Título
Industria 4.0
Autor/es
Director/es
Facultad
Departamento
Curso Académico
2015-2016
Industria 4.0, trabajo fin de grado
de Carolina Castresana Sáenz, dirigido por Idana Salazar Terreros y Pilar Vargas Montoya
(publicado por la Universidad de La Rioja), se difunde bajo una Licencia
Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported.
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© El autor
© Universidad de La Rioja, Servicio de Publicaciones,
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E-mail: publicaciones@unirioja.es
FACULTAD DE CIENCIAS EMPRESARIALES
INDUSTRIA 4.0
El objetivo del presente trabajo consiste en proporcionar una visión clara, lo más
precisa posible, acerca de qué es Industria 4.0. Igualmente, se busca identificar y
transmitir la trascendencia de las implicaciones derivadas de esta transformación a todos
los niveles, especialmente en lo económico, industrial y social.
ABSTRACT
The hatching of technology in recent decades, especially the called ICT
(Information Technology), and its application to production processes in the industry
has led to the emergence of the so-called Industry 4.0 or Fourth Industrial Revolution.
This study aims to provide a clear vision, as accurate as possible, about what
Industry 4.0 is. It also seeks to identify and convey the significance of the whole
implications that involves this transformation, especially in the economic, industrial and
social levels.
For this we have thoroughly analyzed this new paradigm, explaining its purpose,
challenges to overcome and, above all, giving a detailed description of the various
technologies that comprise it. Its application gives intelligence to production processes
and enables interaction between machines, people and systems. So, they appear
intelligent factories (smart factories) capable of manufacturing also smart products.
Finally, we studied how government institutions are facing this challenge, in
particular, initiatives and actions concerning employment, industrial added value, R &
D, climate / energy and education. The support of these institutions is essential for the
adoption of new technologies and the restructuring of domestic industry.
2
INDICE
1. INTRODUCCIÓN ...............................................................................................6
2. UN ACERCAMIENTO A LA INDUSTRIA 4.0 ...............................................9
2.1.Retrospectiva ......................................................................................................9
2.2.Horizonte 2020 ..................................................................................................10
2.3.Actualidad económica - ¿Dónde nos encontramos?..........................................11
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INDICE DE FIGURAS, TABLAS Y GRÁFICOS
Figura 1: Industria 4.0: objetivos, retos y elementos .......................................................8
Figura 2: Producto inteligente indica cómo deber ser procesado ....................................13
Gráficos 1 y 2: Distribución por sectores del consumo final de energía (2010 y 2014) .15
Figura 3: Relación de flexibilidad ...................................................................................18
Figura 4: Cadena tradicional de montaje .........................................................................19
Figura 5: Dispositivos conectados por persona y momento en que nace IoT .................22
Tabla 1: Porcentaje de usuarios de Internet para el periodo 2006 – 2014 .......................22
Figura 6: Interrelación entre el IoT y los CPS .................................................................24
Figura 7: Uso ocioso de Realidad Aumentada ................................................................24
Figura 8: Uso profesional de Realidad Aumentada .........................................................25
Figura 9: Simulación de una planta productiva ...............................................................26
Gráfico 3: Suministro anual de robots industriales a nivel mundial ...............................27
Figura 10: Ejemplo de Robots Colaborativos YuMi (ABB) y Sawyer (Rethink Robotics)
.........................................................................................................................................28
Gráfico 4: Uso de la Fabricación Aditiva por sectores de actividad ...............................30
Gráfico 5: Aplicaciones de la Fabricación Aditiva .........................................................30
Tabla 2: Motivos para la implementación de soluciones Cloud Computing ...................33
Figura 11: Ciberataques contra Estados Unidos ..............................................................35
Gráfico 6: Evolución del PIB industrial europeo de 2000 a 2014 (en %) .......................37
Gráfico 7: Evolución del nivel de desempleo europeo de 2006 a 2014 (en %) ..............37
Gráfico 8: Comparación del PIB industrial europeo y de sus principales países (en %) 38
Figura 12: Visión general de las iniciativas europeas en la digitalización industrial ......39
Tabla 3: Posicionamiento de Alemania respecto a los indicadores europeos .................40
Tabla 4: Posicionamiento de Francia respecto a los indicadores europeos .....................41
Tabla 5: Posicionamiento de Reino Unido respecto a los indicadores europeos ............42
Tabla 6: Posicionamiento de España respecto a los indicadores europeos .....................43
Tabla 7: Posicionamiento de Estados Unidos respecto a los indicadores europeos ........44
Tabla 8: Posicionamiento de China respecto a los indicadores europeos .......................44
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ÍNDICE DE ABREVIATURAS
Acatech: Academia alemana de Ciencias e Ingeniería
CPS: Sistemas Ciberfísicos
IoT: Internet de las Cosas
TIC: Tecnologías de la Información y Comunicación
DFKI: Centro alemán de Investigación en Inteligencia Artificial
NSF I/UCRC: Centros de Investigación Cooperativa Industrial/Universidad de la
Fundación Nacional de Ciencias
OEE: Eficiencia General de los Equipos
IFR: Federación Internacional de Robótica
CAD: Diseño Asistido por Computadora
NIST: Instituto Nacional de Estándares y Tecnología
ISACA: Asociación de Auditoría y Control de Sistemas de Información
CCN-CERT: Capacidad de Respuesta e incidentes de Seguridad de la Información del
Centro Criptológico Nacional
BIS: Departamento de Negocios, Innovación y Habilidades de Reino Unido
AMP: Asociación de Fabricación Avanzada de Estados Unidos
NNMII: Red Nacional de Institutos de Innovación de la Fabricación
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1. INTRODUCCIÓN
“La fábrica del futuro tendrá dos empleados: un humano y un perro. La labor
del humano será dar de comer al perro y la del perro, evitar que el humano toque los
sistemas automatizados” (Ors, 2014).
Mi motivación, por tanto, al inclinarme por este tema para mi Trabajo Fin de
Grado radica en ser pionera en dar a conocer, al menos a nivel local, este nuevo
paradigma que, en muy breve lapso de tiempo, va a revolucionar nuestras vidas. Pero
junto a esta motivación personal, coexiste también, cual si fuera un símil de la realidad
físico-virtual que configura el mundo industrial 4.0, un objetivo meta personal: intentar
sembrar el germen de esta revolución tecnológica entre las instancias que tienen en sus
manos los medios y la capacidad de decidir si queremos enganchar, de una vez por
todas, nuestro vagón al tren de los países desarrollados o si, al final, tenemos que
resignarnos una vez más a ser “quienes den de comer al perro…”
Es una decisión de tal calado y con tales implicaciones que, a mi juicio, bien
merecía la pena poner todo mi esfuerzo a favor de la causa, con la esperanza de haber
sabido transmitir con exactitud y acierto conceptos que no siempre son fáciles de
comprender.
Warren Bennis: distinguido profesor de Administración de Negocios y Presidente fundador del Instituto
1
6
principales países del mundo), están llevando a cabo para afrontar este reto de Industria
4.0. Como punto de clausura al documento se exponen unas breves conclusiones que
permitan recoger las principales ideas y efectos que implica esta nueva Revolución
Industrial.
Invito al lector a navegar conmigo poniendo rumbo hacia esta nueva aventura
que se presenta, y para guiarnos en esta singladura hacia la Industria 4.0, se adjunta una
“brújula” que nos orientará y servirá de referencia en todo momento.
7
Figura 1: Industria 4.0: objetivos, retos y elementos
OBJETIVOS FÁBRICA
- Incremento del nivel de INTELIGENTE
digitalización del proceso - Conectividad
productivo
- Flexibilidad
- Unión entre el mundo físico y
el mundo virtual - Descentralización
- Implantación de sistemas - Predictivas
inteligentes INDUSTRIA - Transparentes
- Creación de productos 4.0
inteligentes
TECNOLOGÍAS
- Flexibilidad
HABILITADORAS
- Internet de las Cosas (IoT)
RETOS Y DESAFÍOS - Sistemas Ciberfísicos (CPS)
- Requisitos de cada cliente - Realidad Aumentada
- Sostenibilidad y eficiencia de - Simulación
los recursos
- Robótica Colaborativa
- Optimización de la toma de
decisiones - Fabricación Aditiva
MARCO - Big Data
- Colaboración entre hombre y
máquina INSTITUCIONAL - Cloud Computing
- Safety and Security - Ciberseguridad
Fuente: elaboración propia
8
2. UN ACERCAMIENTO A LA INDUSTRIA 4.0
2.1. Retrospectiva
La evolución experimentada por la industria -entendida como el conjunto de
procesos y actividades que permiten transformar materias primas en productos
elaborados o semielaborados-, se ha visto afectada por el surgimiento de avances
tecnológicos (invención de maquinarias, medios de transporte, técnicas y nuevas fuentes
de energía) que han marcado un antes y un después en la historia.
Estos hitos se denominan “Revolución Industrial”, la cual podría definirse como
aquella sucesión de cambios, caracterizados por su profundidad y rapidez, que afectan al
conjunto de una sociedad. Estos cambios abarcan desde los modos de producción hasta
la estructura de la población, las relaciones entre comunicaciones, personas, y esquemas
de vida; es decir, que sus efectos y repercusiones alcanzan a todos los sectores de la
realidad económica y social (Jutglar, 1999).
Y es que hablar de Revolución Industrial significa hablar de puntos de inflexión,
de transformación y de evolución. O dicho de otra forma, significa hablar de
crecimiento y desarrollo. El fenómeno que vamos a estudiar es conocido de varias
formas, principalmente como Industria 4.0 o Cuarta Revolución Industrial porque
encuentra sus antecedentes en las tres revoluciones industriales anteriores.
Corría el año 1760 cuando, en tierras británicas, la primera etapa de este gran
fenómeno comenzaba su andadura. Fueron dos hombres, Thomas Newcomen y,
posteriormente, James Watt, quienes inventaron y perfeccionaron – respectivamente –
uno de los inventos que se convertiría en icono de la Primera Revolución Industrial: la
máquina de vapor. Este invento junto al descubrimiento de nuevas materias primas,
tales como el algodón, el hierro y el carbón, impulsaron el desarrollo del sector textil,
siderúrgico y de transportes (con la aparición del ferrocarril y el barco de vapor). Todo
ello significó la mecanización de las tareas que, hasta ese momento, eran manuales y
cuya fuerza motor no era sino la humana y animal, propiciando así la transición de una
economía agrícola y artesanal a una economía industrial (Florit, 1999).
El siguiente punto de inflexión en el proceso de industrialización tuvo lugar a
mediados del siglo XIX, y vino acompañado por el hallazgo de fuentes de energía más
ricas, como el gas, el petróleo o la electricidad (que se convertirían en el símbolo de esta
Segunda Revolución Industrial), pero también por los increíbles avances en los sistemas
de comunicación, con la invención de la radio (Guillermo Marconi) y el teléfono
(Graham Bell), así como en los medios de transporte, con la aparición del primer avión
(hermanos Wright) y el automóvil. El inventor de éste último fue el estadounidense
Henry Ford, uno de los mayores protagonistas de esta etapa, no solo por el
descubrimiento del automóvil, sino porque trajo consigo la producción en masa y una
mayor especialización de las tareas al organizar los procesos productivos en base al
concepto de división del trabajo.
Durante el pasado siglo XX, una nueva ola de avances dio inicio a la Tercera
Revolución Industrial. Una vez más, el desarrollo de las fuentes de energía, tales como
9
la nuclear y fuentes alternativas como la eólica, solar e hidráulica, jugaron un papel
fundamental; pero el verdadero protagonismo recayó sobre las llamadas Tecnologías de
Información y Comunicación (TIC). Los descubrimientos en informática, electrónica y
telecomunicaciones hicieron posible, no solo que un número importante de tareas se
realizarán de forma automática en los procesos productivos, sino que además han sido
responsables de la proliferación de nuevas tecnologías (PC, ordenadores portátiles,
móviles, etc.), así como de la irrupción de Internet y de las redes sociales.
10
países más competitivos a nivel mundial presentan un PIB industrial por encima del
20% (García, 2013).
Conseguir que la industria recupere su peso en la economía (con niveles por
encima del 20%) es el objetivo final que se plantea desde Europa. Para ello, la Comisión
Europea ha desarrollado el programa “Horizonte 2020” que indica el camino que se ha
de seguir, en un periodo que abarca desde 2014 hasta 2020, y que pasa por el logro de
tres objetivos principales: 1) la creación de una ciencia de excelencia que refuerce el
posicionamiento de Europa en el contexto científico mundial; 2) prestar atención a seis
áreas principales (salud, alimentación, energía, transporte, clima y materias primas) que
permitan la resolución de problemas sociales, como el envejecimiento de la población,
la protección informática y una economía eficiente y baja en emisiones; y 3) el
desarrollo de tecnologías y sus aplicaciones para mejorar la competitividad europea,
centrándose en campos como la nanotecnología, biotecnología, los materiales
avanzados, fabricación y transformación avanzada y el desarrollo de las TIC (Comisión
Europea, 2013).
Con todo ello, la estrategia europea para alcanzar un crecimiento inteligente,
sostenible e integrador, consiste en un resurgimiento de la industria, o lo que es lo
mismo, una nueva revolución industrial que permita recuperar la motivación y
confianza de tiempos pasados y, por consiguiente, la hegemonía de la industria
(Comisión Europea, 2013). Industria 4.0 puede guiar el camino hacia el logro de dicho
objetivo.
11
3. ¿QUÉ ES LA INDUSTRIA 4.0?
Para hacernos una idea acerca de la complejidad que entraña el concepto de
Industria 4.0, bastaría apuntar, como hizo Wolfgang Dorst2, en el evento Basque
Industry 2015 -organizado por el Gobierno Vasco y grupo Spri-, que sólo en el último
año se han presentado 134 definiciones distintas para explicar este fenómeno (Spri,
2015a).
El concepto, de origen alemán, fue acuñado por el presidente de la Academia
alemana de Ciencias e Ingeniería (Acatech), Henning Kagermann, y presentado por
primera vez en la Feria de Hannover de 2011. Por tanto, Industria 4.0 es una iniciativa
estratégica impulsada por el gobierno alemán que recoge todo un conjunto de
recomendaciones para responder a los retos que plantea el objetivo europeo “Horizonte
2020”. Quizá el problema es que Industria 4.0 no es un producto físico en sí mismo que
uno se pueda llevar, sino un “titular, una idea que describe algo que está ocurriendo
hoy y quizá vaya a seguir ocurriendo en la siguiente década”. En este sentido es como
una guía que nos señala el camino que vamos a tener que seguir en los próximos años
(Spri, 2015a).
Ante tal complejidad, es necesario dar una imagen sencilla acerca de este
fenómeno, como un punto de partida que nos permita entenderlo mejor. La idea básica
en que se fundamenta la Revolución 4.0 es la aplicación masiva de las nuevas
tecnologías, con Internet a la cabeza, a todos los procesos de una fábrica, de modo que
el funcionamiento de la misma sea inteligente y absolutamente eficiente. Con estas
premisas podríamos abordar una definición más técnica, en virtud de la cual Industria
4.0 consistiría en la implantación de una red tecnológica de producción inteligente, para
que máquinas, dispositivos y sistemas colaboren entre sí. De esta manera se consigue
fusionar el mundo real y virtual en las fábricas, permitiendo aumentar la optimización
del control de los procesos de trabajo y de las cadenas de suministro.
3.1. Objetivos
Tras la definición aportada corresponde profundizar en los puntos clave de la
misma. Por ello, se exponen a continuación los objetivos que caracterizan la visión para
Industria 4.0 (Kagermann, Wahlster y Helbig, 2013).
La digitalización de extremo a extremo de las fases productivas dará lugar a
instalaciones autónomas y cadenas de producción auto gestionables, elevando la cadena
de valor del producto a un nuevo nivel de organización y control, gracias a la
interacción e integración de los distintos eslabones (investigación, desarrollo, diseño,
producción, logística y prestación de servicios).
Así mismo, industria integrada se refiere a la constitución de ese puente de unión
entre el mundo físico y virtual (“integración” - conectar mundos diferentes), que
significará la conexión e interacción dinámica entre todos los objetos, personas y
2
Wolfgang Dorst: responsable del área Industria 4.0 en BITKOM, miembro de la Comisión Germano-China sobre
Industria 4.0 y coordinador del informe de implantación de “Plataforma 4.0” promovido por el gobierno alemán.
12
sistemas (como una comunidad). Ello da lugar a los denominados “Sistemas
Ciberfísicos” (CPS), sirviendo de base para la circulación y disponibilidad en tiempo
real del conjunto de información y datos generados en los distintos procesos. Esta
conectividad y retroalimentación constante e instantánea posibilitará la optimización y
auto organización inmediata de la cadena de valor y, por consiguiente, será soporte de
una mejora en la toma de decisiones.
Por lo tanto, estamos asistiendo a la implantación de procesos o sistemas
inteligentes. Esta aplicación integral de la inteligencia (“smartización”) de los procesos
nace de la simbiosis entre la instrumentación digital generalizada combinada con
software avanzado a lo largo del conjunto de las instalaciones. Ello permite trabajar con
grandes volúmenes de datos, proporcionando información de valor añadido, lo que a su
vez deriva en la capacidad de: 1) optimización de redes y de mantenimiento preventivo
– lograr eficiencias operativas gracias a la explotación y coordinación de los
dispositivos interconectados, así como visualizar el estado de los mismos, siendo
capaces de detectar y anticiparse a cualquier desviación o fallo, garantizando su
fiabilidad-; 2) recuperación del sistema – capacidad de restaurar rápida y eficazmente el
sistema tras sufrir el impacto de accidentes como grandes tormentas, terremotos o
apagones, incluso poder divisarlos y aislar los equipos para evitar un efecto dominó-; 3)
aprendizaje – agregación de conocimiento proveniente de experiencias de
funcionamiento pasadas que permitan aumentar la velocidad de respuesta, incluso
hacerlo de forma autónoma (Evans y Annunziata, 2012).
De esta forma, se adquirirá tal grado de flexibilidad, que será posible responder
de forma más rápida y eficiente a las necesidades de los consumidores, extendiendo la
personalización desde las fases de diseño y desarrollo hasta la fase de entrega y
seguimiento, originando así un producto totalmente individual (Spri, 2014a).
Otro de los objetivos que caracterizará esta revolución serán los productos
inteligentes, los cuales conocen los detalles de cómo deben ser fabricados y cómo están
destinados a ser utilizados, lo que nos lleva a distinguir dos niveles: por un lado,
encontramos los recursos, materiales o productos semielaborados, y por otro, los
productos elaborados.
Figura 2: Producto inteligente
Los primeros, empleados en los procesos de indica cómo debe ser procesado
fabricación, sabedores de los requerimientos de su
propia fabricación, comunican y ordenan cómo
deben ser tratados (ver Figura 2) y, además,
posibilitan su ubicación en todo momento a lo
largo de la planta productiva, lo cual significa que
“son capaces de controlar las etapas individuales
de su producción” (Kagermann, Wahlster y
Helbig, 2013). Es más, si durante su elaboración,
alguna de las máquinas falla, el producto tiene la inteligencia y autonomía para buscar
una ruta alternativa hacia otra máquina operativa para continuar con su elaboración sin
interrupciones. Y es que el producto será quien determine el diseño de las plantas
13
productivas, y serán las máquinas quienes deban adaptarse a él, al contrario de lo que ha
ocurrido hasta ahora.
En cuanto a los productos terminados, que además de ser capaces de identificar
cuándo están acabados y avisar de ello para su salida al mercado (incluso puede avisar
directamente al cliente que lo encargó), son conocedores de los parámetros establecidos
que delimitan su correcto funcionamiento, de tal forma que pueden reconocer signos de
desgaste y facilitar su mantenimiento (Kagermann, Wahlster y Helbig, 2013). Según
David Sánchez (División de Industria y Transporte de Tecnalia), “durante décadas se
ha vendido el producto al cliente, y después de una garantía, el fabricante se olvidaba
de él” (Spri, 2015b). Sin embargo, gracias a las TIC, se abre un amplio abanico de
posibilidades para equipar y envolver al producto en tecnología, dotándole de
características adicionales, que permita recibir información cuando esté en
funcionamiento, facilitando la interactuación proveedor – producto – cliente, y al mismo
tiempo, transmitir datos que posibiliten conocer mejor a los usuarios, y por
consiguiente, que otorguen beneficios (más allá de lo económico) tanto al proveedor
como al cliente (Spri, 2015b). Y es que, lo que se busca con esta nueva generación de
productos orientados al servicio, es conseguir el desarrollo de paquetes individuales de
productos, servicios y soporte, conocido como “smart connected products”, ofreciendo
así un conjunto único y personal a cada cliente (Ors, 2015).
14
materias primas, electricidad y energía; aproximadamente el 30% del consumo mundial
de energía procede del sector industrial (Siemens, 2013). Por ejemplo, como puede
observarse en los Gráficos 1 y 2, el consumo europeo de energía por parte de la
industria se sitúa en torno al 25%.
Gráficos 1 y 2: Distribución por sectores del consumo final de energía (2010 y 2014)
15
incrementando la producción y recogida de datos e información. Por lo tanto, en la era
de la digitalización será imprescindible el desarrollo de sistemas de software y
herramientas de análisis que transformen el diluvio de datos en información útil y
valiosa. El software jugará un papel crucial en la constitución de una fabricación
predictiva (mantenimiento preventivo, alertas automáticas, realización de pedidos
automáticos…), que conlleve a mejorar la eficiencia operativa de la planta, y que
permita alcanzar transparencia a todos los niveles, facilitando comunicaciones y
respuestas instantáneas, en tiempo real, y en definitiva, una toma de decisiones acertada
con muy poca antelación (Evans y Annunziata, 2012).
El cuarto reto que cobra especial relevancia radica en la colaboración entre
hombre y máquina. En la industria del futuro, se busca que hombres y robots trabajen
conjuntamente en las plantas productivas, rediseñando las tareas de cada uno. De esta
forma, los robots serán destinados tanto a aquellas tareas rutinarias, repetitivas y
pesadas, como aquellas que obliguen a la máxima precisión en la elaboración del
producto, mientras que se redefinirá el perfil de los nuevos trabajadores, enfocado a una
mayor cualificación para la ejecución de labores de diseño, creación, programación,
toma de decisiones y control de los propios robots (Kagermann, Wahlster y Helbig,
2013).
Por último, uno de los retos primordiales a afrontar radica en el principio de
“safety and security”, a través del cual se aborda el problema de seguridad desde dos
perspectivas: por un lado, desde el concepto de seguridad digital (security) para proteger
instalaciones, productos, servicios, datos, conocimiento y experiencia (know-how),
contra el mal uso o accesos no autorizados. Este principio se establece como base de
privacidad que garantice la defensa contra violaciones de los derechos e información
personal. Por otro lado, desde el concepto de seguridad física (safety), como protección
referida a la ausencia de riesgos y amenazas operativas que pongan en peligro a
empleados o medio ambiente. Hasta ahora la toma de medidas de seguridad se ha
caracterizado por ser lenta y correcciones parciales. Sin embargo, en un nuevo escenario
industrial donde aumentarán la conectividad, la apertura y exposición, y la participación
de todos los actores, se hace necesaria la puesta en práctica de dos hechos: incluir el
factor de protección desde las fases de diseño, otorgando un enfoque proactivo a este
principio en contraposición con la actuación tradicional caracterizada por un enfoque a
posteriori; igualmente, asentar arquitecturas y estándares que conduzcan al
establecimiento de mayores niveles de confidencialidad, integridad y disponibilidad. En
el informe elaborado por el centro de investigación alemán (Acatech), se recomiendan
una serie de acciones para combatir esta dificultad, tales como: la protección contra la
piratería, la propiedad intelectual y daño de imagen corporativa, que pueden peligrar si
no se asienta la confianza y transparencia entre empresas dentro de las redes
horizontales; interfaces fáciles de usar y que resulten atractivos para los usuarios;
formación, conocimiento y entrenamiento de todos los miembros de la organización, así
como la sensibilización y buenas prácticas de los mismos; y acuerdos más estrictos que
protejan información personal de los trabajadores (Kagermann, Wahlster y Helbig,
2013).
16
4. FÁBRICAS INTELIGENTES
Las fábricas inteligentes o “smart factories” merecen mención especial al
erigirse como uno de los principales elementos distintivos que mejor representa esta
Industria 4.0. Éstas constituyen un “hogar”, un ecosistema, donde conviven la
digitalización de extremo a extremo, los procesos y productos inteligentes, y las
tecnologías habilitadoras (Kagermann, Wahlster y Helbig, 2013). Gracias a la
convergencia de estos factores, veremos fábricas más autónomas, ágiles, dinámicas,
flexibles, y optimizadas, pero también más complejas debido a los crecientes niveles de
integración, funcionalidad y conectividad.
17
&produce”). En palabras del profesor y director científico de DFKI3 en Kaiserslautern,
Detlef Zühlke, “los elementos de la fábrica se podrán ensamblar como bloques de
Lego” en función de la pieza a tratar y del producto a fabricar (Zühlke, 2014). Y ahí es
donde la reconfiguración entra en juego. Zühlke argumenta que, para que sea posible
“armar y desarmar” estos bloques de Lego, es necesario que estos módulos “puedan
configurarse con la misma eficiencia que los smartphones actuales”. El funcionamiento
es tan sencillo como dar un patrón general de movimiento y que, gracias a los sensores
integrados en los dispositivos, éstos sean capaces de auto-programarse ajustándose a la
especificidad de cada tarea a desarrollar, y que además lo hagan minimizando los
tiempos de cambio, es decir, de una manera rápida y económica (Spri, 2014c).
La suma de estas capacidades de Figura 3: Relación de flexibilidad
modularidad y reconfiguración dota de un alto
FLEXIBILIDAD
grado de flexibilidad a las fábricas, permitiendo
no sólo aumentar la variedad de productos y
responder a la demandada personalización de MODULARIDAD
Ciencia.
18
recogida masiva de datos (Big Data). Es entonces cuando adquiere protagonismo el uso
de herramientas y software avanzado para el tratamiento de esos datos, que permitan
convertirlos, de manera sistemática e instantánea, en información que facilite la toma de
decisiones. La disponibilidad de información, tanto desde el punto de vista de su
obtención, procesamiento e interpretación, como de su accesibilidad y comunicación
por todos los departamentos y niveles de la organización, supone que la historia de
cualquier proceso o producto se registre y sea accesible en cualquier momento. Con ello
se garantiza la trazabilidad constante del mismo, lo que resulta vital para conseguir
transparencia y ser capaces de predecir y anticiparse a posibles fallos, desviaciones,
caídas o interrupciones. Gracias a ello, es posible un mantenimiento “justo a tiempo” de
los equipos, rentabilizando su gestión, y además, determinar la eficiencia general de los
mismos (OEE) en la totalidad de la instalación (Lee, 2014).
Toda fábrica que alcance la fusión de conectividad, flexibilidad,
descentralización y transparencia, a lo largo del completo sistema productivo,
renunciará al orden fijo tradicional que hacía que todo ocurriese cumpliendo con una
secuencia predeterminada (ver Figura 4). Esto supone un cambio radical en el modo en
que las empresas han fabricado siempre y siguen haciéndolo hoy día.
Como representación de esta idea encontramos la Figura 4: Cadena tradicional de
afirmación que sostiene el consultor Ronald montaje
Berger cuando habla de que “la tradicional
cadena de montaje por las que las piezas
desfilaban silenciosas y pasivas hasta su
ensamblado, ha sido reemplazada por otra en la
que los componentes empiezan a cobrar vida”
(Ors, 2015).
Es más, hasta ahora quien mandaba eran las máquinas, siendo los productos los
que se adaptaban al diseño de las fábricas; en el futuro, serán los productos quienes
dominen y las fábricas las que deberán adaptarse a ellos (Climent, 2014).
La convergencia de estas características supone el establecimiento de redes
verticales de sistemas de producción inteligentes, y al mismo tiempo, horizontales a
través de redes globales a lo largo de la cadena de valor (Schlaepfer, Koch, Markofer,
2015). Ello conduce a fábricas ágiles y veloces en su capacidad de reacción y respuesta
ante los cambios, las necesidades de los clientes o fallos en los sistemas productivos;
fábricas que ganarán en eficiencia y sostenibilidad, a través del uso racional de los
recursos y energía, así como por el uso de sistemas que disminuyen la propensión a la
interrupción. Y, en definitiva, serán fábricas capaces de gestionar mayores niveles de
complejidad, derivados de la completa integración de los avances tecnológicos, del
aumento de funcionalidad, personalización y formas cambiantes de cooperación en el
entorno de fabricación (Kagermann, Wahlster y Helbig, 2013).
19
4.2. Factores Críticos
Para hacer posible la constitución de Industria 4.0 será necesario prestar atención
y actuar decisivamente sobre determinadas áreas clave que figuran como factores
críticos, dificultando la implantación y el devenir de esta revolución (Kagermann,
Wahlster y Helbig, 2013).
Como se ha mencionado anteriormente, la implantación de Industria 4.0
significará la elevación a un nuevo nivel de integración horizontal la asociación entre
diferentes empresas a lo largo de la cadena de valor, pero para hacer efectiva dicha
cooperación, surge la necesidad de desarrollar un conjunto de normas y protocolos que
regulen estas redes empresariales. Este conjunto recibe el nombre de “arquitectura de
referencia”, un modelo general que describe técnicamente dichas normas, facilitando su
aplicación. “Proporciona un marco para la estructuración, desarrollo, integración y
operación de los sistemas tecnológicos”, afirman desde Acatech. Y es que su misión
consistirá en pactar los mecanismos que regirán la cooperación entre las empresas, así
como la información compartida entre ellas, de tal forma que reúna los distintos
enfoques de sus diferentes modelos de negocio y los encamine hacia un enfoque y
modelo de negocio común. Los expertos coinciden en la recomendación de dos
principales acciones: por un lado, establecer una visión común de objetivos, beneficios,
potencial y riesgos, con el fin de entablar y reforzar una confianza mutua entre socios; y
por otro lado, la construcción de un glosario o idioma universal que englobe la
terminología básica.
En esta misma línea, se evidencia la incapacidad por parte de la regulación actual
de seguir el ritmo de cambio tecnológico que está teniendo lugar en los últimos años y
que continuará en los siguientes. Ello conduce a la inquietud e incertidumbre referida
tanto a la verificación de la legalidad de la nueva generación tecnológica, como a la
responsabilidad de información vinculada a la misma, dado que puede suponer un
obstáculo y freno para el proceso y aplicación de la innovación. Por tanto, se centrarán
esfuerzos en lograr la comunión entre tecnología y legislación, a través de dos aspectos:
1) la formulación de criterios que certifiquen el cumplimiento de la ley por parte de la
nueva ola de innovaciones y 2) el desarrollo y evolución de un marco regulatorio que
facilite e impulse la innovación. Una de las posibles vías que defienden los
investigadores alemanes consiste en nuevos modelos de contratos en materia de
protección de datos corporativos, así como personales, responsabilidad y restricciones
comerciales, que permitan garantizar el respeto de la normativa.
Uno de los factores críticos de carácter más técnico hace referencia a la
necesidad de construir una completa infraestructura de banda ancha que garantice la
estabilidad de las conexiones, la circulación de mayores volúmenes de datos y mejor
calidad de redes de comunicación. La cimentación de esta infraestructura repercutirá
directamente en el rendimiento de máquinas, aplicaciones y procesos, y deberá
caracterizarse por ser una infraestructura simple, escalable, asequible, segura y
disponible; solo si se consigue aglutinar esta serie de requisitos básicos, dicha
infraestructura de banda ancha resultará efectiva y accesible al conjunto de usuarios.
20
Los esfuerzos transformadores que están teniendo lugar, no deben centrarse
únicamente en la superación de retos tecnológicos. Dentro de este proceso de
innovación industrial, debe reservarse un espacio a las habilidades y organización de los
trabajadores. La posibilidad de ejecutar un control in situ transformará, no sólo el
proceso de trabajo, sino también el contenido y ambiente del mismo y, por consiguiente,
hará evolucionar significativamente el perfil de los trabajadores. En el futuro que se
dibuja, se espera liberar a los empleados de la realización de actividades repetitivas,
encaminándolos hacia otras que proporcionen mayor valor añadido, y por ende, que
éstos tengan mayor nivel para gestionar la complejidad, iniciativa, así como capacidades
de abstracción, toma de decisiones y resolución de problemas, que les permitan la
consecución de sus nuevas tareas. Para llegar a este punto, se busca empezar por
organizar el trabajo de tal forma que se fomente el aprendizaje, es decir, lograr el
binomio “diseño del trabajo & desarrollo profesional” (Kagermann, Wahlster y Helbig,
2013). Aplicar “4.0” dirigirá el sistema de trabajo hacia una orientación socio-técnica
que permitirá la formación continua del empleado, así como la creación de un entorno
amigable. En este sentido, se ha puesto en marcha un proyecto dentro del marco
europeo Horizonte 2020, denominado “Facts4Workers”, cuyo objetivo radica en la
mejora del grado de satisfacción de los empleados en relación con el desempeño de su
trabajo, a través del manejo de herramientas TIC que faciliten sus labores.
5. TECNOLOGÍAS HABILITADORAS
Las tecnologías habilitadoras se pueden definir como el conjunto de
herramientas que permitirá impulsar la transformación de la industria y que se presentan
como los pilares sobre los cuales se construirá este nuevo escenario. Éstas son
conocidas como: Internet de las Cosas (IoT) y Sistemas Ciberfísicos (CPS), Realidad
Aumentada, Simulación, Robótica Colaborativa, Fabricación Aditiva, Big Data, Cloud
Computing y Ciberseguridad. A continuación se describen las principales características
de cada una de ellas.
Internet de las Cosas y Sistemas Ciberfísicos
La piedra angular sobre la que asienta sus fundamentos la Industria 4.0 es el
binomio formado por dos conceptos absolutamente revolucionarios como son el Internet
de las Cosas (IoT) y los denominados Sistemas Ciberfísicos (CPS) (Pi, 2014).
La prueba de que el número de dispositivos interconectados está creciendo de
manera exponencial y el hecho de que, al ritmo actual, prácticamente todos los objetos
acabarán estando conectados, es la idea central del IoT (Evans, 2011). Es precisamente
en el momento en que el número de dispositivos conectados a Internet supera la
población mundial cuando nace IoT (ver Figura 5). Según estudios realizados por la
empresa estadounidense Cisco, en el año 2003 había 500 millones de dispositivos
conectados a Internet por 6.300 millones de personas en el mundo (0’08 por persona),
mientras que en 2010 el número de dispositivos conectados ya era de 12.500 millones
por 6.800 millones de población mundial (1’84 por persona).
21
Figura 5: Dispositivos conectados por persona y momento en que nace IoT
22
diariamente, los cuales resultan conectables de una forma sencilla, barata y segura, de
modo que el objetivo final será comunicar estos objetos con otros objetos y dispositivos.
Ahora bien, para que el IoT funcione necesita el concurso imprescindible de una
suerte de intermediario entre el mundo físico y el virtual, que son los denominados
Sistemas Ciberfísicos (CPS o Ciber Physical Sistems). En palabras sencillas, un CPS es
un sistema en el que los procesos físicos se integran con la computación. El término
procede de la National Science Foundation y describe sistemas empotrados (embebidos)
y redes de comunicación que controlan tanto fenómenos y procesos físicos,
habitualmente en circuitos cerrados donde el lado físico y el ciber interactúan entre sí y
se afectan mutuamente. Estos sistemas interconectados intercambian datos en tiempo
real a través de Internet, conformando sistemas mayores. Por tanto, podríamos definir
un CPS como “un sistema en tiempo real que no sólo siente y actúa sobre un proceso
físico, sino que además varía su procesado en función de las condiciones y parámetros
variables del proceso físico” (Spri, 2014d)5.
Dos ejemplos nos ayudarán a entender mejor este concepto: el primero de ellos
es el caso de un frigorífico que detecta y avisa cuándo un producto va a caducar, o
cuándo se está acabando, incluso realizar él mismo la compra (Bracero, 2016). El
segundo es un tipo de neumáticos diseñado por el grupo Michelin que incorpora
sensores combinados con un sistema de lectura que permiten la disminución en el
consumo de combustible de los camiones (Carvallo, 2012).
Los sistemas CPS engloban tecnología, software, sensores, procesadores y
técnicas de comunicación que, como sucede en estos dos ejemplos, permiten la
interacción entre los objetos físicos (lavadora, neumáticos) y el mundo computacional
por medio de redes. Por tanto, como bien apunta Sabina Jeschke (profesora y
vicedecana de la Facultad de Ingeniería Mecánica de la Universidad RWTH de
Aquisgrán, en Alemania), entre los mundos físico y digital se halla el mundo ciberfísico
como intermediario, posibilitando el maridaje entre ambos. La misma autora sitúa a los
sistemas embebidos en el centro del binomio IoT /CPS, al tiempo que asigna al
software, componente básico de los CPS, un rol de enlazador omnipresente en el
desarrollo, fabricación y mantenimiento de productos (Pi, 2014).
La diferencia básica entre el IoT y los CPS es claramente identificada por Imre
Horvath (Universidad Técnica de Delft) –ver Figura 6-, quien identifica al IoT como
una infraestructura que recoge información en el mismo espacio físico, o sea, conecta
objetos entre sí como por ejemplo un reloj inteligente con un teléfono inteligente, pero
en el propio ámbito físico. Por su parte, los CPS utilizan sensores y conexión a la nube
para ajustar activamente una cosa u objeto físico a un estado actual, creando una
sinergia entre entidades del espacio físico y virtual mediante la integración analógica y
hardware computacional (Sabo, 2015).
Ahora bien, la interacción entre los mundos físicos y ciberfísicos se verifica
mediante dos mecanismos que trabajan en direcciones opuestas. De una parte está la
Joseba Laka Mugarza, Director del ICT – European Software Institute, en el evento Basque Industry
5
23
simulación, que consiste en trasladar los objetos del mundo físico a un mundo virtual
por medio de modelos a fin de experimentar con ellos. Y por otro lado tenemos la
automatización, que consiste en controlar objetos del mundo físico mediante objetos de
software (Pi, 2014).
Figura 6: Interrelación entre el IoT y los CPS
Realidad Aumentada
Desde una perspectiva técnica, centros de investigación como Vicomtech
proporcionan una definición completa de lo que es la Realidad Aumentada; la definen
como un “conjunto de tecnologías asistidas por ordenador que realzan la percepción
de la realidad física al intensificar la experiencia sensorial para suministrar
información pertinente adicional, enriqueciendo así la comprensión de una situación
real específica” (Vicomtech, 2016).
Si lo extrapolamos a palabras más sencillas, la Realidad Aumentada consiste en
la superposición de información digital sobre un escenario real. Es importante no
confundir este término con el de Realidad Virtual, dado que este último te traslada a un
escenario no real, todo aquello que se visualiza es “imaginario”, mientras que en
Realidad Aumentada se refleja la realidad del entorno o contexto en que se sitúe el
usuario, permitiendo proyectar sobre él tanto objetos (estáticos o dinámicos) como
cualquier tipo de información adicional (éstos sí) de carácter digital. Para lograr esta
visualización, es imprescindible disponer de aplicaciones y dispositivos como móviles o
gafas inteligentes.
Figura 7: Uso ocioso de Realidad
En el caso de los teléfonos inteligentes, su Aumentada
uso está más destinado al ocio (ver Figura 7), y
es tan sencillo como descargar una aplicación y
enfocar hacia aquello que tengas delante.
Algunas de las “apps” más famosas son
Geotravel (guía turístico), Tylko (decoración del
hogar) o Google Translator (Naranjo, 2016).
24
A nivel industrial, la Realidad Aumentada “es una tecnología que permite la
convergencia entre datos, productos, máquinas y personas […], mostrando información
personalizada y adaptada a cada contexto en que se encuentre el usuario”, afirma
Iñigo Barandiaran (IK4 – Research Alliance) en el evento Basque Industry 4.0
celebrado el pasado año (Spri, 2014e).
Y es que una de las principales aplicaciones de esta tecnología en el ámbito
industrial se basa en la introducción de textos explicativos superpuestos a imágenes de
Realidad Aumentada que faciliten la elaboración de las tareas, es decir, como un manual
de instrucciones digital e interactivo (LogicFin, 2016). En industria, el dispositivo que
más fuerza está adquiriendo son las gafas inteligentes, como las “Google Glass”,
“Epson Moverio” o las “HolaLens de Microsoft”.
Estos dispositivos están enfocados hacia un público de carácter más profesional
(ver Figura 8), siendo algunos de los campos de actividad donde mejores prestaciones
ofrece, la automoción – para ver con detalle un motor, de tal forma que los mecánicos
ven la información específica que necesitan para saber cómo montar y desmontar las
piezas -la aviación - para el entrenamiento de pilotos (Japan Airlines ha sido pionera en
el uso de las gafas HoloLens para este fin)-, en arquitectura -para diseñar y construir
edificios-, y por supuesto, en medicina, concretamente para la educación médica y
prácticas de cirugías (Gutiérrez, 2016). Barandiaran (Spri, 2014e) apuntaba también en
su ponencia la existencia de artículos y estudios que confirman la posibilidad de
aumentar hasta en un 40% la percepción y calidad cognitiva de los trabajadores, si éstos
ven reflejada la información dentro de su campo visual.
Figura 8: Uso profesional de la Realidad Aumentada
25
montaje, incluso instalaciones y plantas de producción por completo (ver Figura 9),
encuentran su “doble digital” (Climent, 2015).
26
Colaborativa nace en la posibilidad de poder hibridar las capacidades de un robot con
la inteligencia y habilidades que tiene una persona.”
En términos generales se habla de que la Robótica Colaborativa ofrece aumentos
en el nivel de automatización de las fábricas, pero en términos específicos el uso de esta
nueva familia de robots permitirá ganar en flexibilidad, ya que será posible
reconfigurarlos y reutilizarlos (incluso podría decirse reubicarlos) para el desarrollo de
distintas operaciones de producto y en diferentes lugares de la planta productiva,
respectivamente. Por otro lado, incorporarán un nivel de sensorización que les conectará
con el resto de elementos de la fábrica, y dotará de una capacidad perceptiva de su
entorno, sirviendo de fuente para la obtención constante de datos de todo cuanto ocurra
a su alrededor, que sumado a su inteligencia, posibilitará, no solo una toma propia de
decisiones y respuestas de actuación en tiempo real sino, además, el uso de esa
información como elemento activo de control. Dicha capacidad perceptiva será clave a
lo largo de todas las etapas, empezando por ejemplo por la programación de los robots,
en la cual se llevará a cabo un “aprendizaje por demostración” (“teach – by –
demostration”), donde el robot es guiado por primera y única vez por el operario para,
posteriormente, ser capaces de registrar (“aprender”) dichas directrices, replicarlas y
auto-programarse; y continuando con la realización de inspecciones de calidad mientras
el robot está ejecutando las tareas, garantizando así un mayor grado de eficiencia y
optimización. Otro aspecto importante que otorga la implantación de sensores y la
percepción del entorno, radica en la capacidad de crear un modelo en 3D del mismo, lo
cual les permitirá planificar sus movimientos sin colisión, aumentando así también la
seguridad para con las personas con las que comparten el mismo espacio y trabajan
codo con codo (Spri, 2014c).
Los datos recogidos en el Gráfico 3demuestran cómo, en el pasado año 2015, las
ventas mundiales de robots industriales alcanzaron las 240.000 unidades, lo que supone
un crecimiento anual del 8%, cifras no registradas hasta entonces (World Robotics,
2015).
Gráfico 3: Suministro anual de robots industriales a nivel mundial
200 178
166 159
0
2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015
6
IFR: Federación Internacional de Robótica
27
Y es que, la introducción de Robots Colaborativos encuentra su principal
objetivo en la posibilidad de realizar dos tipos de tareas concretas: por un lado, tareas
muy complejas, que requieran de elevada precisión; por ejemplo, el grupo ABB ha
creado “YuMi” (ver Figura 10), un robot con capacidad de manejar piezas delicadas,
como las de un reloj o un teléfono móvil (Galindo, 2015); y, por otro lado, tareas
repetitivas, pesadas y peligrosas. De esta forma, los Robots Colaborativos serán cada
vez más utilizados en actividades de montaje, pegado, soldadura, carga y descarga,
empaquetado, atornillado, etc. (Interempresas, 2016).
Figura 10: Ejemplo de Robots Colaborativos YuMi (ABB) y Sawyer (Rethink Robotics)
Fabricación Aditiva
El término Fabricación Aditiva engloba un conjunto de tecnologías cuyo
funcionamiento consiste, básicamente, en la adición sucesiva de material a escala
micro-métrica, depositándolo con precisión y fabricando capa a capa, de tal forma que
la superposición de éstas origina sólidos en 3D (Zahera, 2012).
Este nuevo concepto supone una ruptura con el medio de fabricación practicado
hasta ahora, conocido como “Fabricación Sustractiva”, que consiste en pulir un trozo
bruto de material hasta la obtención del objeto deseado. Sin embargo, con esta nueva
técnica, el proceso consiste en depositar el material (normalmente en polvo) en capas
muy finas, unas sobre otras, confiriéndole tridimensionalidad hasta obtener el objeto
(Arrieta, 2015).
Las ventajas que se derivan del empleo de técnicas de Fabricación Aditiva
pueden recogerse en dos grupos: ventajas de producto y ventajas de proceso.
28
En cuanto a las ventajas de producto, permite ganar en:
- Complejidad geométrica, es decir, facilita la reproducción de piezas
geométricamente complejas, con formas irregulares o muy específicas, gracias
al uso de modelos CAD (Diseño Asistido por Computadora).
- Personalización, ya que se pueden diseñar productos completamente iguales o
totalmente diferentes.
- Ligereza, puesto que se puede jugar con la densidad de los materiales
aligerando el peso o resistencia del producto, para que se ajusten a
determinadas condiciones y/o funciones.
- Ergonomía, esto es, diseñar los componentes adaptándose a cada usuario,
mejorando la interacción con él.
En cuanto a las ventajas de proceso, posibilita:
- Reducir el tiempo que transcurre desde que un producto es concebido hasta que
está listo para su comercialización (time to market), al disminuir el número de
fases intermedias, permitiendo la salida del producto al mercado con mayor
prontitud.
- Fabricar series cortas dando lugar a lotes unitarios.
- Disminuir los errores de montaje ya que es posible obtener directamente piezas
completas, evitando operaciones intermedias como ensamblar piezas
separadas.
- Optimizar el uso de materiales, es decir, se consumirán cantidades exactas y
estrictamente necesarias de materiales y energía, dando lugar a procesos de
desperdicio nulo, reduciendo así el impacto medioambiental.
Existen dos puntos importantes a favor de esta tecnología; en primer lugar,
dichas ventajas competitivas de este nuevo modelo de fabricación no encarecen el
proceso de producción; y en segundo lugar, la apuesta por Fabricación Aditiva no
implica el rechazo de la Fabricación Sustractiva o convencional, sino que es posible
aprovechar las ventajas que ofrecen ambos tipos y dar lugar a procesos híbridos que las
combinen (Jiménez, Porras, Domínguez, Romero y Espinosa, 2013).
El potencial que desprende este nuevo concepto de fabricación hace que cada vez
sean más las empresas que apuestan por su adopción, de hecho, según una encuesta
realizada a 900 profesionales de cadenas de suministro, realizada por la firma Deloitte y
el grupo MHI (Chao, 2016), actualmente ya existe un 14% de empresas que utilizan esta
tecnología, y se prevé que un 48% la implante dentro de los diez próximos años. Es
más, estimaciones de la firma Gartner vaticinan que en el presente año 2016 la cifra de
ventas mundiales de impresoras 3D (la principal y más conocida tecnología dentro de
las englobadas por la Fabricación Aditiva), alcanzarán los 4.000 millones de dólares.
La compañía Wohlers Associates, en su informe de 2014, recogió en los gráficos
4 y 5 algunos de los sectores y principales aplicaciones de la Fabricación Aditiva:
29
Gráfico 4: Uso de la Fabricación Aditiva por sectores de actividad
Uso de la Fabricación Aditiva por sectores de actividad
Otros Arquitectura
Gobierno / Militar 5% 4%
6%
Instituciones Industria
académicas 18%
6%
Bienes de consumo
Aeroespacial 18%
12%
Médico / Dental
14% Automoción
17%
Fuente: elaboración propia a partir del Departamento de Innovación, Desarrollo Rural y Turismo de
Gipuzkoa
Otros
Educación e investigación
Partes funcionales
Componentes de herramientas
Moldes de fundición
Prototipos de herramientas
Ajuste y montaje
Representación de modelos
Ayudas visuales
Fuente: elaboración propia a partir del Departamento de Innovación, Desarrollo Rural y Turismo de
Gipuzkoa
30
fáciles de imprimir que ensamblar. Ford, por ejemplo, ha conseguido rebajar el coste
de los prototipos de coches de 500.000 a 3.000 dólares” (Galindo, 2015).
Big Data
Existen múltiples variedades de definiciones acerca de qué es Big Data, expertos
como la consultora Gartner, el Instituto Global McKinsey, empresas como la española
Tecnalia, incluso la ONU han proporcionado sus enunciados, cada uno de ellos con sus
matices, pero todos coinciden en lo básico: Big Data es la colección, gestión y análisis a
alta velocidad de grandes, dinámicos y heterogéneos volúmenes de datos generados por
usuarios y máquinas, y que, debido a su tamaño y complejidad, superan las capacidades
de procesamiento de las herramientas de software tradicionales, por lo que requieren de
innovadoras técnicas para su procesamiento y tratamiento.
Hablar de Big Data implica barajar lo que los expertos denominan las “5 Vs”
(López, 2014):
- Volumen: los avances tecnológicos cada vez permiten incrementar la recogida
masiva de datos, llegando a niveles máximos (Terabytes y Petabytes),
superando así la capacidad de los software actuales para su manejo.
- Variedad: al igual que en el caso anterior, cada vez hay más fuentes de las que
proceden estas grandes cantidades de datos, debido a que cada vez es mayor el
número de dispositivos conectados (smartdevices, GPS, automóviles,
anemómetros, etc.).
Estas dos “Vs”, tamaño y variedad, son las dos principales dimensiones que
caracterizan Big Data, es decir, el momento en que ambas crecen hasta alcanzar los
niveles más altos, entra en juego este nuevo concepto; son su seña de identidad.
- Velocidad: hace referencia a la rapidez con la que los datos son recibidos y
gestionados, incluso podría hablarse de “vida útil del dato”. Los sistemas
tradicionales carecen del factor “tiempo real”, es decir, no tienen capacidad de
analizar al instante, en el momento, lo cual implica una toma de decisiones
tardía y, por consiguiente, pérdida de valor; sin embargo, incorporar esa
“inmediatez” es básico para posibilitar el procesamiento de datos y una toma
de decisiones in situ.
- Veracidad: pureza y confianza que destilan los datos, evitando
imprevisibilidad.
- Valor: se refiere a la capacidad de saber identificar qué datos se deben utilizar
en cada momento, y dado que la cantidad disponible de datos va en aumento,
esta característica se vuelve de suma importancia, tanto que incluso comienza a
tomar fuerza un nuevo perfil profesional: el científico de datos.
En su informe de 2012, Ricardo Barranco, de IBM software Group, nos ayuda a
entrar en detalle sobre las variedades de datos que se generan, clasificándolas en las
siguientes categorías:
31
- Webs y medios sociales: información obtenida de webs y de redes sociales
(Facebook, Twitter, blogs…).
- Máquina a máquina (Machine – to – machine): tecnologías con capacidad de
comunicarse entre sí y con otros dispositivos por medio de sensores (CPS).
- Transacción de Macrodatos (Big Transaction Data): registros de llamadas
telefónicas, de facturación de servicios públicos, de cuidados de la salud, etc.
- Biométrica: especialmente utilizada en áreas de seguridad e inteligencia, se
refiere a información obtenida a través de huellas dactilares, reconocimiento
facial, etc.
- Generados por el hombre: información generada diariamente por los usuarios,
vía e-mails, llamadas, whatsapps, sms…
La realidad es que el conjunto de la población e instituciones, por medio de su
actividad diaria y cotidiana (clientes y proveedores en industria, impuestos o sanidad en
el sector público, transacciones financieras, satélites, búsquedas en internet, etc.) genera
aproximadamente 2’5 quintillones de bytes diariamente a nivel mundial. “A los
consumidores no les importa que las empresas tengan sus datos si eso se traduce en
beneficios y experiencias” asegura Emelia Viaña en su artículo “Datatruth: la verdad
que esconde el Big Data”, y es que disponer y saber interpretar esta gran cantidad de
datos permite a la empresas conocer mejor a sus clientes, sus gustos, intereses y
necesidades, por lo que, con ayuda de Big Data, se puede ofrecer un valor tangible a la
sociedad (Viaña, 2016).
Con todo ello, Big Data presenta dos objetivos claros, que siguen la misma línea
de sus compañeros tecnológicos: por un lado, la disponibilidad de datos e información,
así como su procesamiento y análisis en tiempo real, facilitará la detección de
anomalías, patrones de conducta, prevenir ataques y amenazas de seguridad, es decir, se
erigirá como un mecanismo más de optimización de procesos, de control y de calidad
(Manyika, Chui, Bisson, Woetzel, Dobbs, Bughin, Aharon, 2015). Y por otro lado, se
convertirá en una oportunidad de trabajar la personalización y, por consiguiente, de
generar nuevos modelos de negocio encaminados a la “servitización”, es decir, ofrecer
el producto en sí acompañado de un paquete de servicios postventa y mantenimiento (lo
que llamamos “smart products”) (Spri, 2014g)7.
Cloud Computing
Según NIST (Instituto Nacional de Estándares y Tecnología), el Cloud
Computing es una “tecnología que permite el acceso ubicuo, adaptado y bajo demanda
en red a un conjunto compartido de recursos de computación, que pueden ser
rápidamente aprovisionados y liberados con un esfuerzo de gestión reducido o
interacción mínima con el proveedor del servicio.”
En un escenario donde la conectividad y la generación de datos crecen
exponencialmente, donde la toma de decisiones instantánea es vital, y donde la
32
comunicación e intercambio de información en tiempo real entre las distintas unidades
operativas (independientemente de su ubicación geográfica) cada vez es más necesaria,
el sistema de “la nube” aparece como solución otorgando flexibilidad e inmediatez,
permitiendo alquilar un “espacio” en el que almacenar todo tipo de recursos
compartidos, evitando o reduciendo notoriamente inversiones cuantiosas en
infraestructuras.
Para poder comprender mejor esta tecnología, se detallan a continuación una
serie de características que explican en profundidad el concepto de Cloud Computing
(Urueña, Ferrari, Blanco, Valdecasa, 2012):
- Pago por uso: la cuota a pagar por el usuario será tanto mayor cuanto mayor
sea el servicio y espacio de almacenamiento contratado.
- Abstracción: hace referencia al aislamiento entre los recursos informáticos
contratados al proveedor de la “nube” y los equipos del usuario, es decir, ese
“espacio virtual” de almacenamiento permanece aislado de los equipos del
cliente, lo que permite ahorrar en inversión de infraestructuras, y actividades
como mantenimiento o actualización de los sistemas.
- Agilidad en la escalabilidad: capacidad de adaptarse a las necesidades
puntuales del usuario, pudiendo aumentar o disminuir las funciones o servicios
ofrecidos al mismo, con la ventaja de no requerir de nuevos contratos ni
obligación de penalizaciones.
- Multiusuario: posibilidad de compartir medios y recursos entre varios usuarios
favoreciendo la optimización de su uso.
- Autoservicio bajo demanda: permite al usuario que, a medida que necesite
mayores capacidades de computación de la nube, pueda acceder a ellas con
total flexibilidad y autonomía sin requerir la interacción personal con el
proveedor.
- Acceso sin restricciones: facilidad de acceso al servicio sin condicionantes de
lugar, tiempo ni terminal físico (siempre que tenga acceso a internet).
En laTabla 2 se muestran las principales ventajas que se derivan del uso de
soluciones de Cloud Computing, obtenidas como resultado de encuestas realizadas por
la Agencia Europea de Seguridad de las Redes y de la Información (ENISA), a
empresas europeas, americanas y asiáticas.
Tabla 2: Motivos para la implementación de soluciones Cloud Computing
% Razones
33
63,9 Flexibilidad y escalabilidad de los recursos de TI
13,9 Otros
Como se puede observar, las empresas usuarias de este servicio, otorgan especial
valor a dos factores: el ahorro de costes de capital (68’1%), y la facilidad de incrementar
los recursos técnicos (63’9%).
Ciberseguridad
En todo evento celebrado sobre Industria 4.0, se pone de manifiesto la necesidad
de nuevas formas o medios de seguridad, convirtiéndose en uno de los desafíos más
importantes de este escenario protagonizado por el IoT y los CPS.
Partiendo de una definición técnica aportada por ISACA (Asociación de
Auditoría y Control de Sistemas de Información), la “ciberseguridad” consiste en “la
protección de activos de información (entendiendo por ello, todos aquellos
conocimientos o datos con valor para una entidad; según la norma ISO 27001), a través
del tratamiento de amenazas que ponen en riesgo la información que es procesada,
almacenada y transportada por los sistemas de información que se encuentran
interconectados” (Mendoza, 2015).
El fin último de la “ciberseguridad” recae sobre la protección, pero podría
hablarse de una protección global, ya que no solo se centra en la información o datos
digitales, sino también en la protección de personas, tecnologías y procesos.
El origen de esta urgente necesidad por aumentar la seguridad digital se
encuentra en la transformación que están sufriendo las industrias. El incremento de
conectividad y digitalización provocan que las empresas estén más abiertas, más
visibles y, por tanto, más vulnerables y expuestas a mayores riesgos.
34
Esta necesidad viene respaldada por las estadísticas registradas en los últimos
años. En el pasado año 2015, según estudios de CCN-CERT8 de Seguridad e Industria
se gestionaron aproximadamente unos 50.000 incidentes -el triple que en 2014-, de los
cuales, en torno a 18.000 fueron dirigidos hacia administraciones públicas y empresas
de interés estratégico -un 41’45% más respecto a 2014-; y prevé un ritmo de
crecimiento de las amenazas en torno al 12% anual (Campos, 2016). España ya se sitúa
como tercer país mundial que más “ciberataques” sufre, después de Estados Unidos (ver
Figura 11) y Reino Unido.
Figura 11: Ciberataques contra EEUU
Los hackers protagonistas de esta
“ciberdelicuencia” dirigen sus ataques
encaminados hacia el robo de información,
espionaje industrial, suplantación de
identidad, paralización de plantas productivas,
control de máquinas… con el objetivo de
sabotear y dañar a las empresas, con las
consiguientes pérdidas económicas que se
derivan de sus acciones maliciosas.
El nuevo entorno industrial que se plantea, dominado por tecnologías y sistemas
que “hablan” entre sí, comparten información y datos en tiempo real y toman decisiones
en el momento, que conllevan a aumentos de flexibilidad, productividad, competitividad
y eficiencia, necesita de una “fortaleza” que las proteja. Y es que, los avances
tecnológicos deben acompañarse de avances en seguridad, debe darse una evolución
paralela ya que, si no se aplican las medidas protectoras pertinentes, estos nuevos
sistemas (Big Data, Cloud Computing, Impresión 3D, IoT…) se situarán en el punto de
mira de los hackers, cuyos ataques impedirán el correcto desarrollo de sus tareas,
comprometiendo el funcionamiento de las fábricas y, por ende, la continuidad del
negocio (Spri, 2016). Por ello, se busca la evolución de un modelo reactivo de seguridad
hacia un modelo proactivo, es decir, que permita prever, detectar, analizar y anticiparse
a cualquier indicio de riesgo o anomalía (Campos, 2016); se habla entonces, de un
enfoque integral que contemple el completo ciclo de vida del dato y/o producto. Sin
embargo, Rolf Reinema (director de Tecnología de Siemens), apunta que “el coste de
añadir la seguridad desde el propio diseño del producto ronda el 30% del importe total
del mismo” (Juste, 2016), motivo por el cual un importante número de empresas
considera arriesgada este tipo de inversión si, posteriormente, el producto no es
rentable.
Pero, por otro lado, expertos confían en que, cumpliendo con el objetivo 2020, se
hayan adoptado una serie de medidas de seguridad, tales como (Juste, 2016):
- Softwares de seguridad con mejores y renovados estándares de calidad que
garanticen su implantación generalizada en las organizaciones.
Criptológico Nacional
35
- Concienciación sobre seguridad tanto en el ámbito laboral como personal
(evitando un mal uso del IoT).
- Mayor protección para el consumidor y transacciones que garantice un
comercio digital más seguro.
- Mayor privacidad a través de mejoras en las técnicas de autentificación digital.
- Incrementar la cooperación global y el logro de consensos en la implantación
de leyes internacionales.
Con todo ello, se puede afirmar que la “ciberseguridad” es uno de los
habilitadores digitales más importantes de esta nueva era, ya que se erige como pieza
fundamental y necesaria para garantizar la seguridad y protección de las nuevas
tecnologías y sistemas productivos a lo largo de toda la cadena de valor (tal y como
hemos visto); pero además, se presenta como oportunidad para ofrecer productos más
seguros y fiables, permitiendo a estas empresas destacar en el mercado y, por tanto,
ganar en competitividad, asegura David González, responsable de ciberseguridad de
IK4-IKERLAN (Spri, 2016).
6. ACTUACIONES GUBERNAMENTALES
El cambio de paradigma que está teniendo lugar en la actualidad no sólo necesita
del sustento del desarrollo tecnológico, de innovaciones o nuevos conceptos, sino que
también requiere, de una manera vital, el apoyo institucional.
Como se ha comentado al principio del presente trabajo, Europa ha atravesado
un difícil periodo a consecuencia de la crisis económica iniciada en 2008, la cual ha
puesto en relieve las debilidades de la Unión y ha significado su desestabilización tanto
económica como social. Dos indicadores que mejor reflejan estos efectos (recogidos en
los Gráficos 6 y 7, respectivamente) son la evolución del PIB industrial, cuyo peso
respecto al PIB total se ha visto mermado en los últimos años; y el nivel de desempleo,
que ha aumentado notablemente en el mismo periodo.
Con el fin de hacer frente a los efectos negativos que la crisis estaba
evidenciando, la Unión Europea puso en marcha en el año 2010 una estrategia de
crecimiento sostenible con el propósito de, no sólo salir de la crisis, sino además,
restablecer los niveles de productividad y estabilidad que caracterizaban al continente
europeo, y dar un paso adelante hacia un futuro generador de empleo (Barroso, 2013).
36
Gráfico 6: Evolución del PIB industrial europeo de 2000 a 2014 (en %)
2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012
10,50 10,20
9,60
8,2
7,00
37
Sin embargo, para poder alcanzar los niveles fijados para estos indicadores, es
necesaria una fuerza impulsora que conduzca a Europa hacia esa dirección. Y es en ese
punto donde la industria entra en escena. La industria siempre ha sido garantía y motor
de crecimiento, jugando un papel clave en la economía (favoreciendo la investigación,
la innovación, productividad, creación de empleo y exportaciones). La crisis sufrida ha
dejado patente esta relación, ya que los países que mejor la han sobrellevado, y que
antes la han superado, han sido aquellos que han mantenido un PIB industrial superior
al 20%. Ese es el caso de Alemania (como puede observarse en el Gráfico 8), cuyo PIB
industrial a lo largo de toda la crisis ha estado por encima del 23%, y cuya variación en
los cuatro primeros años (de 2008 a 2012) ha sido un crecimiento del 8’24%, en
contraposición al resto de países que han visto cómo sus niveles disminuían. De ahí que
Europa marque como objetivo alcanzar un nivel industrial del 20%.
Gráfico 8: Comparación del PIB industrial europeo y de sus principales países (en %)
38
Figura 12: Visión general de las iniciativas europeas en la digitalización industrial
39
Alemania, como se refleja en la Tabla 3, es el país de la Unión Europea que
mejor posicionado estaba para responder a las directrices fijadas por la Comisión, dado
que sus valores a lo largo de estos últimos años (PIB industrial, nivel de empleo y gasto
en I+D, entre otros), y sus objetivos nacionales marcados para 2020, son los que más se
asemejan a los establecidos por Europa. Por ese motivo, fue la primera en dar a conocer,
en la Feria de Hannover de 2011, su particular visión sobre la Cuarta Revolución
Industrial, a la que han denominado con la etiqueta “Industria 4.0”, y que comúnmente
ha sido aceptada por el conjunto europeo para referirse al proceso de reindustrialización.
ALEMANIA OBJETIVO
2010 2011 2012 2013 2014 2020
PIB industrial (%) 23,27 23,52 23,64 23,24 23,14 20
Empleo (%) 75 76,5 76,9 77,3 77,7 77
Desempleo (%) 7,10 5,9 5,40 5,3 5,00 n.d.
Gasto I+D (%) 2,71 2,79 2,87 2,83 2,87 3
Energía Renovable
10,5 11,4 12,1 12,4 13,8 18
(%)
Energía Primaria9 310,4 294,4 296,8 302,8 291,8 276,6
Energía – consumo
219,65 208,78 212,05 217,65 208,88 194,30
final9
Tasa abandono escolar
11,8 11,6 10,5 9,8 9,5 10
(%)
Nivel educación
29,7 30,6 31,8 32,9 31,4 42
terciaria (%)
Fuente: elaboración propia a partir de datos de Eurostat
Estas asociaciones son: Asociación digital de Alemania (BITKOM), Asociación alemana de Ingeniería
10
40
Así, promueve la participación y colaboración entre las empresas, administración
pública, universidades, asociaciones y centros de investigación (Kagermann, Wahlster y
Helbig, 2013).
Otro de los países que más iniciativas está elaborando es Francia. El país galo ha
venido atravesando un difícil periodo en los últimos años, como puede observarse en la
Tabla 4, donde el PIB industrial es, en comparación, poco más de la mitad del PIB
industrial que mostraba Alemania; o cuyo nivel de desempleo ha ido aumentado a
consecuencia de la crisis.
FRANCIA OBJETIVO
2010 2011 2012 2013 2014 2020
PIB industrial (%) 12,19 12,34 12,39 12,47 12,35 20
Empleo (%) n.d. n.d. n.d. n.d. 69,4 75
Desempleo (%) 9,3 9,2 9,9 10,4 9,9 n.d.
Gasto I+D (%) 2,18 2,19 2,23 2,24 2,25 3
Energía Renovable (%) 12,6 11,1 13,4 14 14,3 23
Energía Primaria9 252,80 243,20 243,50 245,40 234,50 219,90
Energía – consumo final9 155,01 143,82 148,04 151,85 141,75 n.d.
Tasa abandono escolar
12,7 12,3 11,8 9,7 9 9,5
(%)
Nivel educación terciaria
43,2 43,1 43,3 44 43,7 50
(%)
Fuente: elaboración propia a partir de datos de Eurostat
41
Por otro lado encontramos a Reino Unido, que también está dedicando
importantes esfuerzos en este proceso de reindustrialización. Como se recoge en la
Tabla 5, se puede observar el bajo nivel que representa la industria respecto al PIB total
– con niveles similares a los de Francia-, o el bajo porcentaje de inversión en I+D que
realiza la nación, en comparación con sus vecinos galos y germanos. Sin embargo, es
uno de los países que menos ha visto aumentar su nivel de desempleo, incluso llegando
a disminuirlo en los últimos años.
Reino Unido no ha marcado objetivos nacionales para los indicadores: PIB industrial, Nivel de empleo,
11
Gasto en I+D, Consumo final de energía, Tasa de abandono escolar y Nivel de educación; por ese motivo,
se ha puesto como referencia los objetivos marcados por Europa.
BIS: departamento ministerial destinado al crecimiento económico, invirtiendo en áreas como:
12
42
Tabla 6: Posicionamiento de España respecto a los indicadores europeos
ESPAÑA OBJETIVO
2010 2011 2012 2013 2014 2020
PIB industrial (%) 15,73 16,04 15,79 15,62 15,48 20
Empleo (%) 62,9 62 59,6 58,6 59,9 74
Desempleo (%) 20,20 21,7 25,20 26,3 24,70 n.d.
Gasto I+D (%) 1,35 1,33 1,28 1,26 1,23 2
Energía
13,8 13,2 14,3 15,3 16,2 20
Renovable (%)
Energía Primaria9 123,20 121,70 122,10 114,30 112,60 119,80
Energía –
155,01 143,82 148,04 151,85 141,75 n.d.
consumo final9
Tasa abandono
28,2 26,3 24,7 23,6 21,9 15
escolar (%)
Nivel educación
42 41,9 41,5 42,3 42,3 44
terciaria (%)
Fuente: elaboración propia a partir de datos de Eurostat
Aunque los países europeos están poniendo especial esfuerzo en este proceso de
reindustrialización, no son los únicos. Países como Estados Unidos o China también
están prestando atención a este fenómeno y llevando a cabo actuaciones de Industria
4.0.
43
Tabla 7: Posicionamiento de Estados Unidos respecto a los indicadores europeos
ESTADOS UNIDOS
2010 2011 2012 2013
PIB industrial (%) 15,4 15,7 15,61 15,5
Desempleo (%) 9,70 9 8,20 7,4
Gasto I+D (%) 2,74 2,77 2,81 n.d.
Energía Renovable (%) 7,48 8,19 7,92 n.d.
Fuente: elaboración propia a partir de datos de Eurostat y Banco Mundial
En el caso de China, el país asiático está cobrando cada vez más fuerza en el
ámbito tecnológico e innovador. Como se recoge en la Tabla 8, merece mención
especial el peso de la industria, que representa cerca de la mitad del PIB total del país,
por lo que el sector secundario se erige como el principal contribuidor de la economía
china. Otro dato que refuerza el posicionamiento de este país es su baja tasa de
desempleo, que se ha mantenido constante en torno al 4,5% en los últimos años.
CHINA
2010 2011 2012 2013
PIB industrial (%) 46,2 46,1 45 43,7
Desempleo (%) 4,20 4,3 4,50 4,6
Gasto I+D (%) 1,73 1,79 1,93 n.d.
Energía Renovable (%) 19,08 18,02 18,36 n.d.
Fuente: elaboración propia a partir de datos del Banco Mundial
44
billones de euros. En 2009 se creó un grupo de investigación centrado en sistemas CPS,
a lo cual le siguió, un año más tarde, la apertura del primer centro de investigación
destinado al IoT, para estudiar dicha tecnología y las necesidades de normalización
implícitas (Kagermann, Wahlster y Helbig, 2013).
7. CONCLUSIONES
Industria 4.0 es un concepto inédito que implica un cambio de paradigma y que
constituye, posiblemente, el mayor reto de futuro al que se enfrenta en la actualidad no
sólo la industria, sino la sociedad en su conjunto. De hecho, es ya una realidad plena
que avanza inexorablemente a tal velocidad que, en tan sólo tres años, ha pasado de ser
un proyecto a implementarse en grandes compañías como el modelo tecnológico que
marcará un antes y un después en la producción industrial.
Los actores principales de este nuevo guión son el software, las redes, el Big
Data, la nube, el mundo ciberfísico, la Simulación, la Realidad Aumentada o las
impresoras en tres dimensiones, que nos permiten alcanzar logros impensables pocos
años atrás.
Sin embargo, el mayor reto que plantea la Industria 4.0 es de orden social, pues
no sólo cambiará nuestra posición como clientes, sino que además nos enfrenta al
desafío de adaptarnos a un entorno laboral más complejo y de mayor cualificación. En
efecto, el cliente pasa de ser un mero destinatario de los productos que genera una
fábrica, una marca o una compañía, a desempeñar un papel totalmente activo desde el
principio del proceso productivo hasta el final, eligiendo, decidiendo qué quiere, cómo
lo quiere, personalizando sus productos y marcando los tiempos de entrega. Además,
tendremos que familiarizarnos con nuevos conceptos de las cosas como los productos
45
inteligentes que llevan en sí mismos las instrucciones de uso, indicando a las máquinas
cómo deben ser tratados, su mantenimiento, etc. y cambiar nuestra forma de trabajar y
de entender el trabajo en sí mismo, pues ahora prima la eficiencia y el ahorro
energético.
Otras implicaciones afectan al sistema educativo, pues más pronto que tarde
habrá que educar a las nuevas generaciones –y reeducar a las demás – en los nuevos
valores que preconiza la Industria 4.0, como el aprendizaje y el uso de las tecnologías,
su aplicación práctica, el manejo de ingentes cantidades de información, la
sostenibilidad de los recursos y la eficiencia máxima en su gestión. La presidenta de
Siemens en España, Rosa García, insiste en la imperiosa necesidad de establecer una
relación más estrecha entre las universidades y las empresas, para fomentar el
emprendimiento, cultivar estos nuevos valores industriales y poner también en práctica
una Educación 4.0 (Muñoz y Esteller, 2016).
En un plazo muy breve de tiempo observaremos cómo los países van a caminar a
muy diferentes velocidades en cuanto a crecimiento económico y social se refiere, y casi
con total seguridad la tecnología 4.0 será uno de los factores determinantes.
46
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